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Caballé, Roth, Hawking, Del Paso, Amos Oz: 2018 se lleva a pléyade que llenó al mundo de talento

domingo, diciembre 30th, 2018

Pensar en la muerte de Anthony Bourdain, de Amos Oz, de Philip Roth, de Sergio Pitol: algunas podrían haberse evitado, de otras es triste llegar a una edad en la que tienes que partir y decir adiós a este mundo. Aquí, los famosos que han muerto en 2018.

Ciudad de México, 30 de diciembre (SinEmbargo).- “Sueño todo el tiempo que no puedo salir de un hotel victoriano con muchos pasillos y habitaciones. Paso mucho tiempo en los hoteles, pero este es amenazante, no lo puedo dejar. Y hay otra parte de este sueño donde estoy tratando de ir a casa y no puedo recordar adónde queda. Me siento como Quasimodo, el jorobado de Notre Dame, me siento como un freak, muy aislado”, decía el chef y presentador Anthony Bourdain, unos pocos días antes de morir, ahorcado y solo, en un hotel de Francia, a una psicóloga en Buenos Aires, donde había ido a encontrarse con Francis Mallman y a comer chorizos en La Costanera.

Suicidio. El Centro de Enfermedades de Estados Unidos informó que desde hace dos décadas los suicidios aumentaron en un 30 por ciento, la vida como un instante que pareciera ser sobre la que tenemos control. El libre albedrío para terminar con ella, a pesar de ser uno de los hombres más envidiados del planeta, que tenía fama, fortuna, juventud (tenía apenas 61 años) y mucho por hacer todavía.

Suicidio. Como el que tres días antes cometió la diseñadora Kate Spade, a los 55 años, víctima de la ansiedad, de la depresión, de sus demonios personales.

La depresión no es estar triste. La depresión requiere tratamientos. La depresión es uno de los males de la cultura occidental en aumento y cada vez más difícil de combatir.

Tim Berling, mejor conocido como el Dj Avicii, de origen sueco, se quitó la vida el 20 de abril en Mascate, Omán.

No es lo mismo que morirse de viejo, contento de haber dado al mundo el mayor de los conocimientos y haber disfrutado la vida como ninguno, como le pasó al cocinero Paul Bocuse (91 años), al diseñador Hubert Givenchy (91), a Charles Aznavour (94), a Stan Lee (95) y a George Bush padre (94).

LA VIDA SIN LOS ESCRITORES

Este año también murió Philip Roth, a los 85 años, un Premio Nobel que jamás llegó a tener y ciertas miradas feministas sobre su obra que él, a todas luces muerto, no alcanzó a padecer o debatir.

Este es el año en que ya no está Sergio Pitol (85 años). Su muerte dejó un sabor amargo, no sólo porque su grado de amistad y de entrega a las letras nos creaba la ilusión de que siempre sería joven, sino porque sus familiares entablaron una barrera entre él y sus admiradores.

Fue el año sin Amos Oz (79) y la tristeza porque no pudo ver lo que sin duda alguna vez se hará realidad: la inserción de Palestina en esos territorios, ya sin guerra y sin rostros dolientes.

Nicanor Parra vivió hasta los 103 años. Su antipoesía se hizo otra vez popular y aquí en México se lo recordó cuando vino a retirar su Premio Juan Rulfo, en la Fil en Guadalajara.

Fernando del Paso se fue unos días antes de que participara en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. José Trigo (1966), Palinuro de México (1977) y Noticias del Imperio (1987), destacan entre sus obras. En el 2015 fue distinguido con el prestigioso Premio Miguel de Cervantes.

Stephen Hawking dijo basta a su terrible enfermedad y murió, a causa de la esclerosis lateral amiotrófica, a los 76 años, en Cambridge, Reino Unido.

EL CINE Y LAS FIGURAS QUE SE FUERON

¿Quién no recuerda Novecento? Esa película larga, con grandes planos secuencias, en donde todos los inmigrantes podíamos sentirnos parte de algo sustancial, la lucha de las clases sociales en tiempo donde un hombre podía vender a otro y donde no había que comer más que un trozo de polenta.

Esa película la hizo Bernardo Bertolucci, uno de los cineastas más admirados que partió a los 77 años en su casa del Trastevere romano. Autor de El último tango en París y de El último emperador, fue uno de los grandes maestros de la cinematografía.

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A los 86 años dejó este mundo Milos Forman, el gran creador de Amadeus, esa película donde aprendimos a admirar a Salieri, quien envidiaba a Mozart, en uno de los grandes papeles del estadounidense F. Murray Abraham.

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Los bigotes y la sonrisa de Burt Reynolds, quien se fue a los 82 años, un poco olvidado del cine, que en su tiempo supo valerse de su papel de macho y seguro de sí mismo, en papeles de películas como Smokey and the Bandit.

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LA MÚSICA SIN LAS MUJERES

La gran Aretha Franklin se fue a los 76 años, víctima de un cáncer de páncreas, dejando un legado musical extraordinario, que la convirtió en la estrella femenina del soul.

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En España se fue la soprano Monserrat Caballé, a los 85 años, en el hospital Sant Pau de Barcelona. Tenía una voz clara, tersa y poderosa. Acompañó a Carreras, a Pavarotti, a Plácido Domingo. Y, por supuesto, cantó “Barcelona”, con Freddie Mercury.

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María Dolores Pradera falleció a los 83 años, fue una gran cantante de boleros, de Chabuca Granda, de Cuco Sánchez, de José Alfredo Jiménez. Su voz fina y elegante marcó una época y una manera de sufrir las penas de amor.

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La cantante Dolores O’Riordan, la gran voz sonora de The Cranberries, falleció ahogada en una bañera en un hotel de Londres. Fue accidental, dicen las crónicas.

