Posts Tagged ‘Julio Verne’

El escritor y poeta Julio Verne en tres libros de aventuras, fantasía y contradicciones ideológicas

miércoles, julio 3rd, 2019

Los interesados en la narrativa del famoso autor francés pueden acceder a nuevas ediciones introducidas y anotadas de la clásica Veinte mil leguas de viaje submarino y la discutida publicación póstuma París en el siglo XX

Una antología de ensayos y entrevistas, Viaje al centro de la mente, facilita que el aficionado se aproxime al pensamiento verniano sin intermediarios, deducciones ni sobreentendidos. 

Por Ignasi Franch

Madrid, 3 de julio (ElDiario.es).– Durante la segunda mitad del siglo XIX, un prolífico escritor francés renovó la novela de aventuras más o menos relacionada con el colonialismo. Inyectó en sus moldes dosis generosas de divulgación y especulación científica. De la pluma de Julio Verne surgieron Viaje al centro de la Tierra, La isla misteriosa y muchos otros clásicos del género que gozaron de nuevas vidas en la gran pantalla y en la televisión. Asociado perdurablemente con una familia de editores que querían dirigir estas obras a todos los públicos, y publicarla inicialmente en forma seriada mediante revistas, el francés rehuyó la representación de escenas que pudiesen resultar polémicas.

Verne quiso trasmitir las maravillas de la naturaleza y de las posibilidades de la ciencia. Su obra proyectaba una confianza básica en el progreso, abierta a dudas sobre las aplicaciones destructivas de avances tecnológicos. El autor no estaba fuera de los marcos conceptuales predominantes en la época: aplicaba la morfopsicología, que conecta pseudocientíficamente rasgos físicos con caracteres, o asumía los dictados de una antropología eurocéntrica y racista.

Como otros ilustres autores de novelas de aventuras, de H. Ridder Haggard a Arthur Conan Doyle, su mundo pertenecía al hombre blanco. La conflictividad entre clases sociales tampoco fue uno de sus temas estrella, más allá de defensas abstractas de la libertad y de cuestionamientos de intensidad variable sobre el imperialismo. A lo largo de su vida, Verne fluctuó entre la izquierda y la derecha política, navegando sus contradicciones de apasionado de la ciencia y religioso antidarwinista, con etapas socialistas pero defensor de Napoleón III y crítico de la Comuna de París.

Un goteo de adaptaciones fílmicas contribuyó a mantener en el imaginario popular creaciones de Verne como ‘La isla misteriosa’.

A menudo se ha especulado con la personalidad del autor. ¿Era un burgués acomodado que oscilaba entre opciones políticas que entendía como moderadas, o su obra connotaba unas pasiones soterradas que no acabaron de ver la luz? La novela París en el siglo XX es un reflejo de las inquietudes del Verne previo a la consolidación de su éxito. De joven, trabajó en el sector financiero para procurarse una seguridad económica que le facilitase cultivar su vocación literaria. Ese pacto sugiere que era un hombre inquieto pero pragmático. Varios de sus héroes ejemplifican esta apuesta por el alejamiento controlado de las convenciones, sin volar los puentes que permiten el retorno al orden.

No siempre es fácil leer bien a Verne. En el mundo editorial hispano abundan las traducciones reducidas y simplificadas. Tampoco suele ser habitual encontrar ediciones críticas que abran pistas y caminos para profundizar en su obra. En este aspecto, cabe saludar las nuevas ediciones introducidas y anotadas de Veinte mil leguas de viaje submarino (Cátedra) y París en el siglo XX (Akal). Junto con la publicación de un volumen de ensayos y escritos misceláneos, Viaje al centro de la mente (Páginas de Espuma), suponen unos añadidos significativos a la bibliografía verniana en castellano.

AVENTURAS MARAVILLOSAS CON PERSONAJE AMBIGUO AL FONDO 

Uno de los grandes clásicos de Verne, Veinte mil leguas de viaje submarino, empieza con lo que aparentemente es la caza de un monstruo marino. El doctor Aronnax es reclutado para formar parte de una expedición de búsqueda y probable destrucción de un ser que provoca naufragios. Rápidamente queda claro que la presunta criatura es el Nautilus, un navío sumergible que usa tecnología desconocida hasta el momento. Lo comanda el enigmático capitán Nemo.

El protagonista de la novela es un formal y correctísimo científico, acompañado de un criado abnegado que ejerce de protector casi suicida de quien le emplea. Aronnax es un hombre de ciencia, acomodado y sin preocupaciones dinerarias, centrado en el conocimiento. Aunque no está demasiado preparado para la acción, es capaz de sobrevivir a momentos muy difíciles, en la tradición de los sabios resilentes que frecuentan las Aventuras extraordinarias escritas por el novelista.

