Posts Tagged ‘Música mexicana’

La cantante Rosalba Cruz López cerrará el 2021 con una presentación en la CdMx

sábado, diciembre 18th, 2021

El “concierto para encender luciérnagas en el pecho”, liderado por Rosalba Cruz López, se llevará a cabo en el Teatro-Bar “El Vicio” de la Ciudad de México. 

Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).- La cantante mexicana Rosalba Cruz López se presentará en el “concierto para encender luciérnagas en el pecho” el próximo jueves 23 de diciembre en la Ciudad de México.

Rosalba ha incursionado en los géneros de blues, jazz y funk, y las letras de sus canciones tienen un alto contenido reflexivo. Aborda temas relacionados con las mujeres y sus procesos de autoconocimiento, deconstrucción del amor romántico y de estereotipos en torno al ser mujer.

En su nuevo álbum, titulado “Concierto para encender luciérnagas en el pecho”, las canciones están dedicadas –de acuerdo con información proporcionada por la propia Rosalba─ a la “búsqueda de la luminosidad […], a la contemplación de las emociones a través de las palabras, a reflexionar sobre el apego, el deseo, el mal de amores […] en pro de la reconciliación mente-cuerpo”.

Cruz López se ha presentado en distintos foros, festivales y ferias del libro en la Ciudad de México. El jueves 23 de diciembre el evento se llevará a cabo en el
Teatro-Bar “El Vicio”, en Coyoacán, a las 21:30 horas.

“El Vicio” es un teatro representativo para el cabaret político mexicano y hoy es coordinado por “Las reinas chulas”.

Rosalba retomó su trabajo artístico después de terminar su gestión como Directora Ejecutiva de Cultura Recreación y Deporte de la Alcaldía Gustavo A. Madero, durante la cual fundó la Big Band GAM y la Orquesta Filarmonica de la demarcación capitalina.

La cantante mexicana estará acompañada de músicos de gran renombre como el trompetista Joe D’Tianne, el trombonista Manuel Hernández, el saxofonista Yancis Wendy Ventura y el joven pianista Edgar Pérez.

También le acompaña en la guitarra el más joven de los músicos, Esteban Gutiérrez, quien con apenas 17 años es coautor de la música de algunos de los temas.

Con este evento, Rosalba cerrará un ciclo de conciertos que ha realizado a lo largo el año, lanzando un discurso de autoreconocimiento y liberación femenina en el amor, desamor y erotismo recuperado a través de la voz y la palabra.

La música regional mexicana alcanza reconocimiento en todo el mundo, dice el editor de Spotify

viernes, octubre 23rd, 2020

Sobre el regional en la actualidad, el experto dijo que están saliendo cada día grandes talentos jóvenes que diversifican el género a través de sus nuevos contextos mezclados con grandes clásicos que escucharon desde pequeños.

México, 23 de octubre (EFE).– La música regional mexicana siempre ha pertenecido al pueblo pero por muchos años se vio como “un gusto culposo”, algo que cada día está sucediendo menos ya que, como considera el periodista musical y editor de Spotify México Uriel Waizel, “todos nos sabemos una de Cristian Nodal y una de Banda MS”.

“La música regional mexicana siempre está ahí para toda la familia. Aunque haya gente que no lo reconozca y diga que es gusto culposo, a la mera hora cuando ya se bailaron en una fiesta las canciones que están de moda, ‘nos quitamos la máscara’ y entramos a la raíz profunda de México, donde todos nos sabemos una de Cristian Nodal o una de Banda MS”, dijo el experto en entrevista con Efe.

Y es que el regional mexicano es un nexo entre generaciones que no para de crecer en número de oyentes y de subgéneros que reflejan que este estilo forma parte de la vida diaria de muchas personas en México y en todo el mundo.

Aún así, hay sectores de la sociedad que no reconocen estos sonidos como parte del mainstream, no le hacen lugar, o no ven su relevancia, algo que el editor principal de la compañía en México asoció con una historia de la música impuesta.

“Yo crecí con una televisión mexicana que tiró hacia una cultura de figuras de la canción, grupos infantiles, un poco de rock. Una cultura muy totémica que decía lo que era aceptable, un discurso nacional de este México que tiende a ser aspiracional y que ve lateralmente la cultura de las provincias”, explicó.

Según él, ese discurso se volvió solido y se convirtió en “la verdad”, mientras que el regional existía -desde hace dos siglos- y crecía, recordando la multiculturalidad del país, que asumió como propios los violines europeos o la polka que llegó de Alemania al norte de México, entre muchos otros elementos.

Las cifras hablan por si solas en canciones que se volvieron icónicas: “Adiós amor” de Cristian Nodal cuenta con 993 millones de visualizaciones en Youtube y “Jefe de jefes” de Los Tigres del Norte cuenta con 100 millones, entre muchos otros éxitos del género.

“En México son igual de conocidos Cristian Nodal y Bad Bunny”, sentenció.

UN CRECIMIENTO EVIDENTE

Y las industria musical ya se está dando cuenta desde hace algunos años: las discográficas buscan firmar con artistas de ayer y de hoy del regional mexicano y los premios internacionales ya cuentan con categorías que premian este tipo de música.

Es necesario saber, dijo el experto, que el regional engloba muchos géneros como la banda, el mariachi o el sierreño, algo que Spotify condensó en “La Reina”, una lista de reproducción en la que buscaron colocar las joyas de la corona, tanto éxitos actuales como clásicos, para así crear un lugar de reunión y dar valor al género.

“Nos dimos cuenta que nos hacía falta una pieza central y que la industria y el publico la notara. Por muchas razones la llamamos ‘La Reina’ y la veo como pieza central. Y empiezan los artistas y la industria a reconocerla como un lugar en el que quieren estar, un lugar que consolida los éxitos del regional”, detalló Waizel.

Sobre el regional en la actualidad, el experto dijo que están saliendo cada día grandes talentos jóvenes que diversifican el género a través de sus nuevos contextos mezclados con grandes clásicos que escucharon desde pequeños.

Como es el caso de Natanael Cano, que representa los corridos tumbados, un fenómeno que ocurre en la frontera con Estados Unidos, donde se refleja que las calles del norte de México y del sur de EU hablan el mismo lenguaje”.

O también Ángela Aguilar, que a sus 17 años ya participó en los Latin Grammy cantando “La Llorona” y hace honor a toda una estirpe familiar adentrada en el regional.

Todos ellos crean nuevas propuestas que acercan a la juventud a los sonidos del pueblo mexicano y ponen en alto la música regional mexicana logrando que muchos jóvenes se acerquen a los clásicos a través de su música.

Además, renuevan el lenguaje y la temática -que en algunos casos pecan de representar lo antiguo y obsoleto- algo que Spotify trata de reforzar y reflejar en sus selecciones musicales.

Para el editor, esta lista es muy relevante porque condensa el esfuerzo que la compañía está poniendo en dar valor a la música regional mexicana y en general a todos los sonidos del país.

Próximamente planean crear álbumes de huapangos, son veracruzano, música prehispánica o danzones, buscando que Spotify México pueda funcionar como catálogo fiel a la realidad de la música del país y que el oyente puede conocerla “de la A a la Z”.

Carlos Rivera, Belinda, Los Ángeles Azules y la Banda MS, entre los artistas que brillarán en el 2020

domingo, enero 5th, 2020

En el panorama musical mexicano hay muchos nombres que seguirán dando que hablar. Entre ellos, Belinda, quien posee una dilatada carrera profesional tras comenzar en el 2000. Además, este 31 de enero se estrenará como actriz de musical en la producción Hoy no me puedo levantar, interpretando a María, la protagonista.

Por Julito Martínez 

México, 5 de enero (EFE).– La música de México es conocida en el mundo y muchas de sus canciones son coreadas y versionadas en infinidad de lugares, lo que no impide que los nuevos creadores mexicanos también sean afamados y que algunos ya se encuentren preparando el 2020.

Un ejemplo es Carlos Rivera, procedente del céntrico estado de Tlaxcala y uno de los cantantes actuales más destacables. Su ritmo fresco le ha procurado fama más allá de las fronteras del lugar que lo vio nacer.

“En él se distingue una mezcla de varias tendencias que existen en México”, explica el director de la Fonoteca Nacional mexicana, Pável Gramados, entre las que se encontraría la de aquellos intérpretes que surgen de programas televisivos de talentos, como es el caso de Rivera.

Casos como el del cantante tlaxcalteca o el de Alejandro Fernández hace unos años, que representan a la canción mexicana, son “herederos” del cantante Javier Solis, que se alzó “como el referente de todos los que ahora quieren ser la voz nacional” de ese país, añadió.

Belinda se estrenará como actriz de musical en la obra Hoy no me puedo levantar. Foto: EFE/ Sáshenka Gutiérrez

En el panorama musical mexicano hay muchos nombres que seguirán dando que hablar. Entre ellos, Belinda, quien posee una dilatada carrera profesional tras comenzar en el 2000. Además, este 31 de enero se estrenará como actriz de musical en la producción Hoy no me puedo levantar, interpretando a María, la protagonista.

“Yo estoy en la mejor disposición de hacer lo mejor como actriz, cantante e intérprete. Lo importante son los retos. Todo llega en el momento indicado y para mí esta obra llegó justo en ese instante”, aseguró Belinda en una entrevista concedida a Efe.

Se tratará de un nuevo impulso a la carrera de esta cantante, que ha sacado cuatro discos y que, además, ha intervenido en telenovelas, obras de teatro o programas de televisión. Incluso, llegó a colaborar con Juan Magán en la exitosa canción “Te voy a esperar”.

MÁS ALLÁ DEL POP LATINO

Otros intérpretes que poseen un gran número de seguidores son aquellos que se enmarcan dentro de la banda sinaloense o del género regional mexicano, algunos de los cuales tienen un sinfín de conciertos cerrados para el presente año.

Carlos Rivera es uno de los artistas más estacados del momento. Foto: EFE/ Nina Prommer/Archivo

Y como muestra, la Banda Sinaloense MS de Sergio Lizárraga, más conocida como Banda MS, cuyos componentes tendrán durante el 2010 actuaciones en México y en diferentes lugares de Estados Unidos.

Una situación muy similar a la de Los Tigres del Norte o La Arrolladora banda El Limón, que se subirán a diferentes escenarios durante la presente temporada.

Asimismo, la cumbia de Los Ángeles Azules también se dejará ver en diferentes espacios internacionales, sobre todo de México, EU y Canadá.

A pesar de los más de 35 años de vida de esta banda, sus canciones siguen cosechando un gran éxito entre el público. Algo que se pudo comprobar durante el “Gran festejo de fin de año” que se celebró en la céntrica Glorieta de La Palma de Ciudad de México en la tarde del 31 de diciembre, reuniendo a miles de personas.

Incluso, grupos clásicos de rock en México, como Café Tacvba o Molotov, confirmaron su intervención en la XXI edición del festival Vive Latino, que tendrá lugar en la ciudad española de Zaragoza el 11 y el 12 de septiembre del 2020.

Pero a diferencia de los géneros anteriores, Pável Granados hace hincapié en la crisis que la canción ranchera estaría viviendo “ahora mismo en México”.

El género regional mexicano tienen un sinfín de conciertos cerrados para el presente año. Foto: Twitter vía @tigresdelnorte

Precisamente, el reconocido músico y presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México, Armando Manzanero, se lamentaba en 2016 de la falta de apuesta por los mariachis de la industria musical, según declaraciones realizadas a medios locales.

QUÉ PASA CON EL REGGAETÓN EN MÉXICO

Un género que está triunfando en todo el mundo es el reggaetón, que permitiría escuchar sones latinos en un gran número de países. Sin embargo, “lo que consumimos en México son reggaetoneros de otros lugares, ya sea de Colombia o de Puerto Rico”, añadió Granados.

“El fenómeno de este estilo musical no ha hecho otra cosa que incrementarse”, subraya el director de la Fonoteca Nacional, aunque en el país no ha llegado a prender con artistas locales. “Todavía falta el reggaetón”, comentó este especialista, ya que el grueso de los artistas que se escuchan proceden de otros lugares.

Una situación que se habría dado debido a unas circunstancias concretas. “Creo que en México, y en general, ha habido censura por parte de alguna gente. Es una crítica de clase, clasismo”, añadió.

No obstante, dicho “estigma ya se está acabando”, ya que el mencionado estilo se coronó como uno de los géneros musicales más escuchados en México en el 2019, protagonizando los diez videos musicales más vistos en YouTube en el país.

“El reggaetón ha dejado de ser una música marginal para convertirse en el género central de, al menos, el final de esta década”, concluyó Granados, ya que “ha sabido apropiarse de algunas cosas que pertenecen al fenómeno pop”.

