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Estrés, ansiedad, uso de sustancias: Vinculan calor extremo a crisis de salud mental

viernes, febrero 25th, 2022

El estudio reveló que estas afectaciones en la salud no dependen de la edad, sexo o lugar de residencia.

Madrid, 25 de febrero (Europa Press).- En los días de verano extremadamente calurosos, los adultos tienen un mayor riesgo de visitar las urgencias de los hospitales por crisis de salud mental relacionadas con el uso de sustancias, la ansiedad, el estrés y más, según una investigación publicada en la revista JAMA Psychiatry.

Por ello, investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston (Estados Unidos), autores del estudio, recomiendan que durante los periodos de calor extremo, los médicos deberían esperar un aumento de los pacientes que requieren servicios de salud mental.

El estudio reveló que los días con temperaturas más altas de lo normal durante la temporada de verano en los Estados Unidos se asociaron con un aumento de las tasas de visitas a los servicios de urgencias por cualquier afección relacionada con la salud mental, en particular el consumo de sustancias, los trastornos de ansiedad y estrés, y los trastornos del estado de ánimo.

El impacto del calor en la salud física está bien documentado, pero pocos estudios han examinado los efectos del calor extremo en la salud mental. Este estudio nacional es el mayor y más completo análisis de la temperatura ambiental diaria y las visitas a urgencias relacionadas con la salud mental entre los adultos estadounidenses de todas las edades.

Dado que se espera que los días de calor extremo aumenten debido al empeoramiento del cambio climático, los hallazgos llenan un vacío crítico en la investigación y proporcionan apoyo basado en la evidencia para las intervenciones proactivas y las soluciones políticas que pueden reducir las crisis relacionadas con el calor.

“Las visitas a los servicios de urgencias representan algunas de las interacciones más costosas dentro del sistema sanitario –afirma la autora principal del estudio, la doctora Amruta Nori-Sarma, profesora adjunta de salud ambiental en BUSPH–. Atender las necesidades de los más vulnerables para evitar algunas de estas visitas puede tener un impacto positivo en la salud y los costos individuales, así como preservar los recursos sanitarios para otras emergencias”.

Los nuevos hallazgos deberían incitar a los proveedores de atención sanitaria a prepararse para una mayor necesidad de servicios de salud mental durante las épocas en las que se prevé un calor extremo, afirma Nori-Sarma. “Cuando se pronostican olas de calor, los clínicos y los expertos en salud pública pueden utilizar nuestros hallazgos para prepararse especialmente para llegar a los pacientes con condiciones de salud mental existentes”, añade.

El público en general también puede beneficiarse de esta información, dice el autor principal del estudio, el doctor Gregory Wellenius, profesor de salud ambiental y director del Programa de Clima y Salud de BUSPH.

“En los días de calor extremo, es importante que cada uno de nosotros tome las precauciones necesarias para cuidar de sí mismo y de sus seres queridos”, dice, lo que puede incluir la comprobación de los vecinos o miembros de la familia que pueden ser susceptibles a los impactos de salud de la exposición al calor.

El público en general también puede beneficiarse de esta información, dice el autor principal del estudio, el doctor Gregory Wellenius, profesor de salud ambiental y director del Programa de Clima y Salud de BUSPH. Foto: EFE

Para el estudio, Nori-Sarma y sus colegas obtuvieron datos de reclamaciones médicas sobre visitas a urgencias relacionadas con la salud mental del Almacén de Datos de OptumLabs, que contiene información sanitaria longitudinal no identificada sobre más de 200 millones de inscritos comerciales y de Medicare Advantage en todo Estados Unidos.

Analizaron aproximadamente 3.5 millones de visitas a urgencias entre 2.2 millones de adultos de 18 años o más que tenían un seguro médico comercial o Medicare Advantage durante la temporada de calor (de mayo a septiembre) de 2010 a 2019.

Los días de calor extremo -definidos como temperaturas por encima del percentil 95 de las distribuciones de temperatura por condado- fueron los más fuertemente vinculados con las visitas a urgencias por trastornos del comportamiento de inicio en la infancia y trastornos por uso de sustancias, seguidos por trastornos de ansiedad, relacionados con el estrés y somatomorfos, y trastornos del estado de ánimo. El calor extremo también se asoció a las visitas a urgencias por esquizofrenia.

Los investigadores descubrieron que el impacto del calor en la salud mental era similar en todos los grupos de edad, y evidente tanto en hombres como en mujeres y en todas las regiones del país.

“Estos resultados demuestran que el calor puede afectar profundamente a la salud mental de las personas, independientemente de su edad, sexo o lugar de residencia”, afirma Wellenius.

Los investigadores descubrieron que el impacto del calor en la salud mental era similar en todos los grupos de edad, y evidente tanto en hombres como en mujeres y en todas las regiones del país. Foto: EFE

En futuros estudios, los investigadores pretenden identificar estrategias de salud pública que ayuden a alertar a la gente de los riesgos que supone el calor extremo y a proteger mejor a los miembros más vulnerables de la comunidad.

Las investigaciones posteriores también explorarán el impacto de las temperaturas elevadas en la salud mental durante periodos de tiempo más largos (es decir, olas de calor), así como el impacto en los grupos vulnerables que este estudio no evaluó, incluidos los no asegurados, los de bajos ingresos y los de diversas razas/etnias, y los que experimentan situaciones menos urgentes.

Los efectos continuos de la COVID-19 sobre la salud mental también darán forma a este trabajo. Los cierres, el aislamiento social y la incertidumbre general durante los primeros días de la pandemia aumentaron la necesidad -y limitaron la disponibilidad- de los servicios de salud mental al mismo tiempo que los servicios de urgencias se veían desbordados por los pacientes que sufrían emergencias físicas, afirma Nori-Sarma.

“A medida que nos acercamos a la próxima temporada de verano, es importante tener en cuenta que la combinación de factores de estrés -la pandemia y el clima- podría exacerbar las condiciones de salud mental existentes –señala–. El sistema de salud mental debe planificar en consecuencia”.

Australia registra 50.7 grados; iguala el récord del día más caluroso fechado en 1960

viernes, enero 14th, 2022

Los expertos alertan desde hace años que Australia sufrirá cada vez más el calor extremo e incendios forestales como consecuencia del cambio climático, así como un aumento del nivel de las aguas, riesgos de inundaciones y la acidificación de los océanos.

Sídney (Australia), 15 ene (EFE).- La localidad de Onslow, en el noroeste de Australia, registró el jueves una temperatura máxima de 50.7 grados, lo que iguala al récord del día más caluroso del país oceánico y del Hemisferio Sur, establecido en el desierto australiano en 1960.

“Si se confirma, la temperatura de 50.7 grados en el aeropuerto de Onslow, en Australia Occidental, es similar a la temperatura más alta que se haya registrado en el Hemisferio Sur”, señaló anoche en Twitter el meteorólogo Ben Domensino.

