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La kafkanización del Poder

lunes, septiembre 9th, 2019

Foto: Óscar de la Borbolla

Lo característico del universo levantado por Franz Kafka es la impotencia del individuo frente al poder. En el llamado “mundo kafkiano” el individuo no pasa, no puede llegar: el aparato de poder se lo impide siempre; se trata de la mejor radiografía de la sociedad burocrática, esa donde para llegar a una meta, hay que cumplir primero con unos requisitos que no pueden cumplimentarse porque para conseguirlos uno debe primero llegar a la meta. Lo kafkiano es ese círculo vicioso en el que el individuo sucumbe frente a unas reglas que no entiende y que, sobre todo, no puede operar para su beneficio. En Kafka cualquiera puede acusarnos de un delito y convertir nuestra vida en un infierno de trámites y, al final, ser “degollado como un perro” -como dicen las últimas líneas de El proceso-, y morir sin siquiera saber de qué se nos ha acusad o, como ocurre en El castillo: uno nunca puede llegar a entrevistarse con quien supuestamente nos ha contratado por más esfuerzos que se hagan por presentarse a la cita; siempre hay un señor Klamm que, siendo el indicado para llevarnos, es precisamente quien nos lo impide y no hay manera de saltarlo.

Lo kafkiano en su versión quintaesencida aparece en ese texto donde un guardia gigantesco, que custodia una enorme puerta, le cierra el paso a un personaje diciéndole: No tiene caso que luches contra mí para franquear esta puerta, pues, si me vences, detrás hay otra puerta con otro guardia superior a mí, y tras él, otra puerta con otro guardia más grande y más fuerte, y luego otra y otra y otra… El individuo, en suma, no vale nada en el universo kafkiano; el poder, en cambio, lo puede todo y lo decide todo.

Esta desagradable experiencia que sin duda, como particulares, todos hemos vivido, hoy afecta también a los hombres del poder. Hoy también para el Príncipe el mundo es kafkiano.

El poder tenía, entre otros muchos privilegios, no sufrir lo kafkiano, más bien era el poder quien lo producía. El enorme cambio al que estamos asistiendo, en muchos lugares del planeta, es que también para el poder el mundo se ha vuelto kafkiano. La división de poderes concebida por Montesquieu para evitar los abusos del poder absoluto, la complejidad del sistema actual de leyes que ya nadie es capaz de abarcar, la diversidad de puntos de vista (hoy con voz gracias a las redes sociales); la putrefacción de una parte ya considerable de la sociedad, la corrupción de amplios sectores del aparato del poder, el capital que induce, para favorecer sus intereses, opiniones en la web mediante robots; el espionaje que hace que todo el mundo termine enterándose de todo el mundo y, sobre todo, el que vivamos, más que nunca en la historia, en un mundo de apariencias: eso que llaman la percepción ciudadana y, en consecuencia, que se gobierne para las encuestas, ha llevado las cosas a un punto en el que al Príncipe, su propio palacio se le revela kafkiano. Cuando ya nadie puede pasar ni llegar, cuando hasta el poderoso está reducido a la impotencia, ocurre lo que he puesto como título de esta reflexión: la kafkanización del poder.

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Kafka se despertó vomitando sangre. Era el principio del final. Murió el 3 de junio de 1924 en Austria

lunes, junio 3rd, 2019

A mediados de agosto de 1917, Kafka se despertó en mitad de la noche vomitando sangre. Era el inicio de la que acabaría siendo su peor pesadilla: la tuberculosis, una enfermedad bastante extendida que por aquel entonces era prácticamente incurable.

Por José Antonio Luna

Madrid/Ciudad de México, 3 de junio (ElDiario.es/SinEmbargo).- Franz Kafka, autor de La metamorfosis, murió el 3 de junio de 1924, en Kierling, Klosterneuburg, Austria.

En torno a Kafka sobran palabras, pero aún así nunca parecen suficientes. A rasgos generales se suelen tener claros tres aspectos del escritor: que era judío, que escribió una historia sobre un insecto y que tuvo ciertas dificultades familiares.

