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La pérdida de León-Portilla deja un hueco en el estudio de los pueblos indígenas: académicos y especialistas

jueves, octubre 3rd, 2019

Considerado por el mundo académico como un “maestro de maestros” y férreo defensor de las culturas indígenas, León-Portilla formó en las aulas de la UNAM a generaciones de historiadores mexicanos y extranjeros, como el francés Patrick Johansson, uno de los más importantes especialistas en náhuatl.

“Me parece que ya no hay académicos cuya opinión pese tanto en materia política”, expresó el historiador Alfredo Ávila. La Universidad Iberoamericana comentó que Portilla era un “buscador incansable de nuestras raíces”.

Por Eduard Ribas i Admetlla

México, 3 de octubre (EFE).- La pérdida del historiador, humanista y antropólogo Miguel León-Portilla, fallecido este martes a los 93 años de edad, deja un hueco a nivel mundial en el estudio de las comunidades indígenas, coincidió este miércoles el gremio académico y político de México.

“A diferencia de muchos historiadores que estudian los pueblos indígenas de una manera folclorista, León-Portilla supo apreciar que a lo largo de 500 años no han sido comunidades congeladas sino que han seguido transformándose”, explicó a Efe Alfredo Ávila, historiador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde el humanista desarrolló su carrera.

Ávila, quien trabajó con León-Portilla en la UNAM, dijo que destacar solo su tarea en la recuperación de los pueblos precolombinos es una visión incompleta, ya que el humanista tuvo también un “activismo para mostrar los pueblos indígenas actuales”.

A principios del siglo XX, los indigenistas de México centraban su estudio en las antiguas civilizaciones maya y mexica, pero López-Portilla y otros académicos de su generación rompieron con esta visión al estudiar la participación de las comunidades indígenas en los movimientos sociales actuales.

“Don Miguel tuvo un activismo que en el mundo académico no es tan frecuente”, comentó Ávila al recordar que León-Portilla apoyó en 1996 los Acuerdos de San Andrés en los que el Gobierno mexicano se comprometió con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en reformar la Constitución para garantizar la autonomía de los pueblos indígenas.

Nacido en Ciudad de México en 1926, León-Portilla es reconocido como uno de los hombres más sabios del país así como un férreo defensor de las culturas indígenas, especialmente la náhuatl, originada en el centro del actual México.

Considerado por el mundo académico como un “maestro de maestros”, León-Portilla formó en las aulas de la UNAM a generaciones de historiadores mexicanos y extranjeros, como el académico francés Patrick Johansson, uno de los más importantes especialistas en náhuatl.

Y emulando al fraile español Bernardino, también dedicó parte de su vida a formar a estudiantes indígenas de todo el país gracias a su inmenso conocimiento de las culturas mesoamericanas.

León-Portilla estuvo comprometido con el mundo académico hasta fallecer, sin importar su avanzada edad y casi sin salir de casa.

Además, su voz era tan influyente que en 2017 el entonces Presidente Enrique Peña Nieto lo visitó para conversar sobre medidas para preservar las lenguas indígenas.

“Me parece que ya no hay académicos cuya opinión pese tanto en materia política”, expresó Álvarez, quien destacó de León-Portilla su “disciplina admirable e impresionante”, tanto en el trabajo como en la siesta que se tomaba a diario.

El historiador de la UNAM también remarcó el vasto conocimiento que tenía León-Portilla más allá de las culturas mesoamericanas, lo que le convertía en un “gran humanista”: “Podemos contar con los dedos de una mano las personas que sepan más que él de (el conquistador) Hernán Cortés”, remarcó.

León-Portilla ingresó en 1971 en El Colegio Nacional, que agrupa a los intelectuales mexicanos más destacados, siendo decano de esta institución que este miércoles lo definió en un comunicado como un “historiador y antropólogo mexicano reconocido mundialmente”.

“Miguel León-Portilla es conciencia histórica de los pueblos mexicanos, buscador incansable de nuestras raíces, también espirituales y humanas”, destacó a su vez la Universidad Iberoamericana en un comunicado.

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encomió este miércoles la figura del humanista por ser “un historiador de primer orden y defensor de los pueblos originarios”, además de una “institución” para México.

“Celebramos que un mexicano así haya aportado tanto a la historia de nuestro país”, remarcó este miércoles el mandatario en conferencia de prensa.

León-Portilla recibirá el jueves un homenaje en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, un honor reservado a grandes personalidades que vivieron en el país, como Juan Gabriel, Chavela Vargas, Gabriel García Márquez, Octavio Paz o Frida Kahlo.

La producción académica de este investigador emérito comprende más de medio centenar de libros, 31 de los cuales han sido traducidos a idiomas distintos al español y más de 500 artículos de investigación.

Entre flores y poesía, Bellas Artes se despide del “maestro de maestros” Miguel León-Portilla

jueves, octubre 3rd, 2019

A mediodía la carroza fúnebre con el cuerpo de Portilla, que fue trasladado desde el Panteón Francés, ingresó por la puerta principal. Nadia López leyó “Octubre”, un poema en mixteco, en el vestíbulo del Palacio, donde preside el retrato del historiador, rodeado de arreglos florales.

Entre los invitados al evento figuraron Beatriz Gutiérrez Müller; la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto; el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, y el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto.

