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Expresidente de Honduras planea que “El Chapo” y Trump sean testigos en su juicio

jueves, mayo 12th, 2022

“El Chapo va a decirles que nunca hizo negocios con Juan Orlando”, afirma abogado del expresidente de Honduras, tras la segunda audiencia en la Corte de Nueva York.

Los Ángeles, 12 de mayo (SinEmbargo).- La defensa del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, planea llamar a testificar al exmandatario estadounidense Donald Trump y al narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, fundador del Cártel de Sinaloa (CDS). Raymond Colón, abogado del hondureño, confirmó que buscarán que estos personajes rindan su testimonio a favor de Hernández.

Así lo dijo el defensor al salir de la segunda audiencia celebrada en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, como parte del juicio contra el expresidente centroamericano. Incluso sugirió la posibilidad de que también Joe Biden, actual Presidente de los Estados Unidos, acuda a la Corte.

“El Chapo Guzmán que nosotros vamos a traer como testigo, va a decirle la verdad al mundo, va a decirles que nunca hizo negocios con Juan Orlando (…) Si Tony hacía negocios con narcotraficantes, la Fiscalía no tiene evidencias para decir que Juan Orlando estaba negociando con el narco”, aseguró Ángel Martínez, otro de los abogados del expresidente de Honduras, durante una entrevista con la cadena Telemundo.

Agregó que prepararán las gestiones legales necesarias para que el Chapo Guzmán pueda comparecer, pese a estar cumpliendo con una sentencia de cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en los Estados Unidos, por conspiración y envío de grandes cantidades de droga desde México a ese país.

Por su parte, Juan Orlando Hernández, a quien acusan de tener presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa y cuyo hermano también enfrenta cargos por ser el supuesto socio del Chapo Guzmán, fue extraditado a los Estados Unidos en marzo pasado. Hernández se declaró no culpable de delitos como posesión de armas y narcotráfico.

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Saturday Night Live parodia al “Chapo” Guzmán en sketch con Jake Gyllenhaal

martes, abril 12th, 2022

El episodio con el actor Jake Gyllenhaal se ha vuelto muy popular luego de presentar una comedia en la que aparece un personaje como el narcotraficante mexicano.

Por Sergio Carmona

Saltillo, 12 de abril (Vanguardia).- El programa estadounidense Saturday Night Live se ha vuelto tendencia luego de convertir al narcotraficante mexicano “El Chapo” en un personaje de comedia durante uno de los sketch del actor Jake Gyllenhaal.

Fue al finalizar el show que protagonizó el actor cuando se presentó una comedia basada en los corridos de un camionero. En este recuento de canciones, el famoso camionero, interpretado por Gyllenhaal, menciona cómo conoció al narco.

Durante el sketch, una de las actrices del programa aparece vestida con uniforme de prisionero en color beige y camiseta blanca, incluso, utiliza un bigote falso, haciendo referencia a “El Chapo”.

En el sketch del actor se hace referencia a varios corridos escritos por el personaje, abordando temáticas como los fantasmas de la carretera o el amor de su esposa y, uno que ha resultado polémico.

Se trata de un tema en el que, supuestamente, el camionero interpretado por Jake ayudó a un hombre de “rostro familiar” llevándolo de un punto a otro en la carretera de Juárez, en México.

Luego, el actor recordó de dónde había visto el rostro de su acompañante anteriormente y es cuando menciona que se trata de “El Chapo”. En los coros de dicho tema musical se repite varias veces el nombre del narco encarcelado en Estados Unidos.

Incluso, los otros actores participantes del sketch, se suman a cantar con Jake este tema. Mientras que, la actriz vestida como el narcotraficante, se limita a sonreír y hacer varios gestos.

Toda la escena anterior, musicalizada con un estilo de country y con risas grabadas de fondo para este sketch que convirtió a “El Chapo” en un personaje de la televisión internacional.

El programa de televisión recibió varias críticas por el estilo de su comedia y las pobres actuaciones de su elenco. Sin embargo, el sketch del narcotraficante, “El Chapo”, se volvió el favorito de la noche.

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La DEA se paseó por México a sus anchas. Hasta ahora. La pregunta es quién ganará con la nueva Ley

jueves, diciembre 10th, 2020

México “se está poniendo la barra muy alta para llevar a cabo esas investigaciones” y “juega con fuego” porque de no llevarlas a buen puerto “la presión será muy fuerte”, afirmó a EFE el profesor de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Eduardo González.

Por Eduard Ribas i Admetlla

México, 10 dic (EFE).- Tras décadas de polémica presencia de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) en México, la operación contra el General Salvador Cienfuegos fue la gota que colmó el vaso para el Gobierno de México, que ha optado por desafiar al organismo limitando por ley los movimientos de sus agentes.

“Antes los agentes del Gobierno de Estados Unidos, entraban, salían y hacían lo que querían y se les permitía porque no se defendía el principio de independencia y soberanía de nuestra nación”, dijo este jueves el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al justificar su decisión.

Con 71 votos a favor, 21 en contra y una abstención, el Senado mexicano aprobó el miércoles por la noche una iniciativa presentada de urgencia por el Presidente que regula la presencia de los agentes extranjeros en México.

La reforma de la Ley de Seguridad Nacional obliga a los agentes de otros países a compartir su información con las autoridades mexicanas, les prohíbe arrestar a personas, les exige una autorización para llevar armas, establece que no tienen inmunidad judicial y amenaza con la expulsión de las agencias si quebrantan la ley.

EL DETONANTE CIENFUEGOS

Si bien la iniciativa afecta a cualquier funcionario extranjero con actividad policial en México, “es imposible desligar la reforma del asunto particular del general Cienfuegos y la DEA”, dijo a EFE Eduardo González, profesor de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey.

A nadie se le escapa el enfado mayúsculo de López Obrador por no haber sido informado de la investigación de la DEA contra el General Cienfuegos, que derivó en su captura el pasado octubre en Los Ángeles (EU) por presuntos vínculos con el narcotráfico cuando dirigía el Ejército durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018).

Tras una intensa negociación, el Gobierno mexicano cerró en noviembre un acuerdo inédito con la Administración saliente de Donald Trump para que levantara los cargos contra Cienfuegos, quien regresó a México en libertad mientras la Fiscalía investiga su caso.

Y ahora, con una reforma exprés presentada y aprobada en menos de una semana, López Obrador ha querido tomar cartas en el asunto para que no se repitan episodios similares.

“(El Gobierno) ha querido aprovechar para que la nueva Administración de Estados Unidos se encuentre la ley mexicana de otra manera. Queda ya listo antes de que entre Joe Biden”, opinó González, quien auguró “malestar” en la DEA y la CIA.

DE LA PRESENCIA A LA INJERENCIA

En una férrea defensa de la iniciativa, el Senador oficialista Ricardo Monreal aseguró ante el pleno que en el último siglo no se ha sabido “cuántos agentes extranjeros hay en México” y añadió que hasta ahora no había habido “un presidente de la República que se atreviera” a meterse en este tema.

Enrique Peña Nieto saludando al General Cienfuegos durante un evento político de 2015. Foto: Cuartoscuro.

“Está defendiendo la soberanía de nuestro país como nunca se había hecho”, defendió eufórico.

México no olvida que tras el asesinato perpetrado por el narco en 1985 contra el agente de la DEA Enrique Camarena, la agencia estadounidense lanzó unilateralmente la Operación Leyenda para capturar a varios narcotraficantes.

Incluso arrestó al médico Humberto Álvarez Machín, acusado de participar en el asesinato de Camarena, y lo trasladó en secreto a El Paso (Texas) vulnerando las leyes de extradición.

“Hasta el día de hoy, es una agencia que prácticamente ha operado a sus anchas, de manera discrecional y libre en territorio mexicano”, aseguró a EFE Ramón Celaya, experto en inteligencia y seguridad.

No obstante, defendió que esta reforma legal “no es el instrumento adecuado”, dado que ya existen convenios internacionales y acuerdos bilaterales que regulan temas como la inmunidad o las armas de los agentes extranjeros.

Según Celaya, la única novedad es que por primera vez se obliga a funcionarios mexicanos reportar sus reuniones con agentes extranjeros.

El Presidente Andrés Manuel ha sido enfático en la participación que deberían tener las agencias extranjeras en asuntos nacionales. Foto: Cuartoscuro.

UN GRAN RETO PARA MÉXICO

En la bandera nacionalista que enarbola López Obrador, no caben procesos judiciales como el de Cienfuegos en Estados Unidos, país que históricamente ha procesado a grandes capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán en medio de una profunda desconfianza hacia las autoridades mexicanas.

Por eso, México pidió también esta misma semana la extradición de Genaro García Luna, Secretario de Seguridad del Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), encarcelado desde hace un año en Nueva York y acusado de proteger al Cártel de Sinaloa.

Sin embargo, estos movimientos de presunta soberanía generan suspicacias incluso dentro de México por la ineficacia y la corrupción enquistada en el sistema policial, ministerial y judicial del país.

En esta línea, Eduardo González opinó que México “se está poniendo la barra muy alta para llevar a cabo esas investigaciones” y “juega con fuego” porque de no llevarlas a buen puerto “la presión será muy fuerte”.

“Hay una realidad y es que si no fuera por la información de las agencias americanas en México, no se hubiera logrado la detención del 80 por ciento de los capos en los últimos 20 años”, subrayó a su vez Ramón Celaya.

Dos capos que vieron a “El Chapo” dar dinero al hermano del Presidente de Honduras están detenidos

lunes, junio 15th, 2020

El Presidente de Honduras ha negado repetidamente las acusaciones, insistiendo en que son una estrategia de los narcotraficantes para conseguir reducciones de penas y vengarse de él por haber facilitado extradiciones de traficantes a Estados Unidos.

Por Claudia Torrens

NUEVA YORK, 15 de junio (AP).- Dos guatemaltecos que supuestamente facilitaron sobornos a un hermano del Presidente de Honduras y otros políticos hondureños para mover cocaína del Cártel de Sinaloa hacia Estados Unidos se encuentran bajo custodia de las autoridades estadounidenses.

El lunes un juez de la corte del distrito sur de Nueva York fijó el miércoles como la fecha para llevar a cabo dos audiencias sobre fianza para ambos acusados, llamados Otto y Ronald Salguero. La orden puede verse en el sistema electrónico del tribunal.

Los nombres de ambos guatemaltecos fueron repetidos durante el juicio el año pasado a Tony Hernández, hermano del Presidente de Honduras Juan Orlando Hernández. Tony Hernández fue declarado por un jurado culpable de narcotráfico y espera ser sentenciado.

Según un testigo de ese juicio, los Salguero estuvieron presentes en una reunión en Honduras en 2013 en la que supuestamente Joaquín “El Chapo” Guzmán entregó un millón de dólares en efectivo a Tony Hernández para financiar la campaña presidencial del actual mandatario del país.

El testigo, Amílcar Alexander Ardón, dio detalles de la supuesta reunión y dijo que el dinero estaba en fajos de 50 mil y 100 mil dólares.

