Posts Tagged ‘terremoto en México’

Rodrigo Ramos, el cocinero mexicano que ha donado 9 mil latas de comida a damnificados por sismos

domingo, noviembre 19th, 2017

Hoy se cumplen dos meses del gran sismo que azotó a la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Guerrero y Oaxaca, dejando más de 360 muertos y cientos de damnificados.

Rodrigo Ramos, un cocinero que se dedica a crear productos culinarios innovadores, decidió volcar todos sus esfuerzos en fabricar comida enlatada que pudiera llegar hasta los pueblos más alejados. “Cuando nos dimos cuenta de lo que acababa de pasar, supimos que era el momento de donar todo el alimento que habíamos hecho”, explica.

Por Cristina Armunia Berges

Ciudad de México, 19 de noviembre (ElDiario.es/SinEmbargo).- Hace justo dos meses, el cocinero mexicano Rodrigo Ramos estaba a punto de tener una reunión de negocios con la central de abastos de Ciudad de México para presentar su nueva propuesta de comida enlatada. Después de años de investigación, de hacer pruebas de presiones y de cambios de temperatura, había logrado una fórmula precisa para hacer latas de comida baratas, sabrosas y capaces de mantenerse en buen estado durante cinco años. Además de hacer negocio, Ramos pensó que su producto podría servir también para acabar con la desnutrición infantil de México.

Pero la cita nunca llegó a producirse. A las 13:14 horas del 19 de septiembre, la tierra empezó a temblar en Ciudad de México. Este sismo se saldó con más de 360 fallecidos (aunque es probable que esta cifra aumente), innumerables destrozos en la capital, Morelos, Puebla, Guerrero y Oaxaca, pero también con decenas o cientos de historias interrumpidas.

“Estaba en un edificio público. Estuvimos dos o tres horas en las que no podíamos salir de esas calles, justo en el centro de la capital”, recuerda Ramos. “Cuando nos dimos cuenta de lo que acababa de pasar, supimos que era el momento de donar todo el alimento que habíamos hecho a las personas afectadas por el terremoto”.

La idea de cocinar y enlatar comida surgió en España, justo cuando Rodrigo trabajaba en el servicio de catering del Palacio Real. Durante su estancia en Madrid, empezó a investigar las temperaturas y las presiones que se necesitaban para poder hacer comidas en conserva que no necesitasen refrigeración. Unos meses después, se trasladó a Zaragoza para alquilar instalaciones en una fábrica y poder realizar pruebas. “Fueron muchos años y muchas latas explotadas”.

“Se me ocurrió que esto podría servir para acabar con los problemas de alimentación del mundo. Me di cuenta de que no solo era un negocio, sino que podía ayudar a todo el planeta”. Rodrigo regresó a su país de origen, consiguió socios e instalaciones. Un mes antes del terremoto, recibió desde España toda la maquinaria necesaria para elaborar platos de picadillo de diferentes sabores con el aporte de nutrientes necesarios equivalentes a una comida diaria.

Y, de repente, llegó el terremoto. Ramos habló con sus socios y decidieron donar las primeras 2 mil latas de comida que tenían preparadas en ese momento. En estos dos meses han fabricado y donado 7 mil unidades más. “Por la noche del mismo día del sismo, fuimos a los albergues y a las zonas de derrumbe, y vimos que había mucha comida perecedera. Nos dimos cuenta de que era un error llevar las latas a los albergues”.

Un envío de latas de comida listo para ser entregado. Foto: ElDiario.es

Tenían que llegar a zonas incomunicadas o de difícil acceso. “Hay lugares de los que los medios no hablaron, pueblos que nos piden que ayudemos. Hay más lugares con daños de los que se dijo en un primer momento”. Además de problemas de comunicación con pequeñas poblaciones, el cocinero apunta que hay “sitios en los que no se puede cocinar porque no hay ni gas ni luz”.
No es una comida para pobres

Las latas de comida ideadas por este cocinero mexicano nada tienen que ver con el ‘pienso para pobres’ que propuso el alcalde de Sao Paulo (Brasil) el mes pasado para erradicar el hambre en los barrios más humildes. La ‘Farinata’ (así es como llaman a este preparado) se realiza con alimentos próximos a la fecha de caducidad. “No haría un plato que no me comería yo. Quién no comería un picadillo, es algo muy nuestro y a lo que estamos muy acostumbrados”, defiende Ramos.

Tal y como apunta Ramos, siempre utiliza ingredientes frescos: carne picada de magro de ternera, patata, zanahoria, tomate, cebolla y ajo. Cada lata contiene 710 calorías.

En México, once millones de personas tienen carencias de acceso a la alimentación y es el país número uno en obesidad en niños menores de doce años, según datos recogidos y publicados por Save the Children. La desnutrición infantil aguda afecta a un 1 por ciento y la desnutrición crónica en menores de cinco años afecta al 12.4 por ciento indican los datos para 2016 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

“Mi sueño sería poder exportar todo esto al mundo entero”, concluye Rodrigo, que asegura que con la financiación necesaria ya podría fabricar 7 mil latas de comida al día con un coste de poco más de un euro por unidad. Cuando los afectados por el terremoto dejen de necesitarle, seguirá trabajando para intentar acabar con el hambre en el mundo.

 

 

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Eldiario.es. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

1:14pm. Fue hace un mes, pero miles de mexicanos no pueden regresar todavía a sus hogares, a sus vidas

jueves, octubre 19th, 2017

Hace un mes, a las 13:14 horas, un sismo de magnitud 7.1 mató a más de 360 personas. Para el resto, la vida que habían conocido hasta entonces, dio un giro radical. Tal es el caso de María Luisa Campuzano Fernández y sus vecinos, que desde hace 15 años habitaban un edificio en la Ciudad de México que resultó con daño estructural

Otros cientos de capitalinos no han podido regresar a sus viviendas un mes después del sismo de 7.1 grados que dejó 228 muertos en la capital. Muchos relatan que a pesar de las promesas, no han recibido ninguna asistencia financiera.

Rodrigo Díaz Mejía entra en las ruinas de un edificio derrumbado en el sismo del 19 de septiembre, en la Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Por Rebecca Blackwell y Marco Ugarte

Ciudad de México, 19 de octubre (AP).- Con el casco puesto, Rodrigo Díaz Mejía se alza sobre un automóvil aplastado y se encarama hasta llegar a un apartamento que quedó expuesto tras el terremoto del 19 de septiembre. Adentro, halla el retrato de dos chicos colgando de una pared agrietada. Se lo pone bajo el brazo para llevárselo a la familia.

Díaz Mejía, mecánico de profesión, ha estado desde hace varias semanas metiéndose por paredes rotas y pisos agrietados, infiltrándose en las residencias derruidas del conjunto residencial Tokio 517 en el centro de la Ciudad de México, tratando de rescatar fotos, ropa y documentos para las familias que se vieron obligadas a huir. Pero ahora, dice, las persistentes lluvias y obstáculos podrían obligarle a desistir.

Aventurarse entre las ruinas se ha vuelto más peligroso, dice Díaz Mejía, señalando hacia tres edificios en la zona Portales, dos de los cuales se colapsaron.

Una cuadrilla de obreros, el 17 de octubre, despeja las ruinas de uno de los edificios colapsados por el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Un dormitorio y al fondo un closet todavía con ropa en un departamento abandonado después del sismo en el vecindario Portales, en la capital de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Miles de residentes de la Ciudad de México no han podido regresar a sus viviendas un mes después del sismo de 7.1 grados que dejó 228 muertos en la capital. Muchos relatan que a pesar de las promesas, no han recibido ninguna asistencia financiera.

Cientos de edificios tuvieron que ser evacuados tras el sismo, y la demolición de los que son imposibles de reconstruir apenas comienza. Los obreros tienen que sacar cualquier material que pueda presentar una amenaza a la seguridad pública, y entonces iniciar la ardua tarea de demoler estructuras en medio de un vecindario poblado.

Los que se vieron obligados a salir de esas estructuras se han estado quedando con familiares, en hoteles o incluso en carpas en la calle. El gobierno ha anunciado préstamos a créditos de bajo interés para que la gente pueda reparar sus viviendas o buscar una nueva, pero ese proceso seguramente será lento.

María Luisa Campuzano Fernández se ha estado quedando en un hotel desde que el sismo dañó el edificio en la Ciudad de México donde ella había vivido por 15 años.

Los inspectores le dijeron que el edificio está estructuralmente firme, pero sus paredes sufrieron daños. El motivo fue uno de los edificios adyacentes, que quedó averiado en el sismo de 1985 y que cayó contra el de ella.

Así luce las ruinas del edificio de ocho pisos colapsado en la calle Laredo de la colonia Condesa. Foto: Tercero Díaz, Cuartoscuro.

En una libreta, la mujer anotó la información sobre la asistencia que el gobierno prometió prestarle, pero no ha recibido beneficio alguno.

En el vestíbulo del edificio, donde el techo está sostenido con vigas de madera, Campuzano dice que “no ha llegado el dinero de ningún tipo y aquí estamos temblando porque aparte cada departamento está dañadísimo”.

Ana María Rodríguez Maya, arquitecta de profesión, estaba trabajando en su apartamento cuando ocurrió el sismo. Corrió hacia las escaleras, pero sentía que el edificio se desmoronaba bajo sus pies. Logró alcanzar el techo, y luego el techo de un edificio adyacente.

Otras ocho personas quedaron atrapadas adentro. Sus gritos se percibían en medio de la nube de polvo y los vecinos corrieron al rescate con palas, picos y escalerillas, hasta que los rescataron a todos.

Rodríguez dice que los vecinos permanecen en la incertidumbre. No han recibido ninguna asistencia financiera, aparte de un cheque de 3 mil pesos otorgado a una familia de cuatro personas para que pudieran alojarse en otro lugar. Ella, sus hijos, su sobrino, los dos perros y el gato están dispersos por toda la ciudad, en casas de amigos y familiares.

Sus hijos lograron llegar hasta la vivienda en la que ella vivió por 20 años y que había remodelado recientemente. Grabaron un video de las ruinas y querían mostrárselo. Pero la mujer, con los ojos llenos de lágrimas, no soporta verlo, pues dice que quiere recordarlo como estaba originalmente.

