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Alemania ampliará apoyos económicos a sobrevivientes al Holocausto

miércoles, marzo 2nd, 2022

Más de 700 millones de dólares serán repartidos a por lo menos 300 organizaciones benéficas para el alojamiento y asistencia a sobrevivientes del Holocausto judío, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial.

Por Kirsten Grieshaber

BERLÍN, 2 de marzo (AP).— Alemania ha aceptado ampliar en unos 720 millones de dólares las ayudas a víctimas del Holocausto, según indicó el miércoles la organización que gestiona las reclamaciones en nombre de judíos que sufrieron durante el régimen nazi.

El dinero se distribuirá a más de 300 organizaciones benéficas para alojamiento y servicios de asistencia a sobrevivientes del Holocausto vulnerables y con mala salud.

“Estamos orgullosos de anunciar esta partida significativa en un momento en el que estos fondos son cruciales debido a la edad, pobreza y creciente discapacidad de nuestra menguante población de sobrevivientes”, dijo Gideon Taylor, Presidente de la Conferencia de Reclamaciones Materiales Judías contra Alemania, con sede en Nueva York y también conocida como Conferencia de Reclamaciones.

“Sabemos que estos fondos suponen un apoyo crucial en estos tiempos difíciles”, añadió.

El Monumento a los judíos de Europa asesinados en Berlín, Alemania. Foto: Markus Schreiber, AP

La nueva partida es la más grande asignada para la Conferencia de Reclamaciones para prestaciones sociales en un solo año, indicó la organización en un comunicado. El grupo estima que unos 120 mil sobrevivientes pobres se benefician de los servicios financiados con ese dinero.

La Conferencia de Reclamaciones distribuyó en 2021 653 millones de dólares en prestaciones a cientos de agencias de servicios sociales en todo el mundo.

El dinero se entrega a organizaciones sociales en regiones donde vive un número significativo de sobrevivientes para garantizar prestaciones cruciales como cuidados domiciliarios, atención médica y alimentos para los sobrevivientes del Holocausto.

“Los sobrevivientes tendrán apoyo allá donde vivan, ya sean zonas golpeadas por la guerra o de conflicto, y sin importar el obstáculo”, dijo Greg Schneider, Vicepresidente ejecutivo de la Conferencia de Reclamaciones. “Ya sea ante la pandemia actual, cuestiones de inflación o amenaza de guerra, estamos comprometidos con proporcionar cuidados domiciliarios, alimentos y medicinas para sobrevivientes ancianos pobres del Holocausto”.

Un hombre camina por la puerta del campo de exterminio nazi de Sachsenhausen con la frase Arbeit macht frei (“El trabajo lo libera”) en Oranienburg, Alemania. Foto: Markus Schreiber, AP.

Desde 1952, el gobierno alemán ha pagado unos 90 mil millones de dólares a personas por el sufrimiento y la pérdida derivados la persecución nazi.

La Segunda Guerra Mundial terminó hace ya más de 76 años, de modo que los sobrevivientes del Holocausto son todos ancianos, y muchos padecen numerosos problemas de salud porque sufrieron malnutrición infantil. Además, muchos llevan vidas recluidas porque perdieron a la mayoría de su familia en la guerra y cargan con las secuelas psicológicas de haber sufrido la persecución nazi.

Muchos sobrevivientes del Holocausto se quedaron sin nada en la guerra y siguen siendo pobres en la actualidad.

Lucasfilm saca a Gina Carano de The Mandalorian por comentario que consideró ofensivo

miércoles, febrero 10th, 2021

Carano se ha mostrado en otras ocasiones contraria al uso de mascarillas y ha apoyado comentarios que aseguran que no existe el racismo en Estados Unidos y que los seguidores del expresidente Donald Trump son tratados injustamente.

Ciudad de México, 10 de febrero (SinEmbargo).- Lucasfilm despidió a la actriz Gina Carano, una de las protagonistas de The Mandalorian, por una nueva polémica generada en redes sociales por sus comprometidos comentarios que comparaban la situación política de Estados Unidos con la Alemania Nazi, entre otras conspiraciones.

En un comunicado enviado a Variety, Lucasfilm anunció que la actriz y ex luchadora de la MMA ya no está contratada por la compañía.

“Gina Carano no está empleada actualmente por Lucasfilm y no hay planes de que lo esté en un futuro. Sus publicaciones en redes sociales que denigran a las personas por sus identidades culturales y religiosas son aberrantes e inaceptables”.

No era la primera vez que la intérprete, que da vida al personaje de Cara Dune en la ficción protagonizada por el chileno Pedro Pascal, es objeto de críticas por sus planteamientos políticos, ya que anteriormente ha compartido bulos sobre el coronavirus, las vacunas y otras bromas sobre las personas transgénero de las que luego se retractó.

En esta ocasión, Carano publico en Instagram una fotografía de guerra del siglo pasado con el siguiente texto: “Los judíos fueron golpeados en las calles no por soldados del nazismo, sino por sus vecinos. Incluso por niños”.

“Como la historia se altera, la mayoría de la gente no se da cuenta de que para llegar al punto en que los soldados nazis pudieran arrestar fácilmente a miles de judíos, el gobierno provocó antes que sus propios vecinos los odiaran simplemente por ser judíos. ¿En qué se diferencia eso de odiar a alguien por sus opiniones políticas?”, publicó la actriz.

Si bien el mensaje no reflejaba una alineación política, a ese texto le siguió una foto de un hombre con la cabeza cubierta de mascarillas y el texto: “Mientras tanto en California”.

Carano se ha mostrado en otras ocasiones contraria al uso de mascarillas y ha apoyado comentarios que aseguran que no existe el racismo en Estados Unidos y que los seguidores del expresidente Donald Trump son tratados injustamente.

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Una vez se burló de los pronombres con los que ciertas personas transgénero piden ser identificadas, pero después retiró la broma tras “comprender” el asunto gracias a una explicación de Pedro Pascal.

La actriz, que también ha participado en cintas como Deadpool y Fast & Furious, borró ambas publicaciones.

Algunos seguidores de The Mandalorian, la serie derivada del universo Star Wars, piden su despido.

Que no se nos olvide que fueron los rusos los que derrotaron a los nazis, dice Roger Waters

jueves, junio 25th, 2020

El músico inglés, Roger Waters, pidió a los países occidentales que no olviden la importancia de la URSS en la derrota de la Alemania Nazi; en el contexto de los festejos en Rusia por su victoria contra el nazismo, Waters expresó que fueron los rusos quienes ganaron la Segunda Guerra Mundial.

Londres, Reino Unido, 25 de junio (RT).- El cofundador de la mítica banda Pink Floyd, Roger Waters, ha alentado a los países occidentales a no olvidar la contribución clave de la URSS en la derrota de la Alemania nazi.

