Posts Tagged ‘Sigmund Freud’

¿La serie Freud tendrá una segunda temporada en Netflix? Marvin Kren, su director, lo explica

sábado, abril 4th, 2020

La serie llegó al servicio de streaming el pasado 23 de marzo, pero antes se emitió en el canal austriaco ORF, donde recibió varias nominaciones en los Premios de la Academia Romy de Austria.

MADRID, 04 de abril (Europa Press).– Netflix ha captado la atención de millones de espectadores con nueva serie inspirada, muy libremente, en la figura del psicoanalista Sigmund Freud, cuya historia da un giro inesperado representando al personaje en su juventud, recién salido de la escuela de Viena en 1880. La serie se ha convertido en una de las más vistas del servicio de streaming y, tras devorar los ocho primeros capítulos, ya se preguntan si habrá segunda temporada.

En Freud, el popular psicoanalista debe utilizar sus conocimientos para ayudar a resolver una terrible conspiración. El personaje es real, aunque la historia es ficticia, y su elaborada trama, llena de giros y con un alto contenido de conceptos psicológicos, ha hecho las delicias del público. ¿Está Netflix preparando la 2ª temporada?

La serie llegó al servicio de streaming el pasado 23 de marzo, pero antes se emitió en el canal austriaco ORF, donde recibió varias nominaciones en los Premios de la Academia Romy de Austria. Incluso antes del aislamiento por el coronavirus, más de 400 mil espectadores ya veían las aventuras de Freud, y aunque Netflix no ha publicado sus cifras de visionado, en una encuesta en Twitter realizada a 500 personas, el 70 por ciento admitió que la serie merecía mucho la pena.

[youtube VQfcZ9Ak2nU]

   El director de la serie, Marvin Kren explicó a Variety que su objetivo era “atraer al público joven y moderno”, de ahí el frenesí con el que se desarrollan los acontecimientos y las numerosas sorpresas del show. “Tratamos de subvertir sus expectativas de vez en cuando, recompensando a aquellos que disfrutan de lo inesperado y mezclando elementos históricos con otros provocativos y modernos”, añadió.

Aunque la 1ª temporada cierra totalmente el caso en el que se ve involucrado el joven Freud, su creciente éxito parece muy prometedor para una nueva entrega, más teniendo en cuenta que el protagonista es aún muy joven y hay mucha historia que explorar hasta que se convierta en el veterano psicoanalista que se estudia en los institutos. Pero desde luego Netflix deberá plantearse seguir con la serie, ya que los fans claman a gritos nuevos episodios.

Por el momento, Netflix no se ha pronunciado sobre una posible 2ª temporada de Freud, ya que todos los rodajes están parados por la pandemia de coronavirus. Pero en caso de confirmarse, aún tardaría más de un año en llegar. Así que, hasta nuevo aviso, habrá que conformarse con los primeros episodios, que en éstos tiempos convulsos al menos servirán para desconectar un rato.

Netflix estrenará Freud, la serie que retratará una nueva faceta del padre del psicoanálisis

miércoles, febrero 19th, 2020

Sigmund Freud se enfrentará a los asesinatos de Viena en la nueva producción de drama y suspenso que Netflix tiene preparada.

Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).- Netflix estrenará una serie que tendrá a Sigmund Freud como protagonista, la trama se llamará Freud, y contará a través del drama y suspenso cómo logró concretar su teoría el padre del psicoanálisis .

El director Marvin Kren comentó a diversos medios que la idea es mostrar una nueva faceta de Freud, tomando como referencia las experiencias que describió en sus libros más reconocidos.

“Quiero mostrar a un Freud desconocido, un hombre en busca de reconocimiento que se debate entre dos mujeres, entre razón e instinto. Su psicoanálisis y los conceptos del ello, el yo y el superyó no surgieron de la nada, están basados en las experiencias de un genio atormentado que conoce de primera mano las múltiples cara del ser humano”, comentó Kren.

Los hechos de la serie suceden antes de que Sigmund se convierta en un pionero del psicoanálisis. Foto: Especial

Durante ocho capítulos el joven médico se verá involucrado en la investigación de los asesinatos que ocurrieron en Viena a comienzos del siglo pasado.

A través de un comunicado la productora Satel Film señaló que Sigmund Freud se tambaleará en una crisis profesional, ya que el mundo no se encuentra listo para sus teorías hasta que la conspiración asesina comienza en los callejones sin luz de Europa, llevando a los rincones más oscuros de la conciencia humana.

A pesar de que la plataforma no ha lanzado los primeros tráilers el estreno en Netflix está programado para el 23 de marzo, aquí algunas imágenes de Freud.

Póster de la serie. Foto: Especial

Carta escrita por Freud a una amiga, durante su escape de los nazis, muestra su lado sentimental

viernes, noviembre 1st, 2019

La carta, vista por The Associated Press, muestra el lado tierno de Freud, una característica no atribuida a menudo al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud.

JERUSALÉN, 01 de noviembre (AP).— Una carta manuscrita de Sigmund Freud que muestra un raro lado sentimental del pensador del siglo XX y da un vistazo a la vida del prominente refugiado judío ante el avance nazi, será subastada en Jerusalén.

La carta, escrita en alemán y fechada el 21 de junio de 1938, fue enviada semanas después de que Freud escapara de los nazis en su Austria natal y se mudara a Londres. En ella, le escribe a la filántropa Margaret Stonborough-Wittgenstein, amiga y paciente en Viena, para expresarle simpatías sobre una tragedia personal y quizás buscando detalles de la vida en la capital austriaca bajo el control nazi.

La carta, vista por The Associated Press, muestra el lado tierno de Freud, una característica no atribuida a menudo al padre del psicoanálisis, de acuerdo con Joel Whitebook, autor de la biografía Freud: An Intellectual Biography y director del programa de estudios de psicoanálisis en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

“A menudo la gente describe a Freud como un tipo intelectual, cerebral, pero él era muy, muy sensible a su ambiente y a la estética”, dijo Whitebook.

En la carta, Freud conforta a Stonborough-Wittgenstein luego que el ex esposo de ésta se suicidó y le pregunta sobre su estado mental.

En esta foto del miércoles, 30 de octubre del 2019, un funcionario en una casa de subastas muestra una carta manuscrita de Sigmund Freud en Jerusalén. Foto: AP

“Puedo imaginarme en el doloroso y conflictivo estado mental que ese acontecimiento la ha colocado ¿Van a cambiar sus circunstancias? ¿Seguirá en Viena? Me gustaría preguntarle mucho más”, escribió.

La despedida es cálida: “Espero saber pronto de usted, con mi más profunda simpatía, Freud”.

Esa inusual e informal dinámica entre los dos, tanto en plan de amigos como de una relación doctor-paciente, era común y “parte de la escena en Viena”, de acuerdo con Whitebook. La carta es “evidencia de lo unidos” que eran en aquel entonces la comunidad judía, el mundo cultural y el mundo científico, añadió.

Stonborough-Wittgenstein era la hija de Karl Wittgenstein, un magnate de minería y uno de los hombres más acaudalados en Austria.

Aunque varios miembros de la familia Wittgenstein se convirtieron al cristianismo, tenían antecedentes judíos, lo que los hacía sujetos a las leyes racistas nazis. Sin embargo, sus recursos financieros, su estatus de élite en la sociedad y la conversión al cristianismo fueron suficientes para protegerlos.

Freud, que era judío, era conocido entonces, pero no tenía el estatus suficiente para garantizar su seguridad. Para 1933, sus libros habían comenzado a ser quemados públicamente y su hija Anna fue arrestada por la Gestapo.

La familia consiguió escapar con ayuda de Anton Severwald, un alto oficial nazi que era fanático del trabajo de Freud.

La carta fue adquirida por un coleccionista israelí en una subasta en Europa y será subastada de nuevo ahora en Jerusalén el 3 de diciembre, con una oferta inicial de 6 mil dólares.

6 de mayo de 1856. Nace Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis. Aquí cinco libros para recordarlo

lunes, mayo 6th, 2019

Sigmund Freud realizó diversos estudios sobre psicoterapia y psicoanálisis que tuvieron un gran impacto en la psicología y psiquiatría.

Ciudad de México, 6 de mayo (SinEmbargo).– Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales más importantes del siglo XX, nació el 6 de mayo de 1856.

Freud realizó diversos estudios sobre psicoterapia y psicoanálisis que tuvieron un gran impacto en la psicología y psiquiatría.

El científico investigó profundamente la personalidad del ser humano, en la que detectó tres instancias fundamentales que interactúan: el yo, ello y superyó. Estos tres conceptos son la representación del consciente, el preconscinete y el inconsciente.

Aquí una lista de libros que escribió el padre del psicoanálisis: 

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, en seis películas que abordan sus teorías

domingo, septiembre 23rd, 2018

Sus teorías le valieron el reconocimiento de muchos, quienes incluso lo consideraron como un gran científico en el campo de la medicina. Hoy en día Sigmund Freud sigue siendo una de las figuras más influyentes del pensamiento contemporáneo.

Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).– A casi ochenta años de su muerte, hoy recordamos a Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales más importantes del siglo XX, quien murió un día como hoy pero de 1939.

Freud realizó diversos estudios sobre psicoterapia y psicoanálisis que tuvieron un gran impacto en la psicología y psiquiatría. Trató de aliviar los síntomas de la histeria a través de la hipnosis, sin embargo los resultados eran temporales.

La hipnosis, según Freud, servía para curar pero su verdadero valor curativo “reside siempre en la sugestión” que consiste “en negar enérgicamente los males de los que se queja el paciente”.

Pero con el paso de los años, Freud abandonó progresivamente el método de la hipnosis y pasó al de la catarsis y después al de la asociación libre, fundamento del psicoanálisis.

El científico investigó profundamente la personalidad del ser humano, en la que detectó tres instancias fundamentales que interactúan: el yo, ello y superyó. Estos tres conceptos son la representación del consciente, el preconscinete y el inconsciente.

Así también, acuñó el término Complejo de Edipo a la conducta psicosexual que padecen algunos niños, en la que pretenden ocupar el lugar del padre con la madre. Los menores desarrollan un sentimiento de enamoramiento hacia el padre o la madre.

Sus teorías le valieron el reconocimiento de muchos, quienes incluso lo consideraron como un gran científico en el campo de la medicina. Sin embargo, otros no apoyaron sus ideas.

No obstante, el médico neurólogo se convirtió en una de las figuras más influyentes del pensamiento contemporáneo.

Debido al cáncer de paladar que padecía, Sigmund Freud dio la orden a su médico que de ser necesario, se le aplicara un sedante terminal para evitarle todo tipo de sufrimiento. Falleció el 23 de septiembre de 1939 después de que se le aplicaron tres inyecciones de morfina.

Para conmemorar su fallecimiento y si deseas adentrarte más a sus teorías desde el cine, te damos una lista con algunas de las películas que abordan su pensamiento.

FREUD: THE SECRET PASSION

[youtube JjejKunGmKM]

La película fue dirigida por John Huston y estrenada en 1962. La cinta es un drama biográfico del padre del psicoanálisis.

El guión fue una petición de Huston al filósofo Jean-Paul Sartre, quien realizó una primera entrega que suponía un tiempo de ejecución de 5 horas, aunque el director sugirió recortes para su filmación, Sartre presentó otro aún más largo.

Ambos no llegaron a ningún acuerdo, así que el escritor decidió quitar su nombre de los créditos, aunque varias de sus ideas sobrevivieron en la película que narra el inicio de las teorías de psicoanálisis de Freud.

THE SEVEN-PER-CENT SOLUTION

[youtube CxzoWxT2E2Y]

La cinta data de 1974. El detective ficticio Sherlock Holmes, de Arturo Conan Doyle, es el protagonista de la cinta. La trama se centra en la recuperación de Holmes de su adicción a la cocaína de la cuál Freud será un punto clave, pues lo ayudará a deshacerse de las drogas a través de la hipnosis.

Claro, lo anterior sin alejarse del misterio y el hambre de hallar respuestas por parte de nuestro detective, quien a su paso por el consultorio de Sigmund se encontrará con un caso por resolver.

