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El Gobierno cubano convoca a “defender la Revolución” y hacer frente al enemigo: EU

sábado, julio 17th, 2021

El Gobierno cubano organizó una contraprotesta para hacer frente a las manifestaciones que se han organizado durante casi una semana en varias partes del país. El Presidente Miguel Díaz-Canel culpó a Estados Unidos de promover el “odio” entre cubanos

Por Laura Becquer

La Habana, 17 de julio (EFE).– El Gobierno cubano organizó este sábado una concentración masiva para hacer frente a las protestas en su contra protagonizadas de forma espontánea por miles de personas hace casi una semana en varias ciudades del país y en el peor momento de la pandemia.

Con banderas cubanas y del Movimiento 26 de Julio, fotografías del fallecido Fidel Castro y de su hermano Raúl, quien asistió al acto masivo de hoy, los concentrados -muchos agrupados según su pertenencia a distintos organismos y empresas estatales- corearon consignas a favor de “la Revolución”, que identifica al sistema político vigente desde 1959.

Los participantes, convocados desde la madrugada, llegaron en autobuses estatales a la zona del Vedado capitalino conocida como La Piragua, frente al emblemático Malecón y muy cerca de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Para llevar a cabo la concentración, las autoridades desviaron las principales calles del barrio habanero del Vedado y paralizaron el transporte público y privado.

En otras provincias, como la oriental Santiago de Cuba, también se realizaron actos similares de reafirmación revolucionaria.

En La Habana, el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, culpó a Estados Unidos de ser el principal instigador de las masivas protestas que demandaron libertades civiles, una cuestión negada por Washington.

Díaz-Canel alegó en su discurso que el Gobierno estadounidense usa las redes sociales y una «campaña de intoxicación mediática» para promover el «odio» entre cubanos, disturbios y un clima de inestabilidad, argumento que lleva repitiendo desde que comenzaron las protestas el domingo 11 de julio.

“No es por capricho que nos reunimos aquí esta mañana en medio de una compleja situación epidemiológica. Los hemos convocado para denunciar una vez más el bloqueo, la agresión y el terror. El enemigo [Estados Unidos] ha vuelto a lanzarse con todo para destruir la sagrada unidad y la tranquilidad ciudadana”, dijo en su discurso el Presidente.

Días previos a las manifestaciones, un grupo de jóvenes independientes organizó una campaña virtual para recolectar donaciones y enviarlas a las regiones más golpeadas por la crisis sanitaria, como la provincia de Matanzas (occidente). Luego se sumaron a las manifestaciones en las calles.

Lo hicieron, aseguró el presidente ante los congregados -más de 100 mil según el Gobierno-, aprovechándose de «las difíciles condiciones provocadas por la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo».

¿DE QUIÉN SON LAS CALLES?

El mismo domingo 11 de julio, cuando miles de personas salieron a las calles gritando «libertad» y consignas contra el Gobierno, Díaz-Canel instó a sus partidarios a salir a las calles listos para el «combate».

«La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios», expresó el mandatario en una comparecencia televisiva especial ese día.

Hoy refirió que sus palabras en la intervención «improvisada» ese día tuvieron una interpretación «malintencionada» para dar a entender que «se había convocado a una guerra civil».

«La historia se pretende contar al revés», sostuvo al defender la idea de la guerra mediática sobre los sucesos del 11 de julio.

Varios expertos consultados por Efe coincidieron en que la respuesta del poder a las protestas, hasta ahora, ha sido incorrecta.

SIN CIFRAS OFICIALES DE DETENIDOS

«Lo que el mundo ve sobre Cuba es una mentira: un pueblo levantado contra el Gobierno y el Gobierno oprimiendo», afirmó Díaz-Canel hoy frente al Malecón.

Precisamente allí, antes de comenzar el acto, detuvieron y sacaron a un hombre a la fuerza por gritar «libertad» y «patria y vida», uno de los principales lemas de las protestas antigubernamentales, un incidente que recogieron las cámaras de Efe.

El Gobierno cubano ha negado que en las protestas hubiera represión policial, lo que contrasta con vídeos difundidos en las redes en los que se observa represión violenta por parte de policías y de agentes vestidos de civil, con declaraciones de testigos y con hechos observados por Efe y otros medios que cubrieron los sucesos.

El ejecutivo de Díaz-Canel solo ha confirmado hasta el momento la muerte de un hombre durante un enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad en un barrio periférico de La Habana, que dejó también varios lesionados entre civiles y agentes.

Sigue sin ofrecer cifras sobre el número de detenidos, que organizaciones de derechos humanos y activistas cifran en cientos, e incluso miles.

En la principal protesta en el emblemático Paseo del Prado de La Habana los manifestantes desfilaron en una marcha pacífica hasta que la Policía y los contramanifestantes se enfrentaron a ellos, produciéndose heridos y detenidos.

México anuncia que va a proteger a sus empresas en Cuba frente a demandas de Estados Unidos

miércoles, mayo 8th, 2019

El pasado jueves, por decisión del Presidente Trump, el título III de la Ley Helms-Burton fue reactivado luego de 23 años. El Gobierno de México reiteró su rechazo a la aplicación del mismo y la Cancillería anunció que protegerá “jurídicamente a las empresas mexicanas que pudieran verse afectadas”.

México, 8 may (EFE).- El Gobierno de México anunció este miércoles que protegerá a las empresas mexicanas con intereses en Cuba que sean demandadas por Estados Unidos en aplicación del título III de la Ley Helms-Burton.

Esta norma de 1996, que permaneció en suspenso durante 23 años, fue reactivada el pasado jueves por decisión del Presidente Donald Trump y permitirá demandar a firmas extranjeras relacionadas con propiedades estadounidenses confiscadas en la isla tras la Revolución (1953-1959).

“El Gobierno de México reitera su rechazo a la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton y refrenda su compromiso de proteger jurídicamente a las empresas mexicanas que pudieran verse afectadas”, señaló la Cancillería mexicana en un comunicado.

Asimismo, la Secretaría de Relaciones Exteriores afirmó que “México analiza las instancias legales correspondientes para interponer las acciones por las violaciones al derecho internacional que la Ley Helms-Burton representa”.

Y aseveró que su objetivo es “proteger los intereses mexicanos en el exterior”.

Para contrarrestar los efectos de esta norma estadounidense, México cuenta con la Ley que Protege el Comercio y la Inversión de Normas Extranjeras que Contravengan el Derecho Internacional, vigente desde 1996.

Esta legislación obliga a los tribunales mexicanos a negar la ejecución de sentencias o de requerimientos judiciales emitidos por tribunales estadounidenses con base en la Ley Helms-Burton.

Además, permite que las personas afectadas por la Ley Helms-Burton puedan demandar ante tribunales mexicanos a aquellos que los demandaron en cortes estadounidenses y solicitar así reparaciones por daños y perjuicios.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció el pasado jueves las “ofensas contra el pueblo cubano” por parte de Estados Unidos por la activación del título III de la Ley Helms-Burton.

“Mentiras y calumnias que constituyen ofensas contra el pueblo cubano, ofenden también y amenazan la soberanía de los pueblos. A esa perversa práctica acude el imperio para justificar su descalabro en Venezuela. No más mentiras y amenazas. Nuestros pueblos no se rinden”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

Ese mismo día, la empresa de cruceros Carnival fue demandada judicialmente en los tribunales federales de Miami por el uso de instalaciones portuarias en Cuba que tras la revolución fueron expropiadas a sus dueños sin compensación.

LECTURAS | “Mi hermano el Che”, de Juan Martín Guevara

sábado, abril 28th, 2018

“Una enfermera, por su parte, se sorprendió al ver la expresión de paz de Ernesto, que contrastaba inexplicablemente con la de los otros guerrilleros matados, marcados por el sufrimiento y la angustia. No creo de ninguna manera tales pamplinas. Todas tienden hacia un mismo objetivo: convertir al Che en un mito. Ese es el mito que me propongo combatir, devolviéndole a mi hermano un rostro humano”. El propósito del autor.

Ciudad de México, 28 de abril (SinEmbargo).- Cuando los Guevara se enteraron por la prensa de la muerte del Che, decidieron guardar silencio. Cincuenta años después, su hermano menor Juan Martín ha decidido compartir sus recuerdos y desvelar quién era el Che en la intimidad. Nos habla de Ernesto, aquel hermano mayor atento y protector, cómplice de secretos y aventuras infantiles. De sus viajes, estudios, primeros amores… Del aventurero idealista, intelectual comprometido y guerrillero en que se convirtió. De los dos meses extraordinarios que pasó con él en La Habana, en 1959, retratándonos aquellos primeros momentos de la revolución cubana.

A través de recuerdos, anécdotas y reflexiones sobre su vida y su manera de pensar, Juan Martín Guevara lo rescata del mundo del mito para devolverle su rostro humano de hermano, hijo, padre… En una biografía, que es autobiografía a la vez, en la que se entrecruzan la historia familiar con la historia en mayúsculas de los acontecimientos que les rodearon y de los que el Che fue protagonista hasta su muerte, el 9 de octubre de 1967, en La Quebrada del Yuro, en Bolivia. El objetivo de Juan Martín Guevara es que los valores e ideales de su hermano sigan siendo fuente de inspiración para las futuras generaciones.

El libro del hermano del Che es conmovedor. Foto: Especial

Fragmento de Mi hermano El Che, de Juan Martín Guevara, con autorización de Alianza Editorial

La Quebrada del Yuro

He esperado cuarenta y siete años para ir al lugar donde asesinaron a mi hermano Ernesto Guevara. Todo el mundo sabe que murió vilmente fusilado el 9 de octubre de 1967, en un aula miserable de la escuela municipal de La Higuera, una aldea perdida del sur de Bolivia. Lo habían capturado el día anterior en lo hondo de la Quebrada del Yuro, un barranco pelado donde se había atrincherado después de haberse dado cuenta de que su tropa dispersa de guerrilleros debilitados por el hambre y la sed estaba rodeada por el ejército. Dicen que murió dignamente y que sus últimas palabras fueron: “Póngase sereno y apunte bien. Va a matar a un hombre”. Mario Terán Salazar, el teniente a quien habían designado para tan baja tarea, temblaba. El Che era ciertamente, desde hacía once meses, el enemigo público número uno del ejército boliviano, quizá incluso de todo el continente americano, pero era un adversario legendario, un personaje mítico aureolado de gloria, reputado por su sentido de la justicia y de la equidad, y también por su inmensa valentía. ¿Y si ese Che que lo miraba sin pestañear, con sus grandes ojos profundos, sin dar la impresión de que estuviera juzgándolo, fuera de verdad el amigo y el defensor de los humildes, en lugar del revolucionario sanguinario que pintaban sus superiores? ¿Y si sus seguidores, de quienes decían que eran todos muy leales, decidieran un día venir a perseguirlo para vengar su muerte?

Mario Terán Salazar había tenido que emborracharse para encontrar el valor de apretar el gatillo. Al ver al Che sentado, esperando tranquilamente a que se cumpliera un destino que ya sabía ineludible, había salido precipitadamente del aula, bañado en sudor. Sus superiores lo obligaron a volver.

Mi hermano murió de pie. Querían que muriera sentado, para humillarlo. Protestó y ganó aquella última batalla. Entre sus numerosas cualidades, o talentos, poseía el arte de convencer.

Me compré un par de deportivas nuevas para bajar a la Quebrada del Yuro. Es una profunda garganta, que cae a plomo por detrás de La Higuera. Estar aquí es para mí muy difícil, muy doloroso. Doloroso, pero necesario. Es una peregrinación que llevo dentro de mí desde hace años. Me ha resultado casi imposible venir antes. Los primeros tiempos, era demasiado joven, no estaba aún bien preparado psicológicamente. Después, la Argentina del golpe cívico-militar de 1976 se convirtió en fascista y represiva y estuve prisionero durante casi nueve años en la cárcel. Aprendí a mantener un perfil bajo: en el clima político de mi país, estar asociado al Che Guevara fue durante mucho tiempo peligroso.