El Tri celebra 50 años de trayectoria junto a grandes invitados y en concierto de 6 horas

domingo, octubre 14th, 2018

El Tri prometió un concierto de 4 horas y media para celebrar sus 50 años de trayectoria, sin embargo, la duración del evento fue de 6 horas. El acto se llevó a cabo en el Palacio de los Deportes, Ciudad de México.

Ciudad de México, 14 de octubre (AP).— Alex Lora había prometido un concierto de cuatro horas y media, pero al final fueron necesarias casi seis para celebrar el sábado 50 años de rock con su banda, El Tri, con un lleno total en el Palacio de los Deportes dónde la pregunta más importante de la noche fue “¿estamos siendo felices?”.

Lora hacía constantemente esta pregunta en el concierto y más de una ocasión pudo constatar la alegría por su aniversario en el que contó con invitados como Armando Manzanero, Andrés Calamaro y Panteón Rococó, además de la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca, el coro de la Basílica de Guadalupe y, los más importantes, los admiradores que se mantuvieron aplaudiendo y bailando de principio a fin.

Imagen: Especial

A sus 65 años, Lora rocanroleó como grande y se divirtió como niño.

“¡A echar desmadre como en la secundaria!”, dijo Lora ante cerca de 20 mil asistentes en el Palacio de los Deportes, algunos de los cuales llegaron de ciudades del interior de México como Monterrey, Veracruz y Puebla, mientras que otros llegaron desde Perú y Argentina.

“Que dios los bendiga y ¡qué viva el rocanrol! 50 años de rocanrol de México para el mundo y aquí estamos tan frescos con más de 50 años”, agregó Lora.

Dr. Shenka de Panteón Rococó cantó con Lora la clásica “Chavo de onda” a ritmo de ska, mientras que Armando Manzanero acompañó a Lora tocando el piano en “Triste canción de amor”. Manzanero entregó a Lora un reconocimiento de parte de Sociedad de Autores y Compositores de México.

El rockero también recibió otros reconocimientos de sindicatos de músicos y un regalo de un estudio de decoradores de autos: la imagen de la virgen de Guadalupe, de la que es devoto, en la camioneta que usa para sus giras.

La Tremenda Korte, La Auténtica Santanera, el rockero español Cirilo, el argentino Luciano Napolitano, así como los mexicanos Gil Rivera, Javier Bátiz, Toño Lira y Pocholo, fueron otros de los invitados al concierto. De igual manera estuvieron las ex concursantes Gloria Sánchez, Steph Red y Julissa Félix de La Voz Perú, el reality show del que fue coach Lora en 2015.

“Qué honor, qué privilegio compartir 50 años de rock and roll”, dijo Calamaro quien interpretó “No los molesten” de El Tri y “Alta suciedad” de Calamaro. “¡Viva México, viva Alex Lora y El Tri, viva el rocanrol!”.

Chela Lora, la inseparable mánager y esposa de Lora, a la que el rockero dice de cariño domadora, no estuvo en el escenario la mayoría del tiempo, pero sí llegó hacia el final para interpretar “Otra muerta más”, la canción de El Tri para las víctimas de feminicidios.

“Es muy triste ver cómo han aumentado los asesinatos de mujeres”, dijo Chela Lora. “Es horrible sufrir la impotencia ante las autoridades que no hacen nada para resolver este asunto yo quisiera preguntarle a las autoridades ¿que no tienen hijos, hijas, que no tienen hermanas? Lo que yo creo que más bien no tienen es madre”.

En “San Juanico”, la canción dedicada a las víctimas de las explosiones de gas de 1984 en el Estado de México que dejaron casi 500 muertos, Lora incluyó pirotecnia y explosiones controladas que hicieron estremecer al público en una de las interpretaciones más emotivas de la noche. También dedicó dos canciones a los presos de la Ciudad de México, “Santa Martha” y “Pamela”.

“Un aplauso para la raza del reclusorio oriente y la banda de todos los centros de readaptación social, están participando con El Tri en su 50 aniversario”, dijo Lora quien como parte de las celebraciones de su aniversario inauguró una exposición de arte realizado por presos en la estación Chabacano de la Ciudad de México.

Al tratarse de un concierto del Tri, no podía faltar la crítica política. Lora sacó una máscara del presidente estadounidense Donald Trump a la que le dijo “chinga a tu m…”, también le recordó a su progenitora al presidente mexicano Peña Nieto y a expresidentes mexicanos como Carlos Salinas de Gortari o Luis Echeverría Álvarez.

Pero esto no quiere decir que el rockero no esté orgulloso de su país, al comienzo de la velada Lora interpretó el himno nacional y tras esto llamó a un grupo de danzantes de música prehispánica con penachos que se movían al ritmo de “La raza más chida”.

Valentín Elizalde, “El Gallo de Oro”, podría tener serie autobiográfica

miércoles, julio 25th, 2018

Francisco Elizalde confesó que ha tenido acercamientos con televisoras para que produzcan una serie sobre la vida de su hermano, Valentin Elizalde.

Valentin Elizalde, presentó su nuevo disco de banda titulado Soy Así bajo el sello de Universal.Foto: Moisés Pablo/Cuartoscuro

Ciudad de México, 25 de julio (Noroeste/SinEmbargo).—Valentín Elizalde, mejor conocido como El Gallo de Oro, podría tener su propia serie, así lo confirmó Francisco Elizalde, antes de su presentación en La Feria de los Chicahuales 2018, en Aguascalientes.

Aunque actualmente promociona su más reciente trabajo musical titulado “La labia que me cargo”, el cantante sinaloense confesó que ha tenido acercamientos con televisoras para que la vida de su hermano Valentín llegue a la pantalla chica, difundió el sitio Bandamax.

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Cuando este proyecto llegue a concretarse, el menor de la dinastía Elizalde comentó que le gustaría dar el salto a la actuación interpretando a algún personaje de la historia, aunque por el momento no está entre sus prioridades.

Un México sumido en la violencia extraña las canciones infantiles de “Cri Cri”

domingo, julio 22nd, 2018

Óscar Gabilondo Vizcaíno, nieto de Francisco Gabilondo Soler, “Cri Cri”, dijo que es necesario que regrese la música acompañada de las historias infantiles que resaltaban los valores familiares y con las que crecieron generaciones de mexicanos.

Por Edgar Ávila Pérez

Veracruz, 22 de julio (EFE).— Como si se tratara de una transmisión de radio de los años cuarenta, en el recinto suena la música acompañada de las historias infantiles de Francisco Gabilondo Soler, “Cri Cri”, con las que crecieron varias generaciones de mexicanos.

Los personajes de “La patita”, “El ratón vaquero”, “La muñeca fea” y “Los tres cochinitos”, cobran vida en el Museo de Cri Cri, situado en el oriental estado de Veracruz, donde se rinde homenaje a los 470 personajes de cuentos y canciones que entre 1934 y 1962 se reproducían en las ondas.
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En el México actual sumido en una espiral de violencia, el nieto de Cri Cri, Óscar Gabilondo Vizcaíno, afirma a Efe que es necesario volver a esas historias infantiles que resaltaban los valores familiares.

“Mi abuelo creía en la música y en los sueños (…) Creía en los consejos que aprendemos y recibimos en familia. La música logra mucho por eso, ayuda a disminuir violencia, mejorar enfermedades y romper límites y fronteras”, expresa.

En 2017, sumaron casi 30.000 muertes en México relacionadas con la violencia del narcotráfico, es decir 80 asesinatos al día.

“Definitivamente las artes y deportes es lo que orilla y expulsa la violencia de las familias y comunidades, hay mucha gente que ha cambiado las armas y la violencia por los instrumentos musicales y los deportes”, agrega su descendiente.

El compositor, originario del municipio montañoso de Orizaba, donde yace el museo en su honor, creó 273 piezas infantiles que durante 27 años se transmitieron por la XEW, la estación radiofónica más importante en la historia de México.

El programa del “Grillito Cantor”, como se conocía el espacio dedicado a Gabilondo Soler, inició transmisiones el 15 de octubre de 1934 y se retiró del aire en 1962, aunque hubo un periodo (entre 1940 y 1945) donde fue suspendido debido a la Segunda Guerra Mundial.

“La patita, de canasta y con rebozo de bolita, va al mercado a comprar todas las cosas del mandado”, es una de las 42 canciones del genio musical que se escuchan en el recinto con maquetas y sets visuales de la obra de Cri Cri.

“Por supuesto que el legado del Grillito Cantor sigue vigente, es de gran consulta para los abuelos, padres, maestros, los formadores musicales y para academias de música porque más allá de ser un icono comercial, es una figura cultural que impulsó las tradiciones e identidad, la mexicanidad y nuestra música”, agrega Gabilondo.

El cantautor multifacético hizo siempre un reconocimiento a la familia y los oficios familiares, por eso tuvieron tanto éxito sus canciones.

Cri Cri era, recuerda su nieto, el maestro de la fusión musical, pero también en su vida fue un extraordinario deportista que lo llevó a ser campeón estatal y nacional de boxeo, al ruedo de la fiesta brava y aficionado a la astronomía y a la navegación.

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“En un libro de cuentos vive un grillo pequeño con su viejo violín hecho de sueños”, cuenta la historia de Cri Cri, cuyo creador amaba México y defendió sus personajes ante los de Walt Disney.

Hoy en día, agrega el también director de la Fundación Cri Cri, la cantidad de plataformas digitales son una competencia muy fuerte ante los cuentos infantiles de ayer, pero afirma que los maestros y los abuelos siguen inculcando los valores del Grillito Cantor.

“Me encantaría que más jóvenes, niños y adultos de otros países conocieran la obra de Gabilondo Soler porque hay un trabajo especial: lo que significa la familia, usos y costumbres, nuestro amor a México y eso nos los deja a través de sus canciones y cuentos”, dice.

Durante varias décadas, la fundación ha logrado consolidarse como líder promotor de valores positivos para la niñez y desde ahí también se rinde tributo a la figura de la esposa del compositor, Rosario Patiño, pues sin ella Cri-Cri no hubiera existido.

Durante 30 años, fue gerente comercial de XEU y durante 50 años fue represente artística de Gabilondo Soler.

“Ella era la trabajadora, la que veía por sus hijos”, relata Gabilondo.

Un grupo musical-performance, presentó un homenaje a Francisco Gabilondo Soler “Cri Cri el grillito cantor” por el 100 aniversario de su natalició. Foto: Cuartoscuro/ Saúl López.

La fundación ha generado el fomento cultural, artístico y social para nuevas generaciones y ha difundido a Cri Cri en el festival de Hannover (Alemania), en las actividades culturales México-Cuba y presentaciones para la Organización Mundial para la Salud (OMS) en Nueva York.

“Todos somos nietos de Cri-Cri”, afirma Gabilondo, quien en octubre del presente año recordará los 111 años del natalicio del cantautor multifacético.

Armando Manzanero cantará por primera vez en Cuba a sus 82 años

sábado, julio 7th, 2018

Armando Manzanero presentará su primer concierto en Cuba y tendrá como invitados a los músicos cubanos Omara Portuondo y Elíades Ochoa -integrantes del emblemático grupo Buena Vista Social Club-, y a la cantante Hayla María Mompié.

La Habana, 7 de julio (EFE).- El cantautor y productor musical mexicano Armando Manzanero, de 82 años, ofrecerá su primer concierto en Cuba el próximo 15 de julio en una zona del emblemático Malecón de La Habana, confirmó hoy el Instituto de la Música del país caribeño.

Será una presentación única en la que Manzanero hará un repaso de su repertorio e interpretará varios temas de sus nuevos trabajos discográficos, y tendrá como invitados a los músicos cubanos Omara Portuondo y Elíades Ochoa -integrantes del emblemático grupo Buena Vista Social Club-, y a la cantante Hayla María Mompié.

Manzanero, considerado el compositor vivo más influyente de la música latinoamericana, es muy popular en Cuba entre los amantes del bolero, que durante las pasadas décadas de los años 60 y 70 se enamoraron de sus canciones.

“Este hecho cultural fortalecerá las históricas relaciones artísticas y sociales entre los pueblos de Cuba y México”, subraya una nota divulgada por el Noticiero Cultural de la televisión estatal cubana.

En la organización del concierto del popular artista mexicano, han participado el Ministerio de Cultura de Cuba y sus instituciones, la Cancillería de la isla, la embajada de México en La Habana y la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, precisó la nota.

En principio, había programado dos conciertos para enero que, por “razones referentes a la salud” del legendario bolerista mexicano, fueron aplazados para los días 21 y 22 de abril, pero finalmente esas presentaciones tampoco se concretaron en esas fechas.

Manzanero es autor de más de 400 canciones, entre las que figuran éxitos como “Esta tarde vi llover”, “Somos novios” y “Contigo aprendí”, ha grabado unos 40 discos y su música es parte de la banda sonora de numerosas películas.