“Prestamos muy poca atención al hecho de que fueron los rusos quienes derrotaron a los nazis y ganaron la Segunda Guerra Mundial para el resto del mundo. No fueron los valientes británicos o las fuerzas que acudieron en ayuda del Atlántico del Norte, sino el pueblo ruso el que hizo el mayor sacrificio para contener a los nazis y derrotarlos”, aseveró el músico durante el programa Going Underground, del canal RT.

Waters instó a Occidente a que recuerde el papel de la Unión Soviética, especialmente cuando sus representantes se permiten comentarios negativos sobre Rusia. En ese sentido, la leyenda de rock británico calificó los sentimientos antirrusos como “completamente locos”.

“PROTEGER Y DEFENDER LA VERDAD”

Este miercoles, en Moscú se celebró el desfile militar que conmemoró el 75º aniversario del triunfo de la Unión Soviética en la Gran Guerra Patria (1941-1945). El Presidente de Rusia, Vladímir Putin, aprovechó el evento para destacar que es “imposible imaginar” cuál habría sido el futuro del mundo “si el Ejército Rojo no hubiera acudido a su defensa”

En su discurso, el mandatario ruso subrayó la importancia de “proteger y defender la verdad” sobre la Gran Guerra Patria. En ese sentido, Putin instó a recordar que los soviéticos se llevaron la peor parte de la lucha contra el nazismo, y que fue el pueblo de la URSS el que pudo derrotar el “mal total”.

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Vladímir Putin elogia victoria contra la Alemania Nazi durante desfile militar pospuesto por la COVID-19

miércoles, junio 24th, 2020

Se estima que 27 millones de soviéticos fallecieron en la guerra, bien en el campo de batalla o como víctimas civiles. Su valor y sufrimiento se han convertido en una pieza clave de la identidad nacional rusa.

Moscú, Rusia, 24 de junio (AP) — El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, elogió la derrota de la Alemania nazi en el tradicional desfile militar masivo de la Plaza Roja de Moscú, que se demoró más de un mes por el enemigo invisible del coronavirus.

El desfile suele realizarse el 9 de mayo, el Día de la Victoria, el feriado laico más importante del país, pero este año que se demoró hasta el miércoles por la pandemia. Este retraso permitió a Rusia celebrar otro evento significativo de la guerra: el 75to aniversario del desfile, también en la Plaza Roja, de las tropas que regresaban a casa tras combatir.

“Es imposible imaginar que podría haberle ocurrido al mundo si el Ejército Rojo no hubiese salido en su defensa”, dijo Putin en un discurso durante el desfile.

En el desfile participaron unos 14 mil soldados, incluyendo unidades de varias exrepúblicas soviéticas y de Mongolia y Serbia.

Más de 230 vehículos militares atravesaron la vasta plaza de la capital rusa, desde los renovados tanques T-34 de la IIGM a los enormes lanzadores de misiles balísticos intercontinentales Topol. Un desfile aéreo de helicópteros, bombarderos y cazas completaron la exhibición de fuerza militar.

Se estima que 27 millones de soviéticos fallecieron en la guerra, bien en el campo de batalla o como víctimas civiles. Su valor y sufrimiento se han convertido en una pieza clave de la identidad nacional rusa.

“Fue nuestro pueblo el que pudo superar un mal terrible, total”, señaló Putin. “Esta es la verdad principal, honesta, incontestable sobre la guerra. Debemos protegerla y defenderla, pasarla a nuestros hijos, nietos y bisnietos”.

Putin y otras autoridades rusas expresan frecuentemente resentimiento por lo que ven como intentos de otros países de “reescribir la historia” restándole importancia al papel soviético en el conflicto.

La apelación al patriotismo ruso se produce en un momento importante para Putin. El jueves comienza la votación anticipada de un referéndum sobre enmiendas constitucionales que le permitiría presentarse a otras dos reelecciones a la presidencia, con la posibilidad de mantenerse en el cargo hasta 2036.

Putin no mencionó la pandemia del coronavirus en su discurso, reforzando tácitamente su afirmación de la víspera de que Rusia había pasado lo más peligroso de la pandemia. Sin embargo, Rusia ha reportado más de 7 mil nuevos casos diarios esta semana y es el tercer país del mundo con más contagios confirmados en el mundo por detrás de Estados Unidos y Brasil.

La ciudad de Dresde, en Alemania, declara “emergencia nazi” ante el aumento de ideas de ultra derecha

sábado, noviembre 2nd, 2019

La resolución tiene el propósito de mejorar la protección de las víctimas de la violencia en el futuro. Relacionado con lo anterior, el Consejal de la ciudad, Max Aschenbach, aceptó que existe un problema de nazismo.

Alemania, 2 de noviembre (RT).–El consejo de la ciudad de Dresde (Alemania) ha emitido una resolución que reconoce que “las ideas y acciones antidemocráticas, antipluralistas, misantrópicas y de extrema derecha, incluyendo la violencia” están ocurriendo en la urbe cada vez con más frecuencia.

La decisión responde a un intento de mejorar la protección de las víctimas de la violencia en el futuro, informan medios locales. “Esta ciudad tiene un problema con los nazis y tenemos que hacer algo al respecto”, afirmó el Concejal de la ciudad Max Aschenbach, haciendo referencia a los ataques xenófobos.

En la declaración, las autoridades utilizaron el término alemán “Nazinotstand” que precisamente hace alusión a una “emergencia nazi”.

Sin embargo, el término ha sido criticado por los miembros del partido Unión Demócrata Cristiana, que encabeza Angela Merkel. En su opinión, el dictamen es “puro simbolismo político” y consideran el uso del término como un “error lingüístico”.

Además, la resolución insta a las organizaciones de la ciudad y a la sociedad civil a fortalecer la cultura democrática y a centrarse en “las causas y consecuencias del antisemitismo, el racismo y la islamofobia para restablecer la confianza en las instituciones democráticas y la valoración de la diversidad y la solidaridad respetuosa”, según el reporte de DW.

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Turistas en la Alemania nazi no vieron el peligro de Hitler, dice autora de Viajeros en el Tercer Reich

viernes, octubre 4th, 2019

En su último ensayo, la historiadora británica Julia Boyd plantea que la mayoría de los turistas en la Alemania de los años veinte y treinta tenía una buena imagen del país y no consideraba que el régimen nazi fuera peligroso, a pesar de que existía una potente propaganda Adolf Hitler.

Por Paula Corroto

Ciudad de México, 3 de octubre (ElDiario).- A toro pasado el análisis siempre es más fácil. A estas alturas, constatar que el régimen nazi fue una barbaridad y que Adolf Hitler y sus secuaces eran unos monstruos es una perogrullada. Sin embargo, llegar a esta conclusión no era tan sencillo a finales de los años veinte, cuando los nazis comenzaron a tomar posiciones en Alemania, y ni siquiera en los años treinta, cuando las SA y las SS desfilaban por las ciudades con sus antorchas, los carteles prohibían la entrada en los establecimientos para los judíos y Hitler, ya como Canciller, organizaba mítines populistas llenos de fanáticas y demenciales propuestas.

