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Si su hijo anda mal, denúncielo: mejor preso que desaparecido, dice Ceci Flores

viernes, abril 15th, 2022

Cecilia Patricia Flores Armenta cobró reconocimiento internacional cuando, en enero pasado, pidió a los líderes de los cárteles de Sonora, incluido Rafael Caro Quintero, que les permitan seguir investigando el paradero de sus familiares desaparecidos aunque no haya justicia ni culpables. Ahora ha vuelto a llamar a los líderes del crimen organizado a que les permitan buscar a sus familiares y saber qué fue de ellos.

Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).– Cecilia Patricia Flores Armenta, líder y fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Desaparecidos de Sonora, hizo un llamado hoy a los líderes del crimen organizado a que tengan misericordia y no desaparezcan los cuerpos de las personas que asesinan porque extienden el dolor y destruyen a las familias.

“Si algo les debían, con su muerte pagaron. Para qué los desaparecen, para qué los queman, para qué los mutilan, para qué los entierran. Al desaparecerlos a ellos, nos desaparecen a nosotras las familias, desaparecen a las madres que ya nos dejan muertas, sin vida, sin ellos. Que piensen un momento en su mamá ¿Qué haría su mamá si ellos desaparecieran? La misma lucha que tenemos nosotras, buscarlos, buenos o malos, culpables o inocentes”, dijo Ceci Flores ​​en entrevista con Alejandro Páez Varela en el programa Los Periodistas que se transmite por YouTube a través del canal de SinEmbargo Al Aire.

Flores Armenta, quien ayer notificó en su cuenta de Twitter haber encontrado posibles restos óseos de uno de sus dos hijos (Marco Antonio, desaparecido el 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora), también pidió a las madres y padres que denuncien a sus hijos si están involucrados con los cárteles porque, dijo, es mejor tenerlos en una prisión que desaparecidos, o muertos.

https://twitter.com/CeciPatriciaF/status/1514777756126498824

“A lo mejor por miedo de no denunciar lo que los hijos hacían ilícitamente, que trabajaban a lo mejor con el cartel o no con el cartel, que andaban en malos pasos, por no denunciar lo que ellos hacían los perdimos, porque mejor hubiera sido que hubiéramos denunciado que ellos andaban haciendo cosas ilícitas y los hubiera detenido una autoridad, los tuviéramos en un penal, pero los tuviéramos ahí, en un lugar donde podrían salir o donde podríamos ir a verlos, pero lamentablemente por el miedo de que los detengan, de que estén en la cárcel, nos callamos”, comentó durante la entrevista.

Ceci Flores, como se le conoce en todo el país, dijo que creía haber encontrado a su hijo Marco en una búsqueda que realizaron y escribió: “Reconozco su dentadura y forma de cráneo. Siento que me derrumbo”. El hallazgo fue posible por una llamada anónima, pero la madre insiste en que no importa quién se ponga en contacto, que lo importante es dar con ellos, vivos o muertos.

El otro hijo de Flores Armenta es Alejandro Guadalupe. Desapareció el 30 de octubre de 2015 en Los Mochis, Sinaloa. Con Marco Antonio se habían llevado a un tercer hijo pero los mismos criminales se lo regresaron. Marco Antonio, sin embargo, sigue en calidad de desaparecido.

Cecilia Patricia Flores Armenta cobró reconocimiento internacional cuando, en enero pasado, pidió a los líderes de los cárteles de Sonora, incluido Rafael Caro Quintero, que les permitan seguir investigando el paradero de sus familiares desaparecidos aunque no haya justicia ni culpables. Lo hizo a través de un video compartido en redes sociales.

“Tengo la necesidad de seguir buscando a mis hijos. Por lo cual, me veo en la necesidad de pedirles a ustedes, los jefes de los cárteles de Sonora, Salazar y Caro Quintero y demás líderes, que no nos maten, que no nos desaparezcan, que no nos amenacen, que nos dejen seguir buscando a nuestros hijos, que no buscamos culpables, no buscamos justicia; lo único que queremos es traerlos de vuelta a casa. Tenemos la necesidad de traerlos porque buenos o malos, culpables o inocentes, para nosotros es toda nuestra vida”, dijo.

Ahora ha vuelto a llamar a los líderes del crimen organizado a que les permitan buscar a sus familiares y saber qué fue de ellos.

“Yo estoy cansada de esa situación y de que las autoridades no hacen su trabajo. La verdad me cansé de las autoridades y decidí pedirle a los cárteles que me ayudaran encontrar a mis hijos, dejándome buscarlos, que yo no buscaba justicia, yo no buscaba culpables, yo lo que quería era encontrarlos”, comentó.

“CÓMO RECONOCER UN PUÑO DE HUESOS”

Cuestionada sobre cómo fue que encontró los restos que —le dijeron— pertenecen a su hijo mayor Marco Antonio, desaparecido el 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino, Sonora, relató que se encontraba preparando sus cosas para viajar a la Ciudad de México cuando recibió la llamada de un anónimo que le mandó coordenadas de un lugar.

“Me refieren que si acudo a ese lugar voy a encontrar lo que busco, yo le hago algunas preguntas a la persona, las cuales me contesta, y yo me preparo con mi familia, solamente mi hermano, mi cuñada y yo, para irnos a la búsqueda”, precisó.

Contó cómo llegó al lugar que le indicaron y luego de caminar un tramo localizaron una fosa. “Nos pusimos a escarbar, a sacar lo más que pudimos para poder identificar algo”, señaló.

“Yo quería encontrar algo que en verdad me indicara que era mi hijo, pero lamentablemente cómo puedes reconocer a tu hijo en un puño de huesos, es muy difícil, la verdad, yo creo que ninguna madre podría reconocer a su hijo en un puño de huesos. A mí se me parecía todo, el cráneo, la dentadura, yo subí la dentadura (a redes sociales) de hecho, pues yo creo que mi hijo puede ser esta persona por su dentadura, pero hay muchas dentaduras iguales, también, similares”, refirió.

Ceci Patricia Flores Armenta destacó estar en la necesidad de comunicarse con los líderes delictivos para pedirle que no desaparezcan ni maten a las buscadoras. Foto: Twitter vía @buscadorasonora

Ceci Flores dijo que lo único que ahora le queda es esperar que la Fiscalía haga su trabajo “lo más pronto posible” para que ella pueda tener pruebas genéticas, que le confirmen si es o no su hijo, “pero ahorita solamente hay indicios, por un anónimo, de que mi hijo estaba en ese lugar, no había ninguna otra fosa, solamente esa y voy a esperar, que sea lo que Dios quiera”.

Flores Armenta explicó que cuando un anónimo se comunica con ella o con otras buscadoras siempre lo mantienen al margen, cuidando su identidad porque —precisó— ella no busca culpables ni justicia, “yo lo único que quiero es encontrar a mi hijo”.

“Si a mí me mandan donde está un cuerpo, yo voy, encuentro y borro toda información para que no quede ninguna evidencia, porque por eso confían en nosotras. Tenemos tanta credibilidad ante la gente, siempre que hemos localizado los cuerpos, nadie sabe quién lo dijo”, abundó.

MATAR LA ESPERANZA

“Si miras mi rostro no es nada bien lo que siento, el dolor de perder la esperanza porque al perder la esperanza se pierden muchas cosas, porque la esperanza nos mantiene de pie, y ya encontrando a mi hijo en puño de huesos, pues va a matar la esperanza de que mi hijo vuelva con vida y toque la puerta de mi casa porque yo siempre he dicho que la paz yo quiero que toque mi puerta, no quiero tocar la puerta de un ataúd para abrazar a mi hijo. Yo quiero que mi hijo toque la puerta y me dé ese abrazo que nos debemos, que no nos despedimos, no nos dieron la oportunidad”, compartió Ceci Flores.

En la entrevista recordó que la última vez que vio a su hijo Marco Antonio fue cuando le llevó un pastel. Platicó que ese día hicieron planes para el otro día y hablaron sobre un viaje que iban a hacer a Hermosillo.

“Íbamos a ir a comer, me iba a llevar a… bueno, hicimos planes para otro día, lamentablemente a los minutos que mi hijo se va yo escucho muchos balazos, pienso que mi hijo es el que está siendo atacado, y yo empiezo a hablarle como loca de uno a otro y no encuentro respuesta, cuando yo salgo corriendo a su casa, mi hijo ya es desaparecido con mi hijo menor”, dijo.

También compartió como un 10 de mayo, alguien le llamó para decirle que su regalo del Día de la Madre iba a estar en un lugar. “A mí no me importa el horario porque era en la media noche, a mí no me importa eso. Yo pido el apoyo de las autoridades, acudo al lugar y ahí estaba mi hijo menor. Es el mejor regalo del Día de la Madre que he tenido en toda mi vida, a mi hijo con vida”, dijo.

Cecilia busca a sus hijos desde el año 2015. Por amenazas ha sido desplazada. Foto: Especial

Sobre qué tipo de persona fue la que la llamó en esa ocasión, dijo que era la gente que tenía a sus hijos; “ellos me llamaron para decirme que me los iban a entregar. Lamentablemente pues sólo me entregaron al menor y no dejé de buscar a Marco Antonio y en ningún momento, aunque ellos me hayan dicho que se lo llevaban porque era culpable, pues a mí no me importaba”.

“Para mí mi hijo, bueno o malo, inocente o culpable, para mí mi hijo es mi hijo y yo lo amo y no lo busco porque sienta remordimiento de lo que mi hijo haya hecho en algún momento, lo busco porque lo amo y porque él como humano tiene el derecho de ser buscado”, expresó.

En ese sentido, pidió a otras madres que como ella buscan a sus hijos que “si andan en malos pasos” los denuncien a las autoridades, “para que sean las autoridades las que determinen el castigo y no los perdamos como hemos perdido a nuestros hijos”.

No obstante, también aclaró que hay muchas personas inocentes desaparecidas: “yo busco inocente y culpable, porque uno de mis hijos, el menor, que desapareció en 2015 él no tenía ningún nexo con el cártel, él se dedicaba a trabajar, lamentablemente estaba en el lugar equivocado en la hora equivocada con la persona equivocada”.

“Muchas madres, saben que sus hijos eran inocentes, que no tenían nada que ver con los cárteles, lamentablemente es el dolor que nos dejan, porque si eran inocentes, ¿por qué los desaparecen? Porque ellos cuando los levantan se dan cuenta de que esa persona no tenía nada que ver con los cárteles, era una persona inocente que estaba con la persona equivocada en ese momento, por qué no los sueltan a ellos, por qué se llevan inocentes y culpables entre las patas, como dicen vulgarmente. Yo eso es lo que cuestiono”, dijo.

Y cuestionó: “¿Por qué desaparecer a gente que no tenía nada que ver con el cártel, que no tenía nada que ver con las drogas, que no robaban, que no hacían daño a nadie, que eran personas estudiantes, que estaban con la persona equivocada a esa hora?”.

Colectivos de desaparecidos celebran petición de ONU a México de retirar a militares

jueves, abril 14th, 2022

El Comité Contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas urgió al gobierno mexicano a acabar con la impunidad y a regresar a las Fuerzas Armadas a los cuarteles, el Presidente López Obrador defendió que el Ejército ya no viola derechos humanos y no hay impunidad en México. La respuesta, indican defensores de derechos humanos, es lamentable.

Ciudad de México, 13 de abril (A Dónde van los Desaparecidos).- A punto de que México llegue a 100 mil personas desaparecidas, el Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas presentó un informe en que el señaló que la impunidad es casi absoluta, sólo existen 36 sentencias por este crimen; y pidió al Gobierno mexicano, entre varias recomendaciones, un plan para regresar a los militares sean regresados a los cuarteles “de manera ordenada, inmediata y verificable”.

Un día después, el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina del 13 de abril, manifestó su desacuerdo con el grupo de expertos: “Ellos no tienen, con todo respeto, toda la información. No están actuando con apego a la verdad. Ya no es el tiempo de antes en que se usaba al Ejército para reprimir… o para desaparecer”, y afirmó que en el país ya no hay impunidad y el Ejército no viola derechos humanos.

Según el informe que presentó el Comité desde Ginebra y que recoge las conclusiones de su visita de noviembre a México, las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública están relacionadas con hechos atroces como tortura, ejecución y desaparición forzada. Como muestra, mencionó que el Ejército y la Marina han acumulado 167 recomendaciones por graves violaciones a derechos humanos -según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos-; 15 de ellas relacionadas con desapariciones forzadas.

“Es importante que el Estado ponga un peso especial en tener una Guardia Nacional civil, de personal preparado para prevenir, para brindar seguridad a los ciudadanos, de ahí que hemos recomendado que el Estado haga, de inmediato, un cambio en la política de militarización”, dijo en la conferencia de prensa del martes Carmen Villa Quintana, presidenta del Comité conocido como CED, por sus siglas en inglés.

Personas de distintas nacionalidades y colectivos de búsqueda arribaron a Tijuana para recorrer distintos puntos de la ciudad fronteriza con la ilusión de encontrar a sus seres queridos.

Personas de distintas nacionalidades y colectivos de búsqueda arribaron a Tijuana para recorrer distintos puntos de la ciudad fronteriza con la ilusión de encontrar a sus seres queridos. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro

El Movimiento por Nuestros Desaparecidos de México, que agrupa a más de 70 colectivos de familias buscadoras, celebró que el Comité incluyera la recomendación de la desmilitarización. En conferencia de prensa, la defensora Grace Fernández dijo que el Movimiento ya ha manifestado el riesgo que conlleva que la Guardia Nacional, a pesar de legalmente ser una institución civil, tenga formación militar.

“Se tiene que pensar mejor la estrategia (de seguridad) porque sigue preocupando que hay desapariciones todos los días y sigue habiendo involucramiento de las fuerzas armadas y ahora incluso de la Guardia Nacional”, dijo la activista que busca a su hermano Dan Jeremeel, desaparecido en el año 2008.

En el informe que recoge las conclusiones de la visita del Comité a México en noviembre pasado, donde recorrieron los estados de Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, los expertos y expertas dejaron claro que las autoridades no sólo son responsables de las desapariciones cuando sus agentes las cometen, sino que también podrían serlo cuando no buscan y localizan a las personas.

Señalaron que a partir de la guerra contra las drogas de 2006, se han cometido el 98 por ciento de las desapariciones, y pidieron, también, que en los registros oficiales se identifique las desapariciones en las que hubo participación de agentes estatales.

