Posts Tagged ‘opinión’

Huachicoleo y novatez

viernes, enero 11th, 2019

Todo combate a la corrupción y a los mercados ilegales implica una afectación. Foto: Cuartoscuro.

Por más que los expresidentes y sus funcionarios quieran defenderse en sus cuentas de twitter hay un hecho incontrovertible: ninguno de los anteriores gobiernos había combatido el robo de combustible como lo está haciendo López Obrador. Calderón podrá defenderse porque en su sexenio no era ni de lejos un delito prioritario. El gobierno de Peña no hizo sino perseguir pipas y agujeritos mientras el delito se multiplicaba, en una visión aparentemente ingenua si no es que realmente perversa. Sacar la gasolina del ducto no es sino la parte visible y mediática del problema, pero detrás de ese “huachicolero” hay una red de corrupción enorme en Pemex, y después de él una banda de empresarios corruptos que comercializan o compran gasolina robada. La red es, pues, mucho más amplia y el primero en describirla y atacarla integralmente ha sido López Obrador.

Escatimar estos méritos es poco menos que mezquino. Pero ello no quita que hubo errores graves en la planeación de la estrategia y que estos han tenido una afectación directa en la población y en la economía. Tan no lo midieron que el propio gobierno ha venido cambiando la versión sobre la dimensión del problema: lo que era un asunto de 72 horas pasó a 10 días y luego a un mes. Lo que era un tema puntual de distribución en el occidente del país por falta de pipas se convirtió en una escasez mayor.

Quienes debían dar la cara por lo sucedido, el director de Pemex, Octavio Romero, y la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, han sido incapaces de dar una explicación convincente. El primero no habla; Nahle al menos atinó a decir “posiblemente a la hora del cálculo no tuvimos la logística suficiente”. Lo cierto es que este desabasto acusa un problema serio de improvisación en las acciones de gobierno. Si algo caracteriza a López Obrador es su olfato político, su gran capacidad para reaccionar intuitivamente. Pero al resto de los funcionarios lo que se les pide no es intuición sino capacidad técnica. Algunos claramente la tienen (haiga sido como haiga sido los funcionarios de Hacienda sacaron adelante el reto del aeropuerto, que no era menor) otros, como quedó demostrado en esta crisis, no. El nombramientos de Romero en Pemex y de Nahle en Energía fueron de los más cuestionados. Ya quedó claro por qué.

Todo combate a la corrupción y a los mercados ilegales implica una afectación. No hay remedio. Lo que nos se vale es pasar facturas extras a la población y que por incapacidad la pretendida Cuarta Transformación se quede en Cuarta Improvisación.

Huachicol, desabasto y credibilidad

jueves, enero 10th, 2019

Andrés Manuel López Obrador ha mostrado que no es tan terco como le achacan sus críticos. Foto: Cuartoscuro

Andrés Manuel López Obrador ha mostrado que no es tan terco como le achacan sus críticos, ni tan tenaz como quiere su propia propaganda. Su reciente acercamiento con los grandes capitanes de los grupos empresariales mexicanos, la misma “mafia del poder” a la que acusaba en sus años de peregrinaje opositor, lo pone en evidencia suficientemente.

Entonces, nada debería impedir que corrija su postura inicial de perdón a los corruptos que han venido desmantelando el aparato público en México para beneficio personal y para auge de los grupos que actúan fuera de la ley, sean de cuello blanco o incluso las violentas bandas armadas que padecemos.

En todo caso, el Presidente de la República no tiene la potestad de otorgar perdones a los violadores de la ley, tampoco de decidir donde si realiza investigaciones y donde no. Por lo menos no tiene esa potestad en forma constitucional.

Si así ocurriera, si con tal de no agitar el avispero político, el presidente López Obrador decide que quienes tienen que aguantar vara con sus medidas correctivas son los ciudadanos y no la élite política corrupta a la que quiere sustituir, entonces muy poco habrá cambiado en México.

En lo particular me resulta claro que López Obrador recibió una catástrofe organizada en lugar de un gobierno en funciones. Pemex no será el único obstáculo con el que se encontrará. Sin embargo, como le ocurrió a Ernesto Zedillo que recibió la economía “en camilla” y la dejó caer en el error de diciembre de 1994, AMLO ha agravado el desastre al realizar una intervención intempestiva en el manejo interno de Pemex.

El asunto podría ser entendible y hasta tolerable si estuviera ocurriendo una intervención a profundidad no solo en el terreno operativo sino también en el deslinde de responsabilidades. El saqueo del que el propio López Obrador ha hablado en extenso no puede ser revelado sin exigir que paguen los responsables lo que marca la ley.

Un robo de esta magnitud que permaneciera impune sería ominoso y marcaría con fuego a la pretendida cuarta transformación, que hasta hoy sigue quedando en un eslogan propagandístico y no en acciones contundentes que marquen un cambio de rumbo.

¿Qué garantizaría que la toma de poder en Pemex que se realiza en estos momentos no derive en lo mismo, en una nueva administración del saqueo con cambio de beneficiarios, si se extiende un pacto de impunidad a los responsables de lo ocurrido en los años pasados? ¿De qué habría servido el sacrificio de los ciudadanos, la afectación a las actividades productivas, la alteración de la cotidianidad? Parecería solo una cortina de humo.

Hay un ejemplo claro en el pasado reciente del país. El ex Presidente Vicente Fox que hoy quiere asumirse como un patético vocero opositor, en su momento pactó ampliamente con los esquemas de poder priistas a los que había desplazado en medio de una gran esperanza de cambio.

Tolerar la corrupción del pasado inmediato, extender de facto un decreto de punto final a la corrupción, pactar con Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo, terminó por agotar el impulso de cambio y propició el ingreso a los esquemas de corrupción del  gobierno foxista por la puerta grande.

De momento, en la crisis de abasto de combustible tenemos dos hechos innegables: ciudadanos afectados en un porcentaje importante del país sin deberla ni temerla; y absoluta ausencia de responsables del desastre heredado.

En la medida en que esas dos variables continúen profundizándose, las explicaciones y las justificaciones del nuevo gobierno se verán melladas y las consecuencias de la turbulencia pasarán a ser de su exclusiva responsabilidad.

Postdata

Cuando concluía esta columna leí el desplegado firmado por Carlos Romero Deschamps en medios nacionales, en el cual otorga su respaldo a las medidas tomadas por López Obrador en “su valiente lucha contra la corrupción en Pemex”.

Vaya cinismo.

Sin embargo, eso no extraña en el dirigente petrolero cuyo sindicato maneja muchas franquicias de gasolineras a nivel nacional, que tiene la mano metida hasta el fondo en el sistema de saqueo organizado del patrimonio de la empresa, y que aspira a continuar haciéndolo acomodándose a las nuevas circunstancias.

Si extraña en cambio que, en su respuesta al tema, durante su conferencia mañanera de este miércoles, AMLO identifique el apoyo de Romero con el de los trabajadores de PEMEX, legitimando con ello un liderazgo impuesto a través de corrupción y violencia.

Así empezó Vicente Fox, habría que verse en ese espejo.

La Guardia Nacional o el desprecio a la evidencia

jueves, enero 10th, 2019

La ruta de salida de la crisis de inseguridad debe ser otra. Foto: Cuartoscuro.

Desde hace doce años, de manera creciente, las Fuerzas Armadas se han ido convirtiendo en la columna vertebral de la estrategia federal de combate a la delincuencia. Si bien una y otra vez se ha dicho que se trata de un presencia temporal, desde el gobierno de Calderón se han dado intentos de institucionalización de la militarización de la seguridad: la ley de seguridad interior, considerada un fraude a la Constitución por el ahora presidente de la Suprema Corte de Justicia, había sido, hasta ahora, la tentativa más acabada de legalizar lo que a todas luces es inconstitucional y que trastoca todo el andamiaje de un orden jurídico civil de garantías y derecho. Empero, lo que ahora pretende el gobierno implicaría, de ser aprobado en el período extraordinario de sesiones al que se ha convocado al Congreso, una deformación mayor en la Constitución, ya de por sí llena de costurones y llagas en lo que toca a garantías fundamentales como la presunción de inocencia y el debido proceso. De aprobarse esta reforma, que el gobierno de López Obrador está impulsando con ahínco, aunque se contradiga con buena parte de lo ofrecido en campaña, se estará normalizando el Estado de excepción.

La historia del siglo XX mexicano fue, en buena medida, la de la contención gradual de las Fuerzas Armadas, que tanta guerra dieron durante el siglo XIX. Uno de los mayores logros del régimen de la época clásica del PRI, ese que frecuentemente el presidente de la República parece añorar, fue precisamente la consolidación del poder civil y la relativa marginación del ejército en la gobernación del país. El pacto de 1946, que transformó al radical Partido de la Revolución Mexicana en el pragmático y conservador PRI, tuvo como una de sus principales características la subordinación de las Fuerzas Armadas a la burocracia. A partir de entonces, las Fuerzas Armadas se dedicaron a vender su protección a ciertas actividades y fueron usadas de manera inconstitucional en circunstancias excepcionales, pero dejaron de estar en el centro de la política o de la seguridad, siempre ponderada su lealtad y su disciplina y beneficiadas por un manto de impunidad que se reflejaba en su carácter intocable por el escrutinio mediático o social.

Ese manto protector es, en parte, la razón de la buena imagen de las fuerzas armadas entre la población, por más que estas sean parte del Estado mexicano y como tales compartan todos sus vicios y taras, su corrupción y su manera de operar. Las Fuerzas Armadas han sido parte integral del sistema de ventas de protecciones particulares con base en el cual el régimen del PRI reducía la violencia y ejercía su dominio. No fueron pocas las veces en las que el ejército fue usado para reprimir a los movimientos sociales (el 68 no fue la única ocasión) y no debe ser olvidado su papel en la guerra sucia contra las guerrillas de la década de 1970.

La actuación del ejército en la “guerra contra las drogas” desde la Operación Cóndor en los tiempos de Echeverría y López Portillo hasta el desastroso despliegue que comenzó durante el gobierno de Calderón y se mantiene ahora no ha sido impecable, y no me refiero solo a las violaciones generalizadas a los derechos humanos, ampliamente documentadas, sino a los actos de complicidad con las redes de tráfico de drogas, como ha salido a la luz durante el juicio de Guzmán Loera que se lleva a cabo en Nueva York en estos días.

Las justificaciones dadas por el presidente de la República para apoyar su empecinamiento en la creación de una Guardia Nacional bajo mando de la cúpula militar no se sostienen si se les contrasta con la información disponible. Tampoco su decisión de desmantelar a la Policía Federal y poner a sus efectivos bajo mando castrense dentro de la nueva organización. La iniciativa en trámite parlamentario lo que hace es renunciar a una seguridad con controles civiles y rendición de cuentas, la cual se debería construir ya, para regularizar la presencia militar en todos los ámbitos de injerencia federal en seguridad y en muchos de los que corresponden a las autoridades locales.

La opción centralizadora y militarista de López Obrador va en el sentido contrario de lo que se debería hacer. Si el signo simbólico de este gobierno no pretendiera ser de izquierda, muchos de los defensores del proyecto estarían justamente escandalizados y lo calificarían de golpista. Un proyecto así recuerda la estrategia de la España decimonónica, que creó una Guardia Civil de hecho militar para perseguir al bandolerismo. Mucha ha pasado desde entonces en la construcción de los Estados democráticos como para echar mano de ese recurso añejo.

Mientras, no se ve el mismo entusiasmo presidencial en la construcción de una fiscalía eficaz. No se ha visto ninguna convocatoria como la ilegalmente lanzada para reclutar efectivos para una Guardia Nacional que todavía no existe que llame a un concurso de oposición para la contratación de fiscales capacitados para integrar la nueva Fiscalía General autónoma.

La ruta de salida de la crisis de inseguridad debe ser otra. Si quiere López Obrador que la policía nacional se llame guardia, está bien, pero que se constituya como un cuerpo civil, integrado por especialistas y con fuerzas de despliegue territorial capacitadas como civiles, no como soldados, bajo el mando civil y sin intervención del ejército y la marina. Mientras ese cuerpo se integra y consolida, toda intervención militar en seguridad debe ser excepcional, en los términos del artículo 29 de la Constitución, el cual debería ser reglamentado.

