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Israel no puede estar protegiendo a personas como Tomás Zerón: AMLO; pide extradición

miércoles, agosto 24th, 2022

El Presidente López Obrador detalló que el Primer Ministro israelí le envió una carta donde expresaba su intención de cooperar; sin embargo, aseguró que “ya pasó mucho tiempo” de ese momento.

Ciudad de México, 24 de agosto (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador instó al Gobierno de Israel para que proceda con el proceso de extradición de Tomás Zerón de Lucio, extitular de la Agencia de Invstigación Criminal (AIC) de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y presunto implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

“Aprovecho para enviar un recordatorio respetuoso al Gobierno de Israel: no pueden estar protegiendo a personas así. El Primer Ministro de Israel se ha portado muy bien, me mandó una carta de que iban a cooperar, que iban a apoyar, pero ya pasó mucho tiempo”, dijo durante la conferencia matutina de este miércoles.

El día de ayer, el Secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, afirmó que la extradición de Tomás Zerón “va por buen camino”, aunque la decisión final aún depende del Gobierno israelí.

 

“Ya está integrado todo el expediente, ya la mayor parte de información que solicitó el Gobierno de Israel, según nos ha informado la Fiscalía General de la República, ya se entregó”, dijo al ser cuestionado al respecto.

“Y nosotros, allá está el director jurídico, viendo todo lo que sea apoyo a la gestión de la Fiscalía General de la República, pero yo diría que vamos por buen camino”, expuso, y reconoció que justo ahora no es posible contar con una fecha de extradición. Lo anterior, debido a que México no tiene un tratado de extradición con dicho país.

Tomás Zerón fue director de la AIC y ha sido señalado como un agente clave detrás de la “verdad histórica” junto al exprocurador Jesús Murillo Karam, recientemente detenido por los delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia relacionados con la desaparición de los 43 estudiantes en septiembre de 2014.

 

Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, informó el pasado jueves 18 de agosto que Tomás Zerón rechazó el criterio de oportunidad que le ofreció la Comisión de la Verdad del Caso Ayotzinapa para que cooperara en el esclarecimiento de la desaparición de los 43 normalistas.

Dio a conocer que  la Comisión de la Verdad sostuvo un encuentro con Zerón de Lucio los días 16 y 17 de febrero pasado, en la cual, le ofrecieron un “criterio de oportunidad que no aceptó”.

El Subsecretario de Gobernación detalló que la comunicación y reunión con el extitular de la AIC, quien se encuentra en Israel desde el 13 de agosto de 2019, se realizó de forma independiente al proceso de extradición que encabeza la Fiscalía General de la República, (FGR) con el acompañamiento de la SRE.

 

Además, aseguró que se mantenía comunicación con los abogados de Zerón de Lucio con la esperanza de que pronto puedan avanzar y concretar un acuerdo de colaboraciones y no esperar el proceso de extradición.

Con respecto al tema de extradición, Encinas dijo que desconocía los motivos por lo que se ha dilatado tanto el proceso. “Yo también quisiera saber por qué ha tardado tanto. Es un asunto que encabeza la FGR”, dijo.

— Con información de Sugeyry Romina Gándara

Nuevas pistas sobre los normalistas llevan a Carrizalillo; hurgan en la sierra

martes, septiembre 21st, 2021

A siete años de distancia, autoridades mexicanas continúan las investigaciones sobre lo ocurrido con los estudiantes de Ayotzinapa. 

Por Zacarías Cervantes y Lenin Ocampo Torres

Chilpancingo, Guerrero, 21 de septiembre (El Sur).- El Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, encabeza esta semana jornadas de búsqueda de los 43 normalistas desaparecidos con la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, cerca de la población de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, y en Cocula, Guerrero.

Desde la Barranca de la Carnicería, Omar Gómez Trejo, Fiscal especial para el caso Ayotzinapa, señaló que para armar la versión de lo que pasó con los normalistas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se utilizó tortura, privaciones ilegales de la libertad y otras prácticas ilegales.

“Me parece que hizo acto de presencia el Subsecretario para hacer alguna prospección de búsqueda en algún punto”, dijo El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, sobre una de las visitas.

Las investigaciones en Guerrero. Foto: Cuartoscuro.

Argumentó que no podía dar mayores detalles porque se trata de una diligencia judicial, pero confirmó que fue cerca de Carrizalillo, donde “se están corroborando puntos, pero apenas es una prospección y se están como verificando los datos”.

Recordó que no es la primera vez que se recorre la zona en busca de indicios de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos.

Explicó que la jornada fue como consecuencia de que hay nueva información; “hay una prospección y con base en eso se fue a corroborar”, insistió.

El 24 de mayo pasado, una brigada de padres de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos recorrió la zona como parte de la jornada Rompiendo el Silencio.

Esa vez, los integrantes del Comité de Madres y Padres de los 43 repartieron casa por casa en esa población volantes informativos como parte de la búsqueda de los estudiantes desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre de 2014.

Esa ocasión los padres fueron apoyados por efectivos de la Guardia Nacional, del Ejército mexicano y de la Policía Estatal, y recorrieron desde donde se ubica la mina Los Filos hasta el pueblo.

El 26 de septiembre 2020, durante la presentación de su informe en Palacio Nacional, el fiscal especial para el caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, reveló que familiares de los 43 estudiantes habían estado una semana antes en la comunidad de Carrizalillo, como parte de una jornada de búsqueda.

Desde octubre de 2014, un mes después de la desaparición de los normalistas, los pobladores de Carrizalillo denunciaron que sicarios del grupo delictivo Guerreros Unidos podrían haber trasladado a un grupo de normalistas a un lugar cercano a ese pueblo, donde se encuentran las minas Los Filos y El Bermejal, ahora explotadas por la minera canadiense Equinox Gold.

Protestas por Ayotzinapa. Foto: Cuartoscuro.

SE ACERCA ANIVERSARIO 

Alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Brugos de Ayotzinapa e integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) iniciaron ayer la séptima jornada de lucha para exigir la aparición con vida de sus 43 compañeros, en medio de una “campaña mediática de odio y criminalización para desprestigiar la institución”, denunciaron.

Los normalistas llegaron al medio día al Monumento a Las Banderas en 15 camiones, para realizar un mitin de protesta, donde limpiaron y pintaron el Antimonumento a los 43, que el domingo fue manchado con aceite quemado y aserrín.