Ciudad de México, 3 de octubre (SinEmbargo).- El Palacio de Bellas Artes abrió sus puertas al público para el homenaje de cuerpo presente a Miguel León-Portilla, historiador, catedrático, filósofo y académico que falleció este martes a los 93 años de edad.

Decenas de personas hicieron fila desde antes de las 10:00 horas de este jueves. A mediodía la carroza fúnebre con el cuerpo de Portilla, que fue trasladado desde el Panteón Francés, ingresó por la puerta principal.

Antes de la ceremonia oficial, se llevó a cabo una lectura de poesía por parte de Juventino Gutiérrez, Nadia López García, Alejandra Cruz y Víctor Cata. La música en vivo estuvo a cargo de Solistas Ensamble de Bellas Artes, que interpretaron la “Misa Solemne”, de Rossini, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Nadia López leyó “Octubre“, un poema en mixteco, en el vestíbulo del Palacio, donde preside el retrato del historiador, rodeado de arreglos florales.

En la primera guardia de honor estuvo la familia de León-Portilla: su viuda Ascensión Hernández, su hija Marisa León-Portilla y su yerno Gerardo Hierro, reportaron medios.

Entre los invitados al evento figuraron Beatriz Gutiérrez Müller; la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto; el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, y el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto.

Durante su conferencia matutina de ayer, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que la familia de Portilla fue consultada para la realización de este evento. Dijo que el homenaje “tiene que ser con la voluntad de los familiares, lo que ellos nos soliciten”.

“En todo esto es mejor ser respetuosos, que la familia sea la que decida hasta dónde se hacen los reconocimientos. Desde luego el mejor reconocimiento es recordarlos a estos personajes tan distinguidos con cariño, y en el caso de León Portilla o de cualquier personaje lo mejor es leer su obra y tenerlo siempre en un buen sitio, en un buen lugar”, agregó el mandatario.

Miguel León-Portilla nació el 22 de febrero de 1926 en la Ciudad de México. Entre sus obras destaca Visión de los vencidos, crónica basada en escritos indígenas que narra acontecimientos de la época de la Conquista española y que ha sido traducida a 16 idiomas.

Sus aportes a la literatura náhuatl, así como sus estudios prehispánicos y crónicas basadas en la historia de México, hicieron de León-Portilla, merecedor de 28 doctorados Honoris Causa.

Familiares y amigos despiden al historiador Miguel León Portilla en el Panteón Francés de CdMx

miércoles, octubre 2nd, 2019

Desde tempranas horas de la mañana, familiares, amigos, colegas y discípulos entre los que se encuentran Diego Valadés, Leonardo López Luján, Concepción Company Company, Javier Garcíadiego, Diego Prieto, Natalio Hernández o Ángeles González Gamio arribaron el lugar para darle el último adiós.

Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).– El cuerpo del historiador Miguel León Portilla está siendo velado en la Sala Lorraine del Panteón Francés de San Joaquín, ubicado al norte de la Ciudad de México.

Desde tempranas horas de la mañana, familiares, amigos, colegas y discípulos entre los que se encuentran Diego Valadés, Leonardo López Luján, Concepción Company Company, Javier Garcíadiego, Diego Prieto, Natalio Hernández o Ángeles González Gamio arribaron el lugar para darle el último adiós.

Por su parte, el Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto, declaró al respecto.

“Él trabajó hasta el último momento en que pudo hacerlo, luchó por la vida tanto que este último libro que se publicó y recibió el premio Antonio García Cubas del Inah, llamado Erótica náhuatl; era alguien que sabía disfrutar la vida, pero siempre con disciplina, con empeño y con esfuerzo, una gente profundamente sencilla que nos enseñó mucho como persona y como académico”, expresó el Director del INAH.

Por su parte, la colega, discípula y sobrina de León Portilla, Ángeles Gonzáles Gamio, declaró que con la partida del historiador, México “pierde al hombre más importante que hemos tenido en las últimas décadas”.

“Un humanista auténtico que nos descubrió la riqueza del pasado indígena de la cosmovisión, de la manera que tenían de mirar al mundo los antiguos mexicanos y se descubrió que tenían un conocimiento profundo”, dijo Gonzáles Gamio.

Pese a que la familia cercana mantuvo reservado y en sigilo el lugar donde se llevó a cabo la ceremonia fúnebre, los medios de comunicación si pudieron arribar al lugar; en un principio, se les permitió estar en el vestíbulo, posteriormente fueron desalojados por el personal de seguridad del lugar.

El poeta mazahua Juan Gregorio Regino, Director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) reveló que quedan al menos tres obras póstumas del historiador.

Durante los detalles dados de estas obras póstumas, Gregorio Regino reveló que se tratan de antologías de literatura en lenguas indígenas que preparaban.

“Las tres estaban ya muy avanzadas. Estábamos trabajando muy de cerca con él en la traducción de esos textos; es algo que está ahí, a lo que tendremos que darle continuidad. Un hecho que muestra su generosidad es que nos ofreció los derechos de esas obras, algo que agradecemos mucho y que habla de ese gran corazón y ese humanismo que lo caracterizaban”.