Reformar el artículo 21 de la Constitución en los términos que pretende López Obrador sería un paso más en la institucionalización de un modelo de seguridad que sacrifica libertades y derechos; la misma ruta que comenzó a transitar Felipe Calderón hace doce años. Nada progresista o de izquierda hay detrás de ese planteamiento y, además, sabemos ya que va a resultar completamente ineficaz. Seguiremos pagando costos constitucionales por una guerra que no debió de comenzar.

Huachicoleo: cerrar ductos con guantes de box

miércoles, enero 9th, 2019

La mala: bajo el sello del actual gobierno: la improvisación, el combate al huachicoleo se hace sin planeación adecuada, sobre las rodillas. Foto: Cuartoscuro

+ Plausible, atacar el robo de combustible

         + Fox, Calderón y Peña se hicieron tontos

 

La buena: el gobierno de AMLO decidió atacar a los huachicoleros, una especie de cartel gasolinero controlado por el poderoso crimen organizado y que se dedica a vender gasolina de manera clandestina.

La mala: bajo el sello del actual gobierno: la improvisación, el combate al huachicoleo se hace sin planeación adecuada, sobre las rodillas, dejando a varios estados con desabasto de gasolina y provocando pérdidas millonarias en la industria.

La peor: según afirma el presidente López Obrador, no hay fecha para que se normalice el abasto de gasolina en el país. Es decir: se aguantan sin combustible.

Del huachicoleo gasolinero al huachicoleo gubernamental.

*****

Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto deberían estar avergonzados: durante sus sexenios nació, creció y se reprodujo la ordeña de ductos de Pemex para consolidar la venta clandestina de combustible, y no movieron un dedo para combatirlo.  Los ex presidentes solaparon la proliferación de una actividad directamente ligada al crimen organizado, aceitada desde dentro de sus respectivos gobiernos, y nada hicieron. Las pérdidas en los últimos tres sexenios son incalculables, criminales.

Se hicieron tontos, pues.

Hoy, el gobierno de AMLO se enfrenta a los huachicoleros y se dan los primeros resultados hasta la hora de entrega de esta columna:

  • El plan del gobierno contra el huachicoleo ha evitado el robo de gasolina por el equivalente a 2 mil 500 millones de pesos.
  • Antes de este plan, eran robadas 787 pipas diarias en promedio; la cifra disminuyó a 177 por día. Se han dejado de robar 8,540 pipas que formarían una fila de 80 kilómetros.

Allí están las cifras. Plausibles. Alentadoras.

Algo se tenía que hacer contra el pulpo huachicolero. Eso es indudable.

Y allí están también los primeros nombres de funcionarios involucrados en el lucrativo negocio del huachicoleo:

El general de brigada, Eduardo León Trauwitz, quien fue jefe de Salvaguarda Estratégica de Pemex y jefe de escoltas de Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Edomex (¿por qué no nos extraña?), está bajo investigación por el saqueo del combustible.

Pero hay más, muchos más responsables. Al huachicoleo lo controlaban desde Pemex funcionarios y desde el sindicato petrolero habría complicidad. Mucho tienen qué responder Romero Deschamps y su cosa nostra. ¡Queremos nombres y castigos, ciudadano Presidente!

Al modus operandi del huachicoleo lo monitoreaban desde la Torre de Pemex. Es de escándalo. Lo advirtió el propio AMLO:

“Las investigaciones se centraban en cómo los monitores de Pemex, en un piso de la Torre de Pemex, a pesar de que se estaba constatando el robo, en vez de cerrar las válvulas, las mantenían abiertas, lo que facilitaba el robo de hidrocarburos por parte de los huachicoleros”.

El enemigo siempre estuvo en casa. Y eso lo sabían Fox, Calderón y Peña Nieto, y jamás lo combatieron. Su complicidad es evidente. Su negligencia es criminal. Su responsabilidad es absoluta.

Ahora, por conveniencia personal, para no salir más salpicados, prefieren callar.

Presidentes huachicoleros.

Ni más ni menos.

*****

Al mediodía del domingo pasado se celebró en CU el juego más aburrido de la primera jornada del futbol mexicano: Pumas vs Veracruz. Un partido espantoso.

A la misma hora, el desabasto de gasolina en varios estados: Guanajuato, Jalisco, Edomex, Hidalgo, Michoacán, Querétaro y Aguascalientes, principalmente, se agudizaba. Las filas de autos eran interminables. La angustia ciudadana se transformaba en furia. Las pérdidas eran enormes.

¿Cuál fue la reacción de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, ante este grave conflicto social?

Tuitear lo siguiente:

“Termina el primer tiempo Pumas vs Veracruz en ceros. Difícil elección entre mis dos equipos favoritos, pero soy jarocha así que mi corazón está en Veracruz. Vamos tiburones rojos por el triunfo…”.

Para la señora Nahle hay prioridades: un anodino juego de futbol está por encima de sus responsabilidades como funcionaria pública de garantizar el abasto de gasolina. La ineficacia también es sinónimo de corrupción.

Horas después, Nahle dio la cara para ofrecer disculpas:

“Posiblemente a la hora del cálculo no tuvimos la lógica suficiente. Le pedimos disculpas a la gente de antemano…”.

Sus excusas no alcanzan. El desabasto de gasolina continuaba este martes, inclusive, alcanzando a la zona poniente de la ciudad de México.

Un sello del gobierno lopezobradorista es la improvisación. Ocurrió con el NAIM Texcoco, con el presupuesto y autonomía de las universidades, con el Tren Maya. Y ahora, da la impresión de que pretenden cerrar las válvulas de los ductos de Pemex con guantes de box, con las consecuencias que, como siempre, pagan los mismos: millones de ciudadanos sufriendo ahora por la falta de gasolina.

Los ciudadanos que siempre pagan los errores de sus gobiernos. Como el brutal e insensible desempleo que se ha generado en lo que va del gobierno de AMLO, despidiendo a tontas y locas dentro del aparato gubernamental, sin estudios de viabilidad ni mucho menos programas profesionales sobre los cuales actuar.

Al aventón, pues.

*****

Nadie, a menos que sea huachicolero o tenga un interés criminal o particular, podría refutar la intención del gobierno de AMLO para acabar con el huachicoleo, sobre todo después de que en el pasado no solo no se combatió, sino que también se solapó y se fomentó.

Mucho tendrían qué explicar Fox, Calderón y Peña Nieto sobre su conducta criminal al permanecer indolentes con el huachicoleo.

Por lo pronto, habrá que reconocer el combate contra esta actividad criminal.

Pero, en nombre de millones de ciudadanos, traten de hacer mejor las cosas y quítense los guantes de box a la hora de realizar operaciones quirúrgicas dentro del gobierno.

Mucho se agradecería.

TW @_martinmoreno

FB / Martin Moreno

Testimonios sin resonancia, la impunidad hoy

miércoles, enero 9th, 2019

Lamentable lo que sucede. Foto: EFE.

En el juicio contra Joaquín Guzmán Loera, otrora cabeza del cártel de Sinaloa, que se lleva a cabo en una corte de distrito de los Estados Unidos en Nueva York, de las “figuraciones” pasaron a los hechos, pero en México las revelaciones en el extranjero sobre la corrupción que impera en las instituciones del gobierno mexicano en cualquiera de sus tres órdenes, no han tenido resonancia alguna. Acá, la impunidad es lo que prevalece.

Al mismo tiempo que eso sucedía en los Estados Unidos, en la República Mexicana en el diario El Universal revelaban cómo ex funcionarios tanto del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México como del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, habían colaborado para un presunto desvío de 17 mil millones de pesos. Información que el portal Aristegui Noticias confirmó con la publicación de documentos de la investigación de la Policía Federal luego de un reportaje que postearon en el sitio a finales de 2018.

Sin embargo, el mismo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, desestimaría la investigación hasta minimizarla con un “en este caso no fue así, no presentó la Policía Federal Preventiva ninguna denuncia”, y ante la insistencia de los reporteros en su mañanera conferencia, confirmaría sin más: “Sí, pero no hay elementos, no hay pruebas… en este caso fue algo que no corresponde a la realidad”. Otra vez la impunidad.

En México no hay justicia por más investigación que se haga de manera profesional, periodística, por área administrativa o en el extranjero. No la hubo en el pasado, ni en el pasado inmediato, y no la hay ahora cuando se prometió que llegaría.

Lamentable lo que sucede. En dos hechos distintos, al menos de sectores que deberían ser antagónicos y a veces no lo son, como el narcotráfico y la función pública, abogados y medios evidencian las ligas de corrupción que invariablemente incluyen a representantes del Estado Mexicano, sea de la estructura administrativa del gobierno o pertenezcan a las corporaciones policíacas o fuerzas armadas de la Nación, sin que en las instancias facultadas para ello, como la Procuraduría General de la República, inicien o fortalezcan investigaciones que concluyan con llevar a proceso a los deshonestos, y finalmente hacer justicia.

En el juicio en Estados Unidos contra Guzmán Loera, cuando se reveló a partir de testimonios de criminales organizados aprehendidos en aquel país pero de origen mexicano o colombiano, cómo funcionaba la red de protección de “El Chapo” a cargo de procuradurías, subprocuradurías, policías federales, estatales e incluso elementos de las Fuerzas Armadas Mexicanas, en nuestro país se desestimaron esos dichos porque los testigos no eran personas con credibilidad, no ofrecían pruebas, o porque emitían sus declaraciones como parte de una estrategia jurídica para perjudicar o beneficiar al capo que se escapó en dos ocasiones de dos prisiones federales de máxima seguridad.

Aun cuando lo que está en juicio en Nueva York es la conducta criminal de Joaquín Guzmán Loera, y no la corrupción en el gobierno mexicano, se han presentado elementos y testimoniales que en este lado de la frontera son desestimados con total impunidad.

Pero de los dichos de testigos, la fiscalía norteamericana ha elevado el nivel de las pruebas que ofrece para demostrar la conducta criminal de Guzmán Loera. Esta semana fueron presentados a la Corte, audios logrados a partir de intervenir el o los aparatos de comunicación que utilizó “El Chapo” para establecer relaciones, dar órdenes y supervisar su ilícito negocio entre abril de 2011 y enero de 2012, cuando el FBI (Buró Federal de Investigación de los Estados Unidos) logró a base de estrategias persuasivas, penetrar al círculo íntimo de seguridad del narcotraficante y reclutó al colombiano Cristian Rodríguez, encargado de encriptar los aparatos de comunicación del mafioso para evitar precisamente, que fuesen intervenidos.

De más de mil 500 llamadas intervenidas a Guzmán Loera, en 200 tuvo una participación directa. Fue él quien habló, ordenó, solicitó información o la proveyó, para mantener su ilegal negocio de las drogas. Aunque no se dieron a conocer al jurado todas las llamadas, sí fueron transmitidas algunas, aquellas que dieran cuenta de la actividad criminal del procesado. Entre esas, algunas con Orso Iván Gastélum “el cholo Iván”, quien hacía las labores de su jefe de seguridad, y que de hecho fue aprehendido junto al capo. En las escuchas, refieren las notas de reporteros presentes en el juicio, se escucha cómo El Chapo le da órdenes, y cómo El Cholo se jacta de maltratar a policías que están corrompidas por el cártel de Sinaloa y que le sirven para mantener la impunidad.

También refieren los cronistas del juicio, hubo llamadas intervenidas donde se daba a entender la compra de voluntades de funcionarios y policías mexicanos a favor del capo y su cártel criminal. En esta ocasión, a diferencia de los testimonios desestimados anteriormente, no se dieron a conocer nombres específicos de quienes entre 2011 y 2012, desde distintos gobiernos, administraciones públicas y corporaciones policíacas, permitieron que el narcotraficante originario de La Tuna, Sinaloa, se mantuviera prófugo de la justicia luego de evadirse del penal de Puente Grande, Jalisco y antes de ser capturado en Mazatlán, Sinaloa.

Seguramente en mil 500 llamadas intervenidas, y en las 200 no escuchadas de Guzmán Loera, necesariamente se encontrarán elementos para integrar una investigación que revele la red de corrupción gubernamental a favor del capo, sin embargo no es conocido que las autoridades mexicanas hayan solicitado a las norteamericanas tales evidencias, para integrarlas a las averiguaciones existentes o iniciar algunas.

Nada está sucediendo oficialmente alrededor de esa información. Al menos no lo han dicho así de claro los funcionarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, encargados de combatir al crimen organizado y la corrupción.