El Comité calificó como “el paradigma del crimen perfecto” a las desapariciones en el país. Mientras en su visita había 95 mil personas desaparecidas, apenas entre el 2 y 6 por ciento de los casos había llegado a juicio.

Los seis expertos y cuatro expertas del Comité contra la Desaparición Forzada también externaron su preocupación por el retraso en el cumplimiento de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas: no se ha publicado su reglamento, tampoco el Plan Nacional de Búsqueda y la Fiscalía General de la República no cuenta con los registros forenses a su cargo.

Manifestaron que los servicios forenses del país son “insuficientes” para atender la crisis forense que rebasa a las 52 mil personas fallecidas pendientes de identificar.

Foto: Francisco Guasco, EFE.

RESPUESTA ESPERABLE

A pesar de que la Secretaría de Gobernación (Segob) emitió un comunicado el mismo 12 de abril, después de la presentación del informe, en el que decía recibir las recomendaciones “con el compromiso de implementarlas de buena fe”, al día siguiente el Presidente López Obrador reviró que ya no ocurren desapariciones cometidas por el Ejército “como en tiempos de Calderón”.

López Obrador también afirmó: “ningún organismo internacional va a ponernos en el banquillo de los acusados si estamos actuando con legalidad, con humanismo… ¿Qué puede hacer? ¿Inventar? Eso sí lo pueden hacer”. Agregó que, a diferencia de los “gobierno neoliberales”, su administración no permite la corrupción y la impunidad.

En tres años de gobierno, López Obrador ha delegado 70 tareas de índole civil a las Fuerzas Armadas, de acuerdo con un inventario realizado por el Programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), como la construcción del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, los tramos 6 y 7 del Tren Maya y los llamados “bancos del bienestar”. También puso a cargo del Ejército la distribución de vacunas y la “contención” de migrantes indocumentados. Además, creó una Guardia Nacional civil compuesta por elementos y mandos castrenses en su mayoría.

De inmediato, el Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, lamentó la postura del Ejecutivo federal. “La ONU no inventó nada, constató la realidad del presente, que no es sólo herencia del pasado”, puso en tuit.

“Esta respuesta es esperable”, dijo Jorge Verástegui, abogado y defensor que busca a su hermano Antonio Verástegui González y a su sobrino Antonio de Jesús Verástegui Escobedo desde 2009. “No es una recomendación nueva (la de abandonar la militarización) sino que va en el sentido de las recomendaciones que los organismos internacionales han señalado al Estado mexicano. La respuesta del Presidente creo que iba a ser esperada dado que el Ejército ha sido la Institución en la que ha depositado la confianza de su administración”.

LA IMPUNIDAD ES LA REGLA

“La impunidad es casi absoluta”, concluyen los expertos y expertas de Naciones Unidas tras recibir información sobre la mínima investigación y judicialización de los casos de desaparición. Tan solo durante el sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador han ocurrido 30 mil 532 desapariciones, 30.1 por ciento del total.

En los sexenios anteriores fueron 52 mil 65: 16 mil 879 durante la administración de Felipe Calderón y otros 35 mil 186, mientras Enrique Peña Nieto tuvo la presidencia.

En el panorama no está, por el momento, la aplicación del artículo 34 de la Convención Internacional, que pedían las familias de las víctimas, la cual significaba que el caso mexicano sea expuesto ante los países de la Asamblea General de Naciones Unidas. Sin embargo, el Comité determinó no hacerlo y recordó que las autoridades mexicanas cuentan con cuatro meses para enviar observaciones sobre las recomendaciones que recibieron.

Las conclusiones presentadas son resultado de la visita que cuatro integrantes del comité hicieron del 15 al 26 de noviembre de 2021, donde recorrieron cárceles, estaciones migratorias, fueron a sitios de fosas, se reunieron con colectivos de familiares de víctimas, servidores públicos, tuvieron entrevistas con periodistas y defensores, para valorar la situación de las desapariciones en el país. Este 12 de abril fue la presentación de su informe.

Un hombre camina en la Glorieta de los Niños Héroes, donde fueron colocadas lozas con los retratos de personas desaparecidas, el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco.

Un hombre camina en la Glorieta de los Niños Héroes, donde fueron colocadas lozas con los retratos de personas desaparecidas, el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco. Foto: Francisco Guasco, EFE

PUNTOS CLAVES DEL INFORME

Para acabar con las desapariciones, el CED hizo 85 recomendaciones a las autoridades mexicanas basadas en una política pública de prevención y erradicación de estos crímenes.

El informe incluye dos secciones: la primera sobre las condiciones mínimas para una política nacional de prevención y erradicación de las desapariciones forzadas y la segunda sobre los componentes que tendría que incluir dicha política pública.

Entre el contexto identificado por las expertas y expertos está que el 98 por ciento de las desapariciones ocurrieron a partir de que el presidente Felipe Calderón declaró la llamada guerra contra las drogas: una estrategia de seguridad basada en la confrontación de las Fuerzas Armadas con los grupos de la delincuencia organizada.

En su diagnóstico, el grupo mencionó que las desapariciones no solo las comete el crimen organizado, y que existen amplias gamas de involucramiento de las autoridades del Estado, sea al cometer delitos, sea al no investigar esos crímenes, sea al no buscar a las personas o al dejarlas sin identificar una vez que ingresan a los servicios forenses.

En México no se puede saber cuántas de las casi 100 mil desapariciones son atribuidas a las autoridades. Actualmente, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas no proporciona esa información; por eso, el Comité consideró como prioritario que las autoridades actualicen permanentemente esta información y distingan cuáles son desapariciones forzadas.

“Los Estados parte son responsables de las desapariciones forzadas cometidas por los servidores públicos, pero también pueden ser responsables de las desapariciones cometidas por organizaciones criminales”, aseguró Villa Quintana.

La señora María del Refugio Torres, posa con un cartel de búsqueda de su hijo José Preciado, desaparecido hace 8 años, durante una entrevista con Efe el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco (México).

La señora María del Refugio Torres, posa con un cartel de búsqueda de su hijo José Preciado, desaparecido hace 8 años, durante una entrevista con Efe el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco (México). Foto: Francisco Guasco, EFE

Además, resaltó que, aunque la mayoría de las víctimas son hombres jóvenes, Villa Quintana advirtió que han incrementado las desapariciones de niñas y niños a partir de los 12 años, y adolescentes y mujeres, incluso a pesar de la pandemia por la Covid-19. “Se trataría de desapariciones que tendrían como objeto ocultar la violencia sexual, el feminicidio, la trata y la explotación sexual”.

Como requisitos mínimos para impulsar esta política pública enumeró cuatro:

  • Reconocer y tomar en consideración los criterios de responsabilidad de los servidores públicos y erradicar las causas estructurales de la impunidad
  • Abandonar el enfoque de militarización de la seguridad pública
  • Visibilizar, informar y sensibilizar sobre las desapariciones
  • Implementar debidamente el marco normativo, jurisprudencial e institucional en todo el país.

El informe menciona la revictimización que viven las mujeres, tanto al verse orilladas a buscar a sus seres queridos desaparecidos, como por quedar a cargo de sus familias, con los respectivos efectos sociales y económicos. “En muchos casos son víctimas de violencia, persecución, estigmatización, extorsión y represalias”, agregó la presidenta del Comité.

El CED está integrado por diez personas expertas internacionales y tiene el mandato de vigilar el cumplimiento de la Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, que nuestro país ha adoptado. Una de sus facultades es visitar, a los países que firmaron la Convención para evaluar el cumplimiento de las obligaciones en materia de desaparición forzada y emitir recomendaciones al respecto. De hecho, desde 2013 el Comité había solicitado visitar México pero fue hasta agosto pasado que las autoridades federales aceptaron su solicitud.

El colectivo de buscadoras de desaparecidos cuestionó la respuesta de AMLO al Parlamento Europeo. Foto: Gabriela Pérez Montiel, Cuartoscuro

PREVENCIÓN, UNA URGENCIA PARA MÉXICO

La cantidad de personas fallecidas sin nombre también fue una preocupación para los expertos y expertas: con una cifra de más de 52 mil cuerpos sin identidad.

“Según varios expertos entrevistados, en las actuales condiciones serían necesarios 120 años para identificarlos, sin contar los nuevos cuerpos que se van sumando cada día”, se lee en el informe.

“La prevención debe ser el centro de la política nacional”, dijo Villa Quintana. El Comité identificó las siguientes diez medidas prioritarias que debería incluir en esta política:

  1. Fortalecer las instituciones y los procesos de búsqueda e investigación
  2. Garantizar la coordinación sistemática y efectiva de las instituciones
  3. Remover los obstáculos que impiden la judicialización de los casos de desaparición forzada
  4. Atender debidamente a las desapariciones ocurridas en el contexto migratorio
  5. Facilitar los procesos de búsqueda, investigación, reparación y memoria relacionados con los casos de larga data
  6. Atender la crisis forense
  7. Facilitar el acceso a la búsqueda, verdad, justicia y reparación con enfoque diferencial
  8. Reconocer el papel de las víctimas y atender debidamente sus necesidades de atención y protección
  9. Proteger a los servidores públicos involucrados en las búsquedas e investigaciones
  10. Atender las deficiencias de los registros como estrategia de prevención y erradicación de las desapariciones

María rosario Nava durante una entrevista en las oficinas de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos. Foto: Marco Ugarte, AP

REACCIONES A PARTIR DEL INFORME

El Movimiento por Nuestros Desaparecidos de México mencionó que el informe del CED reitera la grave situación que atraviesa el país en materia de desaparición.

“Para nosotros esto ha sido parte fundamental, el darnos cuenta que ellos vieron la realidad que estamos viviendo cada una de las familias”, dijo en conferencia de prensa del Movimiento, Vicky Garay, de Guerreras en busca de nuestros tesoros.

Grace Fernández, también integrante del colectivo Búscame, mencionó que el informe “es un instrumento para marcarle el camino al Estado de qué es lo que tiene que cambiar para que deje de haber personas desaparecidas, que nadie más esté en riesgo de desaparecer y que todos los que ya fueron desaparecidos sean encontrados”.

De acuerdo con Humberto Guerrero, director del programa de derechos humanos en la organización civil Fundar, hay acciones que podrían implementar las autoridades mexicanas: “Punto número uno, una propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación que refleje la importancia que tiene la atención a las recomendaciones que ha dado el Comité”.

Otro punto, dice Guerrero, sería que la Fiscalía General de la República echara a andar el Banco Nacional de Datos Forenses que debió implementar desde hace tres años.

Familiares de personas desaparecidas protestan en las cercanías del cuartel militar, en el municipio de Chilpancingo, en el estado de Guerrero. Foto: José Luis de la Cruz, EFE.

PUNTOS POSITIVOS

El Comité también reconoció que las autoridades mexicanas mostraron voluntad para el escrutinio internacional y las facilidades que otorgaron durante la visita que realizaron al país en noviembre pasado.

“El Comité destaca la empatía de algunos servidores públicos del ámbito federal y estatal con las víctimas y su compromiso para reconocer y atender la situación crítica a la que México se enfrenta en materia de desaparición forzada”, reconocen los expertos y expertas en el informe.

Entre los puntos positivos, la presidenta del Comité mencionó que recibieron información reciente sobre la propuesta del Centro Nacional de Identificación Humana que el pasado 31 de marzo envió el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados. Además, destacó la creación de las siguientes instancias:

  • Centro Regional de Identificación Humana en Coahuila
  • Unidad Integral de Servicios Médicos Forenses en Nogales, Veracruz
  • Dirección de Identificación Humana en Jalisco
  • Centro de resguardo forense en Guerrero, Tamaulipas y otras localidades
  • Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense, y su Grupo Coordinador.
  • Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos cometidas entre los años 1965 y 1990
  • Comisión Presidencial para el caso Ayotzinapa
  • Unidad Especial de Investigación y Litigación del caso de Ayotzinapa
  • Mecanismo Transnacional para el Acceso a la Justicia de las Personas Migrantes
  • Mesa de Búsqueda de Personas Migrantes Desaparecidas

Foto: Gabriela Pérez Montiel, Cuartoscuro

¿QUÉ SIGUE DESPUÉS DEL INFORME?

De acuerdo con el Comité contra la Desaparición Forzada, el Estado mexicana cuenta con cuatro meses para las observaciones sobre las recomendaciones que han hecho.

“Estas observaciones que formule el Estado parte se harán públicas y es a partir de allí que el Comité sobre la base de las atribuciones que nos brinda la Convención, hará un seguimiento”, dijo la presidenta del CED.

Una petición repetida por familias de personas desaparecidas durante la visita del Comité en noviembre pasado era la aplicación del artículo 34 de la Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Este artículo establece la posibilidad de que el Comité presente el caso de algún país a la Asamblea General de Naciones Unidas cuando identificara que ocurrieran de manera generalizadas o sistemáticas.

Sin embargo, el Comité valoró esperar las observaciones que hagan las autoridades mexicanas sobre sus recomendaciones.

De acuerdo con Humberto Guerrero, del Centro Fundar, que acompaña al Movimiento, esta decisión del Comité podría ser temporal. “Si ante la evidencia o a la respuesta que dé el Estado mexicano a este informe lo que siga ocurriendo en el futuro, en el corto o mediano plazo, el Comité podría reevaluar esa decisión y decida aplicarlo”.

Por su parte, Grace Fernández demandó que el presidente Andrés Manuel López Obrador acepte las recomendaciones del Comité.

“Le pedimos que en alguna de las sesiones de la mañanera, acompañado obviamente por el subsecretario Encinas y la comisionada Karla Quintana, dé el mensaje a la nación pero sobretodo a todas las instituciones que tienen de una forma directa o indirecta que contribuir para la búsqueda y la identificación de las personas desaparecidas y las personas fallecidas en calidad de desconocidos”, pidió.

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Crimen organizado y agentes de Estado generan la desaparición en México: Comité ONU

martes, abril 12th, 2022

El Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió al Gobierno mexicano abandonar su estrategia de militarización de la seguridad pública, por ser inadecuada para proteger los derechos humanos.

Ginebra, 12 abr (EFE).– El crimen organizado es el principal autor de miles de desapariciones forzadas que se registran cada año en México, pero el Estado mexicano también es responsable de este crimen cuando es perpetrado por sus funcionarios federales, estatales o municipales y se permite la impunidad, dijo hoy un grupo de expertos de la ONU.

Agentes públicos y el crimen organizado son responsables del fuerte aumento de desapariciones forzadas“, según un informe publicado por el Comité que hace un seguimiento de esta problemática en el mundo.

