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Satélites de la ESA captan imágenes de calor extremo en Europa; llega hasta 55 grados

lunes, agosto 22nd, 2022

Las animaciones se basan en datos de la misión Sentinel-2 de Copernicus y se han creado con imágenes obtenidas el 12 de julio, antes de que comenzaran los incendios, y el 17 de julio, cuando ya estaban activos. 

Madrid, 22 Ago. (Europa Press).– Las altas temperaturas y la serie de máximos históricos que se han alcanzado en Europa occidental han sido los signos visibles de las olas de calor que se han producido en las últimas semanas, y que también se ha observado desde el espacio, a través del satélite Copernicus Sentinel-3.

La Estación Espacial Internacional (ESA) ha obtenido imágenes de la superficie terrestre en el sur de Francia, España y norte de África, donde en algunos puntos se han llegado a alcanzar los 55 grados centígrados en la superficie del suelo, como ocurrió en la mañana del 17 de julio.

La temperatura de la superficie terrestre representa lo caliente que se siente el suelo al tacto, y es distinta a la temperatura del aire, incluida en los pronósticos meteorológicos diarios, que representa lo caliente que está el aire sobre el suelo, tal como aclaran desde la ESA.

Sin embargo, matiza, estos datos se obtuvieron durante la mañana del día 17 de julio, por lo que la temperatura aumentaría según avanzaba la jornada. En la imagen de la temperatura de la superficie del suelo difundida por la ESA también se identifican los incendios forestales de la región de Gironda, al sur de Francia.

En otra imagen se muestran los incendios que asolan la zona del municipio de Guillos (Francia) y, en una segunda, la superficie de la zona destruida por el fuego a poca distancia al oeste, cerca de la localidad de Cazaux (Francia).

Las animaciones se basan en datos de la misión Sentinel-2 de Copernicus y se han creado con imágenes obtenidas el 12 de julio, antes de que comenzaran los incendios, y el 17 de julio, cuando ya estaban activos. “La diferencia se puede apreciar fácilmente”, afirma la ESA.

El organismo advierte de que, al tiempo que siguen activas las alertas por altas temperaturas, también hay otras por sequía en casi la mitad de la Unión Europea, lo que supone un riesgo aún más prolongado para el abastecimiento de agua y la producción agrícola de alimentos.

En este sentido, alertan de que conforme aumenten los efectos del cambio climático, también lo hará este tipo de fenómenos meteorológicos extremos.

Probabilidad de olas de calor en continente antártico se multiplicó por 10, alertan

viernes, mayo 27th, 2022

Los resultados del estudio reflejan el gran impacto del cambio climático en el continente antártico.

Barcelona (España), 27 may (EFE).- La probabilidad de las olas de calor en el continente antártico se multiplicó por diez desde el periodo 1950-1984, según un estudio de científicos del Grupo Antártico de la Agencia Estatal española de Meteorología (Aemet), la Universidad española de Barcelona, ​​el Instituto español de Geociencias del CSIC y la Universidad de Lisboa.

El trabajo, que publica la revista Communications Earth & Environment, del grupo Nature, analizó las más intensas olas de calor registradas en la península antártica desde que existen datos, entre ellas la de febrero de 2020.

El estudio confirma, por primera vez, que el cambio climático es capaz de amplificar una ola de calor en el continente antártico y concreta que la probabilidad de experimentar una ola de calor similar a la registrada en 2020 aumentó diez veces desde el periodo 1950-1984, en gran medida como resultado del cambio climático.

En el Antártico, el mes de febrero de 2020 fue normalmente cálido en la península antártica, donde hubo una ola de calor que se produjo entre los días 6 y 11, una de las más intensas de las registradas en la región, donde se midieron anomalías de la temperatura media de + 4.5 ºC y dejó un récord de temperatura en la península el 6 de febrero de 2020, con un registro de 18.3 °C en la base Esperanza.

Para cuantificar el papel del cambio climático en la magnitud de esta oleada de calor regional de seis días, los investigadores estudiaron hechos similares que hubieran sucedido en periodos pasados ​​(1950-1984) y recientes (1985-2019).