El Presidente de Honduras ha negado repetidamente las acusaciones, insistiendo en que son una estrategia de los narcotraficantes para conseguir reducciones de penas y vengarse de él por haber facilitado extradiciones de traficantes a Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses aseguran que a partir de 2004, los Salguero trabajaron junto a Tony Hernández y líderes del cartel de Sinaloa, para traficar cocaína. Con el objetivo de que avanzara por Honduras hacia Guatemala y México los acusados pagaban sobornos a políticos hondureños, incluido Hernández. También ofrecían seguridad, con armas, para los cargamentos.

Debido a la pandemia del coronavirus, las audiencias de los Salguero serán por videoconferencia aunque la prensa sólo tendrá acceso telefónicamente.

Las autoridades estadounidenses presentaron cargos contra los Salguero en diciembre.

“Tras la reciente condena del excongresista hondureño Tony Hernández, los cargos de hoy son una prueba más de que incluso los narcotraficantes mejor conectados tendrán que rendir cuentas”, dijo entonces en un comunicado de la Fiscalía Wendy Woolcock, agente a cargo de la agencia antidrogas estadounidense.

Portavoces de la fiscalía no respondieron a un mensaje de The Associated Press preguntando si los Salguero se habían entregado a las autoridades estadounidenses y cuándo lo habían hecho.

Sus casos han sido adjudicados al juez Kevin Castel, el mismo magistrado que sentenciará a Tony Hernández en septiembre. Los Salguero también están acusados de posesión y uso de armas.

Calderon dice que AMLO debe proteger de inmediato al Coronel Verde Montes por revelar su nombre

viernes, noviembre 1st, 2019

A través de su cuenta de Twitter, el ex mandatario señaló que fue muy irresponsable anunciar el nombre del Coronel pues no solo se expuso su seguridad, sino también la de su familia.

Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– Felipe Calderon Hinojosa responsabilizó al Presidente Andrés Manuel López Obrador por la seguridad del Coronel Juan José Verde Montes y su familia, luego de que López Obrador revelara que estuvo a cargo del operativo para detener a Ovidio Guzmán Loera en Culiacán, Sinaloa.

A través de su cuenta de Twitter, el ex mandatario señaló que fue muy irresponsable anunciar el nombre del Coronel pues no solo se expuso su seguridad, sino también la de su familia.

“El comandante del GAIN cuyo nombre fue irresponsablemente revelado esta mañana, debe ser protegido de inmediato, junto con toda su familia”, escribió Calderón Hinojosa.

“Lo que pase a él y a los suyos es ya responsabilidad de quien ordenó exponerlo”, finalizó.

Además, refirió que debe valorarse nombrar a Juan José Verde Montes debería como “agregado militar en otro país”.

Esta mañana, Luis Cresencio Sandoval titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)  dio a conocer el nombre del comandante a cargo del operativo fallido de Culiacán: el Coronel de Caballería Diplomado del Estado Mayor Juan José Verde Montes.

La declaración dada a conocer en la conferencia matutina de López Obrador generó polémica en redes sociales y creó un debate al respecto.

Xóchitl Gálvez, Senadora del Partido Acción Nacional apuntó que es deplorable que se brindara el nombre del Coronel por el riesgo que implica para él y su familia.

“Considero deplorable que se haya dado el nombre del Coronel responsable del operativo de Culiacán. Es riesgoso para él y su familia”,escribió a través de su cuenta de Twitter.

Algunos usuarios apoyaron el ángulo de la legisladora mientras que otros se mostraron en contra de esta postura.

Por otro lado, el periodista Jairo Calixto señaló que de no revelar el nombre, la prensa seguiría insistiendo al respecto hasta dar con la información.

“Pinche prensa mexicana es una basura”, posteó al respecto el usuario de Twitter, Gustavo Balboa.

Durante la conferencia mañanera AMLO recordó que fue el ex Presidente Felipe Calderón quien declaró la guerra al narcotráfico.

“Y hubo los mayores índices de letalidad. ¿Qué significa esto? Que habían más muertos que heridos y que detenidos en enfrentamientos y fue también cuando perdieron la vida más militares y se puede probar y fue cuando inventaron lo de los daños colaterales. Entonces esa política no se va a seguir aplicando”, afirmó.

Asimismo, reconoció que el Estado mexicano tiene la capacidad de enfrentar cualquier amenaza a la población. Al defender una vez más su estrategia contra la delincuencia y la inseguridad en el país, López Obrador aseguró que “el Estado mexicano tiene posibilidad de enfrentar cualquier situación contraria a la sociedad, a los ciudadanos”.

Autoridades de EU cambian de prisión al “Mini Lic.” por amenazas de muerte del Cártel de Sinaloa

martes, agosto 20th, 2019

Según publica la cadena ABC7 este martes, al conocido como “Mini Lic” lo cambiaron a una cárcel federal en Oklahoma, trasladándolo desde el correccional neoyorquino donde se encontraba, después de que en unos documentos judiciales del caso contra un miembro del cártel del “Chapo” revelaran que López era un objetivo por haber testificado contra Jesús Raúl Beltrán León.

El mexicano Beltrán León, quien fuera estrecho colaborador del “Chapo”, fue sentenciado el 6 de agosto en Chicago a 28 años de prisión por su papel en la coordinación del tráfico de drogas para el cartel de Sinaloa en Estados Unidos.

Nueva York, 20 ago (EFE).- Las autoridades penitenciarias de Estados Unidos trasladaron a una nueva prisión a Dámaso López Serrano, ahijado de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, después de haber recibido amenazas de muerte por declarar en un juicio contra uno de los miembros del cártel de Sinaloa.

Según publica la cadena ABC7 este martes, al conocido como “Mini Lic” lo cambiaron a una cárcel federal en Oklahoma, trasladándolo desde el correccional neoyorquino donde se encontraba, después de que en unos documentos judiciales del caso contra un miembro del cártel del “Chapo” revelaran que López era un objetivo por haber testificado contra Jesús Raúl Beltrán León.

El mexicano Beltrán León, quien fuera estrecho colaborador del “Chapo”, fue sentenciado el 6 de agosto en Chicago a 28 años de prisión por su papel en la coordinación del tráfico de drogas para el cártel de Sinaloa en Estados Unidos.

Según la documentación judicial, aliados del “Chapo” en la correccional de Chicago, donde se encontraba en ese momento “Mini Lic”, intentaron sin éxito dar una paliza al testigo en represalia por su colaboración con la Fiscalía.

La preocupación de las autoridades, después de que se desvelara que querían “partirle la cabeza”, provocó que trasladaran discretamente a López Serrano desde Nueva York, donde se encontraba hasta ahora, al presidio de Oklahoma.

Esas instalaciones se utilizan en particular para reos que requieren de una protección especial y, en su mayoría, pasan allí cortos periodos de tiempo hasta que encuentran un destino permanente.

La especial preocupación de las autoridades por el bienestar del “Mini Lic” se explica porque el narcotraficante aún tiene que testificar en diversos juicios.

López Serrano se declaró culpable en enero de 2018 de haber importado a Estados Unidos miles de kilos de heroína, metanfetaminas y cocaína, seis meses después de entregarse a los agentes de la Agencia Antidrogas del país (DEA).

“El Chapo” formó una fortuna con el narco, ahora vivirá en la penumbra; enfrenta cadena perpetua

miércoles, julio 17th, 2019

Tras la sentencia, se espera que el narcotraficante sea llevado al penal de máxima seguridad ADX Florence, conocido como el “Alcatraz de las Montañas Rocosas” o Supermax, 90 millas al sur de Denver (Colorado), que abrió sus puertas en 1994 para albergar a los reos que representan una amenaza para la seguridad nacional.

Allí, “El Chapo” permanecerá 23 horas al día en una celda de paredes de hormigón a prueba de sonido para evitar la comunicación con otros reos, entre los que se encuentra el franco-marroquí Zacarías Moussaoui por su conspiración en los atentados terroristas del 11-S.

Nueva York, 17 jul (EFE).- Uno de los capos de la droga más prominentes de la historia, Joaquín Guzman “El Chapo”, encontró en el narcotráfico un negocio que le llevó a acumular una gran fortuna y aniquilar la pobreza en la que creció, y que sin embargo ahora le arrastra de vuelta a la penumbra con una condena de cadena perpetua.

La severa -aunque esperada- sentencia se produce cinco meses después de haber sido declarado culpable de narcotráfico por un jurado tras un largo juicio por el que se pasearon decenas de testigos que dieron todo tipo de detalles sobre su extensa red de negocios y su carácter despiadado, que le llevó a asesinar a miembros de su propia familia.

El sistema judicial de EU le condena así a pasar el resto de sus días entre rejas, previsiblemente en duras condiciones de aislamiento para garantizar que el Chapo no vuelva a escaparse de la cárcel, como ya hizo en México en un par de ocasiones.

En los dos años y medio que lleva el capo en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, se le ha negado cualquier tipo de comunicación con sus allegados, y es probable que la de este miércoles haya sido una de sus últimas veces en ver el mundo exterior, durante su traslado de la prisión a la corte, momento en el que le ha escoltado un convoy de una docena de vehículos policiales.

Tras la sentencia, se espera que el narcotraficante sea llevado al penal de máxima seguridad ADX Florence, conocido como el “Alcatraz de las Montañas Rocosas” o Supermax, 90 millas al sur de Denver (Colorado), que abrió sus puertas en 1994 para albergar a los reos que representan una amenaza para la seguridad nacional.

Allí, permanecerá 23 horas al día en una celda de paredes de hormigón a prueba de sonido para evitar la comunicación con otros reos, entre los que se encuentra el franco-marroquí Zacarías Moussaoui por su conspiración en los atentados terroristas del 11-S.

La cadena perpetua se le ha dictado a El Chapo tras escucharse durante el juicio testimonios de crueles asesinatos de miembros de su familia, colaboradores y narcotraficantes rivales y pormenores del transporte y distribución de cientos de toneladas de estupefacientes.

El 8 de enero de 2016, Joaquín Guzmán fue presentado por tercera vez en el hangar de la Marina. Foto: Archivo/ Isaac Esquivel, Cuartoscuro.

Nacido el 4 de abril de 1957 en la localidad de Badiraguato (Sinaloa, norte de México) y apodado el Chapo por su baja estatura, el todopoderoso emperador de las drogas creció en una familia pobre en un rancho conocido como La Tuna.

Se inició en el mundo de las drogas a los 15 años cuando comenzó a cultivar y vender marihuana y opio, “la única manera de tener dinero para comprar comida y sobrevivir”, según dijo en su famosa entrevista con el actor Sean Penn.

Pero el historial criminal por el que se le ha condenado no comenzaría hasta los años ochenta, como lugarteniente y hombre de confianza de Miguel Ángel Félix-Gallardo, “El Padrino”, fundador del primer cártel de Guadalajara (México).

Entonces, sin apenas estudios, el Chapo diseñó una estrategia para transportar cocaína y marihuana desde Colombia a Estados Unidos en aviones, que hacían el viaje de vuelta a México cargados de dólares.

En la década de los noventa, con la detención en 1989 de Félix-Gallardo, el Chapo decidió ir por libre y crear el cártel de Sinaloa, que luchó contra sus rivales para hacerse con el control del narcotráfico en Guadalajara y que desde comienzos de los noventa transportó la droga entre Estados Unidos y México a través de túneles.

