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Tomás Calvillo Unna

18/08/2021 - 12:05 am

El enigma de la imaginación

En este vacío telúrico que nos precede, los antecedentes enseñan que la edificación es permanente: todo retrato es a su manera un desafío.

La barca del azoro. Pintura Tomás Calvillo Unna.

Lo que nos sostiene
no se ve; en lo invisible
persiste la sustancia;
la consistencia,
su testimonio de nuestros quehaceres ,
pierde volumen
y se fuga en múltiples líneas
que se borran.

Intentamos dialogar
con lo que no está, presentimos
que del otro lado
nos acompaña, creemos
a veces en ello:
que nos rodea de una u otra manera.

Recuperar esta paradoja
de no saber quiénes somos,
en busca de un domicilio
con la única linterna que tenemos :
la palabra.

La incógnita que significamos
a la intemperie emerge con claridad
silenciar entonces nuestros relatos,
y despojar a la memoria de su asidero.

Solemos darnos las manos para saludarnos
o despedirnos, pero sobre todo
para constatar que no estamos solos.

En este vacío telúrico que nos precede,
los antecedentes enseñan
que la edificación es permanente:
todo retrato es a su manera un desafío.

El soplo de la vida conserva la cifra,
el infinito es un segundo;
en un corto lapso
nos permite vivir
con la soltura de los presagios;
el desliz de la intuición,
su extraño vigor
de saltar el tiempo.

El cuerpo con su densidad ,
con sus instintos en permanente disputa,
entre nuestros límites y lo imponderable,
es lo que tenemos para saber:
¿qué andamos haciendo aquí?

Las mismas dudas de nuestros padres
las heredamos.
Sin importar el credo que se profesa
la contundencia de la desaparición
es la antiquísima enseñanza
que nos preside,
no se puede olvidar , ni ocultar.
Es el origen del ritual,
nuestra manera de afirmar
que sí escuchamos; el temor vencido;
la simiente de la música y la danza .
alrededor del cráter que ataja
los caminos.

No lejos se propaga
la homilía siniestra del poder,
que se ostenta impoluto
y convierte lo sueños en pesadilla
al pretender suplantar el libre albedrío ,
(esa pieza arqueológica
tan apreciada y vulnerable),
que aún resiste
como una gema
del propio destino:
el valor de cada uno
su milagroso eslabón que perdura,
más allá
donde nuestros sentidos no alcanzan
más allá
donde la imaginación se descubre
y traduce,
nos traduce;

Acaso seamos únicamente
estos apuntes de su tránsito
el oculto anhelo de proseguir
en la encrucijada
que cada uno representa.

en Sinembargo al Aire

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