Posts Tagged ‘Alejandro Páez Varela’

Juan Aguirre presenta La Octava, apuesta de TV abierta de GRC; Astillero tendrá noticiero principal

viernes, octubre 11th, 2019

El 31 de octubre a las 22:00 horas iniciará transmisiones en el 8.1 de televisión abierta, con su noticiero estelar conducido por Julio Astillero.

Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).- Grupo Radio Centro presentó este jueves La Octava, un nuevo canal de televisión en el cual apostará por presentar un contenido periodístico con rigor y credibilidad, de acuerdo con Juan Aguirre Abdo.

El director general de Grupo Radio Centro (GRC) dijo que esta nueva propuesta televisiva iniciará transmisiones el próximo 31 de octubre a las 22:00 horas a través del canal 8.1 de televisión abierta, arrancando con su noticiero estelar conducido por Julio Astillero.

“Desde donde todo nació, donde mi abuelo Francisco Aguirre Jiménez empezó su negocio hace más de 70 años, en artículo 123 número 90”, dijo, durante la presentación de La Octava.

El equipo de periodistas que se sumó recientemente al proyecto de Grupo Radio Centro está conformado por el propio Astillero, Carmen Aristegui, Álvaro Delgado Gómez, Ricardo Raphael, Vicente Serrano y Alejandro Páez Varela. La mayoría de ellos estará en el nuevo canal de televisión abierta.

Juan Aguirre Abdo inició su presentación recordando a los periodistas asesinados entre el año 2000 y 2019; los integrantes de este nuevo proyecto buscará ejercer un periodismo con la más alta rigurosidad, dijo. El programa “Los Periodistas”, que dirigen Delgado y Páez Varela, está contemplado para el lanzamiento. También “Sin Censura”, un espacio que Serrano convirtió en un fenómeno entre los latinos en Estados Unidos y que tendrá su versión mexicana.

Respecto al contenido que será transmitido a través de esta nueva cadena, Aguirre Abdo destacó que La Octava será una plataforma multimedia que ofrecerá a los televidentes noticias, realities, música, deportes y entretenimiento, todo esto con una estrategia basada en tres pilares: la movilidad, los datos y la gente.

Los periodistas Carmen Aristegui y Julio Astillero (Julio Hernández) tuvieron una conversación durante el lanzamiento.

Por ejemplo, gracias a una alianza entre la cadena y Africam Safari, se presentarán programas para toda la familia con un contenido educativo, como Animales de Africam, El Reto Arboterra y Rescate Táctico.

Otro de los principales cambios que contempla este nuevo proyecto será que el contenido de Grupo Radio Centro que es transmitido a través de la estación 97.7 de FM ahora podrá escucharse en el 88.1 de la misma frecuencia.

“Sí salimos al aire, sí salimos este año, sí salimos en octubre”, aseguró el director de GRC.

Por su parte Francisco Aguirre, ex director de Grupo Radio Centro, aseguró que valieron la pena los esfuerzos que en algún momento hicieron sus hermanos y él para no dejar que la empresa perteneciera a extranjeros.

“Hemos hecho una escuela de radioescuchas profesionales o radioescuchas frecuentes, porque conozco a muchas personas que nos quedamos expectantes de qué va a suceder en el siguiente corte”, apuntó.

Además, consideró que el regreso de Grupo Radio Centro a la televisión se debe en gran parte a los logros que consiguieron en el pasado, como haber mantenido grandes niveles de audiencia gracias a los productos producidos, además de convertirse en un canal líder en competencia.

“Gracias a que somos una fábrica de contenidos, podemos tener grandes niveles de audiencia”, afirmó.

Francisco Aguirre añadió que con el conocimiento de las audiencias será posible perfilar de mejor manera el contenido que será presentado en esta nueva plataforma.

Respecto a los periodistas que formarán parte de La Octava, Aguirre Gómez refirió que “están marcando totalmente la pauta […] todos los equipos que tenemos y todo este gran conjunto de periodistas y la base de Radio Centro Noticias han venido marcando esa gran diferencia de audiencia”.

Las malditas redes sociales

lunes, enero 7th, 2019

López Obrador, en Chihuahua. Foto: Cuartoscuro

Una mayoría de la gente en México, si atendemos a las estadísticas disponibles, está en redes sociales. No es ajena a las agruras que allí se plantean. Se entera de las victorias que allí se ganan, y de las derrotas que se infligen. Los usuarios de Internet vienen creciendo, año contra año, en dos dígitos aproximadamente desde 2007. La penetración anda entre un 67 y un 75 por ciento de la población, dependiendo la fuente que se tome.

Es gente que está constantemente recibiendo información. Las cuatro principales actividades de un usuario promedio, son: acceder a redes sociales; enviar y recibir correos; participar o al menos consultar los chats, y buscar información. Es gente movida, muy movida, quizás opinando, recibiendo, adecuando sus propios gustos e influenciando o dejándose influenciar; y sobre todo, moldeando un criterio. Parece una obviedad lo que estoy diciendo pero si las benditas redes sociales se ponen malditas, afectan directamente el estado de ánimo de los ciudadanos. Es un poder que tenía y perdió en muy pocos años (de manera dramática) la televisión.

La administración de Enrique Peña Nieto destinó enormes cantidades de recursos públicos en una estrategia digital. Es quizás uno de los gastos más idiotas que haya hecho un gobierno en México: el Presidente terminó aborrecido por una mayoría histórica. ¿Qué hizo? Resumo: le habló a los conversos. Pagó granjas de bots, mandó mensajes que sólo sirvieron para documentar el absurdo (un ejemplo: el video de Peña prometiendo que bajarían los combustibles sigue circulando, pero para denostarlo); creó una burbuja y se dedicó a hacer esclusas… cuando la red es, en términos muy simples, generar olas expansivas. En lo personal creo que se robaron parte del dinero. En este momento no lo puedo comprobar. Hay nombres y apellidos. Se queda en sospecha. El hecho es que el fracaso lo pagó directamente la imagen de Peña.

¿Por qué digo esto? Porque si Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de México con un fuerte soporte en redes sociales, debe saber que hay esfuerzos organizados para retomar ese espacio y volverlo en su contra. No es una operación perversa. Es simplemente lo que es. Y perder las redes sociales… Bueno, él sabe lo que significa.

***

La primera tentación que puede llegar al nuevo Gobierno es “comprar” redes sociales: formar comunidades artificiales, rentar granjas e influencers y saturar de anuncios “bonitos”, realizados por “estrategia digital”. Todo lo que hizo Peña, pues, que es lo más fácil de hacer cuando se tiene el dinero. Eso genera un efecto adverso: los leales verdaderos se retiran porque son abrumados por los leales artificiales, que salen en defensa de las causas de un patrón. Nadie quiere verse alineado con “lo que piensa” un montón de bots.

Le pasaba a Rafael Moreno Valle: sus comunidades artificiales eran famosas, pero no tenían efecto; colocaban tendencias bofas. Con respeto por los difuntos, el ex Gobernador no era tan querido como ahora se quiere hacer pasar. En cambio, ¿por qué José Antonio Meade hace tanto ruido con uno o dos tuits? Porque claramente es genuino: no hay una estrategia digital visible para movilizarlo. Puede decir tonterías o verdades, no importa: su mensaje tiene alcance y genera una ola expansiva desde al menos tres corrientes: una, la de sus fans; otra, la de los opositores de López Obrador, que también lo mueven tenga o no tenga razón. La tercera corriente digital que visibiliza al cinco veces Secretario de Estado es la base de apoyo de AMLO, que toma sus mensajes para reprocharle y atacarlo.

Es una confianza ciega pensar que todos los que apoyaron a López Obrador durante la campaña seguirán allí simplemente por que sí. Gobernar es un verbo con superficie de lija: desgasta. Y si tienes prisa en echar a andar cosas –como el Presidente–, pues claro, se acelera el desgaste. Es, de alguna manera, “natural”. Nadie se asuste o se alegre o se ponga estrellitas en la frente. El desgaste de AMLO en la red es un efecto que se puede calcular desde ahora, a razón de tantos por día.

Yo veo un desgaste de López Obrador en las benditas redes sociales al tiempo que siento una oposición consolidándose con fuerza. Lo plantea a su manera la periodista Ivonne Ojeda en un reportaje publicado ayer domingo. Cuando has perdido todo –como sucedió el 1 de julio– dejas de verle el diente podrido a los caballos que te rodean: los sumas a la carreta. Por eso hay una gran velocidad en el reagrupamiento (o agrupamiento) de la oposición. Hay una sola condición para participar en esa comunidad: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Listo. Afiliado.

Tengo una gran curiosidad por saber cuál será la respuesta del nuevo Gobierno para mantener a su favor a las benditas redes sociales, que –como nunca– son un reflejo del estado de ánimo de los ciudadanos. No me acelero. Han dicho que hay vocación democrática para no recurrir a estrategias que, ya vimos con Peña, causaron un daño terrible al patrón y al erario, y se quedaron como Caso de Estudio Sobre la Mediocridad (me atrevo a poner mayúsculas).

El fenómeno Andrés Manuel López Obrador fue espectacular durante la campaña; espectacular a nivel global, de ese tamaño. Por eso será tan importante la respuesta que se tenga preparada para comunicar en redes. Diría que será un antes y después, porque estamos en terreno de lo inédito. No es cosa fácil: tomas a un (de por sí complicado) líder en la cresta, y lo conservas allí o lo desgastas. Lo que se haga será muy, pero muy notorio. (Guarden este texto, como se dice en redes). Se necesita sumar, sumar, sumar de manera orgánica. Ir por todos los canales: no los veo en WhatsApp, por ejemplo, y es la segunda red de influencia; y tampoco en Instagram, la última de 5, pero la de mayor crecimiento.

Concluyo con dos temas a considerar. Uno es la calidad de los contrarios: a muchos los inspira un rechazo profundo a AMLO; el “punto final” los alienta –en vez de contenerlos– y querrán verlo humillado. Y está el tema electoral: vienen el proceso federal intermedio y luego las presidenciales. El proyecto de López Obrador no se cuajará en seis años, dicho por él mismo; necesita ganar la Cámara de Diputados que viene (2021), luego otra Cámara de Diputados y el Senado (2024), y dejar Palacio Nacional a uno que garantice que seguirá su plan para que el “cambio verdadero”, tantas veces vendido, se note. Ya no digamos para provocar una “Cuarta Transformación”, que busca el mayor cambio de régimen desde la Revolución de 1910.

Para empezar, se requiere no perder terreno; crear olas de soporte real en las redes sociales, ya, ahora mismo. O pronto dejarán de ser tan benditas como lo fueron.

La novela como fenómeno social: los escritores que cuentan lo que pasa alrededor

sábado, octubre 13th, 2018

Las novelas son un mundo que tiene que ver con este mundo. La novela como fenómeno en el cual los escritores anuncian lo que ven y tratan de reflejar el universo a su alrededor, como pasaba con Emile Zola, con Gustave Flaubert. ¿Estamos escribiendo como en el siglo XIX o la novela siempre es la novela?

Ciudad de México, 13 de octubre (SinEmbargo).- Han pasado muchos años y muchos muertos en México. Desde la Guerra del Narco hasta este día en que hay una nueva esperanza, algo que no sabemos cuánto colmará las expectativas pero que inicia el próximo 1 de diciembre, la realidad ha permeado todos los costados de la vida. Incluso, la literatura.

Es bien sabido que no hablaremos del boom latinoamericano y de sus novelas sobre dictadores, todos los escritores obsesionados por el poder, hablaremos de pequeños libros que se hacen grandes en un tiempo a veces silenciado, siempre desaparecido, con voces que no alcanzaban a lanzar un grito de desesperación en situaciones a todas luces desesperadas.

