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Los burros llevan al menos 6 mil años esclavizados por humanos, dice estudio que remite a Egipto

miércoles, diciembre 9th, 2020

El estudio, liderado desde China y en el que han tenido una participación destacada científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), ha revelado que la preferencia humana por asnos con coloración intensa del pelaje -negros y castaños- favoreció la selección sobre un gen que tanto en estos animales como en los caballos regula la pigmentación.

Barcelona, (España) 9 dic (EFE).- El estudio más completo del genoma del asno ha aportado nuevos datos sobre su evolución, como por ejemplo que su proceso de domesticación se inició en el Noreste de África, probablemente en Egipto, hace 6 mil años y que un número reducido de machos contribuyó de forma importante al resto de generaciones.

El estudio, liderado desde China y en el que han tenido una participación destacada científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), ha revelado que la preferencia humana por asnos con coloración intensa del pelaje -negros y castaños- favoreció la selección sobre un gen que tanto en estos animales como en los caballos regula la pigmentación.

El trabajo, que publica la revista Nature Communications, es el estudio de genética poblacional más exhaustivo hecho hasta ahora sobre los asnos, según los investigadores de la UAB Jordi Jordana y Marcel Amills, y la investigadora del CRAG Antonia Noce.

La investigación ha analizado los genomas completos de 126 asnos domésticos de Europa (España, 6 razas), Asia (China, Irán, Kirguistán), África (Egipto, Kenia, Etiopía y Nigeria), y Oceanía (Australia) y de otros 7 asnos salvajes (3 hemionus, 1 onager, 2 kiang y 1 somalí).

Los resultados confirman un estudio previo hecho en 2004 sólo a partir de ADN mitocondrial (heredado por vía materna) de que el asno fue domesticado en el Noreste de África y que su ancestro sería el asno salvaje africano (Equus africanus) y no el asiático (Equus hemionus).

El estudio revela, contrariamente a lo que se creía hasta ahora, que existió un sesgo reproductivo significativo, fruto del proceso selectivo que tuvo lugar durante o después de la domesticación. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro

Según los investigadores, el centro primario de domesticación más plausible, con la información genética y arqueológica disponible hasta la fecha, sería Egipto.

El estudio distingue dos linajes genéticos que se separaron hace unos 6 mil años: los asnos de la África Tropical (Kenia, Etiopía, Nigeria) y los del Norte de África y Eurasia (Egipto, España, Irán, Kirguistán y China).

“Los asnos ibéricos pertenecen a este segundo grupo, tienen mayor afinidad con la subpoblación de Egipto y son diferentes a los asiáticos”, ha destacado Jordana.

Un tercer grupo diferenciado de los dos anteriores es el de Oceanía, representado por Australia.

Según los investigadores, esta diferenciación se debería al limitado número de ejemplares transportados por los colonizadores británicos hace unos 200 años, por los efectos de un aislamiento geográfico prolongado y elevada deriva genética.

Sin embargo, con quien muestra una mayor afinidad genética la población australiana es con la población española, hecho que evidencia su origen europeo ancestral.

En cuanto a las razas españolas, el estudio “corrobora la marcada ascendencia común de las razas Andaluza y Majorera de Canarias, perfectamente diferenciadas en todos los análisis, de polimorfismos autosómicos, DNA mitocondrial y cromosoma Y, de las otras razas de pelaje negro de España (Catalana, Balear, Zamorano-Leonesa y Encartaciones del País Vasco)”, según Jordana.

El estudio revela, contrariamente a lo que se creía hasta ahora, que existió un sesgo reproductivo significativo, fruto del proceso selectivo que tuvo lugar durante o después de la domesticación.

“La variabilidad del cromosoma Y del asno es bastante baja, lo que sugiere que, históricamente, como ya se había demostrado en el caballo, un bajo número de sementales fueron usados de forma muy intensiva como reproductores, apareándose con numerosas hembras”, ha destacado Amills.

Según los investigadores, el centro primario de domesticación más plausible, con la información genética y arqueológica disponible hasta la fecha, sería Egipto. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro

Los investigadores también han estudiado la huella de la selección sobre dos patrones de pigmentación diferenciados en los asnos: el patrón Dun, más ancestral, caracterizado por una fuerte dilución de la pigmentación -estos asnos son grises, cobrizos, loberos o ratoneros-, y el denominado no-Dun, en que no existe esta dilución de coloración y los asnos mantienen una pigmentación más intensa y los pelajes básicos negros y castaños.

La investigación ha descubierto que una mutación en el gen TBX3 es la responsable de la coloración no-Dun en el asno.

Científicos hallan mutación en el coronavirus; estudian si fue la que permitió infectar a humanos

sábado, septiembre 5th, 2020

Científicos han descubierto una mutación puntual en el genoma del coronavirus, que ocurre en todas sus cepas humanas y está ausente en sus parientes más cercanos, que infectan a murciélagos y pangolines.

Estados Unidos, septiembre 05 (RT).- Actualmente científicos de todo el mundo están estudiando qué especies de animales pueden infectarse con los coronavirus y propagarlos tanto en condiciones urbanas como en la naturaleza. Gracias a esto, podrán comprender qué los distingue del SARS-CoV-2 y cómo este último adquirió el conjunto de características únicas que llevaron a la pandemia de COVID-19.

Un grupo de biólogos moleculares estadounidenses ha dado un paso en esa dirección y ha descubierto una mutación puntual en el genoma del coronavirus, que ocurre en todas sus cepas humanas y está ausente en sus parientes más cercanos, que infectan a murciélagos y pangolines. Gracias a esta mutación, el virus pudo haber “aprendido” a infectar a los humanos, escriben los científicos en un artículo publicado en el portal bioRxiv.

Cabe señalar que el documento de los especialistas no fue revisado por expertos independientes, por lo que sus conclusiones deben tratarse con precaución.

EVOLUCIÓN DEL CORONAVIRUS

Esta mutación fue hallada en la región S2M, un segmento especial no codificante del ARN del coronavirus que se encuentra en los genomas de muchos otros tipos de virus. Aunque no saben cómo apareció el S2M en el genoma del virus y qué papel juega, los biólogos creen que es crucial en su ciclo de vida.

De acuerdo con el equipo, dirigido por Mehdi Mirsaeidi, profesor asociado de la Universidad de Miami, la aparición de una mutación en la región S2M del ARN del coronavirus, que no tienen sus parientes, que infectan a pangolines y murciélagos, “podría incrementar” su carga viral y “viabilidad”.

Basándose en algunas características de su estructura, científicos sugieren que cuando un virus entra en una célula infectada, este segmento de ARN adquiere una forma tridimensional especial y se une a las enzimas de la célula, utilizándolas para producir proteínas virales a partir de su propio genoma.

Mirsaeidi y sus colegas decidieron estudiar a qué velocidad y cómo cambia exactamente la estructura de la región S2M en el SARS-CoV-2 a medida que se propaga por la población humana. Para ello, los científicos han decodificado los genomas de varias decenas de cepas del virus recogidas en Japón, Irán y Australia. Los investigadores los compararon con la estructura de este segmento de ARN en virus que infectan a pangolines y murciélagos.

Resultó que una de las regiones S2M, que se encuentra al final de este segmento de ARN, tiene la misma estructura en casi todas las cepas humanas de coronavirus. Sin embargo, en sus parientes más cercanos, en cuyas cepas había versiones muy diferentes de esta parte del genoma, así como en el virus del SARS, el pariente más cercano del SARS-CoV-2, este no fue el caso.