Los resultados mostraron que oleadas de calor similares a las de 2020 en la península antártica son ahora al menos aproximadamente 0.4 °C más cálidas que en el periodo anterior, lo que representa un aumento del 25 por ciento en la intensidad.

Asimismo, observaron que la probabilidad de experimentar anomalías medias regionales de 6 días por encima de unos 2 °C ha aumentado diez veces desde el periodo 1950-1984.

Los cambios en la circulación atmosférica experimentados recientemente en la zona no son capaces de explicar el aumento de temperatura durante este fenómeno y, por eso, el estudio atribuye responsabilidades a factores antropogénicos, es decir, al cambio climático.

Temperatura más alta y fecha para las estaciones disponibles de la Península Antártica y el período del 6 al 11 de febrero de 2020 según los mensajes SYNOP. Foto: González-Herrero, S., Barriopedro, D., Trigo, R.M. et al. Climate warming amplified the 2020 record-breaking heatwave in the Antarctic Peninsula. Commun Earth Environ 3, 122 (2022).

Estrés, ansiedad, uso de sustancias: Vinculan calor extremo a crisis de salud mental

viernes, febrero 25th, 2022

El estudio reveló que estas afectaciones en la salud no dependen de la edad, sexo o lugar de residencia.

Madrid, 25 de febrero (Europa Press).- En los días de verano extremadamente calurosos, los adultos tienen un mayor riesgo de visitar las urgencias de los hospitales por crisis de salud mental relacionadas con el uso de sustancias, la ansiedad, el estrés y más, según una investigación publicada en la revista JAMA Psychiatry.

Por ello, investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston (Estados Unidos), autores del estudio, recomiendan que durante los periodos de calor extremo, los médicos deberían esperar un aumento de los pacientes que requieren servicios de salud mental.

El estudio reveló que los días con temperaturas más altas de lo normal durante la temporada de verano en los Estados Unidos se asociaron con un aumento de las tasas de visitas a los servicios de urgencias por cualquier afección relacionada con la salud mental, en particular el consumo de sustancias, los trastornos de ansiedad y estrés, y los trastornos del estado de ánimo.

El impacto del calor en la salud física está bien documentado, pero pocos estudios han examinado los efectos del calor extremo en la salud mental. Este estudio nacional es el mayor y más completo análisis de la temperatura ambiental diaria y las visitas a urgencias relacionadas con la salud mental entre los adultos estadounidenses de todas las edades.

Dado que se espera que los días de calor extremo aumenten debido al empeoramiento del cambio climático, los hallazgos llenan un vacío crítico en la investigación y proporcionan apoyo basado en la evidencia para las intervenciones proactivas y las soluciones políticas que pueden reducir las crisis relacionadas con el calor.

“Las visitas a los servicios de urgencias representan algunas de las interacciones más costosas dentro del sistema sanitario –afirma la autora principal del estudio, la doctora Amruta Nori-Sarma, profesora adjunta de salud ambiental en BUSPH–. Atender las necesidades de los más vulnerables para evitar algunas de estas visitas puede tener un impacto positivo en la salud y los costos individuales, así como preservar los recursos sanitarios para otras emergencias”.

Los nuevos hallazgos deberían incitar a los proveedores de atención sanitaria a prepararse para una mayor necesidad de servicios de salud mental durante las épocas en las que se prevé un calor extremo, afirma Nori-Sarma. “Cuando se pronostican olas de calor, los clínicos y los expertos en salud pública pueden utilizar nuestros hallazgos para prepararse especialmente para llegar a los pacientes con condiciones de salud mental existentes”, añade.

El público en general también puede beneficiarse de esta información, dice el autor principal del estudio, el doctor Gregory Wellenius, profesor de salud ambiental y director del Programa de Clima y Salud de BUSPH.

“En los días de calor extremo, es importante que cada uno de nosotros tome las precauciones necesarias para cuidar de sí mismo y de sus seres queridos”, dice, lo que puede incluir la comprobación de los vecinos o miembros de la familia que pueden ser susceptibles a los impactos de salud de la exposición al calor.