Quien ha emitido posicionamientos al respecto, más para justificar la creación de una Guardia Nacional que para investigar a los coludidos con el narcotráfico, ha sido el senador Ricardo Monreal, lanzando reflexiones en sus redes sociales sobre el estado de infiltración de las corporaciones policiacas, pero sin promover desde su posición una depuración de las mismas antes de recurrir al Ejército o la Marina para “resolver” el problema del narcotráfico.

Monreal ha complementado con frases como “¿Por qué esperarnos hasta que los extranjeros nos juzguen?”, en relación precisamente a los actos de corrupción evidenciados en la corte de Nueva York. Efectivamente, el nuevo gobierno no debería esperar esos momentos de ignominia internacional para iniciar las investigaciones contra los corruptos de casa. Una promesa fue transformar la forma de hacer gobierno, combatir esa corrupción, pero no se está haciendo.

En el caso del aeropuerto de Texcoco, los documentos públicos en la página de Aristegui Noticias dan cuenta de una investigación realizada por la Policía Federal sobre contratos, materiales, empresas, sindicatos y funcionarios, parte todos de un entramado de corrupción para el desvío de 17 mil millones de pesos a través de la compra de materiales de baja calidad, con sobre precio, a sindicatos, y sin la participación de empresas; donde se incluyen además elementos para presumir la participación directa de Raúl González Apaolaza, ex director de obra del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, y de Carlos Noriega, ex director del director general de administración del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, entre otros funcionarios implicados en la investigación.

De hecho ex funcionarios consultados tanto por El Universal como por Aristegui Noticias, validaron la investigación de la Policía Federal que fue entregada a la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Función Pública, y el Órgano Interno de Control de la Comisión Nacional de Seguridad, sin embargo para el presidente “no hay elementos”, “no hay pruebas”, “está fuera de la realidad”.

El presidente no abrió la puerta para una futura investigación al minimizar la presentada por los periodistas con documentos oficiales de la indagación de la Policía Federal. La desestimó como han desestimado las declaraciones de testigos contra Guzmán Loera en Estados Unidos que implican a exfuncionarios, policías y elementos de las fuerzas armadas en el entorno de corrupción que permitió al capo mantenerse prófugo por más de diez años.

En nuestro país la situación de corrupción e impunidad no cambiará hasta en tanto no se investigue, se procese y se juzgue a los funcionarios que se coluden con el narcotráfico, o que desvían dinero de una obra como el ya cancelado aeropuerto de Texcoco, y eso, de acuerdo a las declaraciones del presidente, está lejos de suceder… si es que sucede.

Relato 11

miércoles, enero 9th, 2019

La balsa de la memoria. Pintura de Tomás Calvillo Unna.

Hace años un buen amigo que andaba en una precampaña política, me invitó de bateador emergente a dar una plática cuyo tema era la historia del libro. La estrella del evento le quedó mal y recurrió entonces a la amistad. Con gusto lo apoyé, aunque tuve mis dudas sobre el tema; lo resolví pronto. Decidí reflexionar sobre mi experiencia con el libro, es decir, una microhistoria personalizada. Así me encontré compartiendo con mis hermanos desde la infancia las lecturas de Salgari, de Sandokan y los mares del Pacífico. Mi padre invirtió sus escasos recursos en edificar una biblioteca valiosa y heterodoxa, la cual años después donó en parte a su amigo y admirado historiador Luis González y González para apoyar el desarrollo de El Colegio de Michoacán que había fundado en la ciudad de Zamora; décadas más tarde mis hermanos generosamente donaron lo que restaba de esa biblioteca familiar a El Colegio de San Luis.

En ese hábitat de libros de nuestra infancia y adolescencia que nunca dejó de incrementarse, había de todo literariamente hablando, desde las colecciones de las obras Marx y Lenin, Mao Tse-tung, y La revolución permanente de Trotsky: sacrificado en los engranajes de la historia. Las obras de Cervantes, Quevedo, Góngora, de la edad de oro de la tradición literaria española, hasta las novelas de resistencia al estalinismo como fueron las obras y autobiografía de Arthur Koestler o Solzhenitsin. Desde la generación del 27 hasta Ezra Pound, Sartre, Albert Camus, o Kerouac, Ginsberg.  Era la concreción de una excelsa y fina libertad intelectual, un abanico inmenso de posibilidades, de experiencias transfiguradas por la imaginación, los testimonios, el coraje. La angustia inherente al destino de cada quien expuesta desde un pensamiento ascético, o desde la exploración de los sentidos y las pasiones; la literatura y la filosofía a veces de la mano, a veces confrontadas de Henry Miller, Trópico de Cáncer, Thomas Mann y su Montaña Mágica, Marcel Proust en su intimidad perdida y resucitada en sus minucias y condición social, a Kirkegaard, Heidegger, Husserl, José Gaos, la fenomenología, ese río subterráneo que impregna el tiempo y el espacio y nutre los silencios y ruido de nuestra cotidianidad; contemplación activa, la resonancia de la imbricación de la lengua sajona que quisiera capturar a la vez lo tangible y lo intangible, mundo y ser en el devenir siempre intrigante de la propia palabra, como una sola palabra al umbral de despojarse de sí misma y atomizar la experiencia humana.

Samuel Ramos, la preocupación por la identidad del mexicano tan propia de la intelectualidad de los 50’s del siglo pasado. Karl Jung y los arquetipos, la poesía de Pellicer, sus Esquemas para una oda tropical y El agua hasta el cuello y Gorostiza y su vaso metafísico de la vida y la muerte, dos tabasqueños y uno más que escribió El otoño recorre las islas, José Carlos Becerra. Pablo Neruda el de la Tercera Residencia… parecía interminable ese jardín de la condición humana como diría Malraux. De Piedra de sol de Octavio Paz a El luto humano de José Revueltas. Tolstoi La guerra y la Paz y precursor de Gandhi el de la no violencia, Chesterton, el católico, y Lanza del Vasto, Maruxa Vilalta, William Carlos Williams y La Carretilla Roja: la evocación como imagen, Rosario Castellanos, Bertolt Brecht, Friedrich Dürrenmatt y La visita de la vieja dama, Juan José Arreola y Borges el inacabable, Lawrence Durrell y su Cuarteto de Alejandría. Saint – John Perse, su Anábasis y otros poemas, la inmensidad poética en el mar, los cielos y la brevedad de la luz pretendida de eternidad, que dejaron huella en el poeta amigo y hermano Javier Sicilia; y Hannah Arendt advirtiendo la pesada losa del totalitarismo; esa maquinaria administrativa del Estado sometido al temor de una ideología única que opera el poder unívoco: la interpretación sin fisuras que inhibe la conciencia, la suspende y tritura. Gogol, el teatro breve, Pasternak, el de la pasión amorosa, del que el dictador dijo: “a ese déjenlo, vive en las nubes”, Maiakovski, esa alma rusa apasionada, tormentosa de todo orden, William Faulkner, Juan Rulfo, García Márquez, espejos y reflejos de la fricción permanente entre sueños, deseos y la sobrevivencia en las islas peculiares de las comunidades y sus azarosas tradiciones cargadas de una pirotecnia psicológica sorprendente, apenas moldeada por las metáforas de ágiles y seductoras prosas; relatos de realidades y mitos cuyo peso se evapora en el delirio de Carlota como calificó a Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, el edificador de esa biblioteca. Thomas Merton, el contemplativo redescubriendo los caminos que llevan a oriente en la arquitectura del silencio y Ernesto Cardenal, en las rutas de un evangelio sediento de rebelión en la mismas palabras y su arsenal de metáforas.

Ese contacto desde la infancia con los libros y con la atmósfera y conversación que suscitaban, se convirtió al paso del tiempo en una vocación: conocer el mundo, particularmente donde las tradiciones espirituales dejaron sus huellas y donde la política irrumpía en busca de dramáticas utopías propias del ritmo de la historia en su conjunto.

Herman Hesse Bajo la Ruedas, Robert Musil Las tribulaciones del estudiante Törless, Dylan Thomas, El retrato de un artista cachorro; La iniciación que es toda adolescencia (el ritual celular biológico) el cambio de frecuencia, la resonancia de un despertar sensible muchas veces a fogonazos: la rebeldía tan necesaria.

Los libros tenían alas no sólo para despertar la imaginación sino también para tomar decisiones buscando una identidad presentida, y ciertamente dispersa en diversos lugares y experiencias. Una identidad que la poesía no ha dejado de apuntar, tan honda o más que en los discursos e indagaciones antropológicas. Apollinaire y esos vasos comunicantes de la caligrafía oriental convertidos en una tipografía anhelante de ser imagen en instante: era la modernidad que ya latía y paradójicamente se expresaba en la influencia de la tinta hecha palabra, sonido e imagen del oriente milenario.

Malinowski y los rituales como circuitos comerciales de frágiles y antiquísimas embarcaciones de las islas del Pacifico, los mismos paisajes que se filtraron en la epidermis e iris de Gauguin, traducidos en excelsas pinturas, esa fuerza y belleza espléndida de pueblos que asombraron y fueron expoliados hasta convertirse en campos de pruebas para el experimento de las bombas atómicas. El libro de Karl Jaspers, que advirtió el abismo que se abrió ante los pasos de la humanidad, por primera vez dispuesta y con poder de aniquilarse a sí misma. Esos libros formaban y eran un tapiz inmenso, ¿cómo no descifrarlo?

Así surgió el primer viaje trasatlántico que unirían dos lecturas, dos autores. Los ladrones de la Noche (1945) la vida temprana de un kibbutz , el drama y heroísmo de una utopía socialista en la creación del estado de Israel (páginas de Arthur Koestler, que dejaron de lado la tragedia y desplazamiento de miles de familias que darían origen a las guerras intermitentes entre el estado de Israel y el pueblo palestino) me condujo a conocer la vida de los kibbutz. Y en septiembre de 1973, un mes después de haber llegado al kibbutz Hatzerim, durante la celebración de la independencia de México, conocí a nuestra embajadora Rosario Castellanos, que amablemente me invitó a comer y a quien frecuenté durante casi un año, aprendiendo de su generosidad y disciplina de trabajo; aún se puede oír al amanecer el tac, tac, tac, de su máquina de escribir.

La dejé de ver dos meses antes de su fallecimiento, a fines de mayo de 1974 cuando pernocté en su casa en Tel Aviv antes de dejar Israel. Al paso de los años  a pesar de las múltiples mudanzas, he conservado su obra poética en la edición publicada en 1972 por el Fondo de Cultura Económica: Poesía no eres tú, cuyo ejemplar lleva una dedicatoria en tinta azul que no ha dejado de estar presente. Recuerdo, cuando recién la conocí, que me platicó de su viaje a Irán y estaba impresionada de la riqueza y ostentación de los tesoros del Sha y los contrastes con la pobreza del país. Esa charla, entre otras, fue de alguna manera un apunte adelantado de un encuentro que tendría 35 años después con el régimen de los Ayatollas (el mismo que había derrocado a la dinastía Pahlavi) cuando visité Teherán para dar una conferencia sobre el sistema político mexicano y establecer vínculos que derivaron en la visita a México del Ayatolla reformista Khatami por invitación de El Colegio de San Luis. Un evento que hoy podría encuadrarse en la paradiplomacia, tan necesaria en nuestros días ante las parálisis y dificultades que tienen los gobiernos en responder a la desatada globalización.

La vida en el kibbutz, en dos de ellos, la vida diaria en una comunidad cuyos bienes eran colectivos así como las responsabilidades y el trabajo; y donde en su interior no circulaba el dinero, inspirados algunos en tradiciones socialistas e incluso comunistas europeas; los amigos, voluntarios, que éramos extranjeros llegados de todos los confines del mundo, en la era de la contra cultura; la guerra vivida en la frontera con Líbano, y Rosario Castellanos, se entrelazaron y al paso de los años se han ido depurando por ese fenómeno que es el tiempo en nuestra mente.