Como muestran los cálculos de los investigadores, la aparición de esta mutación en la S2M del coronavirus humano cambió la forma tridimensional de esta parte del ARN y la hizo menos rígida y estable. En teoría, gracias a esto el SARS-CoV-2 puede ampliar su rango de acción y “aprender” a adherirse a un número mucho mayor de moléculas de proteínas. Además, puede evitar que las moléculas de ARN antiviral celular reconozcan el virus y lo neutralicen.

Estos pequeños cambios en la estructura del genoma, según Mirsaeidi y sus colegas, ayudaron al SARS-CoV-2 a adaptarse para propagarse entre los humanos.

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Científicos mexicanos detectan dos nuevas cepas de la COVID-19, luego de mutar dentro del país

viernes, mayo 8th, 2020

¿Qué implica que el coronavirus esté mutando y haya varias cepas? El investigador del Instituto de Biotecnología, Alejandro Sánchez, explica sobre ello en entrevista con SinEmbargo.

Ciudad de México, 8 de mayo (SinEmbargo).– Un mexicano puede infectarse de la COVID-19, ser asintomático o recuperarse, pero no ser inmune porque podría adquirir otra cepa del mismo coronavirus que está en constante mutación. En febrero, un grupo de científicos mexicanos exploró “los planos” (la información genética) que lo definen. Cuando se detectaron los primeros casos en el país, a través del análisis de 17 muestras identificaron cuáles arribaron de Europa, principalmente de Italia y España, y cuáles de Estados Unidos. En marzo con las transmisiones locales detectaron que en México circulan dos de los tres genotipos del virus reportados hasta ahora.

“El virus muta poco y eso es una ventaja. Pero la gente viaja más rápido de lo que el virus muta, lo que es un gran problema porque la movilidad en mucha de las otras enfermedades virales se ve restringida porque la persona se siente mal y eso obliga a que no se mueva. Con esta pandemia hay asintomáticos en hasta 30 por ciento de la población infectada, lo que ha hecho difícil controlarla”, dijo vía telefónica desde Morelos el doctor Alejandro Sánchez, investigador jefe de la Unidad Universitaria de Secuenciación Masiva y Bioinformática del Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien participó en el estudio del genoma de la COVID-19.

“Todas estas mutaciones son información valiosa porque permite tomar decisiones y orienta muchas otras investigaciones como el diseño de fármacos o el diseño de vacunas”, agregó enfatizando que aunque hay más de 60 proyectos registrados en el mundo para realizar una vacuna, tardarán hasta un año por las fases clínicas de prueba.

En el estudio, pese a que no se invierte ni el 1 por ciento del PIB en ciencia, participaron investigadores del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE), el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además de mexicanos de la Universidad de Oxford.

La petición del investigador Sánchez es sencilla: que el Gobierno federal invierta más en ciencia con años de anticipación para estar preparados para un problema que llegará de sorpresa. Como este.

doctores COVID-19

El coronavirus tiene una baja tasa de mutabilidad. Foto: Cuartoscuro.

***

–¿Qué fue lo que encontraron respecto a las variantes genéticas de la COVID-19?

–En febrero me invitaron a formar parte de un subgrupo de investigación que empezó a ser liderado por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE), que son los encargados de diagnosticar y validar todos los casos de coronavirus en el país, entre muchas otras infecciones como la influenza, chikungunya o zika. Ahora lo que ha requerido mucho más atención es el SARS COV 2. Nos unimos un grupo de especialistas de diferentes instituciones como el IMSS, el Instituto Nacional de Nutrición, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el INDRE y el Instituto de Biotecnología con el grupo del doctor Carlos Arias y la doctora Susana López, de los epidemiólogos más reconocidos del país.

Mi función en el grupo fue asesorar la parte donde se realizaba la secuenciación genómica. Un genoma es el compendio de toda la información genética de cualquier organismo, y la información genética es como el instructivo o los planos que definen a cualquier organismo. Para entender el virus esto era muy importante. Nosotros ya teníamos un protocolo donde habíamos detectado posibles cuellos de botella para que cuando llegara el primer caso real al país, que fue a finales de febrero, estuviéramos preparados. Y así fue. Secuenciamos la primera cepa, se depositó en una base de datos pública donde están más de 3 mil cepas genomas de todo el mundo y México pudo responder en 72 horas para depositar esa información.

A raíz de eso nos dimos a la tarea de seleccionar más muestras. Para el momento en que empezamos a elegirlas solo había 56 casos en todo el país –ahorita hay más de 20 mil casos– y finalmente pudimos sacar la información genética de 17 muestras. De estas genomas o secuencias del virus, pudimos empezar a notar que se separan en dos grupos diferentes que corresponden a los lugares de introducción. El virus ha entrado al país por varios eventos independientes y se agrupan muy bien en un grupo de cepas que se han secuenciado en el mundo que vienen de Europa –y podemos reconocer bien aquí en México gracias a la información genética cuáles vinieron de Europa– y otro grupo que sabemos que entraron desde Estados Unidos –y los podemos reconocer muy bien–. También con la información genética nos dimos cuenta de que algunas cepas empezaban con los primeros casos de transmisión de contagios locales porque el paciente no había reportado ninguna interacción con alguien que había viajado y tampoco había viajado.

Y en estas cepas mexicanas ya empezamos a encontrar mutaciones que no se encuentran en ninguna cepa reportada en el mundo. Estas mutaciones pueden empezar a formar parte de una base de datos para saber cuáles son esos virus que están circulando en México y podemos tener la seguridad que solo se han observado aquí. Si algún mexicano migra y lleva la cepa con esa mutación, sabrán de dónde proviene. Si nosotros encontramos mutaciones nuevas en las cepas circulantes, y no han reportado ningún viaje, también se están desarrollando esas mutaciones aquí.

El virus muta poco y eso es una ventaja, pero de todas maneras las mutaciones que se preseleccionan es porque le dieron la ventaja al virus de alguna manera, y eso también nos sirve para tener referencia en un futuro si empezamos a ver anomalías en los datos clínicos o sintomatología de la enfermedad. Todas estas mutaciones son información valiosa porque permite tomar decisiones y orienta muchas otras investigaciones como puede ser el diseño de fármacos o el diseño de vacunas. Para aquellas mutaciones que llegan a caer en ciertas proteínas, como la proteína de la espiga, esta tiene una interacción específica con el receptor de angiotensina tipo dos, que está en las células que infecta normalmente este virus que son neumocitos o células del sistema respiratorio. Incluso se ha visto que puede infectar otras células de otros tejidos como el endotelio que tienen los vasos sanguíneos, las arterias y las venas.

Todo eso es lo que nosotros podemos aportar con la información [genética] y finalmente va aportar a encontrar soluciones a mediano plazo. Aquí no se van a poder tener soluciones a muy corto plazo porque la creación de una vacuna tardará al menos un año en lo que pasa por todas sus fases clínicas y el desarrollo de fármacos tal vez se dé antes, pero tampoco será rápido.

–Ustedes encontraron dos de las tres variantes genéticas de la COVID-19. ¿Qué implica que un virus tenga más de una variante?