Otros artistas como Alejandro Sanz, Luis Miguel, Frank Sinatra, Andrea Bocelli, Elis Regina y Juan Gabriel, han hecho sus propias versiones de los temas del compositor yucateco.

A lo largo de su carrera ha recibido importantes premios y reconocimientos, entre ellos un Grammy Latino y un Premio a la Excelencia Musical, otorgado por la Academia Latina de la Grabación.

Su más reciente álbum se titula “Tengo permiso” y está integrado por canciones compuestas a partir de textos de su amigo, el médico y escritor José Antonio Ceballos.

ENTREVISTA | Daniela Liebman, la pianista de 15 años vuelve a Bellas Artes

domingo, junio 3rd, 2018

Daniela empezó a dar conciertos profesionalmente a los ocho años, ahora a punto de cumplir 16 y estudiar en el extranjero regresa a México, con su primer disco que estará disponible en plataformas digitales para fortalecer su vínculo con el público joven y acercarlo a la música clásica.

Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– Daniela Liebman nació en Guadalajara, Jalisco, el 14 de junio de 2002. Desde los cinco años su padre la introdujo al mundo del piano y la música clásica y tres años después debutaba al lado de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes tocando el Concierto para piano no. 8 de Mozart. Ha demostrado su talento en recintos de Europa, Estados Unidos y Sudamérica y los próximos 8 y 10 de junio tocará por segunda vez en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

Magazine platicó con la pianista de 15 años sobre sus planes, la cultura musical mexicana, hobbies y el valor que la música y los viajes tienen en su vida.

– ¿Cuáles son tus planes a corto plazo?

– Voy a estar en Bellas Artes el 8 y el 10 de junio tocando con la Sinfónica Nacional por primera vez, estoy muy emocionada de finalmente regresar a Bellas Artes después de cuatro años y de finalmente compartir este material con mi gente mexicana. Además el 1 de junio salió mi primer álbum, en León toqué piezas de Manuel M. Ponce, de Schubert y de Chopin. Durante todo el mes daré una gira en Sudamérica.

Estoy muy emocionada porque el disco lo pude grabar en los estudios Yamaha, ya que soy artista Yamaha internacional, la más joven.

– Has viajado mucho, te has presentado en recinto muy importantes a nivel internacional, ¿cómo te sientes de regresar a México en uno de los escenarios más emblemáticos del país?

– Es un honor enorme tocar ahí, especialmente con los músicos de la Sinfónica Nacional y no hay un lugar como México, no hay como tu hogar. Me gusta mucho tocar ahí por la calidez de la gente que me han apoyado tanto, que se siente muy bonito poder compartir mi música, especialmente en un teatro tan bonito y majestuoso como Bellas Artes. Me siento muy suertuda de tener esa oportunidad.

– ¿Consideras que en México existe una cultura musical, refiriéndonos específicamente a música clásica?

– Las piezas que toco de Manuel M .Ponce es música mexicana y definitivamente tiene una cualidad que cuando la toco sí puedo sentir la cultura mexicana en la música, los colores o el sentimiento que proyecta en la construcción de la pieza, me recuerda muchísimo a la calidez mexicana. México tiene una historia de cultura especialmente clásica también y se me hace muy padre poder compartir eso.

Además de música clásica, a Daniela le gusta escuchar jazz y rock clásico. Foto: Cortesía Daniela Liebman

– En cuanto al público, ¿hay un verdadero interés en la gente por asistir a este tipo de eventos?

– Sí he visto a muchos jóvenes y es algo que me gusta mucho, por mi edad que empecé a dar conciertos a la edad de ocho años, atrajo mucho la atención de muchos padres que llevaron a los niños y tuve la oportunidad de compartir eso con una generación más joven, ya que la música clásica no es muy popular con gente de mi edad, pero por ejemplo, en el álbum que va a salir también lo vamos a lanzar digitalmente en Spotify y en iTunes, que conecte con gente más joven.

Pero sí he visto que la gente mexicana sí se identifica mucho sus raíces culturales, especialmente con la música.

– ¿Cuáles han sido los principales obstáculos que has encontrado a lo largo de tu carrera?

– Como empecé con el piano más como un hobbie, no hubo muchas dificultades porque no lo tomaba tan en serio, pero luego empecé a competir a la edad de ocho años y a estudiar con un maestro. Todo iba bien, pero al momento de seguir al maestro que yo pensé era correcto, terminamos en los Estados Unidos. Es muy importante estar en un ambiente con otra gente que está haciendo lo mismo y tener oportunidad de escuchar conciertos de los músicos más buenos y famosos en el mundo que vienen mucho a Texas, no sé porqué (ríe) pero sí me ha tocado escuchar muchos músicos aquí y supongo que en México como no es tan increíblemente popular, no tuve esa oportunidad, así que mudarme aquí musicalmente sí me ayudó pero extraño México todos los días.

En música a veces es frustrante cuando no te salen las cosas, pero la belleza de la música supera todo lo que esté alrededor de ti y no importa qué obstáculos haya, siempre poder regresar al piano y tener una base donde te sientes centrado, no creo que haya nada en el mundo que pueda afectar eso, así que yo sigo feliz.

– ¿Alguna vez recibiste apoyo del Gobierno mexicano?

– Sí he recibido, de parte de Maraki [María Cristina Irina García-Cepeda García] me ha ayudado mucho porque es una carrera bastante costosa y cuando estaba en el instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) nos ayudó algunas veces y definitivamente cuando vas a muchos festivales a estudiar y son internacionales, te sirve. No estoy segura cómo estén los programas de música en México, ya que no vivo ahí más que uno o dos meses al año.

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– ¿Cómo fue tu proceso de profesionalización?

– Empecé a tocar el piano a la edad de cinco, mi padre fue la persona que me introdujo. Me gustó y empecé a platicar una hora al día y poco a poco fuimos tomando la situación más en serio y a los 7-8 años estaba compitiendo nacional e internacionalmente. A los 10 fue cuando empecé a trabajar y dar conciertos profesionalmente y a los 11 cuando toqué en Carniege Hall tuve la suerte de que un manager me descubriera y me firmara en una agencia internacional. Así que fue algo muy natural cuando empecé a tocar el piano y la situación fue evolucionando así, se presentaron las oportunidades.

– ¿Crees que se nace con talento musical o se puede desarrollar?

– Cada persona es diferente y es difícil aplicar una regla a todos pero yo creo que sí se nace con un talento, con una habilidad y sí lo necesitas si quieres llegar a ser un músico profesional para competir a nivel internacional. También creo que se necesita para poder transmitir sentimientos a otra gente pero no significa que el talento es lo único que necesites para tocar bien, es muchísimo trabajo y eso es lo más importante porque con trabajo puedes lograr lo que sea, aunque no seas la persona que tenga la cantidad máxima de talento, si te gusta, si lo amas y si trabajas vas a llegar a un nivel muy alto y técnicamente vas a poder tocar lo que quieras. Que lo ames es lo más importante porque lo vas a disfrutar de todas maneras.

“Si te gusta, si lo amas y si trabajas vas a llegar a un nivel muy alto y técnicamente vas a poder tocar lo que quieras”. Foto: Cortesía Daniela Liebman

– ¿Cuál ha sido el escenario que te ha impactado más?

– Bellas Artes, la primera vez que toqué en el Degollado (en guadalajara) y Carniege Hall (en Nueva York), ese fue espectacular. Solamente salir y saber quién tocó ahí, crea un sentimiento muy especial en el aire cuando sales y estás en la misma posición y en el mismo escenario es algo que te inspira muchísimo como persona y como músico. Bellas Artes es uno de mis favoritos, es espectacular, no hay otra palabra.

– Dicen que la cultura y el arte tienen un poder transformador, ¿crees que si en México se le diera más importancia a la enseñanza musical, seriamos un mejor país?

– Yo creo que con la música puedes mejorar lo que sea, entonces viendo la situación de esa manera, sí. Porque desarrolla el cerebro de una manera que ningún otro hobbie o actividad lo puede hacer, especialmente para niños. La otra cosa es que es una expresión del alma, del humano, es el arte y con el arte mejoras lo que sea, el arte siempre está ahí, evolucionando, creciendo y lo hace todo mejor. Para mí no hay día sin eso, a cualquier persona le puede dar pasión, sentido a la vida, te metes a otro mundo y también enfocarse en algo tan bonito e inspirador te puede dar un propósito a la vida que es muy saludable.

–  Como pianista profesional que empezaste desde muy pequeña, ¿qué consejo le darías a los papás?

– Algo muy importante es escuchar música, tu oído se va acostumbrando, entiendes mejor y es más fácil tocar, dejarte llevar y mientras más escuchas más te gusta. La música clásica es algo que te envuelve poco a poco, hay gente que la primera vez que la escucha no le encanta, cuando yo era muy niña y mis papás me llevaban a conciertos, me dormía a la segunda parte porque ya no aguantaba pero poco a poco me fue gustando más, practicaba sola y era lo que más me gustaba hacer.

Es muy importante llevar a los niños a conciertos, tal vez darles clases de música, exponerlos a la música porque a una edad muy temprana ellos no tienen el poder de tomar esa iniciativa, así que es muy importante el rol del padre.

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– Además de música clásica, ¿qué otro tipo de música escuchas?

– Me encanta el jazz y el rock clásico.

– ¿Tienes alguna opinión del reggaetón?

– (Ríe) No lo conozco mucho, verdaderamente lo único que toco y escucho casi es música clásica y no estoy muy familiarizada con otros géneros, especialmente como no estoy en una escuela normal no entré mucho a esa etapa, no soy muy fiestera, entonces no conozco muy bien, pero definitivamente lo clásico es lo mío.

– Has viajado muchísimo, ¿cómo dirías que te ha enriquecido profesionalmente y como persona?

– Para mí viajar es mi cosa favorita, me encanta al mismo nivel que me gusta la música. He aprendido muchísimo, me encanta la experiencia de descubrir y explorar una cultura nueva, enriquece tu forma de pensar, te da otros aspectos, otro ángulo de la vida, ir de país en país comparando y disfrutando de culturas nuevas es algo que no te lo puede dar cualquier otra actividad. Es muy especial conocer la vida de otra gente y poder conectarse, especialmente a través de la música, porque cuando tocas para públicos diferentes reaccionan distinto, se siente diferente y poder percibirlo a través del escenario, darles algo a ellos y que ellos te den algo a ti es una conexión muy particular, definitivamente me ha inspirado mucho y me siento muy afortunada de haber podido tener estas experiencias.

En la música siempre es importante tener algo que quieres comunicar y conocer otras culturas y todo lo que tenga que ver con el arte, la naturaleza, todo eso te da ideas, te inspira y te forma una opinión que quieres compartir con la gente.

“La música del mariachi es un arte y se va a preservar”: Los Camperos

domingo, febrero 11th, 2018

La música del mariachi no es sólo para las cantinas y tampoco es sólo para México. Eso lo tiene demostrado este grupo con más de 56 años de experiencia, que ha recorrido los escenarios más importantes de la región, desde el Teatro Metropolitan en la CdMx, hasta el Carnegie Hall de Nueva York. Tienen Grammys, hacen ópera, tocan con orquesta y sobre todo, demuestran que las tradiciones mexicanas echan raíces en cualquier lugar del mundo.

Ciudad de México, 11 de febrero (SinEmbargo).– Todo comenzó con Natividad “Nati” Cano, que no podría haber nacido en algún otro lugar más que en Jalisco, México. Su abuelo aprendió a tocar el guitarrón de manera autodidacta y su padre, tocaba todos los instrumentos del mariachi, por lo que su destino parecía estar marcado.

Nati estudió en la Academia de Música de Guadalajara, después se fue a vivir a Mexicali, Baja California, donde se unió al Mariachi Chapala y finalmente migró a Los Angeles, California en 1960, para tomar el mando del Mariachi Águila del que tomó el liderazgo luego de que su anterior cabeza muriera y lo renombró como Los Camperos, un grupo-escuela, que ha sido mentor de varias generaciones de músicos.

Mariachi Los Camperos de Nati Cano en su restaurante La Fonda alrededor de 1972. Foto: Facebook (mlcamperos)

Así, a lo largo de casi 57 años Los Camperos han sido profetas en su tierra y fuera de ella, dejaron atrás el sonido “fuerte y desafinado” y los restaurantes, para tocar con disciplina en teatros y salas de conciertos como el Lincoln Center y el Carnegie Hall, de Nueva York o en el Walt Disney Concert Hall, de Los Angeles o el Kennedy Center, de Washington, ¿qué es lo que hace a esta agrupación tan especial?