No todo el mundo vio venir el nazismo, aunque lo tuviera encima y hoy nos parezca sorprendente. Tampoco buena parte de los intelectuales de la época que acudieron en viajes de placer por Alemania en aquellos años. Así lo cuenta la historiadora británica Julia Boyd en el atractivo ensayo Viajeros en el Tercer Reich (Ático de los Libros), que le ha hecho merecedora de varios premios, y que relata las sensaciones de los turistas que acudieron al país germano en esa década.

“Algunas personas sostenían que Alemania vivía una situación confusa, pero a la mayoría les parecía una situación espléndida y mantenían que Hitler era la persona que necesitaban. Les daba confianza”, comenta Boyd a El Diario.es. La mayor crítica era que “también veían las cosas malas, pero pensaban que todo eso pasaría cuando Hitler se afianzara en el poder”, añade la historiadora.

UNA ALEMANIA DESTRUIDA

Para comprender esta visión hay que analizar el contexto en el que surgen los nazis, como hace Boyd en el libro. Alemania había sido una de las grandes perdedoras de la I Guerra Mundial y había sido sometida con el Tratado de Versalles, que impulsó Francia, su gran enemigo, a imponentes multas económicas que tenían prácticamente maniatado al país. La crisis económica era acuciante con cientos de miles de parados, y esta se incrementó tras el crack bursátil de 1929 que provocó que Alemania fuera incapaz de pagar los créditos a EU.

La deuda del país era imposible de solventar. Muchas personas apenas tenían para comer. A eso se sumaba una brutal inestabilidad política: en 1932 llegó a haber hasta cinco elecciones. La República de Weimar afrontaba su final y en medio del lodazal surgía Hitler, un actor con trazas mesiánicas dispuesto a devolver el esplendor y el orgullo a los alemanes. Fueron muchos los que compraron aquel ticket. Y se lo creyeron, pese a que pocos meses después de haber sido elegido canciller se abriera el campo de concentración de Dachau, hubiera boicots contra las tiendas de judíos y se quemaran libros en las calles.

Así, si los propios alemanes confiaron en Hitler por la subida de autoestima que les generaba, los extranjeros de paso –muchos de ellos diplomáticos, políticos y periodistas, pero también otro tipo de turistas de clases medias- tampoco veían el nuevo régimen con horror.

“Es cierto que había peleas en las calles, pero sobre todo en Berlín y ciudades como Hamburgo. La mayoría de turistas no las visitaban sino que se quedaban en el valle del Rin y en Baviera, así que eso no lo veían. Por otro lado, los uniformados y las marchas con las antorchas los veían más como una muestra de un país orgulloso que se había sentido humillado con el Tratado de Versalles y que ahora estaba resurgiendo”, explica Boyd.

Tampoco las tensiones con los judíos les parecían tan dramáticas: “Había muchas personas que también eran antisemitas y no lo veían mal. Y los estadounidenses poco tenían que decir cuando ellos trataban a la población negra igual en su país”, apostilla.

Los periódicos de entonces sí daban cuenta de la terrible política que estaba ejerciendo Hitler –principalmente a partir de las racistas leyes de Núremberg de 1935-, pero la población alemana y casi ningún europeo quería creérselos demasiado.

“Muchas de esas informaciones señalaban que podría haber otra guerra fomentada por Hitler. La gente ya había pasado por una guerra y les parecía un horror, así que creían que los periódicos exageraban demasiado”, comenta Boyd.

Nadie quería creer en un nuevo conflicto y a más de uno les parecía imposible cuando acudían a un país en el que todo era limpio –los hoteles relucían-, todo funcionaba y los propios alemanes les parecían personas eficientes y trabajadoras.

LA PROPAGANDA Y LA SEDUCCIÓN DE HITLER

Por supuesto, el régimen tenía un sistema de propaganda extraordinario para hacer creer que esto era realmente así. Si ahora tenemos las redes sociales y páginas llenas de fake news, entonces la radio era el principal altavoz para los nazis. Desde las ondas machacaban constantemente con las bondades de sus políticas, analiza Boyd.

Los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 fueron otro aldabonazo para venderse al resto del mundo. “Fue el momento en el que tuvieron más impacto. Acudieron miles de deportistas y muchos de ellos pensaban cosas malas de los nazis, pero había otros a los que les parecía que estaba todo genial, todo muy limpio, ordenado, los alemanes eran bastante eficientes y educados, así que pensaban que no podía estar todo tan mal. Veían a gente que miraba con optimismo hacia el futuro. Así que volvían a sus países y comentaban que lo que se decía de Alemania no era para tanto”, sostiene la historiadora.

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Además, estaba la figura del propio Hitler, que era increíblemente seductora. Pese a que hoy podemos ver a alguien fanatizado en los vídeos de sus mítines y más parecido al personaje de El gran dictador, de Charles Chaplin, el canciller alemán tenía la destreza de engatusar a casi todos. Incluso a un estadounidense negro que realizó su tesis en Alemania en aquella época, como cuenta Boyd en el libro, y al que le alabó su manejo del idioma alemán y después le envió una foto dedicada.

“Muchos políticos y diplomáticos quedaron seducidos por Hitler. Muchos tenían audiencias con él y salían con una sonrisa en la cara. Daba una imagen de sinceridad. Algunas personas iban pensando que era un tipo que estaba preparando una guerra, pero tras la audiencia ya no pensaban lo mismo”, afirma la historiadora.

Tampoco no pocos escritores, personas a las que se les atribuye una intelectualidad y cultura, veían peligro en Hitler. Fue el caso de T.S. Elliott, Thomas Wolfe, W.B. Yeats, Samuel Beckett –que escribió en sus diarios sobre lo bello que era pasear un día de invierno por el Tiergarten de Berlín en 1936- o incluso Leonard y Virginia Woolf. “Es extraordinario porque es gente que tiene unos valores y defiende la libertad de expresión, pero no eran tan críticos”, sostiene Boyd. Podían estar irritados, como los Woolf, pero no se sentían ofendidos, y eso que Leonard era judío. “Es verdad que vieron los desfiles con las motos, pero tampoco vieron lo peor. Formaban parte de esos turistas que no llegaron a verlo del todo”, explica la investigadora.

LA LECTURA ACTUAL

Por supuesto, hubo quien sí vio lo peligroso que resultaba Hitler y atisbó hacia dónde podían llevar sus políticas, como la periodista María Leitner, que escribió en numerosos periódicos de izquierdas alertando de la situación. Hoy resulta impactante que fuera una voz a la que apenas se le hiciera caso.

Por ese motivo, Julia Boyd, que se encuentra muy molesta con la situación que hay en Reino Unido, con Boris Johnson y el Brexit, insiste en que “la gente con ideas más progresistas debe estar muy atenta y vigilante a todo esto y defendernos de los extremismos con argumentos. Lo que está ocurriendo en Reino Unido, Alemania con la AFD, Hungría… da miedo. Reino Unido está ahora polarizado como nunca lo había visto en mi vida. La gente siente odio. No es comparable a la situación de la Alemania de entonces, pero sí es peligroso y la forma en la que se puede utilizar puede ser terrible”.