OTRAS MUERTES QUE HAY QUE LAMENTAR

Murió Kofi Annán, el gran pacifista que llevó a la ONU a mediar entre los grandes procesos bélicos o pre-bélicos del siglo XX. Ganó, entre otras cosas, el Premio Nobel de la Paz en 2001. Tenía 80 años.

El rapero Marc Miller murió a los 26 años, a causa de una sobredosis.

MUERTOS EN MÉXICO

Difícil olvidar a la actriz María Rubio. Conocida como Catalina Creel, murió por causas naturales a los 83 años. Rogelio Guerra, el veterano actor, falleció a causa de un infarto, a los 83 años.

Fela Fábregas, la gran impulsora del teatro, murió a los 87 años.

Difícil fue la muerte por asesinato en la Colonia Narvarte, del ex integrante de Uff, Fabio Melanito.

Los fanáticos del bolero lamentaron la partida de Lucho Gatica, quien se fue a los 90 años.

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PERFIL | Quién es Amos Oz, el hombre que buscó la paz entre Israel y Palestina y se fue sin verla

viernes, diciembre 28th, 2018

El escritor fue galardonado con docenas de premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de las Letras, el Frank Kafka o la Medalla Internacional de la Tolerancia.

Por Maya Siminovich

Jerusalén, 28 diciembre (EFE).- Amos Oz nació en Palestina bajo mandato británico y ha muerto el año en que Israel cumple 70, dejando un legado de más de 40 libros y una actividad pacifista materializada, entre otras cosas, en la ONG Shalom Ajshav, de la que fue cofundador.

Hijo de judíos llegados de Europa del Este a Palestina cuando los horrores del Holocausto comenzaban, Oz nació con el apellido Klausner en Jerusalén el 4 de mayo de 1939.

Aquella Jerusalén la describió Oz en su libro Una historia de amor y oscuridad, llevada después al cine por la actriz y directora israelo-estadounidense Natalie Portman.

Oz creció en una familia a la que solía describir en sus entrevistas como “sionista militante”, cumplió su servicio militar obligatorio en la brigada Najal, y sirvió en dos guerras como reservista, en la de los Seis días, de 1967, y la de Yom Kipur, de 1973.

El escritor israelí Amos Oz murió hoy de cáncer a los 79 años. Foto: EFE

Después de la primera, pasó a ser un temprano defensor de la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino.

En una entrevista con Efe en 2015, Oz dijo que la paz entre Israel y Palestina “es absolutamente posible, no fácil, pero posible”.

“No pueden simplemente irse de luna de miel juntos, no después de cien años de violencia, de odio, de injusticia. No pueden convertirse en amantes de la noche a la mañana, pero sí pueden llegar a ser vecinos, pueden dividir la casa en dos apartamentos (…) Todo lo que necesitamos son unos líderes valientes en ambos lados, pero no los tenemos”, reflexionó.

El joven Oz comenzó a publicar novelas en 1961, a los 22 años, y uno antes se había casado con Nili Zukerman, con la que tuvo tres hijos.

Entre sus libros más conocidos, traducidos a 45 idiomas, está La caja negra, En la tierra de Israel y Mi Michael.

Fue galardonado con docenas de premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de las Letras, el Frank Kafka o la Medalla Internacional de la Tolerancia, y aunque no ganó el Nobel de Literatura su nombre sonó durante años como candidato.

También publicó cientos de ensayos y artículos de opinión sobre el conflicto israelo-palestino, pero no tocó el tema en sus novelas porque aseguraba que es “una perdida de tiempo escribir una novela para decir a los rusos que dejen de luchar contra los ucranianos”.

Y añadía: “Lo puedes decir en 600 palabras, en un ensayo en El País o en La Vanguardia“, pero no en las novelas puesto que “no son un manifiesto político”.

Muchas de las historias de Oz tienen como escenario la vida del kibutz -él creció en uno, Hulda, en el centro del país- y exploran la condición humana, las más de las veces a través de las relaciones de sus personajes con el moderno Estado de Israel.

El escritor y pacifista israelí Amos Oz saluda durante un descanso de una lección magistral dictada en el Teatro Regio de Turín, Italia. Foto: EFE

El autor se pronunció públicamente un sin número de ocasiones contra las operaciones militares israelíes en Líbano y Gaza, urgiendo al diálogo y la contención.

Entendía el conflicto del país en el que vivía como “un choque trágico entre dos derechos”.

En los últimos años criticó el movimiento de boicot promovido por palestinos y secundado internacionalmente contra Israel: “No creo en los boicot porque hacen a las personas más radicales, no más flexibles”, afirmó.

“Personalmente, no compro ningún producto que provenga de los asentamientos en Cisjordania porque estoy en contra de las colonias desde el principio, desde 1967”, dijo, pero no creía que fuera un arma para el convencimiento.

Con respecto a la legitimación de Jerusalén como capital israelí por parte del Presidente estadounidense, Donald Trump, Oz dijo en una de sus últimas entrevistas en el diario Haaretz que ignoraba cuál sería el futuro de Jerusalén, pero aconsejó:

“Todos los países en el mundo deben seguir el movimiento de Trump y trasladar sus embajadas en Israel a Jerusalén. Al mismo tiempo que cada uno de ellos debe abrir su propia embajada en Jerusalén Este, la capital de los palestinos.”

¿Quién es Etgar Keret? Fantasía y realidad en la vida del escritor israelí

sábado, julio 28th, 2018

La vida y la literatura, ¿basado en una historia real?, todo puede ser en la existencia de Keret, el autor tan conocido en su país natal como en México, que siempre lo recibe con los brazos abiertos. Hoy, a las 17 horas, en el Auditorio de la Biblioteca Vasconcelos, ubicada en Mosqueta, Eje 1 Nte. S/N, Buenavista, 06350 Ciudad de México, su documental.