“Mantenemos la lucha porque sabemos que no han dado con el paradero de nuestros compañeros, el gobierno (federal) continúa callado, guardando silencio y no han dicho realmente la verdad de nuestros compañeros ¿en dónde están? ¿a dónde se los llevaron? Es por eso por lo que nuevamente iniciamos otra jornada más de lucha”, expresó uno de los estudiantes de Ayotzinapa en el inicio de la manifestación para exigir la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos la noche del 26 de septiembre en la ciudad de Iguala.

Los estudiantes llegaron sin el acompañamiento de los padres de los 43 y en medio de una campaña “que la prensa amarillista se ha encargado de hacer para manchar el nombre de la institución”, luego del accidente carretero del 17 de septiembre donde murieron el deportista Jacinto Palacios y su acompañante Raquel Acosta.

Protestas por Ayotzinapa. Foto: Cuartoscuro.

“Como delegación de Ayotzinapa no tenemos culpa alguna, simplemente la prensa amarillista se ha encargado de engañar a la sociedad, engañarla porque a cada instante está cambiando las notas sin saber que acción pasó, como delegación nos deslindamos, no tenemos culpa alguna (en el accidente)”, expresó el joven normalista que llevaba cubrebocas.

El dirigente dijo que están dejando que los peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) sean los que den a conocer la verdad de los hechos de la tarde del viernes “y no otras personas que nada más quieren manchar el nombre de la institución”.

Desde el domingo mediante un comunicado los normalistas han denunciado que después del fatal incidente han sido objeto de una “campaña de odio y criminalización por parte de algunos medios y grupos de choque que incitan a la violencia y la confrontación”.

Durante el mitin otro orador señaló que los estudiantes “lo sentimos y que nosotros sabemos del dolor, les hacemos mención que tienen nuestra solidaridad, sin embargo, esperamos que se le esclarezca a la sociedad que nosotros no tuvimos nada que ver, si bien era un autobús de nosotros es cierto, pero como bien se ha dicho los operadores los ponen las empresas y no los estudiantes, hay muchas cosas incoherentes y argumentos infundados”.

Además, pidieron respeto a la memoria de los normalistas asesinados y desaparecidos, en especial a los padres de los 43 normalistas que desde hace 7 años buscan a sus hijos.

Protestas. Foto: Cuartoscuro.

“A ese grupo de choque, a esas personas que incitan a la violencia en contra de los estudiantes de Ayotzinapa, les exigimos que por respeto a esto (el Antimonumento a los 43) que representa para nosotros y los padres de familia siete años de lucha, siete años de lágrimas, a nosotros como normalistas nos podrán tachar de delincuentes, de vándalos, de rateros, pero para la memoria de los asesinados y la memoria de los 43 les exigimos respeto”, exclamó uno de los normalistas vestido con pants negro.

“Nosotros somos la voz de ellos, la voz de los asesinados, la voz de los olvidados, nunca vamos a atacar casas privadas o locales, nosotros sabemos contra quien protestar, protestamos contra las transnacionales, esas empresas que se vinieron a hacer ricos a costa del pueblo, subiendo los precios y nadie hace nada, y el gobierno neoliberal les permitió a esas empresas privatizar todo, los alimentos, las medicinas y Ayotzinapa se da cuenta de eso, y Ayotzinapa sólo le quita un poquito a esas empresas que han saqueado a nuestro país”, justificó el estudiante.

Durante el mitin los normalistas y los integrantes de la FECSM gritaron consignas para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos. Además, bloquearon con los camiones la avenida Lázaro Cárdenas donde repartieron algunos volantes de información a las personas que pasaban.

En el volante señalan que la noche del 26 de septiembre 43 estudiantes fueron víctimas de desaparición forzada y “tres compañeros fueron asesinados por orden de Enrique Peña Nieto coludido con el gobierno estatal de Ángel Aguirre Rivero, aquella noche se orquestó una masacre contra la Normal de Ayotzinapa, que mostró al mundo lo podrido de la estructura política del país”.

También externan solidaridad para los familiares de las víctimas del accidente del 17 de septiembre y piden a los medios de comunicación “que no se utilice este lamentable hecho para linchamiento público y social de la Normal”.

A la una de la tarde los Normalistas se retiraron del Monumento a Las Banderas para dirigirse a tomar las casetas de Paso Morelos, Palo Blanco y La Venta, donde entregaron los volantes informativos a los automovilistas. A las 3 de la tarde se retiraron a la Normal de Ayotzinapa.

Ayotzi vive. Foto: Cuartoscuro.

RECHAZO DE CNDH

A siete años de la desaparición de los 43 estudiantes de Normal Rural de Ayotzinapa, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) abrió el expediente de queja 54049/2021, a integrarse bajo las líneas de investigación planteadas e impulsadas por las madres y los padres de los estudiantes, que no fueron consideradas ni valoradas suficientemente en investigaciones anteriores.

En un comunicado de prensa, la CNDH informó que reitera su compromiso con familiares y representantes de los 43 estudiantes de trabajar de manera amplia y colaborativa con las víctimas, así como coadyuvar con las investigaciones para esclarecer los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala.

Por ello, rechaza “la pretensión de revivir en medios de comunicación la denominada verdad histórica, a partir de testimonios de personas que en su momento fueron privadas de la libertad, pero que además ya fueron refutados científicamente, de manera contundente, a través de los peritajes practicados por el equipo argentino de Antropología Forenses”.

Y se rechaza categóricamente el interés de encubrir ineficiencias y omisiones del pasado y querer cancelar de antemano las nuevas investigaciones, reconstruyendo un escenario contrario a la verdad y la justicia que reclaman los familiares de los normalistas y toda la sociedad.

“Contrario a lo que se ha dicho en algunos medios, respecto a que la entrevista de un supuesto testigo realizada por la CNDH estaba escondida, en la Recomendación 15VG/2018, que se puede consultar íntegra en la página de esta Comisión Nacional desde su emisión hace tres años, se encuentra mencionada dicha persona doce veces, y junto con él los presuntos responsables que en su momento fueron señalados”.

Del trabajo de seguimiento de la Recomendación 15VG/2018 y de la revisión del procedimiento seguido en su integración, se han derivado denuncias por el tratamiento de las investigaciones y en su seguimiento, que comprometen seriamente las conclusiones de la Oficina Especial del Caso Iguala y, por ende, la verdad histórica, dice el comunicado.

