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OPS advierte de “niveles sin precedentes” en el uso de antibióticos en AL por COVID

jueves, noviembre 18th, 2021

“Hemos visto un incremento a niveles sin precedentes en el uso de antimicrobianos, con posibles consecuencias graves en los próximos años”, advirtió la directora de la OPS.

Por Gisela Salomon

MIAMI, 18 de noviembre (AP) — La Organización Panamericana de la Salud advirtió el miércoles que varios países de Latinoamérica y el Caribe han hecho un uso desmedido de los antibióticos para atender a enfermos de coronavirus hospitalizados que no los necesitaban.

“Hemos visto un incremento a niveles sin precedentes en el uso de antimicrobianos, con posibles consecuencias graves en los próximos años”, expresó la directora de la OPS, Carissa Etienne en la conferencia semanal virtual de la organización. “Debido al sobreuso y al mal uso de antibióticos y otros antimicrobianos, corremos el riesgo de quedarnos sin medicinas que utilizamos para tratar infecciones comunes”.

Explicó que estos medicamentos son esenciales para salvar vidas y deben ser utilizados de manera responsable porque las bacterias pueden desarrollar resistencia y hacer que dejen de ser efectivos con el tiempo. De acuerdo con información hospitalaria facilitada a la OPS, entre el 90 por ciento y el 100 por ciento de los pacientes hospitalizados durante la pandemia recibieron antimicrobianos como parte de su tratamiento contra COVID-19, pero sólo el siete por ciento de ellos tenían otras infecciones que los requerían.

Un alerta epidemiológica reciente de la OPS indicó el surgimiento de resistencia bacteriana a antimicrobianos con una magnitud y complejidad que no se había visto antes.

Mientras tanto, la región alcanzó una marca clave: en promedio el 50 por ciento de esta población ha completado su vacunación, aunque hay países como Nicaragua y Haití que no han llegado aún a inmunizar ni al 10 por ciento de su gente.

En la última semana se registró un descenso del cinco por ciento en los casos nuevos de coronavirus en las Américas, que llegaron a 760 mil; y del 17 por ciento en las muertes, unas 12 mil 800.

En la región hay varios países, entre ellos Argentina, Uruguay, Ecuador, Guatemala y Paraguay, que reportan un incremento de infecciones resistentes a las medicinas, que probablemente hayan contribuido al alza de la tasa de mortalidad entre los pacientes hospitalizados, dijo Etienne.

Durante la pandemia los hospitales se han visto rebasados con pacientes enfermos de coronavirus y en algún caso las unidades de terapia intensiva recibían pacientes a una tasa que superaba en dos o tres veces su capacidad. El empleo de procedimientos invasivos como la entubación o ventilación, el uso de antimicrobianos y antibióticos y otras medicinas, y enfermedades preexistentes como la diabetes o la obesidad incrementan el riesgo de contraer infecciones bacterianas y de hongos. Eso sumado a la limitada cantidad de guantes desechables y batas, y los cambios en los métodos de limpieza contribuyó también al incremento más rápido de infecciones, dijo la OPS.

También hay otros medicamentos que no se administraron correctamente, como la ivermectina, azitromicina y cloroquina, que fueron ampliamente utilizadas en tratamientos que no estaban probados, incluso cuando la Organización Mundial de la Salud advirtió que no existían evidencias de que fueran beneficiosos para los pacientes enfermos con COVID-19.

La OPS pidió a los países que regulen el uso de este tipo de medicinas para que no sean de fácil acceso sin receta médica para prevenir una crisis sin precedentes.

¿El oro podría ser la clave contra la resistencia bacteriana a los antibióticos?

lunes, noviembre 15th, 2021

Un grupo internacional de científicos ha creado una partícula capaz de romper la defensa de muchos patógenos bacterianos comunes sin dañar los tejidos circundantes.

Ciudad de México, 15 de noviembre (RT).- El oro podría ayudar a luchar contra la resistencia bacteriana a los antibióticos, según se desprende de un estudio publicado recientemente en Chemical Science.

Anteriormente, ya se había estudiado la posibilidad de luchar contra la resistencia bacteriana a los antibióticos usando nanopartículas de oro. Sin embargo, el problema consistía en que estas nanopartículas no siempre distinguen las bacterias de las células de las personas, poniéndolas en riesgo.

Ahora, un grupo internacional de científicos ha creado una partícula capaz de romper la defensa de muchos patógenos bacterianos comunes sin dañar los tejidos circundantes. Para proteger las células huésped, los científicos han añadido un segundo ligando a la envoltura que rodea a cada nanoclúster.

“A pesar de la amplia investigación sobre los nanomateriales antibacterianos, la mayor parte de las investigaciones se centraron únicamente en aumentar la potencia antibacteriana, sin tener en cuenta su biocompatibilidad, estabilidad y capacidad de ser excretados del cuerpo”, indicó Dejian Zhou, uno de los autores del estudio, en referencia a las antiguas investigaciones. Por esa razón, actualmente muchos nanomateriales no pueden utilizarse con fines médicos, según Zhou.

Un grupo internacional de científicos ha creado una partícula capaz de romper la defensa de muchos patógenos bacterianos comunes sin dañar los tejidos circundantes. Foto: Iván Méndez, Cuartoscuro

El científico espera que los resultados del estudio sean recogidos por la industria farmacéutica y que esta investigación contribuya a la elaboración de nuevos antibióticos en respuesta a la resistencia de las bacterias a los fármacos.

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Abuso de antibióticos aumentan el riesgo de Cáncer de colon, afirma estudio

sábado, septiembre 4th, 2021

Investigadores suecos descubrieron que pacientes que tomaron antibióticos durante más de seis meses tenían un 17 por ciento de riesgo mayor de desarrollar cáncer en el colon ascendente. 

Madrid, 4 Septiembre (EUROPA PRESS).- La cada vez mayor resistencia por parte de la población a los antibióticos es un problema que viene preocupando a los expertos en los últimos años en todo el mundo. Ahora, un estudio de la Universidad de Umea (Suecia) añade un nuevo motivo para controlar aún más la ingesta de estos fármacos, pues, según esta nueva investigación, existe “una clara relación” entre la toma de antibióticos y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon en los próximos cinco o diez años.

Así lo han confirmado los investigadores de la universidad sueca tras un estudio de 40 mil casos de cáncer. Concretamente, se cree que el impacto de los antibióticos en el microbioma intestinal está detrás de este incremento del riesgo de cáncer.

“Los resultados subrayan el hecho de que hay muchas razones para ser restrictivos con los antibióticos. Aunque en muchos casos la terapia con antibióticos es necesaria y salva vidas, en el caso de dolencias menos graves que se pueden curar de todos modos, hay que tener precaución”, advierte la investigadora de cáncer en la Universidad de Umea, Sophia Harlid. “Sobre todo, precaución para evitar que las bacterias desarrollen resistencia, pero, como muestra este estudio, también porque los antibióticos pueden aumentar el riesgo de padecer un futuro cáncer de colon”, añade.