Australia, un país en donde son frecuentes las temperaturas extremas durante el verano austral, había registrado el récord de 50.7 grados en el remoto pueblo de Oodnadatta, en el centro del país, hace 62 años, recordó anoche la Oficina de Meteorología de Australia Occidental en las redes sociales.

Los expertos alertan desde hace años que Australia sufrirá cada vez más el calor extremo e incendios forestales como consecuencia del cambio climático, así como un aumento del nivel de las aguas, riesgos de inundaciones y la acidificación de los océanos.

El informe “Estado del Clima 2018” elaborado por la Oficina de Meteorología de Australia y la agencia científica CSIRO indica que desde 1910 a la actualidad la temperatura del clima del país y de la superficie del mar que lo rodea ha aumentado más de un grado.

En el planeta, los últimos siete años fueron los más cálidos desde que existen datos y 2021 el sexto más caluroso desde que hay registros, según un informe de la NASA y la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional publicado ayer.

La temperatura de la superficie terrestre y oceánica de la Tierra durante el año pasado estuvo 0.84 grados Celsius por encima del promedio del siglo XX, con lo que 2021 se convirtió en el 45 año consecutivo con temperaturas superiores a la media del siglo pasado.

Dos alcaldías de la CdMx reciben Alerta Amarilla por descenso de la temperatura

lunes, diciembre 20th, 2021

Las alcaldías Milpa Alta y Tlalpan amanecerán entre los 4 y 6 grados Celsius; Protección Civil recomienda el consumo de alimentos ricos en vitaminas A y C, el uso de crema corporal hidratante, y la evitación de cambios bruscos de temperatura.

Ciudad de México, 20 de diciembre (SinEmbargo).- La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) de la Ciudad de México activó la Alerta Amarilla en dos demarcaciones de la capital para el amanecer de este lunes 20 de diciembre.

De un periodo comprendido de entre las 4 y las 8 de la mañana, las alcaldías Milpa Alta y Tlalpan amanecerán entre los 4 y 6 grados Celsius.

La SGIRPC recomendó a los capitalinos usar crema para proteger e hidratar la piel contra el frío, evitar exponerse a cambios bruscos de temperatura, ingerir abundante agua; así como consumir frutas y verduras ricas en vitaminas A y C.

Ante cualquier emergencia, comunicarse a los teléfonos 911, al 5658 1111 de Locatel, y al 55 5683 2222 de la SGIRPC.

DESCENSO DE LA TEMPERATURA EN EL PAÍS

De acuerdo con el Servicio Metereológico Nacional (SMN), diversos estados del país amanecerán con un temperaturas mínimas entre los -10 hasta los 5 grados.

Entre los 10 y 5 grados bajo cero, se encuentran las zonas montañosas de Sonora, Chihuahua y Durango; por su parte, entre los -5 y 0 grados están las zonas montañosas de Baja California, Coahuila, Zacatecas, Estado de México, Tlaxcala y Puebla. Entre los 0 y 5 grados se encuentras las zonas montañosas de Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Veracruz, Oaxaca y Ciudad de México.

Mapa de las lluvias presentadas en el país para el 20 de diciembre de 2021 hasta las 3 de la tarde. Foto: Twitter @conagua_clima

Así mismo, Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Veracruz tendrán heladas durante la madrugada de este lunes.

En cuanto a lluvias, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Campeche tendrán precipitaciones muy fuertes con puntuales intensas; mientras que Tamaulipas, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México y Tlaxcala contarán con lluvias aisladas.

Los árboles urbanos influyen en temperaturas de ciudades, confirman datos satelitales

martes, noviembre 23rd, 2021

Los espacios de las ciudades sin árboles serían menos eficaces para reducir la temperatura de la superficie terrestre.

Redacción Ciencia, 23 nov (EFE).- Los árboles urbanos influyen en las temperaturas de las ciudades, pero ¿cuánto y en qué contextos climáticos? Ahora, un estudio constata que las zonas urbanas europeas que disponen de estas plantas son aproximadamente de dos a cuatro veces más frías que aquellos espacios verdes urbanos sin árboles.

Esta es la principal conclusión de un trabajo que lidera la suiza Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, realizado a partir de datos satelitales sobre las temperaturas de la superficie terrestre y la cubierta vegetal de 293 ciudades europeas, algunas españolas.

Liderados por Jonas Schwaab, los autores explican en su artículo en la revista Nature Communications que, si bien se sabe que los árboles influyen en las temperaturas, su eficacia para mitigar el calor urbano en diferentes contextos climáticos y en comparación con los espacios verdes urbanos “no se ha estudiado lo suficiente”.0

Así, basándose en datos de alta resolución, los investigadores han querido con este análisis inferir en el potencial de los árboles urbanos para conseguir ciudades más frescas y para ello compararon las diferencias de temperatura entre las zonas urbanas con árboles, los espacios verdes urbanos sin estas plantas y las zonas edificadas.

Además, calcularon las diferencias de temperatura de la superficie terrestre entre los pastos rurales, los bosques rurales y las zonas edificadas, conocidas asimismo como tejido urbano.

Los autores descubrieron que los espacios verdes urbanos sin árboles son en general menos eficaces a la hora de reducir la temperatura de la superficie terrestre y su efecto de enfriamiento es aproximadamente dos a cuatro veces menor que el inducido por los árboles urbanos.

Por otro lado, mostraron que estas plantaciones urbanas conllevan temperaturas más bajas que las del tejido urbano en la mayoría de las ciudades europeas en verano y durante el calor extremo; esta diferencia es especialmente alta en las ciudades de Europa central.

El mapa muestra tendencias espaciales suavizadas de las diferencias de temperatura, y cada punto representa la diferencia de temperatura en una ciudad específica. Foto: Schwaab, J., Meier, R., Mussetti, G. et al. The role of urban trees in reducing land surface temperatures in European cities. Nat Commun 12, 6763 (2021).

El enfriamiento durante las diferentes estaciones también muestra un claro patrón regional.

En ciudades del sur de Europa, como Córdoba (España), y de Turquía, como Gaziantep y Antalya, el enfriamiento durante la primavera es mayor que el que ocurre en verano (o muy cercano a él). En las ciudades europeas de todas las demás regiones el enfriamiento es más alto durante la época estival.

El enfriamiento durante el otoño es más bajo en todas las ciudades y regiones, en comparación con el enfriamiento en verano y primavera.

Las diferencias de temperatura entre los bosques rurales y tejido urbano se parecen mucho a las distinciones de temperatura entre los árboles urbanos y tejido urbano, pero hay algunas diferencias notables, según los autores.

Por ejemplo, los árboles urbanos reducen las temperaturas en superficie más que los bosques rurales en las regiones de Europa central; sin embargo, en Turquía pasa lo contrario.

Las temperaturas de las ciudades del mundo aumentan el doble de rápido, advierte ONU

miércoles, noviembre 3rd, 2021

Un reporte del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente indica que las temperaturas que para 2100 las temperaturas de las urbes de todo el planeta pueden aumentar una media de hasta 4.4 grados Celcius.