 

La maquinaria cae sobre edificios mientras las familias despiden y lloran los recuerdos de una vida

miércoles, octubre 18th, 2017

En la colonia Del Valle– igual que en otras zonas del sur de la capital–, ya no se vive de la misma manera desde el 19 de septiembre. Sus habitantes se enfrentan al dolor de ver la intimidad de los hogares derrumbados, los recuerdos de toda una vida, expuestos a los ojos de todos. E irrecuperables.

Las labores de demolición, y las calles acordonadas a su alrededor, han afectado severamente a este vecindario de clase media. La labor ha sido manual, a pico y pala para salvaguardar el resto de edificios que lo rodean. En total, son entre 150 y 200 los inmuebles que serán demolidos, según cifras preliminares del Instituto para la Seguridad de las Construcciones capitalino.

Por Martí Quintana

México, 18 oct (EFE).- Entre una nube de polvo que empaña la vista, varios vecinos siguen las labores de demolición de uno de los edificios colapsados por el terremoto en la Ciudad de México, donde se trabaja las 24 horas para acabar con este esqueleto de cemento y recuerdos.

Una montaña de escombros, de entre los que se vislumbran muebles, electrodomésticos y ropa, se acumula frente al inmueble de Concepción Béistegui 1503, en la colonia Del Valle de la Ciudad de México, la más afectada por el terremoto del 19 de septiembre, que dejó 369 muertos, 228 de ellos en la capital.

En menos de una semana, el edificio ha perdido tres de las seis plantas que tenía.

La labor ha sido manual, a pico y pala para salvaguardar el resto de edificios que lo rodean. En el techo del inmueble, que antes fue el cuarto piso, trabajan hoy ocho operarios, entre arneses y cuerdas.

Llega una retroexcavadora, que se suma a las dos grúas ya presentes. Se espera que en las próximas horas pueda entrar maquinaria pesada cuando se terminen de demoler las plantas más altas, cuentan a Efe fuentes de Protección Civil.

Mientras avanza este trabajo hormiga, incansable y duro, alrededor de la zona acordonada algunos familiares y trabajadores de establecimientos cercanos no pierden vista los derribos.

“Me siento un poquito peor porque estuvieron bajando cosas. Y vimos cómo las aventaban por la ventana. Se sintió muy feo, tanto que cuidábamos nuestras cosas. Incluso pedimos que nos dieran un niño Dios, pero no quisieron”, relata a Efe Magdalena Hernández, propietaria del 302.

Su marido, Jorge Martínez, explicó que, con una grúa, solo los dejaron pasar cinco minutos para recuperar algunos objetos, acompañados de un miembro de Protección Civil.

“Como estaba lleno de polvo casi no sacamos nada”, aseguró el hombre, que solo pudo sacar una televisión del que fue su hogar durante décadas.

Jorge reclamó hoy más sensibilidad a las autoridades. Una petición que se ha hecho extensiva en muchos damnificados.

“No nos dejan acercar [a los escombros], pero [nuestras pertenencias] ya están abajo y ya no corren ningún peligro”, relató este jubilado que mantiene la esperanza, aunque pequeña, de que cuando acaben los derrumbes podrán buscar entre las ruinas algunos de sus objetos queridos.

Las labores de demolición, y las calles acordonadas a su alrededor, han afectado severamente este vecindario de clase media.

Rosalía Arenas es una peluquera que lleva casi un mes sin trabajo. De 15 clientes diarios, ahora con suerte tiene dos. Además de una barbería inundada de polvo.

“Vamos para el mes sin trabajo. No hay paso, no hay ventas, la gente tiene que buscar la manera de circular. Y aquí está cerrado desde el sismo”, explicó la mujer.

Esta queja es extensible a otros puntos de la capital donde alguno de los edificios quedaron severamente dañados por el terremoto, y esperan su demolición o reparación estructural.

En total, son entre 150 y 200 los inmuebles que serán demolidos, según cifras preliminares del Instituto para la Seguridad de las Construcciones capitalino.

Como en Génova 33, en la turística Zona Rosa, donde vecinos y trabajadores de locales aledaños esperan impacientes la demolición de este edificio de oficinas de diez plantas.

“Muchos mexicanos damnificados, ahora cuántos más desempleados. Urge solución”, reza una pancarta, visibilizando las dos caras de una misma tragedia.

En Concepción Béistegui 1503 los recuerdos de familia están hoy a la vista de todos.

En la pared de una de las habitaciones hay una decena de fotos colgadas. Tres personas sonríen ante cámara, una mujer mayor abraza un niño. En color sepia, un muchacho mira travieso el objetivo con un caballito de palo entre las manos.

Jorge fue jefe de mantenimiento durante muchos años en un hospital de la capital. Entre las pertenencias que más le desconsuela perder está un mural con instantáneas que le hicieron los compañeros el día de su jubilación.

“Esto es lo que da más tristeza. Yo me senté, me senté a llorar y no veía que estaba llorando. Solo veía cómo caían las cosas. Las lágrimas le salen a uno cuando menos lo piensa”, señala este hombre de 77 años.

El dolor de ver la intimidad, los recuerdos de toda una vida, expuestos a los ojos de todos. E irrecuperables por el legítimo dueño.

Científicos dicen que dos placas han estado acumulando tensión entre Acapulco y Papanoa

miércoles, octubre 4th, 2017

Según testimonios históricos, el último gran terremoto en esta región de Papanoa y Acapulco ocurrió en el 1911, pero no se sabe si hubo precedentes. Hace más de un siglo que la zona se encuentra en un ‘gran silencio sísmico’ pese a que se localiza en la zona de subducción de dos placas tectónicas, la de Cocos y la de Norteamérica.

Ciudad de México, 4 de octubre (RT/SinEmbargo).- Una zona de México corre el riesgo de sufrir un ‘megaterremoto’. Se trata de la brecha de Guerrero, que se extiende entre la localidad de Papanoa y la de Acapulco.

Científicos mexicanos y japoneses llevan más de dos años estudiando las maneras de prevenir las posibles consecuencias devastadoras de un suceso de estas dimensiones. Su plan es instalar la primera red de observación sismo-geodésica del país latinoamericano. Esperan que permita conocer ya desde comienzos de 2018 qué está ocurriendo en esta zona.

Hace más de un siglo que la zona se encuentra en un ‘gran silencio sísmico’ pese a que se localiza en la zona de subducción de dos placas tectónicas, la de Cocos y la de Norteamérica, y que en este mismo período ocurrieron sismos muy intensos.

Según testimonios históricos, el último gran terremoto en esta región ocurrió en el 1911, pero no se sabe si hubo precedentes. Por ello, no existen datos estadísticos para predecir si existe un “intervalo de recurrencia de un gran sismo en la brecha de Guerrero” y si es “de cada 100, 200, 300, 400 años o más”, cita el diario ‘Crónica’ a Raúl Valenzuela, investigador del Departamento del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

La mitad de un edificio ubicado en la esquina de Yacatas y Concepción Beistegui, se vino abajo con el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro

A falta de datos sismológicos exactos, los científicos anticipan dos posibilidades:

La primera hipótesis advierte de la posibilidad de que se registre un megaterremoto de magnitud superior a 8.2, en caso de que la tensión acumulada por dos placas se suelte en cuestión de segundos, explicó en una entrevista a RT la geóloga Irene Pérez, del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPreS) de Argentina.

El segundo pronóstico aventura un “deslizamiento asísmico” en esta zona, que permitirá relajar la misma tensión pero en el transcurso de dos o tres meses sin generar sismos, según explicó a Crónica Miguel Ángel Santoyo, otro sismólogo del IGf.

‘SISMOS LENTOS’

Cada cuatro años se repiten en esta región ‘sismos lentos’, los cuales duran unos ocho meses, explicó al diario Vanguardia Víctor M. Cruz Atienza, profesor del IGf responsable por parte de México de la investigación que se lleva a cabo en el marco del proyecto gubernamental japonés de la Asociación para la Investigación Científica y Tecnológica para el Desarrollo Sostenible (SATREPS, por sus siglas en inglés).

Los sismólogos mexicanos y japoneses anticipan que el siguiente sismo lento se iniciará en enero del año que viene, por lo que buscan desarrollar hasta entonces la primera red de observación sismo-geodésica en el fondo marino de México para poder comenzar el estudio de este proceso. Según Cruz Atienza, este tiene “implicaciones importantes en la ocurrencia de terremotos potencialmente destructivos”.

“Investigaremos si ese deslizamiento asísmico realmente está relajando los esfuerzos en la brecha de Guerrero o si efectivamente se incrementan”, explicó el docente del IGf.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE RT. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

19-17, el cortometraje que muestra los impactantes momentos del sismo en México

domingo, octubre 1st, 2017

Con una recopilación de fotografías y videos difundidos por ciudadanos y medios de comunicación, Guillermo Vázquez presenta una cronología del martes 19 de septiembre, 32 años después del terremoto que devastó a la Ciudad de México.

[vimeo 236039829]

Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).- La tragedia que se vivió durante y después del terremoto del pasado 19 de septiembre, que causó más de 300 muertes en la capital del país, Morelos, Puebla y Oaxaca, inspiró a un director mexicano para filmar un cortometraje.

El director y productor Guillermo Vázquez realizó 19-17, un documental de 20 minutos de duración que inicia con la trágica hora 13:14 para la Ciudad de México.

Con una recopilación de fotografías y videos difundidos por ciudadanos y medios de comunicación, Vázquez presenta una cronología del martes 19 de septiembre, 32 años después del terremoto que devastó a la Ciudad de México.

“Este proyecto audiovisual es una narrativa que recopila noticias de los medios de comunicación de manera cronológica del sismo de 7.1 que sacudió México el 19 de septiembre de 2017. Fue producido sin afán de lucro y con el objetivo de informar y presentar los hechos”, se explica al inicio del material.

“Se cayeron edificios”, dice un ciudadano que grababa desde lo alto. La alarma sísmica se escucha al fondo.

Las imágenes del desastre que le han dado la vuelta al mundo están incluidas en el documental, igual que tomas personales de Vázquez.