La esperanza, para ella, radica en el Estado de Derecho, que fue precisamente lo primero que se acabó con la llegada de Hitler al poder. Aunque los baños de los hoteles estuvieran impolutos, los valles verdes y oxigenados y nadie fuera capaz de ver la amenaza de la barbarie que llegaría muy poco tiempo después.

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Vladimir Putin dirige el tradicional desfile de la Victoria sobre Alemania Nazi

miércoles, mayo 9th, 2018

El 9 de mayo es la fiesta más patriótica de Rusia, donde recuerdan a los 26 millones de soviéticos que cayeron en la II Guerra Mundial.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, ofrece un discurso durante las celebraciones del Día de la Victoria en Moscú. Foto: EFE

Moscú, 9 mayo (EFE).- El Presidente ruso, Vladímir Putin, presidió hoy en la plaza Roja de Moscú el tradicional desfile de la Victoria sobre la Alemania nazi, en el que las Fuerzas Armadas exhibieron algunas de las novedades militares.

El Jefe del Kremlin elogió a los veteranos de la II Guerra Mundial como “un eterno ejemplo” para las siguientes generaciones y denunció los intentos de “distorsionar la historia” y minimizar el papel que desempeñó la Unión Soviética.

“Hoy en día tratan de ignorar el acto heroico del pueblo que salvó a Europa y el mundo de la esclavitud, de la destrucción, de los horrores del Holocausto, tratan de tergiversar los acontecimientos de la guerra”, dijo Putin en el corto discurso que ofreció antes de comenzar la parada militar con ocasión del 73 aniversario de la Victoria.

Ante cientos de veteranos de la contienda y los más de 13 mil militares que desfilaron por el empedrado de la plaza Roja, Putin prometió que Rusia siempre recordará la gesta de los que lucharon en defensa de la URSS y “continuará sus tradiciones”.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, el Primer Ministro ruso, Dmitri Medvedev, y sus invitados el Presidente serbio, Aleksandar Vucic, y el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, observan una exhibición aérea durante las celebraciones del Día de la Victoria en Moscú. Foto: EFE

“Seguiremos trabajando duro, alcanzando éxitos en aras de una Rusia grande y floreciente”, declaró el líder ruso desde la tribuna principal.

Junto a él se sentaba el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de visita hoy en Moscú y con el que se entrevistará esta tarde para abordar la crisis de Siria o la salida de Estados Unidos del pacto nuclear iraní.

Bajo un cielo azul y con una temperatura primaveral, miles de invitados, entre ellos veteranos de guerra con las solapas de sus chaquetas repletas de medallas, abarrotaban las gradas situadas a los pies de la muralla del Kremlin.

El 9 de mayo es la fiesta más patriótica de Rusia, ya que recuerda a los 26 millones de soviéticos que cayeron en la II Guerra Mundial -llamada aquí Gran Guerra Patria- entre todos los pueblos que formaban entonces la Unión Soviética, y es un motivo de unidad para los rusos.

Putin, que ofreció un discurso emocional centrado en la gesta de la victoria contra los nazis sin abordar asuntos de actualidad, señaló que su país recuerda las lecciones de las dos guerras mundiales y está abierto al diálogo con otros Estados para garantizar la estabilidad en el mundo.

“Rusia está abierta para el diálogo sobre asuntos de seguridad global y constructivas relaciones de igualdad para que haya armonía, paz y progreso en el planeta”, señaló Putin en su discurso.

Tras el discurso de Putin marcharon por la plaza los cadetes de academias y escuelas militares, efectivos de distintas unidades, de la Guardia Nacional y del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) al son de marchas militares y patrióticas interpretadas por orquestas militares.

En la parada se mostraron también algunas novedades militares, como los vehículos blindados Terminator de apoyo a los tanques, las máquinas robotizadas Urán-6 y Urán-9 y los drones Korsar y Katrán.

Además se exhibió por primera vez el misil hispersónico Kinzhal, capaz de eludir los escudos antimisiles existentes, y el sistema antiaéreo y antimisiles Tor-M2, capaz de abatir objetivos en plena marcha.

El Presidente ruso, Vladimir Putin, estrecha la mano del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, antes de las celebraciones del Día de la Victoria en Moscú. Foto: EFE

Entre los 75 aviones que surcaron el cielo en distintas formaciones al final del desfile estaban los cazas de nueva generación Su-57.

Como es tradición en los últimos años, después de los actos en la plaza Roja y tras la apertura al público, decenas de miles de personas comenzaron a afluir hacia el centro de Moscú para participar en la marcha del llamado Regimiento Inmortal.

Promovido por el Kremlin como un acto de apoyo y exaltación patriótica, los ciudadanos marchan portando grandes fotos de sus familiares que participaron en la II Guerra Mundial, muchos de los cuáles cayeron en la contienda.

El discurso antisemita y neonazi se vuelve más visible en Europa Oriental

sábado, abril 21st, 2018

Recientes acontecimientos en Europa Oriental muestran un aumento en la retórica antisemita en países miembros de la Unión Europea como Bulgaria.

Por Filip Stojanovski

Ciudad de México (SinEmbargo/Global Voices).- En noviembre, monumentos al Ejército soviético fueron vandalizados con graffiti antisemita en las ciudades de Plovdiv y Sofía, Bulgaria, cercano aliado a la URSS durante su existencia. El portavoz del Ministerio del Exterior de Rusia, en lugar de condenar la muestra gráfica de antisemitismo, usó el hecho para tratar de revisar la historia del rescate de judíos búlgaros en la Segunda Guerra Mundial.

Bulgaria se unió a la Segunda Guerra Mundial del lado de la Alemania nazi y perpetró el Holocausto de judíos de Macedonia y el norte de Grecia en 1943. Sin embargo, las autoridades pro-fascistas enfrentaron dificultades para exterminar al resto de la población judía, que se salvó en gran parte por las fuerzas internas pro-democráticas de la Iglesia ortodoxa búlgara. El 9 de septiembre de 1944, después de que el Ejército Rojo ocupó el país, Bulgaria cambió su Gobierno y pasó a apoyar a los Aliados.

El intento de explotar el grafiti antisemita con fines de propaganda y presentar a la URSS como la salvadora de los judíos búlgaros tuvo como resultado oposición del portavoz del Ministerio del Exterior búlgaro, el Comité Judío Estadounidense y otros medios y blogueros influyentes.

Sin embargo, un aspecto preocupante que resulta del debate fue que, como el graffiti había aparecido en monumentos soviéticos, los partidos políticos de derecha en Bulgaria dieron “pase libre” al antisemitismo con el argumento de que oponerse al comunismo es más importante.