UN 17% MÁS DE RIESGO DE CÁNCER DE COLON 

Precisamente, los investigadores descubrieron que tanto las mujeres como los hombres que tomaron antibióticos durante más de seis meses tenían un riesgo un 17 por ciento mayor de desarrollar cáncer en el colon ascendente, la primera parte del colon a la que llegan los alimentos después del intestino delgado, que los que no recibieron ningún antibiótico. Sin embargo, no se encontró un mayor riesgo de cáncer en el colon descendente. Tampoco hubo un mayor riesgo de cáncer de recto en los hombres que tomaban antibióticos, mientras que las mujeres que tomaban antibióticos tenían una incidencia ligeramente menor de cáncer de recto.

El aumento del riesgo de cáncer de colon era visible ya entre cinco y diez años después de tomar los antibióticos. Aunque el aumento del riesgo fue mayor para los que tomaban la mayoría de los antibióticos, también fue posible observar un aumento, pequeño pero estadísticamente significativo, del riesgo de cáncer tras un único tratamiento con antibióticos.

Así las cosas, el presente estudio utiliza datos de 40 mil pacientes del Registro Sueco de Cáncer Colorrectal del período 2010-2016. Estos se han comparado con un grupo de control emparejado de 200 mil individuos sin cáncer extraídos de la población sueca en general.Los datos sobre el uso de antibióticos de los individuos se recogieron del Registro Sueco de Medicamentos Prescritos para el período 2005-2016. Tal y como recuerdan los autores, esta nueva investigación confirma, en líneas generales, los resultados de un estudio británico anterior, algo más pequeño.

Para entender cómo los antibióticos aumentan el riesgo, los investigadores también estudiaron un fármaco bactericida no antibiótico utilizado contra las infecciones urinarias que no afecta al microbioma. No hubo diferencias en la frecuencia de cáncer de colon en quienes utilizaron este fármaco, lo que sugiere que es el impacto de los antibióticos en el microbioma lo que aumenta el riesgo de cáncer. Aunque el estudio sólo abarca los antibióticos administrados por vía oral, incluso los antibióticos intravenosos pueden afectar a la microbiota del sistema intestinal.

“No hay absolutamente ningún motivo de alarma por el simple hecho de haber tomado antibióticos. El aumento del riesgo es moderado y el efecto sobre el riesgo absoluto para el individuo es bastante pequeño”, aclara Harlid, que recuerda la importancia del cribado rutinario del cáncer colorrectal. “Como en cualquier otro programa de cribado, es importante participar en él para poder detectar precozmente cualquier cáncer o incluso prevenirlo, ya que a veces se pueden eliminar los precursores del mismo”, concluye la principal autora del estudio.

Las bacterias nos mataban en el pasado. Les pusimos un alto. Se fortalecieron y están de regreso

lunes, mayo 3rd, 2021

Antes de la era antibiótica, las infecciones bacterianas constituían la primera causa de muerte en el planeta. Ahora los antibióticos son sustancias con la extraordinaria capacidad de matarlas.

Por José Antonio Escudero
Personal Docente e Investigador Microbiología, Universidad Complutense de Madrid

Madrid, 3 de mayo (The Conversation).- Dijo Pasteur que la suerte solo favorece a las mentes preparadas (le hasard ne favorise que les esprits préparés). Quizás por ello cuando, a la vuelta de vacaciones, Alexander Fleming se encontró que un hongo había contaminado sus cultivos de estafilococos, no se conformó sin más. En lugar de tirarlos a la papelera observó que, cerca del hongo, las colonias de estafilococos habían muerto.

Aquella observación dio pie al descubrimiento de la penicilina, que inauguró la era antibiótica. Y créanme si les digo que los que vivimos en esta era somos unos privilegiados en la historia de nuestra especie.

Los antibióticos son sustancias con la extraordinaria capacidad de matar bacterias sin hacer daño al paciente que sufre la infección. Son, probablemente, junto con las vacunas, uno de los avances científicos más importantes en medicina.

BACTERIAS VOLVERÁN A SER LA PIRMERA CAUSA DE MUERTE 

Antes de la era antibiótica, las infecciones bacterianas constituían la primera causa de muerte en el planeta. Por eso enfermedades como la peste, la tuberculosis, la lepra o el cólera son parte inherente de nuestra historia. Esto pareció llegar a su fin cuando los antibióticos irrumpieron en escena.

Pero no era tan sencillo. El primero en advertirlo fue el propio Fleming. En 1945, en su discurso de obtención del premio Nobel, alertó de que el mal uso de estas moléculas podía seleccionar bacterias resistentes. Sin embargo, durante las primeras décadas de la era antibiótica se encontraron multitud de moléculas nuevas y los tratamientos funcionaban sin problemas. Así que los antibióticos se usaron de manera despreocupada y en cantidades masivas.

Hoy la cosa ha cambiado bastante. Hace décadas que no encontramos antibióticos nuevos y las bacterias multirresistentes (que resisten a varias familias de antibióticos diferentes) son el pan nuestro de cada día en los hospitales. De hecho, en 2014 se calculó que la resistencia a antibióticos causaba 700 mil muertes al año y que ese número se convertiría en 10 millones de muertes cada año en 2050.

Si no conseguimos frenar la resistencia, las bacterias volverán a ser la primera causa de muerte para la humanidad, y también se cumplirá la predicción de Louis Pasteur de que los microbios tendrán la última palabra (Messieurs, c’est les microbes qui auront le dernier mot).

EL ERROR DE INFRAVALORAR A LAS BACTERIAS 

¿Cómo es que no supimos predecir la aparición de la multirresistencia y la pérdida de eficacia de nuestros tratamientos? Pues, fundamentalmente, porque infravaloramos la capacidad de evolucionar que tienen las bacterias.

Lejos del modelo sencillo de mutación y selección que creímos a principios del siglo XX que regía la aparición de resistencias, las bacterias tienen múltiples estrategias muchísimo más potentes para superar situaciones adversas.

Una de ellas es la transferencia horizontal de genes, que hace que bacterias de especies diferentes intercambien ADN que les pueda resultar útil. Esto conecta a cualquier bacteria que se enfrenta a una amenaza (como por ejemplo las de nuestros hospitales cuando son tratadas con antibióticos) con soluciones que se han originado en otros microorganismos de cualquier otro punto del planeta.

Los antibióticos son sustancias con la extraordinaria capacidad de matar bacterias. Imagen ilustrativa. Foto: Richard Drew, AP.

La otra estrategia que no supimos predecir es la existencia de un acelerador evolutivo en bacterias llamado integrón. El integrón es una plataforma genética que permite a las bacterias captar genes que aportan nuevas funciones, actuando como memorias que almacenan funciones que son útiles para la bacteria. Una de las claves del integrón es que los genes que fueron útiles en un momento dado pero ya no lo son tanto se expresan muy poco. Es decir, que suponen un gasto energético bajo para la bacteria.

Esto es fundamental porque una de las causas por las que creímos que las bacterias nunca serían multirresistentes es que pensamos que la resistencia conllevaría un coste energético alto. El integrón lo soluciona expresando poco los genes que no le interesan.

Sin embargo esta situación no es estática: si la bacteria sufre el ataque de los antibióticos, el integrón se activa y reordena sus genes para dar con el gen de resistencia al antibiótico que ahora va a matarla.

Integrones tienen genes de resistencia en el mismo orden, de manera que el último gen no confiere resistencia a gentamicina. Foto: Richard Drew, AP.

