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Salvador Camarillo “El Chato” fue detenido; era de los narcos más longevos de la CdMx

miércoles, octubre 20th, 2021

Agentes de la Policía de Investigación de la FGJ de la Ciudad de México le incautaron droga tras un cateo en su domicilio; formó parte del clan Camarillo, una de las narcofamilias más temidas de Tepito.

Ciudad de México, 20 de octubre (SinEmbargo).- Salvador Camarillo Salas alias “El Chato”, fue capturado la noche del pasado 19 de octubre tras un cateo en Tepito.

El reportero Antonio Nieto informó en su cuenta de Twitter la detención por parte de elementos de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CdMx).

De igual manera, reportó que el criminal perteneciente al Clan Camarillo fue detenido tras un cateo en su domicilio en la calle Mineros de la colonia Tepito, donde le fueron incautado drogas.

https://twitter.com/siete_letras/status/1450658813653266435

En este momento, “El Chato” se encuentra a manos de las autoridades de la FGJ-CdMx donde su detención será procesada.

“EL CHATO” Y EL CLAN CAMARILLO

Salvador Camarillo Salas, conocido como “El Chato”, forma parte de la familia delictiva Camarillo, una de las más predominantes en la Ciudad de México.

Su hermano es Fidel Camarillo Salas alias “El Papirín”, líder del clan y, en palabras de Nieto, un “zar de las drogas hacia finales de los 90s”.

A inicios de los 2000, los hermanos Fidel y Mario Camarillo [conocido como “El Loco”] iniciaron su vida delictiva como comerciantes de fayuca, para después dominar el narcomenudeo en Tepito, según información de La Silla Rota.

Fidel Camarillo Salas alias “El Papirín”, detenido en 1998 y liberado en 2019. Foto: Twitter @siete_letras

En 1998 Fidel fue detenido, dejando a “El Loco” como el líder del clan; sin embargo, Mario Camarillo murió el 26 de septiembre de 2003 asesinado por sicarios mandados por su yerno, Alfredo Martínez “El Goldá”, quien fue expolicía judicial.

Tras la liberación en 2019 de Fidel, después de cumplir una condena de 21 años en la cárcel, su hermana Martha Camarillo Salas fue asesinada en uno de los pasillos del mercado de Tepito.

La importancia delictiva del clan Camarillo se destaca además, porque una de las medias hermanas de Fidel y Mario, Judith Camarillo Feijoo, se casó con Armando Henríquez Gómez alias “El Ostión”, fundador de La Unión de Tepito, uno de los cárteles más dominantes en la Ciudad de México.

Cuba y EU retomaron su relación hace 5 años: con Obama pasaron 2 en calma y con Trump 3 “de lejos”

martes, diciembre 17th, 2019

El 17 de diciembre de 2014 se anunció un “experimento” distinto tras 50 años de una política de mano dura que no había logrado derrocar al castrismo, y Obama renunció explícitamente a ese viejo objetivo de Washington al final de su Presidencia, cuando proclamó que el deshielo no buscaba un cambio de régimen.

Washington, 17 de diciembre (EFE).- El anuncio sacudió al mundo: Estados Unidos y Cuba dejaban de lado más de medio siglo de hostilidad y restablecerían sus relaciones. Lo que siguió fueron dos años de deshielo, pero el proceso se estancó con la llegada al poder de Donald Trump, que ha devuelto a ambos países a sus viejas trincheras y ha reavivado una desconfianza difícil de disipar.

Cinco años después, aún sobreviven algunos frutos del histórico proceso de acercamiento anunciado el 17 de diciembre de 2014 por los entonces Presidentes de EU, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro: las relaciones diplomáticas siguen vigentes, las embajadas, abiertas; y hay una cooperación limitada en temas como narcotráfico o medioambiente.

Pero los rencores entre los viejos enemigos de la Guerra Fría han vuelto a instalarse en ambas capitales, alimentados por la política electoral en EU, la crisis en Venezuela y un misterio relacionado con la salud de los diplomáticos.