Se prevé que en ese mismo lugar serán inhumados sus restos el próximo viernes; esto, después del homenaje de cuerpo presente que le será realizado el jueves por parte del Gobierno federal en el palacio de Bellas Artes a partir de las 10 horas del día.

Miguel León-Portilla, filósofo, académico e historiador ilustre, fallece en la CdMx a los 93 años

martes, octubre 1st, 2019

Sus aportes a la literatura náhuatl, así como sus estudios prehispánicos y crónicas basadas en la historia de México, hicieron de León-Portilla, merecedor de 28 doctorados Honoris Causa, otorgados por instituciones de distintas partes del mundo: Lengua e Historia, El Colegio Nacional, la Real Academia de las Artes y Letras de Extremadura y la American Anthropological Association, Southern Methodist University y la Universidad de Tel Aviv, en Israel.

Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).- El historiador, catedrático, filósofo y académico Miguel León-Portilla falleció este día a los 93 años de edad. La noticia fue confirmada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Hasta el momento se desconocen las causas de su muerte.

“La Universidad Nacional Autónoma de México informa del muy lamentable deceso, a los 93 años, del Dr. Miguel León-Portilla, ilustre universitario, humanista, maestro de maestros, investigador emérito y doctor honoris causa de esta casa de estudios”, escribió la UNAM en su cuenta de Twitter.

De acuerdo con El Colegio Nacional, al cual ingresó el 23 de marzo de 1971, León-Portilla “revela el pensamiento profundo de los antiguos mexicanos e inaugura un estilo muy personal de acercamiento a los textos; busca en la discursividad de la lengua la orientación del conocimiento prehispánico; analiza la poesía que, liberada de su lastre referencial, expresa con plenitud la singularidad del ser indígena; defiende la autonomía de los pueblos indígenas y recoge poemas en sus lenguas, tanto antiguos como modernos, en un afán de conservar su pureza y su naturalidad”.

El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador lamentó el fallecimiento del historiador y envió sus condolencias a través de su cuenta de Twitter.

La Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México de la Presidencia de la República también lamentó el fallecimiento de León-Portilla, quien fuera consejero honorario de esta Coordinación.

“León-Portilla, ilustre catedrático, historiador, antropólogo y amigo, fue un innovador en la construcción historiográfica de la cultura náhuatl y de las culturas originarias. Dedicó su vida al estudio y educación, un profundo conocedor de México. Una pérdida irreparable para nuestro país”, indicó la Coordinación en un comunicado.

León-Portilla nació el 22 de febrero de 1926 en la Ciudad de México. Cursó sus primeros estudios en Guadalajara, Jalisco, y en la ciudad de Los Ángeles, California. En esta última ciudad obtuvo el título de Master of Arts, con la mención Summa cum Laude. En la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se doctoró en filosofía, bajo la guía del doctor Ángel María Garibay, con la tesis titulada La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes. Esta obra, que apareció revisada en 1959, ha sido traducida al ruso, al inglés, al francés, al alemán y al checo. Otros libros suyos son Los antiguos mexicanos, La visión de los vencidos (traducida a quince idiomas), Literaturas indígenas de México, y Tonantzin Guadalupe. Pensamiento náhuatl y mensaje cristiano en el Nican Mopohua (2001), entre muchos otros.

Miguel León-Portilla durante el homenaje de la UNAM por sus 90 años en 2016. Foto: Cuartoscuro

Fue profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM desde 1957, director del Instituto de Investigaciones Históricas, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, y era Investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Históricas, con antigüedad desde 1957. Impartió numerosas conferencias y perteneció, como consejero, al Instituto de Civilizaciones Diferentes, de Bruselas, Bélgica; a la Sociedad de Americanistas con sede en París, Francia; a la American Anthropological Association, a la Sociedad Mexicana de Antropología, a la Academia de la Investigación Científica, a la Academia Mexicana de la Historia (de la que ha sido director), a la Academia Mexicana de la Lengua, a la American Historical Association, a la National Academy of Sciences y a otras instituciones culturales mexicanas y foráneas. Es Doctor Honoris Causa por varias universidades de México y del extranjero, entre éstas, de la Brown University, en Providence, RI.

Algunas de las distinciones que recibió fueron el Premio Elías Sourasky, el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía, en 1981; el Premio Universidad Nacional, en 1994; la Medalla Belisario Domínguez, en 1995, y el Premio Menéndez Pelayo, en el 2001. Es asesor de la revista California History y fue coordinador de la Comisión Nacional del V Centenario 1492-1992.

Sus aportes a la literatura náhuatl, así como sus estudios prehispánicos y crónicas basadas en la historia de México, hicieron de León-Portilla, merecedor de 28 doctorados Honoris Causa otorgados por instituciones de distintas partes del mundo, como Lengua e Historia, El Colegio Nacional, la Real Academia de las Artes y Letras de Extremadura y la American Anthropological Association, Southern Methodist University y la Universidad de Tel Aviv, en Israel.

Miguel León-Portilla, durante el homenaje por los 50 años de su libro “Vision de las Vencidos” en el Museo de Antropología. Foto: Cuartoscuro

También fue reconocido por la Universidad de Toulouse, Francia; la Universidad de Baja California, en Mexicali; la Universidad de Colima; la Universidad Mayor de San Andrés, de La Paz, Bolivia; la Brown University, Providence, Rhode Island, la UNAM, y la Universidad Carolina de Praga, República Checa, entre otras.

