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Policía del Capitolio fue alertada del ataque, pero le ordenaron no usar sus tácticas “más agresivas”: NYT

miércoles, abril 14th, 2021

El inédito asalto al Capitolio que ocurrió el pasado 6 de enero, cuando simpatizantes del expresidente Donald Trump irrumpieron en el recinto en Washington, causó la muerte de un policía de la institución y de otros cuatro civiles.

Washington, 14 abr (EFE).– La Policía del Capitolio de Estados Unidos fue advertida de “forma clara” y anticipada sobre la violencia de los atacantes de esa institución el pasado 6 de enero, pero sus mandos ordenaron a los oficiales que no usaran contra los manifestantes sus tácticas “más agresivas” para contenerlos.

Estas son las conclusiones de un nuevo informe sobre el ataque contra el Capitolio de 104 páginas elaborado por el inspector general, Michael A. Bolton, y que este miércoles ha hecho público The New York Times.

En el documento, que será presentado en el Capitolio mañana jueves, se critica la forma en que la Policía del Capitolio se preparó y respondió a la violencia de los manifestantes el 6 de enero.

Bolton descubrió que los responsables de la seguridad de la institución no se prepararon adecuadamente a pesar de las advertencias explícitas de que los extremistas pro-Trump representaban una amenaza para las fuerzas del orden y los civiles y que la policía usaba equipo de protección defectuoso.

En esta foto de archivo del 6 de enero de 2021, partidarios del entonces Presidente Donald Trump tratan de atravesar una barrera policial en el Capitolio en Washington.

En esta foto de archivo del 6 de enero de 2021, partidarios del entonces Presidente Donald Trump tratan de atravesar una barrera policial en el Capitolio en Washington. Foto: Julio Cortez, AP

También descubrió que los estos responsables ordenaron a su Unidad de Disturbios Civiles que se abstuviera de usar sus armas de control de multitudes más poderosas, como granadas paralizantes, para sofocar el ataque.

El informe ofrece el relato más devastador hasta la fecha de los fallos y errores de cálculo en torno al ataque más violento que ha sufrido el Capitolio en dos siglos, según el diario neoyorquino.

Tres días antes del asedio, un informe de inteligencia de la Policía del Capitolio advirtió sobre la violencia de los partidarios del Presidente Donald J. Trump que creían en sus falsas afirmaciones de que las elecciones habían sido robadas.

Algunos de los violentos incluso habían publicado un mapa del sistema de túneles del complejo del Capitolio en foros de mensajes a favor de Trump.

“A diferencia de las protestas postelectorales anteriores, los objetivos de los partidarios de Trump no eran los contramanifestantes como lo fueron anteriormente, sino que el propio Congreso era el claro objetivo el día 6”, aseguraba el informe sobre las amenazas detectadas, según el inspector general.

Las protestas lideradas por el movimiento “Stop the Steal” (Parad el robo electoral) podían atraer a supremacistas blancos, miembros de la milicia y otras personas que promueven activamente la violencia y podía conducir a una situación significativamente peligrosa para las fuerzas del orden y el público en general, agrega Bolton.

La Policía de Washington alerta sobre una posible nueva toma del Capitolio por grupos extremistas

miércoles, marzo 3rd, 2021

La toma del Capitolio ocurrió el pasado 6 de enero, cuando Donald Trump aún era Presidente de Estados Unidos y extendió un llamado a sus seguidores para “protestar en contra” del entonces entrante Gobierno de Joe Biden.

Washington, 3 mar (EFE).- La Policía del Capitolio de Estados Unidos alertó este miércoles del plan de una milicia para irrumpir el jueves en la sede del Congreso federal en Washington DC.

En un comunicado, ese cuerpo indicó que había obtenido información de Inteligencia que “muestra un posible complot de una milicia identificada para irrumpir el jueves, 4 de marzo, en el Capitolio”.

“Ya hemos hecho actualizaciones de seguridad significativas que incluyen el establecimiento de una estructura física y un aumento del personal para garantizar la protección del Congreso, el público y de nuestros agentes de policía”, dice la nota.

La Policía del Capitolio agregó que se toma esa información de Inteligencia muy seriamente y colabora con sus socios a nivel local, estatal y federal para detener cualquier amenaza contra la sede del Congreso del país.

Y subrayó que, debido la “naturaleza delicada” de los datos de los de que dispone, no puede ofrecer más detalles por el momento.

Según la cadena de televisión CNN, información proporcionada por el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional advierte que ha aumentado la discusión entre grupos extremistas, como la organización de ultraderecha Three Percenters, sobre un posible plan de atacar el Capitolio este 4 de marzo.

Los seguidores del movimiento conspiratorio QAnon creen que el 4 de marzo el expresidente de EU Donald Trump será investido de nuevo, basándose en que entre 1793 y en 1933 la investidura de los mandatarios cayó a menudo en torno a esa fecha.

Precisamente, cientos de seguidores de QAnon, miembros de grupos de ultraderecha y partidarios de Trump asaltaron el pasado 6 de enero el Capitolio, cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos Cámaras del Congreso para ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre.

Debido a ese ataque, Trump fue sometido a su segundo juicio político en el Senado, del que fue absuelto el pasado 13 de febrero, después de haber abandonado la Casa Blanca.