Estas son las claves para entender los últimos cinco años de la relación bilateral:

ERA OBAMA: ALTAS EXPECTATIVAS

“El equipo de Obama quería inundar Cuba de democracia. Exponer a la gente a nuevas ideas, a Internet y a los estadounidenses” que visitarían la isla con mayor frecuencia gracias a la normalización de las relaciones, dijo a Efe Fernando Cutz, un ex funcionario que ayudó a preparar el viaje a La Habana del entonces Presidente en marzo de 2016.

Fue un “experimento” distinto tras 50 años de una política de mano dura que no había logrado derrocar al castrismo, y Obama renunció explícitamente a ese viejo objetivo de Washington al final de su Presidencia, cuando proclamó que el deshielo no buscaba un cambio de régimen.

Los cambios más importantes en la relación bajo el mandato de Obama fueron “de retórica y de expectativas”, en el sentido de dejar atrás “la desconfianza mutua”, según Marguerite Jiménez, una experta en Cuba en la independiente Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA).

Al menos tres centenares de cubanos pidieron en Miami al Gobierno estadounidense reactivar el Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar (CFRP), suspendido en 2017. Foto: EFE, John Riley, Archivo.

El mayor hito llegó en julio de 2015 con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de las embajadas, pero también se restablecieron los vuelos comerciales, se multiplicaron los viajes de estadounidenses a Cuba y se relajó el embargo comercial, lo que permitió hacer negocios en la isla a empresas como Airbnb, Google, Verizon y Marriott.

LA LLEGADA DE TRUMP: “RETOQUES”

Trump apoyó la apertura a Cuba durante las primarias republicanas de 2016, pero cuando obtuvo la candidatura y empezó a buscar votos del exilio cubano en Florida, prometió acabar con las políticas de Obama hacia la isla.

Ya en el poder, su gran anuncio llegó en junio de 2017, cuando ordenó restringir los negocios con entidades vinculadas al Ejército de Cuba, que controla buena parte del turismo y el comercio minorista; y eliminó una categoría de viaje a la isla que usaban muchos estadounidenses.

Pero Trump no dio marcha atrás a la normalización de relaciones con Cuba: en palabras de Cutz, solo hizo “retoques” para que “las visitas de estadounidenses no beneficiaran a los militares” cubanos, sino a los “cuentapropistas”, como se llama en la isla a los trabajadores autónomos.

Cutz, que había trabajado en el deshielo bajo Obama, fue el primer encargado de Latinoamérica y el Caribe en la Casa Blanca de Trump, y cree que el Presidente quedó “satisfecho” con esos primeros cambios a la política hacia Cuba y no quería tocarla más.

El cambio de retórica, sin embargo, mermó la confianza que tanto había costado construir durante los últimos dos años de Obama, y los presuntos ataques sónicos a una veintena de diplomáticos en La Habana, cuyo origen aún se desconoce, potenciaron el recelo mutuo.

El Gobierno cubano negó cualquier implicación en esos incidentes, pero Washington decidió sacar de Cuba a dos tercios del personal de su embajada, y obligó a los cubanos que quisieran solicitar un visado para EU a viajar a Guyana para solicitarlo.

LA POLÍTICA DE BOLTON

En marzo de 2018, John Bolton, conocido por su animadversión al Gobierno cubano, se convirtió en el asesor de seguridad nacional de Trump. Su discurso en Miami en noviembre de ese año confirmó lo que muchos esperaban: un recrudecimiento de la política hacia Cuba, que quedó enmarcada en una supuesta “troika de la tiranía” junto a Venezuela y Nicaragua.

Bolton responsabilizó a Cuba de mantener en el poder a Nicolás Maduro en Venezuela, lo que dio pie a sanciones al transporte de petróleo a la isla y hasta al propio Raúl Castro.

La prohibición del Gobierno de Estados Unidos de vuelos comerciales desde su territorio a todas las ciudades de Cuba, con la excepción de La Habana, comenzó el 10 de diciembre. Foto: EFE, Yander Zamora, Archivo.

También hubo límites a las remesas y dos golpes fuertes al sector turístico de la isla: el veto a los cruceros y la prohibición de vuelos comerciales a cualquier aeropuerto fuera de La Habana.

Y en mayo, pese a la fuerte oposición de la Unión Europea (UE), la Casa Blanca abrió la puerta por primera vez a las demandas a compañías extranjeras ante tribunales de EU por el control de propiedades que se expropiaron en Cuba a ciudadanos estadounidenses.