“El tocar música tradicional, la disciplina que se ve en el escenario, el profesionalismo, el respeto, todos esos factores son los que nos han destacado de los otros mariachis. El señor [Nati Cano] decía que el 50 por ciento del triunfo del mariachi es cómo entra al escenario, cómo se posiciona y el otro 50 por ciento lo deja uno en la presentación, en cómo te mueves, cómo tocas, hacer dinámicas en voces, en los instrumentos. Nuestra música es arte y es lo que la mayoría de los mariachis inclusive grandes, no les ha entrado todavía, se siguen con la misma idea de que el mariachi tiene que sonar fuerte y desafinado, es un dicho y se usa, pero al estar en escenario, cambian las cosas”, dice Jesús Guzmán, director actual de Los Camperos, en entrevista con Magazine.

Un recuerdo de los viejos tiempos en Los Camperos. Foto: Facebook (mlcamperos)

El músico, mejor conocido como “Chuy” y quien lleva ya casi 30 años en el grupo, agradece los valores que su mentor le inculcó hacia la música del mariachi: “es un privilegio, un honor y un ejemplo para las nuevas generaciones. Se siente uno halagado de estar en grandes teatros donde la gente se pone de pie y le dan a uno tributo con ese aplauso tan bonito. Él hizo lo que tenía que hacer para hacerlo posible, luchó, pedía respeto hacia el mariachi, tener disciplina, que fuera uno bien profesional y esa fue la escuela que nos dejó. Hasta la fecha prevalece, porque seguimos en alto, con los mismos pensamientos y con la misma camiseta”.

Con orquesta en Richardson, Texas. Foto: Facebook (mlcamperos)

DE PREMIOS Y SÍMBOLOS

Su carrera en las ceremonias de graduación comenzó en 2005 cuando compartieron el Grammy por Mejor Álbum Musical para Niños, por cELLAbration!, un tributo a la cantante folk Ella Jenkins. Para el año siguiente, su disco Llegaron Los Camperos fue nuevamente nominado. Pero lo mejor llegó en 2009, con su tercer álbum Amor, Dolor y Lágrimas, ganador del Grammy a Mejor Álbum Regional Mexicano. En 206, su Tradición, Arte y Pasión, recibió también una nominación. “Y del grande, del de acá, no del latino”, resalta Chuy.

“El mariachi Los Camperos es uno de los únicos mariachis que ha estado nominado a los grandes premios como el Grammy, hemos ganado dos y nominados cuatro veces y eso para mí es un gran triunfo, todos nos sentimos orgullosos de tener esa oportunidad de estar compitiendo contra los grandes como Vicente Fernández, Luis Miguel…”, dice.

Durante su presentación en el Getty Center, de los Angeles. Foto: Facebook (mlcamperos)

Pero lo más importante es la preservación de la cultura con la enseñanza a las nuevas generaciones, a pesar de las modas y el contexto político y social en el que se encuentren. “El mariachi ha estado en decadencia, entre todas las nuevas músicas, ya sea banda, norteño, reggaetón, toda esta música le ha afectado, pero hemos sobrevivido y la música del mariachi sigue de todos modos dando el brinco. Yo creo que nuestra música ha sido y va a seguir siendo un símbolo de México en cualquier país. Aquí en Estados Unidos ha sido engrandecida porque muchos jóvenes están interesados en nuestra cultura. Nosotros tratamos de enseñarles los que es el sonido del mariachi, aquí ha crecido mucho en escuelas elementarias, secundarias, preparatorias, incluso en universidades”, dice el entrevistado.

Ahora, con premios y los mejores escenarios bajo sus pies, ¿qué les hace falta lograr a Los Camperos? “Hemos trabajado con las grandes orquestas, andamos haciendo ópera, una ópera mexicana que se llama Cruzar la cara de la luna, una composición de Leonard Foglia y de Pepe Martínez, quien fue el director del Mariachi Vargas. Acabamos de estar en Nueva York en el Jazz at the Lincoln Center, hicimos cuatro sesiones que tuvieron sold out y ahora en mayo estaremos en Houston. Nos hicieron una invitación para ir a Colombia, entonces en eso andamos, entre orquesta, presentaciones de Los Camperos, haciendo ópera, abriendo puertas para las nuevas generaciones, que vean que hay más que estar en una cantina, en un restaurante o trabajar nada más en bares privados, el mariachi se puede salir de estos entornos”, continúa Jesús Guzmán.

Y hace un llamado: “Hay que hacer un poco de difusión con las nuevas ideas para a través de toda la juventud tenerla en pie, que se interesen, más de lo que está, que se sienta más el corazón en toda la juventud, en los niños, adultos, todo mundo va buscando un camino para salir adelante y yo creo que dentro de la música del mariachi hay mucho futuro, el arte se va a conservar”.

La ópera-mariachi en colaboración con el “New York City Opera”. Imagen: Facebook (mlcamperos)

Julieta Venegas, Lila Downs, Bunbury y otros más participan en un disco homenaje a José Alfredo Jiménez

martes, enero 23rd, 2018

El productor del disco que rinde homenaje al cantante mexicano indicó que trató de mantener “la esencia” de las piezas musicales.

El disco saldrá a la venta en febrero. Fotos: Especial/EFE

Ciudad de México, 23 de enero (EFE).- Julieta Venegas, Lila Downs, Enrique Bunbury y Andrés Calamaro son algunos de los artistas que participan en “Un mundo raro. Las canciones de José Alfredo Jiménez”, disco homenaje al cantante mexicano que celebra los 70 años del inicio de su actividad como compositor.

Las canciones de José Alfredo Jiménez (1926-1973) también sonarán en la voz de Celso Piña, Beto Cuevas, Jarabe de Palo, Ximena Sariñana y Carla Morrison, informó hoy Warner Music México en un comunicado.

El disco, grabado en México, Estados Unidos, España y Argentina, se lanzará en formato físico y digital el próximo 9 de febrero, aunque ya está disponible la preventa digital.

El hijo del artista, José Alfredo Jiménez Jr., afirmó que era el momento de hacer un “proyecto fresco” que invitara a las nuevas generaciones a “redescubrir” las grandes canciones de su padre.

Ejemplo de ello son “Te solté la rienda”, la carta de presentación del disco, interpretada por Julieta Venegas, y “En el último trago”, que cantan a dúo Lila Downs y Andrés Calamaro.

Además, el trabajo cuenta con la participación especial del grupo estadounidense de folk indie Calexico.

“Este es un proyecto que cruza fronteras”, subrayó Camilo Lara, productor del álbum.

Con las interpretaciones de los artistas contemporáneos, agregó el productor, se buscó mantener “la esencia” de las canciones de José Alfredo.

Pedro Infante, el mujeriego y “amorcito corazón”

domingo, noviembre 19th, 2017

Pedro nació hace 100 años, el ídolo de más de una generación llegó a al mundo un 18 de noviembre de 1917. Nació para cantar, para triunfar y para encantar. Hoy lo recordamos con un texto del historiador Alejandro Rosas.

Alejandro Rosas

Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo/WikiMéxico).– Durante su velorio se presentaron alrededor de 25 mujeres para llorarlo y decir que habían tenido hijos con Pedro Infante (1917-1957). Los títulos de algunas de sus películas parecían surgidos de su propia autobiografía y no del talento de los guionistas: Dicen que soy mujeriego (1949), El Enamorado (1951), Las mujeres de mi general (1950), El Mil Amores (1954)-. Su voz y su carisma natural –simpático, sencillo, franco- lograron seducir no sólo a las estrellas del momento, sino a las mexicanas de varias generaciones.

Una de tantas anécdotas, como tantos sus amores, señala que durante la filmación de la cinta Dicen que soy mujeriego, Pedro le pidió secretamente al director que repitiera 27 veces la escena donde besaba a la muy joven actriz Silvia Derbez. Con cierta picardía, no perdía la ocasión para el flirteo, para lanzar un piropo, para robarse un beso y si era posible, algo más. Rumores, chismes, habladas, amores y aventuras, todo le perdonaban al ídolo de Guamúchil, siguiendo al pie de la letra los versos de aquella canción que hizo famosa en la película A toda máquina: “Si te vienen a contar/cositas malas de mí/ manda a todos a volar/y diles que, yo no fui”.

Pero a principios de los años cincuenta, María Luisa León, su esposa, ya no mandaba a volar a nadie, sabía que “las cositas malas” de su marido eran ciertas; el aumento de su fama era directamente proporcional a sus infidelidades. Su vida había cambiado desde aquellos años en que juntos dejaron Culiacán con mucho amor, pocos centavos y la esperanza de encontrar el éxito.

Pedro Infante estaba por cumplir 20 años cuando conoció a María Luisa en un baile en el Casino Humaya de Culiacán en 1937. “Es linda la condenada” –dijo de la joven. Por entonces, Pedro tenía un espacio en la radiodifusora local donde cantaba, y al día siguiente de conocerla le dedicó “Enamorado” y “No sé por qué”. María Luisa correspondió al cortejo de inmediato y en unos días el cantante se había ganado una novia y el afecto de su familia.

Dos años de romance, hartos deseos de matrimonio pero sin recursos suficientes para fincar un hogar. Con sus pocos ahorros decidieron huir a la ciudad de México; María Luisa marchó primero, y unos días después la alcanzó Pedro. Rentaron un modesto cuarto en la calle de Abraham González 110 y en la catedral metropolitana recibieron la bendición el 1 de julio de 1939

Su situación económica comenzó a mejorar una vez que Pedro se dio a conocer como cantante en la XEB. A principios de la década de 1940 hizo su aparición en el cine con algunas cintas menores, pero después de Mexicanos al grito del Guerra (1943), los Hermanos Rodríguez le firmaron un contrato de exclusividad; casi al mismo tiempo, la XEW le abrió sus puertas.

María Luisa lo había acompañado pacientemente en su ascenso; estudiaban juntos los guiones, le ayudaba con su dicción, con sus ademanes para la actuación, lo aconsejaba y lo impulsaba. Para su desgracia, no había podido darle hijos, sin embargo, adoptaron una niña a quien bautizaron como Dora Luz –se decía era sobrina de Pedro.

La fama deslumbró al artista, quien no tardó en enamorarse de una bailarina llamada Lupita Torrentera, y aunque no quiso divorciarse de María Luisa, le puso departamento en la colonia Nápoles. Con ella tuvo tres hijos: Graciela Margarita en 1947; Pedro en 1950 y Guadalupe al año siguiente. Lupita se cansó de ser “la otra”, y como Pedro no daba color terminó la relación después de cinco años.

María Luisa perdonó a Pedro y creyó que seguirían juntos: ni siquiera sus tres hijos con Lupita habían sido un argumento para que su marido la dejara. Sin embargo, entró en escena Irma Dorantes y Pedro se perdió; realizó los trámites de divorcio y el 10 de marzo de 1953 se casó con su nuevo amor.

Al parecer el proceso de divorcio adolecía de muchas irregularidades y María Luisa lo impugnó. Cuatro años transcurrieron, y como si fuera el guión de un drama cinematográfico, el 9 de abril de 1957, la Suprema Corte anuló el matrimonio de Pedro Infante con irma Dorantes. El actor estaba dispuesto a solucionar la situación, convencer a María Luisa que le diera su libertad, pero ya no hubo tiempo. 6 días después del fallo de la Suprema Corte, el 15 de abril, Pedro Infante falleció en un accidente aéreo.

En medio de la tragedia, despedido por miles de admiradoras, podía escucharse la letra de la canción que lo había definido:
“Dicen que soy mujeriego,
no lo puedo remediar,
por eso sufro y reniego,
pa’ que lo voy a negar”.

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La cantante mexicana Alicia Juárez, viuda de José Alfredo Jiménez, muere a los 67 años

lunes, agosto 28th, 2017

La cantante Alicia Juárez, viuda de José Alfredo Jiménez, murió este lunes de un paro cardiaco. Conoció al cantautor al comenzar su carrera y permaneció a su lado hasta su muerte en 1973.

Alicia Juárez muere a los 67 años de edad. Foto: Youtube.

México, 28 de agosto (EFE).- La cantante mexicana Alicia Juárez, viuda del compositor José Alfredo Jiménez y considerada su última musa, falleció a los 67 años de edad este fin de semana en su casa de México, informaron hoy fuentes de su familia.

Juárez falleció de un paro cardiaco mientras dormía y sus restos serán incinerados para ser trasladados a Oxnard (California, Estados Unidos), donde viven su madre y sus dos hijos, indicó la familia a la prensa mexicana.

Confirmaron que al amanecer del sábado 26 de agosto, su esposo Rogelio Baka se despertó y luego de unos minutos la llamó sin respuesta. Al tocarla se dio cuenta de que había fallecido, lo que más tarde fue certificado por un médico.