En los últimos días, el Congreso ha acogido una serie de sesiones en las que responsables de seguridad han ofrecido su versión de los hechos ocurridos el 6 de enero, en los que murieron cinco personas.

La semana pasada, la jefa en funciones de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman, advirtió en una de esas audiencias de un posible plan de extremistas para volar la sede del Congreso cuando Biden pronuncie su primer discurso ante las dos Cámaras legislativas.

“Sabemos que miembros de milicias que estuvieron presentes el 6 de enero han manifestado sus deseos de que quieren volar el Capitolio y matar al máximo de miembros (del Congreso) que sea posible, con un nexo con el (discurso del) Estado de la Unión, sobre el que sabemos que aún no se ha fijado una fecha”, dijo Pittman.

De acuerdo a medios estadounidenses, se espera que Biden pronuncie su discurso, similar al del Estado de la Unión (como todavía no ha cumplido un año en el poder será más para explicar sus planes de Gobierno y sus logros de sus primeras semanas), en una sesión conjunta del Congreso, después de que el Legislativo apruebe un tercer rescate económico por la pandemia.

Trump reaparece en entrevista en la TV luego de perder la Presidencia. Machaca en el fraude electoral

miércoles, febrero 17th, 2021

Donald Trump no había hablado con los medios desde su salida de la Casa Blanca, ocurrida el pasado 20 de enero. De hecho, tampoco entregó la Presidencia formalmente a Joe Biden, sino que se fue antes de que éste se convirtiera en el nuevo Presidente de Estados Unidos.

Washington, 17 feb. (EFE).– El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció este miércoles su primera entrevista desde que abandonó la Casa Blanca el 20 de enero para hablar de su amigo Rush Limbaugh, un popular comunicador conservador fallecido hoy, en una conversación en la que insistió en sus acusaciones infundadas de fraude en las pasadas elecciones y criticó al partido republicano.

Trump, que se encuentra en su club de golf de Mar-a-Lago, en Florida, intervino telefónicamente en la cadena de televisión Fox News para elogiar la figura de Limbaugh, que lo entrevistó en varias ocasiones.

“Rush creía que habíamos ganado, y yo también, creo que ganamos sustancialmente (las elecciones), y Rush pensaba que habíamos ganado, sobre las 22:00, 22:30 horas estaba finiquitado (del 3 de noviembre cuando se celebraron las elecciones), y mucha gente lo siente así también”, afirmó el exmandatario.

“No creo que eso le hubiera pasado a ningún demócrata, hubieras tenido disturbios en todas partes si eso le hubiera pasado a los demócratas, no tenemos el mismo apoyo en ciertos niveles del sistema (del partido) republicano, pero tenemos gente genial entre los republicanos -agregó-. Rush sentía que habíamos ganado y estaba bastante enfadado sobre eso”.

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Desde que las proyecciones de los medios de comunicación dieron al demócrata Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales cuatro días después de su celebración, Trump ha insistido en sus acusaciones de fraude electoral sin aportar pruebas y no llegó a reconocer el triunfo de su rival hasta después de que la Cámara Baja aprobara el 13 de enero la acusación para abrir un juicio político contra él por el asalto al Capitolio del país.

El 6 de enero cientos de seguidores radicales de Trump irrumpieron en la sede del Congreso mientras se celebraba una sesión conjunta de ambas cámaras para ratificar la victoria de Biden en los comicios.

Minutos antes del asalto, el entonces Presidente saliente pronunció un discurso incendiario desde la Casa Blanca donde instó a sus partidarios a marchar hacia al Capitolio para “detener el robo” de las elecciones.

Esa intervención sirvió de base a los demócratas para abrir un juicio contra él en el Senado, bajo el cargo de haber incitado a la insurrección, del que Trump fue absuelto el pasado fin de semana, al no haber votos suficientes para “condenarlo”.

Como Trump ya no es Presidente, se hubiera enfrentado a una posible inhabilitación para ejercer cargos públicos en el futuro.

Desde el asalto al Capitolio, el exmandatario, que durante su mandato estuvo omnipresente en Twitter, tiene bloqueadas sus cuentas en las principales redes sociales.

Organización demanda a Trump, Giuliani y a 2 grupos supremacistas blancos por el asalto al Capitolio

martes, febrero 16th, 2021

La Asociación Nacional para el Avance de los Pueblos de Color (NAACP, en inglés) presentó la demanda ante un tribunal federal en Washington, en la cual acusa al expresidente Donald Trump y a su abogado Rudy Giuliani de ser presuntos responsables de la toma del Capitolio, ocurrida el pasado 6 de enero, cuando sus simpatizantes irrumpieron en el inmueble. 

Washington, 16 feb (EFE).– La mayor organización de derechos civiles de la población afroamericana en Estados Unidos demandó este martes al expresidente Donald Trump, a su abogado Rudy Giuliani y a dos grupos supremacistas blancos por su responsabilidad en el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.

La demanda es un intento de lograr que Trump rinda cuentas por lo ocurrido tras su absolución en el juicio político en el Senado, y fue presentada ante un tribunal federal en Washington por la Asociación Nacional para el Avance de los Pueblos de Color (NAACP, en inglés) y por el congresista demócrata Bennie Thompson.