“Derivado de peticiones formuladas por las víctimas y sus representantes, la CNDH sigue y seguirá trabajando, aportando todos los elementos con que cuenta, en comunicación permanente con la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa, y no cejará en su empeño hasta que sean plenamente esclarecidos los hechos que ensombrecieron al país el 26 de septiembre de 2014”.

Asimismo acompaña a los padres en su demanda de extradición del ex titular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, y hace un llamado a las autoridades a avanzar en las nuevas investigaciones, y observar sus deberes constitucionales y los más altos estándares internacionales para arribar a la verdad y la justicia.

Protestas Ayotzi. Foto: Cuartoscuro.

CAMPAÑA CONTRA NORMAL

Lanzan campaña en Change.org para pedir la clausura y cierre definitivo de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, “derivado a los actos que con frecuencia realizan los alumnos”.

La campaña que inició el seudónimo Beltrán Beltrán, pide 10 mil firmas en contra de la Normal de Ayotzinapa y va dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, como petición para clausurar la escuela.

“Se solicita el cierre definitivo con el fin de erradicar los actos de vandalismo, secuestro y corrupción”, se lee en el inicio de la petición que fue lanzada en Change.org ayer a las 10 de la mañana.

En el escrito, que hasta las 11 de la noche tenía 7 mil 700 firmas, se pide también que se investigue y se haga una auditoría a los directivos de la institución y “se haga justicia a diversos delitos cometidos por integrantes de los comités que conforman los líderes del movimiento denominado nos faltan 43 o +43 ”.

En la petición además de las firmas, se leen textos de odio como “esos seudo estudiantes… Son unos malparidos”, “totalmente de acuerdo con cerrar ese nido de ratas”, “esa escuela solamente crea vándalos”, “ya basta con estos delincuentes”, “soy guerrerense y chilpancingueña y ya me tienen hasta la madre”, entre otros.

Change.org es una empresa privada norteamericana fundada en 2007, que promueven campañas de firmas de peticiones de carácter social, derechos humanos, derechos animalistas, de solidaridad o humanitarios.

Aunque no se sabe el destino real de las firmas, el objetivo es viralizar o hacer visibles las peticiones para que la campaña sea efectiva.

Los estudiantes han denunciado que a pocos días de que se cumplan 7 años de la desaparición de sus 43 compañeros, se ha orquestado una “campaña de criminalización y odio que llaman a la violencia y confrontación”.

El día de ayer iniciaron su séptima jornada de lucha que culminará el 27 de septiembre con una marcha en la ciudad de Iguala para exigir la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos.

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Padres de los 43 dejan plantón de Los Pinos convencidos de nuevo capítulo en el caso

martes, diciembre 1st, 2015

La creación de una unidad especializada para el caso, el acompañamiento de expertos internacionales y nuevas líneas de investigación son algunos de los acuerdos que lograron los padres de los 43 durante su reunión con la Procuradora Arely Gómez González.

La creación de una unidad especializada para el caso, el acompañamiento de expertos internacionales y nuevas líneas de investigación son algunos de los acuerdos logrados. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

La creación de una unidad especializada para el caso, el acompañamiento de expertos internacionales y nuevas líneas de investigación son algunos de los acuerdos logrados. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Ciudad de México, 1 de diciembre (SinEmbargo).–  Los padres de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014, levantaron este día el campamento que habían instalado cerca de la Residencia Oficial de Los Pinos como una manera de presionar al Gobierno federal y al Presidente Enrique Peña Nieto.

Justo hoy, cuando el Presidente Peña Nieto cumple la mitad de su gobierno, los familiares de los jóvenes desaparecidos parecen haberse comprado la promesa de que habrá una investigación exhaustiva y convincente después del fracaso de la llamada “verdad histórica” que encabezó en su momento Jesús Murillo Karam.

Los padres parecen estar convencidos que la Procuraduría General de la República (PGR), en coordinación con el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), puede arrojar luz en uno de los casos más dramáticos y sonados en décadas.

La creación de una unidad especializada para el caso, el acompañamiento de expertos internacionales y nuevas líneas de investigación son algunos de los acuerdos que lograron los padres de los 43 durante su reunión con la Procuradora Arely Gómez González.

Vidulfo Rosales, abogado del caso, opinó que si bien fueron aceptadas algunas de sus demandas, hay varias pendientes. “Sabíamos de manera extraoficial que había avances, pero no había compromiso político expreso y hoy vemos un buen paso”, comentó Rosales.

Felipe de la Cruz, vocero de los familiares de los normalistas informó que debido a la negociación su campamento que mantienen en Chivatito y Reforma, a unos metros de Los Pinos, es removido esta mañana.

De la Cruz además detalló que habrá reuniones periódicas con autoridades federales y con el equipo técnico de expertos. “Aunque no confiamos en este gobierno, lo que nos da seguridad es que participarán los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, comentó el vocero.

Una de las demandas que siguen pendientes es investigar a Jesús Murillo Karam, Ángel Rivero y todas las personas que hayan participado en la “fabricación” de la llamada “verdad histórica”.

Otro de los puntos que no se resolvieron durante la reunión con la titular de la PGR y con el Subsecretario Campa fue el tema de los militares y de otros funcionarios señalados por testigos, pero eso se tocará en la próxima mesa de diálogo que se llevará a cabo el próximo 10 de diciembre.

Luego de cinco días de plantón, los integrantes del movimiento regresan a Guerrero para seguir su plan de acción que contempla el seguimiento y participación, así como la búsqueda de los 43 estudiantes que fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014.

Finalmente los padres adelantaron que además se acordó con la autoridad la atención integral a las víctimas.

Luego de cinco días de plantón, los integrantes del movimiento regresan a Guerrero. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Luego de cinco días de plantón, los integrantes del movimiento regresan a Guerrero. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Esta mañana, Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), aseguró que los 43 normalistas han sido buscados en 669 lugares y no sólo en Guerrero.

En entrevista para Grupo Fórmula, Campa Cifrián refirió que en la búsqueda de los 43 estudiantes “se han revisado, hasta el momento, alrededor de 669 lugares distintos, no solamente en Guerrero […] también en el Estado de México, en Puebla, en donde se han presentado indicios de la posibilidad de que estén los restos de los muchachos: son cuevas, bodegas, barrancas, aeródromos, presas”.

Los padres de los normalistas se reunieron ayer con la titular de la Procuraduría General de Justicia (PGR), Arely Gómez, Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobierno de la Segob, el subprocurador de Derechos Humanos, Eber Omar Betanzos y el Comisionado Nacional de Seguridad Pública, Renato Sales Heredia, a quienes exigieron que se realicen las investigaciones correspondientes por la desaparición de los 43 jóvenes.