En definitiva, el integrón es como una memoria bacteriana que permite aprender nuevas funciones, disminuir el gasto energético cuando estas funciones no se usan, y recordarlas cuando vuelven a ser necesarias.

Esto nos llevó a postular la teoría de que el integrón aporta a la bacteria adaptación bajo demanda.

EL INTEGRÓN EN ACCIÓN

En nuestro último trabajo, investigadores de las universidades de Oxford y Complutense de Madrid hemos podido ver al integrón en acción y confirmar esta teoría. Para ello hemos construido dos integrones que son casi idénticos en la bacteria patógena Pseudomonas aeruginosa (una bacteria que produce infecciones respiratorias).

Ambos integrones tienen tres genes de resistencia en el mismo orden, de manera que el último gen no confiere resistencia a gentamicina porque se expresa poco (pero si lo colocáramos en primera posición del integrón este gen sí conferiría resistencia). La única diferencia entre ambos integrones es que en uno de ellos no funciona la integrasa. La integrasa es precisamente la proteína que se encarga de captar y reordenar los genes del integrón.

Usando dos bacterias idénticas salvo por el gen de la integrasa –en una el integrón funciona y en la otra no– se puede comparar la capacidad de desarrollar resistencias que aporta un integrón.

Para ello, en el laboratorio forzamos múltiples poblaciones de estas dos bacterias a crecer en concentraciones cada vez mayores de este antibiótico. Así, podemos valorar su capacidad de adaptación midiendo el número de poblaciones que sobreviven y el de poblaciones que se extinguen cuando la concentración del antibiótico aumenta.

Además, hemos secuenciado los genomas de las poblaciones a concentraciones bajas de antibiótico y a concentraciones muy elevadas.

Lo que nuestros experimentos demuestran claramente es que cuando el integrón funciona permite la supervivencia de más poblaciones a concentraciones altas de antibiótico que cuando no funciona. La secuenciación ha demostrado que al principio de esta carrera evolutiva el integrón recoloca al azar sus genes de resistencia generando variabilidad genética muy rápido. Y sobre esta variabilidad puede actuar la selección por el antibiótico.

Esto es clave a concentraciones mayores en las que encontramos exclusivamente bacterias que han movido el gen de resistencia a gentamicina a primera posición del integrón y han conseguido así aumentar su resistencia.

En el futuro, nuestra investigación ayudará a diseñar intervenciones que disminuyan la resistencia y nos ayuden a frenar esta pandemia silenciosa.

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¿Cuáles son los riesgos de abusar de los antibióticos en menores de 2 años? Alergias, obesidad, asma…

lunes, enero 18th, 2021

Las condiciones asociadas con el uso temprano de antibióticos incluyeron asma, rinitis alérgica, problemas de peso y obesidad, alergias alimentarias, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, enfermedad celíaca y dermatitis atópica.

Madrid, 18 de enero (Europa Press).- Los investigadores de la Mayo Clinic, en Estados Unidos han descubierto en un estudio de caso retrospectivo que los antibióticos administrados a niños menores de dos años están asociados con varias enfermedades o afecciones, que van desde alergias hasta obesidad, según publican en la revista Mayo Clinic Proceedings.

Utilizando datos de registros médicos del Proyecto de Epidemiología de Rochester, una colaboración de investigación basada en la población en Minnesota y Wisconsin, los investigadores analizaron datos de más de 14 mil 500 niños.

Aproximadamente el 70 por ciento de los niños habían recibido al menos un tratamiento con antibióticos para la enfermedad antes de los dos años de edad. Los niños que recibieron múltiples tratamientos con antibióticos tenían más probabilidades de tener múltiples enfermedades o afecciones más adelante en la infancia.

Los tipos y la frecuencia de las enfermedades variaron según la edad, el tipo de medicamento, la dosis y el número de dosis. También hubo algunas diferencias entre niños y niñas.

Las condiciones asociadas con el uso temprano de antibióticos incluyeron asma, rinitis alérgica, problemas de peso y obesidad, alergias alimentarias, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, enfermedad celíaca y dermatitis atópica.

Los tipos y la frecuencia de las enfermedades variaron según la edad, el tipo de medicamento, la dosis y el número de dosis. Foto: Cuartocuro

Los autores especulan que, aunque los antibióticos sólo pueden afectar transitoriamente el microbioma, la colección de microbios en el cuerpo, esto puede tener consecuencias para la salud a largo plazo.

“Queremos enfatizar que este estudio muestra una asociación, no una causalidad, de estas afecciones –explica Nathan LeBrasseur, investigador del Centro de Envejecimiento Robert y Arlene Kogod de Mayo Clinic y autor principal del estudio–. Estos hallazgos ofrecen la oportunidad de enfocar investigaciones futuras para determinar enfoques más confiables y seguros para el momento, la dosificación y los tipos de antibióticos para los niños de este grupo de edad”.

Si bien los datos recientes muestran un aumento en algunas de las condiciones de la infancia involucradas en el estudio, los expertos no están seguros de por qué. Aparte del problema de la resistencia a múltiples fármacos, la mayoría de los pediatras han supuesto que los antibióticos son seguros.

Los investigadores también dicen que el objetivo final es proporcionar pautas prácticas para los médicos sobre la forma más segura de usar antibióticos en una etapa temprana de la vida.

La carne y la resistencia a los antibióticos

domingo, septiembre 6th, 2020

Uno de los factores más importantes que ha disparado que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos es el consumo de carne. Foto: Unsplash

Desde antes de la pandemia existía un grave problema de resistencia a los antibióticos y resurgimiento de enfermedades que se encontraban controladas, el tratamiento de enfermedades como tuberculosis, neumonía, salmonelosis, etc., se está haciendo cada vez más complicado porque los antibióticos están perdiendo eficacia.

Si bien es natural que un antibiótico genere resistencia, el uso indiscriminado de los mismos está creando una resistencia acelerada, esto hace que las enfermedades duren más, sean más caras de tratar y que haya más mortalidad.

Uno de los factores más importantes que ha disparado que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos es el consumo de carne, y es que aunque parezca inaudito en las granjas industriales donde hacinan a los animales de una manera inhumana, les administran antibiótico de manera sistemática, ya sea para estimular crecimiento o para prevenir enfermedades derivadas del mal estado en que están.

Vacas en granja industrial. Foto: Jo-Anne McArthur, We Animals Media

Por ejemplo en el Santuario de animales donde colaboro, buscamos que el alimento que damos a los animales no contenga ninguna clase de antibiótico, y cuando empezábamos y revisábamos las etiquetas de los alimentos, no encontrábamos ninguno que no tuviera, hasta que por fin encontramos algunas opciones, pero el 90 por ciento del alimento destinado para consumo en granjas contiene.

También a animales como las vacas con enfermedades crónicas por la explotación, como es la mastitis, les suministran antibióticos de manera indiscriminada para que duren lo más posible antes de mandarlas al rastro, en el Santuario vivimos el caso de Chabela muy de cerca, ella saltó del camión que la llevaba al matadero, y cuando llegó con nosotros tenía problemas de mastitis, era bastante doloroso para ella, estuvimos tratándola y las infecciones iban y venían, cada vez con más fuerza.

