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“Sonda Interestelar”: La misión científica que buscaría viajar fuera de sistema solar

sábado, enero 8th, 2022

En tan sólo dos mil años, nuestra estrella y todos los cuerpos que la orbitan llegarán a una región totalmente desconocida del cosmos, aseguran los expertos.

Ciudad de México, 8 de enero (RT).- Científicos estadounidenses y chinos han presentado recientemente un nuevo concepto de nave espacial que permitiría a la humanidad explorar más allá de los límites del sistema solar, según un artículo publicado este viernes por la revista Scientific American.

La nave, conocida como Sonda Interestelar, jugaría un papel fundamental en un futuro relativamente cercano, ya que nuestro sistema solar se está precipitando hacia una región del espacio de la que no sabemos casi nada.

Los investigadores explican que, durante unos 60 mil años, el Sol ha estado atravesando una zona de gas y polvo dentro de una burbuja casi vacía conocida como nube interestelar local (LIC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, se prevé que en tan sólo dos mil años nuestra estrella y todos los cuerpos que la orbitan se salgan de la LIC y penetren en la inmensidad desconocida del cosmos.

“No tenemos idea de lo que va a suceder”, señala Pontus Brandt, científico del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins (Maryland, Estados Unidos) y uno de los autores del proyecto.

Brandt argumenta que, más allá de los límites de la LIC, podría surgir una “nueva normalidad” profundamente diferente. Por ejemplo, la Tierra podría verse sujeta a más rayos cósmicos que alterarían drásticamente el clima y hasta el ADN de los seres vivos. Y la región de influencia del Sol, denominada heliosfera, podría cambiar radicalmente de tamaño.

En este contexto, resulta fundamental explorar esa zona del espacio. Así, si existe algún peligro inminente que amenace la existencia de la humanidad, los científicos dispondrán de un tiempo valioso para intentar buscar una solución.

“La Sonda Interestelar nos permitirá comprender de dónde venimos y hacia dónde vamos”, subraya Brandt. “Es una misión para ir más allá de los límites de la heliosfera, la gran burbuja magnética que encierra todo el sistema solar”, precisa.

El experto y su equipo llevan décadas trabajando en el prototipo de la Sonda Interestelar, y no son los únicos. En China también se están realizando esfuerzos para lanzar una misión similar conocida como Expreso Interestelar.

https://www.youtube.com/watch?v=PLLxgNcOn3Q&feature=emb_imp_woyt

El equipo estadounidense espera que su proyecto, que el pasado 13 de diciembre presentaron a la NASA en un documento de casi 500 páginas, sea aprobado y que pronto comience la construcción de la Sonda Interestelar, la cual ha sido diseñada para despegar en la década de 2030.

Con un peso de 860 kilogramos, la Sonda Interestelar abandonaría la Tierra a una velocidad de aproximadamente 60 mil kilómetros por hora, más rápido que cualquier nave espacial en la historia. De esta manera, en apenas siete meses alcanzaría Júpiter y llegaría a los límites de la heliosfera en 15 años.

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Estallido en estrella similar al Sol podría predecir lo que sucedería con la Tierra

sábado, diciembre 11th, 2021

Astrónomos observaron cómo la estrella llamada EK Draconis expulsó un enorme estallido de energía y partículas cargadas mucho más potente de lo que antes hayan visto en el sistema solar, lo que, consideraron, es posible que no sea un buen augurio para la vida en la Tierra. 

Madrid, 11 de diciembre (EUROPA PRESS).- Los astrónomos que estudian un sistema estelar situado a decenas de años luz de la Tierra han observado, por primera vez, cómo una estrella, llamada EK Draconis, expulsó un enorme estallido de energía y partículas cargadas mucho más potente que cualquier cosa que los científicos hayan visto en nuestro propio sistema solar, según publican en la revista Nature Astronomy.

El estudio explora un fenómeno estelar llamado “eyección de masa coronal”, a veces conocido como tormenta solar. El astrofísico Yuta Notsu, de la Universidad de Colorado Boulder, en Estados Unidos, explica que el Sol emite este tipo de erupciones con regularidad, formadas por nubes de partículas extremadamente calientes, o plasma, que pueden atravesar el espacio a velocidades de millones de kilómetros por hora.