De alguna manera, el protagonista ejemplifica el humanismo verniano, apoyado en el enciclopedismo y en la fe en el progreso, lastrado por inercias androcéntricas y eurocéntricas y, en general, por una estrecha concepción de lo que debe ser la normalidad. Aún así, el Aronnax va un poco más allá de los cauces establecidos al empatizar con ese Nemo (¿antihéroe?, ¿villano?, ¿anti-villano?) partidario de la revolución armada de los oprimidos.

Verne ofreció una novela ambiciosa por su extensión y astuta en las gratificaciones periódicas que ofrece a sus lectores. El autor maneja con soltura unos personajes más bien arquetípicos (Nemo al margen) y anima su viaje con amenazas y descubrimientos. Se trataba, como dice uno de los personajes, de desvelar “los últimos secretos del planeta” en un momento en que las expediciones terrestres habían visitado la práctica totalidad del globo. El mundo por conocer estaba debajo del agua, y el narrador francés consigue conjurar una cierta sensación de maravilla al realzar con algunas invenciones la fauna y flora de las profundidades submarinas.

James Mason (a la izquierda) interpretó al Capitán Nemo en una de las más populares encarnaciones cinematográficas.

A lo largo del camino tienen lugar menos conflictos eurocéntricos que en otras ocasiones, puesto que el grueso de la narración se sitúa dentro del Nautilus. Tampoco hay espacio para el machismo explícito, dada la ausencia de mujeres. Desde su aislamiento, el humanismo de Aronnax encuentra menos situaciones que pongan en cuestión el orden civilizatorio establecido por las potencias europeas. Aunque resulte destacable que Nemo, un outsider que ha causado muertes, sea el personaje más consciente de los abusos ecológicos, la lógica de conquista y las violencias a la carta ejercidos por los poderes dominantes. El autor escenifica un cierto elogio de la locura: el aparente enajenado dice verdades que otros no pueden pronunciar.

La nueva versión publicada por Cátedra incluye una traducción íntegra del texto francés. Miguel Ángel Navarrete incorpora, además del correspondiente estudio introductorio, centenares de notas complementarias que expanden la experiencia lectora. Se explican las innumerables referencias culturales y científicas que emergen en la prosa verniana, se señalan diversos errores y despistes cometidos por el autor, y se apuntan algunos interesantes cambios que tuvieron lugar durante el proceso de corrección y edición del texto.

Estos cambios y fluctuaciones atañen especialmente a la representación de Nemo, una figura polémica que generó discusiones entre Verne y su influyente editor. El plan original del narrador tenía connotaciones antizaristas que incomodaron a Pierre-Jules Hetzel, temeroso de irritar a los lectores rusos. La solución de compromiso ensayada resultó interesante: varias insinuaciones y sospechas hacían de Nemo una figura enigmática, misántropa pero quizá comprometida, víctima de alguna represión que presumiblemente había acabado con la vida de su familia.

UN ROMÁNTICO PRESAGIO DE LA DISTOPÍA MODERNA 

Tras el fenomenal éxito de su primera novela publicada, Cinco semanas en globo, Verne presentó a a su editor una novela futurista titulada París en el año 2000. Hetzel la rechazó por desviarse de la confianza en el progreso científico y tecnológico que debía vertebrar sus escritos. El manuscrito quedó en el olvido hasta que de una caja fuerte emergió una novela corta ambientada en un imaginado París de 1960.

En la obra, el joven Michel Dufrenoy transige inicialmente en trabajar en un banco, a pesar de que aspira a convertirse en artista. Sus dudas y planteamientos remiten a ese Verne que se preocupó de ganar dinero antes de apostarlo todo a su vocación narrativa. Dufrenoy es el idealista insobornable que su creador quizá fantaseó con ser, y no consigue aplicar ese pacto entre la realidad y el deseo. Se niega a seguir el camino de un familiar que se enriqueció comerciando… con el aire.

En ese París futurista, centrado en las transacciones financieras y la construcción, los ciudadanos viven vidas apresuradísimas y se muestran obsesionados con la productividad o el rendimiento económico inmediato. En este contexto, la creación artística ha sufrido profundos cambios en clave fordista: trabajo en cadena, técnicas formularias de repetición y variación, rechazo de la originalidad, inspiración en la ciencia y la tecnología…

El editor Pierre-Jules Hetzel, influyente en la definición de la verniana novela de la ciencia, rechazó la publicación de ‘París en el siglo XX’.

Esta vez la trama no se propulsaba mediante un fantasioso viaje en el tiempo a través de estados de catalepsia o sueños prolongados, como los que concebirían Edward Bellamy (El año 2000) o H. G. Wells (El durmiente despierta). Aún así, el planteamiento de Verne desprende una ingenuidad similar, por mucho que el futuro planteado sea oscuro y opuesto a la aparente utopía socialista de Bellamy. Choca ver como el personaje, un mayor de edad que ha crecido en ese París futuro, parece descubrir su funcionamiento al mismo tiempo que los lectores.