“Ahora que el Senado ha fracasado a la hora de hacer que el expresidente rinda cuentas, debemos usar todo el peso del sistema legal para conseguirlo”, dijo en un comunicado el abogado Joe Sellers, implicado también en la demanda a través de la firma legal especializada en derechos civiles Cohen, Milstein, Sellers y Toll.

La demanda alega que Trump y Giuliani, en colaboración con los grupos ultraderechistas Proud Boys y Oath Keepers, “conspiraron para incitar a una multitud congregada (en Washington) para marchar hacia el Capitolio de Estados Unidos y entrar en él”.

Donald Trump al momento de abandonar la Casa Blanca el 20 de enero del 2021.

Donald Trump al momento de abandonar la Casa Blanca el 20 de enero del 2021. Foto: Alex Brandon, File, AP

Al espolear ese asalto con el objetivo de evitar que el Congreso certificara ese día el resultado de las elecciones presidenciales, Trump, Giuliani y esos dos grupos ultraderechistas violaron la Ley del Ku Klux Klan de 1871, argumentan los demandantes.

Esa ley se aprobó 15 años después del fin de la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865) para proteger tanto a los afroamericanos liberados de la esclavitud como a los legisladores del Congreso de la violencia de grupos supremacistas blancos como el Ku Klux Klan (KKK).

La demanda, a la que se espera que se sumen en los próximos días más congresistas demócratas, alega que el asalto fue la culminación de un plan coordinado para socavar el proceso electoral e impedir que se contaran cientos de miles de votos legales, emitidos en muchos casos por estadounidenses afrodescendientes en estados clave.

“El 6 de enero fue uno de los días más vergonzosos de la historia de nuestro país, y lo instigó el propio Presidente. Su apoyo jovial de supremacistas blancos violentos provocó un ataque al Capitolio que puso en grave peligro mi vida y la de mis colegas”, subrayó el congresista Thompson en un comunicado.

Los demandantes incluyeron en su petición las declaraciones del líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien este sábado votó a favor de absolver a Trump en el juicio político pero argumentó que debía rendir cuentas ante la Justicia, y no en el Senado, por un ataque del que es “práctica y moralmente responsable”.

“Él (Trump) no se ha librado de nada todavía. Tenemos un sistema criminal en este país, tenemos un sistema civil. Y ningún expresidente es inmune a ninguno de los dos”, señaló McConnell el sábado en un discurso en el pleno del Senado.

Senado de EU arranca el segundo juicio político contra Trump; lo acusa del “delito constitucional más grave”

martes, febrero 9th, 2021

La defensa de Donald Trump ha sostenido que los demócratas no buscan justicia, sino “un intento egoísta de aprovecharse del horror y la confusión que invadió a los ciudadanos de todas las tendencias políticas al ver la destrucción del Capitolio por parte de unos pocos centenares de personas el 6 de enero”.

Por Lisa Mascaro, Eric Tucker, Mary Clare Jalonick y Jill Colvin

WASHINGTON (AP) — El segundo juicio político a Donald Trump en el Senado comenzó el martes, algo sin precedentes en la historia de Estados Unidos. La Cámara de Representantes acusa al expresidente derrotado en las urnas de incitar el ataque de una turba violenta contra el Capitolio para tratar de revocar el resultado electoral, lo que la acusación describió como “el delito constitucional más grave”.

Los abogados de Trump insisten en que su representado no es culpable del único cargo de “incitación a la insurrección” y que sólo utilizó figuras retóricas en sus combativas palabras cuando llamó a la multitud en un mitin a “pelear como demonios” por su Presidencia.

El asalto al Palacio Legislativo del 6 de enero conmocionó al mundo, que presenció cómo los insurrectos allanaban el edificio intentando detener la certificación de la victoria del Presidente electo, Joe Biden.

El asalto al Capitolio ocurrió el pasado 6 de enero, a días de que Trump dejara la Presidencia de EU. Foto: John Minchillo, AP.

El juicio político a cargo de los senadores comenzará con un debate seguido de votación sobre si es constitucionalmente lícito juzgar a un expresidente, un argumento atractivo para los republicanos ávidos por absolver a Trump sin dar la impresión de que condonan su conducta.

Los fiscales de la Cámara argumentarán que no hay una “excepción de enero” a las medidas de un Presidente días antes de dejar el cargo y que el juicio tiene numerosos precedentes, de acuerdo con colaboradores al tanto de los argumentos y que los divulgaron antes del inicio bajo la condición de anonimato.

Parece improbable que se llame a algún testigo, en parte porque los propios senadores que harán de jurado y que tuvieron que huir para ponerse a salvo, verán videos explícitos grabados ese día. Trump, atrincherado en su club de Mar-a-Lago en Florida, ha rechazado una petición de que declare.

Trump, el primer Presidente en ser juzgado tras abandonar el cargo, y el primero en pasar por dos juicios políticos por delitos e infracciones graves durante su mandato, sigue desafiando las normas civiles y tradiciones del país incluso en la derrota. Las medidas de seguridad en el Capitolio siguen siendo sumamente estrictas.

Es probable que resulte absuelto, pero el juicio pondrá a prueba la actitud de la nación frente a esa clase de poder presidencial, la determinación de los demócratas al juzgarlo y la lealtad de sus aliados republicanos en si defensa.