Chabela rascándose. Foto: Santuario Libres al Fin

Chabela disfrutó una vida en libertad por cuatro años en el Santuario, y al final le dio una neumonía crónica que ya no se la pudimos quitar con nada, le realizamos un antibiograma, que desgraciadamente nos llegaron los resultados después de su muerte, donde pudimos ver que las superbacterias que enfermaron a Chabela ya eran resistentes a todos los antibióticos.

El caso de Chabela no es aislado, y es por eso que actualmente tenemos este grave problema de salud, realmente la pandemia de la Covid 19 es el más pequeño de nuestros problemas, enfermedades muy graves no podrán ser tratadas con los antibióticos convencionales en poco tiempo, se están desarrollando antibióticos más modernos, pero mientras se sigan suministrando indiscriminadamente y sigamos consumiendo animales será un problema que no tendrá fin.

¿Las bacterias pueden sentir? La importancia para acabar con la resistencia a los antibióticos

miércoles, octubre 16th, 2019

Al ser organismos unicelulares expuestos al ambiente cuentan con una gran variedad de mecanismos para adaptarse a él, entre los más importantes está el llamado sistema de dos componentes. En él, básicamente, una proteína que mira al exterior transmite lo que “ve” hacia el interior, logrando con esa información que la bacteria se adecue al entorno.

Ciudad de México, 16 de octubre (RT).- Las bacterias fueron de los primeros seres vivos en habitar el planeta. La vida, como la conocemos, depende en gran medida de ellas. Debido a que perciben el ambiente han podido adaptarse perfectamente a su entorno, explica el investigador Adrián Fernando Álvarez, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Pero, ¿cómo es que “sienten” las bacterias?

Al ser organismos unicelulares expuestos al ambiente cuentan con una gran variedad de mecanismos para adaptarse a él, entre los más importantes está el llamado sistema de dos componentes. En él, básicamente, una proteína que mira al exterior transmite lo que “ve” hacia el interior, logrando con esa información que la bacteria se adecue al entorno.

“Estos sistemas están conformados por dos proteínas, una que está mirando hacia afuera de las células y observa o detecta cualquier tipo de cambio y otra que está dentro de las células; la información es transferida de una proteína a la otra para que la bacteria se pueda adaptar a las condiciones ambientales”, expone el también profesor en Genética a RT.

Con estos sistemas, detalla Adrián Álvarez, las bacterias “sienten” los cambios físicos y químicos del entorno y adaptan su expresión genética para producir una determinada respuesta a condiciones como la escasez, la regulación del ciclo celular, la resistencia a los antibióticos, entre otras.

El control del que habla el académico se logra al identificar las moléculas que desactivan el sistema de dos componentes, lo que equivaldría a “taparles los ojos y oídos” a las bacterias, de manera que no se percaten que están en un organismo en donde pueden causar afecciones” Foto: Especial

El trabajo de Álvarez, junto al de Dimitris Georgellis –quien encabeza la investigación en la que trabajan junto a 10 estudiantes de posgrado–, busca incidir en la resistencia bacteriana a los antibióticos, que se ha convertido en un problema de salud pública al poner en riesgo la efectividad de los actuales tratamientos para enfermedades infecciosas.

Sin embargo, este fenómeno se ha acelerado de manera alarmante, principalmente por el abuso y mal uso de los antimicrobianos, entre los que se incluyen antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios, antivirales, antipalúdicos, entre otros. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), si no se toman acciones a nivel global, para el año 2050 las muertes relacionadas con la resistencia antimicrobiana podrían superar las defunciones por cáncer.

“DESACTIVAR” A LAS BACTERIAS

Durante sus estudios, el equipo del Laboratorio de Genética Molecular del IFC utiliza como modelo a la bacteria escherichia coli, que posee 30 sistemas de dos componentes, cada uno capaz de detectar una característica distinta del medio ambiente.

“[Escherichia coli] es la bacteria modelo históricamente, es de la que más se conoce su genoma, su fisiología, su funcionamiento, pero nuestros hallazgos se pueden extrapolar a casi a todo el resto de las bacterias. Así, lo que podamos entender de estos sistemas se podría utilizar más adelante para el control de infecciones bacterianas”, desarrolla Álvarez.

El control del que habla el académico se logra al identificar las moléculas que desactivan el sistema de dos componentes, lo que equivaldría a “taparles los ojos y oídos” a las bacterias, de manera que no se percaten que están en un organismo en donde pueden causar afecciones. “Todas las bacterias tienen un ciclo de vida en el cual no provocan enfermedades, pero si encuentran las condiciones, liberan todo su potencial para ello”.

A largo plazo, el objetivo de la investigación es identificar nuevos compuestos antibióticos que no estén orientados a matar a la bacteria, sino a desactivar los sistemas de dos componentes para que esta no pueda detectar cambios en las condiciones internas.

Actualmente todos los antibióticos matan a las bacterias, generando la resistencia bacteriana que preocupa a la OMS. “Si nosotros en lugar de matarlas, solo las silenciamos, las desactivamos, esa resistencia al antibiótico sería menos probable”, concluye Adrián Fernando Álvarez.

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Científicos rusos extraen nuevo antibiótico de una bacteria que habita en el suelo de una selva de Veracruz

miércoles, octubre 9th, 2019

Se detalla que la sustancia, bautizada fazolicina, se produce por una bacteria no identificada del género Rhizobium, conocido por su capacidad de fijar el nitrógeno y por sus relaciones simbióticas con las leguminosas.

Ciudad de México, 9 de octubre (RT).- Un grupo de científicos rusos y estadounidenses ha descubierto un nuevo antibiótico creado por una bacteria que habita en los nódulos de las raíces del frijol silvestre, natural de la reserva de la biosfera de Los Tuxtlas, en el estado mexicano de Veracruz. Los resultados del hallazgo fueron expuestos en un artículo publicado este martes en la revista Nature Communications.

Se detalla que la sustancia, bautizada fazolicina, se produce por una bacteria no identificada del género Rhizobium, conocido por su capacidad de fijar el nitrógeno y por sus relaciones simbióticas con las leguminosas. La especie, que está por ser establecida, combina esas cualidades con la protección del organismo huésped de bacterias maliciosas, haciéndolo más robusto y saludable.

Según los investigadores, la fazolicina “es interesante por su modo idiosincrásico de interacción con el ribosoma” de las bacterias, ya que puede penetrar dentro de sus membranas e impedirles de producir proteínas.

Según los investigadores, la fazolicina “es interesante por su modo idiosincrásico de interacción con el ribosoma” de las bacterias, ya que puede penetrar dentro de sus membranas e impedirles de producir proteínas. Foto: Dmitrii Y. Travin, Rutgers University

Asimismo, indican que el hallazgo puede tener importantes aplicaciones “como un agente potencial para el biocontrol en la agricultura”.

“Esperamos mostrar que la bacteria se puede usar como probiótico de plantas, porque la fazolicina evitará que otras bacterias potencialmente dañinas crezcan en el sistema de raíces de plantas de importancia agrícola”, comentó Konstantin Severinov, uno de los autores del estudio, en un comunicado de la Universidad Rutgers.

Asimismo, resaltó que la búsqueda de nuevos antibióticos es “un gran problema tanto en la medicina como en la agricultura” y promueve “una continua búsqueda” de fármacos de este tipo.