El resultado, según Cutz, ha perjudicado a muchos “cuentapropistas” a los que EU quería ayudar con el deshielo. “El cambio a una política dirigida por Bolton ha tenido consecuencias directas y dañinas para el pueblo de Cuba”, aseguró el ex funcionario.

2020 Y FLORIDA

Con la llegada de la campaña electoral de 2020, es probable que Trump endurezca su discurso hacia Cuba para retener el estado clave de Florida.

“El enfoque de mano dura funciona bien con muchos cubanoestadounidenses, un grupo de votantes muy influyente en la política de Florida”, recordó a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.

Una medida posible sería devolver a Cuba a la lista de estados patrocinadores del terrorismo, aunque Cutz cree que habrá más retórica que nuevas acciones “de verdadero calado”.

Si Trump perdiera las elecciones, su sucesor podría anular fácilmente sus medidas, pero lo tendría más complicado para reconstruir la confianza perdida. “No sé si podríamos tener una segunda oportunidad desde el punto de vista de Cuba. ¿Confiarán de nuevo en nosotros?”, dudó Cutz.

La Embajada de los EU en Cuba continuará operando con el mínimo personal tras ataques contra funcionarios

viernes, marzo 2nd, 2018

El 5 de marzo entrará en vigor un “nuevo plan permanente de personal” por el que la embajada “continuará operando con el mínimo personal necesario”, “similar al nivel de personal de emergencia mantenido durante la orden de salida”, anunció hoy el Departamento de Estado en un comunicado.

UE mantendrá operando con el mínimo personal necesario su Embajada en Cuba Foto: EFE

Washington/Ciudad de México, 2 de marzo (EFE).- Estados Unidos mantendrá su embajada en Cuba con el personal mínimo a partir del domingo, cuando expira la orden de salida del personal no esencial emitida en septiembre del año pasado por los supuestos ataques que sufrieron 24 de sus funcionarios en la isla.

El 5 de marzo entrará en vigor un “nuevo plan permanente de personal” por el que la embajada “continuará operando con el mínimo personal necesario”, “similar al nivel de personal de emergencia mantenido durante la orden de salida”, anunció hoy el Departamento de Estado en un comunicado.

El pasado 29 de septiembre, Washington ordenó la salida del personal no esencial de su embajada en La Habana (el 60 por ciento del total) debido a los supuestos ataques sufridos por sus funcionarios -y sus familiares- en la isla.

Desde entonces, la embajada funciona con menos de una decena de personas, solo atiende trámites de emergencia y ha congelado la concesión de nuevas visas.

La orden de salida tenía un periodo máximo de duración de 180 días, que terminan el domingo, mientras que el nuevo “plan permanente” de personal “no tiene restricciones temporales”, según explicó hoy a Efe una fuente del Departamento de Estado que pidió el anonimato.

“Este será el patrón de personal en la Embajada de La Habana hasta que se tome una decisión para cambiarlo”, agregó.

Con la salida de su personal no esencial en septiembre, Washington también ordenó la partida de todos sus familiares.

A partir del lunes, con el nuevo plan, la embajada “operará como un puesto no acompañado”, es decir, “un puesto en el cual no está permitido que residan los familiares”.

Aunque Cuba no ha encontrado pruebas de los supuestos ataques y niega saber algo al respecto, Estados Unidos no solo ha respondido dejando su embajada en La Habana en mínimos sino que también ha expulsado de Washington a 17 funcionarios de la legación cubana.

“Seguimos sin tener respuestas definitivas sobre la fuente o la causa de los ataques y hay una investigación al respecto en marcha”, indicó hoy el Departamento de Estado.

“La salud, seguridad, y el bienestar del personal del Gobierno de Estados Unidos y de sus familiares es de la mayor preocupación para el secretario (de Estado, Rex) Tillerson y fueron un factor clave en la decisión de reducir el número de personal asignado a La Habana”, agregó.

Las relaciones de Estados Unidos y Cuba pasan por un momento muy delicado porque Washington acusa a La Habana de saber quién perpetró entre noviembre 2016 y agosto de 2017 los supuestos ataques a sus funcionarios -y sus familiares- y no decírselo, además de no haberlos protegido adecuadamente, pero el Ejecutivo cubano lo niega.