Solo mi hermano Roberto vino a esta región en octubre de 1967, enviado desde Buenos Aires por la familia, para intentar identificar el cuerpo de Ernesto, en cuanto anunciaron su muerte. Regresó profundamente impactado y confuso: en lo que llegaba a Bolivia, los restos mortales de mi hermano se habían volatilizado. Los militares bolivianos le tomaron el pelo a Roberto, mandándolo de un pueblo a otro y cambiando de versión cada vez.

Mi padre y mis hermanas Celia y Ana María nunca tuvieron valor suficiente para hacer el viaje. Un cáncer se había llevado a mi madre dos años antes. Si no hubiera estado ya en la tumba, a la tumba la habría enviado el asesinato de Ernesto. Lo adoraba.

Vine desde Buenos Aires en coche, con unos amigos. Un periplo de 2.600 kilómetros. En 1967, ignorábamos dónde estaba Ernesto. Se había marchado de Cuba en el mayor de los secretos. Únicamente algunas personas —entre ellas, Fidel Castro— sabían que combatía por la liberación del pueblo boliviano. Mi familia se perdía en conjeturas, lo imaginaba en la otra punta del mundo, en África, quizá. En realidad estaba solo a treinta horas de camino desde Buenos Aires, donde vivíamos. Años más tarde nos enteraríamos de que había pasado antes por el Congo Belga con una docena de revolucionarios cubanos para apoyar a los rebeldes simba.

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En lo alto de la cortada, se me acercó un guía. Ignoraba quién soy y no tenía ningún interés en decírselo. Me pidió dinero para acompañarme hasta el lugar donde capturaron al Che, primera señal de que la muerte de mi hermano se había convertido en un comercio. Me sentí indignado. El Che representa precisamente lo contrario del lucro vil. El amigo que me acompañaba, escandalizado, no fue capaz de evitarlo y le dijo quién era yo. ¿Cómo es posible que aquel guía se atreviera a intentar sacarle dinero al hermano del Che cuando era la primera vez que iba a visitar el lugar de la fatal derrota? El guía se apartó reverencioso y se quedó mirándome con los ojos como platos. Parecía como si acabara de tener una aparición. Se deshizo en disculpas que ni siquiera llegaba yo a oír. Estaba acostumbrado. Ser el hermano del Che nunca ha sido anodino. Cuando la gente se entera, todos se quedan atónitos. Cristo no puede tener hermanos. Y el Che es un poco como Cristo. La Higuera, en Vallegrande, adonde llevaron su cuerpo el 9 de octubre para exponerlo al público antes de que desapareciera, se ha convertido en San Ernesto de La Higuera. Los habitantes rezan delante de su imagen. Por lo general, suelo respetar las creencias religiosas, pero esta me molesta enormemente. En la familia, desde mi abuela paterna Ana Lynch Ortiz, no creemos en Dios. Mi madre nunca nos llevó a misa. Ernesto era un hombre. Hay que apearlo del pedestal, darle vida de nuevo a la estatua de bronce para perpetuar su mensaje. El Che habría detestado el estatus de ídolo.

Empecé a bajar hacia el lugar fatídico, con el corazón encogido. Me sorprendió lo pelado que estaba el barranco. Esperaba encontrar una vegetación más densa.

En realidad, salvo algunos arbustos secos y recios, la naturaleza era casi desértica. Entonces comprendí mejor por qué se vio Ernesto pillado en la trampa, como una rata. Era prácticamente imposible hurtarse a la vista del ejército, que rodeaba la Quebrada desde el día anterior. Llegué al lugar donde había sido herido de bala en el muslo izquierdo y en el antebrazo derecho. Me sentí conmocionado. Delante del árbol raquítico en el que estaba apoyado el 8 de octubre, la tierra árida estaba cubierta por una estrella de cemento, indicando el sitio exacto donde estaba sentado cuando lo descubrieron. Una profunda angustia se apoderó de mí. Me asaltaron las dudas. Notaba su presencia. Sentía pena. Me preguntaba qué hacía Ernesto ahí, solo. ¿Por qué no estaba yo con él? Tendría que haber estado a su lado, naturalmente. Siempre fui un activista, como él. No solo era mi hermano, era también mi camarada de lucha, mi modelo. Yo solo tenía veintitrés años, pero eso no era ninguna excusa: en la Sierra Maestra cubana, el macizo montañoso de donde partió la lucha armada durante la cual Fidel Castro lo nombró Comandante y donde se hizo grande, ¡había combatientes de quince años! No sabía que él estaba en Bolivia, pero ¡tendría que haberlo sabido! Tendría que haberme quedado en Cuba con él en febrero de 1959 y haber hecho caso omiso de la prohibición de mi padre.

Me senté —más bien, me desplomé— en el sitio donde él estuvo sentado. Veía su rostro tan bello, su mirada hipnótica e inquisidora, su sonrisa maliciosa. Oía su risa contagiosa, su voz, su indefinible inflexión: con los años pasados en México y luego en Cuba, su español se había convertido en una mezcla de tres acentos. ¿Se había sentido solo, vencido?

Algunas de las preguntas que me hacía tenían un sentido concreto. Otras eran puramente sentimentales. El Che no es taba solo, sino apoyado por seis combatientes a quienes apresaron con él. ¿Habría podido yo ayudarlo a huir? Al fin y al cabo, aquel día, otros cinco compañeros —entre ellos, Guido Inti Peredo— consiguieron escapar de la emboscada. ¿Por qué no él? Reconstruyo ahora el desarrollo de los acontecimientos que llevaron a la muerte a mi hermano. ¿Habían vendido al Che? Si sí, ¿quién? Existen varias hipótesis, pero como solo son precisamente eso, hipótesis, prefiero no dedicarles mucho más tiempo. Ernesto guerreaba bajo el apodo de Ramón Benítez. Dicen que había elegido el nombre de Ramón en homenaje al cuento titulado “Reunión”, de Julio Cortázar, que relata las peripecias de un grupo de revolucionarios en Sierra Maestra. Su presencia estaba aureolada de misterio. El Gobierno boliviano, alimentado por los informes que le proporcionaba la CIA —que se había instalado con el mayor de los descaros en el palacio presidencial de René Barrientos, en La Paz—, se olía que Ernesto Guevara mandaba el ejército de Ñancahuazú, sin tener ninguna prueba de ello. Hasta que el argentino Ciro Bustos, detenido cuando ya el Che lo había autorizado a abandonar la guerrilla, hizo un retrato robot bajo la amenaza de pasar el resto de sus días en prisión.

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Al volver a subir el barranco, me sentí destruido, vacío. Una desagradable sorpresa me aguardaba en La Higuera. Cuando estaba entrando en la aldea para ir a recogerme en la escuela donde mataron a Ernesto, una mujer se apartó de un grupo de turistas japoneses y se me abalanzó. Acababa de enterarse por una compatriota suya periodista de que estaba allí el hermano del Che. Rompió a llorar, gimiendo: “El hermano del Che, el hermano del Che”. Me pidió muy educadamente que posara para hacerme una foto con ella. Lo único que podía hacer era aceptar y consolarla. Aquella japonesa parecía verme como una reencarnación del Che. Me sentía al mismo tiempo confuso y emocionado. Casi cincuenta años después de su muerte, mi hermano está más presente que nunca en la memoria colectiva. Está claro que yo no soy Ernesto, pero puedo —y debo— ser una herramienta para divulgar su pensamiento y sus ideales. Sus cinco hijos lo conocieron poco. Mi hermana Celia y mi hermano Roberto se niegan en redondo a hablar. Mi hermana Ana María murió de cáncer, como mi madre. Y yo tengo 72 años. No me queda tiempo que perder.

La escuela donde Ernesto pasó su última noche ha sufrido algunas transformaciones. El tabique que separaba las dos aulas lo han derribado. Las paredes están cubiertas de imágenes y de carteles que explican las últimas horas del Che. La silla que ocupaba cuando Mario Terán Salazar entró para matarlo sigue estando ahí. Imagino a mi hermano sentado, aguardando la muerte. Es muy difícil.

En la plaza del pueblo se levanta un gran busto blanco, esculpido por un artista cubano según la famosa foto de Alberto Korda Guerrillero heroico. El busto —por detrás se recorta contra el cielo una cruz blanca— también tiene una historia accidentada. Lo colocaron a principios de 1987 y lo retiró muy rápidamente un comando del ejército boliviano para poner en su lugar una placa en memoria de los soldados que fueron víctimas de la guerrilla. Volvió a su lugar veinte años después; venía acompañado por una escultura de cuatro metros de alto que campa a la entrada de la aldea. Los habitantes de La Higuera y de Vallegrande vivieron aterrorizados durante años. Nadie se atrevía a hablar del Che: para erradicar cualquier huella de aquel subversivo, el régimen boliviano había prohibido toda mención de su nombre. La reacción ante aquel silencio impuesto fue que inevitablemente empezaron a forjarse algunas leyendas. En el momento en que lo capturaron, los campesinos de la comunidad aimara que pueblan la región no tenían ninguna conciencia de la importancia del prisionero. Nunca veían a ningún extranjero, apenas si hablaban español. Con la muerte del Che, invadieron el pueblo hordas de periodistas. Hasta el 9 de octubre de 1967, nadie había oído nunca hablar de La Higuera. El 10, treinta y seis aviones estaban alineados en la improvisada pista de aterrizaje de Vallegrande, a sesenta kilómetros de distancia. Los autóctonos empezaron a comprender que acababa de producirse un acontecimiento de envergadura, que aquel prisionero no era un prisionero cualquiera.

El cadáver de Ernesto lo evacuaron hacia Vallegrande en una camilla que montaron en el tren de aterrizaje de un helicóptero. Los militares bolivianos decidieron exponerlo para ejemplo de todos en la lavandería, en el fondo del jardín del pequeño hospital del lugar, durante diecisiete horas. Había que dejar claro que los subversivos de la catadura de aquel Ernesto Che Guevara serían aniquilados. ¡El Che estaba muerto, muerto, muerto! Que el patético fin sirva de lección al pueblo. Que no vaya este a embarcarse en una aventura tan lamentable como aquella, ineludiblemente abocada al fracaso.

El cuerpo a medio desvestir quedó expuesto sobre un lavadero de cemento. Estaba descalzo, con los ojos abiertos. Se dijo sin embargo que un sacerdote se los había cerrado en La Higuera… Algunos compararon la imagen de mi hermano supliciado con la tela Lamentación sobre Cristo muerto, del pintor italiano del Renacimiento Andrea Mantegna. La semejanza es asombrosa pero no aporta nada. Hay testigos que dicen que los ojos del Che los seguían mientras deambulaban alrededor de sus restos mortales. Otros, que el médico —admirador secreto— encargado de lavar el cuerpo quiso embalsamarlo, pero que, por falta de tiempo, le habría extraído el corazón para conservarlo en un frasco. Ese mismo médico habría hecho dos mascarillas mortuorias: la primera de cera y la segunda de escayola. Una enfermera, por su parte, se sorprendió al ver la expresión de paz de Ernesto, que contrastaba inexplicablemente con la de los otros guerrilleros matados, marcados por el sufrimiento y la angustia. No creo de ninguna manera tales pamplinas. Todas tienden hacia un mismo objetivo: convertir al Che en un mito. Ese es el mito que me propongo combatir, devolviéndole a mi hermano un rostro humano.

Después del 9 de octubre, en La Higuera permanecieron de servicio quince soldados durante todo un año. Les explicaron a los campesinos que estaban allí para protegerlos de los cómplices del Che, que no dejarían de ir a vengar su muerte masacrándolos. Porque eran ellos, los campesinos, verdad, quienes habían traicionado al Che.

Así nació un culto, entre los rumores y el temor.

El comercio vergonzoso que ha ido desarrollándose alrededor del Che me horroriza. Ernesto habría desaprobado esas leyendas absurdas, en la linde del misticismo. En La Higuera y en Vallegrande, todo un negocio turístico se dedica al Che. Existen visitas guiadas por “la ruta del Che”. Intentan venderle a uno de todo y cualquier cosa. Es repugnante. A la puerta de la escuela vi los tenderetes de objetos, de camisetas, de banderas. Me pareció de una bajeza inaudita. Ernesto luchaba por la liberación del continente americano y hay tipos que explotan su imagen para llenarse los bolsillos. La gente le reza al Santito Che, le reclama milagros, le pide por sus vacas o ¡qué sé yo cuántas cosas más! El Che quería dar, no quedarse con nada. Creía en el hombre como dueño de su destino y no sometido a una especie de fuerza superior que le concedería o no cosas. Creía en la lucha. Era un humanista.