“Cuando trate de comprender un segundo juicio a Trump, la población debe tener en cuenta que Donald Trump fue el primer Presidente de la historia en negarse a aceptar su derrota”, dijo Timothy Naftali, profesor clínico asociado de la Universidad de Nueva York y experto en la saga de impugnación de Richard Nixon, que terminó con la renuncia de Nixon, en lugar de un juicio político.

El expresidente de EU, Donald Trump. Foto: EFE.

“Este juicio es una forma de tener esa difícil conversación nacional sobre la diferencia entre la disidencia y la insurrección”, dijo Naftali.

La Secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el lunes que Biden estará ocupado con las tareas de la Presidencia y no pasará mucho tiempo viendo el proceso televisado. “Se lo dejará a sus colegas en el Senado”, dijo.

En sus documentos previos, los abogados del expresidente atacaron varios aspectos de la acusación y tacharon el proceso de “teatro político” en la misma sala del Senado que invadió la turba.

El juicio comenzará el martes con un debate y una votación sobre si la Constitución admite procesar al expresidente, un argumento que podría atraer a republicanos que quieren votar para absolver a Trump sin que parezca que están aceptando su comportamiento.

Según un acuerdo entre el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y el líder republicano, Mitch McConnell, los alegato iniciales comenzarán el miércoles a mediodía y cada bando tendrá hasta 16 horas para hacer su presentación.

Después habrá horas para deliberaciones, testigos y alegatos finales. El juicio podría continuar durante el fin de semana y hasta la semana que viene.

Autoridades detienen al manifestante que, sonriente, cargó un atril durante asalto al Capitolio

sábado, enero 9th, 2021

Los asaltantes causaron destrozos en la sede del Congreso y se enfrentaron a las fuerzas del orden en un episodio que algunos legisladores han definido como un intento de golpe de estado.

Miami, 9 enero (EFE).- Adam Johnson, el partidario del Presidente Donald Trump captado cuando cargaba el atril de la presidenta de la Cámara de Representantes de EU, Nancy Pelosi, en una fotografía de la toma del Capitolio el miércoles, fue detenido en Florida.

La Oficina del Alguacil del condado Pinellas, en la costa del centro-oeste de Florida, indicó este sábado que Johnson fue capturado en razón de una orden federal de captura.

En la foto policial de su detención aparece sin la brillante sonrisa que lucía cuando fue fotografiado el 6 de enero durante la toma del Capitolio por parte de partidarios de Trump que habían asistido poco antes a un mitin del mandatario, el cual les instó a marchar hasta el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso.

Entre otras cosas, Trump dijo a sus seguidores que si no luchaban con fuerza, no iban a tener más “un país” y que había que dejar fuera a los débiles porque había llegado “la hora de la fuerza”.

Johnson, según la ficha policial, tiene 36 años, reside en Tampa, fue detenido el 8 de enero y está a la “espera de juicio”.

En la ficha no se especifican los cargos de los que es imputado.

La fotografía de Johnson con el atrio de Pelosi es una de las más publicadas de los sucesos ocurridos en el Capitolio, donde murieron cinco personas, una de ellas un policía, y numerosas resultaron heridas.

Los asaltantes causaron destrozos en la sede del Congreso y se enfrentaron a las fuerzas del orden en un episodio que algunos legisladores han definido como un intento de golpe de estado y otros como una “insurrección”.

La condena ha sido prácticamente unánime y Trump ha sido responsabilizado directamente de los hechos como instigador no sólo por los demócratas, que han pedido su destitución, sino por algunos republicanos.

Trump corre el riesgo de ser sometido a un juicio político, el segundo de su mandato, antes de que el demócrata Joe Biden asuma el 20 de enero la Presidencia de EU como ganador de las elecciones del 3 de noviembre.

El actual Presidente no acepta los resultados electorales y afirma sin pruebas haber sido víctima de un fraude masivo, razón por la cual el 6 de enero instó a sus partidarios a marchar al Capitolio.

Ese día en las cámaras legislativas se realizaba la certificación de la victoria de Biden, que Trump califica como un “robo”.

Una vez controlada la situación, el Congreso reanudó la sesión interrumpida por el asalto y certificó a Biden como presidente electo en la madrugada del 7 de enero.

Trump, cuyas cuentas en Facebook y Twitter han sido bloqueadas para evitar incitaciones a la violencia, no asistirá a la investidura de Biden.

¿Intento de golpe de Estado? No hay consenso. Pero arrastrará a EU a turbulencia política y social

jueves, enero 7th, 2021

Expertos como Jonathan Powell y Clayton Thyne definen el golpe de Estado como “un intento explícito llevado a cabo por militares o por otras élites pertenecientes al aparato estatal de derrocar a los poderes del Estado mediante métodos inconstitucionales”.

Por Clayton Besaw, investigador afiliado y analista sénior, Universidad de Florida Central

Y Matthew Frank, estudiante de maestría, Seguridad Internacional, Universidad de Denver

Washington, 7 de enero (THE CONVERSATION).– Seguidores de Donald Trump, azuzados por el propio Presidente, asaltaron este 6 de enero el edificio del Capitolio e interrumpieron el trámite legislativo de certificación de la victoria electoral de Joe Biden. Miles de personas que enarbolaban pancartas pro-Trump se abrieron paso a través de las barricadas y rompieron ventanas para entrar en el edificio donde se reunían los congresistas.