El público en general también puede beneficiarse de esta información, dice el autor principal del estudio, el doctor Gregory Wellenius, profesor de salud ambiental y director del Programa de Clima y Salud de BUSPH. Foto: EFE

Para el estudio, Nori-Sarma y sus colegas obtuvieron datos de reclamaciones médicas sobre visitas a urgencias relacionadas con la salud mental del Almacén de Datos de OptumLabs, que contiene información sanitaria longitudinal no identificada sobre más de 200 millones de inscritos comerciales y de Medicare Advantage en todo Estados Unidos.

Analizaron aproximadamente 3.5 millones de visitas a urgencias entre 2.2 millones de adultos de 18 años o más que tenían un seguro médico comercial o Medicare Advantage durante la temporada de calor (de mayo a septiembre) de 2010 a 2019.

Los días de calor extremo -definidos como temperaturas por encima del percentil 95 de las distribuciones de temperatura por condado- fueron los más fuertemente vinculados con las visitas a urgencias por trastornos del comportamiento de inicio en la infancia y trastornos por uso de sustancias, seguidos por trastornos de ansiedad, relacionados con el estrés y somatomorfos, y trastornos del estado de ánimo. El calor extremo también se asoció a las visitas a urgencias por esquizofrenia.

Los investigadores descubrieron que el impacto del calor en la salud mental era similar en todos los grupos de edad, y evidente tanto en hombres como en mujeres y en todas las regiones del país.

“Estos resultados demuestran que el calor puede afectar profundamente a la salud mental de las personas, independientemente de su edad, sexo o lugar de residencia”, afirma Wellenius.

Los investigadores descubrieron que el impacto del calor en la salud mental era similar en todos los grupos de edad, y evidente tanto en hombres como en mujeres y en todas las regiones del país. Foto: EFE

En futuros estudios, los investigadores pretenden identificar estrategias de salud pública que ayuden a alertar a la gente de los riesgos que supone el calor extremo y a proteger mejor a los miembros más vulnerables de la comunidad.

Las investigaciones posteriores también explorarán el impacto de las temperaturas elevadas en la salud mental durante periodos de tiempo más largos (es decir, olas de calor), así como el impacto en los grupos vulnerables que este estudio no evaluó, incluidos los no asegurados, los de bajos ingresos y los de diversas razas/etnias, y los que experimentan situaciones menos urgentes.

Los efectos continuos de la COVID-19 sobre la salud mental también darán forma a este trabajo. Los cierres, el aislamiento social y la incertidumbre general durante los primeros días de la pandemia aumentaron la necesidad -y limitaron la disponibilidad- de los servicios de salud mental al mismo tiempo que los servicios de urgencias se veían desbordados por los pacientes que sufrían emergencias físicas, afirma Nori-Sarma.

“A medida que nos acercamos a la próxima temporada de verano, es importante tener en cuenta que la combinación de factores de estrés -la pandemia y el clima- podría exacerbar las condiciones de salud mental existentes –señala–. El sistema de salud mental debe planificar en consecuencia”.

Cambio climático propiciaría “efecto mariposa”: del deshielo ártico a incendios en EU

sábado, diciembre 18th, 2021

Investigadores descubrieron que a medida que disminuye el hielo marino en el Ártico se empeoran los incendios forestales en el oeste de Estados Unidos, lo que denominaron como “efecto mariposa”. 

Madrid, 18 de diciembre (EUROPAPRESS).- Un estudio ha descrito por primera vez el mecanismo subyacente que relaciona la disminución del hielo marino en el Ártico con el empeoramiento de los incendios forestales en el oeste de Estados Unidos.

A medida que el hielo marino se derrite de julio a octubre, la luz solar calienta el área circundante, cada vez más sin hielo. En última instancia, esto trae condiciones favorables al calor y al fuego a estados distantes como California, Washington y Oregon más tarde en otoño y principios del invierno.

Investigadores afirman que esta relación resulta tan influyente como los patrones climáticos que propicia El Niño-Oscilación del Sur.

“No es una analogía perfecta, pero las teleconexiones como esta son un poco como el ‘efecto mariposa'”, dijo en un comunicado Hailong Wang, científico en el Pacific Northwest National Laboratory (PNNL) y coautor del nuevo estudio. Hace referencia a la característica popular de la teoría del caos en la que se cree que el batir de alas de una mariposa influye en la formación de un tornado distante.