Conocido y admirado por su excéntrica vida de lujo, Guzmán amasó tal popularidad en su región que se convirtió en el protagonista de decenas de canciones, lo que no impidió que fuera arrestado por primera vez en 1993 y condenado a 20 años de prisión, desde donde siguió estando al cargo del cártel.

El poder y dinero acaparados por el emperador mexicano de las drogas llevaron a la revista Time a situarlo en 2009 entre las 100 personas más influyentes del planeta y a la publicación Forbes a incluirlo a partir de 2012 en la lista de las personas más ricas del mundo.

El 22 de febrero de 2014 “El Chapo” cuando fue capturado por segunda vez en Mazatlán, Sinaloa, y presentado en el hangar de la Secretaría de Marina. Foto: Archivo/ Moisés Pablo, Cuartoscuro.

Más tarde saltó a la fama internacional con la serie televisiva que le dedicó Netflix, en la que se narra su ascenso y caída como traficante, además de sus escandalosas fugas carcelarias.

La primera, la de la prisión de Puente Grande el 19 de enero de 2001, y la segunda y más conocida, del penal de El Altiplano el 11 de julio de 2015, de donde salió por un túnel al que se accedía desde su propia celda.

Su último arresto, que desembocó en su extradición a Estados Unidos en enero de 2017, le ha llevado ya a pasar dos años y medio en una unidad de aislamiento del Centro Correccional Metropolitano, en Manhattan, donde las estrictas condiciones de su encierro paradójicamente le han dado todavía más visibilidad.

Una fama que los parientes más cercanos del Chapo han tratado de utilizar para el desarrollo de varios negocios que llevan su nombre en un intento de recuperar parte de la fortuna, como ha hecho su actual esposa, Emma Coronel, con quien tiene gemelas.

Dinero que hará buena falta, ya que el Gobierno de EU ha solicitado este mes el decomiso de 12 mil 666 millones de dólares al narcotraficante, que considera una devolución del dinero que obtuvo con la venta de las drogas.

Abogado de “El Chapo” envía carta a Donald Trump; asegura que su extradición fue “ilegal”

martes, julio 16th, 2019

“Usted señor Trump lo ha mantenido ilegalmente preso, violando sus derechos humanos, la ley estadounidense y la Constitución de EU”, indica y restó importancia a que ya fue juzgado en Nueva York al insistir que fue un proceso “ilegal” por la forma en que ocurrió la extradición.

Nueva York, 16 jul (EFE).- El abogado José Luis González Meza, representante legal en México de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, envió una carta al Presidente de EU, Donald Trump, en la que insiste que su cliente fue entregadoilegalmente” a EU y que se han violado sus derechos humanos y leyes de este país al mantenerle preso.

La carta, enviada el lunes y dada a conocer este martes en Nueva York por González Meza, también Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos Lázaro Cárdenas del Río, explica a Trump que cuando el Presidente Enrique Peña Nieto autorizó la extradición, Guzmán Loera estaba protegido por cuatro amparos emitidos por la Corte Suprema de México, que impedían ese proceso.

“Esos amparos siguen vigentes”, afirmó a Efe el abogado que desde el momento en que su cliente fue traído a EU ha luchado porque sea regresado a su país, y agregó que “El Chapo” “no estaba a disposición del Presidente de la República (Peña Nieto) si no del poder judicial, que es la Suprema Corte de Justicia”.

González, que viajó a Nueva York para asistir a la sentencia a Guzmán Loera, hallado culpable en febrero de narcotráfico y otros delitos, se mostró esperanzado que tras el informe que dijo pidió el nuevo Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre la extradición de su cliente, Guzmán Loera sea regresado a México para ser juzgado allí.

La carta, que tiene encabezamiento de la Comisión, recuerda que en el acuerdo de extradición se especificó que el mexicano sería juzgado en las ciudades de San Diego (California) o en El Paso (Texas), pero fue traído a Nueva York, lo que asegura viola la ley de extradición entre ambos países.

Dicho acuerdo establece “claramente” que si el extraditado “no es puesto a disposición de los juzgados que lo reclamaron en los 60 días posteriores a la fecha de entrega, quedará en libertad inmediata”, indica la misiva.

“Usted señor Trump lo ha mantenido ilegalmente preso, violando sus derechos humanos, la ley estadounidense y la Constitución de EU”, indica y restó importancia a que ya fue juzgado en Nueva York al insistir que fue un proceso “ilegal” por la forma en que ocurrió la extradición.

Igualmente, se indica a Trump en la carta que a la madre de Guzmán Loera, Consuelo Loera Pérez y a sus dos hijas se les negó el visado para viajar a EU y visitar a El Chapo, “lo que revela una pasión muy ruin, inhumana, ilegal y anticristiana de su parte al negarle a una anciana de 92 años la última oportunidad de poder ver y abrazar a su hijo”.

La carta está acompañada de una copia del correo electrónico enviado a Loera Pérez el 5 de julio en la que se le informa que no es elegible para el permiso basado en que la Ley de Inmigración prohíbe que se emita un visado “a cualquier persona que haya estado involucrada en el tráfico ilícito de cualquier sustancia controlada o es el familiar inmediato de un traficante”.

También destaca que el dinero que el Departamento de Justicia ha pedido que se le confisque a Guzmán Loera, resultado del narcotráfico, le pertenece al pueblo mexicano.

ADELANTO | “Imaginé una escena: un comando del Cártel intentando rescatar a su líder en pleno NY”

sábado, julio 6th, 2019

A este narcotraficante nacido en la ranchería de La Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa, lo persigue una estela de mitos, misterios, leyendas, mentiras, traiciones, amores, desamores, muerte y actos de caridad que me tomaría meses resumir en cientos de páginas, escribe J. Jesús Esquivel en El juicio: Crónica de la caída del Chapo. 

Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– J. Jesús Esquivel, uno de los periodistas mexicanos que mejor conocen el mundo del narco y el único que ha documentado esta realidad tal y como la enfocan las autoridades norteamericanas, entrega con este libro la más original de las crónicas sobre el proceso judicial que el Gobierno de Estados Unidos ejecutó en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán. No sólo se trata de una descripción completa, fiel y crítica del proceso que muchos han llamado “el juicio del siglo”, sino que recurriendo a distintas herramientas periodísticas y narrativas (incluyendo una entrevista exclusiva a Emma Coronel, esposa de Guzmán Loera) el autor ha montado un auténtico thriller legal.

Pero la riqueza de contenido del libro trasciende los registros anecdóticos, el desfile de testigos, peritos y policías, así como las evidencias presentadas en contra del inculpado y el exhibicionismo criminal que se dio en la Corte Federal del Distrito Este, en Brooklyn, Nueva York. Lo que también leemos en estas páginas es la hipocresía del sistema penal estadounidense y la perversión de la guerra contra las drogas.

*La información anterior pertenece a Penguin Random House Grupo Editorial.

SinEmbargo comparte un fragmento de El juicio: Crónica de la caída del Chapo, un libro de J. Jesús Esquivel. Cortesía otorgada con el permiso de Penguin Random House.

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Introducción

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”, es indiscutiblemente el criminal mexicano más famoso en el mundo.

A este narcotraficante nacido en la ranchería de La Tuna, municipio de Badiraguato, Sinaloa, lo persigue una estela de mitos, misterios, leyendas, mentiras, traiciones, amores, desamores, muerte y actos de caridad que me tomaría meses resumir en cientos de páginas.

Nadie como “El Chapo” acapara la atención y fascinación de gran parte de la población mexicana que —debido a esa anomalía llamada “narcocultura”, que no debería tener cabida en la cultura de México— considera que el criminal es víctima y no victimario.

Bonachón, traga años y mujeriego, “El Chapo” es un caso peculiar de la historia criminal y del narcotráfico internacional.

Su extradición a Estados Unidos, después de haber exhibido la corrupción al más alto nivel en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, con su espectacular fuga por un túnel de más de kilómetro y medio de longitud construido debajo de su celda en el penal del Altiplano, acabó de tajo con la novela del capo sinaloense.

El Gobierno de Estados Unidos —y de manera significativa la dea— estaba ansioso de usar a este capo para demostrar que aplica la justicia sin cortapisas.

El juicio al que el Departamento de Justicia sometió a Guzmán Loera en la Corte Federal del Distrito Este, en Brooklyn, Nueva York, mostró por qué los narcotraficantes latinoamericanos y de cualquier parte del planeta temen ser extraditados a Estados Unidos, el fracaso de la guerra contra las drogas que inició Richard Nixon, y la hipocresía de la DEA —a cuya colusión con criminales de la peor calaña llama “acuerdos de cooperación”, y que nunca de los nuncas, pase lo que pase, actuará contra las instituciones financieras y bancarias estadounidenses, que lavan miles de millones de dólares provenientes de la venta de los enervantes; de hacerlo levantaría la tapa a una cloaca de la que brotaría una podredumbre que salpicaría a muchos “honorables ciudadanos”.

En términos periodísticos, el haber tenido la oportunidad de cubrir el juicio del “Chapo” fue una experiencia retadora. El hecho de que llevo muchos años como corresponsal mexicano en Estados Unidos me facilitó el trabajo en la corte de Brooklyn. Este libro nace de la inquietud de exponer las diferencias de los sistemas judiciales entre Estados Unidos y México, sin exonerar a ninguno de sus pecados de narcocorrupción en sus respectivas dimensiones.

Durante las extenuantes 38 audiencias que duró el juicio, excluyendo las seis que a puerta cerrada realizó el jurado que declaró culpable al “Chapo”, palpé entre la sociedad mexicana ese cinismo que nos caracteriza cuando, sin entender procesos, emitimos fallos y opiniones infundadas.

“Que lo maten”, “lo van a hacer testigo protegido”, “lo van a obligar a declarar contra políticos mexicanos” y “ése no es “El Chapo”, es un impostor que se parece a él” son algunos de los comentarios que leí y escuché en las redes sociales durante el proceso contra el capo.

El sistema judicial de Estados Unidos tiene una diferencia fundamental respecto del de México: el respeto y cumplimiento cabal de la presunción de inocencia. Hasta “El Chapo”, siendo extranjero, disfrutó de ese derecho sagrado en materia de derechos civiles y humanos en Estados Unidos.

Su debilidad por los reflectores, la publicidad y las mujeres no le daban a Guzmán Loera la menor posibilidad de que lo declararan inocente: él mismo se incriminó en el video que le mandó a la actriz Kate del Castillo, en el que admite participar en el tráfico de drogas. Antes del juicio en Brooklyn, millones de personas vieron ese video en YouTube.

Sin embargo, ante los ojos del sistema judicial estadounidense, Guzmán Loera no era culpable a menos de que le demostraran lo contrario, y de eso se trató el largo e interesante juicio en Brooklyn.

Nunca, desde que nacieron las redes sociales, la prensa había reportado un proceso judicial en Estados Unidos como lo hizo con el de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera.

La popularidad de las narcotelenovelas, novelas y series de televisión que hacen apología de los narcotraficantes le pusieron un toque de morbo al proceso.