Fui dos veces a La Higuera y seguro que no vuelvo más. Ya no es una aldea de cuatro casuchas miserables, sino una tienda a cielo abierto, donde intentan constantemente sacarle a uno dinero. Todo eso no tiene nada que ver con mi hermano, nada.

El cuerpo de Ernesto desapareció misteriosamente la mañana del 11 de octubre de 1967. Una religiosa de guardia en el hospital le confesó más tarde a un franciscano alemán, fray Anastasio, que había oído ruidos como de una procesión por los pasillos del hospital, hacia la una de aquella noche. Como es natural, empezaron a circular rumores de todo tipo.

La verdad estalló veinte años después.

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Un año después de su muerte, el legado revolucionario de Fidel Castro es aún referente en Cuba

sábado, noviembre 25th, 2017

Fidel Castro se ganó la simpatía de su pueblo al organizar la Revolución Cubana. En diciembre de 1956 zarpó de costas mexicanas a bordo del yate Granma junto a su hermano Raúl Castro, el “Che Guevara”, y otros personajes ilustres de la isla caribeña que pelearían la insurrección armada.

La Habana, 25 de noviembre.- (Xinhua).- Cuba conmemora este sábado el primer aniversario de la muerte del líder revolucionario y ex Presidente, Fidel Castro, un hecho que conmocionó a esta nación caribeña y generó homenajes en todo el mundo.

En la noche del 25 de noviembre de 2016, el Presidente cubano y hermano de Fidel, Raúl Castro, anunció al mundo que el ex Mandatario había fallecido a los 90 años.

Los cubanos lloraron, colocaron imágenes de Castro en sus balcones y casas, y rindieron homenaje a quien fuera su líder por más de medio siglo.

Cuba declaró nueve días de luto nacional y el 29 de noviembre se realizó un acto masivo, donde más de un millón de personas se congregaron en la Plaza de la Revolución de La Habana.

En compañía del “Che” Guevara, en diciembre de 1956, Castro formó parte de la expedición del Yate Granma. Foto: Especial

En el evento participaron delegaciones internacionales de 55 países, incluidos varios presidentes y jefes de Estado.

En los días siguientes, millones de cubanos se agolparon en las carreteras para despedirse de Castro en una caravana que salió de La Habana hasta la oriental ciudad de Santiago de Cuba, donde descansan sus cenizas.

Un año después, Fidel permanece presente entre los cubanos, así como sus ideas y legado político.

Por su destacada carrera política, fue considerado uno de los estadistas y dirigentes revolucionarios comunistas más respetados, admirados y controversiales de la historia contemporánea.

Fidel Castro nació el 13 de agosto de 1926 en la localidad de Birán, antigua provincia de Oriente y hoy día Holguín, en el noreste de Cuba, en el seno de una familia acomodada.

Hijo de un terrateniente español, Angel Castro, y de una joven cubana, Lina Ruz, de procedencia campesina, desde muy joven destacó por sus aptitudes deportivas, su sagacidad intelectual y su defensa a ultranza de la justicia.

En 1945, ingresó a la Universidad de La Habana a la carrera de Derecho, título que obtuvo cinco años más tarde cuando se graduó de Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático.

En febrero de 2008, Fidel presentó su renuncia definitiva debido a problemas de salud. Foto: Xinhua

Fue en esa etapa de su vida que se vinculó activamente a las luchas estudiantiles, y adquirió la conciencia política que lo llevó a desarrollar ideas revolucionarias antiimperialistas vinculadas con la ideología marxista.

Tras el golpe de Estado perpetrado en 1952 por el dictador Fulgencio Batista, organizó y entrenó a un centenar de jóvenes, con quienes asaltó el 26 de julio de 1953 los cuarteles Guillermón Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo (este).

La acción fue un fracaso militar, razón por la cual Fidel fue condenado a 15 años de prisión, de los cuales sólo cumplió 22 meses debido a un indulto presidencial que en mayo de 1955 le devolvió la libertad, como resultado de una fuerte presión y campañas populares.

Su histórico alegato de autodefensa durante el juicio, más conocido como “La historia me absolverá”, se convirtió en documento programático y lo catapultó como figura líder de un movimiento revolucionario en gestación que ganó la simpatía del pueblo cubano.

Tras su excarcelación, fundó el Movimiento 26 de Julio, y unos meses después, mostrada la imposibilidad de proseguir la lucha contra Batista por medios legales, Fidel partió hacia México para organizar desde el exilio la insurrección armada.

Allí se le unieron su hermano Raúl Castro y otros destacados revolucionarios, como Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos, quienes entrenaron fuertemente para un año y medio después, en diciembre de 1956, formar parte de la expedición del Yate Granma, a bordo del cual 82 combatientes navegaron desde el Río Tuxpan, en México, hasta las costas del este cubano.

Atacados por las tropas de Batista, sólo sobrevivió un reducido grupo de hombres que logró reagruparse y dirigirse a la región montañosa de la Sierra Maestra, para continuar desde allí la lucha revolucionaria, naciendo así el Ejército Rebelde.

A partir de entonces, ese pequeño núcleo armado comenzó a crecer y fortalecerse con Fidel al frente en su condición de comandante en jefe.

Personalmente dirigió las más importantes acciones militares y la lucha revolucionaria clandestina en las ciudades durante los 25 meses de guerra.

Al amanecer del 1 de enero de 1959, el entonces Presidente Fulgencio Batista huyó del país y triunfó la Revolución Cubana con Fidel Castro a la vanguardia, quien comenzó a ejercer las funciones de comandante en jefe de las fuerzas armadas.

A partir de ese momento emprendió un conjunto de acciones de carácter nacionalista y en beneficio del pueblo que tuvieron como punto culminante la Ley de Reforma Agraria, además de la alfabetización, la expropiación de bienes de compañías norteamericanas, la nacionalización de centrales azucareras, las principales industrias, los bancos y las refinerías de petróleo, entre otras.

En la noche del 25 de noviembre de 2016, el Presidente cubano y hermano de Fidel, Raúl Castro, anunció el fallecimiento del ex Mandatario. Foto: Xinhua

Fidel dirigió y participó en todas las acciones emprendidas en defensa de la recién conquistada soberanía y la proclamada Revolución Socialista Cubana, especialmente ante la hostilidad demostrada desde sus inicios por las distintas administraciones norteamericanas, postura que se ha intensificado a través de los años.

El 31 de julio de 2006, tras asistir a la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) en Córdoba, Argentina, Fidel Castro debió ser sometido a una compleja intervención quirúrgica intestinal que lo apartó de su cargo, no sin antes delegar todas las funciones de Gobierno a su hermano Raúl.

Posteriormente, en febrero de 2008, Fidel presentó su renuncia definitiva debido a problemas de salud e inició una nueva etapa en su vida política, marcada por la publicación de sus conocidas “Reflexiones”.

A pesar de su desaparición física, Fidel Castro sigue siendo referente para quienes no cejan en el empeño de construir un “mundo mejor”, porque como él mismo dijo, es una “utopía posible”.

A 50 años de su muerte, el legado revolucionario del “Che” Guevara es recordado en AL

domingo, octubre 8th, 2017

El aniversario de cinco décadas de la desaparición física del “Che” será ocasión para actos en lugares tan distantes de América Latina como Argentina, Bolivia y, por supuesto, Cuba, donde se le considera un héroe nacional y donde su recuerdo se cultiva con esmero.

Por Paul Byrne y Andrea Rodríguez 

Buenos Aires, 8 de octubre (AP) — Nacido en Argentina, trotamundos, comandante en Cuba de la primera revolución socialista triunfante en América Latina, rostro adusto en una camiseta, soldado en África, muerto en Bolivia, modelo para seguir o a eliminar. Cincuenta años después de la muerte de Ernesto “Che” Guevara, su figura sigue siendo tan palpable y polémica como en la década de 1960.

“La desigualdad que había cuando él luchaba hoy es mayor, la concentración económica es mucho más grande, aquello por lo que el luchó está presente. Estaría en el mismo lugar que estuvo siempre, enfrentando aquello. Él ponía el cuerpo adelante y por eso en Bolivia le fue como le fue”, dijo desde Buenos Aires, en una entrevista con The Associated Press, el hermano menor del “Che”, Juan Martín Guevara.

El aniversario de cinco décadas de la desaparición física del “Che” será ocasión para actos en lugares tan distantes de América Latina como Argentina, Bolivia y, por supuesto, Cuba, donde se le considera un héroe nacional y donde su recuerdo se cultiva con esmero.

En la Plaza de la Revolución de La Habana, la principal del país, su rostro es parte principal del decorado. Miles de admiradores la visitan cada año.

Los niños de las escuelas cubanas comienzan sus mañanas escolares al grito de “pioneros por el comunismo, seremos como el ‘Che’”, fotos suyas adornan dependencias públicas y las salas de algunos hogares; mientras sus discursos o dichos suelen ser citados por las autoridades o los ciudadanos de a pie.

Cuba hizo un enorme despliegue científico y diplomático para lograr que los restos de Guevara y su guerrilla, caídos en Bolivia, fueran rescatados a finales de la década de 1990 y se trajeran a un mausoleo especialmente construido en Ciudad de Santa Clara, donde él instaló su comandancia inicialmente.

El “Che” fue capturado el 8 de octubre de 1967 por el Ejército de Bolivia, a donde se había trasladado para hacer la revolución. Lo fusilaron un día después en el pequeño poblado de La Higuera.

Octubre de 1967. El cadáver del revolucionario cubano tras haber sido ejecutado en Bolivia. Foto: AP

Su hermano Juan Martín, hoy de 74 años, recordó el día en que se enteró de la muerte del guerrillero. Había madrugado y al observar la tapa de un periódico con la fotografía del cuerpo sin vida del legendario comandante tuvo el presentimiento de que esta vez sí lo habían abatido. Eran principios de octubre de 1967.

El menor de los Guevara publicó este año el libro Mi hermano el Che, con el que busca revelar la intimidad familiar del lugarteniente de Fidel Castro en la revolución cubana y derribar muchas de las mentiras que se escribieron sobre él en innumerables biografías.

“Se decía que éramos una familia aristocrática y oligárquica y de alta clase social. Desmiento eso con datos concretos… Era una familia de pocos recursos, muy estudiosa, muy culta, muy politizada, muy rupturista de las estructuras”, describe el escritor Guevara.

Hijo de Ernesto Guevara y Celia de la Serna, el “Che” nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina. Luego llegaron Celia, Roberto, Ana (ya fallecida) y Juan Martín.

“En mi casa dos cosas no se aguantaban: la Iglesia y los militares. En ese contexto se dio el crecimiento de una persona con mucho más inquietudes que las de otra gente del mismo nivel”, apuntó el menor de los hermanos Guevara.

Poco después del triunfo de la revolución cubana en 1959, la familia Guevara fue invitada a La Habana. Juan Martín tenía 15 años cuando se reencontró con su hermano, ya convertido en una figura emblemática de la izquierda revolucionaria y símbolo de la justicia social de muchos de los movimientos sociales del planeta.

Autoridades de la embajada de Cuba en México e integrantes del Movimiento Solidaridad con Cuba montaron una guardia de honor y realizaron un acto cultural para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Ernesto “Che” Guevara. Foto: Saúl López, Cuartoscuro

El autor de Mi hermano el Che sostiene que detrás de la captura de su hermano no estuvo solo la CIA, como da cuenta la historia oficial. “A la KGB (servicio secreto de la ex Unión Soviética) no le convenía una América Latina revolucionaria o socialista. Tanto Estados Unidos y Rusia estaban en este punto de acuerdo”.

En Florida, donde vive aún un puñado de exiliados cubanos de la primera hora revolucionaria, la imagen de Guevara y su legado generan urticaria.

A comienzos de septiembre una exposición patrocinada por la embajada de Irlanda con el rostro de latinoamericanos famosos de ascendencia de aquella nación e instalada en el aeropuerto de Miami ocasionó tantas quejas que su fotografía _con un pie en el cual se explicaba que fue un médico y luchador contra las injusticias_ debió ser sacado antes de las 12 horas.