La memoria y el presente en continuo movimiento, los textos y los contextos, las palabras y las imágenes, los sentidos que parecieran, a veces con la mirada, el olfato, el gusto, el tacto, retornar al tiempo ido y fijarlo nuevamente. Al inhalar y exhalar están presentes ya sin su densidad, todos esos días y noches entre agosto de 1973 y agosto de 1974, le llamó la biología de la imagen; son fractales que se dilatan. Episodios que se vinculan ya no en un orden estrictamente cronológico, saltan, avanzan y retroceden. Como si registráramos una experiencia que de origen tiene componentes múltiples y al paso del tiempo se desgranara en varias dimensiones, la de los sentimientos, la de las emociones, la intelectual, y demás. Tal vez buscando un sentido profundo en nuestra finitud que no se atreve aún a calificar para no quedar atrapados en el propio pensamiento. Desde esta perspectiva la memoria como la lectura, son un ejercicio vital. El pensamiento necesariamente es una cápsula de tiempo y también puede intoxicar.

Estaba sentado a la sombra de los árboles en las montañas de Hanita a unos cuantos metros de la alambrada que separaba a Israel de Líbano, en silencio divagaba, sólo sintiendo el anochecer, cuando de pronto a unos cincuenta metros oí ruido y vi dos siluetas que se aproximaban, me levanté y fui rápidamente a mi habitación que estaba a unos 20 metros ascendiendo un poco. Abrí la puerta y les dije a Patrick un francés y Neil un inglés, con quienes compartía la recámara, no sin cierta agitación que alguien se había infiltrado, en ese momento detrás de mi aparecieron dos soldados israelitas sumamente molestos. Advirtieron que habíamos roto las reglas de seguridad y que estaba prohibido estar afuera a esas horas. Dijeron que me estuvieron apuntando con sus armas al haberme visto en la distancia y advertir que estaba sentado cubierta mi cara con un pasamontañas (mismo que había comprado semanas atrás en el mercado de Nablus) pensaron que era un guerrillero palestino y estuvieron apunto de disparar, no lo hicieron porque en la medida que se acercaron la postura de mi cuerpo les pareció relajada y no denotaba… quien sabe qué cosa. Lo cierto es que la muerte se apiadó, por decir lo menos.

La Civilización de la Dopamina

miércoles, enero 9th, 2019

Desde la comida chatarra a los videojuegos, las grandes corporaciones diseñan sus productos para volverse adictivos, creando una sociedad de consumidores efectivamente sometidos. Foto: Especial.

Noam Chomsky, uno de los analistas más lúcidos de la civilización contemporánea, explica cómo la forma de controlar a los individuos en esta sociedad es como consumidores, fabricando sus deseos, inventando necesidades, creando individuos y una sociedad que acepta ser controlada sin tener consciencia de ello.  La vida digna se ha convertido, en la sociedad de hiperconsumo, en la satisfacción de las necesidades creadas, la adquisición de ciertos productos y el acceso a ciertos servicios.

El no tener acceso a ciertos productos y servicios se convierte así en sinónimo de relegado, excluido, marginalizado, se crea un sentimiento de no pertenencia. Lo descrito por Chomsky encuentra su máxima expresión cuando los productos o servicios están dirigidos a crear una necesidad fisiológica por ellos, a demandarlos como se demanda una droga, es decir, a generar una especie de adicción.

Tanto la industria de nuestra alimentación chatarra como la que impulsa la era digital en la que nos encontramos inmersos, están dirigidas a hacernos adictos a sus productos, un escenario que nos recuerda la novela “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley. Se trata de que consumamos sus productos y que cada vez los consumamos más y si nos los consumimos, que comencemos a consumirlos

La concentración de la riqueza en unas cuantas corporaciones globales y el desarrollo científico y tecnológico les ha permitido introducir al mercado productos que poseen una gran eficiencia para impactar en el sistema de recompensa de nuestro cerebro, logrando fuertes descargas de la llamada hormona del placer, la dopamina.

Desde pequeños, dejamos de comer “alimentos reales” o, también llamados “alimentos verdaderos” para digerir primordialmente productos comestibles diseñados con muy atractivos colores, olores y sabores, fabricados con altas cantidades de azúcar, grasas y sodio, que activan nuestro centro de recompensa en el cerebro, generando descargas de la hormona del placer. Existen estudios que muestran como ratas adictas a la cocaína dejan esta droga ante la opción de volverse adictas a azúcar diluida en agua.  Con la multimillonaria publicidad y su diseño adictivo se han impuesto los ultraprocesados sobre los alimentos naturales, sobre las dietas tradicionales, a escala global. Como consecuencia, la humanidad está enfrentando un cambio físico nunca antes registrado durante su historia, nuestros cuerpos han aumentado de volumen en una gran porción de la población mundial registrándose por primera vez una epidemia global de obesidad.

Por su parte, en relación a la adicción en el mundo virtual, un porcentaje importante de los jóvenes millennials, tienen una propensión a buscar la recompensa inmediata que desde pequeños han recibido a través de los videojuegos diseñados para provocar este efecto de recompensa, de descarga de dopamina. La adicción a los videojuegos, como lo señala bien el artículo de esta semana del querido amigo Gabriel Sosa Platas, es reconocida ya como una enfermedad global por la propia Organización Mundial de la Salud. Pero no se trata solamente de los videojuegos, también la adicción está bien diseñada y establecida en las plataformas digitales como Facebook que con sus algoritmos da a cada usuario la información que va más con su visión del mundo, reafirmando sus convicciones y permitiéndole una y otra vez sentirse satisfecho de verse reflejado en las opiniones e información de otros, en compartir y ser compartido, en una esfera peligrosa que lleva cierto nivel de autismo: oímos y vemos lo que queremos ver. O más bien dicho, la plataforma nos hace oír y ver lo que la plataforma, a través de los algoritmos que ha ido construyendo con toda nuestra información, sabe que queremos oír y ver. Si el Mundo Feliz de Huxley dependía de la programación de los individuos a través del sueño y del uso de drogas para controlar sus estados anímicos, la sociedad actual crea este mundo a través de la publicidad, la creación de deseos, el establecimiento de nuevas necesidades y la activación programada de nuestro cerebro para que cada vez consumamos más los productos y servicios que ofertan las grandes corporaciones.

En medio de estas circunstancias, no es de extrañar que se reconozca un nuevo fenómeno entre un grupo importante de los jóvenes millennials que buscan la recompensa que durante horas diarias han encontrado en los videojuegos y las plataformas digitales: la incapacidad para enfrentar la frustración en el trabajo. No es de sorprender que entre los más adictos desde pequeños a los videojuegos y estas plataformas se suele presentar una mayor incidencia de estados de ansiedad y depresión. Y los videojuegos, en su amplísima mayoría, están vinculados a la violencia, a la aniquilación de otros, a la obtención de puntos y victorias, eliminando a los otros. Existe evidencia del efecto entre los videojuegos violentos y la inclinación a no tener la capacidad de ver solución a los conflictos más que a través de la propia violencia. Se reafirma así la visión darwiniana de la sobrevivencia del más fuerte como el motor de la evolución, una visión acorde con el capitalismo individualista. Los videojuegos podrían enfocarse en los logros de la colaboración y del apoyo mutuo, lo que podría construir generaciones más incluyentes y solidarias. Sin embargo, la finalidad es la ganancia y generar la mayor adicción.

El debate que abrió la eliminación de la selección alemana de Futbol en el Mundial 2018 en Rusia cuando se dio a conocer las declaraciones del seleccionador alemán Joachim Löw y su ayudante Oliver Bierhoff de que varios delos jugadores habían perdido horas de descanso por jugar hasta altas horas de la noche en el videojuego Fornite, da cuenta de los efectos de estos productos en las actuales generaciones. Deportistas profesionales de alto rendimiento, de una selección campeona del mundo, decidieron jugar el videojuego sin considerar las consecuencias en su rendimiento, sin tener la capacidad de reflexionar al respecto.

La situación se recrudece en un entorno en el que el poder corporativo ha logrado reducir las capacidades del Estado, en especial, su capacidad de regular para proteger el bien común. Es decir, el Estado es expuesto como una instancia ajena a la sociedad que actúa contra la libertad de los individuos y no como lo que debe ser el Estado: una expresión del contrato social, de la protección del bien común. Proteger la libertad individual se ha convertido en el lema de las corporaciones contra las políticas públicas, ocultando que su verdadero sentido está en proteger la libertad de la corporación para actuar sobre el individuo y someterlo como consumidor programado, impedir que el individuo proteja sus intereses de manera colectiva.

Es común que se diga que las medidas para combatir el consumo de un producto que daña a la sociedad es un acto contra la libertad individual, contra la libertad de elección. ¿Cuál es el margen de elección en la sociedad de hiperconsumo cuando un producto está diseñado para ser adictivo? ¿cuál es esa libertad cuando el entorno ha sido creado para el consumo de ese producto, de ese servicio? ¿Cuál es la libertad de los padres para evitar en sus hijos ese consumo cuando en todo el entorno infantil esa es la pauta?

Existen sociedades en que ha logrado establecer ciertas protecciones frente al daño de estos productos, sociedades en las que el Estado ha establecido regulaciones, donde se han lanzado campañas públicas de información sobre el daño de estos productos y se ha generado un debate abierto sobre los mismos basado en la evidencia científica. Estas circunstancias han creado una cultura de prevención frente a estos consumos.

Legisladores han propuesto que se informe claramente en los videojuegos las edades para las cuales están autorizados, que no se vendan a menores los que no están clasificados para sus edades y se sancione cuando se violen estos principios. Por otro lado, hay una iniciativa para prohibir de manera efectiva la publicidad de alimentos y bebidas no saludables a la que se exponen los niños y otra más para establecer etiquetados que adviertan el alto contenido de azúcar, grasas y sodio. Esperamos que todas estas iniciativas avancen y tengamos un entorno más saludable, que vayan incorporadas de campañas de información y que así se genere una cultura de mayor prevención.

La disputa por la Zona Libre

martes, enero 8th, 2019

Este fin de semana Andrés Manuel López Obrador estuvo en Ciudad Juárez para iniciar formalmente el programa de impulso a la zona norte del país. Foto: Nacho Ruiz, Cuartoscuro

Sorprende la reacción de los ciudadanos y gobernantes cuando un nuevo régimen plantea cambios benéficos que al Gobierno anterior no se le ocurrieron o no se atrevió a hacerlos.

Este fin de semana Andrés Manuel López Obrador estuvo en Ciudad Juárez para iniciar formalmente el programa de impulso a la zona norte del país. La propuesta es muy simple: en los municipios que colindan con Estados Unidos se reducen el IVA de 16 a 8 por ciento y el Impuesto Sobre la Renta para los empresarios de 30 a 20 por ciento, se homologan los precios de la gasolina con los de Estados Unidos, que están sujetos a la libre competencia, se aumenta el salario mínimo (que significa un aumento de 100 por ciento al sueldo de muchos trabajadores), y se plantean algunos otros beneficios para que la economía fronteriza pueda dinamizarse y mejore el nivel de vida de los habitantes de esta zona.

Es cierto que los instrumentos legales utilizados por el Gobierno Federal para establecer estos cambios en una zona específica, con leyes aplicables a un grupo de población muy determinado, van a ser poco ortodoxos y sujetos a reglamentaciones y adecuaciones jurídicas posteriores; pero cualquier egresado de la escuela de Derecho, Contabilidad, Administración o cualquier otra profesión que tenga alguna vinculación con las normas Fiscales aplicables en el país sabe que es indispensable primero publicar las normatividades estructurales básicas y posteriormente hacer las adecuaciones necesarias.

Aunque, después de las adecuaciones, las excepciones y las limitaciones necesarias, con el programa los habitantes de la frontera vamos a ver ganancia y utilidad pues a final de cuentas vamos a pagar menos impuestos y ganar un poco más de dinero, hubo muchas voces adversas y críticas, y la voz más destacada y sorprendente fue la del Gobernador del Estado, Javier Corral.

Corral aprovechó el evento para reclamar al Presidente de la República una supuesta disminución en los ingresos que tendrá el Gobierno del Estado de Chihuahua durante 2019, sin embargo, el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, informó que este año Chihuahua recibirá 11 por ciento más participación federal comparado con el año anterior. Los asistentes sólo sentimos pena ajena.

Además reclamó que no estaba de acuerdo con el método usado por el Gobierno de López Obrador para abrir el programa, ya que lo hizo mediante decreto y no Reforma de ley; más pena sentimos por él cuando AMLO aclaró que el decreto era la forma jurídica que los asesores y fiscalistas le habían aconsejado por ser más seguro y menos discutible.