Durante meses, Washington calificó esos ataques de “sónicos”, pero en una audiencia en el Senado el pasado 9 de enero el Departamento de Estado admitió por primera vez que no tenía certeza de que se tratara de agresiones acústicas.

Aparte de los funcionarios, el Departamento de Estado ha informado de que 19 estadounidenses que visitaron Cuba como turistas han reportado desde septiembre síntomas similares: problemas para dormir, dolor de cabeza, náuseas y pérdida de audición.

ENSAYO | ¿Se equivocó Fidel? ¿Se equivocaron sus enemigos? Un texto de Ramón Lobo

sábado, diciembre 3rd, 2016

Fidel Castro, el personaje que encarnó desde los albores de los años 50 sobrevivirá a los aciertos y errores de la revolución, dice Ramón Lobo en este ensayo. El principal error, considera el periodista y corresponsal de guerra por 20 años, fue incumplir dos de las promesas motoras del llamado Manifiesto de Sierra Maestra: regeneración democrática y libertad.

Ramón Lobo es periodista desde hace 39 años y fue corresponsal de guerra de El País entre 1992 y 2012. Ha viajado por más de 40 países, y ha visto desgracias y ha escrito historias de personas asombrosas que casi nunca salen en los medios de comunicación. Ahora colabora en varios medios: El Periódico de Catalunya, A Vivir que son dos días en la Cadena SER, InfoLibre y Jot Down. Escribe en el blog “En la boca del lobo”. El siguiente ensayo, cortesía de eldiario.es para los lectores de Puntos y Comas, analiza escenarios de una figura política mundial cuyo destino pudo cambiar si Estados Unidos hubiera tenido, también, otra clase de intervención en el movimiento revolucionario en Cuba.

Por Ramón Lobo

Ciudad de México, 3 de diciembre (SinEmbargo/eldiario.es).– Fidel Castro ha sido uno de los grandes iconos del siglo XX, símbolo de todas las revoluciones latinoamericanas, africanas y algunas europeas, protagonista de innumerables textos y canciones. Se ha muerto tan despacio que a muchos les ha dado tiempo de acostumbrarse a su ausencia cuando aún estaba vivo, que hasta en el arte de morirse ha demostrado dotes políticas extraordinarias. La política y el teatro han sido su fuerte. Siempre le rodeó una épica revolucionaria, una magia que le ha acompañado toda su vida y seguirá con él en la muerte.

El personaje que encarnó desde los albores de los años 50 sobrevivirá a los aciertos y errores de la revolución. El principal, incumplir dos de las promesas motoras del llamado Manifiesto de Sierra Maestra: regeneración democrática y libertad. En Cuba hay presos políticos, personas que pagan con la cárcel los delitos de opinión.

Es cierto que no existe malnutrición infantil, ni violencia callejera, ni crímenes de todo tipo, ni pobreza extrema. Tampoco existen los feminicidios como en México y Guatemala. Es verdad que las cifras de escolarización son ejemplares y que ocupa el puesto 68 en el índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, dos por delante de Costa Rica, considerada un paraíso por Occidente.

Es cierto que la revolución no lo ha tenido fácil, con un enemigo tan poderoso como constante. EEUU cercenó con el embargo el desarrollo inicial de la revolución. Con el tiempo ha servido paradójicamente de excusa para justificar los errores del sistema. Hace años que la Revolución dejó de carburar. Los esfuerzos transitaron de cambiar el mundo a mantenerse en el poder a cualquier precio y sobrevivir. Fidel siempre fue un dirigente muy hábil. Supo mantener la teatralización revolucionaria, superar el desgaste del ejercicio del poder, cuando apenas quedaba nada de lo soñado. Nunca perdió la temperatura de la calle, conocía muy bien a su gente.

Ha sido un personaje complejo, duro con los enemigos y los tibios, y cautivador con todos. Una figura que irradiaba carisma, encanto. No es fácil escribir sobre él. Se trata de un personaje cercado por estereotipos, odios y loas. Es difícil, casi imposible, llegar a la persona. Muchos lectores demandan militancia, trinchera, nada de grises, nada de contexto, nada de peros.