No hablaremos de toda la literatura mexicana, porque este espacio no pretende ser un faro por dónde mirar el horizonte, sólo una huella firme y tal vez diminuta para enmarcar lo que sucede ahora, con palabras de novelas que son un fenómeno social, dicho, por ejemplo, por Imanol Caneyada, “para contribuir a la memoria en un país donde olvidamos muy fácil”.

“Hay bastantes libros que han ido tocando este tema, el de la migración, pensaba en el libro de Emiliano Monge, Las tierras arrasadas. Pensaba en el libro de Antonio Ortuño, La fila india. Ha resultado un tanto inevitable que los autores de esta generación, nacidos en los 70, en los 80, nos acabemos involucrando con estos temas, entre otras cosas porque no tenemos para donde hacernos. Ha sido tan grave lo que ha sucedido en México y en la región en los últimos años que de alguna u otra manera se vuelve inevitable involucrarte a nivel literario”, es el parecer de Juan Pablo Villalobos.

“La literatura puede tener una urgencia y puede tener una herramienta para leer el momento que estamos viviendo”, afirma Caneyada, mientras que Pedro Ángel Palou reconoce que “después de escribir una serie de novelas históricas yo sentía que la realidad nos estaba lacerando y que me comía un poco el pulso”.

“Veía que los escritores colombianos de mi generación, como Mario Mendoza o Santiago Gamboa, escribían sobre la violencia en Colombia, nosotros escribíamos sobre el nazismo o la Primera Guerra Mundial”, reconoce.

“¿Cuántos escritores escriben libros sobre las cantinas y las calles de la Ciudad de México? ¿Cuántos escritores no han abandonado su zona de confort que significa narrar su departamento, platicar de sus amigos? ¿Cuántos escritores no salen de la misma condición de la pobreza que visitan de vez en cuando para enterarse de qué se trata? La mayoría y no digo que esté mal, simplemente que preferí reinventarme en otro escenario. Mi nueva novela transcurre en escenarios que yo no conocía hasta que los vi puestos; fui por ellos, fui a buscar las paredes, los edificios, la ropa de la gente, las situaciones y entonces empecé a montar un set enorme donde eché a andar como si fueran ratones experimentales a mis personajes para que ellos decidieran el rumbo de la historia”, pregunta y se contesta Alejandro Páez Varela.

“Lo que Oriundo Laredo trata de explicar es que el mexicano en Estados Unidos no es un migrante, esas son sus tierras, están tomadas por la geopolítica, pero esas son sus tierras”, explica Páez en entrevista con Efe al referirse al protagonista de su cuarta novela, en momentos en que Donald Trump y su muro intentan borrar toda la historia conjunta, más allá del Tratado de 1848 de Guadalupe Hidalgo, donde México perdió gran parte de su territorio, como los actuales estados de California, Nevada, Nuevo México, Texas y Utah, entre otros.

“Todo el tiempo me preguntan si mi nueva novela es sobre la violencia y siempre contesto que es una novela de México, un país donde la violencia lo escenifica todo. Y es cierto que entre El cielo árido, que trataba el tema de los ciclos de la violencia en el siglo  XX y éste, que habla más del presente, la búsqueda es la misma: qué le sucede a los mexicanos que viven y crecen en esos escenarios de la violencia. Me siento muy enraizado a este país, no pude irme de México, lo intenté y volví corriendo. Estamos como continente muy vinculados a la violencia y la literatura nació en nuestro país cuando vinieron a conquistarnos con las pistolas y a evangelizarnos a punta de madrazos”, expresa Emiliano Monge sobre Las tierras arrasadas.

“No está reñido hacer literatura y contar el México actual. A mí la literatura del crack, mi generación anterior, nunca me gustó. No me interesan tampoco las novelas políticas, que son desde mi punto de vista panfletarias. A mí lo que me interesa es contar historias, eso antes que nada. Tengo un compromiso con la verosimilitud, con el realismo, las novelas que más me gustan son las que hablan del tiempo presente. A lo mejor es una especie de reacción de esta generación a la generación del crack, aunque Monge es del 70 y pico, me lleva como 10 años. Nuestra generación quiere volver a México, no tengo oportunidad de hablar de un mundo que no conozco, hablo de Veracruz, de lo pasional y tengo cosas para decir al respecto”, dice Fernanda Melchor.

Sucede que los escritores del crack, Jorge Volpi y Pedro Ángel Palou, están también contando México: una ola que se levanta de las calles y nos ahoga como un tsunami, hay algo que decir de este país.

“Mis modelos son en principio Emile Zola, que aparece mencionado repetidas veces en el libro, y también Dostoievski y Kafka, casos criminales sólo que aquí, en este molde, de la novela sin ficción”, explica Volpi sobre La novela criminal.

¿México nos ha convertido en autores al estilo del siglo XIX?

“Durante mucho tiempo la literatura ha estado en una torre de marfil y ha estado dándole la espalda a una realidad que está viviendo nuestro país. Esta realidad lacerante que lastima y duele”, afirma Imanol Caneyada.

Foto: Especial

Las tierras arrasadas, Emiliano Monge

Es una novela aterradora. En lo profundo de la selva y de la noche se encienden varios reflectores y un grupo de inmigrantes es sorprendido y atacado por otro grupo de hombres y mujeres, presas de la patria en la que viven y de sus propias historias. A través de los protagonistas y de la masa de inmigrantes, cuya individualidad se desmorona poco a poco, se desnudan el horror y la soledad.

“Lo que creo efectivamente es que la literatura no cambia el mundo, pero sí tiene la capacidad y la responsabilidad de mostrar las cosas del mundo que pueden ser cambiadas”, dice Emiliano Monge.

Foto: Especial

49 cruces blancas, de Imanol Caneyada

Un incendio que aún tiene llamaradas asesinas. Tres años después del incendio en la guardería ABC, el ex ministerio público y abogado venido a menos José González “Pitic” es contratado por los padres de las víctimas para investigar la verdad sobre lo ocurrido. ¿Se trató de un accidente, de un cooler defectuoso como dice la versión oficial o el fuego fue provocado para destruir el archivo financiero del gobierno estatal que se almacenaba en la bodega aledaña a la guardería?

Con maestría y sin piedad, Imanol Caneyada sacude nuestras conciencias con esta ficción detectivesca anclada en nuestro pasado reciente y nos mete en la piel de las víctimas –hijos y padres– de tan inmensa tragedia, la peor en un México que desborda de ellas.

“No tenía gran cosa que aportar desde la perspectiva de la investigación periodística y documental. Y por otro lado, desde el género de la novela, ha sido algo que nos ha permitido entrar en contacto con la vida íntima de los individuos a través de lo que llamamos personajes, que por más que sean de ficción, para los lectores son seres de carne y hueso que tienen importancia en nuestra vida. Eso es la gran aportación de la novela en términos históricos y humanos, el presentarnos como individuos con una dimensión que tal vez el periodismo documental no puede darnos. Me interesaba más este aspecto que el dato duro que pudiera arrojar más o menos luz sobre el caso, al final asumo que la novela puede ser ese instrumento”, afirma Imanol.

Foto: Especial

Todos los miedos, de Pedro Ángel Palou

La historia de una periodista cualquiera, aunque bien podría estar dedicada a Regina Martínez, corresponsal de Proceso asesinada en Veracruz.

La paz de México es ficticia, aparente, una alfombra bajo la cual se esconde la basura del narco y la corrupción y donde el asesinato de periodistas es sólo una consecuencia lógica, un efecto secundario de la denuncia contra un sistema podrido desde la raíz.

Y a pesar del riesgo, la reportera Daniela Real decide enfrentar, sola, a ese sistema. Sus investigaciones la han convertido en una periodista incómoda y, por lo tanto, en el siguiente blanco de esa maquinaria indolente ante la injusticia pero eficiente al encubrir a los suyos.

“Me comencé a cuestionar si la realidad cruda y dura no requería de una inmersión a fondo en el presente.  Creo que Todos los miedos es un documental de la realidad mexicana, pese a que todo está comprimido a once horas”, afirma Palou.

Foto: Especial

Una novela criminal, de Jorge Volpi

Narración despiadada a la hora de mostrar los entresijos del poder, las raíces más hondas de la corrupción y su alcance, así como los embotados mecanismos de la justicia, Una novela criminal es también una valiente denuncia del coste social de las políticas que declaran la guerra al crimen sin poner freno a sus causas. Ha ganado el Premio Alfaguara, trata el caso de Israel Vallarta y su ex novia, la francesa Florence Cassez y muestra la evolución narrativa del novelista Jorge Volpi, uno de nuestros mejores narradores.

“Es un caso que habla sobre la colusión entre los medios y el poder, sobre todo el policíaco. Y en una segunda instancia, tiene que ver con cómo el poder político se entromete por completo en la aplicación de la justicia. Son dos de los temas centrales de nuestro tiempo”, dijo Jorge Volpi.

Foto: Especial

Yo tuve un sueño, de Juan Pablo Villalobos

Este es un libro de crónicas, pero su autor es narrador. Cuenta historias y sus casos simulan una novela tristemente contada. En 2016, el autor entrevistó en Nueva York y Los Ángeles a diez inmigrantes que habían entrado en Estados Unidos entre 2011 y 2014 para reunirse con sus familias. Cuando cruzaron la frontera tenían entre diez y diecisiete años y procedían de Honduras, El Salvador y Guatemala. Este es un “libro de no ficción, aunque emplea técnicas narrativas de la ficción para proteger a los protagonistas” y pretende dar voz a quienes no la tienen, poner rostro a las frías cifras de las estadísticas y contar las historias personales que hay detrás de las escuetas noticias.

“Yo elijo narrar mis historias, más que explicarlas. Yo soy un narrador, no soy periodista ni un sociólogo ni un historiador. Mi pulsión, mi necesidad, mi manera de trabajar me lleva a mí asumir la crónica, el relato en primera persona. Me parecía que era necesario darle la voz a aquellos que no las tienen. No la tienen entre otras cosas porque no se las damos”, dice Juan Pablo.

Foto: Especial

Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor

Probablemente la mejor narradora joven de México. Como Tolstoi de su aldea, habla de Veracruz, el sitio donde nació. Un grupo de niños encuentra un cadáver flotando en las aguas turbias de un canal de riego cercano a la ranchería de La Matosa. El cuerpo resulta ser de la Bruja, una mujer que heredó dicho oficio de su madre fallecida y a quienes los pobladores de esa zona rural respetaban y temían.

“Veracruz se ha trasformado de una manera triste y decepcionante, cómo de ser una sociedad de señoras que iban a tomar el fresco a la calle, ahora una sociedad de puertas cerradas, claustrofóbico, de paranoias. Ya no quieres salir a beber en la noche porque puedes resultar víctima de una balacera. No sabemos cómo volver, si la ciudad ha cambiado de carácter por completo”, afirma Fernanda Melchor.

Foto: Especial

El país de las mandrágoras, de Ethel Krauze

Este libro no debió ser escrito. Pero las voces que lo componen se rebelaron, abriéndose paso en forma de correos electrónicos, mensajes en redes, diarios, cartas, murmullos… Voces que empiezan a emanar de los chillidos de los pájaros, de los cauces de los ríos y de las crecientes nervaduras de las plantas. Voces que se convierten en raíces, ramas, brazos, atrapando a todos.

Con un ritmo imparable, una baraja de técnicas literarias y un espíritu poético imbatible para acometer un tema tan candente como las desapariciones forzadas en México, Ethel Krauze da muestra en esta novela de su capacidad para renovarse en la permanencia de su profundidad y de su lirismo.

Foto: Especial

Oriundo Laredo, de Alejandro Páez Varela

Un perro que abre la boca, como en un estelar aullido. Oriundo Laredo recorrió unas mil o dos mil veces, con toda paciencia y sin barullo, de Palomas a Ojinaga y de Canutillo a Presidio. Del este al oeste y viceversa, por toda la frontera norte de México. Y más: por esa misma frontera, pero del otro lado, también acumuló incontables millas. Sin sonar la duela, como la sombra de un caballo perdido, como una nube solitaria en la entraña del extenso manto.

