Posts Tagged ‘Personas desaparecidas’

Rosario, madre buscadora de Sinaloa, es asesinada en el Día de las Desapariciones

miércoles, agosto 31st, 2022

La mujer se encontraba en una misa en la que se conmemoró ayer la fecha, cuando al salir fue interceptada por hombres armados.

Por Gerardo Ramírez y Belém Angulo

Ciudad de México, 31 de agosto (Noroeste).- Rosario Lilian Rodríguez Barraza, dirigente del colectivo Corazones sin Justicia en Sinaloa, fue privada de la libertad el martes y horas después fue encontrada sin vida.

La mujer se encontraba en una misa en la que se conmemoró ayer el Día Internacional de las Desapariciones.

Integrantes de colectivos de búsqueda de otros municipios del estado confirmaron la desaparición y homicidio, y condenaron el hecho.

La madre buscadora tenía su domicilio en La Cruz, Elota.

Rastreadoras participando en la búsqueda de desaparecidos en fosas clandestinas. Foto: Noroeste.

Testigos confirmaron que Rosario salía del templo cuando fue interceptada por varios hombres, quienes la subieron un vehículo y se la llevaron.

La activista se integró a un colectivo de búsqueda de personas tras la privación ilegal de la libertad de su hijo Fernando Abixahi, ocurrida en octubre de 2019 en La Cruz, Elota, de donde son originarios.

COLECTIVOS PIDEN QUE INVESTIGUEN FEMINICIDO

Integrantes de colectivos de defensa de los derechos humanos y feministas urgieron al Estado la protección para las madres buscadoras de personas desaparecidas, el esclarecimiento de la desaparición del hijo de Rosario Rodríguez, Abixahi Ramírez, y acciones preventivas en torno a la desaparición de personas en Sinaloa.

Ficha de búsqueda de Fernando Abixahi. Foto: Cortesía vía Noroeste

Asimismo convocaron a una manifestación pacífica urgente este miércoles a las 16:00 horas, en la jardinera de Catedral, en Culiacán, donde están los rostros de personas desaparecidas en el estado.

Lilian Rodríguez, buscaba desde 2019 a su hijo Fernando Abixahi Ramírez Rodríguez, desde esa Rosario buscaba y rastreaba como las valientes madres y familiares de todas aquellas personas desaparecidas, hasta encontrarles, por la verdad y justicia.

Entre las peticiones al Gobierno del Estado, la Fiscalía General del Estado (FGE) y a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado está la realización de las diligencias necesarias para que el crimen sea investigado como feminicidio agravado y la desaparición forzada de su hijo.

Asimismo, señalan que “el Estado está obligado a garantizar la seguridad para continuar con las búsquedas en tanto los miles de casos de personas desaparecidas se sigue acumulando”.

Comunicado de colectivos. Foto: Especial.

Además, exigen las autoridades “realicen las gestiones que correspondan para la prevención de las desapariciones forzadas y proporcione la protección debida a las madres y familiares” que buscan a sus desaparecidos.

Sinaloa se encuentra entre las entidades con mayores desapariciones en el país. En el acumulado histórico registra cinco mil 633 desaparecidos oficiales.

Madre buscadora. Foto: Noroeste

Sin embargo, diversos colectivos locales de madres buscadoras han criticado que la cifra podría ser hasta del doble de acuerdo con sus propios registros.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE NOROESTE. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Centro Nacional de Identificación: una nueva institución frente a un mismo problema

lunes, agosto 29th, 2022

Aunque en su decreto de creación la única facultad clara del Centro Nacional es el resguardo de información con fines de identificación que sería entregada a las autoridades competentes, tanto el Subsecretario federal de derechos humanos, Alejandro Encinas, como la Comisionada nacional de búsqueda, Karla Quintana, han asegurado que esta nueva institución liderará las labores de identificación masiva.

Ciudad de México, 29 de agosto (A Dónde van los Desaparecidos).- Este agosto debió empezar a operar el Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH), una institución que tendrá la tarea de resguardar la información para la identificación de personas fallecidas en calidad de desconocidas. Sin embargo, preocupa a familiares de personas desaparecidas y especialistas cómo se coordinará con el resto de instituciones forenses y si contará con presupuesto suficiente.

Con el fin de abatir la crisis forense, estimada en más de 52 mil cuerpos desconocidos, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador propuso la creación del CNIH, adscrito a la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas. La iniciativa fue aprobada por ambas cámaras legislativas en mayo de este año y celebrada por colectivos de búsqueda de personas, organizaciones civiles y organismos internacionales.

“Esperamos que el Centro funcione, que realmente se tome en cuenta y no vaya a ser un elefante blanco”, dice en entrevista Virginia Garay del colectivo Guerreras en Busca de Nuestros Tesoro de Nayarit e integrante del Consejo Nacional Ciudadano, un órgano independiente integrado por expertos y familias de personas desaparecidas.

Aunque en su decreto de creación la única facultad clara del Centro Nacional es el resguardo de información con fines de identificación que sería entregada a las autoridades competentes, tanto el Subsecretario federal de derechos humanos, Alejandro Encinas, como la comisionada nacional de búsqueda, Karla Quintana, han asegurado que esta nueva institución liderará las labores de identificación masiva, es decir, la que se realizaría a partir de la comparación sistemática y periódica de la mayor cantidad de datos de las personas fallecidas sin identidad con la que entregan familiares de personas desaparecidas, e, incluso, realizaría tomas de muestras para obtener perfiles genéticos.

Con esa encomienda, el Centro Nacional se suma a otras instituciones que tienen el mismo fin de identificar cuerpos anónimos, aunque varíen en jurisdicción, métodos y alcances, como las 33 fiscalías del país, el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense y hasta la Guardia Nacional.

Los detalles sobre cómo operaría el Centro Nacional y cómo se coordinará con estas instituciones “quedaron en el aire”, dice Humberto Guerrero, director del programa de derechos humanos en la organización civil Fundar.

El subsecretario federal de derechos humanos, Alejandro Encinas. Foto: Gobierno de México

Según el especialista, la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda aseguró que esas cuestiones se resolverían en la reglamentación del CNIH, pero la CNB –de la que depende el Centro Nacional– lleva cuatro años y medio operando sin su propio reglamento.

ARTICULACIÓN INSTITUCIONAL EN EL AIRE

La preocupación por la crisis forense no es nueva para las familias que buscan a sus desaparecidos y desaparecidas: desde que impulsaron la Ley General en Materia de Desapariciones –aprobada en noviembre de 2017– lograron incluir herramientas que servirían para atender esta crisis, todas ellas a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR).

La institución dirigida por Alejandro Gertz Manero ha retrasado por más de tres años la creación estas herramientas clave, como el Banco Nacional de Datos Forenses (BNDF), que tendría la función de comparar periódicamente y de forma masiva los datos genéticos de los cuerpos sin identidad del país con los de familiares que buscan a personas desaparecidas para encontrar posibles coicidencias y así agilizar las identificaciones, justo como ahora se pretende que haga el Centro Nacional de Identificación Humana.

El Ministerio Público de la Federación, incluso, enfrenta una demanda de amparo por la falta del Banco que estaría próxima a resolverse.

La FGR también tiene pendiente el Registro Nacional de Personas Fallecidas No Identificadas y No Reclamadas, el Registro Nacional de Fosas Clandestinas y Fosas Comunes y el Programa Nacional de Exhumaciones e Identificación Forense. Además, en peticiones de información la FGR ha respondido que se encuentra trabajando en una Base Nacional de Información Genética (BaNIG) que estaría operando hasta el próximo año.

Este podría no ser el único banco genético nacional con el que tendría que trabajar el CNIH: el año pasado la Guardia Nacional licitó un servicio de arrendamiento de perfiles genéticos de personas desaparecidas sin que a la fecha se conozca el número de perfiles con los que cuenta y la finalidad de su resguardo.

Un esfuerzo más para combatir esta emergencia es el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), un órgano multidisciplinario y con autonomía técnico-científica creado a finales de 2019 con la encomienda de realizar peritajes a cuerpos y restos humanos en calidad de desconocidos ingresados a los Servicios Médicos Forenses (Semefos) del país antes de su creación. A diferencia del CNIH, aunque el MEIF inicialmente se iba a crear a partir de una Ley, las instituciones federales solo accedieron a que se creara vía Acuerdo, lo que implicó un menor peso legal.

En lo que sí coinciden ambas instituciones es en que tendrán que trabajar con la información que resguardan las fiscalías del país para identificar a las personas fallecidas en calidad de desconocidas.

El Grupo que coordina el MEIF fue seleccionado hace un año y, para realizar su labor, deben firmar convenios de colaboración con las fiscalías del país, quienes tenían la facultad exclusiva del resguardo de los cuerpos.

Parientes de desaparecidos participan en una protesta en Ciudad de México, el sábado 6 de agosto de 2022. Foto: AP Foto/Fernando Llano

“Todavía no funciona bien el MEIF y ya se está abriendo una nueva institución. ¿Cómo vamos a empujar esto si nos faltan los bancos (de datos) que son parte fundamental para que realmente pueda existir las identificaciones?”, cuestiona la consejera Virginia Garay.

El Grupo que coordina el Mecanismo asegura que confían en que la metodología que están implementando sirva para sentar las bases de lo que llaman “un ecosistema interinstitucional en identificación humana”, que incluye al nuevo CNIH.

Grace Fernández, del Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos de México considera que el Centro Nacional debe ser una herramienta adicional para dar respuesta a las familias de personas desaparecidas.

“Todos los días y en todos los estados hay hallazgos de fosas clandestinas. Se van incrementando la cantidad de personas que hay que identificar y entonces tienes un sistema colapsado que no tiene ni recursos ni personal ni tecnología, por eso es necesario crear nuevas instancias”, asegura Fernández.

El riesgo, advierte Humbero Guerrero de Fundar, es que no se genere una verdadera política nacional de identificación forense y solo proliferen iniciativas aisladas que generen información que no se comparta, que no sea uniforme y que no ayude a la tarea de identificar con agilidad.

LAS FISCALÍAS… DE NUEVO

El cuello de botella apunta a las fiscalías: con la facultad exclusiva de investigar delitos y resguardar cuerpos –y los datos obtenidos de las necropsias– que perdieron la vida en situaciones violentas o a los que no se les restituyó la identidad, las instituciones ministeriales se han convertido en maquinarias para enterrar cuerpos. Pese a ello, en su mayoría, no han estado dispuestas a abrir los archivos forenses para que otros devuelvan el nombre a quienes las fiscalías enterraron sin él.

“El Centro Nacional de Identificación Humana, por más que tenga facultades establecidas en la legislación, va a requerir necesariamente que existan fiscalías dispuesta a colaborar”, menciona César Contreras, abogado del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, (Centro Prodh).

Soberbia, egocentrismo, cinismos, pereza o celos institucionales y hasta posibles complicidades criminales son calificativos vertidos hacia las fiscalías como explicación de su falta de colaboración para el rezago en materia de identificación que ellas mismas han generado.

Ante la crisis forense y de desapariciones en México, las familias de personas desaparecidas, colectivos de búsqueda de distintos Estados de la República, integrantes de la Red de Enlaces Nacionales y organizaciones civiles acompañantes, realizaron la clausura simbólica en la Fiscalía General de la República para exigir la creación del Banco Nacional de Datos Forenses (BNDF). Foto: Graciela López, Cuartscuro

La falta de voluntad política de las fiscalías para compartir la información forense ha hecho que las familias de personas desaparecidas sientan que los esfuerzos de los últimos años para combatir la crisis forense están “en la cuerda floja”, según Garay, vocera del Consejo Nacional Ciudadano.

De acuerdo con Fernández, del Movimiento por Nuestros Desaparecidos de México, el MEIF también se ha enfrentado a la poca voluntad para compartir información de las instituciones ministeriales. Al haber sido creado mediante un acuerdo –y no como parte de una ley, como el CNIH– se ha encontrado con un obstáculo previo incluso a su operación: las fiscalías no consideran obligatorio colaborar con el órgano independiente.

A la fecha, el Grupo Coordinador del MEIF solo ha logrado firmar convenios con las fiscalías de San Luis Potosí y Tamaulipas.

Para el subsecretario Encinas la solución es trabajar con quien se pueda trabajar. “Se requiere de coordinación institucional. Donde no haya voluntad no vamos a perder el tiempo”, asegura en entrevista.

GARANTIZAR PRESUPUESTO

En épocas de austeridad el presupuesto del Centro Nacional es una preocupación para familiares de personas desaparecidas y especialistas.

El subsecretario Encinas aseguró el pasado 9 de agosto que el CNIH contará con recursos. Sin embargo, para Grace Fernández la solvencia presupuestal continúa siendo una preocupación.

“Compromisos de palabra tenemos muchos por parte de diputados y senadores. Estaremos cobrándolos en este periodo legislativo para que le asignen los recursos necesarios al tanto al mecanismo como a los centros de identificación”, advierte Fernández.

El abogado Contreras coincide en la exigencia de Fernández: la Cámara de Diputados tiene la responsabilidad de garantizar los recursos suficientes para operar en tanto fue el mismo Legislativo federal quien aprobó su creación.

“Aún no existe una partida de recurso para tener la seguridad de que va a ser un centro que va a estar trabajando desde el principio”, advierte Virginia Garay.

A una petición de información realizada por Animal Político, la CNB respondió que los recursos para el CNIH se tomarían de dos programas presupuestarios originalmente destinados a realizar acciones de búsqueda, lo que implicaría una disminución en los esfuerzos de la Comisión para localizar a las personas desaparecidas.

Normalistas protestan por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Foto: Obturador Mx.

Aunque las autoridades federales se ahorraron en la construcción de un edificio nuevo, lo cierto es que este aún requiere ser acondicionado, explica la señora Garay, que fue parte de la comitiva que conoció las instalaciones recién cedidas por el gobierno de Morelos.