Entre sus obras destaca Visión de los vencidos, crónica basada en escritos indígenas que narra acontecimientos de la época de la Conquista española y que ha sido traducida a 16 idiomas. En Filosofía náhuatl, publicada hace 60 años, Portilla le dio palabra al indígena, a sus ideas y filosofía sobre el universo, convirtiéndose en el parteaguas de los estudios hispanoamericanos

REVISTA ARTES DE MÉXICO | Elogio de la cocina mexicana

sábado, abril 21st, 2018

Cada gesto ante el metate o / el comal o el molcajete, cada gesto ante la estufa o el fogón, / aparentemente mecánicos o /  ancestrales, son actos únicos que / imponen a los guisos marcas sutiles / que sólo la piel viva es capaz / de descifrar; y así en la secreta / oscuridad de la boca, oscuridad / húmeda y cálida, el varón recibe y / el amante reconoce. Alfonso Alfaro

Por María de los Ángeles Magaña Santiago

Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).- La historia mexicana puede conocerse a través de la degustación de una de sus máximas expresiones culturales: la cocina. Ésta despierta la genealogía del consumo y preparación de alimentos a través de voces, olores, sabores y procesos. Su naturaleza e identidad provienen de ritos alimentarios que la sociedad prehispánica ha conservado y nos ha heredado. Elogio de la Cocina Mexicana es una obra que enaltece a la cocina tradicional de este país y registra su valor patrimonial, sus orígenes históricos, su herencia y mestizaje.

A través de cuatro nutridos apartados, esta edición se convierte en un rico estudio. Gloria López Morales, Francisco Javier López Morales, Alberto Ruy-Sánchez, Jorge Alberto Lozoya y Carlo Petrini, escritores, diplomáticos y expertos en alimentación, analizan la inscripción de la cocina tradicional en 2010, de acuerdo a la biodiversidad del territorio, la antigüedad de los procesos, continuidad de sus procesos, el carácter ritual alimentario, su simbolismo y la cohesión comunitaria que generan comer y cocinar.

Comida ritual en la fiesta de la Santa Cruz, Guerrero. Fotografía: D.R. © George O. Jackson, en Elogio de la cocina mexicana. Patrimonio Cultural de la Humanidad, México, Artes de México, 2012

De esta manera, los especialistas coinciden en que proteger la cocina mexicana es ofrecerle un lugar a la cocina tradicional no sólo de nuestro país, sino de muchos otros. Los expertos hablan sobre las expresiones, conocimientos y técnicas que se han heredado en la cultura culinaria y que promueven nuestra diversidad cultural. Por esto, la inscripción de la cocina tradicional mexicana está en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Los expertos en biología reunidos en esta obra, Edelmira Linares, Roberto Bye, Héctor Bourges y Luis Alberto Vargas nos invitan a conocer la abundancia en flora y fauna que componen nuestra historia biogeográfica en el apartado “Cocina y Ciencias. Indagar las raíces de la cocina mexicana es acudir al origen de los alimentos. Linares, Bye y Bourges estudian la vegetación con la que nuestro pasado indígena cocinó, así como las plantas silvestres y domésticas, su recolección y cultivo, la agricultura y el inicio de las milpas y las huertas familiares. Por otro lado, examinan las propiedades naturales y nutricionales de los elementos mesoamericanos que heredamos y que hoy forman parte de nuestra cocina; el mestizaje en formas de cultivo, las técnicas agrícolas, la domesticación de animales, y la fusión de tradiciones culinarias.

Cocina tradicional de una familia chuj en Tziscao, Chiapas. Fotografía: D.R. ©Lorenzo Armendáriz, en Elogio de la cocina mexicana. Patrimonio Cultural de la Humanidad, México, Artes de México, 2012

Luis Alberto Vargas, biólogo y antropólogo físico, va más allá del alimento y analiza las formas de comer. Así, el experto examina los hábitos de comida, la cotidianidad, y las maneras en que llegan los alimentos a la mesa. El tercer apartado titulado Orígenes de nuestra cocina nos lleva de la mano por un texto ligero y antojadizo que nos induce en el camino de creatividad alimentaria.

Miguel León-Portilla, Eduardo Matos Moctezuma, Manuel Ramos Medina y Sol Rubín de la Borbolla estimulan al lector por el camino de la riqueza gastronómica. Desde la alimentación prehispánica – gusanos de maguey, tamales, jumiles, escamoles-, León Portilla nos envuelve en este periodo culinario indígena y nos invita a imaginar la diversidad de alimentos donde quelites, los chiles, el achiote, las calabazas, el amaranto, los chayotes, las verdolagas, los zapotes negros, los cocos, hongos, algas e incontables flores, junto con la miel y vainilla enriquecían los manjares de los nobles y macehuales. Matos nos recuerda que fue el maíz, el alimento esencial que los dioses pusieron en las manos del hombre para su cosecha, consumo y símbolo de adoración. Por otro lado, Ramos Medina introduce al lector a esos espacios de cocina conventual que están representados por grandes escenarios adornados de ollas, cazuelas e instrumentos de barro, madera y cobre, donde se reprodujeron las primeras recetas españolas en América y donde se inició el mestizaje culinario; esos conventos de donde surgió el tan afamado mole, el dulce rompope, los coloridos chiles en nogada y los suaves dulces poblanos. Los mismos lugares que han evolucionado y forman parte de refranes, poesías, saberes populares.