Y, según señalan, son potencialmente malas noticias: si una eyección de masa coronal golpea la Tierra de lleno, podría freír los satélites en órbita y apagar las redes eléctricas que abastecen a ciudades enteras.

“Las eyecciones de masa coronal pueden tener un grave impacto en la Tierra y en la sociedad humana”, advierte Notsu, investigador asociado del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial (LASP) de la Universidad de California en Boulder y del Observatorio Solar Nacional de Estados Unidos.

El nuevo estudio, dirigido por Kosuke Namekata, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón y exbecario visitante en la Universidad de California en Boulder, también sugiere que pueden empeorar mucho.

En esa investigación, Namekata, Nostu y sus colegas utilizaron telescopios en tierra y en el espacio para observar a EK Draconis, que parece una versión joven del Sol. En abril de 2020, el equipo observó que EK Draconis expulsaba una nube de plasma abrasador con una masa de cuatrillones de kilogramos, más de 10 veces mayor que la eyección de masa coronal más potente jamás registrada de una estrella similar al sol.

El suceso puede servir como advertencia de lo peligroso que puede ser el clima en el espacio. “Este tipo de eyección de masa tan grande podría, teóricamente, ocurrir también en nuestro Sol –apunta Notsu–. Esta observación puede ayudarnos a entender mejor cómo eventos similares pueden haber afectado a la Tierra e incluso a Marte durante miles de millones de años”.

Notsu explica que las eyecciones de masa coronal suelen producirse justo después de que una estrella suelte una llamarada, es decir, un repentino y brillante estallido de radiación que puede extenderse mucho en el espacio.

Sin embargo, investigaciones recientes han sugerido que en el Sol, esta secuencia de eventos puede ser relativamente tranquila, al menos hasta donde los científicos han observado. En 2019, por ejemplo, Notsu y sus colegas publicaron un estudio que mostraba que las estrellas jóvenes similares al Sol alrededor de la galaxia parecen experimentar frecuentes superflores, como nuestras propias erupciones solares, pero decenas o incluso cientos de veces más potentes.

En teoría, una superllamarada de este tipo también podría producirse en el Sol de la Tierra, pero no muy a menudo, quizá una vez cada varios miles de años. Sin embargo, esto despertó la curiosidad del equipo de Notsu sobre si podría una superllamarada provocar también una supereyección de masa coronal.

https://youtu.be/NcPXUzIyhwU

“Las super llamaradas son mucho más grandes que las que vemos en el Sol –explica Notsu–. Por eso sospechamos que también producirían eyecciones de masa mucho más grandes. Pero hasta hace poco, eso era sólo una conjetura”.

Para averiguarlo, los investigadores pusieron sus ojos en EK Draconis. La curiosa estrella, destaca Notsu, tiene más o menos el mismo tamaño que nuestro sol, pero, con sólo 100 millones de años, es un joven relativo en sentido cósmico. “Es el aspecto que tenía nuestro sol hace cuatro mil 500 millones de años”, añade.

Los investigadores observaron la estrella durante 32 noches en el invierno y la primavera de 2020, utilizando el satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA y el telescopio SEIMEI de la Universidad de Kioto.

El 5 de abril, Notsu y sus colegas tuvieron suerte: los investigadores observaron cómo EK Draconis entraba en erupción en una superllamarada, una realmente grande. Unos 30 minutos después, el equipo observó lo que parecía ser una eyección de masa coronal que se alejaba de la superficie de la estrella. Los investigadores sólo pudieron captar el primer paso en la vida de esa eyección, llamado fase de “erupción de filamentos”.

También es posible que no sea un buen augurio para la vida en la Tierra, señalan. Los hallazgos del equipo sugieren que el Sol también podría ser capaz de alcanzar tales extremos violentos. Pero añaden que no hay que asustarse ya que las superexpulsiones de masa coronal son probablemente poco frecuentes en nuestro sol, que va cumpliendo años.

https://youtu.be/aLKWEVoBrj8

Aun así, Notsu señala que las enormes eyecciones de masa pueden haber sido mucho más comunes en los primeros años del sistema solar. En otras palabras, las gigantescas eyecciones de masa coronal podrían haber contribuido a dar a planetas como la Tierra y Marte el aspecto que tienen hoy.