Oriundo Laredo es un mexicoamericano. Pariente, por lo tanto, tuyo y mío, y también fruto de la Sierra Madre y de las Grandes Llanuras, donde apaches, blancos, morenos, tornados, chaparrales, bisontes y chamizos conforman un país-de-en-medio. Una tierra única cuyos secretos muy pocos conocen.

Foto: Especial

No manden flores, de Martín Solares

Partiendo del sur de Tamaulipas, cerca de Paracuán, y viajando hasta el centro de la violencia en la frontera norte, Treviño deberá seguir el rastro de la mujer, e indagar entre los grupos criminales que se disputan el control de ciudades y carreteras. En la misma medida, evade la persecución del tenebroso Comandante Margarito, jefe de policía de La Eternidad, que lo busca para matarlo. La rivalidad entre estos dos personajes con perfil de tiburones elevará la tensión durante siete días a niveles nada recomendables.

Foto: Especial

Asesinato en el parque Sinaloa, de Élmer Mendoza

Edgar “el Zurdo” Mendieta ha decidido retirarse de las fuerzas policiales.

Desencantado y hastiado por la violencia, parece sucumbir ante el consumo autodestructivo de whisky, cuando Abel Sánchez, viejo amigo y mentor, hace que vuelva como detective por un favor al que El Zurdo no puede negarse: hallar al asesino de su hijo, el abogado Pedro Sánchez Morán, quien fue encontrado muerto en el Parque Sinaloa.

Asesinato en el Parque Sinaloa es un laberinto de intrigas y complicidades, de senderos que convergen en la pasión y el crimen. Élmer Mendoza nos entrega una obra maestra del género, una novela vertiginosa que nos recuerda que la pregunta fundamental de la literatura policiaca es la misma del amor: ¿quién diablos es el culpable?

Foto: Especial

La fila india, de Antonio Ortuño

A fin de repatriar a las víctimas de una masacre, una joven funcionaria es enviada a un pueblo perdido en el sureste de México. Primer error: mudarse allí con su hija de siete años. Segundo: abrirle las puertas de su casa a una sobreviviente. Tercero: averiguar que un grupo criminal se ensaña contra los migrantes centroamericanos. Y cuarto: tratar de resolver una sencilla pregunta: ¿por qué a nadie parece importarle? Compuesta como un caleidoscopio que registra todos los tonos del sarcasmo, La fila india es la novela de madurez de Antonio Ortuño. Una historia apasionante, a medio paso de la novela negra, que nos ofrece un grupo de personajes inolvidables, una prosa difícil de igualar y la mirada de un autor que registra cómo se descomponen las relaciones entre un individuo cualquiera y el país en que vive.

Foto: Especial

Los corruptores, de Jorge Zepeda Patterson

Ciudad de México. La actriz Pamela Dosantos había alcanzado el estrellato gracias a sus afamados muslos y a un corazón amplio y generoso por el que pasaron los políticos más encumbrados de México. La aparición de su cuerpo, salvajemente mutilado, desencadena una crisis de insondables consecuencias para el regreso del PRI a la presidencia. Tomás, un periodista dominado por el desánimo, escribe apresuradamente en su columna acerca del asesinato de la famosa actriz, incorporando un dato muy tentador acerca de la ubicación del cadáver, sin hacer las comprobaciones necesarias. La publicación de lo que parecía un dato banal, lo coloca en el punto de mira: el cuerpo estaba a escasos metros de la casa de Salazar, el hombre más temible del nuevo régimen.

El tejedor, una novela policial y dos amigos que hablan de literatura (Video)

sábado, abril 14th, 2018

En la reciente edición de la Feria de la Alameda, ambos escritores, Alejandro Páez (autor de la reciente Oriundo Laredo) y Jorge Alberto Gudiño Hernández (Siete son tus razones) se reunieron ante el público para hablar de la segunda novela negra de Gudiño. La charla fue distendida y armónica y dejó varias cosas para pensar en torno al trabajo creativo.

Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).- No hubo Semana Santa para Alejandro Páez y Jorge Gudiño, al menos no el mar ni la playa, pero sí para hablar de la segunda novela negra, sobre el detective Cipriano Zuzunaga, Siete son tus razones, ante un público que compartió una charla distendida y armónica.

Fueron convocados por Paco Ignacio Taibo II para la reciente Feria de la Alameda y una de las cosas que le preguntó Páez (periodista y escritor) fue que “usted se monta hace dos años, comienza a disparar y ese es el estilo que usted explora”, frente a lo que Jorge Alberto Gudiño respondió: “No lo tenía yo tan presente y ahora me entró cierta angustia existencial. Ya sufro mucho. Lo que es verdad, Alejandro, es que tengo una preocupación por el lenguaje y cuando comencé a escribir Tus dos muertos, lo primero que dije fue que yo no era autor de novela policiaca”.

Jorge Alberto Gudiño y Alejandro Páez Varela, en la Feria de la Alameda. Foto: Cortesía

La novela policial es principalmente trama, más que lenguaje y Jorge Alberto Gudiño quiso hacer cosas que no se había hecho en el género.

Primero el narrador, luego el lenguaje. “Ponerme a disparar, como dice usted, me resultó algo más tardado, pues escribir con frases cortas, teniendo en cuenta que yo escribía con frases largas, fue cómo cambiar la percepción de lo que uno está escribiendo”.

–Como un tejedor excepcional, usted comenzó a tejer todas las orillas de la manta y luego encontró el centro y la cerró

–Eso me entusiasma mucho, porque a mí nadie me enseñó a tejer y empecé a tejer desordenado.

La charla siguió con metáforas y referencias propias de una amistad, pero también por dos personas que aman y están totalmente comprometidas con el proceso literario y creativo. Una charla antológica que hoy le ofrecemos desde el suplemento.

50 Novelas mexicanas que debes leer o leer

sábado, marzo 24th, 2018

Ahora que está en Remate del Auditorio Nacional y que empieza la Semana Santa –ese tiempo donde nos programamos para hacer cosas y lo mejor es leer mucho- démonos la oportunidad para ponernos al día con nuestra literatura.

Ciudad de México, 24 de marzo (SinEmbargo).- No vamos a elegir a los escritores muertos porque de ellos siempre nos agarramos a la hora de definir la literatura mexicana. Y valen mucho. Sin ellos no podríamos estar aquí. Desde Juan Rulfo a Jorge Ibargüengoitia, de Octavio Paz a Elena Garro, de Josefina Vicens (que se cumplen 60 años de la publicación de El libro vacío) hasta Rosario Castellanos, cuya novela, Balún Canán, fue la puerta de entrada a México para Sandra Lorenzano, cuando estudiaba en el Madrid y todavía no había entrado a la UNAM; de esos poetas tremendos de Los Contemporáneos (donde Pedro Palou, Jorge Volpi, Luis Felipe Fabre han hecho libros increíbles) hasta esos periodistas de vocación literaria como Vicente Leñero o cuentistas increíbles como Juan José Arreola.

La literatura, en un país donde poco se lee o donde se venden pocos libros, tiene un gran peso y un enorme pasado, pero ¿qué decir del presente? Es cierto que Palinuro de México o Noticias del Imperio corresponden a un escritor maravillosamente vivo, pero ambas forman parte del clasicismo. Es cierto que Amphitryon es de alguien que ya no está entre nosotros, pero ¿cómo no nombrarla entre las favoritas a leer de autores contemporáneos si comenzó el movimiento del crack, ese tan odiado como necesario?

Así que vamos a hacer una lista de autores actuales, de esos que entrevistamos semana tras semana y que mueven este espacio literario que a veces se nos hace un universo infinito y otras una pequeña isla en medio del océano embravecido. Ni isla ni universo: una actividad más que a todos nosotros nos hace quemar las pestañas, con un entusiasmo que no cesa.

Hemos puesto en Facebook nuestra inquietud y las sugerencias han servido mucho, aunque en estas listas uno está más preocupado por aquella novela que se olvida o aquel escritor que no ha leído nunca.

Foto: Especial

1.El amante de Janis Joplin, de Élmer Mendoza

Foto: Especial

2.Fiesta en la madriguera, de Juan Pablo Villalobos

Foto: Especial

3.Los ingrávidos, de Valeria Luiselli

Foto: Especial

4.En busca de Klingsor, de Jorge Volpi

Foto: Especial

5.La torre y el jardín, de Alberto Chimal

Foto: Especial

6.Olga Forever, de Paco Ignacio Taibo II

Foto: Especial

7.La fiesta de los niños desnudos, de Imanol Caneyada Pascual

Foto: Especial

8.Los sueños de la serpiente, de Alberto Ruy Sánchez

Foto: Especial

9.Diablo Guardián, de Xavier Velasco

Foto: Especial

10.Oriundo Laredo, de Alejandro Páez Varela

Foto: Especial

11.Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor

Foto: Especial

12.Fuga en Mí menor, de Sandra Lorenzano

Foto: Especial

13.Jamás nadie, de Beatriz Rivas

Foto: Especial

14.Las tierras arrasadas, de Emiliano Monge

Foto: Especial

15.Amphitryon, de Ignacio Padilla

Foto: Especial

16.La balada de los arcos dorados, de César Silva Márquez

Foto: Especial

17.Milena o el fémur más bello del mundo, de Jorge Zepeda Patterson

Foto: Especial

18.Fuego 20, de Ana García Bergua

Foto: Especial

19.Salón de belleza, de Mario Bellatín

Foto: Especial

20.Marcianos leninistas, de Mario González Suárez

Foto: Especial

21.Lodo, de Guillermo Fadanelli

Foto: Especial

22.Demasiado amor, de Sara Sefchovich

Foto: Especial

23.No manden flores, de Martín Solares

Foto: Especial

24.Perra brava, de Orfa Alarcón

Foto: Especial

25.El salvaje, de Guillermo Arriaga

Foto: Especial

26.Inframundo, de Bernardo Esquinca

Foto: Especial

27.El testigo, de Juan Villoro

Foto: Especial

28.Canción de tumba, de Julián Herbert

Foto: Especial

29.Arráncame la vida, de Ángeles Mastretta

Foto: Especial

30.Trabajos del reino, de Yuri Herrera

Foto: Especial

31.El cantante de muertos, de Antonio Ramos Revillas

Foto: Especial

32.Teoría de las catástrofes, de Tryno Maldonado

Foto: Especial

33.El huésped, de Guadalupe Nettel

Foto: Especial

34.Decencia, de Álvaro Enrigue

Foto: Especial

35.Nadie me verá llorar, de Cristina Rivera Garza

Foto: Especial

36.Fruta verde, de Enrique Serna

Foto: Especial

37.Querubines en el infierno, de F.G. Haghenbeck

Foto: Especial

 38.Con la muerte en los puños, de Pedro Ángel Palou

 

Foto: Especial

39.Bareback Juke-box, de Wenceslao Bruciaga

Foto: Especial

40.Olegaroy, de David Toscana

Foto: Especial

41.Nos acompañan los muertos, de Rafael Pérez Gay

Foto: Especial

42.Fierros bajo el agua, de Guillermo Arreola

Foto: Especial

43.Obra negra, de Gilma Luque

Foto: Especial

44.La novia de Houdini, de Juan José Rodríguez

Foto: Especial

45.La pampa imposible, de David Miklos

Foto: Especial

46.El paraíso que fuimos, de Rosa Beltrán

Foto: Especial

47.Dos veces única, de Elena Poniatowska

Foto: Especial

48.Adiós a los padres, de Héctor Aguilar Camín

Foto: Especial

49.Desterrados, de Eduardo Antonio Parra

Foto: Especial

50.La fila india, de Antonio Ortuño

¡A leer, la fiesta del papa! Los mejores títulos para el Día del Padre

sábado, junio 17th, 2017

Mañana, que es un día cualquiera pero se festeja el del progenitor, hay muchos libros para regalar en una celebración familiar y de gratitud. Hemos elegido libros nuevos, porque de clásicos ya tienes la lista.