Continuó quejándose porque el decreto estuviera sujeto a un plazo de dos años y advirtió lo terrible que sería para las empresas que se instalaran aprovechando las ventajas del programa y que en dos años tuvieran que cancelar sus operaciones, pero AMLO volvió a aclarar que era así por razones técnico jurídicas, que ese decreto se prolongará durante los seis años que él gobierne el país y que no es su deseo reelegirse como las malas lenguas dicen.

Corral concluyó argumentando que era una terrible injusticia que las empresas iban a cobrar el 8 por ciento de IVA a los compradores finales y que el Gobierno no lo iba a reintegrar de inmediato; qué bien se nota que el Gobernador nunca ha recibido una devolución de sus impuestos, porque seguramente siempre ha ganado salarios gubernamentales y de ellos no regresa nada, porque los negocios establecidos tienen servicios de contabilidad que les permiten presupuestar los ingresos por devolución de IVA en sus ejercicios anuales. Así es cómo funcionan las empresas, no esperando el abono gubernamental de fin de mes.

Fue increíble ver cómo funcionarios federales, que acudían a Ciudad Juárez a explicar las nuevas circunstancias de la dinámica económica cotidiana y cómo operarían en favor de los fronterizos, eran recibidos con gestos y expresiones de inconformidad pese a que las propuestas de Andrés Manuel pretenden cambiar las inercias gubernamentales y económicas para que 50 millones de personas vulneradas y marginadas vivan un poco mejor que el día anterior.

Hay personas que se beneficiaron exageradamente con las reglas del capitalismo de cuates y que buscarán obstaculizar el desarrollo de las políticas del nuevo régimen; son grupos e individuos que han perdido el sentido de humanidad y de solidaridad social, que sólo se interesan en su beneficio y enriquecimiento personal aunque tengan que aplastar a cientos más, que de por sí se encuentran en desventaja.

Los que estamos de acuerdo con el cambio de paradigma y el cambio de política debemos asumir nuestra responsabilidad social porque el Gobierno sólo no podrá cambiar las malas prácticas con que se ha venido gobernando el país durante los últimos cinco sexenios; estamos obligados moral y socialmente a brindar un apoyo adicional a nuestro aplauso para que este nuevo futuro propuesto se pueda convertir en realidad y podamos encontrarnos con un país diferente al que sepultamos el primero de julio de 2018.

Las malditas redes sociales

lunes, enero 7th, 2019

López Obrador, en Chihuahua. Foto: Cuartoscuro

Una mayoría de la gente en México, si atendemos a las estadísticas disponibles, está en redes sociales. No es ajena a las agruras que allí se plantean. Se entera de las victorias que allí se ganan, y de las derrotas que se infligen. Los usuarios de Internet vienen creciendo, año contra año, en dos dígitos aproximadamente desde 2007. La penetración anda entre un 67 y un 75 por ciento de la población, dependiendo la fuente que se tome.

Es gente que está constantemente recibiendo información. Las cuatro principales actividades de un usuario promedio, son: acceder a redes sociales; enviar y recibir correos; participar o al menos consultar los chats, y buscar información. Es gente movida, muy movida, quizás opinando, recibiendo, adecuando sus propios gustos e influenciando o dejándose influenciar; y sobre todo, moldeando un criterio. Parece una obviedad lo que estoy diciendo pero si las benditas redes sociales se ponen malditas, afectan directamente el estado de ánimo de los ciudadanos. Es un poder que tenía y perdió en muy pocos años (de manera dramática) la televisión.

La administración de Enrique Peña Nieto destinó enormes cantidades de recursos públicos en una estrategia digital. Es quizás uno de los gastos más idiotas que haya hecho un gobierno en México: el Presidente terminó aborrecido por una mayoría histórica. ¿Qué hizo? Resumo: le habló a los conversos. Pagó granjas de bots, mandó mensajes que sólo sirvieron para documentar el absurdo (un ejemplo: el video de Peña prometiendo que bajarían los combustibles sigue circulando, pero para denostarlo); creó una burbuja y se dedicó a hacer esclusas… cuando la red es, en términos muy simples, generar olas expansivas. En lo personal creo que se robaron parte del dinero. En este momento no lo puedo comprobar. Hay nombres y apellidos. Se queda en sospecha. El hecho es que el fracaso lo pagó directamente la imagen de Peña.

¿Por qué digo esto? Porque si Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de México con un fuerte soporte en redes sociales, debe saber que hay esfuerzos organizados para retomar ese espacio y volverlo en su contra. No es una operación perversa. Es simplemente lo que es. Y perder las redes sociales… Bueno, él sabe lo que significa.

***

La primera tentación que puede llegar al nuevo Gobierno es “comprar” redes sociales: formar comunidades artificiales, rentar granjas e influencers y saturar de anuncios “bonitos”, realizados por “estrategia digital”. Todo lo que hizo Peña, pues, que es lo más fácil de hacer cuando se tiene el dinero. Eso genera un efecto adverso: los leales verdaderos se retiran porque son abrumados por los leales artificiales, que salen en defensa de las causas de un patrón. Nadie quiere verse alineado con “lo que piensa” un montón de bots.

Le pasaba a Rafael Moreno Valle: sus comunidades artificiales eran famosas, pero no tenían efecto; colocaban tendencias bofas. Con respeto por los difuntos, el ex Gobernador no era tan querido como ahora se quiere hacer pasar. En cambio, ¿por qué José Antonio Meade hace tanto ruido con uno o dos tuits? Porque claramente es genuino: no hay una estrategia digital visible para movilizarlo. Puede decir tonterías o verdades, no importa: su mensaje tiene alcance y genera una ola expansiva desde al menos tres corrientes: una, la de sus fans; otra, la de los opositores de López Obrador, que también lo mueven tenga o no tenga razón. La tercera corriente digital que visibiliza al cinco veces Secretario de Estado es la base de apoyo de AMLO, que toma sus mensajes para reprocharle y atacarlo.

Es una confianza ciega pensar que todos los que apoyaron a López Obrador durante la campaña seguirán allí simplemente por que sí. Gobernar es un verbo con superficie de lija: desgasta. Y si tienes prisa en echar a andar cosas –como el Presidente–, pues claro, se acelera el desgaste. Es, de alguna manera, “natural”. Nadie se asuste o se alegre o se ponga estrellitas en la frente. El desgaste de AMLO en la red es un efecto que se puede calcular desde ahora, a razón de tantos por día.

Yo veo un desgaste de López Obrador en las benditas redes sociales al tiempo que siento una oposición consolidándose con fuerza. Lo plantea a su manera la periodista Ivonne Ojeda en un reportaje publicado ayer domingo. Cuando has perdido todo –como sucedió el 1 de julio– dejas de verle el diente podrido a los caballos que te rodean: los sumas a la carreta. Por eso hay una gran velocidad en el reagrupamiento (o agrupamiento) de la oposición. Hay una sola condición para participar en esa comunidad: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Listo. Afiliado.

Tengo una gran curiosidad por saber cuál será la respuesta del nuevo Gobierno para mantener a su favor a las benditas redes sociales, que –como nunca– son un reflejo del estado de ánimo de los ciudadanos. No me acelero. Han dicho que hay vocación democrática para no recurrir a estrategias que, ya vimos con Peña, causaron un daño terrible al patrón y al erario, y se quedaron como Caso de Estudio Sobre la Mediocridad (me atrevo a poner mayúsculas).

El fenómeno Andrés Manuel López Obrador fue espectacular durante la campaña; espectacular a nivel global, de ese tamaño. Por eso será tan importante la respuesta que se tenga preparada para comunicar en redes. Diría que será un antes y después, porque estamos en terreno de lo inédito. No es cosa fácil: tomas a un (de por sí complicado) líder en la cresta, y lo conservas allí o lo desgastas. Lo que se haga será muy, pero muy notorio. (Guarden este texto, como se dice en redes). Se necesita sumar, sumar, sumar de manera orgánica. Ir por todos los canales: no los veo en WhatsApp, por ejemplo, y es la segunda red de influencia; y tampoco en Instagram, la última de 5, pero la de mayor crecimiento.

Concluyo con dos temas a considerar. Uno es la calidad de los contrarios: a muchos los inspira un rechazo profundo a AMLO; el “punto final” los alienta –en vez de contenerlos– y querrán verlo humillado. Y está el tema electoral: vienen el proceso federal intermedio y luego las presidenciales. El proyecto de López Obrador no se cuajará en seis años, dicho por él mismo; necesita ganar la Cámara de Diputados que viene (2021), luego otra Cámara de Diputados y el Senado (2024), y dejar Palacio Nacional a uno que garantice que seguirá su plan para que el “cambio verdadero”, tantas veces vendido, se note. Ya no digamos para provocar una “Cuarta Transformación”, que busca el mayor cambio de régimen desde la Revolución de 1910.

Para empezar, se requiere no perder terreno; crear olas de soporte real en las redes sociales, ya, ahora mismo. O pronto dejarán de ser tan benditas como lo fueron.

Los dueños del huachicol y el desabasto de gasolina

lunes, enero 7th, 2019

“Obviamente el desabasto de gasolina tiene que ver con los dueños del petróleo lícito e ilícito. Estos nuevos dueños están lanzando un órdago al nuevo Gobierno para retarlo a aceptar el sucio negocio del huachicoleo en detrimento de la economía de los ciudadanos”. Foto: Especial

¿Huachicol o desabasto? Pareciera ser esta la disyuntiva a la que nos enfrentamos actualmente.

Y surge la pregunta pertinente: ¿por qué hay desabasto de gasolina en un país con petróleo y suficiente gasolina? Obvio. Porque el huachicoleo dominaba los estados donde falta gasolina por el retraso del nuevo sistema de distribución.

Ahora ya sabemos que en los estados donde falta gasolina son los estados del huachicoleo y de la implicación de autoridades en el mismo, no sólo de funcionarios o sindicalistas de Pemex.

Todo indica que en los estados de Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Colima, Nayarit, Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Aguascalientes y Tamaulipas, entre otros, el huachicoleo era una práctica común con decenas de cómplices. ¿A poco los gobernadores de estos estados no sabían lo que sucedía en sus estados? Difícil de creer que el robo a manos llenas de combustible convertido en práctica común y tolerada, fuera algo ajeno a ellos y sus autoridades.

En los últimos quince días, sólo en los estados de Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Puebla y Querétaro, fueron localizadas 34 tomas clandestinas y las autoridades iniciaron 51 carpetas de investigación por el robo de 261 mil litros de hidrocarburo.

Hace dos años, existían 6 mil 873 tomas clandestinas en 25 de los 32 estados de la República, según afirma mi colega periodista Ana Lilia Pérez, que ha investigado el gran negocio de robo de gasolinas que ha existido en México en los últimos años entre bandas delictivas, personal de Pemex y autoridades diversas.

Diariamente se robaban 600 pipas con 15 mil litros cada una, bajo la complicidad del Sindicato de Trabajadores Petróleos de la República Mexicana, pipas que cuestan en el mercado negro 50 por ciento menos que si se compraran a Pemex y que representaban 200 millones de pesos diarios. No es sólo el huachicol o la ordeña de ductos, aquí había todo una estructura de robo de combustibles con complicidades de las altas esferas de los gobiernos, el sindicato y diversas autoridades. Durante 2016 se robaron 26 mil barriles de combustible, es decir, más de 30 mil millones de pesos; durante el 2017 fueron 43 mil barriles y el año pasado superó los 58 mil barriles al día, es decir, más de 66 mil 300 millones de pesos.

Sólo basta con pasear por las calles de Matamoros, Tamaulipas, por ejemplo, para ver a los huachicoleros vendiendo la gasolina en las esquinas, frente a la mirada cómplice de las autoridades de los gobiernos municipales y estatales de cada entidad.

Incluso, algunos dueños de gasolineras de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineras (Amegas) señalan que eran “obligados” a comprar las gasolina y el diesel de las pipas hurtadas, aunque seguramente otros estaban encantados de hacerlo porque significaba un ahorro del 50 por ciento y una ganancia múltiple.