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Granjas de cerdos y pollos de países emergentes son criaderos de “súperbacterias”, alerta Science

viernes, septiembre 20th, 2019

La transición a dietas ricas en carne se ha visto facilitada por la expansión de los sistemas de ganadería intensiva, en los que los antimicrobianos se utilizan para mantener la salud de los animales y mejorar la productividad.

El nuevo estudio se basó en los datos de prevalencia de patógenos comunes transmitidos por los alimentos, como la E. coli, el estafilococo áureo, las salmonelas no tifoideas o las bacterias del género Campylobacter.

Por Teguayco Pinto

Madrid, 20 septiembre (ElDiario.es).- La proporción de superbacterias resistentes a los antibióticos ha crecido de forma significativa en las granjas de pollos y cerdos de varios países emergentes en lo que va de siglo, según muestra un nuevo estudio publicado hoy en la revista Science. Los autores identificaron China y la India como las regiones con mayores tasas de aparición de resistencias, aunque también se identificaron zonas críticas en Brasil y Kenia. “Se prevé que el aumento de la resistencia en los animales tendrá consecuencias importantes para la salud animal y, en última instancia, para la salud humana”, advierten los investigadores.

Desde el año 2000, la producción de carne se ha estabilizado en los países de ingresos altos, pero ha crecido un 68 por ciento , 64 por ciento y 40 por ciento en África, Asia y América del Sur, respectivamente. La transición a dietas ricas en carne se ha visto facilitada por la expansión de los sistemas de ganadería intensiva, en los que los antimicrobianos se utilizan para mantener la salud de los animales y mejorar la productividad. Sin embargo, en estas regiones las tendencias en la aparición de resistencias en los animales están mal documentadas.

El nuevo estudio se basó en los datos de prevalencia de patógenos comunes transmitidos por los alimentos, como la E. coli, el estafilococo áureo, las salmonelas no tifoideas o las bacterias del género Campylobacter. Según los resultados obtenidos, “entre 2000 y 2018, la proporción de antimicrobianos que mostraron una resistencia superior al 50 por ciento aumentó de 0.15 a 0.41 en pollos y de 0.13 a 0.34 en cerdos”.

Las tasas de resistencia más altas se observaron en las clases de antimicrobianos más comúnmente utilizadas en la producción animal, como las tetraciclinas, sulfonamidas y penicilinas. Entre los fármacos considerados críticos para la medicina humana, las tasas de resistencia más altas se encontraron para la ciprofloxacina y la eritromicina, mientras que para las cefalosporinas de tercera y cuarta generación se encontraron tasas de resistencia moderadas.

EL GANADO EN EL PUNTO DE MIRA DE LA OMS

Durante los últimos años muchas instituciones internacionales han tratado de alertar a la población sobre el creciente número de bacterias que se están volviendo resistentes a los antibióticos, un problema que la OMS ha calificado como “una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial”.

Aunque se desconoce el impacto real de estas superbacterias, algunos estudios recientes sugieren que cada año estos patógenos pueden provocar del orden de 33 mil muertes en la Unión Europea (UE), 23 mil en EU y unas 700 mil en todo el mundo. Además, algunas estimaciones realizadas en los últimos años indican que si la resistencia sigue creciendo al ritmo actual, en 2050 podrían fallecer más de 10 millones de personas por infecciones que antes se podían tratar, con 400 mil muertes anuales solo en Europa.

Cerdos en una granja española. Foto: EFE

Los investigadores alertan de que los esfuerzos se han centrado en controlar el uso de antimicrobianos en infecciones humanas y no se ha dado suficiente importancia al sector ganadero, a pesar de que “los animales producidos para la alimentación consumen más antibióticos que los humanos”, según ha asegurado en otro artículo la responsable del grupo de investigación en resistencia antimicrobiana del Big Data Institute de Reino Unido, Catrin Moore.

La Organización Mundial de la Salud ya recomendó hace más de una década dejar de utilizar estos fármacos como método para estimular el crecimiento de los animales. Sin embargo, a pesar de que diversas regiones, como la UE, han prohibido la utilización de antibióticos como promotores del crecimiento, las cifras del consumo de antibióticos no se redujeron, ya que se continuaron utilizando como profilácticos de forma abusiva.

El problema siguió creciendo hasta que, en 2015, la Asamblea Mundial de la Salud reconoció la necesidad de hacer frente a la amenaza, lo que condujo a la OMS a recomendar en 2017 la creación de planes de acción nacionales que impusieran restricciones sobre el consumo de antibióticos en el ámbito de la ganadería.

LAS RESTRICCIONES FRENAN LA APARICIÓN DE RESISTENCIAS

Según el nuevo estudio, los niveles de resistencia detectados parecen reflejar en cierta medida las distintas restricciones que se han ido aplicando en cada país. Por ejemplo, en los países de ingresos bajos y medios la E. coli y las Campylobacter tenían niveles de resistencia a las quinolonas (un tipo de antimicrobiano) comparables a los niveles europeos, pero considerablemente más altos que en EU, donde se prohibió el uso de este fármaco en aves de corral en 2005.

Por el contrario, en el caso de la Salmonella y la E. coli, los países de ingresos medios y bajos tienen una resistencia sustancialmente mayor a la gentamicina que en Europa, donde este compuesto está prohibido para su uso en aves de corral y ganado. “Estos resultados sugieren que las restricciones regionales sobre el uso de compuestos específicos están asociadas con tasas de resistencia a los antimicrobianos más bajas”, asegura el estudio.

Sin embargo, la aplicación de planes de control que impongan restricciones al uso de antibióticos no es fácil en muchos países de ingresos bajos y medios, debido a la demanda creciente de productos de origen animal y a “la falta de conciencia política y local, junto con la pobreza económica y la incapacidad para fortalecer sistemas como el saneamiento básico y la higiene”, asegura Moore.

Para tratar de abordar este problema, los autores del estudio proponen que los países de altos ingresos creen “un fondo mundial para subvencionar la mejora de la bioseguridad y la bioprotección en las explotaciones agrícolas”.

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¿Qué le sucede al organismo cuando se mezclan medicamentos con bebidas alcohólicas?

martes, septiembre 10th, 2019

Mezclar algunos antibióticos con alcohol podría ocasionar síntomas muy desagradables y peligrosos como náuseas y vómitos, disnea, taquicardia, vértigos, ansiedad o confusión”, continúa Cantalapiedra, que especifica que este proceso se denomina efecto Antabús.

Madrid, 10 de septiembre (EuropaPress).– Una de las dudas más frecuentes sobre los fármacos es si se pueden mezclar con alcohol, con qué cantidad, si influye el tipo de fármaco o qué efectos puede tener sobre el organismo hacerlo.

En el caso de los antibióticos, “a la pregunta si se pueden mezclar antibióticos y alcohol, la respuesta, en general, es no”, puntualiza en una entrevista con EuropaPress el coinvestigador principal de los estudios de antibióticos de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) – y del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAN), Fernando Cantalapiedra.

“El motivo es que ambos, antibióticos y alcohol, son metabolizados por las mismas enzimas en el hígado, y es por tanto que pueden ser competidores y sus acciones verse potenciadas”, explica Cantalapiedra que, no obstante, llama a distinguir entre bebedores ocasionales o que tomen una copa en una fiesta o celebración y bebedores crónicos.