Ciudad de México, 17 de junio (SinEmbargo).- Los mejores libros para el Día del Padre y que no te digan que lo más importante es la madre. La relación entre padres e hijos se ha transformado en los últimos tiempos, ahora con una presencia mucho más activa en el tema de crianza. ¡Así que a celebrar!

A sus treinta y dos años, Russell Green lo tiene todo: una impresionante esposa, una hija adorable de seis años, una exitosa carrera como ejecutivo de publicidad y una gran casa en Charlotte. Russell vive en medio de un sueño, y su matrimonio con la encantadora Vivian es el centro de su existencia. Pero debajo de esta vida perfecta empiezan a aparecer los problemas y Russ está a punto de presenciar cómo varios aspectos de su vida, que daba por sentados, darán un giro por completo.

En cuestión de meses, Russell se queda sin trabajo y sin mujer y deberá luchar para adaptarse a una nueva y desconcertante realidad. Descubriendo el desierto de la vida monoparental, Russell se embarcará en un viaje aterrador y a la vez gratificante, que pondrá a prueba sus habilidades y sus recursos emocionales más allá de lo que nunca habría imaginado.

Desde su niñez en Alaska, David Winkler descubrió su don: a veces puede ver cosas antes de que ocurran. Sus premoniciones le permiten saber que un vecino será atropellado por el autobús o que se enamorará de una mujer en un supermercado. Pero cuando David sueña que su hija se va a ahogar en una inundación sin que él pueda salvarla, toda su vida se desmorona. Huir de su familia, de su casa y de su propio futuro parece el único modo de negar el sueño que lo atormenta.

Solo, sin medios y sin saber si su hija ha sobrevivido o si su mujer ha conseguido perdonarlo, David tendrá que comenzar una nueva vida. Hasta el día en que deba enfrentarse a la decisión de buscar a las personas que dejó atrás.

El ilustrador Alberto Montt ha creado dos entrañables personajes: un padre (dinosaurio) y una hija (humana), quienes nos cuentan una divertida historia familiar en un libro con más de 100 viñetas con las que el lector podrá reír y emocionarse.

Dino (un dinosaurio) y su pequeña hija Laura (una humana) conversan sobre diversos temas, como la pizza, los monstruos, la muerte, el gobierno, los regalos, y nos transmiten que donde hay ingenuidad, también puede haber sabiduría, y viceversa.

[youtube _uHRqj3RNQg]

Hay momentos en la vida que se nos quedan grabados en la memoria, aunque pasen los años. Con papá vivimos muchos de ellos: la emoción de verlo llegar, las risas, los juegos, la sensación de seguridad, la magia de poder hacerlo todo y sus besos de buenas noches. Este es un libro para esos papás, que con su amor incondicional logran que la vida sea más bonita.

Con MiCuento, puedes personalizar y regalar online el cuento infantil “Te quiero tanto Papá”.

¿Qué puede hacer la pérdida del trabajo en una persona? ¿Es el trabajo lo único que sustancia la vida en la sociedad moderna? La novela menos policial y más humana del célebre escritor francés, en un drama que tarde o temprano verás cerca o muy cerca.

Con humor, crudeza y un realismo brutal, Lemaitre explora el lado más inmoral del mundo empresarial y los efectos perversos que el desempleo puede llegar a tener en cualquiera de nosotros.

“Yo no soy migrante. Que ellos hayan partido esto en dos, es otra cosa. Pero yo no soy migrante. No migré de ningún lado. Éstas son mis tierras aunque no tenga título de propiedad. Todos nosotros que estamos aquí hemos ayudado a construir este país, ¿y qué tenemos a cambio? Nada. Los chinos que construyeron el ferrocarril fueron enterrados debajo de los durmientes. Los prietos que levantamos sus cosechas también dejamos la vida aquí y no tenemos nada.”

Es una novela sobre los anti-migrantes, sobre esos que son dueños de la tierra desde hace muchos años más acá de las fronteras y que tienen como principal tesoro el pasado que no tiene nada que ver con la venta de armas y de narcotráfico que tanto nos tiene ligados a los Estados Unidos.

[youtube 1TE7ecA-dJc]

La historia de Giuseppe Grassonelli, cuya infancia transcurrió entre la violencia familiar y el acoso constante de la delincuencia organizada, y cuya brevísima juventud estuvo marcada por el delito y el posterior exilio a Alemania, es una típica historia siciliana; no así su reacción, ya adulto, ante el cruel asesinato de varios de sus familiares perpetrado por la mafia, que lo hizo digno de protagonizar un libro, y ese libro es Malerba.

Pero Malerba no es solamente la historia de un individuo, por más peculiar que éste sea, sino el retrato de una región azotada por el crimen desde hace ya demasiados años, de un gobierno impotente (y a veces también cómplice) y de un mundo, el de la delincuencia, alimentado por la miseria y la corrupción.

[youtube nxI2ju8Bidw]

J.R. creció con su madre, pues su padre los abandonó cuando J.R. no había pronunciado su primera palabra. Él, sin embargo, sabe quién es su padre: un DJ de Nueva York que tiene un programa de radio y cuya voz J.R. escucha con la oreja pegada al aparato. Hasta que un día la voz desaparece del aire y J.R. se queda sin nadie a quien escuchar. Encontrará refugio en el amor de su madre y en el Dickens, el bar de su barrio, un sitio donde poetas, policías, apostadores, soldados, boxeadores y estrellas de cine tienen una historia que contar. Allí, entre todas esas voces que lo cautivan como en un sueño, J.R. podrá darle voz a su propio destino y podrá forjarse, también, una identidad. Conmovedor y emocionante, firmado por un premio Pulitzer.

[youtube gpD2gqWj-cY]

Don Gastón Suplice finalmente ha logrado procrear un descendiente, y a pesar de no soportar a los niños, lo criará con todos los lujos que su caudal le permita hasta hacer de él un auténtico junior. Mientras su padre se dedica a los negocios con habilidad de tiburón, el muchacho vive la vida loca en compañía de niñas popis y ricos herederos, pero también de algunos proletarios con quienes descubre que México es más grande que esa burbuja de abundancia y desenfreno que lo rodea.

Caifanes finos, próceres de la transa de cuello blanco, del compadrazgo y el amiguismo, rebeldes sin causa pero a modo, hippies por aburrimiento, adictos a las gringas de Acapulco y a las modas pasajeras, a los apellidos rancios y a todo lo que sea pípiris nice: así es el particular y fascinante mundo de Los burgueses.

[youtube iMKyUS2uQto]

¿Quién es el político detrás del spot promocional, el discurso preparado y la imagen perfectamente cuidada? Ante las maquinarias electorales que convierten a los candidatos en héroes o villanos, y los medios de comunicación que tomarán partido para homenajear o vituperar de acuerdo a sus intereses, indagar en las vidas de quienes aspiran a gobernarnos se ha vuelto una necesidad sin precedente.

En un México donde impera la campaña de lo efímero, un grupo selecto de periodistas, coordinados por Jorge Zepeda, ofrece una radiografía de los pretendientes a la silla presidencial. Sin ánimo partidista, los convocados escudriñan a cada uno de los Suspirantes para mostrarnos el camino que se han trazado aquellos que anhelan dirigir el destino de una nación.

[youtube lx2SNIslSUE]

ENTREVISTA | Los aspirantes a Presidente, analizados por expertos: Jorge Zepeda Patterson

sábado, junio 10th, 2017

Coordinados por Jorge Zepeda, un grupo de periodistas y escritores de primera línea, establecen el carácter y la evolución de los “suspirantes”. Si hoy leyéramos la primera entrega de este libro, veríamos a ese hombre frívolo, criado entre algodones, llamado Enrique Peña Nieto, cuyo perfil hizo entonces Ignacio Rodríguez Reyna. No se trata de que el libro nos diga a quién tenemos que elegir, pero sabremos cómo es después de leer este profundo tratado de periodismo.

Ciudad de México, 10 de junio (SinEmbargo).- Ricardo Anaya, el que se quedó con el PAN echando a Madero. Margarita Zavala, tan lejos y tan cerca del PAN. ¿Luis Videgaray? ¿Ninguna estrella que lo acompañe a su candidatura a Presidente? Es probable que no, pero el aspirante del PRI tendrá que pasar por su despacho.

Así son las cosas en lo que falta de aquí a las elecciones presidenciales. Los presidentes aspirantes, analizados por expertos, en Los Suspirantes 2018 (Planeta), coordinados por Jorge Zepeda Patterson, en un documento de profundo tratado de periodismo, hacen la fila para un examen a conciencia, muy a gusto de los posibles consumidores.

Queremos decir, este libro no les dirá por quién votar, pero sí les dirá cómo es ese hombre o esa mujer a quien le darán su elección. No es poca cosa en estos tiempos tan tremendos.

–¿Estos suspirantes a veces te dan unos cuantos suspiros, verdad?

–La verdad, el común denominador son las ambiciones políticas, pero cuando le pones lupas afloran una diversidad enorme de antecedentes, trayectorias, pertenencia a los seres humanos. Algunos son de una especie, otros son de otra. Aunque como suelo decir, el político tiene una manera peculiar de estar parado frente a la vida y eso los descubre.

­–Uno quisiera que estuviera sólo Andrés Manuel López Obrador y que no hubiera otro. Fundamentalmente por la necesidad de cambio, no porque fuera un candidato exquisito…

–Bueno sí, parecería que AMLO se presenta en esta tercera ocasión con los astros alineados. Ya se intentó con la alternativa panista durante 12 años, evidentemente no fue el gusto del respetable público, que se acabó agotando por el regreso del PRI y en atención a altísimos de reprobación que merece Enrique Peña Nieto, parecería que también que esta alternativa del nuevo PRI, que resultó menos nuevo, tampoco fue del agrado. Así que por lógica pendular, es el momento de la izquierda, probar con una alternativa diferente. Bueno, más allá del análisis, empata con esta sensación que tiene uno de que ha crecido la exasperación de la gente, la desesperanza, cierta rabia contenida de que las cosas no cambien y que por momentos incluso empeora.

­–Uno ve en la calle la apatía de la gente

­–Así es, la vida pública, los políticos, cada uno está a rebatinga personal y esta sensación de vulnerabilidad cuando caminas, los asaltos, particularmente el transporte público, genera la actitud de galvanizarse sobre sí mismo, blindarse, protegerse, no reaccionar a lo otro y desde luego esto es terrible como seres humanos. La solidaridad acaba siendo simplemente un concepto, pero no una experiencia vital…

–Sobre todo teniendo en cuenta que el mexicano es de por sí muy solidario

–Decirle a alguien que se sube en los micros, que lo han asaltado tres veces en los últimos cinco meses, que reaccione frente a un tercero para brindar su apoyo, es pedir demasiado. Me decía Rosa, la chica que me ayuda en casa, que cuando ve subir a un pesero a alguien con ropa deportiva, ella se baja. Porque las veces que la han asaltado ha sido con esa ropa. ¿Te imaginas el nivel de alerta con el que viaja una persona por los peseros? Son muy poco propicios para la solidaridad a terceros, al contrario, defendiéndose de cualquier posible agresión. Ya no hay una visión del Estado como un organismo al que el funcionario político pertenece y le trasciende. Todo se remite a un enriquecimiento personal.

–Hablas de Osorio Chong como un dirigente cercano a la gente

­–Bueno, el que habla es Ricardo Rafael. Sí, Osorio Chong se ha querido presentar como el operador político del régimen, el zorro, el que tiene oficio dentro de este grupo y que es capaz de arremangarse las manos y hablar con los estudiantes; lo ha hecho varias veces con resultados inciertos, algunas les ha resultado mejor que en otras, pero desde luego es como el operador político que quiere pasar por hábil, por astuto, en el sentido tradicional, ortodoxo de la palabra política.