“Las condiciones climáticas en una parte del mundo pueden, con el tiempo, influir en los resultados climáticos desde miles de kilómetros de distancia”, dijo Wang. “En nuestro caso, encontramos que la región ártica y el oeste de Estados Unidos están conectados por esta relación. El calentamiento regional de la superficie terrestre y marina causado por la pérdida de hielo marino desencadena condiciones más cálidas y secas en Occidente más adelante en el año”.

Wang presentó sus hallazgos virtualmente en una conferencia de prensa de AGU (American Geophyisical Union) que exploraba los incendios forestales en un clima cambiante el 16 de diciembre.

Wang y sus colegas autores descubrieron que a medida que el hielo marino del Ártico se derrite y las superficies terrestres y marinas circundantes se calientan, se fortalece un vórtice en la atmósfera sobre el área calentada. Este vórtice, que gira en sentido antihorario como un ciclón, se genera por diferencias en la presión del aire.

El poderoso vórtice empuja constantemente la corriente en chorro polar fuera de su patrón típico, desviando el aire húmedo del oeste de los Estados Unidos. Con la corriente en chorro ahora más ondulada desviada de su curso habitual, se forma un segundo vórtice, que gira en el sentido de las agujas del reloj, debajo de la cresta del chorro polar sobre el oeste de los Estados Unidos. Este segundo vórtice, similar al vórtice responsable del calor extremo del noroeste del Pacífico a principios de este verano, trae consigo cielos despejados, condiciones secas y otras condiciones climáticas favorables al fuego.

A medida que el Ártico continúa calentándose, puede agudizar el contraste entre estos dos sistemas conectados a distancia, exacerbando aún más las condiciones en una región ya devastada por el fuego. Más de tres millones de acres se han quemado sólo en California durante la temporada de incendios forestales de 2021.

“Esta conexión impulsada por la dinámica calienta y seca la región occidental de los Estados Unidos”, dijo Yufei Zou, autor principal y científico de datos que era un postdoctorado en PNNL cuando se realizó el estudio. “Al descubrir el mecanismo detrás de esa teleconexión, esperamos que los encargados de gestionar los bosques y prepararse para los incendios forestales estén más informados”.

Para sondear la influencia del hielo marino del Ártico en la formación de condiciones climáticas favorables al fuego, los autores del estudio recurrieron a las últimas cuatro décadas de niveles registrados de hielo marino. El equipo aisló el mecanismo en juego mediante el modelado realizado en el National Energy Research Scientific Computing Center, ubicado en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.

El hielo marino del Ártico ha disminuido continuamente desde que los científicos comenzaron a medir su pérdida a fines de la década de 1970. La capa de hielo marino al final del verano ha disminuido en un 13 por ciento cada década en relación con el promedio de 1981-2010, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Se proyecta que el hielo marino del Ártico continuará disminuyendo, lo que eventualmente conducirá a períodos de aguas árticas sin hielo antes de la década de 2050. Hoy en día, incluso el hielo más antiguo y grueso que persiste durante todo el año es ahora más delgado y frágil.

Nacidos en 2021 sufrirán 7 veces más olas de calor que sus abuelos: Save The Children

lunes, septiembre 27th, 2021

Un informe de Save the Children revela que los recién nacidos de esta generación vivirán más sequías, inundaciones, malas cosechas e incendios forestales en un futuro.

Londres, 27 sep (EFE).- Los niños nacidos en el último año se enfrentarán de promedio a siete veces más olas de calor a lo largo de su vida que sus abuelos, si el calentamiento global prosigue su actual ritmo, según una investigación publicada este lunes por Save the Children en la revista Science.

El estudio, en colaboración con un equipo internacional de investigadores climáticos liderados por la Vrije Universiteit Brussel, revela que los recién nacidos en todo el mundo vivirán de promedio 2.6 veces más sequías, 2.8 veces más inundaciones, casi tres veces más malas cosechas y el doble de incendios forestales que las personas nacidas hace 60 años.