Cuatro personas han muerto, y varios policías han tenido que ser hospitalizados. La sesión del Congreso se reanudó, pero a puerta cerrada. A pesar de toda la violencia y la conmoción, lo que ha ocurrido este 6 de enero no ha sido un golpe de Estado.

Esta insurrección trumpista fue más bien un episodio de violencia electoral, similar a la que sufren de forma constante muchas democracias frágiles.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington. Foto: John Minchillo, AP

1. ¿Qué es un golpe de Estado?

A pesar de que el concepto de golpe de Estado no tiene una definición única, los investigadores que los estudian (como nosotros) coinciden en atribuirle una serie de atributos fundamentales conocidos como “hechos de naturaleza golpista”.

Expertos como Jonathan Powell y Clayton Thyne definen el golpe de Estado como “un intento explícito llevado a cabo por militares o por otras élites pertenecientes al aparato estatal de derrocar a los poderes del Estado mediante métodos inconstitucionales”.

Se usan básicamente tres parámetros para determinar si una insurrección es o no un golpe de Estado:

¿Sus perpetradores son actores estatales, como por ejemplo militares o dirigentes insurrectos?

¿El objetivo de la insurrección es el jefe del Gobierno?

¿Los insurrectos se valen de métodos ilegales e inconstitucionales para hacerse con el poder ejecutivo?

2. Golpes e intentos de golpe

Un ejemplo de golpe de Estado exitoso tuvo lugar el 3 de julio de 2013 en Egipto, cuando el general Abdel Fattah Al Sisi derrocó al Presidente del país, el muy impopular Mohamed Morsi. Este, que fue el primer Presidente elegido democráticamente de la historia de Egipto, había apoyado el proceso de redacción de una nueva Constitución, proyecto con el que también acabó Al Sisi. Todo ello hace que dicha acción pueda considerarse un golpe de Estado, ya que Al Sisi se hizo con el poder de forma ilegal y edificó un nuevo Estado de derecho sobre las cenizas del Gobierno electo.

Los golpes de Estado no siempre tienen éxito a la hora de derrocar gobiernos.

En 2016, miembros del ejército turco trataron de derrocar al Presidente y hombre fuerte del país, Recep Tayyip Erdogan. Los militares tomaron el control de zonas clave de Ankara, la capital del país, y de Estambul, entre ellas el puente del Bósforo y dos aeropuertos. Pero el golpe carecía de una buena coordinación y de un apoyo popular masivo, y fracasó rápidamente cuando el Presidente Erdogan hizo un llamamiento a sus seguidores para que se enfrentaran a los golpistas. En la actualidad, Erdogan sigue en el poder.

3. ¿Qué ocurrió en el Capitolio de Estados Unidos?

La revuelta en el edificio del Capitolio no cumple con los tres criterios descritos de golpe de Estado.

Los manifestantes pro-Trump eligieron como objetivo una rama del poder del Estado (el Congreso) y se enfrentaron a él de forma ilegal, es decir, irrumpiendo en el edificio y causando destrozos. Con esto se cumplirían, por tanto, el segundo y el tercer criterio.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump se reúnen afuera del Capitolio, en Washington. Foto: John Minchillo, AP

Pero en lo que respecta al primero, los participantes en la revuelta aparentemente eran civiles que actuaban por voluntad propia, y no actores estatales. El Presidente Trump había azuzado a sus seguidores para que se manifestaran frente al Capitolio menos de una hora antes de que la muchedumbre invadiera el edificio. Insistía en el argumento de que les habían robado las elecciones y que “No lo aceptaremos ni un minuto más”.

Durante meses se habían difundido tanto mentiras referentes a un presunto fraude electoral como teorías de la conspiración infundadas. Esto creó la percepción en la mente de muchos seguidores de Trump de que el Estado les estaba engañando.

Sin embargo, no está nada claro que la intención del Presidente al azuzar a sus seguidores fuera que estos asaltaran el Congreso. Y, de hecho, cuando la violencia quedó fuera de control, Trump les pidió de forma tibia que se fueran a casa.

Por el momento parece que los disturbios de Washington se desencadenaron sin la aprobación, la ayuda o el liderazgo activo de ningún tipo de actor estatal, como por ejemplo miembros del Ejército, policías o dirigentes díscolos del Partido Republicano. Sin embargo, las élites políticas estadounidenses tienen mucha culpa de lo ocurrido.

Al extender teorías de la conspiración sobre un presunto fraude electoral, muchos senadores republicanos, entre ellos Josh Hawley y Ted Cruz, crearon las condiciones propicias para el surgimiento de violencia política en el país, y en concreto la violencia asociada a procesos electorales.

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Los investigadores han demostrado que la retórica política basada en la confrontación aumenta el riesgo de que se produzcan episodios de violencia electoral. Los comicios son momentos de alto riesgo, ya que suponen la posibilidad de una transferencia de poder político.