En palabras de la comisionada Quintana, el Centro Nacional estará inaugurado cuando realice su primera identificación. Es la misma frase que, hace un año, utilizó para referirse al Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense que todavía aguarda a ese simbólico comienzo. Mientras tanto, la crisis de desaparición no se detiene y los cuerpos sin nombre siguen llegando a las morgues del país a la espera de ser devueltos a sus familias.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE A DÓNDE VAN LOS DESAPARECIDOS. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

La SCJN emite medidas de reparación por 2 desapariciones forzadas en Oaxaca en 2007

miércoles, agosto 10th, 2022

La Suprema Corte indicó que en casos de desaparición forzada, las autoridades de amparo pueden fijar medidas tendientes a lograr una reparación integral de los daños, pues estas circunstancias son consideradas como una de las violaciones más graves a derechos humanos.

Ciudad de México, 10 de agosto (SinEmbargo).– La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) indicó que en casos de desaparición forzada las autoridades de amparo pueden fijar medidas tendientes a lograr una reparación integral de los daños, pues esta circunstancia es considerada una de las violaciones más graves a derechos humanos. En el caso específico de Edmundo Reyes y Gabriel Cruz, desaparecidos en 2007 en Oaxaca, la Corte resolvió que deberán abrirse cuarteles militares para buscarlos.

En la sentencia emitida por un amparo en revisión discutido este miércoles, las y los ministros determinaron que en casos de desaparición forzada, las autoridades de amparo pueden fijar medidas tendientes a lograr una reparación integral de los daños.

El amparo en cuestión se trata de una sentencia que concedió el amparo a Edmundo Reyes y Gabriel Cruz, dos militantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y desaparecidos en Oaxaca en 2007. 

Luisa Zapata muestra fotos de su hijo Manuel Enrique Solís y su esposo Ángel Enrique Solís, ambos desaparecidos en enero de 2022. Su marido apareció sin vida a principios de febrero.
Foto: Adolfo Valtierra / A Dónde van los desaparecidos

En el caso particular del caso en revisión, el Tribunal Máximo confirmó las medidas de reparación siguientes: la publicación de la sentencia por parte de la Sedena, la toma de la declaración de los mandos militares que hubieran estado en funciones en mayo de 2007 en Oaxaca, en la temporalidad en que se dio la desaparición forzada, y la publicación de los avances de la investigación en la página de Internet de la FGR.

Las medidas se extienden a que la Comisión Nacional de Búsqueda, la cual deberá, de la mano de instancias internacionales que brindan acompañamiento a víctimas, diseñar un plan integral para realizar las diligencias necesarias para la búsqueda en cuarteles.

El recurso fue interpuesto en contra de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la agente del Ministerio Público adscrita a la Fiscalía Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Fiscalía General de la República (FGR), así como de diversas autoridades estatales y municipales de seguridad y procuración de justicia del estado de Oaxaca, por la desaparición forzada de dos familiares y por la abstención de la agente ministerial de realizar las diligencias necesarias para investigar los hechos denunciados.

Asimismo, la SCJN determinó que en casos de desaparición forzada, las autoridades de amparo pueden fijar medidas tendientes a lograr una reparación integral de los daños. Foto: Crisanta Espinosa, Cuartoscuro.

La institución del Poder Judicial volvió a reconocer la desaparición forzada como una de las violaciones más graves a derechos humanos, pues somete a los familiares de la víctima a “actos equiparables a tortura y tratos crueles e inhumanos al desconocer el paradero y destino de su ser querido”.

En este sentido, remarcó que los familiares son orillados a implementar por su propia cuenta acciones de búsqueda y de investigación, además que se enfrentan con obstáculos institucionales al momento de solicitar apoyo de las autoridades.

La Primera Sala determinó que no es necesario que primero se haya acreditado la responsabilidad penal de los servidores públicos involucrados para que exista un estándar de prueba atenuado que le permita analizar indicios y pruebas indirectas y testimoniales, puesto que la desaparición forzada se caracteriza por la falta de pruebas directas.

“Los familiares y seres queridos [de personas desaparecidas] viven un calvario por la falta de información sobre su paradero, y con la zozobra de desconocer si su vida corre peligro, y en qué condiciones de salud e integridad física y emocional se encuentra. Este sufrimiento se ahonda ante la falta de respuesta institucional adecuada y oportuna para localizar a la persona porque genera un sentimiento de impotencia”, expresó la Suprema Corte.

[pdf-embedder url=”https://www.sinembargo.mx/wp-content/uploads/2022/08/amparo.pdf”]

“Mi vida corre peligro”: Ceci, líder buscadora en Sonora, es amenazada y pide apoyo

sábado, mayo 28th, 2022

La fundadora del colectivo Madres Buscadoras de desaparecidos de Sonora recibió una llamada el día de ayer de quien presuntamente es el padre de la persona que se llevó a su hijo Alejandro en 2015.

Ciudad de México, 28 de mayo (SinEmbargo). – Una llamada telefónica alertó a Cecilia Patricia Flores Armenta, líder y fundadora del colectivo Madres Buscadoras de desaparecidos de Sonora, del presunto lugar donde se encuentra el cuerpo de su hijo Alejandro, desaparecido en 2015 en Sinaloa, estado que visitó hace apenas unas horas el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ceci, como la conocen en el colectivo, hoy se encuentra en Ahome, uno de los 18 municipios de Sinaloa, buscando a su hijo sin ayuda de las autoridades, a pesar de que hoy fue amenazada por un hombre que la interceptó en su segundo día de búsqueda dentro de de una huerta enorme y la amenazó por estar “calentando el terreno”, como si estas palabras bastaran para persuadir a una madre que lleva siete años buscando a su hijo.

“El día de hoy cuando ya veníamos al lugar me intercepta una moto con un joven y me dice que ya no busque, que estoy calentando el terreno y que estoy molestando a la gente”, contó en entrevista la señora Ceci. “Yo le dije que sólo estaba buscando a mi hijo, que estaba sola”.

Al recibir esta amenaza, Flores Armenta acudió a las autoridades de Sinaloa para pedir seguridad en su búsqueda, pues ella no piensa moverse del lugar sino es con el cuerpo de su hijo. Sin embargo, la respuesta de la Fiscalía estatal fue que esperara 72 horas para recibir apoyo.

“Dicen que tiene que ser con oficio, la Comisión me dice que me puede apoyar hasta el miércoles 1 de junio, pero yo tengo siete años esperando este mensaje, esta llamada y no me puedo esperar más días, necesito encontrar a mi hijo ya”, exigió Ceci.

La fundadora del colectivo Madres Buscadoras de desaparecidos de Sonora recibió una llamada el día de ayer de quien presuntamente es el padre de la persona que se llevó a su hijo Alejandro en 2015.

“El día de ayer me llamó y me dijo dónde estaba mi hijo, es una huerta grande que no hallo por dónde empezar, empezamos a hacer una excavación ayer, pero no fue suficiente”, explicó Ceci, quien se encuentra en esa huerta de Ahome acompañada por su hija y dos personas más.

Los colectivos Madres Buscadoras de Sonora han extendido su búsqueda más allá de la entidad. Foto: Twitter @BuscadoresSon

“A pesar de que le pedí el apoyo a la Fiscalía de Sinaloa se me negó y ahorita estoy aquí sola con mi hija y otras dos personas que me están ayudando en la investigación”, detalló Ceci reclamando a las autoridades su indiferencia. “No puede ser posible que yo esté haciendo el trabajo de las autoridades; no es posible que me nieguen el apoyo de seguridad para buscar a mis hijos; no es posible que me tenga que esperar 72 horas cuando la búsqueda es inmediata y más cuando yo estoy haciendo las excavaciones, sólo pido seguridad”.

Flores Armenta mencionó que ella no busca culpables, sólo quiere encontrar el cuerpo de su hijo para llevarlo a Sonora, donde está su casa.

El colectivo Madres Buscadoras de desaparecidos de Sonora fue fundado por Cecilia cuando desaparecieron sus hijos Alejandro Guadalupe (30 de octubre de 2015 en Los Mochis, Sinaloa) y Marco Antonio (4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora). Desde entonces se han sumado más personas con la misma exigencia: encontrar a sus familiares.

“No son cifras, son personas”: Titular de CNB; reconoce subregistro de desaparecidos

sábado, mayo 21st, 2022

Karla Quintana puntualizó que el conteo ha permitido saber que hoy en día se está desapareciendo a la juventud y que hay más de 16 mil 537 desaparecidos que eran niñas, niños y adolescentes al momento de la desaparición.

Ciudad de México, 21 may (EFE).- México tiene todavía un subregistro muy importante en cuanto a sus desaparecidos, con más de 100 mil personas desde que existe registro en 1964, pese a los avances que ha tenido en el tema, consideró este sábado Karla Quintana, la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).

La funcionaria utilizó su cuenta de Twitter para recordar que esta semana el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, no localizadas y localizadas (Rnpdno) llegó a más de 100 mil reportes de personas desaparecidas y no localizadas.

“No son cifras, son personas, familias, grupos de amigos y un tejido social que ha sido profundamente lastimado; un tejido del que somos parte toda la sociedad”, refirió.

Destacó la importancia de hablar de cifras y estadísticas como una herramienta de política pública y rendición de cuentas, para tener un acercamiento a la dimensión de la crisis de desaparición, la cual ha sido reconocida, y para tomar medidas en consecuencia.

Recordó que antes de 2019 existía un registro de menos de 40 mil desaparecidos y no había una herramienta que sistematizara la información recibida ni que hiciera posible la transmisión de la información sobre las personas desaparecidas.

Ya en junio de 2020, dijo, gracias a que varias instituciones comenzaron a compartir información y ésta se hizo pública, la cifra aumentó a más de 61 mil, la mayoría de ellas desde 2007.

“Para el 13 de julio de 2020, que se presenta la versión pública que hoy observamos (…) la cifra ascendía a 73 mil personas reportadas como desaparecidas”, precisó y detalló que el registro se alimenta de información de fiscalía, comisiones y otras autoridades.

Además, destacó que tras varias actualizaciones, actualmente se sabe que en el Rnpdno hay más de 100 mil individuos, de los cuales 24 mil 824 son niñas, adolescentes o mujeres.

Marcha Madres de Desaparecidos 10 de Mayo en la Ciudad de México.

México llegó a 100 mil desaparecidos sin ser localizados la semana pasada. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro

Puntualizó que la contabilización ha permitido saber que hoy en día se está desapareciendo a la juventud y que hay más de 16 mil 537 desaparecidos que eran niñas, niños y adolescentes al momento de la desaparición.

“Sabemos los estados y los municipios con mayores reportes de desaparición y los años en que las personas fueron desaparecidas; sabemos que más de 145 mil personas fueron localizadas luego de haber estado desaparecidas o no localizadas”, dijo.

Pero acotó que 93.19 por ciento de ellas fueron encontradas con vida y 7.31 por ciento sin vida.

Destacó que todavía hay muchos datos sobre las víctimas que se desconocen, como lo demuestra el hecho de que en 85 por ciento de los casos “no hay información alguna” sobre por qué delito se está investigando la desaparición.

Señaló también que sería importante saber de las personas localizadas (con y sin vida) si fueron víctimas de un delito, “pero no se tiene información en 77.87 por ciento de los casos. Sería importante saber cuánto tiempo estuvieron desaparecidas antes de ser localizadas, pero en 81.41 por ciento no se sabe”, reconoció.

Madres se manifestaron en las afueras de la Fiscalía General de Justicia en el Día de las Madres, exigiendo avances en casos sus hijos desaparecidos en Nuevo León. Foto: Gabriela Pérez, Cuartoscuro.

Otro de los problemas, dijo, es el nivel de subregistro, pues se sabe que mucha gente no denuncia una desaparición por miedo o desconfianza en las autoridades como, por ejemplo, en los casos de migrantes centroamericanos “por mucho, el mayor grupo afectado por desaparición”, resaltó.

Ante este panorama, Quintana dijo que se debe insistir en que todas las autoridades compartan toda la información necesaria para la búsqueda.

“De eso depende, en gran parte, tener una herramienta para encontrar a las personas, y entender de mejor manera los contextos”.

Precisó la importancia de generar una campaña nacional y centroamericana para recopilar la información de personas desaparecidas que no es recibida por las autoridades o incluso para revisar si todas las personas están incluidas”, como parte de lo cual inició la toma de muestras de sangre hace una semana.

“El registro, con todos los espacios de oportunidad y mejora requeridos y sin autocomplacencias, nos permite tener hoy un acercamiento a la realidad. Hay que seguir construyendo de la mano de las familias”, enfatizó.

Familias de desaparecidos rebaten registro y cifra oficial: hay el doble de víctimas

jueves, mayo 19th, 2022

Desde hace una década, el registro de las personas desaparecidas en México ha sido una herramienta que no sirve para identificar y localizar personas extraviadas como era su objetivo. Durante los tres sexenios en los que ha funcionado, ha mantenido quizás una única función: servir como un marcador opaco, incompleto y burocrático —no ajeno a oportunismo político, rasuramientos y ambigüedad de criterios— que oficializa la cifra de personas desaparecidas, la cual acaba de rebasar las 100 mil víctimas.

Por Efraín Tzuc

Ciudad de México, 19 de mayo (A dónde van los desaparecidos).- Año y medio antes de concluir su mandato, el Presidente Felipe Calderón escuchó por primera vez el reclamo de las madres de personas desaparecidas. María Herrera, una madre con cuatro hijos desaparecidos, le dijo: “Mis hijos son personas honestas y trabajadoras y fueron víctimas de esta guerra. Como ellas, existen miles, algunas organizaciones no gubernamentales han documentado hasta tres mil. Yo siento que son más”.

La madre, que perdió a dos hijos en Guerrero en 2008 y dos en Veracruz en 2010, tenía un presentimiento que resultó ser una realidad: había más personas desaparecidas de las que se registraban.

Y eso ocurre aún hoy.

En junio de 2011, cuando María Herrera reclamó a Calderón, durante los llamados Diálogos de Chapultepec, el número ya superaba las 12 mil 600 personas no localizadas en México. Pero eso se sabría hasta después porque para ese entonces no había un registro nacional, sólo intuiciones.

