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México captó 31 mil 621 mdd en IED durante 2021; es 8.7% más que en 2020, dice la SE

lunes, febrero 21st, 2022

La Secretaría de Economía detalló que el resultado de 2021 se debe a la diferencia de 45 mil 084.9 millones de dólares registrados como flujos de entrada y 13 mil 463.7 millones de dólares en flujos de salida.

Ciudad de México, 21 de febrero (EFE).- México captó 31 mil 621.2 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa en 2021, un 8.7 por ciento más que en 2020, según cifras preliminares divulgadas este lunes por la Secretaría de Economía (SE).

“Durante 2021 (enero-diciembre), reportamos una cifra preliminar de Inversión Extranjera Directa (IED) de 31 mil 621.2 millones de dólares. Como es usual con esta estadística, el dato se ajustará cuando haya más información de las operaciones de dicho periodo”, puntualizó en un comunicado.

Las cifras de IED fueron revisadas conjuntamente por la Secretaría de Economía y el Banco de México (Banxico).

Si se compara la IED preliminar captada entre enero y diciembre de 2021 con las cifras reportadas para el mismo periodo de 2020 -que fueron de 29 mil 079.4 millones de dólares- se observa “un incremento de 8.7 por ciento”, agregó el texto.

El resultado de 2021 es fruto de la diferencia de 45 mil 084.9 millones de dólares registrados como flujos de entrada y 13 mil 463.7 millones de dólares en flujos de salida.

La inversión extranjera preliminar registrada a la fecha para enero-diciembre de 2021 provino de tres mil 801 sociedades con participación de capital extranjero, cinco mil 435 contratos de fideicomiso y 26 personas morales extranjeras.

Además, por tipo de inversión (origen del financiamiento): a través de reinversión de utilidades, 38.6 por ciento; por nuevas inversiones, 43.7 por ciento, y por cuentas entre compañías, 17.7 por ciento.

Por sector, las manufacturas recibieron el 39.7 por ciento de la inversión; minería, el 15.2 por ciento; servicios financieros y de seguros, el 15 por ciento; transportes, 8.8 por ciento; comercio, 8.5 por ciento y servicios de alojamiento temporal, 5.2 por ciento.

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Mientras que los sectores restantes captaron 7.6 por ciento.

Por país de origen: Estados Unidos aportó el 47.5 por ciento seguido de España, con el 13.7 por ciento y Canadá, con el 6.5 por ciento.

Reino Unido representó el 5.7 por ciento; Alemania, el 5.2 por ciento y Japón el cinco por ciento.

Los otros países aportaron el 16.4 por ciento restante, agregó la Secretaría de Economía.

“Los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter preliminar y el que sufran actualizaciones en los trimestres sucesivos”, concluyó el boletín.

El Producto Interno Bruto (PIB) de México creció un decepcionante 4.8 por ciento en 2021, según cifras preliminares del Instituto de Estadística.

Inversión Extranjera Directa en México crece 5.7 % en los primeros 9 meses de 2021

lunes, noviembre 22nd, 2021

“Los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter preliminar y el que sufran actualizaciones en los trimestres sucesivos”, puntualizó la Secretaría de Economía.

Ciudad de México, 22 nov (EFE).– La Inversión Extranjera Directa en México creció 5.7 por ciento en los primeros nueve meses de 2021 frente al mismo periodo del año anterior hasta llegar a 24 mil 831.7 millones de dólares, informó este lunes la Secretaría de Economía (SE).

Esto “muestra una recuperación de los flujos de IED (Inversión Extranjera Directa), en congruencia con la tendencia positiva mundial, de acuerdo con los últimos datos de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo)”, informó la Secretaría en un comunicado.

La inversión preliminar registrada entre enero y septiembre de 2021 provino de tres mil 259 sociedades con participación de capital extranjero, tres mil 721 contratos de fideicomiso y 23 personas morales extranjeras, detalló.

Por países de origen, Estados Unidos aportó el 49.6 por ciento; España un 10.7 por ciento, Japón un 6.3 por ciento, Alemania un 5.3 por ciento y Canadá un 5.2 por ciento. Los otros países aportaron el 22.9 por ciento restante.

Por origen de la financiación, el 40.3 por ciento del total proviene de la reinversión de utilidades, el 38.4 por ciento de nuevas inversiones y el 21.3 por ciento por cuentas entre compañías.

Por sectores, las manufacturas representaron el 45 por ciento de la inversión recibida, el 14 por ciento de las inversiones llegaron al sector minero, el 10.9 por ciento a los servicios financieros y de seguros, el 10 por ciento a los transportes, el seis por ciento al comercio y el 4.6 por ciento a los servicios de alojamiento temporal.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa de este lunes.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa de este lunes. Foto: Gobierno de México

La economía mexicana se contrajo un 8.2 por ciento en 2020, su peor desplome desde la Gran Depresión de 1932, y se estima un repunte para 2021 superior al seis por ciento.

En septiembre, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pronosticó que el país crecerá más de un seis por ciento este año y que va a crecer en promedio cinco por ciento hasta 2024. López Obrador basó su optimismo, en primer lugar, en las oportunidades que brinda el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), con poco más de un año en vigor.

Señaló entonces que México es de los pocos países en el mundo donde se puede invertir para producir bienes y se tiene garantizado el mercado más importante del mundo, en referencia a Estados Unidos, lo que produce que crezca la inversión extranjera y la creación de empleos.

El Economista: México, al top 10 en Inversión Extranjera Directa

lunes, mayo 24th, 2021

Durante el primer trimestre de 2021, la economía mexicana recibió un monto récord de 11 mil 864 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), un aumento anual de 14.8 por ciento frente al mismo periodo de 2020.

-Con información de EFE.

Ciudad de México, 24 de mayo (SinEmbargo).- México ingresó a la lista  de los 10 países con mayor captación de Inversión Extranjera Directa (IED), según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) difundido por el diario El Economista.

El país pasó del onceavo lugar, en 2019, al séptimo en 2020. En este año, México captó 29 mil 079 millones de dólares, un 14.7 por ciento menos en comparación con el año pasado.

Los datos de la OCDE detallan que los flujos de IED cayeron en un 38 por ciento debido a la pandemia de la COVID-19. Se ubicaron en un billón 10 mil 520 millones de dólares.

Dicho dato es el más bajo registrado desde el 2005.

Durante 2020, China fue la nación que más captó de IED a nivel mundial con 212 mil 470 millones de dólares, un 13.5 por ciento más.

En segundo sitio quedó Estados Unidos, con 177 mil 093 millones de dólares, un 37.2 por ciento menos en comparación con el año pasado.

India se ubicó en el tercer sitio con un IED de 64 mil 351 millones de dólares, un 27.2 pro ciento más que el año pasado.

El cuarto lugar fue para Luxemburgo, con una captación de 62 mil 0003 millones de dólares. El quinto para Alemania, con 35 mil 570millones de dólares.

Irlanda se ubicó en el sexto sitio, con un IED de 33 mil 349 millones de dólares. El séptimo fue para México; el octavo para Suecia, con 26 mil 111 millones de dólares.

Brasil se ubicó noveno, con una captación de 24 mil 778 millones de dólares, e Israel cerró el top 10 con 24 mil 739 millones de dólares captados en 2020.

IED EN 2021

Durante el primer trimestre de 2021, la economía mexicana recibió un monto récord de 11 mil 864 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), un aumento anual de 14.8 por ciento frente al mismo periodo de 2020.

“Es el mayor monto recibido para el primer trimestre en la historia desde que se empezó a medir la inversión en el año de 1999”, declaró este jueves Tatiana Clouthier, titular de la Secretaría de Economía (SE), al presentar el informe.

La inversión captada es superior a los 10 mil 334 millones de dólares de enero a marzo de 2020, antes del impacto de la pandemia de COVID-19 en México, pero también rebasa los 10 mil 162 millones de dólares del primer trimestre de 2019, enfatizó la secretaria.

“Esto se debe a varios factores que no debemos minimizar, nos habla de la importancia de la economía de México, la confianza, la gran oportunidad que representa la ratificación y la implementación del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá)”, argumentó Clouthier.

La Secretaria resaltó que la inversión conjunta de Estados Unidos y Canadá representó 5 mil 612.4 millones de dólares en el primer trimestre, un 18 por ciento más que en el mismo periodo de 2020.

Por país, Estados Unidos lideró con 42.5 por ciento de la IED de México, seguido por España con un 12.1 por ciento, Luxemburgo con un 8.2 por ciento, Reino Unido con un 5.5 por ciento, Canadá con un 4.8 por ciento, y otros países no detallados aportaron el 26.9 por ciento restante.

La IED enero-marzo es la mayor de un primer trimestre desde 1999: SE

jueves, mayo 20th, 2021

La Secretaría de Economía informó que la captación de Inversión Extranjera Directa durante el primer trimestre de 2021 significó su mayor nivel para un periodo similar desde 1999.

 Ciudad de México, 20 may (EFE).- La economía mexicana recibió un monto récord de 11 mil 864 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) en el primer trimestre de 2021, un aumento anual de 14.8 por ciento frente al mismo periodo de 2020.

“Es el mayor monto recibido para el primer trimestre en la historia desde que se empezó a medir la inversión en el año de 1999”, declaró este jueves Tatiana Clouthier, titular de la Secretaría de Economía (SE), al presentar el informe.

La inversión captada es superior a los 10 mil 334 millones de dólares de enero a marzo de 2020, antes del impacto de la pandemia de COVID-19 en México, pero también rebasa los 10 mil 162 millones de dólares del primer trimestre de 2019, enfatizó la secretaria.

“Esto se debe a varios factores que no debemos minimizar, nos habla de la importancia de la economía de México, la confianza, la gran oportunidad que representa la ratificación y la implementación del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá)”, argumentó Clouthier.