El cortometraje además destaca la labor de los rescatistas, incluida la perra “Frida”, de la Marina, así como la unión que mostraron los ciudadanos ante la tragedia.

“En el sismo del 19 de septiembre, ‘Frida’ [rescató]a más de 52 personas bajo los escombros”.

“Se necesitarán varios años para curar esta herida que devastó la herida de muchas personas”, se lamenta en el material audiovisual.

 

 

 

Los muertos tras el sismo suman 361; en Álvaro Obregón aún buscan a 8 personas: Mancera

domingo, octubre 1st, 2017

Mancera confirmó que, de acuerdo con los reportes que le hacen llegar, en Álvaro Obregón 286 aún buscan a ocho personas. Sin embargo, explicó que en los puntos donde todavía se trabaja en remoción de escombro se cuenta con equipo especializado para cualquier eventualidad.

México, 1 oct (EFE).- El número de fallecidos en el terremoto del 19 de septiembre pasado en el centro de México subió a 361, después de que el Jefe de Gobierno de la capital, Miguel Ángel Mancera, informara que hay un fallecido más en la ciudad.

“Tenemos 220 personas que lamentablemente perdieron la vida”, afirmó el mandatario de la Ciudad de México en una rueda de prensa en la que actualizó la cifra preliminar de muertos por el movimiento telúrico de magnitud 7.1.

De estas personas, 84 son hombres y 136 mujeres. En este número se incluyen 29 menores que perdieron la vida.

El Jefe de Gobierno capitalino detalló que hay únicamente una persona fallecida sin identificar.

Estas víctimas mortales se suman a las 74 registradas en Morelos, las 45 de Puebla, las 15 del Estado de México, las 6 de Guerrero y una de Oaxaca, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Protección Civil.

Mancera señaló que hay 25 personas que continúan hospitalizadas en la ciudad, y que cuatro de ellas están en estado grave.

Asimismo, confirmó que en Álvaro Obregón 286 aún buscan a ocho personas.

Aclaró que en los puntos donde todavía se trabaja en remoción de escombro se cuenta con equipo especializado para cualquier eventualidad.

Los tres terremotos registrados el 7, el 19 y el 23 de septiembre en México han ocasionado 463 muertos, lo que constituye la mayor cifra de fallecidos desde el trágico sismo de 1985 en Ciudad de México, que se calcula causó alrededor de 20 mil víctimas mortales.

Según los primeros cálculos del Gobierno, aún preliminares, la reconstrucción de viviendas, escuelas y edificios históricos dañados por los terremotos tendrá un costo superior a los 38 mil millones de pesos.

Persona regresa al edificio de Medellín y SLP tras sismo; mientras graba, desde adentro, colapsa

domingo, octubre 1st, 2017

De acuerdo con empleados, tras el sismo varias personas subieron de nueva cuenta al edificio que ya estaba severamente afectada, y algunas de ellas fueron sorprendidas por el derrumbe.

[youtube YLEnmBU1Iqg]

Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).- El edificio ubicado entre Medellín y San Luis Potosí, en la colonia Roma, tardó alrededor de 50 minutos en colapsar después del terremoto del pasado 19 de septiembre.

El movimiento telúrico de ese día causó severos daños al inmueble, que fueron documentados por un ciudadano que ingresó minutos después.

Mientras graba con su teléfono celular las severa afectaciones, se observa cómo el interior del edificio comienza a colapsar, con un movimiento similar al del terremoto.

Las personas que se encontraban cerca del edificio comienzan a gritar, mientras el ciudadano que grababa logra salir.

En la grabación se escucha cómo las paredes y techo crujen, hasta que finalmente el inmueble queda en escombros.

En otro video, recuperado por la periodista Denise Maerker en el noticiario de Televisa, se muestra el momento en que el inmueble se viene abajo y se lleva postes de luz a su paso.

[youtube _wsKtyzplII]

De acuerdo con empleados, tras el sismo varias personas subieron de nueva cuenta al edificio y algunas de ellas fueron sorprendidas por el derrumbe.

El inmueble fue centro de la búsqueda de Erick Gaona, empleado de una de las oficinas que operaban y que sobrevivió al colapso, sin embargo, tras pasar 52 horas entre los escombros no pudo ser rescatado con vida.

 

Nuevos VIDEOS de cámaras de seguridad en la CdMx muestran la fuerza destructora del 19S

domingo, octubre 1st, 2017

El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicación y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México reveló nuevas imágenes del desplome de edificios tras el terremoto de 7.1 del pasado 19 de septiembre, que dejó 219 muertos en la capital y 360 a nivel nacional.

Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).- Las cámaras de seguridad del C5 de la Ciudad de México revelaron nuevas imágenes del momento en que colapsaron algunos edificios durante el temblor del pasado 19 de septiembre.

Una de las escenas fue captada en Londres y Prada, en la colonia Juárez, donde colapsó una cafetería. Las imágenes captadas por el C5 muestran a las personas corriendo en medio del polvo.

Entre Tlalpan y Zapata, en la colonia Portales, las cámaras captaron cómo un grupo de personas se resguardaba a mitad de la vialidad, mientras del otro lado se caía una construcción. En segundo, el lugar también se llenó de polvo.

En otras imágenes captadas entre Soledad y Academia, en la colonia Centro se muestra cómo un edificio comienza a desgajarse en medio de varios puestos de comerciantes.

[youtube _wsKtyzplII]

Otro de los videos muestra la esquina de Laredo y Amsterdam, en la colonia Condesa. Los cables y semáforo comienzan a moverse a las 13:04 horas de ese 19 de septiembre. Cincuenta segundos, el edificio de departamentos que se encontraba al noroeste se derrumba.

En el lugar fueron rescatados al menos cuatro cuerpos, con lo que concluyeron las labores de búsqueda tres días después del movimiento telúrico.

En el cruce de San Luis Potosí y Medellín, en la Colonia Roma, transcurren 50 minutos después del sismo para que la estructura de un edificio habitacional se viniera abajo.

[youtube 6cMeiDl3d5U]

Dos cámaras al interior de la Plaza de la Tecnología, en el número 38 de Lázaro Cárdenas, mostraron el momento en que las personas se dan cuenta que está temblando.

En las escenas que circulan en redes sociales se ve a la gente intentando abandonar las instalaciones de forma desesperada. Algunos, incluso, corren.

En la primera toma, captada entre los locales 13 y 21, se observa a clientes y locatarios huyendo hacia la calle. En la segunda, la gente, incluida una mujer que empuja una carriola, sale a toda velocidad.

[youtube UTlZkWmVj8s]

[youtube Jq1KsnXt94o]

Andrea, Karen, Neto, David y Pepe: la red que comparte hogar y lava la ropa de damnificados en CdMx

sábado, septiembre 30th, 2017

En la Delegación Benito Juárez, edificaciones no soportaron el terremoto del martes 19 de septiembre y colapsaron. La gente, de inmediato, salió a ayudar, a hacer brigadas, a levantar escombros.

Hoy, a 11 días de distancia del sismo, hay de todo en las calles. Desde el niño de 13 años que se sale en las madrugadas a ayudar, hasta jóvenes que duermen en casas de campaña para poder estar al pendiente y relevar en la remoción de escombros.

Uno de los casos es la Brigada Lavandería, “una red que busca compartir un pedacito de su hogar” lavando la ropa de los damnificados.

Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).– Pepe Pulido, Karen Plata, Ernesto Martínez Bucio, David Rojas y Andrea Norzagaray, un grupo de cinco amigos, se reunieron después del temblor y visitaron albergues. Durante su trayecto, notaron que la mayoría de la ropa donada “tiene polvo, moho o está sucia’’, de acuerdo al mensaje que compartió uno de ellos en redes sociales. Así nació la Brigada Lavandería, la cual se encarga de dejar limpias las prendas que utilizarán los damnificados.

La Brigada Lavandería, que busca “compartir un pedacito de su hogar’’, comenzó a operar en la Benito Juárez, justo en el Deportivo delegacional.

Brigada Lavandería. Logo: @mariorigami_.

El objetivo de los integrantes es que la gente que se quedó sin nada “sienta el amor de la ropa lavada en un hogar’’. “Nos encontramos en proceso de terminar de organizarnos, estamos trabajando con un par de albergues, pero queremos (antes de profundizar en respuestas) al menos terminar de comprobar la eficacia del modelo de acción’’, comentó Pulido a SinEmbargo.

“Queremos cuidarnos, queremos cuidar a quienes se encuentran en situación de albergue tras el sismo del 19 de septiembre del 2017. Hemos desarrollado una propuesta de modelo para que el lavado de los albergues se organice por colonia. Queremos hacer participar a los vecinos. Queremos que las brigadas ciclistas ayuden en los enlaces”, aseguran en su página oficial.

La gente que apoya al proyecto, los Lavanderos, debe utilizar los mismos detergentes que usa para su propia ropa. Es decir, no se vale el destajo.

“Nuestra tarea consiste en recolectar la ropa de los albergues, distribuirla en una red de voluntarios (a.k.a Lavanderos) que lavarán la ropa en sus casas, procurando un lavado casero de la ropa para enviarla de regreso al albergue”, destacan en el sitio.

Para participar con Andrea, Karen, Neto, David y Pepe, es necesario llenar un formato, en el cual se incluirá nombre, dirección, teléfono, electrodoméstico con el que lavarán y su capacidad, y el horario en que le entrarán a la iniciativa. Luego el líder de brigada te contactará.

La Brigada Lavandería no es la única que opera en la Delgación Benito Juárez. Foto: Brigada Lavandería.

La iniciativa también comparte con los interesados documentos con los cuales se puede replicar la acción en otras zonas de México. Entre las hojas destacan recomendaciones para lavar las prendas.

La Brigada Lavandería no es la única que opera en la Delgación Benito Juárez, donde edificios colapsaron en al menos seis de sus colonias. Allá también trabaja Abraham, Paola, Jazmín, Tania, Elena, Adrián y cientos.