Valorar la cocina tradicional es viajar a través de un México variado en regiones, climas, usos y suelos con propuestas culinarias distintas, así lo señala Sol Rubín de la Borbolla, antropóloga, que nos enseña que el arte popular y la riqueza artesanal forman parte de la preparación de los alimentos y que en cada región de este país, dependiendo de la producción de objetos, los alimentos y los espacios de preparación son la riqueza constitutiva de las cocinas tradicionales.

El último apartado “Saberes gastronómicos heredados”, encontramos textos de José N. Iturriaga, Alicia Gironella, Cristina H. de Palacio, Juana Bravo Lázaro, Ángeles González Gamio y Carmen Beatriz López-Portillo Romano que nos muestran la herencia gastronómica y la fusión de la misma con una diversidad de recetas y alimentos que llegaron a tierras mexicas desde tiempos novohispanos. Iturriaga nos muestra ese mundo apetitoso lleno de antojos que se han vuelto típicos para el mexicano por sus salsas, múltiples usos del maíz en forma de tlacoyos, gordas, quesadillas, tacos, tamales, chalupas, garnachas, enchiladas, tostadas y demás. Su texto nos recuerda que la cocina mexicana elogia y aprovecha a toda la diversidad de ingredientes.

El uso generalizado del metate en los pueblos mesoamericanos se mantiene hasta nuestros días en las comunidades que no cuentan con acceso al suministro eléctrico. Fotografía: D.R. ©Adalberto Ríos, en Elogio de la cocina mexicana. Patrimonio Cultural de la Humanidad, México, Artes de México, 2012.

Gironella y De Palacio, ambas investigadoras gastronómicas, nos hablan de la diversidad de cocinas que engloba la cocina mexicana: la regional, tradicional, de la abuela, popular, comunitaria, contemporánea y fusión. Decía Alfonso Alfaro que “la diferencia no está solo en la receta sino en el estilo, en la expresión particular de un cuerpo y una sensibilidad, en un sazón. Juana Bravo, como cocinera tradicional y michoacana, brinda un testimonio de la cocina tradicional y de su experiencia como promotora de la comida mexicana”. Mientras que Ángeles González Gamio, reconocida cronista de la Ciudad de México, invita a conocer a través de anécdotas y crónicas de los antiguos exploradores, los mercados, la comida de calle, las variadas maneras de cocinar en conventos y la transformación de estos pequeños negocios en restaurantes afamados durante el Porfiriato. Finalmente Carmen Beatriz López-Portillo nos regala el placer de conocer y entender que nuestra cultura es infinitamente diversa, y que una de esas expresiones culturales es nuestra cocina, la cual ha dialogado con el tiempo, la geografía, la riqueza de la historia, las costumbres, los ritos, las fiestas y las formas de convivencia.

El Elogio de la Cocina Mexicana es un regalo que Artes de México nos da al reunir expertos en cada vertiente del estudio y la comprensión de la cocina tradicional. Este libro nos invita a redescubrir, de lo general a lo particular, los elementos que componen el patrimonio culinario de este país. Es una obra que exhorta a elogiar, a valorar, y apreciar nuestras recetas, pero como una manifestación viva que se ha transformado por sus técnicas, procedimientos y saberes. La cocina mexicana es riqueza, poder y orgullo.

REVISTA ARTES DE MÉXICO | Imágenes de la Conquista: El Libro XII del Códice Florentino

sábado, diciembre 9th, 2017

La historia de nuestro origen como mexicanos inicia en la Conquista, momento en el que se crea una nueva realidad, producto del encuentro violento y creativo entre los pueblos indígenas mesoamericanos y españoles.

Por Diana Magaloni

Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).- Los escasos tres años que transcurren desde la llegada de Hernán Cortés a la costa de Veracruz en 1519 y la toma de la poderosa México-Tenochtitlan en 1521 están marcados por una visión distorsionada que hace ver a los invasores, superiores a los pueblos indígenas. Se ha extendido una interpretación simplista y ficticia de este acontecimiento, como si sólo se tratara de un imperio poderoso que es derrotado por un pequeño grupo de soldados españoles que fueron vistos como seres sobrenaturales.

La historia de la Conquista ha empleado fundamentalmente fuentes documentales europeas, y ha excluido la comprensión de las fuentes históricas indígenas. Albores de la Conquista se suma a una historiografía más reciente, iniciada por Miguel León-Portilla, para entender la visión indígena de la Conquista.