La presencia en la corte de Emma Coronel, esposa del “Chapo”, fue sin lugar a dudas un aliciente para ese público que seguía el proceso como un espectáculo y no como lo que era: un juicio.

Decenas de narcos famosos, asesinos confesos, expertos que hicieron lo que les instruyó la fiscalía y agentes estadounidenses —algunos de los cuales admitieron haber mentido a las autoridades— desfilaron ante “El Chapo” para acusarlo de todo.

Miles de folios, decenas de fotografías, grabaciones de conversaciones telefónicas y videos fueron presentados ante el jurado como documentos de prueba por el Gobierno estadounidense para sustentar sus acusaciones.

“El Chapo”, por medio de sus abogados —Eduardo Balarezo, Jeffrey Lichtman y William Purpura— tuvo el derecho a defenderse y tildar de mentirosos y tendenciosos a los testigos del Gobierno, que no hicieron otra cosa que contar las fechorías que cometieron al lado del acusado.

El del “Chapo” fue un proceso judicial abierto al público, transparente, que se hizo conforme a los reglamentos judiciales que marca la ley, más allá del morbo, de lo mediático y escandaloso que también fue.

Criminales y narcos de la talla del “Vicentillo”, “El Licenciado”, “El Rey Zambada”, Álex y Jorge Milton Cifuentes Villa, y “Chupeta”, bajo juramento, traicionaron al “Chapo” para intentar salvar su propio pellejo.

No puedo negar que, en momentos, los que estábamos en la sala del juez Cogan parecíamos ser parte del elenco de una película.

Este libro está basado en los apuntes que tomé en cuatro cuadernos durante mi cobertura de las audiencias del juicio. Lo que hay en las páginas de este trabajo son crónicas hechas por un reportero. Las frases textuales de este trabajo pueden no ser precisas. No sé taquigrafía y en las cortes federales de Estados Unidos está prohibido el uso de grabadoras, teléfonos y cámaras fotográficas durante los juicios. Las únicas herramientas permitidas a los reporteros son papel y pluma.

Todo lo que se expuso en el juicio como documento de prueba, de defensa y la transcripción de lo que se declaró —sin excepción— es del dominio público en Estados Unidos.

Esos expedientes “no son documentos exclusivos ni secretos” como luego claman varios reporteros cuando, tarde, los obtienen. En Estados Unidos se paga para conseguir las transcripciones de procesos penales.

En un futuro, dentro de varios meses, cuando estén disponibles los documentos del juicio contra “El Chapo”, seguramente quienes los adquieran encontrarán diferencias con mis citas, tomadas de las notas en mis cuadernos. No temo a eso: será muy válido y justo si me reprochan los errores.

Carezco de memoria fotográfica y, aunque en segundo de secundaria cursé el taller de taquimecanografía —sólo porque a esos talleres se inscribían todas las compañeras—, me fue imposible transcribir todo con precisión absoluta y a toda velocidad.

Espero que después de leer este libro, el lector tenga más elementos para concluir si “El Chapo” es en verdad el capo de capos del narcotráfico de México o un simple mito: el campesino que por necesidad y ante la pobreza se transformó en esa leyenda viviente.

Brooklyn, Nueva York, marzo de 2019

***

Noviembre

Martes 13 de noviembre de 2018

Soportaba el frío gracias a la adrenalina. Aún era de madrugada y yo, en pleno noviembre, caminaba aterido por las calles de Nueva York. Me dirigía a la corte. Iba tan temprano porque un colega me había advertido: las medidas de seguridad serán extremas y habrá mucha prensa.

A las 5:15 de la mañana el barrio de Brooklyn aún estaba a oscuras, pero desde lejos relumbraba el operativo para resguardar la Corte Federal del Distrito Este. La rodeaban decenas de policías neoyorquinos y alguaciles federales (US Marshals). Parecía un despliegue exagerado, pero se explicaba a la vista del mensaje que el Gobierno de Donald Trump quería enviar: Estados Unidos es más fuerte que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, el “criminal más buscado del mundo”, según lo había bautizado la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).

No pude evitar una sonrisa al observar semejante espectáculo de uniformes, toletes y luces. Todo se debía a un hombre de 1.55 metros de estatura, nacido en un rancho perdido de Badiraguato, Sinaloa, hace poco más de 60 años. Me imaginé una escena hollywoodense: un comando del Cártel de Sinaloa intentando rescatar a su líder en pleno Nueva York…

Al acercarme, vi la larga fila de reporteros que aguardaban el arranque del juicio. Calculé unas 60 o 70 personas delante de mí.

Habían empezado a formarse a las 2:00 de la mañana, supe, y la puerta de la corte se abriría a las 7:00.

Horas después, cuando al fin nos permitieron pasar, los guardias nos informaron que todos, sin excepción, debíamos quitarnos el reloj, los abrigos, sacos o chamarras, las bufandas, guantes, gorros y el cinturón para hacerlos pasar por un escáner como los que hay en los aeropuertos. A gritos, los alguaciles nos ordenaban colocar los aparatos electrónicos en otra charola.

Tras el larguísimo proceso, revisaron nuestra acreditación, en la que se leía el número y nombre del caso 1:09-cr-00466-BMCRLM. Y nos informaron que el juicio sería en el octavo piso. Ahí despacha el juez Brian Cogan.

Hacia allá nos dirigimos. Más gritos de alguaciles, más revisiones, minutos y minutos de espera. Los agentes informaron que sólo cabrían 54 personas en la sala principal, y otras más en una sala adicional.

A las 8:45 de la mañana el primer recinto se había llenado. Y yo no había logrado entrar. Pero a las 9:10 ya me había sentado en una de las largas e incómodas bancas de madera de la sala adicional, al lado de mi amigo David Brooks, corresponsal de La Jornada. Comentamos el simbolismo de esas bancas, tan similares a las de las iglesias: te hacen sentir en el cuerpo el rigor de la justicia. “Es el sacrificio para exculparte o condenarte por tus pecados, el martirio lo sientes en las nalgas”, le dije a David.

En los monitores que mostraban el proceso podíamos ver las mesas que ocuparían los fiscales del Departamento de Justicia y los tres abogados de Guzmán Loera: Eduardo Balarezo, Jeffrey Lichtman y William Purpura. Pero no mostraban ni el rostro del juez ni el de los 12 integrantes del jurado.

Faltando cinco minutos para que apareciera Cogan, se abrió la puerta del costado izquierdo de la sala y, escoltado por dos policías, salió “El Chapo”. Vestía traje azul, camisa blanca, corbata azul y zapatos cafés. Se veía tranquilo.

Los alguaciles lo sentaron tras la mesa, flanqueado por sus defensores.

No llevaba bigote, y en el pelo negro no se veía una sola cana. Algunos reporteros aventuraban que se había teñido el cabello.

Joaquín volteó hacia su izquierda —hacia el público— y sonrió. Los reporteros de la sala secundaria no podíamos corroborar a quién, pero asumimos que había sido a su esposa, Emma Coronel, de 29 años. Después me enteré de que ella había llegado ataviada con un vestido negro y zapatos del mismo color y tacón alto y delgado como aguja.

Entonces ingresó el juez Cogan. “Buenos días, señor Guzmán”, le dijo en inglés, y el narcotraficante le respondió lo mismo. Así comenzaba el juicio al narcotraficante más conocido durante las últimas tres décadas. El narco más famoso del mundo.

***

Cogan inició la audiencia con la noticia de que la defensa y los fiscales tendrían que definir una situación imprevista: una de las integrantes del jurado estaba aterrada. Determinar el futuro del “Chapo” le causaba pavor y le ponía los nervios de punta. “Llora mucho por la ansiedad, y no quisiera que se pusiera a llorar por lo que aquí se diga”, explicó el juez. “Y está el caso de otro de los jurados, un hombre que no tiene empleo y teme que no pueda aguantar el proceso de este caso sin obtener ingresos”.

El juez llamó a los abogados a una oficina aparte para discutir las sustituciones. Y la resolución de lo que parecía un asunto menor demoró cinco horas. A ese ritmo no parecía que el juicio fuera a durar los tres o cuatro meses que había calculado la fiscalía.

Al fin regresaron, con la buena nueva de que avalaban los cambios. Cogan decidió, entonces, dirigirse al jurado en pleno. Les recordó que ellos eran los más importantes en el proceso. La fiscalía debería demostrarles sus afirmaciones con evidencias y pruebas irrefutables: “Les recomiendo evitar cualquier información referente a este caso. No vean las noticias en la televisión, periódico o radio, eviten recurrir a sus redes sociales, Twitter, Facebook o Instagram. Entre ustedes no pueden hablar del asunto, mucho menos en casa con sus familiares. Ni en las calles con amigos, con nadie”.

Ahí empezó lo sustancial.

El juez Cogan cedió la palabra al fiscal, Adam Fels, quien a nombre del gobierno de Estados Unidos dijo que a Guzmán Loera se le imputaban 10 delitos relacionados con la asociación ilícita para traficar drogas y para lavar dinero procedente de la venta de todo tipo de narcóticos.

“El Chapo” se inició en el narcotráfico en los años setenta, contó Fels. El oriundo del rancho La Tuna comenzó con la mariguana que se sembraba en Sinaloa. A él le tocaba llevarla a la frontera norte y meterla a Estados Unidos.

Astuto en eso de evadir a los agentes federales, según Fels, lo que a otros narcotraficantes les tomaba semanas, al “Chapo” sólo un par de días o apenas unas cuantas horas; era raudo para meter los cargamentos a territorio estadounidense. “Fue cuando comenzó a usar túneles para introducir la droga”, relató el fiscal del Departamento de Justicia.

La mirada de Guzmán Loera estaba fija en su acusador. Ya en la década de los ochenta, continuó Fels, “El Chapo” hizo contacto con narcotraficantes colombianos para ayudarlos a traficar cocaína a cambio de un porcentaje de la venta. “Les prometió meterla en poco tiempo y los convenció… usando los túneles lo lograba. Los colombianos estaban complacidos, por eso le pusieron el apodo de El Rápido.”

Poco después, “El Chapo” revolucionó el trasiego de drogas con el uso de aeroplanos. “En la década de los noventa metía a Estados Unidos cientos de toneladas de cocaína colombiana por túneles, avionetas y aviones grandes, como los DC10.”

Con ese último dato quedó claro cuán interesado estaba el Gobierno de Estados Unidos en presentar a Joaquín como el gran capo de capos: en la historia del tráfico de drogas en México, el transporte aéreo de droga a escala masiva se le achaca a Amado Carillo Fuentes, otrora líder del Cártel de Juárez. Por ello se ganó el apodo de “El Señor de los Cielos”.

Con su modo de operar, dijo Fels, “El Chapo” logró triplicar el valor de la cocaína en las calles estadounidenses. “Metía droga por túneles, autos, camiones de carga, trenes, tractocamiones, aviones y submarinos.”

Para entonces, “El Chapo” ya estaba en el radar de las autoridades. Así que en 1993 se fue a Guatemala. Sin embargo, la distancia no lo libró. Fue detenido y rápidamente entregado al gobierno mexicano. Para él fue una desgracia a medias: estuvo ocho años en prisión, pero gracias a la corrupción que fomentó, siguió controlando su negocio desde la cárcel, con toda tranquilidad.