Los expertos advierten de que algunos niños podrían verse afectados por varios de estos desastres simultáneamente o en rápida sucesión, lo que agravaría aún más la devastación.

Según el informe, los niños que viven en países de ingresos bajos y medianos, así como en comunidades desfavorecidas, serán los más afectados al correr un mayor riesgo de sufrir desnutrición y contraer enfermedades transmitidas por el agua.

En Afganistán, los recién nacidos podrían enfrentarse a hasta 18 veces más olas de calor que sus abuelos, mientras que, en Mali, podrían sufrir 10 veces más pérdidas de cosechas, una “realidad aterradora” para esta generación y las futuras, remarca en un comunicado la directora de Save the Children International, Inger Ashing.

“Sin una acción urgente, estaremos entregando un futuro mortal a nuestros hijos”, alerta Ashing, convencida de que “la crisis climática es una crisis de derechos infantiles”, por lo que es necesario “escuchar a los niños y pasar a la acción”.

El Acuerdo de París prevé en su texto original que las temperaturas aumenten para 2 mil 100 entre 2.6 y 3.1 grados por encima de los niveles preindustriales, un incremento que tendría un impacto “inaceptable” en los niños, alerta Save the Children.

El Acuerdo de París prevé en su texto original que las temperaturas aumenten para 2 mil 100 entre 2.6 y 3.1 grados por encima de los niveles preindustriales. Foto: EFE

Sin embargo, la ONG remarca que todavía hay margen para revertir estos pronósticos: si el calentamiento global se limitara a 1.5 grados, la exposición de los recién nacidos a olas de calor se reduciría en un 39 por ciento para las sequías, en un 38 por ciento para las crecidas de los ríos, en un 28 por ciento para las malas cosechas y en un 10 por ciento para los incendios forestales.

Asimismo, Save the Children aboga por incrementar la financiación climática para ayudar a los niños y a sus comunidades a adaptarse a la crisis climática e insta a las autoridades a poner las demandas de la población más joven en el centro de los acuerdos medioambientales.

El desastre climático de la Tierra ya está aquí: por qué arden EU y Canadá

lunes, julio 5th, 2021

El Polo Norte está muy caliente y se debe al cambio climático, el calentamiento global producido por las emisiones salvajes de CO₂. 

Por Antonio Ruiz de Elvira Serra
Catedrático de Física Aplicada, Universidad de Alcalá

Madrid, 5 de julio (The Conversation).- Hace una semana se alcanzaban temperaturas cercanas a los 48 grados centígrados en Vancouver (Canadá), 42 grados centígrados en Seattle, 44 grados centígrados en Portland (Estados Unidos) y temperaturas similares en toda esa región de paisajes verdes y húmedos. Estas temperaturas son típicas de los desiertos cercanos a las líneas de los trópicos, Arabia, Irán y el valle de la Muerte, en California, donde en 2020 se alcanzaron los 54 grados.

Se había formado sobre la zona una estructura de bloqueo en omega (por la letra mayúscula griega Ω) del chorro polar. Y esa estructura había atrapado y bloqueado durante días un centro de alta presión, que, como el anticiclón de las Azores cerca de España, introdujo aire muy cálido allí. Aire que, siguiendo la ecuación de los gases perfectos, aumenta su temperatura cuando aumenta su presión.

El chorro polar en color morado. Se observa la estructura en omega sobre el noroeste de los Estados Unidos. Foto: GrADS-Cola/Universidad George Mason.

Las olas de calor están ocurriendo en los EU con una frecuencia tres veces mayor estos años recientes de lo que ocurrían en los 60 del siglo pasado, y su extensión geográfica sobre tierra es hoy 1.25 veces más grande.

Este año, durante el invierno, se ha registrado la menor extensión de hielo en el Ártico desde que tenemos registros de satélite. Y este verano, esa extensión es tan pequeña como en 2012 (la mínima registrada en esta estación) y probablemente se reducirá aún más. El Polo Norte está muy caliente.