Cuando los dirigentes de un Estado desprestigian las instituciones democráticas y las consideran campos de batalla de una lucha de poder soterrada, los procesos electorales muy ajustados pueden desencadenar estallidos violencia política y violaciones del Estado de derecho.

4. Entonces, ¿qué ocurrió?

Los impactantes sucesos ocurridos el 6 de enero fueron episodios de violencia política similares a los que demasiado a menudo se producen en democracias jóvenes e inestables.

Las elecciones en Blangladesh, por ejemplo, sufren de forma endémica episodios de violación del Estado de derecho e insurrecciones políticas debidos a que durante años ha habido violencia por parte del Gobierno y reacciones igualmente violentas por parte de la oposición. Los comicios de 2015 y 2018 dieron lugar a escenas que recordaban más a zonas de guerra que a transiciones democráticas.

En Camerún, durante las elecciones de 2020, grupos de disidentes armados llevaron a cabo numerosas acciones violentas. Tomaron como objetivo tanto sedes gubernamentales y dirigentes opositores como a ciudadanos inocentes que simplemente pasaban por allí. Su objetivo era desacreditar los resultados electorales, y actuaban en respuesta a la violencia sectaria y a los abusos de poder perpetrados por el Gobierno.

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La violencia electoral de Estados Unidos posee motivos y contextos diferentes a la sufrida por Bangladés y Camerún. Sin embargo, las acciones en sí son parecidas. Estados Unidos no ha sufrido un golpe de Estado, pero es probable que la insurrección azuzada por Trump hunda al país en una dinámica de turbulencias políticas y sociales.

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“No tomamos postura”, dice el Presidente de México sobre lo sucedido ayer en el Capitolio

jueves, enero 7th, 2021

Durante su conferencia de prensa matutina, el Jefe del Ejecutivo federal aseguró que México no va a “intervenir en estos asuntos que corresponden resolver, atender, a los estadounidenses”, porque esa es la política bajo la que se rige el país.

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).– “No tomamos postura”, dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador esta mañana sobre lo sucedido ayer en el Capitolio, donde una turba armada y simpatizante del mandatario estadounidense Donald Trump intentó lo que algunos ya consideran un “intento de Golpe de Estado”.

“Es de dominio público lo que sucedió ayer en el Capitolio. Nosotros siempre hemos actuado con respeto a la política interna de otros países. Así lo establece nuestra Constitución. Son principios de política exterior la no intervención y la autodeterminación de los pueblos. No vamos nosotros a intervenir en estos asuntos que corresponden resolver, atender, a los estadounidenses. Esa es nuestra política”, afirmó.

Luego de ser cuestionado por la toma del Capitolio, que dejó hasta anoche cuatro personas muertas y 14 policías heridos, López Obrador comentó que “siempre es muy lamentable el que se pierdan vidas humanas”, por ello, pidió una “solución pacífica de las controversias”.

“Siempre hemos buscado que todos los conflictos, esto aplica para la política exterior e interna, se resuelvan mediante el diálogo, por la vía pacífica. La Constitución establece en conflictos internacionales, la solución pacífica de las controversias y esto también debe ser norma también en lo interno. Por lo demás no tomamos postura”, agregó.

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Desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el Jefe del Ejecutivo federal deseó “que siempre haya paz, que prevalezca la democracia que es el poder del pueblo y que haya libertades. Eso es todo”.

EL ASALTO AL CAPITOLIO

La ciudad de Washington vivió este miércoles una jornada de caos inédita, debido al asalto por parte de seguidores del Presidente Donald Trump de la sede del Congreso cuando los legisladores certificaban la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

Al grito de “Trump ganó”, cientos de seguidores del mandatario irrumpieron en el Capitolio tras desbordar a la policía que lo custodiaba, y que provocaron caóticas escenas con trumpistas recorriendo los pasillos con banderas o sentándose en los escaños.

Durante estos incidentes, una simpatizante de Trump identificada como Ashli Babbit, vecina de San Diego (California), resultó herida de bala y falleció tras ser trasladada a un hospital, según confirmaron fuentes policiales a varios medios.

La mujer, una veterana de la Fuerza Aérea, presentaba una fuerte hemorragia ocasionada por un disparo en el cuello efectuado por un miembro de la seguridad de la sede legislativa durante el asalto, que se prolongó varias horas y que obligó a interrumpir la sesión.

Policías del Capitolio federal apuntan sus armas cerca de una puerta con una barricada mientras unos manifestantes tratan de ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Policías del Capitolio federal apuntan sus armas cerca de una puerta con una barricada mientras unos manifestantes tratan de ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Andrew Harnik, AP

Otras tres personas fallecieron como consecuencia de “urgencias médicas” que sufrieron en las instalaciones del Capitolio, dijo el jefe de la Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, en una rueda de prensa nocturna.

Catorce agentes de policía resultaron heridos durante los incidentes en el Capitolio, dos de ellos de forma “grave”, y al menos 52 personas fueron arrestadas, según Contee.

ASALTO DESPUÉS DE ARENGA DE TRUMP

El asalto al Congreso se produjo poco después de que los manifestantes hubieran sido arengados frente a la Casa Blanca por el Presidente saliente, quien les repitió la retahíla de denuncias de fraude infundadas en las que insiste desde que se confirmó su derrota en las elecciones de noviembre pasado, sin demostrarlas.