Los diálogos de los personajes, su misma manera de pensar, desprenden una cierta afectación que les aleja de la ciencia ficción moderna. La obra se sitúa en la órbita de un romanticismo fantástico del que se fueron distanciando progresivamente autores futuros como el mismo Wells. También hay espacio para un diálogo abiertamente machista, puesto en boca de un personaje secundario, que trasciende el habitual androcentrismo del autor.

Su distopía no resulta tan desaforadamente asfixiante como las posteriores pesadillas de sistemas totalitarios concebidas por Zamiátin en Nosotros o Orwell en 1984. Mediante esta novela de logros artísticos más bien limitados, a caballo entre la fantasía satírica, la pesadilla romántica y algo alejada de la distopía moderna, Verne concibió una especie de anti-utopía ajena a las inercias narrativas derivadas del terror rojo. Sus advertencias atacan una lógica del progreso desarrollista que compartirían parcialmente los Estados Unidos y la Unión Soviética. En la ficción del francés, la amenaza es un capitalismo que obliga a vivir en un presente permanente que arrasa con el pasado.

De alguna manera, el autor concibió un fin de la historia pseudototalitario desde el capitalismo presuntamente liberal. En París en el siglo XX, los disidentes no se enfrentan a policías del pensamiento, torturas o vigilantes armados. Sufren esa exclusión socioeconómica sin aspavientos, disfrazada como una consecuencia involuntaria y excepcional del desarrollo económico, que lleva a cabo el capitalismo sin bridas. Otras ficciones de futuros terribles nos mostrarían sistemas más estridentemente malvados, más basados en la represión violentísima de la disidencia que en una sutil manufactura de consensos.

ADMIRADOR DE POE, INTERESADO POR LA CIENCIA 

Viaje al centro de la mente. Ensayos literarios y científicos (Páginas de Espuma) es un sugerente volumen de materiales misceláneos. Lo integran varios escritos firmados por Verne o, en el caso de varios artículos cortos publicados anónimamente en su hogar habitual (la revista Le Musée des Familles), atribuidos a este. El libro ha sido traducido y anotado por un estudioso de Verne de excepción como el traductor Mauro Armiño.

Los textos recogidos pueden iluminar diversos ángulos del pensamiento del escritor francés, de sus intereses (como los viajes en globo en particular, o las novedades tecnológica en general), sus referentes literarios, su método de trabajo constante o su personalidad. Un ensayo evidencia su fascinación por Edgar Allan Poe. Aunque las fantasías perturbadoras del estadounidense desbordaban el enfoque de los Viajes extraordinarios, el francés llegó a escribir una continuación de La narración de Arthur Gordon Pym.

También aparece el recuerdo de referentes literarios muy previsibles (las novela histórico-románticas de Walter Scott, las aventuras de James Fenimore Cooper) y otros menos evidentes (el realismo de Dickens). En las noticias reales sobre nuevas iniciativas tecnológicas, que a veces derivan en fabulosas especulaciones sobre posibles aplicaciones futuras, predomina una cierta cortesía laudatoria hacia quienes las conciben.

En varios discursos institucionales, que Verne pronunció como consejero municipal de Amiens, también domina un cierto formalismo amable acompañado de un humor inofensivo. Otro ejemplo de comicidad, algo más punzante, se encuentra en la sátira de costumbres Diez horas de caza.

Verne dedicó un entusiasta ensayo a varias obras narrativas de Edgar Allan Poe.

El miedo a la devaluación de las artes y las humanidades, central en París en el siglo XX, reaparece en una conferencia de tintes fantásticos titulada Una ciudad ideal. Ambos textos comparten incluso algunas bromas concretas. Esta conferencia, más bufa que la distopía previa, también está incluida en la edición de París en el siglo XX publicada por Akal.

Un bloque final que incluye diversas entrevistas, de enfoque periodístico y extensión moderada, al Verne tardío. En las entrevistas se entrevé un anciano burgués cómodamente asentado en Amiens, más bien bienhumorado a pesar de sus graves problemas de visión. El autor también respondió a las críticas al rol habitualmente mínimo que reservaba a las mujeres en sus ficciones con algún argumento más bien bochornoso. Los juicios sobre su obra proyectan una cierta humildad y el deseo de seguir llenando páginas y páginas de viajes ficticios, de aventuras para el gran público que no estuvieron exentas de múltiples contradicciones ideológicas más o menos acalladas.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ElDiario.es. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

Las frases literarias: nos dicen el destino o nos permiten lucirnos en las reuniones

sábado, septiembre 22nd, 2018

¿Sabes alguna frase literaria? ¿Alguna frase te cambió la vida? ¿Qué dicen las personas ligadas a los libros, al arte, para hacerte ver tu destino, cambiarte alguna impresión o hacer sentir a tus amigos que tú eres muy inteligente?

Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).- Las personas inteligentes o ingeniosas siempre saben qué decir. Esas frases literarias o ese demostrar que la gente está cerca de los libros, son faros o guías que nos ayudan a vivir. O por lo menos, lucirnos en las reuniones, cuando nuestro cuñado se termina el helado o ella, nuestra novia, está escuchando algo que la haga admirarnos.

Son frases, pero a veces debemos leerlas una y otra vez para comprender el sentido. Estas son las nuestras y ahora las suyas. Si descubrió alguna, mándelas para acá. Serán bienvenidas.

“Probé un tiempo Kindle y pensé: “¡Qué guay! Tengo todos estos libros metidos aquí dentro. Pero no es la misma experiencia. Mi madre siempre estaba leyendo, todavía lo hace. Y cuando ves que tu mamá lo hace, la imitas. Es de las mejores cosas que conozco. Un buen libro expande tu mundo.” (Nikolaj Coster-Waldau)

“Decían que la fotocopia mataba al libro, pero nosotros sabíamos que la literatura sobrevivía en esos papeles manchados, tal como ahora sobrevive en las pantallas, porque los libros siguen siendo escandalosamente caros”. (Alejandro Zambra)

“¿Necesitamos mentiras para vivir? Sí; Nietzsche lo dijo; Freud lo dijo; Eugene O’Neill lo dijo en una de sus obras. Necesitamos espejismos, la vida es demasiado terrible de afrontar y no podemos afrontar la verdad de lo que es la vida porque es demasiado horrible. Cada ser humano posee un mecanismo de negación para sobrevivir. La única manera de sobrevivir es negar, ¿negar el qué?: negar la realidad. La vida es una situación tan trágica que solo negando la realidad sobrevives.” (Woody Allen)

Una frase de El Quijote. Foto: SinEmbargo

“Podría decirse que soy una devota de la escritura, o que la escritura lo es de mí. Sentimos devoción la una por la otra. No puedo imaginarme mi vida sin escribir. Si solo pudiera quedarme con una cosa, me quedaría con la literatura”. (Patti Smith)

“Hablamos ya de vivir con alternativas. Leemos porque una vida no es suficiente para nosotros. Escribimos porque una vida no es suficiente para nosotros. El arte nos ayuda a entender quiénes somos en profundidad. Y el derecho, más allá de lo importante que es, no lo logra. La literatura enseña sobre las posibilidades de la naturaleza humana y las leyes sobre las limitaciones. En algún momento sentí que algo faltaba en mi vida”. (Bernard Schlink)

“Bueno lo único que supongo que podría añadir es que las tres cosas han tenido–y tienen– un gran papel en mi vida. Las tres han marcado mi existencia y han sido determinantes, cada una a su manera. Puedo decir sin equivocarme que las tres –Michael Corleone, de El padrino, Shakespeare y el whisky– han tenido parte de responsabilidad en lo que ahora soy, y si le soy sincero, he sido feliz con las tres.” (Al Pacino)

“Hay algo en el filme (Shutter Island) que remite también a autores como Kafka, Camus o Poe. – Desde luego. Eso se ve muy claro en la novela de Lehane, que yo no conocí hasta después de leer el guión. Teddy Daniels tiene una conexión obvia con el Mersault de El extranjero y la referencia a Kafka es ineludible cuando manejas un material como éste. Estamos ante una historia gótica teñida de romanticismo, puro Poe”. (Martin Scorsese)

“Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida.” (Julio Verne)

“Una mente necesita de libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo.” (George R.R. Martin)

“La Tierra va rotando sobre su eje. Y, sin ninguna relación con ello, todos nosotros vivimos dentro de un sueño”. (Franz Kafka)

Policía peruano interpreta rap sobre la literatura universal y arrasa en la red (VIDEO)

viernes, abril 27th, 2018

El joven agente hace un recorrido por la literatura universal a través de su canción y ha sorprendido a muchos cibernautas en todo el mundo.

Ciudad de México, 26 de abril (RT/SinEmbargo).- Un rap hecho por un policía peruano en una biblioteca ha sorprendido a los internautas, que han visto el video 25 mil veces.

El agente durante el clip, que dura unos tres minutos, no habla de procesos de seguridad ni prevención, sino de obras de autores clásicos de la literatura universal.

La grabación fue publicada por la Policía Nacional de Perú en su página de Facebook con el mensaje: “Celebra con nosotros el Día del Libro, escuchando este pegajoso rap, junto a la etiqueta #ConocimientoEsPoder”.