Juan Martín Guevara es un fuerte crítico del mercadeo alrededor de la figura de su hermano e incluso no está de acuerdo con el santuario que se levantó en La Higuera, donde miles de turistas le rinden tributo cada año.

“’El Che’ como producto es atractivo, la remera (camiseta), el mercadeo. Son vendibles, un buen negocio para comerciantes”, opinó “De esa manera se lo vulgariza, se lo banaliza, se lo degrada desde el punto de vista ético, político”.

En Cuba, los propios hijos del ‘Che’ suelen quejarse del uso mercantil de la figura de su padre y en cambio rescatan la vigencia ideológica de su legado de fuerte contenido antiimperialista y su denuncia del papel de Estados Unidos como gran potencia en el mundo actual.

“Siempre (hay que) acordarse de lo que decía el ‘Che’: al imperialismo yanqui no se le puede dar ni un tantito así, nada. Y eso es lo que tenemos que seguir haciendo”, dijo Aleida Guevara, en declaraciones a la AP en Cuba.

El 1 de diciembre de 2016, miles se congregaron en Villa Clara, Cuba, donde el “Che” Guevara derrotó al Ejército de Batista, para despedir los restos de Fidel Castro. foto: Adolfo Vladimir, Cuartoscuro

 

 

Fidel Castro y su breve paso por Hollywood durante los años 40 (VIDEO)

sábado, marzo 25th, 2017

Antes de convertirse en el líder de la Revolución cubana, Castro se desenvolvió en otros ámbitos poco difundidos pero que han quedado registrados en filmaciones y libros.

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Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo/RT).- Una de las facetas menos conocidas de Fidel Castro fue su breve paso por Hollywood durante los años cuarenta.

Entre 1944 y 1946, según el crítico uruguayo Alvaro Sanjurjo, Fidel probó suerte en el mundo de la actuación en los estudios de la Metro Goldwyn Mayer.

Su participación quedó registrada en el celuloide en las cintas Escuela de Sirenas (Bathing Beauty), de 1944, y Festival en México (Holiday in México), de 1946, ambas del director estadounidense George Sidney.

El uruguayo Julio Lista sostiene que encontró el nombre de Fidel en el libro The Best of MGM (The Golden Years, 1928-1959)’, de J.R. Parish & G.W. Mank.

Aunque no existe registro de su actuación como extra en ‘Escuela de Sirenas’, se le puede ver en ‘Festival en México’ formando parte del cuerpo de baile del director de orquesta español Xavier Cugat, quien lo menciona en el libro ‘The motion Picture Guide’, publicado en 1995.

FIDEL Y EL CINE

En la web de base de datos de películas IMDB, el nombre de Fidel sale asociado a cuatro películas y a una extensa lista de documentales, entre los que se encuentran los realizados por el director estadounidense Oliver Stone: ‘Comandante’, de 2002, y ‘Buscando a Fidel’, 2003.

En declaraciones al diario La Jornada, Stone habló de la empatía de Fidel y de sus cualidades de conversador: “Es un actor fácil de dirigir que jamás dice ‘stop, corten o necesito una pausa'”.

Entre los actores preferidos del líder revolucionario, según dijo, estaban Brigitte Bardot, Gerard Depardieu, Charles Chaplin, Mario Moreno “Cantinflas” y Sofía Loren.

En 1969, Castro promovió la creación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para dar una “gran batalla por la identidad, liberación, independencia y supervivencia latinoamericanas”.

El escritor colombiano y Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, lo llamó “el cineasta menos conocido del mundo”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE RT. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

ENSAYO | ¿Se equivocó Fidel? ¿Se equivocaron sus enemigos? Un texto de Ramón Lobo

sábado, diciembre 3rd, 2016

Fidel Castro, el personaje que encarnó desde los albores de los años 50 sobrevivirá a los aciertos y errores de la revolución, dice Ramón Lobo en este ensayo. El principal error, considera el periodista y corresponsal de guerra por 20 años, fue incumplir dos de las promesas motoras del llamado Manifiesto de Sierra Maestra: regeneración democrática y libertad.

Ramón Lobo es periodista desde hace 39 años y fue corresponsal de guerra de El País entre 1992 y 2012. Ha viajado por más de 40 países, y ha visto desgracias y ha escrito historias de personas asombrosas que casi nunca salen en los medios de comunicación. Ahora colabora en varios medios: El Periódico de Catalunya, A Vivir que son dos días en la Cadena SER, InfoLibre y Jot Down. Escribe en el blog “En la boca del lobo”. El siguiente ensayo, cortesía de eldiario.es para los lectores de Puntos y Comas, analiza escenarios de una figura política mundial cuyo destino pudo cambiar si Estados Unidos hubiera tenido, también, otra clase de intervención en el movimiento revolucionario en Cuba.

Por Ramón Lobo

Ciudad de México, 3 de diciembre (SinEmbargo/eldiario.es).– Fidel Castro ha sido uno de los grandes iconos del siglo XX, símbolo de todas las revoluciones latinoamericanas, africanas y algunas europeas, protagonista de innumerables textos y canciones. Se ha muerto tan despacio que a muchos les ha dado tiempo de acostumbrarse a su ausencia cuando aún estaba vivo, que hasta en el arte de morirse ha demostrado dotes políticas extraordinarias. La política y el teatro han sido su fuerte. Siempre le rodeó una épica revolucionaria, una magia que le ha acompañado toda su vida y seguirá con él en la muerte.

El personaje que encarnó desde los albores de los años 50 sobrevivirá a los aciertos y errores de la revolución. El principal, incumplir dos de las promesas motoras del llamado Manifiesto de Sierra Maestra: regeneración democrática y libertad. En Cuba hay presos políticos, personas que pagan con la cárcel los delitos de opinión.

Es cierto que no existe malnutrición infantil, ni violencia callejera, ni crímenes de todo tipo, ni pobreza extrema. Tampoco existen los feminicidios como en México y Guatemala. Es verdad que las cifras de escolarización son ejemplares y que ocupa el puesto 68 en el índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, dos por delante de Costa Rica, considerada un paraíso por Occidente.

Es cierto que la revolución no lo ha tenido fácil, con un enemigo tan poderoso como constante. EEUU cercenó con el embargo el desarrollo inicial de la revolución. Con el tiempo ha servido paradójicamente de excusa para justificar los errores del sistema. Hace años que la Revolución dejó de carburar. Los esfuerzos transitaron de cambiar el mundo a mantenerse en el poder a cualquier precio y sobrevivir. Fidel siempre fue un dirigente muy hábil. Supo mantener la teatralización revolucionaria, superar el desgaste del ejercicio del poder, cuando apenas quedaba nada de lo soñado. Nunca perdió la temperatura de la calle, conocía muy bien a su gente.

Ha sido un personaje complejo, duro con los enemigos y los tibios, y cautivador con todos. Una figura que irradiaba carisma, encanto. No es fácil escribir sobre él. Se trata de un personaje cercado por estereotipos, odios y loas. Es difícil, casi imposible, llegar a la persona. Muchos lectores demandan militancia, trinchera, nada de grises, nada de contexto, nada de peros.

En esta fotografía del 6 de febrero de 1959, el líder cubano Fidel Castro habla ante una muchedumbre durante la marcha triunfal de la Revolución a La Habana, tras la caída del dictador Fulgencio Batista. El presidente cubano Raúl Castro anunció la muerte de su hermano Fidel el viernes 25 de noviembre de 2016 Foto: AP/Archivo

Fidel Castro, en una imagen del 6 de febrero de 1959, durante su discurso en la marcha triunfal de la Revolución a La Habana, tras la caída del dictador Fulgencio Batista. Foto: AP/Archivo

El líder cubano ha conocido a 12 presidentes estadounidenses: Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton. Bush II y Obama. No ha querido esperar a conocer a Trump. Casi todos fueron enemigos acérrimos.

Cercado por el EEUU de la Guerra Fría, sobrevivió gracias a la ayuda de la URSS y cuando esta se acabó con la de Venezuela de Hugo Chávez, ahora hundida en su propia crisis. Sin más comodines solo le quedaba la apertura controlada a EEUU.

Uno de los legados que deja Fidel es haber acompañado, a veces desde el silencio, el inicio de esta apertura hacia EEUU. Barack Obama ha reconocido “el tremendo impacto” que tuvo Fidel Castro en el mundo y Trump lo ha calificado de “dictador brutal”, una pista de cuál será su política. No parece que el nuevo presidente sea adicto a las sutilezas de la diplomacia. Está preso de una propaganda malversada.

Hace un par de años escribí en eldiario.es un perfil que tuvo muchas críticas y pocos elogios. Se titulaba: Fidel Castro, un genio que nos vendió humo por revolución. En él recomendaba la biografía firmada por Tad Szulc, periodista de norteamericano de origen polaco que trabajó para The New York Times y otros medios. Se titula Fidel: A Critical Portrait (Avon Books). En España la publicó Grijalbo. Recojo algunos párrafos de aquel texto tan polémico.

Szulc conoció a Fidel en 1959 y quedó rendido a su magia. Le costó desprenderse del aquel primer encantamiento porque la realidad de la revolución fue, con el paso de los años, decepcionante. Estaba anquilosada, muy lejos de restaurar la democracia prometida, convertida en una dictadura comunista. Visitó de nuevo Cuba en 1984, conversó con Fidel, tuvo acceso a su entorno y a miles de documentos. Los anticastristas más furibundos le acusaron de blando, de pretender salvar al líder. Su tesis es que Eisenhower no supo leer las posibilidades que le ofrecía la llegada de Fidel Castro al poder y terminó empujándolo en brazos de la URSS.

No fue el único estadounidense en pensar así. Eisenhower se dejó llevar por el esquema de la Guerra Fría, que trasladó a América Latina, empezando por Cuba. El periodista español Enrique Meneses, el primer extranjero en informar de los jóvenes barbudos desde Sierra Maestra, decía que aquel primer Fidel revolucionario era cristiano y que llevaba una cruz al cuello. Años después, Meneses cenó en Cairo con Ernesto Che Guevara. Hablaron de aquellos tiempos. El Che quería poner en marcha una revolución en Congo y Meneses se ganaba la vida como corresponsal de la revista Paris Match en Oriente Próximo. El Che le informó de que Fidel le quería “dar paredón” porque había escrito que había comunistas en Sierra Maestra, algo que les restó apoyos en EEUU. Ahora podrán conversar en paz. Meneses se defendió: “Tu lo eres, y lo es Raúl”. “Ya, pero no nos convenía”, replicó el Che.

Szulc describió la entrada de Fidel en La Habana el 8 de enero de 1959, tras recorrer la isla ganándose la adhesión de cada ciudad y cada pueblo, como “una apoteosis maravillosamente montada”. Ese viaje fue esencial para cimentar su prestigio y su poder. Aunque fue algo casual, hubo un momento prodigioso: una de las palomas blancas que se lanzaron al cielo para festejar el triunfo revolucionario se posó en su hombro, como si un ser superior le señalara como el elegido. Pese a los errores, Fidel ha sido una figura reverenciada por la mayoría de los cubanos del interior. EEUU no hizo nada por ganárselos, solo se empleó a fondo en hacerles la vida más difícil.

Los primeros meses, después del triunfo de los barbudos de Sierra Maestra, como les llamaba la prensa internacional, fueron claves. Fidel favoreció el nombramiento como presidente de la República de Manuel Urrutia, y el del liberal José Miró Cardona como primer ministro. Él se quedó entre bambalinas como jefe de las Fuerzas Armadas. El Gobierno de unidad, reconocido de inmediato por EEUU, no duró demasiado: el 17 de febrero de 1959, Fidel asumió el puesto de primer ministro y viajó a EEUU para entrevistarse con sus líderes y realizar gestos simbólicos en los monumentos de Jefferson y Lincoln. Miró Cardona había promulgado antes la Ley Fundamental de la República, que recuperaba los postulados de la Constitución de 1940. Todo parecía ir bien conforme al Manifiesto de Sierra Maestra.