“El acusado sabía que el gobierno de México lo iba a extraditar a Estados Unidos, por eso sus socios lo ayudaron a escapar de la cárcel en 2001 (el 19 de enero). Libre, se atrincheró en la sierra de Sinaloa y se rodeó de un gran ejército de pistoleros; se hizo más organizado y poderoso”, continuó el fiscal.

Desde su fuga de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, hasta 2016, “El Chapo” estableció una alianza con Ismael “El Mayo” Zambada García. Fels aseguró que ambos narcos se encumbraron como los líderes del Cártel de Sinaloa, se dedicaron a matar gente y a corromper a las autoridades para que les facilitaran la “exportación” a Estados Unidos de toneladas y toneladas de cocaína, mariguana y otras drogas.

“Tenían en su nómina al ejército mexicano, a policías y a funcionarios de todos los niveles para que nadie interfiriera en sus actividades y para enterarse con anticipación de operativos militares y policiales.”

También responsabilizó a Guzmán Loera de haber provocado la guerra de 2006 por el control de Ciudad Juárez.

“Les vamos a presentar las pruebas —se dirigió al jurado— de que este hombre es un delincuente de gran peligrosidad, un desalmado y asesino de sangre fría. Con documentos, fotografías y grabaciones de conversaciones telefónicas interceptadas, ustedes escucharán de viva voz al acusado dirigir operaciones de tráfico de drogas y dar la orden para que se cometan asesinatos…”

Incluso, dijo, ordenó el asesinato de integrantes de su familia. “Les mostraremos un video en el que se ve al acusado dar la orden a sus pistoleros para que, mediante tortura, interroguen a un integrante de una banda contraria, a quien finalmente asesinan. En el video ustedes verán al acusado jalar del gatillo.”

En sentido estricto, el video no tendría relevancia jurídicamente hablando: Estados Unidos no puede juzgar al “Chapo” por un delito cometido en México. El juicio en Brooklyn se concentra en los 10 cargos que le imputan, ningún otro. Ahora bien, exhibir la grabación evidenciaría el talante brutal de Guzmán Loera. Forjaría en la mente de los jurados la idea de que, si no lo envían a la cárcel de por vida, pondrían en riesgo la vida de muchas otras personas.

“Con sus compinches se comunicaba a través de métodos secretos y encriptados usando teléfonos celulares, aplicaciones computarizadas y una red altamente sofisticada en materia tecnológica para espiar al gobierno y a sus enemigos. Era el cabecilla de un imperio del tráfico de drogas”, machacaba el fiscal.

En esa primera intervención, Fels narró cómo “El Chapo” volvió a ser capturado… y cómo escapó nuevamente de otra prisión de alta seguridad, la del Altiplano, en Almoloya de Juárez, a través de un túnel de más de un kilómetro de longitud. En 2015 lo recapturaron y enviaron a otra prisión de alta seguridad, esta vez a la de Ciudad Juárez.

“Lo extraditaron a Estados Unidos (el 19 de enero de 2017) porque ya estaba planeando otra fuga”, aseguró.

El gobierno federal explicó que probaría sus señalamientos mediante los testimonios de agentes federales en funciones y jubilados, narcotraficantes asociados y rivales del “Chapo”.

A lo largo de todo el proceso, estos últimos serían particularmente relevantes. Son criminales entregados por las autoridades mexicanas a las estadounidenses que ya han sido juzgados pero no sentenciados, que esperan comprar, con sus declaraciones, la benevolencia de la Unión Americana.

Con su imperio, Guzmán Loera amasó una fortuna de por lo menos 14 mil millones de dólares, de acuerdo con Fels.

Disfrutaba el uso de las armas de grueso calibre. Tenía un cuerno de chivo chapada en oro. También una R-15, y una pistola calibre .38 que tenía diamantes incrustados en las cachas y, con oro, tres letras marcadas: JGL.

Y Fels guardó silencio.

Tocó el turno para hablar a la defensa de Guzmán Loera. Lichtman —abogado conocido por haber defendido a uno de los más famosos y temidos padrinos de la Cosa Nostra, John Gotti— se levantó de su cómodo asiento de piel y sonriente dijo: “Voy a contarles la otra cara de la historia. De cómo trabajan en complicidad los gobiernos de Estados Unidos y México, países de Centro y Sudamérica.

” Es la historia de cómo las agencias federales corruptas de Estados Unidos, como la DEA, por décadas han permitido operar a capos de la droga. No lo digo yo, viene directamente de la boca de los testigos del gobierno, que mienten y cometen crímenes todos los días”.

Desde hace muchos años y en descarada complicidad, expuso el defensor ante el jurado, los gobiernos de Estados Unidos y México se empecinan en capturar, procesar y sentenciar a narcotraficantes que les son incómodos. “No pueden confiarse en que les dirán la verdad. La DEA soborna a criminales y funcionarios (mexicanos) y obstruye la justicia para su propio beneficio.”

La exposición de la parte defensora adelantaba una estrategia fincada en usar las propias armas del Gobierno de Estados Unidos para exonerar a Guzmán Loera. Eso le agregaba intereses y morbo al ya intrigante y escandaloso proceso judicial.

“A los criminales-testigos que presentarán ante ustedes, la DEA les ha otorgado visas, les ha cambiado la identidad y los deja vivir libremente aquí, entre nosotros”, atizaba el abogado. “Guzmán Loera es el premio mayor de la fiscalía, es lo mejor que podía haber soñado en décadas… Pero todo es un mito. En el Cártel de Sinaloa hay muchos líderes y fracciones que están en guerra entre ellos. Mi cliente no tiene los miles de millones de dólares ni los misiles que le atribuyen. El Chapo es más mito que leyenda, y lo dice la DEA en un correo electrónico que mostraremos como evidencia”, zanjó.

En conclusión, dijo, “El Chapo” es un chivo expiatorio de ambos gobiernos ante sus problemas de narcocorrupción. Ha sido así desde el 24 de mayo de 1993, cuando en el aeropuerto internacional de Guadalajara, Jalisco, “asesinaron al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Supuestamente el Cártel de los Arellano Félix (de Tijuana) confundió al cardenal con el señor Guzmán. Ambos viajaban en autos similares. Lo mataron a sangre fría y probablemente por órdenes del gobierno, ya que el cardenal denunciaba la corrupción por drogas. Necesitaban a un chivo expiatorio para ocultar las verdaderas razones del asesinato y usaron al Chapo”.

El verdadero “capo de las drogas de México”, abundó, es El Mayo Zambada y nadie está haciendo nada por detenerlo. “Tiene 70 años y 40 de carrera delictiva. Paga dinero a todo el gobierno. Pagó cientos de millones de dólares en sobornos al actual presidente (Enrique Peña Nieto) y al anterior (Felipe Calderón)”, declaró Lichtman, consciente de que había lanzado la primera granada con esquirlas noticiosas de gran alcance político.

Aseguró que a esto se agregaba el hecho de que un hermano del capo y dos de sus hijos —entre éstos Jesús Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo— son testigos protegidos del gobierno de Estados Unidos y actualmente cooperan con la dea.

El Vicentillo, de hecho, declararía más tarde en el juicio contra El Chapo.

“La guerra de Estados Unidos contra las drogas es un fracaso”, aseveró Lichtman al cierre de su argumentación. “Como lo muestran las estadísticas oficiales, de 1993 a 2017 no ha bajado el flujo a Estados Unidos de cocaína y heroína: los verdaderos culpables y líderes del tráfico de narcóticos viven libres y tranquilos en México”, remató.

Miércoles 14 de noviembre de 2018

La perorata del abogado del Chapo surtió efecto. Los medios las retomaron, y tanto Peña Nieto como Calderón rechazaron las acusaciones con vehemencia.

La frase pronunciada por Lichtman generó en México la idea de que la fracción comandada por El Mayo fue la protegida del gobierno federal durante los últimos dos sexenios a costa de la del “humilde narcotraficante” que vendía naranjas y pan cuando era niño en La Tuna. Las redes ardían.

Pero en Brooklyn, la temperatura era de tres grados bajo cero. De nuevo los reporteros comenzaron a formarse desde las 2:00 de la mañana, pero ahora con un poco más de orden. Y durante la sesión de hoy, supimos, sí podríamos ir al baño.

Horas después, ya dentro de la sala del juicio, el grillete electrónico que le colocaron al Chapo en torno a su pierna izquierda era muy evidente, debido a la estrechez del pantalón que traía puesto.

Una vez sentados los integrantes del jurado en sus cómodos sillones de piel, el juez Cogan les ordenó que “desatendieran” la parte en la que Lichtman mencionó los presuntos sobornos a funcionarios del gobierno de México. Esos sobornos supuestamente los hizo “alguien más” (El Mayo Zambada) y no el acusado. Por tanto, esa parte “no era admisible” y “quedaba desestimada”.

Acto seguido, instruyó a Lichtman para que continuara con el argumento de apertura que había dejado inconcluso la sesión anterior, recordándole que se abstuviera de hacer referencia a asuntos que no estuvieran directamente ligados al Chapo. “Esto no es un show de Broadway”, remarcó Cogan.

Tranquilamente, el abogado reanudó su exposición, e insistió en el poder del Mayo. Y para “confirmar” su dicho, mencionó una de las fugas de su cliente, la del penal del Altiplano, mediante un túnel. “¿Cómo fue que lo construyó sin que nadie se enterara?” Si las autoridades se hicieron de la vista gorda mientras se construía el túnel en Almoloya, arguyó, fue porque El Mayo Zambada le ayudó a su compadre con la edificación.

“Al señor Guzmán Loera le gusta disfrutar de la publicidad y ser reconocido”, fue lo único que admitió Lichtman ante el jurado. Y cerró su introducción.

El equipo de siete fiscales, entonces, llamó a su primer testigo: Carlos Salazar, un agente jubilado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ice, por sus siglas en inglés) que estuvo asignado al área fronteriza de Arizona desde 1990 hasta 2010, cuando se retiró.

El exoficial federal contó que durante varios años fungió como agente encubierto de ice asignado al combate del trasiego de narcóticos.

Guiado por las preguntas que le hacía el fiscal Adam Fels, Salazar reveló que el 11 de mayo de 1990, en la ciudad fronteriza de Douglas (que colinda con Agua Prieta, Sonora) descubrieron un túnel en una bodega, que llevaba a una casa en el lado mexicano.

“Los que habitaban la casa escaparon momentos antes de que junto a los policías mexicanos hiciéramos el cateo, alguien les avisó”. Todo estaba asociado al narcotraficante Rafael Camarena, apuntó.

Mientras el exagente federal hablaba, El Chapo hacía apuntes en un cuaderno de papel amarillo de rayas, sentado entre Balarezo y la traductora de turno, y vigilado por dos alguaciles federales que cada hora y media eran sustituidos.

Cuando la fiscalía terminó su interrogatorio, William Purpura se levantó de la silla para hacer lo mismo por parte de la defensa.