LANDEROS

Abraham Landeros, un joven mexicano, acudió al Centro de Acopio frente a la Delegación Benito Juárez el 20 de septiembre, un día después del terremoto. Sólo iba a dejar víveres, pero algo lo obligó a quedarse. Ahora, a 10 jornadas del desastre, duerme en una casa de campaña y dirige a las brigadas de la zona.

El 19 de septiembre, a las 13:14 horas, Landeros estaba de visita en casa de su madre y abuela. Veía la televisión cuando comenzó la pesadilla. “Sentí que alguien se aventó a la cama. ¿Qué onda? Empezó muy leve, luego fue el madrazo. Se movía como chicle (el edificio). Neta, yo ya veía caerse todo’’, narró en entrevista con SinEmbargo.

Su domicilio, en la colonia Nápoles, dentro de la demarcación que gobierna el panista Christian von Roehrich de la Isla, terminó acordonado pero, sin querer, encontró otro hogar justo a un costado del Metro Venados, de la Línea 12: la calle y, como objetivo, la ayuda.

“Afortunadamente no me tocó vivirlo como mucha gente. Fuertísimo, los edificios se les cuarteaban. Pero de todas maneras tuve el empuje de irme a ayudar ese día. Ver todo lo que estaba pasando me dio el punch’’, dijo frente a la gente que hoy coordina desde temprano y hasta que cae el sol.

Abraham Landeros, un joven mexicano, acudió al Centro de Acopio frente a la Delegación Benito Juárez el 20 de septiembre. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

ARMAR CAMPAMENTO

Avanzar por la Delegación Benito Juárez es dar un viaje entre campamentos. Unos de damnificados, otros de gente que no duerme para continuar con el apoyo. Algunos dominan esquinas y otros, como el citado, estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC). Ese, en los límites de la colonia Santa Cruz Atoyac, comenzó con una lona, y ahora tiene hasta colchones y carpas.

Las áreas de trabajo se dividen en material de curación, despensa, higiene, juguetes, ropa. En las mañanas no hay nadie, luego, durante el día, el esqueleto gana carne, pero vuelve a ser escuálido al anochecer.

La gente que llega, y se queda, usa un distintivo, una cinta canela con letras anotas con plumón, en el hombro. Comen espagueti con atún, tortas, arroz, frijoles, lentejas, lo necesario para mantener la fuerza.

“Llegué, entregué los víveres, y me pidieron como apoyo para llevar herramienta, y pues les ayudé, fue falsa alarma. Después me llenaron la camioneta con comida de perro para un albergue de animales. Llegamos y era un terreno baldío. Me regresé, traje otra vez todo, y pues ya, vimos que faltaba apoyo, faltaba organización, y pues le dije que si me podía quedar a apoyar, y desde ese día, hasta ahorita’’, relató.

¿Cómo se llega a ser líder en una situación como la que vive México? Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

Landeros se mantuvo al pie del cañón y ahora comanda las acciones. “Pues no me he ido de aquí. Ahí está mi casa de campaña. El proceso es ese. Seguir ahí, dándole, dándole. No abandonar esto. Los que estaban comenzaron a trabajar, a estudiar, entonces sí nos apoyan, pero ya vienen de repente. Alguien tenía que tomar la batuta aquí. No fue decisión mía, fue decisión de todos’’, afirmó.

Los integrantes reparten comida, lonas, cobijas, juguetes, paquetes con útiles. Se enfocan en la gente que no puede entrar a su casa, pero debe mantenerse en la periferia.

“Nos han comentado que están quitando ya muchos centros de acopio, y la idea es comenzar a fusionarse con otros’’, sostuvo el coordinador.

PAOLA, JAZMÍN Y TANIA

En Ciudad Universitaria (CU) se sintió el movimiento y eso fue desolador para Paola Ramírez, Jazmín López y Tania Ávila. “¿Cómo estará lo demás?’’, se preguntó una. Y es que el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) guarda la fama de que los sismos, al menos hasta el pasado 19 de septiembre, son una anécdota en sus instalaciones.

Las tres, estudiantes de la Máxima Casa de Estudios, se hallaban regadas en las facultades cuando el piso se movió. Hubo gritos, estructuras se columpiaron, ventanas se rompieron y escaleras tronaron. Después, “la calma’’, pero el inicio desesperado de encontrar una forma de ayudar. Ahora ayudan en el campamento de la Benito Juárez. Y es que iban a ir al Estadio Olímpico, pero ahí “hay mucha gente’’.

“Quizá sea lo mínimo que podemos hacer, pero estamos haciendo algo. Justo esta semana se dio (libre en la UNAM) para ayudar, no para quedarnos en nuestras casas viendo Netflix’’, recriminó Ramírez.

La jornada de las jóvenes comienza a las 9 de la mañana, “cuando no hay nadie’’, y termina a las 15:00 horas, justo el momento en que más personas se acercan a ayudar.

En el campamento también trabajan Abraham, Paola, Jazmín, Tania, Elena, Adrián… y cientos de ciudadanos solidarios. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

Ellas primero utilizaron redes sociales para difundir información. Sin embargo, pensaron que no era suficiente. Por eso tomaron dibujos, crayolas, colores, cuadernos y más material para niños, quienes son los más afectados (de acuerdo a el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, 5 millones de menores viven en las zonas dañadas por el terremoto en México), y se dirigieron a los albergues.

“No donen papel de baño, todas las personas donan papel de baño. Falta comida, objetos de higiene personal, hemos sufrido por shampoo, rastrillos, ropa interior, cosas necesarias’’, pidió Ávila.

Un punto importante que debe considerar la gente, es no donar productos caducados. “Si vas a donar algo, por mínimo que sea, tráelo en buen estado’’, rogó Ramírez. “Si van a traer paquetes grandes, entréguenlos directamente en los albergues’’, dijo López.

ELENA ESCAPÓ A LOS SISMOS

La vida de Elena está entre Oaxaca y la Ciudad de México. Ella, una mujer de la tercera edad, escapó de las zonas más afectadas durante los temblores del 7 y 19 de septiembre pasados. En la primera fecha se hallaba en la capital; en la segunda, en el estado del sur. Sintió los impactos, pero “no tanto’’, contó.

Ahora camina desde su casa, en Zapata, hasta el Metro Venados, y ayuda a la distribución de la ropa. “Se clasifica: bebé, niños, niñas, hombre, mujer’’, enlistó mientras colgaba unas prendas que se mojaron. Su motivación, “ayudar en lo que se pueda’’.

En el área permanecen brigadas desde el primer día del sismo y hasta el momento. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

“Es importante la ayuda. Nos hermana. Nos hace sentir que somos necesarios. Parece ser que la tierra ha dejado de moverse, pero no sabemos si es cierto o no, entonces es como seguir la vida aún no sabiendo qué es lo que va a pasar. Hay que fortalecerse para continuar’’, dijo en entrevista con este diario digital.

“Siento más la presencia de los jóvenes, y cuando llegué de Oaxaca, por Taxqueña (en Coyoacán), lo primero que vi fue a la gente con el puño en alto, y eso me conmovió muchísimo. Alguien dice cadena y todos se forman. La gente da su tiempo, su cariño. Todo por otros, es invaluable’’, expresó.

NO SE CONSTRUYE EN 3 DÍAS 

El papá de Adrián de la Rosa, de 13 años, salió a la calle a ayudar el 19 de septiembre de 1985. Levantó cascajo y trató de rescatar personas. Esa anécdota, ese momento, motiva al adolescente, quien ahora pasa el turno nocturno de pie, formado paquetes para los necesitados.

Adrián dormía cuando vino el jalón de la tierra. Salió, como pudo, de su casa junto a su abuela. Ahora lamenta que, a una semana del movimiento telúrico, la ayuda disminuyó: en la noche no viene gente.

El muchacho, de más de 1.70 metros de estatura, hace paquetes con lo que llevan y luego los carga hasta camiones, los cuales son registrados o acompañados hasta que los víveres se entregan.

“Por fa, sigan apoyando, necesitamos muchas cosas, comida para bebé, latas, por favor, vengan a ayudar. Usen el Metro, está gratuito. Llévense cosas si las necesitan’’, dijo Adrián y luego se apuró a ir a casa, sus abuelos ya aguardaban preocupados.

El centro de acopio cuenta con médico, zona para descansar y seguirá ahí, de acuerdo a sus integrantes, hasta que la vida vuelva a la normalidad, pues “un edificio no se construye en tres días’’.

En el área actúan brigadas desde el primer minuto. La cercanía con edificios colapsados provocó la movilización de personas desde el primer instante.

El centro de acopio en Benito Juárez también cuenta con médicos. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

VIDEOS muestran a gente escapando de la Plaza de la Tecnología, en la CdMx, durante el sismo

sábado, septiembre 30th, 2017

Y dieron las 13:14 horas del 19 de septiembre en la Plaza de la Tecnología, de la Ciudad de México, y la gente escapó, desesperada, rumbo a la calle.

[youtube UTlZkWmVj8s]

Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).- Dos cámaras al interior de la Plaza de la Tecnología, en el número 38 de Lázaro Cárdenas, en la Ciudad de México, mostraron el momento exacto en que las personas se dan cuenta que está temblando.

En las escenas que circulan en redes sociales se ve a la gente intentando abandonar las instalaciones de forma desesperada. Algunos, incluso, corren.

En la primera toma, captada entre los locales 13 y 21, se observa a clientes y locatarios huyendo hacia la calle. En la segunda, la gente, incluida una mujer que empuja una carriola, sale a toda velocidad.

[youtube Jq1KsnXt94o]

ÁMSTERDAM Y LAREDO 

Apenas ayer, viernes 29 de septiembre, el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicación y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México reveló nuevos videos del sismo del 19 de septiembre.

Una cámara de seguridad captó el momento exacto en que el edificio ubicado en Ámsterdam y Laredo se derrumbó.

[youtube -jYOn3uvj_w]

En las imágenes compartidas se aprecia cómo una estela de polvo cubrió a los peatones que corrieron ante el desplome de la estructura referida.

El video, de 1 minuto y 45 segundos de duración, muestra a la gente abrazada en las banquetas y a media calle, y a vehículos “bailando” con el movimiento telúrico.