En ese viaje a EEUU, invitado por la Asociación Americana de Editores de Periódicos, se entrevistó durante 15 minutos con el vicepresidente Richard Nixon pero no con el presidente; Eisenhower prefirió jugar al golf. Quizá fuese ese gesto el arranque de un largo desencuentro que han tratado de remediar Barack Obama y Raúl Castro.

Entre las promesas del Manifiesto estaba también la reforma agraria, una asignatura pendiente en gran parte de Latinoamérica. Su aprobación costó un enfrentamiento con el presidente Urrutia y Fidel dimitió de su puesto. La revolución ha manejado muy bien dos artes: la propaganda y la puesta en escena de las masas. Su dimisión fue contestada en las calles por decenas de miles de cubanos, movilización que forzó la caída de Urrutia y su sustitución por Oswaldo Dorticós, que de inmediato lo volvió a nombrar primer ministro.

Aún nadie proclamaba el comunismo como doctrina, al menos de manera abierta. Pese a ello, a Washington se le atragantó una reforma agraria que afectaba a sus intereses en la isla. En octubre de 1959, la Casa Blanca dio su apoyo a la propuesta de la CIA de desestabilizar el régimen, incluido un eventual asesinato de Fidel, algo que han intentado repetidamente.

Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen del fallecido líder cubano Fidel Castro en la universidad donde él estudió derecho en su juventud, durante una vigilia en La Habana. Foto: AP.

Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen del fallecido líder cubano Fidel Castro en la Universidad de La Habana, donde se graduó como abogado. Foto: AP.

¿Qué habría pasado si Eisenhower y Fidel se hubieran visto en Washington? ¿Qué habría pasado si EEUU hubiese invertido dinero en la revolución en vez de combatirla? Es imposible saberlo, entraríamos en la ficción. En esos mismos años, EEUU apoyó a los militares guatemaltecos en su lucha contra una incipiente guerrilla que luchaba por la libertad. Aquella guerra civil duró 36 años, de 1960 a 1996, y costó la vida a 200,000 personas, 45,000 desaparecidos.

La URSS, en plena Guerra Fría contra EEUU, vio una oportunidad de tocar los huevos al imperio rival y concedió créditos millonarios a Cuba, además de firmar acuerdos de comercio de petróleo y azúcar. “La mano que recibe está por debajo de la mano que da”, dijo Napoleón. La presión de la CIA tuvo dos hitos: el sabotaje en La Habana del mercante francés La Coubre que transportaba armas –más de 100 muertos–, ocurrido en marzo de 1960 y la invasión de Bahía Cochinos el 17 de abril de 1961. De esa época, Fidel saca dos conclusiones: EEUU es el enemigo y la URSS la única opción económica y militar para sobrevivir. Y el comunismo salió del armario de la revolución. Los críticos de esta teoría sostienen que el comunismo estaba latente y visible desde el primer día. Después llegó la crisis de los misiles en 1962 y el pacto entre EEUU y la URSS, tras bordear la guerra nuclear, de retirar esas armas a cambio de no invadir Cuba.

Pero me he saltado lo esencial. Antes de estos acontecimientos y de restablecer las relaciones diplomáticas con la URRS, Fidel confiscó las refinerías de Shell, Esso y Texas Oil por negarse a procesar el crudo soviético. De ahí partió una escalada de medidas que finalizó con el establecimiento de un embargo que los sucesivos presidentes fueron agravando con nuevas prohibiciones. Ese embargo ha sido inútil: ha logrado lo contrario de lo que perseguía: dar vida a un régimen enrocado.

Si las revoluciones envejecen rápido, también lo hacen las políticas y las retóricas que las combaten. En esto, Fidel deja un legado más sólido: su merchandising de la revolución es más atractivo, y sus motivos morales iniciales, cautivadores.

Obama ha sido el primero en querer modificar las dinámicas heredadas, explorar un lenguaje nuevo y una política eficaz que pasa por permitir que sean los cubanos de Cuba los que marquen el ritmo de la apertura. Es más inteligente que un embargo que castiga a todo un pueblo. La premisa es que la prosperidad traerá democracia y libertad, si es que eso es lo que busca EEUU y no otro peón en sus juegos globales,

La revolución se desinfló hace tiempo y la izquierda se quedó en la escenografía. Casi nadie se atrevió a decir:”El revolucionario está desnudo”. Las revoluciones duran horas, días, meses, como muestra Woody Allen en la película Bananas: copian lo que desplazaron. De ahí la tesis de Trotsky de la revolución permanente.

Entre las retóricas y contra retóricas, está la gente, el pueblo cubano, ese por el que tanto decimos estar tan preocupados. Murió el líder, la persona, queda el personaje. Más allá de su obra, Fidel Castro es de los inmortales.

Con riguroso luto de 9 días y actos multitudinarios, Cuba despide a Castro en medio de elogios y críticas

sábado, noviembre 26th, 2016

La noticia de la muerte del líder revolucionario cubano Fidel Castro generó celebraciones entre los exiliados del país en Miami y muestras de pesar o de respeto de algunos gobernantes mundiales. Enfermo, despojado de poder político evidente, el ícono revolucionario de 90 años se convirtió para algunos en símbolo de la resistencia a las aperturas diplomática y económica de su hermano, pero para muchos cubanos, Fidel Castro estaba cada vez más alejado de las pasiones que hacían de él un salvador o un caudillo maniático. En Cuba, serán nueve días de luto y las cenizas recorrerán toda la Isla hasta llegar a Santiago, donde será enterrado.

Castro en 1965. Foto: Xinhua

Castro en 1965. Foto: Xinhua

La Habana/ Miami, 26 de noviembre (SinEmbargo/EFE/Xinhua/AP).– Un luto de nueve días envolverá Cuba para despedir al líder de su Revolución, Fidel Castro, fallecido el viernes a los 90 años y a quien los cubanos rendirán tributo durante casi una semana con actos que se prevén multitudinarios en La Habana y también en Santiago, donde será enterrado.

Los detalles de las exequias del ex mandatario se conocieron pocas horas después de que su hermano, el Presidente Raúl Castro, con semblante desencajado y voz emocionada anunciara al pueblo el fallecimiento a través de la televisión estatal.

El duelo nacional fue decretado por el Consejo de Estado de la isla unas horas después del anuncio y establece que durante los nueve días en los que regirá “cesarán las actividades y espectáculos públicos” y la bandera nacional ondeará a media asta en los edificios públicos y establecimientos militares.

Además, la radio y la televisión cubanas “mantendrán una programación informativa, patriótica e histórica”, según las instrucciones del principal órgano de Gobierno de Cuba.

El Ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, que se encontraba de gira por países de Oriente Medio, ha adelantado su regreso a la isla, a donde se espera que llegue en las próximas horas.

Ediciones especiales de la prensa estatal cubana también están ya disponibles en la calle: los medios impresos oficialistas se han sumado al luto nacional y su tinta es este sábado exclusivamente negra, en lugar del habitual rojo y negro del icónico diario Granma, o el azul y negro de Juventud Rebelde, el rotativo de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen del fallecido líder cubano Fidel Castro en la universidad donde él estudió derecho en su juventud, durante una vigilia en La Habana. Foto: AP.

Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen del fallecido líder cubano Fidel Castro en la universidad donde él estudió derecho en su juventud, durante una vigilia en La Habana. Foto: AP.

La organización de las exequias del líder cubano quedó a cargo de una entidad creada específicamente para este fin y denominada “Comisión Organizadora del Comité Central del Partido, el Estado y el Gobierno para las honras fúnebres del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”.

Ese organismo avanzó de inmediato un calendario de actos para conocimiento de la población cubana que incluye información pormenorizada sobre los homenajes y actos que se irán sucediendo la próxima semana hasta culminar en el entierro de Fidel en Santiago de Cuba.

El comandante revolucionario había pedido ser incinerado, según detalló su hermano Raúl Castro, cuando la noche del viernes anunció el fallecimiento.

Tras la cremación, sobre la que no se ha concretado cuándo tendrá lugar, las cenizas de Fidel Castro iniciarán un periplo por toda Cuba, de occidente a oriente, un recorrido inverso que rememorará la “Caravana de la Libertad” que el líder encabezó en 1959 al comienzo de la Revolución.

Los restos mortales partirán el miércoles 30 de noviembre desde La Habana, donde residía, y recorrerán la isla durante cuatro días hasta llegar a Santiago de Cuba, una provincia en la que no nació pero que fue la cuna de la Revolución y a la que tanto él como su hermano Raúl estuvieron siempre muy vinculados.

Antes, los cubanos tendrán dos días para despedirse de Fidel en La Habana, en la emblemática Plaza de la Revolución donde pronunció largos discursos contra el enemigo estadounidense.

La población, según han informado las autoridades, podrá acudir a rendir homenaje al ex gobernante en el Memorial José Martí de La Habana desde las 09.00 hora local (14.00 GMT) del próximo lunes 28 y hasta el mediodía del martes 29.

Ese mismo día, a las 19.00 hora local (00.00 GMT), se celebrará “un acto de masas” en la Plaza de la Revolución de La Habana.

Asimismo, el lunes y el martes entre las nueve de la mañana y las diez de la noche, la población podrá “rendir homenaje y firmar el solemne juramento de cumplir el concepto de Revolución, expresado por nuestro líder histórico el primero de mayo de 2000, como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y a nuestro socialismo”, agrega el comunicado de la Comisión Organizadora.

Otro evento popular está programado para el 3 de diciembre en la Plaza Antonio Maceo de Santiago, una vez que las cenizas de Castro lleguen a esa ciudad.

El entierro está previsto para el 4 de diciembre, cuando se celebrará una ceremonia de inhumación en el cementerio de Santa Ifigenia.

Con motivo del fallecimiento de Fidel también se pospusieron un mes los actos y desfiles militares previstos para el 2 de diciembre con motivo del 60 aniversario del desembarco de los expedicionarios del yate Granma en Cuba, uno de los hitos que marcaron el inicio de la Revolución en el país caribeño.

Además, según las normas que rigen el luto nacional y que prohíben la celebración de espectáculos, quedó cancelado el concierto que el tenor español Plácido Domingo iba a ofrecer hoy en el Gran Teatro de La Habana y que había generado una enorme expectación.

ELOGIOS Y CRÍTICAS TRAS LA MUERTE DE FIDEL

El estudiante palestino de medicina Adham Motawi, con una imagen de Fidel Castro, se sostiene la cabeza incrédulo durante una reunión en honor de Castro en La Habana. Foto: AP.

El estudiante palestino de medicina Adham Motawi, con una imagen de Fidel Castro, se sostiene la cabeza incrédulo durante una reunión en honor de Castro en La Habana. Foto: AP.

La noticia de la muerte del líder revolucionario cubano generó celebraciones entre los exiliados del país en Miami y muestras de pesar o de respeto de algunos gobernantes mundiales.

Media hora después de que el gobierno de Cuba anunciara oficialmente el deceso del expresidente, de 90 años, la Pequeña Habana de Miami se llenó de vida y celebraciones. Miles de personas golpearon cacerolas, ondearon banderas cubanas y gritaron de júbilo. “¡Cuba sí! ¡Castro no!”, coreaban unos, mientras que otros gritaban “¡Cuba libre!”

Desde Montreal, Canadá; Estocolmo, Suecia; Caracas, Venezuela y Barcelona, España, llamaron estupefactas algunas amistades que esperaban recibir el consuelo de que una vez más, la noticia era falsa.

Sin embargo, esta vez no fue un rumor, la certeza llegó fugaz y sorpresivamente a través de una declaración oficial transmitida por un canal local de su hermano menor y actual mandatario, Raúl Castro, quien informó que el revolucionario latinoamericano había muerto a las 22:29 de la noche del viernes 25 de noviembre por causas que no fueron especificadas.

La sorpresa cundió a todos porque hace sólo unos días Fidel Castro había recibido al jefe de Estado de Vietnam que visitó la isla y las imágenes lo mostraban saludable y lúcido.

No obstante, la realidad es implacable y lo cierto es que uno de los hombres más admirados por la humanidad en el siglo XX, partió físicamente.

Resulta estremecedor caminar en la madrugada por La Habana, ir dando a quienes se encuentran en las calles la triste noticia y palpar cómo todos quedan impactados al conocer sobre el fallecimiento del líder cubano.