–El virus está constantemente mutando. Estas mutaciones se observan porque tienen una selección, es decir, le confieren alguna ventaja en particular (para cuando tenga que luchar contra el sistema inmune, que se pueda reproducir más rápido o pueda entrar más rápido a la célula) o simplemente la adquieren y no le confieren ninguna desventaja (muta y no le pasa nada, solo genera alguna variación para encontrar otra variación que pudiera darle ventaja). Todo eso no lo podemos saber fácilmente con las mutaciones, pero tener la información de la mutación con los datos clínicos nos da esa asociación que es la parte valiosa.

Qué significa, pues que ahora sabemos que, al menos por ahora, hay dos tipos de virus que están circulando en el país y que a final de cuentas tiene esas versiones, pero no sabemos cómo van afectar en el reconocimiento del sistema inmune. Esto puede implicar que una persona que se recupere de la COVID-19 y haya sido infectado por una cepa no quiere decir que va a tener inmunidad para las otras cepas, pero tampoco sabemos cómo va a responder a la enfermedad. Tenemos que ver. Pero hasta que no se desarrolle una vacuna el sistema inmune no va poder estar preparado para diferentes cepas. Y eso es lo que se está haciendo ahora, crear vacunas donde se recopile toda la información genética para tener todas las variantes, diseñar una vacuna como se hace con la influenza, para abarcar el mayor número de variantes.

–Sobre el tema de las vacunas, ¿cómo van los avances a lo largo de diferentes países?

–Ahorita hay más de 60 proyectos registrados para el desarrollo de vacunas como parte de las fases clínicas en todo el mundo. Hay muchas maneras de hacer una vacuna. En México se tiene el registro de entre tres o cuatro proyectos. En uno de ellos está participando la Doctora Laura Palomares de la UNAM, quien está aprovechando una plataforma que tenía para hacer vacunas contra la influenza y contra otros virus. Esto nos da una ventaja, y esperemos que esta vacuna pueda seguir progresando. Pero hay muchas fases clínicas por las que tiene que pasar que tardan años, porque se tiene que probar en un gran número de pacientes para ver, primero, que la vacuna no tenga ninguna contraindicación a la salud y, por el otro lado, medir la efectividad, qué tanto protege y durante cuánto tiempo.

–Dice que un grupo de cepas llegó de Europa, ¿pudieron detectar de qué países se importó?

–Por la historia de viaje sabemos que algunos vinieron de España y principalmente de Italia. Pero en el análisis no nos queremos comprometer a decir que es de un lugar en específico. Lo que alcanzamos a ver, pero no podemos comprobar totalmente, es que la gente viaja más rápido de lo que el virus muta. Por ejemplo una persona que haya estado en el Reino Unido pudo haber viajado un mismo día y estar en España, tener contacto con la persona infectada y luego llegó a México, pero no es que la cepa haya llegado de España, sino de Reino Unido. Fue por la movilización de la persona. El virus no puede mutar en un día. Por eso es tan difícil. La movilidad humana supera la tasa de mutación de este virus en particular, lo que es un gran problema porque la movilidad en mucha de las otras enfermedades virales se ve restringida porque la persona se siente mal y eso obliga a que no se mueva. El problema es que hay asintomáticos hasta en el 30 por ciento de la población infectada, con la capacidad de moverse e infectar a otras personas, lo que ha hecho tan difícil controlar esta pandemia. Ante esa incertidumbre por eso las medidas de distanciamiento social son las únicas que podemos tener hasta no obtener una vacuna o fármaco.

–Desde su campo de estudio, ¿qué características de la COVID-19 destaca frente a las de otros virus?

–Su baja tasa de mutabilidad. Pero la principal característica es la incertidumbre que genera, porque hace cinco meses de este virus no sabíamos nada. Es completamente nuevo. A diferencia de la influenza de 2009, ya había conocimiento del virus, sabíamos cómo se comportaba, cómo se dispersaba, cómo se contagiaba; ya había vacunas y mucha información previa. De este no sabíamos absolutamente nada. Hoy sabemos un poco más, pero es una carrera contra el tiempo. La investigación lleva muchos años, y es por eso que se debe de invertir en la ciencia años antes para estar preparados para un problema que te va a caer como una enfermedad emergente. Sin embargo, esto se pierde de vista y México no se distingue por ser un país donde se invierta mucho en ciencia. Nunca hemos llegado a la meta de la Ley de Ciencia y Tecnología de alcanzar el 1 por ciento del PIB.

–Justo eso me da pie a esta pregunta, doctor. ¿Cuál es su petición al Gobierno federal respecto al apoyo a la ciencia?

–Que se haga más inversión en la ciencia básica, es una de las vías para después canalizar la investigación y desarrollo de tecnologías e innovación. Hay que invertir mucho en recurso humano y en tiempo, porque las investigaciones son lentas, independientemente del presupuesto que se asigne. Lo que es un hecho es que a mayor presupuesto, se puede avanzar más rápido porque se puede contar con insumos sin limitaciones y con recursos humanos ya formados. Es un nicho que se tiene que empezar a impulsar en el país.

–Finalmente, ¿este subgrupo de especialistas seguirá con investigación entorno al coronavirus?

–Sí, de hecho ahorita afortunadamente contaremos con algo de apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Con ello queremos hacer un plan para secuenciar 250 cepas más, y poder asociarlo a cepas aisladas de pacientes que hayan fallecido. La información que nos pueden dar cepas virales asociadas a decesos en los cuales las personas no eran de la población de riesgo. Mucha gente infectada y que muere está entre los 40 y 50 años. El grupo de riesgo sigue siendo mayores de 60 años con comorbilidades como diabetes o hipertensión, pero a final de cuentas es interesante por qué se están dando los otros decesos. Puede ser algo muy particular del virus o muy particular de la persona. Eso lo iremos abordando. También hemos estado en colaboración con otros investigadores para también ver la parte humana, la del mexicano. Me han invitado a formar parte de varios grupos de investigación, con lo cual me siento muy agradecido, para poder aportar.

La estabilidad genética del COVID-19 posibilita crear una vacuna más eficiente, afirma científico

jueves, abril 16th, 2020

A pesar de haber recorrido el mundo infectando a más de dos millones de personas, el virus no ha mutado, dice Jaimes, un bogotano que a sus 37 años trabaja en el prestigioso centro universitario de Ithaca (Nueva York) como investigador de postdoctorado.

Por Ivonne Malaver

Miami, 16 abr (EFE).- El nuevo coronavirus se ha mantenido “genéticamente estable” desde su aparición en diciembre de 2019, lo que posibilita una vacuna o tratamiento “más eficiente”, dijo a Efe el colombiano Javier A. Jaimes, uno de ocho científicos de Cornell University dedicados a analizar el genoma del SARS-CoV-2.

A pesar de haber recorrido el mundo infectando a más de dos millones de personas, el virusno ha mutado, dice Jaimes, un bogotano que a sus 37 años trabaja en el prestigioso centro universitario de Ithaca (Nueva York) como investigador de postdoctorado.

Los pocos cambios que ha tenido son “sutiles”, no han sido en el comportamiento del virus

Eso quiere decir, agrega, que no ha adquirido o perdido propiedades, lo cual posibilita la creación de una vacuna o un tratamiento “más eficiente”, al contrario de lo que ocurre con el virus de la gripe, que cambia constantemente y por eso hay que vacunarse periódicamente.

Ilustración proporcionada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) en enero de 2020 del 2019 Novel Coronavirus (2019-nCoV). Foto: CDC vía AP, Archivo

Cuanto más estable sea, cualquier tratamiento que se desarrolle va a tener más potencial, porque el virus tiene menos posibilidades de escapar”.