Ciudad de México, 28 de julio (SinEmbargo).- Hoy, a las 17 horas, la editorial Sexto Piso organiza una visión del documental escrito por Rutger Lemm y dirigida por Stephane Kaas, titulado Etgar Keret: Based on a True Story.

“Hice esta película junto con mi amigo Rutger Lemm, a quien conozco desde la escuela secundaria. Amamos los dos las historias cortas del escritor israelí Etgar Keret y decidimos hacer una película sobre él. El resultado final es un conjunto de cine, de ficción y de animación, para dar vida a este documental que estrenamos en Ámsterdam en 2017”, cuenta Kaas.

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“Todo el mundo en Israel conoce a Keret”, dice el tráiler de este documental que ha ganado el Premio al mejor documental en Literatura en el Festival de Arte de Sofía, Bulgaria.

Nacido en Tel Aviv en 1967, Etgar Keret es el escritor más popular entre la juventud israelí, un cariño y admiración que se extienden a México, un país que lo ha recibido con los brazos abiertos.

Etgar Keret comenzó a escribir en 1992 y desde entonces ha publicado cuatro libros de cuento, una novela, tres libros de cómic y un libro para niños. Sus libros han sido best sellers en Israel y han recibido los elogios de la crítica internacional. Ha sido traducido a 16 idiomas, incluyendo el coreano y el chino.

Extrañando a Kissinger fue nombrado uno de los 50 libros israelíes más importantes de todos los tiempos. Más de 40 cortometrajes se han basado en sus historias. Keret ha recibido el Book Publishers Association’s Prize y el Ministry of Culture’s Cinema Prize.

“Las breves historias de Keret son feroces, graciosas, llenas de energía y perspicacia y al mismo tiempo profundas, trágicas y muy conmovedoras”, dijo Amos Oz.

“Es un escritor brillante, completamente distinto de cualquier otro que yo conozca. Es la voz de la nueva generación”, dijo Salman Rushdie.

Personas de todo el mundo aman al escritor israelí, Etgar Keret, por sus cuentos surrealistas y sus hilarantes presentaciones en vivo. Así como lo describió el periódico The Guardian: “Pasar tiempo con él es como entrar al mundo de sus historias: de repente parece desajustarse, pero se llena de potencial cómico”.

Tanto las historias de Keret, como sus anécdotas de vida, comparten el hecho de no pasar inadvertidas a pesar de ser absurdas e increíbles. ¿Cómo Keret se convirtió en este gran narrador?

Cuando dos jóvenes cineastas holandeses se propusieron hacer una película sobre las historias de Etgar Keret, supieron que tenían que usar un sinfín de técnicas diferentes para mostrar realmente la forma en la que funciona su cerebro. A través de animaciones que ilustran sus cuentos, representaciones de sus anécdotas, vistazos entre bastidores y entrevistas con familiares y amigos (entre ellos Jonathan Safran Foer e Ira Glass) en Tel Aviv y Nueva York, los cineastas intentan descubrir por qué la narración constante de Keret se ha mantenido con vida.

“En cierto sentido comparo la escritura con los ataques que tienes de asma. Cuando tienes un ataque de asma tienes muy poco oxígeno y tienes que elegir mucho las palabras. Puedes decir cuatro o cinco palabras, no más. Yo nací con asma y en cierto sentido por alguna extraña razón he comparado la escritura con estos ataques porque tengo que lograr esta síntesis cuando escribo. Siempre tengo una sensación de urgencia, hay como esta sensación de emergencia cuando estoy escribiendo porque tengo que aprovechar ese flujo de ventana porque en cualquier momento se me cierra ese flujo de palabras, se me termina el aire”, ha dicho Keret a SinEmbargo.

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El fanatismo es mucho más antiguo que el Islam: Amos Oz

sábado, julio 14th, 2018

“Tres ensayos que no han sido escritos por un investigador ni por un experto, sino por un hombre comprometido que, en ocasiones, también tiene sentimientos encontrados”. Amos Oz

Ciudad de México, 14 de julio (SinEmbargo).- ¿Qué es el fanatismo? ¿Está su germen en cada uno de nosotros? ¿Por qué intentan convencernos de que la situación es “irresoluble”? ¿Qué es tener “derecho a la tierra” y por qué hay que ejercerlo? ¿Cuál es el núcleo central del judaísmo desde su origen hasta nuestros días? ¿Y acaso resulta incompatible con la democracia y el humanismo? El elemento predominante en los textos recogidos en Queridos fanáticos (basados en una serie de conferencias pronunciadas por el autor a lo largo de su larga trayectoria) es el tono de urgencia, de consternación y, sobre todo, de pleno convencimiento en la posibilidad de un futuro mejor.

Con su habitual lucidez, este detractor declarado de la palabra “irreversible” arroja una esclarecedora mirada tanto sobre los más controvertidos hechos históricos como sobre los más candentes temas de actualidad, aventurando incluso, siempre desde la sensatez que incorpora a todas sus propuestas, una salida a un conflicto que lleva demasiado tiempo cuestionando a la humanidad entera.

Portada de Queridos fanáticos. Foto: Especial

Fragmento de Queridos fanáticos, de Amos Oz, con la autorización de ediciones Siruela.