Nairobi, 3 nov (EFE).- Las temperaturas de las ciudades de todo el planeta están aumentando el doble de rápido que el promedio mundial debido a la rápida urbanización y el remplazo de la vegetación por asfalto, estructuras de hormigón y otras infraestructuras, anunció hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

“Con las poblaciones en crecimiento sobre todo en los trópicos y una rápida urbanización, el impacto de la emergencia climática está notándose de una manera más aguda en las ciudades”, explicó un informe del PNUMA publicado este miércoles titulado “Batiendo el calor: manual de refrigeración urbana sostenible”.

Para 2100, las temperaturas de las urbes de todo el planeta pueden aumentar una media de hasta 4.4 grados centígrados, más del doble que el límite fijado en el Acuerdo de París, según un equipo internacional de investigadores que participó en este informe.

Las comunidades más afectadas por esta crisis climática serán las de menores ingresos, establecidas en zonas urbanas con pocos espacios verdes y escasas posibilidades económicas para adaptarse a los cambios.

Además, para soportar el aumento de las temperaturas, muchas personas de clase media-baja tienen como una opción instalar aparatos de aire acondicionado en sus hogares -en los países desarrollados, 2 mil 300 millones de personas comprarán próximamente este tipo de máquinas-, un escenario que PNUMA considera “insostenible” medioambientalmente.

“Estas prácticas de refrigeración suelen consumir mucha energía y dependen en buena medida de la electricidad generada por combustibles fósiles, agravando todavía más el problema del calor residual y las emisiones de gases contaminantes al entorno urbano”, subrayó el PNUMA.

“El calentamiento de las ciudades se producirá a menos que haya reducciones inmediatas y a gran escala en las emisiones de los gases de efecto invernadero”, advirtió el PNUMA.

Fotografía de archivo de un termómetro en el centro de la ciudad de Valencia. Foto: Kai Försterling, EFE

Para reducir las consecuencias de la crisis climática, el PNUMA también propuso a las autoridades de las ciudades una planificación urbana que tenga en cuenta la importancia de las zonas verdes y poner en marcha programas masivos de sensibilización, entre otras medidas.

Nobel de Medicina premia a científicos por hallar receptores de temperatura y tacto

lunes, octubre 4th, 2021

El Nobel de Medicina es el primero de la ronda de estos prestigiosos premios, a los que seguirán en días sucesivos los de Física, Química, Literatura, de la Paz y Economía.

ESTOCOLMO (AP) — El premio Nobel de Medicina reconoció el lunes a los científicos estadounidenses David Julius y Ardem Patapoutian, por su descubrimiento de receptores de temperatura y tacto.

Los ganadores fueron anunciados por Thomas Perlmann, secretario general del Comité del Nobel.

Julius utilizó la capsaicinia, el componente activo de los chiles, para identificar los sensores nerviosos que permiten a la piel responder al calor, explicó Patrik Ernfors, del Comité del Nobel.

Por su parte, Patapoutian identificó sensores en las células que responden a la estimulación mecánica, indicó.

El ganador del Premio Breakthrough de 2020 en Ciencias Naturales, David Julius, posa en la gala de los premios en el Centro de Investigación Ames de la NASA. El premio Nobel de Medicina reconoció el lunes 4 de octubre de 2021 a los científicos estadounidenses David Julius y Ardem Patapoutian, por su descubrimiento de receptores de temperatura y tacto. Foto: Peter Barreras/Invision/AP

“Esto resuelve de verdad uno de los secretos de la naturaleza”, dijo Perlmann. “En realidad es algo crucial para nuestra supervivencia, de modo que es un descubrimiento muy importante y profundo”.

El premio del año pasado fue para tres científicos que descubrieron el virus de la hepatitis C, que causa estragos en el hígado. Su logro llevó al desarrollo de curas para esa enfermedad mortal y de pruebas diagnósticas para evitar que se propagara por bancos de sangre.

El prestigioso premio incluye una medalla de oro y 10 millones de coronas suecas (unos 1,14 millones de dólares). El premio procede de un fondo dejado por el creador del premio, el inventor sueco Alfred Nobel, fallecido en 1895.

El miembro del Comité Nobel Patrik Ernfors, a la derecha, explica el Premio Nobel 2021 de Fisiología o Medicina durante una conferencia de prensa en el Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, el lunes 4 de octubre de 2021. Foto: Jessica Gow/TT vía AP

El premio de medicina es el primero en entregarse este año. El resto de galardones reconocen los logros en los campos de la física, la química, la literatura, la paz y la economía.

Eliminación de 3 años de emisiones de metano bajaría temperatura global 0.21 grados

martes, septiembre 28th, 2021

La concentración de metano ha crecido mucho más rápido que la del dióxido de carbono desde la Revolución Industrial. La eliminación del metano de la atmósfera reduciría las temperaturas incluso más rápido que la eliminación del dióxido de carbono.

MADRID, 28 Sep. (Europa Press) – La eliminación de aproximadamente tres años de emisiones causadas por humanos de metano, un potente gas invernadero, reduciría las temperaturas de la superficie global en unos 0.21 grados Celsius.

Asimismo, se reducirían los niveles de ozono lo suficiente como para prevenir aproximadamente 50 mil muertes prematuras al año, según el resultado de dos nuevos estudios dirigidos por la Universidad de Satnford y publicados en Philosophical Transactions of the Royal Society A.

Esta investigación podría ayudar a allanar el camino al diseñar un plan para coordinar la investigación sobre tecnologías de eliminación de metano y modelar cómo el enfoque podría tener un efecto enorme en la reducción de temperaturas máximas futuras, según sus autores.

Los hallazgos abren la puerta a comparaciones directas con la eliminación de dióxido de carbono, un enfoque que ha recibido mucha más investigación e inversión, y podría ayudar a dar forma a la política climática nacional e internacional en el futuro.

“Ha llegado el momento de invertir en tecnologías de eliminación de metano”, dijo en un comunicado Rob Jackson, autor principal, profesor titular de Energía y Medio Ambiente enStanford.

La concentración relativa de metano ha crecido más del doble de rápido que la del dióxido de carbono desde el comienzo de la Revolución Industrial. La eliminación del metano de la atmósfera podría reducir las temperaturas incluso más rápido que la eliminación del dióxido de carbono solo porque el metano es 81 veces más potente en términos de calentar el clima durante los primeros 20 años después de su liberación, y aproximadamente 27 veces más potente durante un siglo. La eliminación de metano también mejora la calidad del aire al disminuir la concentración de ozono troposférico, cuya exposición causa aproximadamente un millón de muertes prematuras anualmente en todo el mundo debido a enfermedades respiratorias.

A diferencia del dióxido de carbono, la mayor parte de las emisiones de metano son provocadas por los humanos. Los principales culpables incluyen fuentes agrícolas como el ganado, que emiten metano en el aliento y el estiércol, y los campos de arroz, que emiten metano cuando se inundan. La eliminación de desechos y la extracción de combustibles fósiles también contribuyen con emisiones sustanciales. Las fuentes naturales de metano, incluidos los microbios del suelo en los humedales, representan el 40 por ciento restante de las emisiones mundiales de metano. Complican aún más el panorama porque se prevé que algunos de ellos, como el deshielo del permafrost, aumentarán a medida que el planeta se calienta.