La cantante nació en 1950 en La Barca, estado mexicano de Jalisco, y se crió en Oxnard, donde comenzó su carrera como cantante y conoció a José Alfredo cuando el compositor tenía 42 años de edad.

José Alfredo, un prolífico compositor de temas como “El Rey” y “Te solté la rienda”, y Alicia Juárez se reencontraron y estuvieron juntos hasta la muerte del autor en 1973.

“Bésame mucho”: el bolero mexicano que se canta en 40 idiomas

viernes, agosto 19th, 2016

La canción , obra de la mexicana Consuelito Velázquez, ha sido traducida a 40 idiomas distintos. Fue interpretada por primera vez en 1941 por Emilio Tuero y luego por Andy Rusell, Frank Sinatra, Elvis Presley y hasta The Beatles.

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Ciudad de México, 19 ago (dpa) – La música es considerada como un idioma universal y un romántico bolero es el mejor ejemplo: “Bésame mucho”, de la prolífica compositora mexicana Consuelo Velázquez (1916-2005), ha sido traducida a unos 40 idiomas.

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Con 20 versiones distintas, “Bésame mucho” consagró a Velázquez e incluso trascendió al cine. La famosa canción fue interpretada por primera vez 1941 por el mexicano Emilio Tuero, a quien le siguieron Andy Russell, Frank Sinatra, Elvis Presley, Elton John, The Beatles, Celine Dion, Luis Miguel o los españoles Plácido Domingo y Sara Montiel, entre otros.

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“Bésame mucho” brilló en la época dorada del cine mexicano y le abrió las puertas de Hollywood a Velázquez, quien lo compuso cuando contaba con tan solo 20 años, inspirada en las parejas de enamorados que se vieron separadas por la Segunda Guerra Mundial.

Irónicamente, cuando Velázquez compuso ese bolero no tenía ninguna experiencia en materia de besos, como le confesó en una entrevista en 2003 a la escritora Elena Poniatowska.

Considerado como un himno al amor, “Bésame mucho” cuenta con versiones en ritmo de rock, techno, pop y formó parte de la banda sonora de la película “Great Expectations”, de Alfonso Cuarón. La popularidad de esta canción es tal que en muchos países su título es una de las frases la gente sabe pronunciar en español.

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Chico Che: el hombre que fue overol… un recuerdo a 27 años de su muerte

domingo, marzo 27th, 2016

Cabello largo, anteojos y bigote. No, no se describe un hipster, ni a John Lennon. Hablamos de Francisco José Hernández Mandujano, el hombre que se enfundó en overoles de mezclilla y piel, y desde Tabasco conquistó la música tropical en los años setenta y ochenta. Hoy, cuando se acerca el aniversario 27 de su fallecimiento, recordamos a Chico Che, un ídolo del pueblo.

La estatua en honor a Chico Che, hecha con puras llaves de cobre, fue terminada tras 18 años de haberse planeado. Foto: Cuartoscuro

La estatua en honor a Chico Che, hecha con puras llaves de cobre, fue terminada tras 18 años de haberse planeado. Foto: Cuartoscuro

Por Kristian Antonio Cerino

Ciudad de México, 27 de marzo (SinEmbargo).-  Víctima de un derrame cerebral a los 43 años, Chico Che, “el hombre del overol”, murió un 29 de marzo en la Ciudad de México, ahí su cuerpo fue velado pero su último destino fue, por supuesto, su natal Villahermosa. Atrás quedaron los días de fama, de shows en vivo y en la tv. Los LP’s y los discos de éxitos. Su viuda y su hijo cuentan cómo vivieron aquella época.

EL OVEROL

Francisco José Hernández Mandujano se mira al espejo en un hotel de Nueva York y dice: Pinche Chico Che, me das risa.

Su hijo le mira recostado en la cama en el anochecer neoyorkino y a lo lejos se ven algunos edificios que llaman rascacielos. Se oye música en español.

Chico Che se mira otra vez y repite como un incrédulo: Pinche Chico Che… me das risa. Se hace un silencio.

No se conoce porque algunos años atrás cargaba bocinas y cables en los pueblos del sur de México. En Playas de Catazajá, en Chiapas, él y sus músicos usaron un cayuco (canoa) para transportar los instrumentos de cuerdas y metales.

Por esta razón, contemplarse en el espejo es una mirada retrospectiva a los primeros años en que cantó entre pantanos y potreros.

Ahora, frente al espejo, se ha puesto un overol de piel fabricado para la ocasión. Sobre el overol, el atuendo que eligió para construir su imagen, una gabardina negra y un sombrero del tío Sam.

“Aunque me parezca a Dick Tracy pero siempre mi overol”, y se quitó la gabardina y el sombrero. Al dejar de mirarse en el espejo se ha puesto sobre el overol de piel un suéter de rayas azules.

Era la primera ocasión que un músico tabasqueño estaba en la Gran Manzana cantando en español música tropical con unos rasgos de rock.

El primogénito de Chico Che -que le mira desde la cama- comprende que el padre ya está en las grandes carpas, que es famoso y que atrás quedó el cruzar bocinas y cables en cayuco.

Hay dos versiones de cómo Francisco José Hernández Mandujano, Chico por Francisco y Ché por José, comenzó a usar el overol. En la década de los setentas, en México, ponerse overol era sinónimo de ser gabacho, venido de los yunais esteis, época en que el pantalón de mezclilla se utilizaba sólo para trabajos de fábrica o campo.

La esposa de Chico Ché cuenta que un día compró un overol y sintió que estaba cómodo. Se lo puso. Partió de casa. Cantó en un baile y al público le gustó.

—Ya no se sentía un menonita —dice la señora Concepción Rodríguez.

En las siguientes semanas, Chico Che le pidió a un sastre que le confeccionara otros overoles, unos modestos, otros con telas brillosas y uno más de piel.

—Mi compadre Chon le hizo uno de piel.

Es probable que el overol de piel lo haya usado en Nueva York a mediados de los ochentas. Es probable.

Esa primera vez que salió de casa (calle 7 en Villahermosa) con el overol, su mujer creyó que la gente pensaría en los inicios de una locura que lo llevaría a la ruina. No fue así.

La segunda versión la narra su hijo Francisco: Chico Ché fue obrero petrolero. Una noche cantaría con el grupo musical Los temerarios -lo haría después con Los bárbaros- en su natal Tabasco. En la víspera, un amigo “gringo” a quien llamaban Robert le regaló “cosas gabachas” y entre el cúmulo de objetos un overol, uno fabricado con mezclilla.

—Esa noche no tiene qué ponerse y se pone el overol de Robert.

—¡No vas a ir así! —le dijo en voz alta Concepción—. Sí oyó pero no le prestó atención.

Ocho horas más tarde, él regresaría a casa. Le diría al oído, mientras la hembra dormía, que el vestuario había gustado y que todos le miraron desde que entró al salón de baile.

A los pocos días, Chico Che sentenció:

Éste es el atuendo de Chico Che, no me lo voy a quitar.

Francisco asegura que el nacimiento del personaje Chico Che fue ocasional. Lo que sí reconoce es que su padre decía que un personaje siempre debía ser emblemático. Y citaba a Cantinflas, a Kalimán, a muchos.

—Pero la verdad es que no tenía qué ponerse.

Con los años, un hermano del saxofonista Eugenio Flores le hizo algunos overoles y otros tantos los fabricaron en Campeche.

Con estos overoles llegó a la Ciudad de México, la capitalsueño de los artistas y músicos. Le miraban raro. Pese a las recomendaciones de vestir de otra manera, Chico Che ya había adoptado -y se lo decían en la calle- un segundo nombre artístico: El hombre del overol. Una tarde se presentó en la empresa Televisa, estaba por iniciar el programa Siempre en domingo conducido por el presentador Raúl Velasco. El formato era cantar y ser entrevistado por el presentador que impulsó la carrera de muchos, y truncó la de otros.

—Oiga, ¿usted no se va a cambiar? —le preguntó Velasco a manera de orden.

—No, éste es mi vestuario —respondió el hombre obeso, pelo largo y de lentes gruesos.

Foto: Álbum familiar/Especial

Chicho Che y su grupo La Crisis, en acción. Foto: Álbum familiar/Especial

Para los hijos de Chico Che, presentarse en televisión nacional era ir contra todos los pronósticos. Más, si se trataba del poder que amasó por muchos años Raúl Velasco. Su hijo Roberto Carlos Mandujano no olvida este episodio.

Una semana después de la muerte de Chico Che (29/03/1989) Velasco dedicaría unos minutos de Siempre en domingo para lamentar su partida repentina. Diría: fuiste genuino, auténtico. Contaría, además, la primera ocasión que estuvo en Televisa: Octavio Esquerra lo vio vestido así y le dijo vamos a salir al aire, ya cámbiese… y luego de un silencio El hombre del overol dijo cuatro palabras: “yo siempre salgo así”. Diecisiete letras bastaron para dar respuesta. Pero, al principio “no quería que Chico Che tocara” precisa Concepción Rodríguez.

Al fallecimiento de José Francisco Hernández Mandujano ninguno de sus tres hijos se puso el overol para continuar con el legado. Hace poco lo hizo un nieto en un festival escolar.

Un representante artístico le pidió al hijo mayor escenificar a Chico Che. No aceptó. Aquella tarde neoyorkina Francisco Jr. descubrió que el personaje del padre había adquirido un valor insustituible. Lo supo desde que lo vio mirarse al espejo y éste repetía “Pinche Chico Che, me das risa”.

—Yo no me puse el overol para ser un chusco

—Menos por dinero

—Me quedó grande el overol

A propósito de edificios y rascacielos, un día Chico Che tomó del brazo al saxofonista Eugenio Flores y le pidió mirar por la ventana del hotel Palace. Repetiría una frase que se volvería realidad: Mira, el monstruo de concreto, algún día será nuestro.

A su esposa se lo diría de otra manera aquella tarde en que ambos miraron el equipo y los instrumentos de Marco Antonio Solís, El Buki: Conchita, algún día, algún día.

Dos años después ya estaría en giras nacionales y extranjeras compitiendo con su rival norteño Rigo Tovar y comenzaría la discografía de Chico Che y las canciones que repetían -en las letras- la desaparecida letra CH (che) como De quen Chon que en castellano era De quién son.

EL PRELUDIO

En el imaginario de Gabriel Hernández Llergo veía a Francisco José ejercerse en la abogacía. El sueño del abogado se esfumó en los días en que Chico o Ché se le metió esa idea de ser músico. De rock.

—En Derecho siempre estuvo, pero de la música —dice su viuda.

Primero debutó con Los bárbaros y después fue músico de Los temerarios. Un comienzo repleto de adversidades.

Nadie le conocía. Pocos le habían oído. Era el momento de abrir la brecha entre trillas y pantanos. En sus primeras giras por los pueblos de Tabasco conoció a campesinos y ganaderos. A manera de broma Concepción Rodríguez afirma que eran los tiempos en que no había dinero para comprar un camión y en donde la única alternativa para transportar el equipo (bocinas, instrumentos y músicos) era una redila de camioneta.

—Iban como vacas.

Rodríguez cree que Chico che era un hombre tenaz y terco. Esta terquedad le permitió resistir, conocer la planicie de Tabasco, las montañas de Chiapas, los pueblos de Campeche y los vaivenes de Veracruz. Años después habría de recordar el día en que Chico Che le prometió mejorar su condición de vida.

A la ciudad de México llegaron las primeras noticias de que un “peludo” llenaba las plazas, los parques y los salones de baile. Que con su música la estaba armando “a lo grande”. Esto lo supo Jesús o Chuchó Rincón y un día, así nomás y sin avisar, se presentó en Villahermosa. Unas semanas más tarde se hizo el representante de El hombre del overol.

Mucho antes de la aparición de Rincón, Francisco José vivía a través de solicitudes de crédito. Incluso, en Veracruz, le financiaron muchas veces para comprar instrumentos musicales y bocinas. Este financiamiento lo recibió en una casa musical de nombre Vasconcelos que estaba en la ciudad de Coatzacoalcos.

—No teníamos lujos.

Ni había oficina. En la década de los setentas, cuando funda su grupo musical La crisis, los ensayos se realizaron en la casa de Chico Che, una vivienda modesta en la que se priorizaba la compra de bocinas y cables en vez de adquirir muebles para llenar una sala vacía.

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Los caminantes de la calle 7 preferían perder el autobús que los llevaría a sus colonias por escuchar y ver el ensayo de Chico Che y La crisis. Podría decirse que muchos pagaban no por bailar la música “del peludo” sino por mirar, contemplar y testificar el crecimiento de lo que ya se consideraba un fenómeno.