Prefacio

Tres ensayos que no han sido escritos por un investigador ni por un experto, sino por un hombre comprometido que, en ocasiones, también tiene sentimientos encontrados. El hilo conductor de los ensayos es mi deseo de echar un vistazo personal a algunos temas muy controvertidos en nuestro país que considero de vital importancia. En estos ensayos no se pretende describir todas las posturas de cada controversia, exponer todos los elementos que componen el paisaje ni, por supuesto, decir la última palabra, sino sobre todo demandar la atención de aquellos cuyas opiniones son distintas a las mías. AMOS OZ

QUERIDOS FANÁTICOS

¿Cómo curar a los fanáticos? Salir a perseguir a una banda de fanáticos armados por las montañas de Afganistán o por los desiertos de Irak y las ciudades de Siria es una cosa y luchar contra el propio fanatismo es otra bien distinta. No tengo ninguna propuesta nueva respecto a las guerras en las montañas y en el desierto o a las persecuciones por el ciberespacio. Lo que hay aquí son algunas reflexiones sobre la naturaleza del fanatismo y sobre las formas de refrenarlo.

El ataque contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, así como las decenas de ataques contra los centros de las ciudades y contra lugares abarrotados de gente en distintas partes del mundo, no tienen su origen en la ira de los pobres hacia los ricos. La brecha entre ricos y pobres es una injusticia ancestral, pero la nueva ola de violencia no es solo, ni sobre todo, una reacción contra esa brecha. (Si así fuese, los ataques terroristas procederían de los países africanos, los más pobres, y se dirigirían contra Arabia Saudí y los Emiratos del Golfo, los más ricos de todos).

Esta guerra se libra entre los fanáticos, que están convencidos de que su fin justifica los medios, y todos los demás, que piensan que la vida misma es un fin y no un medio. Esta es una batalla entre los que afirman que la justicia, sea lo que sea eso a lo que se refieren cuando dicen “justicia”, es más importante que la vida y los que consideran que la vida misma se antepone a muchos otros valores.

Desde que el investigador Samuel Huntington definió el actual campo de batalla mundial como una “guerra de civilizaciones” que se libra fundamentalmente entre el islam y la cultura occidental, se ha propagado por muchos lugares una imagen racista del mundo que muestra un enfrentamiento entre “salvajes terroristas” orientales y “personas civilizadas” occidentales. No lo expuso así Huntington, pero esa es la impresión habitual que han provocado sus palabras.

Al gobierno de Israel, por ejemplo, le resulta muy cómodo apoyarse en esa versión de spaghetti western, porque le permite insertar la lucha del pueblo palestino por su derecho a liberarse del yugo de la ocupación israelí dentro de ese repulsivo “vertedero” del que salen constantemente fanáticos asesinos musulmanes que cometen atrocidades por todo el mundo.

Muchos olvidan que el islamismo radical no tiene el monopolio del fanatismo violento: la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York y otras masacres que han seguido ocurriendo en distintas partes del mundo no implican necesariamente las preguntas ¿Occidente es bueno o malo?, ¿la globalización es una bendición o un monstruo?, ¿el capitalismo es algo abyecto o evidente?, ¿el laicismo y el hedonismo son esclavitud o liberación?, ¿el colonialismo occidental se ha acabado o solo ha adoptado una nueva forma?

A todas estas preguntas se pueden dar distintas respuestas, incluso antagónicas, sin que ninguna de ellas sea una respuesta fanática. El fanático no discute. Si algo le parece mal, si tiene claro que algo está mal a ojos de Dios, su obligación es erradicar de inmediato esa abominación, aunque para ello tenga que asesinar a sus vecinos o a todo aquel que se encuentre casualmente por los alrededores.

El fanatismo es mucho más antiguo que el islam. Más antiguo que el cristianismo y que el judaísmo. Más antiguo que todas las ideologías del mundo. Es un elemento intrínseco a la naturaleza humana, un “gen malo”: los que dinamitan clínicas donde se practican abortos, los que asesinan a inmigrantes en Europa, los que asesinan a mujeres y niños judíos en Israel, los que en los territorios ocupados por Israel incendian una casa con una familia palestina dentro, los que profanan sinagogas, iglesias, mezquitas y cementerios, todos esos se diferencian de Al Qaeda y del Daesh en el alcance y la gravedad de sus acciones, pero no en la naturaleza de sus crímenes. Hoy día suele hablarse de “crímenes de odio”, pero tal vez convendría precisar y utilizar el término “crímenes de fanatismo”: ese tipo de crímenes se perpetran casi a diario también contra musulmanes.

Genocidio, yihad y cruzadas, inquisición, gulags, campos de exterminio y cámaras de gas, sótanos de tortura y ataques terroristas indiscriminados, nada de eso es nuevo, y casi todo ocurrió cientos de años antes del ascenso del islamismo radical.

A medida que las preguntas se vuelven más difíciles y complicadas, también aumenta el ansia de más y más personas por obtener respuestas sencillas, respuestas de una sola frase, respuestas que señalen sin ninguna duda a los culpables de todos nuestros sufrimientos, respuestas que nos aseguren que, si aniquilamos y exterminamos a los malvados, al instante desaparecerán todos nuestros problemas.

“¡Todo es por culpa de la globalización!”, “¡Todo es por culpa de los musulmanes!”, “¡Todo es por culpa de la permisibilidad!” o “¡Por culpa de Occidente!” o “¡Por culpa del sionismo!” o “¡Por culpa de los inmigrantes esos!” o “¡Por culpa del laicismo!” o “¡Por culpa de los de izquierdas!”. Todo lo que tienes que hacer es eliminar lo que sobra, señalar con un círculo al que para ti es el auténtico demonio y luego matar a ese demonio (junto con sus vecinos o con todo aquel que se encuentre casualmente por los alrededores) y así abrir de una vez por todas las puertas del Paraíso.

Para cada vez más personas, el sentimiento colectivo más fuerte es un sentimiento de profundo desprecio: desprecio subversivo hacia el “discurso hegemónico”, desprecio occidental hacia Oriente, desprecio oriental hacia Occidente, desprecio laico hacia los creyentes, desprecio religioso hacia los laicos, un desprecio general, ilimitado, que surge como un vómito desde las profundidades de cualquier tipo de desdicha. El desprecio general es uno de los componentes de cualquier fanatismo.