Conciso, al abogado del Chapo sólo le tomó 10 minutos admitir y hacer notar a Salazar que tanto el túnel como la casa en Agua Prieta y la bodega en Douglas pertenecían a Camarena y no al acusado. Etiquetó como “increíble” que los agentes aduanales de Estados Unidos no hubieran descubierto antes el túnel, tomando en cuenta que el inmueble usado como bodega o supuesta base de descarga de drogas se encontraba a dos cuadras de la oficina de ice en Douglas. “No más preguntas, su señoría”.

El segundo testigo de los fiscales fue el exquímico forense de la dea, Robert C. Arnold, quien habló de su larga experiencia y carrera en los laboratorios del gobierno federal.

Las preguntas de Fels condujeron al forense a que explicara el minucioso sistema con el que en los laboratorios hacen pruebas a las drogas que se confiscan en Estados Unidos.

Arnold anotó que los 929.4 kilos de cocaína confiscada en Phoenix, Arizona, en fechas que coincidieron con el descubrimiento del túnel en Agua Prieta y Douglas, eran de procedencia colombiana, con una pureza de 95 por ciento.

Como el químico forense no vinculó lo que explicó al jurado con El Chapo, Purpura declinó su turno para cuestionarlo.

Jesús Zambada García, El Rey, fue el tercer testigo del Departamento de Justicia y el primer narcotraficante mexicano en sentarse a la diestra del juez Cogan.

Cuando El Rey entró en la sala de la corte —resguardado por un par de alguaciles federales, vestido con el tradicional overol que usan los presos federales en Estados Unidos—, El Chapo se echó para atrás en su silla y cruzó los brazos. Intercambiaron miradas brevemente. Zambada García levantó su mano derecha y juró declarar la verdad.

A diferencia de los abogados o de los fiscales para el caso de los argumentos de apertura en un juicio, los testigos están obligados a rendir juramento. Si llegasen a mentir y se les comprobara, […]

Juez de EU da un mes a abogados de “El Chapo” para que soliciten la repetición del juicio

lunes, febrero 25th, 2019

La Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn (Nueva York) informó que el juez había concedido en una orden la ampliación del plazo para pedir un nuevo juicio que la defensa del Chapo solicitó el pasado viernes luego de que supuestamente cinco miembros del jurado habrían incumplido las órdenes de Cogan.

En una entrevista con el diario VICE, uno de los miembros del jurado, bajo la condición de anonimato, declaró que consultaban de manera constante las redes sociales de los reporteros que asistían a la corte y que, en varias ocasiones, engañaron al juez al respecto.

Nueva York, Estados Unidos, 25 de febrero (EFE).- El juez estadounidense Brian Cogan, encargado del juicio en Estados Unidos a Joaquín “El Chapo” Guzmán, dio un mes más a la defensa del narcotraficante mexicano para solicitar un nuevo juicio, después de saberse que algunos miembros del jurado pueden haber incumplido las normas del magistrado en varias ocasiones.

El pasado 12 de febrero, el Chapo Guzmán, antiguo líder del cártel de Sinaloa, fue declarado culpable de diez delitos de narcotráfico por un jurado que deliberó durante seis días, en un proceso que duró casi cuatro meses.

La Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn (Nueva York) informó que el juez había concedido en una orden la ampliación del plazo para pedir un nuevo juicio que la defensa del Chapo solicitó el pasado viernes, después de saberse que al menos cinco miembros del jurado habrían incumplido las órdenes de Cogan de no informarse del caso a través de los medios de comunicación durante el juicio.

La defensa del Chapo pidió una extensión adicional de un mes al plazo de catorce días desde el veredicto del jurado para solicitar un nuevo juicio, debido a la nueva información que se había conocido y que podría haber afectado a su cliente.


El juez recordó en cada una de las sesiones del proceso que los miembros del jurado no podían informarse sobre el caso contra el capo mexicano a través de los medios o redes sociales para no contaminarse a la hora de deliberar.

Sin embargo, en una entrevista con el diario Vice, uno de los miembros del jurado, bajo la condición de anonimato, declaró que consultaban de manera constante las redes sociales de los reporteros que asistían a la corte y que, en varias ocasiones, engañaron al juez al respecto.

La más sonada habría sido cuando, el fin de semana previo al inicio de las deliberaciones, se publicaron ciertos documentos judiciales que aseguraban que el Chapo había pagado por mantener sexo con niñas.
Según este miembro del jurado, se enteró por Twitter de que el magistrado podría reunirse con ellos, así que avisó a los otros miembros del jurado que, si habían visto lo que sucedió, mantuvieran una expresión serena y lo negaran.

El jurado del caso contra “El Chapo” Guzmán en EU anuncia que está listo para leer su veredicto

martes, febrero 12th, 2019

El jurado que definirá el futuro del capo mexicano anunció que ha llegado a un veredicto. Joaquín Guzmán Loera está a minutos de conocer su futuro ante los cargos que se le imputaron en una corte federal de Nueva York, Estados Unidos.

Nueva York, Estados Unidos, 12 de febrero (EFE).— Las ocho mujeres y cuatro hombres que componen en Nueva York el jurado del juicio por narcotráfico contra Joaquín “El Chapo” Guzmán han informado, en su sexto día de deliberaciones, que ya están preparados para emitir su veredicto final sobre los cargos contra el mexicano, informó la Fiscalía de Estados Unidos.

Ayer, después de más de treinta horas de reunión entre el jurado que decide sobre el futuro del mexicano, los miembros parecían atascados todavía en el primer cargo de narcotráfico contra Guzmán, el de mantenimiento de una empresa criminal continuada.

“¿Una violación tiene que ser probada o no probada de manera unánime?”, preguntaron en una nota entregada al juez del caso en la corte federal de Brooklyn (Nueva York), Brian Cogan, quien la leyó en voz alta a las partes.

El primer cargo es el más importante de los diez que la Fiscalía estadounidense acusa al Chapo y abarca 27 violaciones -relacionadas con envíos de drogas y encargos de asesinato-, y su condena de culpabilidad en este delito podría suponer la cadena perpetua.

En concreto, las violaciones en las que los jurados parece que no han encontrado el quórum son, al menos, la 16 y la 18, ambas relacionadas con envíos de cocaína desde Colombia, de 19 mil kilos el primero y más de 4 mil en el segundo.

Esta conclusión se desprende de otra de las peticiones que hizo el jurado, en la que requirió el testimonio de un agente de la DEA que participó en los decomisos de dichos envíos de droga, que se produjeron en barcos y en un submarino.

Sin embargo, Cogan acordó con la fiscalía y la defensa remitir al jurado las instrucciones sobre la deliberación que el juez leyó hace una semana en la sala, en las que se indicaba que, para declarar culpable a Guzmán del primer cargo, tendrían que concluir de manera unánime su culpabilidad en al menos tres de los cargos.

 El alegato que requirieron fue leído en voz alta por las taquígrafas de la Corte, aunque el juez decidió que un segundo testimonio, de un guardacosta estadounidense que participó en las mismas incautaciones, les fuera entregado impreso para ahorrar tiempo.

El hecho de que los jurados presenten dudas y la deliberación se alargue es una pequeña victoria para la defensa del Chapo, que hoy saludó jovial a sus abogados ante la corte a última hora de la tarde, vistiendo un traje azul oscuro y corbata de rayas.

Justo después saludó con un ademán a su esposa Emma Coronel, sentada entre el público, a pesar de que el juez prohibió ese tipo de intercambios.

El juicio contra el presunto narcotraficante, el caso más importante de esta índole que se ha celebrado en Estados Unidos, se encuentra a punto de entrar en su cuarto mes, después de las testificales de 56 testigos presentados por la fiscalía, 14 de ellos cooperantes con el Gobierno, frente a solo uno de la defensa.

A pesar de que fuentes cercanas al caso esperaban una rápida conclusión de las deliberaciones -solo uno o dos días-, los jurados han requerido las transcripciones de semanas de interrogatorios desde que arrancaron sus reuniones el pasado lunes 4 de febrero.

Entre dichos interrogatorios, se encuentran algunos antiguos colaboradores muy cercanos del Chapo, como Jesús “Rey” Zambada y Vicentillo Zambada -hermano e hijo de Ismael “Mayo” Zambada, respectivamente-, su antigua “mano derecha y mano izquierda” Dámaso López, o Juan Carlos Ramírez Abadía “Chupeta”, que fue líder del cartel colombiano del Norte del Valle.

La deliberación continuará mañana martes en la sexta jornada de deliberación de un juicio que se ha celebrado entre las máximas medidas de seguridad tras las dos fugas de El Chapo Guzmán de prisiones en México.

Jurado continúa este lunes en Nueva York las deliberaciones del juicio contra el Chapo

lunes, febrero 11th, 2019

Luego de tres días de descanso, los ciudadanos que conforman el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán se reunirán hoy para continuar en su trabajo por deliberar las acusaciones contra el supuesto líder del Cartel de Sinaloa.

Las ocho mujeres y cuatro hombres que conforman el juicio contra Guzmán Loera se reunirán, para considerar el testimonio del colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía “Chupeta”, que fue líder del cartel del Norte del Valle en su país.

Nueva York, Estados Unidos, 10 de febrero (EFE).- El jurado que evalúa la evidencia del juicio contra Joaquín “el Chapo” Guzman Loera reanuda este lunes sus deliberaciones, por quinto día, con miras a lograr un veredicto en el más importante caso por narcotráfico que se ha celebrado en Estados Unidos.

Las ocho mujeres y cuatro hombres que lo conforman se reunirán, luego de tres días de descanso, para considerar el testimonio del colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía “Chupeta”, que fue líder del cartel del Norte del Valle en su país.

Ramírez Abadía fue el principal abastecedor de cocaína al cartel de Sinaloa -del que según la Fiscalía Guzmán Loera era uno de sus líderes- entre 1990 y 2007, cuando fue arrestado en Brasil y luego extraditado a EU.

Reproducción fotográfica de un dibujo realizado por la artista Jane Rosenberg donde aparece el abogado Jeffrey Lichtman (i) dando los argumentos finales frente al juez de la corte federal de Brooklyn Brian Cogan (d), durante el juicio de su cliente, el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, hoy en el tribunal del Distrito Sur en Brooklyn, Nueva York (EU). Foto: Jane Rosenberg/ EFE

Los miembros del jurado pidieron el pasado jueves al juez Brian Cogan, que preside este caso, revisar parte del testimonio de “Chupeta”, quien apodó a Guzmán Loera “el rápido”, por la forma en que traficaba su cocaína desde Colombia a EU a comienzos de su relación comercial.

El jurado quiere revisar lo relacionado con los envíos de droga que hizo al cartel de Sinaloa entre 2003 y 2005, a los que llamó “juanitas” para evitar que las autoridades descubrieran que se trataba de cargamentos de droga si interceptaban llamadas telefónicas.

También pidieron revisar la parte del testimonio relacionado con el libro de contabilidad que el colombiano mantenía sobre todos los envíos de droga que hizo al cartel de Sinaloa.

En dicho libro registró además los asesinatos de unas 150 personas, entre ellas una que él mismo ejecutó, porque representaban peligro para él o la organización que dirigía.