Sobre las mutaciones dice que en la “mayoría” pierde su “capacidad”, eso significa que puede ser menos patógeno e incluso “totalmente no patógeno”

El caso menos probable es que sea más agresivo.

TRABAJO CONTRARRELOJ

En el Departamento de Microbiología e Inmunología de Cornell, el equipo del que forma parte Jaimes está trabajando contrarreloj para identificar cómo este nuevo virus, que tiene coronas, que son como una especie de llaves, ingresa en las células humanas y las infecta.

El equipo ha hallado que estas llaves, que son proteínas, son muy eficientes y se “preactivan” para facilitar el ingreso.

En esta imagen de archivo, tomada a través de un microscopio y sin fecha, distribuida por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos en febrero de 2020, se muestra el coronavirus que causa el COVID-19.

En esta imagen de archivo, tomada a través de un microscopio y sin fecha, distribuida por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos en febrero de 2020, se muestra el coronavirus que causa el COVID-19. Foto: NIAID-RML vía AP

Los expertos de Cornell también está buscando posibles blancos para tratamientos en las enzimas de las células que activan esas llaves, indicó Jaimes.

Sobre las nuevas vacunas o tratamientos, enfatizó que el proceso va a ser “largo” porque las pruebas clínicas llevan tiempo y no se pueden acortar porque dependen de la reacción de las personas en las que se ensayan y que, por el momento, la única medida es el aislamiento, frenar el contacto entre personas.

LA INMUNIDAD DEL REBAÑO

“La idea es que haya menos personas enfermas al mismo tiempo en el sistema de salud para no colapsarlo” y buscar la “inmunidad del rebaño”, es decir que la inmunidad adquirida por un miembro de un grupo protege a los otros integrantes.

Sin embargo, aclaró que aún se desconoce cuánto dura esa inmunidad y si es suficiente para protegerse del virus.

Basado en evidencia científica, Jaimes, de 37 años, detalló lo que la ciencia ha descubierto del nuevo virus y en ese sentido descartó que sea un arma biológica o fruto de una conspiración.

Una célula humana rodeada por SARS-CoV-2. Imagen coloreada. Foto: NIAID

NI CONSPIRACIÓN NI ARMA BIOLÓGICA

Lamentó que relegarlo a eso es simplemente “quitar la credibilidad a todo lo que nosotros hacemos” y señaló que es una información que hace mucho daño.

“La evidencia, los datos genéticos y científicos, dice claramente que el origen está en los murciélagos”, aseveró.

El investigador subrayó que el SARS-CoV-2, que según la cuenta de la Universidad Johns Hopkins ha matado a más de 138 mil personas en todo el mundo, se parece mucho al SARS de 2002, entre otras porque se originó en poblaciones de murciélagos, en este caso de Asia, aunque dijo que se desconoce si hubo alguna otra especie animal más cercana al ser humano en la mitad.

Recordó que se habló de serpientes y se descartó y aunque también se descarta que fue a través de pangolines, se analiza sin embargo el intercambio de virus entre murciélagos y estos mamíferos.


Los científicos determinaron que el nuevo coronavirus activa solo 5 de 13 tipos de los llamados marcadores genéticos proinflamatorios que causan la inflamación en los pulmones, mientras que el SARS-CoV era capaz de activar 11 de ellos. Foto: EFE

En el caso del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), se sabe que saltó de un murciélago a un camello y después al hombre, recordó.

Jaimes señaló que aunque no se conoce aún el “paciente cero” del COVID-19, hay evidencia de que los primeros casos ocurrieron en Wuhan (China) en un mercado de animales vivos.

Subrayó que estos recintos estrechos donde se acumulan muchos especies animales por tiempo prolongado facilitan “los procesos evolutivos de saltar de una especia a otra”.

Aunque los murciélagos son los “más comunes” reservorios, es decir especies que se han adaptado a estos coronavirus sin causarles graves enfermedades y que circulan el virus, Jaimes dijo que no son los únicos.

Las vacunas que combaten otras enfermedades son de ayuda para desarrollar el antídoto contra el nuevo coronavirus. Foto: Cedida por NIH de un modelo en 3D de la proteína Spike vía EFE

Hay también, entre otros, aves, cerdos y roedores, estos últimos reservorios del resfriado común (coronavirus OC43), indicó Jaimes, que es médico veterinario de profesión, pero se ha dedicado exclusivamente al estudios de los virus.

NO ES EXCLUSIVO DE LOS PULMONES

Por otro lado, el virólogo explicó que una enzima (ACE2) que se encuentra en los tejidos respiratorios, el músculo cardiaco, los riñones y especialmente en el tracto digestivo es la receptora del nuevo coronavirus.

No obstante, indicó que tener el receptor no significa que se va a multiplicar.

En ese sentido señaló que se ha expresado más en el sistema respiratorio, porque en el tracto digestivo es difícil que soporte los jugos gástricos.

Autoridades británicas invierten en consorcio científico para secuenciar el genoma del COVID-19

martes, marzo 24th, 2020

El Consorcio de Genómica del Covid-19 del Reino Unido, formado por investigadores del Servicio Nacional de Salud británico, las agencias de Salud Pública, el Instituto Wellcome Sanger y numerosas instituciones académicas, trabajará para mapear la propagación del coronavirus.

Ciudad de México, 24 marzo (RT).- Las autoridades británicas anunciaron este lunes que invertirán 20 millones de libras (unos 23 millones de dólares) en un ambicioso plan para profundizar las investigaciones sobre el covid-19.

El Consorcio de Genómica del Covid-19 del Reino Unido, formado por investigadores del Servicio Nacional de Salud británico, las agencias de Salud Pública, el Instituto Wellcome Sanger y numerosas instituciones académicas, trabajará para mapear la propagación del coronavirus a través de la secuenciación de su genoma, informa el Gobierno del país.

“En un momento crítico de la historia, este nuevo consorcio reunirá a los mejores y más brillantes científicos del Reino Unido para desarrollar nuestra comprensión de esta pandemia, abordar la enfermedad y, finalmente, salvar vidas”, declaró Alok Sharma, secretario de Estado de Negocios, Energía y Estrategia Industrial.

Observando el genoma completo del SARS-CoV-2 a través de muestras de pacientes con contagios confirmados, los científicos podrán monitorear los cambios en la epidemia a escala nacional para descubrir cómo está propagándose el virus y si están surgiendo diferentes cepas, lo que ayudará a la atención clínica de los enfermos.

“La secuenciación del genoma nos ayudará a comprender el covid-9 y su propagación. También puede ayudar a guiar los tratamientos en el futuro y ver el impacto de las intervenciones”, explicó el asesor científico principal del Gobierno británico, Patrick Vallance.

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La secuenciación del genoma del COVID-19 podría revelar cuál es la vía de transmisión del virus

miércoles, marzo 18th, 2020

La secuenciación de genomas completos por parte de varios equipos de investigadores ubicados en Valencia se suma al esfuerzo que se está haciendo a nivel mundial en todos los laboratorios para averiguar cuáles han sido las vías de transmisión y cómo se extienden los diferentes linajes del virus.

Ciudad de México, 18 marzo (RT).- En España se acaba de anunciar la obtención de los primeros genomas completos del SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que se expandió desde Wuhan, en China.

Así, las muestras analizadas corresponden a tres de los primeros pacientes que se contagiaron en Valencia, al este del país, donde se produjo el primer fallecimiento por covid-19 fuera de Asia el pasado 13 de febrero. Los resultados confirman la mutación desde su área de origen y que la cepa introducida en España está relacionada con otras europeas.

