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General de EU afirma que se había preparado para un golpe de Estado de Trump

jueves, julio 15th, 2021

El Jefe del Estado Mayor Conjunto de EU llegó a considerar que Trump podría dar un golpe de Estado, según relata el libro I Alone Can Fix It: Donald J. Trump’s Catastrophic Final Year, escrito por periodistas de The Washington Post.

Washington, 15 jul (EFE).- El Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark A. Milley, temía que el expresidente Donald Trump diera un golpe de Estado para perpetuarse en el poder tras haber perdido las elecciones de noviembre de 2020.

Milley, el general de mayor rango en Estados Unidos, decidió hacer planes sobre cómo detener ese golpe de Estado en caso de que se produjera ese ataque a la democracia, revela un nuevo libro escrito por dos periodistas de The Washington Post, de cuyo contenido se hacen eco este jueves varios medios estadounidenses.

La retórica de Trump antes de las elecciones alarmó a Milley y otros generales, que decidieron prepararse por si ocurría lo inimaginable, indica el libro I Alone Can Fix It: Donald J. Trump’s Catastrophic Final Year (Solo yo puedo arreglarlo: el catastrófico año final de Donald Trump), que se publicará la semana próxima.

“Podrán intentarlo, pero no van a tener éxito”, dijo Milley a sus subordinados, según el libro. “No puedes hacer esto sin los militares, no puedes hacer esto sin la CIA y el FBI. Nosotros somos los tipos con las armas”, remarcó.

Después de los comicios y de que Trump rechazara aceptar la victoria del actual presidente, Joe Biden, la preocupación entre Milley y los militares creció aún más.

Milley llegó incluso a decir que, con sus mentiras sobre las elecciones, Trump estaba difundiendo el “evangelio del Führer”, en referencia al dictador nazi Adolf Hitler.

En respuesta, Trump emitió un comunicado en el que arremetió contra Milley y consideró “ridículas” las alegaciones sobre el golpe de Estado.

“Si fuera a dar un golpe de Estado, una de las últimas personas con las que querría hacerlo es con el general Mark Milley”, dijo el expresidente.

Enseguida la frase “si fuera a dar un golpe de Estado” se hizo viral en Twitter, donde varios políticos demócratas y estrellas del deporte se burlaron de la declaración del expresidente.

“Algunas veces cuando quiero herir los sentimientos de alguien digo: ‘Nunca te elegiría para ejecutar mi golpe”, se mofó en Twitter uno de los senadores por Hawái, el demócrata Brian Schatz.

Por su parte, el exjugador de baloncesto Rex Chapman señaló que Trump le había hecho “reflexionar” y, ahora, se estaba preguntando a quién elegiría él si fuera a dar un golpe de Estado.

Al respecto, burlonamente, indicó que estaba entre cuatro opciones: el actor Dwayne Johnson “The Rock”, al dibujo animado “Underdog”, al protagonista de “MacGruber” o la comediante Sarah Silverman.

El libro que ha generado la polémica fue escrito por dos periodistas de The Washington Post, Carol Leonnig y Philip Rucker.

¿Intento de golpe de Estado? No hay consenso. Pero arrastrará a EU a turbulencia política y social

jueves, enero 7th, 2021

Expertos como Jonathan Powell y Clayton Thyne definen el golpe de Estado como “un intento explícito llevado a cabo por militares o por otras élites pertenecientes al aparato estatal de derrocar a los poderes del Estado mediante métodos inconstitucionales”.

Por Clayton Besaw, investigador afiliado y analista sénior, Universidad de Florida Central

Y Matthew Frank, estudiante de maestría, Seguridad Internacional, Universidad de Denver

Washington, 7 de enero (THE CONVERSATION).– Seguidores de Donald Trump, azuzados por el propio Presidente, asaltaron este 6 de enero el edificio del Capitolio e interrumpieron el trámite legislativo de certificación de la victoria electoral de Joe Biden. Miles de personas que enarbolaban pancartas pro-Trump se abrieron paso a través de las barricadas y rompieron ventanas para entrar en el edificio donde se reunían los congresistas.