Al constatar la profunda transformación que trajo consigo la llegada de los europeos y sufrir la pérdida de su historia con la destrucción de sus ciudades y templos, pero sobre todo, la quema de sus más preciados libros pintados, los habitantes de pequeños centros y grandes ciudades se dedicaron a volver a pintar y escribir su historia. En nuestros archivos, tenemos miles de estos documentos que dan testimonio de la gran empresa creativa indígena del siglo xvi. El resultado más importante de este esfuerzo por recuperar la dignidad de una cultura es el Códice Florentino realizado entre 1575-1577 en Tlatelolco. La gran obra fue concebida como una enciclopedia, en doce copiosos volúmenes, que abarca todos los aspectos de la vida y cultura de los antiguos pueblos nahuas del centro de México. Los doce volúmenes manuscritos ocupan dos columnas paralelas, la original en náhuatl está a la derecha, la traducción resumida al español, a la izquierda. Están acompañados por pequeñas pinturas, enmarcadas de brillantes colores en su mayoría. Fueron realizados por fray Bernardino de Sahagún de la Orden de San Francisco y un grupo de intelectuales indígenas, quienes escribieron los textos en náhuatl y pintaron las imágenes.

Albores de la conquista. Libro XII del Códice Florentino. Foto: RAM

La composición y supervivencia de la historia de la Conquista en el Libro xii del Códice Florentino es una historia fascinante. Fue transcrita primero al náhuatl alfabético antes de 1555, a sólo ocho años de la victoria española. Sahagún supervisó su traducción al español entre 1575 y 1577, dejando espacio para las imágenes pintadas dentro del cuerpo del texto. Los pintores (tlacuiloque) empezaron a insertar el delineado de las pinturas entre 1576 y 1577, pero el proceso fue abruptamente interrumpido cuando la Inquisición en el Nuevo Mundo consideró el códice sospechoso y lo envió a España en 1578. De esta forma, el Libro xii se produjo bajo una gran tensión política y presión de tiempo.

Lo excepcional de la historia de la Conquista en el Libro xii es que podemos percibir la manera en la que Sahagún, como religioso y europeo, entiende el mundo indígena, y su lectura de la Conquista como un evento guiado por la Providencia. Al mismo tiempo, en el texto náhuatl y en las pinturas, apreciamos la voz indígena, que se revela profundamente objetiva y programática, ya que interpreta los hechos como proyección del futuro en el nuevo orden político.

Debemos considerar que la tradición de escribir e interpretar la historia era diferente. Los españoles, especialmente la orden religiosa franciscana a la que pertenecía Sahagún, creían que la Biblia era el punto de origen y fin de la comprensión de la historia. Las acciones humanas estaban predeterminadas. Así como el Antiguo Testamento prefiguró la llegada de Cristo y con ello el Nuevo Testamento, todo gran evento histórico debía tener un antecedente luminoso en el libro sagrado. Los religiosos consideraron que los pueblos americanos habían sido descritos en el Antiguo Testamento y que eran la tribu perdida de Israel. También creían que, si esta tribu era convertida al cristianismo, llegaría el milenio de paz prometido como consecuencia del fin del mundo en el Apocalipsis. La Conquista y sus horrores estaban previstos en el libro sagrado y eran necesarios para la conversión de los indios. Incluso la epidemia fue imaginada como señal de la pronta llegada del milenio de Cristo.

Albores de la conquista. Libro XII del Códice Florentino. Foto: RAM

Los pueblos indígenas creían también que la historia humana era el reflejo de eventos de fuerzas sobrehumanas. Los antiguos libros pintados con imágenes significativas y poderosas (la escritura alfabética llegó con los españoles a Mesoamérica) narraban cómo las fuerzas cósmicas, asociadas a las direcciones este, oeste, norte y sur en el espacio, y a los ámbitos sagrados del supramundo y el inframundo, eran las causantes de la historia. De esta forma, desarrollaron un sistema que ayudaba a dilucidar qué fuerzas o deidades influían en los sucesos, de dónde provenían en el espacio —ya que cada región tenía características metafísicas particulares—, y cuáles eran las posibles consecuencias de su influencia sobre los seres humanos. Este sistema, que llamamos calendario adivinatorio y en náhuatl Tonalpohualli, servía para interpretar las ulteriores razones de los acontecimientos.

Los dos sistemas están presentes en la historia indígena de la Conquista. Los autores del Libro xii plasmaron una noción de la guerra y sus consecuencias que vinculan tanto la visión apocalíptica bíblica como la óptica cósmica mesoamericana. Aquello que caracteriza a esta historia, que es muy específico de la tradición historiográfica indígena, aun en el siglo xvi donde ya hay escritura alfabética, es que las ideas fundamentales que expresan el punto de vista cosmogónico y profético se comunican a través de pinturas.

Los dos sistemas de registro histórico hacen de la historia de la Conquista tanto un libro, en el sentido occidental, como un códice adivinatorio, en el sentido mesoamericano. La escritura alfabética elabora una crónica lineal de los eventos en 41 capítulos. Las pinturas y algunos elementos del texto náhuatl dotan a esta crónica de un movimiento espiral similar al del calendario adivinatorio indígena. Es fundamental, en esta codificada versión de la historia, el primer capítulo que presenta las ocho famosas profecías que se dice habían presagiado la Conquista diez años antes de la llegada de los españoles. Éstas son precedentes míticos de la historia y en esa forma dividen los cuarenta capítulos restantes en ocho tiempos. El número ocho es un número muy simbólico porque contiene la estructura espacio-temporal del calendario: cuatro regiones que son los puntos cardinales y cuatro puntos intermedios que en el calendario marcan los solsticios. De esta forma, las ocho profecías dotan de un significado cósmico mesoamericano a los cuarenta capítulos restantes. El movimiento espiral de las profecías comienza al este, continúa al noreste, norte, noroeste, oeste, suroeste y termina en el sur y sureste. Esta vuelta calendárica marca un ciclo cósmico completo. Para comprender los significados de cada región y cómo los númenes y fuerzas que habitan ahí influyeron en los eventos transcurridos de 1519 a 1521, los pintores y escritores indígenas lograron plasmar visiones significativas a través de imágenes narrativas y simbólicas que complementan el texto en náhuatl.