“Se trata de una situación generalizada”, comentó la presidenta del grupo, Carmen Villa Quintana, quien dirigió una visita de trabajo que realizaron a México miembros de esta instancia entre el 15 y el 26 de noviembre pasado, una decena de días en los cuales ocurrieron 112 desapariciones.

El Estado “también es responsable cuando las organizaciones o grupos armados están de facto bajo el control de las autoridades estatales y reciben alguna forma de apoyo por parte de agentes estatales o existe un patrón conocido de desapariciones y no se toman medidas”, explicó la jurista en una rueda de prensa en Ginebra.

Desde 2017 el Registro Nacional de Personas Desaparecidas ha incorporado cada año a ocho mil nuevas víctimas y ahora el total de casos documentados y sin resolver se eleva a unos 98 mil.

Las desapariciones forzadas empezaron a aumentar de forma “exponencial” desde 2006 y el 98 por ciento de casos que figuran en el Registro Nacional ocurrieron a partir de ese año, detalló Villa Quintana.

“La impunidad es casi total”, denunció la presidenta del Comité, tras señalar que sólo entre el dos y el seis por ciento de casos de desapariciones han dado lugar a la apertura de un proceso judicial y a nivel nacional se han dictado sólo 36 condenas.

Las víctimas de las desapariciones han sido habitualmente hombres entre los 15 y 40, pero las cifras oficiales indican un aumento considerable de caso entre menores a partir de los doce años, así como de mujeres.

Su propósito sería “ocultar las violencia sexual, el feminicidio, la trata y la explotación sexual”, explicó Villa Quintana, una destacada especialista en derechos humanos de la ONU que formó parte de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.

Otro de los aspectos que el Comité destaca en su informe como una grave preocupación es la desaparición de defensores de los derechos humanos dedicados a la lucha contra este mismo delito, así como de una treintena de periodistas entre 2003 y 2021, ninguno de los cuales ha sido localizado ni los autores sancionados.

Otros colectivos afectados por las desapariciones han sido las comunidades indígenas, en el contexto de conflictos sociales y territoriales, y personas LGTB, “con fines de limpieza social y explotación sexual, tras internamientos en los llamados centros de terapia de reconversión”.

La presidenta del Comité también relató episodios de desapariciones de conductores de camiones y de sus acompañantes en la carretera 85 de Monterrey a Nuevo Laredo, “que estarían relacionadas con el tráfico de combustible, para apropiarse de los bienes en los que estarían involucradas las autoridades municipales de Nayarit y desapariciones en los centros de internamiento de adicciones”.

Colectivo encuentra 2 cuerpos en fosa durante búsqueda independiente en Guanajuato

domingo, abril 3rd, 2022

ADVERTENCIA: IMÁGENES FUERTES

El colectivo “Hasta Encontrarte” realizó una labor de búsqueda independiente en la comunidad de Cuchicuato, descubriendo el cuerpo de dos personas sin vida en una fosa clandestina.

Irapuato, Gto., 3 de abril (Zona Franca).- Los cuerpos de dos personas fueron localizados en fosas clandestinas, que de nueva cuenta fueron descubiertas en una búsqueda independiente encabezada por buscadoras del colectivo “Hasta Encontrarte”.

El hallazgo se registró la tarde de este sábado en un predio de la calle Independencia en la comunidad Cuchicuato.

“Hoy nuestra búsqueda fue positiva, encontramos a dos personas, desgraciadamente sin vida, gracias a las personas que nos dan puntos de búsqueda, hoy dos familias sabrán que fue de sus hijos”, informó desde sus redes sociales, el colectivo.

Los cuerpos corresponden a dos hombres de complexión delgada: la primera víctima de complexión delgada, cabello negro, quien vestía camiseta blanca, una playera verde con puntos azules y blancos de la marca Retrixión, shorts a cuadros en color azul, pantalón azul de mezclilla y cinto de tela negro.

El otro fallecido vestía playera y bóxer en color negro, pantalón azul marino,, cinturón de cuero café y portaba zapato tipo burras negras de número 28.

El hecho se notificó a los agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes habrían realizado el peritaje y derivado del hallazgo abrieron la carpeta de investigación 36071/2022.

Además del hallazgo, integrantes del colectivo hicieron un llamado a la sociedad para que informen de otros posibles puntos, a fin de llevar a cabo la búsqueda.

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AMLO envía iniciativa para crear el Centro Nacional de Identificación Humana

jueves, marzo 31st, 2022

El Gobierno federal anunció nuevas medidas para combatir la crisis forense en el país, ya que en México existen casi 100 mil casos de personas desaparecidas.

Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador envió una iniciativa a la Cámara de Diputados para crear el Centro Nacional de Identificación Humana con miras de avanzar en la búsqueda de cuerpos de personas desaparecidas, en medio de una crisis forense en un país que suma más de 98 mil desaparecidos.

La iniciativa propone reformas a la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas para crear un organismo que avance “hacia un modelo que permita brindar una búsqueda efectiva, certera y en su caso, un trato digno de los cuerpos sin identificar“.

El centro propuesto trabajaría en colaboración con la Comisión Nacional de Búsqueda.

“De acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el derecho a la verdad se encuentra subsumido en el derecho de la víctima o sus familiares a obtener de los órganos competentes del Estado el esclarecimiento de los hechos violatorios y las responsabilidades correspondientes, a través de la investigación y el juzgamiento”, decretó en una carta dirigida al Poder Legislativo.

“Esta obligación incluye la búsqueda e identificación de personas desaparecidas. Por tanto, los Estados también tienen la obligación de realizar, de oficio, una búsqueda”, se lee en el comunicado emitido por el Gobierno federal.

El Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas contabiliza, hasta el 30 de marzo, 98 mil 423 personas en estas circunstancias. A esto se suman 143 mil 618 personas desaparecidas y posteriormente localizadas.

Las entidades con mayor número de personas desaparecidas, según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), son Jalisco, con 14 mil 915 casos, seguido de Tamaulipas con 11 mil 916 personas, el Estado de México con 10 mil 720 y Nuevo León con seis mil 148.

Jalisco, Tamaulipas, Edomex y NL encabezan la lista fatal de personas no halladas

jueves, marzo 31st, 2022

Apenas el pasado 17 de marzo, la Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana Osuna, y el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, denunciaron que la crisis en materia de identificación forense en México no se resuelve, en parte porque uno de los principales problemas es que en los estados hay falta de voluntad, negligencia y obstrucción.

Por Mariana González-Márquez

Guadalajara (México), 31 mar (EFE).– México se acerca a las 100 mil personas desaparecidas y no localizadas registradas oficialmente en medio del gran esfuerzo de las autoridades para frenar esta tragedia y casos tristemente insignes, como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014, todavía por resolver.

Desde hace casi ocho años, Gerardo Preciado Torres, que ahora tendría 47 años, es buscado por su familia luego de que cuatro hombres identificados como agentes de la Fiscalía de Jalisco (oeste de México) lo golpearon y lo privaron de la libertad sin una orden de arresto ni una explicación de por medio.

Ese 22 mayo de 2014 cambió la vida de su madre, María Refugio Torres, quien tuvo que aprender de leyes, criminalística, ciencias forenses y acompañamiento psicológico para dar seguimiento al caso de su hijo y el de cientos más que colocan a Jalisco como el estado con mayor número de personas desaparecidas y no identificadas.

“Uno es el que debe de buscar, investigar y llevarles información porque ellos no hacen nada. Cuando mi hijo desapareció yo sí confiaba en la autoridad y yo decía que me lo iban a regresar. Tenía tanta confianza que cada tercer día iba a la Fiscalía, pero siempre me recibían con lo mismo: está en trámite la investigación”, dijo Torres a EFE.

Junto al altar que hizo con fotografías y la ficha de búsqueda de su hijo, Torres narró que tuvo que aprender a defenderse de las omisiones y humillaciones de las autoridades y a buscar en las fosas clandestinas que abundan en este registro.

Solamente el colectivo al que pertenece, llamado Por Amor a Ellos, ha encontrado a unas 100 personas enterradas.

“Que (su caso) sirva de experiencia para la gente que viene, porque esto nunca se va a acabar, que no pasen lo que hemos pasado nosotros porque ha sido batallar con policías y con todo lo que se llama autoridad”, expresó.

CIFRAS ALARMANTES

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas, que actualiza las cifras a diario, hasta el 30 de marzo el país acumula 98 mil 423 personas en estas circunstancias.

La señora María del Refugio Torres, posa con un cartel de búsqueda de su hijo José Preciado, desaparecido hace 8 años, durante una entrevista con Efe el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco (México).

La señora María del Refugio Torres, posa con un cartel de búsqueda de su hijo José Preciado, desaparecido hace 8 años, durante una entrevista con Efe el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco (México). Foto: Francisco Guasco, EFE

Además, hay 143 mil 618 personas desaparecidas y posteriormente localizadas. Por lo que, desde 1964 a la fecha, el país acumuló 242 mil 041 personas desaparecidas, localizadas y no localizadas.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de la Secretaría de Gobernación de México (Segob), Jalisco es la entidad con mayor número de personas desaparecidas y sin localizar con 14 mil 915 casos, seguido de Tamaulipas con 11 mil 916 casos, el Estado de México con 10 mil 720 y Nuevo León con seis mil 148.

Adriana Carranza, de 29 años, busca desde octubre de 2021 a su esposo Rubén Arreola Marroquín, de 32 años, empleado de la Universidad de Guadalajara.

La mujer contó a EFE que lo vio por última vez cuando salió de su casa a discutir con un vecino del fraccionamiento que había chocado con su vehículo.

El vecino fue detenido unas semanas después, pero en su única declaración no da información del paradero de Arreola Marroquín, pese a que la familia ha comprobado con documentos que ambos teléfonos móviles hicieron el mismo recorrido desde su colonia (barrio) hasta un predio abandonado en el municipio de Tlajomulco, a 34 kilómetros de distancia.

Vista de un cartel con el retrato y datos de un hombre desaparecido, el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco.

Vista de un cartel con el retrato y datos de un hombre desaparecido, el 18 de marzo de 2022 en Guadalajara, Jalisco. Foto: Francisco Guasco, EFE

“Lo más difícil es no saber cómo está, si le están haciendo algo, si está bien, si come, si ya le hicieron algo. (…) Tú misma te vas haciendo mil escenarios y cada día se te derrumban”, dice la joven.

CRISIS FORENSE

Los casi 100 mil desaparecidos en México es una cifra mucho mayor a los mil 192 desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile (1973-1990) o a llenar el estadio del Camp Nou, sede del equipo FC Barcelona, en España.

Según datos de la CNB, la crisis de desaparecidos se incrementó a partir de 2006, año en que el entonces presidente Felipe Calderón declaró la llamada guerra contra el narcotráfico.

Y tuvo su punto más álgido en 2019, trayendo consigo problemas no sólo con la localización de las personas sino con la identificación forense de los cuerpos hallados.

[pdf-embedder url=”https://www.sinembargo.mx/wp-content/uploads/2022/03/Crisis-forense-y-propuesta-17mar22.-Alejandro-Encinas.pdf” title=”Crisis-forense-y-propuesta-17mar22. Alejandro Encinas”]

El país ha sido testigo de casos tristemente emblemáticos como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que después de siete años tiene pocos avances con los restos de sólo tres estudiantes identificados y un alto funcionario prófugo, pese a que hace tres años se reanudó la búsqueda.

De hecho, esta semana, un informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció simulación en la investigación inicial del caso y ocultación de datos, y puso en el punto de mira a las Fuerzas Armadas tras la revelación de unos videos que involucran a marinos.

El Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Segob, Alejandro Encinas, dijo el pasado 17 de marzo que los mil 700 millones de pesos (unos 85 millones de dólares) para la búsqueda y el avance en materia forense no han disminuido el rezago de 37 mil cuerpos que hay en institutos forenses y fosas clandestinas y que siguen sin ser identificados.

La cifra podría ser mayor, pues según un registro del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México a partir de solicitudes de información y trabajo de campo, habría poco más de 52 mil cuerpos sin identificar en los servicios forenses y en las fosas comunes.

Denisse Ayala, miembro del Comité Universitario de Análisis en Materia de Desaparición de Personas de la Universidad de Guadalajara, dijo a EFE que México vive un “régimen subnacional” en el que aparentemente las instituciones, las instancias de seguridad y las leyes funcionan, pero el crimen organizado logra penetrar en las autoridades.

“Hay una zona gris en la que convergen el crimen organizado, las instancias y el aparato estatal, y no son esferas separadas. Hay un cáncer llamado impunidad. Cuando tienes capacidad en la violencia que despliegas lo haces porque puedes y porque el entorno de la seguridad pública no funciona o lo hace al arbitrio de tus operaciones”, señaló.

Tanto Ayala como el coordinador del comité, Jorge Ramírez, recordaron que la cifra de personas sin localizar podría ser superior pues hay un subregistro de casos debido a que tanto las familias como la sociedad en general viven con miedo a denunciar.

“Es una sociedad amenazada, se sabe que hay aparatos de seguridad tomados y ministerios públicos donde el hecho de denunciar te pone en riesgo. Lo que hay es un gran miedo de la sociedad a movilizarse”, concluyó Ramírez.

Impunidad impide que México avance en protección de derechos humanos: Amnistía

martes, marzo 29th, 2022

México es el tercer país más letal en todo el mundo para ejercer la defensa de los derechos humanos pues en los últimos años se han asesinado a decenas de personas defensoras.

Por Cristina Sánchez Reyes

Ciudad de México, 28 mar (EFE).- México no ha logrado impulsar un cambio paradigmático en materia de derechos humanos porque no ha enfrentado el gran legado de impunidad que han dejado los gobiernos a lo largo de varias décadas, según un informe publicado por Amnistía Internacional (AI).

“México sigue enfrentando una profunda crisis en materia de derechos humanos. México es un país de víctimas de violaciones a los derechos humanos que se siguen cuantificando por miles”, señaló en entrevista con Efe, Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de AI.

Al comentar el informe anual 2021-2022 de AI, titulado “La situación de los derechos humanos en el mundo”, la abogada de derechos humanos afirmó que uno de los principales problemas de México ha sido la grave impunidad que prevalece en muchos delitos.

“México es un país que no ha enfrentado el gran legado de impunidad”, apuntó.

La abogada señaló la problemática de desaparición de personas, donde el número se acerca a los 100 mil “y se sigue acumulando”

El documento recuerda que en 2021, las autoridades registraron al menos siete mil 698 casos de personas desaparecidas y no localizadas, con lo que al final del año pasado el total de denuncias de personas desaparecidas y no localizadas en México desde 1964 se elevó a más de 97 mil.