SAN LUIS Y MEDELLÍN 

En otros videos se ven diferentes puntos de las colonias Condesa y Roma Norte, zonas que terminaron en desastre tras el sismo.

[youtube 6cMeiDl3d5U]

Una de las escenas se desarrolla con un grupo de personas que se aproxima a una estructura en San Luis y Medellín, en la Roma, la cual parecía haber resistido. Sin embargo, y ante su sorpresa, colapsa.

Historias de sobrevivientes: un árbol salva a mecánico, baño cae intacto, una cachetada a tiempo…

viernes, septiembre 29th, 2017

Entre las interminables tragedias provocadas por el sismo de magnitud 7.1 que causó más de 300 muertos, hay increíbles historias de supervivencia, como la del fotoperiodista estadounidense Wesley Bocxe y su esposa, Elizabeth, quienes lograron subir al tejado de su edificio; su esposa falleció cuando el inmueble se convirtió en una pila de escombros, pero Bocxe logró sobrevivir.

Otra mujer contó a medios que ella y dos familiares se refugiaron en el baño de su vivienda, en una planta alta, y la habitación, que parecía estar mejor construida que el resto del inmueble, cayó intacta al nivel de la calle. Pudieron escapar gracias a la ayuda de los vecinos. Algunos

A continuación se presentan más historias de superviviencia.

Por Mark Stevenson

Ciudad de México, 29 de septiembre (AP).- La rama de un árbol protegió a un mecánico del derrumbe de un edificio donde murieron una docena de compañeros durante el sismo que remeció el centro de México la semana pasada. Una bofetada en la cara despertó a un aturdido padre, que corrió a poner a salvo a su hija, herida de gravedad.

Vecinos, compañeros de trabajo y peatones liberaron a los afectados de las garras de la muerte y taxis, autos privados e incluso autocares los trasladaron hasta los hospitales.

Entre las interminables tragedias provocadas por el sismo de magnitud 7.1 que causó más de 300 muertos, hay increíbles historias de supervivencia.

Conrad Vázquez Martínez, un mecánico de 67 años, estaba en el tejado del laboratorio de cuatro plantas en el que trabajaba en el vecindario de Roma Norte, en la Ciudad de México, cuando la tierra comenzó a temblar a mediodía del 19 de septiembre.

“Cuando quise correr para ver a la gente, (el edificio) se colapsó detrás de mí”, recordó Vázquez Martínez el miércoles, tendido en una cama del hospital Magdalena de las Salinas, donde se recupera de una cadera y una pierna rotas. “Corrí y corrí y de otro brinco llegué a la rama pegada al edificio”

En alguna ocasión había hablado con un compañero sobre esa rama. “El día que haya un problema aquí, por allí nos brincamos”, relató. “Lamentablemente, era vieja y se rompió”.

Pero Vázquez Martínez nunca se soltó de la rama, que resultó ser su salvavidas. Cayó a una más baja y de ahí a la vereda, delante de un edificio cercano, rompiéndose la cadera y una pierna. Y entonces ocurrió un segundo milagro: La barandilla de un balcón se desprendió sobre él protegiéndolo en parte del impacto directo de los escombros.

La rama del árbol, que todavía llevaba agarrada con una mano, abrió un agujero entre los restos por el que pudo respirar.

El balcón “tenía una malla” por lo que las placas de concreto no caían directamente sobre él, apuntó. Cuando los escombros dejaron de caer, “yo me esponjaba, pero cada vez las losas me asentaban más, me planchaban más. Cada vez sentía más pesada la losa”

Con la cara, la boca y la nariz llenas de escombros, Vázquez Martínez se dio cuenta de que el garrafón de agua que tenía en el tejado había caído cerca. “Dios es tan lindo, que hasta el agua me llegó”.

Llamó y chifló, y finalmente, sus compañeros de trabajo lo encontraron y lo sacaron a la superficie.

“Perder a mis compañeros es lo que más me duele”, dijo. “Mi ilusión era salir y salvar (a gente), pero no pude, fallé”.

Pero sí hizo una cosa, dijo el mecánico recordando sus acciones en los primeros instantes del temblor, “cerré el tanque de gas (…) una megabomba allí, posiblemente salvé a la colonia”.

Una niña de 9 años del vecindario de Iztapalapa, que junto con su hermano sufrió heridas graves por el colapso de un muro en el terremoto del 19 de septiembre. Foto: Rebecca Blackwell

Dos hermanos, de 13 y 9 años, del vecindario de Iztapalapa que sufrieron heridas graves por el colapso de un muro. Foto: Rebecca Blackwell, AP

Los escombros aplastaron la pelvis de la niña, dañando su hígado y causándole una hemorragia interna. Un hueso roto en la pierna del chico traspasó la piel y la sangre comenzó a salir a borbotones.  Foto: Rebecca Blackwell, AP

Fryda Medina, directora del hospital en el que está siendo tratado, dijo que el día del sismo los pacientes eran trasladados por voluntarios en autos privados y taxis. Dos heridos llegaron al centro en autocar. Todo el personal, incluso los jubilados, se ofreció para trabajar durante la noche y en los días siguientes, cuando recibieron más de 300 heridos. Solo uno de ellos murió, agregó.

“Son en esos momentos que se siente el espíritu que tenemos en México, la solidaridad”, dijo Medina en el hospital, que está gestionado por el Instituto de la Seguridad Social mexicano.

Hay otras historias increíbles de personas que burlaron a la muerte. El fotoperiodista estadounidense Wesley Bocxe y su esposa, Elizabeth, lograron subir al tejado de su edificio de apartamentos de 10 plantas al inicio del movimiento telúrico. Su esposa falleció cuando el inmueble se convirtió en una pila de escombros, pero Bocxe logró sobrevivir de algún modo a la caída, aunque sufrió heridas graves.

Una mujer contó a medios locales que ella y dos familiares se refugiaron en el baño de su vivienda, en una planta alta, y la habitación, que parecía estar mejor construida que el resto del inmueble, cayó intacta al nivel de la calle. Pudieron escapar gracias a la ayuda de los vecinos.

El terremoto fue una pesadilla para los cuatro miembros de una familia en el vecindario de Iztapalapa, en el este de la Ciudad de México.

Los padres salieron corriendo de su casa con su hija de nueve años y su hijo de 13 cuando comenzó el temblor, pero un muro perimetral de dos metros (seis pies) cayó sobre los menores. Los escombros aplastaron la pelvis de la niña, dañando su hígado y causándole una hemorragia interna. Un hueso roto en la pierna del chico traspasó la piel y la sangre comenzó a salir a borbotones.

El padre, que pidió que no se identificase a la familia por su nombre por razones de privacidad, dijo que estaba aturdido por la escena pero que una rápida cachetada de su esposa lo devolvió a la realidad.

“Cuando la vi en los escombros, con la mirada perdida y también inconsciente, entre en shock”, dijo el miércoles en el hospital Magdalena de las Salinas. “La logré cargar (…) pensaba que estaba muerta. Mi esposa es la que me dio una bofetada, porque yo estaba totalmente (ido). Voltee y la vi, y me dijo ‘hay que salvarle la vida, porque todavía vive’”.

La madre ayudó a su hijo, que estaba arrastrándose, para llegar a la calle y entonces se metió entre el tráfico para parar un auto.

“Me puse enfrente (del auto) y le pegué al cofre y le dije ‘por favor, le suplico, ayúdenos a llegar al hospital’”, recordó la mujer. “El señor se paró, abrió sus puertas y quitó unas cosas que traía. Ya no sé cómo subimos, pero llegamos. Le debo la vida de mis hijos”

Una vez llegaron al centro, agentes de la policía que estaban en el exterior vieron el estado de la niña y se ofrecieron a llamar rápidamente a un helicóptero, que trasladó a los dos niños al hospital Magdalena de las Salinas.

La niña está tapada con las sábanas de su cama de hospital mientras su padre le sostiene la mano. Ha hablado con los psicólogos y ahora puede recordar con calma esos momentos de pánico.

“En mi cerebro se veía como el suelo estaba roto. Era como una ilusión”, dijo. “Cuando me hizo ese susto, yo pensaba que yo no iba a vivir”.

Jazmin Irasema Villarreal Fragozo, médico de la unidad, chequea la movilidad y el nivel de dolor de la menor. Foto: Rebecca Blackwell, AP

Cuando llegaron al primer hospital, agentes de la policía que estaban en el exterior vieron el estado de la niña y se ofrecieron a llamar rápidamente a un helicóptero, que trasladó a los dos niños al hospital Magdalena de las Salinas. Foto: Rebecca Blackwell, AP

La madre ayudó a su hijo, que estaba arrastrándose, para llegar a la calle y entonces se metió entre el tráfico para parar un auto. Foto: Rebecca Blackwell, AP

La cifra de muertos en la CdMx por el sismo se eleva a 205; en el país suman 345 decesos

jueves, septiembre 28th, 2017

Los tres terremotos registrados en las últimas tres semanas en México han ocasionado 445 muertos, lo que constituye la mayor cifra de fallecidos desde el trágico sismo de 1985 en Ciudad de México, que se calcula causó alrededor de 20 mil muertos.

México, 28 sep (EFE).- El número de víctimas fatales del terremoto del pasado 19 de septiembre en el centro de México subió a 345, siendo la capital del país la que registra más fallecidos con 205, informó hoy el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente.

En una actualización del balance preliminar de muertos por el sismo de magnitud 7.1 en la escala Richter, Puente detalló que en Ciudad de México hay 205 fallecidos, 74 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el Estado de México, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca.

A estas víctimas directas del movimiento telúrico de magnitud 7.1 se le agregan cuatro decesos del sismo del sábado pasado, cuyo epicentro se localizó en Oaxaca y fue una réplica del terremoto de magnitud 8.2 del 7 de septiembre, que a su vez causó 98 muertos en el sur de México.

Derivado del sismo de magnitud 6.1 del sábado hubo dos muertes por infarto provocado por crisis nerviosas en la Ciudad de México y otras dos personas fallecieron en el municipio oaxaqueño de Asunción Ixtaltepec.

Los tres terremotos registrados en las últimas tres semanas en México han ocasionado 445 muertos, lo que constituye la mayor cifra de fallecidos desde el trágico sismo de 1985 en Ciudad de México, que se calcula causó alrededor de 20 mil muertos.