Los Suspirantes 2018, una guía para las elecciones. Foto: Planeta

–¿Anaya es un negociador nato?

–Ricardo Anaya es interesante porque hace dos años no lo conocía nadie, es un chico muy joven, de 38 años. Se hizo ya en el PAN a la sombra de Madero, cuando él trató de rescatar al PAN de los calderonistas. Y de alguna manera lo consiguió. Uno de sus pupilos era Anaya, salido de las filas panistas de Querétaro, conocido por su meticulosidad, la manera en que prepara las cosas, un poco nerd, digamos, de la nueva política. Lo que nadie se esperaba que cuando Madero tuvo que dejar el Partido por un tiempo, o así creyó él, nunca más volvió a ver lugar en su despacho. Lo cual habla, según se dice, que Anaya es un animal político, de tercera generación, con una habilidad impresionante. Y de hecho debe serlo porque en estos momentos él ya tiene el control de los órganos directivos del PAN, lo cual es mucho decir. Se coló entre Madero y Calderón, muy conocidos…

­–Que no son tan viejos, la verdad

–Sí, pero tienen 20 años de militancia, contra dos que tiene Anaya. Es una personalidad interesante, se pinta ahí que ensaya los discursos frente al espejo, perfeccionista por donde se lo vea. Incluso si consigue la candidatura del PAN, que es su objetivo, no está claro que su juventud sea reconocida por el elector mexicano, en momentos en que este país parece que se está deshaciendo. Ahora lo que ha conseguido es que Margarita Zavala sea vista como la externa al PAN, algo que parecería inconcebible; la familia de Margarita Zavala que en un espléndido perfil que hace Sandra Lorenzano, pertenece al PAN, sus antecesores son fundadores del Partido y toda su vida ha estado acogida por él. Ha sido diputada, Primera Dama de este régimen panista y ahora parece como el candidato externo, lo que habla mucho de esta capacidad de Anaya de hacer lo suyo, ¿no?.

–Por otro lado parece ser dos visiones del Partido. La onda de Anaya, aunque sea bastante conservador, parece ser lo nuevo

–Sí, es verdad. Ella ha tratado de pasar como saliendo de este modelo tradicional, católico del PAN -el suyo es una militancia muy cercana a la Iglesia-, como una faceta moderna. Particularmente con lo que tiene que ver con la agenda familiar y de la mujer. Hablando de los derechos de la mujer, la posibilidad de empoderarla, etcétera. Sin embargo, una y otra vez, las agendas femeninas de Margarita acaban golpeando contra el universo de las feministas. Acaban tildándola de conservadora, cuando ella quisiera presentarse como modernizante. Los temas de los derechos de la mujer al cuerpo, los temas de vida sexual, incluso de familia, les cuesta mucho trabajo transitar.

Un análisis metodológico, a cargo de los mejores periodistas. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

–¿Cómo has hecho este libro, cómo has elegido a los periodistas participantes?

–Yo escojo primero a los biografados. ¿Cuáles son los candidatos que me parecen que tienen que estar en este libro? A partir de la lista comienzo a buscar los autores para trabajarlos. Algunos son reincidentes, Ricardo Rafael, Alejandro Páez, Rita Varela, Salvador Camarena, que ya han estado en otros ejercicios y han sido experiencias sabrosas. Luego he invitado a Sandra Lorenzano por Margarita Zavala, por pensar que ella tenía conocimiento de lo que son estas éticas políticas de primera mano. A Mayte Azuela, comentarista, analista política, hizo el perfil de José Antonio Mead, secretario de Hacienda y Crédito Público y muy mencionado en los últimos meses para ser el candidato del PRI. Humberto Padgett, que ha trabajado como reportero con frecuencia en el Estado de México, me pareció idóneo para hacer el perfil de Eruviel Ávila, el gobernador.

–Muy medido el perfil de Humberto

–También debo decir que hago un guión metodológico antes, les pido qué puntos cubrir, para asegurarme de que haya una mínima congruencia transversal, eso sí, una estructura puntual y luego edito. Esencialmente para el perfil que arroja. Hay perfiles que hay mucha carga política, pero muy poca carga personal o al revés y entonces lo devuelvo para suplir las carencias. Les pido más data familiar, cómo son con los amigos, cómo estudiaron o viceversa, desde luego. Siempre hay una devolución, un gran trabajo para los perfiles que pueden ser perfeccionados.

–Videgaray y Mancera parecían ser candidatos posibles hace un tiempo, hoy nada que ver…

–Absolutamente. De Videgaray terminamos haciendo un perfil más bien corto, en un trabajo que hizo Rita Varela. En efecto, él es hombre más poderoso del gabinete. Si hay un virrey aquí, que mueve hilos, ese es Luis Videgaray. El problema para él es que tiene una absoluta falta de personalidad carismática. Es invendible en una boleta electoral. Es el candidato menos probable que pueda lanzar un Partido político. Si el PRI quiere tener alguna posibilidad, que desde luego la quiere, tendría que pensar en otro. Y luego el escándalo aquel que hubo, al principio del sexenio, con su casa en Malinalco, adquirida con un crédito de una de estas grandes constructoras, beneficiadas por la Administración, acabó con cualquier posibilidad. Seguramente Videgaray seguirá moviendo los hilos, seguramente la decisión final de quién será candidato pasará por su despacho, pero difícilmente él mismo sea candidato.

–Está también lo de Donald Trump, volver y regresar…

–Bueno, claro, de esa no se va a quitar nunca. Haber sido responsable de esto que muchos mexicanos al margen de lo que haya pasado con las elecciones en Washington, siguen pensando que recibir a Trump fue un acto de humillación inadmisible por parte del Presidente, evidentemente el actor de todo eso fue Luis Videgaray.

–¿Mancera? Sonaba muy bien el año pasado

–Es verdad, sonaba muy bien, pero difícilmente alguien augure una posibilidad para el PRD, que es el Partido que podría candidatearlo. Él ganó la gubernatura para el Distrito Federal con un 60 o más de los votos. Se hablaba muy bien de él en el sentido de que gobernaba la principal entidad de este país, parecería como el líder natural emergente, pero el tema es que con la separación de MORENA, francamente se lleva el grueso del patrimonio de la izquierda. El PRD queda como un Partido a medio camino entre los principales satélites. Por ningún lado con la estatura suficiente como para creer que un candidato del PRD pueda esperar una buena elección. Por ahí alguien habría mencionado que podría ser un último recurso de que el PRI se queda sin cartas ganadoras, pero eso no pasó de columnas políticas. Difícilmente el PRI le entregaría su candidatura a alguien externo, por más que haya habido buenísimas relaciones entre el Gobierno Federal y Miguel Ángel Mancera. Al margen de todo eso, el efecto es que la imagen misma de Mancera se ha ido desmoronando, por una u otra razón. Entre ellas su “peñanietismo”.

–Bueno, también está la violencia de la ciudad

–Ahora, sí, pero para ser honestos yo difícilmente le cargaría a él todo eso. El milagro hubiera sido que la ciudad se hubiera mantenido durante tantos años un poco al margen de lo que ha venido golpeando al país. De repente incluso a lugares como Monterrey, un lugar en otro tiempo impensable por ser el asiento de los poderes económicos. La capital, de alguna manera, se había venido salvando y ya no más. Un proceso que no inicia con Mancera, que inició hace rato y que ha ido in crescendo. Al final el DF está inmerso en un país que hoy por hoy se ha disparado.

–Bueno, para mí Marcelo Ebrard era muy distinto

–Está dispuesto a la interpretación, pero lo que sí se ha sabido es que la violencia ha ascendido en todo el país. Por otro lado, los índices de delincuencia en el Distrito Federal, son bajos en comparación con los del interior y con la zona metropolitana que está dentro del Estado de México. El contraste sigue siendo brutal.

Intentamos hacer el libro escapando al maniqueísmo que luego va a caracterizar a las campañas. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo

–Con respecto a los suspirantes pasados, ¿Qué clase de Presidente fue Enrique Peña Nieto?

–Bueno, es todavía. Yo creo que su perfil que en aquel momento lo hizo Ignacio Rodríguez Reyna muestra que nadie debería estar sorprendido. En el perfil quedaba muy claramente la trayectoria de un hombre frívolo, que había crecido entre algodones, que había sido aupado por el poder, casi como en un desfile gracioso. Que su campaña se había construido en una alianza con los dueños del dinero en este país y que llegaba con compromisos con esos grupos, sin ningún compromiso con la sociedad en su conjunto. El Gobierno que ha hecho se caracteriza fundamentalmente por eso: la frivolidad, la falta de visión de Estado y la alianza con los grupos de poder y de acumulación de dinero. Un comportamiento muy faccioso con respecto a la corrupción, estos tres gobernadores que están prófugos, al final lo están porque en sus entidades ganó la oposición. Que eran unos ladrones lo sabemos desde el principio de sus sexenios y eso no obstó para que el Presidente dejara de presumirlos como el futuro del nuevo PRI. Se necesitó que ganara la oposición en cada unas de esas entidades federativas para que se iniciaran investigaciones que eventualmente obligan a las autoridades a tomar medidas. Si no hubiera perdido el PRI, podremos estar totalmente seguros de que nada habría pasado. Lo que da cuenta de esto es esta cultura de protección de la clase política entre sí, dispuestas a dejar pasar los abusos más abominables. Ahora está surgiendo lo de Borge en Quintana Roo, 24 propiedades del Estado fueron vendidas a precios irrisorios a parientes del Gobernador.

–México es muy rico…

–México es un país muy rico, por su historia, por su gente, por su cultura y eso siempre va a quedar. Justamente es la pregunta que nos hacemos con este libro. El país se ha movido, ha buscado mal, todos pensamos que viviríamos nuestra primavera democrática en el verano del 2000 cuando por fin, sin disparar un solo tiro, habíamos logrado sacar al PRI de Los Pinos. Pronto nos dimos cuenta de que en lugar de Nelson Mandela teníamos a Vicente Fox en nuestra primavera democrática, que duró muy pocos meses. Reincidimos, hablo del votante colectivo, en Felipe Calderón, en escoger al PAN para una segunda oportunidad, Calderón jugaba a que lo de Fox no había sido panista, que él iba a ser el primer Presidente panista, con la agenda tradicional que, en efecto, fue la primera oposición democrática en este país frente al PRI. Habríamos esperado por lo menos la consolidación de las instituciones democráticas, podría estar uno en desacuerdo con toda la agenda panista, al final un Partido conservador pero lo que uno nunca le hubiera escatimado al PAN es que había sido un luchador por la democracia, particularmente en lo que tiene que ver con elecciones, posibilidad de protesta, libertad, etcétera. Y esperábamos esa consolidación que nunca vino.

–Muchos dicen que Calderón ganó por fraude

–El que haiga sido lo que haiga sido, expresado por el propio Calderón. Ese fue el beso de la muerte, no sé si él hubiese tenido la estatura para haber hecho realmente un fortalecimiento del tejido democrático en este país. Si la tenía o no, quedó boicoteada por el propio proceso por medio del cual él llegó al poder. El resto del tiempo buscó una legitimidad por vías que al final no le funcionaron.

–¿Qué piensas de la elección en el Estado de México?

–Es lastimoso. La información está en el aire, desde luego sabíamos que iban a hacer un proceso electoral con muchas malas artes. Casi, esta clase política mexiquense, al “fraude patriótico” si era necesario, para evitar el arribo de los bárbaros al poder. Particularmente en lo que es su bastión. Ese es verdaderamente el terruño del PRI, no sólo porque de ahí es el origen de Peña Nieto, sino también porque es la entidad federativa con más poder económico que nunca ha tenido alternancia y fundamental para la operación política del PRI. Se aplicaron absolutamente todo tipo de artimañas, para darle mayores posibilidades de victoria a su candidato. Y el resultado que tuvimos el domingo sigue siendo un resultado polémico, estamos muy pronto para saberlo, ha surgido ahora data de un algoritmo que estaba alterando la suma, no sabemos en qué va a acabar eso, pero desde luego toda la sensación que deja es muy lastimosa. Todo el proceso. El PRI queda en entredicho, porque en su propia cancha, el rival lo hizo ver terriblemente mal. Si MORENA ahí, en condiciones tan adversas pelear nariz con nariz la llegada a la meta, deja para el PRI un muy mal precedente de lo que puede suceder a nivel nacional.