Del mismo modo, recordó que es el tercer país más letal en todo el mundo para ejercer la defensa de los derechos humanos pues en los últimos años se han asesinado a decenas de personas defensoras “y particularmente, en 2021, [este delito] sigue estando al frente de estas listas”.

Tan sólo en 2021 se registraron siete mil 698 casos de personas desaparecidas y no localizadas. Foto: Sáshenka Gutiérrez, EFE.

Además, apuntó, México es el país “más peligroso” para periodistas, pues el año pasado Amnistía documentó ocho comunicadores asesinados en el país.

EJÉRCITO AUMENTA PODER

Para Guevara Rosas, una de las principales preocupaciones de AI en México es la militarización de la seguridad pública y en otros ámbitos.

“Hoy día el Ejército tiene más control empresarial que cualquier otra instancia gubernamental y además se hace uso de este aparato militar [es] para atender grandes necesidades en una población en riesgo como son las personas migrantes y refugiados que ingresan al país”, aseveró.

El país se encuentra cada vez más militarizado. Foto: Juan Cedillo, EFE.

Precisó que el Ejército mexicano, “se ha convertido en empresario” pues controla el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y tiene el control en la construcción del Tren Maya “y muchos de los proyectos de infraestructura que generan una altísima preocupación”.

Además, resaltó que en México siguen predominando prácticas como las ejecuciones extrajudiciales y la tortura.

AGUDIZAN FEMINICIDIOS

Otro de los puntos que AI detectó en su informe es el relacionado a los feminicidios en México, tema en el que, según Guevara Rosas, “sigue teniendo índices gravísimos”.

En México matan 10 mujeres al día. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro.

Esto, pese a la alarma internacional que ha habido en los últimos años sobre la situación que enfrentan las mujeres en México.

“Sigue siendo uno de los países que tiene el mayor índice de feminicidios de la región en donde no se atiende de manera sistemática las falencias de justicia para las víctimas de feminicidios”, lamentó.

México padece una ola de violencia machista con mil 004 feminicidios registrados en 2021, asesinatos tipificados por razones de género, un 2.66 por ciento más que en 2020.

En las marchas, la familia de las víctimas colocan cruces rosas en honor a las mujeres víctimas de feminicidio. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro

Al sumar los asesinatos clasificados como homicidios dolosos, en México matan a más de 10 mujeres al día, según cifras oficiales.

Guevara resaltó además que, pese a los avances que se han tenido en los derechos sexuales y reproductivos -como el hecho de que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declarara que la penalización del aborto es inconstitucional- no ha impedido que las mujeres no tengan acceso a un aborto legal en ciertas regiones de México.

AUMENTA POLARIZACIÓN

Para Guevara Rosas es preocupante que lejos de que el Presidente mexicano busque conciliar los problemas del país, ha logrado la polarización a través de sus declaraciones.

En 2019, el primer año completo de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia, el número de feminicidios fue de 973. Foto: Gobierno de México

“En un intento por abrir una comunicación transparente, [el Presidente] más bien ha logrado instaurar un tribunal inquisitorio en donde cada mañana en sus conferencias matutinas ataca cualquier forma de crítica”, precisó.

Y lamentó que estos ataques no sólo sean para la oposición formal a través de los partidos políticos sino que ataque a las personas defensoras de los derechos humanos y a los periodistas.

“No reconoce la importancia de su labor precisamente para la construcción de un México más justo”, dijo.

En este contexto, afirmó, es “en donde vemos que no hay ningún avance de esa promesa de un cambio paradigmático en materia de derechos humanos”, lamentó.

Fiscalía de CdMx localiza sin vida a 2 de 3 hombres desaparecidos en Alcaldía Tlalpan

domingo, marzo 20th, 2022

Los hombres desaparecieron el viernes 18 de marzo en la zona de Topilejo, en el sur de la capital mexicana. Uno de ellos sobrevivió y está hospitalizado.

Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).- La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CdMx) informó que dos de los tres hombres que fueron reportados como desaparecidos en la zona de Topilejo, en la Alcaldía Tlalpan, fueron localizados sin vida en el pueblo de Parres, en la Alcaldía Tlalpan; el tercero se encuentra hospitalizado en la Ciudad de México.

Los cuerpos de los hombres que las autoridades encontraron estaban en el pueblo de Parres, también ubicado en la Alcaldía Tlalpan, en el sur de la capital, fronteriza con los estados de México y de Morelos.

“El Ministerio Público de la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (FIPEDE), adscrito a la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas, continúa la integración de la carpeta de investigación que abrió, por el delito desaparición forzada, desde el pasado viernes”, detalló la Fiscalía en Twitter.

Además, aseguró que mantiene estrecha colaboración con autoridades federales, estatales y de la Ciudad de México, para ahondar en la investigación de los hechos.

La Fiscalía aseguró que el personal especializado y multidisciplinario de la Dirección General de Víctimas de esa misma Coordinación General estableció contacto con familiares de los agraviados para brindarles asistencia psicológica, jurídica y económica.

Anteriormente, habitantes del pueblo de Fierro del Toro bloquearon por más de cinco horas la carretera federal México-Cuernavaca como respuesta para exigir la búsqueda de los hombres.

Además, los manifestantes aseguraron que los tres jóvenes habrían sido sacados a balazos de una casa en Fierro del Toro. Sin embargo, la comunidad agraria de San Miguel Topilejo se deslindó en un comunicado de la desaparición de los habitantes de Huitzilac.

Crisis forense no se resuelve por falta de voluntad, negligencia y obstrucción: Segob

jueves, marzo 17th, 2022

Alejandro Encinas Rodríguez denunció que en México no existe un censo de los cuerpos no identificados, ni tampoco sobre los cuerpos identificados y no reclamados en las fosas comunes; además, que no hay una base de datos genética nacional que permita la confrontación de los datos.

Ciudad de México (SinEmbargo).– La Comisionada Nacional de Búsqueda, Karla Quintana Osuna, y el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, denunciaron la mañana de este jueves que la crisis en materia de identificación forense en México no se resuelve, en parte porque uno de los principales problemas es que en los estados hay falta de voluntad, negligencia y obstrucción.

La crisis en materia forense en el país también se debe a la falta de información y bases de datos, así como a la negligencia y obstrucción por parte de las instituciones, la mayoría, para trabajar de manera coordinada con las comisiones locales y nacional en la búsqueda de personas desaparecidas, acusó la titular de la CNB, Karla Quintana.

Por su parte, el Subsecretario de Derechos Humanos denunció y expuso que uno de los principales problemas que hay es que falta voluntad política de los estados y gobiernos estatales para encarar la crisis forense que se vive en México.

Lo anterior lo señalaron hoy en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en la que junto con el Subsecretario de Derechos Humanos y Migración, Alejandro Encinas, anunciaron la iniciativa para conformar el Centro Nacional de Identificación Humana Forense.

Karla Quintana indicó que al mismo tiempo buscan impulsar que la Conferencia Nacional de Secretarios y Secretarias de Seguridad Pública realice acciones pertinentes para compartir con la Secretaría de Gobernación (Segob) y la CNB la información de todas las bases de datos, a fin de que exista un repositorio para todas las bases de datos genéticos de fiscalías, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional.

A su vez, agregó, tratarán de impulsar una norma mexicana para regular los centros de resguardo de cuerpos.

Quintana Osuna destacó que es necesaria la creación de dicho Centro Nacional de Identificación Forense porque el sistema tradicional no se da abasto y no va a resolver el problema de crisis forense, y porque las dinámicas de desaparición no respetan fronteras.

Karla Quintana Osuna es la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Foto: Gobierno de México

Al respecto, el Subsecretario de Derechos Humanos señaló que la cifra de personas y restos sin identificar es la que ha dado a conocer el Movimiento Nacional de Desaparecidos, quien reporta más de 52 mil cuerpos sin identificar.

Además, Encinas Rodríguez denunció que en México no existe un censo de los cuerpos no identificados, ni tampoco sobre los cuerpos identificados y no reclamados en las fosas comunes, lo cual, consideró, es una omisión legal muy grave que involucra a distintos ámbitos de autoridades, desde fiscalías, servicios de salud, tribunales y hasta municipios por el manejo de fosas comunes en cementerios.

También subrayó que no hay una base de datos genética nacional que permita la confrontación de los datos que se obtienen tanto de las muestras genéticas tomadas por los familiares como las que se levantan de los cuerpos encontrados.

Más que las instituciones gubernamentales, los familiares son el motor de la búsqueda de desaparecidos en el país. Foto: Fabricio Atilano, EFE.

Dicha información genética, dijo, no se comparte, no se contrasta y no existen capacidades. No obstante, el Subsecretario destacó que lo más grave y el principal problema es la falta de voluntad y que la información forense se mantiene fragmentada.

“Eso habla de que no existen no solamente capacidades institucionales, humanas, sino que también falta voluntad política a nivel estatal para encarar la crisis”, sostuvo.

Finalmente, Encinas anunció que firmarán un convenio con la Universidad a Innsbruck para que en México se pueda realizar la identificación de restos complicada. El funcionario aclaró que es el primer convenio que dicha Universidad en Austria firma con otro país.

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Familias de desaparecidos marchan y exigen salida de Fiscal especializado en CdMx

martes, marzo 15th, 2022

Los familiares consideraron que el trabajo del Fiscal especializado en desapariciones forzadas no ha avanzado en las investigaciones de personas desaparecidas en la Ciudad de México, que suman más de tres mil según datos oficiales.

Ciudad de México, 15 de marzo (EFE).– Varias decenas de familiares de personas desaparecidas se manifestaron este martes ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CdMx) para pedir la destitución del Fiscal encargado de desapariciones forzadas, May Gómez, y exigir el fin de las “omisiones” en las investigaciones.

“Estamos presentándonos en la Fiscalía para exigir la destitución del Fiscal May Gómez, que tristemente en un año —en su cargo— que cumple en abril no ha adelantado investigaciones inmediatas”, dijo a Efe María del Carmen Volante, madre de Pamela Gallardo, desaparecida en noviembre de 2017 tras acudir a un festival de música electrónica en Ciudad de México con amigos.

De acuerdo con los datos oficiales ofrecidos por la Secretaría de Gobernación (Segob), en la capital mexicana hay tres mil 818 personas desaparecidas y no localizadas desde que se inició el registro en 1964.

En todo el país, también según datos de la Segob, son 99 mil 022 las personas que desaparecieron desde entonces y permanecen ilocalizables.

María rosario Nava durante una entrevista en las oficinas de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos. Foto: Marco Ugarte, AP

Como María, otros familiares de personas desaparecidas en la capital mexicana denuncian omisiones sistemáticas en las investigaciones de sus casos.

Este martes aseguraron que, con la llegada de Gómez, Fiscal de Investigación, Persecución de los Delitos en Materia de Desaparición Forzada de Personas y la Desaparición Cometida por Particulares y Búsqueda de Personas Desaparecidas, no ha habido avances en las pesquisas en la mayoría de los casos.

“Nos hemos encontrado con que hay muchas omisiones en los casos, también pérdida de evidencias o negligencias, en todos los casos. (…) Pareciera que siguen una receta de cocina porque todos los casos tienen las mismas omisiones o muy parecidas”, compartió con Efe María de Lourdes Romero, cuñada de Leonel Báez, desaparecido en noviembre de 2019 junto con Jesús Armando Reyes y Ángel Gerardo Ramírez.

En las puertas del edificio de la Fiscalía capitalina, que bloquearon con carteles protagonizados por los rostros de sus familiares y reclamos de justicia, los familiares leyeron el documento en el que se exigió la destitución de May Gómez.

Familiares y colectivos de personas desaparecidas protestan hoy martes la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Foto: Sáshenka Gutiérrez, EFE.

Esto, detallaron, por no mostrar “voluntad ni capacidad” para muchas de las labores que conlleva su cargo y por no participar “de manera activa” en las mesas de trabajo que se realizaron hasta el momento, entre otras cosas.

Las familias permanecieron varias horas frente a la sede de la Fiscalía de la capital a la espera de que la Fiscal general, Ernestina Godoy, recibiera el documento.

“Las familias de personas desaparecidas de esta ciudad no queremos sufrir más revictimización, omisiones y violencia, por lo que acudimos a usted [Ernestina Godoy] y solicitamos su intervención urgente”, leyeron las víctimas.

Ante la imposibilidad de ver a Godoy, los familiares pidieron que saliera a dialogar con ellos Laura Borbolla, titular de la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas de la Fiscalía capitalina.

Borbolla salió finalmente del edificio para recibir el documento y se programó una mesa de diálogo entre familiares de víctimas y las autoridades para el 24 de marzo.

Buscadoras localizan cadáveres en los patios de viviendas abandonadas en Cajeme

lunes, marzo 14th, 2022

La Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) de Sonora dio a conocer que los cuerpos y restos óseos recuperados serán trasladados al Laboratorio de Inteligencia Científica Forense (CIF) para llevar a cabo las pruebas científicas de comparativa genética que permitan su identificación.

Ciudad de México (AP/SinEmbargo).— Las autoridades del norte de México y grupos de familiares de desaparecidos localizaron durante el fin de semana 17 cuerpos en viviendas no habitadas de Sonora, un estado fronterizo con Estados Unidos.

“En total se recuperaron 17 cuerpos, así como restos óseos, con un tiempo promedio de muerte de seis meses a un año. Todos serán sometidos a pruebas científicas de comparativas genéticas para determinar la identidad de cada una de las personas fallecidas”, detalló la Fiscalía estatal el domingo por la noche.

En un comunicado, precisó que la ubicación de los cadáveres se realizó después de que durante los días sábado y domingo, de este fin de semana, personal de la dependencia brindara acompañamiento y apoyo a los colectivos “Guerreras Buscadoras de Ciudad Obregón” y “Rastreadoras de Ciudad Obregón”, que realizaron acciones de búsqueda en la ciudad.

“Las diligencias se llevaron a cabo en las colonias Urbi Villa del Rey y Urbi Villa del Real, donde ambos colectivos tuvieron hallazgos positivos en los patios de varios domicilios que se encuentran en estado de abandono. Ahí encontraron cuatro fosas con cuerpos y restos humanos”, informó.