En mayo de 2022, el conteo oficial rebasó la cifra de 100 mil personas desaparecidas.

Dos días después de que el país llegara a este vergonzoso número, el Presidente Andrés Manuel López Obrador atribuyó el alza en las cifras en las personas desaparecidas en lo que va de su sexenio a que ahora “ los buscamos y antes no”.

Para las familias de las personas desaparecidas, los números oficiales siguen siendo poco confiables. “Me atrevo a asegurar que pueden ser más del doble, porque son muchos más los que no denuncian”, sostiene todavía María Herrera, quien sigue buscando a sus hijos.

El expresidente de México Felipe Calderón abraza a María Herrera durante los Diálogos de Chapultepec, en junio de 2011, en el Castillo de Chapultepec. Sus hijos, y los de la mayoría de víctimas presentes, no han aparecido. Foto: Alejandro Meléndez

Desde antes de ese encuentro con Calderón, la necesidad de contar a quienes faltaban ya era urgente. A partir de diciembre de 2006, al inicio del sexenio calderonista, la desaparición de personas comenzó a ocurrir masiva y sistemáticamente como consecuencia de la estrategia de seguridad llamada “guerra contra las drogas”.

Para 2009 tuvo manifestaciones más claras en el norte del país. Una docena de personas con familiares desaparecidos —convocadas por la diócesis de Saltillo— fundó el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec), al descubrir que lo que les pasó no era extraordinario y tenía denominadores comunes: profesión de las víctimas, ubicaciones, edades, sexo, temporalidades, que muchas veces los perpetradores eran agentes del estado —policías, militares—, y que las procuradurías no siempre querían levantar registros y nunca investigaban.

El año 2009 fue el preámbulo de la ola de desapariciones que arrasaría durante más de una década al país. En Tijuana, el Ejército presentó a Santiago Meza López, alias “El Pozolero”, a quien acusó de disolver a 300 personas en ácido. En Nuevo León, a la organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Cadhac) llegaron casos de hombres entre los 26 y 33 años desaparecidos por agentes del Estado. En Chihuahua, una organización dedicada a atender casos de feminicidios, el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm), recibió la primera denuncia atribuible a las Fuerzas Armadas. En Tamaulipas, las desapariciones comenzaban a ser una epidemia que, por miedo, pocos se atrevían a denunciar.

Fue hasta junio de 2011, tras las caravanas, plantones, protestas y huelgas de hambre de familias de personas desaparecidas de todo el país, que las procuradurías estatales y la Procuraduría General de la República (PGR) admitieron la obviedad más postergada: que se necesitaba un registro de desapariciones en México.

Javier Sicilia habla al inicio de la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad en la ciudad de Morelia, Michoacán, en 2011; la caravana de víctimas que recorrió el país. Foto: Mónica González

El registro debía servir para intercambiar información entre procuradurías estatales y la federal; datos que llevara a encontrar a las personas extraviadas. Además, contaría con información con la que se podría perfilar los lugares de riesgo y los sectores de la población que más peligran; analizar las temporadas de violencia y los modus operandi de la desaparición.

El día de hoy, al contador de las ausencias, actualmente llamado Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), se suman —en promedio— 15 personas por día. Ese número se mueve a distintos ritmos según las temporadas e intensidad de la violencia en las regiones del país.

La historia de las cifras de la desaparición en México puede ser contada en cuatro distintos momentos.

A partir de que el registro nacional fue creado, ha sufrido filtraciones a la prensa, ocultamiento, mutilaciones, rebatinga política, transferencia entre instituciones e, incluso, se le han cambiado los criterios sobre qué casos incluir y cuáles dejar fuera. Hasta llegar a lo que es hoy: un listado de 100 mil personas al que sólo se puede acceder parcialmente en un sitio web y que, más que revelar, oculta. Que no muestra nombres ni fotografías, y tampoco permite el análisis para la búsqueda, para entender la catástrofe o prevenir nuevos casos.

Registro de cuerpos no identificados en un panteón en Sinaloa. Foto: Marcos Vizcarra

Momento #1 – El registro en construcción junio de 2011 – 2012

10 de Junio de 2011: El acuerdo y las definiciones

En junio de 2011, los procuradores del país agrupados en la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia (CNPJ) acordaron atender la ya preocupante crisis humanitaria con una Base de Datos de Personas Desaparecidas. Así comenzó el armado del primer registro que contaría a las personas ausentes.

Para ello, se adaptó un apartado sobre las personas desaparecidas al Sistema Único de Intercambio de Información entre Procuradurías (SUIIEP), un sistema de la Procuraduría General de la República (PGR) desarrollado para intercambiar información criminal a nivel nacional.

En agosto de ese año, los creadores de la base nacional tomaron una decisión por la que se “fugarían” varios casos de personas desaparecidas: sustituyeron el término personas “desaparecidas” por “no localizadas”. Esa ambigüedad dejaba abierta a la interpretación de cada estado cómo clasificar los casos porque no existía norma o delito que definiera a quiénes se les consideraba como tal.

El 22 de septiembre de 2011: El nacimiento

La Base Nacional de Personas No Localizadas nació oficialmente en septiembre de 2011. El Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la PGR quedó como administrador de esta herramienta que concentraría la información mediante la que se pretendía “identificar o localizar a las personas”.

Se empezó por fijar criterios. “Se conformaron diversas mesas técnicas en donde se advertía, por parte de todas las fiscalías del país, cuáles eran los elementos con los que se contaban en este momento relacionado con los datos de las personas no localizadas, esa era el concepto que se manejaba, no como personas desaparecidas”, recuerda una persona que trabajó en una Procuraduría estatal como enlace entre ésta y el Cenapi, y que pidió mantener en anonimato su identidad.

La ruta para alimentar el contador de ausencias empezaba con los ministerios públicos o fiscales especiales que recibían las denuncias, éstos entregaban la información al funcionario que cada procuraduría había asignado como enlace con el Cenapi; éste verifica los datos y se aseguraba de que las personas denunciadas no estuvieran previamente reportadas en el SUIIEP, para no duplicarlas. Enviaban por correo electrónico o en discos compactos los casos positivos, y el Cenapi, tras una revisión, los sumaba; si encontraba errores pedía a las procuradurías corregirlos.

Los cambios, al menos durante los primeros dos años, los hacía el Cenapi. Diversos oficios entre la procuraduría michoacana y el Cenapi, a los que se tuvo acceso, muestran solicitudes de baja de algunos registros por ser previos a diciembre de 2006, por estar duplicados, o por tratarse de privaciones de la libertad o incompetencias. También solicitaban o rectificaban el estatus de algunas personas que, de acuerdo con la procuraduría estatal, ya habían sido localizadas.

Abril de 2012: la primera ley para crear un registro: el RNPED

A la par, en febrero de 2012, cuando en el país ya habían comenzado a surgir las primeras fosas clandestinas masivas, el Congreso aprobó la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, registro que estaría a cargo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Pero al cierre del año, el RNPED, no fue publicado por el SESNSP, como indicaba la ley que le daría origen, y la Base de Datos de Personas No Localizadas del Cenapi-PGR permaneció oculta. Ni las familias que buscaban a sus seres queridos ni las organizaciones civiles que las acompañaban sabían que existía y, en consecuencias, no se conocía el tamaño de la crisis de desapariciones en el país.

Momento #2 – La rebatinga política y la montaña rusa de las cifras 2012 – 2013

29 de noviembre de 2012: 25 mil casos, la punta del iceberg

A dos días de que Calderón terminara su sexenio, el diario estadounidense The Washington Post publicó una nota en la que aseguró contar con una base de datos filtrada desde la PGR —que no hizo pública— con más de 25 mil personas sin localizar. Ese fue un primer y rápido esbozo de la dimensión de la tragedia ocasionada por la “guerra contra las drogas”.

Calderón se rehusó a confirmar si la cifra era cierta y negó responder al Post por qué su Gobierno, a días de finalizar, no hizo público el dato.

La organización civil Propuesta Cívica también recibió una base de datos filtrada, ésta con menos casos: 21 mil 851 casos registrados del 2 de agosto de 2006 al 29 de febrero de 2012. La organización sí hizo pública la base de datos. Eso sucedió el 20 de diciembre de 2012.

Eran notorias las grietas: la base de Propuesta Cívica no tenía todos los casos. Por ejemplo, los cuatro hijos de María Herrera no figuraban en ella.

En diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto, del Partido de la Revolución Institucional (PRI), empezó su mandato con esa herencia de miles de ausencias.

Los colectivos presionaron a las nuevas autoridades federales para que informaran la cifra real de personas desaparecidas. “Lo que estuvimos cuestionando cuando se empieza a oficializar o dar cierto reconocimiento (de las desapariciones), era saber quiénes son, de dónde son. Ahí se va construyendo la demanda en torno a una visión de registro o de documentación de los casos, ya no sólo como la mera cifra”, recuerda Jorge Verástegui, que busca a su hermano y sobrino desaparecidos desde 2009 en Coahuila y es integrante de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec).

Febrero de 2013: del escándalo al desinflamiento de los números

El 20 febrero de 2013, la organización internacional Human Rights Watch (HRW) publicó un informe en el que documentó 249 desapariciones ocurridas en el sexenio de Calderón; al menos 149 podrían ser desapariciones forzadas, es decir, con participación de funcionarios públicos. Ese mismo día, tras una reunión con la organización, la Subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Lía Limón, dijo que “contaban con información” de 27 mil personas desaparecidas.

En una entrevista, al día siguiente, Limón precisó el dato: eran 27 mil 523 personas “no localizadas” contenidas en la base en manos del Cenapi.

Lía Limón, subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob) se presenta en el Foro Internacional sobre Desapariciones, en Saltillo Coahuila Foto: Mónica González

La cifra causó revuelo dentro del mismo Gobierno federal. Mientras que José Óscar Vega Marín, que días antes había dejado el cargo de Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, decía que no existía tal base, el Secretario de Gobernación —y jefe de Limón— Miguel Ángel Osorio Chong, aseguraban que no había una lista oficial pero que encontraron “en áreas oficiales” una base con 27 mil personas sin localizar.

La polémica quedó zanjada el 26 de febrero, cuando Lía Limón, junto con la encargada de la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR, Mariana Benítez, en conferencia de prensa, soltaron el primer dato oficial sobre el tamaño de la catástrofe humanitaria: había 26 mil 121 personas desaparecidas.

Con el lanzamiento también se publicó un sitio web para consultar información de la base de datos que, aseguró Limón, provenía del Cenapi y contaba con la información de las procuradurías estatales. Se trataba de la Base de Datos de Personas No Localizadas que existía desde 2011.

Quinto Elemento Lab buscó a Limón y Benítez —la primera, Alcaldesa capitalina; la segunda, congresista en Oaxaca— para conocer cómo se llegó a la primera cifra nacional, pero no respondieron a las solicitudes de entrevista.

Una mujer sostiene una ficha de búsqueda durante una manifestación en la CDMX por la desaparición de dos jóvenes. Foto: Haarón Álvarez/Obturador MX

Mayo – junio de 2014: Las “depuraciones”

No hubo nuevos datos sino hasta un año después. En una reunión el 21 de mayo de 2014, el Procurador General Murillo Karam dijo a familiares de personas desaparecidas que durante el sexenio calderonista el número no había subido, sino bajado a 13 mil 195 “no localizaciones”.

Ese mismo día, en una reunión en el Senado, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, aseguró que tenían un conteo de 24 mil 800 personas “cuyo paradero se desconoce”. En seguida, dijo que había “otros dos mil 610 casos”, de los cuales 612 podrían ser desapariciones forzadas, 267 podrían atribuirse al crimen organizado y en mil 425 no tenían información sobre los posibles perpetradores. Además, había 308 migrantes desaparecidos. Plascencia no explicó por qué las sumas no daban y cuál era la diferencia entre ambos “tipos de casos”: los 24 mil 800 y los 2 mil 610.

Al día siguiente, Osorio Chong, desde Segob, enterró oficialmente la mitad de las desapariciones del registro dado a conocer por Benítez y Limón –de 26 mil 121–, cuando afirmó ante el Senado que había 14 mil 688 personas localizadas con vida, 748 fallecidas y 13 mil reportes de personas “no localizadas” durante el periodo de Felipe Calderón. Además, el secretario informó de una “nueva lista” en la misma base de datos con 8 mil “no localizaciones” durante la administración de Peña Nieto. La suma de ambos periodos sería de alrededor de 21 mil víctimas.

De inmediato, organizaciones civiles y colectivos de familiares cuestionaron el rasuramiento de las cifras. “Podemos afirmar que el Estado mexicano sigue sin tener claridad de cuántas personas están desaparecidas; cuántas ausentes, o extraviadas. No sabemos la lógica estadística para deducir cada dato y evidentemente seguimos sin contar con la estructura suficiente para esclarecer cada evento”, indicó Fuundec en un comunicado.

El descalibrado contador no paró ahí: un mes después, en junio de 2014, el mismo Osorio Chong se contradijo al afirmar en una conferencia que “es una sola lista que hoy tenemos en alrededor de 16 mil”. Quinto Elemento Lab solicitó entrevista al ahora senador por el PRI, Osorio Chong, pero no obtuvo respuesta.

Dicen que la primera víctima en una guerra es la verdad. En México ocurrió lo mismo con la cifra de desapariciones de personas que fue sometida a un inexplicable sube y baja. Las autoridades del gobierno peñista explicaron posteriormente que la contradicción en las cifras era por causa de “depuraciones”.

Octubre de 2014: la primera base de datos pública, el RNPED

El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), que debía funcionar desde 2012, se publicó por primera vez en agosto de 2014 con 22 mil 322 personas no localizadas. Aunque debía existir una base de datos, la primera versión del registro era un sistema que sólo permitía buscar casos específicos, usando datos como el nombre completo. Ocultaba un panorama global.