La secuenciación de genomas completos por parte de varios equipos de investigadores ubicados en Valencia se suma al esfuerzo que se está haciendo a nivel mundial en todos los laboratorios para averiguar cuáles han sido las vías de transmisión y cómo se extienden los diferentes linajes del virus.

“El objetivo primordial es identificar con mayor fiabilidad los focos y las cadenas de transmisión del coronavirus. La principal conclusión sacada del análisis de las primeras muestras es que las cepas proceden de rutas de transmisión diferentes”, explica el investigador Fernando González Candelas, ya que el genoma del virus está en constante mutación.

De esta manera, los grupos formados por personal investigador especialista en virología, epidemiología y bioinformática ha determinado que existen varias cepas de este nuevo virus, algo clave para determinar si será suficiente una sola vacuna para erradicarlo.

Así, una de las cepas analizadas está relacionada con otras europeas (de Italia, Alemania, Luxemburgo, Francia, Escocia, Holanda, etc.). “El siguiente paso será analizar secuencias de más muestras de pacientes de los hospitales de la Comunidad Valenciana para poder comprobar las vinculaciones entre ellas y con las cadenas de transmisión establecidas por personal especialista en epidemiología”, ilustra González.

El análisis de los genomas virales permite conocer las vías por las que ha entrado el virus en esta parte del territorio español y cómo se transmite actualmente, lo que es indispensable para ayudar a las autoridades sanitarias a controlar mejor la expansión del virus.

Además, esta secuenciación del genoma del virus está permitiendo conocer las mutaciones que ha sufrido desde que comenzó la epidemia, aunque las conclusiones de este análisis no ha encontrado ninguna mutación asociada a una mayor virulencia o letalidad.

ESFUERZO INTERNACIONAL

Las muestras han sido secuenciadas mediante Minion, un secuenciador de tercera generación de Oxford Nanopore Technologies. La infraestructura utilizada en la investigación ha sido posible gracias a la cofinanciación de la Unión Europea a través del Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Comunidad Valenciana 2014-2020.

Estas secuencias obtenidas en España han sido depositadas en tres bases de datos: la de la Iniciativa GISAID, consorcio público dedicado al estudio del virus de la gripe; la plataforma Nextstrain, que permite visualizar la progresión espacial y temporal de la pandemia y que cuenta ya con más de 500 genomas depositados desde el pasado diciembre para 40 países; y la base de datos GenBank de secuencias genéticas del National Institute of Health (NIH) de Estados Unidos.

Este análisis genómico ha sido llevada a cabo por la Unidad Mixta en Infección y Salud Pública de la Universidad de Valencia y la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana FISABIO, el Grupo de Investigación en Epidemiología Molecular, ambos liderados por Fernando González Candelas, catedrático de Genética e investigador del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) de la Universidad de Valencia y del CSIC, y el Servicio de Secuenciación y Bioinformática de FISABIO que coordinan Giuseppe de Auria y Lucía Martínez.

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Científicos decodifican el genoma del gran tiburón blanco; es más grande que el de los humanos

lunes, febrero 18th, 2019

La decodificación de este genoma, cuyo tamaño es una vez y media mayor que el de los humanos, aporta nuevas claves sobre por qué estos tiburones “han prevalecido durante unos 500 millones de años, más que casi cualquier otro vertebrado”, explicó el doctor Salvador Jorgensen, investigador del Acuario de la Bahía de Monterey.

Madrid, 18 de febrero (EFE).- Un grupo de científicos ha logrado decodificar el genoma completo del gran tiburón blanco, de mayor tamaño que el de los humanos y con varias particularidades que explican su éxito evolutivo, según un estudio publicado hoy.

Divulgados en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), estos hallazgos son obra de científicos de la Universidad Nova Southeastern (NSU), en Florida (EU), la Universidad Cornell de Nueva York y del Acuario de la Bahía de Monterey (EU).

La decodificación de este genoma, cuyo tamaño es una vez y media mayor que el de los humanos, aporta nuevas claves sobre por qué estos tiburones “han prevalecido durante unos 500 millones de años, más que casi cualquier otro vertebrado”, explicó el doctor Salvador Jorgensen, investigador del Acuario de la Bahía de Monterey.

Por un lado, estos expertos encontraron en el genoma del gran tiburón blanco adaptaciones secuenciales en genes clave para la curación de heridas, entre ellos un gen fundamental para la coagulación de la sangre.

Los investigadores esperan que la decodificación del genoma del gran tiburón blanco sirva también para ayudar a su conservación. Foto: EFE

“Estas adaptaciones que involucran genes de cicatrización de heridas pueden ser la base de la capacidad de los tiburones para curarse de manera eficiente incluso de heridas grandes”, apuntó Michael Stanhope, codirector del estudio e investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria de Cornell.

Por otro lado, el equipo encontró adaptaciones secuenciales en genes con funciones importantes en el mantenimiento de la estabilidad del genoma, es decir, en mecanismos de defensa que contrarrestan la acumulación de daño al ADN de una especie.

El fenómeno opuesto, la inestabilidad del genoma, es bien conocido por predisponer a los humanos a numerosos tipos de cáncer y enfermedades relacionadas con la edad.

“Ahora descubrimos que la naturaleza ha desarrollado estrategias inteligentes para mantener la estabilidad de los genomas en estos tiburones de gran cuerpo y larga vida”, comentó Mahmood Shivji, director del Centro de Investigación de Tiburones de la Fundación Save Our Seas de la NSU y codirector del estudio.

“Todavía hay mucho que aprender de estas maravillas evolutivas, incluida información potencialmente útil para combatir el cáncer y enfermedades relacionadas con la edad, y mejorar los tratamientos de curación de heridas en humanos, a medida que descubrimos cómo lo hacen estos animales”, añadió.

Asimismo, los investigadores esperan que la decodificación del genoma del gran tiburón blanco sirva también para ayudar a su conservación y a la de otras especies similares, muchas de ellas en situación de rápido declive debido a la pesca indiscriminada.

Científicos descifran la función del genoma completo de la leucemia; podrían desarrollar nuevos tratamientos

lunes, mayo 21st, 2018

Un grupo internacional de científicos han abierto la puerta para desarrollar nuevos tratamientos contra la leucemia linfática crónica, la más común de su tipo, al descifrar cómo es que funciona su genoma completo.

Barcelona (España), 21 de mayo (EFE).- Un grupo internacional de científicos ha descifrado cómo funciona el genoma completo de la leucemia linfática crónica, el tipo de leucemia más frecuente, lo que abre la puerta a desarrollar nuevos tratamientos contra este cáncer, según un estudio que publica este lunes Nature Medicine.

El estudio, coordinado por Iñaki Martín-Subero, del español Hospital Clínic-IDIBAPS, proporciona un mapa en alta resolución de las funciones del genoma y supone una nueva aproximación a la investigación molecular del cáncer.

Según Martín-Subero, la comparación del mapa de la leucemia con el mapa de las células sanas ha revelado cientos de regiones que cambian su funcionalidad en la leucemia, lo que ayuda a comprender mejor la enfermedad y a desarrollar nuevas terapias.

Hasta ahora, los estudios moleculares de la leucemia, y de otros tipos de cáncer, se habían centrado en analizar moléculas de sólo una capa de información, que proporcionaba una visión parcial y no permitía dibujar un mapa preciso de las funciones del genoma.