El funcionario federal detalló que el 10 de diciembre, a las 12:00 horas, los papás de los 43 se reunirán en Acapulco con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y con integrantes del GIEI. Posteriormente, los familiares se reunirán con Arely Gómez el 14 de enero, el 18 de febrero, el 17 de marzo y el 14 de abril; mientras que Omar Betanzos, tendrá un encuentro con los padres cada 15 días, en Chilpancingo.

Campa dijo que los compromisos alcanzados entre la autoridad y los padres fue la integración de la unidad especial para el caso Ayotzinapa; los integrantes de ese grupo fueron presentados ayer. “Lo que se busca es llevar la investigación del caso al siguiente nivel”.

Por su vinculación con los hechos violentos de la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, el subsecretario confirmó que 115 personas están sujetas a proceso por la desaparición de los normalistas.

PAN y MC esperan que el encuentro por caso Ayotzinapa sea positivo

miércoles, septiembre 23rd, 2015

México, 23 Sep (Notimex).- Los coordinadores del PAN y Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, Marko Cortés Mendoza y José Clemente Castañeda Hoeflich, esperan que la reunión de mañana entre el presidente Enrique Peña Nieto y los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sea productiva y salgan cosas positivas.

Calificaron el encuentro entre ambas partes como una buena noticia e hicieron votos porque salga algo positivo.

En entrevista el panista Cortés Mendoza apuntó que “nosotros deseamos que el encuentro de mañana sea un diálogo productivo y pacífico”.

También, mencionó que debe servir “para que se encuentre la verdad, esa verdad histórica que se ofreció y no se ha concretado”.

“Que se pueda hablar con claridad y verdad. Que de este encuentro salgan cosas positivas”, agregó el líder de Acción Nacional.

Sobre las acciones violentas que protagonizaron esta semana en Guerrero los estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, sostuvo que siempre se debe aplicar la ley, pero aclaró que su partido está a favor de la libre expresión.

Por separado Castañeda Hoeflich, afirmó que el encuentro entre padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala y el presidente Enrique Peña Nieto, es una buena noticia e hizo votos porque salga algo positivo.

Consideró que el encuentro de mañana en sí mismo, “por lo que puede significar para los propios padres, para los familiares, es una buena noticia”.

“Hacemos votos porque de ahí salga algo positivo, que nos ha cimbrado a todos, a la comunidad mexicana y a la comunidad internacional”, indicó.

El legislador de Movimiento Ciudadano expresó su solidaridad con los padres de familia de los normalistas. “Hacemos eco a su demanda de la verdad y de justicia”, precisó.

Nueve preguntas y 9 posibles respuestas sobre la desaparición de los 43

miércoles, septiembre 23rd, 2015
Manta de los 43 colocada en la Normal de Ayotzinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Manta de los 43 colocada en la Normal de Ayotzinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Ciudad de México, 23 sep (dpa) – Hace un año desaparecieron 43 estudiantes después de ser detenidos y secuestrados por policías en la ciudad de Iguala, en el sur de México. Las autoridades concluyeron que fueron entregados a un grupo criminal que los mató e incineró en un basurero. Las dudas persisten.

1. ¿Quiénes eran los estudiantes?

Eran jóvenes de familias pobres que estudiaban en la escuela de Ayotzinapa, una institución con fuerte activismo político, para ser maestros rurales. La mayoría cursaba primer año y llevaba pocos meses en la escuela, situada 125 kilómetros al sur de Iguala, en el estado de Guerrero.

2. ¿A qué fueron a Iguala?

Los normalistas de Ayotzinapa acostumbran a secuestrar autobuses en carreteras para usarlos en movilizaciones. Interceptaron uno cerca de Iguala y el conductor acordó con ellos ir antes hacia la terminal a dejar a los pasajeros, según un informe de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

3. ¿En ese autobús iban los 43?

No, iban menos de diez, y en la terminal el chofer dejó encerrados a los estudiantes, que pidieron por teléfono ayuda a sus compañeros. Llegaron más normalistas en dos autobuses y entre todos secuestraron tres vehículos más y apedrearon otro.

4. ¿Y por eso los persiguió la policía?

Las autoridades desde hace años toleran estas tomas de autobuses para evitar violencia. En Iguala hubo una persecución feroz durante tres horas: policías municipales les dispararon, mataron a seis personas, hirieron a 40 y además entregaron a los 43 al cártel Guerreros Unidos. Uno de los lesionados lleva un año en coma.

5. ¿Los seis muertos eran estudiantes?

Sólo tres eran estudiantes. También fue atacado el autobús de un equipo juvenil de fútbol llamado “Los Avispones”. Murieron el chofer, un futbolista de 15 años y una pasajera de un taxi.

6. ¿Por qué hubo tanta violencia?

Algunos de los detenidos dijeron que pensaban que entre los estudiantes había infiltrados del grupo criminal rival Los Rojos. Para los expertos de la CIDH, la causa podría ser otra: que en uno de los autobuses hubiera droga o dinero, sin saberlo los jóvenes. Desde Iguala se trafica droga en autobuses a Chicago.

7. ¿Y por qué hay dudas sobre la versión del basurero si dos jóvenes ya fueron identificados?

Aunque varios detenidos relataron cómo incineraron a los jóvenes y la fiscalía dice que los restos estaban en una bolsa en un río junto al basurero, peritos argentinos convocados por los familiares no avalan esta versión porque ellos no estaban cuando se encontró la bolsa. Mientras, los expertos de la CIDH descartaron que haya habido una gran incineración en el sitio.

8. ¿Alguna vez se podrá identificar todos los restos?

Difícilmente. Se recogieron 60 mil fragmentos calcinados y los 17 con más posibilidades de contener ADN se enviaron a Innsbruck. Hasta ahora sólo se pudo identificar a Alexander Mora con seguridad y a Jhosivani Guerrero con certeza moderada.

9. ¿Qué consecuencias tuvo este caso para el gobierno mexicano?

Ayotzinapa significó un fuerte desgaste para el presidente Enrique Peña Nieto. Si bien Iguala era gobernada por un partido opositor, el gobierno ha sido criticado por tardar en atender el caso y por declarar “verdad histórica” que todos fueron incinerados.