CORRIENTE DE AIRE QUE CONTROLAN EL CLIMA

Todo el tiempo atmosférico en las zonas templadas del planeta está controlado por los dos chorros polares, uno por hemisferio. Son unos ríos poderosos de aire, de una anchura de unos mil kilómetros y una profundidad de unos tres mil metros, que circulan a una altitud de cerca de 11 mil metros sobre el nivel del mar, rodeando la Tierra.

Estos ríos se forman por la diferencia de temperaturas entre la zona tropical y las regiones polares, siguiendo la ecuación de la aceleración térmica del viento en altura, que combina esta diferencia de temperaturas con el giro de la Tierra: el aire se acelera según asciende en la atmósfera, sobre la zona de máximo gradiente en latitud de temperaturas.

En invierno, ese punto de máximo gradiente se situaba, en la mitad del siglo XX, en la latitud de Marruecos, aquí. En la del norte de México en América. En verano, al calentarse la región polar, el punto se desplazaba en latitud hacia el norte, hacia el sur de Inglaterra, o la frontera entre los EU y Canadá.

Esta ilustración muestra un mapa de tendencias de calor de verano de 30 años para los Estados Unidos continentales. Foto: Judah Cohen / Atmospheric and Environmental Research / Verisk vía AP.

En invierno el gradiente era fuerte, y el chorro, como un río de montaña, se movía casi sin meandros. En verano el gradiente se debilitaba, y el río hacía ligeros meandros que mantenían el anticiclón de Azores, con alguna que otra invasión de aire del norte que generaba tormentas. Las invasiones grandes ocurrían según se desplazaba el chorro hacia el sur, arrastrando aire del norte en altura sobre el Mediterráneo: las gotas frías.

EL CALENTAMIENTO DEL POLO NORTE

Hoy el Polo esta muy caliente. La situación de invierno equivale a la de hace décadas de verano. La situación de punto de máximo gradiente en verano se sitúa sobre Escocia, o entre la frontera entre Canadá y los EU y Alaska. Y el gradiente esta muy debilitado, porque con el Polo caliente, la diferencia de temperaturas con los trópicos es pequeña. La temperatura del Polo ha aumentado, pero la de los trópicos se mantiene porque allí que hay mucha agua: el calentamiento produce más evaporación, pero no aumenta la temperatura.

Un gradiente pequeño produce un río de aire débil, con enormes meandros. Por eso se ha generado esa cúpula de calor en la frontera entre la Columbia Británica en Canadá y los estados de Washington y Oregón en los EU Por eso tenemos en España semanas de calor, con calima, es decir, viento que viene cargado de polvo del Sáhara, seguidas por semanas de aire fresco del norte y noroeste, como las semanas del 14 al 20 de junio y del 21 al 27 de junio. Algo similar ocurre en los inviernos, con semanas cálidas, “raras para ser febrero” y semanas heladas.

El gradiente de temperaturas según la temperatura del polo. Foto: Antonio Ruiz de Elvira.

Estos son los efectos del calentamiento de las regiones polares del hemisferio norte.

Pero, ¿cuál es la causa de este calentamiento?

Seguro que lo han adivinado: el cambio climático, el calentamiento global producido por las emisiones salvajes de CO₂. Los combustibles fósiles nos han dado una riqueza inimaginable, pero esa riqueza no es más que disponibilidad de energía. Hemos gastado en 200 años la que el planeta había empleado 30 millones en acumular. Aunque mucha de esa se perdió, estamos viviendo ahora unas mil veces mejor que antes del año 1800.

Pero todo tiene su precio, y el precio de esta riqueza es el calentamiento del planeta. Un calentamiento pequeño en términos de grados centígrados, pero inmenso en términos de kilovatios hora añadidos a los océanos, al suelo y a los hielos.

Curva de Keeling de concentración de CO₂ desde 1956 hasta hoy. Foto: Institución de Oceanografía Scripps.

Sabemos que tenemos que frenar ese calentamiento, detener el cambio climático. Y da la casualidad de que tenemos todas las herramientas necesarias para hacerlo. ¡Pero no lo estamos haciendo!

La curva de aumento de la concentración de CO₂ ha seguido invariable a pesar de la pandemia. Los países del globo se comprometieron en París a reducir las emisiones, pero ha quedado en papel mojado.