Pero aquí lo importante es identificar a los dueños del huachicoleo. ¿Quiénes son los nuevos dueños del petróleo mexicano? Obviamente quienes han adquirido bienes de Pemex y aquí hay una larga lista, pero destacan nombres bastante conocidos como por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Felipe Calderón, Carlos Romero Deschamps, Emilio Gamboa, Pedro Aspe y Manlio Fabio Beltrones, entre otros ilustres ex funcionarios o líderes sindicales. Todos ellos tienen intereses personales en Pemex; unos compraron plataformas marítimas, otros acciones de Exxon, Mobil o Pemex y algunos son conocidos distribuidores de gasolina.

Obviamente el desabasto de gasolina tiene que ver con los dueños del petróleo lícito e ilícito. Estos nuevos dueños están lanzando un órdago al nuevo Gobierno para retarlo a aceptar el sucio negocio del huachicoleo en detrimento de la economía de los ciudadanos.

Pero el fin del huachicoleo se aproxima y el más perjudicado es el poderoso dirigente vitalicio del sindicato petrolero, el corrupto Romero Deschamps, que quien quiere seguir controlando Pemex. Es él quien esta detrás del desabasto, junto a sus cómplices beneficiarios de Pemex.

Son ellos los que han vendido nuestros recursos a multinacionales extranjeras y decidieron importar hidrocarburos, en lugar de producirlos. Recordemos como durante el Gobierno de Peña Nieto se anunció la compra de un millón 400 mil barriles de petróleo de la empresa Philips 66.

Ahora en el plan para la prevención del Mercado Ilícito de Combustibles (MIC) urge que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana investigue a los dueños del huachicol y que la Fiscalía General de la República empiece a judicializar con los jueces especialistas en la materia. Mientras la Unidad de Inteligencia Financiera y la Secretaría de la Función Pública analiza las operaciones financieras que son inusuales y el SAT verifica junto con la Profeco la inspección de los instrumentos de medición de las maquinas expendedoras de gasolina.

Es hora que se acabe el huachicol, que los dueños de gasolineras dejen de comprar pipas robadas, que los empresarios dejen de enriquecer a los corruptos comprando gasolina expoliada a los mexicanos. Es hora de que la sociedad se implique y también deje de comprar gasolina robada, en especial los contratistas, transportistas y ciudadanos en general. El cambio está en cada uno de nosotros. El negocio sucio de Pemex debe desaparecer por el bien de todos.

Llegó la hora de meter a la cárcel a los huachicoleros de arriba y a los huachicoleros de abajo. Y si para acabar con este cínico negocio sucio es necesario batallar con el abasto de gasolina unos días, tengamos paciencia, urge comprensión de los consumidores y también un compromiso social a favor de la justicia.

www.websanjuanamartinez.com.mx

Twitter: @SanjuanaMtz

Facebook: Sanjuana Martinez

El tiempo y la velocidad

lunes, enero 7th, 2019

transcurre a diferentes velocidades. Foto: Óscar De La Borbolla.

Desde que tengo uso de razón me he percatado de lo veloces que han sido los primeros quince días de todos los eneros de mi vida: en un abrir y cerrar de ojos vuela la primera quincena de cada año. Y también he notado que el tiempo se alenta o va más de prisa según esté yo aburrido o divertido. Y pensaba, como es lógico y real, que era tan solo una experiencia psicológica que tenían relación no con el tiempo mismo sino con mi percepción del tiempo.

Ahora, sin embargo, he entendido que es el tiempo mismo el que transcurre a diferentes velocidades: estoy en deuda con el físico Carlo Rovelli y, particularmente, con su libro El orden del tiempo, pues no solo volvió una delicia mi angustiado diciembre, sino que me aclaró qué ocurre en verdad con el tiempo.

Yo, como la mayoría de las personas, pensaba que el tiempo es común en distintos lugares y, por lo tanto, que hay un ahora que es el mismo aquí y en las antípodas, pues aunque aquí es de día y en las antípodas de noche eso no quita que compartamos el mismo instante. Sin embargo, al parecer de la física contemporánea, esto no es así. “Ahora” significa ahora mismo y, como se verá en lo que sigue, nunca es el mismo tiempo, pues siempre hay por fuerza un desfase entre mi ahora y el de los otros: si una persona está en las antípodas y me comunico con ella para enterarme de qué está haciendo mientras yo estoy aquí tecleando estas palabras, el teléfono o el internet me da la información con un retraso de milisegundos, y aunque tuviera a esa persona a la mano, me enteraría de lo que está haciendo con un retraso de nanosegundos, pues su imagen llegaría a mí no instantáneamente, sino, cuando muy aprisa, a la velocidad de la luz: mi ahora y su ahora dependen del aquí que cada cual ocupa.

Y eso no es todo, el ahora también depende de la velocidad a la que nos movamos relativamente, pues el tiempo transcurre con un determinado ritmo si nos mantenemos quietos y a un ritmo más lento según sea la rapidez a la que viajemos. Si la persona de que hablaba estuviera no en las antípodas sino en Próxima Centauri -esa estrella enana del sistema conocido como Alfa Centauri y que es la estrella, luego del Sol, que nos queda más cerca: a 4,22 años luz- la imagen de su ahora nos llegaría con una demora de 4,22 años; pero (y esto es lo más extraordinario) si esa persona viajara de regreso a una velocidad de la mitad de la de la luz, llegaría a la Tierra en 8,44 años, pero para nosotros habrían transcurrido cerca de 100 años y para ella tan solo 8,44 años: su ahora y el nuestro no tendrían nada que ver. La conclusión de Rovelli, y me resulta fascinante, es que el presente, el ahora, no puede extenderse a todo el universo, sino que “es como una burbuja en torno a nosotros… El presente del universo no significa nada”.

Así, pese a haber leído desde hace mucho las ideas de Einstein sobre la relatividad del tiempo, no había terminado de caer en la cuenta de lo que realmente implicaban: el tiempo (y otro tanto ocurre con el espacio) no es una única línea continua que abarque todo el universo, sino que en cada lugar del universo el tiempo pasa a una velocidad distinta y, sobre todo, el tiempo de aquí es independiente del tiempo de otros lugares: no hay una correspondencia entre los distintos ahora: son tiempos independientes y por ello lo que sucede “ahora” en el centro de la Vía Láctea no pasa al mismo tiempo que en nuestro ahora.

 

Twitter

@oscardelaborbol

Crece desabasto / Pemex: ni escasez ni especulación con precio de gasolinas

domingo, enero 6th, 2019

PRINCIPALES NACIONALES:::

 

En el ReformaCrece desabasto. El desabasto de combustible se agudizó ayer en Guanajuato, Jalisco, Querétaro, el Estado de México y Michoacán.

En El UniversalMáquinas acechan 7 de cada 10 empleos. Siete de cada 10 trabajadores en el país se ocupan de actividades que enfrentan una alta probabilidad de automatización; es decir, que pueden ser reemplazables por robots o máquinas, brazos mecánicos, algoritmos o inteligencia artificial, de acuerdo con el Banco de México (Banxico).

En MilenioPemex: ni escasez ni especulación con precio de gasolinas. Destaca que hace su mayor esfuerzo para incrementar hasta en 20% la entrega de combustible en las seis entidades más afectadas.

En el ExcélsiorUna mentira, la equidad electoral. De acuerdo con datos del INE, en las elecciones pasadas la cobertura en medios fue escasa para las aspirantes a San Lázaro y al Senado; además, los partidos políticos destinaron más recursos a las campañas de hombres

En La JornadaNi especulación de precios ni escasez de gasolina: Pemex. Evitar compras extraordinarias de hidrocarburos, pide a la población. Asegura que en breve el reparto se normalizará en las entidades afectadas.

 

SECUNDARIAS NACIONALES:::

 

En el Reforma: Critican descalificaciones de AMLO contra la prensa. La organización Artículo 19 exhortó al Presidente Andrés Manuel López Obrador a no descalificar a la prensa y le pidió no emitir discursos que inhiban la discusión pública.

En El Universal: En al menos seis estados hay compras de pánico de gasolina. El desabasto de gasolina que se vive en al menos siete entidades del país provocó que ayer habitantes de Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Tamaulipas, Jalisco y Michoacán realizaran compras de pánico y esperaran en largas filas para adquirir el combustible. Sólo Hidalgo no reportó estos incidentes.

En Milenio: Partidos inician 2019 con deudas millonarias; PRI y PT deben 50% de su gasto. Sanciones. PRI y PT deben el equivalente a 50% del gasto que recibirán este año, tras las multas impuestas por el INE.

En el ExcélsiorUNAM apuesta a becas para alumnos con bajo promedio. Para que su condición económica adversa no los orille a sacar bajas calificaciones y abandonen sus estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) becó durante este ciclo escolar a tres mil 707 estudiantes de licenciatura.

En La JornadaApoya AMLO decisión de no firmar carta contra Maduro. México ratifica principio de no intervenir en asuntos de otros países, destaca.

 

FOTOS:::

 

En el ReformaSe mete el Vaquero. En Juegos de Comodines, Dallas sufrió anoche, pero logró vencer 24-22 a Seattle para avanzar a la Ronda Divisional.

En El Universal: Los juguetes le cierran el paso a los autos. Previo a la llegada de Los Reyes Magos, el ambulantaje se apropió del Eje 1 Norte y todas las calles del Centro Histórico, por lo que los automovilistas tuvieron que buscar alternativas, generando caos en otras vialidades.

En Milenio: París. Toman fuerza los chalecos amarillos.

En el Excélsior: Desabasto de gasolina se extiende. Además de Edomex, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Jalisco y Querétaro, ayer faltó combustible en Coahuila (foto) y Tamaulipas.

En La Jornada: Compras de pánico la víspera del regreso a clases. El nuevo plan de distribución de combustibles mediante pipas para evitar el huachicoleo ha afectado principalmente a Hidalgo, estado de México, Jalisco, Michoacán (imagen), Guanajuato y Querétaro, informó la Secretaría de Energía.

2019: un mejor año para los animales

domingo, enero 6th, 2019

“El movimiento por los animales se conforma por muchas opiniones y voces que no siempre estarán prístinamente alineadas y esto no debe desanimarnos. Los seres humanos vamos integrando soluciones a los problemas que creamos y esto se logra cometiendo más errores y resolviéndolos”, escribe Ana Ortega de The Humane League México.

Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).- Algo que me dejó el 2018 fue reconocer dos cosas. La primera: todos los movimientos sociales son proyectos perfectibles, en proceso, inacabados, vivos. La segunda, que reconocer rostros acompañados de frases inspiradoras enarbolando nuestras redes sociales, podría hacernos pensar que los movimientos sociales son la lucha de un puñado de personas y esto nunca es así. El movimiento por los animales se conforma por muchas opiniones y voces que no siempre estarán prístinamente alineadas y esto no debe desanimarnos. Los seres humanos vamos integrando soluciones a los problemas que creamos y esto se logra cometiendo más errores y resolviéndolos.

Con todo, los animales tienen cada vez más aliados y este 2019 pinta para ser un mejor año para los animales y ahora te explico por qué:

1. Seguirá habiendo más festivales y mercados de comida vegana por todo México. De igual forma habrá más lugares con opciones veganas y más productos veganos en los estantes de los principales supermercados. Ya sea en Guadalajara, Puebla, Tulúm, Ciudad de México, Monterrey, hay más interés en hacer eventos que convoquen emprendedores de la gastronomía y otros artículos de consumo que no contienen productos de origen animal, y que tampoco fueron probados en animales.

2. Hay una creciente ola de información sobre como dejar a los animales fuera de tu plato. Ya sea a través de programas de apoyo que dan asesoría en línea o a través de cursos o talleres de cocina, hay mucha información sobre cómo sustituir la proteína animal por la vegetal. Además hay más nutriólogos que ayudan a las personas a que lleven a cabo su transición hacia una alimentación basada en plantas de una manera saludable.

3. Es mucho más fácil ser activista por los animales: este 2019 es tu año por los animales. ¡Puedes formar parte de nuestra Red De Acciones Efectivas! También sumarte a nuestro Programa Nacional de Voluntarios, involucrarte en las actividades de campañas, o aprender a través de nuestros webinars sobre temas de comunicación, organización y estrategia.

4. Se ven en el horizonte más empresas nacionales e internacionales que harán nuevas políticas de abastecimiento de sus cadenas de suministro respecto al abastecimiento del huevo. Cada cambio para mejorar la vida de los animales por más pequeño que parezca, es un paso más en la dirección correcta. Gracias al esfuerzo coordinado de muchas organizaciones y personas, las gallinas ponedoras dejarán de estar enjauladas y el bienestar animal figurará más frecuentemente en los programas de responsabilidad
social empresarial.