Cuatro personas han muerto, y varios policías han tenido que ser hospitalizados. La sesión del Congreso se reanudó, pero a puerta cerrada. A pesar de toda la violencia y la conmoción, lo que ha ocurrido este 6 de enero no ha sido un golpe de Estado.

Esta insurrección trumpista fue más bien un episodio de violencia electoral, similar a la que sufren de forma constante muchas democracias frágiles.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington. Foto: John Minchillo, AP

1. ¿Qué es un golpe de Estado?

A pesar de que el concepto de golpe de Estado no tiene una definición única, los investigadores que los estudian (como nosotros) coinciden en atribuirle una serie de atributos fundamentales conocidos como “hechos de naturaleza golpista”.

Expertos como Jonathan Powell y Clayton Thyne definen el golpe de Estado como “un intento explícito llevado a cabo por militares o por otras élites pertenecientes al aparato estatal de derrocar a los poderes del Estado mediante métodos inconstitucionales”.

Se usan básicamente tres parámetros para determinar si una insurrección es o no un golpe de Estado:

¿Sus perpetradores son actores estatales, como por ejemplo militares o dirigentes insurrectos?

¿El objetivo de la insurrección es el jefe del Gobierno?

¿Los insurrectos se valen de métodos ilegales e inconstitucionales para hacerse con el poder ejecutivo?

2. Golpes e intentos de golpe

Un ejemplo de golpe de Estado exitoso tuvo lugar el 3 de julio de 2013 en Egipto, cuando el general Abdel Fattah Al Sisi derrocó al Presidente del país, el muy impopular Mohamed Morsi. Este, que fue el primer Presidente elegido democráticamente de la historia de Egipto, había apoyado el proceso de redacción de una nueva Constitución, proyecto con el que también acabó Al Sisi. Todo ello hace que dicha acción pueda considerarse un golpe de Estado, ya que Al Sisi se hizo con el poder de forma ilegal y edificó un nuevo Estado de derecho sobre las cenizas del Gobierno electo.

Los golpes de Estado no siempre tienen éxito a la hora de derrocar gobiernos.

En 2016, miembros del ejército turco trataron de derrocar al Presidente y hombre fuerte del país, Recep Tayyip Erdogan. Los militares tomaron el control de zonas clave de Ankara, la capital del país, y de Estambul, entre ellas el puente del Bósforo y dos aeropuertos. Pero el golpe carecía de una buena coordinación y de un apoyo popular masivo, y fracasó rápidamente cuando el Presidente Erdogan hizo un llamamiento a sus seguidores para que se enfrentaran a los golpistas. En la actualidad, Erdogan sigue en el poder.

3. ¿Qué ocurrió en el Capitolio de Estados Unidos?

La revuelta en el edificio del Capitolio no cumple con los tres criterios descritos de golpe de Estado.

Los manifestantes pro-Trump eligieron como objetivo una rama del poder del Estado (el Congreso) y se enfrentaron a él de forma ilegal, es decir, irrumpiendo en el edificio y causando destrozos. Con esto se cumplirían, por tanto, el segundo y el tercer criterio.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump se reúnen afuera del Capitolio, en Washington. Foto: John Minchillo, AP

Pero en lo que respecta al primero, los participantes en la revuelta aparentemente eran civiles que actuaban por voluntad propia, y no actores estatales. El Presidente Trump había azuzado a sus seguidores para que se manifestaran frente al Capitolio menos de una hora antes de que la muchedumbre invadiera el edificio. Insistía en el argumento de que les habían robado las elecciones y que “No lo aceptaremos ni un minuto más”.

Durante meses se habían difundido tanto mentiras referentes a un presunto fraude electoral como teorías de la conspiración infundadas. Esto creó la percepción en la mente de muchos seguidores de Trump de que el Estado les estaba engañando.