El agente es un joven que porta su uniforme, se desplaza dentro de una biblioteca y rapea: “Por eso ahora te canto entre/páginas de libros es que te vengo rimando”

En esta canción, que ha recibido  mil 600 “Me gusta”, el policía hace un recorrido por los libros más conocidos de autores mundiales como Julio Verne, Alejandro Dumas, Jane Austen, Oscar Wilde, Franz Kafka, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, entre otros.

El funcionario también hace referencia a obras de autores peruanos en su rap: “Lo dijo Ciro Alegría: ‘el mundo es ancho y ajeno’ y aprendí a sobreponerme ante ‘La ciudad y los perros'”, escrito por Vargas Llosa.

“Con la lectura mi alma es libre y no hay opresor/el conocimiento es infinito y liberador/por eso le digo a todo el pueblo hermano: ‘vamos a leer un libro, respeto pa’ mis peruanos'”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE RT. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

NOVEDADES | “Los náufragos de las Auckland”, de François Édouard Raynal

sábado, septiembre 30th, 2017

El relato en primera persona de un naufragio real, convertido en clásico y referente de la literatura de aventuras. Los náufragos de las Auckland (JUS) inspiró La isla misteriosa, de Julio Verne

Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).- La noche del 2 al 3 de enero de 1864 la Grafton, una goleta mercante, naufragó en las costas de Nueva Zelanda. Los cinco hombres que integraban la tripulación hallaron refugio en un islote deshabitado. Durante los veinte meses de convivencia en las desoladas islas Auckland, batidas por el viento y las lluvias sin apenas del buque, se reveló como arquitecto, sastre, consejero y guía del infortunado grupo de náufragos.

Su lucidez y ecuanimidad, junto con el buen carácter de sus compañeros, hizo de este naufragio un insólito ejemplo de convivencia humana que llegó a inspirar las más grandes novelas de aventuras.

Un libro editado por JUS. Foto: Especial

Julio Verne, sin ir más lejos, la tomó como punto de partida de La isla misteriosa. Un relato que, poniendo al ser alegóricamente en torno a la organización de nuestras sociedades y del que la crítica ha dicho cosas como “la esperanza que permitió sobrevivir a los náufragos de las Auckland estaba hecha de inteligencia, de coraje y de voluntad.”

François Édouard Raynal (1830 -1898), nació en la pequeña ciudad de Moissac, en el sur de Francia. La ruina de su padre lo llevó a buscar fortuna en el extranjero. A los diecinueve años fue nombrado administrador de una plantación de caña de azúcar en la isla Mauricio y tres años más tarde viajó a Australia como buscador de oro. Cuando esta última empresa fracasó, aceptó ponerse al mando de una expedición a la isla Campbell en busca de yacimientos de estaño aurífero. Mientras volvía a Australia, naufragó junto a su tripulación en las islasAuckland, donde pasó veinte meses. Nada hacía pensar que la capacidad de supervivencia que desarrolló en sus viajes iba a ser clave para que el grupo resistiera las condiciones extremas del archipiélago. Después de esa dramática aventura consiguió llegar a Melbourne y finalmente regresar a Francia, donde, tras veintitrés años navegando por los mares australes, trabajó como funcionario.

Novelistik | Julio Verne y la vuelta al mundo en 80 libros

viernes, julio 29th, 2016

Aquí arriba, nuestros colaboradores de Novelistik nos comparten el mapa de viaje que Phileas Fogg y su mayordomo Passepartout en La vuelta al mundo en 80 días, uno de los libros más exitosos del escritor francés Julio Verne, un viajero y visionario del siglo XIX.

Por Novelistik

Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).– Julio Verne (Nantes, Francia, 8 febrero de 1828 – 24 marzo de 1905) se convirtió en padre de la ciencia ficción gracias a sus novelas de aventura.

Sus biógrafos dicen que desde muy joven (11 años) se aventuró hacia la India, pero antes de que el barco zarpara, su padre llegó a bajarlo de una oreja.

Julio fue coleccionador de artículos científicos y amante de la geografía. Completamente entregado a la literatura, comienza escribiendo teatro y se interna en lo que escribiría la mayor parte de su vida: la novela.

Curioso y aventurero, Julio hizo bastantes viajes por mar a bordo de sus tres barcos: Saint Michel, Saint Michel II, Saint Michel III.

Una de sus novelas más aclamadas y cautivadoras es La vuelta al mundo en 80 días, publicada por entregas en 1872 —después se publica completa en enero de 1873—. Phileas Fogg apuesta la mitad de su fortuna. Lo que tiene que hacer es darle la vuelta al mundo en 80 días utilizando los medios de transporte de la época.