–También hay que hablar de Juan Zepeda, del PRD

–A mí me parece que tanto para el PRD como para MORENA vienen momentos de definición. Para la experiencia del Estado de México muestra que en efecto el PRD puede ser un muy útil instrumento para el PRI en el momento de quitar votos para el gran rival que ahora es MORENA. Dividiendo a la izquierda. Lo que podría convertirse para el PRD en ser el nuevo Partido Verde. Se convertirán en millonarios y en la pluma de vomitar de la opinión pública. La otra es encontrar una vía para competir con dignidad como una socialdemocracia que no necesariamente tienen que coincidir con Andrés Manuel López Obrador, también eso se vale. Andrés Manuel representa sin duda una alternativa de izquierda, pero es una versión tropicalizada por él mismo de lo que es una concepción política, una agenda social, que no necesariamente toda la izquierda tendría que coincidir. Pero desde luego el papel que ha hecho Juan Zepeda ahora no deja dudas y ha servido fielmente a los propósitos del PRI. Yo tendría que decir que Andrés Manuel López Obrador cometió un enorme error al polemizar públicamente con Juan Zepeda, porque dos meses antes nadie sabía quién era Juan Zepeda. Fue en el momento que lo empezó a acusar de traidor, etcétera, sin darse cuenta de que cuando una figura tan encumbrada políticamente se sube al ring con otro que está a cuatro niveles abajo en la escala, lo que está haciendo es conseguirle una visibilidad que ni siquiera en sus mejores fantasías Zepeda pensó que podría llegar a tener. Eso debió haberlo hecho Delfina, pero Andrés Manuel se la salta y el gran caudillo político se metió durante tres días a disputar titulares de ocho columnas en los periódicos, mostrando hasta la saciedad quién era Juan Zepeda. Ese es un error de Andrés Manuel López Obrador.

–Voy a votar, leo tu libro, ¿qué me va a aportar leerlo?

–Intentamos hacer el libro escapando al maniqueísmo que luego va a caracterizar a las campañas, que como se dice en la introducción buscarán convertirlos en productos de marketing. Los van a glorificar, los van a satanizar, dependiendo de si es propia o ajena la campaña. Las guerras sucias se caracterizan por verter más dinero en el candidato rival para destrozarlo que en el propio para ensalzarlo. Los dineros son para eso. Los perfiles que acá intentamos es dar una visión más allá de este escándalo mediático, quiénes son ellos, de dónde vienen, no pretenden ser trabajos de una objetividad científica porque eso es imposible, pero sí dar cuenta de hechos. De testimonios de la gente que lo conoce, para bien o para mal, dónde se han equivocado, dónde han tenido aciertos. El que lo lea no es qué sabrá cabalmente por quién votar, pero sabrá por quién está votando cuando lo haga. Ese sería mi objetivo y la pretensión de un libro como éste.

“Oriundo Laredo”, de Alejandro Páez Varela, una descripción de nosotros mismos

sábado, diciembre 24th, 2016

Oriundo Laredo es un mexicoamericano. Pariente, por lo tanto, tuyo y mío, y también fruto de la Sierra Madre y de las Grandes Llanuras, donde apaches, blancos, morenos, tornados, chaparrales, bisontes y chamizos conforman un país-de-en-medio. Una tierra única cuyos secretos muy pocos conocen.

Ciudad de México, 24 de diciembre (SinEmbargo).- Siempre pienso en la palabra “guey”, sobre todo desde que veo el guey en la portada de Oriundo Laredo, la nueva novela de Alejandro Páez Varela y ese término me define todo lo que yo entiendo por mexicano.

No se trata de que yo sea argentina, para muchos mexicanos los que viven al lado de su cuadra también son extranjeros. Pero fundamentalmente, guey es oriundo, es lo que está afuera, es lo que no puede determinarse por el adentro y es lo que remite al búfalo, al que los blancos exterminaron y ya no pueden exterminarse los tornados.

En la tierra-media (nada que remita a GOT) hay una gran nube de mexicanos, de “pochos”, de seres oriundos y nada migrantes, que definen un territorio absolutamente desconocido, tanto por gringos como nacionales.

“Yo no soy migrante. Que ellos hayan partido esto en dos, es otra cosa. Pero yo no soy migrante. No migré de ningún lado. Éstas son mis tierras aunque no tenga título de propiedad. Todos nosotros que estamos aquí hemos ayudado a construir este país, ¿y qué tenemos a cambio? Nada. Los chinos que construyeron el ferrocarril fueron enterrados debajo de los durmientes. Los prietos que levantamos sus cosechas también dejamos la vida aquí y no tenemos nada.”

Es una novela sobre los anti-migrantes, sobre esos que son dueños de la tierra desde hace muchos años más acá de las fronteras y que tienen como principal tesoro el pasado que no tiene nada que ver con la venta de armas y de narcotráfico que tanto nos tiene ligados a los Estados Unidos.

Una novela fundamental para entender el futuro mexicano. Foto: Especial

Una novela fundamental para entender el futuro mexicano. Foto: Especial

Es una novela sobre el lenguaje. Dos por tres aparece el nombre de un pueblo que dice llamarse como un hecho alcanzable, pero en realidad corresponde a una multinacional olvidable. O el nombre de un pueblo que demuestra los conocimientos del protagonista sobre la literatura rusa: “-No, no señor. No es un error. Se llama Marfa por Don Toyeski –decía enfático”.

Es una novela sobre la comida. Sobre ese confluir de Francia, Inglaterra, China y, sobre todo, por las hierbas, cocinar la barbacoa, hacer los frijoles, tanto como hacían nuestros indios.

“La cocina sureña es variada y de sabores estrambóticos. Hay toques cajún por todas partes: pimientas procuradas por los franceses, pimientos de los españoles, chiles y frijoles mexicanos y platillos que llegaron del norte con los primeros colonizadores”.

Y es una novela sobre Chihuahua, sobre ese espacio tan lejano y tan cercano a México que va a decidir sobre nuestro futuro, mucho más que esta Ciudad perdida en tanto cosmopolitismo.

Es una novela sobre los búfalos, claro está: “El hombre le dijo que “los blancos (white people) acabaron a los búfalos, expulsaron y exterminaron a los indios americanos, y pagarán muy caro su error”.

Oriundo Laredo, una novela que habla sobre nosotros mismos, pero sobre ese nosotros que no queremos ver ni saber.

Por cortesía de Alfaguara, transmitimos una lectura del libro a cargo de su autor, Alejandro Páez Varela.

[youtube 1TE7ecA-dJc]

 

Los 50 libros mexicanos de 2016 (o 50 regalos posibles para esta Navidad)

sábado, diciembre 17th, 2016

Son 25 nacionales y 25 en idioma extranjero, nunca los suficientes libros para tener una idea de cómo quedar bien con el agasajado. No son zoquetes ni sombreros para la Navidad, son textos para entretener y que tenemos que tener bien dedicado a quién va: ¿Para quién es? ¿Qué lee? ¿Qué otros intereses tiene?

Ciudad de México, 17 de diciembre (SinEmbargo).- Ahora es el tiempo en que más libros se venden. Claro, no son textos pensados para el autoconsumo, sino para regalar a quien se ponga enfrente en estas fiestas.

¿Para quién es? ¿Qué lee? ¿Qué otros intereses tiene?, son algunas de las preguntas a responder cuando tengamos que elegir un libro para un agasajado. No nos llevará mucho tiempo y es de rigor saber esas consignas. Para no meter la pata, ¿eh?

25_naclib_nav_01Págale al Diablo,
de Hilario Peña

El narrador confecciona un mundo oscuro en el que deambulan hombres misóginos, pistoleros en altamar, santonas ardientes, además de un pugilista guapo y otro feo que subirán al ring.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_02Las tierras arrasadas,
de Emiliano Monge

El Premio Elena Poniatowska le da un nuevo aire a la impresionante novela donde puedes amar a los malos.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_03Los años sabandijas,
por Xavier Velasco

Los años sabandijas es un viaje sin frenos por la década desatada, ahí donde al ridículo muy poco se le teme y las leyes parecen obstáculos salvables para el Ruby y el Roxy.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_04Los usurpadores,
de Jorge Zepeda-Patterson

Una aventura latinoamericana donde no falta ni siquiera Cristina Kirchner. La nueva novela sobre un México contemporáneo.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_05Las indómitas,
de Elena Poniatowska

Allí donde México se va haciendo chaparrito, allí donde las calles se pierden y quedan desamparadas, allí vive la Jesusa. Así empieza el libro de “Elenita”.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_06Oriundo Laredo,
de Alejandro Páez Varela

Este relato se concentra en el sur de Estados Unidos. Es una novela de mexicanos en las tierras que un día fueron suyas.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_07Demencia,
de Eloy Urroz

La nueva novela del autor propone una historia negra de realidad fragmentada, donde el narrador es un esquizofrénico que confunde en todo momento al lector.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_08Tus dos muertos,
de Jorge Alberto Gudiño

Una novela negra escrita en un estilo preciso, como un estilete que cincelara sobre un muro la historia del ex comandante Zuzunaga, un verdadero hdp al uso.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_09Yakarta,
de Rodrigo Márquez Tizano

Advertimos que el verdadero protagonista del libro es el lenguaje: que se suelta de sus ataduras, revienta a través de una prosa firme y desenvuelta que embiste contra la solemnidad en todas sus formas.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_10Azul cobalto,
de BEF

La reina del Cártel de Constanza, Lizzy Zubiaga y la ahora detective privada Andrea Mijangos, están vivas de milagro. Sigue la historia.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_11La tormenta hindú,
de Ana García Bergua

La acción transcurre en lugares icónicos de la ciudad de México: una vecindad miserable, un cabaret de rompe y rasga o un café/nevería cerca de la Escuela Nacional Preparatoria. El protagonista es la sociedad entera.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_12El libro de Ana,
por Carmen Boullosa

Un manuscrito para jóvenes de la heroína de Tolstoi, Anna Karenina, detona esa historia.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_13No voy a pedirle a nadie que me crea,
de Juan Pablo Villalobos

Todo empieza con un primo que ya de chico apuntaba maneras de estafador, y que ahora mete al protagonista en un lío monumental: un “negocio de alto nivel” que convierte su estancia en la ciudad en una especie de novela negra de humor también negro, una de esas que a él le gustaría escribir.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_14Por un puñado de balas,
de Francisco Haghenbeck

En el caso de Sunny Pascal, el genial detective creado F. G. Haghenbeck, uno se abandona a su conducción para dejarse llevar a los más enloquecidos lugares en los que se mete.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_15Los pinos salados,
de Alejandro Espinoza Galindo

Construye tanto el paisaje exterior como interior del sitio que lo vio nacer, echando mano de la literatura para narrar una circunstancia precisa en contextos como la botánica o la ecología.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_16Friquis,
de Fernando Lobo

Ex militares enamorados, cantantes pop en éxtasis sexual, productores al borde del desastre. La nueva novela de Fernando Lobo se desarrolla en los entretelones de la industria del espectáculo masivo mexicano.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_17Al final del Periférico,
por Guillermo Fadanelli

Una novela de aprendizaje sobre las vicisitudes de un grupo de adolescentes en la época de más optimismo económico en México.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_18El jardín del honor,
por Maruan Soto Antaki

Un valioso e histórico anillo es robado por pandilleros ignorantes. Muchos años después uno de ellos se reencuentra con el anillo en una exposición sobre Bizancio. Y quiere recuperarlo.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_19Memorias de un hombre nuevo,
de Daniel Espartaco Sánchez

En un día cotidiano dentro de la República Socialista de Ruritania, una madre y su hijo se sobrecogen en un ambiente lúgubre, añorando su partida. Pronto conocemos que quien escribe el relato es ese niño, 30 años después, gracias al recuerdo reconstruido de su madre.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_20Agua corriente,
de Antonio Ortuño

Estos cuentos cortos y ruidosos han sido descritos como eficaces relámpagos, como metáforas del violento horror mexicano, como críticas de la realidad política, pero sobre todo, como hazañas formales de un escritor que ya tiene un estilo inconfundible.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_21Había mucha neblina o humo o no sé qué,
de Cristina Rivera Garza

Un personalísimo homenaje y visión de Juan Rulfo. Obra experimental que rompe los límites de los géneros, Cristina Rivera Garza demuestra una vez más su fascinante habilidad literaria.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_22Caer es una forma de volar,
por Karen Chacek

Mijael salta por la ventana la madrugada de un viernes. Los Gelman, sus padres, no pueden explicarse cómo su hijo de veintinueve años, quien pasó los últimos meses anclado a una cama terapéutica, víctima de un mal degenerativo, logró arrojarse hacia el jardín.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_23Examen de mi padre,
de Jorge Volpi

Un libro de ensayos que funciona como una especie implacable de autorretrato.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_24Corazonadas,
de Benito Taibo

Está escrito por mi tío Paco, el hombre que de muchas maneras me salvó la vida y logró convertir lo ordinario en extraordinario.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_25Los atacantes,
por Alberto Chimal

Un libro de cuentos de miedo –no necesariamente de horror– que mira en las esquinas más negras de nuestra sociedad, sin renunciar tampoco a la imaginación más libre, a la mirada más fantástica, al humor e incluso a la poesía.