AI: Caso Ayotzinapa exhibe “escandaloso encubrimiento orquestado desde arriba”

miércoles, septiembre 23rd, 2015

PROMO-NORMALISTAS-5TO-CAMION

Ciudad de México, 23 de septiembre (EFE/dpa).- Amnistía Internacional (AI) denunció hoy que el “manejo negligente” por parte de las autoridades mexicanas de la investigación sobre la desaparición de 43 estudiantes hace un año expone “un escandaloso encubrimiento orquestado en los niveles más altos de Gobierno”.

La directora para las Américas de la organización defensora de los derechos humanos, Erika Guevara-Rosas, afirmó en un comunicado que este caso “ha expuesto cómo cualquiera puede desaparecer forzadamente como por arte de magia en el país, mientras quienes están en el poder se enfocan en cubrir las huellas”.

“La tragedia de Ayotzinapa es uno de los peores escándalos de derechos humanos de la historia reciente de México” y “a menos que el Presidente Peña Nieto tome acción real ahora va a continuar siendo visto en todo el mundo como el facilitador de estos horrores”, agregó.

El próximo 26 de septiembre se cumple un año de la desaparición de los jóvenes en el municipio de Iguala, estado sureño de Guerrero. Según la versión oficial, policías de Iguala detuvieron a los estudiantes y los entregaron a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron e incineraron sus restos en un vertedero de basura en el municipio vecino de Cocula.

Se trata de una versión que los padres de los jóvenes se resisten a creer y que ha sido criticada por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

PROMO-VIDA-NORMALISTA

“La inquebrantable determinación del Gobierno mexicano de convencer al mundo de que los estudiantes fueron asesinados por una banda de narcotraficantes y sus restos quemados en un basurero está actuando como una distracción de cualquier otra valiosa línea de investigación”, agregó Guevara-Rosas.

En particular, enfatizó, las autoridades deberían “explorar el rol de los militares y agencias responsables de hacer cumplir la ley en la tragedia después de que no tomaron acción a pesar de ser conscientes de los abusos contra los estudiantes mientras se estaban llevando a cabo”.

En este sentido, la activista de los derechos humanos planteó que si el Gobierno “está convencido de que los militares no tienen ninguna información relevante que proporcionar, ¿de qué están tan preocupados?”.

“Proteger a los soldados de las investigaciones genera alarmantes preguntas”, insistió.

La desaparición forzada de los estudiantes, según AI, ocurrió en el contexto de una crisis de derechos humanos en México con más de 26 mil 500 personas desaparecidas o cuyo paradero es desconocido en todo el país en los últimos años, casi la mitad durante la gestión de Peña Nieto, iniciada en diciembre de 2012.

La entrada a la normal de Ayotzinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

La entrada a la normal de Ayotzinapa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

LA ESCUELA QUE ESPERA

Un arco de cemento pintado en rojo, rodeado de árboles y cerros, da la bienvenida a la escuela normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, en el sur de México.

El lugar es tristemente conocido porque hace un año 43 de sus estudiantes desaparecieron tras ser atacados por policías. El internado alberga a unos 500 alumnos, todos ellos hombres jóvenes del campo que llegan desde distintas partes del estado de Guerrero con el deseo de convertirse en profesores de primaria.

La escuela, con sus paredes llenas de murales y frases de tono político y revolucionario, es su hogar, uno que hoy está marcado por el dolor y la insatisfacción.

“No es fácil que falten 43 compañeros. Ver las butacas vacías en las aulas”, dijo a dpa José Luis Méndez, un joven de 20 años que apenas llevaba un mes de haber ingresado a la normal cuando ocurrieron los hechos del 26 de septiembre del año pasado.

Ese día los estudiantes de la “Raúl Isidro Burgos” habían salido a reunir autobuses para una manifestación que hacían cada año a Ciudad de México para recordar la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968. A ella asisten estudiantes de otras escuelas normales, instituciones de educación superior para jóvenes de escasos recursos. Para movilizarse, suelen tomar buses de diferentes empresas, una práctica extendida entre los estudiantes que, aseguran, han realizado cada año sin incidentes. Sin embargo, ese día todo fue diferente.

Al llegar a Iguala, un municipio a unos 125 kilómetros de la escuela, los normalistas de Ayotzinapa sufrieron una violenta persecución por parte de policías municipales aliados con un grupo criminal conocido como “Guerreros Unidos”.

Algunos lograron escapar, pero 43 fueron entregados al cártel que, de acuerdo con los testimonios de algunos de sus miembros, los asesinó e incineró al confundirlos con rivales.

“Para nosotros siguen vivos hasta que no haya pruebas”, sostuvo Méndez, que sobrevivió a aquella fatídica noche. Sus palabras son compartidas por sus compañeros, todos ellos convertidos en activistas permanentes que, junto a los padres de los 43, exigen justicia al gobierno.

La escuela ha dejado de ser solo un centro educativo para convertirse también en el centro de control de las acciones a seguir por la desaparición de los 43. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

La escuela ha dejado de ser solo un centro educativo para convertirse también en el centro de control de las acciones a seguir por la desaparición de los 43. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

A un año de los hechos, la escuela ha dejado de ser solo un centro educativo para convertirse también en el centro de control de las acciones por tomar para que las autoridades sigan con las investigaciones y la búsqueda de los jóvenes. Las clases no han podido seguir con normalidad.

Las aulas sirven de vivienda para los padres de los desaparecidos, que permanecen en el lugar a la espera de nuevas noticias sin la opción de regresar a sus hogares por lo lejos que se encuentran. “Nosotros simplemente no podemos volver a clases mientras ellos no aparezcan”, manifestó Alfredo Sánchez, un estudiante de tercer año.

Para los normalistas, retomar los estudios sería igual a olvidar. Y ellos no quieren hacerlo. Despertar a las cinco de la mañana para salir a correr, desayunar y empezar las clases a las ocho era la rutina diaria en la escuela de Ayotzinapa antes de la tragedia. Ahora, los normalistas intercalan las labores de campo y cuidado de animales con las manifestaciones en Guerrero y en Ciudad de México.

Luego del 26 de septiembre “la vida en Ayotzinapa cambió a miedo. Existe miedo a la represión, pero más que miedo, es coraje”, dice otro estudiante. Su expresión de enfado se transforma cuando habla de la escuela. “Aquí todos somos una familia. Entramos siendo niños y salimos siendo hombres”, sostiene.