Los crónicos “necesitan un mayor número de enzimas para metabolizar el alcohol. Por lo tanto, cuando están tratados con antibióticos, estos se metabolizan más rápido al existir más enzimas y pueden, por tanto, disminuir su efecto antiinfeccioso”, expone Cantalapiedra, lo que “también puede ocurrir al ingerir dosis altas de alcohol, aunque sea de manera puntual”.

Los antibióticos y alcohol, son metabolizados por las mismas enzimas en el hígado. Foto: Iván Mendez/Cuartoscuro

“También habría que diferenciar el tipo de antibióticos con el cual se estén tratando”, apunta el coinvestigador de SEFAC y PRAN. En este contexto, antibióticos ingeridos por vía oral, como amoxicilina o amoxicilina ácido clavulánico y algún otro, usados comúnmente en infecciones de vías respiratorias altas “no pasaría nada por tomarse una copa en una celebración”, asegura el experto.

Otros, como el metronidazol, que se usa en infecciones de boca, vaginales y estómago, entre otros, “pueden causar efectos secundarios muy desagradables y peligrosos al mezclarlos con alcohol, como náuseas y vómitos, disnea, taquicardia, vértigos, ansiedad o confusión”, continúa Cantalapiedra, que especifica que este proceso se denomina efecto Antabús.

Por su parte, “la doxicilina, antibiótico usado en infecciones de piel como acné o rosácea facial, con dosis aún pequeñas de alcohol, pierde eficacia”, señala el experto. Por último, antibióticos “empleados para combatir la tuberculosis, como isoniacida y rifampicina aumentan el daño en el hígado al mezclarlo con dosis elevadas de alcohol”, concluye Cantalapiedra.

CON MEDICAMENTOS DE USO HABITUAL

En cuanto a los medicamentos de uso habitual, el experto de SEFAC y PRAN comenta que, mezclados con alcohol, “pueden provocar daños tanto hepáticos como en otras partes del organismo”.

Así, el ibuprofeno, un antiinflamatorio que en ocasiones también se emplea para contrarrestar los efectos de la resaca, si “estos individuos todavía tienen una alta concentración de alcohol puede ser peligrosa la combinación, provocando un aumento en el riesgo de lesión gástrica”, puntualiza el experto, que añade que en bebedores crónicos “aumenta también el efecto negativo renal y cardiovascular”.

Combinarlos puede provocar daños tanto hepáticos como en otras partes del organismo. Foto: Saúl López/Cuartoscuro

En cuanto a los ansiolíticos, la suma con alcohol “potencia el impacto negativo en el cerebro”, alerta Cantalapiedra, que enumera que “aumenta el riesgo de tener accidentes, alteraciones de comportamiento, sedación o somnolencia”. Además, “se multiplica con el aumento de dosis, lo que puede llevar a una sobredosis que podría producir un paro cardíaco o respiratorio”, avisa el experto.

En el caso de los antidepresivos, “el alcohol dificulta el tratamiento de los síntomas. En principio puede parecer que se mejora el estado de ánimo, pero a la larga aumentan los síntomas negativos de depresión y ansiedad”, indica Cantalapiedra.

La combinación de medicamentos contra la alergia o antihistamínicos y alcohol puede producir un aumento de la somnolencia. “Combinándolos con alcohol, este efecto secundario se potencia y se puede llegar a perder la capacidad de coordinación y de reacción. Además, puede, sobre todo en mujeres, acelerar los efectos del alcohol y sentir embriaguez”, cuenta el experto de SEFAC y el PRAN.

Por último, Cantalapiedra se refiere a los anticoagulantes y detalla que “en principio habría que evitar su uso con alcohol porque podría aumentar el efecto anticoagulante”. No obstante, en este caso, “tomar una copa de vino de manera ocasional podría permitirse, pero habría que evitar los de alta graduación”, muestra.

Pero, en general, “como vemos hay muchos ejemplos que indican que alcohol y medicamentos no son buena pareja de baile, por lo que hay que evitar su consumo conjunto”, zanja el experto de SEFAC y el PRAN.

Un estudio revela que el uso de antibióticos aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon

miércoles, agosto 21st, 2019

En una investigación, se determinó que la asociación entre el cáncer de intestino y el uso de antibióticos fue evidente entre los pacientes que habían tomado estos medicamentos por un periodo superior a diez años antes de que se les diagnosticara cáncer.

Londres, 20 de agosto (EFE).- El uso de antibióticos en forma de píldoras o cápsulas estaría relacionado con un mayor riesgo de sufrir cáncer de colon, aunque reduciría las posibilidades de padecer cáncer de recto, reveló hoy un estudio de la revista médica Gut.

Los resultados de la investigación sugirieron que existe un patrón de riesgo que se asocia con diferencias en la actividad del microbioma intestinal (las bacterias), a lo largo del intestino, por lo que los investigadores recalcaron la importancia de que la prescripción de antibióticos se realice de forma juiciosa.

El estudio señaló que los antibióticos tienen un impacto fuerte y duradero en el microbioma intestinal y alteran el equilibrio de bacterias útiles y dañinas.

Tan solo en 2010, en todo el mundo se consumieron aproximadamente 70 mil millones de dosis de antibióticos, lo que equivale a 10 dosis por persona.

El objetivo del estudio fue averiguar si esto podría potenciar el riesgo de cáncer de colon y recto para lo que los investigadores se basaron en los registros médicos de anónimos de alrededor de 11.3 millones de personas, aproximadamente el 7 por ciento de la población del Reino Unido.

De los datos se extrajo que se habían recetado antibióticos al 70 por ciento (20.278) de pacientes con cánceres intestinales y rectales y al 68.5  por ciento (93.862) de los que no los padecían.

A casi seis de cada diez participantes del estudio se les recetó más de una clase de antibiótico.

La asociación entre el cáncer de intestino y el uso de antibióticos fue evidente entre los pacientes que habían tomado estos medicamentos por un periodo superior a diez años antes de que se les diagnosticara cáncer.

Los expertos destacaron que se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa del desarrollo de la enfermedad ni los factores de estilo de vida potencialmente influyentes.

Sin embargo, sus hallazgos sugirieron que existe una variación significativa en el tamaño y el patrón de los efectos de los antibióticos a lo largo del intestino, por lo que recomendaron “un uso juicioso de los de los antibióticos por parte de los médicos”.

Científicos hallan proteínas en bacterias que combaten la resistencia a antibióticos

viernes, febrero 22nd, 2019

La falta de conocimiento sobre estas proteínas y la importancia de este descubrimiento se debe a que no había ningún procedimiento tecnológico para identificarlas este tipo de pequeñas proteínas.

Barcelona, 22 febrero (EFE).- Una nueva técnica permite identificar y ver cómo funcionan pequeñas proteínas presentes en las bacterias, lo que supone un avance para conseguir nuevos antibióticos que superen las resistencias a estos fármacos.

El estudio, publicado hoy en la revista Molecular Systems Biology, ha sido dirigido por Luis Serrano, jefe del grupo de Diseño de Sistemas Biológicos, y ha tenido como investigadora principal a María Lluch-Senar, ambos del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona.