Tomemos, por ejemplo, lo que hace como medio siglo surgió como una idea innovadora y apasionante, la idea de la multiculturalidad y de la política de identidades, y que rápidamente se convirtió en muchos lugares en una política de odio identitario: lo que empezó con una expansión de horizontes culturales y emocionales ha ido deteriorándose hasta llegar a una situación de cerrazón, de aislamiento, de odio al otro, en resumen, una nueva ola de desprecio al prójimo y de fanatismo que va creciendo desde distintas direcciones.

NOVEDADES | “Los destinos invisibles”, de Eshkol Nevo

sábado, octubre 7th, 2017

“Una novela fascinante. Una historia conmovedora sobre la familia, el amor y la soledad.” Amos Oz. ¿Es posible empezar de nuevo?

Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).- Cuando Mani desaparece en algún lugar de América Latina, su hijo Dori, un joven padre de familia en plena crisis, parte en su búsqueda. Allí se encuentra con Inbar, una periodista que ha escapado de su vida en Berlín y de un hombre al que ya no ama. Juntos buscan a Mani al tiempo que sus vidas y destinos se entrelazan.

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En esta extraordinaria y apasionante novela, Eshkol Nevo traza una bella historia de amor a través de dos generaciones que buscan nuevas oportunidades, un lugar de deseos y palabras nuevas, con la esperanza de empezar otra vez. O, acaso, busquen la posibilidad de contemplar el rumbo de sus vidas con una mirada diferente.

¿Pervive dentro de los israelíes la figura del “judío errante”? ¿Están a la espera de que suceda algo que les haga salir, vagar? Eshkol Nevo explora esta posibilidad en Los destinos invisibles, que él mismo define como su novela “más sionista” -reivindicando valores como la tolerancia y la libertad en una sociedad igualitaria- hasta el momento.

Eshkol Nevo, fotografía de YouTube.

Eshkol Nevo: Nació en Jerusalén en 1971, pero su infancia transcurrió entre Israel y Estados Unidos. Nieto de Levi Eshkol, primer ministro de Israel entre 1963 y 1969, estudió Psicología en Tel Aviv y durante un tiempo trabajó en publicidad, hasta que lo dejó todo para dedicarse a la literatura. Es uno de los escritores más representativos del relevo generacional de la narrativa israelí. Ha publicado novelas, cuentos, ensayos y relatos infantiles. En 2005 fue galardonado con el premio de la Book Publishers Association y en 2008 en París con el premio Raymond Wallier.

Si fuera ministra de Israel, le daría un estado independiente a Palestina: Fania Oz

sábado, septiembre 9th, 2017

Fania Oz-Salzberger, catedrática, ensayista, escritora y activista israelí, autora –junto con su padre, el novelista Amos Oz– del libro Los judíos y las palabras– nació en el kibuts de Hulda, en 1960, y es la hija mayor del Premio Príncipe de Asturias de las Letras, cuya obra ha sido traducida a más de 40 idiomas y lo ha convertido en candidato, numerosas ocasiones, al Premio Nobel de Literatura.

Ciudad de México, 9 de septiembre (SinEmbargo).- En una entrevista llevada a cabo en la Feria del Libro Judío, la historiadora Fania Oz ha presentado el libro Los judíos y las palabras, escrita con Amos Oz, su padre y ha expresado su propuesta de paz con el pueblo de Palestina: un estado independiente, una nación democrática y que no nos tiren disparos, ha dicho.

Amos y Fania escribieron un libro destinado a los amantes de los libros, un trabajo que hay que leer con paciencia y esmero, distribuido en “Continuidad”, “Mujeres con voz”, “Tiempo e intemporalidad” y “Cada persona tiene un nombre, o ¿necesitan los judíos el judaísmo?”.

Sus autores dialogan literalmente sobre lo divino y lo humano, asumiendo que “la continuidad judía ha girado siempre alrededor de palabras pronunciadas y escritas, de un laberinto de interpretaciones, debates y desacuerdos en constante expansión, así como de un singular marco de relaciones humanas”.

El libro se realiza en un marco que Fania Oz define como “un renacimiento de la cultura hebrea o judía” en estos momentos, “algo que ha venido ocurriendo hace 20 años y tiene que ver con el renacimiento en especial de la literatura del cine israelita, que se ha traducido a varios idiomas y es uno de los hechos más prominentes de la actualidad”.

“Es una cultura que se redescubre a partir de sus propios recursos, de una manera muy energética y creativa”, dice Fania Oz.

Los judíos y las palabras, para que lean también los niños. Foto: Especial

LOS JUDÍOS Y LAS PALABRAS: LA RELACIÓN CON LAS PALABRAS

En Los judíos y las palabras (Siruela) Amos Oz y Fania Oz-Salzberger ofrecen su visión personal sobre un aspecto esencial de la historia judía: la relación de los judíos con las palabras. Dice que la historia y la identidad de los judíos como pueblo forman una peculiar continuidad, que no es n étnica ni política. “Cierto que las ascendencias étnicas y políticas son parte de nuestra historia, pero no constituyen sus arterias principales. En su lugar, la genealogía nacional y cultural de los judíos ha dependido siempre de la transmisión intergeneracional del contenido verbal.”

Entonces, ¿qué es el lenguaje, la cultura, judíos?

“No hay una sola cultura judía, hay docenas, hay una cultura exclusiva única, como la que practican los ultra-ortodoxos, pero la mayoría son globalizadas, vienen de la cultura humanista y por eso los profetas de la Biblia hablan sobre esos movimientos de la paz, generando además un instinto antiguo, como de 2000 años AC, una cultura que ama el discurso, los chistes y la pasión”, dice Fania Oz.