“Este es un estudio sin precedentes en la investigación genómica del cáncer -en el que han participado 51 investigadores de 23 centros de 6 países- y subraya la importancia de integrar diferentes capas de información molecular para comprender mejor la enfermedad”, dijo el director de Investigación del Hospital Clínic Elías Campo, coautor del estudio.

Usando técnicas de secuenciación de última generación y herramientas de biología computacional avanzadas, han podido hacer un mapa detallado del funcionamiento del genoma de la leucemia.

“Conocer la secuencia del genoma -según Martín-Subero- no era suficiente para saber cómo funciona; para conocer sus funciones y su regulación era necesario el análisis integrador de múltiples capas epigenéticas”.

La investigadora del IDIBAPS Renée Beekman detalló: “el reto mas importante al que nos enfrentamos una vez generados los datos era cómo analizar e integrar tantas capas de información”, para lo que contaron con la colaboración del Centro de Computación de Barcelona.

“Han sido tres años intensos de análisis informáticos para poder completar el mapa funcional de la leucemia”, destacó Beekman.

Los investigadores han podido identificar con precisión regiones con funciones especificas, como las zonas oscuras del genoma, conocidas como ‘ADN basura’, pero que en realidad contienen multitud de regiones esenciales para que el genoma funcione.

“De manera similar a un mapa geográfico, donde se representan pueblos, montañas o ríos – explicó Martín-Subero-, hemos podido cartografiar por primera vez el mapa completo de las funciones del genoma de la leucemia, definiendo genes activos, genes inactivos, regiones que no contienen genes pero controlan su expresión o grandes desiertos inactivos del genoma”.

“En total -concretó- hemos identificado que el mapa del genoma contiene un total de 12 funciones diferentes”.

“También hemos podido observar cómo cambia el mapa de la leucemia en comparación con el mapa de las células sanas, y como las leucemias son capaces de crear una infraestructura molecular muy eficiente para crecer sin control. Por así decirlo, donde antes había un desierto, las células de cáncer crean núcleos industriales”, puso como ejemplo Beekman.

Martín-Subero añadió: “además, descubrimos que tan sólo tres familias de proteínas parecen estar encargadas de dicho cambio. Siguiendo con la metáfora, se podría decir que tan sólo tres empresas se encargan de construir y mantener todas las industrias”, por lo que la acción de estas tres familias de proteínas puede ser inhibida con fármacos que ya se están desarrollando.

En este sentido, Elías Campo apuntó que “quizás este es el aspecto translacional mas importante del estudio, ya que ofrece una perspectiva terapéutica mediante la cual se puedan revertir las alteraciones funcionales en la leucemia”.

“Este mapa tan completo no sólo nos permite comprender mejor la leucemia a nivel molecular, si no que también ofrece una gran fuente de información para otros investigadores para hallar un mejor tratamiento para los pacientes”, concluyó Martín-Subero.

Cocina y ciencia | La comida no sólo alimenta, también va a los genes

viernes, mayo 4th, 2018

Doctoras de Tabasco iniciaron un estudio proyectado a 10 años para encontrar qué tipo de alimentos tradicionales, sobre todo hierbas comestibles, pueden impactar de manera positiva en el genoma de los mexicanos.

Por Alberto Chanona

Ciudad de México, 4 de mayo (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– El estilo de vida y comida favorita no solo influyen en la salud de cada persona, sino también en la de sus hijos e hijas. El ácido desoxirribonucleico (ADN) está íntimamente ligado a unas moléculas cuyos patrones reciben el nombre de epigenoma, el cual regula el modo en que los genes se comportan o expresan, activándose o desactivándose.

A grandes rasgos, el epigenoma puede facilitar que un gen se convierta en proteína y por tanto se manifieste; o todo lo contrario, impedir que se codifique en mensajero y posteriormente se convierta en proteína y se manifieste. Esto no es bueno ni malo por sí mismo, es solo un mecanismo de adaptación al ambiente, pero significa que el epigenoma reacciona a factores externos y uno de esos factores es la dieta.

Es decir, lo que comes modifica lo que eres, pero también puede modificar el modo en que se expresarán los genes de tu descendencia “cuando las modificaciones al código epigenético tienen lugar en el ADN de células gaméticas”. Porque sí: algunos códigos epigenéticos son heredables.

PLANTAS EN LA DIETA TRADICIONAL

A partir de lo anterior, Orquidia G. Méndez Flores, investigadora del programa Cátedras Conacyt, comisionada a El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), en San Cristóbal de Las Casas, realiza un estudio sobre plantas presentes en las dietas tradicionales de Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Yucatán.

El objetivo es buscar cuáles son los componentes bioactivos de estos alimentos que modifican de forma positiva el epigenoma de la población local, favoreciendo así una señalización metabólica saludable en su organismo.

“Investigaremos plantas que sirven para preparar alimentos tradicionales consumidos en el sureste de la república: momo (hierba santa o acuyo, en otros lugares), chipilín, chaya, matalí […] Todos estos son alimentos tradicionales que hay que rescatar, describir y estudiar”, dijo.

Este trabajo —explicó la doctora en ciencias con especialidad en genética y biología molecular— forma parte de un estudio de reciente inicio y que durará alrededor de 10 años, realizado en colaboración con otra catedrática Conacyt comisionada a la unidad Villahermosa de Ecosur, la doctora Xariss Sánchez Chino.

“Todo esto es un poco etnomedicina porque está relacionado con las plantas de uso medicinal y comestible. Así, tenemos que cruzar un poco información con lo que ya se conoce, como la descripción de las propiedades de ciertas plantas desde el punto de vista cultural y sus tendencias de uso. Y aunque también existen ya algunos datos experimentales, son todavía pocos los trabajos que describen y refuerzan por la vía experimental lo que se dice que es bueno de esas plantas. Es decir, sí tenemos una base de inicio, pero todavía hay mucho que hacer de investigación científica. De este modo esperamos contribuir al estudio de enfermedades metabólicas y su relación con la nutrición”.

Entrevistada por la Agencia Informativa Conacyt, dijo que no buscan moléculas en específico, sino que “pueden ser de naturaleza química diversa, como flavonoides, terpenos, proteínas, lípidos […] Dependerá de los antecedentes de cada alimento. Realizaremos experimentos con sus extractos, y claro, los extractos más completos tendrán que ser probados en células”.

Tamal de chipilín, una hoja con propiedades medicinales. Foto: Agencia Conacyt

INDIVIDUALIDAD GENÉTICA

La investigadora comisionada a Ecosur explicó además que las propiedades de una misma planta pueden variar de una región a otra y, por tanto, tener mayores o menores efectos dependiendo de factores ambientales:

“Igual que en nosotros, también las plantas tienen individualidad genética. Son diferentes por comunidades, con variantes que dependen incluso del ambiente y del suelo. Por ejemplo, las propiedades o la cantidad de componentes bioactivos positivos de una planta en Chiapas, quizá no sean las mismas en ejemplares de Tabasco. Por otro lado, los seres humanos también reaccionamos diferente a la dieta. Por eso es deseable que médicos y nutriólogos individualicen los tratamientos en la medida de lo posible, con dosificaciones adecuadas para cada persona, a lo cual contribuyen investigaciones como estas”.

No obstante, señaló, sí es posible realizar algunas aseveraciones generalizadas. “Por ejemplo, es mejor no cocer demasiado ciertos alimentos. Al vapor y al dente favorecen el aprovechamiento de la constitución química de los alimentos. Siempre que no sean tóxicos, pueden también ser consumidos crudos, pero con un adecuado proceso de higiene”.