5. Seguirá habiendo más exposición y difusión de las crueles prácticas de la producción de carne, huevo y leche. No podemos cambiar algo que ni siquiera sabemos que existe, pero eso ha dejado de ser un problema ya que gracias el esfuerzo de organizaciones e individuos dispuestos a documentar lo que pasa en los mataderos y en las granjas, la sociedad mexicana estará más educada y consciente de sus elecciones al ir al súper o al elegir en el restaurante qué comer.

Que este 2019 sea también tu año #PorLosAnimales. De parte mía y de todo el equipo de The Humane League México deseamos que estos próximos doce meses estén llenos de amor y de paz.

EZLN: 25 años de resonancia

domingo, enero 6th, 2019

Para quienes se preguntan seriamente dónde estaba el EZLN en los pasados años, basta revisar las resonancias y consecuencias políticas que ha tenido este movimiento en México y en el mundo. Foto: Cuartoscuro

Por enésima ocasión el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha dejado en claro sus diferencias y cuestionamientos al proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador, a la izquierda electoral y a toda la partidocracia.

El posicionamiento del EZLN, al conmemorar los 25 años de su irrupción pública, ha sido tomado con molestia y hasta sentimiento de agravio en ciertos sectores del lopezobradismo. Tal vez no les gustaron las formas, pero no se puede cuestionar al zapatismo por deshonestidad o incongruencia, como han acusado seguidores del gobierno autonombrado de la Cuarta Transformación.

La crítica más injusta, y a la vez más ignorante, es que la acusa al EZLN de seguirle el juego a la partidocracia tradicional, especialmente al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Si hay una fuerza política atacada por todos los medios por los gobiernos priistas, es el EZLN.

La otra crítica al neozapatismo, también cargada de ignorancia, es que la cree que sólo existen cuando leen comunicados o aparecen en la prensa. Se preguntan que
donde estaba el EZLN en coyunturas políticas importantes y la respuesta se sencilla: siempre abajo, al lado de quienes resisten y se rebelan. Todos los movimientos sociales y de resistencia de este país han encontrado un aliado en el zapatismo.

Para quienes se preguntan seriamente dónde estaba el EZLN en los pasados años, basta revisar las resonancias y consecuencias políticas que ha tenido este movimiento en México y en el mundo.

La primera consecuencia directa que produjo la irrupción zapatista, fue colocar en el centro del debate nacional el olvido, racismo y violencia que sigue existiendo en contra de los pueblos originarios de México. Pero con el alzamiento del 1º de enero de 1994 dieron ejemplo de organización y proyecto político a decenas de pueblos que se organizaron en torno al Congreso Nacional Indígena (CNI) desde 1996. Así lo reconocieron el pasado 2 de enero: “Los pueblos, naciones y tribus que conformamos el Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno, saludamos con orgullo el 25 aniversario del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, desde que el 1 de enero de 1994 nuestra palabra dejó de pedir limosnas para exigir justicia, y para reconocernos en los derechos que desde ese día comenzamos a ejercer, no solo en Chiapas, sino en todos los rincones indígenas de nuestro país”. Con la irrupción del EZLN en 1994 se conformó el movimiento indígena moderno que ha estado en la primera línea enfrentando la profundización del despojo y privatización de tierras y bienes comunes desatados por los gobiernos neoliberales.

Pero el EZLN tuvo también impactos directos en el sistema político mexicano. Una generación de liberales cree que la transformación del sistema electoral mexicano fue obra de organizaciones y personajes como José Woldenberg. No fue así. Tras el alzamiento, los días de enfrentamiento armado y las movilizaciones de la sociedad exigiendo el fin de la guerra contra los zapatistas, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se dio cuenta que las elecciones de 1994 no tendrían credibilidad con un Instituto Federal Electoral (IFE) controlado por los priistas. Es entonces que se eligió un consejo general del IFE compuesto mayoritariamente por ciudadanos sin partido (aunque luego algunos se convirtieron en partidistas).

Otra resonancia directa del EZLN en el país abarcó a toda la izquierda. El caminar y despliegue de las iniciativas zapatistas desde 1994, que pueden entenderse con claridad en las seis declaraciones de la Selva Lacandona, pasaron de proponer una alianza con partidos y personalidades de la izquierda electoral (como Cuauhtémoc Cárdenas), a fijar claramente una postura de crítica a la izquierda electoral y definirse como una fuerza política anticapitalista y antisistémica en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. El EZLN reconfiguró el campo de la izquierda en
México.

Pero no sólo en México. El neozapatismo ha tenido una influencia política muy importante en la izquierda mundial, especialmente en la anticapitalista. La convocatoria al Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo de mayo de 1996 fue una iniciativa relevante para conformar un movimiento mundial contra la globalización neoliberal, en tiempos en el que imperaba el pensamiento único y la propaganda del triunfo del capitalismo o el “fin de la historia”.

Las formas de hacer y el modo de procesar sus iniciativas políticas (las consultas a las bases zapatistas y las consultas a la sociedad civil) marcaron una diferencia con otras guerrillas latinoamericanas y abrió paso a otras formas de hacer política.

Con esto retaron al pensamiento de izquierda a pensar de otra forma las revoluciones y los cambios sociales. La idea de “cambiar el mundo sin tomar el poder” popularizado en el libro de John Holloway (intelectual cercano al zapatismo), retó a pensar que se puede y se deben construir sociedades sin Estado y sin capitalismo, en el presente, sin esperar a la imaginaria toma del Palacio de Invierno por un partido vanguardista encabezado por la clase obrera. El EZLN replanteó la idea de los supuestos sujetos revolucionarios y la misma noción de revolución. Las
comunidades mayas zapatistas que han sido sustento del EZLN y que ahora se autogobiernan a través de los municipios revolucionarios y las Juntas de Buen Gobierno, están mostrando en su resistencia y construcción de autonomía, otras formas de revolución, aquí y ahora.

Basta este recuento incompleto de resonancias nacionales e internacionales que el EZLN ha provocado a 25 años del Ya Basta para afirmar que el neozapatismo es una fuerza política fundamental para pensar un cambio radical de las relaciones sociales en México. Y en el mundo el EZLN y los kurdos con su propuesta del Confederalismo Democrático, son los ejemplos más consolidados de movimientos populares que están construyendo otras relaciones sociales, es decir, están caminando la utopía de construir otro mundo posible, aquí y ahora, no luego de la toma del Palacio de Invierno.

Más allá de las críticas sin fundamento al EZLN de parte de ciertos sectores de la izquierda electoral, el recuento incompleto de sus resonancias debería bastar para dejar en claro que los proyectos de la Cuarta Transformación y del neozapatismo son proyectos políticos distintos e irreconciliables. Uno se propone reformar el
capitalismo, el otro propone combatirlo.

El año de los buitres / Inicio de año, despegue de gestión / Camila

sábado, enero 5th, 2019

El año de los buitres
En los últimos tiempos se ha hecho más que evidente el avance que las ideologías radicales han ganado terreno en la sociedad mundial, al grado de que personajes reconocidos por sus tendencias intolerantes y ultranacionalistas han llegado hasta la presidencia de varios países. En Reforma, el escritor Jorge Volpi, escribe que: “el problema no radica en si debemos llamarlos fascistas o no, si aplicar categorías del siglo XX a individuos y problemas del XXI: lo crucial es identificar los peligros que representan y las políticas que están definiendo nuestro tiempo. Donald Trump, Jair Bolsonaro, Vladímir Putin, Viktor Orbán, Benjamin Netanyahu, al igual que sus pares que por fortuna (aún) no están en el poder o los partidos ultraderechistas o ultranacionalistas en Alemania, los países escandinavos y de Europa del Este, Grecia o, incluso ahora, España, encarnan una ola de pensamiento y de acción que está conduciendo al mundo a otra de sus eras oscuras […] La defensa de un individualismo a ultranza, basado en la idea de que la avaricia es buena, el desmantelamiento del estado de bienestar y la consagración del mercado como único dios generó sociedades que, al día de hoy, son mucho menos solidarias, sensatas y abiertas que en otros tiempos. Cuando la Gran Recesión demostró, para colmo, que sus promesas de redistribución de la riqueza eran una falacia, ello no bastó para eliminar su predominio: sólo aumentó las dosis de miedo y rencor en una población de por sí ya desencantada por el descenso en su nivel de vida. El fracaso del modelo neoliberal, puesto en evidencia en 2008, no trajo como remedio un nuevo modelo, sino la preservación del anterior, defendido con los dientes por las élites políticas y económicas a fin de preservar sus privilegios supranacionales. Es aquí donde la comparación con el fascismo clásico vuelve a resultar eficaz: a fin de conservar el poder -y una incalculable cantidad de recursos-, estas élites se dieron a la tarea de inventarse nuevos enemigos a los cuales volver responsables de las mermas en el nivel de vida de buena parte de los ciudadanos. Consecuencia funesta del neoliberalismo ha sido, pues, que buena parte de nuestras clases medias, así como numerosos trabajadores, campesinos y pequeños empresarios se han vuelto profundamente conservadores, en el sentido de querer mantener el statu quo a toda costa. Nos hallamos ante grandes sectores de la población que, debido a esta manipulación y adoctrinamiento, aborrecen a los políticos tradicionales -a aquellos que, por corrupción o simple desidia, se desinteresaron de ellos-, tienen pánico de perder su nivel de vida y aceptan, por tanto, el dictado de que sus rivales son esos extranjeros dispuestos a desplazarlos y ocupar sus trabajos. Poco importa que toda esta construcción sea falsa: la operación ideológica ha sido lo suficientemente eficaz como para que estos energúmenos, de Trump a Orbán, hayan conseguido hacérselo creer a sus votantes. El escenario es muy desalentador: mientras la izquierda (o los sectores progresistas) no sean capaces de articular antídotos eficaces contra esta gigantesca operación ideológica, seguiremos viendo, en este año, el triunfo de los buitres”.

Inicio de año, despegue de gestión
En Milenio, el columnista Liébano Sáenz, escribe que: “los problemas que existen y el reto de resolverlos no son de una administración o de un partido que gobierna, sino de un país. Desde luego que las autoridades tienen la obligación primaria de actuar en consecuencia, más las de mayor jerarquía, pero se trata de asuntos que nos atañen a todos. Sin embargo, una cosa es el ideal de la razón y otra, la realidad. Lo cierto es que el país vive en un entramado de sentimientos: mientras la mayoría suscribe optimismo sobre el futuro, una minoría importante se instala en la incertidumbre y otro tanto en el rechazo a lo que ve y percibe. Lo sano y deseable para que las cosas resulten de mejor manera es que no sean tiempos de cheques en blanco, como tampoco de condenas anticipadas. El consenso y el apoyo popular al gobernante son un importante activo, más ahora cuando la sociedad desconfía de las instituciones, autoridades e instituciones políticas, sean partidos o legisladores. Sin embargo, un gobierno popular no lo hace por sí mismo eficaz, particularmente en una perspectiva de largo plazo. Hay decisiones necesarias, que seguramente habrán de tomarse, independientemente de que conciten o no aceptación. En el caso del Congreso, éste actúa a partir de las condiciones de su propia integración, esto es, una coalición gobernante con suficiente mayoría para aprobar los proyectos que vienen del Ejecutivo. Esta no es una realidad política nueva, pero el país ha vivido más de dos décadas de gobierno dividido […] Muchos mexicanos se verán favorecidos con los programas sociales, así como el sur de país tendrá obras de infraestructura con un gran potencial para el desarrollo de las regiones más pobres del país. Sin embargo, no queda claro todavía los términos de la participación privada, fundamental para dar respuesta estructural al problema de la pobreza. El empleo productivo es la mejor respuesta a la falta de oportunidades. Además, muchos otros sectores, así como el centro y el norte del país, están a la espera de una respuesta que dé cauce a su potencial y capacidad de generación de desarrollo y riqueza. El inicio de año, que coincide con el despegue del nuevo gobierno, es una gran oportunidad de reflexionar sobre las tareas que tenemos que emprender colectivamente, para hacer realidad el país que anhelamos”.