Fogg se lanza a la aventura con  Jean Passepartout (conocido como Picaporte) enfrentándose a los retrasos tecnológicos en el transporte y también a la persecución del detective Fix, quien cree que Fogg robó miles de libras del Banco de Inglaterra.

Ilustración: Novelistik

Ilustración: Novelistik

Además, Verne predijo inventos científicos que conocería el mundo mucho después de su muerte. Aquí algunos:

  • Submarino: aparece en 20,000 leguas de viaje submarino.

 

  • Viajes/naves espaciales: aparece en De la Tierra a la Luna.

 

  • Helicóptero: aparece en Robur el Conquistador.

 

  • Ascensor: aparece en La isla misteriosa.

 

  • Internet: aparece en París en el siglo XX (la novela perdida de Verne que fue publicada hasta 1994).

 

Julio Verne fue un autor prolífico. Escribió más de 100 obras (más de 70 novelas y el resto entre cuentos y teatro). Es uno de los escritores más reconocidos mundialmente y el segundo autor —después de Agatha Christie— más traducido en la historia de la literatura.

Celebra leyendo Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne gratis en Novelistik

La traducción ha eliminado el lado menos infantil de los cuentos para niños

viernes, junio 3rd, 2016

Las traducciones ha censurado relatos infantiles y otro tipo de cuentos, restándoles las diferencias culturales de sus autores o contenido crítico. La obra de Julio Verne es un claro ejemplo de cómo los traductores borraron todos los pasajes antisemitas.

La obra de Julio Verne llegó a manos de las editoriales, los traductores borraron de un plumazo todos los pasajes antisemitas de su imaginario utópico. Imagen: Shutterstock

La obra de Julio Verne llegó a manos de las editoriales, los traductores borraron de un plumazo todos los pasajes antisemitas de su imaginario utópico. Imagen: Shutterstock

Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo/El Diario.es).- La literatura infantil es el cajón de sastre de la ficción fantástica. Y como tal ha sido censurada, aunque estuviese dirigida a una lectura adulta. Cuando la obra de Julio Verne llegó a manos de las editoriales, los traductores borraron de un plumazo todos los pasajes antisemitas de su imaginario utópico. Decían que los insultos velados hacia los judíos eran impropios para los niños. Algo parecido ocurrió con Robinson Crusoe y su crítica mordaz hacia la Iglesia católica, que fue suavizada en su versión anglosajona o directamente omitida en la española. Así, las violaciones y rameras del libro de Daniel Defoe se tradujeron para todos los públicos como raptos y chicas no honradas.

Estas licencias con la tijera y el uso interesado de los sinónimos fueron justificadas como el cuidado hacia una literatura que moldearía las grandes mentes del futuro.

Varias generaciones han soñando con levantar caballos como Pippi Calzaslargas, formar parte de la tribu de niños perdidos de Emilio y los detectives o con derribar a la mafia de Tintín en el Congo. Pero cada uno de estos universos fue como un explosivo envuelto en inocencia para las editoriales de nuestro país. ¿Cómo traducir a Pippi para que no fuese interpretada como una oda a la desobediencia? ¿Debía el traductor disimular los prejuicios racistas de la Europa de los años 30?

Aunque la literatura para niños es la gran maltratada en el escaparate mediático, su proceso editorial puede que sea el más peliagudo del sector. Ni todas las oscuras obsesiones de los autores nórdicos, ni el lascivo lenguaje del Marqués de Sade se someten a un tercer grado como el de los títulos infantiles. No en vano, esta categoría ostenta el segundo puesto en el ránking de libros traducidos en nuestro país, por detrás de lo que llaman “creación literaria”. Los mismos datos del Ministerio de Cultura afirman que 4 de cada 10 libros que caen en las manos de nuestros pequeños son interpretaciones.

Estas cifras difieren bastante en el caso de Inglaterra o Estados Unidos, donde la producción de títulos traducidos roza el chovinismo con un exiguo 3 por ciento. Decía Montaigne que enseñar a un niño no es llenar un vacío, sino encender un fuego. Y la cultura angloamericana se está perdiendo una enorme cantidad de ficción infantil por limitar sus librerías a la lengua de Shakespeare. Los adolescentes británicos tienen sus estanterías plagadas de superstars como J.K. Rowling, Lewis Carroll y JM Barrie, pero necesitan un chute foráneo entre sus filas.

Poco a poco, la globalización ha dado sus frutos y estos países intentan coser la brecha literaria entonando el mea culpa. Admiten que la leyenda milenaria de que los niños no pillan el humor o la moralina extranjera es totalmente falsa. Por eso están recuperando grandes clásicos desdeñados como Carta al rey, de Tonke Dragt, y otros fenómenos como la saga francesa de Oksa Pollock. El patriotismo literario ha dejado de ser una tendencia molona para convertirse en vergonzosa. Y esta cura de conciencia se ha conseguido con años de iniciativas como Literature Across Frontiers y editoriales que educan al público en la cultura traducida.