Según los primeros cálculos del Gobierno, aún preliminares, la reconstrucción de viviendas, escuelas y edificios históricos dañados por los terremotos de los días 7, 19 y 23 de septiembre tendrá un costo superior a los 38 mil millones de pesos.

Voluntarios de Saltillo llevan ayuda a Edomex, Morelos y CdMx; a su regreso, están despedidos

jueves, septiembre 28th, 2017

“Jack” Escandón, un comerciante del mercado Nuevo Saltillo, lanzó una convocatoria en Facebook para quien quisiera acompañarlo al rescate de los mexicanos afectados por el terremoto del pasado 19 de septiembre. Todo mundo quería ir, pero sólo cinco se alistaron para emprender el viaje.

Su labor pudo no significar mucho comparada con la de los topos o el Ejército, pues las cámaras no enfocaban hacia ellos, tampoco a la gran cantidad de tráileres, camiones y camionetas de contingentes de varios estados del norte. Sin embargo, sólo ellos representaban a la capital de Coahuila en esos días.

A su regreso, se enfrentaron a una nueva realidad: haber perdido el trabajo, el dinero y oportunidades para el soporte de sus familias.

Por Pascual Escandón

Coahuila/Ciudad de México, 28 de septiembre (Vanguardia/SinEmbargo).- “Que no nos olviden si llegamos a pasar por lo mismo”, suelta de inmediato Jesús Amaro Martínez, recordando lo vivido en cinco días que marcaron la vida de cinco personas que partieron de Saltillo dispuestas a ayudar, a sumarse a las labores de rescate.

El sismo de 7.1 grados Richter sacudió a México. Las noticias en redes sociales fluían como agua. Se necesitan manos, pero para empezar, urgen líderes que muevan a la acción.

De repente, en el grupo de Facebook “Que todo Saltillo se entere” surgió el primer mensaje, provenía de un comerciante quien convocó a quien quisiera acompañarlo al viaje en camioneta directamente hasta donde estaba la acción.

Todo mundo quería ir, pero sólo cinco se alistaron para emprender la aventura. Nadie se conocía, pero todos hicieron clic en cuanto se juntaron en un centro comercial del sur de la ciudad a colectar los víveres que les hicieron llegar decenas de amigos de los grupos de la red social.

Con ganas y sueños tomaron carretera. Su idea era ayudar a desenterrar sobrevivientes, pero las calles de la Ciudad de México estaban copadas de ayuda, entonces apuntaron hacia un destino que resultó mucho más trágico y cambió para siempre su existir.

HASTA EL ÚLTIMO MUNICIPIO

Jesús y Jesús Francisco volvieron con el deber cumplido tras llevar a los damnificados de Morelos un poco de ayuda. Foto: Vanguardia

Su labor pudo no significar mucho comparada con la de los topos o el Ejército, pues las cámaras no enfocaban hacia ellos, tampoco a la gran cantidad de tráileres, camiones y camionetas de contingentes de varios estados del norte. Sin embargo, sólo ellos representaban a la capital de Coahuila en esos días.

Llegaron a la Ciudad de México, pero se dieron cuenta de que toda la atención estaba volcada en ese punto, así que los mismos usuarios de redes sociales los fueron ubicando en la realidad, una muy cruel marcada por el hambre y hasta en esos momentos de apremio, de la desigualdad social tan grande que hay en el país.

Partieron a Xochimilco y de ahí al estado de Morelos guiados por Alejandro Morales, un microempresario que se unió a la causa sin conocerlos. Éste los llevó por carreteras, poblados y brechas hasta donde ni un medio de comunicación, ni un contingente de ayuda se había detenido.

En los videos posteados ese primer día figura uno en el que la gente lamenta que toda la ayuda la veían pasar y ellos nada más mirando.

Durante todos esos días repartieron alimentos, sacaron escombro de las casas, transportaron a personas vulnerables hacia lugares más seguros, pero sobre todo llevaron esperanza y un gesto de solidaridad de parte de quienes los seguían por redes sociales apoyándolos con mensajes de aliento y con escasos recursos.

Alejados del mundo; el sismo los acercó

El recorrido por las faldas del Popocatépetl mostró a decenas de pueblitos cuya necesidad en ocasiones no era de comida, sino del apoyo moral que puede dar una palabra de aliento, así lo describe Jesús Francisco al recordar a la gente afuera de las ruinas de lo que fueron sus viviendas.

“Ver a las señoras cociendo los frijoles, los niños que se te abalanzan, los ancianos buscando entre los escombros a ver qué podían recuperar, es algo que te da tristeza por el abandono en que están”.

Los nombres les resultaron complicados de aprenderse; Ocoxaltepec, Tlalmimililpan, Atlatlahucan, Atlahutlan y muchos más. A dichas comunidades ni el gobierno del estado ni el federal los hacen en el mapa.

Subir por laderas, brechas, arroyos con una camioneta que un día se calentaba y el otro también representó momentos de apremio, miedo y la pregunta ¿Cómo nos metimos en esto?

Los rescatistas de Saltillo y en general, los contingentes que se fueron topando en el camino, coincidieron en videos que subieron a Facebook, en que la administración del Gobernadoor Graco Ramírez encontró la oportunidad ideal para lucrar con la tragedia.

A todo quien llegaba con víveres le ordenaba hacer base en un sitio designado por el DIF estatal, sin embargo, los voluntarios se encararon con el propio Ejército y la Policía logrando pasar los diferentes filtros.

Pero el camino fue complicado desde el principio. En su camino por el Estado de México una de tantas patrullas los detuvo y los policías les quitaron mil 200 pesos por “derecho de piso”, esto ente burlas “Pa’ qué vienen desde el norte, acá ni quien los vaya a pelar”.

Sin embargo, este grupo de atrevidos no se amilanó, y sabe que actuó bien, pues más adelante encontraron casas derrumbadas, miedo, personas en situación de miseria, miedo, el abandono presencial y moral y más mucho más miedo no sólo de que siguiera temblando, sino de que el gigante dormido hiciera erupción.

EL COSTO DE SER BUENA GENTE

El regreso significó también, fuera de la atención de alguna televisora que se les acercó y los miles de felicitaciones por redes sociales, el enfrentar su nueva realidad: haber perdido el trabajo, el dinero y oportunidades para el soporte de sus familias.

Así es, todo acto tiene una consecuencia para Jesús, Jesús Francisco, Jorge, Bernardo y quien los movió todo ese tiempo, el “Jack” Escandón, un comerciante del mercado Nuevo Saltillo, quien hizo el gasto del transporte y mucho más, hasta para el moche de la Policía del Estado de México tuvo que poner.

Bernardo dejó en puerta los contratos para al menos dos proyectos de construcción de viviendas, por ir a ayudar, dinero que necesita para la manutención sus pequeños hijos.

En escena aparece también Jesús Domínguez Escudero, quien ha dedicado su vida a prepararse en habilidades para la protección de personas y ha pasado por diversas agrupaciones de seguridad pública y privada. Su más reciente trabajo fue en un centro comercial ubicado a lado de la central de Autobuses.

Al conocer la tragedia que están pasando miles de personas en el sureste y centro sintió la necesidad de brindarles una mano, por eso respondió al llamado y pidió permiso en su trabajo; “aquí es una tienda”, le contestaron. No hubo más que discutir. Al regreso le esperaba el despido con una “patada por el trasero”.

Los mensajes de aliento que recibieron por facebook. También los hubo de crítica, pero eso no los desanimó. Foto: Vanguardia

Ahora busca trabajo, sabe de seguridad privada, defensa personal, cuidado y traslado de valores. ¿Alguien tiene una chamba para él?

Por su parte, Jesús Francisco Amaro Martínez dejó en “veremos cómo le hacemos” para pagar la liquidación de la semana en el auto de Uber que conduce desde hace dos meses, cuando fue despedido como custodio de un líder sindical.

Partió junto con sus sueños de poder ser útil con la racita en desgracia. Al igual que su tocayo, ha laborado en la protección de personas, en seguridad pública y cuenta con adiestramiento en rescate urbano y emergencias.

Ellos piden una oportunidad laboral, pues al igual que Jorge Cardona, otro de los integrantes de este grupo, al regreso los recibieron las deudas, pidieron prestado para solventarlas, pero se encuentran “ahorcados”.

Si usted tiene un trabajo para ellos, estos son sus contactos

Jesús Domínguez Escuero. Seguridad privada y custodia / 844 381 37 51

Jesús Francisco Amaro. Seguridad Privada y custodia / 844 173 74 35

Jorge Cardona. Pintor / 844 357 01 30

Bernardo Valero Luna. Albañilería / 844 203 09 97

 

 

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Vanguardia. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

Protección Civil aumenta a 338 la cifra de muertos por el sismo del 19S; van 199 sólo en la CdMx

miércoles, septiembre 27th, 2017

En la Ciudad de México hay 199 fallecidos, 74 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el Estado de México, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca. A estas víctimas directas del movimiento telúrico del martes se le agregan cuatro decesos del sismo del sábado pasado.

Ciudad de México, 27 septiembre (EFE/Xihua).- A 338 se elevó el número de muertos por el terremoto de 7.1 grados Richter que sacudió el 19 de septiembre el centro de México, informó por la tarde noche de hoy el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente.

En su cuenta de Twitter, el funcionario señaló ésta tarde que 199 perdieron la vida en la Ciudad de México, 74 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el estado de México, seis en Guerrero y uno en Oaxaca.

Puente mencionó los trabajos en el edificio colapsado de la Avenida Alvaro Obregón 286, en donde 39 familias se mantienen a la espera de algún reporte de sus parientes atrapados en la construcción.

Asimismo, indicó que luego de revisar alrededor de 8 mil 000 inmuebles, unos 1 mil 500 edificios se encuentran en riesgo de colapso por las vibraciones en la capital mexicana.

“Tan sólo el tráfico normal de la ciudad genera vibraciones todo el día, sí metemos maquinaria pesada, la vibración será tan fuerte que podría generar un colapso” , refirió.