En esta fotografía del 6 de febrero de 1959, el líder cubano Fidel Castro habla ante una muchedumbre durante la marcha triunfal de la Revolución a La Habana, tras la caída del dictador Fulgencio Batista. El presidente cubano Raúl Castro anunció la muerte de su hermano Fidel el viernes 25 de noviembre de 2016 Foto: AP/Archivo

Fidel Castro, en una imagen del 6 de febrero de 1959, durante su discurso en la marcha triunfal de la Revolución a La Habana, tras la caída del dictador Fulgencio Batista. Foto: AP/Archivo

El líder cubano ha conocido a 12 presidentes estadounidenses: Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton. Bush II y Obama. No ha querido esperar a conocer a Trump. Casi todos fueron enemigos acérrimos.

Cercado por el EEUU de la Guerra Fría, sobrevivió gracias a la ayuda de la URSS y cuando esta se acabó con la de Venezuela de Hugo Chávez, ahora hundida en su propia crisis. Sin más comodines solo le quedaba la apertura controlada a EEUU.

Uno de los legados que deja Fidel es haber acompañado, a veces desde el silencio, el inicio de esta apertura hacia EEUU. Barack Obama ha reconocido “el tremendo impacto” que tuvo Fidel Castro en el mundo y Trump lo ha calificado de “dictador brutal”, una pista de cuál será su política. No parece que el nuevo presidente sea adicto a las sutilezas de la diplomacia. Está preso de una propaganda malversada.

Hace un par de años escribí en eldiario.es un perfil que tuvo muchas críticas y pocos elogios. Se titulaba: Fidel Castro, un genio que nos vendió humo por revolución. En él recomendaba la biografía firmada por Tad Szulc, periodista de norteamericano de origen polaco que trabajó para The New York Times y otros medios. Se titula Fidel: A Critical Portrait (Avon Books). En España la publicó Grijalbo. Recojo algunos párrafos de aquel texto tan polémico.

Szulc conoció a Fidel en 1959 y quedó rendido a su magia. Le costó desprenderse del aquel primer encantamiento porque la realidad de la revolución fue, con el paso de los años, decepcionante. Estaba anquilosada, muy lejos de restaurar la democracia prometida, convertida en una dictadura comunista. Visitó de nuevo Cuba en 1984, conversó con Fidel, tuvo acceso a su entorno y a miles de documentos. Los anticastristas más furibundos le acusaron de blando, de pretender salvar al líder. Su tesis es que Eisenhower no supo leer las posibilidades que le ofrecía la llegada de Fidel Castro al poder y terminó empujándolo en brazos de la URSS.

No fue el único estadounidense en pensar así. Eisenhower se dejó llevar por el esquema de la Guerra Fría, que trasladó a América Latina, empezando por Cuba. El periodista español Enrique Meneses, el primer extranjero en informar de los jóvenes barbudos desde Sierra Maestra, decía que aquel primer Fidel revolucionario era cristiano y que llevaba una cruz al cuello. Años después, Meneses cenó en Cairo con Ernesto Che Guevara. Hablaron de aquellos tiempos. El Che quería poner en marcha una revolución en Congo y Meneses se ganaba la vida como corresponsal de la revista Paris Match en Oriente Próximo. El Che le informó de que Fidel le quería “dar paredón” porque había escrito que había comunistas en Sierra Maestra, algo que les restó apoyos en EEUU. Ahora podrán conversar en paz. Meneses se defendió: “Tu lo eres, y lo es Raúl”. “Ya, pero no nos convenía”, replicó el Che.

Szulc describió la entrada de Fidel en La Habana el 8 de enero de 1959, tras recorrer la isla ganándose la adhesión de cada ciudad y cada pueblo, como “una apoteosis maravillosamente montada”. Ese viaje fue esencial para cimentar su prestigio y su poder. Aunque fue algo casual, hubo un momento prodigioso: una de las palomas blancas que se lanzaron al cielo para festejar el triunfo revolucionario se posó en su hombro, como si un ser superior le señalara como el elegido. Pese a los errores, Fidel ha sido una figura reverenciada por la mayoría de los cubanos del interior. EEUU no hizo nada por ganárselos, solo se empleó a fondo en hacerles la vida más difícil.