En la radio, Chico Che ya estaba posicionado como artista local. De pronto, una voz grave invitaba al próximo reventón musical:

Baile, goce y diviértase en la pista del club Sonorama con la presencia del ídolo de Tabasco: Chico che y La crisis. Este anuncio se repetía unas veinte veces por cada estación radiofónica. Se pagaban planas en los diarios y decenas hombres pegaban carteles en los arbotantes de energía eléctrica y teléfono. Era el inicio de Chico Che como músico y también como padre. Su hijo Francisco nacería en 1970 rodeado de bafles, pedestales, guitarras, bajos y consolas de audio. Por este mismo año se fundó el grupo La crisis.

Francisco, el primogénito, desarrolló la habilidad por instrumentos de percusión. A la batería le llamaba Tilili. A decir de la madre, él tocó el Tilili en un baile en el parque Juárez de Villahermosa. Tenía sólo cuatro años.

Sin embargo, Francisco jura que el instrumento que ejecutó esa vez fue un pandero. Lo hizo mientras miraba a Chico Che y éste le pidió hacerlo frente todos.

—Me dio miedo y me regresé detrás del bafle.

La razón: “allá es el lugar donde me gustaba estar”.

Desde el rincón del bafle marca Yamaha, el hijo miraba con atención los ademanes y ese momento “especial” de cómo un cantante interactúa con el público que baila y corea sus cantos.

En 1975, Chico Che y sus músicos ya no viajan en redila. Ha mejorado la economía y alcanza ya para comprar un camioncito. Ahí viajan todos sin importar que el piso del camión esté roto. Era como mirar a los Picapiedras en el momento en que sacaban los pies del troncomovil.

Aquí nadie sacó los pies pero sí veían las condiciones del camino. En este camión algunas veces apareció Francisco, el hijo mayor. En la casa de Villahermosa lo daban por perdido pero -como acto de magia- era hallado en el vehículo entre maletas y cajas de bocinas.

Al principio le reprendieron. Imagínese usted que eran los años en que no había forma de comunicarse más que usar un teléfono en una caseta.

Francisco tenía siete años y desde entonces, sin permiso y con él, se hizo el acompañante del padre. Conoció su sensibilidad, disfrutó su crecimiento, grabó sus risas y testificó cómo los bailes estaban a “reventar”.

—Me impresionaba cómo a un movimiento de él, la gente respondía con euforia.

Su viuda muestra recortes de periódicos. Foto: Álbum familiar/Especial

Su viuda muestra recortes de periódicos. Foto: Álbum familiar/Especial

Con los años, el panorama de la familia cambió: compraron enseres domésticos, regalos, autos y el nivel de vida era holgado que había dinero para ya no ir a escuelas públicas sino a escuelas de paga.

A Francisco le gustó la idea. Cuando se sentaba en las piernas de Chico Che disfrutaba que éste le volteara los brazos porque, decía, los tenía quebrados o chuecos.

El éxito llegaba pero con ello, también el distanciamiento.

—El éxito nos alejó —dice Francisco a 25 años de la muerte de Chico Che.

Harley (en tercer hijo de la familia y llamado así por la afición de Chico Che por las motos), de su padre sólo puede decir que fue cariñoso. Recuerda poco. El día en que el patriarca murió era un niño.

Pero, cómo fue que Chico Che halló un gusto por el rock y después se inclinó por cantar música tropical, música bailable en el centro y sur de México.

Su dominio por el inglés le facilitó escuchar a

Mike Jagger y Jim Morrison. De hecho, él siempre quiso ser un rocanrolero.

Cuando fundó La crisis parecía más un grupo rockero que tropical. Con el tiempo, incluyó metales (saxofón) y un guitarrista traído de Estados Unidos: Nacho Leyva.

—Lo rocanrolero siempre lo tiene —dice Francisco.

Roberto Carlos Hernández, el segundo hijo, ha investigado un poco sobre el estilo musical de Chico Che: era un híbrido, la inclusión de la guitarra se oía como huapango. Fue un estilo variado pero no era ni salsa, ni cumbia, ni merengue, pero cada músico le aportó ideas en los ensayos.

En una entrevista con la conductora de televisión, Talina Fernández, Chico Che explica que se trata de una música tropical clásica mezclada con requinteo, metales y rocanrol. Y la llamó música moderna.

Su música, le dijo Fernández, es tropical y eléctrica.

—Tu padre ¿fue un cronista de las historias de Tabasco?

—Más bien, un músico con un estilo auténtico, único y variado. Siempre propuso el golpe de la batería, el sonido del sax y el requinteo de la guitarra, la distorsión y el flanger.

Con los años, con la muerte de Chico Che, su música se fue reproduciendo en su mismo formato y en otros. Le ha cantado el grupo Molotov y sus letras han sido elevadas a los altares de la música clásica con algunos arreglos.

Pero, en qué se basa el éxito musical de Chico Che. Roberto Carlos lo resume de esta manera: porque supo comunicarse con la audiencia. Logra la comunión para que el pueblo y los humildes, le adopten como su hijo. Cuando le llega el éxito, Chico y Ché “ya tenía ganada toda una fanaticada”.

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Hay algunas canciones que hasta nuestros días se citan para escribir artículos periodísticos o comentarios en radio y televisión. Por ejemplo: Quien pompó (Quién compró). Los tabasqueños y mexicanos, la utilizan para saber quién le ha comprado estos zapatos, aquellos vestidos, a una mujer que de pronto comienza una euforia por enseñar sus nuevas prendas de vestir.

—Tiene una idea clara y habla de lo que está pasando en el país —. Lo dice porque llegó a cantar “pero la Reforma agraria va, de todas maneras va”. En una amplia crítica a lo que acontecía en el país con el reparto de la tierra.

A 25 años de la muerte de Chico Che, en voz de su hijo Roberto Carlos, nadie ha podido “ni de cerca”, tomar su relevo.

Menos sus hijos que mantienen una distancia con el personaje. Para la gente, él era el ídolo, para ellos, el papá:

—¡A poco es tu papá! —le preguntaban en la escuela a Roberto

—Pues sí.

LA RISA Y EL CAOS

Ya era famoso. Un día Chico Che estaba en Los Ángeles, California. Lanzaba pelotazos el pitcher mexicano Fernando Valenzuela en el momento en que un fanático gritó entre las gradas: ¡Chicocheeeeeeé! Y todos miraron al hombre del overol. Desde entonces, un ojo miraba al lanzador, y el otro, al músico. Mujer e hijos comprendieron que el hombre de la casa ya le pertenecía a muchos. Era la década de los ochentas.

En Plaza de Armas de Villahermosa, apareció Chico Che. A lo lejos, unas mujeres también gritaron: ¡Chicocheeeeeé! Y se abalanzaron sobre su cuerpo. El overol blanco quedó percudido. Anillos, cadenas y el reloj nunca fueron encontrados. A cambio de acercarse a él, las mujeres le lanzaron prendas y cartitas. Esto en Tabasco.

No era de uso común la palabra clonación pero en la ciudad de México los fans se vestían como él. Le imitaban. Chico Che participó de jurado en concursos llamados “El doble de Chico Che”. La Chicochémanía contagió a muchos. Hasta nuestros días aparecen los doble de Chico Che.

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El éxito de Chico Che inició al grabar el disco Los nenes con los nenes (1978) y continuó con De quen chon. Sin embargo, no quería cantar esta canción. Entre pleitos, unas cuantas bebidas, la grabó, una propuesta de su representante Jesús Rincón. Abandonó el estudio y al regresar, ya con los efectos del alcohol, grabó De quen chon, la última canción para completar el disco. Rotundo éxito. El hit nacional. Esto provocó giras y conciertos. A la presentadora de televisión, Verónica Castro, le decía: “cantaré los éxitos que le han dado fuerza a mi carrera”. Hablaba de los últimos 7 años antes de morir en 1989.

“Cómo voy a grabar esto, que la payasada”, decía él…

En Teapa, Tabasco, una muchacha está emocionada porque conocerá a Chico Che. Es decir, le verá y escuchará cantar. Pero no tiene vestido. Un alma caritativa le da prestada una prenda. Se la pone de última hora. Por las prisas, por la presión de los amigos que le gritan “ya es tarde”, plancha el vestido que ya lleva puesto. Se quema el vestido, se quema ella. Le duele. Con el vestido roto, se unta algo de crema o pasta en la quemadura; así se presenta al baile.

Francisco Jr. se sorprende por el fenómeno que representa el padre. En villa del Mar, Veracruz, está repleto el salón de ventanas y puertas con grandes cristales. Nadie cabe adentro, nadie cabe afuera. Hay miles que esperan al hombre del overol en la zona costera. Chico Che se aparece entre la multitud y le tocan.

Otro día se presentaría en el California Dancing Club, en la delegación Tlalpan. Chico Che y su hijo mayor -quien después sería su chofer- iban sobre la avenida. Los autos circulaban a vuelta de rueda y nadie sabía, ni ellos, el porqué del caos. Chico Che se asomó por la ventana y preguntó:

—¿Qué pasa allá?

—Es por un tal Chico Che —le dijo otro automovilista.

Justo ahí, Francisco Jr. se preguntó esto:

¿Con quién ando? “Fue algo tremendo”. En ese entonces me gustaban los artistas gringos, sabía de Chico Che, lo había visto crecer, pero no tenía idea de su magnitud. “Pude darme cuenta en dónde estaba parado”.

Su hijo, Francisco Javier durante un homenaje a 18 años del fallecimiento del "Hombre del Overol". Foto: Cuartoscuro

Su hijo, Francisco Javier durante un homenaje a 18 años del fallecimiento del “Hombre del Overol”. Foto: Cuartoscuro

En Acapulco pasó algo similar. El padre y el hijo comían tacos cerca del malecón. Apenas pusieron salsa mexicana en los tacos cuando alguien gritó: ¡Ahí está Chico Che! Fue una expresión que atrajo a cientos. El resultado: comer parados en la cocina y salir por la puerta de emergencia. Lo anterior pasaba a menudo porque El hombre del overol no quiso usar guardaespaldas. Le agradaba la idea del roce ciudadano.

A Chico Che no le gustaba ir a la televisión. Muy poco a la radio. En ambos medios se oía su música. Eso sí, sufría con las entrevistas.

Sin embargo, en la TV le llamaban “maestro” y lo recibían con fiesta.

Tampoco le agradaba firmar autógrafos: “tan pronto me pondrán a hacer la tarea”, solía.

Con el éxito, los regalos. Una mujer, en Puebla, baila y mira con firmeza los ojos de Chico Che. Se toca Macorina, un hit comercial. La mujer se menea y así, sin pensarlo, se quita una cadena y medalla de oro para ponerla en el cuello de Chico Che. Él se rehúsa a aceptarla (sigue cantando) pero la mujer insiste:

—La medalla era de la Virgen y grande como la rueda de un vaso —dice Francisco Jr.

Además, en Puebla, un borracho lanza una piedra al camión de Chico. Éste se espanta y pide que le den un tabaco para calmar los nervios. El tumbista Pedro Díaz Bautista le oye decir: “si al Papa lo intentaron matar, qué será a mí”.

En Oaxaca, el baile había terminado. Chico Che y los músicos se disponían a retirarse porque ya eran las cuatro de la mañana. En la oscuridad unos hombres pidieron otras canciones y así continuar con el baile. Chico Che rechazó la oferta con un no y movimiento de cabeza. Pero los hombres dijeron sí no con palabras sino mostrando una metralleta y pistolas.

—¿Cuál quieren —preguntó Chico Che— Así por las buenas, seguimos tocando. Y el primero en darle golpe a los instrumentos fue Pedro Díaz Bautista, el percusionista.

La portada de uno de sus discos. Foto: Especial

La portada de uno de sus discos. Foto: Especial

En la calle Paseo Tabasco, en Villahermosa, un taxista dijo: ¡Ese es Chico Che! Para qué lo dijo… los pasajeros se bajaron y le saludaron. Después los otros automovilistas. El auto de Chico Che quedó aparcado en el mismo sitio. No pudieron avanzar con él. Su mujer y los hijos llegaron en taxi a casa. Del carro se acordaron horas después.

El periodista Juan José Padilla recuerda un mano a mano (duelo musical) entre Beto 75, un salsero colombiano, y Chico Che, en el parque Tomás Garrido de Villahermosa. Horas antes del choque musical, Francisco José es detenido por la policía y es llevado a la fiscalía de Tabasco. El motivo: encontraron hierba verde en el autobús.

El baile comienza. Beto 75 no ha podido enfrentar con su música a Chico Che porque éste sigue bajo arresto. Los tabasqueños, consternados por la noticia, acuden a la radio desde la mañana (al programa de Telereportaje) para pedir su liberación. Otros se manifiestan en la oficina del procurador de justicia y otros más le esperan en el baile. La presión ciudadana funciona y el ídolo es liberado hacia la media noche. Así, el hombre del overol es vitoreado al hacer acto de presencia en el Tomás Garrido. Antes que amanezca, el baile concluye en un zafarrancho entre jóvenes ebrios.