Sin embargo, no está nada claro que la intención del Presidente al azuzar a sus seguidores fuera que estos asaltaran el Congreso. Y, de hecho, cuando la violencia quedó fuera de control, Trump les pidió de forma tibia que se fueran a casa.

Por el momento parece que los disturbios de Washington se desencadenaron sin la aprobación, la ayuda o el liderazgo activo de ningún tipo de actor estatal, como por ejemplo miembros del Ejército, policías o dirigentes díscolos del Partido Republicano. Sin embargo, las élites políticas estadounidenses tienen mucha culpa de lo ocurrido.

Al extender teorías de la conspiración sobre un presunto fraude electoral, muchos senadores republicanos, entre ellos Josh Hawley y Ted Cruz, crearon las condiciones propicias para el surgimiento de violencia política en el país, y en concreto la violencia asociada a procesos electorales.

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Los investigadores han demostrado que la retórica política basada en la confrontación aumenta el riesgo de que se produzcan episodios de violencia electoral. Los comicios son momentos de alto riesgo, ya que suponen la posibilidad de una transferencia de poder político.

Cuando los dirigentes de un Estado desprestigian las instituciones democráticas y las consideran campos de batalla de una lucha de poder soterrada, los procesos electorales muy ajustados pueden desencadenar estallidos violencia política y violaciones del Estado de derecho.

4. Entonces, ¿qué ocurrió?

Los impactantes sucesos ocurridos el 6 de enero fueron episodios de violencia política similares a los que demasiado a menudo se producen en democracias jóvenes e inestables.

Las elecciones en Blangladesh, por ejemplo, sufren de forma endémica episodios de violación del Estado de derecho e insurrecciones políticas debidos a que durante años ha habido violencia por parte del Gobierno y reacciones igualmente violentas por parte de la oposición. Los comicios de 2015 y 2018 dieron lugar a escenas que recordaban más a zonas de guerra que a transiciones democráticas.

En Camerún, durante las elecciones de 2020, grupos de disidentes armados llevaron a cabo numerosas acciones violentas. Tomaron como objetivo tanto sedes gubernamentales y dirigentes opositores como a ciudadanos inocentes que simplemente pasaban por allí. Su objetivo era desacreditar los resultados electorales, y actuaban en respuesta a la violencia sectaria y a los abusos de poder perpetrados por el Gobierno.

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La violencia electoral de Estados Unidos posee motivos y contextos diferentes a la sufrida por Bangladés y Camerún. Sin embargo, las acciones en sí son parecidas. Estados Unidos no ha sufrido un golpe de Estado, pero es probable que la insurrección azuzada por Trump hunda al país en una dinámica de turbulencias políticas y sociales.

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El Presidente de México dice que es censura el bloqueo a las cuentas de Trump en las redes

jueves, enero 7th, 2021

El Jefe del Ejecutivo federal comentó que la censura que aplicó principalmente Twitter a Donald Trump no tendría que haber sucedido, ya que “es un asunto de Estado, no de las empresas”. Incluso, consideró que este tipo de acciones hacen que los dirigentes de redes sociales actúen como “un Juez o la Santa Inquisición”.

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).– El Presidente Andrés Manuel López Obrador consideró censura que las redes sociales como Twitter o Facebook tomaran la decisión casi inédita de bloquear las cuentas del mandatario saliente de Estados Unidos, Donald Trump, tras el asalto al Capitolio en Washington.

En el Salón de Tesorería de Palacio Nacional, el mandatario recalcó que no estaba de acuerdo con que a su aún homólogo estadounidense le bloquearan la opción de publicar contenido en al menos tres redes sociales, y explicó que ese tipo de acciones atentan contra la libertad de expresión.

El Jefe del Ejecutivo federal comentó que la censura que aplicó principalmente Twitter a Donald Trump no tendría que haber sucedido, ya que “es un asunto de Estado, no de las empresas”. Incluso, consideró que este tipo de acciones hacen que los dirigentes de redes sociales actúen como “un Juez o la Santa Inquisición”.