Puente agregó que las tareas de inspección se deben hacer “de manera profunda” para garantizar que la vivienda no presente algún daño.

El sismo, con epicentro en el sureste del estado central de Morelos, derrumbó 38 edificios en distintos barrios de la Ciudad de México.

A estas víctimas directas del movimiento telúrico del martes se le agregan cuatro decesos del sismo del sábado pasado, cuyo epicentro se localizó en Oaxaca y fue una réplica del terremoto de magnitud 8.2 del pasado 7 de septiembre, que a su vez causó 98 muertos en el sur de México.

Derivado del movimiento telúrico de magnitud 6.1 del sábado hubo dos muertes por infarto provocado por crisis nerviosas en la Ciudad de México y otras dos personas fallecieron en el municipio oaxaqueño de Asunción Ixtaltepec.

Los tres terremotos registrados en las últimas tres semanas en México han ocasionado más de 430 muertos, lo que constituye la mayor cifra de fallecidos desde el trágico sismo de 1985 en Ciudad de México, que se calcula causó alrededor de 20 mil muertos.

Y ahora, desplazados: “La última palabra la tiene el gobierno y no se sabe nada del gobierno aquí”

miércoles, septiembre 27th, 2017

Las más de 12 mil personas cuyas viviendas quedaron destruidas o dañadas por el terremoto de magnitud 7.1 han pasado la menos una noche en un albergue desde el desastre, según el Gobierno mexicano.

Ayer, 25 familias alojadas en la escuela Francisco Kino fueron instadas por el Gobierno a visitar un parque cercano donde se habilitaron zonas para que puedan solicitar ayudas, pero la sugerencia fue recibida con escepticismo y resistencia. Algunos temían que si iban a la plaza perderían sus codiciados lugares en el refugio.

Por Christine Armario y Natacha Pisarenko

Ciudad de México, 27 de septiembre (AP).- En el interior de la escuela elemental Francisco Kino de la Ciudad de México, que sirve de albergue para personas que perdieron su casa en el letal sismo de la semana pasada, ha surgido una ciudad en miniatura.

En el patio al aire libre del centro, médicos controlan la presión arterial y los niveles de glucosa en un centro de evaluaciones improvisado en una mesa de plástico. Cerca, a los niños les cortan el pelo mientras sus estresados padres reciben masajes.

Pero la frustración va en aumento en el interior del gimnasio, donde las familias acampan en colchones junto a pilas con sus nuevas pertenencias, producto de donaciones. Los días sin poder acceder fácilmente a una ducha o tomar decisiones sencillas como cuándo apagar la luz para irse a dormir son un agravante.

Quieren saber cuánto tiempo estarán varados ahí.

“Esto es como en un cuento de horror”, dice una de las inquilinas, Ana María Castañeda, de 49 años y que está allí con cinco familiares.

Ana Jimena Jaramillo abraza a su bebé Xarine en su tienda en la escuela Francisco Kino, convertida en albergue temporal para residentes evacuados de un gran complejo residencial en Tlalpan. Foto: Natacha Pisarenko

Carretillas trasladan las pertenencias de algunos residentes que tuvieron que desalojar un gran complejo de apartamentos en el vecindario de Tlalpan. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Residentes desplazados por un potente sismo se reúnen en el patio de la escuela Francisco Kino, convertida en un albergue temporal para los desalojados de un gran complejo residencial en el vecindario de Tlalpan, en el sur de la Ciudad de México, el 25 de septiembre de 2017. El terremoto de magnitud 7,1 registrado el 19 de septiembre dejó a los 500 residentes de un complejo de departamentos, en su mayoría empleados gubernamentales, sin casa después de que uno de los 11 edificios del complejo colapsó y otros resultaron dañados. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Lender López, que tuvo que abandonar su apartamento, y su novia Shaolin Durán, se preparan para pasar la noche en la escuela Francisco Kino, convertida en un albergue temporal. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Las más de 12 mil personas cuyas viviendas quedaron destruidas o dañadas por el terremoto de magnitud 7.1 han pasado la menos una noche en un albergue desde el desastre, según el gobierno mexicano.

Las autoridades prometieron el martes dar a las familias que tuvieron que abandonar sus casas una renta mensual de 3 mil pesos durante tres meses para encontrar un sitio para vivir. Pero el alquiler medio de un departamento de una habitación en las afueras del centro de la capital mexicana puede ser fácilmente el doble de esa cifra.

“Apoyaremos directamente a las familias con recursos y materiales para reparar los daños parciales o para la construcción de una nueva vivienda”, dijo el presidente del país, Enrique Peña Nieto, en un discurso televisado el martes en la noche.

Funcionarios del Gobierno instaron el martes a las 25 familias alojadas en la escuela Francisco Kino a visitar un parque cercano donde se habilitaron zonas para que puedan solicitar ayudas, pero la sugerencia fue recibida con escepticismo y resistencia. Algunos temían que si iban a la plaza perderían sus codiciados lugares en el refugio. Unas 500 familias fueron obligadas a desalojar un complejo residencial cercano después de que uno de sus inmuebles colapsó, y la escuela tiene espacio para acoger a solo dos docenas.

“Perdón que te interrumpa”, dijo una mujer mayor, sentada en un colchón donado, durante una reunión con un representante del Instituto de la Mujer de la Ciudad de México. “Nos dicen que si ustedes se mueven de aquí, pueden perder el albergue. Pero si no se van para allá, pues, pueden perder la ayuda del gobierno”.

“Después del susto del temblor, ¿por qué nos asustan con esas amenazas?”, preguntó.

Se pidió a los residentes que acudiesen uno a uno a pedir la ayuda del gobierno, dejando a algún familiar a cargo de sus pertenencias.

Las sombras de rescatistas y voluntarios se proyectan sobre la pared de un edificio de apartamentos con una pintada que dice “Ruta de evacuación”, en el vecindario de Tlalpan. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Carmen Domínguez sostiene en brazos a su perro Coco en la escuela Francisco Kino, convertida en un albergue temporal para los desalojados de un gran complejo residencial en el vecindario de Tlalpan, en el sur de la Ciudad de México, el 25 de septiembre de 2017. El terremoto de magnitud 7,1 registrado el 19 de septiembre dejó a los 500 residentes de un complejo de departamentos, en su mayoría empleados gubernamentales, sin casa después de que uno de los 11 edificios del complejo colapsó y otros resultaron dañados. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Una mujer duerme en la escuela Francisco Kino. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Florencia Cortés, de 37 años, atiende a su hijo Jonatan en la escuela Francisco Kino. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Lidia Benhunmea se arregla el pelo en la escuela Francisco Kino. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Eduardo Álvarez toca su guitarra en el interior de una tienda de acampada con sus perros, Lucas y Peluche, en la escuela Francisco Kino. Natacha Pisarenko, AP

Por el momento, los inspectores examinaron daños en 10 mil 903 propiedades y el 83 por ciento de las estructuras son seguras para vivir, dijo el Jefe de Gobierno de la capital, Miguel Ángel Mancera. Esto implicaría que unos mil 800 inmuebles han sido declarados inhabitables.

En total, los 43 albergues habilitados por toda la ciudad atendieron a 24 mil personas desde el sismo del 19 de septiembre, aunque muchos acudieron solo para recibir un plato de comida antes de encontrar alojamiento con familiares o amigos.

Y no está claro cuánto tiempo más seguirán operando. Los voluntarios y empleados gubernamentales en la escuela Francisco Kino _ que está gestionado en su mayoría por residentes del vecindario _ señalan que seguirá abierto en un futuro próximo.

“Por el tiempo que se requiera”, señaló Elizabeth García, una funcionaria que inspeccionaba el lugar el martes.

Las pilas de botellas de agua y suministros médicos donados, además del creciente nivel de servicios organizados, dan la impresión de que los residentes están empezando a asentarse. Filas de cepillos y pastas dentales descansan en los lavabos en el exterior de un baño para niños. Una sala en la que solían guardarse los materiales de la escuela se ha transformado en almacén de medicamentos. En una caja de cartón hay montones de antibióticos, mientras que sobre una mesa hay vasos de poliestireno con inyectables como antiinflamatorios, que están etiquetados con rotulador negro.

Voluntarios revisan ropa donada en la escuela Francisco Kino, convertida en un albergue temporal para los desalojados de un gran complejo residencial. Foto: Natacha Pisarenko, AP

Una niña es examinada por una enfermera en la escuela Francisco Kino, convertida en un albergue temporal. Foto: Natacha Pisarenko

Uno de los médicos, Misael Domínguez, dice que tienen “prácticamente el material que requerimos”.

“Aquí se han visto atenciones sobre todo por descontroles de hipertensión y la glucosa por el mismo estrés en que esta la gente”, explicó.

En ese momento, un doctor le pinchaba un dedo a Roberto Ramírez para extraerle sangre y medir sus niveles de glucosa. Ramírez, un músico y programador informático de 33 años, es diabético y vivía en un departamento que el terremoto dejó inhabitable. Estaba lejos de casa cuando ocurrió el sismo, y no pudo recuperar su kit para controlar la glucosa.

Desde el desastre está intentando cuidarse más porque dice que “ahora valoro más las cosas”.

El resultado de la prueba fue alto: 259.

A la izquierda de la entrada hay carteles que ofrecen servicios psicológicos. Muchos de los que se alojan en el centro llegaron con el trauma del movimiento telúrico todavía muy vivo en sus cabezas.

Florencia Cortés, de 37 años, fue sacada de entre los escombros de su edificio de apartamentos junto a su hijo de 20 meses, Jonatan. Para sacar su hijo, tuvo que entregárselo al plomero del inmueble, que resultó estar fuera y tomó al pequeño por un pie.

Jonatan solía seguir a su madre a todas partes. Ahora no se separa de su padre, que no estaba en casa durante el sismo.

“Él no es igual. A lo mejor piensa que yo lo aventé y no lo quiero”, dijo Cortés.

Muchos de los alojados en la escuela desconfiaban de que el gobierno vaya a hacer bien las cosas. Aunque funcionarios gubernamentales acuden ocasionalmente, la mayor parte de las autoridades no se han hecho ver, señalaron. Algunos dicen que se quedarán en el centro hasta que reciban un lugar donde se puedan instalar.