A Chico Che nunca le agradó escucharse. Estar en casa era sinónimo de permanecer quietos y en silencio. Las muchachas del servicio doméstico escuchaban sus canciones pero él les pedía quitarlas y no ponerlas mientras estuviera en casa: “Coño, qué es eso”, solía decirles.

Chico Che era generoso con la familia. Cuando nació Harley le obsequió una casa a su esposa en la calle Mario Brown (1981). Cuando nació Roberto Carlos, le regaló un pulso de oro con un centenario que colgaba. La compra la hizo en el centro de Villahermosa y el auto lo estacionó en doble fila. Pero al salir, el auto iba sobre la plataforma de una grúa. Entonces, le brotó el grito: ¡Mi caaaarro! Corrió tras su carro, tras la grúa, tras el policía vial. Con él, decenas de hombres que sentían impotencia y odio por el policía que había levantado el auto del ídolo. Cerca del cine Sheba, el policía le regresó su auto y casi termina pidiendo perdón.

Dos rivalidades marcaron la carrera artística de Chico Che. Una nacional y otra estatal.La primera fue con Rigo Tovar y su Costa azul.

La conductora de televisión, Talina Fernández los entrevistó en el set de Televisa y les preguntó si había rivalidad. Ambos, lo negaron:

“Todos los grupos somos grandes hermanos”, dijo Tovar.

“Lo que importa es el corazón que ponemos cuando subimos al escenario”, dijo Chico Che.

También expresó que le costó mayor trabajo entrar con su música -del sur- en el centro del país, que le tomaran en serio con el overol.

La diferencia entre Rigo Tovar y Chico Che, se lo dijo el tabasqueño a Fernández, era una: Rigo es norteño y yo sureño.

A Patricia Chapoy le diría en los ochentas algo parecido: entre Rigo y yo no hay antagonismos. “Estamos unidos para darle al público lo que nos gusta, la música”.

El otro pleito fue local. Chico Che y Karmito -y los Supremos- llegó a su clímax en un bar de la ciudad de Villahermosa. Karmito (diminutivo de Carmen), cantante y pianista, gozaba también de popularidad regional

—La famosa rivalidad con Karmito era real —dice Francisco Jr.

En una fiesta de quince años, de la hija de Eugenio Flores, Chico Che y los músicos continúan la pachanga en la cantina Bullpen. Tras ellos, va Karmito.

En el bar, Karmito, apodado El brujo del trópico y fundador del grupo Los supremos, usa el micrófono del bar para cantar. Ebrio le pide a Chico Che que canten juntos. Éste le ignora.

—Ya déjame de chingarme —le dijo Chico Che.

Karmito lo sujeta del overol y de pronto se oye un golpe. Karmito cae ensangrentado ante el “putazo” que le da Francisco José.

Todos queda atónitos, incluso, la dueña de bar: Pancha Limonchi.

Al amanecer, Karmito llega a casa de Chico Che. Pregunta por él. Nadie responde. Se le ve molesto y el traje blanco -que usaba a menudo- está rojo por la sangre. Traía rota la nariz.

—¿Dónde está Chico Che? Gritaba.

Iba armado.

El hijo de Karmito recientemente escribió que su padre y Chico Che sólo tuvieron una rivalidad artística y sobre el escenario. Que ambos fueron ídolos.

—Llevaron una gran amistad.

1989

En su funeral, la prensa difundió esta imagen. Foto: Álbum familiar/Especial

En su funeral, la prensa difundió esta imagen. Foto: Álbum familiar/Especial

Un corte informativo se anuncia en Televisa: Chico Che ha muerto. La noticia se propaga entre artistas y músicos. Desde ese entonces, Francisco José se entrega a la inmortalidad pero hay un precio que deben pagar su esposa y sus hijos: el cadáver es de todos.

El día en que el cuerpo de Chico Che llegó a Villahermosa, Tabasco, miles de tabasqueños se sintieron dueños del cadáver.

Concepción Rodríguez está consternada por el bullicio y por las miles de bocas que repiten la misma sentencia: ¡Queremos verlo!

La carroza con el cuerpo avanza en las calles de Villahermosa. Avanza con la lentitud por la turba que se arremolina.

Rodríguez va en la carroza y no duda, producto de la desesperación, en preguntarle a Chico Che que está metido en el féretro

—Chico Che, ¿qué hago?

—Yo me debo al pueblo —le respondió el muerto. La esposa de Chico dice que esto lo escuchó en su interior.

Por esta razón, abandonó la carroza y gritó a la multitud:

—Sí lo van a ver, pero con orden.

Así, el cadáver fue puesto en la casa de la calle Mario Brown para que los miles de demandantes desfilaran frente a la caja de El hombre del overol.

Las crónicas periodísticas, publicadas en los diarios Novedades y Tabasco Hoy, cuentan que unas treinta mil personas le acompañaron en el panteón de Villahermosa para “darle el último adiós”, que la turba rompió el portón de la funeraria y que hubo una cascada de llantos por el fallecimiento del ídolo.

—Nunca tuve un momento de intimidad con él para despedirme —lamenta Rodríguez.

Para Roberto Carlos Hernández, el sepelio del padre ocasionó una inundación de hombres y mujeres por el cantante y compositor.

En Tabasco, el término inundación se repite cada año. Los ríos se desbordan por las lluvias constantes. Ahora el desborde fue sentimental.

—Fue terrible y tremendo.

Tenía doce años cuando se enteró por Televisa que su padre, aquel que le colmó de regalos, había muerto ocasionado por un derrame cerebral.

Nunca. Nunca. Roberto Carlos nunca ha visto un sepelio entre un mar de gente como el de Chico Che, una muerte que se le compara con la de Pedro Infante por la cantidad de asistentes a los funerales.

“Sobre el ataúd de Chico Che, miles de tabasqueños derraman lágrimas”, escribió Ruth López Betanzos, periodista del diario Tabasco Hoy. La crónica está fechada el 1 de abril de 1989, dos días después de la muerte.

Las fotos de Simón Hernández son las más vistas durante los funerales y los días posteriores. Las mujeres lloran, los hombres también. Literalmente caen las lágrimas sobre el cristal que ponen para sellar el féretro.

Chico Che murió un miércoles 29 de marzo de 1989. El día anterior ensayó con sus músicos en la capital del país. Allí vivía varios días y otros más en Tabasco. Cuarenta y ocho horas después retornó a su natal Tabasco encerrado en una caja como cualquier instrumento de metal.

Hernández y Ceballos, otro fotógrafo de la época, retrataron a los muchachos que se treparon en las criptas para ver cómo sepultaban al ídolo que regresó al pueblo en el vuelo 663, según los cronistas.

En 1986, tres años antes de trágico suceso, Francisco Jr. no sólo era su chofer y confidente. Era su hombre de confianza. En México se disputaba la Copa del mundo. Si Hugo Sánchez y Diego Armando Maradona ocupaban las portadas de los diarios del país y el orbe, Chico Che -y el éxito musical- también estaba presente en el fútbol.

En una portada del disco El mundial de Chico Che, la disquera BMG Ariola, “El hombre del overol” sostiene un balón en sus manos y lleva puesto los guantes de portero.

Foto: MercadoLibre

Foto: MercadoLibre

—En el coche me ponía a oír el próximo disco y me pedía una opinión.

Sin embargo, los secretos de Chico Che nunca se le revelaron al hijo. Francisco José era callado y reservado con los asuntos del trabajo.

—Abusado gordo —le dice a su hijo. Y siempre le repetía esta letanía cuando se despedían o le encargaba asumir alguna responsabilidad.

—Abusado gordo.

Por ser el mayor, el gordo recibió aquella llamada en que le mentían. Le decía una mujer que Chico estaba enfermo, que debían viajar de Tabasco a la Ciudad de México.

—¿Qué pasó?

—Tu papá está muy grave —dijo la tía de Francisco.

—¿Grave o muerto?

—Muerto.

Soltó el teléfono.

El Chico Che de Nueva York pasó a su mente, su afición por las motos, los animales, los árboles, el jardín. Fue en el jardín donde empezó a caminar como lo hacía su padre. Desde entonces se puso una coraza para evitar el llanto, para afrontar el duelo. Los mismos pasos que daba el padre mientras vivía, eran los mismos que daba Francisco. Pausados y contemplando el verde del jardín.

Era el único en casa a las once de la mañana del miércoles 29 de marzo de 1989. La madre en un salón de belleza, los hermanos en casa de Eugenio Flores.

—Estoy ido —. No llora pero lo ha hecho veinticinco años después frente a un periodista.

Hacia el mediodía, Concepción Rodríguez aparece. En la calle alguien seguramente le comenta de la gravedad del cónyuge. Irrumpe en la puerta, está desesperada y pide hacer maletas para viajar a la capital.

—¡Saquen mi ropa! —pide a gritos.

Nunca pide un vestido negro porque no dimensiona el desenlace. Francisco la observa. La mira cuando decide entrar al baño, quitarse el sudor y vestirse para viajar.

—¡Qué haces!

—¡La maleta!

—¡Vámonos!

Francisco está perplejo. La mira. La contempla pero está en otra realidad.

—Mi madre está desnuda y yo sigo ido.

De pronto, Francisco dice algo que jamás olvidará: “No tienes por qué llevar maleta”.

Se hace un silencio que supera el minuto: “sólo vamos a trasladarlo”.

La caída de agua que se había escuchado es menos fuerte que la caída de lágrimas que caen en el mosaico del baño

Concepción Rodríguez se constipa en llanto. Llora a plenitud. Y se golpea contra la pared. El agua continuaba cayendo en el baño. Había dos llaves abiertas, la del baño y la de los ojos.

“Chico Che no me dejes”.

—Momento tremendo —dice Francisco.

Ante la crisis, se mete a la regadera, la abraza y se fusionan en un abrazo duradero que sirve de confort, de alivio, de un instante íntimo que cuenta a cinco lustros del suceso.

La envuelve con una toalla y las muchachas del servicio doméstico le visten.

La casa empieza a enlutarse. Llega Patricia, la hermana de Chico, y sus hijos que han visto que el periodista Jacobo Zabludovsky confirmó el deceso. A Harley, el más pequeño, Francisco le asegura que su padre estará en el cielo con Dios. A Roberto Carlos, poco puede explicarle porque ya es un adolescente.

Pero, Harley explota y llora por el adiós repentino del padre.

Madre e hijos se abrazan en la sala en lo que quizás fue de los poquísimos, o el único, momento de intimidad. Lo que pasaría después fue la euforia y la locura.

—Entendí que los tenía que proteger.

Por deseos del gobernador de Tabasco, Salvador Neme Castillo, la familia de Chico Che viaja a la ciudad de México en el avión “Chipilín”, propiedad del gobierno. Con ellos va el político Oscar Cantón y Patricia. El padre, Gabriel Hernández Llergo decide no ir por la impresión que le causaría mirarlo en un ataúd.

El recorte de un periódico en el que se informaba el furor de sus fans. Foto: Álbum familiar/Especial

El recorte de un periódico en el que se informaba el furor de sus fans. Foto: Álbum familiar/Especial

A media noche del miércoles 29 de marzo ya velaban el cuerpo en la funeraria Galloso. Estaban los músicos, Chucho Rincón, la cantante Laura León y los periodistas de la capital.

A cinco lustros de distancia, el hijo de Chico Che recuerda quizá uno de los primeros momentos “desagradables”.

Un camarógrafo de ECO (Televisa) puso la cámara en el rostro de Chico Che. Si no hubiera sido por el cristal que ponen en el féretro, el lente habría tocado la nariz del músico. Esto incomodó a Francisco. Le reclama al periodista y después hay empujones, golpes.

El avión de la empresa Mexicana traslada el cadáver del ídolo un día después del derrame que detuvo la vida de Chico Che en 43 años.

Al arribar a Villahermosa, Concepción Rodríguez le pide a la azafata salir por otro acceso. “Imposible”, es la respuesta de la mujer. Al pedirle que mire por la ventana del avión, Rodríguez observa que ya hay un millar de personas, que hay cientos de autobuses que le harán valla a Chico Che, actor, cantante, tecladista y compositor.

—Nos arrancan como familia el despedirnos de él —se queja Francisco.

—¿Cómo se siente? —Le preguntan los periodistas a la viuda.

—Estoy consternada. No puedo decir nada. Discúlpenme.

Otro día dirá que fue difícil ser su esposa, por la fama.

La locura creció con las horas. Chico Che cantaba “Del otro lado de Villahermosa, hay una ciudad muy hermosa”. Se refería a la colonia Gaviotas que está frente a Villahermosa, en la margen del río Grijalva.