Algunos transeúntes prefirieron no hablar y sin proponérselo comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos ante el sentimiento de dolor que los invade, porque más allá de las especulaciones y las tergiversaciones, el pueblo cubano en su mayoría quiere a Fidel Castro.

“No tengo palabras para expresar lo que pienso y siento, no doy crédito aún a lo que ha sucedido porque Fidel es nuestro padre y nuestro guía. Con el paso de los años uno debería prepararse porque tenía una edad avanzada pero no lo asimilo, todavía lo necesitamos dándonos consejos y alertándonos sobre los peligros que nos amenazan” , expresó conmocionado José Valladares.

En Miami centenares de personas la celebran al poderoso ritmo de la conga y con el deseo de que la algarabía llegue a Cuba y anime a hacer cambios.

Más de ocho horas después del anuncio hecho en La Habana por Raúl Castro, los gritos exaltados por la libertad y el fin del régimen castrista aún seguían sonando junto a la música a las puertas del restaurante Versailles.

Por este corazón del exilio cubano en Miami han pasado cientos de personas en las últimas horas y todavía sigue llegando gente.

“Viva la libertad, abajo la tiranía”. Bajo esa consigna el exilio llenó un amplio tramo de la Calle Ocho, donde los reunidos entonaron con pasión el himno de Bayamo, símbolo de la nación cubana, y con más fuerza si cabe el verso “morir por la patria es vivir”.

Los presentes, conscientes de que en la isla el ambiente es muy distinto, quieren gritar más alto y más fuerte.

Ana Cristina Carrodeguas, esposa del Alcalde de Miami, Tomás Regalado, dijo a Efe que han recibido llamadas desde la isla en las que les contaban que estaban celebrando en privado, sin hacer ruido.

Al Versailles llegaron sobre todo jóvenes, muchos de ellos vestidos de noche, salidos de los locales de ocio, sabedores de que la fiesta estaba hoy en la calle.

Para el alcalde, que pasó toda la noche junto a sus convecinos, esa celebración espontánea y legitima de los jóvenes, a pesar de su motivo luctuoso, es reflejo del sentimiento de sus padres y abuelos, muchos de ellos ya desaparecidos y que no pudieron vivir la desaparición del líder cubano.

Óscar García, de 22 años y que llegó hace 11 a Miami, dijo a Efe que, ellos, hijos y nietos del exilio, aunque no pueden sentir la felicidad total que hoy tienen sus padres y abuelos, esta noticia es también algo propio.

“Lo sentimos como algo nuestro, y sabemos que aunque no es todo, la muerte de Fidel va a suponer un cambio, no como el que quisieran los cubanos, pero todo es posible, sobre todo hoy”, indicó.

Flores son colocadas en la embajada de Cuba luego del fallecimiento del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en Berlín, Alemania. Foto: Xinhua

Flores son colocadas en la embajada de Cuba luego del fallecimiento del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en Berlín, Alemania. Foto: Xinhua

Mucho más veterano, Luis Voldeán, de 78 años, se felicitó de que haya muerto la “primera bestia, que cambió una isla acogedora en el infierno en la tierra”.

“Llegó la hora. Dios no nos abandonó, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte. En Cuba hay muchos fidelistas, pero no hay ningún raulista. Se fue el Robín Hood, el niño lindo, y las fuerzas armadas deben proteger al pueblo, si no lo hacen son unos cobardes, pero yo creo que habrá sorpresas pronto”, señaló.

“Murió la rata” o “Satanás achicharrado”. Así de contundentes eran los carteles improvisados que los trasnochadores del Versailles jaleaban, mientras dos esqueletos se bamboleaban al ritmo de la conga cubana.

Pedro Miguel Pérez, de Cienfuegos, optó por disfrazarse del presidente electo Donald Trump, para esta ocasión tan esperada.

“No es un capricho, han sido más de 50 años de espera”, dijo a Efe.

Raul Castro y Ernesto "Che" Guevara y Fidel Catro. Foto: Xinhua

Raul Castro y Ernesto “Che” Guevara y Fidel Catro. Foto: Xinhua

Cerca de él, Mayra Piloto, destacó el gran número de jóvenes que representan la alegría de sus progenitores, aunque eso también supone un sentimiento de nostalgia por todos aquellos que no pudieron vivir esta noche.

“Este señor tenía tantas muertes en sus manos, los fusilados, los que murieron en el mar intentando huir de la isla y todos aquellos que murieron en el exilio”, lamentó.

Al sonido de las congas y tambores, casi ya olvidado el motivo del festejo, algunas mujeres bailaban de manera sensual en el centro de un corrillo.

Mientras los hombres, encendidos, jaleaban “pal piso, pal piso” para que ellas bajasen todavía más sus caderas, mientras un señor, ya veterano, sentenciaba: “No hay nada más cubano”.

Para mantener las energías, la cafetería Versailles permaneció abierta hasta las 5 de la mañana, en un trasiego imparable de coladitas, pastelitos de guayaba y croquetas.

“Es una noche inolvidable. La gente está eufórica, feliz de que este día llegó”, señaló a Efe Marisabel Abrantes, camarera del autoproclamado restaurante cubano más famoso del mundo.

Aunque le tocó doblar turno y trabajar toda la noche, asegura que la noticia bien lo vale y se congratuló de la generosidad de los exultantes clientes, que dejaron más propina de lo habitual.

“Nos vemos en Cuba” era la despedida más escuchada, mientras la gente iba dejando lugar para los que se despierten después de haber dormido sin conocer la noticia que el exilio esperaba recibir desde hace medio siglo, así que la fiesta promete durar todo el fin de semana en Miami.

Del Conde, el mexicano que ayudó a Castro a lanzar la Revolución, llora la muerte del líder cubano

sábado, noviembre 26th, 2016

Antonio del Conde conoció a Fidel Castro en julio de 1955 cuando éste entró a su armería en el centro de la Ciudad de México para preguntar por algunos dispositivos. Allí comenzó una relación que lo llevó a involucrarse en la logística de la Revolución cubana y a ser conocido por el líder como “el Cuate”. Hoy de casi 91 años, dice que trata de vivir, “aguantando los secuestros y tantos problemas que hay” en México.

Por Paola Martínez

México, 26 nov (EFE).- Antonio del Conde, quien consiguió a Fidel Castro el yate Granma con el que el caudillo partió de México hacia Cuba en 1956 para emprender su Revolución, acudió hoy a la embajada de la nación antillana, como otros admiradores mexicanos, para expresar su dolor por la muerte de quien llegó a ser su amigo.

“No hay palabras para decir lo que significa la muerte de Fidel. Él me enseñó una vida nueva; me tiene que enseñar a vivir sin él”, dijo Del Conde a periodistas ante la legación diplomática en la Ciudad de México.

Refirió que ayer precisamente estuvo en Tuxpan para la conmemoración del sexagésimo aniversario de la partida del Granma desde ese puerto del estado mexicano de Veracruz.

“En una plática que di pedí un aplauso para el comandante Fidel Castro. Fue el último aplauso que tuvo, el que le dimos”, señaló el autor del libro “Memorias del dueño del yate Granma”.

Del Conde conoció a Castro en julio de 1955 cuando este entró a su armería en el centro de la Ciudad de México para preguntar por algunos dispositivos. Allí comenzó una relación que lo llevó a involucrarse en la logística de la Revolución Cubana y a ser conocido como “el Cuate”, el amigo.

Hoy de casi 91 años, dice que trata de vivir, “aguantando los secuestros y tanto problema que hay” en México.

Otros mexicanos también acudieron a la embajada a depositar flores y expresar su pesar por la muerte del líder, ocurrida la noche del viernes.

La médica Elsa Hernández dijo conmovida que la muerte del expresidente representa “una gran pérdida de un ser humano con todas las cualidades, aunque haya gente que habla mal de él, que está en contra de aquello por lo que él luchó, de sus ideales”.

Narró haber estado hace unos días en la nación insular, donde “indudablemente los hechos y las realidades están allí; una Cuba donde puedes caminar tranquilamente, donde no ves niños de la calle, donde la gente es atendida por los médicos que formó la Revolución”.

“Yo soy uno de esos médicos que la Revolución formó. Gracias Cuba, Gracias Fidel, y todo nuestro dolor y nuestro pésame aquí”, apuntó Hernández, quien dijo haber llevado flores “como algo simbólico para lo que él hizo, porque lo que hizo fue muy grande”.

Otro simpatizante, de nombre Andrés Razo Ledesma, fue más colorido en sus elogios al revolucionario cubano: “Si tuviéramos un presidente como Fidel Castro no estaríamos de rodillas, besándole el trasero a (el presidente electo de Estados Unidos, Donald) Trump. No tendríamos 30 millones de pobres”.

“Algunos se pueden quejar de las carencias que la Revolución trajo a Cuba por el infame bloqueo norteamericano (estadounidense), pero veamos nuestras zonas marginadas. Es cierto, en Cuba no hay ningún Carlos Slim, pero viven con dignidad, viven bien, y no viven de rodillas antes los norteamericanos”, declaró.

Consideró que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, no irá a Cuba a rendirle homenaje a Castro. “Su patroncito no se lo va a permitir, y a cambio de eso nos van a obligar a construir un muro infame, y nos van a hacerlo pagar, ya lo verá”, acotó.

Un joven llamado Leonardo Muñoz López dijo a Efe, con las palabras entrecortadas por el llanto, que comenzó a admirar a Fidel Castro porque “fue una persona muy valiente y que hizo mucho no solamente para los pueblos latinoamericanos, sino también de África”.

“Para mí siempre ha sido un motivo de orgullo el saber que existe gente así, valiente, inteligente, audaz, porque se enfrentó a tener todo en contra y aun así tuvo grandes éxitos”, explicó.

Al preguntársele si cree que Cuba se verá afectada por la próxima llegada de Trump al poder en Estados Unidos, replicó: “Probablemente sí, pero (los cubanos) se han enfrentado a cosas peores por décadas y siempre han salido adelante”.

Fidel Castro: las 13 frases que hicieron eco en el mundo

sábado, noviembre 26th, 2016

Fidel Castro falleció a los 90 años. El líder de la Revolución cubana luchó contra la dictadura de Fulgencio Batista. El 26 de julio de 1953, Castro intentó atacar el cuartel de Moncada, pero no tuvo éxito. Fue arrestado, enjuiciado y amnistiado. Se asiló en México donde formó un grupo rebelde y retornó a Cuba en el yate Granma. La mayoría de los rebeldes fueron abatidos o capturados, pero unos cuantos lograron escapar hacia las montañas. Tomó el poder cuando Batista huyó del país el día de Año Nuevo de 1959.

En esta fotografía del 6 de febrero de 1959, el líder cubano Fidel Castro habla ante una muchedumbre durante la marcha triunfal de la Revolución a La Habana, tras la caída del dictador Fulgencio Batista. El presidente cubano Raúl Castro anunció la muerte de su hermano Fidel el viernes 25 de noviembre de 2016 Foto: AP/Archivo

En esta fotografía del 6 de febrero de 1959, el líder cubano Fidel Castro habla ante una muchedumbre durante la marcha triunfal de la Revolución a La Habana, tras la caída del dictador Fulgencio Batista. El presidente cubano Raúl Castro anunció la muerte de su hermano Fidel el viernes 25 de noviembre de 2016 Foto: AP/Archivo

La Habana, 26 de noviembre (AP).- Citas de Fidel Castro:

“Condénenme… la historia me absolverá” – 16 de octubre de 1953 durante el juicio tras el fallido ataque al Cuartel Moncada.

“El poder no me interesa, ni pienso ocuparlo, velaré sólo porque no se frustre el sacrificio de tantos compatriotas, sea cual fuere mi destino posterior” – 1 de diciembre de 1959, tras el triunfo de la Revolución en la ciudad oriental de Santiago.

“Compañeros obreros y campesinos, esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida” – 16 abril de 1961, durante un discurso tras un ataque aéreo.

“No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!” – 15 de octubre de 1976, luego de un ataque terrorista a un avión civil cubano que costó la vida a 73 personas.