Asimismo, la Fiscalía de Sonora explicó que en los trabajos para recuperar los cuerpos y los restos óseos participaron sus elementos de Servicios Periciales, “quienes con sumo cuidado recuperaron las piezas y los cuerpos con el propósito de trasladarlos al Laboratorio de Inteligencia Científica Forense (CIF) para que se lleven a cabo las pruebas científicas que permitan su identificación”.

“Adicionalmente, en estas acciones participaron elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), de la Guardia Nacional (GN) y de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP). Los trabajos de recuperación y búsqueda en otros domicilios continuarán este lunes 14 de marzo”, finalizó.

El nuevo hallazgo se produjo en el municipio de Cajeme, donde hay una intensa actividad de distintos grupos del crimen organizado y, a diferencia de otras ocasiones, los cadáveres fueron hallados en los patios de varios domicilios que se encontraban en estado de abandono y donde se habían cavado fosas.

Hace menos de una semana, en el mismo estado, se hallaron 11 cuerpos en fosas clandestinas a unas pocas millas de la frontera con Estados Unidos.

En un comunicado emitido el lunes 7 de marzo por la noche, la Fiscalía del estado indicó que los restos corresponden a nueve hombres y dos mujeres, y que fueron localizados durante los trabajos de búsqueda de personas desaparecidas que realizaba un grupo de familiares con apoyo de las autoridades en la localidad de San Luis Río Colorado, fronteriza con Yuma, Arizona.

Ocho de los cuerpos estaban “en avanzado estado de descomposición” por lo que serán sometidos a pruebas genéticas para su identificación, explicó la Fiscalía que también pidió a todas aquellas personas de la zona que tengan familiares desaparecidos que acudan a hacerse pruebas de ADN.

El colectivo civil “Buscando” llevó a las autoridades a un área desértica ubicada en un camino de terracería en las afueras de San Luis Río Colorado y cerca del basurero municipal -donde se trabajó con maquinaria pesada- se encontraron los cuerpos.

Los familiares de los desaparecidos tienen que realizar sus propias búsquedas en muchas partes de México porque las autoridades muchas veces no quieren hacerlo o no tienen los medios suficientes para llevar a cabo estos trabajos. En otras ocasiones, sí los acompañan y colaboran en los trabajos periciales.

México tiene casi 100 mil desaparecidos, según datos del Gobierno federal, la gran mayoría de ellos desde 2006 cuando inició la guerra frontal contra los cárteles y la violencia se multiplicó. Además, hay más de 52 mil personas fallecidas no identificadas que se acumulan en morgues o fosas comunes de cementerios.

Milagros perdió a su hermano. Ahora ella y su mamá buscan a miles por doquier

jueves, marzo 10th, 2022

Cecilia Flores Armenta y su hija Milagros Valenzuela compartieron que el tener un familiar desaparecido es un camino muy doloroso y desgastante física y mentalmente; a ello –y lo más lamentable– es que también tienen que cargar y luchar contra la apatía, indolencia y ausencia de las autoridades

Ciudad de México, 9 de marzo (SinEmbargo).- Milagros Valenzuela Flores tenía solo 14 años cuando se inició en la búsqueda y rastreo de personas tras la desaparición de su hermano Alejandro en 2015 y, posteriormente el secuestro de su otro hermano, Marco Antonio, en 2019.

Hoy, junto con su madre Cecilia Patricia Flores, forma parte y encabeza un colectivo de mujeres que caminan por calles y carreteras del país, así como rasgan la tierra para hacer el trabajo que las autoridades “deberían estar haciendo:” buscar a miles de personas desaparecidas en el país.

El papel de la mujer es preponderante en la búsqueda de personas desaparecidas y aunque sí participan hombres, en proporción son menos, como se ve en cada uno de los colectivos en donde la presencia de ellas es decisiva. Tampoco hay una cifra exacta del total de civiles que participan en estas tareas ni un registro total del número de colectivos.

Para buscadoras como Cecilia Patricia Flores y su hija Milagros Valenzuela la marcada diferencia entre hombres y mujeres en la búsqueda es una de sus principales interrogantes, según compartieron en entrevista con SinEmbargo, mientras se encontraban en Jalisco apoyando a colectivos de esa entidad en una jornada de rastreo y hallazgos de fosas clandestinas.

“¿Por qué los papás tienen miedo de salir a buscar a sus hijos?, ¿por qué tenemos que ser siempre las mamás quienes demos el primer paso? Aquí en Jalisco sí hay papás que están buscando a sus hijos, pero en Sonora sólo dos o tres papás son los que están buscando a sus hijos y la verdad eso es bien lamentable porque nosotras creemos que debería de haber igualdad; debería de ser mutuo el apoyo en la búsqueda desaparecidos”, se cuestiona la reconocida activista y buscadora Cecilia Patricia Flores Armenta, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, quien hasta hace pocos meses trascendió que pidió permiso al narco para buscar a personas desaparecidas.

Las ahora activistas están convencidas que, si los hombres también se unieran y apoyaran en la búsqueda de personas, en la misma proporción que las mujeres, quizá la historia sería diferente:

“Nosotras pensamos que si por cada desaparecido hubiera también un hombre (padre, hermano, hijo) no desaparecerían a tantas personas, porque ¿te imaginas que multitud de gente habría en la búsqueda?”, expresó la buscadora.

En México la cifra de personas desaparecidas casi alcanza los cien mil, ya que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas reporta al menos 98 mil 769 personas desaparecidas en el país en los últimos 57 años.

En el estado de Sonora se ha disparado la desaparición en los últimos años, pues a la fecha al menos 4 mil 245 personas se encuentran sin conocer su rastro en aquella entidad federativa, de estas, el 78.14 por ciento (3 mil 317) son hombres y el 21.70 por ciento (921) son mujeres.

Son mujeres quienes en su mayoría buscan a las personas desaparecidas. Foto: Marco Ugarte, AP

EL TRABAJO DE LAS AUTORIDADES

Los colectivos de búsqueda de desaparecidos en Sonora han cobrado relevancia en tiempos recientes debido a los numerosos hallazgos de fosas clandestinas y personas tanto en el estado de Sonora como en otras entidades federativas.

Cecilia y su hija Milagros compartieron que tener un familiar desaparecido es un camino muy doloroso y desgastante tanto física como mentalmente. Lo más lamentable —dijeron— es luchar contra la apatía, indolencia y ausencia de las autoridades.

“Es muy doloroso que además de estar luchando con la desaparición de nuestro familiar, todavía tenemos que estar luchando con la indiferencia y ausencia de las autoridades”, dijo Cecilia.

“La verdad es que sí es dura la lucha que nosotros hacemos porque tenemos que terminar haciendo el trabajo de las autoridades. Tener que sacar nosotros mismos a nuestros familiares de las fosas clandestinas, sí es duro y más que nada, que muy pocas veces contamos el apoyo de las autoridades, principalmente de los gobiernos”, abundó Milagros.

Al menos 2 mil cuatro fosas clandestinas han sido localizadas en la presente administración federal —del 1 de diciembre de 2018 al 4 de noviembre de 2021— y se han recuperado 3 mil 335 cuerpos de estos lugares, de acuerdo con el más último informe presentado por el Subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población, Alejandro Encinas, el pasado 13 de diciembre.

De los cuerpos exhumados en las más de dos mil fosas encontradas a nivel nacional, ya se identificaron al menos mil 336 cuerpos; y de estos, mil 19 ya fueron entregados a sus familiares.

Los estados de Veracruz, Sinaloa, Guerrero, Colima y Guanajuato concentran el 53.09 por ciento de los hallazgos, con un total de 1 mil 064 fosas.

En Veracruz se localizaron, en el actual sexenio, al menos 296 de estos lugares. Le sigue Sinaloa con 245; Guerrero con 199, Colima con 199 y Guanajuato con 134, hasta el corte del 4 de noviembre. Desde el año 2006 a 2021, se han encontrado al menos 4 mil 839 fosas en el país, de las cuales, se exhumaron 8 mil 278 cuerpos, de acuerdo con las cifras oficiales.

En el acumulado de los últimos ocho años, las 2 mil 399 fosas (49.58 por ciento del total) fueron encontradas en Veracruz (629), Tamaulipas (528), Guerrero (459), Sinaloa (446) y Chihuahua (346).

Las mujeres incluso hasta se especializan en la búsqueda. Foto: Marco Ugarte, AP

CRECER BUSCANDO A UN SER QUERIDO

Milagros era una adolescente cuando tuvo que enfrentarse y padecer en carne propia la cruda realidad por la que pasaba su país: la desaparición de personas.

La joven platicó que ella comenzó con la búsqueda precisamente ante la indiferencia y la inacción de las autoridades cuando desapareció el primero de sus dos hermanos privados de la libertad.

“Yo empecé a los 14 años la búsqueda de mi primer hermano. Empecé a buscar a mi hermano a raíz de que las autoridades no hicieron nada por localizarlo, ni con vida o sin vida, y ver a mi mamá sufriendo día a día por no encontrar a mi hermano, fue lo que me llevó a comenzar una búsqueda junto con ella y unirme a colectivos o nosotros mismos crear los colectivos”, compartió.

A muy temprana edad cambió una etapa de adolescencia, de alegría por la búsqueda. “Sí ha sido una etapa muy difícil tener que estar viviendo todo esto, el tener que pasar todo esto a mi edad (menor)”, abundó.

Milagros indica que aún sigue en la búsqueda como una promesa entre los lazos cercanos que se crean en los colectivos, pero sobre todo porque considera que, al paso del tiempo, en los años que ella lleva en la lucha, las condiciones y situación para los familiares de personas desaparecidas no ha cambiado, a pesar de la rotación y promesas de nuevos gobiernos, ya que, la revictimización y violencia institucional es un problema que aún persiste.

“No hay un cambio, porque en los siete años que tengo buscando me he topado con autoridades que en lugar de ayudarte te revictimizan, te dicen que tu familiar andaba mal y por eso se lo llevaron. Esos aspectos (revictimización y la violencia institucional) sigue”, dijo.

La desaparición de personas en Sonora se disparó hasta un 195 por ciento a partir del año 2017, pues de 247 reportes registrados en 2016, para el siguiente año se registraron 792 reportes.

En el 2018 la cifra fue de 449; en 2019, 585; en tanto que en 2020 fueron 625 casos. El año anterior, de acuerdo con las cifras oficiales, el número de reportes descendió al reportar 77 casos y en lo que va del 2022 se han reportado tres desapariciones.

Sin embargo, las activistas, familiares de personas desaparecidas y defensores consideran que la cifra de personas desaparecidas en la entidad es mayor, ya que, indicaron que no todas las víctimas interponen denuncias ante el temor.

Rostros de desaparecidos tapizan Tijuana: son al menos 10,000 mexicanos y extranjeros

miércoles, marzo 9th, 2022

La Brigada Internacional terminó con su jornada de búsqueda de personas desparecidas y los resultados en Baja California dan esperanza a algunas familias.

Por Ernesto Eslava

Baja California, 9 de marzo (Zeta).– Los postes de la Zona Norte de Tijuana están tapizados con rostros de personas desaparecidas en México, Canadá y Colombia. En una de las jornadas más impactantes para la Brigada Internacional, los 150 voluntarios pegaron hojas con información de sus seres queridos, ausentes desde hace años.

Caminaron más de cinco kilómetros desde la Catedral de Tijuana hasta el Museo de Cera y en su trayecto colocaron las fichas que dejan testimonio de que alguien los espera en casa.

“Es un logro que haya tantas fichas de búsqueda de desaparecidos pegadas en la vía pública de la zona de tolerancia de Tijuana”, comentó Angélica Ramírez, coordinadora de la Brigada Internacional.

Casi un centenar de familiares de personas desaparecidas en todo México realizaron una brigada de búsqueda en la Zona Norte de Tijuana. Foto: Ernesto Eslava, Zeta.

“Nos deja un poco de satisfacción poder recorrer este lugar. Este lugar que para muchas mamás era imposible de recorrer, ahora recorrerlo y mirar la situación que está pasando aquí”, comentó Angélica a ZETA.

“Nos da la sensación de que algo esconden, ¿no?, algo esconden y nos dimos cuenta desde que ingresamos: que no hay jóvenes fuera de los lugares como hay esa costumbre en Tijuana. No hay ninguna joven fuera de lugar. Hoy no miramos jóvenes fuera de la calle de la Coahuila”, se cuestionó Ramírez.

“En venir a estos lugares, porque muchas de ellas vienen con la gran esperanza de encontrar a sus hijas en estos lugares, ya que han desaparecido, y muchas de ellas pudieran estar en trata de personas y en algún lugar como en estas fronteras. Ya sea aquí o en cualquier otra”, expresó, con la esperanza de que alguien reconozca a alguna de las desaparecidas y lo logren comunicar con su familia.

La jornada de búsqueda de desaparecidos terminó este viernes 4 de marzo, recorriendo zonas fronterizas de Sonora y Baja California. Fueron las ciudades de Mexicali y Tijuana en donde se encontraron los hallazgos más impactantes: en Mexicali, cinco osamentas y piezas óseas que serán analizadas por la Fiscalía; y en Tijuana el impacto de ver mujeres ofreciendo trabajos sexuales fuera de burdeles.

“En estos días de búsqueda, los últimos que encontramos fue el día 26 de febrero que en Mexicali nos encontramos al parecer tres osamentas completas y dos que todavía están en proceso de análisis si son osamentas humanas o no lo son”, comentó Angélica Ramírez.

Y es que el colectivo Brigada Internacional estima que hay diez mil personas desaparecidas en Baja California.

Personas de distintas nacionalidades y colectivos de búsqueda arribaron a Tijuana para recorrer distintos puntos de la ciudad fronteriza con la ilusión de encontrar a sus seres queridos. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro.

Yolsin Martínez Corrales recorrió la Zona Norte portando en el pecho la fotografía en tamaño carta de su hermana de Yalsín, desaparecida desde abril del 2010 en Acapulco, Guerrero. Las dos veces que su familiar se pudo comunicar con ella le dijo que estaba en un lugar peligroso de Tijuana, por lo que en años anteriores se buscó la forma de buscarla dentro de los antros, y este 1 de marzo de 2022 fue la tercera vez que acudía a la zona de tolerancia. No la dejaron entrar porque el acceso solo es para clientes; eso fue lo que le dijeron.

“Me puse con un negocio para repartir comida para poder entrar en algunos congales, pero luego luego me detectaron porque me les quedaba viendo mucho a las muchachas y ya no me dejaron regresar. He venido por la noche, vine en abril del año pasado, vine en el 2019 también y siempre he estado visitando esta zona… en el 2014 tuve noticias de ella de por acá y en el 2019 también”, recordó Yolsin Martínez Corrales.