“Amamos la comunicación y también por eso amamos los debates, como una manera de haber inventado Internet antes de que existiera”, agrega.

Analista de Europa, Fania ve con mucho peligro la realización de varios Holocausto en la era moderna. “Hay muchos riesgos de genocidio por varias partes del mundo, fruto de un odio que surgió en forma legítima después de los Nazis, pero antes de ello no era legítimo y hoy no puede ser visto así. Hoy tengo mucho temor por otros grupos, no sólo por los judíos. Mi padre hace poco dijo algo muy hermoso y me permito citarlo porque él a menudo me cita a mí: Posterior a los nazis, la humanidad ha tenido una especie de inmunización por varias décadas, que después de 60 años se ha debilitado”, dice Fania.

“Por ende, los genocidios y los ataques nucleares han vuelto a formar parte de nuestra realidad”, agrega la autora de Los judíos y las palabras, “un libro para toda la gente, en especial aquellos padres jóvenes, con niños que necesiten historias de éxito de los judíos a lo largo de la historia. Hay que enseñar a los chicos a que amen a los libros, enséñales a plantear, a argumentar, a cuestionar preguntas difíciles, para que puedan ver de frente a la autoridad y por tanto amarlas”.

“Si yo fuera ministra de Israel, que no lo soy y ni lo quiero ser, les estaría ofreciendo mañana a los palestinos un estado independiente, a un lado de Estado de Israel, bajo dos condiciones exclusivas: una que sea una nación democrática y otra que ya no nos disparen”, concluyó la historiadora.

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“Hasta la China fueron a dar mis mechas con el ventarrón”: obra de Amos Oz en el Centro Helénico

sábado, septiembre 2nd, 2017

A veces la mente se puede convertir en nuestro peor enemigo con pensamientos  negativos que se repiten una y otra vez. Esto es lo que le sucede a Toña, protagonista de la puesta escénica Hasta la China fueron a dar mis mechas con el ventarrón, que iniciará temporada este miércoles 30 de agosto en el Centro Cultural Helénico.

Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).-Escrita por el novelista y periodista israelí Amos Oz, la obra trata con humor e ironía la historia de una mujer que luego de ser abandonada por su esposo comienza a cuestionarse el sentido de su vida.

Una visita al salón de belleza para a cortarse el cabello es el principio del fin. Mientras la atendían en la estética Pierre,  su marido, conocía a otra mujer en un viaje de trabajo en Cuautla, Morelos.

¿Qué pasó?, ¿qué hizo mal?, ¿por qué su esposo se enamoró de otra mujer?, ¿tendrá que dar explicaciones a los demás?, ¿tiene algo de malo estar sola e independiente? Un torbellino de dudas, emociones y sinsentidos atormentan a Toña, quien deambula en las calles y al interior de su casa sumergida en sí misma intentando encontrar alguna solución.

¿Qué pasó?, ¿qué hizo mal?, ¿por qué su esposo se enamoró de otra mujer? Foto: Secretaría de Cultura

Con la dirección de Otto Minera, la actriz con 40 años de trayectoria, Zaide Silva Gutiérrez, ofrece una notable interpretación en este monólogo que se vuelve tragicómico. En un sugerente espacio diseñado por Jorge Kuri, más un vestuario de Estela Fagoaga que pareciera volar con la misma intensidad que las emociones de Toña, se enmarca esta historia, la cual promete durante 60 minutos estremecernos entre emociones, risas y reflexiones sobre el papel de la mujer en la sociedad actual.

Amos Oz, escritor, novelista y periodista israelí, es considerado uno de los más importantes escritores contemporáneos. Premio Israel de Literatura (1988); Premio Goethe de Literatura (2005) por su libro autobiográfico Una historia de amor y oscuridad; y candidato varios años consecutivos al Premio Nobel de Literatura.

ANÉCDOTAS NARRADAS EN PRIMERA PERSONA

Las anécdotas narradas en primera persona provocan reflexiones sobre el papel de las mujeres en la sociedad actual donde el machismo y la desigualdad predominan.

Sin embargo, también está el desconsuelo y desamparo que provoca el desamor, la desesperación de no entender lo que sucede y las distintas fases del duelo ante la pérdida de un ser querido.

Durante una hora el público es testigo de su sufrimiento, sus recuerdos entrañables como resultado de 30 años de matrimonio y su esfuerzo constante por ser una buena ama de casa.

La obra se presenta en el Helénico. Foto: Secretaría de Cultura

Entre listas de supermercado, zapatos desperdigados y un sinfín de pañuelos desechables, las expectativas e inquietudes de la protagonista poco a poco se van desmoronando al igual que una silla de madera que se encuentra al centro del escenario.

El diseño de mobiliario escénico está a cargo de Jorge Israel Flores López, Ignacio Hernández y Fernando Alcántara.

Hasta la China fueron a  dar mis mechas con el ventarrón se presentará a partir del 30 de agosto y hasta el 13 de diciembre con funciones los miércoles a las 20:30 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico ubicado en Avenida Revolución No. 1500, colonia Guadalupe Inn. Localidades: $200.

Etgar Keret y “Tuberías”, un libro de cuentos de su juventud

sábado, mayo 13th, 2017

Publicado por Editorial Sexto Piso, el volumen reúne cuentos del autor israelí que reflejan la fragilidad de la vida cotidiana y que comenzó a escribir luego del suicidio de uno de sus mejores amigos.

Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo).- Dice que cualquier metáfora asociada a su trabajo le resulta placentero y por eso le decimos que sus cuentos son como esas figuras de hombres parados en la nieve. Uno los mueve y cae las gotas infinitamente.