25_inter

lib_nav_26La Brújula,
por Mathias Enard

El reciente Premio Goncourt en una novela que integra Oriente y Occidente.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_27Un mal nombre,
de Elena Ferrante

Segunda parte de la tetralogía que consagró a la enorme escritora napolitana.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_28El jilguero,
de Donna Tart

Premio Pulitzer 2015. Una novela que parece un thriller, pero no lo es.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_29El libro de los Baltimore,
por Joel Dicker

Una vez más el escritor suizo tiende sus trampas hacia los lectores. Impresionante.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_30La carne,
de Rosa Montero

Una sola página de más: la línea final en que la autora agradece y explica hacia donde va la historia. El resto, una historia sublime.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_31El laberinto de los espíritus,
de Carlos Ruiz Zafón

En esta última novela el autor logra mezclar el arte de narrar historias con un toque de fantasía. Vuelve el Cementerio de los libros olvidados.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_32Avenida de los misterios,
por John Irving

La novela mexicana del autor británico, con infancia, destino y memoria.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_33J,
de Howard Jacobson

Finalista del Premio Man Booker, la novela que habla de la normalidad como pura distopía.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_34Preparación para la próxima vida,
de Atticus Lish

Relata la vida de Zou Lei, una inmigrante ilegal musulmana de origen chino –de la etnia uigur– que llegó a Estados Unidos entrando por la frontera mexicana.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_35Aquí estoy,
de Jonathan Safran Foer

Se trata de la felicidad y de las decisiones trascendentes de la vida, como separarse o continuar un matrimonio o ir a Israel a luchar o quedarse en Estados Unidos.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_36El hijo,
de Philipe Mayer

Una novela de resonancias épicas y una historia de iniciación, explora la crueldad, el sacrificio y la ambición en una época de los Estados Unidos.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_37El bosque infinito,
de Annie Proulx

Es un monumental libro de más de 850 páginas, en el que relata una epopeya que recorre tres siglos de aventuras, amores, odios y traiciones para contar la historia de la explotación maderera en América.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_38Fuera de lugar,
de Martín Kohan

Nos recuerda que una de las razones de ser de las ficciones literarias es dislocar nuestra visión del mundo, es decir, permitirnos mitigar el encierro del yo para vivir vidas distintas.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_39Botas de lluvia seca,
por Henning Mankell

Narrada en primera persona, la novela póstuma está salpicada de confesiones del médico jubilado Fredrik Welin, también protagonista del libro de 2006 Zapatos italianos, del que es, en palabras del autor sueco, una continuación “libre”.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_40Narcisa,
de Jonathan Shaw

Cuenta la destructiva historia de amor-adicción entre Cigano, expresidiario y yonqui rehabilitado, y Narcisa, una jovencísima e impetuosa prostituta brasileña.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_41Los herederos de la tierra,
de Ildefonso Falcones

La historia de Hugo Llor y sus barcos se adentra en la Barcelona del siglo XIV, tres años después del final de la primera novela La catedral del mar.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_42Ciudad en llamas,
de Garth Risk Hallberg

La novela debut del joven autor neoyorquino, seleccionada por The New York Times, The Washington Post, National Public’s Radio y Barnes & Noble, como uno de los mejores libros del año.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_43Una primavera de perros,
de Antonio Manzini

Después de Pista negra y La costilla de Adán, el protagonista continúa con su característico estilo para interrogar y descubrir siempre la verdad.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_44El futuro es un lugar extraño,
de Cynthia Rimsky

Su novela más arriesgada, un ajuste de cuentas con el pasado reciente chileno, especialmente con aquella generación que cambió los ideales y la comunidad por las migajas, el individualismo y alguna cuota de poder.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_45La ley de la ferocidad,
de Pablo Ramos

Gabriel se sumerge en un proyecto narrativo más ambicioso, en extensión y construcción. En medio de la década de los noventa el personaje revisa su pasado y la relación con su padre, mientras se encuentra internado en un centro de desintoxicación y considera que ha fracasado como yuppie.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_46La infancia de Jesús,
de J.M. Coetzee

Tras cruzar el océano, un hombre y un niño llegan a un nuevo país donde se les asigna nombre y edad y se les anima a olvidar su pasado. Extraños en una tierra extraña, aprenden español, el idioma del lugar.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_47Subsuelo,
por Marcelo Luján

Premio Semana Negra de Gijón. Un cuerpo vivo que se cambia por un cadáver. Una piscina. Un flash. El pantano. Y los mellizos, que comparten un secreto del que no parece fácil escapar.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_48Manual para mujeres de la limpieza,
de Lucia Berlin

Las historias de Lucia Berlin son eléctricas, vibran y chisporrotean como unos cables pelados al tocarse. Y la mente del lector, seducida, fascinada, recibe la descarga, las sinapsis se disparan.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_49Últimos testigos,
de Svetlana Alexiévich

una obra maestra inédita hasta ahora que recoge el recuerdo de los niños que sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial. Un tema de gran interés desde una perspectiva totalmente distinta.

…………………………………………………………………………………………………………

lib_nav_50Todos deberíamos ser feministas,
de Chimamanda Ngozi Adichie

Estos escritos lo demuestra en este elocuente y perspicaz texto, en el que nos brinda una definición singular de lo que significa ser feminista en el siglo XXI.

Cíbolos son mis abuelos, mis hermanos, usted y yo; de los cíbolos son estas tierras

domingo, noviembre 6th, 2016

“Mías son las llanuras que pisaron mis ancestros. Míos son los chamizos y las nogaleras, los algodonales y los pinares; míos son los atardeceres rojos y morados y violeta y amarillos. Mía es esta tierra, blanda o dura, y yo soy de ella”, dice el escritor y periodista Alejandro Páez Varela en este ensayo que recuerda “los años del hambre”, las deportaciones masivas de la década de 1930.

(más…)

El elogio de los cuarenta

domingo, julio 24th, 2016

“¿Nunca han experimentado esa especie de aprensión que se siente ante la eternidad, como si al permanecer en ese espacio perdieras la noción del tiempo, como si los años pasaran sin darte cuenta, hasta el punto de creer que cuando salgas te habrás convertido de repente en un viejo canoso?”
–Junichiro Tanizaki, El Elogio de la Sombra

Tengo 48 años. He probado mucho pero no de todo; he brincado sobre el lodazal pero no he caído en el vacío; he leído bastante pero no lo suficiente; he escrito a diario, no siempre. He ofendido a algunas mujeres y les he ofrecido disculpas y, cuando lo requirió, me agaché ante quienes no ofendí. He amado hasta la enfermedad y me he arrepentido de amar, y he sanado. No estoy más allá de nada: estoy más acá de todo.

En últimas fechas me ha dado por alimentar palomas en el pequeño balcón de mi oficina. Los compañeros me dicen que esos bichos roñosos están llenos de enfermedades y yo pienso que si en 48 años no me he enfermado por el contacto con alguna paloma, es tiempo de que pase. En el fondo, más al fondo, no quiero que suceda. Solo quiero contemplarlas, sin enfermedades. Quiero alejarme de cualquier mal porque entiendo el suelo que pisa alguien con medio siglo de vida. Las palomas, sin embargo, me dan tristeza y melancolía y las alimento; las pienso efímeras, frágiles. Pienso que si mi vida se ha ido como estrella fugaz, la de ellas será un destello de luz de luna sobre la mar picada. Eso pienso y me corrijo: las palomas no cambiarían su vida por la mía, aquí, encerrada en una oficina.

Tengo a mis dos perros, Simone y Niño, a quienes amo y consiento: son ellos mi primer rayo de luz por la mañana y los primeros ronquidos de la noche. Nunca imaginé que uno llegara a querer tanto a un animal y digo esto porque, en este elogio por mi década en los cuarenta puedo decir, claramente, que en los treinta o los veinte no habría asumido una responsabilidad tan grande como la que llevo ahora, con ellos.

También recientemente, alentado por algunos eventos sin trascendencia, tuve que revisar mi biblioteca y seleccionar libros. La que tenía estaba partida en dos: un librero en mi recámara y otro en mi estudio. Tuve que optar por uno solo porque me mudé a un departamento más chico. Ya no soportaba ese en el que vivía. Un vecino que escucha a Arjona y los moscos me tenían aturdido. Me dormía con un ventilador apuntando a la cara y aún así escuchaba a los moscos hablar, susurrar: ¿a qué horas se va a dormir este tipo? ¿Por qué no se duerme? Los moscos me corrieron del departamento tanto como el vecino. El asunto es que me mudé y reduje mi biblioteca. Por fortuna, un líder social al que respeto abrió un albergue para migrantes y renté una camioneta para entregarle parte de mi tesoro.

Cuento lo anterior por lo siguiente: cuando acomodé los libros con los que me quedé, me di cuenta que el librero del departamento nuevo se parecía misteriosamente al que tenía en mi vieja recámara. De inmediato recordé a una pareja que me abandonó con estas palabras:

–No puedo más, Alejandro.

–Ni modo –le respondí.

Luego me sorprendió:

–Tienes todos estos libros en tu recámara porque no aceptas a nadie más en tu vida. Duermes con tus dos perros porque no quieres que nadie más. No les voy a competir. Me voy. Y se fue.

Esa tarde me bañé, me puse el pijama, me tiré en la cama y me sentí liberado y, a la vez, completo.

Quiero decir que, a esta edad, ya sabes qué te causa confort. Tengo a mis dos perros, Niño y Simone, y en estos años he seleccionado libros para siempre. Son los que me llevé al nuevo departamento. Con ellos duermo y con ellos vivo. Con ellos me preparo para el siguiente tramo de mi vida, y espero que esta declaración pública no espante a la mujer que amo en estos días.

***

Músico callejero en Salónica, Selanik, Tesalónica. Foto: Colección del autor

Músico callejero en Salónica, Selanik, Tesalónica. Foto: Colección del autor

Las mujeres y los hombres maduros apreciamos la avena cruda, las frutas en vez de los jugos, la papaya por encima de la piña. No debería explicar las bendiciones de la fibra y el rechazo creciente –por edades– a los azúcares; o que una papaya es inofensiva a los dientes mientras que la experiencia de la piña se siente, horas después, como haberse metido en la boca un talando. Es un tema de salud y bienestar, pero también de gusto puro. Los hombres y las mujeres maduros abandonamos los cuadernos de raya que usamos en la educación básica y apreciamos los papeles ásperos y pesados, los que dan escalofríos cuando se desliza por ellos el lápiz o la pluma.