Guzmán Loera enfrentó un juicio en la corte federal para el distrito este de Nueva York, en Brooklyn, por diez cargos relacionados con el narcotráfico, el principal el de mantener una empresa criminal continua, por los que podría ser condenado a cadena perpetua.

El juicio, que se extendió durante tres meses, se realizó bajo estrictas medidas de seguridad, entre ellas la de ser el único proceso judicial que se celebraba en el octavo piso del tribunal, además de un contingente de agentes de seguridad y miembros de la unidad canina dentro y fuera de la corte.

El jurado escuchó 56 testimonios, de los cuales 14 fueron cooperantes del Gobierno estadounidense, entre ellos Ramírez Abadía, sin duda el más impactante, tanto por su rostro desfigurado por cirugías plásticas para evitar ser reconocido por las autoridades, como por la frialdad con que habló de los asesinatos.

Los testigos, encarcelados en EU y que esperan una reducción de sentencia por su cooperación, eran socios del Chapo, como Chupeta, o empleados muy cercanos como Dámaso Alonso, Jesús “el Rey” Zambada y su sobrino Vicentillo Zambada, cuyos declaraciones ya revisó el jurado durante los primeros cuatro días de deliberaciones.

Durante los años al frente del cartel Norte del Valle, “Chupeta” exportó unas 400 mil toneladas de droga a EU, la mayoría con el cartel mexicano, para lo que se sirvieron de diversos medios de transporte como túneles, lanchas rápidas, embarcaciones de pesca y hasta latas de jalapeños.

Al jurado de este caso también le rodean estrictas medidas de seguridad, que incluyen la prohibición de divulgar sus nombres, dónde viven o trabajan, y ser escoltados diariamente desde su casa a la corte por alguaciles federales.

Este proceso ha provocado la presencia de una multitud de periodistas y curiosos y una gran expectativa por el desenlace del caso

“El Chapo” pagó por tener sexo con niñas, dice Fiscalía; el juicio acaba y prevén cadena perpetua

sábado, febrero 2nd, 2019

El juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán llegó a su fin esta semana luego de tres meses de presentar cerca de 56 testigos y decenas de pruebas en contra del presunto líder del Cartel de Sinaloa. A partir del lunes podría emitirse el veredicto del jurado que podría condenar a Guzmán a cadena perpetua.

De los 56 testigos que desfilaron ante el jurado, 14 eran antiguos colaboradores o socios del “El Chapo”, encarcelados en EU, bien porque fueron detenidos en el país, o porque fueron extraditados a territorio estadounidense.

Nueva York, Estados Unidos, 2 de febrero (EFE).– Joaquín “El Chapo” Guzmán pagó por tener sexo con niñas en “múltiples ocasiones” y las drogó previamente con “sustancias en polvo”, según revelan documentos del juicio hechos públicos por el tribunal en las últimas horas y cuyas alegaciones el presunto narcotraficante ha negado este sábado.

Se trata de algunos documentos de la Fiscalía que estaban sellados, que contenían testimonios no presentados ante el jurado durante el proceso y que el juez Brian Cogan, que lleva el caso en Nueva York, ha ordenado abrir tras la queja de varios medios.

El abogado de “El Chapo”, Eduardo Balarezo, comunicó hoy en un correo que el “Gobierno ha presentado públicamente documentos que contienen información extremadamente salaz” sobre su cliente y consideró “desafortunado” que ese material se haya revelado “justo antes de que el jurado empiece sus deliberaciones”.

De acuerdo a un testigo, una intermediaria de “El Chapo” conocida como “comadre María” le enviaba habitualmente fotografías de niñas para que el narcotraficante o uno de sus vasallos tuvieran sexo con ellas en los ranchos de su propiedad a cambio de unos 5 mil dólares.

El testigo que le dijo esto a la Fiscalía, el colombiano Alex Cifuentes, exsecretario de “El Chapo”, tuvo sexo en “tres o cuatro ocasiones” con niñas de unos 15 años, mientras que “vio al acusado hacer lo mismo en múltiples ocasiones” con niñas de tan corta edad como trece años, recoge el documento.

Cifuentes presuntamente ayudó al Chapo a drogar a las menores con las que quería acostarse “poniendo una sustancia en polvo en sus bebidas por orden del acusado” y, según recordó, a las niñas más pequeñas las llamaba “vitaminas” porque creía que tener actividad sexual con ellas “le daba vida”.

“Joaquín [“El Chapo] niega las alegaciones, que carecen de corroboración y fueron consideradas demasiado prejuiciosas y poco fiables para ser admitidas en el juicio”, expresó este sábado la defensa del presunto capo mexicano.

Si bien esos detalles sobre “comadre María” no se utilizaron en el juicio, Cifuentes identificó a esta mujer como el intermediario mediante el cual “El Chapo”habría pagado al expresidente de México Enrique Peña Nieto 100 millones de dólares en sobornos en octubre de 2012.

Otros documentos hechos públicos por el tribunal señalan cómo en el escape de prisión de 2001 “El Chapo” contó con una “red voluntaria” de colaboradores y una planificación “sustancial” por adelantado, y que una vez fugado contrató a medio centenar de personal militar.

Se ha conocido también que el juez ordenó bloquear preguntas a petición de la Fiscalía sobre una reunión de “El Chapo”con la DEA (autoridad antidroga de EE.UU.) mientras éste estaba encarcelado en 1998, en la que se ofreció a dar información sobre “rutas y lugares” que utilizaban los Arellano Félix, sus rivales.

Asimismo, el tribunal mandó a la defensa no revelar ni probar que una de las testigos, Lucero Sánchez, fue violada por “El Chapo”antes de involucrarse romántica y profesionalmente con él, ya que podría haber intentado “demostrar sesgo” por parte de ella.

Después de tres meses de juicio, esta semana la Fiscalía y la defensa hicieron sus alegatos finales en el proceso por narcotráfico contra “El Chapo” Guzmán, y a partir del lunes se espera el veredicto de un jurado que podría condenarlo a cadena perpetua.

Los alegatos finales de la Fiscalía de Estados Unidos y la defensa cerraron esta semana en Nueva York los tres meses del juicio por narcotráfico contra Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, que ahora tendrá que esperar a partir del lunes al veredicto de un jurado que podría condenarlo a cadena perpetua.

Estas son las claves de lo fue un juicio que en muchos aspectos se asemeja a lo narrado en las series de Netflix:

LOS CARGOS CONTRA “EL CHAPO”

La Fiscalía imputa al capo mexicano diez cargos, aunque el principal es el de participación continuada en una empresa criminal, que contiene a su vez los otros nueve, y que lo acusa de haber exportado desde 2003 a EU toneladas de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas.

De acuerdo con los datos que manejan las autoridades, como resultado de dicha empresa, “El Chapo” habría obtenido una fortuna de más de 14 mil millones de dólares.

Con las evidencias presentadas en el juicio por 56 testigos traídos por la Fiscalía, con 14 cooperantes relacionados con Guzmán, el Gobierno estadounidense pretende confirmar también delitos relacionados con la posesión y uso de armas de fuego, así como la conspiración para el blanqueo de dinero. De todos estos delitos el acusado se declara “no culpable”.

De los 56 testigos que desfilaron ante el jurado, 14 eran antiguos colaboradores o socios del “El Chapo”. Foto: EFE

PENAS Y JURADO

El primer cargo de los que se imputa al mexicano conlleva la cadena perpetua, de ser declarado culpable de manera unánime por los doce miembros del jurado.

La identidad de los miembros del jurado popular, siete hombres y cinco mujeres, que comenzarán a deliberar el lunes, ha sido mantenida en secreto por razones de seguridad, debido al miedo a que los socios del “El Chapo” puedan vengarse por la decisión que tomen.

La decisión fue adoptada por el juez Brian Cogan, encargado del caso, que ordenó a la policía que escoltaran a los miembros del tribunal desde y hasta sus domicilios.

Los miembros del jurado atendieron los testimonios de los testigos durante los tres meses del caso proceso aunque, en alguna ocasión, los extensos interrogatorios así como su excesivo detalle motivaron que alguno de ellos estuviera a punto de quedarse dormido.

LA PRISIÓN

De acuerdo con fuentes del caso consultadas por EFE, el juez Cogan podría contemplar la posibilidad de enviar al Chapo, en caso de ser condenado, a la prisión federal del Estado de Colorado, la más segura del país, situada en medio del desierto. Durante su juicio estuvo en un penal de máxima seguridad de Manhattan.

LOS TESTIGOS

De los 56 testigos que desfilaron ante el jurado, 14 eran antiguos colaboradores o socios del “El Chapo”, encarcelados en EU, bien porque fueron detenidos en el país, o porque fueron extraditados a territorio estadounidense.

Entre quienes testificaron, pasaron algunas de las personas más cercanas al capo, “manos derechas” como Vicentillo Zambada -hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, colíder del cartel del Sinaloa-, o un antiguo colaborador llamado Dámaso López.

También colaboraron con la Fiscalía antiguos “secretarios” del Chapo, como los hermanos Jorge y Alex Cifuentes. Este último aseguró que pagó un soborno de 100 millones de dólares al exmandatario de México, Enrique Peña Nieto, lo que habría ocurrido dos meses antes de que jurara como presidente, en 2012.

La entrada del tribunal para el distrito Este de Nueva York en Brooklyn, Estados Unidos. Foto: EFE

No faltaron los relatos de las huidas del “Chapo” de las prisiones de Puente Grande y el Altiplano, ambas en México, así como el transporte de cocaína en latas de jalapeños. “El Chapo” llegó a pensar en traficar con un submarino.

Vicentillo contó cómo el “Chapo” le narró su huida a bordo de un carro de lavandería del primer presidio, cuando un trabajador de la prisión llamado “Chito” le escondió bajo mantas y sábanas, y Guzmán contaba las puertas escuchando los ruidos que hacían.

Por otro lado, López explicó la huida a través de un túnel de la cárcel del Altiplano en 2015, cuando el capo ordenó la construcción de dicho pasadizo para que pudiera huir de la correccional.

También se desveló el encargo de asesinatos de competidores y socios desleales, incluso torturas, lo que en cualquier caso no forma parte de los cargos al ser juzgado en tierra estadounidense.

LA FISCALÍA

En su alegato final, la Fiscalía insistió en la “montaña de evidencias” que probaban la culpabilidad de “El Chapo”.

No sólo los testimonios de los cooperantes, sino también los especialistas de las diferentes agencias de seguridad que participaron en las capturas del capo o en las investigaciones.

Explicó al jurado que lo importante del proceso contra “El Chapo” no es demostrar si éste era el máximo líder del cártel de Sinaloa, sino catalogarlo como un jefe, “organizador, supervisor u otra posición de esa organización” para condenarlo por narcotráfico.

LA DEFENSA

La defensa resumió su postura final atacando la veracidad de los testigos cooperantes, todos ellos “mentirosos y criminales”, por lo que apela a la duda razonable para no condenar.

Los defensores pidieron al jurado que se “aferren a sus dudas” y declaren a Guzmán no culpable ya que, de acuerdo con su criterio, no ha quedado demostrado que “El Chapo” fuera el líder del cártel.