“Para mí las historias eran tuberías que me daban acceso a otro lugar donde mis emociones me hacían más sentido”, dice el autor de Extrañando Kissinger y De repente un toquido en la puerta, cuya obra ha sido traducida a dieciséis idiomas.

“Nada”, “Pegamento loco”, “Alisa”, “Bolsitas de cumpleaños”, “Plastificado”, algunos de los 57 cuentos que reúne el volumen y que hoy trata de explicar con Diego Rabasa como traductor, acaso el que más ha entendido la estética de Keret y que hoy sin duda constituye el autor más exitoso de Sexto Piso.

“Nosotros usamos el concepto de Calasso en el sentido de que cada libro se debe vender como parte de un catálogo. En ese sentido yo escucho a Etgar hablar de su proceso creativo, me viene mucha identificación porque nosotros no tenemos mucha consciencia de que es lo que hacemos paso a paso”, dice Diego Rabasa.

“Si veo el catálogo son etapas, pero ha habido ciertas anclas que nos han trazado la ruta y Keret ha sido como fundamental en nuestra carrera. Cuando empezamos a publicarlo ya era un autor conocido, pero nunca como ahora y en ese sentido hemos crecido con él. El tipo de trabajo que nosotros tenemos que hacer con Etgar Keret no lo habíamos tenido con alguien más. Imagínate, mañana habrá una reunión en la Cineteca donde por lo menos asistirán 500 personas. Impresionante”, concluye Rabasa.

Diego Rabasa, orgulloso frente a su autor. Foto: SinEmbargo

Viene de Israel, un lugar relacionado con la muerte y “muchas de mis historias, en especial en Tuberías, tratan de reflejar la fragilidad de la vida cotidiana. Cuando tratas de llevar una vida normal y decides cosas, también estás caminando sobre un hielo muy delgado que puede romperse en cualquier momento por la violencia”, dijo.

Además de escritor ha decidido dedicarse al cine, por eso de hacer cosas con otro y en La Cineteca pudieron verse tres cortometrajes inspirados en sus historias: ¿Qué es lo que traemos en los bolsillos?, A buck’s worth y Three Towers.

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Considerado uno de los mejores narradores de la literatura contemporánea, el escritor israelí Etgar Keret ha nacido en Tel Aviv, Israel, 1967, donde vive y fue condecorado como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia.

Es autor de novelas gráficas como Nobody Said It Was Going to be Fun (1996), y recibió, en 2007, la Cámara de Oro en el festival de Cannes por la cinta Jellyfish (2010), que dirigió junto con su esposa Shira Geffen. Además es profesor en el departamento de Cine y Televisión de la Universidad en su ciudad natal.

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­–Sus cuentos son como esas figuras de Navidad, uno los da vuelta y sigue cayendo la nieve…

–Me encantan las metáforas asociadas a mi obra. Estoy de acuerdo con todas las cosas lindas que me dicen de mi trabajo. En cierto sentido comparo la escritura con los ataques que tienes de asma. Cuando tienes un ataque de asma tienes muy poco oxígeno y tienes que elegir mucho las palabras. Puedes decir cuatro o cinco palabras, no más. Yo nací con asma y en cierto sentido por alguna extraña razón he comparado la escritura con estos ataques porque tengo que lograr esta síntesis cuando escribo. Siempre tengo una sensación de urgencia, hay como esta sensación de emergencia cuando estoy escribiendo porque tengo que aprovechar ese flujo de ventana porque en cualquier momento se me cierra ese flujo de palabras, se me termina el aire.

–Comenzó a escribir estas historias cuando tenía 20 años…

–Sí y cuando empecé a escribir estas historias no tenía ninguna idea de razones estéticas. Escribí como pude. Cuando las escribí intención de publicarla, lo único que quería hacer era tender un puente de comunicación con las personas más cercanas a mí. La gente me preguntaba ¿por qué escribes en este formato tan breve? Y la verdad es que no tenía ninguna idea…

–El resultado estilístico es sorprendente

–Cuando escribí esas historias me sobrecogían emociones que yo trataba de reprimir de tal forma que iban ejerciendo una especie de presión, que explotaban, como en una especie de volcán en erupción. Yo era una persona muy reprimida, hacía todo lo posible para alejarme de mis sentimientos y en esa medida me parece que esa acumulación fue creando una tensión cada vez más grandes. Estos pequeños relatos eran especie de libros de quejas de mi inconsciente, que trataba de comunicarme con mi conciencia, que me decía: mira, estás sufriendo, estás padeciendo esto.

Etgar Keret junto a Tuberías. Foto: SinEmbargo

–¿Y qué lugar ocupa la imagen en estos relatos?

–Para mí las historias las recibo siempre de una imagen o de una conversación que escucho alrededor. Usualmente cuando son historias que me vienen de una imagen las escribo en tercera persona, cuando las escucho las escribo en primera persona, vienen de mi monólogo interior. Lo que sucede es que nunca revelo esta imagen en la historia, construyo un relato alrededor de esa imagen y el lector nunca sabe a qué me refiero.

–Como en una especie de Tuberías…

–Sí. Cuando empiezo a escribir no sé que es lo que quiero, pero después de que las leo hay mucha relación entre ellas. Encuentro una narrativa después en la colección de cuentos. Cuando escribí Tuberías que fue mi primer relato tuve acceso a un descubrimiento total. Este descubrimiento fue que estaba sufriendo en el mundo en que yo habitaba y que necesitaba encontrar un salvoconducto que me permitiera una manera alternativa de darle cauce a mis emociones. En ese sentido cada una de mis historias es una especie de tuberías, que me da acceso para comprender mis emociones.

–¿Hay algunas historias de bullying?