Tema favorito, la comida. Sirve para ilustrar todo. Como en el amor y en muchas otras cosas, a esta edad escoges cada una de las peleas. Un ejemplo apropiado: estás en Madrid y todos quieren darte de comer; no le vas a todo: un día comes, rodeado de chuletas, sólo una ensalada de tomates con aceite de olivo. Esperas, esperas, y luego dices: va, me atraganto. También escoges si te emborrachas, cuándo. Haces sumas mentales de sueño-desvelos y eso determina si vas.

No es que, asustado por los posibles resultados del próximo examen médico, te eches a temblar como una hoja cuando ves unos tacos de costilla o de chicharrón. Te los comes y ya, que estás viejo pero no piensas como viejo. Estas viejo y tomas precauciones de viejo pero no vives, de lunes a lunes, como viejo: de hecho, en mi teoría, durante los cuarenta experimentas un repunte de todo –o eso me ha pasado a mí–: andas inquietito, siempre, entre las piernas; engordas y adelgazas (como ejemplo del conflicto interno que te traes): pareja estable, eres gordito; soltero y en busca de pareja, te pone unas dietas que ya quisiera Kate Moss. Por eso me gustan los cuarenta, señoras y señores: porque no vives la tragedia del que siempre está asustado por los años y todavía te resbalas con la baba de la juventud; porque las canas te dan “experiencia” ante los demás pero no tienes ninguna experiencia y ni la quieres: quieres ser joven y eres ridículo y te sabes sabroso y eso se huele a medio kilómetro y alguien, por allí, lo sabe apreciar y cae como mosca en esta miel ya medio aporreada.

Gran tema, ese. Empiezas los cuarenta buscando estabilidad (si eres divorciado o sigues buscando) otra vez (tengas o no hijos) y eres tan estable como un huevo parado sobre una calle empinada. Pero cierras los cuarenta bien, creo: más estable, más precavido. Sabes que esa mujer es mucho más joven que tú y le das equilibrio y ella te da futuro. Sea o no cierto, sientes que te da futuro. Revives en ella (o en él) y ella (o él) es tu futuro. Por tu nueva-joven-pareja redescubres París o las viejas cantinas del centro a las que ya no ibas; por esa pareja vuelves a beber caguamas, margaritas y Anís del Mono.

Esa nueva-joven-pareja te sube a un globo aerostático al final de los 40 y, dicen los que ya pasaron esa década, si no te descuidas aterrizarás más allá, bien, a salvo.

–Papá –le dije al viejo unos meses antes de su muerte–, ¿cuándo, tú sabes, deja de funcionarnos aquello?

Mi viejo me abrió los ojos y se quitó los lentes. Me vio directo y sus pupilas eran todavía más claras: eran verde zacate joven.

–Nunca –respondió.

Vi en sus ojos una especie de preocupación. Dijo “nunca” como si trajera en las piernas una enfermedad.

Yo, del otro lado, feliz.

***

Sostengo que el cráneo, a diferencia del resto de la estructura ósea, está diseñado para dificultar nuestro acceso a la caja de los recuerdos.

Y cuando tienes casi 50, eres todavía más selectivo con los recuerdos. Tienes más guardado pero tienes más cuidado con lo que escarbas. No metes la mano a través de la tapa volada de los sesos para sacar todo, como lo hacen los jóvenes. Decides no escarbar en ti con facilidad. O no escarbas, de plano.

Los jóvenes escarban a la menor provocación, y lloran en todas las borracheras por los recuerdos más equis; uno se va tranquilo con eso. Escoges las batallas, como digo. Ya lloraste en las borracheras; no quieres ese castigo y además está el pudor: no deseas que te vean aplicándote ese castigo.

Entonces no te abres el cráneo; no escarbas. Esperas, esperas, y un día… ¡Ándale!

Con todo. Los ríos de recuerdos entran al cauce de las lagrimas y lloras, cómo no, lloras y ya.

Trololo en las calles de Cracovia. Foto: Colección del autor

Trololo en las calles de Cracovia. Foto: Colección del autor

***

Voy hasta hoy. Es decir: voy concluyendo la década de los cuarenta. Si alguien me preguntara en dónde me gustaría estacionarme, respondería que hoy o, para ser preciso, tres años antes: cuando mi viejito no había entrado en el proceso de agonía. Aún así, lo amo en ausencia como amo que mi madre siga viva, y mis hermanos, y el resto de los que me quieren.

He dejado mucha estupidez atrás de mí; he dejado el miedo al futuro porque el futuro es hoy y todo lo que viva será añadidura. No estoy más allá de nada: estoy, más bien, más acá de todo. Porque creo que cada día que vivo, ahora, alcanzo un pedazo de nuez en el centro del chocolate; porque cada día que pasa le arranco un elogio a esta perra vida.

Hay un olor dulzón cada mañana que no se confunde con el dulce amargo de vivir; hay un color brillante en los amaneceres que no es amarillo chillante sino el gusto por el fin de la penumbra.

El arrepentimiento por los días mal vividos existe y eso son los cuarenta. El calor del sol, el vuelo de las aves, las canas y las entradas salvajes; la vida de mi madre y la sopa caliente que me recuerdan sus manos cada mediodía; el cansancio, los libros, el café, mi ceguera e incluso el placer maldito del tabaco: todo tiene un sabor inevitablemente bueno, sabor al premio del que espera.

Es el sabor a la fruta madura.

Si alguien me pregunta en estos momentos: oye, tú que ya viviste, ¿en cuál década te gustaría estacionarte? Les diría sin dudar: exactamente en los cuarenta. No es un elogio loco: es porque en los cuarenta tienes todo y tienes lo suficientes para apreciar la vida. No es que yo “aprecie la vida”, aprecio lo que hay en esta vida, la vida de los cuarenta.

Usé drogas y las dejé hace muchos, muchos años. Por un lado, como ya he dicho, porque antes se usaban por rebeldía –una manera de ir “contra el sistema”– y ahora se necesita ser un verdadero idiota para darle dinero a los que vendrán a matarte. Les compras y aparte, te matan; o te secuestran o te extorsionan. Pero por el otro lado, las dejé hace mucho tiempo porque la vida está demasiado torcida y pide reflexión. Pero eso no lo sabes cuando eres joven o si lo sabes, lo menosprecias. Fumo, bebo muchísimo menos que en las décadas anteriores y tomo café: me quedo allí. Gracias, década de los cuarenta.

Ahora mismo veo por la ventana la gran ciudad. Es sábado por la noche y aprecio la luz a cuentagotas. Aprecio que se fue un día más y aprecio que viene otro. ¿En cuál década me gustaría estacionarte?, me pregunto. Me respondo feliz que aquí. Algunos dicen que los cuarenta son los nuevos treinta pero creo que los cuarenta los he apreciado porque son los cuarenta y ya. Diez páginas y un capítulo de alguna serie me esperan para antes de dormir. Todos los colores estallan en mis ojos y deseo tocarlos, embarrarlos y mezclarlos. Son los colores de los cuarenta, en pleno. Estoy bien, tengo paz.

Ahora invito a la década de los cincuenta. Que llegue. Ya les contaré, si la sobrevivo, de qué va. Dicen que los cincuenta son los nuevos cuarenta y eso sí, para que vean, me trae ilusión. He vivido y quisiera vivir un poco más aunque, puedo decirles, bien podría cerrar estas páginas como las últimas y estaría bien. No estaría mal. Venga más vida, si la hay. Quisiera seguir luchando. Quisiera devolver muchos favores y sanar las heridas que abrí. Quisiera regalarle mi tiempo a quienes les he robado algo. Quisiera repartir mi esfuerzo entre los que me rodean y darme el gusto de ver mi cuerpo curvarse y mantener, como hasta hoy, la frente en alto.

Árboles centenarios en un brazo del Río Bravo. Foto: Colección del autor

Árboles centenarios en un brazo del Río Bravo. Foto: Colección del autor

“Raíces de un baobab” o los baobabs como semillas de tristeza que se clavan en la frente

sábado, febrero 20th, 2016
Raíces de baobab, un texto apasionado. Foto: Shutterstock

Raíces de baobab, un texto apasionado. Foto: Shutterstock

“Le hice notar al principito que los baobabs no son arbustos sino árboles grandes como iglesias y que aunque se llevara toda una manada de elefantes, la manada no acabaría ni con un solo baobab”, dice El Principito en el Capítulo IV. En el libro Paracaídas que no abre (Almadía), Alejandro Páez Varela vuelve a hablar del baobab, en clave romántica, poética y apasionada

Ciudad de México, 20 de febrero (SinEmbargo).- Tengo en la frente un baobab. A veces me agarra dormido y crece desmesuradamente; a veces me da sombra fresca y no duele. Nunca cambia de hojas, pero entiendo cuando está en su otoño y lo trato amable; no olvido –a pesar de que me pongo todo acurrumacos y lo visto con cariño que es un baobab y los baobabs no tienen compasión.

Este gigante es un desconsiderado. Ha echado raíces de la nunca al espinazo y, si parpadeo, un día crecerá hacia los brazos y luego a las piernas y cuando la gente me vea pensará que no soy hombre sino árbol.

Dicen que los baobabs no tiene corazón; que por eso se adueñan del de uno, que por eso se lo quedan. Las noches se vuelven enfermas; las tardes se tornan friolentas, incluso en los veranos. Te atrapa la melancolía y ahí vas, por las calles, arrastrándote de una banqueta a la otra, pensando en reclamarle a todo el mundo por este cielo gris. Pero después sabes que no es así. Que nadie ha pintado de nada los cielos. Que es al baobab al que le gustan los grises y el desconsuelo.

Tengo un baobab en la frente. No es mujer sino tristeza: he vivido para contarlo. Foto: Shutterstock

Tengo un baobab en la frente. No es mujer sino tristeza: he vivido para contarlo. Foto: Shutterstock

He escuchado que hay mujeres que son semillas de baobab. Cuentan que si no se les tiene cuidado, se siembran en la frente y con paciencia van tejiendo sus raíces con nudos tan fuertes que, si se los quiere arrancar, se viene medio cráneo. Los que han dejado crecer baobabs y han vivido para contarlo dicen que uno pierde la voluntad; que después piensas con la savia; que un día te duelen las ramas y cuando el sol está brillante le tiras mordidas con las horas. Dicen que ésas son claves para saber si un baobab te ha ganado.

Tengo en la frente un baobab. No recuerdo si alguien lo sembró o si lo cargo desde el principio y ni cuenta me había dado. Como sea, lo trato con respeto, le presto sus cuidados.

Y a veces, cuando he pensado en extirparlo, nos vamos a caminar a ningún lado y arrastro los pies en la tierra y dejo al viento acariciar mis hijos y pienso: raíces de baobab en el corazón, ¿qué tiene de malo?

Tengo un baobab en la frente. No es mujer sino tristeza: he vivido para contarlo.

[youtube cXVdUM3qo0Q]

Quién es Alejandro Páez Varela: Ciudad Juárez, 1968. Es periodista y escritor. Subdirector fundador de la revista Día Siete, ha sido editor de Reforma, El Universal y media decena de diarios más. Ha escrito en Newsweek, Letras Libres, The Dallas Morning News y en otras revistas y diarios en México y el extranjero.

Es coautor, entre otros, de los libros Los suspirantes (2005), Camas separadas (2005), Los amos de México (2007) y Los intocables (2008).

Es autor de Paracaídas que no abre (Almadía), No incluye baterías (Cal y Arena) y de la trilogía de Ciudad Juárez conformada por las novelas Corazón de Kalahsnikov, El reino de las moscas y Música para perros (Alfaguara)