Nuevamente, organizaciones civiles y familiares cuestionaron cómo se llegó a esa cifra y a quiénes se estaba contando. “No existe ningún documento oficial que explique claramente el proceso de depuración de datos y el porqué las cifras han variado de forma tan drástica en tan poco tiempo”, denunció Amnistía Internacional en un comunicado, mientras que la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) cuestionó la falta de metodología y las variables —información por cada caso— que contenía el registro nacional.

La ley que le dio vida determinaba que el RNPED quedaría a cargo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En la práctica, el registro era un recorte de la Base de Datos de Personas No Localizadas que desde 2011 administraba el Cenapi-PGR: excluía a las personas encontradas con vida y sin vida y sólo conservaba 15 columnas de las cerca de 80 de la base original (por ejemplo, no incluía el nombre y ocupación de la víctima, posible causa de desaparición, descripción de los hechos, número de averiguación y el estatus actual de expediente, entre otras).

Cada registro es una persona que es buscada. Al eliminar los detalles reducía también las posibilidades de encontrarlas. A pesar de ésto, el SESNSP nunca explicó por qué no publicaba más información que ayudara a la localización de las personas.

El RNPED se publicaba cada tres meses con la información de las procuradurías estatales, y cada dos, la sumatoria de los casos investigados por la PGR. Cada vez que se montaban nuevos datos, retiraban los anteriores. Esto impedía analizar los datos históricos o compararlos para saber en qué municipios o estados se incrementaban las desapariciones de un trimestre a otro.

Además, los criterios para saber qué casos debían sumarse a la base de datos no eran claros. A pesar de que la Ley del RNPED diferenciaba a las personas “extraviadas” (aquellas que no recordaban datos como identidad o domicilio), de las “desaparecidas” (aquellas de las que se dejaba de saber por causas tan complejas como situaciones de violencia, disturbios o catástrofes naturales), la base del Cenapi-PGR —de la que provenía el RNPED— era de personas “no localizadas”, término que no existía en ninguna ley o norma.

“No había claridad sobre qué tipo de desapariciones eran (las registradas), porque solo se hablaba de ‘desaparecidos’ y ‘extraviados’, pero ‘desaparecidos’ en términos penales no existía, a pesar de que en el Código Penal Federal existía el delito ‘desaparición forzada’. Ahí empezamos a preguntarnos a quién y cómo estaban registrando”, dice Verástegui.

El problema era que cada agencia ministerial anotaba de manera distinta las desapariciones, dice una fuente que trabajó en el Cenapi y pidió mantener su identidad en reserva: “A lo mejor era un mismo hecho, pero con una categoría, con una descripción diferente”. Según esta fuente, lo que era común en todos los casos era que las personas no estaban localizadas.

Bajo el ambiguo paraguas de personas “no localizadas”, las denuncias de las víctimas de desaparición podían estar dispersas entre los crímenes de “desaparición forzada” –cometida o apoyada por servidores públicos– o “privación ilegal de la libertad,” o mezcladas con casos de personas adultas mayores o con enfermedades mentales que no recordaron cómo regresar a casa, infantes sustraídos por sus padres en pleito conyugal o personas que migraron sin avisar o huyeron de sus hogares.

Al final, las procuradurías decidían qué tipo de no localizaciones informaban al Cenapi y terminaba dentro del RNPED.

“Muchos de los (desaparecidos) de larga data los tenemos [registrados] como de secuestro porque no había tipos penales en muchos estados o los tipos penales que se tenían antes de la ley general eran muy difíciles de probar”, explica Volga de Pina, litigante e investigadora del Observatorio sobre Desaparición e Impunidad (Odim).

En Baja California, por ejemplo, como no existía el delito de desaparición; estos casos se iniciaban como secuestro y luego se reclasificaban a privaciones ilegales de la libertad, reconoció Miguel Ángel Guerrero Castro, excoordinador de la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de Justicia estatal, en una entrevista realizada en 2019.

2014: la base que excluye los delitos de la desaparición

Hasta 2014, a partir de que se actualizó el protocolo creado dos años antes para que las procuradurías ingresaran la información a la Base de Datos de Personas No Localizadas del Cenapi-PGR, la instrucción quedó clara: las víctimas de cualquier delito, como secuestro y trata de personas, no podían ser incluidas en la base y, en consecuencia, quedaban fuera del RNPED.

En Estado de México, por ejemplo, las víctimas de secuestro o sustracción de menores —delitos en donde se desconoce el paradero de las víctimas— no eran contados en la Base Nacional de Personas No Localizadas, recuerda Sol Salgado, quien fue fiscal especializada en desaparición de personas en ese estado entre 2014 y 2018.

2015-2019: Las grietas en el RNPED

Los errores de la base del Cenapi-PGR comenzaron a salir a la luz cuando su versión cortada, el RNPED, empezó a publicarse en formato de datos abiertos, en octubre de 2014.

En Jalisco, a inicios de 2015, el periodista Darwin Franco identificó que la fiscalía no reportó 914 desapariciones que sí tenía registradas.

En 2017, el Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios de la diócesis de Saltillo, en Coahuila, cotejó los casos que tenía documentados con la información del RNPED (que permitía buscar las desapariciones por nombre y apellido) y encontró que, de casi 500 casos que el Centro había documentado y cuyos familiares sí habían tramitado denuncias ante la fiscalía del estado, apenas 20 por ciento estaban incluidos en el registro.

Aída Novelo, bibliotecaria a cargo de la documentación de las denuncias que llegaban al Fray Juan de Larios, concluye que la base del RNPED no era de personas desaparecidas o sin localizar, sino de actas circunstanciadas y averiguaciones previas. Y, contadas así, podrían ocultar a muchas personas.

“Había situaciones donde en la averiguación previa se había denunciado la desaparición de más de una persona —nosotros teníamos de dos hasta creo que un caso de 24­­—, y en el RNPED aparecía el 75 por ciento el 50 por ciento de ellas, o sólo una”, explica Novel. Con su equipo notó también que las víctimas en una misma averiguación previa aparecían registradas en dos estados distintos, usualmente Coahuila y Tamaulipas.

Ese mismo año, el Centro publicó un informe de las fallas del RNPED. Además de la rutina del SESNSP de eliminar cada trimestre la información, identificó más errores: casos duplicados o triplicados, falta de información para distinguir entre personas “extraviadas” o “desaparecidas”. Identificó casos de personas no incluidas en el registro.

La organización civil, Data Cívica, especializada en análisis de datos de derechos humanos, ideó un mecanismo para hacer millones de consultas automatizadas en el sitio de consulta del RNPED. Con esa información, en 2017, lanzó su “propio” RNPED pero sin ocultar los nombres de más de 31 mil personas desaparecidas. Gracias a este esfuerzo, colectivos de Jalisco, Coahuila y Nuevo León encontraron que varios familiares no estaban incluidos en el registro oficial o habían sido registrados con errores.

Más inconsistencias fueron descubiertas en 2018: un informe de la Red Nacional “Todos los Derechos para Todas y Todos” (Red TDT) reveló que las fiscalías en su conjunto reportaban un 82 por ciento más desapariciones de mujeres cuando se les preguntaba por las cifras directamente, a través de peticiones de información, que las reflejadas en el RNPED.

Mirna Medina, fundadora de las Rastreadoras de El Fuerte, se asoma de atrás de uno de los aparadores de las oficinas de la organización que encabeza y que aglutina más de 500 familias en búsqueda de personas desaparecidas | Foto: Luis Brito

Abril, 2018: La última versión del RNPED

Por presión de las familias de víctimas, a finales del 2017, se aprobó la Ley General en Materia de Desaparición Forzada, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas (LGMD). La nueva ley también ordenó un nuevo registro que sustituiría al RNPED; su nombre: el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), el cual estaría a cargo de una nueva institución: la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB).

En abril de 2018, por ello, el RNPED fue descontinuado. Cerró con 36 mil 265 personas desaparecidas para el fuero común y 1 mil 170 investigados por la PGR en el fuero federal. En total: 37 mil 435. Esto mostraba que desde la “guerra contra el narcotráfico” de Calderón desaparecieron, en promedio, 11 personas al día.

Todavía en 2019, un último reporte de Data Cívica confirmó las fallas que arrastraba la Base de Datos de Personas No Localizadas del Cenapi-PGR, de la que se obtenía el RNPED: identificó duplicación de casos, errores en la captura de información, que algunas desapariciones denunciadas nunca llegaron al RNPED y casos de personas que localizadas, no fueron dadas de baja del registro.

En la base de datos del RNPED sí estaban incluidos los cuatro hermanos Trujillo Herrera, hijos de la señora María Herrera. Sus nombres completos aparecían en la lista del fuero federal. En la versión del fuero común, también se podía identificar a Antonio Verástegui González, hermano de Jorge Verástegui, y su hijo Antonio de Jesús, pero los apellidos de Antonio padre estaban invertidos.

La vida útil del Registro Nacional fue de cuatro años. Desde que nació en 2014, hasta su última actualización, en 2018, el RNPED operó sin el reglamento que daría claridad a su funcionamiento.

Momento #4 – Nueva base, mismos errores

2020 – actualidad

El nuevo Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) se concibió, a diferencia de su antecesor, como una herramienta de búsqueda que debería actualizarse en tiempo real e incluir todos los hechos en los que se desconociera el paradero de una persona—sin importar el delito y si existía una denuncia—. No solo las fiscalías podrían ingresar información, también las comisiones estatales de búsqueda.

Pero no se publicó a tiempo. Horas antes de presentar su renuncia, en enero de 2019, el primer comisionado nacional de búsqueda de personas, Roberto Cabrera, elegido apenas 10 meses antes y herencia del Gobierno peñista al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dio un mensaje que cimbraría el panorama.

Afirmó que había 40 mil 180 personas desaparecidas en México, 7.3 por ciento más casos que la última actualización del RNPED. Esto significaba que en ocho meses habían sumado tres mil 915 desapariciones. Pero no hubo forma de verificar el dato: la lista no se publicó.

Al año siguiente, el 6 de enero de 2020, la comisionada que sustituyó a Cabrera y continúa en el cargo, Karla Quintana, dio una nueva cifra en conferencia de prensa: 61 mil 637 personas ausentes. Pero, otra vez, no hubo evidencia que respaldara el dato. No había forma de consultar el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) que supuestamente ya existía. De hecho, algunos estados reportaron más desapariciones de las expuestas por la comisionada.

Karla Quintana Osuna, Comisionada Nacional de Búsqueda, durante la conferencia de prensa matutina el 29 de enero del 2021 en la que habla de la crisis forense. Foto: Cortesía

13 de julio, 2020: El estreno más esperado que llegó sin datos abiertos

Con dos años de retraso de la fecha que marcaba la ley, en julio de 2020, se lanzó el nuevo RNPDNO en una plataforma web de consulta que reportaba 73 mil 233 ausencias. Pero a diferencia del registro que suplió a éste, no tiene base de datos pública.

Esto ha impedido que sea una verdadera herramienta de búsqueda. La exfiscal y ahora comisionada de búsqueda de Estado de México, Sol Salgado Ambros, lo explica: “En nuestro registro interno podemos hacer la búsqueda de ciertas variables, por ejemplo, si yo dijera ‘quiero que el sistema verifique cuántas mujeres de 18 años han desaparecido en este último mes en Toluca’, lo arroja. Pero si yo nada más contara con el Registro Nacional no podría tener ese corte, tendría que pedirlo a la CNB (Comisión Nacional de Búsqueda) para que me diera el resultado”.

Andrés Ricón, quien hasta mayo de 2021 estuvo al frente de la Dirección de Análisis de Contexto de la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México, considera que el RNPDNO es limitante. “No se tiene acceso al (archivo) histórico de la fiscalía o la información de otra entidad federativa. Solamente puedes hacer un rastreo nominal específico”. Es decir, sólo es posible buscar por nombre a cada individuo para verificar si alguna otra autoridad ya había hecho el mismo reporte.

El registro tampoco permite descargar datos para hacer análisis de contexto y entender las dinámicas de desaparición en un territorio determinado.

“El registro sirve para registrar, no sirve para buscar”, lamenta Rincón.

Álvaro Martos, investigador del Observatorio sobre Desaparición e Impunidad (Odim) e integrante del actual Consejo Nacional Ciudadano, dice: “(Las comisiones estatales de búsqueda) difícilmente pueden hacer confronta masiva y los análisis de patrones que pueden hacer son muy limitados. Ellas tienen un registro paralelo que muchas veces alimentan sus propias políticas de búsqueda”.

El Registro Nacional no permite comparar de manera automática los miles de datos de personas desaparecidas con otros registros administrativos como los de detenciones, ingresos hospitalarios o registros de desaparición y localización entre entidades federativas.

Está centralizado, por lo que solo la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas —como antes el Cenapi— ha podido sacar un provecho limitado de esta herramienta. Por ejemplo, realizó un cotejo de la información del RNPDNO con una base de datos de 15 mil cuerpos que fueron enterrados en nueve fosas comunes de la Ciudad de México, Puebla, Sonora y Veracruz. Así, lograron coincidencias de 72 personas que eran buscadas pero estaban enterradas.

Aunque uno de los cambios significativos del nuevo registro era la incorporación del nombre del delito que es investigado por cada desaparición, las fiscalías estatales no están cumpliendo con esta obligación; sólo en 23 por ciento de los casos registrados por las fiscalías estatales contaba con el delito que estaba siendo investigado, de acuerdo con una respuesta entregada por la CNB en septiembre de 2021.

Para este reportaje se buscó a la comisionada Quintana para saber si planea solventar las deficiencias del RNPDNO y abrir los datos, pero no se obtuvo respuesta.

En menos de dos años de vida, el registro nacional de las desapariciones colecciona sus propios mecanismos de ocultamiento. Por ejemplo, de acuerdo con una investigación de la organización civil Elementa DDHH, siguen desfasados los datos entregados por la Fiscalía de Baja California. En peticiones de información reporta más de 12 mil; en el actual registro, alrededor de 1 mil 100.