“¿Cómo se va a censurar a alguien? A ver, ‘te castigo porque yo Juez, como la Santa Inquisición, considero que lo que estás diciendo es perjudicial’ ¿Dónde está incluso la norma, la legislación? Eso es un asunto de Estado, no es asunto de las empresas”, recalcó durante su encuentro matutino con la prensa.

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Al inicio de su conferencia el mandatario rechazó pronunciarse sobre el asalto del miércoles al Capitolio de los seguidores de Trump que se niegan a reconocer su derrota electoral, un asedio que duró casi cuatro horas y dejó cuatro muertos, 14 policías heridos y al menos 52 detenidos.

Pero al final de su rueda de prensa, el líder izquierdista sí expresó su molestia por el actuar de Facebook y Twitter, que suspendieron videos y publicaciones del mandatario saliente de Estados Unidos “debido a la violencia”.

La charla sobre las redes sociales surgió luego de que un reportero le cuestionara al Presidente si abriría la monetización de su canal personal de YouTube para “recaudar y donar” el dinero que se obtenga como ganancia de los videos publicados en dicha plataforma.

Sin embargo, López Obrador refirió que no lo hará y que de hecho, cree que no puede hacerlo ya que es servidor público, por lo que “tendría que mover cosas”.

“Yo soy funcionario público, servidor público, y tengo el deber de informar a la población. Aún cuando el dinero se utilizara para un apoyo a la gente para cualquier bien necesario, no deja de ser un acto mercantil, de comercio. No soy partidario de eso. Además, creo que legalmente no podría hacerlo. Primero, no me gusta eso porque moralmente lo considero indebido, y creo que legalmente tampoco podría hacerlo, tendría que hacer un trámite”, explicó y señaló que si habilitara la monetización, la prensa que asiste a las llamadas “mañaneras” tendrían que recibir algo, pues indicó que la conferencia de prensa es un diálogo horizontal.

Andrés Manuel celebró que existan las redes sociales y el Internet, pues la gente puede acceder a la información y enterarse desde distintas plataformas de los informes que ofrece el Gobierno.

Los simpatizantes de Trump tomaron el 6 de enero el Capitolio luego de que el mandatario hiciera un llamado “por la democracia”. Foto: AP.

Segundos después, el Presidente mexicano recalcó que a pesar de que las redes están abiertas a todo el público, la censura que aplican a algunos comunicadores o líderes del mundo no es correcta pues se atenta con las garantías individuales de la ciudadanía. Además, calificó el acto de las empresas digitales como un gran retroceso para la sociedad.

López Obrador precisó que en lugar de que alguna empresa ejerza censura, todos debemos autolimitarnos al publicar mensajes que pueden llegar a cualquier parte del mundo, y con ello, la libertad de expresión estaría garantizada.

“Hay algo que no me gustó de lo de ayer, de lo del Capitolio, nada más que respeto, pero no me gusta la censura. No me gusta que a nadie lo censuren y le quiten el derecho de transmitir un mensaje en Twitter o en Facebook. No estoy de acuerdo con eso, no acepto eso. Tenemos que autolimitarnos todos y garantizar la libertad. ¿Cómo es eso de que ‘te censuro y ya no puedes transmitir’? Nosotros estamos aquí por las libertades. Eso lo digo porque existen las redes sociales y una de las cosas más importantes de los últimos tiempos, que fue una revolución, fue precisamente que al surgir las redes sociales se garantizaron las libertades, la gente pudo comunicarse abiertamente y sin censura. Se produjo la comunicación, los mensajes de ida y vuelta, la comunicación circular, entonces no puede haber retrocesos”, argumentó en un discurso enfático.

Andrés Manuel López Obrador dijo que se posicionaba al respecto de este asunto, ya que su Gobierno “padece la censura” y “siempre se le ha querido censurar”, pero destacó que no existe una legislación que permita que esto ocurra.