La Secretaria resaltó que la inversión conjunta de Estados Unidos y Canadá representó 5 mil 612.4 millones de dólares en el primer trimestre, un 18 por ciento más que en el mismo periodo de 2020.

Por país, Estados Unidos lideró con 42.5 por ciento de la IED de México, seguido por España con un 12.1 por ciento, Luxemburgo con un 8.2 por ciento, Reino Unido con un 5.5 por ciento, Canadá con un 4.8 por ciento, y otros países no detallados aportaron el 26.9 por ciento restante.

La Subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, destacó que España se ha consolidado como el segundo inversor directo en México con más de 6 mil empresas de capital español en el país en diversos sectores, entre los que destacan servicios financieros y manufactura.

“Tienen una inversión histórica en México y la inversión española sigue viendo a México como un destino importante para sus inversiones y para el crecimiento de sus operaciones, en conjunto con empresas en México”, aseveró.

La IED registrada para enero-marzo de 2021 provino de mil 872 sociedades con participación de capital extranjero, 883 contratos de fideicomiso y nueve personas morales extranjeras.

La inversión en este período se financió principalmente a través de reinversión de utilidades, en un 59.2 por ciento; seguida de cuentas entre compañías con el 22.2 por ciento, y por nuevas inversiones en un 18.6 por ciento.

Por sector económico, se desagrega en manufacturas, con un 46.6 por ciento; servicios financieros y de seguros, con un 14.6 por ciento; minería, con un 13.9 por ciento, comercio, con un 11.5 por ciento; energía, con un 3.4 por ciento; servicios de alojamiento temporal, con un 3.2 por ciento, y el restante 6.8 por ciento de sectores varios no detallados.

El récord del primer trimestre de 2021 llega después de que el año pasado la IED se desplomó un 11.7 por ciento anual al situarse en 29.079 millones de dólares, derivado de la pandemia, frente a los 32.921,2 millones de dólares de 2019.

Además de casi 2.4 millones de casos de COVID-19 y más de 220 mil muertes, la cuarta cifra más alta del mundo, la crisis de la pandemia dejó en México una contracción histórica de 8.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020.

Economía: Inversión extranjera en México cae 11.7% en 2020 por el efecto de la pandemia de la COVID

jueves, febrero 18th, 2021

“En comparación con el resto del mundo, México tuvo un mejor desempeño en la atracción de IED en el año más adverso de la historia económica reciente”, apuntó el World Investment Report.

En el año anterior se anunciaron 212 proyectos de inversión extranjera para ser materializados en México. La IED en 2020 provino de tres mil 334 sociedades con participación de capital extranjero.

México, 18 de febrero (EFE).- La inversión extranjera directa (IED) se situó en los 29 mil 079 millones de dólares en 2020 en México, un 11.7 por ciento menos frente a los 32 mil 921.2 millones de dólares del año anterior derivado de la pandemia de coronavirus y la crisis económica, informó este jueves la Secretaría de Economía.

“Las cifras disponibles a la fecha indican que durante 2020 se captaron 29 mil 079 millones de dólares, resultado de la diferencia de 39 mil 220.3 millones de dólares registrado como flujos de entrada y 10 mil 140.9 millones de dólares en flujos de salida“, indicó el ministerio en un boletín.

De esta manera, la IED captada en 2020 es inferior en 11.7 por ciento con respecto a las cifras preliminares de 2019 de 32 mil 921.2 millones de dólares.

“Esto se explica, fundamentalmente, por los efectos negativos de la pandemia de COVID-19 en los flujos globales de inversión”, indicó Economía.

Y puntualizó que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) estimó que en 2020 los flujos globales de IED disminuyeron 42 por ciento con respecto a 2019, según el World Investment Report publicado en enero de 2021.

La titular de la Secretaría mexicana de Economía, Tatiana Clouthier. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro.

“Esto evidencia que, en comparación con el resto del mundo, México tuvo un mejor desempeño en la atracción de IED en el año más adverso de la historia económica reciente”, apuntó el organismo.

En 2020 se anunciaron 212 proyectos de inversión extranjera para ser materializados en México, que representan un monto de 16 mil 253 millones de dólares, de los cuales ya se han reportado cinco mil 838 millones de dólares al Registro Nacional de Inversiones Extranjeras.

La IED registrada para enero-diciembre de 2020 provino de tres mil 334 sociedades con participación de capital extranjero, dos mil 725 contratos de fideicomiso y 24 personas morales extranjeras.

La IED en este período se financió principalmente a través de reinversión de utilidades, en un 55.4 por ciento; seguida de cuentas entre compañías, en 22.6 por ciento y por nuevas inversiones, en 22 por ciento.

Por sector económico, se desagrega en: manufacturas, con 40.6 por ciento; servicios financieros y de seguros, con 23.2; transportes, con 9.8; comercio, con 7.7; minería, con 4.6; y medios masivos con 4.3 por ciento. Los sectores restantes captaron 9.8 por ciento.

INVERSIÓN POR NACIONES

Por país de origen, los flujos de IED provinieron principalmente de los socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La inversión extranjera proveniente de Estados Unidos representó el 39.1 por ciento del total y la de Canadá, el 14.5 por ciento.

Seguidos por España con el 13.7 por ciento, Japón con el 4.2, Alemania con un 3.5 y de otros países que aportaron el 25 por ciento restante.

Los datos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía y es por ello que todavía son datos preliminares que pueden actualizarse en los siguientes trimestres, puntualizó la Secretaría de Economía.

El PIB mexicano se contrajo un 8.3 por ciento en 2020, su peor desplome desde la Gran Depresión de 1932, debido a la pandemia y la falta de un rescate del Gobierno, y se estima un repunte para 2021 de entre el 4 y el 5 por ciento.

La inversión extranjera directa en sector automotriz mexicano se desploma 52% en 9 meses de 2020

viernes, diciembre 4th, 2020

El sector automotriz recibió en nueve meses una IED de 2.8 mil millones de dólares, su valor más bajo desde 2012. Sólo en el tercer trimestre de 2020 disminuyó en 578.7 mdd.

La industria de autopartes perdió relevancia dentro de la IED y participó con el 37.4 por ciento del total, un descenso de 12.7 puntos.

Ciudad de México, 4 de diciembre (SinEmbargo).- La inversión extranjera directa (IED) en el sector automotriz mexicano tuvo un retroceso histórico entre enero y septiembre. En 9 meses del 2020 se desplomó 52 por ciento, a tasa anual, que de acuerdo con expertos consultados por Bloomberg es un descenso no visto en 20 años.

La cuenta corriente de México registró durante un superávit histórico en el tercer trimestre de 2020, hasta los 17 mil 498 millones de dólares, según informó el Banco de México (Banxico). Además anotó una caída interanual de casi 44 por ciento en la inversión extranjera directa en el periodo observado y un flujo negativo en la inversión de cartera.

La IED hacia el sector automotriz fue de 2 mil 815 millones de dólares (mdd) en el periodo en el que la pandemia de la COVID-19 afectó las economías mundiales. Es el valor más bajo desde 2012, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía, cuando ascendió a 2 mil 483.5 mdd.

En el tercer trimestre de 2020 la IED disminuyó en 578.7 mdd, lo que implicó la primera salida de capital en un lapso similar en la historia del indicador.

Además, la industria de autopartes perdió relevancia dentro de la IED debido a las medidas para contener los contagios del nuevo coronavirus, como los cierres de actividades productivas. En los primeros nueve meses del año participó con el 37.4 por ciento del total, un descenso de 12.7 puntos porcentuales desde los 50.1 que anotó el mismo periodo de 2019.

“La economía global está aún lejos de alcanzar los niveles de actividad previos a la pandemia y existe el riesgo de que la recuperación se vea obstaculizada por nuevas medidas de confinamiento”, explicó el Banxico en su informe de noviembre.

La balanza comercial de mercancías no petroleras es el registro más importante para el dato de este trimestre, pues aunque las exportaciones cayeron un 4.5 por ciento anual, pero las importaciones se desplomaron casi un 20 por ciento. La llegada de remesas y la baja en la balanza petrolera contribuyó al superávit total.

En el segundo trimestre de 2020 la economía mexicana se desplomó principalmente por los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus en las actividades sociales, elemento que profundizó la recesión que inició en 2019.

El Banxico estimó que la media de la caída del PIB mexicano en 2020 será de (-)8.9 por ciento.

México sale por segunda vez de la lista de países más atractivos para la inversión extranjera

martes, junio 16th, 2020

“Los inversionistas consideran que México es un destino menos atractivo”, esta es la segunda vez desde la creación del índice en la que México se encuentra fuera.

El Gobierno mexicano ha presumido el crecimiento anual de 1.7 por ciento en IED en el primer trimestre del año.

México, 16 de junio (EFE).- La economía mexicana ya no está en la lista de los 25 países prioritarios del Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa (IED), reveló este martes la firma global de consultoría Kearney.

“Esto refleja que los inversionistas consideran que México es un destino menos atractivo para la IED respecto a otros países. Es la segunda vez desde la creación del índice en la que México se encuentra fuera, lo estuvo previamente en 2011″, advirtió la consultoría en un informe.

El índice se elaboró con base en una encuesta a 500 altos ejecutivos de las principales corporaciones del mundo realizada entre enero y marzo, antes de que la economía mexicana resintiera los efectos plenos de la pandemia de la COVID-19.

Para superar la crisis, el Gobierno mexicano ha presumido el crecimiento anual de 1.7 por ciento en IED en el primer trimestre del año, hasta 10 mil 334 millones de dólares, y el nuevo Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que inicia el 1 de julio.

Sin embargo, la firma alertó que esto no será suficiente para atraer el capital extranjero.

“A pesar de la ratificación del T-MEC y el efecto ‘nearshoring’ (estar cerca de las cadenas de valor), México necesita reenfocar sus esfuerzos para recuperar la confianza de los inversionistas extranjeros”, consideró el reporte.

México se encontraba en el lugar 25 del índice en 2019, aunque llegó a ocupar el octavo puesto en 2010 y el noveno en 2013 y 2015.

En esta ocasión, lo superan países como Brasil, en el lugar 22 y el único latinoamericano de la lista.

En los primeros cinco puestos aparecen Estados Unidos, Canadá, Alemania, Japón y Francia.

Las únicas economías emergentes que aparecen, además de Brasil, son China en el octavo lugar y Emiratos Árabes Unidos en el decimonoveno escalón.

“Los mercados emergentes y fronterizos sufrirán mucho más a manos de COVID-19. Está en juego una confluencia de factores, que incluyen infraestructura médica inadecuada, opciones fiscales limitadas, sobreendeudamiento significativo y niveles más altos de pobreza”, expuso Erik Peterson, coautor del estudio.

Este anuncio ocurre el mismo día en el que se reveló que México cayó tres posiciones en el Índice Mundial de Competitividad que elabora la escuela de negocios IMD Business School en conjunto con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).

El país está ahora en el sitio número 53 de un total de 63 tras la contracción del 0.3 por ciento del PIB que sufrió en 2019.

Inversión extranjera de México aumenta 1.7% en primer trimestre de 2020; capta 10,334 mdd

viernes, mayo 15th, 2020

La Secretaría de Economía (SE) informó que, de acuerdo con las cifras preliminares, entre enero y marzo se registró una entrada de 15 mil 601.5 millones de dólares y una salida de 5 mil 267.5 millones de dólares.

Ciudad de México, 15 de mayo (SinEmbargo).- Durante el primer trimestre del año, la inversión extranjera directa (IED) se ubicó en 10 mil 334 millones de dólares, lo que representa un incremento de 1.7 por ciento, frente a lo captado en el mismo periodo del 2019 cuando se ubicaron en 10 mil 162 millones de dólares. 

A través de un comunicado, la Secretaría de Economía (SE) informó que, de acuerdo con las cifras preliminares, entre enero y marzo se registró una entrada de 15 mil 601.5 millones de dólares y una salida de 5 mil 267.5 millones de dólares.

“El aumento se concentró en el rubro de cuentas entre compañías, aunque el ajuste posterior de las cifras podría modificar este resultado”, explicó la SE.

La SE detalló que la IED del primer trimestre provino de mil 803 sociedades con participación de capital extranjero, 556 contratos de fideicomiso y 10 personas morales extranjeras.

Por tipo de inversión, 76.1 por ciento se originarin de reinversión de utilidades, el 22 por ciento de nuevas inversiones y el 1.9 por ciento por cuentas entre compañías.

Por sector, el 44.1 por ciento provino de manufacturas, el 24.9 de servicios financieros y seguros, el 8.3 por ciento de comercio, el 5.1 de generación de energía eléctrica, agua y gas; el 4.8 por ciento de minería y el 4.4. por ciento de construcción. Los sectores restantes captaron 8.4 por ciento.

Del total de IED, Estados Unidos representó el 38.9 por ciento, España el 14.3 por ciento, Alemania el 9.4 por ciento, Canadá el 7.2 por ciento, Países Bajos el 4.6 por ciento y otros países aportaron el 25.6 por ciento restante.

Al ser cifras preliminares, la dependencia dijo que el monto se ajustará según nuevas operaciones correspondientes al primer trimestre del año en curso sean reportadas al Registro Nacional de Inversiones Extranjeras.

Al respecto, añadió que los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía.

Las remesas, cimiento económico y de divisas en México desde 1995, caerían 20% por COVID-19 en 2020

sábado, mayo 9th, 2020

Las remesas podrían caer 20 por ciento en 2020, por la pandemia de COVID-19; pero en los últimos 25 años y a pesar de las crisis económicas, comenzaron a desplazar a unas de las principales fuentes de divisas de México, como lo son la exportación de productos petrolíferos, las inversiones extranjeras y el turismo. En ese periodo, el dinero que los emigrantes mexicanos enviaron al país creció tres veces, mientras que los otros factores de ingreso se estancaron o decayeron; un hecho que según analistas, evidencia deficiencias en el modelo neoliberal.

Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo).- El ingreso de divisas a un país hace que sus reservas de activos internacionales (como el dólar) crezcan. Mientras más robusto sea el cúmulo de divisas, mayor será la confianza de los mercados en la economía nacional, considerando que tenga un colchón equilibrado que proteja a la moneda local de las variaciones del tipo de cambio y de las tasas de interés. Es decir, que reduzca la volatilidad de precios por inflación.

La Ley del Banco de México establece en su Artículo 18 que las reservas tienen “por objeto coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional mediante la compensación de desequilibrios entre los ingresos y egresos de divisas del país”. Al corte del 30 de abril de este año, México contó con 186 mil 655 millones de dólares en reserva, o el equivalente al 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Un nivel ajustado, pero suficiente en caso de una emergencia, según los requerimientos históricos del país.

Las fuentes de divisas son varias. Entre las más productivas están las remesas, la inversión extranjera directa (IED), la exportación de productos petrolíferos y el turismo.

De acuerdo con las cifras oficiales, en los últimos 25 años las remesas fueron adquiriendo fuerza. A partir de 2001 generaron mayores ingresos de divisas que el gasto de los turistas extranjeros en el país. Más de una década después, en 2015, superaron a la exportación de petrolíferos. Y desde 2019, las remesas producen más ingreso de divisas que la IED.

Hoy en día, las remesas equivalen al 2.9 por ciento del PIB de México. Pero en 1995, su proporción fue igual a un punto del PIB. Mientras que en  el último cuarto de siglo las remesas aumentaron 179 por ciento como proporción del PIB, las exportaciones de petrolíferos y la IED decayeron 14.5 y 1.7 por ciento. Por su parte, el gasto de turistas extranjeros en México se incrementó 13 por ciento.

Para el doctor Fernando Herrera Lima, el comportamiento de este tipo de fuentes permite constatar que el modelo económico neoliberal “ha resultado incapaz de generar las divisas necesarias para su funcionamiento”. Según el profesor-investigador de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el petróleo, la IED y el turismo sufren de “inoperancia creciente” como factores macroeconómicos, mientras que las remesas “presentan un panorama de fuerte incertidumbre”.

Por un lado, Herrera explica que la balanza de las exportaciones (incluido el turismo) y de la IED ha tenido un “comportamiento regresivo” que responde a su propia volatilidad y a las crisis económicas, pero también a las malas decisiones en materia de política económica, como por ejemplo, la falta de inversión para fortalecer la capacidad productiva de las refinerías de petróleo, para generar más desarrollo turístico sustentable considerando el gasto gubernamental en el rubro, o para transformar la IED en algo que incremente el desarrollo nacional, a través de un proceso de industrialización e innovación que robustezca al mercado interno.

Por otra parte, el especialista en Relaciones Internacionales y Globalización indica que las remesas reflejan un modelo económico “inviable” que se basa en la “exportación masiva de trabajo barato, vulnerable y flexible”. Y aunque generan divisas, las remesas no son una “masa unificada de dinero” que genera inversión y ahorro, sino que se trata de pequeñas transferencias para el consumo de los hogares, que no tiene efectos considerables sobre la economía, se lee en La remesodependencia de la economía mexicana: remesas, IED, turismo y petróleo en tiempos del TLCAN.

LAS REMESAS

El año pasado, los emigrantes mexicanos mandaron al país 36 mil 46 millones de dólares en remesas. Una cantidad de dinero 4.3 por ciento mayor a la registrada en 2018, como proporción del PIB nacional.

Sólo entre enero y marzo de 2020, las remesas generaron ingresos nacionales por 9 mil 293 millones de dólares. Como porcentaje del PIB, ésta masa de dinero implicó un récord de ingresos durante el primer trimestre de cualquier año desde 1995, superando por 0.1 puntos porcentuales al ingreso del primer trimestre de 2009, cuando las remesas alcanzaron su mayor nivel histórico, con una proporción equiparable al 0.7 por ciento del PIB nacional.

Pese al aumento en los últimos meses, instituciones como el Banco Mundial, BBVA y Banorte estiman que la crisis económica –agravada por la pandemia de coronavirus– hará que los envíos de dinero de connacionales en el extranjero caiga 20 por ciento en 2020.

Las remesas generan más ingreso de divisas a México que la IED, la exportación de productos petrolíferos y el turismo. Sin embargo, esta comparación sólo sirve para tener una idea de la dimensión cuantitativa de las remesas, “pero en ningún caso de sus posibles impactos y efectos en la economía mexicana”, refiere el doctor Alejandro Isidoro Canales Cerón en el texto Remesas y desarrollo en México. Una visión crítica desde la macroeconomía.

Para el especialista en estudios de población adscrito al Departamento de Estudios Regionales-Ineser de la Universidad de Guadalajara, las remesas no tienen el mismo impacto en la economía nacional que las otras fuentes de divisas, ya que se trata de ingresos que sirven más para enfrentar la pobreza que para incentivar inversión productiva.

“En efecto, las remesas y la migración constituyen, cada vez más, el único recurso de que disponen amplios sectores de la población para enfrentar el empobrecimiento de sus condiciones de vida generadas por las crisis recurrentes de la economía mexicana. Por lo mismo, más que un fondo de ahorro-inversión, las remesas constituyen un recurso de la pobreza para sobrevivir al empobrecimiento generado por el fracaso de las políticas macroeconómicas de ajuste estructural”.

De acuerdo con Canales, “aun en aquellos casos en que las remesas se destinan a proyectos de inversión, éstos suelen tener un escaso efecto en el desarrollo local y regional, pues por lo general se trata de pequeños establecimientos económicos, de alcance local y marginalmente regional, con baja generación de empleo y bajos montos de inversión”.

Los datos oficiales corroboran los resultados de este análisis, ya que indican que las remesas suelen aumentar, sobre todo, en épocas de crisis económica, y que por tanto su crecimiento no es lineal. Ejemplo de ello son los aumentos a inicio de cada sexenio, en que la especulación económica golpea a los indicadores macroeconómicos, y en periodos de crisis como los de 1994-1995 y 2008-2009, por mencionar algunos ejemplos.

Al igual que Herrera, Canales concuerda en que a pesar de que las remesas “suelen representar un importante componente del ingreso de las familias perceptoras, su impacto en la reducción de la pobreza y la desigualdad social es más bien limitado, y se reduce a casos muy particulares. Ello se debe a que, aunque a nivel agregado las remesas constituyen un volumen de gran magnitud, a nivel microsocial, en cambio, ese volumen se diluye en una gran multiplicidad de envíos de pequeñas cantidades de dinero”.

Las cifras del Banco de México indican por ejemplo que, en 2019, los 36 mil 46 millones de dólares de remesas correspondieron a 110 millones 445 mil 646 transferencias, con un promedio de 326 dólares por transferencia. En este sentido, el impacto que las remesas puedan tener en la reducción de la pobreza se circunscribe a lo que estos 326 dólares (6 mil 310 pesos a precios promedio de 2019) puedan contribuir en cada hogar. Sin embargo, los analistas indican que por la cantidad, su espectro es “muy limitado”.

“En términos macroeconómicos, las remesas constituyen fundamentalmente un fondo de transferencias familiares, que por lo mismo, tienen un escaso o nulo impacto en la capacidad de crecimiento y desarrollo económico. Por un lado, su volumen no es ni remotamente suficiente para impulsar un proceso de crecimiento económico autosostenido, a la vez que, por otro lado, son recursos que se dirigen a hogares en condiciones de vulnerabilidad, marginación y pobreza, por lo que son usados fundamentalmente para financiar el consumo de esos hogares, siendo marginal e insignificante el volumen y proporción de las remesas destinadas a inversiones productivas”.

Según Canales, las circunstancias anteriormente mencionadas permiten refutar la idea de una gran dependencia de la economía mexicana, a este flujo de divisas.

FUENTES DE DIVISAS

La IED, la exportación de petrolíferos y el gasto de turistas extranjeros generaron, en el último año, ingresos equiparables al 6.7 por ciento del PIB nacional. A lo largo de 2020, en México se espera una contracción en la generación de divisas, sobre todo por la reducción de la exportación de bienes y servicios mexicanos –entre ellos los turísticos– que, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), caerá 7.4 por ciento debido a los embates de la pandemia de COVID-19.

Las cifras del Banco de México indican que la IED cayó 7.7 por ciento –como proporción del PIB– entre 2018 y 2019. Para el doctor de la UAM Iztapalapa Fernando Herrera Lima, la falta de condiciones y de políticas socioeconómicas aumentan la desaceleración de los movimientos de inversión enfocados a la captación de divisas para la economía mexicana. Sin embargo, los principales problemas de divisas no provienen de una disminución significativa de la IED, sino de la creciente tendencia de las grandes empresas mexicanas que realizan inversiones directas de capital en otros países.

Al respecto, la Cepal refiere que “éste proceso se ha intensificado en los últimos años, como resultado del lento crecimiento del PIB, las evidentes muestras de saturación en algunos sectores del mercado interno y la existencia de restricciones regulatorias que limitan el crecimiento en México”, se lee en el documento La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2019.

La información oficial indica, por un lado, que la IED sólo ha tenido grandes repuntes cuando han habido operaciones de compra-venta de grandes consorcios mexicanos: la integración de Banamex a City Group en 2001 y la venta de Grupo Modelo a AVInveb en 2013 coincidieron con aumentos de la IED de 53.5 y 110.5 por ciento, como variación relativa según sus respectivas proporciones con respecto al PIB nacional.

Por otra parte, las cifras arrojan que la inversión mexicana en el exterior (IME) suele repuntar, precisamente, durante momentos de crisis económica. Entre 2004 y 2005, entre 2007 y 2008, y entre 2016 y 2017, la IME repuntó 229, 2 mil 675 y 654 por ciento, respectivamente.

Para Herrera, el problema de la IED y de la IME radica en que “el éxito empresarial que permite la acumulación de las grandes fortunas de los consorcios en México no resulta solamente […] de una atinada gestión y de una notable capacidad empresarial, sino que en muy buena medida se deriva de la protección estatal selectiva a los grandes intereses económicos de la industria, el comercio, los servicios y sobre todo el mundo de las finanzas”.

En el caso de las exportaciones petroleras, los analistas, la Cepal y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han referido que en México persiste un entorno de precarización de la capacidad productiva, siendo que las seis refinerías operan por debajo del 40 por ciento de su capacidad, que es poca la inversión de capital, además de haber malos manejos y altos costos de producción para Petróleos Mexicanos, por el excesivo cobro de derechos e impuestos por parte del Gobierno federal.

“El desenlace de 20 años de políticas neoliberales en el sector petrolero ha llevado a México a desarrollar una fuerte dependencia de las importaciones de productos petroleros procesados de alto costo, financiados de manera cada vez más precaria por la exportación de crudo, cuyos precios en el mercado mundial son mucho más volátiles que los de los refinados, como ha podido verse en la crisis petrolera que arranca en 2014”, se lee en el texto La remesodependencia de la economía mexicana: remesas, IED, turismo y petróleo en tiempos del TLCAN.

El problema con las exportaciones de petrolíferos es el entorno de caída a partir de 2010, que se agrava en 2015, cuando México –además de incrementar la importación de derivados petroleros– se convierte en un importador de crudo de los Estados Unidos, al grado de que el saldo de la balanza comercial en la materia comienza a registrar déficit en incremento, que se mantuvo hasta el cierre del año pasado.

Los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público indican que en los últimos 25 años, el valor de las importaciones de productos petrolíferos –como proporción del PIB– aumentó 286.3 por ciento, mientras que el valor de las exportaciones fue a la baja en 14.5 por ciento.

Además del declive de la IED y de las exportaciones de petrolíferos, está la situación del gasto por parte de los turistas extranjeros en México.

De acuerdo con la OCDE, a pesar de crecer y de compensar parte de la caída de los ingresos nacionales procedentes del petróleo, el potencial del Sector Turismo “para impulsar un crecimiento incluyente y sostenible, así como para mejorar el desarrollo local y regional en México, tiene un amplio margen a ser explotado, y el sector enfrenta también retos diversos en materia de competitividad y sostenibilidad”.

Para el doctor Herrera, el problema del turismo extranjero en el país es que ha tenido un bajo crecimiento (2.7 por ciento anual promedio como proporción del PIB) en los últimos 25 años, de modo que la derrama de divisas de hoy (dos por ciento del PIB) es poco superior a la de 1995 (1.7 por ciento del PIB). Ello a pesar de las grandes partidas presupuestarias que el Gobierno federal destina al sector.

Las cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación indican que entre 2016 y 2020, el Gobierno de México destinó un promedio de 5.4 mil millones de pesos anuales para el desarrollo y promoción del Sector Turismo.

“Aunque al parecer esta fuente de divisas se mantiene estable, no puede dejar de señalarse que las expectativas de los gobiernos mexicanos […] han sido mucho más optimistas y se han visto claramente frustradas, pese al considerable gasto en promoción y a las constantes inversiones en infraestructura turística que se han realizado”, explica el doctor Herrera.

Según el investigador, “detrás de este comportamiento de crecimiento moderado en la captación de turismo internacional y de baja aportación neta de divisas del sector a las cuentas externas del país, es claro que se encuentra el constante agravamiento de la inseguridad interna de México”.

La inversión extranjera directa aumenta 4.2% en 2019 pese a la crisis económica en el país: SE

martes, febrero 18th, 2020

El aumento se concentró en los rubros de reinversiones y de nuevas inversiones. La generación de energía eléctrica, agua y gas captó 3.8 por ciento de la inversión extranjera directa y los sectores restantes captaron 13, según la SE.

México, 18 de febrero (EFE).- La inversión extranjera directa (IED) llegó a los 32 mil 921.2 millones de dólares en 2019 en México, un 4.2 por ciento más frente a los 31 mila 604.30 millones de dólares del año anterior y pese a la debilidad económica que atraviesa el país, informó este martes la Secretaría de Economía (SE).

Según cifras preliminares divulgadas en un boletín, esta cifra corresponde a la diferencia de 41 mil 900.9 millones de dólares registrados como flujos de entrada y 8 mil 979.7 millones de dólares en flujos de salida.

“Si se compara el total de IED captada en el año con las cifras preliminares reportadas para el mismo periodo de 2018 (31 mil 604.30 millones de dólares), se observa un incremento de 4.2 por ciento, apuntó el texto.

El aumento se concentró en los rubros de reinversiones y de nuevas inversiones, aunque el ajuste posterior de las cifras podría modificar este resultado, puntualizó la SE.

La inversión extranjera registrada a la fecha para 2019 provino de 4 mil 353 sociedades con participación de capital extranjero, 3 mil 776 contratos de fideicomiso y 27 personas morales extranjeras.

Por tipo de inversión (origen del financiamiento), el 53.1 por ciento de la inversión extranjera fue a través de la reinversión de utilidades; el 39 por ciento por nuevas inversiones y por cuentas entre compañías, el 7.9 por ciento.

Por sector, las manufacturas representaron el 47.2 por ciento de la inversión extranjera directa; los servicios financieros y de seguros el 15.3 por ciento; el comercio, 9.7; la información en medios masivos, 5.5 por ciento, la minería otro 5.5 por ciento.

Finalmente, la generación de energía eléctrica, agua y gas captó 3.8 por ciento de la inversión extranjera directa y los sectores restantes captaron 13, según la SE.

Por país de origen: Estados Unidos, 36.8 por ciento; España 22.1; Canadá, 97; Alemania, 9.2; Italia 4,5; y, otros países aportaron el 27.7 restante.

Según datos preliminares, el producto interior bruto (PIB) de México se contrajo 0.1 por ciento en 2019, lo que supone una sustancial caída frente al crecimiento de 2.1 del año anterior.

El 2019 estuvo marcado por la falta de acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá para aprobar su nuevo tratado comercial, bautizado como T-MEC.

No obstante, a finales de año se logró un acuerdo y el T-MEC ya fue ratificado por México y Estados Unidos. Se espera que Canadá lo haga en los próximos meses y el convenio comercial entre en vigor a mediados de este año, lo que podría beneficiar la llegada de inversión extranjera a México

México fue la segunda economía de AL que destinó más a la inversión extranjera en 2018: 10,704 mdd

jueves, enero 30th, 2020

México destinó 10 mil 704 millones de dólares, “un aumento notable” tras el “excesivo endeudamiento” de las grandes empresas mexicanas en los últimos años. Estados Unidos es el destino predilecto de las inversiones de la región, especialmente por las empresas mexicanas y brasileñas.

Madrid, 30 de enero (EFE).- Brasil y México fueron los países latinoamericanos que más invirtieron en el extranjero en 2018, según arroja el informe Global Latam presentado este jueves, que sitúa a Perú y Guatemala como dos de los que menos lo hicieron en el mismo periodo.

Según la segunda edición de este estudio realizado por el Instituto de Comercio Exterior de España Exportación e Inversiones (ICEX) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), el monto total de la región asciende a 38 mil 225 millones de dólares, una cantidad “ligeramente inferior” a la registrada en 2017.

Este “ligero” descenso se enmarca en un contexto global de caída, con una bajada del 13 por ciento interanual de los flujos mundiales de Inversión Extranjera Directa (IED) en 2018, afectada sobre todo por las políticas fiscales de Estados Unidos, según datos del Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad).

La consejera delegada de ICEX, María Peña, destacó la importancia que tiene América Latina para España y se mostró satisfecha por el esfuerzo que el país hace en ese sentido.

Por su lado, el responsable de Economía y Empresa de la Secretaría General Iberoamericana, Pablo Hardy, recordó que América Latina “siempre ha visto el comercio como vía de desarrollo” y celebró que las relaciones comerciales de la región con España sigan generando “lazos”.

BRASIL Y MÉXICO A LA CABEZA

Brasil se consolidó como el gran inversor de la región en el extranjero con un acumulado de 377 mil 584 millones de dólares y 14 mil 695 millones en 2018, mientras que México destinó 10 mil 704 millones de dólares, “un aumento notable” tras el “excesivo endeudamiento” de las grandes empresas mexicanas en los últimos años.

Detrás de estas dos grandes economías se situó Colombia, con 5 mil 122 millones de dólares en IED, “uno de los mayores niveles nunca alcanzados”, señala el informe, que apunta a que las cifras de Uruguay (2 mil 280 millones) “están condicionadas por los flujos financieros de empresas extranjeras”.

El estudio destaca que Chile redujo “mucho” sus inversiones en el extranjero “en los tres últimos años” hasta “alcanzar solo mil 949 millones de dólares en 2018” y que Argentina alcanzó “uno de los mayores montos nunca registrados”, con mil 802 millones de dólares, pese a sufrir “una fuerte recesión acompañada de inestabilidad cambiaria”.

Las inversiones directas desde Centroamérica “aumentaron continuamente en los últimos años”, recoge el texto, que especifica que en 2018 el monto llegó a mil 683 millones de dólares, con Panamá a la cabeza con 811 millones; Costa Rica, con 581; Guatemala, con 211, y Honduras, con 80.

En esa misma línea, el informe recuerda que varias economías centroamericanas y del Caribe “todavía no reportan datos oficiales” de IED, entre los que se encuentra República Dominicana, “que ha sido en los últimos años, junto con Panamá, la de mayor crecimiento de la región”.

Por último, Perú cierra la lista de IED latinoamericanos, con 19 millones, tras “experimentar una subida en la última década”.

Asimismo, las cifras de Venezuela tampoco aparecen precisadas en el informe, donde sí se apunta a que “la crisis económica ha arrastrado a las empresas que invierten en el extranjero”.

EL 60% DE LA IED SE QUEDA EN AL

El informe también recoge datos de inversión intraregional, que “no ha variado mucho durante la última década” y se mantiene “en un 60 por ciento de las inversiones anunciadas”.

Dentro del 40 por ciento restante, Estados Unidos es el destino predilecto de las inversiones de la región, especialmente por las empresas mexicanas y brasileñas, y en la Unión Europea, España sigue recibiendo el mayor monto de las inversiones, seguido de Reino Unido y Portugal.

En ese sentido, el texto destaca “la escasa presencia de multinacionales latinoamericanas en Asia, especialmente en China, principalmente porque las mayores multinacionales de América Latina están en sectores como la explotación de recursos naturales, industrias pesadas y los servicios, en los que China apenas recibe IED”.

México se estanca de Fox a AMLO: Son 19 años con escasa inversión, y la economía mundial no ayuda

martes, noviembre 12th, 2019

El crecimiento económico de México está estancado y el pronóstico más optimista para este año ronda entre los 0.5 y los 0.1 puntos porcentuales. Aunque la situación actual es consistente con el clima de recesión internacional, en los últimos 19 años los gobiernos de México han batallado para sacar adelante a la economía nacional.

Entre 2000 y 2018, la desaceleración del mercado interno y los obstáculos de la economía global trajeron consigo momentos de tensión económica, inclusive habiendo dos años (2001 y 2009) con déficit de crecimiento.

Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).- La economía mexicana se ha desacelerado en 2019, mientras que en el contexto internacional se avecina un clima de recesión o estancamiento económico.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) indican que durante el primer trimestre de este año, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) dio marcha atrás en 0.3 por ciento con respecto al cuarto trimestre de 2018. Asimismo, el PIB del tercer trimestre de 2019 fue 0.4 por ciento menor al del tercer trimestre de 2018.

El estancamiento económico se debió, principalmente, a la falta de crecimiento de las actividades secundarias (industria y construcción) del país.

La situación de estancamiento económico no es particular de este sexenio y se ha repetido en los últimos 19 años, en momentos en que el entorno internacional fue difícil.

En el sexenio de Vicente Fox Quesada, en los años 2000, 2001, 2002 y 2004 hubo siete trimestres en que el crecimiento económico fue negativo. Ello ocurrió en momentos de desaceleración económica global, que empezó a menguar a partir del 2002.

Inclusive, durante el primer año de gobierno de Fox, la variación anual del PIB fue negativa (-0.4 por ciento).

AMLO

De acuerdo con CIBanco, el gran reto de AMLO será dar certeza de respeto a los contratos, además de que el gasto público y la inversión empiecen a fluir de forma significativa. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro.

Lo mismo sucedió durante los años de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Entre 2008 y 2009, el crecimiento económico de México se contrajo, sobre todo por la crisis mundial a partir del colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.

Como consecuencia, el PIB mexicano se desaceleró entre 2006 y 2009, año en que el crecimiento económico mexicano volvió a ser negativo (-5.3 por ciento).

La economía de México batalló por salir a flote durante el calderonismo, y al final de su sexenio, la economía pareció asomar la cabeza, cerrando 2012 con un crecimiento de 3.6 por ciento.

Sin embargo, los tropiezos económicos no tardaron en llegar. La transición de gobierno, como es usual, golpeó la economía. Pero a lo largo del sexenio de Enrique Peña Nieto la economía tuvo cuatro trimestres con crecimiento negativo, en los años 2013, 2015, 2017 y 2018.

Fue durante esos años, entre 2014 y 2016, que la economía internacional se vio golpeada por la caída del precio internacional del petróleo.

PROMESAS Y REALIDAD

El crecimiento económico de México es como la piedra de Sísifo: los políticos prometen llevarla a la cima, pero antes de llegar a ella se les viene encima y rueda cuesta abajo. Esto ha venido pasando en el país durante los últimos 19 años.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que la economía nacional crecería al cuatro por ciento anual, en promedio, durante su sexenio. Esto implicaría un crecimiento de 4.7 por ciento (anual sostenido) de 2020 a 2024, considerando las perspectivas más recientes de crecimiento para 2019: 0.5 por ciento, de acuerdo con las principales organizaciones financieras (Banco Mundial, Banxico, MCO, FMI, OCDE, entre otras).

A sabiendas de que el primer año de gobierno de cualquier Presidente suele caracterizarse por una desaceleración económica en comparación con el año anterior –en 2001 fue de -0.4 por ciento, en comparación con el 4.9 por ciento en 2000; en 2007 fue de 2.3 por ciento, en contraste con el 4.5 por ciento de 2006; y en 2013 fue de 1.4 por ciento, en comparación con el 3.6 por ciento de 2012–, los pronósticos de los primeros mandatarios suelen no corresponder con la realidad de sus respectivos sexenios.

En mayo del año 2000, Vicente Fox Quesada puso en la mesa la posibilidad de un crecimiento anual del 7.5 por ciento. Sin embargo, durante el sexenio de Fox el crecimiento económico se estancó y promedió dos puntos porcentuales por año.

Aunque en sus años de mandato hubo avances en el sector financiero, la industria –sobre todo pequeña y mediana– decayó y la inversión extranjera directa (IED) fue a la baja por una “tendencia hacia la pérdida de competitividad de la economía mexicana en los mercados externos”, de acuerdo con el Foro Económico Internacional.

Algo similar sucedió con los dos gobiernos subsecuentes.

A principios de su sexenio, Felipe Calderón Hinojosa adelantaba un posible crecimiento superior al tres por ciento anual. Pero al final de su gobierno, el PIB del país creció a un ritmo de 1.8 por ciento al año, en promedio.

Pese a que su gobierno tuvo que enfrentar una crisis económica internacional a partir de 2008, que se complicó con problemas en las cadenas globales de producción entre 2010 y 2011, en sus seis años de administración hubo un crecimiento de la inversión privada, pero con estancamiento en las inversiones pública y extranjera.

En el caso del ex Presidente Enrique Peña Nieto, la promesa de crecimiento económico previó un incremento anual promedio de cinco por ciento.

Sin embargo, su administración enfrentó problemas en materia de inversión, aumentos inusitados en deuda pública, devaluación del peso e inflación por las caídas del precio internacional del petróleo entre 2014 y 2016, que llevaron al país a crecer a un ritmo de 2.4 por ciento anual, en promedio.

Pese a que cada sexenio ha tenido pros y contras en materia económica, una realidad en México ha sido el estancamiento de las inversiones (pública, privada y extranjera) en los últimos 19 años.

Los datos preliminares sobre inversión en lo que va de 2019, indican que la inversión pública, privada y la IED fueron a la baja en 14, 13.4 y 33 por ciento real en comparación con las cifras al cierre de 2018.

De esta forma, mientras que el año pasado las inversiones fueron equiparables al 22.1 por ciento del PIB, en lo que va de este año han sido equiparables al 21.1 por ciento.

LA VUELTA EN “U” DE FOX

Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006) el crecimiento del PIB fue de dos por ciento anual en promedio. Esta tasa de crecimiento muestra un “cuasi-estancamiento” de la economía mexicana, de acuerdo con el estudio “La economía mexicana en el gobierno de Vicente Fox” del Investigador Nacional Nivel II, Jaime Ornelas Delgado.

El crecimiento del primer sexenio panista fue el más bajo registrado entre los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz Bolaños (1964-1970) y de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), salvo por el periodo de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) en que el PIB cayó 0.05 por ciento, en promedio.

Para el doctor Ornelas, en este periodo, uno de los principales problemas que afectaron la inversión privada fue la reducción en la inversión pública, “que cuando cae deja de estimular a la inversión privada, que no puede suplir la reducción de la inversión pública debido al elevado volumen de recursos necesarios para invertir en infraestructura”.

La información oficial indica que entre 2000 y 2003 la inversión (pública, privada y extranjera) fue a la baja. Sin embargo, entre 2004 y 2006 repuntó y cerró el sexenio de Fox tal y como en su primer año de gobierno: con un grado de inversión equiparable al 21.5 por ciento del PIB.

VICENTE-FOX

“Recibo este gobierno con una economía en marcha ciertamente, pero con un presupuesto con muy escaso margen de maniobra para responder a los enormes rezagos sociales”, dijo Fox en 2000, durante su protesta como Presidente de México. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro.

Dado que el grado de inversión entre 2001 y 2006 es inferior o igual al del año 2000, es posible decir que la inversión durante el sexenio de Fox sólo creció en el año en que llegó al poder, es decir, en el último año de gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León.

De acuerdo con Ornelas, “el estancamiento de la economía se asocia a la deformación de la estructura productiva”.

Lo anterior es de suma importancia considerando que durante el sexenio de Fox las actividades primarias (materia prima) dieron la misma vuelta en “u” que el crecimiento de la inversión en México. Asimismo, las actividades secundarias (industria y construcción) decayeron (de 36 a 34.9 por ciento del PIB) y las actividades terciarias (servicios y comercio) tuvieron un estancamiento (su incremento real fue de apenas 1.3 puntos porcentuales en seis años).

El estancamiento de las inversiones en México, el lento crecimiento económico y la caída de la industria –a pesar del repunte del sector financiero– en la composición del PIB fueron, precisamente, unos de los factores que distorsionaron la economía mexicana.

Además de los factores internos, la economía mexicana se vio afectada por situaciones en el contexto económico mundial.

Entre 2000 y 2001, hubo una desaceleración de la economía mundial. Sin embargo, entre 2002 y 2004 el comercio internacional impulsó la economía global, sobre todo por la reactivación de la economía de Estados Unidos y el acelerado crecimiento en las exportaciones chinas.

En el año 2005, no obstante, el mundo volvió a sufrir una desaceleración económica por la “tendencia ascendente que han registrado los precios del petróleo, las limitaciones de la capacidad en los sectores basados en los recursos, la adopción de políticas monetarias más restrictivas en Estados Unidos y la maduración del ciclo de inversión después de un año de acelerado crecimiento”, refieren datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados refiere en ese sentido que, entre 2000 y 2006, la economía mexicana siguió la tendencia de la economía mundial.

“Mientras en 2000 se alcanzó un crecimiento de 6.60 por ciento favorecido por el buen desempeño del sector externo, altos niveles de empleo y recuperación en las remuneraciones reales de los trabajadores, en 2001 cayó a 0.16 por ciento, consecuencia de la desaceleración de la actividad económica de Estados Unidos dada la estrecha relación económica que se tiene con ese país, lo que propició un incremento en la tasa de desempleo”.

Empero, entre 2002 y 2004 la economía mexicana tuvo “crecimiento marginal” sustentado por el consumo interno, la demanda de exportaciones no petroleras y la producción manufacturera que, irónicamente, propició la necesidad de más importaciones y por ende, “generó el desequilibrio de la balanza comercial”.

A partir de 2005 y 2006 México continuó con su lento crecimiento. En esos años, las exportaciones petroleras, las remesas y el aumento de créditos al consumo sostuvieron la economía.

“Sin embargo el crecimiento menos favorable en 2005 se puede explicar porque el crecimiento por actividad económica en los sectores industrial y agropecuario fue bajo, siendo estos de 1.57 y 1.52 por ciento, respectivamente, mientras que el sector servicios tuvo una actividad más dinámica presentando un crecimiento de 4.18 por ciento para dicho año”, refiere el CEFP en su estudio “Evolución de la Economía y las Finanzas Públicas 2000-2006”.

CRECIMIENTO A LA BAJA

Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) México tuvo bajos niveles de inflación, un récord positivo de reservas internacionales y una deuda pública estable.

Sin embargo, en sus años de mandato el crecimiento del PIB fue de 1.8 por ciento anual en promedio. Un “limitado crecimiento” económico que, de acuerdo con los informes de la Cuenta Pública de 2012 de la Auditoría Superior de la Federación, conllevó “precarias oportunidades de empleo formal’’ y aumento de la informalidad.

Lo anterior implicó bajos ingresos y poder adquisitivo.

De acuerdo con un estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, durante el segundo sexenio panista el salario real de los trabajadores mexicanos registró una pérdida de poder adquisitivo de 42 por ciento.

La crisis, consecuencia del bajo crecimiento que tuvieron los salarios nominales en el país frente al comportamiento de los precios de la canasta alimentaria, generó una desaceleración en las inversiones y conllevó reducidos niveles de productividad y carencias de seguridad social y servicios de salud.

La información oficial indica que entre 2006 y 2008 la inversión (pública, privada y extranjera) fue al alza en 1.7 puntos porcentuales. Sin embargo, entre 2008 y 2010 la productividad decayó, para levantarse un poco en los dos últimos años del sexenio de Calderón, que sufrió un efecto similar al de la vuelta en “u” del sexenio de Vicente Fox Quesada.

FELIPE-CALDERON

“Sé que no se han generado todos los empleos que necesitamos, pero aquí también hay resultados favorables: desde enero de 2007 se han generado más de 2 millones 240 mil empleos”, dijo Calderón en septiembre de 2012. Foto: Diego Simón Sánchez, Cuartoscuro.

Con Calderón, las inversiones en México estuvieron estancadas. Tuvieron un crecimiento real de 1.3 puntos porcentuales impulsado, sobre todo, por el incremento de las inversiones privadas (1.7 por ciento real), un aumento prácticamente nulo en el grado de inversiones públicas y un déficit de 0.4 puntos porcentuales en la IED.

En este contexto de escaso crecimiento económico, las “distorsiones” en la estructura productiva de la economía mexicana también fueron observables.

Durante el sexenio de Calderón las actividades primarias (materia prima) y secundarias (industria y construcción) decayeron en 0.1 y 2.6 puntos porcentuales como porcentaje del PIB. En cambio, las actividades terciarias (servicios y comercio) tuvieron un incremento real de 2.6 puntos en seis años.

Pese a que la economía mexicana siguió requiriendo de un impulso a la productividad y una estructura que cerrara la brecha de desigualdades, el país no sufrió de un choque externo –o un descalabro mayor– después de la crisis financiera internacional de 2008-2009, por el colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, gracias a la relativa estabilidad económica y macroeconómica que perduraba desde principios de los dosmiles.

Sin embargo, durante el sexenio de Calderón, además de los problemas internos, la economía internacional implicó retos para el país debido a la caída de los precios del petróleo y al detrimento del crecimiento económico global a partir de 2009.

Entre 2010 y 2011, el crecimiento económico mundial se redujo de 5.3 a 3.9 por ciento, principalmente por desastres naturales ocurridos en Japón que ocasionaron problemas en las cadenas globales de producción. Esto es, un alza en los precios de las materias primas e incertidumbre en los mercados financieros internacionales, de acuerdo con el informe de “Evaluación de la Cuenta Pública 2011” de la Cámara de Diputados.

El complicado entorno internacional y la baja productividad en México implicó que durante el sexenio de Calderón persistiera un crecimiento económico limitado, con tasas de desempleo e informalidad elevadas, además de condiciones financieras débiles.

EL “MEXICAN MOMENT”

“Con todas las 13 reformas peñistas, la economía mexicana aún sufre del mismo problema de antaño: debilidad crónica de la inversión”, dijo en noviembre de 2018 el director general de Moody’s para América Latina, Alfredo Coutiño.

Entonces México ya había atravesado una serie de tropiezos económicos que sustituyeron el llamado “Momento Mexicano” –es decir, la promesa de un desarrollo nacional impulsado por cambios legales como las reformas energética y fiscal, así como por pactos políticos– con una realidad poco prometedora:

México cargaba con una deuda (equiparable al 45.5 por ciento del PIB) superior a la de los sexenios de Zedillo (30.6), Fox (29.5) y Calderón (37.2).

El país tampoco había dado los resultados esperados en materia de generación de empleos y combate a la desigualdad, pese al decremento en la pobreza registrado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Asimismo, México aún pagaba los platos rotos por la devaluación del peso (46.4 por ciento entre 2012 y 2018) y la inflación que se disparó en 2017 por el llamado “gasolinazo”, una de las peores crisis en los precios de bienes y servicios del sexenio, posterior a las caídas del precio internacional del petróleo en 2014, 2015 y 2016.

Las cifras oficiales indican que entre agosto de 2013 y enero de 2016, la mezcla mexicana de exportación pasó de 100 a 23.9 dólares por barril.

Por lo anterior, lo dicho por Coutiño no fue en vano.

En los años de gobierno de Peña Nieto el crecimiento del PIB fue de 2.4 por ciento anual en promedio. Este nivel –aunque fue superior al de Fox (2 por ciento) y Calderón (1.8 por ciento)– fue insuficiente según el grado mínimo de crecimiento anual necesario (4.5 por ciento) para México, de acuerdo con la OCDE.

La poca productividad se debió a la crisis de las inversiones (pública, privada y extranjera) en el país.

Por un lado, la tendencia positiva de crecimiento de las inversiones durante el periodo 2000-2012 (que pasó de 21.5 a 22.8 por ciento del PIB) se vio contrariada.

EPN

La economía de México creció a un ritmo promedio de 2.4 por ciento anual con Peña. Según el Inegi, son los mejores resultados desde el sexenio de Zedillo (3.3 por ciento anual en promedio). Foto: Presidencia.

A partir de 2013, las inversiones totales en México ascendieron al 21.3 por ciento del PIB, hasta colocarse en 22.1 por ciento al cierre de 2018. Dado que el grado de inversión entre 2013 y 2018 es inferior o igual al del año 2012, es posible decir que la inversión durante el sexenio de Peña Nieto tuvo tendencia negativa (-0.7 por ciento real durante seis años).

Lo anterior se debió a la caída de la inversión pública (-1.5 por ciento real) y privada (-0.4 por ciento), pese al incremento en la IED (1.2 por ciento real entre 2012 y 2018) en el marco de la firma de un nuevo acuerdo comercial (T-MEC) con Estados Unidos y Canadá.

Además de la caída general en las inversiones, el bajo crecimiento económico del país se debió al estancamiento en el crecimiento de las actividades primarias (2.9 por ciento real) y el descalabro en las actividades secundarias (-9.5 por ciento real), pese al repunte en las actividades terciarias (5 por ciento real).

La inversión extranjera directa crece 1.5% de enero a junio: SE; el primer inversor en México es EU

martes, agosto 20th, 2019

Por países de origen, Estados Unidos aportó el 37.9 por ciento; Canadá un 15.4; España representó el 11.1, Alemania el 6.5 y Bélgica un 4.1. Los otros países aportaron el 25 por ciento restante.

“Los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter preliminar y el que sufran actualizaciones en los trimestres sucesivos”, puntualizó la Secretaría de Economía.

México, 20 de agosto (EFE).- La inversión extranjera directa en México creció 1.5 por ciento en el primer semestre de 2019 frente al mismo periodo del año anterior hasta llegar a 18,102.4 millones de dólares, informó este martes la Secretaría de Economía (SE).

“Las cifras preliminares de inversión extranjera directa (IED) indican que durante el primer semestre de 2019 se captaron 18,102.4 millones de dólares, resultado neto obtenido de la diferencia entre 24,063.8 millones de dólares registrados como flujos de entrada y 5,961,.4 millones de dólares registrados como flujos de salida“, indicó el organismo en un boletín.

De esta manera, si se compara el flujo de 18,102.4 millones de dólares frente a los 17,842.3 millones de dólares, se observa un incremento del 1.5 por ciento en inversión extranjera directa.

“El aumento se concentró en los rubros de reinversiones y nuevas inversiones, aunque el ajuste posterior de las cifras podría modificar este resultado”, puntualizó el ministerio.

La inversión extranjera directa registrada a la fecha durante el primer semestre de 2019 provino de 3,104 sociedades con participación de capital extranjero, 1,558 contratos de fideicomiso y 18 personas morales extranjeras.

Por países de origen, Estados Unidos aportó el 37.9 por ciento; Canadá un 15.4; España representó el 11.1, Alemania el 6.5 y Bélgica un 4.1. Los otros países aportaron el 25 por ciento restante.

Por origen de la financiación, el 75.6 por ciento del total proviene de la reinversión de utilidades, el 23.9 por ciento de nuevas inversiones y el 0.5 por ciento por cuentas entre compañías.

Por sectores, las manufacturas representaron el 42.8 por ciento de la inversión recibida, el 12.9 por ciento de las inversiones llegaron al sector comercio, el 9.9 por ciento a los servicios financieros y de seguros, el 5.9 por ciento a la minería y el 5.5 a la generación de energía eléctrica, agua y gas.

En tanto, la información en medios masivos recibió el 5.4 por ciento de toda la inversión extranjera directa y los sectores restantes captaron 17.6 puntos.

“Los montos reportados únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter preliminar y el que sufran actualizaciones en los trimestres sucesivos”, puntualizó la Secretaría de Economía.

“Es muy importante la inversión extranjera y el comercio exterior, que siga llegando la inversión extranjera y sigamos exportando bienes”, dijo este martes en su conferencia matutina el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al hablar del “plan integral” para desarrollar la economía.

El pasado 16 de mayo, el mandatario también celebró el positivo avance de la inversión extranjera directa, que creció un 7 por ciento interanual en el primer trimestre del año hasta los 10,161.9 millones de dólares.

La economía mexicana esquivó la recesión gracias a un escueto crecimiento de 0.1 por ciento en el segundo trimestre del año en comparación con el primero, aunque el Gobierno admitió que el país atraviesa una desaceleración económica.

EPN dice que transformó al país. Indicadores de pobreza, salarios, deuda o inflación lo desmienten

jueves, noviembre 29th, 2018

Las reformas estructurales del Gobierno de Enrique Peña Nieto que impulsaron el famoso “Mexican Moment” no alcanzaron para que al país creciera al 5.3 por ciento para 2018, como lo prometió. Durante su sexenio, la contracción promedio de deuda fue la más alta (43.2 por ciento del PIB) desde el sexenio de Salinas. La inflación promedio (4.2 por ciento) no fue mejor que la de sexenios anteriores. Y el desempleo y la pobreza apenas y se movieron desde 2012.

Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).- “Sé que lo más importante es generar oportunidades de desarrollo para todos. Por ello, mantuvimos la estabilidad económica e impulsamos la modernización de nuestro país”, dijo el Presidente Enrique Peña Nieto en un video compartido en sus redes sociales este jueves 29 de noviembre.

Pero después de seis años de gobierno peñanietista, los resultados económicos no fueron los prometidos en 2012.

Durante su sexenio, la contracción promedio de deuda fue la más alta (43.2 por ciento del PIB) desde el periodo de Carlos Salinas de Gortari. La inflación promedio (4.2 por ciento) no fue mejor que la de los dos sexenios anteriores. Y aunque sí fueron creados más empleos, fue con salarios equivalentes a uno o dos salarios mínimos (a la par que los puestos con mayores ingresos fueron a la baja). Asimismo, el tipo de cambio alcanzó máximos históricos y la pobreza apenas disminuyó.

A pesar de estos datos, México mantiene su estabilidad macroeconómica. El mayor acierto del sexenio del Presidente Peña fue la implementación de las 11 reformas estructurales, sobre todo por su impacto positivo para la Inversión Extranjera Directa (IED), refirió un análisis del Banco Base.

Estas enmiendas constitucionales debían incrementar “el crecimiento potencial de la economía mexicana” en 1.9 puntos porcentuales durante el sexenio, según los estimados del Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (2013).

Para ello, el Gobierno federal propuso que el crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, que cuantifica el valor monetario del conjunto de bienes y servicios finales que produce el país, pasara de 3.4 a 5.3 por ciento entre 2013 y 2018.

Sin embargo, el crecimiento promedio anual del PIB mexicano fue de 2.5 por ciento durante el periodo, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El crecimiento económico del país fue mayor al registrado en los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa (1.7 por ciento anual, en promedio) y Vicente Fox Quesada (dos por ciento). Aunque no tan positivo como el de Ernesto Zedillo Ponce de León (3.4) y Carlos Salinas de Gortari (3.9).

En 2013, la firma del Pacto por México (PRI-PAN-PRD) dio pie a la aprobación de las reformas estructurales. Se respiró entonces un ambiente de confianza que influyó de manera positiva en las inversiones extranjeras y al consumo en el mercado interno. Foto: Juan Pablo Zamora Pérez, Agencia Cuartoscuro.

En el caso de la IED, que corresponde al 15 por ciento de las inversiones totales, su crecimiento como proporción del PIB fue equiparable a la registrada durante el sexenio de Fox (tres por ciento) y superior a la de Calderón (2.4 por ciento), según cifras de la Secretaría de Economía.

De acuerdo con Banco Base, “la confianza y estabilidad macro permitieron que la Inversión Extranjera Directa en México durante el sexenio ascendiera a 198 mil 733 millones de dólares, hasta el tercer trimestre del 2018, cifra récord para ese indicador”. De esta forma, los resultados de la IED cumplieron con lo estimado en 2013.

El crecimiento del PIB y de la IED reflejan, hasta cierto punto, la estabilidad económica nacional y parte del resultado positivo de las reformas estructurales.

No obstante, aunque el PIB creció a un ritmo equiparable al promedio anual de los últimos 24 años (2.5 por ciento), continuó siendo insuficiente para el adecuado desarrollo nacional y contrastó con la falta de un balance en el gasto corriente, el incremento de la deuda pública, de la inflación, además de la reducción en inversiones físicas por parte del Gobierno, entre otros.