El concepto de familia se ve en el trato a los padres de sus compañeros desaparecidos, la mayoría campesinos que ahora pasan los días en la escuela pintando carteles, bordando telas y esperando respuestas. “Antes éramos felices con nuestros hijos”, dice con tristeza Estanislao Mendoza, padre de Miguel Ángel Mendoza, que con 33 años llevaba dos meses en la escuela cuando sucedió el ataque en Iguala.

Estanislao se dedicaba a sembrar maíz en el terreno que tiene en la comunidad de Apango, a unos 140 kilómetros de la normal. Junto a su esposa, Margarita Zacarías, dejó su hogar para vivir en Ayotzinapa. Ambos guardan la esperanza de encontrar a su hijo. “Nunca creímos lo que el gobierno dijo, que a nuestros hijos los mataron y quemaron”, manifiesta Zacarías con voz contenida, al lado de su esposo, quien asegura que cuando estuvo en el basurero donde presuntamente fueron incinerados los 43 “sentía que no era verdad”.

Padres y alumnos están convencidos de que el Ejército tiene a los desaparecidos en algún cuartel clandestino. Aseguran que hay antecedentes, casos similares, e incluso sostienen que el presidente Enrique Peña Nieto conoce su paradero.

Bernardo-Flores

El movimiento por los 43 normalistas ha recibido un gran apoyo, tanto de organizaciones nacionales como internacionales. Recobró fuerzas en las últimas semanas, después de un informe de un grupo de expertos designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que desacreditó la versión oficial de la supuesta incineración en el basurero del municipio de Cocula, vecino de Iguala. “Nos da más esperanza de que nuestros hijos están vivos”, dice Estanislao Mendoza. “Al gobierno ya no le creemos nada”.

SETV | Giovanni: cómo se vive un día cualquiera en la Normal Rural de Ayotzinapa (VIDEO)

miércoles, septiembre 23rd, 2015

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Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).– El asesinato de tres estudiantes y la desaparición de otros 43 alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, los pasados 26 y 27 de septiembre posicionó la atención nacional e internacional en el caso y en las condiciones en que operan las escuelas normales rurales mexicanas. Pero, a casi un año de lo sucedido, ¿qué pasa con los estudiantes en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos?, ¿cómo viven después de la tragedia que sacudió y sigue impactando al país y al mundo?

Estudiar, limpiar y trabajar en el campo son las actividades que conforman el día a día de Giovanni, un estudiante de la Normal de Ayotzinapa. Sin embargo, la cotidianidad también incluye pocas salidas para visitas familiares, sacrificios  e incluso peligro.

Giovanni, un joven de 18 años y de primer ingreso en la Normal le muestra a SinEmbargo cómo es que vive, duerme, se baña y trabaja. Cuenta por qué decidió estudiar ahí, su opinión respecto a las autoridades y la razón por las que los jóvenes estudiantes realizan distintas actividades, incluyendo saqueos y toma de casetas.

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PERFIL | Me llamo Bernardo Flores Alcaraz, y soy uno de los 43

miércoles, septiembre 23rd, 2015

¿Qué dejaron atrás los 43 muchachos desaparecidos en la noche de Iguala, en las primeras horas del 27 de septiembre, hace casi un año justo? ¿Cuáles eran los sueños convertidos en cenizas de los 43 muchachos ausentes y los seis muertos bajo las balas de la policía asalariada de ese narco que todo lo ciega, todo lo marchita, todo lo toma y estruja?

El colectivo Marchando con Letras, un grupo de sesenta y tantos reporteros, fotógrafos y editores se lo preguntó hace algunos meses y salió a la Normal de Ayotzinapa para descubrir quiénes son —de los ausentes se habla en presente— los desaparecidos cuyo secuestro sacudió una Nación y descarriló al Gobierno federal.

Los periodistas caminaron por la Sierra, se asomaron a la montaña, se hundieron en la Tierra Caliente y delinearon las costas para dejar atrás el número de cada normalista y relatar la vida segada de los 43 jóvenes, muchos de ellos acaso responsables del deseo de llevar sus vidas a las escuelas con aulas de cartón y lámina dispersas en Guerrero.

El resultado es “La Travesía de las Tortugas” —el topónimo de Ayotzinapa alude a esos reptiles y con estos los estudiantes de la Normal se identifican—, un libro publicado por Proceso y en el cual, Humberto Padgett, reportero de SinEmbargo participó con la elaboración del perfil de Bernardo Flores (escrito en primera persona), el estudiante responsable de la conducción de los demás estudiantes la noche en que ardió Iguala y se incendió México.

La foto que sigue en el celular de su madre. Cortesía

La foto que sigue en el celular de su madre. Cortesía

Tixtla, Guerrero, 23 de septiembre (SinEmbargo).– El Cochiloco. ¡Qué apodo me tocó a mí, Bernardo Flores Alcaraz, uno de los 43! Porque aquí, en la Normal de Ayotzinapa, todos tenemos apodo y a nadie conocemos por su nombre. Es costumbre heredada por la guerrilla, de los tiempos de los compas Lucio y Genaro, que se metían a la Sierra de Guerrero, desde Atoyac de Álvarez, donde nació mi padre y se seguían de largo hasta Tixtla, donde nació mi madre.

Cochiloco. Cuando llegué a la Isidro Burgos, en 2013, nos sentamos a ver la película El Infierno y todos dijeron que me parezco a Joaquín Cossío. Alto, fuerte, tosco. Desmadroso.

Y porque me dicen El Cochiloco y pertenezco al Comité de Lucha y llevaba la responsabilidad de los compañeros la tarde del 26 de septiembre de 2014 es que la Procuraduría General de la República me quiso encasillar como uno de Los Rojos, el cártel que pelea por la propiedad de la heroína en Guerrero con los Guerreros Unidos, los asesinos que nos secuestraron y, según la autoridad, nos asesinaron  y nos incineraron en el basurero como si fuéramos merma.

Ni madres. Que pregunten a Los Rojos. Que pregunten a mi familia, en Atoyac, donde nació y murió Lucio Cabañas, asesinado por el Estado, por los militares dirigidos por Mario Arturo Acosta Chaparro, un general que conoció la cárcel porque nada podía ocultar que era un empleado del Cártel de Juárez.