“Celebramos la nueva etapa, la del ingreso a lo social y político de las redes; en la que ustedes pueden libremente manifestarse, expresarse; pero imagínense que Twitter, como empresa, decida ‘usted no’, porque lo que está diciendo es nocivo, perjudicial o daña. Va en contra de las buenas costumbres del bando de Policía y ‘buen Gobierno’. Vamos a ver eso porque si se censura en las redes sociales, ¿qué va a quedar?”, añadió.

López Obrador dijo que no se pronunciaría al respecto de lo ocurrido en EU, pero reprendió la postura de Twitter y Facebook por censurar a Trump. Foto: Cuartoscuro.

También lamentó que, si las redes sociales siguen con este comportamiento, sólo quedarían los medios comerciales como New York Times o  Washington Post, además de la prensa mexicana que es crítica con su Gobierno.

“Los medios tradicionales históricamente se han sometido, con honrosas excepciones. Entonces, la libertad se expresa por entero en las redes sociales, es lo nuevo. Si ahí empieza a haber censura, es motivo de preocupación. Yo llamo la atención sobre este tema, porque sino, aquí sólo sería el Reforma, El Universal y las televisoras, las estaciones de radio y los comentaristas, y ya. Allá afuera, lo que diga el Washington Post, el New York Times y lo que digan las grandes cadenas de televisión, y la gente, con eso que tienes en la mano, se convierte cada una en un medio de comunicación, pero si ya no puedes, si te censuran, si te callan, si te silencian. Esto no es un asunto de México, es mundial. Es el derecho que tenemos a ejercer nuestras libertades”, sentenció.

Estas declaraciones ocurren pese a que en la misma rueda de prensa López Obrador argumentó que no podía pronunciarse sobre lo ocurrido en Washington porque la Constitución mexicana impide la “interferencia” en asuntos extranjeros.

A pesar de la toma del Capitolio, Joe Biden fue confirmado como Presidente electo de EU. Foto: AP.

Además, el líder izquierdista presumió que mantiene “muy buena relación con el Presidente Trump”.

La oposición mexicana ha acusado a López Obrador de ayudar a la campaña de reelección de Trump con su visita a Washington en julio pasado, el único viaje al extranjero que ha hecho como Jefe de Estado.

Además, López Obrador tardó cerca de un mes en reconocer a Joe Biden como Presidente electo al recordar el fraude electoral que él afirma que padeció en 2006, cuando perdió la votación frente al ahora expresidente Felipe Calderón.

El mandatario negó que vaya a tener “pleitos” con Biden, pero rechazó una visita a su toma de posesión el 20 de enero o alguna en el futuro.

“No tengo invitación y he decidido salir poco desde que estoy en la Presidencia, sólo he hecho un viaje a Washington a la Casa Blanca porque era muy importante el que se iniciara lo del tratado de libre comercio”, sostuvo.

FACEBOOK, INSTAGRAM Y TWITTER FRENAN A TRUMP

En un paso sin precedentes, Twitter, Facebook e Instagram bloquearon temporalmente las cuentas del Presidente Donald Trump, pero expertos coinciden en que la medida es poca y tardía y que las empresas deben asumir su responsabilidad por permitir que el mandatario las usara para propagar falsedades e incitar a la violencia.

Las redes sociales tomaron las medidas solamente la noche del miércoles, después de la toma violenta del Capitolio de Estados Unidos por una multitud de seguidores de Trump, alimentada por años de declaraciones falsas, teorías de la conspiración y retórica violenta.

https://twitter.com/TwitterSafety/status/1346970430062485505

Aunque algunos aplaudieron las acciones de las redes sociales, los expertos recalcaron que las acciones de las empresas ocurren luego de años en los que permitieron a Trump y sus partidarios difundir información errónea y peligrosa, además de alentar acciones y declaraciones que contribuyeron a la violencia del 6 de enero.