Hasta el momento, no había ningún método efectivo para detectar todas las pequeñas proteínas en un organismo y además saber qué función ejercen; tan solo se conocía que había una gran cantidad de ellas y que estaban relacionadas con el sistema inmune, explicó a Efe Lluch-Senar.

Asimismo, estas moléculas “están muy relacionadas con la salud de los humanos, sobre todo con la flora intestinal, y tienen mucha relación con el sistema de defensa de nuestro cuerpo”, dijo el investigador español.

Recientemente, la comunidad científica consiguió aclarar la utilidad concreta de estas partículas pequeñas: los insectos, animales, bacterias e incluso humanos secretamos estas proteínas cuando nuestro organismo detecta una infección y sirven para combatirla.

Además, las bacterias las usan para combatir a otras bacterias, comunicarse entre ellas e incluso también con el huésped, que es el propio ser humano.

Por lo tanto, este hallazgo abre la puerta al posible desarrollo y creación de nuevos antibióticos, que puedan derrotar a las bacterias cada vez más fuertes e inmunes a los medicamentos ya existentes.

Una nueva técnica permite identificar y ver cómo funcionan pequeñas proteínas presentes en las bacterias. Imagen: Especial

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de este fenómeno, que ha calificado de “una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo, que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad y país de residencia”.

“Con esta técnica informática que hemos desarrollado podemos saber todas las pequeñas proteínas en una bacteria y, posteriormente, podría ser extrapolado a los humanos y descubrir algunas proteínas que seguramente estamos obviando”, señaló Lluch-Senar.

La falta de conocimiento sobre estas proteínas y, a su vez, la importancia de este descubrimiento se debe a que este tipo de proteínas son extremadamente pequeñas y no había ningún procedimiento tecnológico para identificarlas.

El primer autor del trabajo y estudiante de doctorado del CRG, Samuel Miravet-Verde, señaló que su objetivo principal “era determinar el número y variedad de funciones, para poder presentar todas las proteínas que no se conocían hasta ahora”.

De hecho, en una de las bacterias estudiadas que tiene el nombre científico de Mycoplasma pneumoniae y es una de las que causa enfermedades como la pulmonía, la investigación ha determinado que se ignoraban 10 de cada 100 pequeñas proteínas que tiene, a pesar de su reducido tamaño.

En total, el CGR ha concluido que no se tenían en cuenta hasta un 16 por ciento de estas proteínas que forman parte del genoma de todos los seres vivos.

Es por ello que los científicos creen que si se consigue aplicar esta técnica a humanos podría revelarse que hay muchas de estas pequeñas proteínas que aún no conocemos.

Una vez conocida cuál es la tarea de estas moléculas, se podrá detectar cuáles podrán servir como antibióticos, lo que es esperanzador, teniendo en cuenta que actualmente cada vez hay más casos en que estos medicamentos no funcionan porque las bacterias se vuelven resistente a ellos.

La investigación se ha llevado a cabo analizando 109 muestras genéticas de bacterias, lo que ha permitido que la técnica que han desarrollado sea universal y se pueda aplicar a otras especies bacterianas.

Científicos de EU descubren bacterias que resisten y se alimentan de la penicilina

martes, mayo 1st, 2018

Los investigadores planean utilizar las enzimas y genes identificados en este estudio para sintetizar nuevos antibióticos, limpiar terrenos y  y detectar la propagación de la resistencia a antibióticos.

Londres, 1 de mayo (EFE).- Un grupo de científicos de los Estados Unidos (EU) ha descubierto que ciertos tipos de bacterias no solo son resistentes al antibiótico penicilina sino que lo utilizan para alimentarse, según un estudio que publica hoy Nature Chemical Biology.

El equipo dirigido por Gautam Dantas, de la Universidad de Washington en la Escuela de Medicina de San Luis, Misuri, examinó como estos microbios son capaces de descomponer la penicilina a fin de usar algunas de sus partes como sustento.

Entender este proceso ayudará a combatir, mediante el desarrollo de nuevos fármacos, la propagación de las bacterias resistentes a los antibióticos, que ponen en peligro la salud de los animales y las personas.

Los autores explican que existen microbios que sobreviven en presencia de antibióticos, por ejemplo los que habitan en suelo contaminado, y son capaces de propagarse con facilidad.

 Otros microbios llevan además esta habilidad “más allá” al utilizar estos antibióticos como alimento.

El equipo estadounidense identificó las enzimas y los genes que permiten a estas bacterias que viven en lodazales descomponer la penicilina en partes que pueden utilizar para nutrirse.

Los científicos comprobaron que, primeramente, las bacterias inactivan la penicilina a través del enzima B-lactamatose, una estrategia común entre los microbios.

Sin embargo, estas bacterias “comedoras de antibióticos” cuentan además con unas enzimas especiales que les ayudan a descomponer aún más la penicilina, a fin de aprovechar ciertas partes como “combustible”.

Los autores concluyen que las enzimas y genes identificados en este estudio podrían emplearse para sintetizar nuevos antibióticos, limpiar terrenos y áreas contaminadas y detectar de forma temprana la propagación de la resistencia a antibióticos.

Científicos británicos descubren el origen del gen resistente a los antibióticos y cómo se propagó en el mundo

lunes, abril 2nd, 2018

Las técnicas de análisis genético utilizadas en la investigación podrían ayudar en el futuro a los investigadores a manejar mejor la propagación de súperbacterias.

Ciudad de México, 2 de abril (RT/SinEmbargo).- El gen mcr-1, que ayuda a las bacterias a resistir a la colistina, uno de los pocos antibióticos de último recurso que aún funciona, ha llegado a los hospitales de todo el mundo. Gracias a una nueva investigación, ahora tenemos más pruebas acerca de su origen, informa el portal Science Alert.

Si bien los expertos ya habían pensado anteriormente que el gen, que apareció por primera vez en 2005, se desarrolló en las granjas porcinas chinas debido a su amplio uso de colistina en los animales, este último estudio ofrece más evidencias que respaldan esta idea.

Así, al secuenciar los genomas de 110 cepas bacterianas y compararlos con los datos genómicos existentes, un grupo de científicos británicos ha identificado un gran conjunto de datos de 457 secuencias positivas del genoma mcr-1 tomadas de humanos y animales de granjas distribuidas en los cinco continentes.

Esto les permitió determinar exactamente que el mcr-1 surgió en China y les mostró cómo se extendió a nivel mundial uniéndose a varios patógenos bacterianos al “hacer autostop” en los diferentes elementos genéticos móviles.

“La velocidad a la que se propaga el mcr-1 en todo el mundo es realmente impactante”, dice Francois Balloux, investigador principal de este proyecto de la University College de Londres (Reino Unido).

LA LUCHA CONTRA LAS SÚPERBACTERIAS

Aunque no hay nada bueno sobre el aumento del mcr-1 y la resistencia a los antibióticos en general, las técnicas de análisis genético utilizadas en esta investigación podrían ayudar en el futuro a los científicos a manejar mejor la propagación de súperbacterias.

Ahora que se ha podido rastrear cómo se propaga el mcr-1, podríamos prepararnos mejor para el próximo gen de resistencia antimicrobiana, esperan los investigadores. Eso conllevará un esfuerzo mundial y mucha cooperación entre países, señalan.