“No cederemos nunca, nunca concederemos (la victoria)”, dijo Trump a los miles de congregados a las afueras de la Casa Blanca para la marcha “Salvar a EU”, que partió al Capitolio.

En la sede del Congreso, los legisladores se encontraban reunidos para celebrar la ceremonia de validación formal del resultado de las elecciones de noviembre, en las que el demócrata Joe Biden se impuso a Trump.

A partir de su llegada al Capitolio se registraron las primeras escaramuzas entre los revoltosos y los agentes que custodiaban el lugar, que en inferioridad numérica y armados sólo con aerosoles de gases lacrimógenos no pudieron contener a la multitud.

Agentes de la policía del Capitolio retienen a punta de pistola a unos manifestantes cerca del recinto de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Agentes de la policía del Capitolio retienen a punta de pistola a unos manifestantes cerca del recinto de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Andrew Harnik, AP

En el momento del asalto al emblemático edificio, los legisladores habían suspendido su reunión para debatir las objeciones presentadas por los republicanos a los resultados en las elecciones en Arizona, uno de los primeros por orden alfabético.

-Con información de EFE

Fue intento de golpe de Estado que Trump azuzó, dicen en EU; fue una toma del Capitolio con armas

jueves, enero 7th, 2021

Pero la violencia, que incluyó disparos en el Capitolio, una persona muerta y la ocupación armada del salón de plenos del Senado, nació de un hombre que juró proteger las mismas tradiciones democráticas que los alborotadores intentaban deshacer en su nombre.

Por Jonathan Lemire

WASHINGTON (AP).— La turba que plantó asedio el miércoles al Capitolio de Estados Unidos era el resultado de las fuerzas destructivas que el Presidente, Donald Trump, lleva avivando desde hace años, y que culminaron con la interrupción de una formalidad democrática que habría acabado con su campaña anticonstitucional para mantenerse en el poder.

Las escenas de la jornada, con gente sobrepasando barricadas policiales, rompiendo ventanas y ocupando asiento de poder, eran imágenes que los estadounidenses estaban acostumbrados a ver en tierras lejanas con regímenes autoritarios.

Pero la violencia, que incluyó disparos en el Capitolio, una persona muerta y la ocupación armada del salón de plenos del Senado, nació de un hombre que juró proteger las mismas tradiciones democráticas que los alborotadores intentaban deshacer en su nombre.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington. Foto: John Minchillo, AP

Los agresores decidieron asaltar el Capitolio, un edificio simbólico como ciudadela de la democracia, e hicieron rememorar el dolor y la violencia de la era de la Guerra Civil. Sólo que en esta ocasión estaban alentados por un Presidente que se niega a cumplir el fundamento del traspaso pacífico del poder.

“Esto ha sido un intento de golpe de Estado incitado por el Presidente de los Estados Unidos”, dijo el historiador presidencial Michael Beschloss. “Estamos en un momento sin precedentes, en el que un Presidente está dispuesto a conspirar con turbas para derribar a su propio Gobierno. Esto va completamente en contra de la idea de la democracia que ha representado este país durante dos décadas”.

La certificación de los votos del Colegio Electoral, que formaliza la victoria del Presidente electo, Joe Biden, es una ceremonia consagrada en la Constitución y normalmente diseñada como demostración de fuerza de la democracia estadounidense. En esta ocasión, el proceso se vio interrumpido horas después de un incendiaria llamada a la acción de Trump durante un discurso a sus seguidores, a los que pidió que “combatan” el “robo” de las elecciones y marcharan al Capitolio.

“Después de esto, vamos a caminar -y yo estaré con ustedes- vamos a caminar, a caminar al Capitolio”, dijo Trump. “Y vamos a vitorear a nuestros valientes senadores y congresistas, y probablemente no vamos a vitorear tanto a algunos de ellos”.

El discurso de Trump en los últimos días de su Presidencia fue un mensaje marcado por la ira, que alentó a los que lo interpretaron como una llamada a la insurrección. Los alborotadores sobrepasaron y superaron a las fueras de seguridad del Capitolio, rompiendo ventanas, robando objetos de recuerdo y burlándose de la institución con fotos que les mostraban en puestos de poder.

Uno de los participantes en la turba se hizo con el escaño de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nanci Pelosi, y otro con su oficina. Una marea de gorras rojas de “Make America Grate Again” (el lema de Trump “Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”) inundó el Salón Nacional de las Estatuas, una zona del complejo conocida para los turistas. Un hombre ondeó una bandera confederada en el mismo lugar donde se celebraron los velorios de Abraham Lincoln y, apenas el año pasado, del congresista y líder de los derechos civiles John Lewis. Cerca de la fachada oeste del Capitolio se fotografió un nudo de horca.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump se reúnen afuera del Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump se reúnen afuera del Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Jose Luis Magana, AP

Y el escenario de investidura, donde Biden pondrá la mano sobre una Biblia dentro de dos semanas, fue utilizada por la policía del Capitolio para rociar aerosol de pimienta sobre la violenta multitud.

Pocos escaparon de la indignación de Trump, ni siquiera su subalterno más leal, el Vicepresidente, Mike Pence, que por una vez dijo que no podía cumplir los deseos del Presidente de revocar el conteo electoral porque no tenía autoridad legal para hacerlo.