“Los imperialistas a veces hablan el lenguaje altanero de que estarían dispuestos a suspender el bloqueo, de que estarían dispuestos a perdonarnos la vida si dejamos de ser internacionalistas (…) ¡Jamás será mediante concesiones al imperialismo! Y nuestros vínculos con la Unión Soviética no se romperán. ¡Jamás!” – 20 de diciembre de 1980 al cierre del Congreso del Partido Comunista de Cuba.

“Bajo la dirección de la Revolución adoptaremos las medidas que haya que tomar para que nuestras fábricas marchen, para que nuestros obreros trabajen, para salir adelante en estas difíciles condiciones, y siguiendo el principio de proteger a todos, de que no quede un ciudadano desamparado en nuestro país, repartiendo lo que tengamos, buscaremos fórmulas para salvar la patria, para salvar la Revolución, para salvar el socialismo” – 14 de octubre de 1991, durante la clausura de un congreso del Partido Comunista y cuando asomaban las dificultades por la caída del bloque socialista.

“Ganaremos esta batalla por la vida, y no solo por la vida de ustedes, sino por la vida de todos los niños del mundo” – 23 de diciembre de 1999, en un discurso frente a escolares instalados en la Oficina de Intereses de Estados Unidos durante una marcha para reclamar la repatriación del pequeño náufrago Elián González.

“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo” – 1 de mayo del 2000, unas palabras consideradas su testamento político.

“Les prometo que estaré con ustedes si así lo desean mientras tenga conciencia de que pueda ser útil y si antes no lo decide la propia naturaleza, ni un minuto menos, ni un segundo más. Ahora comprendo que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de la vida” – 6 de marzo del 2003 al tomar posesión de su cargo como presidente del Consejo de Estado.

“No albergo la menor duda de que nuestro pueblo y nuestra Revolución lucharán hasta la última gota de sangre para defender estas y otras ideas y medidas que sean necesarias para salvaguardar este proceso histórico. El imperialismo jamás podrá aplastar a Cuba. La batalla de ideas seguirá adelante. ¡Viva la Patria! ¡Viva la Revolución! ¡Viva el Socialismo! ¡Hasta la Victoria Siempre!” – 31 de julio de 2006 al delegar el poder en su hermano, Raúl Castro a raíz de una operación.

“A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento (…) les comunico que no aspiraré ni aceptaré, repito, no aspiraré ni aceptaré el cargo de presidente del Consejo de Estado y comandante en jefe” – 19 de febrero de 2008, cuando por razones de salud renunció a seguir como presidente del país y jefe de las Fuerzas Armadas, cargos en los que fue confirmado su hermano Raúl.  Fidel se mantuvo como primer secretario del Partido Comunista de Cuba.

“Raúl (Castro) conocía que yo no aceptaría en la actualidad cargo alguno en el Partido. Él había sido siempre quien me calificaba de Primer Secretario y Comandante en Jefe, funciones que como se conoce delegué en la Proclama señalada cuando enfermé gravemente. Nunca intenté ni podía físicamente ejercerlas, aun cuando había recuperado considerablemente la capacidad de analizar y escribir (…) Pienso que he recibido demasiados honores. Nunca pensé vivir tantos años” – 18 de abril de 2011 cuando fue desplazado del Buró Político del Partido Comunista, su último cargo formal.

“A todos nos llegará nuestro turno (…) Pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos. A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el pueblo cubano vencerá” – 19 d abril del 2016 durante una sorpresiva aparición en el VII Congreso del Partido Comunista.

Presidentes de diversos países lamentan el fallecimiento del líder histórico de la revolución cubana

sábado, noviembre 26th, 2016

El Presidente Enrique Peña Nieto lamentó el fallecimiento de Fidel Castro, “un amigo de México”

El ex presidente cubano Fidel Castro pronuncia un discurso en la escalinata de la Universidad de La Habana (Cuba), durante una ceremonia por el inicio del curso escolar. Foto: EFE/Archivo

El ex presidente cubano Fidel Castro pronuncia un discurso en la escalinata de la Universidad de La Habana (Cuba), durante una ceremonia por el inicio del curso escolar. Foto: EFE/Archivo

Redacción Internacional, 26 noviembre (EFE).- Los mensajes de condolencia por la muerte el viernes a los 90 años del líder de la Revolución cubana Fidel Castro, personaje “histórico” y “símbolo de una época”, se sucedieron hoy en todo el mundo, y contrastaron con las duras declaraciones de disidentes cubanos.

Su hermano y actual presidente de la isla, Raúl Castro, informó muy emocionado en la televisión estatal que el ícono de la Revolución cubana falleció este 25 de noviembre a las 22.29 hora local (3.29 GMT del sábado) en La Habana. Sus restos serán cremados “atendiendo su voluntad expresa” y el país guardará 9 días de duelo.

De inmediato los contrastes en las reacciones no se hicieron esperar en el continente americano.

Varios presidentes de América Latina fueron los primeros en lamentar la muerte del hombre que condujo el destino de Cuba durante casi 50 años y uno de los líderes más controvertidos del siglo XX.

El venezolano Nicolás Maduro destacó en su cuenta de la red social Twitter que a todos los revolucionarios del mundo les “toca seguir con su legado” y afirmó que Fidel y el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez “dejaron abonado el camino de la liberación de nuestros pueblos”.

El mexicano Enrique Peña Nieto calificó a Castro de “referente emblemático del siglo XX” y de “gran amigo” de su país, mientras que minutos antes el ecuatoriano Rafael Correa había manifestado en la misma red social que “se fue un grande. Murió Fidel. ¡Viva Cuba! ¡Viva América Latina!”.

Como un “gigante de la historia de la humanidad” calificó al líder cubano el boliviano Evo Morales, quien expresó su “profundo dolor” y, en declaraciones por teléfono al canal Telesur, enfatizó que Castro enseñó a los revolucionarios “a nunca rendirse y a levantar la voz frente a quienes tienen políticas de dominación”.

El uruguayo Tabaré Vázquez lamentó “este triste acontecimiento” y transmitió sus condolencias a la familia y al pueblo cubano.

En esa misma línea, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que recibieron apoyo de los Castro a su lucha armada y firmaron un acuerdo de paz con el Gobierno colombiano en la Habana con Cuba como garante, aseguraron que con su fallecimiento ha partido “el revolucionario más admirable del siglo XX”.

El jefe del equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz con el Gobierno colombiano, Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, dio en su cuenta de Twitter las gracias a Fidel por “su inmenso amor por Colombia” y ofreció “que el Acuerdo de Paz de La Habana sea nuestro postrer homenaje”.

Con su muerte “se cierra un capítulo importante de la historia latinoamericana” en opinión del Gobierno de Argentina, expresada en Twitter por la canciller, Susana Malcorra.

En Miami (EE.UU.), una multitud de cubanos se reunieron de forma espontánea con banderas de su país y estadounidenses en el café Versailles para festejar la muerte de Castro, bajo cuyo mandato miles de personas huyeron de Cuba desde 1959.

“No se celebra la muerte de un ser humano, se celebra la muerte de un dictador”, dijo el alcalde de Miami, Tomás Regalado, en este local icónico para la numerosa comunidad cubana de Miami.

“Con la participación real, efectiva y significativa del pueblo cubano en el exilio en el proceso de transformación, sobre todo en lo económico y social, definitivamente los cubanos van a poder alcanzar un estado de balance y de prosperidad”, dijo, por su parte, a Efe el presidente de la influyente Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), Francisco “Pepe” Hernández.

Desde Madrid, Carlos Payá, dirigente del Movimiento Cristiano Liberación y hermano del fallecido líder disidente Oswaldo Payá (1952-2012), dijo a Efe que “tras el hecho biológico que supone la muerte del dictador, antes y ahora, los derechos”.

También en Madrid, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, expresó sus condolencias en su cuenta de Twitter por la muerte de “una figura de calado histórico”.

El presidente francés, François Hollande, destacó que Fidel Castro fue “una figura del siglo XX” que supo representar para su pueblo “el orgullo del rechazo de la dominación exterior”, aunque también provocó “desilusiones”.

En la misma línea se expresaron el primer ministro belga, Charles Michel, y el holandés, Mark Rutte, al destacar el peso histórico de Castro al tiempo que el déficit de derechos humanos en Cuba.

Y en Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, lamentó la muerte de “un hombre fuerte y sabio que siempre miraba con seguridad al futuro” y que fue el símbolo de “toda una época”.

“La Cuba libre e independiente que creó junto a sus correligionarios se convirtió en un miembro influyente de la comunidad internacional y sirvió de ejemplo inspirador para muchos pueblos y países”, señaló Putin, según informó el Kremlin.

Desde Asia, el primer ministro de la India, Narendra Modi, calificó en su cuenta Twitter a Castro de “gran amigo” del país y de “personaje histórico”, cuya muerte es un “momento trágico”.

Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el pasado 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana.

En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil, vestido con un chándal blanco y flanqueado por su hermano Raúl y el presidente de Venezuela.

Fidel Castro: 10 momentos en la vida de un personaje clave para entender el siglo XX

sábado, agosto 13th, 2016

Cuba celebra el cumpleaños número 90 del líder de su Revolución, Fidel Castro, hoy cuando la isla atraviesa una discusión sobre su futuro. Los cubanos parecieran reeditar ese debate que hace décadas encaró con violencia dos visiones contrapuestas del mundo durante La Guerra Fría. Hoy, ambos sistemas, el que ha defendido Fidel toda su vida (socialismo) y el que protegió por sobre todas las cosas al gran capital, han terminado haciendo crisis.

Ciudad de México, 13 de agosto de 2016, (SinEmbargo/AP/EFE) .- Este sábado Fidel Castro cumple 90 años. Es, probablemente, el último de los grandes personajes del Siglo XX que sigue vivo en nuestros días. Cansado y debilitado, lejos de los bríos y la vehemencia de sus mejores años, Fidel llegará a su festejo en medio de una Cuba sumida en cambios drásticos que parecieran, desde hace años ya, irla alejando paulatinamente de su pasado comunista, de ese pasado que es Fidel.

La isla va en ruta lenta pero franca hacia la apertura económica, hacia el capitalismo. Sin embargo, ese trayecto hacia la aparente modernidad no cuenta con beneplácitos generalizados en Cuba. Incluso los isleños, dentro de esa burbuja informativa que se supone padecen, saben bien que la globalización económica nunca llega sin buenas dosis de desigualdad y concentración de la riqueza.

Y Fidel, pese a haber entregado el poder hace ya 10 años a su hermano Raúl, sigue siendo el asidero, el referente de esa parte de la población cubana que aun hoy se niega a renunciar a los principios socialistas-nacionalistas de la Revolución.

Cuando los cubanos discuten hoy sobre su futuro, parecieran reeditar ese debate que hace décadas encaró con violencia dos visiones contrapuestas del mundo durante La Guerra Fría. Hoy, ambos sistemas, el que ha defendido Fidel toda su vida (socialismo) y el que protegió por sobre todas las cosas al gran capital, han terminado haciendo crisis.

Sea cual sea la senda que decidan caminar en adelante la Mayor de las Antillas y su pueblo, lo cierto es que, independientemente de posiciones ideológicas, nadie podría regatear a Fidel Castro, especialmente hoy que celebra su cumpleaños, el lugar preponderante que ha ocupado y ocupará por siempre en nuestra historia.

10 HITOS EN SU VIDA

1) LOS ORÍGENES: Nace el 13 de agosto de 1926, en la finca Manacas del poblado de Birán, en la oriental provincia de Holguín. Hijo del hacendado español Ángel Castro y la cubana Lina Ruz.

2) ESTUDIOS: Estudia la licenciatura en Derecho por la Universidad de La Habana (1945-1950), en la que comienza a despertar sus inquietudes políticas. Tras graduarse comienza en 1952 su lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.

3) ASALTO AL MONCADA: El 26 de julio de 1953 encabeza el fallido asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, y es detenido días después. La acción tenía el objetivo de desencadenar la revuelta que pudiera destronar a Fulgencio Batista (1952-1958). Durante el juicio en su contra, Fidel pronuncia su conocido alegato “Condenadme. No importa. La historia me absolverá”. Castro es condenado junto con su hermano Raúl a 15 años de prisión. Tras las rejas, crea el Movimiento 26 de Julio (M-26).