No obstante, debido a su naturaleza mítica, despliegan un significado ulterior a los eventos que prefiguran, transformando la narrativa histórica en una saga profética y sagrada de la destrucción y creación de una era cósmica. Las ocho profecías y las imágenes a lo largo del texto relacionan los antiguos mitos nahuas de destrucción y recreación del mundo con el Apocalipsis bíblico. Las imágenes son expresiones de un esfuerzo heroico y creativo por parte de los sabios historiadores indígenas (tlamatinime y tlacuiloque), quienes buscaban asimilar su proceso y designio históricos en el contexto de una realidad que destruyó su mundo pero que dio inicio a un nuevo ciclo del que somos parte nosotros. Estas imágenes, que se han mantenido en silencio por más de 500 años, representan la base de nuestro mundo, en el cual los indígenas poseen un lugar y una responsabilidad cósmica, histórica y política.

 

La Universidad de Sevilla otorga el doctorado Honoris Causa al historiador Miguel León-Portilla

jueves, agosto 3rd, 2017

Tras recibir el Libro de la Ciencia, la medalla, el birrete laureado, el anillo y los guantes propios de la investidura, Miguel León-Portilla expresó su gratitud a la Universidad de Sevilla por el nombramiento y por el hecho de que sus representantes hayan acudido hasta su casa de toda la vida, la UNAM.

México, 2 de agosto (EFE).- Miguel León-Portilla, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e “historiador de las voces sin voz”, recibió hoy el doctorado H0noris Causa por la Universidad de Sevilla (US).

En un acto inédito, cruzaron el Atlántico el Rector Magnífico de la US, Miguel Ángel Castro; la secretaria general, Concepción Horgué; el vicerrector de Investigación, Julián Martínez, y el decano de la Facultad de Geografía e Historia, Javier Navarro, entre otros académicos, para entregarle al erudito las insignias del doctorado número 30 que recibe en sus 90 años de vida.

En la sesión solemne efectuada en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM, Castro agradeció “al admirable profesor, al brillante historiador, al historiador de las voces sin voz, al escritor sensible, al filólogo erudito y al admirable antropólogo que con generosidad y cariño ha aceptado la invitación para formar parte del nuestro claustro de doctores”.

“Nuestro recorrido de cerca de nueve mil kilómetros de distancia fue para sumarlo con orgullo a usted, doctor León-Portilla, a nuestro claustro, pero también para que nuestra universidad se una en lo académico, histórico y universal a la UNAM”, abundó.

Las dos instituciones, sostuvo, se alían “para trabajar por un mundo más sabio, justo y respetuoso; un espacio en que todas las lenguas y sensibilidades tengan su sitio”.

Tras recibir el Libro de la Ciencia, la medalla, el birrete laureado, el anillo y los guantes propios de la investidura, León-Portilla expresó su gratitud a la US por el nombramiento y por el hecho de que sus representantes hayan acudido hasta su casa de toda la vida, la UNAM.

Luego reflexionó sobre las conexiones entre México y Sevilla a partir de las obras de Nicolás Monardes desde la farmacología, Bartolomé de las Casas con la defensa de los indígenas y Antonio de Lebrija con sus estudios de la gramática de la lengua castellana.

Agregó que Sevilla es la puerta hacia el Nuevo Mundo y repositorio de las relaciones de España con Iberoamérica.

La capital andaluza, dijo el historiador y antropólogo mexicano, también cambió su vida pues en 1964, durante un congreso internacional de americanistas, conoció a su compañera de vida: Ascensión.

Previamente, Ramón María Serreras, padrino del doctorando, destacó que el autor de “La Filosofía náhuatl” y “Visión de los vencidos” es uno de los intelectuales de mayor prestigio de México y uno de los más grandes historiadores del siglo XX.

“Don Miguel ya hace tiempo que es historia viva de México porque nos puso en contacto directo con la voz del indígena, con la voz de los vencidos. Nos ha remitido al estudio de otra cultura, de una sociedad distinta a la europea. Ha sido una voz sonora en la defensa de los pueblos indígenas durante más de 60 años”, expuso.

La producción académica de León-Portilla abarca cerca de medio centenar de libros, 31 de ellos traducidos a idiomas distintos al español.

Cuenta también con más de 500 artículos de investigación y 30 doctorados de universidades como las de Tel Aviv, Complutense de Madrid, de Alcalá de Henares, de Carolina, de Praga, de Guadalajara, Boliviana de Venezuela, de La Habana y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entre otras.

Durante la ceremonia, el rector de la UNAM, Enrique Graue, definió a León-Portilla como una leyenda y una institución. Como historiador y filólogo dio voz a los vencidos y creó, a través de sus estudios de la poesía, las lenguas y la historia indígenas, una nueva forma de literatura, dijo.