Grafiti neonazi en el monumento a los soldados soviéticos en Plovdiv, Bulgaria, 10 de noviembre de 2017. El texto dice: “Comunismo = Judaísmo.”. El 88 es un código neonazi para “Heil Hitler”. Otro grafiti en el lugar incluye texto como “Maten a los judíos” y “Noche de los cristales rotos”. Foto de PodTepeto.com.

UNA CADENA DE INCIDENTES RECIENTES

Este no es el primer ejemplo de graffiti antisemita en Bulgaria. En una visita a Bulgaria en 2016, la música y escritora Rachel Susser, que vive en el Reino Unido, anotó:

“Empecé a contar las esvásticas en algún momento en diciembre. La mayor parte de los días veía al menos una, pero por lo general había más. Había dos entre mi departamento y mi panadería favorita y cuatro en el camino a mi clase de danza. Más de cinco eran visibles por la ventana del bus en el recorrido entre Sofía y Plovdiv [N. del T: la distancia es de unos 145 kilómetros]. Once en las primeras dos horas hacia el norte por el paso de montaña hacia Veliko Tarnovo. Hay otros símbolos neonazis, de supremacistas blancos y ultranacionalistas también”.

En 2017, Adela Peeva dirigió un documental titulado Larga vida a Bulgaria sobre el auge del nacionalismo en ciudades más pequeñas en el país. En una entrevista con la televisión pública búlgara, explicó que lo que vio eran fuertes opiniones nacionalistas entre esas poblaciones, combinado con antisemitismo y odio a la población romaní. Se puede ver un ejemplo en las escenas iniciales del documental, incluido este avance, donde un escolar afirma: “El feriado nacional no es para extranjeros ni para gitanos”.

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En octubre de 2017, el crítico literario búlgaro Dimitar Kambourov fue acusado por varias destacadas figuras, y al menos una organización judía, de usar discurso antisemita en su reseña del documental Angel Wagenstein – El arte es un arma, sobre la vida del guionista Angel Wagenstein, que incluía su paso por una brigada judía en Bulgaria durante la guerra. Después de la acusación, el portal “Kultura” (Culture) eliminó la reseña de Kambourov, con una disculpa del editor en jefe. el medio Liberal Review publicó una historia donde el autor decía que Kambourov ha escrito antes otros textos racistas.

Como el graffiti de noviembre, donde el anticomunismo se usó como excusa para el antisemitismo, la acalorada discusión en torno a la reseña también se centró en el hecho de que se presentó a través de un punto de vista anticomunista.

En 1943, se detuvo la deportación de 48,000 judíos de Bulgaria, después de que 11,343 personas ya habían sido expulsadas de los territorios ocupados en el norte de Grecia y Macedonia. En febrero de 2018, extremistas búlgaros de derecha siguieron rindiendo homenaje a la memoria de unos de los impulsores del Holocausto (asesinado por combatientes antinazis en 1943), con un desfile en el centro de Sofía, la capital.

UNA TENDENCIA REGIONAL

Veni Markovski, activista digital antifascista en Bulgaria, dijo a Global Voices:

Traducción Cita original

El resultado de lo anterior es una clara señal de que se necesita más trabajo educativo y se puede esperar que Bulgaria asuma el liderazgo y enfrente el antisemitismo.

No está solo en advertir sobre la necesidad de hacer algo sobre el antisemitismo. Activistas de ls sociedad civil de Europa Central y Oriental han hecho sonar la alarma sobre el cada vez más evalentonado discurso de odio contra los judíos y de disculpas a los perpetradores del Holocausto, y también sobre los peligros de permitir que quede impune.

Por ejemplo, el 13 de noviembre, en una marcha de nacionalistas de extrema derecha en Varsovia por el aniversario de la independencia de Polonia, se oyeron cánticos por un país libre de judios, según Times of Israel.

En Macedonia, país candidato a la Unión Europea, los usuarios de medios sociales aprovecharon la ocasión del Día de Conmemoración del Holocausto, el 28 de enero, para repasar un breve escándalo de 2011 que involucró al actual presidente, Gjorge Ivanov, elegido en 2009 y 2014 con apoyo del partido populista de derecha VMRO-DPMNE.

En 2011, el periódico Shpic reveló que Ivanov, que antes había trabajado como profesor de ciencia política, había coescrito un libro de texto universitario que definía el antisemitismo como “odiar a los judíos más de los necesario”. Varios meses después, el Gobierno clausuró el periódico. El libro de texto se sigue usando.

Aunque no son tan comunes como en Bulgaria, graffitis de esvásticas llenan los muros de Macedonia también. En los últimos años, cuando apareció graffiti de esta naturaleza, o cuando hay ocasional vandalismo contra el cementerio judío en la sureña ciudad de Bitola, el público presta muy poca atención, y los autores no comparecen ante la justicia.

Una excepción a la práctica establecida de ignorar a los neonazis y el discurso de odio antisemita es un reciente anuncio de la policía macedonia sobre los resultados de una investigación después de graffitis de esvásticas pintados en el museo que conmemora el levantamiento contra el fascismo y en otros edificios de la ciudad de Prilep. El 7 de marzo de 2018, la policía emitió un anuncio de que denunciarían a un sospechoso identificado como K.D. (15 años) de acuerdo con el artículo 264 del Código Penal por “daños o destrucción de objetos protegidos, legado cultural o rarezas naturales”.

Es baja la amplia compresión de los símbolos neonazis codificados, como los que hay en el monumento de Plovdiv, Bulgaria. En marzo de 2016, cuando Todor Petrov, político macedonio de derecha y exparlamentario, usó un megáfono que tenía escrito “SS 14 88″ (que significa Schutzstaffel, Catorce palabras, Heil Hitler) en una manifestación nacionalista, la única reacción fue del entonces mediador de la Unión Europea para las negociaciones entre los partidos políticos, el experto belga Peter Vanhoutte.

Varios medios citaron su publicación de Facebook con expresiones de indignación, pero no hubo acciones adicionales de actores o instituciones internas. Petrov, que tiene vínculos cercanos con VMRO-DPMNE, el anterior partido gobernante que se presenta como centroderecha y como tal integra el Partido Popular Europeo, ha dejado de usar el megáfono. Sin embargo, sigue participando en numerosas actividades públicas de odio que organizan sus grupos apoderados, y actualmente participa en manifestaciones y anuncios del macedonions en el exterior contra las negociaciones sobre el nombre de Macedonia.