BUSCA A SU HIJA COLOMBIANA

Lourdes Calderón tomó el micrófono y pidió la ayuda de los mexicanos para encontrar a su hija desaparecida en 2013. Ha recorrido al menos cuatro estados de la república sin éxito; es la primera vez que visita Tijuana, en donde entregó fichas de búsqueda para localizar a su descendiente.

Mujeres y hombres iniciaron la actividad en la canalización Del Río Tijuana , realizaron una caminata, pegaron fotografías y realizaron preguntas. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro.

“Ella vino como turista, pero no sabemos por qué motivo visitó Morelia. Nos habló y nos dijo dónde estaba, un lugar peligroso y que no podía hablar mucho. A mí me dio mucho desespero cuando me dijo eso y yo le dije ‘¿por qué estás en esa ciudad?’, me dijo: ‘me desconecto mamá que ya no puedo hablar’”, comentó Lourdes Calderón, madre de la colombiana Alia Vanezza Uribe Calderón, desaparecida en Morelia en 2013.

“A mi quien me ha dado apoyo es la Brigada Internacional, ellos me invitaron y pues yo acepté, claro. Pero ya no me han dado ningún respaldo las demás autoridades ni nada. Y para mí si ha sido muy duro porque ella me dejó dos niños. El grande está psicológicamente mal y el chico más o menos, pero ellos son los que no me dejan venir porque para ellos yo también me desaparezco y que ellos se quedan solitos”, lamentó.

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Ante el tamaño de la tragedia, las familias son clave para localizar desaparecidos

jueves, marzo 3rd, 2022

Existe un protocolo oficial de búsqueda que las autoridades no aplican. Ninguna dependencia buscó a los jóvenes de forma inmediata tras su desaparición y a las familias ni siquiera les dan una copia de la denuncia.

Por María Verza

CIUDAD MANTE, México, 3 de marzo (AP).— Graciela Pérez se sienta con las nuevas familias de desaparecidos y la angustia se apodera de ella al escuchar sus historias todas diferentes, todas iguales a las de cientos, a la suya.

Los desaparecidos en México podrían sumar la población de una pequeña ciudad. Cuando llegaron los primeros datos oficiales, en 2013, las autoridades hablaban de 26 mil. Seis años después ya eran 40 mil y ahora la cifra del Gobierno se acerca vertiginosamente a los 100 mil.

Detrás de cada uno hay una familia que sufre y cada semana se suman nuevos nombres.

Graciela Pérez, fundadora de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos. Foto: Marco Ugarte, AP.

La inacción de las autoridades hizo que los afectados se unieran para ayudarse mutuamente y así fueron surgiendo colectivos de búsqueda por todo el país.

En Ciudad Mante, en el fronterizo estado de Tamaulipas, Pérez fundó Milynali Red cuando en 2012 desapareció su hija Milynali al volver en automóvil desde Houston con cuatro familiares.

Desde entonces, su grupo tiene registrados 320 desaparecidos y ha logrado que se identifiquen los restos de 16 personas. Ninguno de los familiares de Pérez ha aparecido todavía, ni vivo, ni muerto.

Ninguna autoridad buscó a los jóvenes de forma inmediata tras su desaparición. Foto: Marco Ugarte, AP.

Elizabeth Meléndez reconoció que hasta que no desapareció en diciembre su hijo Javier Alexis, un profesor de 26 años, no se había dado cuenta de que “hay otro mundo que no quieres ver pero está ahí enfrente”. Individuos armados lo sacaron de su casa ante los ojos del abuelo inmovilizado con un arma en su cabeza.

La mujer logró comunicarse por teléfono con su hijo que le rogó que retirara la denuncia -que todavía no había interpuesto- y que así lo dejarían ir.

En un sofá contiguo de la sede de la organización, junto a un tendedero de retratos de desaparecidos, Salvador Indalecio Morales relató cómo su hijo Alan regresaba de cortar naranjas con su niño de siete años cuando desapareció con otras cuatro personas en octubre. En mitad de su discurso señaló una de las fotografías. “Yo conviví con él”, dijo sobre uno de los desaparecidos. En otra pancarta reconoció a un vecino.

A uno de los jóvenes que se llevaron con su hijo lo soltaron unos días después, pero Morales no ha podido cruzar una palabra con él, a pesar de que es su sobrino, porque le advirtieron que si lo hacía sufriría graves consecuencias En tierra de cárteles, no hacen falta más palabras.

Pese a que existe un protocolo oficial de búsqueda no se aplicó ni con Morales ni con Meléndez. Ninguna autoridad buscó a los jóvenes de forma inmediata tras su desaparición y a Morales ni siquiera quisieron darle una copia de la denuncia.

Prácticas como éstas no son extrañas aunque van contra la ley. A dos horas de Mante, en la capital de Tamaulipas, ocurrió algo parecido en enero cuando funcionarios le pidieron a una mujer volver cuando hubieran pasado 72 horas sin contacto con su familiar ya que estaban muy ocupados con otras tres desapariciones.

En Milynali Red también aparecen casos antiguos como el de María Rosario Nava, que lleva una década buscando un cadáver. Su hermana Norma Elizabeth desapareció cuando salió a comprar pañales. A los 15 días, las autoridades le mostraron las fotografías de un cuerpo con unos tatuajes inconfundibles: era ella. Sin embargo, no le entregaron el cadáver. El Ministerio Público (MP) le dijo que estaba incompleto y que tenía que hacer pruebas de ADN.

“Yo le dije [al oficial] ‘a mí póngame lo que usted tenga y yo se la armo'”, suplicó la mujer. Las pruebas genéticas nunca llegaron. El cuerpo tampoco.

Este mes se enteró de que Tamaulipas está tratando de “ordenar” las fosas comunes para trasladar los restos no identificados pero ya procesados a nuevos y modernos panteones donde podrán ser fácilmente ubicados si aparece un familiar y hay una coincidencia de ADN. Fue entonces cuando acudió al colectivo de Pérez a pedir consejo.

Las autoridades mexicanas finalmente han reconocido la magnitud del problema de los desaparecidos, pero persisten los vicios del pasado cuando llegan nuevos casos.

Graciela Perez, fundadora de la Red Milynali, examina la tierra de una fosa clandestina. Foto: Marco Ugarte, AP

Por eso, con paciencia abrumadora, las familias siguen saliendo a buscar, a sacar huesos de entre las piedras. Es una especie de terapia con la que sienten que están haciendo lo que deben aunque corran riesgo. En julio, dos buscadores fueron asesinados: una mujer en Sonora -en el norte- y un hombre en Zacatecas, en el centro del país.

Pérez aseguró que gracias al esfuerzo de las familias ha habido avances, pero el problema está lejos de resolverse.

“Sigue habiendo desapariciones lo que significa que la inseguridad y lo que yo llamo complicidad, omisión o colusión de los gobiernos con grupos delincuenciales no se acaba… lo cual me parece aterrador”, sostuvo.

Brigadas remueven cenizas para sacar pistas de casi 100 mil mexicanos desaparecidos

lunes, febrero 28th, 2022

ADVERTENCIA: IMÁGENES FUERTES

Según datos de la Auditoría Federal de la República, de las más de mil 600 investigaciones abiertas en la fiscalía federal por desapariciones forzadas -a manos de las autoridades- o individuales -a manos de los cárteles- ninguna llegó a los tribunales en 2020.

NUEVO LAREDO, México (AP) — Un pie quemado pero todavía con tejido dio una pista clara: esta casa en ruinas junto a la frontera con Estados Unidos, con techos calcinados, impactos de bala y marcas de hachazos en el suelo había sido utilizada para hacer desaparecer personas hasta fechas recientes.

Después de casi seis meses de trabajo, los peritos no se atreven a estimar cuántas personas pudieron haber sido desaparecidas en este “sitio de exterminio” de Nuevo Laredo. En una pequeña habitación, la masa compactada de restos humanos y escombros llegaba a unos 50 centímetros de altura.

Todavía hay incontables trozos de huesos humanos esparcidos en los más de siete mil metros cuadrados del árido rancho y alambres retorcidos que aparentemente fueron usados para atar a las víctimas.

Alejandro López, parte de un colectivo de familiares que buscan personas desaparecidas, tamiza la tierra extraída de una fosa clandestina en un campo en las afueras de Ciudad Mante. Foto: Marco Ugarte, AP

Cada día, los peritos guardan todo lo que encuentran -huesos, botones, aretes, trozos de ropa- en bolsas de papel en las que detallan el contenido: “Zona E, Punto 53, I Cuadrante. Fragmentos de restos óseos con exposición al fuego”.

Al llegar al servicio forense de la capital de Tamaulipas, las bolsas apiladas en cajas esperan su turno junto a otros restos. Tendrán que pasar meses hasta que sean analizadas porque hay pocos recursos y demasiados fragmentos, demasiados desaparecidos, demasiados muertos.

La casa de Nuevo Laredo, a la que The Associated Press tuvo acceso, es la más dolorosa evidencia de la magnitud del fenómeno de los casi 100 mil desaparecidos de México, las 52 mil personas sin identificar en morgues y cementerios y los miles de restos calcinados que sólo pueden cuantificarse por kilos. Y estas cifras no dejan de crecer.

“Sacamos un caso y nos llegan 10”, se lamentó Oswaldo Salinas, jefe del equipo de identificación de la fiscalía de Tamaulipas.

Tampoco hay avances en la justicia. Según datos de la Auditoría Federal de la República, de las más de mil 600 investigaciones abiertas en la fiscalía federal por desapariciones forzadas -a manos de las autoridades- o individuales -a manos de los cárteles- ninguna llegó a los tribunales en 2020.

Una vista aérea del Panteón Forense en las afueras de Ciudad Mante, estado de Tamaulipas, el miércoles 2 de febrero de 2022. Foto: Marco Ugarte, AP

Sin embargo, el trabajo forense continúa. Se trata de encontrar respuestas, aunque sólo sea para la familia de alguna víctima.

En medio de la devastación una perito sonríe: acaba de encontrar un diente sin calcinar, un tesoro donde todavía puede haber ADN.

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Al recorrer por primera vez los últimos 100 metros del camino de terracería hasta llegar a la casa de Nuevo Laredo, Jorge Macías, titular de la comisión estatal de búsqueda, y su equipo tuvieron que ir cortando la maleza a la vez que levantaban los restos óseos que hallaban para no destruir evidencias. También encontraron un barril metálico tirado en un bebedero, palas y un hacha con restos de sangre. De fondo, se oían los disparos de un enfrentamiento.

Casi seis meses después todavía hay unos tres mil metros cuadrados del rancho sin procesar.

La casa en ruinas ya está vacía pero tiene cuatro zonas renegridas, cuatro puntos de cremación. En lo que pudo ser un baño los peritos tardaron tres semanas en levantar cuidadosamente la masa compacta de restos humanos, concreto y llantas derretidas, explicó Salinas, encargado de los trabajos en el lugar. Todavía hay marcas de grasa en las paredes.

Un miembro de la Guardia Nacional custodia a un grupo que busca a familiares desaparecidos en las afueras de Ciudad Mante, estado de Tamaulipas, México, el martes 1 de febrero de 2022. Foto: Marco Ugarte, AP

Macías encontró la casa en agosto cuando buscaba a más de 70 personas a las que se les perdió la pista en la primera mitad de 2021 en un punto de la autopista que une esta ciudad con Monterrey, la de mayor trasiego comercial entre México y Estados Unidos.

El lugar se conoce como el kilómetro 26. Es una frontera invisible, la puerta de entrada al reino del Cártel del Noreste, una escisión de los antiguos Zetas.

En pequeñas construcciones junto a la carretera hay puestos que venden café y comida. También combustible robado, facturas falsas y droga para evitar el sueño al volante. Celulares anónimos graban a cualquier visitante que ven sospechoso. Más al norte, la carretera está flanqueada por postes de luz con impactos de armas de grueso calibre.

La mayoría de los desaparecidos aquí eran camioneros y taxistas pero también había al menos una familia y algunos ciudadanos estadounidenses. Una decena fueron localizados con vida.

Según explicó en julio Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), las desapariciones parecían estar relacionadas con una disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación, que quiere entrar en la zona, y el del Noreste. No está claro si esas personas hacían traslados ilegales, por ejemplo de migrantes, si sus vehículos fueron confundidos o si la intención era simplemente generar terror.

Graciela Pérez, fundadora de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos, se seca las lágrimas durante una entrevista. Foto: Marco Ugarte, AP

El fenómeno de las desapariciones en México estalló en 2006 con la guerra frontal contra los cárteles. Durante años el gobierno miró para otro lado mientras la violencia vinculada al crimen organizado crecía y los familiares de los desaparecidos se veían forzados a convertirse en detectives.

Gracias a su incansable lucha en 2018, al final de la anterior administración, se aprobó una importante ley de la que surgieron nuevas instituciones con este gobierno. Primero se creó la CNB, a la que siguieron comisiones locales en cada estado; se aprobó un protocolo sobre cómo buscar de manera efectiva y separar los trabajos de búsqueda de la investigación criminal y más recientemente nació el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense, un ente temporal e independiente con apoyo de Naciones Unidas con el que se espera agilizar el trabajo pericial pendiente desde hace años.

El número oficial de desaparecidos se elevaba el domingo a 98 mil 356. Sin haber vivido las guerras civiles ni las dictaduras militares de otros países latinoamericanos, esta cifra sólo es superada en la región por Colombia, un país marcado por cinco décadas de conflicto armado interno.

María rosario Nava durante una entrevista en las oficinas de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos. Foto: Marco Ugarte, AP

México tiene, además, una peculiaridad: su problema tiene principio pero no fin. Se busca a quien desapareció en los años 60 y que al que se perdió hoy, incluidos los migrantes que cruzan el país.

El Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador fue el primero en reconocer públicamente la magnitud del problema, en hablar de “sitios de exterminio” -un concepto que no es legal pero que tiene gran calado político- y el primero en buscar activamente a los desaparecidos.

El propio mandatario garantizó en 2019 que no faltarían recursos para esta labor. Sin embargo, la CNB, que iba a tener 352 empleados este año, sigue con 89. La que lidera Macías, con presupuesto para 22, sólo ha cubierto una docena de plazas. No es cuestión de dinero, sino que los trabajadores no han pasado los controles de confianza.

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Las desapariciones son consideradas el crimen perfecto porque sin cuerpo no hay delito. Y los cárteles son especialistas en encargarse de que no haya cuerpo.