Fueron las acciones más enérgicas que Twitter y Facebook hayan tomado hasta ahora contra Trump, quien hace más de una década adoptó la inmediatez y el alcance de Twitter para dirigirse a sus simpatizantes, criticar a sus enemigos y difundir rumores falsos.

Twitter, que bloqueó la cuenta de Trump durante 12 horas, también amenazó al mandatario saliente con aplicarle una prohibición permanente si volvía a infringir las reglas.

La compañía requirió la eliminación de tres de los tuits de Trump, entre ellos un video corto en el que instó a esos simpatizantes a “irse a casa” mientras al mismo tiempo repetía falsedades sobre la integridad de las elecciones presidenciales de noviembre. La cuenta de Trump borró esas publicaciones, dijo Twitter. Si las hubiera dejado, Twitter pudo haber cumplido su advertencia de prolongar la suspensión de su cuenta.

Facebook e Instagram —esta última propiedad de Facebook— impidieron que Trump pudiera publicar durante 24 horas después de que hubo dos violaciones de sus políticas. La Casa Blanca no ofreció una respuesta inmediata a las acciones.

Sin embargo, esta mañana, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, ha anunciado a través de su plataforma que Donald Trump no podrá usar esta red, ni tampoco Instagram, “por tiempo indefinido y al menos durante las próximas dos semanas, hasta que se complete la transición pacífica del poder” en la Casa Blanca, con la investidura de Joe Biden, prevista para el 20 de enero.

Mensaje del director de Facebook, Mark Zuckerberg, sobre lel bloqueo de as cuentas de Donald Trump. Foto: Captura de pantalla.

Zuckerberg explica en su publicación que “los impactantes acontecimientos” de las últimas 24 horas “demuestran claramente” que el actual mandatario tiene la intención de “usar el tiempo que le queda en el cargo para socavar la transición pacífica y legal del poder a su sucesor electo”.

Las dos plataformas, así como YouTube, ya habían eliminado el breve video en el que Trump instó a “irse a casa” a aquellos simpatizantes que antes irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos.

-Con información de EFE, AP y RT

Fue intento de golpe de Estado que Trump azuzó, dicen en EU; fue una toma del Capitolio con armas

jueves, enero 7th, 2021

Pero la violencia, que incluyó disparos en el Capitolio, una persona muerta y la ocupación armada del salón de plenos del Senado, nació de un hombre que juró proteger las mismas tradiciones democráticas que los alborotadores intentaban deshacer en su nombre.

Por Jonathan Lemire

WASHINGTON (AP).— La turba que plantó asedio el miércoles al Capitolio de Estados Unidos era el resultado de las fuerzas destructivas que el Presidente, Donald Trump, lleva avivando desde hace años, y que culminaron con la interrupción de una formalidad democrática que habría acabado con su campaña anticonstitucional para mantenerse en el poder.

Las escenas de la jornada, con gente sobrepasando barricadas policiales, rompiendo ventanas y ocupando asiento de poder, eran imágenes que los estadounidenses estaban acostumbrados a ver en tierras lejanas con regímenes autoritarios.

Pero la violencia, que incluyó disparos en el Capitolio, una persona muerta y la ocupación armada del salón de plenos del Senado, nació de un hombre que juró proteger las mismas tradiciones democráticas que los alborotadores intentaban deshacer en su nombre.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump tratan de pasar a través de una barrera de la policía, el miércoles 6 de enero de 2021, en el Capitolio, en Washington. Foto: John Minchillo, AP

Los agresores decidieron asaltar el Capitolio, un edificio simbólico como ciudadela de la democracia, e hicieron rememorar el dolor y la violencia de la era de la Guerra Civil. Sólo que en esta ocasión estaban alentados por un Presidente que se niega a cumplir el fundamento del traspaso pacífico del poder.