A medida que los hospitales continúan luchando contra el aumento de las súperbacterias y los expertos advierten que la situación empeorará gradualmente, los científicos siguen luchando por mejorar los medicamentos para enfrentar el desafío. La secuenciación del ADN podría ser una forma de hacerlo.

“Dada la escasez de nuevos antibióticos en el segmento, nuestra mejor esperanza para evitar la actual crisis de salud pública es mejorar la administración de los medicamentos existentes, aprovechando el potencial de la secuenciación del genoma bacteriano y traducirlo en herramientas mejoradas de vigilancia y diagnóstico”, explica Balloux.

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Estudio reciente indica por qué las bacterias resisten a los antibióticos

miércoles, diciembre 20th, 2017

El estudio de una cepa bacteriana arroja datos para explicar el porqué del fortalecimiento  de las bacterias contra los antibióticos. El estudio realizado por científicos españoles, indica cómo se adaptan las bacterias ante “condiciones estresantes” como el ataque con antibióticos.

Barcelona, España, 20 de diciembre (Efe).- Científicos del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) han descubierto un mecanismo molecular que explica cómo las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos, lo que podría ayudar a desarrollar nuevos fármacos contra las bacterias superresistentes.

La investigación, que publica hoy la revista Scientific Reports, ha demostrado por primera vez cómo las bacterias responden a condiciones adversas, como cuando están sometidas a tratamientos farmacológicos.

El grupo de investigación sobre infecciones bacterianas y terapias antimicrobianas del IBEC, liderado por el doctor Eduard Torrents, se ha especializado en el estudio de la cepa bacteriana ‘Pseudomonas aeruginosa’, que puede causar infecciones pulmonares crónicas graves en pacientes con fibrosis quística (FC) a los que daña gravemente la función pulmonar, aumentando el riesgo de insuficiencia respiratoria e incluso causando la muerte.

Esta respuesta también podría explicar cómo las bacterias reaccionan o se adaptan a otras situaciones estresantes, como al hecho de ser atacadas por antibióticos, aseguran científicos. Foto: AP.

Según explicó Torrents, uno de los sistemas reguladores globales de la ‘Pseudomona aeruginosa’, AlgZR, es el responsable de convertir las bacterias en el fenotipo asociado a la enfermedad crónica, conocido como mucoide.

Estudiando la regulación de estas bacterias bajo condiciones estresantes, los investigadores descubrieron que AlgZR también controla cómo se modula la síntesis de ADN, permitiendo a las bacterias reaccionar ante estas condiciones.

“Esta respuesta también podría explicar cómo las bacterias reaccionan o se adaptan a otras situaciones estresantes, como al hecho de ser atacadas por antibióticos”, resumió Torrents.

“Este vínculo entre el estrés y el sistema AlgZR proporciona, por primera vez, una explicación molecular de cómo las bacterias pueden continuar dividiéndose bajo el tratamiento con antibióticos”, señaló el investigador.

Según Torrents, “en la mayoría de las especies bacterianas, existen sistemas de dos componentes similares a AlgZR, por lo que se llevará a cabo más experimentos para evaluar si estos resultados son extensibles a otras especies bacterianas”.

A finales de 2016, la línea de investigación sobre fibrosis quística del grupo de Eduard Torrents recibió financiación de la Fundación Bancaria “La Caixa”, un impulso que, según la entidad financiara, se extenderá durante 3 años, y que se une a la financiación de la Fundación Española de Fibrosis Quística.

La OMS prohibe el uso de antibióticos en crías de ganado para consumo humano

martes, noviembre 7th, 2017

De acuerdo con la OMS el uso de estos medicamentos pueden ocasionar resistencia en bacterias.

Ciudad de México, 7 de noviembre (ElDiario.es/SinEmbargo).-La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido que los animales para consumo humano no reciban antibióticos –para estimular su crecimiento o prevenir enfermedades– ya que pueden provocar el desarrollo de bacterias resistentes que son transmitidas a las personas.

Por primera vez, la OMS se pronuncia de manera clara y categórica, en unas directrices publicadas hoy, contra el uso de todo tipo de antibióticos para favorecer el crecimiento de los animales o para prevenir patologías que no han sido diagnosticadas.

El uso desregulado de esos medicamentos constituye una grave amenaza relacionada con la resistencia de las bacterias a los antibióticos, que la OMS considera uno de los mayores desafíos sanitarios de la actualidad.

“La evidencia científica demuestra que el uso excesivo de antibióticos en animales puede contribuir al surgimiento de resistencia a los antibióticos”, recordó la organización.

Algunas bacterias causantes de infecciones severas en las personas ya han desarrollado resistencia a la mayoría o a todos los tratamientos conocidos, mientras que las alternativas que se investigan son muy escasas.

Estudios realizados a este respecto y que han sido una de las bases de la recomendación de la OMS indican que la restricción en el uso de los antibióticos en animales para el consumo humano reduce el desarrollo de la resistencia hasta en un 39 por ciento.

“Los animales sanos solo deben recibir antibióticos para prevenir enfermedades que han sido diagnosticadas en otros animales de su mismo rebaño o en una población de peces”, afirmó la OMS en la presentación de sus directrices.

La organización, con sede en Ginebra, señaló que en algunos países hasta el 80 por ciento de antibióticos importantes se utilizan en el sector animal, principalmente para estimular el crecimiento de ejemplares sanos.

En caso de que el uso del antibiótico se justifique para tratar animales enfermos, la OMS pide que, en lugares donde sea posible, se evalúe cuál es el antibiótico más efectivo y a la vez más prudente para tratar una infección específica.

Muchos antibióticos utilizados en animales son idénticos o muy parecidos a los administrados al ser humano, como también lo son aquellos aplicados al cultivo de plantas, como las orquídeas.

Esto genera el peligro de la aparición de bacterias resistentes y que después pasan a las personas a través de los alimentos, del medio ambiente o de otras vías.

La OMS expone en sus directivas que varios países ya han restringido por iniciativa propia el uso de antibióticos tanto para acelerar el crecimiento o prevenir enfermedades en animales, “lo que demuestra la viabilidad” de si recomendación.

PROHIBIDO EN LA UE DESDE 2006 

La Unión Europea (UE), por ejemplo, prohíbe desde 2006 el uso de antibióticos para promover el crecimiento de animales.

Adicionalmente, la OMS recomienda que los involucrados se abstengan de utilizar cualquier antibiótico considerado de “importancia crítica” para la medicina humana para controlar enfermedades halladas en grupos de animales.

En ese sentido, se plantea que en caso de que un veterinario considere justificado el uso de un antibiótico frente a una enfermedad diagnosticada y con alto riesgo de propagación se acuda inicialmente a aquellos que no se utilizan en humanos.

Los antibióticos de importancia para la medicina humana solo deberán utilizarse cuando se compruebe que son la única opción.

Asimismo, se pide recordar que hay alternativas al uso de los antibióticos para prevenir enfermedades, como la mejora de las condiciones de higiene, el mejor uso de las vacunas y cambios en las prácticas ganaderas.

La OMS indicó que la primera revisión de estas directivas se efectuará dentro de cinco años.

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