4) LUCHA DE GUERRILLAS: Después de ser indultado, parte para el exilio en México, a donde llega a planear la revolución con la que finalmente derrocará a Batista el 1 de enero de 1959. En México, donde vive con otros de los subversivos, incluido Ernesto Che Guevara, Fidel es arrestado junto con sus camaradas por elementos de la Dirección Federal de Seguridad, la policía secreta mexicana, que en esa época estaba bajo las órdenes de Fernando Gutiérrez Barrios. Fidel y sus hombres son liberados y después de cumplir con su entrenamiento militar se dirigen a Veracruz, desde donde 82 revolucionarios liderados por Fidel zarpan en el barco Granma. La expedición desembarca en Cuba el 2 de diciembre de 1956.

5) BAHÍA DE COCHINOS: Grupos de exiliados anticastristas lanzan un ataque el 17 de abril de 1961 en la Bahía de Cochinos, en el sur de la isla, con el apoyo de Estados Unidos. La invasión fracasa. Las tropas cubanas abaten a unos 100 combatientes enemigos y capturan a unos 1200 más. El Gobierno de John F. Kennedy tiene que negociar la liberación de los prisioneros de guerra.

6) CRISIS DE LOS MISILES: En octubre de 1962, Estados Unidos descubre el emplazamiento de misiles soviéticos en territorio cubano y se desata una crisis que estuvo al borde de la guerra nuclear. La decisión de Rusia de proporcionar ese armamento a la isla fue provocada por el descubrimiento, por parte de la inteligencia rusa, de planes de Estados Unidos para invadir a Cuba militarmente tras la aplastante derrota de Bahía de Cochinos. Finalmente, la Unión Soviética retira los misiles pero la decisión genera tensión por tomarla de manera unilateral sin consultar al Gobierno cubano.

7) MUERTE DEL “CHE” GUEVARA: En octubre de 1967 cae en combate el argentino Ernesto “Che” Guevara, que dirigía un grupo guerrillero en Bolivia. Guevara protagonizó junto a Fidel Castro la lucha contra Batista y ocupó distintas carteras durante los primeros años del Gobierno revolucionario cubano antes de encabezar guerrillas fuera de la isla. Su cuerpo no vuelve a la isla hasta 30 años después para ser enterrado en un mausoleo en la central provincia de Villa Clara. En cierto sentido, El Che ensombreció a nivel mundial la figura de Fidel. El argentino se convirtió, muy probablemente debido a su muerte, en un icono para varias generaciones.

8) OPERACIÓN CARLOTA: La intervención cubana en la guerra angolana dura más de 13 años. Conocida como “Operación Carlota”, desde 1975 hasta 1988, más de 350.000 cubanos pasaron por Angola en apoyo del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA). Fue la mayor operación militar de Cuba en el extranjero y debilitó al régimen racista del apartheid de Sudáfrica, que cayó poco después.

9) PERIODO ESPECIAL: Tras la caída del bloque soviético en 1991, la economía cubana pierde más de 80 por ciento de su comercio exterior y entra en una fase de crisis conocida como “Periodo especial”, caracterizado por largos apagones eléctricos, que sería revertido poco a poco gracias a la apertura al turismo internacional y la aparición del aliado político venezolano Hugo Chávez.

10) RETIRADA DEL PODER: En 2006, Fidel Castro sufre una aparatosa operación quirúrgica por lo que delega temporalmente el poder en su hermano, Raúl Castro, quien en 2008 lo asume plenamente. Desde entonces Fidel lleva una vida retirada y alejada de la primera línea política.

LAS FRASES DEL RECUERDO

Fidel Castro pronunció para la historia varias frases célebres cuya relación cronológica refleja también las contradicciones de su trayectoria política.

“La Historia me absolverá”, (octubre de 1953, en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada).

“En Cuba hacen falta muchos Robespierres”, (marzo de 1954).

“Habrá tiempo de sobra para aplastar a todas las cucarachas juntas”, (abril de 1954).

“Ni los muertos pueden descansar en un país oprimido”, (1958).

“No he sido nunca ni soy comunista. Si lo fuese, tendría valor suficiente para proclamarlo”, (mayo de 1958).

“Nunca ha hablado el Movimiento 26 de julio de socializar o nacionalizar la industria. Ese es sencillamente un temor estúpido hacia nuestra revolución”, (mayo de 1958).

“La dictadura debe ser sustituida por un gobierno provisional de carácter enteramente civil que normalice el país y celebre elecciones generales en un plazo no mayor de un año”, (mayo de 1958).

“El poder no me interesa. Después de la victoria quiero regresar a mi pueblo y continuar mi carrera como abogado”, (1958).

“Esta revolución es tan verde como las palmas”, (enero de 1959).

“Yo seré el hombre más odiado de Cuba”, (8 de enero de 1959).

“No soy comunista”, (Nueva York, abril de 1959).

“Nosotros hemos hecho una revolución; una revolución socialista bajo las mismas narices de los Estados Unidos”, (16 de abril de 1961).

“Con la revolución todo, contra la revolución nada”, (Palabras a los intelectuales, agosto de 1961).

“Ese era el camino que tenía que seguir la Revolución: el camino de la lucha antiimperialista y el camino del socialismo, es decir, de la nacionalización de todas las grandes industrias, de los grandes comercios, la nacionalización y la propiedad social de los medios fundamentales de producción”, (1 de diciembre de 1961).

“Soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida”, (1 de diciembre de 1961).

“Siempre fui un admirador de Cristo, porque fue el primer comunista: multiplicó los panes y peces, que es lo queremos hacer nosotros”, (1975).

“Nunca hemos sido capaces de alcanzar nuestros objetivos con nuestras propias fuerzas, a pesar de los inmensos recursos de nuestra naturaleza y la inteligencia de nuestros pueblos. Pudimos serlo todo y no somos nada”, (18 de julio de 1991).

“No soy eterno. De repente, uno descubre que casi todo quedó por detrás y que la vida tiene sus límites”, (13 de agosto de 1996).

“Caiga quien caiga, muera quien muera, la Revolución cubana no desaparecerá”, (1 de septiembre de 1997).

“Nuestras prostitutas son las más cultas del mundo”, (julio de 1999).

“Nuestra independencia, nuestros principios y nuestras conquistas sociales los defenderemos con honor hasta la última gota de sangre, si somos agredidos”, (22 de septiembre de 2001).

“No existe culto a ninguna personalidad revolucionaria viva, como estatuas, fotos oficiales, nombres de calles o instituciones. Los que dirigen son hombres y no dioses”, (1 de mayo de 2003).

“Las ideas por las cuales he luchado toda la vida no podrán morir y vivirán durante mucho tiempo”, (1 de mayo de 2003).

“Con armas en la mano, no me importa la forma en que muera, pero con la seguridad de que, si nos invaden, moriré combatiendo”, (30 de enero de 2004).

“Les pido perdón por haberme caído”, (20 de octubre de 2004, tras sufrir una espectacular caída al término de un acto político en Santa Clara, que le causó la fractura de una rodilla).

“Si cometen el disparate de atacar a este país o invadir este país, le recomiendo (a Estados Unidos) que es mejor que lancen 50 armas nucleares y nos exterminen a todos”, (1 de febrero de 2005)

“Que no se preocupen los vecinitos del norte (Estados Unidos), que no pretendo ejercer mi cargo hasta los 100 años”, (26 de julio de 2006).

“No puedo inventar noticias buenas, porque no sería ético, y si las noticias fueran malas, el único que va a sacar provecho es el enemigo (…) en la situación específica de Cuba, debido a los planes del imperio, mi estado de salud se convierte en un secreto de Estado que no puede estar divulgándose constantemente”, (1 de agosto de 2006).

“No me despido de ustedes. Deseo solo combatir como un soldado de las ideas. Seguiré escribiendo bajo el título ‘reflexiones del compañero Fide’. Será un arma más del arsenal con la cual se podrá contar. Tal vez mi voz se escuche. Seré cuidadoso”, (el 19 de febrero de 2008 en “Granma” al anunciar que no volverá a ejercer sus cargos).

“¡Aves de mal agüero! No recuerdo siquiera qué es un dolor de cabeza. Como constancia de cuan mentirosos son, les obsequio las fotos que acompañan este artículo”, (artículo publicado el 22 de octubre de 2012, en el que desmiente con fotos rumores sobre su muerte).

Ramón Castro, el hermano mayor de los líderes de la Revolución Cubana, muere a los 91 años

martes, febrero 23rd, 2016

Después del triunfo de la revolución en 1959, Ramón Castro se convirtió en consultor de los Ministerios de Agricultura y Azúcar, rubro estratégico para la isla. También contribuyó a formar muchas compañías estatales, incluida una de transporte de caña de azúcar y otra de naranjas.

Ramón, el mayor de los hermanos Castro, tenía 91 años. Foto: AP

Ramón, el mayor de los hermanos Castro, tenía 91 años. Foto: AP

LA HABANA (AP) — El hermano mayor de los líderes cubanos Fidel y Raúl Castro falleció el martes, y sus restos fueron cremados, informó la prensa oficial. Tenía 91 años.

Un comunicado del periódico Granma informó que tras la cremación sus restos serán conducidos a Birán, su pueblo natal, en una fecha no especificada.

Ramón Castro, de un asombroso parecido físico con su conocido hermano Fidel, había nacido el 14 de octubre de 1924 en Birán, el pueblo al oriente de la isla a donde la familia tenía un fundo.

Conocido por los cubanos como “Mongo”, este hombre fue un ranchero y agricultor, que solía bromear diciendo que él no era idéntico a Fidel, con sus barbas y elevado porte, sino al revés, por ser el mayor.

Ramón y Fidel fueron el segundo y tercer hijos —su hermana mayor se llamaba Angela— respectivamente, del matrimonio formado por Angel Castro, un campesino de origen español, y su esposa Lina Ruz, que le dio siete hijos. Raúl, el actual presidente, fue el cuarto.

Los tres jóvenes asistieron a una escuela católica en el oriente de Cuba, donde los maestros solían quejarse de sus travesuras en clases.

Posteriormente, Raúl y Fidel viajaron a La Habana para realizar estudios y se involucraron en la lucha contra el dictador Fulgencio Batista, elevado al poder en 1952.

Ramón, por su parte, regresó a Birán para ayudar a su padre en el manejo de la finca familiar.

Sin embargo, no perdió el contacto con sus hermanos en esos años, como lo revelan las cartas escritas a Fidel y Raúl cuando estos estaban en prisión tras el fallido asalto al cuartel Moncada en 1953.

El hermano mayor tampoco dejó de enviarles a la cárcel víveres como jamón y cajas de cigarros.

Según las misivas de aquel entonces, Fidel pidió a Ramón convencer a sus padres de que la prisión no era algo horrible, cuando los motivos son honorables.

Tras el regreso del exilio de sus hermanos desde México y la instalación de los rebeldes en las montañas, Ramón solía congelar un pavo durante meses esperando la visita de los suyos.

Después del triunfo de la revolución en 1959, Ramón Castro se convirtió en consultor de los Ministerios de Agricultura y Azúcar, rubro estratégico para la isla. También contribuyó a formar muchas compañías estatales, incluida una de transporte de caña de azúcar y otra de naranjas. Además, participó de la investigación en estos sectores.

Aunque su poder en el gobierno fue muy limitado, participó desde su fundación del Partido Comunista y se desempeñó como diputado de la Asamblea Nacional, el parlamento.

Poco se supo en estos años de su vida privada, exceptuando que se casó y tiene al menos un hijo, llamado Ramón Omar Castro.

En estos años, Ramón Castro tuvo contacto con personalidades famosas de visita por la isla, como el director de cine Oliver Stone, quien se entrevistó con él y el mandatario en 2002. Recientemente, hizo pública su cercanía con John Parke Wright, de la firma de Florida J.P. Wright & Co, una de las proveedoras de Estados Unidos que negocian y venden ganado a la nación caribeña.

Uno de los temas de los cuales le gustaba alardear era la longevidad de su familia. Su padre Angel vivió hasta los 82 años.

“Pienso que nosotros tenemos una buena genética”, dijo en 2004 cuando se le preguntó sobre el estado de salud de su hermano, el entonces mandatario, convaleciente de un resbalón y una fuerte caída.