Kafka nació en Praga el 3 de julio de 1883, una ciudad que hoy le rinde homenaje de las formas más variadas: con postales, camisetas, tazas e incluso con esculturas. Sin embargo, a pesar de que el autor hizo de la capital de la República Checa un fenómeno mundial, este no siempre tuvo buenas palabras para ella. Se dividía entre el amor y el odio, entre la admiración a las imponentes catedrales y la depresión por vivir rodeado de sombrías edificaciones.

Franz fue el mayor de seis hermanos y, aunque sus progenitores esperaban que en un futuro se encargara del negocio familiar, este tenía otros planes bien diferentes. Quería un futuro que no pasaba por trabajar como vendedor de puerta en puerta ni como empleado de una mercería, sino en las letras y la imaginación

Esto provocó que Kafka, en ocasiones, se sintiera encerrado en un caparazón, incomprendido por aquellos que le rodean y que lo contemplan como un bicho raro, algo de lo que dejó constancia en La metamorfosis (1915).

A mediados de agosto de 1917, Kafka se despertó en mitad de la noche vomitando sangre. Era el inicio de la que acabaría siendo su peor pesadilla: la tuberculosis, una enfermedad bastante extendida que por aquel entonces era prácticamente incurable.

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Autoridades alemanas entregan a Israel alrededor de 5 mil de documentos de Franz Kafka

martes, mayo 21st, 2019

Son algunos de los 40 mil documentos, entre manuscritos, correspondencia, libretas y otros escritos que alguna vez pertenecieron a Max Brod, amigo de Kafka, reunidos una vez más en la Biblioteca Nacional de Israel. Habían terminado en bóvedas de bancos en Suiza y Tel Aviv, un apartamento de Tel Aviv y una bodega en Wiesbaden, Alemania, donde la policía los encontró amontonados entre piezas de vanguardia rusa falsificadas.

Berlín, 21 de mayo (AP).— Las autoridades alemanas entregaron el martes a Israel cerca de 5 mil documentos conservados por un amigo de Franz Kafka, un tesoro cuyos problemas pudieron haber salido de uno de los cuentos surrealistas del autor.

Entre los archivos devueltos hay una postal de Kafka de 1910 y documentos personales que mantuvo Max Brod. Los expertos creen que el archivo ofrece una ventana a la escena cultural y literaria europea de principios del siglo XX.

Son algunos de los 40 mil documentos, entre manuscritos, correspondencia, libretas y otros escritos que alguna vez pertenecieron a Brod, reunidos una vez más en la Biblioteca Nacional de Israel. Habían terminado en bóvedas de bancos en Suiza y Tel Aviv, un apartamento de Tel Aviv y una bodega en Wiesbaden, Alemania, donde la policía los encontró amontonados entre piezas de vanguardia rusa falsificadas.

“Creo que él (Kafka) estaría sorprendido”, dijo el archivista de la Biblioteca Nacional Stefan Litt, quien ayudó a identificar los documentos recuperados en Alemania. “Él no habría podido inventar una trama mejor”.

Los expertos creen que el archivo ofrece una ventana a la escena cultural y literaria europea de principios del siglo XX. Foto: AP

Los documentos recuperados en Wiesbaden tienen poco que ver con Kafka, pero completan la colección de Brod y permiten conocer más a Brod y su círculo, que incluía a Kafka y otros escritores, dijo Litt.

“Este es un capítulo importante en el patrimonio de Max Brod”, señaló. “Siempre es bueno que los investigadores tengan la imagen tan completa como sea posible”.

Tras la entrega formal de los documentos que hizo la policía federal alemana en la residencia del embajador de Israel en Berlín, el presidente de la Biblioteca Nacional, David Blumberg, prometió hacer accesible al público la colección completa.

“Todo será publicado, todo será digitalizado para poderlo compartir con el mundo”, dijo.

Kafka, un judío bohemio de Praga que vivió por un tiempo en Berlín, era amigo cercano de Brod, quien a su vez fue un escritor talentoso. Poco antes de su muerte a los 40 años por tuberculosis en 1924, Kafka heredó sus escritos a Brod y supuestamente le pidió que los quemara sin leerlos.

Entre los documentos devueltos hay correspondencia entre Brod y su esposa, e incluso algunas de sus libretas de preparatoria. Foto: AP

En vez, Brod publicó gran parte de la colección, incluyendo las novelas “El proceso”, “El castillo” y “América”, ayudando a establecer a Kafka de manera póstuma como uno de los grandes autores del siglo XX. También llevó al inglés la palabra “kafkiano”, que sirve para describir situaciones extrañas, ilógicas o catastróficas como las que retrató Kafka en sus escritos.

Después de que los nazis ocuparon la región de Sudetenland en Checoslovaquia en 1938, Brod escapó de la persecución con la colección completa hacia lo que entonces era Palestina bajo el gobierno británico. Cuando murió Brod, dejó a su secretaria personal, Esther Hoffe, a cargo de su patrimonio literario y le instruyó que transfiriera los papeles de Kafka a una institución académica.

Pero Hoffe mantuvo los papeles en su poder por cuatro décadas y vendió algunos, como el manuscrito original de “El proceso” de Kafka, que facturó 1,8 millones de dólares en una subasta 1988. Hoffe guardó algunos objetos en una bóveda de banco en Tel Aviv, algunos en Suiza y otros en su apartamento en Tel Aviv.

Cuando murió la colección pasó a manos de sus dos hijas, quienes lucharon por mantenerla, pero eventualmente perdieron la batalla en la Corte Suprema de Israel en 2016. La corte apoyó a la Biblioteca Nacional, cuyos abogados argumentaron que los papeles de Kafka eran “bienes culturales” pertenecientes al pueblo judío.

Las dos hijas de Hoffe ya murieron y los documentos almacenados en Israel están bajo cuidado de la Biblioteca Nacional. Los documentos que estaban en Suiza también llegarán pronto, luego que la biblioteca ganó un caso en Zúrich el mes pasado.

Pero los documentos de Alemania habían sido robados del departamento de Hoffe hace una década.

Terminaron en manos de un marchante israelí, quien trató de venderlos en 2013 a un archivo literario alemán en Marbach, la misma institución que compró el manuscrito de “El proceso” en 1988. El archivo alemán reportó la oferta a la Biblioteca Nacional de Israel, que a su vez alertó a las autoridades, dijo Litt.

Los documentos resurgieron en la bodega de Wiesbaden usada por una banda internacional de falsificadores de pinturas que fue desmantelada por las autoridades alemanas ese mismo año, agregó. Desde entonces habían estado bajo resguardo de las autoridades alemanas mientras Litt y otros trataban de corroborar su origen.

Entre los documentos devueltos hay correspondencia entre Brod y su esposa, e incluso algunas de sus libretas de preparatoria, dijo Litt.

“No cabe duda que estos materiales eran parte de sus documentos”, apuntó.

El manuscrito de “El proceso” fue adquirido adecuadamente por el Archivo Literario Alemán en una subasta de Sotheby’s en 1988 y la Biblioteca Nacional no puede reclamarlos, señaló.

“Nos alegra que esté en buenas manos”, dijo Litt.

Un libro que explora la vida Franz Kafka, el “bicho raro” que trataba de huir de la tiranía de su padre

martes, abril 23rd, 2019

Libros del Zorro Rojo publica una biografía ideal para quienes desean tener una primera aproximación a la vida y obra del autor de La metamorfosis

Se trata de un repaso por las características que han influido al escritor durante toda su trayectoria, como el judaísmo, las dificultades con sus parejas o la tuberculosis.

Por José Antonio Luna

Madrid/Ciudad de México, 23 de abril (ElDiario.es/SinEmbargo).– El primer relato de Franz Kafka, aquel que empezó a definir su estilo, no fue uno lleno de tachones ni pensado durante meses. Todo lo contrario. La condena (1912) fue escrito en una sola noche del tirón, desde las diez hasta las seis de la mañana. Según cuenta el autor en su diario personal, acabó tembloroso y con las piernas entumecidas de estar tanto tiempo sentado, pero con la satisfacción de cruzar la meta tras una maratón intelectual. Las pocas fuerzas que le quedaban, las aprovechó para escurrirse hacia la cama y apagar la lámpara justo cuando la luz del sol ya entraba por la ventana.

En torno a Kafka sobran palabras, pero aún así nunca parecen suficientes. A rasgos generales se suelen tener claros tres aspectos del escritor: que era judío, que escribió una historia sobre un insecto y que tuvo ciertas dificultades familiares. Sin embargo, para sobrepasar la línea de lo anecdótico nace Franz Kafka: el hombre que trascendió su tiempo (Libros del Zorro Rojo), una bibliografía sobre el praguense ideal para quienes desean tener una primera aproximación de su vida y obra. Además, se encuentra escrita por Radek Malý, poeta y traductor; e ilustrada de forma soberbia por la artista Renáta Fučíková.

La obra no se limita a recopilar novelas en forma de listado, sino que ofrece un tour por todas las marcas personales de Kafka, desde sus raíces lingüísticas hasta sus relaciones amorosas pasando por la influencia de Praga, la ciudad en la que vivió la mayor parte de su vida. Por el camino, la biografía también recopila extractos de sus narraciones, cartas y diarios que ayudan a transmitir la atmósfera que definió al literato. Por ello, con ayuda de Radek Malý, hemos seleccionado algunos de los muchos puntos en los que se centra el libro para ofrecer una perspectiva general de lo que se puede encontrar entre sus páginas. Comencemos el viaje.

PRAGA

En torno a Kafka sobran palabras, pero aún así nunca parecen suficientes. Imagen: ElDiario.es.

Kafka nació en Praga el 3 de julio de 1883, una ciudad que hoy le rinde homenaje de las formas más variadas: con postales, camisetas, tazas e incluso con esculturas. Sin embargo, a pesar de que el autor hizo de la capital de la República Checa un fenómeno mundial, este no siempre tuvo buenas palabras para ella. Se dividía entre el amor y el odio, entre la admiración a las imponentes catedrales y la depresión por vivir rodeado de sombrías edificaciones. “Parece está allí un poco en contra de su voluntad, y tal vez es por eso que sus novelas se transforman en un lugar extrañamente angustiado, cuyos edificios, un templo, una universidad u oficinas, tienen a su vez un significado simbólico para él”, apunta el biógrafo.

“Praga no deja que te marches. […] Madre con garras. […] Tendríamos que quemarla desde ambos extremos, desde Vyšehrad hasta el castillo, tal vez entonces se podría huír de ella”, se puede leer en el extracto de una carta a Oskar Pollak, historiador del arte y compañero de clase de Kafka. De hecho, exceptuando algunas historias de su juventud, ninguna de sus obras se desarrolla explícitamente en esta localidad. Eso sí, el entorno descrito en sus novelas es claramente en gran medida praguense. “Personas que cruzan los puentes oscuros alrededor de santos con lucecitas vacilantes. Nubes que se extienden por el cielo gris sobre las iglesias con las torres que desaparecen en las tinieblas”, volvió a escribir a su amigo Pollak sobre la ciudad, esta vez en forma de poema.

EL JUDAÍSMO

Kafka nació en Praga el 3 de julio de 1883, una ciudad que hoy le rinde homenaje de las formas más variadas: con postales, camisetas, tazas e incluso con esculturas. Imagen: ElDiario.es.

Kafka nació a finales del siglo XIX, en una Praga en la que los judíos ya gozaban de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos y en la que podían moverse con libertad fuera del gueto. En ella no solo predominaban los alemanes, sino que era un cóctel de lenguas y culturas. Además, algunos de sus habitantes defendían la independencia del imperio austrohúngaro, lo cual dio lugar a una serie de tensiones que se verán reflejadas en el matiz inquietante de sus obras.

En el caso concreto de Kafka, este se interesó por un tipo de judaísmo: el jasídico, que daba especial importancia a lo místico y lo sobrenatural. Según Malý, “la relación de Kafka con el judaísmo no estaba del todo clara. Aunque nació en el antiguo gueto de Praga, donde nos encontramos con monumentos judíos a cada paso, su padre trató de separarse de la comunidad judía y su familia fue declarada oficialmente checa”. Aun así, esto no le evitó interesarse también en otros movimientos como el sionismo, que defendía la emigración a Palestina y la creación de un Estado judío.

UN PADRE DIFÍCIL

Encerrado en un caparazón. Imagen: ElDiario.es

Franz fue el mayor de seis hermanos y, aunque sus progenitores esperaban que en un futuro se encargara del negocio familiar, este tenía otros planes bien diferentes. Quería un futuro que no pasaba por trabajar como vendedor de puerta en puerta ni como empleado de una mercería, sino en las letras y la imaginación.

Esto provocó que Kafka, en ocasiones, se sintiera encerrado en un caparazón, incomprendido por aquellos que le rodean y que lo contemplan como un bicho raro, algo de lo que dejó constancia en La metamorfosis (1915). “El conflicto entre un escritor novato y su padre no era inusual en ese momento: muchos jóvenes de la generación Franz, que se convirtieron en artistas o intelectuales, tenían puntos de vista bastante diferentes sobre la vida de las generaciones de sus antepasados”, explica el poeta.

Su padre era representaba todo lo opuesto a su personalidad. Hermann le presionaba para que se casara y tomara las riendas de la empresa de los Kafka, motivándole también a transformarse un hombre dominante para formar una familia con pulso firme, tal y como él hacía. De hecho, como aparece en la biografía, Franz describió a su padre como un tirano, uno con capacidad para dictar el destino de todos aquellos que le rodeaban.

SIN ÉXITO EN EL AMOR (HASTA EL FINAL)

A la izquierda: dibujo de Felice Bauer. A la derecha: Julie Wohryzek.

Al contrario de lo que se suele pensar, Kafka no fue alguien solitario, introvertido y continuamente depresivo. No obstante, tampoco destacó por tener éxito en el amor. Franz fue un hombre tímido que, aunque tuvo varias parejas, no consiguió tener una relación verdaderamente fructífera hasta la última.

La primera de ellas fue Felice Bauer, hija de un comerciante berlinés que deseaba un casamiento sobre el que Kafka mostraba sus dudas. Posteriormente llegó Julie Wohryzek, descendiente de un zapatero judío. Su cultura fue suficiente para que el padre de Franz se opusiera al compromiso entre ambos y acabara forzando la ruptura. En cambio, el trato con la periodista checa Milena Jesenká fue prácticamente epistolar. Solo se vieron en dos ocasiones, motivo por el que la relación acabó difuminándose.

Quien la acompañó hasta el final de sus días fue Dora Diamant, hija de un comerciante judío. “Probablemente solo con Dora pudo tener una relación verdaderamente completa. Gracias a ella, salió de Praga y se mudó a Berlín, donde fueron felices a pesar de vivir de forma muy austera. También planearon mudarse a Palestina, donde querían cumplir uno de sus sueños: un restaurante en el que ella sería la cocinera y él camarero”, destaca Malý. Pero, como comprobaremos en el siguiente punto, ese sueño no se pudo realizar.

TUBERCULOSIS

“Un día vivido con Franz supera todo lo que jamás hubiera escrito”. Imagen: ElDiario.es.

A mediados de agosto de 1917, Kafka se despertó en mitad de la noche vomitando sangre. Era el inicio de la que acabaría siendo su peor pesadilla: la tuberculosis, una enfermedad bastante extendida que por aquel entonces era prácticamente incurable. “Luchó contra la tuberculosis durante los siguientes siete años, lo que cambió radicalmente su forma de vida”, apunta el biógrafo. El escritor se dedicó a viajar fuera de Praga, a cuidarse en balnearios y, aunque en un principio lo negó, a seguir los métodos de la medicina clásica.

“Quién me soportará en el hotel si toso como ayer, de 9:45 a 11:00, ininterrumpidamente. Luego me duermo, y hacia las 12:00 doy vueltas y más vueltas en la cama y vuelvo a toser hasta la una”, escribió en una carta a Milena Jesenká desde un sanatorio en el norte de Italia, en Merano. Allí, mientras los pacientes tomaban el sol y seguían estrictas dietas, Franz se dedicaba a la lectura y la correspondencia. No sirvió demasiado. Finalmente, el autor murió en los brazos de Dora el 3 de junio de 1924. “Un día vivido con Franz supera todo lo que jamás hubiera escrito”, sentenció su última pareja.

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Policía peruano interpreta rap sobre la literatura universal y arrasa en la red (VIDEO)

viernes, abril 27th, 2018

El joven agente hace un recorrido por la literatura universal a través de su canción y ha sorprendido a muchos cibernautas en todo el mundo.

Ciudad de México, 26 de abril (RT/SinEmbargo).- Un rap hecho por un policía peruano en una biblioteca ha sorprendido a los internautas, que han visto el video 25 mil veces.

El agente durante el clip, que dura unos tres minutos, no habla de procesos de seguridad ni prevención, sino de obras de autores clásicos de la literatura universal.

La grabación fue publicada por la Policía Nacional de Perú en su página de Facebook con el mensaje: “Celebra con nosotros el Día del Libro, escuchando este pegajoso rap, junto a la etiqueta #ConocimientoEsPoder”.

El agente es un joven que porta su uniforme, se desplaza dentro de una biblioteca y rapea: “Por eso ahora te canto entre/páginas de libros es que te vengo rimando”

En esta canción, que ha recibido  mil 600 “Me gusta”, el policía hace un recorrido por los libros más conocidos de autores mundiales como Julio Verne, Alejandro Dumas, Jane Austen, Oscar Wilde, Franz Kafka, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, entre otros.

El funcionario también hace referencia a obras de autores peruanos en su rap: “Lo dijo Ciro Alegría: ‘el mundo es ancho y ajeno’ y aprendí a sobreponerme ante ‘La ciudad y los perros'”, escrito por Vargas Llosa.

“Con la lectura mi alma es libre y no hay opresor/el conocimiento es infinito y liberador/por eso le digo a todo el pueblo hermano: ‘vamos a leer un libro, respeto pa’ mis peruanos'”.

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Hoy se conmemoran 92 años de la muerte del escritor Franz Kafka

viernes, junio 3rd, 2016

Su libro La Metamorfosis está considerado dentro de las grandes obras de literatura universal. Sus obras han sido relacionadas con los movimientos filosóficos del existencialismo y el expresionismo.

El escritor Franz Kafka murió un 3 de junio de 1924. Foto: Wikipedia

El escritor Franz Kafka murió un 3 de junio de 1924. Foto: Wikipedia

Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– Un día como hoy pero de 1924 fallece el escrito checoslovaco Franz Kafka, quien es especialmente recordado por sus obras La Metamorfosis (1915), El Castillo (1922) y Carta al Padre (1919).

Se le considera uno de los creadores literarios más influyentes del siglo XX y su obra ha sido asociada al existencialismo y el expresionismo.

Franz Kafka nació el 3 de julio 1883 en Praga, República Checa; en el seno de una familia de comerciantes judíos. Comenzó su formación en la escuela de gramática alemana en el Palacio Kinský; más tarde ingresó a la Universidad alemana de Charles-Ferdinand, de la que se doctoró en Derecho en 1906.

Durante su etapa universitaria conoció a Max Brod (1884-1968), quien, además de ser su amigo más íntimo, fue su editor y biógrafo, así como el salvador y promotor de sus escritos, apunta la página web “kafka.org”.

En 1907 encontró trabajo en la compañía de seguros Assicurazioni Generali; un año después comenzó a laborar en el Instituto de Seguros de Accidentes de los Trabajadores del Reino de Bohemia, donde permaneció hasta 1922 cuando se retiró aquejado de tuberculosis.

En esa época público historias cortas en la revista Hyperion, que recopiló en su colección Contemplación (1912), y escribió novelas breves y cuentos, así como sus Diarios; destaca su relato “Metamorfosis” (1915).

Además, en estos años cultivó su interés por la mística y el judaísmo oriental, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo socialista.

En 1917 padeció los primeros síntomas de tuberculosis. Sin embargo, a pesar de su enfermedad, sus cinco tentativas matrimoniales frustradas y su empleo de burócrata, se dedicó intensamente a la literatura a lo largo de su vida.

A decir de la crítica especializada sus obras se caracterizan por una marcada vocación metafísica, una síntesis de absurdo y lucidez, por personajes que son agitados por instancias ocultas y por un pesimismo irónico.

En sus escritos aborda situaciones sociales, angustiosas y grotescas, con un estilo que va desde lo fantástico al realismo más estricto, indican sus biógrafos.

Entre sus textos figuran, además, Un brevario para damas (1909) En la colonia penitenciaria (1919), Carta al padre (1919), Un médico rural (1919), El jinete del cubo (1921) y Un artista del hambre (1924).