Activistas de la sociedad civil y otras fuerzas progresistas en la región han estado advirtiendo desde hace años de los efectos corrosivos del discurso de odio en la cohesión social. No es coincidencia que en meses recientes, instituciones europeas y la OTAN hayan declarado como una de sus prioridades enfrentar el extremismo en la región.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Global Voices. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Asesor polaco acusa a judíos por la “pasividad” que mostraron durante el Holocausto

sábado, febrero 10th, 2018

La ley generó enojo en Israel, donde sobrevivientes del Holocausto y otros con raíces en Polonia temen que esto permita que el gobierno trate de limpiar la imagen que desempeñaron algunos de sus compatriotas en el asesinato de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Presidente polaco Andrzej Duda anuncia su decisión de sancionar una ley que prohíbe atribuir crímenes de la Alemania nazi a la nación polaca. Foto: AP

Varsovia, 10 febrero (AP).- Un asesor del Presidente de Polonia opinó que la reacción negativa mostrada por Israel a una ley polaca que penaliza algunas afirmaciones sobre las acciones de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial obedece a “un sentimiento de vergüenza por la pasividad mostrada por los judíos durante el Holocausto”.

Andrzej Zybertowicz, un profesor de sociología de la Universidad Nicolaus Copernicus y que también es asesor presidencial, dijo en una entrevista publicada el viernes que la oposición de Israel a la nueva ley polaca muestra su posición “antipolaca” y muestra que el país del Medio Oriente “lucha claramente por mantener el monopolio del Holocausto”.

“Muchos judíos participaron en las denuncias y colaboraron durante la guerra. Creo que Israel todavía no lo ha superado”, agregó Zybertowicz en la entrevista publicada en el periódico Polska-The Times. Zybertowicz tuiteó un enlace al artículo el viernes.

Zybertowicz no pudo ser localizado por el momento para conocer sus comentarios. Los funcionarios públicos polacos suelen tener la oportunidad de revisar sus declaraciones antes de que los medios de comunicación las publiquen.

Sus comentarios fueron divulgados luego de abiertas expresiones de antisemitismo que se divulgaron en línea y en algunos medios de comunicación controlados por el gobierno luego de que funcionarios israelíes se opusieron a la ley cuando todavía tenía forma de proyecto. El Presidente de Polonia, Andrzej Duda, sancionó el martes esa ley, que castiga con penas de hasta tres años de cárcel a quienes, intencionadamente o de forma falsa, atribuyan delitos nazis a la Polonia ocupada por los alemanes.

La ley generó enojo en Israel, donde sobrevivientes del Holocausto y otros con raíces en Polonia temen que esto permita que el gobierno trate de limpiar la imagen que desempeñaron algunos de sus compatriotas en el asesinato de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. La ley permite penas de prisión de hasta tres años.

El Presidente polaco y otros funcionarios del gobierno alegan que la ley era necesaria porque los polacos son descritos injustamente a veces como colaboradores en el genocidio alemán de los judíos. Citan como ejemplo la expresión “campos de exterminio polacos” como abreviatura de los campos alemanes en suelo polaco ocupado por los nazis.

En medio de la crisis ha habido una oleada de acusaciones contra los judíos en Polonia, incluso por parte de funcionarios estatales. A veces se ha dicho que los judíos -a menudo con el propósito de culparlos o humillarlos- actuaron pasivamente frente al Holocausto.

Sin embargo, hubo actos clave de resistencia, especialmente el Levantamiento de Varsovia de 1943. Se produjeron revueltas más pequeñas en los campamentos de exterminio, entre ellos Sobibor y Treblinka, donde los prisioneros hambrientos y sin armas se enfrentaron a guardias alemanes fuertemente armados.

En medio del debate europeo sobre cómo debe narrarse la historia, la canciller alemana Angela Merkel opinó: “como alemanes, somos responsables de las cosas que sucedieron durante el Holocausto”.

Al referirse a la una ley polaca que penaliza algunas afirmaciones sobre las acciones de Polonia durante la Segunda Guerra Mundial, Merkel dijo en su podcast semanal del sábado que la responsabilidad de Alemania en el Holocausto es algo que cada gobierno debe reconocer y atender.

Qué hacer con la casa de Hitler: ¿Derribarla o reformarla?

martes, octubre 18th, 2016

El ministro del Interior austriaco, Wolfgang Sobotka, anunció en la noche del lunes la demolición del edificio y la construcción de uno nuevo basándose en la decisión de los 13 historiadores, juristas, administradores y políticos de la comisión. Pero el anuncio alarmó a los expertos, pues una demolición constituiría “una negación de la historia nazi en Austria”, como explicó el historiador Oliver Rathkolb en nombre de la comisión. La pregunta ahora es: ¿qué hacer?

Por Matthias Röder 

Braunau am Inn, Austria, 18 octubre (dpa).- El objetivo es claro: que la casa en la que nació Hitler, en el pueblo austriaco de Braunau am Inn, no se convierta en lugar de peregrinación para los neonazis. Pero después de que una comisión de expertos presentara su informe definitivo, parece que conseguirlo es más difícil de lo esperado.

El ministro del Interior austriaco, Wolfgang Sobotka, anunció en la noche del lunes la demolición del edificio y la construcción de uno nuevo basándose en la decisión de los 13 historiadores, juristas, administradores y políticos de la comisión. Pero el anuncio alarmó a los expertos, pues una demolición constituiría “una negación de la historia nazi en Austria”, como explicó el historiador Oliver Rathkolb en nombre de la comisión. La pregunta ahora es: ¿qué hacer?

En el informe, la comisión argumentaba por qué no está de acuerdo en dejar un hueco vacío en el lugar del edificio. Así que la variante “demolición pura” fue descartada de forma unánime, explicó hoy Rathkolb. También se desechó otra opción muy discutida en los últimos años, que consistía en crear un museo, porque los neonazis lo considerarían más bien una atracción a pesar de que sus fines fueran puramente didácticos.

“El simbolismo y el aura de su lugar de nacimiento sirven a modo de de identificación con la ideología nazionalsocialista y la persona de Hitler”, advierten los expertos. Últimamente llegaron numerosos autobuses de turistas, por ejemplo de Hungría, que se fotografiaban delante de la casa.

Así, finalmente se recomendó como solución óptima una “profunda remodelación arquitectónica” que deje el edificio irreconocible y elimine la carga simbólica. “El nuevo edificio podría albergar un centro financiero o una fundación caritativa”, dijo Rathkolb.

Pero que debía haber sido el punto final de un debate vigente durante años, resultó ser una provocación debido a la palabra “demolición” utilizada por el ministro. Sobotka dejó hoy la puerta abierta a todas las posibilidades: “Ya se verá cómo lo hacemos, si con una reforma, con una nueva fachada o con una demolición completa”, dijo en la radio ORF. Aunque la comisión prefiere ser más específica: “Entre una remodelación arquitectónica y una demolición completa hay un mundo”, dijo Rathkolb.

El proceso a seguir ahora está claro, a pesar de que aún no se hayan determinado los detalles. La comisión interna del Parlamento pretendía iniciar hoy la expropiación del terreno, algo que el Gobierno ya había decidido en verano. Una vez terminado el proceso parlamentario, la expropiación entraría en vigor a finales de año. Entonces se pagaría a la dueña una indemnización para acabar con la larga disputa y con un concurso de arquitectos se decidiría finalmente qué hacer y bajo qué condiciones.