Camila
En el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, escribe que: “cuarenta o setenta años, incluso prisión vitalicia. Eso le espera a Marciano “N”, presunto asesino y violador de Camila, en Chalco. Me lo dijo Dilcya García, fiscal de Delitos Vinculados a la Violencia de Género en el Estado de México, tras la primera audiencia del inculpado, detenido la noche del jueves en Puebla. Tras comparecer ante el juez se le imputó feminicidio. Cabeza abajo, sin mirar a la familia de la menor, según me lo reportó la corresponsal Ángeles Velasco, en Imagen Noticias, escuchó los testimonios de siete personas que lo vieron en las inmediaciones del lugar donde fue encontrado el cuerpo de Camila. Su destino parece estar dictado. La cárcel, los años que pase dentro ya dependerán de las autoridades, ya la fiscal me adelantó a cuánto podría ascender su sentencia […] A la pequeña la encontraron horas después de haber sido reportada como desaparecida. Salió de casa para jugar. Este sujeto acabó con su vida, no sin antes someterla a aquel, tal vez uno de los actos más abominables. Tristemente, su caso es uno de tantos que se cuentan en el Estado de México y en todo el país. A todo esto: ¿alguien sabe dónde está Alfredo Del Mazo? Públicamente, ni un tuit ha dedicado el gobernador a este caso, ni como mero acto de solidaridad. Ni a éste ni a tantos otros. El Estado de México cerró el 2018 como la entidad puntera en feminicidios en el país. Según números del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante el año pasado una mujer fue asesinada cada 24 horas en territorio mexiquense. Sólo 70 de ellos, ocurridos en los primeros 274 días del año, fueron tipificados como feminicidios. Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tecámac y Zumpango son los municipios que más casos registraron. Si bien, en el caso de Camila las autoridades actuaron con velocidad, incluso evitaron el posible linchamiento del responsable, es claro que éste es un asunto que requiere de más rigor, de más fuerza al interior de la Fiscalía para resolver las investigaciones ya en marcha, pero más aún, para detener la incidencia”.

No intervención
En El Universal, su Editorial, asegura que: “por décadas, la bandera de la política exterior mexicana fue el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos, en una época en la cual la característica de nuestro país era el régimen de partido único y una escasa apertura en materia de derechos ciudadanos y de libertad de expresión. A inicios de este siglo, con la llegada de gobiernos panistas, se modificó la línea de la política exterior; lo cual se hizo evidente con la ríspida relación que se tuvo con Cuba. Desde entonces, los vínculos de México con el mundo han sido los del gobierno en turno. Actualmente se habla de la neutralidad mexicana al exterior, una posición que implica riesgos. Ahora un nuevo capítulo de la diplomacia mexicana se abre con la postura adoptada por el recién estrenado gobierno de nuestro país, al manifestar su oposición a la declaración signada por trece naciones americanas, englobadas en el Grupo de Lima, mediante la cual éstas desconocen el resultado del proceso electoral en Venezuela y, por consiguiente, un nuevo periodo de Nicolás Maduro al frente de la presidencia en esa nación sudamericana. Nuestro país ha invocado una vez más el derecho de los países a autodeterminarse y clama por la no injerencia del exterior en asuntos internos, por lo que expresó su negativa a secundar la posición del grupo, el cual califica de ilegítima la forma en que Maduro llega a asumir un nuevo periodo de su presidencia. Con este acto, vuelve a hacerse presente el principio mexicano de no intervención, tesis principal de la denominada Doctrina Estrada, llamada así por su creador Genaro Estrada, secretario de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio. Dicho documento de 1930 exponía, entre otros puntos, el “derecho de las naciones para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades”. Si bien no se puede negar que el actual régimen venezolano ha demostrado ser en los hechos un gobierno represor y antidemocrático, que persigue y reprime a sus opositores, se puede entender también la posición de México de decidir sostener relaciones con la autoridad que representa el presidente Maduro, explicando que sólo busca mantener abiertos los canales diplomáticos con Venezuela para ayudar a encontrar una solución a su crisis política y humanitaria. Ahora, el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, si bien se apega al principio diplomático que tanta fama diera a nuestro país durante buena parte del siglo XX, debería también tener cuidado de no cruzar la delgada línea que divide el mantenerse neutral con la de legitimar un gobierno que prácticamente todas las democracias del mundo condenan”.

Desacuerdos patrimoniales
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “dentro de los pasillos de Palacio Nacional se comenta que la relación entre Andrés Manuel López Obrador y Olga Sánchez Cordero no pasa por su mejor momento. De hecho, dicen que entre ambos hay una distancia del tamaño de una declaración patrimonial. Según esto, la secretaria de Gobernación no está de acuerdo en hacer pública su fortuna, que no debe ser poca cosa dado que viene de familia de abolengo, está casada con un exitoso notario público, vive en una mansión en Las Lomas y sus ingresos como ministra de la Suprema Corte son millonarios (sueldo y pensión). Y el problema no es la riqueza de la funcionaria, sino la insistencia del Presidente para que haga públicos sus bienes. Quienes saben del asunto dicen que la relación se ha puesto bastante tensa y les preocupa que pudiera darse un rompimiento. A menos, claro, que Sánchez Cordero aplique la misma estrategia de AMLO, que resultó más humilde que un San Francisco, pues no posee bienes (todo está a nombre de su familia) y en su declaración ya ni siquiera incluyó las regalías de sus libros… esas de las que siempre dijo que vivía”.

Sheinbaum pide seguridad
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, solicitará el próximo lunes al presidente Andrés Manuel López Obrador, en la mesa del gabinete de seguridad nacional, que haya presencia permanente de un representante de las fuerzas armadas en las reuniones equivalentes a nivel local, con el fin de garantizar la coordinación en el combate a la delincuencia en la capital. No sea que se vayan a hacer bolas como con el lío en Morelos, que apenas ayer aclaró Alfonso Durazo Montaño en el sentido de que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo es el que tiene a cargo la seguridad en la entidad”.

Estrategia
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “el exprocurador de Nayarit, Edgar Veytia, se declaró culpable de cargos de narcotráfico en el mismo tribunal donde enjuician a Joaquín El Chapo Guzmán. Tanto él como Guzmán están siendo enjuiciados por distintos casos en la corte federal de Brooklyn. Veytia dijo haber aceptado dinero de los cárteles para ayudarlos a contrabandear cocaína, heroína y metanfetaminas a EU de 2013 a 2017. Hizo arreglos para evitar la captura de narcotraficantes o para que fueran liberados de custodia. El clan, con su compadre, el exgobernador inhabilitado Roberto Sandoval, no acabó bien. Y tienen pendientes aún despojos, levantones y desapariciones durante su macabra administración”.

La muina de Noroña
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “tremendo disgusto pasó el diputado federal del PT, Gerardo Fernández Noroña, quien posteó en su cuenta de Twitter fotografías de sus vacaciones en Nueva York. Por supuesto, nos hacen ver, el legislador fue duramente criticado por señalar que es una fregadera que ya no exista el lugar donde él solía ir a escuchar blues en la Gran Manzana. Don Gerardo respondió a sus detractores: “Si digo donde ando, joden, si no digo, joden. Lo suyo es la jodienda. Me refiero a los derechosos”. ¡Hombre, dejen en paz a Fernández Noroña!, pues a él jamás critica al prójimo ni se mete con los políticos, líderes sociales, opositores o periodistas. Ahora déjenlo volver en paz de NY a la Ciudad de México para que luego asista a la toma de protesta del presidente Nicolás Maduro en Caracas, el próximo 10 de enero. ¡Faltaba más!”.

El arte de enojarse en coro

sábado, enero 5th, 2019

La violencia tiene que ver con el miedo. Imagen: Pinterest.

Mi vecina de cama me despertó temprano, iríamos al ataque sobre el armario de Karina. La odiábamos. A sus doce años tenía formas de mujer y, sobre todo, unos senos bellísimos y bien desarrollados.

Nos habíamos puesto de acuerdo para robarle el único sostén que tenía, queríamos que eso que la hacía tan atractiva para los destartalados ejemplares masculinos que suspiraban por ella en el salón de clase, se volviera su vergüenza.

Estábamos enojadas quienes con los mismos doce o trece años todavía éramos planas como tablas, flacas y con piernas de carrizo.

Nuestro enojo escondía un miedo poderoso. El miedo al rechazo, a no ser elegidas, a que ella nos desplazara.

No era muy lista Karina. Era más bien descuidada, olvidadiza y casi daba la impresión de que le faltaba un tornillo en el engranaje de la sesera.

Podíamos engañarla fácilmente, excluirla de un montón de actividades y de vínculos con esos sesgos perversos que manifestamos en la adolescencia.

Queríamos que nadie la quisiera y con nuestra conducta no hacíamos más que ponerla en un reflector, ayudarla a destacar más: siempre aislada, callada o jugando sola, con ese cuerpo deseado por tantos y tantas y con esas tetas perfectas, Karina era un haz de luz sobre sí misma.

Mientras ella se duchaba, fuimos en trupé a su armario, una compañera y yo —animadas por todas las demás, sacamos el corpiño que era color beige y de una tela suave, adulta. Lo escondimos abajo del colchón de la propia Karina seguras de que era tan tonta que nunca iba a encontrarlo.

Se pasó los siguientes tres días en clase con el suéter abotonado hasta el cuello y los brazos cruzados, protegiéndose, con las mejillas enrojecidas y los ojos entornados hacia la pared.

Sólo dos habíamos cometido el crimen pero nadie rajó porque todas lo habíamos disfrutado, el miedo que teníamos de ser feas comparadas con Karina nos hermanaba. El miedo puede ser un gran pegamento social.

Una tarde, en la clase de taquimecanografía, Karina se sentó junto a mí, la maestra —inolvidable terrorista de zapatos horribles— anunció que haría un examen sorpresa, quien no llevara ese jodido recuadrito de tela llamado cubreteclados no podría presentarlo y perdería puntos. (¿No les hace gracia recordar que hubo un tiempo en que una calificación en una boleta significaba tanto?), pues he aquí que yo no llevaba cubreteclado.

Karina me vio remover el interior de mi mochila con desesperación y me alcanzó un cubreteclados, ella traía otro, su madre era costurera y le había hecho media docena con retazos de las telas que le quedaban de sus encargos.

Al terminar le devolví a Karina su pedacito de franela y le di las gracias, ella me sonrió tímida. Se me encogió el corazón.

Cuando subimos a los dormitorios tenía toda la intención de devolverle el corpiño o, al menos, sacarlo de abajo del colchón y que apareciera milagrosamente entre sus cosas pero me aterraba saber que, si para esconderlo había contado con la aprobación de todas, para devolverlo no tendría cómplice.

Frecuentemente leo sobre el experimento de las Líneas de Conformidad de Solomon Asch que comprueban el poder de la presión social y como tendemos a la conformidad en grupo (daremos la respuesta equivocada si es lo que la mayoría pide aunque sepamos que es errónea con tal de no ser rechazados). Me fascina y me repele nuestra conducta colectiva, la inmensa necesidad que tenemos de sobrevivir en la trinchera de ser iguales a los demás.

Pienso en el bullyng en todas sus formas, en los públicos que aplaudían rabiosos ante los castigos de la Santa Inquisición.

Del modo más rastrero y poco honroso me apresuré a sacar el corpiño antes de que entraran las demás, lo dejé entre la almohada y la colcha de su cama para que ella pudiera encontrarlo y nadie más lo notara.

Pienso en Twitter y las reacciones de linchamiento en masa cuando son derivadas por falta de entendimiento, hemos visto muchas. Pienso en los mensajes directos que se reciben cuando una mayoría ofendida agrede y una o dos personas vienen a declarar, en privado, que ellas están de acuerdo contigo y que les apenan los insultos que estás recibiendo pero no se atreven a hacerlo abiertamente.

¿Por qué necesitamos demostrar que estamos con la indignación de la mayoría? ¿Por qué resulta tan irresistible sumarnos a la agresión colectiva contra otro?

La violencia tiene que ver con el miedo, ¿a qué le tenemos tanto miedo?

Esta es la única respuesta que se me ocurre: a mirarnos a nosotros mismos.

Luego del desayuno, andando al salón, Karina se puso junto a mí y me dijo “gracias”.

Hay muchos caminos para conocer nuestra miseria, sumarse a un ataque colectivo es, por desgracia, uno de los más socorridos y en el que casi todos tenemos experiencia. Nada más peligroso que la individualidad.

 

@AlmaDeliaMC