Pero no todo es paja en el ojo ajeno, pues la profesión española no está exenta de vigas para hacer autocrítica. El paternalismo en las traducciones, una evidente idolatría por las obras angloamericanas (más por las segundas), el maltrato institucional al oficio de traductor o el irreversible efecto mainstream de Harry Potter en la literatura juvenil: un buen puñado de batallas para un gremio que trabaja en las sombras y queda silenciado por las exigencias de los escritores.

EL COMPLEJO DEL TRADUCTOR PADRE

Los niños son capaces de convertir cualquier vivencia en un cubo de Rubik de preguntas. Por eso algunos traductores de literatura infantil (LIJ) han optado por omitir los asuntos peliagudos de los libros, o bien explicarlos con paráfrasis innecesarias. Es lo que en la profesión se conoce como paternalismo traductor. “Son purificaciones en la LIJ y en su traducción, es decir, un proteccionismo exacerbado que no deja espacio para temas como la muerte, el sexo o la violencia”, escribe Lourdes Lorenzo, catedrática de la Universidad de Vigo. Para la profesora, tan malo es sustituir el término alcohol por leche, como excederse en la interpretación de los elementos implícitos en el texto original.

Sin embargo, los peores tentáculos del paternalismo se extienden hacia aquellos libros “peligrosos” que nunca llegarán a traducirse. “Esto es lo que ha ocurrido con dos obras de LIJ publicadas en Alemania en 1994 ( Leanders Traum y Papas Freund), que no tuvieron correspondencia en España por el miedo a su temática homosexual”, cuenta Lorenzo. La censura se ha aplicado a todas las temáticas, pero en el caso de la infantil contaba con la excusa perfecta para imponer una ideología. “Dentro de esta categoría incluiríamos también aquellos referentes propios de la cultura origen que han sido neutralizados o sustituidos por otros compartidos”, dice el estudio en referencia al cuento de Pocahontas, donde se reemplaza al rey James por el simple título de rey de Inglaterra.

OMBLIGUISMO OCCIDENTAL

Hemos visto que las conductas paternalistas de omisión o condescendencia infravaloran los conocimientos de los jóvenes y restan calidad a la traducción. Lo que se despliega de forma inmediata en el siguiente talón de Aquiles del sector: el dominio aplastante de las traducciones desde el inglés. Esto no solo supone una frontera idiomática, sino también de apertura a otras culturas no occidentales.

“El inglés es el idioma darwinista por antonomasia, el que se adapta cuando los demás ya estamos por extinguirnos”, escribe Javier Calvo en El fantasma en el libro. El mundo de la traducción le suele otorgar unos adjetivos al inglés que caracterizan su supuesta superioridad (maleable, sencillo, moderno…). Por eso la mitad de nuestras librerías tienen marca made in USA y están huérfanas de todo rastro oriental que no sea el japonés. Esta preferencia tiene un efecto boomerang que también influye en las obras españolas que llegan al extranjero, en su mayoría -sorpresa- traducidas al inglés. Por eso el Ministerio de Cultura ha intentado romper el sesgo con más ayudas a las traducciones al italiano, al francés y al árabe.

Pero esta buena intención no es bidireccional y las obras orientales o africanas siguen dándose contra un muro en nuestro país. Los niños españoles crecen observando un patrón único de personas blancas y costumbres occidentales, considerando todo lo ajeno a estos cánones como algo exótico. Así que algunas editoriales especializadas han atajado esta falta de diversidad publicando libros que no habrían tenido ni una oportunidad de llegar a España. Sim Sim, por ejemplo, ofrece cuentos infantiles centrados en un universo árabe para acabar con los tópicos del mundo musulmán. “Estos relatos nos ponen en contacto con los orígenes de la tradición, con su mundo imaginario, su sentido de la supervivencia y algunos de sus valores más asentados”, dicen desde esta editorial propiedad de la Casa Árabe.

HARRY POTTER

Los más críticos asumen este orientalismo como una consecuencia directa de la dictadura económica. La literatura angloamericana vende porque procede de una potencia que vende. La publicidad se ha convertido en el titiritero del sector editorial infantil y lo mueve al son de las oscuras necesidades del merchandising. Algunos académicos han encontrado el momento exacto de la colonización: la publicación del primer libro de Harry Potter, en 1997. Estos expertos defienden que los editores para niños ya no invertirán en traducciones pequeñas, sino en sagas con un gran potencial de convertirse en fenómenos comerciales. Porque muchas veces las mochilas, estuches o camisetas con la imagen del héroe literario del momento reportan más beneficios que la propia obra.