En su mitin, Trump dijo que estaría “muy decepcionado” con su Vicepresidente, que poco después tuvo que ser evacuado por el Servicio Secreto cuando la masa de gente sobrepasó las barrera del Capitolio.

Pero las bases de la violencia se habían sentado mucho antes del mitin, donde el abogado personal del Presidente, Rudy Giuliani, pidió un “juicio por combate” para resolver las acusaciones de fraude electoral.

Trump, que hace tiempo que eludía comprometerse a un traspaso pacífico de poder, pasó la mayor parte de 2020 declarando que las elecciones estaban “amañadas” y haciendo acusaciones sin base de un fraude electoral generalizado que, según numerosas cortes federales y su exsecretario de Justicia, no existía.

El Presidente contó con el apoyo de decenas de miembros de su partido republicano, que dijeron estar dispuestos a oponerse a certificar el conteo electoral, una maniobra que sabían que demoraría pero no cambiaría el resultado.

Manifestantes dejan una pila de equipos de televisión destrozados en el exterior del Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero de 2021, en Washington.

Manifestantes dejan una pila de equipos de televisión destrozados en el exterior del Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero de 2021, en Washington. Foto: José Luis Magana, AP

Incluso cuando quedó claro que había perdido las elecciones, Trump se negó a admitir la realidad, e insistió en reiteradas ocasiones en que había ganado por goleada. Perdió ante Biden por 7 millones de votos.

Pero sus partidarios estaban más que dispuestos a aceptar sus esfuerzos por revertir el veredicto de los votantes.

Hace apenas unas semanas, tuiteó: “Gran protesta en D.C. el 6 de enero. ¡Vayan, sean salvajes!”, e incluso cuando había comenzado el asedio y miembros de su propio partido -incluidos algunos atrapados y escondidos en el Capitolio- le suplicaron que condenara con contundencia el acto de terrorismo interno, Trump se negó.

Pasó la mayor parte de la tarde en su comedor privado junto a la Oficina Oval, viendo la violencia en Washington desde un gran televisor en la pared, aunque centraba la mayor parte de su atención en la deslealtad de Pence.

A regañadientes, grabó un video en el que pidió “paz” y dijo a los alborotadores que “vayan a casa”, aunque planteó su petición entre nuevas acusaciones falsas de fraude electoral y dijo a los insurrectos “Os queremos. Sois muy especiales”.

En lugar de criticar directamente a la turba, tuiteó una disculpa en su nombre. “Estas son las cosas y los sucesos que ocurren cuando a grandes patriotas que han recibido un trato malo e injusto durante tanto tiempo se les arrebata una abrumadora victoria electoral sagrada de forma tan maligna y brusca”. Y les instó a “recordar” el día, indicando que en el futuro se recordaría como una celebración en lugar de un disturbio.

Agentes de la policía del Capitolio retienen a punta de pistola a unos manifestantes cerca del recinto de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Agentes de la policía del Capitolio retienen a punta de pistola a unos manifestantes cerca del recinto de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Andrew Harnik, AP

Twitter eliminó el tuit más tarde.

Sus palabras marcaron un gran contraste con las del hombre que le derrotó y de uno de sus predecesores en el cargo.

“En el mejor de los casos, las palabras de un Presidente pueden inspirar. En el peor, pueden incitar”, dijo Biden en un mensaje a la nación desde Delaware. “La tarea del momento, y la tarea de los próximos cuatro años, debe ser la restauración de la democracia y la recuperación del respeto al estado de derecho, y la renovación de una política que se ocupa de resolver problemas, no de avivar las llamas del odio y el caos”. Biden imploró a Trump que “dé un paso al frente”. El mandatario no lo hizo.

George W. Bush, el Presidente republicano más reciente, declaró que “la insurrección podría causar un grave daño a nuestra nación y a nuestra reputación”.

“El violento ataque al Capitolio -y la interrupción de un pleno del Congreso requerido por la Constitución- fue obra de personas cuyas pasiones se vieron inflamadas por falsedades y falsas esperanzas”, dijo Bush.

Trump ha tardado en condenar el extremismo violento, se ha negado a condenar a supremacistas blancos, vitoreó a manifestantes armados que acudieron la pasada primavera al capitolio estatal de Michigan y dijo al grupo de ultraderecha Proud Boys que “Retírense y esperen”.

Policías del Capitolio federal apuntan sus armas cerca de una puerta con una barricada mientras unos manifestantes tratan de ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Policías del Capitolio federal apuntan sus armas cerca de una puerta con una barricada mientras unos manifestantes tratan de ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Andrew Harnik, AP

El Capitolio de Estados Unidos sufrió una intrusión en 1814, cuando los británicos lo atacaron y le prendieron fuego durante la guerra de 1812, según la Sociedad Histórica del Capitolio de Estados Unidos. Y el momento de división interna, avivada por el Presidente, “no puede más que recordar a la Guerra Civil”, indicó el historiador presidencial Julian Zelizer.

“Esto es un ataque al Gobierno”, dijo Zelizer, que enseña en la Universidad de Princeton. “El Presidente ha avivado las divisiones y pedido esta protesta, pedido este caos. Nunca antes habíamos visto esto”.