LOVESICK

[youtube N2idm57uDo]

Lovesick, lanzada en 1983, es una comedia romántica en la que el psicoanalista Benjamin termina enamorado de una de sus pacientes, por lo que tendrá que decidir entre el amor o mantener su licencia como médico, pues su reputación se ve seriamente dañada al violar la relación medico-paciente.

En todo momento el Doctor Benjamin contará con la compañía de Sigmund Freud, quien se le aparece en forma de fantasma para ayudarle a despejar sus dudas y darle sabiduría.

THE SECRET DIARY IF SIGMUND FREUD

[youtube 7nIz42lRTO4]

La película es un retrato de la vida de Freud, desde su infancia hasta la madurez. Esta versión no engrandece al psicoanalista interpretado por el actor estadounidense Bud Cort, sino lo muestra como un hombre que no entendió la medicina.

La cinta aborda el lado “oscuro” de Freud que queda al descubierto gracias a un diario que es encontrado.

WHEN NIETZSCHE WEPT

[youtube bqyrD3MXP6o]

La película fue basada en la novela homónima escrita por Irvin D. Yalom, en ella otra vez el psicoanálisis de Freud será utilizado para tratar de ayudar a un personaje que se niega a serlo y es renuente con las imposiciones, el paciente es Friederich Nietzsche. Un filósofo alemán poco conocido en 1882, que es el año en que transcurre la historia.

Sin embargo, en el camino para encontrar sentido a la esperanza, Nietzsche estará acompañado por Josef Breuer, un célebre médico vienés que también tiene que enfrentarse asimismo.

La cinta es protagonizada por Armand Assante, Ben Cross y Katheryn Winnick.

A DANGEROUS METHOD

[youtube 3ynKX_1KRXc]

Esta es la cinta más reciente sobre el padre del psicoanálisis. Se estrenó en 2011 y fue protagonizada por Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Keira Knightley y Vincent Cassel.

El guión fue una adaptación de la obra de teatro The Talking Cure, basada a su vez en la obra de no ficción de 1993 A Most Dangerous Method, de John Kerr.

La historia narra la relación entre Carl Gustav Jung (Michael Fassbender), Sigmund Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley) de la cual nacerá el psicoanálisis moderno.

Netflix prepara Freud, su primera serie original austriaca, donde el psicoanalista será un detective

sábado, julio 7th, 2018

Netflix realizó una nueva serie en donde el psicoanalista Sigmund Freud se convierte en un detective que resuelve un caso de asesinato.

Ciudad de México, 7 de julio (El Diario/SinEmbargo).— Netflix desarrolla Freud, una serie original de suspense coproducida entre Alemania y Austria que constituye el primer drama original austriaco de la plataforma, según informa Variety.

Esta nueva serie narra la historia de un joven Sigmund Freud, que se alía con un médium (Fleur Salomé) y un inspector de policía Kiss para rastrear a un asesino en serie de la Viena del siglo XIX.

Freud es considerado el padre del psicoanálisis y estudió en la capital austriaca. En esta nueva producción, una de las mayores figuras intelectuales de los siglos XIX y XX seguirá las pistas hasta descubrir el origen de un crimen.

La plataforma lanzará la nueva producción internacionalmente, que contará con ocho episodios. Se empezará a rodar este otoño y aún está pendiente de seleccionar a su elenco.

¿De dónde vienen los sueños? No del subconsciente, dice Hugo Hiriart

sábado, mayo 26th, 2018

Dice que este libro le ha resultado buenísimo y por eso ahora lo republica. A 20 años de editado por ERA, sigue siendo uno de los libros y más polémicos Sobre la naturaleza de los sueños. No es que sueñes hoy con tu novio de la adolescencia porque lo recuerdas y es tu inconsciente el que te lo lleva a la mente. Para Hiriart, el sueño acontece y uno no sabe por qué.

Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo).- Dice Hugo Hiriart si hemos leído su libro y si podemos contestar de acuerdo a su tratado ¿por qué ocurren? ¿Cómo ocurren? ¿Cómo los recordamos? ¿Qué significan?

Sobre la naturaleza de los sueños es probablemente uno de los libros más polémicos de Hugo Hiriart, teniendo en cuenta que La interpretación de los sueños, el famoso libro de Sigmund Freud, se le hace “divertido”, pero nada que ver con lo que trata.

“Los sueños acontecen, puede soñar lo mismo un viejo de ochenta como un niño de 5. El sueño no tiene tiempo ni espacio”, dice el entrevistado, mientras critica a todos aquellos que tienen su propia teoría sobre los sueños.

–Cuando uno sueña mucho, en realidad la persona no duerme, es como una vigilia, ¿verdad?

–Todas esas cosas que dicen de los sueños cosas en las que no ha pensado ni cinco minutos. Quitando que a la gente le cuesta mucho trabajo pensar, son ocurrencias, nada de eso es verdad. Todos soñamos igual, todos soñamos lo mismo, en los sueños no hay que tú sueñas muy bien y yo sueño muy mal. Un niño y un sabio anciano sueñan igual, con la misma inventiva. En gran parte pasa eso porque el sueño no lo haces tú. El sueño es algo que te sucede. Dormida lo único que puedes hacer es soñar.

–Después de un derrame cerebral uno tiene miedo de no soñar. ¿El sueño habla de la salud del cerebro, es así?

­–No, para nada. A mí me han dado dos ataques cerebrales y nunca he observado que sueñe menos o más. Eso sí, la experiencia vivida cuando te da el ataque es fantástica y es absolutamente rara, porque no te duele nada, parece que estás más o menos bien. Lo único que advertí es que hay una distancia entre la decisión y el acto. Voy a agarrar este libro, pasa un poco y no lo puedo agarrar…

A los sueños jamás tenemos acceso. Nunca. Es una caja chica que viene cerrada. Foto: Cuartoscuro

–¿Qué es la naturaleza de los sueños?

–A los sueños jamás tenemos acceso. Nunca. Es una caja chica que viene cerrada. Lo que conocemos es el recuerdo de un sueño, por eso es un problema filosófico si los sueños son experiencias o no. Hay que tomar en cuenta porque el sueño es muy distinto a cómo se da a cómo lo recuerdas. El hecho central de un sueño, es que no hay tiempo. Si en los sueños no hay tiempo no puede ser una narración, porque la narración es algo que necesita tiempo para contarse.

–Este libro es una reedición y teniendo en cuenta que Freud ya había hecho La interpretación de los sueños.

–Es un libro malísimo. Bueno, es un libro fascinante, porque Freud era muy creativo y muy inteligente y él analiza sus propios sueños. Es interesante ver qué cuenta. Por ejemplo, él sueña que va guiando un coche de caballos y entonces dice, que es un sueño que lo enaltecía. Hay una nota que dice que en Viena, cuando vivía Freud, sólo los aristócratas llevaban ellos el carruaje. Eso lo enaltecía a Freud. Era un escritor, pero lo que él dice que es un sueño no se comparece con la realidad. Él cree que los sueños los haces y que en ellos expresas tus deseos del inconsciente. Ninguna de las dos cosas es cierta. El sueño se forma dentro de ti, sin que tú participes. Ninguna persona tiene inventiva para hacer un sueño, es contrario a la inventiva.

Libro reeditado por ERA. Foto: Especial

–Todos relacionamos al inconsciente con los sueños

–Pues hacen mal. En el sueño no puedes planear nada y la cosa decisiva para que te quites estas ideas argentinas es que en los sueños no hay tiempo. El sueño está lleno de emoción, como todo lo humano. Los griegos, que eran más listos que nosotros, no decían tuve un sueño sino anoche me llegó un sueño. Porque ellos sí veían de dónde salían los sueños. Lo que es muy fascinante de los sueños son las estupideces que piensa la gente. Las tonterías irreflexivas completamente. Toda la gente cree que tiene derecho a afirmar y a decir cosas sobre los sueños, por ejemplo, decir que los sueños son en blanco y negro, no es así, en los sueños no ves nada. Soñar no es ver. Soñar es un pedazo de vida y a veces el recuerdo de un pedazo de vida. En los sueños participa la imaginación, es su gran momento y la memoria. La imaginación saca algo de tu memoria, va y lo pone en el sueño.

–¿Ha escrito algún libro fruto de un sueño?

–Yo sostengo que un sueño no se puede contar. Todo el que ha contado un sueño, sabe que estás requiriendo de un recuerdo. Es muy interesante cuando uno tiene un sueño erótico. Uno sueña que estaba enamorado de alguien y cuando despierta uno sigue todavía con esa impresión, el amor que suscitó. Uno quisiera ver a la muchacha, hace 10 años que no la ves, se ha revivido dentro de ti. Si a eso le llamas inspiración, está bien.

–¿Cuánto dura un sueño?

–Un sueño no tiene tiempo, no podemos saber cuánto dura.

LECTURAS | El origen del patriarcado: Gerda Lerner

sábado, febrero 17th, 2018

El patriarcado es una creación histórica elaborada por hombres y mujeres en un proceso que tardó casi 2.500 años en completarse. La primera forma del patriarcado apareció en el estado arcaico. La unidad básica de su organización era la familia patriarcal, que expresaba y generaba constantemente sus normas y valores. Hemos visto de qué manera tan profunda influyeron las definiciones del género en la formación del estado. Ahora demos un breve repaso de la forma en que se creó, definió e implantó el género.

Ciudad de México, 17 de febrero (SinEmbargo/Culturamas).- Las funciones y la conducta que se consideraba que eran las apropiadas a cada sexo venían expresadas en los valores, las costumbres, las leyes y los papeles sociales. También se hallaban representadas, y esto es muy importante, en las principales metáforas que entraron a formar parte de la construcción cultural y el sistema explicativo.

La sexualidad de las mujeres, es decir, sus capacidades y servicios sexuales y reproductivos, se convirtió en una mercancía antes incluso de la creación de la civilización occidental. El desarrollo de la agricultura durante el periodo neolítico impulsó el “intercambio de mujeres” entre tribus, no sólo como una manera de evitar guerras incesantes mediante la consolidación de alianzas matrimoniales, sino también porque las sociedades con mas mujeres podían reproducir más niños. A diferencia de las necesidades económicas en las sociedades cazadoras y recolectoras, los agricultores podían emplear mano de obra infantil para incrementar la producción y estimular excedentes. El colectivo masculino tenía unos derechos sobre las mujeres que el colectivo femenino no tenía sobre los hombres. Las mismas mujeres se convirtieron en un recurso que los hombres adquirían igual que se adueñaban de las tierras. Las mujeres eran intercambiadas o compradas en matrimonio en provecho de su familia; más tarde se las conquistaría o compraría como esclavas, con lo que las prestaciones sexuales entrarían a formar parte de su trabajo y sus hijos serían propiedad de sus amos. En cualquier sociedad conocida los primeros esclavos fueron las mujeres de grupos conquistados, mientras que a los varones se les mataba. Sólo después que los hombres hubieran aprendido a esclavizar a las mujeres de grupos catalogados como extraños supieron cómo reducir a la esclavitud a los hombres de esos grupos y, posteriormente, a los subordinados de su propia sociedad.

Un libro imprescindible. Foto: Especial

De esta manera la esclavitud de las mujeres, que combina racismo y sexismo a la vez, precedió a la formación y a la opresión de clases. Las diferencias de clase estaban en sus comienzos expresadas y constituidas en función de las relaciones patriarcales. La clase no es una construcción aparte del género, sino que más bien la clase se expresa en términos de género.

Hacia el segundo milenio a.C. en las sociedades mesopotámicas las hijas de los pobres eran vendidas en matrimonio o para prostituirlas a fin de aumentar las posibilidades económicas de su familia. Las hijas de hombres acaudalados podían exigir un precio de la novia, que era pagado a su familia por la del novio, y que frecuentemente permitía a la familia de ella concertar matrimonios financieramente ventajosos a los hijos varones, lo que mejoraba la posición económica de la familia. Si un marido o un padre no podían devolver una deuda, podían dejar en fianza a su esposa e hijos que se convertían en esclavos por deudas del acreedor. Estas condiciones estaban tan firmemente establecidas hacia 1750 a.C. que la legislación hammurábica realizó una mejora decisiva en la suerte de losesclavos por deudas al limitar su prestación de servicios a tres años, mientras que hasta entonces había sido de por vida.