Los primeros meses, después del triunfo de los barbudos de Sierra Maestra, como les llamaba la prensa internacional, fueron claves. Fidel favoreció el nombramiento como presidente de la República de Manuel Urrutia, y el del liberal José Miró Cardona como primer ministro. Él se quedó entre bambalinas como jefe de las Fuerzas Armadas. El Gobierno de unidad, reconocido de inmediato por EEUU, no duró demasiado: el 17 de febrero de 1959, Fidel asumió el puesto de primer ministro y viajó a EEUU para entrevistarse con sus líderes y realizar gestos simbólicos en los monumentos de Jefferson y Lincoln. Miró Cardona había promulgado antes la Ley Fundamental de la República, que recuperaba los postulados de la Constitución de 1940. Todo parecía ir bien conforme al Manifiesto de Sierra Maestra.

En ese viaje a EEUU, invitado por la Asociación Americana de Editores de Periódicos, se entrevistó durante 15 minutos con el vicepresidente Richard Nixon pero no con el presidente; Eisenhower prefirió jugar al golf. Quizá fuese ese gesto el arranque de un largo desencuentro que han tratado de remediar Barack Obama y Raúl Castro.

Entre las promesas del Manifiesto estaba también la reforma agraria, una asignatura pendiente en gran parte de Latinoamérica. Su aprobación costó un enfrentamiento con el presidente Urrutia y Fidel dimitió de su puesto. La revolución ha manejado muy bien dos artes: la propaganda y la puesta en escena de las masas. Su dimisión fue contestada en las calles por decenas de miles de cubanos, movilización que forzó la caída de Urrutia y su sustitución por Oswaldo Dorticós, que de inmediato lo volvió a nombrar primer ministro.

Aún nadie proclamaba el comunismo como doctrina, al menos de manera abierta. Pese a ello, a Washington se le atragantó una reforma agraria que afectaba a sus intereses en la isla. En octubre de 1959, la Casa Blanca dio su apoyo a la propuesta de la CIA de desestabilizar el régimen, incluido un eventual asesinato de Fidel, algo que han intentado repetidamente.

Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen del fallecido líder cubano Fidel Castro en la universidad donde él estudió derecho en su juventud, durante una vigilia en La Habana. Foto: AP.

Estudiantes colocan velas alrededor de una imagen del fallecido líder cubano Fidel Castro en la Universidad de La Habana, donde se graduó como abogado. Foto: AP.

¿Qué habría pasado si Eisenhower y Fidel se hubieran visto en Washington? ¿Qué habría pasado si EEUU hubiese invertido dinero en la revolución en vez de combatirla? Es imposible saberlo, entraríamos en la ficción. En esos mismos años, EEUU apoyó a los militares guatemaltecos en su lucha contra una incipiente guerrilla que luchaba por la libertad. Aquella guerra civil duró 36 años, de 1960 a 1996, y costó la vida a 200,000 personas, 45,000 desaparecidos.

La URSS, en plena Guerra Fría contra EEUU, vio una oportunidad de tocar los huevos al imperio rival y concedió créditos millonarios a Cuba, además de firmar acuerdos de comercio de petróleo y azúcar. “La mano que recibe está por debajo de la mano que da”, dijo Napoleón. La presión de la CIA tuvo dos hitos: el sabotaje en La Habana del mercante francés La Coubre que transportaba armas –más de 100 muertos–, ocurrido en marzo de 1960 y la invasión de Bahía Cochinos el 17 de abril de 1961. De esa época, Fidel saca dos conclusiones: EEUU es el enemigo y la URSS la única opción económica y militar para sobrevivir. Y el comunismo salió del armario de la revolución. Los críticos de esta teoría sostienen que el comunismo estaba latente y visible desde el primer día. Después llegó la crisis de los misiles en 1962 y el pacto entre EEUU y la URSS, tras bordear la guerra nuclear, de retirar esas armas a cambio de no invadir Cuba.

Pero me he saltado lo esencial. Antes de estos acontecimientos y de restablecer las relaciones diplomáticas con la URRS, Fidel confiscó las refinerías de Shell, Esso y Texas Oil por negarse a procesar el crudo soviético. De ahí partió una escalada de medidas que finalizó con el establecimiento de un embargo que los sucesivos presidentes fueron agravando con nuevas prohibiciones. Ese embargo ha sido inútil: ha logrado lo contrario de lo que perseguía: dar vida a un régimen enrocado.