Quinto Elemento Lab buscó a un representante de dicha fiscalía, pero no obtuvo respuesta. A una petición de información, sobre el tema, contestó: “se encuentra en proceso de actualización”.

Mayo 2022: Desaparecidas y desconocidas

Además de desaparecidas, las personas permanecen en el anonimato.

“(En la comisión) dicen ‘es que están poniendo en riesgo a la víctima’. Pero el riesgo es que no sepamos en dónde está. Yo creo que el listado público no es malo, salvo que una situación expresa de la investigación nos lo impida”, opina la comisionada estatal Salgado Ambros, “que fuera, y así lo veo solamente, en los casos de secuestro o de privación, donde sabemos que ya hubo amenaza de la persona que lo tiene de que si denuncia pues le van a quitar la vida”.

“Desde un enfoque y perspectiva de derechos humanos y desde el derecho de cada persona a ser buscada, la versión pública es una necesidad. Aunque el RNPED estuviera desactualizado y a veces muy mal hecho, podías acceder medianamente a esa versión pública. Fue lo que le permitió después a otras ONG reconstruir los datos y analizar todo el tema de la doble desaparición”, explica el exfuncionario Rincón.

Jorge Verástegui menciona que el derecho a ser buscado también pasa por la difusión de los datos de las personas que siguen desaparecidas: “A los desaparecidos no hay que desaparecerlos otra vez, hay que nombrarlos”.

María Herrera muestra las fotografías de sus hijos que siguen desaparecidos, a pesar de las promesas que recibió en los distintos sexenios. Con su familia fundó su propia organización de apoyo a familiares y realiza caravanas nacionales de búsqueda. Foto: Mónica González

La primera “guerra” que las familias enfrentan contra las fiscalías es por la opacidad de las cifras que reportan sobre la crisis de desapariciones, dice Juan Carlos Trujillo, hijo de María Herrera, aquella madre con cuatro hijos desaparecidos que encaró a Calderón en 2011.

“Las instituciones han estado luchando para que los números (de desapariciones) no reflejen la realidad, y no se reflejan porque no quieren reconocer este problema”, dice el ahora activista. Esto, remarca, tiene una consecuencia clara: “Un problema que no se reconoce, no puede ser atendido”.

***

Fragmentos de la Desaparición es una investigación periodística que permite explorar la información sobre cómo México llegó a las 100 mil personas desaparecidas, quiénes faltan, desde cuándo y en qué territorios se resiente su ausencia. Esta es una serie de Quinto Elemento Lab y del proyecto A dónde van los desaparecidos.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE A DÓNDE VAN LOS DESAPARECIDOS. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Madres buscadoras hallan 20 bolsas de restos humanos durante rastreo en Tlajomulco

lunes, abril 4th, 2022

El ocultamiento de cadáveres en fosas clandestinas dentro de casas abandonadas o bajo el cemento en lugares públicos como parques o banquetas, ha sido una de las particularidades a las que los familiares se han tenido que enfrentar en Jalisco, líder en el número de desapariciones con 14 mil 918 casos.

Por Mariana González-Márquez

Guadalajara (México), 4 abr (EFE).- Con el hallazgo de al menos 20 bolsas con restos humanos, familiares de personas desaparecidos concluyeron este domingo las labores de búsqueda de fosas en casas abandonadas del municipio de Tlajomulco, en el estado mexicano de Jalisco, oeste del país.

Patricia Flores, presidenta de Madres Buscadoras de Sonora, uno de los colectivos de familiares que se unieron a esta actividad, dijo a Efe que el trabajo de campo que realizan desde el viernes pasado ha sido fructífero, pese a que las autoridades estatales han tardado en permitir el levantamiento de los restos encontrados.

Las búsquedas se realizaron en zonas como casas abandonadas, donde también suelen encontrar restos humanos. Foto: Francisco Guasco, EFE

“El viernes encontramos 20 bolsas, es lo que se ha procesado hasta ahora porque tardan mucho para entregar los documentos para las órdenes de cateos, si fueran más rápidos a lo mejor tuviéramos más, pero están en proceso las otras fincas que hemos encontrado”, explicó.

El ocultamiento de cadáveres en fosas clandestinas dentro de casas abandonadas o bajo el cemento en lugares públicos como parques o banquetas, ha sido una de las particularidades a las que los familiares se han tenido que enfrentar en esta entidad, líder en el número de desapariciones con 14 mil 918 casos.

Esto ha obligado a los colectivos a solicitar el apoyo de la Fiscalía General de Jalisco para obtener los permisos para que el Servicios Médico Forense pueda ingresar a las fincas a desenterrar y llevarse los restos humanos para su posterior identificación.

Pero también ha dado una nueva perspectiva de búsqueda a los colectivos, quienes antes de llegar a Jalisco no habían tenido que buscar dentro de casas, sino solo en terrenos baldíos o fuera de las ciudades, asegura Flores.

“Desde que empezamos a hacer esto en Jalisco, lo hacemos en Sonora y también hemos encontrado en casas. Fue un abrir los ojos, se nos quitó la venda de pensar que en las casas baldías, pero es el lugar perfecto porque nadie va a mirar y los vecinos no van a decir nada porque tienen miedo”, expresó.

OBSERVAR EL TERRENO

Armados con palas, mazos y varilla, colectivos de cuatro estados trabajaron por segunda vez en la búsqueda de fosas en la entidad gracias a las denuncias anónimas realizadas por ciudadanos y con las que trazan un plan desde antes de visitar la entidad.

Una vez ahí, observan y miden el terreno con una varilla que hunden hasta al menos metro y medio de profundidad.

Si el terreno no es compacto o en la varilla salen ciertos olores o componentes, han encontrado “un positivo”, es decir, que es muy probable que haya una fosa. El hallazgo es confirmado o negado tras un protocolo en el que participan perros especializados y agentes de la Fiscalía, la policía municipal y de la Comisión de Búsqueda de la entidad.

Los familiares se enfrentaron a largas jornadas de búsqueda en Tlajomulco. Foto: Francisco Guasco, EFE

De confirmarse la existencia de restos humanos, los familiares cavan hasta encontrarlos y después dejan la responsabilidad a las autoridades quienes toman el caso para asegurar y preservar la zona, esperar que llegue la orden de cateo y que el Semefo actúe.

Flores dio a conocer que para esta segunda visita recibieron denuncias de 50 puntos donde podría haber fosas, de los cuáles solo pudieron cubrir 30 que serán visitados por los colectivos de Jalisco o en una tercera visita aún por definir.

Este domingo, una parte de la búsqueda se centró en la colonia (vecindario) Chulavista en donde los colectivo revisaron tres fincas y encontraron dos “positivos” que anteriormente habían sido descartados por la Fiscalía. Los restos humanos serán levantados este lunes.

Los colectivos son quienes presionan a los gobiernos a realizar este tipo de jornadas de búsqueda. Foto: Marco Ugarte, AP

En la primera búsqueda realizada a finales de febrero, los familiares encontraron 280 bolsas en diversos puntos de las ciudades de Tlajomulco y Tlaquepaque en los que podría haber restos de hasta 81 personas que permanecen en el Semefo.

Los colectivos de Sonora y otros estados realizarán nuevas búsquedas en campo en los próximos días en ciudades como Los Mochis, Sinaloa y en Sonora, además de una búsqueda en la franja fronteriza del estado de Tamaulipas.

Jalisco, Tamaulipas, Edomex y NL encabezan la lista fatal de personas no halladas

jueves, marzo 31st, 2022

Apenas el pasado 17 de marzo, la Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana Osuna, y el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, denunciaron que la crisis en materia de identificación forense en México no se resuelve, en parte porque uno de los principales problemas es que en los estados hay falta de voluntad, negligencia y obstrucción.

Por Mariana González-Márquez

Guadalajara (México), 31 mar (EFE).– México se acerca a las 100 mil personas desaparecidas y no localizadas registradas oficialmente en medio del gran esfuerzo de las autoridades para frenar esta tragedia y casos tristemente insignes, como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014, todavía por resolver.

Desde hace casi ocho años, Gerardo Preciado Torres, que ahora tendría 47 años, es buscado por su familia luego de que cuatro hombres identificados como agentes de la Fiscalía de Jalisco (oeste de México) lo golpearon y lo privaron de la libertad sin una orden de arresto ni una explicación de por medio.

Ese 22 mayo de 2014 cambió la vida de su madre, María Refugio Torres, quien tuvo que aprender de leyes, criminalística, ciencias forenses y acompañamiento psicológico para dar seguimiento al caso de su hijo y el de cientos más que colocan a Jalisco como el estado con mayor número de personas desaparecidas y no identificadas.

“Uno es el que debe de buscar, investigar y llevarles información porque ellos no hacen nada. Cuando mi hijo desapareció yo sí confiaba en la autoridad y yo decía que me lo iban a regresar. Tenía tanta confianza que cada tercer día iba a la Fiscalía, pero siempre me recibían con lo mismo: está en trámite la investigación”, dijo Torres a EFE.

Junto al altar que hizo con fotografías y la ficha de búsqueda de su hijo, Torres narró que tuvo que aprender a defenderse de las omisiones y humillaciones de las autoridades y a buscar en las fosas clandestinas que abundan en este registro.

Solamente el colectivo al que pertenece, llamado Por Amor a Ellos, ha encontrado a unas 100 personas enterradas.

“Que (su caso) sirva de experiencia para la gente que viene, porque esto nunca se va a acabar, que no pasen lo que hemos pasado nosotros porque ha sido batallar con policías y con todo lo que se llama autoridad”, expresó.

CIFRAS ALARMANTES

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas, que actualiza las cifras a diario, hasta el 30 de marzo el país acumula 98 mil 423 personas en estas circunstancias.

La señora María del Refugio Torres, posa con un cartel de búsqueda de su hijo José Preciado, desaparecido hace 8 años, durante una entrevista con Efe el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco (México).

La señora María del Refugio Torres, posa con un cartel de búsqueda de su hijo José Preciado, desaparecido hace 8 años, durante una entrevista con Efe el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco (México). Foto: Francisco Guasco, EFE

Además, hay 143 mil 618 personas desaparecidas y posteriormente localizadas. Por lo que, desde 1964 a la fecha, el país acumuló 242 mil 041 personas desaparecidas, localizadas y no localizadas.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación de México (Segob), Jalisco es la entidad con mayor número de personas desaparecidas y sin localizar con 14 mil 915 casos, seguido de Tamaulipas con 11 mil 916 casos, el Estado de México con 10 mil 720 y Nuevo León con seis mil 148.

Adriana Carranza, de 29 años, busca desde octubre de 2021 a su esposo Rubén Arreola Marroquín, de 32 años, empleado de la Universidad de Guadalajara.

La mujer contó a EFE que lo vio por última vez cuando salió de su casa a discutir con un vecino del fraccionamiento que había chocado con su vehículo.

El vecino fue detenido unas semanas después, pero en su única declaración no da información del paradero de Arreola Marroquín, pese a que la familia ha comprobado con documentos que ambos teléfonos móviles hicieron el mismo recorrido desde su colonia (barrio) hasta un predio abandonado en el municipio de Tlajomulco, a 34 kilómetros de distancia.

Vista de un cartel con el retrato y datos de un hombre desaparecido, el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco.

Vista de un cartel con el retrato y datos de un hombre desaparecido, el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco. Foto: Francisco Guasco, EFE

“Lo más difícil es no saber cómo está, si le están haciendo algo, si está bien, si come, si ya le hicieron algo. (…) Tú misma te vas haciendo mil escenarios y cada día se te derrumban”, dice la joven.

CRISIS FORENSE

Los casi 100 mil desaparecidos en México es una cifra mucho mayor a los mil 192 desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile (1973-1990) o a llenar el estadio del Camp Nou, sede del equipo FC Barcelona, en España.

Según datos de la CNB, la crisis de desaparecidos se incrementó a partir de 2006, año en que el entonces presidente Felipe Calderón declaró la llamada guerra contra el narcotráfico.

Y tuvo su punto más álgido en 2019, trayendo consigo problemas no sólo con la localización de las personas sino con la identificación forense de los cuerpos hallados.

[pdf-embedder url=”https://www.sinembargo.mx/wp-content/uploads/2022/03/Crisis-forense-y-propuesta-17mar22.-Alejandro-Encinas.pdf” title=”Crisis-forense-y-propuesta-17mar22. Alejandro Encinas”]

El país ha sido testigo de casos tristemente emblemáticos como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que después de siete años tiene pocos avances con los restos de sólo tres estudiantes identificados y un alto funcionario prófugo, pese a que hace tres años se reanudó la búsqueda.

De hecho, esta semana, un informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció simulación en la investigación inicial del caso y ocultación de datos, y puso en el punto de mira a las Fuerzas Armadas tras la revelación de unos videos que involucran a marinos.

El Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Segob, Alejandro Encinas, dijo el pasado 17 de marzo que los mil 700 millones de pesos (unos 85 millones de dólares) para la búsqueda y el avance en materia forense no han disminuido el rezago de 37 mil cuerpos que hay en institutos forenses y fosas clandestinas y que siguen sin ser identificados.

La cifra podría ser mayor, pues según un registro del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México a partir de solicitudes de información y trabajo de campo, habría poco más de 52 mil cuerpos sin identificar en los servicios forenses y en las fosas comunes.

Denisse Ayala, miembro del Comité Universitario de Análisis en Materia de Desaparición de Personas de la Universidad de Guadalajara, dijo a EFE que México vive un “régimen subnacional” en el que aparentemente las instituciones, las instancias de seguridad y las leyes funcionan, pero el crimen organizado logra penetrar en las autoridades.

“Hay una zona gris en la que convergen el crimen organizado, las instancias y el aparato estatal, y no son esferas separadas. Hay un cáncer llamado impunidad. Cuando tienes capacidad en la violencia que despliegas lo haces porque puedes y porque el entorno de la seguridad pública no funciona o lo hace al arbitrio de tus operaciones”, señaló.

Tanto Ayala como el coordinador del comité, Jorge Ramírez, recordaron que la cifra de personas sin localizar podría ser superior pues hay un subregistro de casos debido a que tanto las familias como la sociedad en general viven con miedo a denunciar.

“Es una sociedad amenazada, se sabe que hay aparatos de seguridad tomados y ministerios públicos donde el hecho de denunciar te pone en riesgo. Lo que hay es un gran miedo de la sociedad a movilizarse”, concluyó Ramírez.

El rescate de cuerpos en fosas de Juventino Rosas, Guanajuato, ya rebasa el centenar

jueves, marzo 31st, 2022

Los colectivos de personas desaparecidas consideran que las fosas y pozos intervenidos por ellos y autoridades son el hallazgo más grande en la historia de Guanajuato.

Por Alfonsina Ávila

Guanajuato, 31 de marzo (Zona Franca).- De 2021 a la fecha, la Comisión Estatal de Búsqueda, la Fiscalía General de Justicia y colectivos de familias de personas desaparecidas han localizado a más de 100 personas en pozos y fosas en al menos siete comunidades de Juventino Rosas.

La mayoría de las personas localizadas estaban desaparecidas y radicaban en municipios de Celaya, Cortazar, Villagrán, Salvatierra y Juventino Rosas.

Los colectivos de personas desaparecidas consideran que las fosas y pozos intervenidos por ellos y autoridades son el hallazgo más grande en la historia de Guanajuato. Incluso rebasa al del Barrio de San Juan en Salvatierra, donde se localizaron a 80 personas en 2020.

En esta imagen del 30 de octubre de 2020, autoridades hallaron 61 osamentas en el municipio de Cortazar, Guanajuato. Foto: Diego Costa, Cuartoscuro.

Para ellos, mucho tiene que ver José Antonio Yepez, alias “El Marro”, quien es originario de Juventino Rosas. El líder criminal durante años vivió y operó en la zona con el Cártel de Santa Rosa de Lima.

Las fosas y pozos están a escasos 15 minutos de la zona urbana de Juventino Rosas. Las autoridades y familias de desaparecidos han hecho los hallazgos en comunidades como: San José de las Pilas, San Antonio de las Maravillas, La Purísima, Santiago de Cuenda, Casa Blanca, Santiago de Romerillo y hasta en la colonia Emiliano Zapata.

Tan sólo en la comunidad San Antonio de las Maravillas fueron rescatados 31 cuerpos, mientras que en Santiago de Cuenda localizaron a 63. Muchas de estas personas las habían reportado como desaparecidas a finales del año pasado.

Los colectivos de personas desaparecidas consideran que las fosas y pozos intervenidos por ellos y autoridades son el hallazgo más grande en la historia de Guanajuato. Imagen ilustrativa. Foto: Cuartoscuro.

“Se han localizado más personas en este municipio que en otros, pero creemos que son aún más, ya que la Fiscalía General de Justicia también ha identificado fosas, y esto de forma independiente”, advirtió un representante de colectivos de búsqueda.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ZONA FRANCA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Incinerados en masacre de Allende, a manos de Los Zetas, siguen sin ser identificados

sábado, marzo 19th, 2022

Se trata de 64 piezas dentales que fueron recuperadas en el rancho, mismas de las que es casi imposible obtener el ADN por el grado de calcinación.

Por Armando Ríos

Saltillo, 19 de marzo (Vanguardia).- A 11 años de la Masacre de Allende, la Fiscalía de Personas Desaparecidas de Coahuila dio a conocer que la tecnología no ha permitido que se logre identificar a las personas que fueron incineradas en el rancho “Los Garza”, donde decenas de personas habrían sido desaparecidas.

Esta matanza se dio entre el 18 y el 20 de marzo del 2011. Las investigaciones señalan que durante las últimas horas de la tarde del primer día, un grupo de al menos 50 personas a bordo de camionetas conducidas por miembros del Cártel de Los Zetas, llegó al poblado para un supuesto ajuste de cuentas.

La Fiscalía de Personas Desaparecidas ha realizado diversas diligencias, logrando acreditar la responsabilidad de 14 personas en el secuestro de 28 víctimas. Foto: Vanguardia

Diversos informes realizados con declaraciones ministeriales y en la corte norteamericana, detallan que esto se originó a partir de la ruptura de tres hombres con el cártel que dirigían Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, el “Z-40” y el “Z-42”, en 2011, tras haber extraído dinero y trasladado a Estados Unidos.

Los hombres que presuntamente huyeron, se volvieron testigos protegidos de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), y el rancho de “Los Garza”, que era propiedad de los mismos, se convirtió en el infierno del poblado.

Una caravana de 40 camionetas con decenas de pistoleros abordo entraron a la zona, cerraron los accesos a la carretera y comenzaron a derribar puertas, a matar personas o a desaparecerlas. Foto: Vanguardia.

A este lugar fueron llevadas decenas de familias del poblado, pero también personas que fueron trasladadas en camiones desde Piedras Negras, según se relata en las declaraciones integradas en las averiguaciones previas.

A raíz de toda esta información, José Ángel Herrera, Fiscal de Personas Desaparecidas del Estado de Coahuila, dijo que hubo un operativo donde fueron asegurados indicios, entre ellos, material biológico, aunque hasta hoy queda la incógnita: quiénes son esas personas.

Los hombres que presuntamente huyeron, se volvieron testigos protegidos de la DEA. Foto: Vanguardia.

Se trata de 64 piezas dentales que fueron recuperadas en el rancho, mismas de las que es casi imposible obtener el ADN por el grado de calcinación.

Además de estos indicios, el Fiscal de Desaparecidos dijo que tienen al menos dos toneles que contienen indicios de los que también se pueden obtener muestras de ADN, y para ello, ya se ha solicitado la operación del Centro Regional de Identificación Forense.

El Gobierno federal y estatal ofrecieron una disculpa pública, solicitada por la CNDH el 16 de marzo del 2018, en el marco de los siete años de ocurrido el suceso. Foto: Vanguardia

Además, el Fiscal Herrera dijo que la última de las detenciones se registró el pasado 4 de marzo. Esta persona cometió delitos de gravedad en el Estado; su captura se logró luego de que cumplió una condena federal.

Esta persona, que fue miembro del crimen organizado, podría aportar más datos, al ser señalada como autor material. A dicha persona se le dictó formal prisión por secuestro agravado; fue trasladado desde un penal federal en Oaxaca.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE VANGUARDIA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Familias de desaparecidos hallan fosa clandestina en parque infantil de Jalisco

viernes, febrero 25th, 2022

Los familiares de personas desaparecidas advirtieron que habían encontrado restos humanos en una fosa clandestina ubicada en un parque infantil del municipio de Tlajomulco, en el estado de Jalisco.

Guadalajara, 25 de febrero (EFE).– Familiares de personas desaparecidas encontraron siete bolsas con restos humanos en un parque infantil en el municipio de Tlajomulco en Jalisco, confirmó este viernes a Efe Rosaura Magaña Rivera, miembro del colectivo Entre cielo y tierra.

El hallazgo en la colonia Chulavista fue posible gracias al trabajo de campo que colectivos del estado de Jalisco y de otros seis estados realizan desde el pasado lunes con el objetivo de dar con el paradero de sus familiares.

Magaña Rivera detalló que gracias a las llamadas anónimas que recibieron pudieron ubicar el lugar donde los restos permanecían en una fosa clandestina, justo al lado de juegos de entretenimiento para niños.

“Fue bastante fuerte porque es una zona de diversión y alegría donde es inimaginable encontrar un cementerio. La sorpresa fue encontrar no solo cadáveres, sino la cantidad de bolsas y nos quedamos atónitas, desconcertadas, dolidas, esperanzadas. Fueron sentimientos encontrados”, dijo en entrevista tras la jornada de búsqueda.

Después de cinco días de actividades, medio centenar de miembros de los colectivos han encontrado un número indeterminado de restos humanos y cuatro cadáveres, uno de ellos el de una mujer, en al menos tres viviendas y diversos puntos del municipio de Tlajomulco.

Este viernes fue uno de los más fructíferos, pues los grupos de búsqueda encontraron tres lugares con restos humanos en la colonia Chulavista, donde anteriormente las autoridades de Jalisco aseguraron que no habían encontrado indicios de que hubiera fosas.

JALISCO LÍDER EN FOSAS

Los colectivos de madres y familiares llegaron hasta Guadalajara, capital de Jalisco, el pasado lunes para buscar en varios puntos de la ciudad después de recibir llamadas de fuentes anónimas que les dieron pistas de posibles fosas clandestinas en los municipios de Tonalá y Tlajomulco.

Patricia Flores Armenta, del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, dijo a Efe que se unieron con las demás organizaciones para compartirles la experiencia acumulada después de tres años de trabajo de búsqueda.

“Las familias de Jalisco han visto lo que hemos hecho y ellas también querían hacer algo porque tienen muchos años con sus familiares desaparecidos y no han tenido el apoyo de nadie para buscarlo y nosotros de inmediato les dijimos que sí”, explicó.

Jalisco es el estado de México con mayor número de personas que han sido desaparecidas al sumar poco más de 15 mil casos, de acuerdo con datos del Gobierno de Jalisco.

Miembros de brigadas de búsqueda de personas desaparecidas realizan trabajo de campo en el municipio de Tlajomulco, estado de Jalisco. Foto: Fabricio Atilano, EFE.

El más reciente reporte de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación mexicana, dado a conocer en julio de 2021, indicó que solo del 1 de diciembre de 2018 al 30 de junio de 2021 la entidad suma tres mil 948 víctimas, que representan 18.32 por ciento del total de casos en todo el país.

También la CNB indica que los municipios de Tlajomulco, El Salto, Zapopan y Tlaquepaque están entre los 10 con mayor número de cuerpos recuperados de fosas clandestinas.

Flores Armenta afirmó que los colectivos han recibido información de fuentes anónimas de al menos 50 puntos en los que han sido inhumadas personas solamente en el municipio de Tlajomulco, lo que significa que la ciudadanía tiene la información pero teme denunciar.

Esta es la primera ocasión en que los colectivos salen a buscar a sus familiares bajo la tierra, pues hasta ahora solo habían podido hacerlo en hospitales, cárceles, centro de rehabilitación y centros de atención psiquiátrica.

Esta es la primera ocasión en que los colectivos salen a buscar a sus familiares bajo la tierra. Foto: Fabricio Atilano, EFE.

A diferencia de otras ciudades, en estados como Veracruz o Sonora, en Jalisco la búsqueda en campo se hace difícil debido a que los grupos del crimen organizado suelen inhumar cuerpos dentro de casas y terrenos privados o abandonados a los que es posible tener acceso solo mediante una orden judicial.

Esto no detuvo a los familiares que, al tener pistas de algunas posibles fosas, salieron con palas y picos a escarbar la tierra y a subir cerros bajo de un sol inclemente.

Los esfuerzos han valido la pena pues el Servicio Médico Forense está en proceso de analizar e identificar los restos que hasta ahora han encontrado en los primeros cinco días.

Este sábado los colectivos mantendrán la exploración en otros 10 puntos en Tlajomulco y el domingo harán una jornada de búsqueda en vida en hospitales y cárceles.

Guanajuato: Defensores de DDHH alertan sobre crecimiento de desplazamientos forzados

martes, noviembre 16th, 2021

Consideraron altamente probable que existan un número más amplio de familias desplazadas producto de la violencia sin que haya un registro oficial y sin que se considere la dinámica propia de este fenómeno.

Guanjuato, 16 de noviembre (Zona Franca).- Al menos una periodista y un colectivo de familias de personas desaparecidas, han solicitado apoyo por desplazamiento forzado en Guanajuato.

Por ello, la Plataforma por la Paz y la Justicia urgió a la Comisión Ejecutiva de Atención Integral a Víctimas (CEAIV) y la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (Prodheg) realicen un diagnóstico.

Mediante una postura escrita, los defensores de derechos humanos representados en esta plataforma, alertaron sobre este fenómeno producto de la violencia y de las amenazas de la delincuencia organizada o incluso, de grupos afines alojados en los propios municipios.

Ello ha sido señalado por la ONU que en 1998 aprobó los Principios Rectores para orientar su acción en la materia”, señalaron.

Indicaron que el primer caso documentado fue el de una periodista leonesa que tuvo que abandonar el estado en 2019 producto de la amenaza directa de un grupo delincuencial que la intimidó a ella y a su familia.

“Han pasado más de dos años y el propio Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos ha reducido su acción en el caso”.

Relataron que hombres armados se presentaron en su domicilio e indagaron sobre su vida y la de su familia. “Dígale que se cuide”, “regresaremos por ella”, amenazaron.

Expusieron que estos desplazamientos han sido tanto en municipios del sur como en el corredor industrial, lo que ubica la geografía del desplazamiento en lo ancho y largo de Guanajuato. Foto: Cuartoscuro

Por lo anterior, se convirtió en la primera periodista desplazada de Guanajuato, perdiendo trabajo, vivienda y gran parte de su patrimonio. El caso permanece en la impunidad y ella continúa desplazada.

Resaltaron que desde 2018, las víctimas más visibles, con mayor organización y capacidad de incidencia han sido las familias de personas desaparecidas, que han confrontado no sólo a autoridades sino también a los grupos delincuenciales, por lo que han estado expuestas también a la violencia extrema como la que se vive en Guanajuato.

“Además de los asesinatos de Rosario Zavala en octubre de 2020 y de Francisco Javier Barajas en mayo de 2021, dos personas buscadoras, se han documentado al menos media docena de amenazas contra personas víctimas indirectas de la desaparición, en actos que se presume, están directamente vinculados con su trabajo de búsqueda”, recordaron.

Expusieron que estos desplazamientos han sido tanto en municipios del sur como en el corredor industrial, lo que ubica la geografía del desplazamiento no sólo en un punto específico y localizado, sino en lo ancho y largo de Guanajuato.

“Así se han documentado al menos tres casos de solicitud de reubicación o extracción de su lugar de origen [domicilio o municipio] a otro lugar, consideradas inicialmente como medidas temporales, pero como en el caso de la periodista mencionada líneas arriba, no estamos seguros de que esto sea posible”.

La ONU-DH llamó a esclarecer el asesinato de Francisco Javier Barajas Piña, víctima y funcionario de la Comisión de Búsqueda de Guanajuato. Foto: ONU-DH

Consideraron altamente probable que existan un número más amplio de familias desplazadas producto de la violencia sin que haya un registro oficial y sin que se considere la dinámica propia de este fenómeno.

“Por ello es necesario que tanto las instituciones de seguridad y justicia, así como la PRODHEG y la CEAIV realicen un diagnóstico sobre el desplazamiento forzado en la entidad federativa y de ser necesario, generen medidas especiales para las familias que se encuentren en esta condición”.

Recordaron que ya entidades federativas como Chihuahua están proponiendo legislaciones específicas sobre desplazamiento forzado interno y exigen programas de política pública que reconozcan la responsabilidad estatal en la materia.

“El Gobierno Estatal debe comenzar a documentar los efectos de la violencia en la que se encuentra Guanajuato, especialmente debe establecer de manera urgente medidas especiales de protección a las víctimas del desplazamiento forzado”, concluyeron.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ZONA FRANCA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

La VI Brigada termina trabajos en Morelos: “venimos a sacar la verdad y enfrentarla”

domingo, octubre 24th, 2021

La VI Brigada Nacional de Búsqueda concluyó este fin de semana con la localización de lo que se perfila como una gran fosa clandestina ubicada en Yecapixtla, Morelos, municipio en el que se realizaron durante toda la brigada al menos 10 hallazgos de restos humanos.

Yecapixta, Morelos, 24 de octubre (SinEmbargo).- Yadira no sólo ha desarrollado “el ojo” y la experticia que el tiempo y el conocimiento empírico le da a los familiares de personas desaparecidas que caminan y rasgan campos agrestes, cerros, bosques y barrancas en busca de sus seres queridos. La desaparición de su hermano Juan González Hernández, hace 15 años, la ha llevado a convertirse en una rastreadora y buscadora de fosas certificada no sólo en México sino a nivel internacional.

La mujer de 38 años y 1.65 metros de estatura camina a paso veloz, firme y decidida sobre montículos de tierra removida y zanjas realizadas por una retroexcavadora. Se coloca unos guantes de látex, ingresa a uno de los surcos  y explica: “lo que estamos viendo es que todo esto es una gran fosa”.

Se trata de una vieja mina de arena con una extensión de al menos unos 800 metros cuadrados situada al lado de una barranca ubicada en la colonia Mixtlancingo en el municipio de Yecapixtla, Morelos. Ahí la VI Brigada Nacional de Búsqueda encontró lo que ya se perfila como una gran fosa clandestina donde criminales habrían inhumado de manera masiva y clandestina.

“Venimos a sacar la verdad y enfrentarnos con la verdad”, destaca Juan Carlos Trujillo de la Red Nacional de Enlaces, que coordinan la Brigada. Este domingo concluyó este ejercicio que realizan los colectivos de 26 estados de la República por sexto año. Al menos 160 personas acudieron a Morelos a buscar en vida a sus seres queridos y a sensibilizar sobre la crisis de desaparición en México, un país que acumula más de 92 mil de estos casos.


Yadira inspecciona una de las fosas. Fotos: Romina Gándara, SinEmbargo.

NARCO USA MAQUINARÍA PARA ENTERRARLOS

Al menos 10 hallazgos de restos humanos, entre ellos costillas, huesos de fémur, un cráneo e incluso un cuerpo completo, son parte de los resultados que tuvo la Brigada en dos puntos distintos de Yecapixtla, en Cuautla y el resto en una gran fosa localizada en la colonia Mixtlancingo.

En la mina se localizaron al menos tres concentraciones de fosas donde se realizaron al menos ocho hallazgos de restos humanos.

Yadira González Hernández explicó que consideraron ese sitio para buscar luego de que por sistema satelital identificaron variaciones en el terreno, en concreto, montículos de tierra que no eran propios del lugar, “y eso nos dio un patrón”, dijo.

La experiencia ha enseñado a los buscadores que cuando una zona muestra cambios en la estructura de su tierra —sin ninguna explicación oficial— es posible que el lugar haya sido intervenido y no se descartaría la existencia de fosas. Además de eso, las hipótesis se acompañan de estudios de contexto previo e incluso datos e información que brindan ciudadanos o pobladores de la zona.

“Aquí había una variación superficial que nos marca una intensión para poder varillar y excavar”, detalló la buscadora.

Desde el lunes 17 de octubre, integrantes de la Brigada iniciaron las actividades de prospección y rastreo en la mina que dejó de funcionar en el año 2014.

En la zona realizaron un pozo de sondeo, revisaron la tierra, confirmaron que había modificaciones, es decir, que había tierra removida y encontraron cal, eso dio la pauta para seguir excavando.

“Aquí en este terreno nos hemos dado cuenta que los están sepultando con cal y cuando hallamos cal, sabemos que es una posible fosa clandestina”.

Otro indicador para cavar más hondo fue cuando los familiares vieron que las capas de la tierra estaban rotas. No obstante, tuvieron que continuar la excavación con maquinaria, pues el terreno estaba muy compactado y era difícil excavar a pala y pico.

Huesos largos, fémur, algunas costillas y un cráneo que no se alcanzó a descubrir son parte de los restos que se localizaron a casi tres metros de profundidad.

En Yecapixtla se realizaron al menos 10 hallazgos de restos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Las familias trabajaron en la fosa ubicada en la mina en la colonia Mixtlalcingo desde el pasado lunes. Foto: Cri Rodriguez, SinEmbargo.

La dificultad para encontrar los “tesoros”, como le llaman a los restos, indica que los criminales utilizaron maquinaria para inhumar clandestinamente.

“La realidad es que nosotros siempre vamos a ir un paso atrás del crimen organizado porque cada vez ellos inventan formas diferentes para desaparecer personas. Y también sabemos que alrededor de la República los grupos delincuenciales tienen formas diferentes de operar y también echan mano de lo que tienen”, detalla González Hernández.

La mina de la colonia Mixtlancingo fue el lugar en donde se localizaron más indicios y restos durante las actividades del eje de búsqueda en campo de la Brigada Nacional, ejercicio que, aunque termina este fin de semana, continuará por parte de autoridades estatales con la observancia de colectivos locales.

“El proceso que sigue es que la Fiscalía exhume y esos restos se van a ir a periciales para los exámenes correspondientes hasta poder lograr la identificación y regreso a sus hogares”, explicó Monserrat Castillo, integrante de la Brigada.

Elementos de la Fiscalía procesan los restos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

También se encontraron prendas. Foto: Romina Gándara, SinEmbargo.

RASGAR LA TIERRA HASTA ENCONTRARLOS

Los familiares de personas desaparecidas una vez más muestran que —además de la intuición y el conocimiento adquirido al rastrear fosas— la voluntad y, en su caso, el profundo deseo de encontrar esos “corazones”, es lo que da resultados.

“Esperemos que hoy Dios nos bendiga y podamos encontrar más puntos”, dice Enriqueta Blanco al momento en que se persigna mientras entra a la fosa localizada en Yecatixpla para realizar labores de rastreo y búsqueda por cuarto días consecutivo.

Enriqueta busca a su hijo Brandon desaparecido en Veracruz. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

Enriqueta Blanco Hernández busca a su hijo Brandon Issac Hernández Blanco desaparecido en Pozarica, Veracruz, en el año 2012. Es la primera vez que acude a las Brigada Nacional de Búsqueda.

Los hallazgos, comparte la madre, son altamente impactantes para las familias quienes en esos momentos experimentan una vorágine y una sacudida de múltiples sentimientos que para muchos de ellos —dicen— son casi indescriptibles.

“Mucha tristeza y a la vez alegría porque encontramos tesoros que van a regresar a su hogar, que es lo que más nos importa: encontrarlos”, dice la mujer.

Las familias trabajaron en la fosa ubicada en la mina en la colonia Mixtlalcingo desde el pasado lunes. Foto: Romina Gándara, SinEmbargo.

El impacto y los sentimientos al encontrar restos no cambia conforme pasa el tiempo, en el cual, las familias de personas desaparecidas se vuelven unas expertas en el campo.

“Sigue sintiéndose lo mismo: dolor, un cúmulo de emociones, un mar, un vaivén de emociones; sientes mucha adrenalina cuando encuentras la posibilidad que sea una fosa, y sientes mucha impotencia, rabia y luego dolor, pero al mismo tiempo te da esperanza que alguien de ahí pueda regresar a casa”, platica Yadira, quien hace 15 años empezó sin saber cómo identificar una fosa y a lo largo de 13 años adquirió experiencia no sólo empírica, sino que ha tomado cursos de antropología en Guatemala y Colombia, talleres en la Cruz Roja Internacional e incluso en instrucción en manejo de elementos caninos pues hasta se hizo de una perra entrenada en la detección de restos humanos.

Vivir hasta encontrarlos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

***

A Rufina Abaroa Rodríguez le duelen las rodillas. Caminar para ella es casi un calvario: tiene artritis, ha padecido a veces de dolor de riñones, y desde hace años carga con una colitis crónica. A sus 70 años de edad las complicaciones médicas se acentúan.

El doctor le recomendó “no caminar” por superficies escarpadas, pero eso no la detiene: por tercera ocasión acude a la Brigada Nacional de Búsqueda, es decir, desde hace cuatro años participa en estos ejercicios colectivos de rastreo y sensibilización.

Doña Rufina, como se le dice de cariño entre los colectivos, busca desde 2017 a su hijo Alfredo Hernández Abaroa, desaparecido el 26 de agosto de 2016, en Veracruz.

Doña Rufina lleva al menos cuatro años activa en caravanas y brigadas de búsqueda. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo.

La solidaridad de los buscadores trasciende por mucho sus búsquedas personales. El sentimiento es colectivo, la tristeza de encontrar y la alegría que ayudarán a que al menos alguien regrese a su casa y sus familias tengan un poco de paz.

“Aquí no creo que esté mi hijo. Nosotros buscamos, rasgamos la tierra para poder encontrarlos y eso es lo que más nos importa, es muy bonito encontrarlos porque sabemos que es un tesorito que va a regresar a su hogar”, señala Enriqueta.

Para Doña Rufina, comparte la madre de tres, acudir a las caravanas y brigadas de familiares de desaparecidos tienen un gran significado por la posibilidad de encontrar a personas y devolver a una familia un poco de tranquilidad o de verdad.

“Para mí estar aquí significa devolver personas que no han regresado a su hogar. Yo quisiera que Dios me permitiera estar aquí hasta terminar de devolverlos a todos. Ya me involucré aquí (con los colectivos) y aquí voy a seguir hasta que dios me de fuerzas”.

Huesos largos, fémur, algunas costillas y un cráneo que no se alcanzó a descubrir son parte de los restos que se localizaron a casi tres metros de profundidad. Foto: Romina Gándara

No obstante, destaca que es difícil mantener la esperanza debido a que los familiares de personas desaparecidas aún se encuentran con muchas resistencias por parte de las autoridades quienes —denuncia— “nos ponen muchas trabas”.

“Yo les pediría a las autoridades un poco de sensibilidad y respeto hacia las víctimas porque surgen muchos contratiempos y nos obstruyen nuestro trabajo, y nosotros dejamos hasta nuestro propio trabajo para poder venir a buscar y en este trabajo no nos pagan, venimos por voluntad propia y porque estamos buscando a nuestros seres queridos, entonces lo pido es sensibilidad y voluntad de las autoridades para encontrarlos”, reitera Rufina.

Con 91 mil desaparecidos, familias mexicanas exigen encontrar a sus seres queridos

lunes, agosto 30th, 2021

De las 91 mil 325 personas desaparecidas en el país, 82 mil 572 están en calidad de desaparecidas y 8 mil 753 como no localizadas, de acuerdo con el Reporte Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas al corte de este 30 de agosto.  

Ciudad de México, 30 de agosto (SinEmbargo).- Con al menos 91 mil 325 personas desaparecidas, 52 mil cuerpos sin identificar en los Semefos, panteones y morgues comunes, y al menos mil 749 hallazgos de fosas clandestinas entre diciembre de 2018 a junio de 2021, es como México llega al Día de la Desaparición Forzada.  

Colectivos de familiares de personas desaparecidas conmemoran este día con una protesta que se realiza este lunes frente a Palacio Nacional, donde nuevamente han lanzado la exigencia que han hecho por años y que sigue vigente: la urgente búsqueda de personas desaparecidas en vida y la identificación forense. 

“México requiere que dejen de existir las desapariciones, que se busquen a todas y a todos y que se ayude a regresar a casa a miles de personas sin identificar. Las familias tenemos mucho que aportar; nadie sabe mejor que nosotras lo que se requiere para que se logre una identificación y búsqueda efectiva”, exige el Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos en una petición a las autoridades federales que ha sido suscrita por más de 151 mil personas en la plataforma Chance.org.  

Los familiares de estas víctimas, principalmente las mujeres, son quienes los buscan a lo largo del país: han sacado los picos con las que escarban en la tierra, además de rastrear sus pasos en las calles o en los penales. Sin la labor de las familias, miles de personas no habrían sido localizadas.

La protesta de este lunes de familiares de desaparecidos frente a Palacio Nacional. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro.

La labor de algunas de las personas buscadoras las ha llevado a encontrar la muerte. Así sucedió con José Nicanor Araiza Dávila, quien intentaba localizar a su hijo desaparecido en 2018 en Zacatecas, hasta que fue asesinado el 27 de julio pasado. Lo mismo le pasó a Aranza Ramos, del colectivo Guerreras en Búsqueda, quien buscaba a su esposo Bryan Celaya Alvarado, y que fue asesinada en Sonora el 17 de julio. 