Graciela Perez, fundadora de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos, examina la tierra de una fosa clandestina. Foto: Marco Ugarte, AP

“Si un grupo delincuencial tiene el control total de una zona hacen lo que llamamos ‘cocinas’, porque se saben cómodos”, explicó Macías. “En áreas que no son de ellos y donde los contrarios pueden detectar con facilidad el humo, hacen fosas”.

Según el comisionado, todos los cárteles operan de forma similar. La historia reciente de México lo confirma.

En 2009, en la otra punta de la frontera, un operador del Cártel de Tijuana confesó haber “cocinado” en sosa cáustica a 300 víctimas de ese grupo. Ocho años después, un informe de un centro de investigación público mostró que durante años lo que oficialmente era una cárcel en realidad era un centro de operaciones e incineración de los Zetas en Piedras Negras, en el centro de la frontera con Estados Unidos.

El recuerdo del mayor lugar de estas características de Tamaulipas, “La Bartolina” -que significa calabozo-, un área lacustre en la desembocadura del Río Bravo controlada por el Cártel del Golfo, todavía sobrecoge al comisionado Macías. La primera vez que fue vio “pelvis, cráneos, fémures, todo ahí tirado… Me dije, ‘no puede ser’, no daba crédito”.

La Fiscalía federal sigue trabajando en el lugar de donde se han recuperado ya más de 500 kilos de restos óseos. Había reportes periodísticos sobre “La Bartolina” desde 2016, pero cuando Macías llegó hace unos cuatro años “oficialmente el sitio no existía”.

Según los servicios periciales estatales, en Tamaulipas se han localizado unos 15 “sitios de exterminio” y numerosas fosas clandestinas.

Salvador Morales sostiene una carpeta con la fotografía de su hijo desaparecido, Alan Morales, durante una reunión de la Red Milynali, un colectivo de familias que asisten en la búsqueda de familiares desaparecidos. Foto: Marco Ugarte, AP

En 2010 impactó el descubrimiento de 191 cuerpos enterrados en una de las rutas de los migrantes que cruzan este estado hacia la frontera estadounidense. Siguió el hallazgo de muchas más fosas de una a otra esquina de México. El caso de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 en el sureño estado de Guerrero, todavía sin esclarecer, demostró la complicidad entre el crimen organizado y las autoridades. Sólo tres de los jóvenes han sido identificados gracias a fragmentos óseos quemados.

La mayoría de estos lugares se han localizado gracias la perseverancia de las familias que buscan en cada cerro cualquier pista o a mensajes anónimos, a veces de la propia delincuencia. En casi todos los estados se han organizado en grupos y desde hace pocos años cuentan con el apoyo de las autoridades.

Macías explicó que su equipo suele hacer un trabajo de mapeo que cruza con la historia del momento en el que se produjeron los hechos para ir ubicando o descartando lugares.

En el caso de Nuevo Laredo, una llamada al número de emergencias ofreció información valiosa. Todavía se desconoce desde cuándo fue utilizada esa casa como crematorio pero, comparando las imágenes satelitales, se aprecia una zona quemada en su tejado desde 2018.

Un técnico fotografía fragmentos de huesos en el laboratorio forense de Ciudad Victoria, México. Foto: Marco Ugarte, AP

Para las familias localizar estos lugares supone una mezcla de esperanza y dolor.

“Se juntan mucho las emociones”, dijo una mujer que busca a su esposo desde 2014 y a quien le desaparecieron después dos hermanos. Como miles de familiares en el país, ha hecho de la búsqueda un compromiso de vida. “Te da gusto por encontrar, pero al momento de ver las cosas así te da el bajón”, agregó con la voz quebrada.

La buscadora, que pidió no ser identificada por razones de seguridad, estuvo presente en dos de los tétricos hallazgos de 2021. Cuando entró al de Nuevo Laredo con el equipo de Macías sólo pudo llorar.

Unos meses antes había encontrado el lugar donde ella cree que están sus seres queridos, en el centro del estado. Acompañada también de la comisión de búsqueda y custodiados por la Guardia Nacional se internaron en el monte en busca del narco-campamento que finalmente localizaron.

“Yo no estoy bien psicológicamente después de eso”, afirmó mientras mostraba las fotos de las profundas fosas donde los criminales ocultaron los restos calcinados, algunos entre alambres de púas. En ese punto se recogieron cerca de un millar de dientes, afirmó.

Un perito forense sostiene un fragmento de mandíbula quemada encontrada en un rancho, calificado por las autoridades como “sitio de exterminio”. Foto: Marco Ugarte, AP

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En la jornada 40 de trabajo en el sitio de Nuevo Laredo manos enguantadas van cribando la tierra y separando los restos humanos que encuentran: un trozo de mandíbula, fragmentos de cráneo, una vértebra.

El trabajo es duro. Los peritos limpian la maleza para luego escarbar enfundados en sus monos blancos, algunos días casi helando y otros con 43 grados centígrados. Siempre están custodiados.

La seguridad preocupa. Aunque la búsqueda y la investigación van por caminos separados y los cárteles parecen menos preocupados por quienes consideran que sólo buscan huesos, nadie sabe qué hallazgo puede convertirse en una prueba de cargo. Por eso, antes de ponerse el sol, los peritos se atrincheran en una casa de seguridad de la que no salen hasta la mañana siguiente.

La violencia se desbordó en Tamaulipas en 2010. Entonces la morgue de la capital del estado tenía espacio para resguardar adecuadamente seis cadáveres. En un solo evento ese mismo año masacraron a 72 migrantes.

Los dientes recuperados por técnicos forenses son recogidos en una pantalla durante una excavación en un terreno conocido como “sitio de exterminio” del cártel, en las afueras de Nuevo Laredo, México. Foto: Marco Ugarte, AP

En el estado hubo incineraciones no autorizadas, cuerpos entregados a familias equivocadas y ataúdes llenos de tierra, denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En otros puntos del país la crisis forense emergió años después, como cuando un camión se paseó durante semanas por la capital de Jalisco con 273 cadáveres porque no había lugar dónde ponerlos.

Pedro Sosa, director de los servicios periciales de Tamaulipas, reconoció que su forma de trabajar cambió radicalmente en 2018 con la conformación del equipo de identificación. “Si no hubiera llegado la ley ya se hubiera entregado todo esto y quizás de manera errónea”, admitió. Pero no dan abasto. “Una antropóloga forense en todo el estado no es compatible con todo este trabajo”.

Los restos de Nuevo Laredo pueden tardar cuatro meses en ser limpiados y procesados hasta llegar al laboratorio de genética o más si llega algo urgente, como pasó con las casi 20 personas -la mayoría migrantes- calcinadas en un ataque cerca de la frontera en enero de 2021.

Aunque se logre sacar el ADN, la identificación puede estar lejos porque ese perfil sólo se cotejará de forma automática con los registros de Tamaulipas ya que no existe todavía un banco genético federal.

Peritos forenses excavan en un terreno donde un número indeterminado de personas fueron cremadas en las afueras de la ciudad de Nuevo Laredo. Foto: Marco Ugarte, AP

Además, pueden pasar años para que se suba a una de las pocas bases de datos nacionales que recibe información sobre los buscados y los restos sin nombre y que, aunque no contiene información de ADN, sí podría facilitar algo ciertas identificaciones. En 2020, según la auditoria de la federación, este sistema solo tenía 7.600 registros de desaparecidos y unos 6.500 de fallecidos, una gota en un océano de incertidumbre.

Aunque la ley establece la creación de un sistema donde las diferentes bases de datos puedan interactuar eso no existe todavía, explicó Marlene Herbig, del Comité Internacional de la Cruz Roja. Cada registro -de huellas, de nombres, los varios genéticos que existen- es como un archipiélago donde la información pasa de una isla a otra de forma cuando hay peticiones concretas pero no existen puentes que las conecten de forma automática.

Pese a que acaba de crearse el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense, nadie se atreve a aventurar cuántos recursos se necesitarán o cuántos años tomará ver sus resultados. Herbig indicó que un instrumento similar que operó en la isla mediterránea de Chipre tardó 10 años en identificar a 200 personas desaparecidas en el conflicto entre Grecia y Turquía durante la segunda mitad del siglo XX.

“Este tema es un monstruo”, aseguró el comisionado Macías.

Familias de desaparecidos se unieron en Puebla para encontrar a sus seres queridos

lunes, febrero 28th, 2022

En Puebla hay más de 2 mil 500 personas desaparecidas que son buscadas por sus familiares. Ellos están moviendo a todo el aparato estatal para lograrlo. Hasta hace cuatro años era impensable una organización ciudadana por el alto índice de violencia que aún azotan varias regiones del Estado.

Puebla, 28 de febrero (A Dónde Van Los Desaparecidos).- “Siempre me imaginé que cuando él regresara iba a hacerle una fiesta, la fiesta más grande de mi pueblo. Y como no tengo dinero, dije, pues va a ser de traje. Y que él iba a entrar aquí, que iba a haber música, y que íbamos a platicar y reírnos, y que todo esto que pasamos todos estos años iba a ser como… como un mito, que lo íbamos a ver como algo casi irreal”, dice María Luisa Núñez Barojas mientras mira hacia un punto invisible en el horizonte en el patio de su casa. Entrecierra levemente los ojos, deteniéndose en un instante entre la alegría y la nostalgia.

Es sábado, después de mediodía, y por fin tiene unos minutos de calma desde el 28 de abril de 2017: ese día fue el último que vio a su hijo mayor Juan de Dios Núñez Barojas, justo una semana antes de la fecha en la que el muchacho de 23 años iba a casarse.

El joven estaba con sus amigos Abraham y Vicente Basurto Linares, regresaban de Tecamachalco hacia su pueblo Tehuitzo, en Palmar de Bravo, en el centro del estado de Puebla. Cerca de las nueve y media de la noche María Luisa escuchó a su hijo contarle por teléfono sobre un retén en la carretera y la promesa de llegar pronto a casa apenas pasaran ese retraso. Para que ese momento llegara pasaron cuatro años, 9 meses y 21 días.

Tehuitzo es un pueblo muy pequeño, en el corazón del municipio de Palmar de Bravo en la zona conocida como “triángulo rojo”, una de las más violentas y peligrosas de Puebla, sobre todo durante los últimos años por ser un foco rojo por el robo de combustible en ductos de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos, crimen conocido también como huachicol. Ese delito estalló en este estado antes de intensificarse en otras entidades como Hidalgo y Guanajuato, donde ahora arrecia la violencia por grupos criminales.

Tehuitzo se encuentra a unos cien kilómetros de la capital poblana, en los límites con el estado de Veracruz. Crédito: Marcos Nucamendi/ A Dónde van los Desaparecidos

Durante el periodo del exgobernador Rafael Moreno Valle (2011-2017) el robo de combustible escaló tanto que puso a Puebla como una de las entidades mexicanas con mayor problema por reportes de tomas clandestinas halladas para extraer combustible. Lo peor fue la violencia implícita con ese delito. Los grupos dedicados al huachicol replicaron las lógicas del crimen organizado, ‘peleándose las plazas’ y generando violencia en todos los niveles. Hubo desde enfrentamientos en las calles hasta asesinatos y desapariciones.

Para 2017 la inseguridad relacionada con el huachicol ya dejaba estragos en Puebla, pero ni las autoridades ni la sociedad reconocían el crecimiento de violencia. El 4 de mayo de ese mismo año, en Quecholac, municipio vecino de Palmar de Bravo, el Ejército asesinó a un hombre al que presentaron como presunto huachicolero, eso provocó una amplia investigación e incluso una recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, evidenciando por primera vez a nivel nacional lo que estaba ocurriendo.

En ese año fue desaparecido Juan de Dios, pero en Puebla no se hablaba del fenómeno que ya había carcomido a una buena parte del país desde 2010, cuando el entonces presidente Felipe Calderón le declaró la guerra al crimen organizado: la desaparición de personas. Hoy en día el dolor de tener a un ser querido desaparecido alcanza a cerca de cien mil familias en México, de acuerdo con cifras oficiales.

En ese entonces el discurso oficial en el estado era de total paz y prosperidad; el Gobernador Moreno Valle insistía en promocionar una Puebla segura, alejada de todo el caos que reinaba ya en otras entidades colindantes como Veracruz y Guerrero, donde se reportaban enfrentamientos entre grupos criminales de manera diaria en noticieros y periódicos. Tenía un amplio control de los medios y sus agendas mediante contratos de publicidad oficial, así que las desapariciones y los asesinatos no eran ni siquiera un secreto a voces.

María Luisa ha contado innumerables veces la historia de cuando Juan de Dios, Abraham y Vicente desaparecieron, y de cómo por más que buscaba no encontró ayuda. Casi un año después, el 10 de mayo de 2018, fecha en la que cada año miles de madres de personas desaparecidas marchan en la Ciudad de México exigiendo justicia para sus hijos e hijas, ella y Lucía, mamá de Abraham y Vicente, arrebatadas por la desesperación y el silencio, caminaron “como locas”, dice, por una de las avenidas más transitadas de Puebla hasta la sede de la Fiscalía General del Estado en la ciudad de Puebla, cerca del Centro Histórico.

Un año más tarde se repitió la acción, en el zócalo de la ciudad. “Nada que celebrar”, la consigna de aquel 10 de mayo de 2019. Crédito: Marlene Martínez/A Dónde van los Desaparecidos

La mujer de cabello castaño, estatura corta, lentes y voz firme, ha contado una y otra vez cómo tocó todas las puertas sin éxito y cómo nadie hablaba de las desapariciones, que no había ayuda, ni instituciones especializadas, ni colectivos: en Puebla las desapariciones no existían en la agenda estatal. En su búsqueda, María Luisa se encontró con la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), quienes la orientaron y finalmente le impulsaron para formar su propio colectivo.

Así nació la Voz de los desaparecidos en Puebla un 30 de agosto de 2018, con dos familias en búsqueda de tres muchachos. Este colectivo aglutina a más de cien familias con personas desaparecidas en prácticamente todo el estado. En ese tiempo no había otra organización igual a nivel local, nadie hacía búsquedas, nadie acompañaba a las familias.

De ese 30 de agosto de 2018 al día de hoy, Puebla figura ya en los reportes oficiales de la Secretaría de Gobernación federal entre los estados con mayor número de mujeres, niñas, niños y adolescentes desaparecidas, y las desapariciones ya están en la agenda obligada a discutir, pero no fue fácil. La lucha que inició María Luisa Núñez ahora la comparten cientos de familias en todo Puebla. No se puede ignorar los más de 2 mil 543 casos de personas sin regresar a casa, según datos oficiales.