En Gaviotas inició el peregrinaje del cadáver. Un caos.

—¡Viva Chico Che! —Gritaban al paso del cortejo. Lo pasean por las calles de la ciudad, por el campo de béisbol. A cada paso de la carroza hay un grito y hay un llanto.

—La catedral está a full. Mi hermano se desmaya. La gente se sube a los árboles y criptas para verlo metido en el ataúd.

Las noticias políticas dejan de ocupar las primeras planas en los periódicos, al igual que la radio, para ocuparse de esta nota histórica.

En televisión hay cobertura total por el fallecimiento del cantante. En las imágenes se ven flores sobre la carroza y la bóveda del artista.

Al regreso a casa, luego de la locura en el panteón de Villahermosa en la que el niño Harley gritó que seguiría los pasos del padre, Francisco volvió a la escena del baño: él y su madre. Fue como retornar a la misma escena para cerrar el ciclo. Se abrazaron. Le ayudó a cambiarse y la dejó recostada en su cama.

Francisco, ya en su recámara, lloró después de quitarse la coraza que mantuvo durante días para hacerse el fuerte. Explota

—Grité, lloré. Había qué aguantar y fue el momento más fuerte en mi vida.

Posterior a su muerte, se le recuerda en homenajes y en algunos círculos sociales. Los hijos creen que Chico Che murió desde el momento en que fue sepultado. Diez años luego de su partida, hay un resurgimiento del ídolo se le escucha con fuerza y vehemencia en las estaciones de radio, en las fiestas, y se le cita entre conductores y periodistas

—Empieza a ser un boom y la gente sigue sus discos.

—Tu madre ¿ya superó su muerte?

—No creo. Ella quedó muy impresionada. Y jamás quiso rehacer su vida porque el único amor fue él.

—¿Y tú?

—Nos acercamos a Dios y buscamos la respuesta a muchas cosas negativas que vivimos. Le perdonamos.

Su viuda, Concepción Rodríguez, muestra recortes de periódico. Foto: Álbum familiar/Especial

Su viuda, Concepción Rodríguez, muestra recortes de periódico. Foto: Álbum familiar/Especial

Días antes de la muerte de Chico Che, Francisco se reconcilia con él. Se habían distanciado porque el músico reprendió al hijo por sus pésimas notas o calificaciones en la preparatoria.

En Emiliano Zapata y Teapa, dos municipios de Tabasco, Chico hizo dos presentaciones. Se sabría luego que fueron las últimas en Tabasco.

En el casino Teapaneco, Chico Che recibe un reconocimiento por su trayectoria de parte de la alcaldesa Gladis Cano Conde. Contaría a su vez el periodista Carlos Salazar.

En Teapa, Chico Che abrazó a su hijo y le dijo esto: “Seas lo que seas, yo siempre voy a ser tu papá”. Le pide que le prepare una maleta en la casa de Villahermosa y se la deje lista para que él sólo pase por ella mientras continúa su viaje a Minatitlán, Veracruz.

Se reconcilian y le perdona su rebeldía y que empezara a beber con sus amigos. Lo vuelve a besar en lo que sería el último saludo entre ambos:

—Abusado gordo.

Chico Che sí recogió la maleta pero ya no pudo ver al primogénito.

Con la muerte, llegaron otras realidades y se revelaron los secretos del ídolo de Tabasco. Con los años, la esposa de Chico y sus hijos perderían la casa de Mario Brown y retornarían a la vivienda de la calle 7 horas. El litigio, con otra familia que reclamó derechos sobre los inmuebles, duró y desgastó a la viuda y a los hijos.

—Yo entro en un resentimiento con él

—Por qué no pensaste en nosotros

—Por qué no previste un testamento

—Por qué tenías a otra persona

—Una especie de rechazo

Francisco Jr dejó tirado todo y se fue a la ciudad de México en busca de su “identidad”

—No me gustaba la idea, ni decía que era hijo de Chico Che.

A veinticinco años del sepelio más multitudinario en Tabasco, esto lo platica a manera de recuerdos, pero ya no guarda rencor.

En la cripta de Chico Che hay una leyenda que a la letra dice: Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida es todo un canto.

LA TV Y EL CINE

Por su popularidad y el éxito de sus LP (que grabó además con EMI Capitol), Chico Che incursionó en el cine mexicano. Una de las películas en las que actuó -acompañado de los músicos de La crisis- fue en Huele a gas. En ésta, la actriz principal era la sensual Sasha Montenegro que sería la esposa del entonces presidente José López Portillo.

La película inicia así:

Comienza la canción “Mami qué será lo que quiere el negro”. Aparece bailando Sasha Montenegro. Y después, Chico Che gira sobre su propio eje, y canta: “Mami, el negro está rabioso, quiere pelear conmigo, avísale a mi papa”. Gira como una pirinola vestido en su overol azul marino

—Cuando grabó Huele a gas en el set estaba muy nervioso —dice su hijo Francisco.

Sasha Montenegro ponía nervioso a todos en los estudios.

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En otra presentación televisiva, Chico Che canta:

Hay una chica muy linda que viene pa´l carnaval, es una nena chilanga que está como quiere estar, desempeñaré mi traje porque le quiero cantar, y el rollo que pienso echarle, oirán muy bien las de acá. Chico permanece sentado -en este vídeo- en un sillón de mimbre, después se pone en pie y canta: Tons qué mami. Lleva overol rojo guinda y puesta una playera rosa de franjas horizontales. Boxea hacia el frente y después dibuja círculos en el aire. Y llega al piano.

Para Francisco Jr., Chico Che tuvo un par de canciones favoritas “Pobrecito mi cigarro” y “Aquella calle larga”. También es probable que “Al señor de Tila. Pero hay una canción que en la radio nunca se tocó y ésta decía: pero ay que rica, sí que está la mota”.

El éxito mejoró las condiciones de todos, de él, de la familia y los músicos.

La conductora Talina Fernández vacilaba a los músicos de La Crisis porque ya no estaban “en crisis” sino pudientes porque ya usaban “unos relojotes”.

En las presentaciones, Chico Che brinca sobre el escenario, le pide aplausos al público y que “hagan un relajo”. Dice que Eugenio Flores, el hombre del sax, es su gran amigo, y corre entre los pasillos de los auditorios en donde ha llegado para ambientar la ocasión.

Las entrevistas con él se multiplican. Le entrevista Zabludovsky, Ricardo Rocha, otros. Le preguntan mil cosas. Entre estas cosas que si duerme y se baña con overol

—Me lo quito. También tengo pijamas. Pero el overol es parte de mi personalidad.

Chico Che leyó la Biblia, las enciclopedias Lavat, degustaba comida yucateca, no pagaba con dinero en efectivo, era autoritario y de carácter.

Si los argentinos se ufanan de decir que el Ché Guevera es suyo. Los mexicanos, un día, se ufanaron -y se ufanan- del Che Chico Che

Algunos creen que Chico Che sigue fumando en la muerte. Así cantaba en vida:

Pobrecito mi cigarro / un día te han de culpar /
cuando el corazón cansado / me deje de funcionar / y a lo largo de la vida / fumar, fumar y pensar /Sueños envueltos en humo, que son humo nada más.

Microhistorias: La mujer en la música mexicana

sábado, marzo 12th, 2016

Desde el siglo XVI, las mujeres mexicanas ya estaban haciendo música, una tradición que hasta la fecha se sostiene en las raíces que cantantes pop rescatan, y que tuvo un fuerte auge desde los conventos del virreinato, pasando por María Garfias y Consuelo Velázquez.

Microhistorias

Ciudad de México, 12 de marzo (SinEmbargo/WikiMéxico).-  Es la criolla Juana de Santa Catarina (1588-1633), considerada una niña prodigio y creadora de obras vocales, una las primeras compositoras de música mexicana. Pero es sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695) la gran musa del virreinato. Entusiasta del Villancico, piezas de corte campesino usadas para festividades religiosas, fue la primera en combinarlos con ritmos afroantillanos. Compositora de obras religiosas y profanas, tocaba el clavicordio, el arpa y la vihuela. Escribió un tratado de teoría musical, El Caracol.

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Para principios del siglo XVIII México ya contaba con una escuela de música especial para mujeres, el Convento de San Miguel de Belém. Una de sus normas era que “ninguna de las niñas puede ser religiosa sin tener tres habilidades distintas de voz e instrumentos, exceptuando el caso de crearse una organista”. Tan sólo en los primeros seis años de esta institución salieron 20 “profesas de música”.

Después de los reacomodos sociales causados por las guerras intestinas, México comenzó a tener fama de gran plaza operística, por lo que muchas prestigiadas compañías vinieron al país. En 1845 se incluyó por primera vez en las filas de una compañía italiana a una cantante mexicana, María de Jesús Cepeda y Cosío.

A fines del XIX resaltan varias compositoras, como la precoz María Garfias (1848-¿?), quien a los 13 años compuso Dios salve a la nación, de efervescencia patria y favorita del público, así como su célebre Himno a Ignacio Zaragoza.

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Antes de que cumpliera los 20 años la soprano Ángela Peralta (1845-83) ya había conquistado los escenarios europeos. Como compositora hizo valses y mazurcas y su propia compañía teatral estrenó la 1er ópera mexicana de carácter nacional, Guatemotzin, de Aniceto Ortega.

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A principios del XX la canción vernácula atrae mucho a las mujeres. María Teresa Lara (1904-1984), hermana chica de Agustín, tuvo reconocimiento como compositora de canciones, como “Me dejaste”.

Sin embargo, es María Grever (1894-1951) la primer música mexicana en alcanzar éxito profesional tanto en música popular como de concierto. Su primera canción, “A una Ola”, compuesta a los 18 años, vendió más de 3 millones de copias. Cuenta con más de 800 canciones y compuso música de concierto y películas y fue directora de orquesta.

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Otra compositora de éxito fue Consuelo Velázquez (1916-2005), más recordada por su canción “Bésame Mucho”, que hasta los Beatles interpretaron.

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Dentro de la música de concierto hoy día destacan compositoras como Graciela Agudelo, Gabriela Ortiz, Laura Schwendinger, María Granillo y Marcela Rodríguez, entre un largo etcétera.

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Microhistorias: Entre óperas y valses, la música en el porfiriato

sábado, enero 9th, 2016

El porfiriato es considerado uno de los periodos más fructíferos para la música y el arte mexicanos. A pesar de la desigualdad social imperante, la estabilidad política y económica, así como la influencia francesa en la cultura, permitieron el desarrollo de las artes, durante el largo periodo que comprendió de 1876 a 1911.

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Ciudad de México, 9 de enero (SinEmbargo/WikiMéxico).- Don Porfirio Díaz era reconocido como “el protector del arte en México”, según lo nombra la revista El arte musical, en su número 9, publicado en 1905: “Y he aquí que el duro campeón del progreso en México […], entrega al pueblo la luz de las nuevas escuelas y prepara el camino de la Belleza y de la Ciencia”.

El piano era el instrumento preferido en los hogares porfirianos, un objeto imprescindible para la música de salón -nombre con el que se conocía a la música más consumida en las casas de la alta sociedad de finales del siglo XIX-. Las habaneras de Felipe Villanueva y las mazurcas (bailes de salón de la corte real y la nobleza polaca) de Chopin eran algunas de las piezas más populares interpretadas por las pianistas de casa.

En un texto escrito para El Nacional, en 1896, Amado Nervo describía las tres clases de señoritas pianistas que existían en el país: “las boxeadoras del piano […], de las que aturden a los vecinos con trocillos de zarzuela”; “las que tocan algo el pertinaz tejemaneje merced al cual se logra leer una mazurca de Chopin” y un raro grupo de artistas “capaces de dar a la música ese colorido sin el cual se convierte en el más fastidioso de los ruidos”.

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Fueron muchos los géneros de baile que estaban de moda, casi todos importados de los salones europeos particularmente parisinos y vieneses, además del vals y la mazurca, se apreciaban el chotís, la polka, la polonesa, la escocesa, la varsoviana, el galop, la contradanza y la camelina (de los pocos estilos de factura local).

Se puede decir que casi todas las actividades de entretenimiento de la época tenían que ver con la música. Por un lado los bailes y la música de salón y por el otro la ópera, la opereta, la zarzuela, el cancan y el ballet, eran los espectáculos más populares durante el porfiriato.

Los compositores más reconocidos de la época dedicaban la mayor parte de su inspiración a los valses. “Sobre la olas” de Juventino Rosas, quien sólo escribió música de baile, es el vals más conocido del país. El mismo Juventino, compuso en 1893 el vals “Carmen”, que obsequió a Doña Carmen Romero Rubio de Díaz, esposa del presidente.

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