Si bien el desarrollo de tecnologías de eliminación de metano no será fácil, las posibles recompensas financieras son grandes. Si los precios de mercado de las compensaciones de carbono suben a 100 dólares o más por tonelada este siglo, como predijeron los modelos de evaluación más relevantes, cada tonelada de metano eliminada de la atmósfera podría tener un valor de más de 2 mil 700 dólares.

Emisiones antropogénicas globales de CH4 (Mt CH4 año − 1) para el pasado reciente y hasta 2 mil 100 siguiendo los escenarios de emisiones SSP. Foto: Robert B. Jackson et al., Atmospheric methane removal: a research agenda, The Royal Society Publishing, septiembre 2021.

Uno de los dos estudios, dedicado al modelado, utiliza un nuevo modelo desarrollado por la Oficina Meteorológica del Reino Unido (MetOffice) para examinar los impactos potenciales de la remoción de metano al tiempo que tiene en cuenta su vida útil más corta que el dióxido de carbono, un factor clave porque parte del metano removido habría desapareció de todos modos. Los investigadores crearon un conjunto de escenarios variando la cantidad eliminada o el momento de la eliminación para generalizar sus resultados en una amplia gama de rutas de emisiones futuras realistas.

En un escenario de altas emisiones, el análisis mostró que una reducción del 40 por ciento en las emisiones globales de metano para 2050 conduciría a una reducción de la temperatura de aproximadamente 0.4 grados Celsius para 2050. En un escenario de bajas emisiones donde la temperatura alcanza su punto máximo durante el siglo XXI, la eliminación de metano de la misma magnitud podría reducir la temperatura máxima hasta en un grado Celsius.

El camino para lograr estas mejoras climáticas y de la calidad del aire sigue sin estar claro. Para enfocarlo, el segundo estudio compara y contrasta aspectos de la eliminación de dióxido de carbono y metano, describe una gama de tecnologías para la eliminación de metano y describe un marco para coordinar y acelerar su ampliación. El marco ayudaría a facilitar un análisis más preciso de los factores de remoción de metano que van desde simulaciones específicas de la ubicación hasta interacciones potenciales con otros enfoques de mitigación del cambio climático.

El metano es difícil de capturar del aire porque su concentración es muy baja, pero las tecnologías emergentes, como una clase de materiales cristalinos llamados zeolitas capaces de absorber el gas, mantienen la promesa de una solución, según los investigadores. Abogan por una mayor investigación sobre el costo, la eficiencia, la escala y los requisitos energéticos de estas tecnologías, las posibles barreras sociales para el despliegue, los beneficios colaterales y los posibles subproductos negativos.

Trabajo mínimo de captura de metano, manteniendo constante la fracción de captura al 70% para diferentes ubicaciones, el aire ambiente, la Cuenca Pérmica (como un ejemplo de un caso de CH4 ligeramente superior a 3 ppm) y una granja lechera, correspondiente a varias concentraciones. Foto: Robert B. Jackson et al., Atmospheric methane removal: a research agenda, The Royal Society Publishing, septiembre 2021.

“La eliminación de dióxido de carbono ha recibido miles de millones de dólares en inversiones, con la formación de decenas de empresas”, dijo Jackson. “Necesitamos compromisos similares para la remoción de metano”.

Julio de 2021, el mes más caluroso “jamás registrado” hasta ahora en la Tierra: NOAA

viernes, agosto 13th, 2021

Para América del Norte, América del Sur, África y Oceanía el julio pasado estuvo entre los “diez más calurosos”, según la NOAA.

Washinton, 13 ago (EFE).- Julio de 2021 se ha convertido en el mes más caluroso “jamás registrado” hasta ahora en la Tierra, reveló este viernes la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés).

Según un informe de la NOAA, la temperatura de la superficie terrestre y oceánica durante el mes pasado fue 1.67 grados fahrenheit (0.93 grados centígrados) mayor al promedio del siglo XX, que se situó en 60.4 grados F (15.8 grados C). Esto supera los registros que esa agencia empezó a llevar desde hace 142 años.

El administrador de la NOAA, Rick Spinrad, aseguró en un comunicado que julio “es típicamente el mes más cálido del año”, pero el de 2021 “se superó a sí mismo como el julio y el mes más caluroso jamás registrados”.

Spinrad advirtió que este nuevo récord se suma “a la inquietante y perturbadora trayectoria que el cambio climático ha marcado en el planeta”.

De acuerdo con los registros de la NOAA, julio superó en 0.02 grados F (0.01 grados C) el récord anterior, establecido en julio de 2016.

Solo en el hemisferio norte, la temperatura terrestre superó en 2.77 grados F (1.54 grados C) la media, y quebró el récord anterior de 2012.

En Asia, el calor en julio superó la temperatura máxima alcanzada en 2010; mientras que en Europa fue el segundo mes más caluroso, al igualar el registro de 2010 y sin superar el del mismo mes de 2018.

Para América del Norte, América del Sur, África y Oceanía el julio pasado estuvo entre los “diez más calurosos”, según la NOAA.

La información alertó igualmente que es “muy probable” que 2021 se ubique entre los 10 años más calurosos que se han registrado en el mundo, de acuerdo con la perspectiva de la clasificación mundial de temperaturas contenidas en el informe sobre el clima mundial de julio de 2021.

Además, destacó la NOAA, la cobertura del hielo marino del Ártico fue en julio “la cuarta más pequeña” marcada para ese mes en el registro de 43 años recopilado por el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC, en inglés).

Temperaturas extremas matan a 5 millones cada año, dice estudio en The Lancet

domingo, julio 11th, 2021

El estudio es el más grande del mundo sobre la mortalidad relacionada con el clima global y es realizado por la Universidad de Monash en Australia. Tiene registros de muertes que ocurrieron entre 2000 y 2019 en 43 países con diferentes condiciones climáticas, socioeconómicas y demográficas.

Las Vegas/Ciudad de México, 11 de julio (SinEmbargo/RT/Radio Francia Internacional).– El Valle de la Muerte en California, uno de los lugares más cálidos y secos de la Tierra, ha alcanzado temperaturas récord este fin de semana.

El viernes, el Servicio Meteorológico Nacional informó que se registró una temperatura de 130 grados Fahrenheit (54.4 grados Celsius) en el desierto, y que había una posibilidad entre cuatro de que el Valle de la Muerte repitiera la misma temperatura tanto el sábado como el domingo.

“¡Estas temperaturas extremas no son una broma! Tenga cuidado antes de salir al aire libre este fin de semana. ¡No se ponga en peligro ni a usted ni a los socorristas!”, alertó ayer la oficina del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Las Vegas a través de su cuenta de Twitter.

Y es que los datos hablan del tamaño de la tragedia climática. Las temperaturas anormalmente cálidas o frías provocan más de cinco millones de muertes anualmente, señala el nuevo estudio, publicado por The Lancet.