El debate sobre el uso del centenario edificio, protegido por la declaración de patrimonio histórico, en este municipio de 16.000 ciudadanos situado en la frontera con Alemania se inició ya en 2011. La dueña se negó a remodelarlo y el Estado le transfiere desde entonces 300.000 euros (unos 330.000 dólares) como alquiler por el edificio vacío. La posición del alcalde, Johannes Waidbacher, fue siempre la misma: “Queremos un manejo históricamente correcto de la casa de Hitler”. Ahora son los arquitectos los que tienen la palabra.

Un “arte degenerado”: La kriptonita de Hitler era la música jazz

domingo, junio 5th, 2016

El jazz ha significado una amenaza para los regímenes totalitarios, no solo para el nazismo, sino también para el apartheid sudafricano o el comunismo del antiguo bloque del Este, pues los ciudadanos encuentran en él una forma de rebeldía y una tabla de salvación.

Por Eduardo Bravo, Yorokobu

Ciudad de México, 5 de junio (SinEmbargo/ElDiario.es).- El jazz no se lleva bien con las dictaduras o los regímenes autoritarios. Por definición, una música que permite que los diferentes miembros que participan en ella se salgan de la partitura no puede ser bien recibida en sociedades que promueven la adhesión inquebrantable al líder, el pensamiento único o la restricción de las libertades individuales.

Según el escritor polaco Leopold Tyrmand, el jazz es “un sistema de libertades sujeto a una disciplina libremente aceptada de vínculos integrales entre un individuo y un grupo. Como tal, pasó a ser la mejor metáfora de la libertad que cualquier cultura haya creado jamás”.

Para Josef Goebbels, sin embargo, el jazz era “música americana negrojudía de la selva”. Como al jefe nazi se le olvidó añadir que también la interpretaban gitanos, posteriormente la definiría sencillamente como “música de monos”.

El jazz era considerado un "arte degenerado". Imagen: Especial

El jazz era considerado un “arte degenerado”. Imagen: Especial

En consecuencia, cuando fue preguntado si el jazz podría ser radiado en las emisoras alemanas, el ministro de la Instrucción Pública y Propaganda del Reich respondió: “si por jazz entendemos música basada en el ritmo que ignora por completo e incluso muestra desprecio por la melodía, música en la que el ritmo queda marcado primariamente por las atroces estridencias de instrumentos quejumbrosos que resultan insultantes para el alma… en fin, en ese caso sólo podemos responder a tal pregunta con una rotunda negativa”.

Pero no solo se prohibió radiar el jazz en las emisoras alemanas. El veto se hizo extensivo a todos los demás países que fueron cayendo en manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial e incluso se amplió a otros géneros como el fox-trot, el tango y cualquier otro ritmo que fuera considerado entartete o degenerado. Una definición que también se aplicó a otras formas de arte no ario.

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Escuchar o interpretar jazz en buena parte de Europa durante los años 30 y 40 era un riesgo que podía ocasionar desde una amonestación o una detención, hasta la deportación a un campo de concentración y la muerte. Sin embargo, durante ese tiempo, en Europa hubo gente que burló las leyes del Reich y continuó disfrutando del jazz. A algunos, incluso, les salvó la vida.

Varias décadas después de finalizada la Guerra Mundial, Mike Zwerin, periodista especializado y músico –llegaría a tocar con grandes del jazz como Archie Shepp, Eric Dolphy o Miles Davis, al que acompañaría en algunas sesiones del clásico Birth of the cool–, decidió investigar las vidas de aquellos músicos y aficionados al jazz europeos durante el auge del Tercer Reich.

El resultado fue Swing frente al nazi. El jazz como metáfora de la libertad. Un libro que acaba de ser publicado en España por la editorial Es Pop en el que el autor muestra cómo el jazz ha supuesto una amenaza para todos los regímenes totalitarios. No solo para el nazismo, sino también para el apartheid sudafricano o el comunismo del antiguo bloque del Este, como demuestran las entrevistas que Zwerin mantuvo con músicos o ciudadanos polacos que, tras vivir el nazismo, en el momento de escribir el libro sufrían el régimen del general Jaruzelski.

Portada del libro "Swing frente al nazi". Imagen: Especial/Yorokobu

Portada del libro “Swing frente al nazi”. Imagen: Especial/Yorokobu

A lo largo de casi 300 páginas, Zwerin va narrando las experiencias y testimonios de personas que vieron en el jazz una forma de rebeldía y una tabla de salvación. Además de mantener el ánimo en plena persecución, su afición por el jazz, en ocasiones compartida por soldados y oficiales de las SS, hizo que evitasen ser deportados a los campos o detenidos por la Gestapo. En todo caso, y más allá de la anécdota, también abundan los testimonios de aquellos que vieron cómo esa afición provocó la muerte de amigos y familiares.

Algunos de los que fueron deportados en ocasiones pudieron salvarse tocando en macabras orquestas de jazz y swing que los oficiales de los campos organizaban para su solaz o participando en la mascarada organizada por Hitler en Theresienstadt. Un campo de concentración decorado como si fuera una colonia de vacaciones, que sirvió para rodar un documental de propaganda en el que se mostraba lo bien tratados que eran los judíos en esas instalaciones, las cuales llegaron a ser visitadas por la Cruz Roja para despejar toda acusación de crueldad por parte de los alemanes.

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La complejidad del tema provoca que Zwerin despliegue como narrador un estilo en el que se mezcla la crónica periodística con cierto toque de mordacidad, cinismo, humor y distancia, lo que le permite abordar ciertos temas delicados con más facilidad.

Por ejemplo, el hecho de que el único testimonio que queda de lo sucedido sea el de los supervivientes –los cuales tienden a idealizar lo sucedido y afirmar que “fue una época maravillosa”–, o la supuesta bonhomía de ciertos oficiales nazis o agentes de la Gestapo que apreciaban el jazz y hacían la vista gorda cuando se infringían las leyes que prohibían esa música.

Si bien es cierto que esos oficiales existieron, siempre fueron menos que aquellos que requisaban instrumentos, destrozaban discos o, directamente, ametrallaban a toda una orquesta y a los oyentes si los descubrían tocando en un club repertorio prohibido o pasada la hora del toque de queda.

Swing frente al nazi nos descubre en definitiva que, a pesar del peligro que suponía amar el jazz en la época nazi, el deseo de libertad del individuo procura siempre eludir las prohibiciones aprovechando sus fisuras o directamente burlándolas.

Entre las decenas de anécdotas incluidas en él, se cuentan aquellas que hacen referencia a la ignorancia de muchos de los jerarcas nazis, que prohibían los discos de Benny Goodman por ser judío y sin embargo permitían los de Artie Shaw porque no sabían que su nombre real era Arthur Jacob Arshawsky.