­–Sí escribí este libro cuando estaba haciendo mi servicio militar obligatorio y siempre tuve la sensación de que mi comandante me estaba bulleando. Lo que siempre utilicé fue la mala idea que tengo del poder y en este sentido que eso se permeó a lo largo de Tuberías y poco a poco me fui dando cuenta de que era algo esencial para mí.

–¿Qué le da el cine?

–Lo que primero que me atrajo de hacer cine es que hay algo muy solitario en el oficio de escribir. A mí me pareció muy atractiva la parte colaborativa del cine, este espacio donde la creación se hace con personas que tienes a tu alrededor. Se creó para mí un equilibrio perfecto y cuando termino tengo muchas ganas de que me dejen solo.

–Con respecto a la literatura israelí, Amos Oz es como Borges, a quien nunca le van a dar el Nobel…

–La razón no es por falta de merecimiento, sino que nunca va a recibir el Nobel es porque mientras él siga vivo no se va a resolver el conflicto entre palestinos e israelíes. Por una parte debe entenderse con la ideología con que enfrenta este conflicto y por el otro es que esta violencia lo sitúa en una posición que le impide competir por el Nobel.

–¿Usted con qué ideología lo enfrenta?

–Para mí es muy sencillo, siempre que tengas a ciudadanos que no sean capaces de controlar el territorio va a ser muy difícil salir del conflicto. Mientras los palestinos no tengan una autoridad independiente, esto no tiene ningún futuro. La única alternativa que se me ocurre es la alternativa de los dos Estados.

Sexto Piso acaba de publicar el libro que escribió cuando tenía 20 años. Foto: Especial

–Si usted no es rico ni es famoso, como le preguntaron en una publicación china, ¿para que escribe?

–Hay una especie de carácter reflexivo en lo que yo hago, pero nunca tengo mucha consciencia de lo que hago. Escribo historias que no me dejan en paz y la única forma que me dejen en paz es escribiéndola.

–¿Qué le pasa con el lector mexicano, cada vez tiene más público aquí?

–Creo que lo que me sucede en México es único para mí. Hay algunos países en donde pueda vender más ejemplares, pero ninguno, incluso Israel, donde se haya creado un espacio para mí, para mi obra. En ningún lugar me abrazan tanto como aquí. Hay algo sobrecogedor en esta situación. No sé cómo reaccionar frente a eso.

Los 13 libros entrañables del periodista Javier Martínez Staines

sábado, junio 25th, 2016
¿Qué me significan los libros? Eso. Un golpe en la cabeza. Un despertar, a veces suave, a veces brusco. Foto: Shutterstock

¿Qué me significan los libros? Eso. Un golpe en la cabeza. Un despertar, a veces suave, a veces brusco. Foto: Shutterstock

No pudo dejar su lista en 10, así que ya nos vimos escuchando cosas como ¿Por qué él puede y yo no? En fin, bienvenidas sean las recomendaciones literarias de uno de nuestros más grandes editores

Ciudad de México, 25 de junio (Sin Embargo).- En una carta que escribió Kafka a un amigo, le dice: “En general, creo que sólo debemos leer libros que muerdan y arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos despierta como un golpe en el cráneo, ¿por qué molestarnos en leerlo? ¿Para qué nos haga felices, como dices tú? Cielo santo, seríamos igual de felices si no tuviéramos ningún libro… Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros”.

¿Qué me significan los libros? Eso. Un golpe en la cabeza. Un despertar, a veces suave, a veces brusco. Un removedor de emociones y de ideas. Un cambio de carril y de sentido. Un gozo silencioso.

En ese sentido, mis 13 libros más entrañables –no pude dejar mi lista en 10, lo siento-, con lo arbitrarias que pueden ser las listas (no están todos los que son, pero sí son todos los que están), sin duda aparecen estos:

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Porque tiene el comienzo más memorable del que tengo registro: “I don’t believe in God, but I miss him”.

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Porque es la narrativa sublime sobre un conflicto muy complejo.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_03 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_03L

Un verdadero tratado filosófico sobre la ruptura amorosa.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_04 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_04L

Quizá porque yo también tengo una obsesión que no termino de desenmarañar con mi propio padre.

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Todo lo que ha escrito este autor israelí está en la cima de mis preferencias, pero en este Oz traslada la tristeza de una ciudad (Jerusalén) a la de sus habitantes, en un ciclo de ida y vuelta que jamás se agosta. Es un libro de tristeza contagiosa lleno de esperanza.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_06 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_06L

La faceta de ensayista del italiano, el autor de la imaginación y la locura, es de los mejores descubrimientos que he tenido.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_07 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_07L

Obsesiones, obsesiones y más obsesiones repartidas en 139 historias. Y no es Twitter.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_08 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_08L

Por la misma razón que el libro citado de Auster.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_09 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_09L

Visitar Shangri-La con el erudito italiano ha sido uno de los mejores viajes de mi vida.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_10 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_10L

Porque es el mejor ejemplo de que la literatura es redención.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_11 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_11L

A través de una historia de amor uno puede entender los cimientos de un país. Qué más se puede pedir a un libro.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_12 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_12L

¿Será que quiero creer que hay algún talento oculto que tengo y que envejece conmigo? Que, aunque en una luz que va desapareciendo, aún queda vida.

LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_13 LIBROS-ENTRANABLES_JUNIO25_13L

El escritor como brújula moral de la sociedad. Me gusta esa figura.

El periodista mexicano estuvo durante 10 años al frente de Editorial Televisa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

El periodista mexicano estuvo durante 10 años al frente de Editorial Televisa. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Javier Martínez Staines es editor, periodista y escritor mexicano, fundador de ThinkTank New Media. Es columnista de Expansión en México y cronista de SoHo Colombia. En breve se publica su primera novela: Por mi gran culpa.