“La última palabra la tiene el gobierno y no se sabe nada del gobierno aquí”, apuntó Angelina Usuna, de 81 años.

El momento más difícil de la jornada llega con la noche. Unos pocos afortunados tienen colchones donados, pero la mayoría duerme en incómodas colchonetas de espuma. En el mejor de los casos, duermen apenas unas horas. Conscientes de estar compartiendo un espacio común, nadie se siente con autoridad para decir a los demás que se callen o apaguen la luz.

De hecho, es imposible que el gimnasio quede completamente a oscuras. Como parte del protocolo de seguridad del albergue, debe haber una luz encendida por si sucede otro sismo.

 

“Meyer dio información imprecisa e incorrecta”, el Invea sí podía cerrar el Rébsamen: Tribunal

miércoles, septiembre 27th, 2017

Ayer, Meyer Klip, presidente del Invea, dijo en conferencia a medios que a comienzo de este 2017 las autoridades solicitaron al Colegio Enrique Rébsamen, donde murieron 19 niños y siete adultos el pasado 19 de septiembre por el sismo, que cesara sus operaciones debido a que no se encontraron registros de su permiso de uso de suelo. Sin embargo, la escuela apeló la resolución y permaneció abierto mientras se llevaba a cabo el proceso legal. Es decir, la infracción no fue suficiente para obligar el cierre de la institución.

El Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México consideró que el ingeniero Meyer Klip dio “información imprecisa e incorrecta” respecto al Juicio de Nulidad que inició el Rébsamen.

Precisó que en el caso del juicio I-23402/2017, iniciado por los representantes legales del colegio, se notificó la sentencia que confirma la validez de la sanción impuesta, “la cual consistía únicamente en una multa de 107 mil 448 pesos”, por lo que el Invea pudo continuar con su procedimiento en virtud de que no había suspensión que favoreciera a la escuela.

Ciudad de México, 27 de septiembre (SinEmbargo).– El Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México aseguró que no han emitido sentencia alguna que impidiera sancionar al Colegio Enrique Rébsamen por violaciones de uso de suelo como lo planteó Meyer Klip Gervitz, por lo que el Instituto de Verificación Administrativa (Invea) pudo continuar con su procedimiento en virtud de que no había suspensión que favoreciera a la escuela.

Ayer, Meyer Klip, presidente del Invea, dijo en conferencia a medios que a comienzo de este 2017 las autoridades solicitaron a la escuela que cesara sus operaciones debido a que no se encontraron registros de su permiso de uso de suelo. Sin embargo, el colegio apeló la resolución y permaneció abierto mientras se llevaba a cabo el proceso legal. Es decir, la infracción no fue suficiente para obligar el cierre de la institución.

Sin embargo, el Tribunal consideró que el ingeniero Meyer Klip dio “información imprecisa e incorrecta” respecto al Juicio de Nulidad que inició el Rébsamen. Precisó que en el caso del juicio I-23402/2017, iniciado por los representantes legales del colegio en contra de los actos del Invea el pasado día 26 de junio de 2017, se notificó la sentencia que confirma la validez de la sanción impuesta, “la cual consistía únicamente en una multa de 107 mil 448 pesos”.

En esa misma resolución, aclaró el Tribunal, quedó firme la “conminación” del Invea al colegio de cumplir con el uso de suelo permitido.

Explicó que mediante resolución de fecha 31 de mayo del 2017, el entonces Tribunal de lo Contencioso Administrativo, hoy de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, se reconoció la legalidad y validez de la multa impuesta al colegio, mismo que se notificó al Invea desde el pasado 26 de junio de 2017. Es decir: Inevea ganó el juicio.

Este procedimiento, expuso el Tribunal en un comunicado, “de ninguna manera le impide al Invea continuar con el procedimiento administrativo respecto a las materias de su competencia”.

Comunicado del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México. Foto: Especial.

El Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México detalló que durante el procedimiento administrativo en el Invea, el Colegio Enrique Rébsamen exhibió una copia simple de Constancia de Uso de Suelo por Derechos Adquiridos, con fecha de expedición de 7 de septiembre de 1993; sin embargo, mediante un oficio emitido por el Director del Registro de los Planes y Programas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), se informó que dicho documento no fue emitido por esa dependencia y se exhibió una copia que no coincidía con los datos del colegio.

Documentos en poder de SinEmbargo revelaron que a pesar de que la Fiscalía Descentralizada en Investigación en Delitos Ambientales y en Materia de Protección Urbana de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) tenía una investigación abierta en contra de los dueños del Colegio Enrique Rébsamen desde febrero de este año por falsificación de documentos, se solicitó siete meses después, y ya con niños y maestros muertos por el sismo, información a la Delegación Tlalpan.

Peritos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México investigan las ruinas del Colegio Enrique Rébsamen, para saber si hubo negligencia en su construcción, se habla, de que sobre la parte colapsada en la unidad escolar la directora del plantel habría construido un departamento de lujo con jacuzzi incluido. Foto: Armando Monroy, Cuartoscuro.

Policías pasan el martes 26 de septiembre de 2017 frente a la escuela Enrique Rébsamen que colapsó durante el sismo de magnitud 7.1 de la semana pasada en la Ciudad de México. Foto: Dario Lopez-Mills, AP.

Un documento fechado el 25 de septiembre de 2017, es decir este lunes, y dirigido a Claudia Sheinbaum Pardo, Delegada de Tlalpan, la Fiscalía le solicita para dar seguimiento a la Carpeta de Investigación CI-FEDAPUR/A/UI-2C/D/00111/02-2017 por el delito de falsificación y uso indebido de documentos, un informe sobre la existencia de algún procedimiento administrativo respecto al centro educativo.

La Fiscalía capitalina solicitó a la demarcación un “informe si existe apertura de procedimiento mercantil para el funcionamiento del colegio y “en caso de existir” le pidió una copia de todo el expediente del Rébsamen.

Además, la autoridad pidió un informe del registro de manifestación de construcción con memoria descriptiva y planos.

El documento fue sellado de recibido el mismo día en que fue emitido: el 25 de septiembre de 2017, es decir seis días después del sismo de 7.1 grados que le quitó la vida a niños y maestros en la escuela.

LAS IRREGULARIDADES DEL COLEGIO

Al menos en el papel, el colegio Enrique Rébsamen, ubicado en la delegación Tlalpan de la Ciudad de México parecía tener una estructura segura y haber sido construida para resistir un gran sismo.

Sin embargo, se derrumbó con el reciente temblor de 7.1 y dejó 19 niños y siete adultos muertos. Ahora, las autoridades investigan si la construcción de un departamento arriba de la escuela de dos pisos fue la causa de que se colapsara.

La Delegada Claudia Sheinbaum Pardo dijo ayer en rueda de prensa que el inmueble parecía tener todos sus papeles en orden, al menos de acuerdo con los documentos que presentaron los arquitectos e ingenieros que supuestamente evaluaron la estructura.

Dijo, sin embargo, que se inició una investigación para determinar si hubo irregularidades más allá de lo que digan los documentos.

“No nos podemos quedar solamente con el papel”, comentó Sheinbaum. “Queremos que (se) haga una revisión de las características del inmueble”.

Las autoridades dijeron que la propietaria de la escuela privada Enrique Rébsamen construyó un departamento en la planta alta de la estructura colapsada, que según medios incluía un jacuzzi, por lo que investigarían si el peso extra pudo haber estado detrás del colapso.

Sheinbaum dijo que no sabía si eso era verdad, pero comentó que la propietaria, Mónica García Villegas, tenía un permiso de 1983 para construir una escuela y departamentos en el mismo terreno, aunque no estaba claro si eso le autorizaba hacer un tercer piso en la sección del edificio que colapsó.

La escuela fue una de casi 40 edificios que se derrumbaron el 19 de septiembre tras el sismo que mató a 337 personas, 198 de ellas en la Ciudad de México.

Desde entonces han surgido preguntas sobre si las reglas para construir nuevos edificios después del terremoto de 1985 que dejó más de 9 mil 500 muertos fueron seguidas al pie de la letra.

Aunque la construcción de la escuela comenzó en 1983, dos años antes de que entraran en vigor nuevos códigos de construcción, el inmueble fue ampliado a lo largo de los siguientes 34 años sin que hasta ahora haya evidencias de irregularidades, dijo Sheinbaum.

Comentó que el único problema evidente durante ese tiempo fueron dos casos no registrados de ampliación, aunque la dueña pagó una multa por no haberlo hecho y luego se le permitió continuar con las obras.

Imagen del Colegio Enrique Rébsamen antes del sismo del 19 de septiembre. Foto: Google Maps.

Imagen del Colegio Enrique Rébsamen después del sismo. La escuela está ubicada en un predio que ocupa casi toda la manzana de las calles Rancho Tamboreo y Calzada Las Brujas, en Tlalpan. Foto: Cuartoscuro.

Sismólogos e ingenieros dicen que los edificios de la Ciudad de México que enfrentan más riesgos durante un sismo son aquellos como el de la escuela Rébsamen, es decir, que fueron construidos sobre lo que fue el lecho del lago que había en la capital en la época prehispánica, donde el suelo puede amplificar las ondas de los temblores.

Un arquitecto firmó un documento con el que certificaba que la escuela era estructuralmente segura, sin embargo, expertos cuestionaron el método usado para determinarlo, que según Sheinbaum, incluyó el uso de sacos de arena para simular el 85 por ciento del peso que podría resistir el inmueble.

La primera sección de la escuela se construyó en 1983, pero al paso de los años se ampliaron otras áreas y se añadieron pisos, dijo Francisco García Álvarez, presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural, que evaluó el lugar donde estaba la escuela después de que se cayera.

Al parecer se añadió un tercer piso recientemente a la estructura de 1983 que colapsó con el sismo, lo cual ha levantado dudas sobre los permisos que obtuvo la escuela, y cuándo fue la última vez que fue revisada.

El 24 de septiembre, familiares y amigos de los niños del Colegio Rebsamen que fallecieron en el sismo del 19 de septiembre, realizaron una misa en su honor en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San José. Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro.