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Las cartas de amor de Octavio Paz a Elena Garro son publicadas en un libro

miércoles, noviembre 24th, 2021

El libro incluye tanto las cartas manuscritas como su transcripción, así como algunos estudios sobre Paz y Garro, figuras fundamentales para la historia de las letras mexicanas.

Ciudad de México, 23 noviembre (EFE).- El libro Esta carta está en tus labios, presentado este martes en Ciudad de México, rescata las cartas de amor que envió Octavio Paz en 1935 a la también escritora mexicana Elena Garro, las cuales constituyen el “epistolario más personal” del nobel mexicano de Literatura.

“En esas cartas se puede ver que no podía vivir sin ella ni un solo minuto, ya quería que amaneciera para verla, dormía pensando en ella, se levantaba pensando en ella”, explicó el historiador Alberto Enríquez Perea, encargado del estudio de las cartas, en el evento celebrado en un café de la capital mexicana.

“Esta carta está en tus labios”, publicado por Ediciones de Lirio, recoge 23 misivas amorosas que Paz (1914-1998) envió a Garro (1916-1998) durante el verano de 1935, cuando iniciaron su noviazgo con 21 y 19 años, respectivamente.

El libro incluye tanto las cartas manuscritas como su transcripción, así como algunos estudios sobre Paz y Garro, figuras fundamentales para la historia de las letras mexicanas.

También se abordan las inquietudes del joven Paz relacionadas con la literatura y la filosofía.

Perea explicó que en esas cartas Paz explora “sentimientos íntimos como la pasión y el deseo” que luego formarán parte de su magistral obra poética.

El escritor mexicano y Premio Nobel de la paz, Octavio paz. Foto: EFE

“Con el amor de Elena sale todo aquello que todavía le faltaba: su pasión amorosa”, subrayó.

“Los epistolarios de Octavio Paz nos hablan del hombre público, del intelectual, del personaje, pero es más raro los epistolarios personales. Este probablemente sea el más personal de todos”, aseguró el ensayista José María Espinasa, quien prologó el libro.

El autor de El laberinto de la soledad y la escritora de “Los recuerdos del porvenir” se casaron en 1937, tuvieron una hija, Elena Paz Garro, pero se divorciaron en 1959 en medio de rencores y acabaron muy distanciados.

Espinasa explicó que el libro no recoge ese episodio, pues las cartas muestran un relato que “no está contaminado todavía por la vida cotidiana, el tiempo, la vejez y los desencuentros”.

“Todos conocemos la historia del matrimonio Paz-Garro y alrededor hay muy buena investigación literaria, pero a veces mucho amarillismo y búsqueda de escándalo”, opinó.

Los coautores de la obra expresaron su deseo de que algún día salgan a la luz las cartas con las que respondía Garro y que deberían estar entre los archivos personales de Paz.

En vísperas del Nobel de Literatura 2020, tres fabulosas escritoras que debieron ganar el galardón

sábado, octubre 3rd, 2020

El Premio Nobel de Literatura es quizás una oportunidad para que las voces premiadas puedan ser escuchadas. Existe una amplia lista de escritores que nunca ganaron el Nobel, pero por ahora recomendaremos a tres escritoras, muy diversas entre sí, que debieron tener este galardón en el transcurso de los años.

Por Karina Sosa

Ciudad de México, 3 de octubre (LangostaLiteraria).- Pienso si es necesario que los autores que uno admira y lee obstinadamente deberían ganar un premio como el que otorga la Academia Sueca. Me respondo que no. Leer es también una búsqueda, es hurgar para construir afinidades.

El mundo será caótico con todo y nuestras buenas intenciones. Las guerras y la literatura que se ha construido en torno a esos procesos de devastación y exterminio, nos hacen sentirnos abatidos en una realidad cada vez más fría, más cruel y deshumanizada.

La historia de los premios Nobel es realmente extensa. ¿Qué une a Maurice Maeterlink que escribió La inteligencia de las flores, editado recientemente por Zopilote Rey en Oaxaca, a Wisława Szymborska, a Imre Kertész, Elfriede Jelinek, Peter Handke y Camilo José Cela? Han ganado un premio acordado por un comité, en años distintos.

Kertész sobrevivió a Auschwitz, Handke ha sido criticado por sus posturas políticas, Elfriede Jelinek ha mostrado en sus textos la crueldad del mundo y la desolación de saber que todo está ya devastado. Maurice Maeterlink nos hace poner la mirada en las flores y su obstinación por sobrevivir mientras la humanidad ha desatado una cacería contra lo diverso.

El Premio Nobel de Literatura es quizás una oportunidad para que las voces premiadas puedan ser escuchadas. Tengo una amplia lista de escritores que nunca ganaron el Nobel, pero por ahora recomendaré a tres escritoras, muy diversas entre sí, que debieron tener este galardón. Cada vez que regreso a ellas es para asombrarme y ser feliz.

IDA VITALE

 

Nacida en 1923, en Montevideo, es una escritora que ha con sus poemas, ensayos y traducciones nos hace descubrir un microuniversos. “Voy hacia mi límite sin modificar el hábito infantil de asombro ante el mundo que acompaña incluso a los humanos desentendidos de inútiles minucias”, declara en alguno de sus libros. El asombro ante lo que creemos ya conocido y que revela sus mecanismos secretos, nos hace continuar con todo el dolor y la pesadumbre de estos días.

ELENA GARRO

Tenía quince años cuando leí Los recuerdos del porvenir y me sentí triste por Isabel Moncada, intenté emular la manera en que un pueblo contaba la historia de sus habitantes. Era la historia vista al otro lado del espejo. Pienso si esa escritura necesita premios como el Premio Nobel de Literatura. Me respondo que no. Elena Garro sobrevive, en estantes y bibliotecas. Resplandece y brilla como una piedrita encontrada en un río y tomada como amuleto para nuestra existencia. Elena Garro nació en 1916.

ANNE CARSON

En su libro Hombres en sus horas libres, Anne Carson comienza hablando de las cronologías. Menciona a Virginia Woolf y a Tucídides. Se pregunta por la muerte, para responder secretamente algo sobre la vida. Pero más allá de ese libro, en todos los libros de Carson hay una constante búsqueda de la belleza, de indagar sobre la poesía y su conexión con el mundo. Estas autoras, que no han ganado ni ganarán el Nobel, son parte de una larga lista de autores que me gustaría que ganaran un premio. Quizás para sentir que gano por primera vez una apuesta.

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RESEÑA | Alfaguara reúne los Cuentos completos de Elena Garro, dos más inéditos y un relato póstumo

sábado, enero 4th, 2020

Estos cuentos fueron escritos por la periodista, dramaturga y novelista mexicana entre 1964 y 1997. Podemos encontrar un hilo conductor y elementos semejantes en algunas historias, como la marginalidad, las desigualdades de género y clase social, y una profunda reflexión sobre el tiempo.

Elena describe la decadencia, angustia y tristeza en los más desolados u opulentos ambientes, situaciones presentes en los últimos libros de cuentos publicados en 1997: El accidente y otros cuentos inéditos y La vida empieza a las tres.

Por Natalia Domínguez

“El tiempo son imágenes, que se proyectan
en espacios sucesivos, como un juego de espejos…
El todo está en colocarse en el ángulo favorable.”
Elena Garro, Invitación al campo

Ciudad de México, 4 de enero (LangostaLiteraria).- Cuentos completos nos presenta todos los cuentos escritos por Elena Garro entre 1964 y 1997, un relato póstumo y dos más inéditos. Podemos encontrar un hilo conductor entre algunas historias y otras que, aunque no se correspondan exactamente, contienen elementos semejantes, como la marginalidad de los personajes, cierta violencia expresada verbalmente a partir de un eco del ambiente revolucionario y las desigualdades entre los roles de género y de clase social, además de una gran y profunda reflexión sobre la condición del otro y sobre todo, del tiempo.

Esa reflexión constante por el tiempo vivido y el tiempo dentro de la propia narración es uno de los principales elementos que llaman la atención desde La semana de colores (1964), primer libro de cuentos publicado por Elena Garro, cuya mayoría de relatos son protagonizados por Eva y Lelinca, dos hermanitas criollas que viven en Iztla, un poblado imaginario pero reconocible en cualquier pueblo mexicano. El volumen toma su nombre del cuento homónimo donde las niñas conocen a Don Flor, el hombre que dirige y castiga a los días y a quien las personas acuden para pedir ayuda:

Me llegan acobardados y yo les enseño el desorden de los días y el desorden del hombre. Me vienen a pedir que castigue al día en que va a correr su suerte. Quieren llevar ventaja y entrar con el día cansado. Hay los que van a jugar sus elecciones y yo les castigo el día del voto. (Don Flor a las niñas)

Leli y Eva no tienen una petición particular y en la mayoría de los demás cuentos protagonizan o atestiguan hechos extraños, como vivir un día paralelo siendo perros o presenciar el fusilamiento de un general para entender que “Nuestra vida son los ríos” y desembocan en el mismo mar. La evocación a la niñez en estos cuentos, el retrato de la vida social de la mujer y el juego con el tiempo en “La culpa es de los tlaxcaltecas” son deslumbrantes y conjuntan un pensamiento crítico y autoreflexivo con una cotidianidad fantástica posteriormente canónica.

El segundo volumen de cuentos, Andamos huyendo Lola (1980), intitulado igualmente como el relato más extenso de todos, tiene un tema central: la huida. La mayoría de las historias siguen a Lelinca, obligada a huir con su hija Lucía y sus gatos, Lola y Petrouchka (verdaderos gatos de Elena Garro), rodeados de un ambiente de paranoia y personajes marginados y sospechosos en Nueva York, lo que hace que todos desconfíen de los demás por distintas razones y provoca que, como lectores, no sepamos qué esperar de cada quién. Pero, sin duda, el mayor efecto que generó en mí fue la angustia y tristeza al saber que tu lugar de refugio es al mismo tiempo un lugar del cual desconfiar, porque entonces, como Lelinca pregunta a Lola: Estamos huyendo, Lola… ¿Para qué?

Lola es un gato, sí, pero personificado, con su propia historia, sufrimiento y sensibilidad; de esta forma, ¿será el único personaje que puede entender a Leli? Es Lola a quien ella alude constantemente cuando la idea de humanidad se desdibuja para ella y al mismo tiempo, Elena Garro defiende su postura ante la condición y formas del mundo en “Las cabezas bien pensantes”:

Lola, la libertad exige que no tengas libertad. Lo sabes porque conoces los tres tiempos que conforman un solo tiempo.

El cuento inédito «Amor y paz», tal vez el más cercano a la postura política de Elena Garro y la desilusión en general, trata sobre el revés de las cosas, desde la tapicería, las sábanas y las palabras hasta la revolución, los ideales socialistas y sus militantes a través de la experiencia de Remedios, la protagonista de este relato.

Así descubrió el revés de las cosas y supo que había dos realidades y con tenacidad examinó las sillas, los roperos, las cortinas persas […] y siempre había un revés que no coincidía con la belleza aparente de lo que la rodeaba.

Ese revés de las cosas, lo que no miramos aparentemente, pero sin el que el frente no existiría, está presente en la forma de narrar y en los personajes de Elena Garro, donde la belleza de las palabras puede describir y transmitir decadencia, angustia y tristeza en los más desolados u opulentos ambientes, situaciones que también encontramos en los últimos libros de cuentos publicados en 1997: El accidente y otros cuentos inéditos y La vida empieza a las tres, con tres cuentos protagonizados por mujeres casadas que son también el revés de la vida conyugal donde celos, infidelidades y abusos familiares se conjuntan.

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El regreso de Los recuerdos del porvenir, de Elena Garro. Penguin Random House reedita un clásico

martes, noviembre 26th, 2019

Publicada en 1963, Los recuerdos del porvenir de Elena Garro (11 de diciembre de 1916, Puebla de Zaragoza-22 de agosto de 1998, Cuernavaca) narra con una prosa poética en voz del pueblo mismo, la historia de Ixtepec, inspirado en Iguala, Guerrero, después de la Revolución. El pueblo es el personaje que todo lo ve y cuenta los tormentos provocados a los pobladores en tiempos del General Francisco Rosas, entre asesinatos, robos y otras ignominias esencialmente contra las mujeres y campesinos.

Por Enrique Mendoza Hernández

Ciudad de México, 26 de noviembre (ZETA).– Penguin Random House reeditó obra de Elena Garro: “Los recuerdos del porvenir necesitaba una edición en Alfaguara, y Alfaguara necesitaba Los recuerdos del porvenir”, expresó a ZETA Mayra González Olvera, directora literaria de Alfaguara México.

Una obra maestra de la literatura hispanoamericana que faltaba en el catálogo de la colección Narrativa Hispánica de Alfaguara es Los recuerdos del porvenir de Elena Garro, título que el sello de Penguin Random House Grupo Editorial acaba de publicar este año.

“Estamos muy contentos, empezamos conversaciones hacia mayo de 2018 más o menos, en ese momento se abrió la posibilidad de tener Los recuerdos del porvenir en Alfaguara, por ahí empezó la conversación”, expresó a ZETA Mayra González Olvera, directora literaria de Alfaguara México.

De manera tal que Los recuerdos del porvenir se une también a otras obras de Elena Garro en el catálogo de Penguin Random House, entre estas “Cuentos completos” (Debolsillo, 2018) y “Reencuentro de personajes” (Debolsillo, 2019).

“Es importante por la magnitud literaria, es decir, estamos frente a una verdadera obra maestra”. Foto: Especial

“Estamos en el proyecto hacia 2020, 2021, para ir sacando algunos libros como Mi hermanita magdalena, seguramente saldrá en Debolsillo; y una compilación de novelas breves en volumen uno y volumen dos en Alfaguara; habrá Elena Garro para rato, en Alfaguara y en Debolsillo de Penguin Random House”, complementó González Olvera, para luego abundar en la importancia de la reedición de Los recuerdos del porvenir en la literatura hispanoamericana.

“ES IMPORTANTE POR LA MAGNITUD LITERARIA”

Publicada en 1963, Los recuerdos del porvenir de Elena Garro (11 de diciembre de 1916, Puebla de Zaragoza-22 de agosto de 1998, Cuernavaca) narra con una prosa poética en voz del pueblo mismo, la historia de Ixtepec, inspirado en Iguala, Guerrero, después de la Revolución. El pueblo es el personaje que todo lo ve y cuenta los tormentos provocados a los pobladores en tiempos del General Francisco Rosas, entre asesinatos, robos y otras ignominias esencialmente contra las mujeres y campesinos.

— ¿Por qué es importante Los recuerdos del porvenir?, publicada incluso antes de “Cien años de soledad” de 1967…

“Es importante por varias razones. Es importante por la magnitud literaria, es decir, estamos frente a una verdadera obra maestra. Se ha comentado muchísimo: en realidad Los recuerdos del porvenir es la verdadera precursora del realismo mágico y se intuye que probablemente García Márquez, como otros escritores que se fueron por ese lado, tuvieron una cierta influencia ya de Los recuerdos del porvenir; entonces, es importante por la grandeza literaria, por la grandeza de la obra.

“Es importante también por el nivel de actualidad y de vigencia que tiene la obra. Los recuerdos del porvenir es una novela que leída hoy en 2019 en Chile, Colombia, Argentina, España, nos damos cuenta de que nos está hablando de lo que estamos viendo en este momento, de lo que todavía tenemos pendiente como sociedad del tema de la violencia contra la mujer, del racismo, del robo y maltrato a los campesinos, de lo que pasa cuando termina finalmente el sueño revolucionario y viene la cruda realidad”.

González Olvera sentenció: “Los recuerdos del porvenir es una novela necesaria y debe estar en librerías con permanencia, también con elementos que la refrescan, que es lo que nosotros hicimos con esta edición”.

“UNA NOVELA TOTALMENTE REDONDA”

En entrevista con ZETA, la directora literaria de Alfaguara México, Mayra González Olvera, valoró la voz narrativa, estructura, personajes y otros elementos que hacen de Los recuerdos del porvenir, “una novela redonda”.

“Elena Garro sin duda tenía una imaginación brutal. Los recuerdos del porvenir es una novela totalmente sensorial, que realmente sentimos el pueblo; escuchamos su voz, olemos sus olores, entramos a las casas. De entrada ya el tema de cómo los lectores nos enfrentamos a las primeras páginas, a esta voz que nos habla, es una voz peculiar, una narración bastante distinta, bastante particular y resulta que es la voz del pueblo. La manera en que Elena Garro arma esta voz narrativa, en la que hace que el pueblo nos hable durante toda la narración; la manera en que convierte al pueblo en un personaje, es la parte de estos elementos que tiene la novela”, manifestó González Olvera a este Semanario.

Penguin Random House reeditó obra de Elena Garro: Los recuerdos del porvenir. Foto: Especial

Y abundó sobre algunos elementos fantásticos en Los recuerdos del porvenir:

“Hay varios elementos que es justamente lo que le llega a pasar a algunos personajes y que no tienen que ver con la realidad, tiene que ver más con mecanismos fantásticos; ahí es donde ocurren ciertos guiños fantásticos dentro de la narración”.

En torno al tiempo y los personajes, refirió:

“Una cosa muy importante en Los recuerdos del porvenir es cómo a través de la narración que Elena Garro hace, nos va dando esta sensación de lentitud del tiempo, de que van pasando poco a poco las situaciones que estamos viviendo, el manejo del tiempo es magistral en la novela. Lo otro son los personajes, la manera en que profundiza en la naturaleza humana, en la que puede dibujar a un personaje como el General Rosas, que es un villano, que es sangriento, que en verdad es completamente injusto con sus acciones, pero es también un hombre que ama, que se obsesiona, que se siente vulnerable cuando ya está frente al objeto de su deseo y se da cuenta que no necesariamente lo quiere, que no necesariamente le va a dar de su lado. El personaje de Julia es una mujer muy de su tiempo, pero también de nuestro tiempo”.

Mayra González remató: “Los recuerdos del porvenir tiene elementos por todos lados: si lo vemos en la estructura, en el manejo del tiempo, en la construcción de personajes, en el lenguaje, entonces es una novela totalmente redonda”.

REFLEXIONAN SOBRE LA OBRA DE GARRO

Los recuerdos del porvenir incluye cinco textos de algunas autoras que valoran la obra de Elena Garro, entre ellas Gabriela Cabezón Cámara, Isabel Mellado, Lara Moreno, Guadalupe Nettel y Carolina Sanín.

“Lo que hace Garro es excepcional, es representar eso que no estaba representado aún, la experiencia del tiempo en este subcontinente en el que la Conquista no se acaba nunca. Y lo logra de modo tal que no podemos soltar la novela hasta terminarla. Y cuando termina la soltamos con pena. Y la volvemos a agarrar enseguida”, advierte Gabriela Cabezón Cámara en “Un día latinoamericano”.

“Frente a las injusticias, abusos de poder e infamias constantes que se acumulan en Ixtepec, muchos otros de sus habitantes sueñan con la huida. Garro, generosa con sus personajes de Los recuerdos del porvenir, les concederá la ilusión de un respiro, una posible rebelión frente a sus anhelos de cambio, mediante el teatro, el baile, las palabras del diccionario”, escribe Isabel Mellado por “Rescatar con la palabra”.

“Elena Garro contó un mundo que apenas ha cambiado. Porque solo hemos limpiado el polvo de los muebles viejos, todavía. Porque queda tanto camino por hacer. Ha llegado a mis manos un libro hermoso, suave y duro como un paisaje olvidado. Elena Garro es la memoria: aquello de lo que nunca nos debemos alejar”, sentencia Lara Moreno en “Las mujeres de Ixtepec”.

Elena Garro falleció el 22 de agosto de 1998. Foto: Especial

Y en su texto Un canon por venir, Guadalupe Nettel señala: “Aunque el término ‘realismo mágico’ fue acuñado en 1925 por el crítico alemán Franz Roh, el género se hizo mundialmente famoso a partir de la obra de Gabriel García Márquez, que debe mucho -lo reconociera o no- a la de Elena Garro. Hay que recordar que la autora escribió esta novela en 1952 y la publicó antes de que salieran a la luz tanto Cien años de soledad, como Terra nostra y Casa de campo, consideradas hoy en día como las mayores exponentes del realismo mágico latinoamericano. Es imposible no detectar en Los recuerdos del porvenir otros fragmentos que después retomarían otros escritores”.

Finalmente, Carolina Sanín lapida en La piedra aparente: “La expresión propia del realismo mágico, que no llamaremos más así, es una modalidad de la metáfora que no solo vincula objetos a través de la semejanza de sus naturalezas, sino que también vincula distintas temporalidades, desafiando la lógica de las causas y las consecuencias: ‘Desde que los zapatistas me quemaron la casa, se me queman los frijoles’, dice un personaje de Los recuerdos del porvenir”.

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Felipe Ángeles, obra de Elena Garro y favorito de AMLO, reactivará teatros del IMSS con presupuesto de 3 mdp

jueves, octubre 31st, 2019

“¿Por qué tal cantidad, si el mayor presupuesto para una producción mexicana con dinero público son 2 millones, que tiene de tope el estímulo fiscal de Efiteatro? ¿Por qué 30 funciones, cuando el INBA programa 12 para los grupos independientes?”, cuestiona el periodista y director de escena Juan Carlos Franco, a quien preguntamos su opinión del tema.

La puesta en escena, dirigida por Rodolfo Guerrero, gira en torno a Felipe Ángeles, uno de los personajes históricos más queridos del Presidente. La obra se presentará en el Teatro Juan Moisés Calleja, de la red de teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del 26 de noviembre al 29 de diciembre.

Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).- Se aproxima el estreno de la obra de teatro Felipe Ángeles, de la escritora Elena Garro, que se presentará en el Teatro Juan Moisés Calleja, de la red de teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) del 26 de noviembre al 29 de diciembre. Llama la atención el presupuesto invertido en esta producción (más de 3 millones de pesos), el número de funciones y la elección del elenco, entre otras cosas.

“¿Por qué tal cantidad, si el mayor presupuesto al que puede aspirar una producción mexicana con dinero público son los 2 millones que tiene de tope el estímulo fiscal de Efiteatro? ¿De dónde salió el dinero? ¿Por qué 30 funciones, cuando el INBA programa sólo 12 para los grupos independientes?”, cuestiona el periodista y director de escena Juan Carlos Franco, en el texto “Por qué Felipe Ángeles”, publicado este lunes en el portal Teatromexicano.

La puesta en escena, dirigida por Rodolfo Guerrero, gira en torno al General villista Felipe Ángeles, uno de los personajes históricos más queridos del Presidente Andrés Manuel López Obrador; tanto así que con ese nombre bautizará al aeropuerto de Santa Lucía. Justamente el lanzamiento de la obra coincidirá con el centenario de éste héroe de la Revolución, quien fue fusilado en tiempos de Venustiano Carranza el 26 de noviembre de 1919.

“La idea es reconocer a figuras de la historia mexicana que fueron olvidadas o injustamente reconocidas, como es el caso de Felipe Ángeles”, explicó Olga Georgina Martínez, Coordinadora de Bienestar Social del IMSS en entrevista con El Universal.

El coordinador artístico será Antonio Zúñiga, director del Centro Cultural Helénico, y contará con elenco de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), dirigida por Enrique Singer. Respecto a estos datos, el escritor también se pregunta el verdadero papel de la CNT y por qué la llamada Comisión Nacional de Celebraciones Históricas solamente es mencionada en el boletín de la propia obra de teatro.

Ante tantas interrogantes y pocas certezas, preguntamos a Juan Carlos Franco su opinión de este tema, del cual no hay mucha información hasta ahora. A su vez, el periodista dialogó con Antonio Zúñiga este martes.

***

En tu texto realizas varias preguntas. ¿Tienes alguna gran respuesta general del por qué de esta superproducción? ¿Es simple capricho del Presidente?

Hasta ahora, la única respuesta es una entrevista con Olga Georgina Martínez, Coordinadora de Bienestar Social del IMSS, en El Universal. En ella, dice que se trata de una decisión de la Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos, presidida, valga la redundancia, por el Presidente de la República. Al mismo tiempo, habla de la reactivación del Sistema de Teatros del IMSS, una iniciativa que llevamos esperando hace mucho tiempo en la comunidad teatral, y lo hace no sólo como entidad programadora sino también como productora.

La Coordinadora dice que se trata de un programa integral para el sexenio, lo cual pone a Felipe Ángeles como el banderazo de un programa que es sumamente necesario. Y que sea, además, con una obra de una de las dramaturgas más importantes (y más relegadas) del siglo XX en México me parece un gran acierto. El problema no es que exista esta obra, sino que sea sólo ésta mientras otras tantas no pueden ser producidas por los recortes presupuestales y la incertidumbre ante los ataques del Presidente.

Tomando en cuenta los problemas que ha enfrentado el sector salud en los últimos meses, ¿crees que a la gente le enfade el presupuesto invertido en esta obra cuando se estrene? 

No puedo hablar por la gente. El IMSS insiste que es una partida presupuestal que tienen especialmente para ese tipo de eventos. De cualquier manera, el presupuesto del IMSS tiene en 2019 es de 746,738 millones de pesos (según el PEF). 3 millones no son absolutamente nada en comparación del presupuesto anual del Instituto, y creo de todo corazón que la salud pública no está sólo en la atención médica sino, como dice la Coordinadora, en el esparcimiento y la cultura. Es por eso que existen los teatros del IMSS, en primer lugar.

— Mencionas también el contraste de una obra de este perfil en comparación con el estandarte de la 4T de austeridad y cultura para todos. ¿Qué opinas de esto?

La producción de una obra grande que da trabajo a tanta gente (y sobre todo si se hace en un recinto que hace mucho no sirve para la programación profesional de teatro) es siempre un motivo de celebración. Este tipo de producciones, además, son estandartes de todos los gobiernos, un ejemplo de lo que la administración quiere proyectar como el teatro más importante, con los artistas más destacados. El problema está, primero, en el choque del discurso oficial, representado sobre todo por las declaraciones del Presidente sobre los artistas, los estímulos fiscales para las artes y el presupuesto público para cultura como excesivos, “fifís” y no lo suficientemente cercanos a las necesidades del pueblo, al tiempo que se produce una obra grande sobre uno de los personajes históricos favoritos de AMLO.

Al final, cada vez nos damos más cuenta de que las declaraciones del Presidente son etéreas y las políticas públicas no necesariamente siguen lo que dice éste, a veces por ignorancia y a veces por presión social, como las protestas en contra de los recortes en materia de cultura y las negociaciones sobre los estímulos fiscales para la producción artística, y eso sólo en cuanto a la cultura y las artes. Eso no quiere decir que no debamos pedirle respuestas al Presidente. Al contrario.

Y acerca de la lista de actores, creativos y la participación del Centro Cultural Helénico también presentas varias dudas. ¿Cuál es tu sospecha de esta selección?

El otro gran problema es la discrecionalidad. Depende cómo pensemos sobre las asignaciones de dinero público, pero hay una serie de preguntas que hago sobre la selección de los artistas involucrados y el hecho de que la cabeza del proyecto sea el Centro Cultural Helénico. En la entrevista con Olga Georgina Martínez, ésta dice que es porque los derechos de la obra los tiene el Helénico, pero en la misma nota Alida Piñón, la periodista que la entrevistó, desmiente que sea así: los derechos los tienen los herederos de Elena Garro.

Pero las preguntas quedan en el aire: ¿Quién escogió a esos artistas? ¿Por qué ellos y no otros? ¿Cómo fue el proceso? ¿Cuál es la relación de la obra con la Compañía Nacional de Teatro, que participa en ella? ¿Qué podemos esperar de la asignación de los creadores escénicos para las siguientes puestas en escena? ¿Existe una curaduría? ¿Si es así, quién es el curador o programador? ¿Todo girará alrededor de figuras históricas?

Estuve buscando más notas acerca de este tema, veo qué muchos medios ni lo mencionan…

El tema casi no ha tenido una salida mediática, ni siquiera con los periódicos que tienen una cobertura de arte y cultura importante. Primero, creo que el tema se ha mantenido detrás de muchos velos: sólo existe un boletín de prensa que surgió a raíz de un pequeño apunte en una columna de habladurías político-culturales de El Universal, y ahora la entrevista con la Coordinadora de Bienestar Social de hoy. Por otro lado, creo que mucha gente ve este proceder como normal en la asignación de recursos públicos.

El problema está, otra vez, en el choque del discurso oficial en contra de la corrupción con la forma en que se está procediendo. Tampoco es que nos extrañe: hace unos meses nos enteramos que el 74% de los contratos federales han sido por adjudicación directa. La discrecionalidad, la ausencia de licitaciones y los ataques contra la transparencia se están volviendo la regla.

Esto es al mismo tiempo una herencia de la corrupción de los gobiernos pasados y una sorprendente contradicción de los postulados básicos por los que votamos los que votamos por AMLO. Me parece que, sean 3 millones o 300, vale la pena hacernos preguntas sobre la forma en que se gasta el dinero público, sobre todo frente a una política de austeridad que afecta a la cultura, las artes, la ciencia, el deporte y la lucha contra el cambio climático.

Hay que hacer el canon de la literatura mexicana otra vez: Liliana Pedroza

sábado, noviembre 3rd, 2018

La historia secreta del cuento femenino es que nunca se han ocupado de ellas. Tanto Luis Leal como Emmanuel Carballo han hecho bibliografías sin incluirlas, a pesar de que estaban ahí. Liliana Pedroza es una justiciera apasionada y nos obliga a pensar seriamente en el tema.

Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).- Liliana Pedroza (Chihuahua, 1976) no sabe si es primero feminista o escritora. Lo que es cierto es que toda su visión de género se refiere a su mirada sobre las letras escritas en su país.

Tiene una historia con Elena Garro (1916-1998), de quien se considera experta, que cuando cumplió el centenario (hace dos años) tenía un proyecto para hacer una investigación y publicación en la revista Tierra Adentro.

Sucede que cambiaron las autoridades y su proyecto se vio empequeñecido y la portada de Elena Garro (al cabo que cumplía 100 años), iba a ser reemplazado por un mapa de Latinoamérica, que ese año iba a ser invitada a la FIL Guadalajara.

Tuvo que ir a los medios para denunciar este hecho, que al principio resulta mínimo en un mar de letras y escritores, pero que comprueba lo retrasada que están las mujeres en ese canon de la literatura mexicana impuesta por varones.

Un libro fundamental para empezar a ver distinta a nuestra literatura. Foto: Especial

Un libro fundamental para empezar a ver distinta a nuestra literatura. Foto: Especial

Liliana Pedroza ha publicado, entre otros libros, Andamos huyendo, Elena (Tierra Adentro, 2007) y Vida en otra parte (Ficticia, 2009) y recientemente ha dado a conocer Historia secreta del cuento mexicano 1910-2017 (Universidad Autónoma de Nuevo León), para el cual investigó en México y quiso enfrentar la Bibliografía del cuento mexicano (1958), de Luis Leal y la Bibliografía del cuento mexicano de Emmanuel Carballo.

“El canon de Luis Leal, por ejemplo, trae a doce escritoras, cuando en realidad había ochenta”, dice con voz firme una autora que camina todo México en busca de difundir sus ideas y de dar justicia a varias escritoras que se han difuminado con el tiempo y el olvido.

Liliana Pedroza ha investigado en 108 años, reuniendo a 512 autoras, 856 libros y 312 antologías.

Liliana Pedroza presentando su cuento en el Festival de Mexicali, Tiempo de Literatura. Foto: Facebook

–¿Eres escritora o dirigente feminista?

–Soy las dos cosas. Soy feminista antes de nombrarme a mí misma como feminista. Las causas que he llevado a través de la academia, de la literatura o de acciones sociales tienen mucho que ver con esta restitución de justicia hacia un grupo oprimido que somos las mujeres

­–Emiliano Monge me decía la semana pasada que el feminismo debería ser mucho más radical

–Yo creo que los cambios sociales históricamente en Latinoamérica no se han conseguido por la vía pacífica. ¿Por qué tendríamos que ser condescendientes con todos los mecanismos de opresión hacia las mujeres? Tendríamos que radicalizarnos porque si no nunca vamos a ser consideradas como personas.

Elena Garro, en su centenario. Revista Tierra Adentro. Foto: Facebook

–Tampoco pensar en si los hombres sufren o no sufren

–Es que el feminismo es una manera de liberarnos a todos, de la opresión a los hombres, el hecho de que ellos tengan que ser por fuerza cabeza de familia es una opresión hacia ellos. Cuando hablamos de radicalización y que nada más esto tiene que ver con las mujeres, eso está desde una perspectiva también sesgada. La liberación también beneficia a los hombres.

–Hiciste una investigación sobre el cuento femenino

­–Esa investigación tiene 15 años. Empecé a imaginarla desde el 2000, arrancó en el 2003 cuando estaba haciendo mi posgrado en España. Viajé durante dos años por todo el país, ver en físico los libros de las mujeres que habían escrito aunque sea un libro de cuentos. No sabía en qué iba desencadenar esta investigación, pero encontré a 512 escritoras, más de 812 libros de cuentos y pues es un asunto de decir el canon no está considerando las narrativas escritas por mujeres. Está el estereotipo de que hablar de los espacios íntimos, de la maternidad, o del erotismo femenino, es una cosa aparte. El canon tiene que ver con todos los órdenes en donde están vinculados hombres. La guerra, por ejemplo. Una amiga me decía es que la poesía femenina habla de menstruación. ¿La poesía hecha por hombres no habla de semen? Está muy normalizado como lectores, como escritores, como investigadores, que los temas universales estén masculinizados. Lo extraño, lo raro, lo que no encaja, son las narrativas de las realidades de las mujeres.

–De esos libros que encontraste, ¿qué lugar tiene más libros?

–Por regiones, es el centro del país el que tiene más libros, mayor desarrollo, la ciudad de México. La distancia es enorme entre Guadalajara y Monterrey, por ejemplo. A partir de los 90, se abren publicaciones en los Estados y eso rompe un poco la estadística. Yo soy de Chihuahua, hice mi licenciatura allá y lo difícil que lleguen libros publicados en mi ciudad es muy difícil. Somos como islas y creo que como construcción cultural sólo vale la pena lo que llega a la Ciudad de México. Si las mujeres somos las menos visibles culturalmente, las que no viven en la Ciudad de México, son doblemente invisibilizadas.

–¿Quién es buenísima en las escritoras que descubriste?

–Que no se conozcan, yo me maravillé con Dolores Bolio, su publicación fue en 1917 y es una mujer muy aguda, ella estuvo en los movimientos feministas en Mérida. Ella publica en Nueva York con un nombre de hombre, Luis Avellaneda y al final del prólogo ella dice: Luis Avellaneda no existe, porque soy Dolores Bolio, la autora. Ahora vas a ser tú, lector, que te he engañado, sabrás que no es un hombre el que ha escrito. Es una estupenda escritora.

–Eres experta en Elena Garro

–Sí. Elena Garro es una gran conocedora de la cultura prehispánica y creo que en ese sentido deberíamos seguirla estudiando. Deberíamos regresar a su libro de cuentos La semana de colores, uno de los mejores libros de la literatura mexicana. Otro aspecto que no se conoce es que ella fue agente literario de Jorge Luis Borges y de Adolfo Bioy Casares. Ella hizo la adaptación de un cuento bellísimo de Bioy Casares, “En memoria de Paulina”. No se llegó a filmar, pero ahí está el guión, bellísimo.

–Los premios literarios también son muy misóginos

–Hay mujeres investigando los premios y una de las cosas que de han dado cuenta es que hay pocas mujeres en el jurado. Las mujeres nos leemos más entre nosotras, no todas tienen esas perspectiva histórica de cómo las narrativas de mujeres han sido invisibilizadas, pero poner a las mujeres en los jurados han producido un cambio de timón. Tenemos mucho que hacer respecto a eso. Yo cuento la historia de las mujeres no sólo como académica sino también como escritora. He tenido que descolonizarme, dejar de decir qué aburrido, otra mujer hablando de la cocina. No, ese es un tema y puede ser contado de manera magistral como lo hiciera Rosario Castellanos. Ha sido de manera natural hacer historia con perspectiva de mujeres. No necesariamente mis personajes son todas mujeres, pero he intentado dar una vuelta de tuercas sobre esta perspectiva.

Descarga el libro en forma gratuita: editorialuniversitaria.uanl.mx

El Árbol, relato de raíces cargadas de secretos y búsquedas: Elena Garro

sábado, septiembre 15th, 2018

¿Qué serías capaz de hacer para regresar al único lugar donde te sentiste libre? “Elena Garro fue la escritora más poderosa y original del siglo XX mexicano”, Enrique Krauze. Temporada en el Centro Cultural Helénico.

Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).- Es la historia de dos mujeres provenientes de orígenes muy opuestos de México. Marta pertenece a la clase privilegiada, un día recibe en su casa a Luisa, mujer indígena que llega sucia y golpeado a la ciudad. Con el paso de los días su relación se torna íntima, entre secretas confesiones y un pasado revelador, Marta cae en la cuenta de que ha vivido como un árbol, inamovible en una realidad huidiza donde a veces hay que renunciar a nuestras comodidades para perseguir nuestro destino. En esta obra, queda claro que las apariencias engañan y a veces hacen mucho más que engañar.

Escrita en los años sesenta, la obra de Elena Garro nos transporta a un México lleno de contrastes donde se navega entre lo real y la fantasía, mostrando a la mujer de nuestra tierra en sus dos facetas: la que espera, calla y vive siendo como un árbol sin enterarse de nada; y la otra, la que va de un lado a otro, perseguidora de un destino que se aleja. Al final ambas son una misma: la que da y la que recibe, dos caras de una misma moneda.

El Árbol, narra el encuentro entre dos mujeres y sus perspectivas distintas de una misma realidad, por su entorno y situación social. Luisa, la indígena, parece buscar en Marta, (la mujer de alta sociedad), un consuelo a su conciencia, una confidente a la cual contarle su vida. Se trata de una historia donde vemos paisajes añejos de nuestro México, pueblos cuyo encanto ha quedado en el olvido, magia, crimen y añoranzas a su paso.

La literatura de Garro estuvo envuelta bajo un velo de contradicciones, opresión y enigmas. Para ella nunca hubo medias tintas, de alguna manera, sus personajes hablan de ella misma, en este caso en particular como un árbol seco que carga con sus propios fantasmas, la mujer frente una encrucijada que cambiaría su vida.

La literatura de Garro estuvo envuelta bajo un velo de contradicciones, opresión y enigmas. Foto: Cortesía José Jorge Carreón.

El equipo creativo lo conforman Miguel Romero en la dirección escénica, las actrices Mahalat Sánchez, Ángeles Cruz y Myriam Bravo quien alterna funciones. El vestuario es de Lissete Barrios, en la iluminación y escenografía está Tenzing Ortega, la música original y ambiente sonoro corresponden a Genaro Ochoa.

El Árbol cumplirá temporada del 17 de septiembre al 17 de diciembre, todos los lunes a las 20:30 horas en el Foro Las Gruta.

Amores de escritores, la historia de una sensibilidad sin censura

sábado, febrero 10th, 2018

El 14 de febrero es el día del amor y la amistad. La literatura tiene muchas historias que guardan pasión y desencuentros, con una sensibilidad propia de los escritores, sin censura y a veces hasta la locura. Aquí unas muestras.

Ciudad de México, 10 de febrero (SinEmbargo).- La sensibilidad de los escritores, esa pasión con la que viven la existencia –un poco más que la gente común- ha dado amores imposibles o trágicos, felices por un tiempo e inútiles por otros.

Claro que en el medio hay miles de cartas que por venir del oficio del que hablamos son casi de Premio Nobel y han pasado a formar parte del corpus literario. Sin embargo, la bipolaridad, la agresión, la violencia, se han escondido también en esa sagrada tarea de escribir, como veremos en los ejemplos que los muestran humanos, demasiado humanos.

El Premio Nobel de España, Camilo José Cela (1916-2002), fue un hombre de una accidentada vida amorosa. Escribió cartas de amor a su primera esposa, Rosario Conde, quien convivió 45 años con el literato, fue ella su primera lectora -y mecanógrafa- de los intrincados manuscritos, hasta que en 1989 se enamoró de Marina Castaño, una periodista 33 años menor que él.

La deuda por el divorcio que no pagó Cela y los líos por la herencia para Marina Castaño una vez muerto el escritor, han marcado la vida de un hombre que lo obtuvo todo en la literatura (sobre todo con La colmena), pero poco en sus encuentros amorosos que lo hacían aparecer de vez en cuando en prostíbulos de Barcelona.

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Jonathan Swift (1667-1745), autor de “Los viajes de Gulliver”, tuvo una vida amorosa más bien austera, casi clerical. Se encuentra una relación con Esther (Stella) Johnson, pero no se sabe si fue algo más que una amistad o si se habían casado en secreto, relaciones amorosas con Jane Waring y la última con Esther Vanhomrigh (llamada Vanessa por el escritor), una holandesa que se enamoró perdidamente del escritor, pero no fue correspondida.

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) tuvo una vida muy contraria a sus ideas, fruto tal vez de la orfandad temprana y de la violencia ejercida por su tutor Jean-Jacques Lambercier.

Rousseau sentía un cierto placer masoquista que de adulto confesó en sus escritos: “¿Quién creería que este castigo de chiquillos, recibido a la edad de ocho años por mano de una mujer de treinta, fue lo que decidió mis gustos, mis deseos y pasiones para el resto de mi vida, y precisamente en sentido contrario del que debería naturalmente seguirse?”, confesó.

Lo más paradójico de su vida fue haber donado cinco hijos al orfanato hecho por un hombre que había escrito Emilio o De la educación, en la que pretendía enseñar al mundo cómo hay que educar y amar a los niños. Adoró al sexo femenino pero fue un antifeminista feroz, un hombre casi sin sentimientos. Sin amor.

Anaïs Nin (1903-1977) fue una mujer decidida a satisfacer sus impulsos carnales, además de escribir como los dioses. Una vida como un escándalo, traducida en una mujer que era bígama, cruda y honesta. Se casó con el banquero Hugh Guiler, que fue su sostén hasta la muerte de la escritora.

En 1931 conoció al escritor estadounidense Henry Miller, con quien protagonizó un romance apasionado y nada secreto, que puede verse en el filme Henry and June, basado en sus diarios.

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El autor de Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio, estaba casado con June, con quien Anaïs descubrió el voyeurismo y el lesbianismo.

Mantuvo una relación de incesto con Joaquín Nin (su padre), se casó con Rupert Pole sin haberse divorciado de Hugh Guiler y firmó sus escritos eróticos con su propio nombre.

Lord Byron (1788-1824) se convirtió en poeta errante al huir del Reino Unido, donde había nacido, tras la relación incestuosa con su hermanastra Augusta. En 1815 se casó con Anna Isabella Mibanke, con quien tuvo una hija, Augusta Dada, aunque se separaron al cabo de un año.

Vivió a carta cabal su Don Juan, considerada por muchos como su mejor obra, en Suiza, donde sostuvo relaciones amorosas con Claire Clairmont y con la condesa Guiccioli.

Tuvo varias relaciones bisexuales y murió muy joven, a los 36 años, en Grecia.

La historia de Charles Dickens (1812-1870), ese hombre dueño de una moralidad inglesa casi sin fisuras, tuvo una vida bastante anormal. Se casó con Chaterine Hogarth, pero estaba obsesionado con su cuñada menor, que murió poco tiempo tiempo después.

Después de 20 años de matrimonio y de 10 hijos, dejó a su esposa para irse a vivir con Nelly Ternan, una actriz que queda muy bien retratada en The invisible woman, un proyecto de Ralph Fiennes, que la protagoniza.

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En HG Wells: Another Kind of Life, de Michael Sherborne, sobre la vida de H.G. Wells (1866-1946), autor de La Guerra de los mundos, uno cae en la cuenta de “cómo ligan” los profesores universitarios.

Uno de sus mayores intereses era la liberación sexual y tuvo una vida amorosa poco común.

Se casó con su prima Isabel que no tenía el mismo interés carnal que él, así que se divorciaron prontamente. Wells comenzó un romance con una alumna, “Jane” y vivieron juntos hasta la muerte de ella.

Pero Herbert George Wells tenía encuentro con muchas mujeres, tras un acuerdo con su esposa. Hasta su muerte mantuvo en un sitio especial de Londres citas amorosas con mujeres de todo tipo. Era ateo, socialista y al mismo tiempo supo mantener una familia estable.

SIMONE DE BEAUVOIR, EL SEXO COMO CONOCIMIENTO

En la historia de la literatura pocos romances y relaciones tuvieron tanta prensa como la de Simone de Beauvoir (1908-1986) y Jean Paul Sartre (1905-1980) y poco a poco la vida de ella resulta mucho más interesante que la de él, un hombre en las relaciones machista y poco atractivo.

Se conocieron en 1929 y tuvieron un romance durante 50 años, pero en el medio pasó todo. ella tenía 21 años, él 24. Tuvieron un tórrido romance durante 50 años y nunca vivieron juntos.

En la película Los amantes del café Flore, se cuenta la relación entre esos jóvenes filósofos Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, pero también se cuenta cómo ella se enamora de su amante estadounidense, Nelson Algren, con quien intercambió 300 cartas que la muestran muy lejana al feminismo que difundió en sus célebres ensayos.

Simone y Jean Paul se amaron hasta la muerte y también hubo traiciones pequeñas e inolvidables, viviendo lo que decían era un amor central y todo lo demás amores contingentes.

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Pensamos en Hannah Arendt (1906-1975) y pensamos en el mal, en todo lo que ella pensó sobre el Tercer Reich y el judaísmo. La imaginamos muy lejos de las pasiones o el amor desatados, pero sin embargo, despertó en 1924 un hechizo sobre Martin Heidegger (1889-1976), de quien era alumna.

Era una relación silenciosa y secreta, fruto entre otras cosas de la vergüenza de Hannah por ser amante de su profesor.

La relación duró bastante tiempo, pero había una cosa que era un fantasma en el vínculo: la supuesta afinidad de Martin Heidegger hacia el nazismo, para el que trabajó varios años, al punto de que en 1933, cuando Hitler consiguió el poder, fue nombrado rector de la Universidad de Frediburgo.

MÉXICO, EL PAÍS DE LAS PASIONES

El escritor argentino Adolfo Bioy Casares (1914-1999) fue un conquistador, un verdadero galán, a pesar de que se había casado con Silvina Ocampo, quien le perdonaba todas las infidelidades. Él, a pesar de enamorarse de varias, entre ellas de la mexicana Elena Garro (1916-1998), con la que mantuvo una correspondencia amorosa entre de 1949 a 1969, la adoraba.

Garro, entre tanto, se había casado muy joven con el Premio Nobel de México Octavio Paz (1914-1981), con el que tuvo una hija, Helena Paz Garro (1939-2014). Cuando se separaron, la historia no tuvo final feliz. Elena estuvo todo el tiempo bajo la sombra de su ex marido, criticándolo y haciéndolo causante de sus mayores desgracias.

Garro, en su libro Memorias de España, describe a su matrimonio como “un internado de reglas estrictas y regaños cotidianos”. A partir de ese momento, Garro viviría contra la obra de Octavio Paz. Él se volvió su enemigo eterno al cual todas sus acciones se dirigían. Difícil establecer un juicio certero, hay quienes defienden a Elena y otros a Octavio –quien se casaría con quien hoy es su viuda oficial, Marie José Paz-, pero la cultura patriarcal de la época no tuvo reconocimiento para la obra espectacular de ella, de quien Geney Beltrán hizo hace poco una antología con los textos menos difundidos.

Juan Rulfo (1916-1986) escribió Cartas a Clara, un texto inédito que apareció póstumamente dedicado a su mujer, Clara Aparicio.

“¿Nunca te he contado el cuento de que me caes re bien? Pues si ése ya lo sabes te voy a contar otro: Ahí tienes que había una vez un muchacho más loco, que toda la vida se la había pasado sueñe y sueñe…”, dice Juan, en un libro parecido a Sara más amarás, de Juan José Arreola (1918-2001), donde los nietos, Alonso y José María, rescatan las cartas de amor entre el escritor y la mujer de toda su vida, Sara Sánchez.

“Sara, estoy muy contento, porque pocos libros han sido recibidos como el mío. Todas las gentes creen que llegaré a ser un escritor, pero de los de veras buenos. A mí me da un gran miedo quedarme sin hacer lo que de mí se espera. Ojalá, Sara, y lo realice. Tendrás entonces un Juan José más digno de ti”, dice Arreola, de quien este año se cumple el centenario.

En el ámbito más latinoamericano está el caso de Mario Vargas Llosa, un escritor que luego de muchos años de casado con Patricia Llosa Urquidi y de tener una juventud poblada de escándalos amorosos, a los 81 años se fugó para mantener hoy un romance con Isabel Preysler, de 66 años.

O el caso de la chilena Isabel Allende, quien se ha separado de su marido Willie Gordon. “Seguiremos siendo amigos, pero ya no estoy enamorada y en un romance uno debe estar enamorado”, dijo la autora de La casa de los espíritus. Hoy, con 75 años, se ha enamorado de un abogado neoyorquino Roger Cukras, a quien ha dedicado su novela Más allá del invierno.

COLUMNISTA INVITADA | “La revista Inundación Castálida”, de Elena Poniatowska

sábado, enero 27th, 2018

Que nazca una revista literaria es casi imposible. Que se mantenga durante un año, improbable. Y sin embargo, Inundación Castálida, la revista del Claustro de Sor Juana, ha cumplido un año. Su fuerza radica en ser un espacio de diálogo y debate para entender la realidad y de manera muy sencilla y práctica, en ser un vehículo donde los alumnos del Claustro y los lectores en general, aprecien la variedad de la experiencia humana.

Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Las revistas literarias –la cultura y el arte en general– muestran que los hombres y las mujeres son diversos, que desean cosas distintas y ese conocimiento es una vacuna contra las ideologías políticas y religiosas que desean imponer una visión única y tajante de la existencia. Para celebrar la Inundación Castálida, que busca ser toda publicación, el pasado 1o de diciembre en la FIL de Guadalajara se celebró el aniversario de la revista con la presencia de Jorge F. Hernández, Antonio Rivero Taravillo, Fernando Rivera Calderón, Elena Poniatowska y Carmen López Portillo. Reproducimos a continuación el texto leído aquella noche por Elena Poniatowska.

LA REVISTA INUNDACIÓN CASTÁLIDA DEL CLAUSTRO DE SOR JUANA

“Educar es poner las manos y la voluntad, el entendimiento y la vocación en lo que tiene de más vital un ser humano: su libertad”, éste es el hilo conductor de la Universidad del Claustro de Sor Juana. La escritora Carmen Beatriz López Portillo es ejemplo del compromiso por la educación de los mexicanos desde que en 1990 tomó la dirección del Claustro.

El ex convento de San Jerónimo, en una de cuyas celdas Sor Juana fortaleció día a día un talento y una sabiduría en los que han abrevado miles de estudiosos de habla hispana, es ahora el impulsor de grandes iniciativas educativas y culturales.

Todos los que estamos cerca de una manera u otra de la edición de libros y diarios, sabemos que es una empresa difícil, demandante y totalmente absorbente. Sin capacidad de entrega, sin la decisión de darlo todo y jugársela, no hay revista ni periódico que subsista. Por eso, la revista Inundación Castálida es una tarea que tiene mucho que ver con el milagro. En noviembre de 2016 apareció el primer número con un homenaje a Juan Rulfo. En él participaron Cristina Rivera Garza, Horacio Castellanos Moya, Christopher Domínguez Michael que acaba de entrar al Colegio Nacional, Paco Ignacio Taibo cuyo último libro Patria arrasó en todas las capitales de nuestra república, Alí Chumacero, Ana García Bergua y Geney Beltrán Félix, estudioso de Elena Garro. Tres meses más tarde, en febrero de 2017, Inundación Castálida presentó su segundo número por todo lo alto. Escritores de la talla de Elmer Mendoza y Sergio González Rodríguez fueron homenajeados así como colaboraban Alain Paul Mallard, Jaime López, Jesusa Rodríguez, la única capaz de memorizar todo el “Primero Sueño”, Sara Sefchovich, el poeta Alberto Blanco, Bibiana Camacho…

Bajo la excelente dirección de Moramay Herrera Kuri, esta revista es un puente entre maestros y alumnos del Claustro, los UC Mexicanistas y el público en general, de modo que todos estén al tanto de las actividades que se llevan a cabo, además de la creación de “un diálogo con lo que pasa en el mundo tanto en las artes como en la academia, en la literatura como en los derechos humanos” para que los lectores sepan que Sor Juana se mantiene alerta a lo que acontece en nuestro país, cuyo futuro se halla entre sus grandes preocupaciones.

Inundación Castálida propicia la comunicación entre la academia y los de a pie, no sólo de los que van pasando por José María Izazaga sino quienes viven en los pueblos perdidos de Michoacán, Morelos y Guerrero, los estados más conflictivos de nuestro país. También la presea Sor Juana Inés de la Cruz que Carmen Beatriz López Portillo Romano entrega cada año ha engrandecido el prestigio de esta universidad. Juan Ramón de la Fuente, Carlos Monsiváis, Teodoro González de León, José Narro, Carmen Aristegui, Leonora Carrington, Olga Sánchez Cordero y otros la han recibido frente a un estudiantado entusiasta.

Un poema de Sor Juana hace las veces de editorial en cada número. ¡Qué bonito acierto!

Inundación Castálida cuenta con las secciones: “Tinta en alas de papel”, dedicado a artistas, obras y conceptos por aniversario o contigüidad intelectual; “Neptuno alegórico”, a la creación: cuento, poesía y crónica; “Diversa de mí misma” destaca las tareas propias de El Claustro y para finalizar se incluyen críticas de libros que buena falta nos hacen. Autores consagrados como Raquel Serur, gran conocedora de la literatura inglesa y amiga de Ángela Carterx; Salvador Novo, Guillermo Tovar y de Teresa, Elmer Mendoza, Sara Sefchovich, Ana García Bergua, Adolfo Castañón, Verónica Gerber son nombres reconocidos y entre sus primeros números la revista tuvo la excelente idea de hablar del amor entre varias parejas literarias: José Saramago y Pilar del Río, la extraordinaria fotógrafa Paulina Lavista y Salvador Elizondo, Carlos Fuentes y Silvia Lemus, Cristina y José Emilio Pacheco. Por esta razón, Inundación Castálida se abre camino entre las mejores revistas universitarias y académicas de México gracias a Moramay Herrera cuya dedicación trascenderá los muros del Claustro para beneplácito de Sor Juana.

El último número dedicado a Rusia me entusiasmó particularmente porque me hizo recordar a Elena Garro y a su devoción por los Romanov. Le apasionó la historia de Natasha la única que la historia asentó, había permanecido viva en la horrible matanza de Nicolás, el último zar de Rusia. Recuerdo que hablaba durante horas de Rasputín que según ella había curado a Aleksei y comunicaba su devoción a todos sus oyentes. Incluso había escrito algunas páginas que podrían rescatarse. Por eso tengo en la mente a este último gran número de Inundación que también habría fascinado a Sor Juana ya que fue una investigadora tan minuciosa que era capaz de competir con Sherlock Holmes.

Joshua Lund: La literatura mexicana en el “estado mestizo”

sábado, abril 22nd, 2017

Ignacio Manuel Altamirano, Luis Alva, Rosario Castellanos y Elena Garro son analizados por el crítico estadounidense Joshua Lund, en un interés por estudiar cómo se ha transformado la noción de mestizaje desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la década de los sesenta del siglo pasado

Ciudad de México, 22 de abril (SinEmbargo).- Joshua Lund ha encontrado en Ignacio Manuel Altamirano, Luis Alva, Rosario Castellanos y Elena Garro síntomas que los unen para construir su estudio sobre el país mestizo, una singular síntesis de razas y culturas.

Un riguroso análisis sobre uno de los temas fundamentales para entender el México de ayer y hoy: las ideas y prácticas raciales en México, en el libro editado por Malpaso, El estado mestizo.

Joshua Lund es profesor en la Universidad de Notre Dame. Ha publicado The Impure Imagination: Toward a Critical Hybridity in Latin American Writing (2006)

–Estoy pensando que en México no hay demasiados libros que traten este tema, ¿sientes que es algo importante este trabajo?

–No lo sé. Para mí como académico vi un proyecto que quería hacer, que nadie había hecho antes. Si es importante, no lo sé.

–Estamos viendo en Latinoamérica que a muchos intelectuales no les importa mucho el tema de los migrantes, de las razas consideradas “menores”…

­–Para mí es fundamental. El tema de la exclusión social es un tema permanente y su intensificación en estos días ha sido tremenda, tanto en México, como en Latinoamérica, como en los Estados Unidos. La idea mía es colaborar un poco con el estudio sobre la raza, por mi profesión, como estadounidense que sobrevive a esta época en plena resistencia contra el racismo que vivimos en estos días, me siento responsable de tocar estos temas. No sólo en forma escrita, sino también en charlas con mis estudiantes, con mis colegas en general.

–¿Por qué eliges a Ignacio Manuel Altamirano, Luis Alva, Rosario Castellanos y Elena Garro?

–Sí, son escritores de otra época. Por algunos asuntos metodológicos que tienen que ver estrictamente con mi profesión, pero la respuesta corta es esencialmente porque los cuatro tienen en común una posición muy interesante en cuanto a estar muy inscriptos en los circuitos del poder, pero al mismo tiempo tienen cierta perspectiva periférica, cierta marginalidad dentro de estos circuitos. Alva era periodista de algunos periódicos positivistas de la época, pero nunca estaba al centro de la acción; Altamirano era un hombre de Estado muy importante, con cierto poder cultural, pero tenía ese reconocimiento por sus rasgos indígenas que le dio una perspectiva periférica; Castellanos era una escritora de primera categoría, pero como mujer y chiapaneca tenía una mirada lateral; finalmente, Garro es muy famosa por muchas razones, entre ellas su excentricidad. Era una mujer muy interesante y que tenía que sobrevivir en un contexto de machos para buscar una voz que tomó un tono excepcionalmente crítico frente a su clase social. Los cuatro participan en cierta y relativa estabilidad política.

–Elena Garro sigue siendo muy criticada, como fuera de la lógica

–Es verdad. Fue una mujer que dijo cosas críticas, contradictorias, siempre estaba involucrada en la polémica de 1968 y tenía ese carácter escandaloso que la perseguía para todos lados.

­–¿Cómo definirías el estado mestizo?

–Creo que la posibilidad de pensar el estado mestizo en una idea un poco más allá del tema de la identidad, cuestiones de sentimientos, cuestiones espirituales. Y pensar en lugar de eso que el discurso del mestizaje se ha hecho inteligible en ciertas cuestiones sociales y en ciertos proyectos políticos. Entonces, el estado mestizo es una forma eficaz de hablar de la racialización específica del estado conocido como México. Una forma inmediata de hablar de raza, política, estética y lo que podríamos llamar como materialidad.

–Hiciste un libro académico pero abierto a todos los lectores…

–Sí. Es cierto que a veces no reconozco qué tan técnica es mi escritura, hay elementos del libro para contar cierta historia a todo el mundo, no sólo a mis colegas. Me encanta haber hecho mi libro en español, pero bueno, escribo muy lento en ese idioma. La traductora es muy talentosa y el libro en español es muy bueno, es mejor.

­–¿Qué te sugiere la actual literatura mexicana?

–Estuve un poco desconectado, leyendo sobre todo acerca de los escritores que cito en mi libro. Las historias que me han llamado la atención de México vienen del cine, con directores como Carlos Reygadas, Amat Escalante, Michel Franco, que son en mi opinión son los que cuentan las historias más urgentes en este país. Es un largo debate acerca del cine arte y el cine popular y estos tipos vienen de una tradición más bien europea, pero son los que cuentan los temas más terribles. Yo los veo como una especie de intervención respetuosa en la historia del cine mexicano.

LEER ADELANTO AQUÍ

Un libro para pensar la literatura mexicana. Foto: Malpaso

Elena Garro, una de las escritoras más importantes de México, es recordada a 100 años de su nacimiento

domingo, diciembre 11th, 2016

México celebra el centenario de la escritora Elena Garro, una mujer que llevó sus lineas al activismo haciendo que su crítica contribuyera a la lucha de su época en contra de las injusticias sociales.

Foto: Especial

Foto: Especial

Ciudad de México, 11 de diciembre, (SinEmbargo).- Elena Garro, escritora y dramaturga mexicana cumple hoy el primer centenario de su nacimiento y es recordada con varios homenajes en la Ciudad de México.

El Centro Cultural Elena Garro, ubicado en Coyoacán, preparó para este día lecturas, proyecciones, espacios en radio, entre otros eventos para rendir tributo a la también poeta y periodista.

Garro es considerada uno los personajes más importantes del siglo XX en el ámbito de la literatura y junto a Rosario Castellanos, resalta por su lucha intelectual y activa a favor de los derechos de la mujer.

Su obra destaca por ser original y romper con tradiciones y tabúes, así como liberarse de ataduras que lograron matizar la condición femenina de su época. Escribió novelas, cuentos, critica periodística, guiones de teatro y reportajes, además de que algunas de sus novelas fueron llevadas a la pantalla grande.

Elena, pionera del realismo mágico [aunque ella rechazó esa etiqueta], nació en Puebla el 11 de diciembre de 1916. Con descendencia española y mexicana su infancia se desarrollo en Iguala, Guerrero, México. Esa etapa la recuerda como la más feliz de su vida, de acuerdo declaraciones hechas en entrevistas a medios de la época.

De joven viajó a la Ciudad de México donde estudio literatura, teatro y danza en la Universidad Autónoma de México (UNAM). Fue en la Máxima Casa de Estudios donde conoció a Octavio Paz en 1935, y con quien dos años más tarde, contrajo matrimonio.

El impulso activista y el sentido social que la mantenía al frente de movimientos ciudadanos en contra de las autoridades, hizo que en 1968 en el Movimiento Estudiantil de Tlatelolco, fuera acusada de ser líder de querer derrocar al Gobierno mexicano por una publicaciones en la prensa en contra de varios intelectuales y políticos del país. Motivo por el cual la escritora decidió exiliarse del país junto a su hija.

Casi dos décadas pasó fuera de México, pero nunca paro de escribir, en 1980 escribió Andamos Huyendo Lola, 1980 que contiene los cuentos: El niño perdido, La primera vez que me vi, El mentiroso, Andamos huyendo Lola, La corona de Fredegunda, Las cabezas bien pensantes, Debo olvidar, Las cuatro moscas, Una mujer sin cocina y La dama y la turquesa.

Murió en Cuernavaca a los 81 años a causa de cáncer de pulmón, pero en vida creó obras como La semana de colores, La culpa es de los tlaxcaltecas, La vida empieza a las tres así como otras novelas y libros recopilatorios de sus cuentos y sus poesías.

OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS

Memorias de España, 1937.

-Revolucionarios mexicanos. México, Seix Barral, 1997.

-Los recuerdos del porvenir, México, Joaquín Mortiz, 1963.

-Testimonios sobre Mariana, México, Grijalbo, 1981.

-Reencuentro de personajes, México, Grijalbo, 1982.

-La casa junto al río. México, Grijalbo, 1983.

La semana de colores (1987). México: Grijalbo. Además de los textos de la edición de 1963, incluye Era Mercurio y Nuestras vidas son los ríos.

-La culpa es de los tlaxcaltecas (1989). México.

-El accidente y otros cuentos inéditos. México, Seix Barral, 1997.

Elena Garro, como Juan Rulfo, como José Revueltas: 100 años de una autora fundamental

sábado, septiembre 17th, 2016

La autora de Los recuerdos del porvenir revive con la fuerza de una literatura que la pone entre los escritores más relevantes del siglo XX en México. Una antología editada por Cal y Arena y un coloquio mañana en el Palacio de Bellas Artes son sólo algunos de los múltiples homenajes que recibirá en nuestro país.

Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- Cuando Elena Poniatowska se encontró con Elena Garro, la autora de Los recuerdos del porvenir le preguntó si sabía por qué Octavio Paz había ganado el Premio Nobel. La pregunta era retórica. “Porque soy un caballero y le cedí el paso”, fue la respuesta de Elena Garro a su propio cuestionamiento.

La anécdota la revive el joven escritor Geney Beltrán, autor de la antología editada por Cal y Arena, segundo tomo de la colección ESENCIALES DEL XX, serie dedicada a los creadores mexicanos nacidos después de la Revolución Mexicana, que empezaron a publicar sus primeros textos a mediados del siglo pasado.

“La dramaturgia, la novela y el cuento: he aquí la tríada de géneros con que Elena Garro (1916-1998) irrumpió entre finales de la década de 1950 y principios de los ‘60 en las filas más notables de la literatura mexicana. Son estas tres vertientes —más la novela corta, habitual en sus publicaciones de los ochenta y noventa— las que se hallan consideradas en la presente antología”, informa la editorial.

Cuestionado a propósito del centenario del nacimiento de la autora mexicana, el también periodista la considera integrante de una triada magistral: Juan Rulfo, José Revueltas y en el medio la que fuera primera esposa del Premio Nobel Octavio Paz y madre de su única hija, Helena Paz Garro (1939-2014)

Hija de padre español y madre mexicana, Elena Garro Navarro nació en Puebla y tuvo a bien renovar la literatura mexicana, con una obra diversa que tocó todos los registros creativos, convirtiéndola entre otras cosas en una de las más importantes dramaturgas de nuestro país.

Para Geney Beltrán, el escaso reconocimiento que tuvo en vida –no llegó a ganar ninguno de los premios literarios, por caso el Nacional de Artes y Ciencias o el Juan Rulfo de la FIL- obedece más al machismo de la “República Mexicana de las Letras” en su época, que a las anécdotas de su vida personal –sobre todo las relacionadas con Paz- que en algún momento pudieron reducir su figura a un simple desencuentro entre divorciados.

Mañana, a las 12, se llevará a cabo un coloquio en Bellas Artes. Foto: INBA

Mañana, a las 12, se llevará a cabo un coloquio en Bellas Artes. Foto: INBA

Con el autor de El arco y la Lira se casó en 1937 y se separó en 1959, cuando ya era una activa dramaturga que había dado a conocer las obras en un acto Andarse por las ramas, Los pilares de doña Blanca y Un hogar sólido, que fueron dirigidas por Héctor Mendoza.

En 1963 dio a conocer Los recuerdos del porvenir, no sólo una obra clásica de la literatura latinoamericana, sino también la novela cumbre de una autora mítica.

La historia de los hermanos Isabel, Nicolás y Juan transcurre violentamente en  torno a un episodio de la Guerra Cristera (1926-1929) en Ixtepec, pueblo escondido en el territorio mexicano que se convierte en el narrador omnisciente y perplejo de la tragedia.

El siniestro general Francisco Rosas, la misteriosa belleza de una mujer esquiva llamada Julia y las aventuras de las queridas de los militares conforman el pintoresco marco donde la búsqueda del amor imposible y las ansias humanas de libertad propician una lucha encarnizada que concluye sin vencedores ni vencidos.

Personajes inolvidables como el loco Juan Cariño o el héroe Nicolás Moncada, que se somete como cordero de Dios al sacrificio, dan sustancia a una novela que la crítica revaloriza año tras año, describiéndola como la gran precursora del realismo mágico que tanta trascendencia cobrara a mediados del siglo XX.

LA ESCRITORA MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XX

Para Beltrán, nacido en 1976 en Tamazula, Durango, timonel él mismo de una interesante obra narrativa, Garro es la más importante autora de la literatura mexicana de la centuria pasada y su legado es tan fascinante precisamente porque no puede ni debe encerrarse en la vida de una sola novela, aun cuando esa novela se titule Los recuerdos del porvenir, ganadora del Premio Xavier Villaurrutia y vista por algunos críticos como el antecedente del realismo mágico inaugurado por el colombiano Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, cuatro años después.

“Es una autora de una obra muy amplia, con muchos registros y sin embargo es vista como una autora de un solo libro, echando sombras sobre otros trabajos como los cuentos de La semana de colores”, publicada en 1964 y a través de la cual indagó sobre la infancia, dice Beltrán.

“Su vida personal ha tenido inevitablemente una repercusión que obstaculizó en algún momento una apreciación más justa de su obra”, agrega.

Garro escribió el relato “La culpa de los tlaxcaltecas”, donde narró la Conquista de México, una obra como Felipe Ángeles, donde trató la Revolución Mexicana.

Andamos huyendo, Lola, es una novela de obsesiones, con grandes tintes autobiográficos, así como trató las luchas sindicales en Y Matarazo no llamó.

Escribió mucho y todo bueno. Foto: Facebook

Escribió mucho y todo bueno. Foto: Facebook

Fue una de las primeras escritoras en hablar de las clases sociales, de las injusticias cometidas contra las comunidades originarias, en señalar la desigualdad que ha sido siempre el rasgo esencial de la sociedad mexicana. Y todos estos intereses temáticos, la alejaron de sus colegas de la época, como Nellie Campobello, Inés Arredondo y Josefina Vicens.

“Garro es dueña de una obra más extendida. No fue pues una autora que redujera su obra a una lista muy parca de trabajos, con una presencia discreta. Por el contrario, su voz literaria se define por la audacia reflejada en los cuentos, la novela, la crónica y la novela corta”, apunta Geney Beltrán.

Para la autora de El rastro, una obra con la que denunció la marginalidad de los indígenas en México, todo texto era fruto de su biografía, en el sentido de que eran los recuerdos propios la arcilla con la que diseñaría un cuenco que albergara la imaginación, la fantasía, las emociones suscitadas frente a hechos injustos o dolorosos de la realidad.

“No puedo escribir nada que no sea autobiográfico; en Los recuerdos del porvenir narro hechos en los que no participé, porque era muy niña, pero sí viví; asimismo, en Reencuentro de personajes y Testimonios sobre Mariana, trato las experiencias y sucesos que me acontecieron en la multitud de países donde he vivido. Y como creo firmemente que lo que no es vivencia es academia, tengo que escribir sobre mí misma”, dijo en una oportunidad.

Enorme dramaturga, también fue periodista. Foto: Facebook

Enorme dramaturga, también fue periodista. Foto: Facebook

LA TOLSTOI DE MÉXICO

Jorge Luis Borges (que la llamó “La Tolstoi de México), Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares (con el que mantuvo un romance apasionado y adúltero) fueron admiradores de la obra de Garro e incluyeron en la segunda edición de su Antología de la literatura fantástica la obra “Un hogar sólido”, un reconocimiento que Geney Beltrán refrenda con su convicción de que “ninguna autora como ella reflejó en la literatura mexicana la relación hombre-mujer, desde muchos puntos de vista y con variados registros”.

“Esta recurrencia fue vista en algún momento de la historia de nuestra literatura como un intento de ajustar cuentas con Octavio Paz, pero eso pasa porque no ha sido leída con cuidado la última parte de su obra, que es muy rica y arranca en los ’80. Toda la producción de esa época es muy diversa”, afirma el experto.

Paciencia es lo que pide el crítico para abarcar la obra de una escritora “increíblemente talentosa, rayana en lo genial, interesada desde el principio en ser una autora profesional y que al mismo tiempo no se guardaba una visión crítica de la sociedad mexicana, del machismo, de las complicaciones en las relaciones de pareja, de la pobreza, de la desigualdad, sobre todo en el campo”, explica el autor de Cualquier cadáver.

Para Geney Beltrán, la obra de Garro tiene un carácter literario más que confesional y en ella ocupa el lugar que tiene que ocupar su relación turbulenta con Octavio Paz, sin que pueda medirse como lo sustancial en un trabajo tan rico narrativamente hablando.

De todos modos, no hay que negarle al Premio Nobel la importancia que tuvo en el desarrollo literario de la que fuera su primera mujer, puesto que fue el gran impulsor de la carrera profesional de la escritora. De hecho, él llevó el manuscrito de Los recuerdos del porvenir a Joaquín Díaz Canedo, para su publicación en 1963.

Su obra cumbre. Foto: Facebook

Su obra cumbre. Foto: Facebook

Fue además el sostén económico de Garro, en el largo exilio que transitó primero en los Estados Unidos, después en Francia, desde 1972 a 1993, luego de que unas desafortunadas declaraciones contra los líderes estudiantiles del 68 la convirtieran en un personaje repudiable para la izquierda nacional.

Eran los tiempos en que era una mujer bellísima y contradictoria, seductora como la que más, enemiga de los intelectuales –un rasgo visto como un tiro por elevación a su ex marido, con el que muchas personas que la conocieron dicen que estaba obsesionada- y amiga de los luchadores del campo y los indígenas, a quienes consideraba parte de los suyos.

“Rodeada de gatos franceses y gatos mexicanos que no se llevaban entre sí y necesitaban dos piezas para no pelearse, una para los franceses y otra para los mexicanos, en un mísero departamento de Cuernavaca, sentada en un sillón con sus inseparables cigarros Lucky Strike, la atmósfera en la que vivió sus últimos días fue deplorable”, contó Elena Poniatowska en La Jornada.

“No hubo complot, ni confabulación, ni conspiración en contra suya. Las novelas y los cuentos de Elena eran leídos y comentados. Muchos universitarios querían hacer su tesis sobre su obra, no sólo en México sino también en Estados Unidos. Jóvenes entusiastas deseaban verla, “no seas mala, me muero por conocerla”, y varios periodistas andaban tras una entrevista con ella”, agrega la autora de La noche de Tlatelolco en un largo texto destinado a desmentir y cuestionar la veracidad de la obra la biógrafa Patricia Rosas Lopategui.

Geney Beltrán, autor de una nueva antología sobre la escritora. Foto: Cal y Arena

Geney Beltrán, autor de una nueva antología sobre la escritora. Foto: Cal y Arena

EL CENTENARIO DE ELENA GARRO

Las nuevas generaciones descubren a Elena Garro, afirma Geney Beltrán. Este septiembre es todo Garro, como lo demuestra el micrositio creado por Radio Educación, para rendir homenaje a la escritora mexicana.

La emisora producirá seis obras escritas originalmente para teatro y las podrá a disposición del público a través de su plataforma digital:  “La culpa es de los tlaxcaltecas”, “La señora en su balcón”, “La mudanza”, “El encanto, tendajón mixto”, “Un hogar sólido” y “Los recuerdos del porvenir”, en transmisiones en vivo desde el Centro Cultural Elena Garro y distribuidos digitalmente a través de e-radio

Mañana domingo 18, a las 12 horas, en la sala Manuel L.Ponce del Palacio de Bellas Artes, tendrá lugar el coloquio El tiempo de la dicha: la lectura de Elena Garro

Participan: Luzelena Gutiérrez de Velasco, Sandra Lorenzano, Elena Poniatowska, Sara Poot Herrera y Sara Sefchovich.

Modera: Jacobo Sefami

10 escritores mexicanos que amamos, que ya son de culto… aunque nadie habla de ellos

viernes, septiembre 16th, 2016

Una literatura tan poderosa como la mexicana tiene figuras de enorme trascendencia y siempre presentes en el imaginario nacional. Hay otros tan importantes que permanecen en cierta bruma. Esos vienen a nuestra memoria en un día tan patrio, tan tricolor.

Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).– La literatura mexicana es rica en figuras destacadas, al punto de tener en su historia un Premio Nobel para el poeta Octavio Paz (1914-1998), sin duda la personalidad más visible de unas letras más que potentes, cargadas de insignes creadores.

Sin embargo, el tiempo no ha sido justo con algunos escritores que hoy resultan de culto para muchos estudiosos y amantes de los libros. Se trata de autores realmente importantes, cuya obra nos refleja y honra como pocas, a pesar de que no habitan en los suplementos culturales y se habla poco, casi nada de ellos.

Al compás de los festejos patrios, los escritores mexicanos que amamos son muchos y no están atados a ninguna distinción. No leemos a los famosos porque lo son, ni a los menos conocidos para sentirnos dueños de alguna verdad literaria no revelada.

Hoy quisimos, de todos modos, pensar en algunos olvidados de nuestra rica e inmensa literatura. Sobre todo para demostrar que son recordados y leídos más allá de las luminarias. Son la sustancia de un discurso literario propio e inagotable.

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José Carlos Becerra (1936-1970)

En 1973, a tres años de su muerte, Gabriel Zaid y José Emilio Pacheco publicaron El otoño recorre las islas, una recopilación de sus poemas, considerado un clásico de nuestra literatura.

Nacido en Villahermosa, Tabasco, publicó Oscura Palabra (1965), Corona de hierro (1966) y Relación de los hechos (1967). Murió en un accidente automovilístico en Brindisi, Italia.

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Elena Garro (1916-1998)

Se habla últimamente mucho de la autora de Recuerdos del porvenir, a raíz del centenario de su nacimiento. Sin embargo, durante mucho tiempo vivió a las sombras de su ex esposo, el magno Octavio Paz.

Escribió guiones para las películas como Sólo de noche vienes, basada en el cuento “La culpa es de los tlaxcaltecas” y Las señoritas Vivanco,  entre otras. El libro Un hogar sólido reúne sus primeras obras teatrales, un rubro en el que se destacó.

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Jorge Ibargüengoitia (1928-1983)

Enorme, autor del famoso cuento “La ley de Herodes”, sus huellas están en los escritos de Juan Villoro, de Rafael Pérez-Gay, de Héctor de Mauleón.

Su obra abarca novelas, cuentos, piezas teatrales, artículos periodísticos y relatos infantiles. Su primera novela, Los relámpagos de agosto (1965), le valió el Premio Casa de las Américas. A ésta seguirían Maten al león, Estas ruinas que ves y Dos crímenes, entre otras. Murió en un accidente aéreo en Madrid.

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Renato Leduc (1897-1986)

Fue poeta, periodista y narrador. Entre sus principales obras poéticas se encuentran El aula, Algunos poemas deliberadamente románticos y un prólogo en cierto modo innecesario, Breve glosa al Libro de Buen Amor, Desde París, XV fabulillas de animales, niños y espantos y Catorce poemas burocráticos y un corrido reaccionario, para solaz y esparcimiento de las clases económicamente débiles.

“Telegrafista de Pancho Villa, comedor de vidrio (”me acabo la copa con todo y tallo”), amigo de John Reed, testigo de bailes y balaceras, Leduc adquirió muy pronto un espíritu cosmopolita que se reía de todo, de todos y hasta de sí, que en México solemos llamar valemadrismo”, escribió Elena Poniatowska de quien fuera durante dos años esposo de la artista Leonora Carrington.

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Manuel Payno (1810-1894)

Como muchos autores, fue poeta en la juventud y se animó con la dramaturgia. El fistol del diablo fue una novela por entregas de estilo romántico, aunque pasó a la historia de nuestra literatura por Los bandidos de Río Frío, recreación del México de la primera mitad del  siglo XIX.

Escribió también El hombre de la situación, ambientada en época colonial y Tardes nubladas, colección de cuentos y narraciones de viajes.

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Luis Spota (1925-1985)

Autor prolífico con más de 30 novelas publicadas, fue un enorme periodista que influyó a varias generaciones de reporteros.

Habló de política, de la Ciudad de México y toda su obra está teñida de un interés recurrente: el poder y sus miserias, el poder y sus defectos, el poder y sus titiriteros: los políticos.

El coronel fue echado al mar, Murieron a mitad del río,  El rostro del sueño y Paraíso 25 son algunas de sus novelas.

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Francisco Tario (1911-1977)

Dice el crítico, escritor y periodista Alejandro Toledo que su especialidad son los escritores raros y para raro ninguno tanto como Francisco Tario, seudónimo de Francisco Peláez Vega.

El Fondo de Cultura Económica (FCE) recientemente publicó Obras completas. Tomo I: Cuentos/ Varia invención, cuya edición y prólogo se debe a Alejandro Toledo, quien por otro lado también ha dado a conocer Universo Francisco Tario, un libro producto de décadas de indagaciones en torno a la vida y obra del escritor.

Escribió, entre otros, los cuentos de La noche y la  novela Aquí abajo. De forma póstuma fueron editadas su novela Jardín secreto y las piezas teatrales de El caballo asesinado.

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Julio Torri (1889-1970)

Su prosa elegante y refinada ha dado obras como los ensayos Sentencias y lugares comunes y La literatura española y recopilaciones de cuentos como De fusilamientos.

Formó parte de la Generación del Ateneo, que también integró Alfonso Reyes. Fue un gran precursor de lo que hoy se conoce como microficciones y un gran divulgador de las letras.

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Josefina Vicens (1911-1988)

Autora de guiones cinematográficos como Los problemas de mamá, Los novios de mis hijas, Las señoritas Vivanco y El proceso de las señoritas Vivanco, recibió el Premio Xavier Villaurrutia 1957 por El libro vacío.

Se trata de una novela sobre la imposibilidad de escribir y, al mismo tiempo, la fatalidad que implica el oficio de la escritura.

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Xavier Villaurrutia (1903-1950)

Se habla bastante del gran poeta mexicano, aunque no se lee tanto su obra, su magnífica obra poética. Fundó junto a Salvador Novo las revistas Ulises y Contemporáneos, de enorme trascendencia en el devenir de nuestra literatura, motivo de homenaje en una muestra que se desarrolla en el Palacio de Bellas Artes.

En 1933 publicó su célebre poemario Nostalgias de la muerte, que incluye “Nocturnos”. Un premio literario que se entrega anualmente en nuestro país lleva su nombre.