Cuando la Voz se creó no había Fiscalía Especializada en materia de desaparición de personas: sólo cuatro agentes del Ministerio Público para atender los casi 4 mil 200 casos registrados hasta diciembre de 2017. Tampoco había una Comisión Estatal de Búsqueda, ni una ley local en la materia. Obtener datos tan básicos y necesarios como la sábana de llamadas y mensajes para encontrar pistas de los últimos lugares donde usaron los teléfonos de las víctimas tomaba a las autoridades hasta un año.

En ese entonces lo común en las agencias del Ministerio Público era hacer esperar a las familias hasta 72 horas para poder denunciar una desaparición, mientras estas deambulaban solas peregrinando de dependencia en dependencia sin tener claridad de qué pasos seguir para buscar a sus seres queridos.

Buscando a Juan de Dios, su mamá empezó a darse vivió todos esos obstáculos, y en las diligencias encontraba a otras familias que pasaban por lo mismo: ahí les empezaba a orientar, aconsejar, contarles posibles rutas de acción y se fueron uniendo más y más; sin querer se volvió una suerte de guía para muchas personas y, a su vez, ellas fueron aprendiendo y acompañando a otras más, se fue corriendo la voz. María Luisa ya no buscaba sola, y las familias que se iban encontrando, tampoco.

Un año después de haberse creado el colectivo, las 40 familias que lo integraban hicieron una movilización en el zócalo de Puebla. En 2020, en plena pandemia, cuando conmemoraron dos años de existencia, reunieron a más de medio centenar en el mismo lugar, en el asta bandera del zócalo de la capital poblana, donde también se acercaron otras personas solidarias para tratar de colaborar de manera voluntaria con las familias. El movimiento cada vez se hacía más grande.

Luego de meses de confinamiento por la pandemia, el colectivo decidió salir a las calles. Crédito: Marcos Nucamendi/A Dónde van los Desaparecidos

Para 2021, luego de tres años de marchas, movilizaciones, mesas de trabajo y una lucha sin tregua por parte de Voz de los desaparecidos, en Puebla ya nadie podía ignorar las desapariciones. Durante todo ese tiempo la organización empezó a afinar sus métodos de búsqueda al lograr reunir información para localizar sitios donde posiblemente están los restos de las personas desaparecidas. También lo han hecho para encontrar a personas con vida.

Junto con académicas y especialistas de la Universidad Iberoamericana construyeron un proyecto de ley local en materia de desaparición de personas, el cual fue revisado por personas expertas nacionales e internacionales y presentado en 2021 en el Congreso local con el compromiso del entonces líder del Poder Legislativo de aprobarlo.

Pero eso no ocurrió: la Cámara le dio la espalda al colectivo evitando tocar el tema en el Pleno. A raíz de las negativas de los legisladores, las familias decidieron hacer un plantón afuera de la sede parlamentaria, en el corazón del Centro Histórico de Puebla, donde cualquier persona podría verles y enterarse de lo que pasaba con un tema que ya suponía una crisis para este estado.

Las familias mantuvieron el plantón durante 45 días. En la foto está Mayela Vargas, madre de Claudia Morales Vargas, desaparecida en 2016. Crédito: Alexia M. Montalbán/A Dónde van los Desaparecidos

El plantón obligó a toda la sociedad a voltear a ver no sólo al colectivo, sino a las desapariciones: era imposible ignorar una calle a dos cuadras del zócalo cerrada, en la cual vivieron durante un mes decenas de familias con lonas, pancartas y playeras con fotografías impresas de sus seres queridos, donde constantemente organizaban talleres, eventos culturales, y recibían personas curiosas y también solidarias.

La presión sirvió y la ley se aprobó, no como ellas la habían propuesto, y con varias cosas que afinar, pero finalmente el Congreso cedió y el plantón se levantó un día antes del tercer aniversario de Voz de los desaparecidos en Puebla.

Para ese entonces María Luisa no sabía que Juan de Dios pronto regresaría a casa.

RECORDAR LA ALEGRÍA

La mamá de Juan de Dios es abogada y ahora también activista y acompañante de decenas de familias. Su rostro ha pasado a ser una constante en los medios y redes cada vez que desaparece alguien, que hay una marcha, el aniversario de una desaparición, alguna denuncia pública.

“Todo este camino ha sido de mucho dolor y coraje”, lo dice mientras está de pie a unos pasos del féretro de su hijo, pero ahora lo que quiere es recordar la alegría. Cuando su hijo nació, ella prácticamente tuvo que criarlo sola; en aquel tiempo ese bebé era muy arrugadito, como un topo, dice mientras sonríe.

Sobre el féretro, la mamá de Juan de Dios colocó su sombrero de gala, su fotografía y una bebida, para brindar con los presentes. Crédito: Marcos Nucamendi/A Dónde van los Desaparecidos

Desde que entró a la misma casa donde ahora lo están despidiendo, fue la luz del hogar, el primer nieto, el consentido, el más alegre. Alegría es la palabra que María Luisa más repite al contar sus anécdotas familiares, mientras recuerda los chistes del muchacho, de cómo le encantaba la música y las bromas, el baile, la fiesta, de cómo disfrutaba vivir.

Ese joven que en las fotos siempre sale con sombrero y camisa, no será recordado sólo por ser un faro de júbilo para su familia y amistades, sino también un faro para alumbrar la oscuridad en la que estaban los desaparecidos en Puebla. Su desaparición impulsó a María Luisa a luchar hasta encontrarlo, y hasta encontrar a todos los demás que faltan. Eso ella lo tiene muy claro: no va a parar, y no va a dejar a sus compañeras del colectivo. Lo dice y sonríe con complicidad, porque ahora sabe que la lucha vale la pena. Que todos los esfuerzos, las búsquedas, la insistencia, la unión, la resistencia lo vale: hoy Juan de Dios ya está en casa.

EL CAMINO DE TEHUITZO

La invitación que circulaba por WhatsApp sólo decía que el colectivo Voz de los desaparecidos daría una rueda de prensa el viernes 18 de febrero de 2022 a las 13:30 horas afuera de la Fiscalía de Puebla. Al menos una hora antes empezaron a reunirse personas con playeras de la organización; algunas llegaron con globos blancos, otras con rosas, flores y pancartas, pero nadie decía qué estaba pasando.

Fue casi hasta las tres de la tarde cuando finalmente salieron María Luisa y Lucía, paradas en el mismo lugar donde hace casi cuatro años se plantaron tras marchar por primera vez en Puebla, pero esta ocasión no para exigir justicia, sino para decirle a periodistas que finalmente Juan de Dios, Abraham y Vicente iban a regresar a casa.

María Luisa y Lucía, mamás de Juan de Dios, Abraham y Vicente, afuera de la Fiscalía General del Estado luego de finalmente recibir los restos de sus hijos. Crédito: Marcos Nucamendi/A Dónde van los Desaparecidos

Sus restos fueron encontrados meses atrás, gracias a las investigaciones de las mamás de los tres jóvenes, pero el proceso de identificación fue largo y complejo debido a la falta de personal en la Fiscalía y en el Servicio Médico Forense, a la exagerada burocracia y a la falta de voluntad política para invertir en agilizar los procesos de identificación de personas.

Ahí, afuera de la Fiscalía, en el mismo lugar donde tantas veces se han manifestado exigiendo justicia, estaban familias del colectivo como la de Nadia Guadalupe Morales Rosales, Edwin Ariel Reyes Tlalolini, Galilea Cruz Aguayo, Lily y Sergio Rueda Daniel, Claudia Morales Sánchez, Rodrigo Sánchez Juárez, Brandon Ramírez Ayuso, José Martín Jiménez y Sergio Barrios Herrera acompañando a las mamás de Abraham, Vicente y Juan de Dios.

Las mamás de Juan de Dios, Abraham y Vicente fueron recibidas por decenas de integrantes del colectivo y personas solidarias. Crédito: Marcos Nucamendi/ A Dónde van los Desaparecidos

Otras no pudieron ir hasta Palmar de Bravo, pero estuvieron esperando afuera de la Fiscalía para recibir a los tres jóvenes entre porras, gritos y abrazos. Antes del atardecer, la fila de vehículos salió rumbo a la autopista para llevar a los tres muchachos a casa.

Cuando el ataúd en el que se encontraba Juan de Dios entró al pueblo, la gente lo esperaba y caminaron hasta la casa de la familia Núñez Barojas, donde ya había un grupo con guitarras y acordeón cantando, con su foto al fondo; los restos de Abraham y Vicente siguieron su camino, rumbo al municipio vecino de Cañada Morelos.

Durante toda la noche sonaron canciones de amor, de fiesta, y no sólo cantó el conjunto que contrataron para amenizar el velorio sino también uno de los tíos del muchacho. Las familias del colectivo bailaron varias canciones con María Luisa, pausando por momentos el llanto y logrando que la despedida se convirtiera verdaderamente en la fiesta que la mamá de Juan de Dios soñó para recibir a su primogénito. Durante unos minutos la fundadora del colectivo tomó entre sus brazos la foto de su hijo y bailó, mientras sus compañeras y compañeros la acompañaban moviendo los pies y las caderas al ritmo del acordeón y la guitarra. Algunas canciones se escuchaban con más fuerza, con las voces de todos cantando a coro:

“La vida es prestada y hay que disfrutarla

Como más te guste y te pegue la gana

Porque la huesuda no tiene respeto

Se lleva de todo, agarra parejo”

“Mi último deseo”, “Cruz de madera”, “Me voy” y “Descansa mi amor”, algunas de las canciones interpretadas por el conjunto. Crédito: Marcos Nucamendi/A Dónde van los Desaparecidos

El patio de la casa de los Núñez Barojas es amplio y descubierto, así que el aire se cuela todo el tiempo; para el fin de semana rentaron una lona naranja y amarilla pero no cubría del todo, dejaba un espacio vacío con una franja donde se ve claro el horizonte cubierto por una línea de turbinas eólicas, a un lado del Pico de Orizaba.

Tehuitzo es casi un llano flanqueado por montañas bajas, es muy frío y el aire no deja de pegar con fuerza, a veces tanta que por las tardes se llena de nubes y la neblina baja casi hasta la falda de uno de los cerros empedrados y salpicados de cactus. En el portón verde despintado de la casa fue colgada una lona con la ficha de búsqueda de Juan de Dios, pero ahora con la leyenda “localizado”, anunciando el esperado regreso desde hace casi cinco años.

“No como quisiéramos”, dice María Luisa. “Es una sensación agridulce, pero al menos ya está en casa”, y suspira.

Los hermanos de Juan de Dios, dándole el último adiós. Crédito: Marcos Nucamendi/ A Dónde van los Desaparecidos

La promesa de una gran fiesta se cumplió. Duró tres días. De viernes a domingo decenas de personas desfilaron por el patio de la casa de la familia Núñez Barojas para despedirse en intervalos, con rezos, música y comida intermitentes. No dejaron de llegar los visitantes con flores, amigos que cantaban sus canciones favoritas de música de banda y norteña, brindaban y recordaban anécdotas de Juan de Dios, de cómo le gustaba la fiesta, la risa, de su facilidad para hacer amistades y su manera cómica de divertirse.

Durante todo el fin de semana siguió llegando gente, sobre todo personas del colectivo: la familia de Michel Jiménez Toxtle, de José María Sedano Posadas, Jurguen Manuel Nieto Granados y más personas solidarias con la madre de Juan de Dios, desde académicos, activistas y ciudadanos. Ahí se quedaron a dormir las familias para estar en la fiesta, compartiendo las risas, los llantos, la música, las misas y los rosarios.

Javier, papá de Nadia Guadalupe Morales Rosales, desaparecida el 27 de octubre en 2017 en la ciudad de Puebla, contaba durante una de las misas cuando el sacerdote del pueblo les invitó a compartir algunas palabras, que Juan de Dios había logrado también algo muy valioso porque por él se conocieron todos, y por él se creó otra familia: la del colectivo.

En cada una de las misas que se realizaron durante el fin de semana, las plegarias se extendieron a todas las personas desaparecidas del estado. Crédito: Marcos Nucamendi/A Dónde van los Desaparecidos

EL DESCANSO

Pasaron los tres días, Juan de Dios llegó al panteón de Tehuitzo y muy temprano, antes de que llegaran los amigos y el resto de la familia, pusieron dentro del ataúd todo lo necesario para llevarse a la vida eterna: semillas, agua, sandalias, el traje con el que se iba a casar.

La procesión salió poco antes de la una de la tarde hacia la iglesia del pueblo y después hacia el panteón, a orilla de la carretera, para despedir a Juan de Dios y lograr que por fin él y su familia tuvieran paz. Entre porras y música, el ataúd llegó al polvoriento camposanto, rodeado de María Luisa, su esposo e hijos, papás, hermanos y las familias del colectivo, y alrededor más de cien personas.

En un momento el colectivo entonó la canción que el cantautor Arturo Muñoz Carcará les compuso durante el plantón:

“Desde que no estás no existe el miedo/ cantamos por quien no tienen voz/ aquí siempre sobra voluntad: hasta encontrarles, ¡hasta encontrarles!”.

Las voces fueron flotando en el helado viento bajo el rayo del sol, mientras al fondo, en la carretera, un auto pasaba sin saber que por fin había un poco de verdad y de justicia para un joven, pero esperanza para cientos de familias.

Cientos de personas acompañaron a Juan de Dios y su familia hasta el panteón, donde finalmente fue enterrado según las costumbres del pueblo. Crédito: Marcos Nucamendi/ A Dónde van los Desaparecidos

“Viniste para permanecer. Te quisieron desaparecer, pero no sabían que eres semilla”, se leía en un cartel donde se ve el torso de Juan de Dios con flores abajo y un fondo amarillo. Y no sólo para su mamá sino para las demás familias su rostro jamás se va a olvidar, porque él fue quien las reunió, quien les dio el impulso para organizarse, para acompañarse y para exigir justicia. Sin él los desaparecidos nunca habrían aparecido en Puebla.

Ahora más que nunca sé que la lucha no es en vano, dice María Luisa. Ella ha mencionado muchas veces que su hijo llegó para quedarse. Está convencida que todo lo hecho durante casi media década vale la pena, y las demás familias también. Juan de Dios seguirá siendo una luz y una esperanza porque sí es posible que los desaparecidos regresen a casa.

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