Si las revoluciones envejecen rápido, también lo hacen las políticas y las retóricas que las combaten. En esto, Fidel deja un legado más sólido: su merchandising de la revolución es más atractivo, y sus motivos morales iniciales, cautivadores.

Obama ha sido el primero en querer modificar las dinámicas heredadas, explorar un lenguaje nuevo y una política eficaz que pasa por permitir que sean los cubanos de Cuba los que marquen el ritmo de la apertura. Es más inteligente que un embargo que castiga a todo un pueblo. La premisa es que la prosperidad traerá democracia y libertad, si es que eso es lo que busca EEUU y no otro peón en sus juegos globales,

La revolución se desinfló hace tiempo y la izquierda se quedó en la escenografía. Casi nadie se atrevió a decir:”El revolucionario está desnudo”. Las revoluciones duran horas, días, meses, como muestra Woody Allen en la película Bananas: copian lo que desplazaron. De ahí la tesis de Trotsky de la revolución permanente.

Entre las retóricas y contra retóricas, está la gente, el pueblo cubano, ese por el que tanto decimos estar tan preocupados. Murió el líder, la persona, queda el personaje. Más allá de su obra, Fidel Castro es de los inmortales.

Celebración por muerte de Fidel Castro afecta murales del Festival Art Basel en EU

viernes, diciembre 2nd, 2016

Un mensaje decía: “El tirano está muerto”, y otro decía: “Espero que se asfixie. Trump tú sigues”.

El artista Max Sansing, de Chicago, trabaja en un mural el viernes 2 de diciembre de 2016 en el Distriro de Arte Wynwood en Miami, en el marco del festival anual Art Basel. (AP Foto/Alan DÌaz)

El artista Max Sansing, de Chicago, trabaja en un mural en el marco del festival anual Art Basel. Foto: AP.

Por Kelli Kennedy

Wynwood, Florida, EU. 2 de diciembre (AP).- “Fidel, púdrete en el infierno”, dice un mural afuera de una popular tienda de ropa de segunda mano en el barrio Wynwood, de Miami, ante el cual había decenas de personas formadas esperando para poner su firma.

El barrio de moda es conocido por el arte de grafiteros realizado afuera de la mayoría de los negocios. Este año, la muerte del líder cubano Fidel Castro ocurrió pocos días antes de que casi 100 mil compradores de arte, propietarios de galerías y celebridades inundaran el sur de Florida para asistir al festival anual Art Basel Miami Beach. Las galerías de arte en Wynwood organizan muchos de los eventos.

Un artista llamó por teléfono a la tienda Give Good Works y solicitó permiso para pintar algo el sábado para conmemorar la muerte de Castro. Los murales en la fachada de la tienda son un sitio común para la expresión artística. Los artistas realizaron varios murales durante la contienda presidencial, incluido uno que decía “sin muros”, en referencia a la promesa del presidente electo Donald Trump de construir un muro a lo largo de la frontera con México.

Regina Macdonald, copropietaria de la tienda, dijo que aproximadamente 100 personas firmaron la pared. Muchos fueron impetuosos. No hubo quejas, comentó.

“Nosotros tratamos de no sintetizarlo demasiado. Pensé: ‘¿realmente queremos decir eso?’ (…) Y la gente se volvió loca; hubo filas a lo largo de la calle”.

Un mensaje decía: “El tirano está muerto”, y otro decía: “Espero que se asfixie. Trump tú sigues”.

El mural fue retirado el miércoles y reemplazado con un dibujo de una mujer con un caudal de cabello rosa psicodélico sosteniendo una taza de café que decía “Cuba Libre”. A pocos kilómetros de distancia el miércoles, cientos de exiliados cubanos en Miami exigían libertad y democracia en la isla comunista.

Macdonald dijo que la decisión de reemplazar el mural no fue debido a críticas sino simplemente porque les gusta cambiar las cosas.

“Wynwood es un foro para el arte. La gente viene aquí a expresarse (…). Cuando está ocurriendo algo, nosotros lo ponemos en el muro”, agregó.