NUTRICIÓN GENÓMICA

La inocuidad y seguridad alimentaria, como parte de la nutrición genómica, aborda aspectos como el procesamiento de los alimentos, el empacado y la inclusión de aditivos. Por ejemplo, el solo uso del plástico libera muchos BPA (bisfenol A), que son disruptores endocrinos en los alimentos. Analizar la forma en que todas estas moléculas van a modificar lo que somos, también es parte de la nutrición molecular.

“Por otro lado, la pobreza está siendo marcada por la obesidad, debido a que los alimentos no saludables tienden a ser más baratos. No obstante, existen también alimentos baratos que sí son saludables. Por eso hay que hacer un trabajo de educación. Este es un trabajo que requiere de muchas ramas de la ciencia: genéticos, biólogos, médicos, nutriólogos, sociólogos.

Científicos logran secuenciar el primer genoma humano de un habitante primitivo del Caribe

lunes, febrero 19th, 2018

El análisis por medio de radiocarbono 14 arrojó que los dientes pertenecían a una mujer de la etnia de los Taínos, que vivió entre los siglos VIII y X, 500 años antes de la llegada de Cristóbal Colón a América.

Madrid, 19 de febrero (EFE).- Un equipo de científicos ha logrado secuenciar el primer genoma humano completo del Caribe a partir de unos dientes de hace más de mil años, piezas que pertenecieron a una mujer de la etnia de los Taínos, los primeros indígenas americanos que experimentaron el impacto de la colonización europea en 1492.

Los resultados se publican en la revista PNAS en un artículo que firman, entre otros, científicos de las universidades de Copenhague (Dinamarca), Oxford (Reino Unido), Stanford (California), Leiden (Países Bajos), Nacional Autónoma de México y Santiago de Compostela (USC, España).

Los restos fósiles secuenciados son unos dientes de hace más de mil años encontrados en una cueva en la isla de Eleuthera (Bahamas): se hallaron tres enterramientos, dos se correspondían con hombres y uno con una mujer, con edades entre 20 y 35 años, explica a EFE Antonio Salas Ellacuriaga, de la USC y firmante del trabajo.

Solo la mujer pudo ser analizada porque los otros restos estaban muy deteriorados; se consiguió extraer ADN de sus dientes.

Los análisis realizados con métodos de radiocarbono 14 permitieron precisar que los dientes pertenecían a una mujer de la etnia de los Taínos, que vivió entre los siglos VIII y X, 500 años antes de la llegada de Cristóbal Colón a América.

La colonización asociada a este desembarco en territorios del Caribe derivó en un gran conflicto de civilizaciones.

El grupo indígena mayoritario estaba representado por los Taínos que habitaban las islas que hoy abarcan Bahamas, Antillas Mayores (Cuba, Jamaica, República Dominicana, Haití y Puerto Rico) y el norte de las Antillas Menores, señala la universidad en una nota.

Las poblaciones nativas “fueron desapareciendo en un corto espacio de tiempo y asimiladas cultural y biológicamente”, detalla Salas, quien añade que a pesar de que fueron pueblos totalmente extinguidos -hacia mediados del XVI- existe la esperanza de identificar su génesis usando aproximaciones como la arqueología, lingüística o genética.

Salas y parte del equipo que ahora presenta este trabajo publicaron en 2015, también por primera vez, el genoma entero de tres individuos que fueron enterrados en la Isla de San Martín (Caribe), pero esa vez eran esclavos trasladados allí en el período del tráfico de esclavos transatlántico y no originarios del Caribe.

“Lo que ahora presentamos es el primer genoma entero de un indígena original del Caribe”, resume a EFE Salas.

A partir de este análisis, los científicos sacaron algunas conclusiones, entre ellas que la mujer ahora identificada muestra un genoma semejante al de las poblaciones actuales del sur de América.

También, que los habitantes de Puerto Rico tienen en su 10-15 por ciento del genoma un ADN taíno, que rememora a sus ancestros indígenas.

En el genoma taíno se observaron asimismo señales que indican una reducción poblacional extrema muy ancestral, coincidiendo con la llegada de los primeros pobladores del continente americano a través del estrecho de Bering.

Además, no se evidenció la existencia de una fuerte endogamia o signos de aislamiento, por lo que lo datos apuntan a que el tamaño efectivo de esta comunidad era “razonablemente grande, superior a los mil 600 individuos reproductores -este tamaño es incluso superior al de algunas poblaciones que habitan hoy el continente, como los Karitiana y Surui-.

Salas considera que se trata de un resultado “muy llamativo, si tenemos en cuenta que la isla de Eleuthera tiene una extensión de tan sólo 518 kilómetros cuadrados y resulta difícil imaginar cómo una comunidad tan grande podía convivir en un espacio tan reducido”.

Los investigadores interpretan que la explicación podría estar en que todos los habitantes de las islas del Caribe estaban tremendamente conectados, formando una gran red comercial y de intercambio genético.

El “abominable misterio” de las plantas, la duda con la que murió Darwin, es resuelta por científicos

viernes, enero 12th, 2018

El “abominable misterio” de las plantas, la duda con la que murió Darwin y que consistía en explicar el porqué las plantas con flores dominaban el mundo o eran las que abundaban, es resuelta por un equipo de científicos que asegura que la clave está en la evolución genómica de estos seres vivos.

Washington, 11 de enero (Efe).- Científicos estadounidenses encontraron una explicación a una realidad que Charles Darwin catalogó como “abominable misterio” hace casi 150 años sobre las plantas con flores, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Plos Biology.

El célebre biólogo se preguntaba entonces de qué manera las plantas con flores se hicieron dominantes en los ecosistemas de todo el mundo tan rápidamente, una cuestión que parece estar ahora resuelta.

Investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco y la Universidad de Yale, Estados Unidos, determinaron que las plantas con flores tienen células pequeñas en comparación con otros grupos principales de plantas, y que este tamaño es posible gracias a un tamaño del genoma “muy reducido”.

“Las plantas con flores son el grupo más importante de plantas en la Tierra y ahora finalmente sabemos por qué han tenido tanto éxito”, señalaron los autores Kevin Simonin y Adam Roddy en su estudio.

Durante más de 200 años, los científicos han especulado sobre la increíble diversidad y éxito de las plantas con flores, que forman la base del sistema alimentario y son responsables de alimentar a gran parte de la diversidad animal que puede verse hoy en día.

Tras comparar cientos de especies, Simonin y Roddy demostraron que las altas tasas de fotosíntesis de las plantas con flores están directamente relacionadas con el tamaño de su genoma.

Debido a que cada célula debe contener una copia del genoma de la planta, los genomas más pequeños permiten que las células sean a su vez más pequeñas, dando la posibilidad de que exista una cantidad más grande.

Flor de la planta de la burundanga. Foto: Efe.

Además, descubrieron que al reducir el tamaño de cada célula, el suministro de agua y nutrientes puede ser “más eficiente”.

Por otro lado, los investigadores concluyeron que la reducción del tamaño del genoma comenzó hace unos 140 millones de años y coincidió con la expansión de las primeras plantas con flores en todo el mundo.

Esta innovación anatómica ha permitido a este tipo de plantas crecer más rápido y competir con helechos y coníferas, que habían dominado los ecosistemas durante cientos de millones de años.