El análisis, calificado como “el más grande del mundo sobre la mortalidad relacionada con el clima global” por la Universidad de Monash (Australia), se basa en los registros de las muertes que ocurrieron entre 2000 y 2019 en 43 países con diferentes climas, condiciones socioeconómicas y demográficas, así como variaciones en los niveles de infraestructura y servicios de salud pública.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Servicio Meteorológico Británico, hay 40 por ciento de probabilidades de que la temperatura media global anual supere temporalmente los 1.5 grados por encima de las temperaturas preindustriales en los próximos cinco años. Los últimos seis años hasta 2020 son los seis años más calurosos registrados.

“El cambio climático es un problema muy importante para todo el mundo. Es un asunto global, una emergencia”, dijo Yuming Guo, uno de los autores del estudio. Destacó que este fenómeno también afecta la salud de los humanos.

Al calcular el número de decesos anuales relacionados con las temperaturas anormales en un período de 19 años en 750 ciudades a nivel mundial, los expertos descubrieron que al menos el 9.43 por ciento de las muertes pueden atribuirse a temperaturas altas y bajas. De este modo, asocian un total de cinco millones de fallecidos por año a esta causa. A pesar de que los científicos detectaron más muertes vinculadas al frío, su número se ha reducido en un 0.51 por cierto debido al cambio climático que cada vez provoca más olas de calor.

El equipo de Guo descubrió que los habitantes de áreas pobres son más susceptibles a los cambios del clima ya que tienen menos posibilidades de protegerse. Sin embargo, en las zonas más desarrolladas, las olas de calor y los descensos de temperaturas también se han convertido en una cuestión de vida o muerte.

La prevalencia de las muertes por temperaturas altas o bajas depende del clima de la región, ya que los habitantes se acostumbran a un cierto rango. Se ha descubierto que la mayoría de las muertes por el calor se produjeron en Europa del Este, mientras las muertes por el frío son más frecuentes en Asia Meridional y África subsahariana. Los científicos estiman que el número de muertes seguirá creciendo, sugiriendo que la mayoría de ellas se producirán por el calor.

EL INFIERNO

Estados Unidos podría batir nuevos récords de temperatura. Una amplia área del oeste y unos 30 millones de habitantes sufren una ola de calor, la segunda en pocas semanas. El termómetro subió durante el fin de semana en gran parte de la costa del Pacífico y tierra adentro hasta el límite occidental de las Montañas Rocosas, con pronósticos aún más altos para este domingo.

Según el WNS, Las Vegas igualó su máximo histórico al alcanzar los 47.2 grados centígrados, marca que alcanzó la ciudad ubicada en medio del desierto de Nevada por primera vez en 1942 y tres veces desde 2005.

Los meteorólogos han emitido un boletín de advertencia para el área metropolitana, así como para varios otros centros urbanos, incluidos Phoenix y San José, en el centro de Silicon Valley, no lejos de San Francisco. “Más de 30 millones de personas permanecen bajo alertas de calor extremo o advertencias de calor”, dijo el sábado el NWS, y agregó que se espera que las peligrosas altas temperaturas y las condiciones secas continúen el domingo.

Esta nueva ola de calor llega menos de tres semanas después de otra que azotó el oeste de Estados Unidos y Canadá a fines de junio, con récords de altas temperaturas durante tres días seguidos en la provincia canadiense de Columbia Británica. El número de muertes causadas por esta primera ola aún no se conoce con precisión, pero se estima en varios cientos. El mes pasado fue el junio más caluroso registrado en América del Norte, según los datos publicados por el servicio de monitoreo climático de la Unión Europea.

Hasta ahora, la actividad humana ha provocado un aumento de la temperatura global de aproximadamente 1.1 grados centígrados, lo que se ha traducido en tormentas más destructivas, olas de calor más intensas, sequías y aumento de los incendios forestales.

La temperatura ha influido en el tamaño del cuerpo humano en el último millón de años

jueves, julio 8th, 2021

“Nuestro estudio indica que el clima -en particular la temperatura- ha sido el principal impulsor de los cambios en el tamaño del cuerpo durante el último millón de años”, dicen los investigadores.

Redacción Ciencia, 8 jul (EFE).- El tamaño medio del cuerpo de los seres humanos ha fluctuado significativamente a lo largo del último millón de años y está fuertemente vinculado a la temperatura, según un estudio que señala que los climas más fríos impulsaron la evolución de cuerpos más grandes, y los más cálidos, más pequeños.

Los resultados de esta investigación se publican en la revista Nature Communications, en un artículo que también constata que el tamaño del cerebro ha cambiado de forma drástica, aunque no ha evolucionado al mismo ritmo que el tamaño del cuerpo.

Para llegar a sus conclusiones, el equipo interdisciplinar de investigadores, dirigido por las universidades de Cambridge (Gran Bretaña) y Tubinga (Alemania), reunió mediciones del tamaño del cuerpo y del cerebro de más de 300 fósiles del género Homo encontrados en todo el mundo.

Combinando estos datos con una reconstrucción de los climas regionales del mundo durante el último millón de años, los investigadores identificaron el clima específico que experimentó cada fósil cuando era un ser humano vivo, explica en una nota la universidad inglesa.

El estudio revela que el tamaño medio del cuerpo de los humanos ha oscilado a lo largo del último millón de años, con cuerpos más grandes en regiones más frías; se cree que un tamaño más grande actúa como amortiguador de las temperaturas más heladas.

Un rasgo que define la evolución de nuestro género es la tendencia a aumentar el tamaño del cuerpo y del cerebro; en comparación con especies anteriores como el Homo habilis, somos un 50 por ciento más pesados y nuestro cerebro es tres veces mayor.

Las causas de estos cambios siguen siendo muy discutidas, continúa el comunicado.

“Nuestro estudio indica que el clima -en particular la temperatura- ha sido el principal impulsor de los cambios en el tamaño del cuerpo durante el último millón de años”, resume el profesor Andrea Manica, investigador del departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge, quien dirigió el estudio.

Descripción general de los conjuntos de datos de tamaño corporal y cerebral para Homo utilizados en este estudio. Foto: Will, M., Krapp, M., Stock, J.T. et al. Different environmental variables predict body and brain size evolution in Homo. Nat Commun 12, 4116 (2021).

Según el científico, “podemos ver en las personas que viven hoy en día que las que viven en climas más cálidos tienden a ser más pequeñas, y las que viven en climas más fríos tienden a ser más grandes”.

“Ahora sabemos que las mismas influencias climáticas han actuado durante el último millón de años”.

Los investigadores también analizaron el efecto de los factores ambientales sobre el tamaño del cerebro en el género Homo, pero las correlaciones fueron generalmente débiles.

El tamaño del cerebro tendía a ser mayor cuando el Homo vivía en hábitats con menos vegetación, como estepas abiertas y praderas, pero también en zonas ecológicamente más estables.

En combinación con los datos arqueológicos, los resultados sugieren que los habitantes de estos hábitats cazaban grandes animales como alimento, una tarea compleja que podría haber impulsado la evolución de cerebros más grandes.