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Una cosa semejante a lo de Shaw y Goodman sucedía con los discos de Duke Ellington y Fats Waller. Los del primero estaban prohibidos por ser negro, mientras que se permitían los del segundo, no porque no lo fuera, sino porque los burócratas nazis no lo sabían.

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Durante años, los repertorios de jazz norteamericano fueron interpretados bajo nombres alemanes; los compositores judíos, eliminados de las partituras y los discos, camuflados. Uno de los testigos entrevistados por Zwerin cuenta que al entrar en una casa tras una batalla encontró decenas de discos de 78 revoluciones de música clásica. Decepcionado, se disponía a romperlos cuando le llamó la atención lo extraño de las etiquetas que parecían sobrepuestas. Al retirarlas, descubrió que lo que se escondía bajo piezas de Wagner o Beethoven eran en realidad discos de jazz.

A pesar de las prohibiciones del Reich a esa «música salvaje», de las burlas en los medios oficiales y de las persecuciones, incluso los pilotos de la Lutwaffe, cuando sobrevolaban territorio inglés antes de bombardearlo, sintonizaban la BBC para escuchar piezas de jazz.

Con el tiempo y en pleno conflicto bélico, algunos oficiales acabaron comprendiendo que el «el swing es bueno para la moral». Joachim Berendt, uno de los críticos europeos de jazz más prestigiosos y productor de algunos de los mejores discos del género de los años 70 para el sello MPS, luchó en Stalingrado. Sus superiores sabían que le gustaba el jazz y en un momento dado le pidieron que radiara algunos de los discos de su colección para animar a la tropa.

«Acabé radiando en la frecuencia militar alemana la misma música por la que te podrían haber llevado a la cárcel, si te hubieran pillado escuchándola en Berlín y en Hamburgo», explica Berent, quien tenía claro el poder subversivo del jazz: “Goebbels y Stalin sí que sabían hasta qué punto el jazz podía sugerir libertad y por eso se mostraron tan decididos a suprimirlo […]. Sabían que el jazz genera el tipo de actitud que podría poner en peligro su poder. No puede ser accidental que todos los regímenes totalitarios hayan estado contra el jazz”. Goebbels sabía que “escuchar jazz era una mala influencia para los buenos nazis”.

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La historia de los deportados españoles en campos nazis lucha por sobrevivir

martes, abril 19th, 2016

Los expertos estiman -aunque mantienen diferencias- que fueron unos 10 mil los españoles quienes, por desobediencia o ideología, acabaron en campos como Mauthausen, Oranienburg, Sachenhausen, Dachau o Buchenwald, sinónimos del horror nazi en la memoria colectiva.

En los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial se seguía "una política rigurosa de exterminio" y en los campos había una "mortalidad de extrema". Foto: archivo

En los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial se seguía “una política rigurosa de exterminio” y en los campos había una “mortalidad de extrema”. Foto: archivo

Por Juan Palop

Berlín, 19 abr (EFE).- La historia de los miles de españoles deportados a campos de concentración nazis lucha contra el olvido al que le arrastran el escaso respaldo institucional y el inexorable paso del tiempo, con apenas una quincena de supervivientes nonagenarios.

Los expertos estiman -aunque mantienen diferencias- que fueron unos 10 mil los españoles quienes, por desobediencia o ideología, acabaron en campos como Mauthausen, Oranienburg, Sachenhausen, Dachau o Buchenwald, sinónimos del horror nazi en la memoria colectiva.

De ellos, apenas un tercio resistió las inhumanas condiciones de los campos de concentración, según distintos cálculos.

A esto se suman las más de siete décadas que ya han transcurrido desde que las fuerzas aliadas liberaron los campos de concentración del Tercer Reich.

“En la actualidad viven entre quince y veinte”, estima el historiador Benito Bermejo, conocido como el “detective de Mauthausen”, en declaraciones a los medios tras un coloquio mantenido en la embajada española de Berlín, esta semana, sobre los supervivientes españoles a los campos nazis.

El respaldo institucional para estas víctimas del nazismo ha sido “prácticamente inexistente” durante décadas, añade Bermejo, que está convencido de que el franquismo fue consciente de la presencia de españoles en los campos porque gestionó la salida de varios deportados y porque recibió partidas de defunción.

Este historiador cree que la dictadura alentó la dureza contra los presos españoles, ya que la única circular en la que el nazismo se refirió a cómo tratarlos se emitió un día después de que entonces ministro de Interior Ramón Serrano Suñer visitase Berlín.

Bermejo considera que ello ha empezado a cambiar “un poquito” en los últimos años, aunque cree que queda mucho por hacer.

La mayoría de los supervivientes, apuntó este historiador, nunca volvieron a su país.

España, asegura el historiador Xosé Manoel Núñez Seixas, es un “caso peculiar” entre las naciones europeas por haberse mantenido oficialmente neutral, aunque “100.000 y 150 mil” de sus ciudadanos se vieron “directa o indirectamente” involucrados en el conflicto.

“La sociedad española participa en la Segunda Guerra Mundial mucho más que las de otros países que se declararon neutrales”, como Suiza, Suecia y Turquía, recalca Núñez.

Según Walter Bernecker, catedrático emérito de la Universidad de Erlangen, los españoles que empezaron a llegar en 1940 a los campos de concentración, principalmente al de Mauthausen, eran exiliados de la guerra civil que habían huido a Francia.

Algunos fueron deportados por revelarse ante las condiciones de trabajo a que les obligaban los nazis en la Francia ocupada, otros por haberse unido a la resistencia y otros por su significación política, como Francisco Largo Caballero, que fue primer ministro durante la II República española.

A Mauthausen llegaron unos 7 mil 200 -un 90 por ciento de los deportados españoles- de los que murieron 4.800; a Dachau y Buchenwald entraron unos mil, y a Oranienburg, un centenar, según Bernecker.

Bermejo, por su parte, ha logrado reconstruir las biografías de cerca de 9.000 españoles que fueron prisioneros de los nazis.

La tasa de mortalidad entre los españoles fue mucho mayor que entre otras nacionalidades, aproximadamente dos de cada tres, entre otras razones porque fueron de los primeros en ser deportados.

En los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial se seguía “una política rigurosa de exterminio” y en los campos había una “mortalidad de extrema”, señala este historiador alemán, que explica que luego se preservaron más las vidas de los prisioneros para que contribuyesen con su trabajo al denominado “esfuerzo de guerra”.

“Lo que nos salvó es que Hitler, tras perder tantos soldados, necesitaba trabajadores”, observa en el coloquio el francés Roger Bordage, superviviente de Sachenhausen y trabajador forzado en una factoría de bombarderos.

Para Bordage, que preside ahora el Comité Internacional del Campo de Concentración de Sachenhausen, “si seguimos hablando de esto es para que las generaciones siguientes puedan entender que la sociedad es algo muy frágil”.

En este sentido, advierte del actual auge en Europa de la “extrema derecha”, aunque sin dar nombres, alertando frente a quienes proponen soluciones fáciles para “problemas terriblemente complejos”.