El jaguar sobrevivió a la extinción gracias hibridación con otros felinos, revelan científicos

miércoles, julio 19th, 2017

Científicos encontraron que el jaguar y otros grandes felinos, entre estos el león y el tigre, habrían sufrido un descenso poblacional hace 300 mil años, llevándoles al borde de la extinción. Sin embargo, un proceso de hibridación habría permitido la preservación de estas especies.

Barcelona, 19 de julio (EFE).- Un estudio científico internacional descifró por primera vez la secuencia completa del genoma del jaguar y, al relacionarlo con el de otros grandes felinos, como el león o el tigre, revela que la hibridación histórica entre estas especies pudo contribuir a su supervivencia a largo plazo.

El consorcio internacional que realizó la investigación estuvo liderado por la Universidad Pontificia Católica Rio Grande do Sul en Brasil con participación de científicos de siete países, entre ellos de España, informó el español Centro de Regulación Genómica (CRG) en un comunicado.

El estudio explica las relaciones evolutivas que han tenido el león, el tigre, el leopardo y el leopardo de las nieves desde su diversificación, hace 4,6 millones de años, y revela que su árbol genealógico varía considerablemente en diferentes partes de sus genomas.

Este descubrimiento pone de manifiesto la hibridación histórica que ha existido entre las diferentes especies de grandes felinos del género Panthera, y se cree que este proceso podría haber contribuido a su supervivencia a largo plazo.

Los datos genómicos indican que todas estas especies habrían sufrido un descenso poblacional en los últimos 300 mil años, llevándolas a una pérdida de diversidad genética a lo largo del tiempo.

El estudio explica que el león, el tigre, el leopardo y el leopardo de las nieves han sufrido variaciones en su árbol genealógico. Foto: EFE

Uno de los casos de hibridación detectados en este estudio implica al león y al jaguar, y revela que de esta manera se podría haber facilitado la adaptación en una o en las dos especies, recuerda el comunicado.

En el caso del jaguar, al menos dos de los genes que evidencian un antiguo cruce muestran haber sido reforzados mediante selección positiva, lo que indica adaptación.

Los investigadores han identificado otros genes con marcas de selección positiva entre los grandes felinos, lo que afecta a características como la visión, el olfato, la reproducción, el metabolismo o el desarrollo.

Entre ellos hay dos genes que solo se encuentran seleccionados en el jaguar, relacionados con el desarrollo del cráneo, y que podrían estar detrás de características propias de esta especie como son su cabeza robusta y su poderosa mordida, que le permiten morder con éxito a reptiles como los caimanes o las grandes tortugas.

Los resultados de este trabajo se están utilizando para llevar a cabo análisis de genómica de poblaciones y sirven para comprender mejor la historia evolutiva de los grandes felinos.

La cría de caballos en los últimos 2 mil 300 años ha empobrecido su diversidad, dice estudio

sábado, abril 29th, 2017

A lo largo de la historia, los humanos fueron domesticando especies y con ello seleccionado los mejores rasgos de cada una de ellas para adaptarlas mejor a sus propósitos. En la ganadería, por ejemplo, para producir más leche o carne, y en el caso de los caballos para conseguir ejemplares más veloces para los guerreros que entraban en combate o más tarde para las carreras. El resultado: la ausencia de variedad genética.

París, 29 de abril (EFE).- Las prácticas de crianza de los caballos desarrolladas en los últimos 2 mil 300 años son la causa del empobrecimiento de su diversidad genética, hasta el punto de que los caballos domesticados actuales “comparten casi todos el mismo cromosoma Y”.

Este es el principal resultado de un estudio que analizó el genoma de 14 caballos de los antiguos escitas -un pueblo nómada que reinó en las estepas de Asia Central en la Edad de Hierro, entre los siglos IX y I de a.C.- y cuyos resultados han sido publicados en la revista Science.

Los análisis de ese génoma demostraron que los caballos escitas tenían una variedad genética mucho mayor que los actuales, informaron en un comunicado los autores del trabajo.

Esto se debe a que con el paso de los años las prácticas de crianza fueron implicando un número cada vez más reducido de sementales en la reproducción, lo que provocó el actual empobrecimiento de su diversidad genética, lo que dificulta la supervivencia.

A lo largo de la historia, los humanos fueron domesticando especies y con ello seleccionado los mejores rasgos de cada una de ellas para adaptarlas mejor a sus propósitos. En la ganadería, por ejemplo, para producir más leche o carne, y en el caso de los caballos para conseguir ejemplares más veloces para los guerreros que entraban en combate o más tarde para las carreras.

Además, en una época “relativamente reciente”, esas prácticas se acompañaron de una acumulación de mutaciones perniciosas que se pueden encontrar en todos los animales domesticados.

Un descubrimiento que contradice la hipótesis del “coste de la domesticación”, que mantiene que dichos efectos nocivos se produjeron en las primeras etapas de la domesticación, práctica iniciada hace unos 5 mil 500 años.

El equipo logró determinar las regiones del genoma donde se concentraron las mutaciones adaptativas durante los tres primeros milenios de la domesticación del caballo. Foto: Cuartoscuro.

El director de la investigación, en la que participaron miembros de laboratorios universitarios de París, Toulouse y Nanterre y expertos del Instituto de Biología Evolutiva español, es Ludovic Orlando, director de investigación en el Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS) y profesor en el Museo de Historia Natural de Dinamarca.

El equipo logró determinar las regiones del genoma donde se concentraron las mutaciones adaptativas durante los tres primeros milenios de la domesticación del caballo.

Una investigación que permite también determinar que todos los animales domesticados comparten ciertos comportamientos y propiedades físicas pese a sus variados orígenes, debido a una alteración genética en su cresta neural, un grupo de células del embrión desde donde nacen numerosos tejidos del organismo.

Para los investigadores, la abundante cantidad de genes con mutaciones adaptativas relacionados con la cresta neural “sugiere” su importancia en la domesticación.

Regiones que portan a menudo genes relacionados con la cresta neural, por lo que su reprogramación durante el desarrollo “puede conllevar la aparición conjunta de un conjunto de caracteres”, como rapidez, tamaño y docilidad, indicó a Efe una portavoz del CNRS.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo del profesor Orlando analizó el ADN de una yegua que vivió hace 4 mil 100 años en Cheliábinsk (Rusia) y de trece sementales de entre 2.300 y 2.700 años, encontrados en las tumbas reales escitas de Berel y de Arzhan, en Kazajistán y en los confines de Mongolia, en Tuva (Siberia).

Ese pueblo -sobre el que existen numerosas leyendas y raros testimonios de autores extranjeros como Herodoto, Estrabón u Ovidio- fue muy conocido por su excepcional arte ecuestre y guerrero, así como por algunas de sus costumbres.

Entre ellas la que tenían sus dirigentes y reyes de hacerse inhumar junto con sus sementales, lo que permitió ahora secuenciar enteramente los genomas de esos 14 équidos y comparar también su diversidad genética con la de los caballos actuales.

El estudio de las variantes portadas por ciertos genes específicos reveló también que el color del pelaje de los caballos escitas era muy diverso, del bayo al negro, el pardo o el rojizo; que sus criadores preferían caballos de pequeña y robusta morfología y que la leche de yegua era muy utilizada en su tiempo.

En el marco del llamado “proyecto ERC Pegasus”, el equipo del profesor Orlando ampliará ahora su trabajo de paleogenética a otras culturas humanas, para comprender cómo la domesticación de caballos influyó en el destino de las civilizaciones, adelantó el CNRS.