Los cráneos de un homo neanderthalensis y un homo sapiens. Foto: Morrell, EFE

“El entorno influye mucho más en el tamaño de nuestro cuerpo que en el de nuestro cerebro”, afirma Manuel Will, de la Universidad de Tubinga.

Así, la investigación sugiere que factores no ambientales fueron más importantes que el clima para impulsar cerebros más grandes, entre ellos los retos cognitivos añadidos de una vida social cada vez más compleja, dietas más diversas y tecnología más sofisticada.

Los autores afirman que existen “pruebas fehacientes” de que el tamaño del cuerpo y el cerebro humanos siguen evolucionando.

El físico humano sigue adaptándose a las distintas temperaturas y, por término medio, las personas de mayor tamaño viven hoy en climas más fríos.

Por otra parte, el tamaño del cerebro de nuestra especie parece haber disminuido desde el inicio del Holoceno (hace unos 11 mil 650 años).

Los autores afirman que existen “pruebas fehacientes” de que el tamaño del cuerpo y el cerebro humanos siguen evolucionando. Foto: EFE

La creciente dependencia de la tecnología, como la externalización de tareas complejas a los ordenadores, puede hacer que los cerebros se reduzcan aún más en los próximos miles de años.

OMM reporta nuevo récord de temperatura en la Antártida: 18.3 grados

jueves, julio 1st, 2021

El nuevo récord oficial bate el anterior, de 17.5 grados, también medido en la base Esperanza, el 24 de marzo de 2015.

Ginebra, 1 jul (EFE).- La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó hoy en un comunicado que la temperatura de 18.3 grados medida el 5 de febrero del pasado año en la estación argentina de Esperanza es la mayor tomada hasta la fecha en la Antártida.

Al mismo tiempo, consideró inválida una medición todavía mayor, de 20.7 grados, que se notificó cuatro días después en una estación brasileña de la isla Seymour, también en la Antártida, que pudo estar adulterada por un protector de radiación que afectó los sensores.

El nuevo récord oficial bate el anterior, de 17.5 grados, también medido en la base Esperanza, el 24 de marzo de 2015.

El establecimiento de máximos de temperatura en la Antártida es esencial para analizar la evolución del clima en esa región de clima extremo, aún poco conocida debido a la falta de estaciones de observación permanentes, y estudiar el ascenso del nivel de los océanos, destacó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

La península Antártica, que es la zona del continente más próxima a Suramérica, es una de las regiones del planeta donde las temperaturas han aumentado más en los últimos 50 años, casi unos tres grados de media.

Bajas temperaturas contribuyen a incremento en transmisión de COVID, revela un análisis de 50 países

lunes, febrero 22nd, 2021

Los investigadores sugieren que la transmisión de COVID-19 podría estar relacionada con un componente estacional, aunque hay otros factores decisivos en la tasa de contagios. De igual forma, indican que “al igual que otros virus estacionales, el SARS-CoV-2 podría resultar extremadamente difícil de contener con el tiempo, a menos que exista un esfuerzo mundial concertado y colaborativo”.

Madrid, 22 de febrero (Europa Press).- Investigadores estadounidenses han analizado las bajas temperaturas diarias y las tasas de infección en 50 países del hemisferio norte para cuantificar su efecto en la transmisión del SARS-CoV-2, y han observado que cuanto más bajas son las temperaturas mayor es la transmisión.

La pandemia del SARS-CoV-2 ha causado una tremenda conmoción, que ha provocado más de 2.3 millones de muertes en todo el mundo y 465 mil en los Estados Unidos. Comprender el impacto de los cambios de temperatura estacionales en la transmisión del virus es un factor importante para reducir la propagación del virus en los próximos años.

El SARS-CoV-2 pertenece a una gran familia de coronavirus humanos, la mayoría de los cuales se caracterizan por una mayor transmisión en los meses más fríos y menos húmedos y una menor transmisión en los meses más cálidos y húmedos.

Con este conocimiento, los investigadores del Christina Lee Brown Envirome Institute de la Universidad de Louisville, la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial del Departamento de Defensa de EU han analizado cómo la temperatura atmosférica afecta la transmisión de la COVID-19.

Los investigadores compararon los datos diarios de bajas temperaturas y los casos registrados de COVID-19 en 50 países del hemisferio norte entre el 22 de enero y el 6 de abril de 2020. Su investigación, publicada esta semana en PLOS ONE, mostró que a medida que aumentaban las temperaturas, disminuían los casos nuevos de COVID-19.

El análisis de datos mostró que entre -1 grado y 37 grados (30 y 100 grados Fahrenheit), un aumento de 17 grados (1 grado Fahrenheit) en la temperatura baja diaria se asoció con una disminución del 1 por ciento en la tasa de aumento de casos de COVID-19, y una disminución de 17 grados (1 grado Farenheit) en la temperatura se asoció con un aumento de esa tasa en un 3.7 por ciento. Al analizar los datos de las primeras etapas de la pandemia, los resultados se obtuvieron sin una influencia significativa de los bloqueos, el enmascaramiento u otros esfuerzos sociales para contener el virus.

“Aunque la COVID-19 es una enfermedad infecciosa que tendrá una transmisión no dependiente de la temperatura, nuestra investigación indica que también puede tener un componente estacional. Por supuesto, el efecto de la temperatura sobre la tasa de transmisión se ve alterado por intervenciones sociales como el distanciamiento, así como por el tiempo pasado en interiores y otros factores. Una combinación de estos factores determina en última instancia la propagación de la COVID-19”, señala Aruni Bhatnagar, coautor y director del Brown Envirome Institute.

Los investigadores concluyeron que los meses de verano están asociados con una transmisión más lenta de COVID-19, como en otros virus respiratorios estacionales. Este efecto estacional podría ser útil en la planificación local de intervenciones sociales y en el momento del resurgimiento del virus.

En los Estados Unidos, se observaron picos agudos de COVID-19 durante el verano, pero los investigadores notaron que, según los datos que analizaron, las temperaturas más frías del verano pueden haber dado lugar a un número aún mayor de casos. Los datos también indican que la correlación entre temperatura y transmisión fue mucho mayor que la asociación entre temperatura y recuperación o muerte por COVID-19.

Los investigadores concluyeron que los meses de verano están asociados con una transmisión más lenta de COVID-19, como en otros virus respiratorios estacionales. Foto: Eugene Hoshiko, AP

“Esta comprensión de la sensibilidad a la temperatura del SARS-CoV-2 tiene implicaciones importantes para anticipar el curso de la pandemia. No sabemos cuánto tiempo las vacunas disponibles actualmente mantendrán sus beneficios, ni cuáles son los riesgos de que se desarrollen nuevas variantes con el tiempo si los hemisferios norte y sur continúan intercambiando COVID-19, de un lado a otro del ecuador, debido a su temporadas opuestas”, explica Adam Kaplin de Johns Hopkins, primer autor del estudio.