Durante todo el juicio la defensa defendió que el liderazgo del cártel fue de “El Mayo” Zambada y que “El Chapo” no es otra cosa que un chivo expiatorio mientras Zambada sigue libre.

LA FAMILIA

La joven esposa del capo, Emma Coronel, apenas faltó cuatro días a las múltiples sesiones del juicio contra su marido, 32 años mayor que ella, acudiendo acompañada en alguna ocasión de sus gemelas.

Coronel tuvo que afrontar la lectura de conversaciones y cartas de amor que Guzmán mandaba a sus amantes, incluso a la testifical de una de ellas, Lucero Sánchez, la “Chapodiputada”, que aseguró que la relación que mantuvo con “El Chapo” entre 2011 y 2013 fue “de pareja”.

El viernes publicó una emotiva carta en sus redes sociales pocas horas después de haber concluido el juicio contra su marido en la que reitera su amor por él: “siempre contará conmigo”.

“El Mayo” pagó los 100 millones de dólares de soborno para EPN, insiste el abogado de “El Chapo”

jueves, enero 31st, 2019

De acuerdo con el relato de Alan Feuer, que cubre el juicio para el New York Times, Lichtman volvió a su alegato de que el verdadero líder del cártel era “El Mayo” Zambada y que “El Chapo” era en realidad “el conejo que las autoridades mexicanas había estado persiguiendo en beneficio del ‘Mayo’ durante años”. El abogado también aseguró que el soborno de 100 millones de dólares que supuestamente “El Chapo” pagó a Peña Nieto en realidad lo pagó “El Mayo”. Insistió en que “El Mayo” compró su protección.

Nueva York, 31 de enero (EFE/SinEmbargo).- La defensa de Joaquín “El Chapo” Guzmán tomó este jueves su turno en los argumentos finales del juicio por narcotráfico que se celebra en Nueva York contra su cliente para atacar la credibilidad, como hizo a lo largo del proceso, de los testigos cooperantes del Gobierno. El abogado de Joaquín Guzmán Loera, Jeffrey Lichtman, habló también de los supuestos sobornos que el cártel de Sinaloa entregó al ex Presidente Enrique Peña Nieto.

De acuerdo con el relato de Alan Feuer, que cubre el juicio para el New York Times, Lichtman volvió a su alegato de que el verdadero líder del cártel era “El Mayo” Zambada y que “El Chapo” era en realidad “el conejo que las autoridades mexicanas había estado persiguiendo en beneficio del ‘Mayo’ durante años”.

El abogado también aseguró que el soborno de 100 millones de dólares que supuestamente “El Chapo” dio a Peña Nieto en realidad lo pagó “El Mayo”. Insistió en que “El Mayo” compró su protección.

Reproducción fotográfica de un dibujo realizado por la artista Jane Rosenberg donde aparece el abogado Jeffrey Lichtman (i) dando los argumentos finales frente al juez de la corte federal de Brooklyn Brian Cogan (d), durante el juicio de su cliente, el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, hoy en el tribunal del Distrito Sur en Brooklyn. Foto: EFE

“Han mentido toda su vida”, dijo el abogado Jeffrey Lichtman, al asegurar a los miembros del jurado que fue lo que hicieron nuevamente cuando se sentaron frente a ellos en el juicio, en la corte federal del distrito de Brooklyn.

Dijo además que el Gobierno y la Fiscalía esperan que ellos olviden la “deshonestidad” de los testigos cooperantes al momento de decidir sobre los diez cargos contra Guzmán Loera, que se enfrenta a cadena perpetua.

Argumentó que la fiscal Andrea Goldbarg habló durante seis horas, en la presentación de los argumentos del Gobierno, “pero no oyeron una palabra acerca de la credibilidad” de los testigos. “Presumen que dijeron la verdad”, argumentó.

La Fiscalía presentó 56 testigos de los cuales 14 eran cooperantes del Gobierno y 12 tienen acuerdos con miras a una reducción de su sentencia por narcotráfico en EU, la que aguardan en prisiones de este país.

Lichtman citó como ejemplo el testimonio del colombiano Alex Cifuentes, quien proveía droga al cartel de Sinaloa y durante un interrogatorio de la defensa admitió que mintió “al Gobierno, a agencias del orden, a la esposa…”

También que evidencia cómo el uso de armas por parte de su cliente “fue puesta en las manos” de Guzmán por los mismos testigos.

Reiteró que Ismael “el Mayo” Zambada, identificado por testigos como exsocio de Guzmán Loera en el cartel de Sinaloa, es quien estuvo detrás del arresto y procesamiento de su cliente.

Destacó que en cinco décadas de vida criminal, Zambada nunca ha sido arrestado “y a ustedes les toca averiguar por qué”, apuntó.

Lichtman también hizo la presentación inicial de argumentos del juicio en noviembre pasado y generó gran polémica cuando afirmó que el entonces presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su antecesor, Felipe Calderón, habían sido sobornados por el cartel de Sinaloa, tema que le fue prohibido tocar en sus argumentos finales.

El abogado comenzó hoy su presentación agradeciendo al jurado por su paciencia durante los tres meses del proceso y les indicó además que este juicio “es la cosa más importante en la vida de mucha gente”.

“Su decisión impactará la vida de mucha gente”, más allá de Estados Unidos, afirmó.

El juicio comenzó en noviembre y finalizó esta semana, luego de que la Fiscalía presentara todos sus 56 testigos, entre ellos 14 cooperantes, de los que 12 tienen acuerdos con el Gobierno en busca de una reducción de su condena en EU, donde están presos.

La defensa presenta sus argumentos luego de que lo hiciera la Fiscalía, que pidió al jurado que “no dejen escapar, a Guzmán Loera, que le declaren culpable.

En su presentación la fiscal Goldbarg detalló al jurado cada uno de los diez cargos por los que el mexicano afronta cadena perpetua y aseguró que los testimonios y evidencias que presentaron dejó claro “más allá de la duda razonable” que es culpable.

El juez Brian Cogan informó hoy previo al inicio de la presentación de la defensa que el jurado comenzará a deliberar el próximo lunes, tras escuchar las instrucciones del magistrado federal.

Guzmán, que se ha escapado en dos ocasiones de cárceles de máxima seguridad en México, fue extraditado a EU en enero del 2017 para afrontar juicio en Nueva York, aunque es reclamado por varios estados.

Emma Coronel no abandonó a “El Chapo”, sólo está pasando tiempo con sus hijas: abogados

miércoles, diciembre 19th, 2018

Los abogados del Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera dijeron que Coronel está tomando un descanso para revisar asuntos personales y pasar la navidad con su hijas gemelas.

Ciudad de México, 19 de diciembre (LaOpinión/SinEmbargo).— Emma Coronel Aispuro, quien asistió todos los días al juicio de narcotráfico de su esposo Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en Brooklyn hasta su sorprendente ausencia el lunes y martes, simplemente está tomando un descanso para manejar asuntos personales y pasar la Navidad con las hijas gemelas de la pareja, de 7 años de edad, en México, dicen los abogados de El Chapo.

Ella está “tratando con los niños”, dijo el martes el abogado defensor Jeffrey Lichtman.

“Ella está bien. Solo tuve que ocuparme de algunas cosas”, dijo el abogado defensor Ángel Eduardo Balarezo.

En una entrevista televisiva con Telemundo la semana pasada, Coronel dijo que planeaba asistir a la mayor cantidad posible de sesiones del tribunal durante los tres meses de prueba, pero admitió que ha sido agotador.

Reproducción fotográfica de un dibujo realizado por la artista Jane Rosenberg donde aparece Emma Coronel. Foto: EFE/Jane Rosenberg

Ella habló sobre su marido, cuyo nombre real es Joaquín Guzmán, y dijo que se da cuenta de que él la busca en la sala todos los días, porque es el único miembro de su familia que puede asistir al juicio.

“Creo que es lo que haría cualquier esposa, estar al lado de su esposo en tiempos difíciles, como los que está pasando en este momento”, dijo en español.

Coronel dijo que su único contacto desde que Chapo se fue de México es verlo a través de la sala todos los días.

“Obviamente quiero verlo, quiero estar con él. Quiero saber qué está pasando “, dijo.

Chapo, de 61 años, se declaró inocente de una larga lista de acusaciones por delitos graves relacionados con lavado de dinero, conspiración, armas de fuego y distribución internacional de cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana.

Los fiscales afirman que era un jefe de drogas multimillonario que comandaba un vasto imperio de narcóticos antes de su arresto en un escondite mexicano en enero de 2016.

Sus abogados afirman que está siendo enmarcado por testigos colaboradores, que se convirtieron en informantes del gobierno para salvarse.

Emma Coronel, esposa de Joaquín Guzmán Loera, a su llegada al tribunal federal de Brooklyn, en Nueva York, donde este martes inició el juicio contra “El Chapo”. Foto: Mark Lennihan, AP

Hablando con Telemundo, Coronel describió a su esposo como un hombre de familia “humilde y simple”.

“A veces siento que los medios lo han sobreexpuesto”, dijo la ex reina de belleza. “Siento que las personas crearon una imagen de él, y quieren que esa imagen permanezca en la conciencia del público. Es la imagen que vende. Entonces, cuando alguien dice que es un hombre humilde y sencillo, no les gusta escuchar eso “.

Coronel, de 29 años, dijo que Chapo parece “más delgado” desde su extradición a EU, pero ella cree que está “manteniéndose positivo” durante el juicio, ahora en su sexta semana.

Al preguntarle si Guzmán disfruta de su fama y notoriedad, Coronel dijo que ella cree que sí.

“En cierto modo, creo que lo ve de una manera positiva. Le gusta la presión mediática porque asegura la transparencia. De esa manera la gente puede ver lo que realmente está pasando, y quién es él realmente. Quiere que todos sepan la verdad “.

Coronel, que podría pasar fácilmente por un miembro de la familia Kardashian, dijo que no ha participado en ninguna actividad ilegal, y es por eso que se le permitió viajar a Nueva York y asistir al juicio de alto perfil.

“Tengo tierras y cosas de ese tipo. Prefiero no entrar en eso. Pero no … no estoy involucrada en nada ilegal “, dijo.

La hija nacida en Estados Unidos de un ganadero mexicano dijo que en realidad no ha considerado testificar en nombre de su esposo, cuando se está preparando su defensa.

ELLA DICE QUE ES DEMASIADO PRONTO PARA QUE LAS PERSONAS JUZGUEN A LA FAMILIA 

Foto: Instagram emmacoronela

“Él es un acusado en el juicio. La gente lo está mirando como si ya hubiera sido declarado culpable. Me gustaría aclarar eso. Él todavía está en juicio. Tenemos que esperar para ver si todas esas acusaciones serias … están probadas “, dijo.

Coronel dijo que ni siquiera está considerando la posibilidad de que su esposo sea declarado culpable y condenado a cadena perpetua. “Quiero pensar que todo estará bien. Quiero pensar en cosas positivas ”, dijo. Coronel dijo que su sueño es mudarse a algún lugar “de alto secreto” después del juicio para llevar una vida tranquila.

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