Hay una tremenda resistencia al cambio por parte de las personas. Es esto lo que debemos mejorar.

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Las olas de calor marino son más frecuentes, intensas y duraderas por la actividad humana: estudio

martes, septiembre 29th, 2020

Un estudio de la Universidad de Berna, Suiza, examinó las temperaturas de la superficie del mar y determinaron que las olas de calor en los océanos de todo el mundo se han vuelto más recurrentes y de mayor temperatura.

Berna, Suiza, 29 de septiembre (RT).- Las olas de calor en los océanos de todo el mundo se han vuelto 20 veces más frecuentes como resultado del cambio climático antropogénico, además de aumentar su duración y temperatura, sostiene un nuevo estudio publicado en la revista Science, que subraya la necesidad de una acción climática importante a fin de reducir el riesgo para los ecosistemas.

El estudio, realizado por científicos marinos de la Universidad de Berna (Suiza), examinó mediciones satelitales de las temperaturas de la superficie del mar entre 1981 y 2017.

Los científicos descubrieron que en la década de 1980 se registraron en todo el mundo 27 grandes oleadas marinas de calor, que en promedio duraron 32 días y alcanzaron temperaturas máximas de 4.8 grados centígrados por encima de la media.

Entretanto, en la última década analizada ocurrieron 172 importantes oleadas, que duraron 48 días en promedio y tuvieron temperaturas máximas de 5.5 grados por encima de lo normal.

En todo el mundo las olas de calor han aumentado en temperatura y frecuencia, según un estudio de científicos marinos de la Universidad de Berna. Foto: Carlos Alberto Carbajal, Cuartoscuro

IMPACTO EN ECOSISTEMAS

Las oleadas marinas de calor pueden aumentar la mortalidad de aves, peces y mamíferos marítimos, desencadenar floraciones de algas nocivas y reducir en gran medida el suministro de nutrientes en el océano, además de provocar el blanqueamiento de los corales, desencadenar migraciones de peces hacia aguas más frías y contribuir al fuerte declive de los casquetes polares, sostienen los científicos en un comunicado.

“Las recientes olas de calor han tenido un grave impacto en los ecosistemas marinos, que necesitan después mucho tiempo para recuperarse, si es que alguna vez se recuperan por completo”, explica Charlotte Laufkötter, autora principal del estudio.

Los investigadores advierten que, si bien en la época preindustrial las olas extremas de calor marino solo ocurrían una vez en cientos o miles de años, en el futuro se pueden convertir en la norma.

Si la humanidad logra limitar el calentamiento global a 1.5 grados —el objetivo del Acuerdo Climático de París—, eso solo se producirá una vez cada década o siglo. Sin embargo, si las temperaturas aumentan en tres grados, podrían ocurrir una vez al año o cada década, alertan los autores del estudio.

“Los objetivos climáticos ambiciosos son una necesidad absoluta para reducir el riesgo de oleadas de calor sin precedentes en los mares”, enfatiza Laufkötter, argumentando que su contención es “la única forma de prevenir la pérdida irreversible de algunos de los ecosistemas marinos más valiosos”.

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Las olas de calor serán continuas si la temperatura global aumenta en 2 grados, alerta estudio

miércoles, septiembre 27th, 2017

Por cada incremento de la media global en un grado centígrado, se añaden entre 14.8 a 28.2 días más de intenso calor y las olas de calor serían entre 3.4 a 17.5 días más prolongados.

Sídney (Australia), 27 septiembre, (EFE).- Las olas de calor serán continuas en los veranos de la mayoría de las zonas tropicales si la media de la temperatura global aumenta en 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, revela un estudio australiano publicado hoy.

Un equipo liderado por la científica Sarah Perkins-Kirkpatrick, de la Universidad australiana de Nueva Gales del Sur, ha diseñado por vez primera un mapa con los efectos del calentamiento global en la intensidad, frecuencia y duración de las olas de calor en distintas partes del mundo (http://bit.ly/2hwInu4).

“Con un aumento de 1.5 grados de la temperatura global, casi todas las regiones comenzarían a experimentar eventos de olas de calor cada cuatro años, algo que solo ocurre cada 30 años. Si la temperatura aumenta en 5 grados, estos eventos ocurrirían cada año”, acotó.