A su juicio, “es razonable concluir que esta investigación sugiere que, al igual que otros virus estacionales, el SARS-CoV-2 podría resultar extremadamente difícil de contener con el tiempo, a menos que exista un esfuerzo mundial concertado y colaborativo para trabajar para poner fin a esta pandemia”.

El SARS-CoV-2, como la gripe, podría ser estacional, sugiere estudio que compara datos de 221 países

jueves, enero 28th, 2021

Los investigadores comprobaron que existe cierta relación entre las variables epidemiológicas y la temperatura, la latitud y longitud.

Madrid, 28 de enero (Europa Press).- Una nueva investigación de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) ha apuntado que el virus de la COVID-19 podría ser estacional, al menos en parte, igual que la gripe. En un artículo publicado en la revista Evolutionary Bioinformatics, los investigadores muestran que los casos de COVID-19 y las tasas de mortalidad, entre otros parámetros epidemiológicos, están significativamente correlacionados con la temperatura y la latitud en 221 países.

“Una conclusión es que la enfermedad puede ser estacional, como la gripe. Esto es muy relevante para lo que debemos esperar a partir de ahora después de que la vacuna controle estas primeras oleadas de COVID-19”, explica el autor principal del trabajo, Gustavo Caetano-Anollés.

El carácter estacional de las enfermedades víricas está tan extendido que ha pasado a formar parte de la lengua. Por ejemplo, a menudo se habla de la “temporada de gripe” para describir la mayor incidencia de la gripe durante los meses fríos del invierno. Al principio de la pandemia, los investigadores sugirieron que el SARS-CoV-2 podría comportarse como otros coronavirus, muchos de los cuales hacen acto de presencia en otoño e invierno.

En primer lugar, estos investigadores descargaron los datos epidemiológicos pertinentes (incidencia de la enfermedad, mortalidad, casos de recuperación, casos activos, tasa de pruebas y hospitalización) de 221 países, junto con su latitud, longitud y temperatura media. Los datos se obtuvieron a partir del 15 de abril de 2020, porque esa fecha representa el momento de un año determinado en el que la variación estacional de la temperatura alcanza su máximo en todo el mundo. Esa fecha también coincidió con un momento de la primera pandemia en el que las infecciones por COVID-19 alcanzaron su máximo nivel en todas partes.

El equipo de investigación utilizó métodos estadísticos para comprobar si las variables epidemiológicas estaban correlacionadas con la temperatura, la latitud y la longitud. La expectativa era que los países más cálidos y cercanos al ecuador serían los menos afectados por la enfermedad.

“Efectivamente, nuestro análisis epidemiológico mundial mostró una correlación estadísticamente significativa entre la temperatura y la incidencia, la mortalidad, los casos de recuperación y los casos activos. La misma tendencia se encontró con la latitud, pero no con la longitud, como esperábamos”, afirma Caetano-Anollés.

Aunque la temperatura y la latitud estaban inequívocamente correlacionadas con los casos de COVID-19, los investigadores puntualizan que el clima es sólo uno de los factores que determinan la incidencia estacional de COVID-19 en todo el mundo.

Tuvieron en cuenta otros factores estandarizando los datos epidemiológicos brutos en tasas de enfermedad per cápita y asignando a cada país un índice de riesgo que reflejara la preparación de la sanidad pública y la incidencia de comorbilidades en la población. La idea era que si la enfermedad estaba aumentando en países con recursos inadecuados o con tasas de diabetes, obesidad o vejez superiores a la media, el índice de riesgo parecería más importante en el análisis que la temperatura. Pero no fue así. El índice no se correlacionó en absoluto con las métricas de la enfermedad.

Trabajos anteriores de Caetano-Anollés y sus colaboradores identificaron zonas del genoma del virus del SARS-CoV-2 que experimentaban rápidas mutaciones, algunas representadas en la nueva variante del virus procedente de Reino Unido, y otras regiones genómicas que se estabilizaban. Dado que virus similares muestran repuntes estacionales en las tasas de mutación, el equipo de investigación buscó conexiones entre los cambios mutacionales del virus y la temperatura, latitud y longitud de los lugares de los que se tomaron muestras de genomas en todo el mundo.

El equipo de investigación utilizó métodos estadísticos para comprobar si las variables epidemiológicas estaban correlacionadas con la temperatura, la latitud y la longitud. En la imagen, el investigador Gustavo Caetano-Anolles. Foto: L. Brian Stauffer, University of Illinois

“Nuestros resultados sugieren que el virus está cambiando a su propio ritmo y que las mutaciones se ven afectadas por otros factores además de la temperatura o la latitud. No sabemos exactamente cuáles son esos factores, pero ahora podemos decir que los efectos estacionales son independientes de la composición genética del virus”, afirma Caetano-Anollés.

Los investigadores afirman que nuestros propios sistemas inmunitarios podrían ser parcialmente responsables del patrón de estacionalidad. Por ejemplo, nuestra respuesta inmunitaria a la gripe puede verse influida por la temperatura y el estado nutricional, incluida la vitamina D, un elemento crucial en nuestras defensas inmunitarias. Con una menor exposición al sol durante el invierno, no producimos suficiente cantidad de esa vitamina. Pero es demasiado pronto para decir cómo interactúan la estacionalidad y nuestro sistema inmunitario en el caso de la COVID-19.

“Sabemos que la gripe es estacional y que tenemos un descanso durante el verano. Eso nos da la oportunidad de preparar la vacuna contra la gripe para el otoño siguiente. Cuando todavía estamos en medio de una pandemia furiosa, esa pausa es inexistente. Quizá aprender a reforzar nuestro sistema inmunitario podría ayudar a combatir la enfermedad mientras luchamos por ponernos al día con el siempre cambiante coronavirus”, concluye el investigador.

¿El clima afecta a la propagación de la COVID? El comportamiento humano incide mucho más: estudio

lunes, noviembre 9th, 2020

Una investigación dirigida por la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) ha aportado algo de claridad al papel del clima en la infección de COVID-19, con un nuevo estudio que descubre que la temperatura y la humedad no juegan un papel significativo en la propagación del coronavirus.

Madrid, 9 de noviembre (Europa Press).- Al comienzo de la pandemia de coronavirus, había grandes esperanzas de que las calurosas temperaturas del verano pudieran reducir su propagación. Aunque el verano no trajo un alivio generalizado, la conexión entre el clima y la COVID-19 sigue siendo un tema candente. El clima influye en el entorno en el que el coronavirus debe sobrevivir antes de infectar a un nuevo huésped. Pero también influye en el comportamiento humano, que mueve el virus de un huésped a otro.

Ahora, una investigación dirigida por la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) ha aportado algo de claridad al papel del clima en la infección de COVID-19, con un nuevo estudio que descubre que la temperatura y la humedad no juegan un papel significativo en la propagación del coronavirus. Eso significa que, tanto si hace frío como calor afuera, la transmisión de COVID-19 de una persona a otra depende casi totalmente del comportamiento humano.

“El efecto del clima es bajo y otras características como la movilidad tienen más impacto que el clima. En términos de importancia relativa, el clima es uno de los últimos parámetros”, explica Dev Niyogi, el líder de la investigación, que se ha publicado en la revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health.