LOS DESACIERTOS DE PEÑA

Según Banco Base, la estabilidad en México sí se mantuvo en el sexenio de Peña Nieto. Empero, los errores económicos de la administración saliente, que “parecen haberse concentrado en el manejo de las finanzas públicas, por el endeudamiento, forma de gasto e inconsistencia entre lo anunciado y lo llevado a cabo”, contuvieron las oportunidades de desarrollo.

La falta de recortes al gasto público y su composición, por un lado, afectaron el desempeño nacional.

El gasto corriente como proporción del gasto programable pasó, entre 2013 y 2017, de 73.6 a 79.5 por ciento, con un crecimiento promedio anual de 5.4 puntos porcentuales (que es alto), de acuerdo con datos de la SHCP.

Esto significa que, durante este sexenio, la mayor parte del dinero del Gobierno federal fue utilizado para la adquisición de bienes y servicios del sector público, sin incrementar el patrimonio federal (como las inversiones).

En contraste, el gasto en inversión física –que tiene un efecto multiplicador sobre la economía porque genera empleos e infraestructura– decreció a una tasa anual de 2.8 por ciento, entre 2013 y 2017, al pasar de 22.2 a 14.7 por ciento del gasto programable.

La reducción de la inversión y el aumento del gasto corriente implican que, los recortes al gasto programable del Gobierno federal, fueron inadecuados o desproporcionados. Entre 2015 y 2016, por ejemplo, la administración de Peña Nieto anunció recortes al gasto público por dos cuestiones.

Una fue la caída de los precios del petróleo a nivel internacional (que apuntaló el posible ajuste de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos). Otra fue reflejo del aumento de la deuda pública y la relativa falta de disciplina fiscal derivada (que generó el riesgo de caída de la calificación crediticia del país a nivel internacional, y por tanto, un riesgo de fuga de capitales o de inversión privada).

De 2014 a 2015 y de 2015 a 2016, la Secretaría de Hacienda contrajo más deuda pública que cualquier otro año del sexenio (4.2 puntos porcentuales del PIB, cada año) para impulsar la economía nacional, afectada entonces por la disminución de los ingresos petroleros como parte de los ingresos presupuestarios.

En esos dos años, los ingresos petroleros tuvieron un decremento de 14.4 puntos porcentuales reales (o un déficit superior a 432 mil millones de pesos), de acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Sin embargo, la política de compensación de Hacienda no dio los resultados esperados. En esos años, el crecimiento económico de México retrocedió 0.2 puntos porcentuales reales del PIB y el endeudamiento creció como nunca.

La deuda ampliada o el Saldo Histórico de los Requerimientos del Sector Financiero Público –que incluye partidas financieras, pérdidas y créditos a bancos de desarrollo y fondos de fomento– pasó de 40 a 48 por ciento del PIB (equiparable a más de 2.7 billones de pesos) entre 2014 y 2016.

Como consecuencia, en 2016, el grado de endeudamiento mereció la advertencia de reducir la calificación crediticia del país, por parte de las tres principales calificadoras a nivel internacional (Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch Ratings).

Para evitar dicha minoración, ese año el gobierno implementó recortes presupuestarios por casi 164 mil millones de pesos. Las inversiones físicas y el gastos de capital, fueron dos de los rubros presupuestarios más afectados.

En general, entre 2013 y 2018, el Gobierno de Enrique Peña Nieto se propuso controlar los niveles de  endeudamiento (calculó una variación promedio de 1.72 por ciento del PIB; su resultado fue de 2.5 por ciento), tener un gasto corriente promedio equiparable a 12.4 puntos porcentuales del PIB (cerrará con casi 15 puntos) y un balance fiscal de -1.8 puntos del PIB (que fue, en promedio, de -2.5 por ciento).

No obstante, falló. Y la deuda, el gasto y los efectos negativos del contexto económico-financiero internacional deslavaron importantes resultados, como lo fue el aumento de los ingresos tributarios a partir de la implementación de la Reforma Fiscal, que superó las expectativas de crecimiento –a lo largo del sexenio– de 2.4 por ciento del PIB (alcanzó 3.5 puntos, entre 2013 y 2018), de acuerdo con cifras de la SHCP.

Aunque la enmienda cumplió con el objetivo de aumentar la recaudación (que pasó de 116 a 232 mil millones de pesos entre diciembre de 2012 y septiembre de 2018) y la base de contribuyentes (en 85 por ciento, según datos del Sistema de Administración Tributaria SAT), no cumplió con el uso eficiente de recursos para el desarrollo social (en salud, seguridad, pobreza, entre otros) y redujo las opciones para deducción (sobre todo afectando al pequeño contribuyente y a la inversión extranjera).

Según Oxfam, México aún no equilibra la balanza tributaria. Es decir, los ricos pagan menos impuestos, de manera proporcional, que las personas con menores ingresos. Por ello, urgió a principios de este año restablecer el impuesto sobre las herencias mayores a 10 millones de pesos, mejorar los ingresos del impuesto predial sobre la propiedad, recaudar un 35 por ciento sobre los rendimientos de capital (en lugar del 10 por ciento actual) y mejorar la rendición de cuentas.

INFLACIÓN, DESEMPLEO Y POBREZA

El incremento de los precios de las gasolinas en 2017 –de 20 a 25 por ciento, dependiendo de la región del país– derivado de la reducción paulatina de los subsidios a los energéticos desde 2012, impulsó el aumento de la inflación –afectada también por la depreciación del peso frente al dólar y las altas tasas de interés– que, en 2017, alcanzó sus niveles más altos (6.77 por ciento) desde la crisis económica de 2008 (6.53 por ciento).

Hasta octubre de este año, la inflación presentó una tendencia a la baja (4.9 por ciento) en comparación con 2017. Sin embargo, es superior a la tasa con la que inició el sexenio (3.57 por ciento al cierre de 2012) y superior a las fluctuaciones estimadas por el Banco de México (+/- tres por ciento).

En términos monetarios, la inflación implicó que, por ejemplo, los 7.5 millones de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo (2.6 mil pesos mensuales), de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), perdieran 25 pesos mensuales (el año pasado fueron casi 32 pesos).

El aumento acumulado de la inflación (37 por ciento entre 2012 y 2018) y la reducción real del poder adquisitivo contrastan con el incremento al salario mínimo durante el sexenio, que fue de 6.21 por ciento, según el cálculo de la Unidad de Datos de SinEmbargo.

Esto en un país en que sólo 4.9 millones de personas (cuatro por ciento de la población adulta) gana más de cinco salarios mínimos (159 mil pesos anuales) y donde, según las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), hay 73.6 millones de personas (60.2 por ciento de la población) que ganan menos de cinco salarios mínimos.

Durante el sexenio peñanietista, la tasa de desempleo decayó en un punto porcentual (pasó de 4.40 a 3.40 por ciento de la población económicamente activa), aunque en el último año la tendencia fue al alza (3.13 a 3.40 por ciento).

Comparado con otros sexenios, la tasa promedio de desempleo (cuatro por ciento) es menor a la observada durante el sexenio de Felipe Calderón (4.4 por ciento) y superior al promedio en los sexenios de Vicente Fox (tres), Ernesto Zedillo (3.5) y Carlos Salinas (tres).

En el caso de la pobreza, que hasta 2016 afectaba a 43.6 por ciento de la población en México, según Coneval, aunque decreció durante el sexenio, casi no se ha movido desde 2008 (44.4).

La pobreza patrimonial (54 por ciento de la población) y alimentaria (20 por ciento), por ejemplo, son casi idénticas a las del sexenio anterior (50 y 19 por ciento respectivamente) y superiores a las del periodo de Fox (47 y 17 por ciento, cada una).

La Inversión Extranjera Directa registra caída interanual de 8.4% respecto a 2015: SE

viernes, noviembre 18th, 2016

La Secretaría de Economía informó que México recibió inversión extranjera directa (IED) por 19.772,6 millones de dólares de enero a septiembre de 2016, 8.4 por ciento menos que los 21.585,6 registrados en el mismo periodo de 2015.

Foto: Isaac Esquivel

La Secretaría de Economía informó que la IED bajó respecto a 2016. Foto: Isaac Esquivel

México, 18 nov (EFE).- El país recibió Inversión Extranjera Directa (IED) por 19.772,6 millones de dólares de enero a septiembre de 2016, 8.4 por ciento menos que los 21.585,6 registrados en el mismo periodo de 2015, informó hoy la Secretaría de Economía.

En la presente administración, iniciada en diciembre de 2012, la IED acumulada es de 127.560,4 millones de dólares, cifra 54,0 por ciento mayor al monto correspondiente al mismo periodo transcurrido del sexenio anterior (82.820,8 millones de dólares).

La IED registrada durante los primeros nueve meses de 2016 provino de 3.058 sociedades con participación de capital extranjero, y por tipo de inversión (origen del financiamiento), 39,8 por ciento corresponde a reinversión de utilidades, 32,4 por ciento a nuevas inversiones y 27,8 por ciento a cuentas entre compañías.

El sector de manufacturas recibió 61.2 por ciento de la inversión, mientras 12.0 por ciento fue para servicios financieros, 6.0 por ciento para transportes, correos y almacenamiento, 4.2 por ciento para generación de energía eléctrica y 4.2 por ciento para minería. Los sectores restantes captaron 12,1 por ciento.

Estados Unidos fue el país de origen de 35,7 por ciento de las inversiones, seguido de España (13,2 por ciento), Israel (10,2 por ciento), Alemania (8,8 por ciento) y Canadá (6,4 por ciento). Otros 62 países aportaron el 25,7 por ciento restante.

Las cifras reportadas únicamente consideran inversiones realizadas y formalmente notificadas ante el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras de la Secretaría de Economía; de ahí su carácter preliminar y que sufran actualizaciones a la alza en los trimestres sucesivos.