Acosta Chaparro mató por aquí mismo y a los nuestros, la cuenta de vidas que quedó a deber cerró en 123. Y sembró amapola que convirtió en opio y al opio lo hizo heroína. Era amigo de Rafael Caro Quintero y de Ernesto Fonseca, quienes sembraron la semilla de la que creció el Cártel de Sinaloa. Y éste sembró la semilla de la que nacieron los Beltrán Leyva. Y de ellos surgieron Los Rojos. Y de Los Rojos se desprendieron Los Guerreros Unidos, los que nos llevaron.

Así que por presente o por pasado, como dice mi madre, María Isabel, fue el Estado.

EL PÁJARO DE METAL

Había que tener apodo, porque los del Batallón Iguala, aquí muy cerca de donde nos levantaron, y los del Batallón Atoyac, allá muy cerca de donde crecí, nomás oían las palabras “estudiante”, “maestro” o “compañero” y ya escuchaban “guerrillero” o “sedicioso” o “colaborador”.

Entonces se llevaban a quienes ellos quisieran. Y quisieron llevarse a Marcelo Flores Zamora, tío de mi padre y muy parecido a él y ágil de palabra como nadie.

Una tarde de 1972 bajó “el pájaro de metal”, como decían al helicóptero de los militares. Los soldados se fueron encima de Marcelo, porque era comisario en el pueblo de Río Chiquito, a unas dos o tres horas del nuestro. Lo patearon dentro de la comisaría.

—Los guerrilleros, hijo de la chingada… ¿dónde están? ¿Dónde les escondes las armas? —le preguntaron.

—Sólo les di tortillas, café…

—¡Pinche colaborador! —lo sentenciaron y se lo llevaron.

Sus hijas estaban niñas, su esposa se arrodilló. Suplicó. Lo subieron al avión.

Fueron al Campo Militar Uno, porque decían que ahí los tenían encarcelados. Se acercaron al Pozo Meléndez de Taxco, que por algo le dicen la Boca del Diablo, pero nada se ve ahí porque eso no tiene final. Luego se dijo que lo subieron de nuevo en el avión y que lo arrojaron en el mar abierto.

Quién sabe qué pasó con tantos hijos, padres, maridos y hermanos que el Ejército arrancó de la Sierra, como si fueran hierba mala que por puños le metían al chingado “pájaro”.

Un retrato de celular. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo

Un retrato de celular. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo

CORAZÓN DE LETRAS Y ENCABRONAMIENTO

Mi madre, María Isabel Alcaraz, nació en Tixtla, en el mero municipio donde está la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa. Apenas terminó la secundaria en la Escuela Heroína de Tixtla —supongo los chistes que se deben hacer a propósito del nombre— y se fue a estudiar a la escuela Normal, por San Cosme, en el Distrito Federal. Entonces no se requería de preparatoria y, como en su familia, mi familia, todo mundo ha aprendido a enseñar, ella se hizo maestra.

Fueron maestros mi abuelo y mi abuela. Y cuatro de los cinco hermanos de mi mamá son maestros. En mi corazón hay letras. Y encabronamiento de tanta pobreza, de niños muertos de hambre, de madres que mueren extrañando a sus hijos que se rebelaron.

Mi madre, que hora tiene 48 años de edad, estudió el magisterio entre 1982 y 1986. Cubrió interinatos durante tres años y, en 1990 obtuvo su plaza en San Juan de las Flores, un pueblo de Atoyac de Álvarez que ahora tiene mil 100 habitantes. Ese es mi pueblo, de ahí soy yo, de la Sierra. De las laderas de ocotes gigantescos y el cafetal oculto en la niebla que siembra mi padre, él sí nacido en San Juan de las Flores.

Mi mamá llegó al pueblo con una maleta azul y otra negra. La querían mucho porque en los pueblos de la Sierra, a donde ni el cura quiere ir, se aprecia a los maestros. Mi madre sabía que el trabajo sería duro, pero de eso estamos hechos nosotros.

Entonces la escuela tenía 100 alumnos repartidos en los seis grados de la Primaria. Ahora son como 60 niños nada más, porque la gente se va de San Juan de las Flores de tanta pobreza que hace. Al salón de segundo le entra agua cuando llueve y a toda la escuela le falta pintura. Antes fue la tienda de Conasupo, pero quedó abandonada luego de que se presentaron los del Ejército Popular Revolucionario a calmar tanta delincuencia que había. Entonces se ocupó para dar clases.

Mis papás se conocieron en la cancha de basquetbol del pueblo. Mi papá la vio y se enamoró de sus ojos verdes. Se abrazaron y se amaron por primera vez con las canciones de Ricardo Montaner.

Él es un hombre alto y era muy bien parecido. Nomás es cosa de pedirle a mi madre que saque su cartera y muestre las fotos de ellos bien jovencitos, como yo ahora. Se casaron en abril de 1992 por el civil en Pie de la Cuesta y por la Iglesia en el pueblo, donde mi abuelo mató dos vacas para dar de comer mixiotes.

Mi abuela vivía en Acapulco y ahí nací yo y ahí nacieron mis dos hermanos, pero nomás nacimos ahí, porque nosotros somos de San Juan de las Flores.

Nací el 22 de mayo de 1993. Soy el mayor, pero no el primero, porque antes de mí mis papás enterraron a una niña tan chiquita que cupo en una cajita de zapatos. Me siguen Pedro Nataniel, de 17 años, y Odette, ahora de 15 años.

Me llamaron Bernardo por mi abuelo, el padre de mi madre, el maestro. Un hermano de mi mamá también se llamó Bernardo, pero de él tampoco supieron nada sino hasta muchos años después de que partió al norte y escribió: “Estoy vivo, estoy bien. Estoy en Canadá y me hice ingeniero”.

¿INTERNET? PERDÓN QUE ME RÍA

La escuela de mi mamá se llama Hermenegildo Galeana y yo fui su alumno en tercer año, así que ella me enseñó a multiplicar y a dividir. Luego hubo problemas porque las señoras chismosas la acusaron de darme preferencia. Era buen alumno y me gustaban las clases. Me merecía una calificación de nueve, pero mi madre me puso ocho para acabar con los murmullos.

Pasaba las vacaciones trabajando en la sierra, en el cafetal de mi padre. El trabajo es duro. La tierra en el invierno es dura como una losa, y el sereno se mete en las manos como agujas.