Ambos son los casos más recientes, pero a ellos se suman al menos otros tres de buscadores que han sido asesinados durante el actual sexenio. 

Las cifras muestran que la crisis de desaparición en México está lejos de acabarse debido a que los patrones de violaciones a los derechos humanos persisten, señalaron académicos y expertos en la materia a SinEmbargo.  

“Seguimos con más de 52 mil cuerpos en espera de ser identificados y con más de 90 mil personas desaparecidas, con el Presidente diciendo que ya no había desapariciones, ni violaciones a derechos humanos, impunidad, masacres, ni desapariciones, mientras que los datos y la realidad son diametralmente opuestas”, expresó Jacobo Dayán, especialista en Derecho Penal Internacional, Justicia Transicional y Derechos Humanos.  

“El principal pendiente que tenemos como país es evitar que haya otros 350 mil muertos y otros 90 mil desaparecidos [ …] Los patrones de las violaciones a derechos humanos prácticamente persisten: la violencia se mantiene más o menos igual; la práctica de la desaparición también se mantiene y otras violaciones a derechos humanos como la tortura y las violaciones a los derechos económicos y sociales, pues no hubo grandes cambios”, comentó a su vez Daniel Vázquez Valencia, doctor en Ciencias Sociales e investigador de la Universidad Autónoma de México (UNAM). 

Juan Carlos Gutiérrez, director de la organización civil Idheas, y Daniel Vázquez coincidieron que la búsqueda de personas desaparecidas es uno de los temas en los que se han observado esfuerzos durante la actual administración, sobre todo dentro de la Secretaría de Gobernación, la cual ahora preside Adán Augusto López. No obstante, indicaron que aún hay retos por cumplir. 

 “No todo es negativo, hemos observado que hay esfuerzos: hemos tenido una interlocución muy activa con Segob; hemos logrado ver que hay convocatorias importantes para el cumplimiento de decisiones internacionales; que el subsecretario Alejandro Encinas ha tenido la capacidad de aceptar la responsabilidad en los casos internacionales, sin embargo, sí se percibe que es muy difícil avanzar en la materia por la ausencia de voluntad en los estados.”, dijo el director de Idheas. 

El 78.76 por ciento de las personas desaparecidas son hombres. Foto: Victoria Valtierra.

LAS CIFRAS DE LOS DESAPARECIDOS

En México hay al menos 91 mil 325 personas desaparecidas, de las cuales, 82 mil 572 están en calidad de desaparecidas y 8 mil 753 como no localizadas, de acuerdo con el Reporte Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas al corte de este 30 de agosto.  

El 78.76 por ciento de las personas desaparecidas son hombres (68 mil 271) y el 24.68 por ciento (22 mil 540) son mujeres.  

Las entidades federativas con el mayor número de casos son: Jalisco, con 13 mil 806 víctimas; Tamaulipas con 11 mil 551; Estado de México con 9 mil 817; Nuevo León con 5 mil 567 y Veracruz con 5 mil 453.  

La Red por los Derechos de la Infancia informó que desde que se tiene registro (en 1963), hasta el 27 de agosto de 2021, al menos 77 mil 706 niños, niñas y adolescentes han sido reportadas como desaparecidas o no localizadas en México. 

De éstas, 15,186 (19.54 por ciento) continúan desaparecidas o no localizadas, siendo 8 mil 355 de ellas niñas y adolescentes mujeres y 6,799 niños y adolescentes varones.   

Las mujeres, por tanto, representan el 55.01 por ciento de estos casos. Las restantes 62 mil 520 personas de 0 a 17 años fueron localizadas, aunque 1.07 por ciento de estas desapariciones (668 casos) corresponden a niñas, niños y adolescentes halladas lamentablemente sin vida. 

A ello se suma la trágica estadística que muestra que cada día, 12 niños, niñas y adolescentes han sido reportados como desaparecidos durante 2021, como parte de un patrón criminal que no ha cesado, ni durante la pandemia.

La gravedad del problema es de tal magnitud que las cifras oficiales que se registran, aumentan a medida que pasan las horas. Y en el caso de nuestro país, aunque la mayoría de los casos son localizados, una (1) de cada 100 personas son halladas sin vida. 

Del 1 de enero al 27 de agosto de 2021 se han registrado 1,114 personas de 0 a 17 años desaparecidas o no localizadas; esta cifra representa un incremento de 19.5 por ciento con respecto a las 932 personas de la misma edad reportadas durante el mismo periodo de 2020. 

En esta cifra, el Estado de México destaca por registrar uno (1) de cada de cinco casos registrados (3,324 en total). Le siguen Tamaulipas, con uno de cada 10 (1 mil 672 en total), y Jalisco con 7.2 por ciento de los casos (1 mil 074 en total). En estas tres entidades del país se concentran cuatro de cada 10 casos. 

La violencia ha tenido un gran impacto en la sociedad, particularmente en materia de desapariciones forzadas y homicidios. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro.

Además, en el país hay al menos 52 mil personas fallecidas que no han sido identificadas por las diferentes instituciones forenses, de acuerdo con el informe “La Crisis Forense en México: más de 52 mil personas fallecidas sin identificar”, del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM). 

Entre las personas fallecidas que no han sido identificadas, el 60 por ciento está en fosas comunes en cementerios públicos. Mientras que las autoridades no han informado dónde se encuentra el 22 por ciento de estas personas. 

El Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México señaló que estas cifras dejan ver cómo el aumento de la violencia ha tenido un gran impacto en la sociedad, particularmente en materia de desapariciones forzadas y homicidios. Al mismo tiempo que se han agravado las limitaciones de los servicios forenses, lo que ha generado una afectación innegable en los derechos de las víctimas. 

Es así como decenas de colectivos, de manera independiente y agrupados en el MNDM, exigen hoy la identificación de las personas de las que aún se desconoce su identidad y que la búsqueda en vida se convierta en un objetivo central para este Gobierno.

Además piden crear protocolos de investigación y de búsqueda necesarios, para que las Fiscalías Especiales de Desaparición y las Comisiones de Búsqueda se puedan coordinar y actuar de manera inmediata en la búsqueda de personas desaparecidas. 

Los familiares de personas desaparecidas también exigen la adecuada implementación del Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas aprobado esta semana y la debida conformación del nuevo Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), creado en diciembre de 2019, a través de la colaboración irrestricta de todas las fiscalías del país, presupuesto adecuado y respeto por su autonomía técnica y de gestión.

Norma busca a su hijo Kevin, pero huye de Guanajuato amenazada y sin apoyo oficial

sábado, agosto 28th, 2021

Norma Patricia Sánchez dejó el país para buscar refugio en Estados Unidos ante la falta de voluntad política y apatía de las autoridades, así como de los mecanismos de protección, los cuales han dejado indefensos a otros buscadores que han sido asesinados en los últimos meses.

Por Alfonsina Ávila

Guanajuato, 28 de agosto (ZonaFranca).– Por temor a su seguridad e integridad, la buscadora del colectivo ‘Una Luz en Mi Camino’, Norma Patricia Sánchez Barrón, tuvo que salir de Guanajuato para refugiarse en Estados Unidos.

Ella evidenció que los mecanismos de protección no han funcionado, pues no llegaron a proteger a Javier Barajas, buscador e integrante de la Comisión Estatal de Búsqueda y a Rosario Zavala Aguilar, quien buscaba a su hijo Yatziri Misael de 16 años desaparecido en León.

“No quiero ser una persona más que me pongan un letrero que diga que murió por estar buscando a su hijo, y quiero vivir y seguir viviendo para encontrar a mi familiar y que sigan viviendo y sacarlos de este infierno, porque es un infierno seguir viviendo con este miedo”, expuso.

Sánchez citó los casos de otros buscadores y la falta de protección como una de las razones para dejar el país. Foto: Facebook @Plataforma por la paz y la justicia en Guanajuato

En el conversatorio “¿Dónde están? La búsqueda de personas desaparecidas en Guanajuato” organizado por colectivos de búsqueda, así como por las organizaciones Serapaz México y Plataforma por la Paz y la Justicia, la buscadora Noma contó que ha vivido experiencias de riesgo al dar con el paradero de sus seres queridos.

Norma Patricia busca a su hijo Kevin y a su esposo Juan quienes fueron secuestrados por un grupo armado el primero de junio de 2019 en la ciudad de Irapuato, desde ese entonces a la fecha no ha parado para dar con ellos. Dijo que desde hace dos años no ha podido dormir.

Hace poco, ella fue víctima de amenazas mientras hacía con otros buscadores una los límites de los municipios de Cuerámaro y Manuel Doblado una búsqueda independiente. Recordó que, en ese suceso, hicieron varias llamadas a las autoridades para pedir auxilio y presionaron el botón de pánico, pero pasaron muchas horas antes de ser atendidos.

Las repuestas por parte de las autoridades al botón de pánico se dan horas después de los sucesos. Foto: Facebook @Plataforma por la paz y la justicia en Guanajuato

Para la buscadora han encontrado en las autoridades una falta de empatía y voluntad política para hacer su trabajo, desde dar con las personas desaparecidas hasta poder resguardar la integridad de las familias que salen a buscar a sus ausentes.

Norma Patricia contó que hace 15 días tuvo que salir de su casa, luego de que cerca de ahí asesinaron a una persona, esto la alertó y preocupó para buscar recursos propios y salvaguardarse en Estados Unidos.

“Desafortunadamente hace 15 días hubo un asesinato por mi casa y pensé que iban los del crimen organizado por mí y tuve que salir, sin avisar a nadie. Ahorita me encuentro en Estados Unidos por problemas de inseguridad, y tuve que conseguir con mis medios para salir de ahí y no cambia mi meta que es buscar a cada uno de los desaparecidos, pero sí cambian mis planes en el sentido de ser más cautelosa”.

Sánchez expresó que se ha encontrado de frente con apatía y falta de voluntad política para la protección de personas buscadoras de desaparecidos. Foto: Facebook @Plataforma por la paz y la justicia en Guanajuato

Reprochó la inacción del Gobierno, pues no ha sido efectivo el mecanismo de protección, pues los policías no llegan o van hasta dos horas después del reporte.

“Si esperamos a que el gobierno nos de ese mecanismo de protección y nunca ha llegado, y es algo que tampoco llegó a Javier Barajas, tampoco llegó a la señora Rosario, ni a miles de activistas que están en la labor de búsqueda”,

Añadió que la Comisión Estatal de Búsqueda tiene puntos positivos y no es porque ellos hayan indagado, sino que todas las familias les han dado los lugares, pero en ocasiones no atienden las peticiones de las buscadoras.

Finalmente, la buscadora dijo que hace un mes su colectivo solicitó que la Comisión revisarán nuevamente un punto en la presa de El Conejo donde habían rescatado varios cuerpos, uno de ellos incompleto, pidieron regresar para ver si encontraban el resto de las extremidades de esa persona e identificarla, pero no han recibido respuesta.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ZONA FRANCA. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Desapariciones en México entre 2018 y 2020 no han sido investigadas debidamente: WOLA

lunes, agosto 23rd, 2021

El delito de trata de personas no fue considerado en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de 2018 a 2020 pese a que la mayoría de las víctimas de ese periodo eran niñas menores de edad. 

Ciudad de México, 23 agosto (EFE).- Miles de desapariciones en México entre 2018 y 2020 no han sido investigadas conforme a lo previsto en la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, denunció este lunes la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, en inglés).

“Descubrimos que existen aún grandes brechas entre lo que dice la ley, el número de desapariciones y el de investigaciones, lo que deja a gran parte de los casos en la impunidad”, señaló a Efe Stephanie Brewer, directora para México y Derechos de Migrantes de WOLA.

Tras presentar la campaña realizada por la organización de investigación e incidencia de la organización, Brewer puntualizó que lo más preocupante es que la Justicia está fallando a las personas desaparecidas en México desde el primer paso del proceso.

“Pudimos notar que muchas veces no se reconocen e investigan las desapariciones como delitos”, lamentó.

Detalló que de las más de 23 mil personas que están clasificadas como desaparecidas en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas entre 2018 y 2020, menos de un tercio están reconocidas como víctimas de algún delito concreto que esté bajo investigación.

Asimismo, explicó que la trata de personas no está considerada en este registro, y aunque la mayoría de menores de edad que fueron desaparecidos entre 2018 y 2020 son niñas, “ni una sola fue registrada como víctima de trata“.

Brewer explicó que el problema de que las desapariciones sean consideradas como delitos distintos a los que prevé la Ley General en la materia es que las herramientas que proporciona no están disponibles para quienes buscan a sus familiares.

Aunado a ello, las investigaciones no se llevan a través de fiscalías especializadas y unidades de análisis para ver casos en conjunto y determinar los patrones en los que se llevan a cabo estas desapariciones.

LLAMADO A LA ACCIÓN

La experta señaló que es esencial esclarecer los casos para conocer la suerte y el paradero de las personas desaparecidas, estudiar los patrones de desaparición y perseguir penalmente a los culpables.

“Ese camino empieza por reconocer las desapariciones como delitos, generar una teoría del caso y un plan de investigación, elementos muchas veces ausentes en la actualidad”, detalló.

Afirmó que esta campaña es un llamado a la acción a los gobiernos federal y estatales para aplicar la ley y garantizar el derecho a las familias a participar plenamente en la búsqueda e investigación.

Reconoció que si bien la responsabilidad de búsqueda e impartición de justicia es del Estado, cuando las autoridades no avanzan en las investigaciones las familias tienen que buscar por su cuenta “lo que las pone en riesgo”, destacó.

Es por ello que la campaña de WOLA invita a las autoridades a cerrar las brechas entre las prácticas observadas y lo dispuesto en la Ley General en materia de desaparición.

Aunado a la campaña, WOLA y organizaciones contrapartes en México enviaron una carta a la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia (CNPJ) y al Sistema Nacional de Búsqueda de Personas (SNB) para compartir los hallazgos.

El objetivo es buscar la coordinación de los planes de acción para lograr que las prácticas institucionales cumplan con la Ley General.