“Esto ha sido un intento de golpe de Estado incitado por el Presidente de los Estados Unidos”, dijo el historiador presidencial Michael Beschloss. “Estamos en un momento sin precedentes, en el que un Presidente está dispuesto a conspirar con turbas para derribar a su propio Gobierno. Esto va completamente en contra de la idea de la democracia que ha representado este país durante dos décadas”.

La certificación de los votos del Colegio Electoral, que formaliza la victoria del Presidente electo, Joe Biden, es una ceremonia consagrada en la Constitución y normalmente diseñada como demostración de fuerza de la democracia estadounidense. En esta ocasión, el proceso se vio interrumpido horas después de un incendiaria llamada a la acción de Trump durante un discurso a sus seguidores, a los que pidió que “combatan” el “robo” de las elecciones y marcharan al Capitolio.

“Después de esto, vamos a caminar -y yo estaré con ustedes- vamos a caminar, a caminar al Capitolio”, dijo Trump. “Y vamos a vitorear a nuestros valientes senadores y congresistas, y probablemente no vamos a vitorear tanto a algunos de ellos”.

El discurso de Trump en los últimos días de su Presidencia fue un mensaje marcado por la ira, que alentó a los que lo interpretaron como una llamada a la insurrección. Los alborotadores sobrepasaron y superaron a las fueras de seguridad del Capitolio, rompiendo ventanas, robando objetos de recuerdo y burlándose de la institución con fotos que les mostraban en puestos de poder.

Uno de los participantes en la turba se hizo con el escaño de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nanci Pelosi, y otro con su oficina. Una marea de gorras rojas de “Make America Grate Again” (el lema de Trump “Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”) inundó el Salón Nacional de las Estatuas, una zona del complejo conocida para los turistas. Un hombre ondeó una bandera confederada en el mismo lugar donde se celebraron los velorios de Abraham Lincoln y, apenas el año pasado, del congresista y líder de los derechos civiles John Lewis. Cerca de la fachada oeste del Capitolio se fotografió un nudo de horca.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump se reúnen afuera del Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Simpatizantes del Presidente Donald Trump se reúnen afuera del Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Jose Luis Magana, AP

Y el escenario de investidura, donde Biden pondrá la mano sobre una Biblia dentro de dos semanas, fue utilizada por la policía del Capitolio para rociar aerosol de pimienta sobre la violenta multitud.

Pocos escaparon de la indignación de Trump, ni siquiera su subalterno más leal, el Vicepresidente, Mike Pence, que por una vez dijo que no podía cumplir los deseos del Presidente de revocar el conteo electoral porque no tenía autoridad legal para hacerlo.

En su mitin, Trump dijo que estaría “muy decepcionado” con su Vicepresidente, que poco después tuvo que ser evacuado por el Servicio Secreto cuando la masa de gente sobrepasó las barrera del Capitolio.

Pero las bases de la violencia se habían sentado mucho antes del mitin, donde el abogado personal del Presidente, Rudy Giuliani, pidió un “juicio por combate” para resolver las acusaciones de fraude electoral.

Trump, que hace tiempo que eludía comprometerse a un traspaso pacífico de poder, pasó la mayor parte de 2020 declarando que las elecciones estaban “amañadas” y haciendo acusaciones sin base de un fraude electoral generalizado que, según numerosas cortes federales y su exsecretario de Justicia, no existía.

El Presidente contó con el apoyo de decenas de miembros de su partido republicano, que dijeron estar dispuestos a oponerse a certificar el conteo electoral, una maniobra que sabían que demoraría pero no cambiaría el resultado.

Manifestantes dejan una pila de equipos de televisión destrozados en el exterior del Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero de 2021, en Washington.

Manifestantes dejan una pila de equipos de televisión destrozados en el exterior del Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero de 2021, en Washington. Foto: José Luis Magana, AP

Incluso cuando quedó claro que había perdido las elecciones, Trump se negó a admitir la realidad, e insistió en reiteradas ocasiones en que había ganado por goleada. Perdió ante Biden por 7 millones de votos.