“La atmósfera de Marte actual es muy fina en comparación con la de la Tierra –subraya Notsu–. En el pasado, creemos que Marte tenía una atmósfera mucho más gruesa. Las eyecciones de masa coronal pueden ayudarnos a entender lo que le ocurrió al planeta durante miles de millones de años”.

Científicos descubren exoplaneta 5 veces mayor que Júpiter; sus años duran 16 horas

domingo, noviembre 28th, 2021

Se trata de TOI-2109b, que registra en su lado diurno temperaturas de más de tres mil 200 grados centígrados.

Ciudad de México, 28 de noviembre (RT).- Un grupo de científicos internacionales han descubierto un enorme exoplaneta donde los años duran sólo 16 horas debido a su cercanía con su estrella.

Se trata de TOI-2109b, que pertenece a la clase de júpiteres calientes o pegasidios. Se estima que es un 35 por ciento más grande que nuestro Júpiter y que pesa unas cinco veces mayor que el gigante gaseoso del Sistema Solar, según la revista The Astronomical Journal, que recoge los pormenores del hallazgo, realizado en colaboración con la NASA.

El exoplaneta se encuentra muy cerca a su estrella madre, a unos 1.5 millones de millas (2.4 millones de kilómetros), lo que explica la corta duración de sus años. A modo de comparación, la distancia entre Mercurio y el Sol es de 57.9 millones de kilómetros.

Debido a la proximidad a su estrella madre, la temperatura en el lado diurno del exoplaneta se estima en unos tres mil 500 grados Kelvin (tres mil 226 grados centígrados), lo que convierte a TOI-2109b en “el segundo planeta más caliente detectado hasta ahora”, según detalló un comunicado del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).

AL ENCUENTRO DE SU SOL

Los especialistas consideran que el planeta se encuentra en el proceso de “decadencia orbital”, lo que significa que TOI-2109b se aproxima en espiral a su estrella madre a un ritmo de 10 a 750 milisegundos por año (más rápido que otros jupíteres calientes).

“Dentro de uno o dos años, si tenemos suerte, podremos detectar cómo se acerca el planeta a su estrella. Nunca veremos al planeta caer en su estrella, pero dale otros 10 millones de años y este planeta podría no estar allí”, indicó Ian Wong, uno de los principales autores del estudio.

¿CÓMO SE DETECTÓ?

El 13 de mayo de 2020, el Satélite de Estudio de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA empezó a monitorear, en colaboración con el MIT, la estrella TOI-2109, situada en la parte sur de la constelación de Hércules, a unos 855 años luz de la Tierra. En aquel entonces fue nombrada como “objeto de interés”, ya que podía albergar un planeta en órbita.

Después, el equipo de científicos del TESS analizó la luz que irradiaba la estrella para determinar la presencia de “disminuciones periódicas de la luz estelar que pudieran indicar que un planeta pasa por delante, bloqueando brevemente una pequeña fracción de la luz de la estrella”.

https://www.youtube.com/watch?v=nmEvvxuXL8w

Los datos recogidos confirmaron que la estrella alberga un objeto que transita cada 16 horas. La observación posterior, mediante el uso de telescopios terrestres, demostró que se trata de un exoplaneta, el ahora denominado TOI-2109b.

DIFERENCIAS NOCTURNAS Y DIURNAS

Según los expertos, el pegasidio descubierto “parece estar bloqueado por las mareas”, un rasgo característico de la mayoría de los planetas de esta clase. Pese al calor extremo en la parte diurna, todavía no se sabe cómo son las condiciones en el lado nocturno.

“¿La temperatura allí es muy fría o de alguna manera el planeta transfiere el calor del lado diurno al lado nocturno? Estamos tratando de responder a esta pregunta en el caso de estos Júpiter ultra calientes”, afirmó Avi Shporer uno de los autores del estudio.

Entretanto, se programa observar en un futuro próximo el TOI-2109b con el uso de los telescopios Hubble y James Webb (aún no lanzado).