Estudié en la secundaria técnica que tenemos, la 101, Plan de Ayutla, así nombrada porque aquí cerca se firmó el acuerdo que puso fin a la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Y no muy lejos de la Normal, en Chilpancingo, José María Morelos y Pavón expresó los Sentimientos de la Nación y declaró la independencia de México. Del municipio en que nos secuestraron, Iguala, salió el Ejército Trigarante a la toma de la Ciudad de México. En Tixtla nació el reformista Ignacio Manuel Altamirano…

En Guerrero nació buena parte de nuestra idea de nación, pero hoy, como en ninguna otra parte de México, se asesina, se secuestra, se trafica, se soborna.

Mi libro favorito es el que recoge Los Sentimientos de la Nación de Morelos.

Hay una preparatoria que nos aceptó dar el gobierno, porque la gente se organizó y la exigió. Es un plantel popular con tres galeras utilizadas como salones, sólo dos pizarrones y dos baños de madera carcomida con letrinas. Hay algunas viejas butacas que no alcanzan para todos; quien no alcanza se lleva una silla de su casa o se sienta en el piso. No hay biblioteca ni cancha deportiva. ¿Internet? Perdón que me ría, pero apenas el agua que se tiene es llevada con mangueras colocadas por la misma comunidad. Los papás cooperan para pagar 70 pesos la hora a los maestros. Cuando van.

En el pueblo hay hambre y la gente emigra. Es triste. Ellas terminan de empleadas domésticas y ellos de peones de albañilería en Acapulco.

Mi mamá enseñó a leer y escribir a muchos de ellos. Todos la conocen y la aprecian. Por eso quise ser maestro y entré a la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa.

La madre. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo

La madre. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo

LA PLAZA NO SE HEREDA

Me retrasé un año porque estaba indeciso con mi carrera y se me pasó la fecha para alcanzar ficha.

También me interesaba estudiar medicina veterinaria. Pensamos en una escuela que está en Coahuila, pero me quedaba muy lejos y yo quería ir a mi casa más seguido. Ese año me dediqué a chaponar, a limpiar terrenos para recibir maíz o frijol.

—Mira, hijo, para que tú seas un buen maestro te tienes que preparar y echarle ganas tanto en la teoría como en la práctica. Más o menos ya llevas una noción, pero teóricamente tú tienes que aprender mucho —me dijo mi mamá.

—Ya no te puedo dejar mi plaza. Tú tendrás que luchar por estudiar y ganarte una plaza.

—Sí, mamá, estoy de acuerdo.

—El sueldo base es de 5 mil pesos menos el impuesto sobre la renta, derecho al ISSSTE, cuota sindical. Te quedan como 3 mil o 4 mil pesos quincenales. Al final, son 6 mil pesos al mes. No alcanza para sostener una familia.

—No importa —ya se verá más adelante.

—Al principio seguro te tocará en una comunidad bien alejada, a cinco o seis horas caminando o en bestia de donde te deje el camión. No hay carro —me decía para advertirme. —Y ahorita, como está el crimen, hasta a los maestros les toca… ¡Nomás de repente se suelta la balacera!

—Yo quiero ser profesor de primaria —le respondí y ella negó con la cabeza, pero yo sabía lo orgullosa que se sentía por mí.

LA FOTO CON SANGRE

El 26 de septiembre de 2014 fue viernes. Mi mamá acudió a la reunión del consejo técnico en la cabecera de Atoyac y luego volvió a la Sierra. No hay señal de teléfono celular. Ella tuvo un mal presentimiento, pero pensó que le hizo daño el pollo que comió. A las ocho de la noche su malestar empeoró.

A la mañana siguiente llegó un tío mío, hermano de mi papá. Vio a mi mamá y se quedó callado, pálido.

—¿Qué Mariano? —preguntó María Isabel.

—Mira, vengo a ver a mi hermano. ¿No está Nardo?

—Sí, se está bañando. Pásate. Siéntate, ahorita viene.

—¿Qué pasa, Mariano?

Silencio.

—¿Qué pasa? —pregunta mi papá.

—Me habló mi cuñada, la que vive en Iguala…

—Ah, ¿qué pasó allá?

—¿No te has dado cuenta? ¿No sabes nada?

—No, no sabemos nada.

—No, pues me dijo mi cuñada que había pasado algo grave en Iguala. En el periódico está la foto de tu hijo en una credencial con sangre. Dicen que hay muertos.

Se encontraron con los papás de Cutberto Ortiz Ramos, pariente de Lucio. Ese muchacho fue alumno de mi mamá. Subieron al camión. Hicieron seis horas de camino hasta Iguala.

El número 43 en la camiseta. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo

El número 43 en la camiseta. Foto: Humberto Padgett, SinEmbargo

EL 43… COSA DE DIOS

Ahora mi madre no da clases y mi padre ya no es campesino. Ahora les dicen activistas. Cuando vuelven a Atoyac, son un hombre y una mujer que se sientan a esperarme llegar. No saben si llorar porque me creen vivo o porque me piensan muerto.

Mi madre dice que estoy vivo. Que me sueña y en sus sueños la abrazo y la consuelo y le digo: “’Amá, aquí estoy con usted”. No sabe si me quiere esperar los años y los años, como esperaron a mi tío Marcelo, a quien sus hijas se sentaban las tardes de calor o de lluvia durante 23 años. Que se preguntaban dónde poner una lápida y llevarle flores. Cuándo abrazar un ataúd vacío. Y llorar cuando descubrían como el retrato colgado en la pared se vuelve borroso y la imagen en la memoria se hace lejana, huidiza. Hasta que dejaron de recordar sus ojos y se preguntaron si no vivían amarradas a un fantasma. No encontraron nada. Quién sabe qué pasó. Ni siquiera les quisieron dar la verdad. Menos justicia. Dicen que conmigo y los otros 42 pasará lo mismo.

María Isabel se hace la fuerte, pero se quiebra cuando habla de mí y muestra las fotografías que me tomó con su teléfono, uno chiquito. Ahí estoy yo con una playera azul.

—Este es mi muchacho. Fíjese bien en su playera —mi mamá muestra una imagen borrosa en que se distingue un número amarillo. — ¿Ya vio qué número es? ¡Ha de ser cosa de Dios! Fíjese: ¡Es un número 43!

NOTA | El libro “La Travesía de las Tortugas” se presentará hoy, a partir de las cinco de la tarde, en la sede del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, ubicado en la calle Serapio Rendón 57-B, Cuauhtémoc, colonia San Rafael. Participarán los padres de los estudiantes de Ayotzinapa y presentarán los periodistas Carmen Aristegui y Héctor de Mauleón. Los autores del trabajo donarán la totalidad de sus ganancias a papás y mamás de los chavos desaparecidos.