Pero sus partidarios estaban más que dispuestos a aceptar sus esfuerzos por revertir el veredicto de los votantes.

Hace apenas unas semanas, tuiteó: “Gran protesta en D.C. el 6 de enero. ¡Vayan, sean salvajes!”, e incluso cuando había comenzado el asedio y miembros de su propio partido -incluidos algunos atrapados y escondidos en el Capitolio- le suplicaron que condenara con contundencia el acto de terrorismo interno, Trump se negó.

Pasó la mayor parte de la tarde en su comedor privado junto a la Oficina Oval, viendo la violencia en Washington desde un gran televisor en la pared, aunque centraba la mayor parte de su atención en la deslealtad de Pence.

A regañadientes, grabó un video en el que pidió “paz” y dijo a los alborotadores que “vayan a casa”, aunque planteó su petición entre nuevas acusaciones falsas de fraude electoral y dijo a los insurrectos “Os queremos. Sois muy especiales”.

En lugar de criticar directamente a la turba, tuiteó una disculpa en su nombre. “Estas son las cosas y los sucesos que ocurren cuando a grandes patriotas que han recibido un trato malo e injusto durante tanto tiempo se les arrebata una abrumadora victoria electoral sagrada de forma tan maligna y brusca”. Y les instó a “recordar” el día, indicando que en el futuro se recordaría como una celebración en lugar de un disturbio.

Agentes de la policía del Capitolio retienen a punta de pistola a unos manifestantes cerca del recinto de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Agentes de la policía del Capitolio retienen a punta de pistola a unos manifestantes cerca del recinto de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Andrew Harnik, AP

Twitter eliminó el tuit más tarde.

Sus palabras marcaron un gran contraste con las del hombre que le derrotó y de uno de sus predecesores en el cargo.

“En el mejor de los casos, las palabras de un Presidente pueden inspirar. En el peor, pueden incitar”, dijo Biden en un mensaje a la nación desde Delaware. “La tarea del momento, y la tarea de los próximos cuatro años, debe ser la restauración de la democracia y la recuperación del respeto al estado de derecho, y la renovación de una política que se ocupa de resolver problemas, no de avivar las llamas del odio y el caos”. Biden imploró a Trump que “dé un paso al frente”. El mandatario no lo hizo.

George W. Bush, el Presidente republicano más reciente, declaró que “la insurrección podría causar un grave daño a nuestra nación y a nuestra reputación”.

“El violento ataque al Capitolio -y la interrupción de un pleno del Congreso requerido por la Constitución- fue obra de personas cuyas pasiones se vieron inflamadas por falsedades y falsas esperanzas”, dijo Bush.

Trump ha tardado en condenar el extremismo violento, se ha negado a condenar a supremacistas blancos, vitoreó a manifestantes armados que acudieron la pasada primavera al capitolio estatal de Michigan y dijo al grupo de ultraderecha Proud Boys que “Retírense y esperen”.

Policías del Capitolio federal apuntan sus armas cerca de una puerta con una barricada mientras unos manifestantes tratan de ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021.

Policías del Capitolio federal apuntan sus armas cerca de una puerta con una barricada mientras unos manifestantes tratan de ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, en Washington, el miércoles 6 de enero de 2021. Foto: Andrew Harnik, AP

El Capitolio de Estados Unidos sufrió una intrusión en 1814, cuando los británicos lo atacaron y le prendieron fuego durante la guerra de 1812, según la Sociedad Histórica del Capitolio de Estados Unidos. Y el momento de división interna, avivada por el Presidente, “no puede más que recordar a la Guerra Civil”, indicó el historiador presidencial Julian Zelizer.

“Esto es un ataque al Gobierno”, dijo Zelizer, que enseña en la Universidad de Princeton. “El Presidente ha avivado las divisiones y pedido esta protesta, pedido este caos. Nunca antes habíamos visto esto”.