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¿Cómo se formó el Sistema Solar? Lucy inicia su aventura de 12 años para descubrirlo

domingo, octubre 17th, 2021

La misión de la nave espacial Lucy recorrerá seis mil millones de kilómetros en un viaje de 12 años para visitar ocho asteroides, siete de ellos troyanos, que pueden contener los mismos bloques de construcción que formaron los planetas en el Sistema Solar.

Miami, 17 oct (EFE).- La nave espacial Lucy inició con éxito una misión de 12 años a los llamados asteroides troyanos, una región no explorada hasta ahora donde puede haber información para comprender cómo se formó el Sistema Solar hace cuatro mil 500 millones de años.

La misión Lucy de la NASA, que viajará ese tiempo observando un asteroide del cinturón principal y siete asteroides troyanos, es la primera de la historia dedicada a estudiar los troyanos que pueden proveer información sobre cómo se formó el Sistema Solar.

Luego de sembrar una gran expectativa, el arranque de la misión del sábado contó con un amanecer espléndido en la costa este de Florida, Estados Unidos, donde se produjo el lanzamiento.

A bordo de un cohete Atlas 5 de la empresa United Launch Alliance (ULA, en inglés), la nave espacial se separó del cohete sin problema alguno, mientras el equipo de científicos de Lucy esperaba “emocionado”, según describió en Twitter, el momento del despliegue de sus paneles solares.

LA GRANDEZA DEL ESPACIO

El lanzamiento se produjo a las 05:34 hora local (09:34 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral entre aplausos durante del momento de la separación del cohete y luego del despliegue de los dos paneles solares de siete metros de largo, fundamentales para el funcionamiento de la nave.

Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, afirmó en ese momento en Twitter: “Lo crea o no, la Misión Lucy está más cerca de Júpiter ahora que cuando llegue a los asteroides troyanos. ¡El espacio es GRANDE!”.

Según el sitio web de la misión, Lucy será la primera en explorar una población de pequeños cuerpos conocidos como troyanos, o lo que es lo mismo, asteroides exteriores del Sistema Solar que orbitan alrededor del Sol “enfrente” y “detrás” del gigante y gaseoso planeta Júpiter. De acuerdo con la misma fuente, estos asteroides se encuentran equidistantes entre el Sol y Júpiter.

En su misión, Lucy seguirá a un asteroide del cinturón principal entre Marte y Júpiter y a siete troyanos, pequeños remanentes del Sistema Solar primitivo atrapados en órbitas estables y agrupados en dos “enjambres” que guían y escoltan a Júpiter en su camino alrededor del Sol.

Según la NASA, los siete asteroides troyanos son el binario Patroclus/Menoetius, Eurybates, Queta, Orus, Leucus y Polymele más el asteroide del cinturón principal DonaldJohanson.

“Estos cuerpos primitivos contienen pistas vitales para descifrar la historia de nuestro Sistema Solar e incluso pueden informarnos sobre los orígenes de los materiales orgánicos, e incluso de la vida en la Tierra”, detalla el sitio www.lucy.swri.edu.

Este portal ha llevado una cuenta regresiva desde que se anunció oficialmente la misión hasta el amanecer de este sábado, cuando Lucy tomó altura sujetada al cohete y luego se separó para emprender su largo viaje. “Doce años, ocho asteroides, una nave”, reza el lema de la misión.

La nave estudiará a los asteroides en pocos minutos, mientras los sobrevuele en la distancia más cercana que será de un promedio de unos mil kilómetros. Para ello, va equipada con los instrumentos L’TES, L’Ralph, y L’LORRI, que recopilarán los datos necesarios para intentar desvelar los misterios de la formación de los planetas.

De acuerdo con la NASA, Lucy utilizará sus sensores remotos en siete asteroides troyanos diferentes para abordar objetivos científicos como “geología de superficie”, “color y composición de la superficie” y buscará anillos y satélites de los asteroides troyanos.

La misión Lucy de la NASA, la primera de la historia dedicada a estudiar los asteroides troyanos (vestigios de la formación del Sistema Solar). Foto: NASA

La misión lleva el mismo nombre del fósil Australopithecus Afarensis, de más de tres millones de años, que fue descubierto en 1974 en Etiopía y bautizado como la canción de los Beatles, Lucy in the sky with diamonds.