Algunas regiones del mundo serán inhabitables si la temperatura aumenta en 5 grados, explica la Universidad de Nueva Gales del Sur en un comunicado.

Los científicos dividieron el planeta en 26 regiones y se analizó el impacto del aumento progresivo en un grado centígrado de la temperatura global en el clima.

Por cada incremento de la media global en un grado centígrado, se añaden entre 14.8 a 28.2 días más de intenso calor y las olas de calor serían entre 3.4 a 17.5 días más prolongados.

Asimismo, el pico de intensidad de estas olas de calor aumentaría entre 1.2 y 1.9 grados.

El estudio también alerta de un aumento más agudo en los picos de temperatura de las olas de calor en el Mediterráneo y Asia Central, mientras que las zonas tropicales sufrirían en general olas de calor más prolongadas y continuas que otras partes del planeta.

“Este estudio es una llamada de atención a los responsables de las políticas porque necesitamos actuar para limitar el aumento de la media de la temperatura global debido al cambio climático causado por el hombre”, enfatizó la científica al alertar sobre las consecuencias catastróficas.

El Acuerdo de París busca evitar que el calentamiento global supere los 2 grados Celsius a finales de este siglo respecto a los niveles preindustriales, en un momento en que Estados Unidos, uno de los más contaminantes, pretende retirarse de este pacto contra el cambio climático.

Meteorólogos podrían pronosticar olas de calor siete semanas antes del aumento de temperatura

lunes, marzo 28th, 2016

Los pronósticos podrían ayudar a agricultores, servicios públicos y grandes ciudades a prepararse para periodos en los que necesitarán mayor irrigación, más generación de energía eléctrica y más centros acondicionados para los pobres y ancianos, indicaron expertos.

La temperatura superficial media global en junio de 2015 se situó 0.41 grados centígrados por encima de la media entre los años 1981-2010 y 0.76 grados por encima de la media de todo el siglo XX. Foto: EFE

Los especialistas intentarán a pronosticar las olas de calor en mayo.  Foto: EFE

Por Seth Borenstein 

WASHINGTON (AP) — Los meteorólogos podrían pronosticar pronto las probabilidades de calor extremo en el este de Estados Unidos con hasta 50 día de anticipación, según un nuevo estudio.

Un equipo de científicos que estudia las relaciones entre las olas de calor y temperaturas del agua en el norte-centro del Pacífico encontró una correlación lo suficientemente fuerte que indicaron que podían utilizar para hacer un “pronóstico estudiado” del clima más caliente y seco de lo normal como siete semanas antes de que suba la temperatura.

Los especialistas comenzarán a intentar pronosticar olas de calor en el este a partir de mayo, informó la meteoróloga Karen McKinnon, autora líder del estudio publicado el lunes en la revista Nature Geoscience.

Dichos pronósticos podrían ayudar a agricultores, servicios públicos y grandes ciudades a prepararse para periodos en los que necesitarán mayor irrigación, más generación de energía eléctrica y más centros acondicionados para los pobres y ancianos, indicaron expertos.

“Hay muchos posibles impactos en la salud, economía y otros, por estas temperaturas calientes y una advertencia previa podría ayudar”, dijo Jonathan Overpeck de la Universidad de Arizona, quien no participó en el estudio pero lo elogió.

La clave es una zona grande en el Pacífico al norte de Hawaii (que no es en donde se forma el fenómeno climático El Niño). Cuando la parte sureña de la región es inusualmente cálida y la noreste es inusualmente fría, las condiciones son lo que McKinnon y colegas llaman el Patrón Extremo Pacífico (PEP). Analizaron ese patrón en veranos desde 1982 hasta 2015, y hallaron que cuando observaron la señal más evidente de PEP, las probabilidades de una ola de calor aumentan de una a cuatro en 50 días. Cuarenta días después, las probabilidades aumentan de una a dos.

Los científicos se concentraron en el este porque las olas de calor tienden a golpear toda la región y es una zona en donde el calor elevado y poca lluvia tienen consecuencias para la agricultura y una gran población.