“Una literatura que no solo narra, sino que reconstruyó la historia de México abriendo nuevas perspectivas a nuestro pasado y dándole orgullo y estampa a nuestro presente”, acotó.

La Visión de los vencidos es traducido al náhuatl y al chino mandarín

viernes, diciembre 2nd, 2016

Su aparición en náhuatl era urgente, pues ya había sido editada, entre otras lenguas, en otomí; a la fecha ha sido traducida a 20 idiomas.

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El investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, Miguel León-Portilla. Foto: Especial

Ciudad de México, 1 de diciembre (Xinhua).-  Las ediciones en náhuatl y en chino mandarín del libro icónico del investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miguel León-Portilla, Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la Conquista, fueron presentadas hoy en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con la participación del propio autor.

La edición en náhuatl está basada en los textos originales en dicha lengua incluidos en el “Códice Florentino”, “Anales de Tlatelolco” y el manuscrito “Cantares Mexicanos”, que conserva la Biblioteca Nacional en su Fondo Reservado.

El poeta José Emilio Pacheco escribió que “Visión de los vencidos” es “la crónica de la batalla heroica de los antiguos mexicanos en defensa de su cultura y de su misma vida, elegía de una civilización que se perdió para siempre, gran poema épico de los orígenes de nuestra nacionalidad”.

Visión de los vencidos” es ya un libro clásico y una obra de lectura indispensable para todos los mexicanos, agregó.

Ahora, además de estar traducido en japonés y coreano, se difunde en chino mandarín y así queda al alcance de millones de personas que hablan esos idiomas.

La edición en náhuatl rescata los antiguos textos en su lengua original y ofrece a sus cerca de dos millones de hablantes la posibilidad de acercarse a los testimonios en el idioma en que fue concebida y escrita.

Respecto a la edición en chino, explicó el doctor León Portilla, fue traducida por los profesores Sun Jiakun y Li Ni, de la Universidad de Beijing, y ha sido coeditada con The Commercial Press, la casa editorial más importante de China. Está incluida en la serie de Obras Clásicas de la Humanidad.

El libro ha sido leído por millones de mexicanos y por personas de otros países, como Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Suecia, Polonia e Israel.

Miguel León Portilla recibe Premio “Alfonso Reyes” 2015 del Colmex

jueves, octubre 8th, 2015

* Celebran su destacada trayectoria en las ciencias sociales, las humanidades y la historia

México, 8 Oct (Notimex).- En un ambiente de camaradería, en el que se respiró sapiencia y buena voluntad, el filósofo e historiador mexicano Miguel León Portilla recibió esta noche el Premio “Alfonso Reyes” 2015, por parte de El Colegio de México (Colmex).

La entrega del premio se realiza en el marco de los 75 años de esa institución, cuya historia señala que el 8 de octubre de 1940, el patronato de La Casa de España se reunió con la finalidad de elaborar “las bases constitutivas y estatutos que darían nacimiento legal a El Colegio de México”.

El autor de “La visión de los vencidos” recibió ese galardón por su destacada trayectoria en el campo de las ciencias sociales, las humanidades y la historia, en la Sala “Alfonso Reyes” de este recinto ubicado en El Pedregal, la cual lució colmada en su máximo aforo.

Tocó a la presidenta de El Colegio de México, Silvia Giorguli, poner el reconocimiento en manos del doctor León Portilla ante la presencia testificadora de Jaime Serra Puche, quien asistió con la representación del Fondo Patrimonial en Beneficio del Colegio.

Como una muestra de sus vastos conocimientos, dilatada experiencia y alto sentido del agradecimiento, Miguel León Portilla dictó la conferencia “Una evocación de Alfonso Reyes”, intelectual mexicano quien da su nombre al premio.

Tras la entrega del reconocimiento (enorme pergamino con extraordinaria caligrafía que da fe del acontecimiento) y la conferencia magistral, decenas de invitados, entre maestros, investigadores y especialistas, felicitaron al doctor León Portilla.

El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, envió un mensaje en el que señaló: “Mi reconocimiento y felicitación a la comunidad del Colmex y a su directora, Silvia Giorguli, por el 75 aniversario de la institución”.

Y en otro apartado, Tovar y de Teresa se refirió al galardonado de esta noche al comentar que “sus ideas abrazan la raíz de la mexicanidad. Miguel León Portilla, es digno merecedor del Premio ‘Alfonso Reyes’ 2015, que concede El Colegio de México”.

De acuerdo con El Colegio Nacional, Miguel León Portilla (Ciudad de México, 22 de febrero de 1926) cursó sus primeros estudios en Guadalajara, Jalisco y en Los Angeles, California, donde obtuvo el título de Master of Arts, con la mención “Summa cum Laude”.

Se doctoró en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y ahí ha sido profesor desde 1957. Es Investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) desde 1957, y miembro distinguido de El Colegio Nacional desde 1971.

Su enorme obra revela el pensamiento de los antiguos mexicanos e inaugura un estilo muy personal de acercamiento a los textos. Entre ellas se encuentran “La visión de los vencidos” (1959) y “Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares” (1961).

Algunas de las distinciones que ha recibido el doctor León Portilla son el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía (1981), el Premio Universidad Nacional (1994), la Medalla Belisario Domínguez (1995) y el Premio Menéndez Pelayo (2001).