“Con los libros de Harry Potter hay cierta presión añadida por el elevadísimo número de seguidores que tiene la serie”, confiesa Gemma Rovira, traductora de la saga de J.K. Rowling al español. “Para mí era importante no rebajar el nivel de exigencia por el hecho de que los lectores fueran niños, puesto que la autora no lo hacía”. Sin embargo, Rovira no piensa que estos libros fuesen el comienzo de una dictadura de la publicidad. “No voy a negar que en el mundo editorial exista el marketing, pero ante todo prima el verdadero valor de la literatura y de la magia de la lectura”, concluye.

Con efecto Harry Potter o sin él, la profesión de traductor está sujeta a unas duras condiciones que no reciben una recompensa económica acorde. Cuando la versión es sobresaliente, el mérito se lo lleva el autor; y si hay un error, el traductor paga los platos rotos. “No hacemos más que asumir la responsabilidad del texto original”, admite Gemma. Pero gracias a ella (una de las firmas de traducción más conocidas de Salamandra) y a Javier Calvo, que ha editado su propio libro sobre las sombras de la profesión, estos fantasmas van consiguiendo una autoridad corpórea entre los lectores más jóvenes. Un insuficiente homenaje a ese reducto infantiloide de nuestro cerebro que a veces se va de paseo por Hogwarts o el Nautilus, y que siempre llevará dos firmas.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE El Diario.es. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Globalrider: Yamaha y Movistar se unen para dar la vuelta al mundo en una moto

jueves, abril 28th, 2016

Globalrider será la primera vuelta al mundo en 80 días en solitario a bordo de una moto “conectada”: una Yamaha dotada de las últimas tecnologías en Internet de las Cosas.

En la imagen, los motociclistas profesionales Valentino Rosi (izq.), Hugo Scagnetti (centro) y Jorge Lorenzo (der.) mostrando la Yamaha Super Ténéré XT1200Z. Foto: telefonica.yamaha.globalrider.org.

En la imagen, los motociclistas profesionales Valentino Rosi (izq.), Hugo Scagnetti (centro) y Jorge Lorenzo (der.) mostrando la Yamaha Super Ténéré XT1200Z. Foto: telefonica.yamaha.globalrider.org.

Por Alberto Iglesias Fraga

Ciudad de México, 28 de abril (SinEmbargo/TICbeat).- ¿Se imaginan dar la vuelta al mundo en moto, sin compañía? ¿Y se imaginan hacerlo con una moto totalmente sensorizada y conectada? Pues eso es precisamente lo que Yamaha y Telefónica han decidido poner en marcha con su iniciativa Globalrider. Al más puro estilo de la novela de Julio Verne, el piloto Hugo Scagnetti recorrerá todo el mundo en 80 días a bordo de una Yamaha dotada de las últimas tecnologías en Internet de las Cosas y M2M (Machine-to-Machine).

Serán en total 37 mil kilómetros retransmitiendo contenidos multimedia e información telemétrica en tiempo real, lo que hará posible que sus seguidores puedan vivir en directo prácticamente toda su aventura.

Scagnetti se embarca en esta aventura tras sufrir una importante lesión en ambas piernas provocada por una necrosis avascular de cabeza de fémur. El piloto prometió que, si conseguía volver a caminar sin muletas, daría la vuelta al mundo con un objetivo: difundir y recaudar fondos para apoyar la labor de los centros de investigación científica en el campo de la regeneración de tejidos con células madre en niños. El propio Hugo lleva una prótesis en la cadera izquierda y ha recibido un tratamiento con células madre en la derecha.

Así es como trece meses después, y tras luchar con no pocos obstáculos, Hugo hace realidad su compromiso y consigue dar el pistoletazo de salida de esta aventura el próximo 27 de mayo en Madrid, desde donde partirá hacia Francia, Italia, Grecia y Turquía. De allí a las repúblicas de Georgia, Azerbaiyán, Uzbekistán Kazajstán y Kirguistán antes de llegar a Rusia, desde donde tomará un avión con su Yamaha a Estados Unidos – San Francisco, Seattle, Idaho y Miami: y terminará el periplo en Reino Unido, para regresar a España con su objetivo cumplido.

La moto lleva incorporadas tecnologías M2M e IoT como telemetría, conectividad, monitorización, geolocalización y redes sociales, herramientas para la producción de contenidos multipantalla de Movistar+. Todo ello a bordo de uno de los modelos más avanzados del mundo del motor actual, la Yamaha Super Ténéré XT1200Z.

De este modo, tanto la moto como el piloto estarán conectados y monitorizados en tiempo real por diversos sensores electrónicos y conectividad gestionada, lo cual permitirá estudiar y comprender el comportamiento de la máquina y el piloto en todo momento y circunstancias, así como hacer su seguimiento médico en remoto.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE TICbeat. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.