El estudio definió el clima como “temperatura equivalente del aire”, que combina la temperatura y la humedad en un sólo valor. Los científicos entonces analizaron cómo este valor rastreado con el coronavirus se propagó en diferentes áreas de marzo a julio, con una escala que va desde los estados y condados de EU a los países, regiones y el mundo en general.

A escala de condado y de estado, los investigadores también investigaron la relación entre la infección por coronavirus y el comportamiento humano, utilizando datos de teléfonos celulares para estudiar los hábitos de viaje. El estudio examinó el comportamiento humano en un sentido general y no intentó conectarlo con la forma en que el clima puede haber influido en él. En cada escala, los investigadores ajustaron sus análisis para que las diferencias de población no sesgaran los resultados.

A través de las escalas, los científicos encontraron que el clima casi no tenía influencia. Cuando se comparó con otros factores utilizando una métrica estadística que desglosa la contribución relativa de cada factor a un resultado en particular, la importancia relativa del tiempo a escala de condado fue inferior al 3 por ciento, sin indicación de que un tipo específico de tiempo promovido se extendiera sobre otro.

En contraste, los datos mostraron la clara influencia del comportamiento humano y la enorme influencia de los comportamientos individuales. Hacer viajes y pasar tiempo fuera de casa fueron los dos principales factores que contribuyeron al crecimiento de COVID-19, con una importancia relativa de alrededor del 34 y el 26 por ciento, respectivamente. Los siguientes dos factores importantes fueron la población y la densidad urbana, con una importancia relativa de alrededor del 23 y el 13 por ciento, respectivamente.

Las olas de calor marino son más frecuentes, intensas y duraderas por la actividad humana: estudio

martes, septiembre 29th, 2020

Un estudio de la Universidad de Berna, Suiza, examinó las temperaturas de la superficie del mar y determinaron que las olas de calor en los océanos de todo el mundo se han vuelto más recurrentes y de mayor temperatura.

Berna, Suiza, 29 de septiembre (RT).- Las olas de calor en los océanos de todo el mundo se han vuelto 20 veces más frecuentes como resultado del cambio climático antropogénico, además de aumentar su duración y temperatura, sostiene un nuevo estudio publicado en la revista Science, que subraya la necesidad de una acción climática importante a fin de reducir el riesgo para los ecosistemas.

El estudio, realizado por científicos marinos de la Universidad de Berna (Suiza), examinó mediciones satelitales de las temperaturas de la superficie del mar entre 1981 y 2017.

Los científicos descubrieron que en la década de 1980 se registraron en todo el mundo 27 grandes oleadas marinas de calor, que en promedio duraron 32 días y alcanzaron temperaturas máximas de 4.8 grados centígrados por encima de la media.

Entretanto, en la última década analizada ocurrieron 172 importantes oleadas, que duraron 48 días en promedio y tuvieron temperaturas máximas de 5.5 grados por encima de lo normal.

En todo el mundo las olas de calor han aumentado en temperatura y frecuencia, según un estudio de científicos marinos de la Universidad de Berna. Foto: Carlos Alberto Carbajal, Cuartoscuro

IMPACTO EN ECOSISTEMAS

Las oleadas marinas de calor pueden aumentar la mortalidad de aves, peces y mamíferos marítimos, desencadenar floraciones de algas nocivas y reducir en gran medida el suministro de nutrientes en el océano, además de provocar el blanqueamiento de los corales, desencadenar migraciones de peces hacia aguas más frías y contribuir al fuerte declive de los casquetes polares, sostienen los científicos en un comunicado.

“Las recientes olas de calor han tenido un grave impacto en los ecosistemas marinos, que necesitan después mucho tiempo para recuperarse, si es que alguna vez se recuperan por completo”, explica Charlotte Laufkötter, autora principal del estudio.

Los investigadores advierten que, si bien en la época preindustrial las olas extremas de calor marino solo ocurrían una vez en cientos o miles de años, en el futuro se pueden convertir en la norma.

Si la humanidad logra limitar el calentamiento global a 1.5 grados —el objetivo del Acuerdo Climático de París—, eso solo se producirá una vez cada década o siglo. Sin embargo, si las temperaturas aumentan en tres grados, podrían ocurrir una vez al año o cada década, alertan los autores del estudio.

“Los objetivos climáticos ambiciosos son una necesidad absoluta para reducir el riesgo de oleadas de calor sin precedentes en los mares”, enfatiza Laufkötter, argumentando que su contención es “la única forma de prevenir la pérdida irreversible de algunos de los ecosistemas marinos más valiosos”.

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El hemisferio norte pasa el verano más cálido del que se tiene registro; tuvo 1.17º más que la media

martes, septiembre 15th, 2020

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que en el hemisferio norte, entre los meses de junio y agosto, se ha registrado el verano más cálido del que se tiene registro; la temperatura aumentó 1.17 grados de la media, superando los veranos de 2016 y 2019.

Ginebra, Suiza, 15 de septiembre (EFE).- El hemisferio norte ha registrado el verano más cálido del que se tiene registro, con una temperatura media entre junio y agosto 1.17 grados más alta que la media, informó hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM) con datos de la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).

La marca supera los veranos hasta ahora más cálidos, registrados en 2016 y 2019, subrayó en rueda de prensa la portavoz de la OMM Clare Nullis, quien también recordó que los cinco periodos estivales más calurosos hasta ahora han sido los de los últimos cinco años.

A nivel global, el mes de agosto fue el segundo más cálido del que se tiene registro, 0.94 grados centígrados por encima de la media del siglo XX, de 15.6 grados.

Las cifras de NOAA también revelan que todos los meses de los últimos 35 años han mostrado al menos nominalmente temperaturas superiores a la media del siglo XX.

El oeste de Estados Unidos, Europa, buena parte de Rusia y el sureste de China fueron las regiones donde la temperatura estival estuvo más por encima de la media, subrayó la OMM, que añadió que el calor ha sido un factor para una temporada de incendios especialmente destructiva en zonas como la costa occidental de Estados Unidos.

La OMM también destacó, citando igualmente datos de las autoridades estadounidenses, que la temporada de huracanes en el Golfo de México está siendo tan activa que se podría agotar la lista de nombres para estos fenómenos meteorológicos y habría que recurrir a letras del alfabeto griego, algo que no sucedía desde 2005.

Cada año, el primer huracán del año es bautizado con un nombre que comienza por la letra A (“Arthur” esta temporada), el segundo por la B y así sucesivamente.

El huracán más reciente, llamado “Vicky”, ha sido el vigésimo, y tras la W (“Wilfred”) ya se recurriría al alfabeto griego (Alpha, Beta, Gamma, etc).

Nullis también recordó que ayer lunes el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos alertó sobre la formación de cinco ciclones en el Atlántico (“Paulette”, “Rene”, “Sally”, “Teddy” y “Vicky”), una cantidad de potenciales huracanes simultáneos que no se observaba desde 1971.