Los hombres se apropiaban del producto de ese valor de cambio dado a las mujeres: el precio de la novia, el precio de venta y los niños. Puede perfectamente ser la primera acumulación de propiedad privada. La reducción a la esclavitud de las mujeres de tribus conquistadas no sólo se convirtió en un símbolo de estatus para los nobles y los guerreros, sino que realmente permitía a los conquistadores adquirir riquezas tangibles gracias a la venta o el comercio del producto del trabajo de las esclavas y su producto reproductivo: niños en esclavitud.

La esclavitud de las mujeres, que combina racismo y sexismo a la vez, precedió a la formación y a la opresión de clase. Foto: Shutterstock

Claude Lévi-Strauss, a quien debemos el concepto de “el intercambio de mujeres”, habla de la cosificación de las mujeres que se produjo a consecuencia de lo primero. Pero lo que se cosifica y lo que se convierte en una mercancía no son las mujeres. Lo que se trata así es su sexualidad y su capacidad reproductiva. La distinción es importante. Las mujeres nunca se convirtieron en “cosas” ni se las veía de esa manera.

Las mujeres, y no importa cuán explotadas o cuánto se haya abusado de ellas, conservaban su poder de actuación y de elección en el mismo grado, aunque más limitado, que los hombres de su grupo. Pero ellas, desde siempre y hasta nuestros días, tuvieron menos libertad que los hombres. Puesto que su sexualidad, uno de los aspectos de su cuerpo, estaba controlada por otros, las mujeres, además de estar en desventaja física, eran reprimidas psicológicamente de una manera muy especial. Para ellas, al igual que para los hombres de grupos subordinados y oprimidos, la historia consistió en la lucha por la emancipación y en la liberación de la situación de necesidad. Pero las mujeres lucharon contra otras formas de opresión y dominación distintas que las de los hombres, y su lucha, hasta la actualidad, ha quedado por detrás de ellos.

El primer papel social de las mujeres definido según el género fue ser las que eran intercambiadas en transacciones matrimoniales. El papel genérico anverso para los hombres fue el de ser los que hacían el intercambio o que definían sus términos. Otro papel femenino definido según el género fue el de esposa “suplente”, que se creó e institucionalizó para las mujeres de la élite. Este papel les confería un poder y unos privilegios considerables pero dependía de que estuvieran unidas a hombres de la élite como mínimo, en que cuando les prestaran servicios sexuales y reproductivos lo hicieran de forma satisfactoria. Si una mujer no cumplía esto que se pedía de ella, era rápidamente sustituida, por lo que perdía todos sus privilegios y posición.

El papel de guerrero, definido según el género, hizo que los hombres lograran tener poder sobre los hombres y las mujeres de las tribus conquistadas. Estas conquistas motivadas por las guerras generalmente ocurrían con gentes que se distinguían de los vencedores por la raza, por la etnia o simplemente diferencias de tribu. En un principio, la “diferencia” como señal de distinción entre los conquistados y los conquistadores estaba basada en la primera diferencia clara observable, la existente entre sexos. Los hombres habían aprendido a vindicar y ejercer el poder sobre personas algo distintas a ellos con el intercambio primero de mujeres. Al hacerlo obtuvieron los conocimientos necesarios para elevar cualquier clase de “diferencia” a criterio de dominación.

Desde sus inicios en la esclavitud, la dominación de clases adoptó formas distintas en los hombres y las mujeres esclavizados: los hombres eran explotados principalmente como trabajadores; las mujeres fueron siempre explotadas como trabajadoras, como prestadoras de servicios sexuales y como reproductoras. Los testimonios históricos de cualquier sociedad esclavista nos aportan pruebas de esta generalización. Se puede observar la explotación sexual de las mujeres de clase inferior por hombres de la clase alta en la antigüedad, durante el feudalismo, en las familias burguesas de los siglos XIX y XX en Europa y en las complejas relaciones de sexo/raza entre las mujeres de los países colonizados y los colonizadores: es universal y penetra hasta lo más hondo. La explotación sexual es la verdadera marca de la explotación de clase en las mujeres.

 

La explotación sexual es la verdadera marca de la explotación de clase en las mujeres. Foto: Shutterstock  

En cualquier momento de la historia cada “clase” ha estado compuesta por otras dos clases distintas: los hombres y las mujeres. La posición de clase de las mujeres se consolida y tiene una realidad a través de sus relaciones sexuales. Siempre estuvo expresada por grados de falta de libertad en una escala que va desde la esclava, con cuyos servicios sexuales y reproductivos se comercia del mismo modo que con su persona; a la concubina esclava, cuya prestación sexual podía suponerle subir de estatus o el de sus hijos; y finalmente la esposa “libre”, cuyos servicios sexuales y reproductivos a un hombre de la clase superior la ‘autorizaba’ a tener propiedades y derechos legales. Aunque cada uno de estos grupos tenga obligaciones y privilegios muy diferente en lo que respecta a la propiedad, la ley y los recursos económicos, comparten la falta de libertad que supone estar sexual y reproductivamente controladas por hombres.

Podemos expresar mejor la complejidad de los diferentes niveles de dependencia y libertad femeninos si comparamos a cada mujer con su hermano y pensamos en como difieren las vidas y oportunidades de una y otro.

Entre los hombres, la clase estaba y está basada en su relación con los medios de producción: aquellos que poseían los medios de producción podían dominar a quienes no los poseían. Los propietarios de los medios de producción adquirían también la mercancía de cambio de los servicios sexuales femeninos, tanto de mujeres de su misma clase como de las de clases subordinadas. En la antigua Mesopotamia, en la antigüedad clásica y en las sociedades esclavistas, los hombres dominantes adquirían también, en concepto de propiedad, el producto de las capacidades reproductivas de las mujeres subordinadas: niños, que harían trabajar, con los que comerciarían, a los que casarían o venderían como esclavos, según viniera al caso. Respecto a las mujeres, la clase está mediatizada por sus lazos sexuales con un hombre. A través de un hombre las mujeres podían acceder o se les negaba el acceso a los medios de producción y los recursos. A través de su conducta sexual se produce su pertenencia a una clase. Las mujeres “respetables” pueden acceder a una clase gracias a sus padres y maridos, pero romper con las normas sexuales puede hacer que pierdan de repente la categoría social. La definición por género de “desviación” sexual distingue a una mujer como “no respetable”, lo que de hecho la asigna al estatus más bajo posible. Las mujeres que no prestan servicios heterosexuales (como las solteras, las monjas o las lesbianas) están vinculadas a un hombre dominante de su familia de origen y a través de él pueden acceder a los recursos. O, de lo contrario, pierden su categoría social. En algunos períodos históricos, los conventos y otros enclaves para solteras crearon un cierto espacio de refugio en el cual esas mujeres podían actuar y conservar su respetabilidad. Pero la amplia mayoría de las mujeres solteras están, por definición, al margen y dependen de la protección de sus parientes varones. Es cierto en toda la historia hasta la mitad del siglo XX en el mundo occidental, y hoy día todavía lo es en muchos de los países subdesarrollados. El grupo de mujeres independientes y que se mantienen a sí mismas que existe en cada sociedad es muy pequeño y, por lo general, muy vulnerable a los desastres económicos.

El grupo de mujeres independientes y que se mantienen a sí mismas que existe en cada sociedad es muy pequeño y, por lo general, muy vulnerable a los desastres económicos. Foto: Shutterstock

La opresión y la explotación económicas están tan basadas en dar un valor de mercancía a la sexualidad femenina y en la apropiación por parte de los hombres de la mano de obra de la mujer y su poder reproductivo, como en la adquisición directa de recursos y personas.

El estado arcaico del antiguo Próximo Oriente surgió en el segundo milenio a.C. de las dos raíces hermanas del dominio sexual de los hombres sobre las mujeres y de la explotación de unos hombres por otros. Desde su comienzo el estado arcaico estuvo organizado de tal manera que la dependencia del cabeza de familia del rey o de la burocracia estatal se veía compensada por la dominación que ejercía sobre su familia. Los cabezas de familia distribuían los recursos de la sociedad entre su familia de la misma manera que el estado les repartía a ellos los recursos de la sociedad. El control de los cabeza de familia sobre sus parientes femeninas y sus hijos menores era tan vital para la existencia del estado como el control del rey sobre sus soldados. Ello esta reflejado en las diversas recopilaciones jurídicas mesopotámicas, especialmente en el gran numero de leyes dedicadas a la regulación de la sexualidad femenina.

Desde el segundo milenio a.C. en adelante el control de la conducta sexual de los ciudadanos ha sido una de las grandes medidas de control social en cualquier sociedad estatal. A la inversa, dentro de la familia la dominación sexual recrea constantemente la jerarquía de clases. Independientemente de cual sea el sistema político o económico, el tipo de personalidad que puede funcionar en un sistema jerárquico está creado y nutrido en el seno de la familia patriarcal.

La familia patriarcal ha sido extraordinariamente flexible y ha variado según la época y los lugares. El patriarcado oriental incluía la poligamia y la reclusión de las mujeres en harenes. El patriarcado en la antigüedad clásica y en su evolución europea esta basado en la monogamia, pero en cualquiera de sus formas formaba parte del sistema el doble estándar sexual que iba en detrimento de la mujer. En los modernos estados industriales, como por ejemplo los Estados Unidos, las relaciones de propiedad en el interior de la familia se desarrollan dentro de una línea mas igualitaria que en aquellos donde el padre posee una autoridad absoluta y, sin embargo, las relaciones de poder económicas y sexuales dentro de la familia no cambian necesariamente. En algunos casos, las relaciones sexuales son mas igualitarias aunque las económicas sigan siendo patriarcales; en otros, se produce la tendencia inversa. En todos ellos, no obstante, estos cambios dentro de la familia no alteran el predominio masculino sobre la esfera pública, las instituciones y el gobierno.

La familia es el mero reflejo del orden imperante en el estado y educa a sus hijos para que lo sigan, con lo que crea y refuerza constantemente ese orden. Hay que señalar que cuando hablamos de las mejoras relativas en el estatus femenino dentro de una sociedad determinada, frecuentemente ello tan sólo significa que presenciamos unas mejoras de grado, ya que su situación les ofrece la oportunidad de ejercer cierta influencia sobre el sistema patriarcal. En aquellos lugares en que las mujeres cuentan relativamente con un mayor poder económico, pueden tener algún control más sobre sus vidas que en aquellas sociedades donde no lo tienen. Asimismo, la existencia de grupos femeninos, asociaciones o redes económicas sirve para incrementar la capacidad de las mujeres para contrarrestar los dictámenes de su sistema patriarcal concreto. Algunos antropólogos e historiadores han llamado “libertad” femenina a esta relativa mejora. Dicha denominación es ilusoria e injustificada. Las reformas y los cambios legales, aunque mejoren la condición de las mujeres y sean parte fundamental de su proceso de emancipación, no van cambiar de raíz el patriarcado. Hay que integrar estas reformas dentro de una vasta revolución cultural a in de transformar el patriarcado y abolirlo.

El sistema patriarcal solo puede funcionar gracias a la cooperación de las mujeres. Esta cooperación le viene avalada de varias maneras: la inculcación de los géneros; la privación de la enseñanza; la prohibición a las mujeres a que conozcan su propia historia; la división entre ellas al definir la “respetabilidad” y la “desviación” a partir de sus actividades sexuales; mediante la represión y la coerción total; por medio de la discriminación en el acceso a los recursos económicos y el poder político; y al recompensar con privilegios de clase a las mujeres que se conforman.

La familia es el mero reflejo del orden imperante en el estado y educa a sus hijos para que lo sigan. Foto: Shutterstock

Durante casi cuatro mil años las mujeres han desarrollado sus vidas y han actuado a la sombra del patriarcado, concretamente de una forma de patriarcado que podría definirse mejor como dominación paternalista. El término describe la relación entre un grupo dominante, al que se considera superior, y un grupo subordinado, al que se considera inferior, en la que la dominación queda mitigada por las obligaciones mutuas y los deberes recíprocos. El dominado cambia sumisión por protección, trabajo no remunerado manutención. En la familia patriarcal, las responsabilidades y las obligaciones no están distribuidas por un igual entre aquellos a quienes se protege: la subordinación de los hijos varones a la dominación paterna es temporal; dura hasta que ellos mismos pasan a ser cabezas de familia. La subordinación de las hijas y de la esposa es para toda la vida. Las hijas únicamente podrán escapar a ella si se convierten en esposas bajo el dominio/la protección de otro hombre. La base del paternalismo es un contrato de intercambio no consignado por escrito: soporte económico y protección que da el varón a cambio de la subordinación en cualquier aspecto, los servicios sexuales y el trabajo doméstico no remunerado de la mujer. Con frecuencia la relación continúa, de hecho y por derecho, incluso cuando la parte masculina ha incumplido sus obligaciones.

Fue una elección racional por parte de las mujeres, en las condiciones de inexistencia de un poder público y de dependencia económica, el escoger protectores fuertes para si y sus hijos. Las mujeres siempre compartieron los privilegios clasistas de los hombres de la misma clase mientras se encontraran bajo la protección de alguno. Para aquellas que no pertenecían a la clase baja, el “acuerdo mutuo” funcionaba del siguiente modo: a cambio de vuestra subordinación sexual, económica, política e intelectual a los hombres, podréis compartir el poder con los de vuestra clase para explotar a los hombres y las mujeres de clase inferior. Dentro de una sociedad de clases es difícil que las personas que poseen cierto poder, por muy limitado y restringido que este sea, se vean a si mismas privadas de algo y subordinadas. Los privilegios clasistas y raciales sirven para minar la capacidad de las mujeres para sentirse parte de un colectivo con una coherencia, algo que en verdad no son, pues de entre todos los grupos oprimidos únicamente las mujeres están presentes en todos los estratos de la sociedad. La formación de una conciencia femenina colectiva debe desarrollarse por otras vías. Esta es la razón por la cual las formulaciones teóricas que han sido de ayuda a otros grupos oprimidos sean tan inadecuadas para explicar y conceptuar la subordinación de las mujeres.

Las mujeres han participado durante milenios en el proceso de su propia subordinación porque se las ha moldeado psicológicamente para que interioricen la idea de su propia inferioridad. La ignorancia de su misma historia de luchas y logros ha sido una de las principales formas de mantenerlas subordinadas. La estrecha conexión de las mujeres con las estructuras familiares hizo que cualquier intento de solidaridad femenina y cohesión de grupo resultara extremadamente problemático. Toda mujer estaba vinculada a los parientes masculinos de su familia de origen a través de unos lazos que conllevaban unas obligaciones específicas. Su adoctrinamiento, desde la primera infancia en adelante, subrayaba sus obligaciones no sólo de hacer una contribución económica a sus parientes y allegados, sino también de aceptar un compañero para casarse acorde con los intereses familiares. Otra manera de explicarlo es decir que el control sexual de la mujer estaba ligado a la protección paternalista y que, en las diferentes etapas de su vida, ella cambiaba de protectores masculinos sin superar nunca la etapa infantil de estar subordinada y protegida.

Las condiciones reales de su estatus de subordinación impulsaron a otras clases y a otros grupos oprimidos a crear una conciencia colectiva. El esclavo y la esclava podían trazar claramente una línea entre los intereses y los lazos con su familia y los ligámenes de servidumbre/protección que le vinculaban a su amo. En realidad, la protección de los padres esclavos de su familia frente al amo fue una de las causas más importantes de la resistencia esclavista. Por otro lado, las mujeres “libres” aprendieron pronto que sus parientes las expulsarían si alguna vez se rebelaban contra su dominio.

En las sociedades campesinas tradicionales se han registrado muchos casos en los que miembros femeninos de una familia toleraban o incluso participan en el castigo, las torturas, inclusive la muerte, de una joven que ha transgredido el “honor” familiar. En tiempos bíblicos, la comunidad entera se reunía para lapidar a la adúltera hasta matarla. Prácticas similares prevalecieron en Sicilia, Grecia, Albania hasta entrado el siglo XX. Los padres y maridos de Bangladesh expulsaron a sus hijas y esposas que habían sido violadas por los soldados invasores, arrojándolas a la prostitución. Así pues, a menudo las mujeres se vieron forzadas a huir de un “protector” por otro, y su “libertad” frecuentemente se definía sólo por su habilidad para manipular a dichos protectores. El impedimento más importante al desarrollo de una conciencia colectiva entre las mujeres fue la carencia de una tradición que reafirmase su independencia y su autonomía en alguna época pasada. Por lo que nosotras sabemos, nunca ha existido una mujer o un grupo de mujeres que hayan vivido sin la protección masculina.

Nunca ha habido un grupo de personas como ellas que hubiera hecho algo importante por sí mismas. Las mujeres no tenían historia, eso se les dijo y eso creyeron. Por tanto, en última instancia, la hegemonía masculina dentro del sistema de símbolos fue lo que situó de forma decisiva a las mujeres en una posición desventajosa.

La hegemonía masculina en el sistema de símbolos adoptó dos formas: la privación de educación a las mujeres y el monopolio masculino de las definiciones. Lo primero sucedió de forma inadvertida, más como una consecuencia de la dominación de clases y de la llegada al poder de las élites militares. Durante toda la historia han existido siempre vías de escape para las mujeres de las clases elitistas, cuyo acceso a la educación fue uno de los principales aspectos de sus privilegios de clase. Pero el dominio masculino de las definiciones ha sido deliberado y generalizado, y la existencia de unas mujeres muy instruidas y creativas apenas ha dejado huella después de cuatro mil años.

Hemos presenciado cómo los hombres se apropiaron y luego transformaron los principales símbolos de poder femeninos: el poder de la diosa-madre y el de las diosas de la fertilidad. Hemos visto que los hombres elaboraban teologías basadas en la metáfora irreal del poder de procreación masculino y que redefinieron la existencia femenina de una forma estricta y de dependencia sexual. Por último, hemos visto cómo las metáforas del género han representado al varón como la norma y a la mujer como la desviación; el varón como un ser completo y con poderes, la mujer como ser inacabado, mutilado y sin autonomía. Conforme a estas construcciones simbólicas, fijadas en la filosofía griega, las teologías judeocristianas y la tradición jurídica sobre las que se levanta la civilización occidental, los hombres han explicado el mundo con sus propios términos y han definido cuales eran las cuestiones de importancia para convertirse así en el centro del discurso.

Al hacer que el término “hombre” incluya el de “mujer” y de este modo se arrogue la representación de la humanidad, los hombres han dado origen en su pensamiento a un error conceptual de vastas proporciones. Al tomar la mitad por el todo, no sólo han perdido la esencia de lo que estaban describiendo, sino que lo han distorsionado de tal manera que no pueden verlo con corrección. Mientras los hombres creyeron que la tierra era plana no pudieron entender su realidad, su función y la verdadera relación con los otros cuerpos celestes. Mientras los hombres crean que sus experiencias, su punto de vista y sus ideas representan toda la experiencia y todo el pensamiento humanos, no sólo serán incapaces de definir correctamente lo abstracto, sino que no podrán ver la realidad tal y como es.

En las sociedades campesinas tradicionales se han registrado muchos casos en los que miembros femeninos de una familia toleraban o incluso participan en el castigo, las torturas, inclusive la muerte, de una joven que ha transgredido el “honor” familiar. Foto: Shutterstock

La falacia androcéntrica, elaborada en todas las construcciones mentales de la civilización occidental, no puede ser rectificada “añadiendo” simplemente a las mujeres. Para corregirla es necesaria una reestructuración radical del pensamiento y el análisis, que de una vez por todas acepte el hecho de que la humanidad esta formada hombres y mujeres a partes iguales, y que las experiencias, los pensamientos y las ideas de ambos sexos han de estar representados en cada una de las generalizaciones que se haga sobre los seres humanos.

El desarrollo histórico ha creado hoy por primera vez las condiciones necesarias gracias a las cuales grandes grupos de mujeres, finalmente todas ellas, podrán emanciparse de la subordinación. Puesto que el pensamiento femenino ha estado aprisionado dentro de un marco patriarcal estrecho y erróneo, un prerrequisito necesario para cambiar es transformar la conciencia que las mujeres tenemos de nosotras mismas y de nuestro pensamiento.

Hemos iniciado este libro con una discusión de la importancia que tiene la historia en la concienciación y el bienestar psíquico humanos. La historia da sentido a la vida humana y conecta cada existencia con la inmortalidad; pero la historia tiene todavía otra función. Al conservar el pasado colectivo y reinterpretarlo para el presente, los seres humanos definen su potencial y exploran los limites de sus posibilidades.

Aprendemos del pasado no sólo lo que la gente que vivió antes que nosotros hizo, pensó y tuvo la intención de hacer, sino que también en qué se equivocaron y en qué fallaron. Desde los días de las listas de monarcas babilonios en adelante, el registro del pasado ha sido escrito e interpretado por hombres y se ha centrado principalmente en los actos, las acciones e intenciones de los varones. Con la aparición de la escritura, el conocimiento humano empezó a avanzar a grandes saltos y a un ritmo más rápido que antes. A pesar de que, como hemos observado, las mujeres habían participado en el mantenimiento de la tradición oral y las funciones religiosas y rituales durante el periodo preliterario hasta casi un milenio después, la privación de educación y su arrinconamiento de los símbolos tuvieron un profundo efecto en su futuro desarrollo.

La brecha existente entre la experiencia de aquellos que podían o podrían (en el caso de los hombres de clase inferior) participar en la creación del sistema de símbolos y aquellas que meramente actuaban pero que no interpretaban se fue haciendo cada vez más grande.

En su brillante obra El segundo sexo, Simone de Beauvoir se centraba en el producto histórico final de este desarrollo. Describía al hombre como un ser autónomo y trascendente, a la mujer como inmanente. Cuando explicaba “por que las mujeres carecen de medios concretos para organizarse y formar una unidad” en defensa de sus intereses, declaraba con llaneza: “Ellas [las mujeres] no tienen pasado, ni historia, ni religión que puedan llamar suyos”. Beauvoir tiene razón cuando observa que las mujeres no han “trascendido”, si por trascendencia se entiende la definición e interpretación del saber humano. Pero se equivoca al pensar que por tanto la mujer no ha tenido una historia. Dos décadas de estudios sobre Historia de las mujeres han rebatido esta falacia al sacar a la luz una interminable lista de fuentes y desenterrar e interpretar la historia oculta de las mujeres. Este proceso de crear una historia de las mujeres está todavía en marcha y tendrá que continuar así durante mucho tiempo. Sólo ahora empezamos a comprender lo que implica.

El mito de que las mujeres quedan al margen de la creación histórica y de la civilización ha influido profundamente en la psicología femenina y masculina. Ha hecho que los hombres se formaran una opinión parcial y completamente errónea de cual es su lugar dentro de la sociedad humana y el universo. A las mujeres, como se evidencia en el caso de Simone de Beauvoir, que seguramente es una de las más instruidas de su generación, les parecía que durante milenios la historia solo había ofrecido lecciones negativas y ningún precedente de un acto importante, una heroicidad o un ejemplo liberador. Lo más difícil de todo era la aparente ausencia de una tradición que reafirmara la independencia y la autonomía femeninas. Era como si nunca hubiera existido una mujer o grupo de mujeres que hubieran vivido sin la protección masculina. Es significativo que todos los ejemplos de lo contrario fueran expresados a través de mitos y fábulas: las amazonas, las asesinas de dragones, mujeres con poderes mágicos. Pero en la vida real las mujeres no tenían historia: eso se les dijo y así lo creyeron. Y como no tenían historia, no tenían alternativas para el futuro. En cierto sentido, se puede describir la lucha de clases como una lucha por el control de los sistemas simbólicos de una sociedad concreta.

El grupo oprimido, que comparte y participa en los principales símbolos controlados por los dominadores, desarrolla también sus propios símbolos. En la época de un cambio revolucionario esto se convierte en una fuerza importante para la creación de alternativas. Otra forma de decirlo es que sólo se pueden generar ideas revolucionarias cuando los oprimidos poseen una alternativa al sistema de símbolos y significados de aquellos que les dominan. De este modo, los esclavos que vivían en un medio controlado por los amos y que físicamente estaban sujetos a su total control, pudieron conservar su humanidad y a veces fijar límites al poder de un amo gracias a la posibilidad de asirse a su propia “cultura”.

Dicha cultura la formaban los recuerdos colectivos, cuidadosamente mantenidos con vida, de una etapa previa de libertad y de alternativas a los ritos, símbolos y creencias de sus amos. Lo que resulta decisivo para el individuo era la posibilidad de que el o ella decidieran identificarse con un estado distinto al de esclavitud o subordinación. De esta manera, todos los varones, tanto si eran esclavos como si estaban económica o racialmente oprimidos, todavía podían identificarse con aquellos -otros varones- que mostraban cualidades trascendentes, aunque pertenecieran al sistema simbólico del amo. No importa cuanto se les hubiera degradado, todo esclavo campesino eran iguales al amo en su relación con Dios. No era así en el caso de las mujeres. Todo lo contrario; en la civilización occidental y hasta la Reforma protestante, ninguna mujer, y no importan su posición elevada ni sus privilegios, podía sentir que reforzaba y confirmaba su humanidad imaginándose a personas como ella -otras mujeres- en puestos con autoridad intelectual en relación directa con Dios.

Allí donde no existe un precedente no se pueden concebir alternativas a las condiciones existentes. Es esta característica de la hegemonía masculina lo, que ha resultado más perjudicial a las mujeres y ha asegurado su estatus de subordinación durante milenios. La negación a las mujeres de su propia historia ha reforzado que aceptasen la ideología del patriarcado y ha minado el sentimiento de autoestima de cada mujer. La versión masculina de la historia, legitimada en concepto de “verdad universal”, las ha presentado al margen de la civilización y como víctimas del proceso histórico. Verse presentada de esta manera y creérselo es casi peor que ser del todo olvidada. La imagen es completamente falsa por ambas partes, como ahora sabemos, pero el paso de las mujeres por la historia ha estado marcado por su lucha en contra de esta distorsión mutiladora.

Simone de Beauvoir se equivoca al pensar que por tanto la mujer no ha tenido una historia. Foto: Especial

Por otra parte, durante más de 2.500 años, las mujeres se han encontrado en una situación de desventaja educativa y se las ha privado de las condiciones para crear un pensamiento abstracto. Obviamente, esto no depende del sexo; la capacidad de pensar es inherente a la humanidad: puede alimentársela o desanimarla, pero no se la puede reprimir. Esto es cierto, sin duda alguna, en lo que respecta al pensamiento que genera la vida diaria y relacionado con ella, el

nivel de pensamiento en el que la mayoría de hombres y mujeres se mueven toda la vida. Pero la generación de un pensamiento abstracto y de nuevos modelos conceptuales -la formación de teorías- es otra cuestión.

Esta actividad depende de que el pensador haya sido educado en lo mejor de las tradiciones existentes y de que le acepten un grupo de personas instruidas que, con sus críticas y el intercambio de ideas, le darán un “espaldarazo cultural”. Depende de disponer de tiempo para uno. Por último, depende de que el pensador en cuestión sea capaz de absorber esos conocimientos y dar luego el salto creativo a un nuevo orden de ideas. Las mujeres, históricamente, no se han podido valer de ninguno de estos prerrequisitos necesarios. La discriminación en la enseñanza les ha impedido acceder a todos estos conocimientos; el “espaldarazo cultural”, institucionalizado en las cotas más altas de los sistemas religioso y académico, no estaba a su alcance. De manera universal, las mujeres de cualquier clase han dispuesto siempre de menos tiempo libre que los hombres y, debido a que tienen que criar a sus hijos además de sus funciones de atender a la familia, el tiempo libre que tenían por lo general no era para ellas. El tiempo que necesitan los pensadores para sus trabajos y sus horas de estudio ha sido respetado como algo privado desde los inicios de la filosofía griega. Igual que los esclavos de Aristóteles, las mujeres, “que con sus cuerpos atienden a las necesidades vitales”, han sufrido durante más de 2.500 años las desventajas de un tiempo fraccionado, constantemente interrumpido. Por último, el tipo de formación del carácter que hace que una mente sea capaz de dar nuevas conexiones y modelar un nuevo orden de abstracciones ha sido exactamente el contrario al que se exigía de las mujeres, educadas para aceptar su posición subordinada y destinadas a prestar servicios dentro de la sociedad.

No obstante, siempre ha existido una pequeña minoría de mujeres privilegiadas, por lo general pertenecientes a la élite dirigente, que han tenido acceso al mismo tipo de educación que sus hermanos. De entre sus filas han salido las intelectuales, las pensadoras, las escritoras, las artistas. Son ellas quienes en toda la historia nos han podido dar una perspectiva femenina, una alternativa al pensamiento androcéntrico. Han pagado un precio muy alto por ello y lo han hecho con enormes dificultades. Estas mujeres, que fueron admitidas en el centro de la actividad intelectual de su época y en especial de los últimos cien años, han tenido antes que aprender “a pensar como hombres”. Durante el proceso, muchas de ellas asumieron tanto esa enseñanza que perdieron la capacidad de concebir alternativas. La manera para pensar en abstracto es definir con exactitud, crear modelos mentales y generalizar a partir de ellos. Ese pensamiento, nos han enseñado los hombres, ha de partir de la eliminación de los sentimientos. Las mujeres, igual que los pobres, los subordinados, los marginados, tienen un profundo conocimiento de la ambigüedad, de sentimientos mezclados con ideas, de juicios de valor que colorean las abstracciones. Las mujeres han experimentado desde siempre la realidad del individuo y la comunidad, la han conocido y la han compartido. Sin embargo, al vivir en un mundo en el que no se las valora, su experiencia arrostra el estigma de carecer de importancia. Por consiguiente, han aprendido a dudar de sus experiencias y a devaluarlas. ¿Qué sabiduría hay en la menstruación? ¿Qué fuente de saber en unos pechos llenos de leche? ¿Qué alimento para la abstracción en la rutina de cocinar y limpiar? El pensamiento patriarcal ha relegado estas experiencias definidas por el género al reino de lo “natural”, de lo intrascendente.

El conocimiento femenino es mera intuición, la conversación entre mujeres, “cotilleo”. Las mujeres se ocupan de lo perpetuamente concreto: experimentan la realidad día a día, hora a hora, en sus funciones de servicios a otros (preparando la comida y quitando la suciedad); en su tiempo continuamente interrumpido; en su atención dividida. ¿Puede alguien generalizar cuando lo concreto le está tirando de la manga? Él es quien fabrica símbolos y explica el mundo y ella quien cuida de las necesidades físicas y vitales de él y sus hijos: el abismo que media entre ambos es enorme.

Históricamente, las pensadoras han tenido que escoger entre vivir una existencia de mujer, con sus alegrías, cotidianeidad e inmediatez, y vivir una existencia de hombre para así poder dedicarse a pensar. Durante generaciones esta elección ha sido cruel y muy costosa. Otras han optado deliberadamente por una existencia fuera del sistema sexo-género, viviendo solas o con otras mujeres. Muchos de los avances más importantes dentro del pensamiento femenino nos los dieron esas mujeres cuya lucha personal por un modo de vida alternativo les sirvió de inspiración para sus ideas. Pero esas mujeres, durante la mayor parte de la época histórica, se han visto obligadas a vivir al margen de la sociedad; se las consideraba “desviaciones” y por ello se hacia difícil generalizar a partir de sus experiencias y lograr influencia y aprobación. ¿Por qué no ha habido mujeres creadoras de sistemas? Porque no se puede pensar en lo universal cuando ya se está excluida de lo genérico.

Nunca se ha reconocido el costo social de la exclusión femenina de la empresa de crear el pensamiento abstracto. Podemos empezar a calcular lo que ha supuesto a las pensadoras si damos el nombre exacto a lo que se nos ha hecho y describimos, no importa lo doloroso que resulte, cómo hemos participado en dicha empresa. Hace tiempo que sabemos que la violación ha sido una forma de aterrorizarnos y mantenernos sujetas. Ahora sabemos también que hemos participado, aunque fuera inconscientemente, en la violación de nuestras mentes.

Las mujeres creativas, las escritoras y las artistas, han luchado asimismo contra una realidad distorsionada. Un canon literario que se defina a partir de la Biblia, los clásicos griegos y Milton, ocultará necesariamente la importancia y el significado de los trabajos literarios femeninos, del mismo modo que los historiadores hicieron desaparecer las actividades de las mujeres. El esfuerzo por resucitar este significado y revalorar la obra literaria y la poesía feministas nos han adentrado en la lectura de una literatura femenina que muestra una visión del mundo oculta, deliberadamente tendenciosa y sin embargo intensa. Gracias a las reinterpretaciones que han realizado las críticas literarias feministas estamos descubriendo entre las escritoras de los siglos XVIII y XIX un lenguaje femenino repleto de metáforas, símbolos y mitos. Los temas son a menudo profundamente subversivos ante la tradición masculina. Presentan críticas interpretación bíblica de la caída de Adán; un rechazo a la dicotomía diosa/bruja; una proyección o miedo ante la división de la personalidad. El aspecto intenso de la creatividad masculina queda simbolizado en las heroínas dotadas con poderes mágicos de bondad o en mujeres fuertes a las que se destierra en sótanos o a vivir como “la loca del ático”.

Otras autoras escriben metáforas en las que se concede un alto valor al diminuto espacio doméstico, convirtiéndolo en un símbolo del mundo. Durante siglos encontramos en las obras literarias femeninas una búsqueda patética, casi desesperada, de una Historia de las mujeres mucho antes de que existieran esos estudios. Las escritoras decimonónicas leían con avidez los trabajos de las novelistas del siglo XVIII; releían una y otra vez las “vidas” de reinas, abadesas, poetisas, mujeres instruidas. Las primeras “compiladoras” indagaban en la Biblia y en todas las fuentes históricas a las que tenían acceso para crear tomos voluminosos repletos de heroínas femeninas.

Las voces literarias femeninas, que el sistema masculino dominante marginó y trivializó con éxito, sobrevivieron a pesar de todo. Las voces de mujeres anónimas estaban presentes, como una corriente sólida, en la tradición oral, las canciones populares y las canciones infantiles, en los cuentos que hablan de brujas poderosas y hadas buenas. A través del punto, el bordado y el tejido de colchas la creatividad artística femenina expresó una visión alternativa en las cartas, diarios, oraciones y canciones latía y pervivía la fuerza de la creatividad femenina para generar símbolos. Todo este trabajo será el tema de nuestra investigación en el próximo volumen.

Cómo se las arreglaron las mujeres para sobrevivir bajo la hegemonía cultural masculina; qué efecto e influencia tuvieron sobre el sistema de símbolos patriarcal; cómo y en qué condiciones lograron crear una visión alternativa, feminista, del mundo. Estas son las cuestiones que examinaremos para seguir los derroteros del surgimiento de la conciencia feminista como un fenómeno histórico.

Las mujeres y los hombres han ingresado en el proceso histórico en ocasiones diferentes y han pasado por el a un ritmo distinto. Si el registro, la definición y la interpretación del pasado señalan la entrada del hombre en la historia, ello ocurrió en el tercer milenio a.C. En el caso de las mujeres (y sólo de algunas) sucedió, salvo notables excepciones, en el siglo XIX. Hasta entonces toda la Historia era para las mujeres prehistoria.

La falta de conocimientos que tenemos de nuestra propia historia de luchas y logros ha sido una de las principales maneras de mantenernos subordinadas. Pero incluso a aquellas de nosotras que nos consideramos pensadoras feministas y que estamos inmersas en el proceso de criticar las ideas tradicionales, nos refrenan todavía los impedimentos cuya existencia no admitimos y que están en el fondo de nuestra psique. La nueva mujer afronta el reto de su definición de individuo.

La nueva mujer afronta el reto de su definición de individuo. Foto: Shutterstock

¿Cómo puede su osado pensamiento -que da un nombre a lo que hasta hace poco era innombrable, que pregunta cuestiones que todas las autoridades catalogan de “inexistentes”-, cómo puede ese pensamiento coexistir con su vida como mujer? Cuando sale de las construcciones patriarcales afronta, como señaló Mary Daly, la “nada existencial”. Y, de un modo más inmediato, ella teme la amenaza de una pérdida de comunicación, de la aprobación y del amor del hombre (o los hombres) de su vida. La renuncia al amor y catalogar de “pervertidas” a las pensadoras han sido, históricamente, los medios de desalentar el trabajo intelectual de las mujeres.

En el pasado y en el presente muchas mujeres nuevas han recurrido a otras como objeto de su amor y reforzadoras de la personalidad. Las feministas heterosexuales de cualquier época han sacado fuerzas de su amistad con mujeres, de su celibato voluntario o de la separación entre amor y sexo. Ningún pensador varón se ha visto amenazado en su persona y en su vida amorosa como precio a sus ideas. No deberíamos subestimar la importancia de este aspecto del control del género como una fuerza que impide a las mujeres participar de pleno en el proceso de creación de sistemas de pensamiento. Afortunadamente para esta generación de mujeres instruidas, la liberación ha supuesto la ruptura con ese dominio emocional y el refuerzo consciente de nuestras personalidades gracias al apoyo de otras mujeres.

Tampoco es este el fin de nuestras dificultades. Acorde con nuestros condicionamientos de género históricos, las mujeres han aspirado a agradar y han evitado por todos los medios la desaprobación. No es la preparación idónea para dar ese salto a lo desconocido que se exige a quienes elaboran sistemas nuevos. Por otra parte, cualquier mujer nueva ha sido educada dentro del pensamiento patriarcal.

Todas tenemos al menos un gran hombre en nuestra cabeza. La falta de conocimientos del pasado de las mujeres nos ha privado de heroínas femeninas, una situación que sólo recientemente ha empezado a corregirse con el desarrollo de la Historia de las mujeres. Por tanto, y durante largo tiempo, las pensadoras han renovado sistemas ideológicos creados por los hombres, entablando dialogo con las grandes mentes masculinas que ocupan sus cabezas. Elizabeth Cady Stanton lo hizo con la Biblia, los padres de la Iglesia; los fundadores de la república norteamericana; Kate Millet debatió con Freud, Norman Mailer y el mundo literario liberal; Simone De Beauvoir, con Sartre, Marx y Camus; todas las feministas marxistas dialogan con Marx y Engels y algo también con Freud. En este diálogo la mujer simplemente procura aceptar cualquier cosa que le sea útil del gran sistema del varón. Pero en estos sistemas la mujer -como concepto, entidad colectiva, individuo- esta marginada o se la incluye en ellos.

Al aceptar este diálogo, las pensadoras permanecen más tiempo del debido en los territorios o el planteamiento de cuestiones definidas por los “grandes hombres”. Y durante todo el tiempo en que lo hacen se secan las fuentes de nuevas ideas. El pensamiento revolucionario ha estado siempre basado en conceder un valor más alto a la experiencia de los oprimidos. El campesino tuvo que aprender a creerse la importancia de su experiencia laboral antes de que pudiera atreverse a desafiar a los señores feudales. El obrero industrial ha tenido que llegar a una “conciencia de clase” y los negros a una “conciencia racial” antes que la liberación pudiera concretarse en una teoría revolucionaria. Los oprimidos han creado y aprendido al mismo tiempo: el proceso de llegar a ser una persona o un grupo recién concienciado es en sí liberador. Lo mismo con las mujeres.

El cambio de conciencia que hemos de hacer nosotras se produce en dos pasos: hemos de poner en el centro, al menos por un tiempo, a las mujeres. Hemos de aparcar, en la medida de lo posible, el pensamiento patriarcal. Centrarse en las mujeres significa: al preguntar si las mujeres están en el centro de este argumento, ¿cómo lo definiríamos? Significa ignorar cualquier testimonio de marginación femenina porque, incluso cuando parece que las mujeres se hallan al margen, es consecuencia de la intervención del patriarcado; y por lo general también eso es mera apariencia. La asunción básica debería ser que es inconcebible que haya ocurrido algo en el mundo sin que las mujeres no estuvieran implicadas, a menos que por medio de la coerción o de la represión se les hubiera impedido expresamente participar.

Cuando se usen los métodos y los conceptos de los sistemas de pensamiento tradicionales, habrá que hacerlo desde el punto de vista de la centralidad de las mujeres. No se las puede colocar en los espacios vacíos del pensamiento y los sistemas patriarcales: al situarse en el centro transforman el sistema. Aparcar el sistema patriarcal significa: mostrarse escépticas ante cualquier sistema de pensamiento conocido; ser críticas ante cualquier supuesto, valor de orden y definición.

Verificar una aseveración fiándonos de nuestra propia experiencia femenina. Puesto que habitualmente se ha trivializado o hecho caso omiso de esa experiencia, significa superar la inculcada resistencia que hay en nosotras a aceptar nuestra valía y la validez de nuestros conocimientos. Significa desembarazarse del gran hombre que hay en nuestra cabeza y sustituirle por nosotras mismas, por nuestras hermanas, por nuestras anónimas antepasadas. Mostrarse críticas ante nuestro propio pensamiento que, después de todo, es un pensamiento formado dentro de la tradición patriarcal. Por último, significa buscar el coraje intelectual, el coraje para estar solas, el coraje para ir más allá de nuestra comprensión; el coraje para arriesgarse a fracasar. Puede que el mayor desafío para las pensadoras sea el de pasar del deseo de seguridad y aprobación a la cualidad “menos femenina” de todas: la arrogancia intelectual, el supremo orgullo que da derecho a reordenar el mundo. El orgullo de los creadores de Dios, el orgullo de los que levantaron el sistema masculino.

El sistema del patriarcado es una costumbre histórica; tuvo un comienzo y tendrá un final. Parece que su época ya toca fin; ya no es útil ni a hombres, ni a mujeres y con su vínculo inseparable con el militarismo, la jerarquía y el racismo, amenaza la existencia de vida sobre la tierra.

Qué es lo que le seguirá, qué tipo de estructura será la base a formas alternativas de organización social, todavía no lo podemos saber. Vivimos en una época de cambios sin precedentes. Estamos en el proceso de llegar a ser. Pero ahora al menos sabemos que la mente de la mujer, al fin libre de trabas después de tantos milenios, participará en dar una visión, un orden, soluciones. Las mujeres por fin están exigiendo, como lo hicieran los hombres en el Renacimiento, el derecho a explicar, el derecho a definir.

Las mujeres, cuando piensan fuera del patriarcado, añaden ideas que transforman el proceso de redefinición. Mientras que tanto hombres como mujeres consideren “natural” la subordinación de la mitad de la raza humana a la otra mitad, será imposible visionar una sociedad en la que las diferencias no connoten dominación o subordinación. La crítica feminista del edificio de conocimientos patriarcales está sentando las bases para un análisis correcto de la realidad, en el que al menos pueda distinguirse entre el todo y la parte.

La Historia de la mujeres, la herramienta imprescindible para crear una conciencia feminista entre las mujeres, está proporcionando el corpus de experiencias con el cual pueda verificarse una nueva teoría, y la base sobre la que se puede apoyar la visión femenina. Una visión feminista del mundo permitirá que mujeres y hombres liberen sus mentes del pensamiento patriarcal y finalmente construyan un mundo libre de dominaciones y jerarquías, un mundo que sea verdaderamente humano.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Culturamas. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

ENTREVISTA | La Ciudad de México está cada vez más violenta: Luis Muñoz Oliveira

sábado, junio 10th, 2017

Imagina por un momento que embarazas a tu novia. Sabes que nada volverá a ser lo mismo y más cuando eres tan sólo un joven estudiante. ¿Qué harías? El autor presenta Por la noche blanca (Ediciones B, 2017), el sendero de la cocaína, un dealer en una ciudad demencial como México.

Ciudad de México, 10 de junio (SinEmbargo).- Hay novelas que surgen inmediatamente, con una pluma densa y certera que no puede esperar. Eso le pasó a Luis Muñoz Oliveira con Por la noche blanca (Ediciones B), encontrar pronto la propia voz y hacer una historia de crimen, amor y fuga en la ciudad de México.

Un protagonista que se llama Otelo y siempre esa mujer sensual que te obliga a hacer cosas que no harías voluntariamente. Así, el muchacho se convierte en dealer y muchas cosas le contaminarán la vida hasta que, un beneficio que le otorga Luis Muñoz, puede fugarse.

Oliveira (Ciudad de México, 1976) es filósofo y se dedica a la investigación y la docencia como miembro del claustro académico de la UNAM.

Es autor de las novelas Bloody mary (2010) y Resaca (2014) y de los ensayos La fragilidad del campamento (2013) y Árboles de largo invierno (2016).

Por la noche blanca / El sendero de la cocaína no tiene que ver con él. “Es cero autobiográfica. Se trata de un niño de 19 años que termina vendiendo cocaína en un Uber”, dice el autor.

“El título original iba a ser Über coca, para copiarle a Sigmund Freud, pero no me dejaron y básicamente es una historia de aventuras, de un niño que cae en las redes del narcotráfico. Es un dealer y tiene que escaparse”, adelanta Luis Muñoz.

Surgió la voz narrativa y la novela le llevó sólo un año. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

­–¿Tiene que escaparse?

–Bueno, no quiero adelantar tanto de la novela, pero digamos que el final es un poco feliz, al menos no lo matan.

–¿Es una historia de amor?

­–En realidad él está casado y justamente porque se embaraza su chica tiene que empezar a vender droga. En el trabajo conoce a una mujer que se llama La Barbie, una chica muy guapa, que es la que lo mete a la venta. No sé si es una historia de amor, porque él a quien en realidad ama es a Otelito, su hijo. Es una historia de amor paternal, quien lo motiva es ese niño de meses.

­–¿Cómo nació esta novela?

­–Esta novela salió muy rápido. Me gustó el título, a partir de ahí construí una historia muy fácil, cuando encontré la voz narrativa sólo tenía que contar la historia. En todo el proceso fue más o menos un año. El ensayo del año pasado lo había trabajado más tiempo y hay otra novela casi ya armada que saldrá por Alfaguara, que me ha llevado cinco años.

Otelo es el protagonista de la historia. Foto: Especial

–¿Hay una etapa más formal en tu carrera?

–¿Serán los años? Mira, estoy escribiendo mucho, esa es la verdad. Estoy atrapado en mi escritorio, tengo muchas historias para contar…También uno va agarrando experiencia y escribir se vuelve más fructífero, más productivo.

–¿Por la noche blanca tiene una crítica al narcotráfico?

–A mí no me gusta tomar al toro por los cuernos. Es una decisión que tomo como autor. En mi novela anterior, muy de a poquito, Resaca, se dejaba ver el crimen, muy tangencialmente. Aquí no, el protagonista está totalmente metido pero no quise hacer una historia típica del narcotráfico. Lo es pero no lo es, a nivel de dealer. Lo que hice fue una alegoría, hay un momento que la guerra narca se ceba con la Ciudad de México, hay todo un reportaje periodístico donde se cuenta esa guerra y te das cuenta cómo Otelo está metido en el ojo del huracán, a pesar de que no se da cuenta nunca.

–Uno puede ser un dealer sin tener ningún conflicto con el crimen…

–Exacto. Es como vender pizzas a domicilio. La Barbie le dice a Otelo dos cosas. Una es venderle a mujeres porque vas a tener líos y meterte a cierta zona porque no nos corresponde. Y Otelo termina vendiéndole a esta chica que se llama La Bucles, que vive en la zona prohibida. Todo eso hace que estalle la guerra y Otelo es la gota que derrama el vaso. Se arma una lucha de bandas, los albinos y los mendigos, hay algunas cosas tomadas de la realidad, hay algún edificio de La Condesa, que puede ser el que estaba tomado hasta hace poco, pero no es periodismo real, es una historia de ficción.

Cuando se te acabe dejas de contestar y la mañana siguiente avisas, no seas ambicioso. Y entiende bien esto: nada de regateo, no tenemos promociones, nada de que te la chupe mi amiga por un gramo. De hecho, tienes prohibido tener clientas. La tentación es tremenda, no hables con el diablo. Y otra cosa que es muy importante, si te preguntan si vendes dices que no, sólo le das a quien yo te mando y nunca, pero nunca, vendas en la zona que te voy a enseñar en el mapa, pero ni por error, cabrón. Si te agarran ahí nos vas a meter en problemas bien graves a los dos, nos matan. La regla más importante es que nunca hables de mí con nadie. Otra cosa, cuando llegues a tu casa, te tomas una de éstas, son somníferos, vas a dormir profundamente, para que ya no llegues con esa cara de cansado”.

–Lo que sí es cierto es que es una historia en la Ciudad de México, algo raro…

–Así es, las autoridades y las personas en general no han querido aceptar que la Ciudad está cada vez más violenta. No trato de hacer un juicio moral en la novela, es decir nunca digo qué buenas son las drogas o qué bueno es ser dealer, pero trato de contar los hechos, suceden las circunstancias. Si hubiera querido hacer una moraleja burda, Otelo hubiera terminado acribillado.

–Bueno, tal vez no morir tiene con trabajar en la Ciudad

–Sí, tal vez sí. Yo no sé realmente cómo funcionan los dealers y la relación que tiene Otelo con La Barbie, que es su superior inmediata, es una relación que se vuelve de pasión. La Barbie es una norteña, de pelo rubio, que se viste toda ajustada, el estereotipo de la mujer narca, que guarda su distancia con Otelo y sin embargo terminan huyendo juntos.

–¿Cómo estás con la literatura?

–Bien, aunque a veces noto en los colegas ciertas ganas de competir con los demás, en lugar de competir consigo mismo. Eso me parece que los desvía de su labor verdadera. En eso estoy bastante centrado, sin pleitos. Con respecto a la política nacional, estoy un poco desencantado. Me frustra mucho la alianza PAN/PRD. Me hubiera esperado un PRD menos pragmático.

Sigmund Freud es recordado con un doodle por su 160 aniversario

viernes, mayo 6th, 2016

Fue una de las figuras más controvertidas e influyentes del siglo XX. Aquel médico criado en el seno de una familia judía de pocos recursos, se graduó como médico de la Universidad de Viena y poco después se centró en la investigación de las propiedades anestésicas de la cocaína, lo que provocó una de varias polémicas, ya que según se dice, fue el responsable de la adicción de un amigo que supuestamente quería curar.

Sigmund Freud. Foto: archivo

Sigmund Freud. Foto: archivo

Ciudad de México, 06 mayo (SinEmbargo).- El llamado padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, neurólogo austriaco, quien cambió la forma de pensar con conceptos como el narcisismo, pulsión de muerte o complejo de Edipo, cumpliría hoy 160 años.

Fue una de las figuras más controvertidas e influyentes del siglo XX. Aquel médico criado en el seno de una familia judía de pocos recursos se graduó como médico de la Universidad de Viena y poco después se centró en la investigación de las propiedades anestésicas de la cocaína, lo que provocó una de varias polémicas, ya que según se dice, fue el responsable de la adicción de un amigo que supuestamente quería curar.

El joven doctor abrió una clínica privada donde aplicó la hipnosis entre sus tratamientos para la histeria. Al poco rato lo fue dejando y lo reemplazó por la asociación libre y la interpretación de los sueños, punto de partida para una nueva forma de entender al hombre: el psicoanálisis.

Una de las obras considerada la más valiosa fue la de La Interpretación de los Sueños, publicada en 1899, en ella están sentadas las bases del psicoanálisis, un método terapéutico al que poco a poco se fueron sumando más adeptos, pese a las críticas y el mal presagio de parte de la comunidad científica.

La influencia de Freud en la filosofía, la política, el lenguaje y el arte en el siglo XX es incuestionable. Fue controvertido hasta el fin de sus días. Falleció a causa del cáncer de paladar que le provocó su adicción al tabaco, mientras se sumergía lentamente en altas dosis de morfina.

Debido a la influencia del mentado personaje, Google le festeja su cumpleaños mediante un doodle, en el cual se muestra la información referente disponible en la web.

Foto: Especial

Foto: Especial

“Freud en su tiempo y en el nuestro”, un libro apasionante de Élisabeth Roudinesco

sábado, marzo 5th, 2016
Élisabeth Roudinesco, una de las intelectuales más influyentes de la Francia contemporánea. Foto: efe

Élisabeth Roudinesco, una de las intelectuales más influyentes de la Francia contemporánea. Foto: efe

Aquí está Freud en su tiempo, enfrentado al pesimismo ante el auge de los extremismos, lleno de dudas. Pero también lo veremos en el nuestro, alimentando nuestras preguntas con sus propias dudas, sus fracasos y sus pasiones.

Por Carmen Sigüenza

Ciudad de México, 5 de marzo (SinEmbargo/Efe).- La francesa Élisabeth Roudinesco ha escrito una monumental y muy premiada biografía de Freud, pero no con el ánimo de responder a los que detestan al padre del psicoanálisis o a los que lo suben a un pedestal, sino con el objetivo de “pensar históricamente su vida y obra”.

Freud en su tiempo y en el nuestro (Debate), escrito por la historiadora y directora de investigación en la Universidad de París-VII, busca en el siglo XXI el equilibrio en esta figura que llevó a cabo “una revolución simbólica, introdujo una nueva manera de pensar el sujeto e inventó una forma nueva de entender el inconsciente”, dice a Efe la historiadora, alumna de Deleuze, Foucault y Todorov.

Autora también de una inmensa biografía de Lacan, Roudinesco (París, 1944) considera que hoy los psicoanalistas son en su mayoría muy conservadores, en temas por ejemplo como en la homosexualidad.

“Freud mostró -afirma la autora- que era más liberal que los psicoanalistas que hacen funcionar los propios conceptos de Freud como normas. Freud, por ejemplo, se habría apasionado por las transformaciones de la familia hoy. Fue un conservador ilustrado que pensó en la realidad de su tiempo”.

“Cuando algunos psicoanalistas dicen que la pareja homosexual es contraria al complejo de Edipo, yo digo que eso es un delirio. Considero que el complejo de Edipo no funciona, no es un buen concepto; sí lo es la idea de Edipo; sí lo es llevar nuestras historias cotidianas a la tragedia de los grandes mitos que nos hablan, pero aplicar mamá y papá, eso no funciona”, asevera la intelectual.

“No se aplica un concepto para impedir la realidad, hay que pensar la realidad”, matiza Roudinesco, quien también ha publicado este libro para que, por primera vez, haya una biografía de Freud, escrita por una autora francesa, ya que la última biografía es de un autor estadounidense, Peter Gay, y tiene ya 25 años.

Un libro apasionante y tal definitivo sobre la vida del padre del psicoanálisis. Foto: Especial

Un libro apasionante y tal definitivo sobre la vida del padre del psicoanálisis. Foto: Especial

LOS ARCHIVOS DE SIGMUND FREUD

Ningún autor había ido a consultar los archivos del psiquiatra en Washington antes de 2010. Así con nuevos archivos y con la correspondencia del profesor austríaco, ahora accesible, ha construido esta autora una biografía que se lee como una apasionante novela histórica.

“Este no es un libro polémico, plantea una nueva forma de ver la historia. No he escrito sobre el psicoanálisis, es un libro sobre Freud”, recalca la escritora, para quien uno de los gestos más extraordinarios que tuvo Freud es “hacer de nosotros héroes de leyenda”.

“A principios del siglo XX y a finales del XIX se curaba a los enfermos neuróticos un poco como hoy, con prescripciones corporales, baños, hidroterapia, hipnosis y no se les concedía la palabra y Freud aporta que, en lugar de referirse a los síntomas de ir al hospital, se hable y se habla de los mitos”, afirma.

“Retoma nuestra historia y la lleva a Hamlet y a Edipo y le da un contenido mítico y literario a nuestro inconsciente y por lo tanto, sale algo puramente terapéutico -sostiene la autora-. No significa que no sea clínico ni terapéutico, pero aporta una revolución simbólica en nuestra forma de mirar, en la exploración del inconsciente”.

Freud, en su tiempo y en el nuestro, el libro que le valió a Roudinesco el Premio Decembre 2014 y el Prix Littéraire 2014, se divide en cuatro capítulos en los que se desarrolla la vida y obra del psiquiatra, con una introducción.

Los orígenes del psiquiatra, el judaísmo, su familia, las mujeres, los perros, sus objetos; la familia, las guerras, la medicina, la religión, su actitud frente a Hitler, sus pacientes, la relación con sus discípulos, Europa, Inglaterra o América, son algunos de los temas de esta biografía.

“A Freud no se lo puede separar de su contexto y eso está conformado por dos guerras mundiales. Él era europeo antes de 1914 y se encuentra con un imperio que pierde todo con la caída de los imperios y el nacimiento de las democracias occidentales enfrentadas al fascismo. Él no quiso ver la llegada del fascismo porque era insoportable. Fueron cinco años horribles. Estaba enfermo de cáncer y no quería ni imaginarlo, creía que Austria resistiría. Fue un conservador ilustrado”, añade.

El psicoanálisis, para Roudinesco, tendría que cambiar cosas; “en primer lugar, releer a Freud, tener una mirada crítica sobre sí mismo y cambiar los modos de formación de los terapeutas. No basta con los estudios de psicología hay que estudiar psicoanálisis, psiquiatría, biología, filosofía y literatura”, precisa autora, una de las más conocidas e influyentes en la Francia contemporánea.

El fundador del psicoanálisis era, para empezar, un vienés de la Belle Époque, súbdito del Imperio austrohúngaro, heredero de la Ilustración alemana y judía.

En cuanto al psicoanálisis en sí, es fruto de un esfuerzo colectivo, de un cenáculo en el cual Freud dio vía libre a su fascinación por lo irracional y las ciencias ocultas, convirtiendo a veces a sus amigos en enemigos, ejerciendo de Fausto pero también de Mefistófeles.

Pensador moderno, pero conservador en política, nunca dejó de actuar de modo contradictorio con su obra, siempre en nombre de la Razón y de las Luces.

Quién es Élisabeth Roudinesco: (París, 1944) Doctora en Letras, historiadora del psicoanálisis y psicoanalista. Se desempeña como directora de investigación en el Departamento de Historia de la Universidad de París VII, directora de estudios de la Escuela Práctica de Altos Estudios de París-Sorbona y vicepresidenta de la Sociedad Internacional de Historia de la Psiquiatría y el Psicoanálisis. Es miembro de la Sociedad Francesa de Historia de la Medicina y del consejo de redacción de la revista L’Homme y colaboradora del periódico Le Monde.

Es la autora de numerosas obras, entre las que destacan Lacan. Esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento (1994), ¿Por qué el psicoanálisis? (1999), El paciente, el terapeuta y el Estado (2004) Filósofos en la tormenta (2007) y Lacan, frente y contra todo (2012).

 

Sergei Eisenstein en México: un artista que siempre fue vanguardia

miércoles, enero 27th, 2016
Cuando el cineasta falleció, su esposa dividió sus dibujos entre “los decentes y los obscenos. Foto: Especial

Cuando el cineasta falleció, su esposa dividió sus dibujos entre “los decentes y los obscenos. Foto: Especial

La figura del legendario cineasta ruso renace, esplendorosa, en la cultura que en su época supo deslumbrarlo y a la que dedicó el filme ¡Que viva México!

Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Pocos días quedan para conocer, en el marco de la muestra Vanguardia Rusa. El vértigo del futuro –que concluye el 7 de febrero en el Palacio de Bellas Artes-, el trabajo plástico del legendario cineasta ruso Sergei Eisenstein (1898-1948), cuya figura renace, esplendorosa, en la cultura que supo deslumbrarlo en su época y a la que dedicó su inconclusa pero portentosa ¡Que viva México!

[youtube TBTdUD0UOl8]

Así es, México es el lugar donde por primera vez en el mundo se exhiben 33 dibujos eróticos realizados por el cineasta de Riga durante estancia en México y que pueden apreciarse en la sala Paul Westheim, ubicada en la planta baja del Palacio.

Se trata de fantasías explícitas que contienen actos de necrofilia, homosexualidad y escenas orgiásticas, así como asociaciones del subconsciente tales como la muerte y el sexo, el horror y el éxtasis, la pasión y la religión que invaden los dibujos eróticos que realizó el artista en el Hotel Imperial, su hogar provisorio cuando estuvo en nuestro país en los ’30.

Influido por Sigmund Freud (1856-1939), Eisenstein, que era conocido principalmente por sus trabajos cinematográficos, entre los que destacan El acorazado Potemkin (1925) e Iván el Terrible (1945), practicaba el dibujo como parte natural de la creación cinematográfica y México, con su éxtasis religioso, el alegre culto a la muerte y sus antiguas imágenes arquetípicas, le dieron material fecundo para su arte.

Si Eisenstein viviera, no dudo que estaría aprovechando la tecnología y haciendo un proyecto futurista al estilo de Avatar", dijo Peter Greenaway. Foto: Especial

Si Eisenstein viviera, no dudo que estaría aprovechando la tecnología y haciendo un proyecto futurista al estilo de Avatar”, dijo Peter Greenaway. Foto: Especial

Sus dibujos estuvieron impregnados de los sentimientos prominentes en la época de las vanguardias, incluso llegó a comparar los trazos de sus lápices rojos y azules con las marcas de los latigazos y el color de las heridas. En palabras del propio artista “Si la revolución me condujo al arte, el arte me llevó eternamente por los caminos de la revolución”.

Dentro del conjunto de obra proveniente de la colección del Museo Estatal de Hermitage, de San Petersburgo sobresalen piezas como “A los corazones de Verlaine y de Rimbaud” (1931), “Seducción del soldado Gabriel” (1931), “Rumor” (1933), “Sobre una mesa de vidrio” (1931), “Vista inferior” (1931), “Corrida” (1931), “Anunciación” (1931), “La manzana y la serpiente” (1931), “Zeus y Dánae” (1934) e “Historias divertidas sobre el muchacho de tres piernas” (1942).

Cuando el cineasta falleció, su esposa dividió sus dibujos entre “los decentes y los obscenos”. Los primeros fueron al Archivo Central de Rusia, mientras que los demás permanecieron en la casa Moskvin, operadora de sus películas, hasta que la censura amainara y pudieran ser expuestos en forma pública.

"Creo que estos dibujos son extraordinarios, porque nos muestran esa personalidad provocadora de Eisenstein": PW. Foto Especial

“Creo que estos dibujos son extraordinarios, porque nos muestran esa personalidad provocadora de Eisenstein”: PW. Foto Especial

EISENSTEIN BY GREENAWAY

Para el cineasta ruso el contacto con México representó un choque cultural que apenas estamos llegando a comprender en nuestra época, según ha manifestado el cineasta británico Peter Greenaway, quien recientemente visitó nuestro país para presentar su polémica Eisenstein en Guanajuato.

El autor de El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante y El vientre de un arquitecto, entre otros, no perdió la oportunidad de recorrer la muestra del director ruso en el Palacio de Bellas Artes, donde en un encuentro con la prensa justipreció el sentido de modernidad y vanguardia que caracterizó la personalidad de un creador al que se siente emparentado, precisamente por “esa descabellada idea” de que una película puede estar a la par de una obra literaria o pictórica.

“Si Eisenstein viviera, no dudo que estaría aprovechando la tecnología y haciendo un proyecto futurista al estilo de Avatar, porque ante todo era un eterno experimentador y hacedor de revoluciones artísticas”, dijo Greenaway, al tiempo de destacar el hecho de que el ruso comenzó a dibujar por placer y llego a tener incluso inclinaciones hacia la caricatura.

Peter Greenaway se encuentra con la prensa en el Palacio de Bellas Artes. Foto: Especial

Peter Greenaway se encuentra con la prensa en el Palacio de Bellas Artes. Foto: Especial

“Por fortuna, para los cinéfilos del mundo, su interés por las películas se hizo cada vez mayor. Creo que estos dibujos son extraordinarios, porque nos muestran esa personalidad provocadora de Eisenstein; son bocetos que incluso le causaron problemas en la aduana, no tanto por su carácter pornográfico, sino porque mezclaban elementos donde lo sexual se fusionaba con  el anti-catolicismo”, remarcó.

Si para Eisenstein, los dibujos conformaban la etapa previa de sus películas fascinantes, para Greenaway fueron los bocetos eróticos del cineasta que admira tanto al punto de haberse convertido en una obsesión en su camino estético los que detonaron el filme que hoy se exhibe en nuestra Cineteca Nacional.

[youtube fb364B6u1XE]

“Mi película es como una viñeta libre y sin censura que busca describir el choque cultural que significó la estadía del cineasta ruso en México y cómo la intención de hacer los preparativos para filmar ¡Qué viva México! se convierten incluso en algo secundario ante todos los elementos simbólicos que vivió en estas tierras”, afirmó.

El director de El bebé de Macon y El libro de cabecera, está convencido que Eisenstein utilizaba el dibujo pensando también en el cine. Si bien cada uno de sus trazos tenía una clara influencia freudiana para desentrañar el subconsciente, servían como una suerte de esquema o diagrama que buscaba contener toda la plasticidad de una escena fílmica.

Eisenstein en el Palacio de Bellas Artes. Foto: Especial

Eisenstein en el Palacio de Bellas Artes. Foto: Especial

“Yo he realizado algo semejante, incluso en los noventa presenté en México, en el Museo Tamayo, una exposición donde las páginas de muchos de mis guiones mostraban dibujos y estaban pintadas con diversos colores. Por ello entiendo a Eisenstein, porque en ocasiones el dibujo es el primer paso para delinear una escena en movimiento, pero no sólo su estética, sino su mensaje, matices, diálogos y espíritu”, dijo.

“Esa misma emoción que sentí entonces la vuelvo a experimentar al presentar a todos ustedes esta nueva película, donde independientemente de la trama, me identifico con Eisenstein por su fascinación y profundo vínculo con México”, concluyó Peter Greenaway.

Cartas inéditas de Freud realzan la figura del español Ángel Garma

martes, septiembre 29th, 2015
Los originales de las tres cartas inéditas escritas por Freud  se exponen en el marco de la muestra ''Construcciones del Psicoanálisis en Argentina'' en el Espacio Cultural Universitario (ECU), Rosario, Argentina. Foto: especial

Los originales de las tres cartas inéditas escritas por Freud se exponen en el marco de la muestra ”Construcciones del Psicoanálisis en Argentina” en el Espacio Cultural Universitario (ECU), Rosario, Argentina. Foto: especial

Tres cartas inéditas de Sigmund Freud se exhiben  en la ciudad argentina de Rosario y rescatan para las nuevas generaciones la figura del español Ángel Garma, el padre del psicoanálisis en Latinoamérica

Ciudad de México, 29 de septiembre (SinEmbargo).- Tan argentina como el dulce de leche o el asado es la afición que los habitantes de dicho país sudamericano profesan por el psicoanálisis, al punto de que en Buenos Aires existe un lugar llamado “Villa Freud”, sito en Palermo, un barrio que desde 1960 se destacó por albergar a un gran número de habitantes relacionados con el ejercicio de la Psicología.

Ese vínculo fuerte entre los argentinos y el psicoanálisis se ve refrendado ahora por la aparición de tres cartas inéditas de Sigmund Freud (1856-1939), encontradas este año entre los documentos del psicoanalista español afincado en Argentina Ángel Garma (1904-1993) y que se exhiben desde el viernes pasado en la ciudad de Rosario.

Las cartas, fechadas en 1911, 1916 y 1917, son respuestas de Freud a pacientes que le hicieron consultas por casos particulares.

“La hipótesis más fuerte que barajamos es que el austríaco Theodor Reik, discípulo de Freud y profesor de Garma, se las cedió a su alumno luego de que se terminara su formación académica, a modo de regalo simbólico”, detalló el investigador José Ignacio Allevi, del Centro de Estudios Históricos del Psicoanálisis en la Argentina de la Universidad Nacional de Rosario, en un informe elaborado por la agencia efe.

Aunque no se descarta tampoco que Garma Zubizarreta, que fue el primer psicoanalista titulado que ejerció en España, también pudiera haber comprado las cartas para engrosar su colección de documentos ligados al psicoanálisis.

Garma Zubizarreta, que estudió medicina en España y psiquiatría y psicoanálisis en Alemania, escribió varios libros, entre ellos El psicoanálisis, la neurosis y la sociedad, y se radicó en Argentina en 1938.

Sigmund Freud, el creador del psicoanalisis. Foto: efe

Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis. Foto: efe

El hallazgo de las cartas fue hecho a comienzos de este año por cuatro investigadores de ese centro, Soledad Cottone, Ana Bloj, Guillermo Ferragutti y Melisa Barrera, cuando ordenaban documentos de archivo de Garma Zubizarreta cedidos a la Universidad rosarina por su hija Carmen.

Allevi explicó que el proceso hasta que las cartas estuvieron listas para exhibirse fue largo.

“La correspondencia estaba escrita en sütterlin, una caligrafía utilizada en el Imperio austro-húngaro que sólo era conocida dentro de ese territorio, por lo que tuvimos que enviarlas a Europa para que fueran traducidas al alemán por personas que conocieran ese dialecto”, agregó.

Allevi aseguró que ya se hicieron los estudios correspondientes para determinar la originalidad de las misivas. Las pruebas determinaron que la firma es de Freud y “el membrete de su estudio de psicoanálisis”.

 

¿QUIÉN FUE ÁNGEL GARMA?

La aparición de los importantes documentos citados expuso a las nuevas generaciones la historia de una figura fundamental en el desarrollo del psicoanálisis en Sudamérica.

Se trata del español Ángel Garma, considerado el padre del psicoanálisis latinoamericano. Se recibió de médico en Madrid a los 22 años, con calificaciones sobresalientes. Entre 1923 y 1924 convivió con Federico García Lorca, Salvador Dalí, José Ortega y Gasset, Santiago Ramón y Cajal y Miguel de Unamuno, en la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid.

“Estudié medicina en una época muy interesante en España, la época anterior a la República. Había una gran efervescencia política y social, y un ambiente pujante en lo cultural y en lo científico”, supo decir Garma, quien se especializó en psiquiatría en Alemania, analizándose además durante tres años con Theodor Reik (1888-1969), psicoanalista austríaco, discípulo de Sigmund Freud

En 1931, Ángel Garma busca ser miembro de la Asociación Psicoanalítica Alemana y para tal fin presenta un escrito sobre la esquizofrenia, que -apoyándose en las ideas de Freud- las discute y llega a exponer una hipótesis diametralmente opuesta, lo que produjo una viva discusión.

El escrito fue aprobado por unanimidad, y Freud le envió una tarjeta postal “agradeciéndole sus valiosos trabajos”.

Tenía sólo 27 años cuando comenzó a ejercer como psicoanalista. En 1937, renunció a la Asociación Alemana de Psiquiatría, por la expulsión de los judíos a que se había visto obligada la institución. Un año después, Garma emigró a Argentina, donde se conectó con Enrique Pichon-Rivière y con Arnaldo Rascovsky, quienes venían interesándose por el psicoanálisis desde un tiempo atrás.

En 1942, fue uno de los fundadores de la Asociación Psicoanalítica Argentina, un organismo que presidió en varias ocasiones.

“Ángel Garma llegó a alcanzar renombre mundial en el movimiento psicoanalítico. Fue figura simbólica de una época y de una creación cultural con una inmensa tarea por él iniciada. Su fecunda simiente dejó huella en la tierra en la que tuvo que exiliarse en sus más trágicos momentos. Recordar la obra y vida de este pionero, es también el homenaje a su condición de fundador del psicoanálisis en lengua castellana y acercar el conocimiento de este ilustre a la sociedad”, escribe el psiquiatra, biógrafo y documentalista de Ángel Garma, Iñaki Markez.

“No deja de ser curioso que el padre del Psicoanálisis en Argentina y en el área latinoamericana, naciera en Bilbao donde el psicoanálisis fue casi desconocido hasta los años 70 del siglo pasado. Había manifestado su deseo de que arrojaran sus cenizas en la ría de Bilbao -El Abra- tras su fallecimiento. Así lo hizo Betty, su mujer, en febrero de 1994. Fue el último viaje de Ángel Garma a Bilbao, su ciudad natal”, agrega.