Aquel fósil fue un hallazgo clave para el estudio de la evolución humana y, ahora, esta misión espacial puede ser una oportunidad única para entender nuestros orígenes planetarios y quizás para averiguar cómo la vida llegó a la Tierra.

UN VIAJE INTERACTIVO DE DOCE AÑOS

“El espacio es grande. Realmente grande. Y viajar distancias tan lejanas lleva mucho tiempo. Pasarán seis años antes de que la Misión Lucy finalmente alcance su primer asteroide troyano. Manténgase en contacto con el viaje de Lucy creando el suyo”, invitó en redes sociales la NASA.

Desde principios de este mes, la agencia estadounidense ha venido tentando a los amantes del espacio a que participen de muchas maneras en la misión.  Por ejemplo, ha invitado a los curiosos a construir su propia cápsula del tiempo, así como la nave lleva consigo una cápsula del tiempo con mensajes inspiradores de pensadores y poetas laureados de distintas nacionalidades. También ha facilitado un “pasaporte de lanzamiento virtual” para los curiosos.

El lanzamiento se produjo a las 5:34 hora local (9:34 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, Florida. Foto: NASA

“¿Dónde estarás y qué harás en agosto de 2027? ¿Y en marzo de 2033? La NASA sabe exactamente dónde estará la nave espacial Lucy: ¡volando por asteroides troyanos nunca antes explorados!”, afirma la agencia mientras invita a marcar “hitos” de Lucy en el calendario de los seguidores.

Por ejemplo, el 20 de abril de 2025 “Lucy pasará volando por el asteroide del cinturón principal (52246) Donaldjohanson“, y el 12 de agosto de 2027 “tendrá su primer encuentro no con uno, sino con dos asteroides troyanos: Eurybates (3548) y su satélite, Queta“, detalló la NASA.

La misión finaliza en 2033 pero Lucy continuará “orbitando el Sol, pasando a través de los enjambres de troyanos alternos durante cientos de miles, si no millones, de años”, proyectó la agencia espacial.

¿Un planeta por descubrir más allá del sistema solar? Nuevas simulaciones lo sugieren

domingo, octubre 17th, 2021

De acuerdo con los investigadores, las simulaciones realizadas sobre la creación del sistema solar plantean la existencia de un planeta que alguna vez que ahora existiría más allá de sus confines.

MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) – Nuevas simulaciones sobre la creación del sistema solar sugieren que puede haber un planeta por descubrir del tamaño de la Tierra o Marte orbitando más allá de Neptuno.

La investigación, publicada en Annual Review of Astronomy and Astrophysics plantea además tal planeta pudo haber sido expulsado de las regiones exteriores del sistema solar por los gigantes gaseosos.

A medida que los científicos continúan estudiando el sistema solar, todavía están tratando de comprender no solo cómo llegaron a existir los planetas, sino por qué ocupan sus órbitas actuales.

En este nuevo trabajo, los autores liderados por Bertt Gladman, de la Universidad de British Columba, y Kathryn Volk, del Lunar and Planetary Institute, señalan que las simulaciones de la evolución del sistema solar aún no pueden explicar la configuración actual debido a la falta de información. Y sospechan que la información que falta involucra a un planeta que una vez rodeó al sol en el sistema solar exterior (donde residen los gigantes gaseosos, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) pero que ahora existe más allá de los bordes del sistema solar o incluso en las profundidades del espacio.

[youtube wkdj8GsN3B0]

Según informa Phys.org, los autores aprecian algo extraño en la configuración actual de los planetas, que tiene cuatro planetas rocosos internos, un cinturón de asteroides y luego cuatro gigantes gaseosos en el sistema solar exterior. Más allá de los gigantes hay planetas enanos y otros objetos como cometas. Los investigadores creen que falta algo.

Sostienen que es poco probable que la evolución natural de nuestro sistema solar tenga cuatro gigantes gaseosos y luego nada más que enanos. La lógica sugiere que debería haber algunos planetas de otros tamaños, y sus simulaciones los respaldan. Agregar otro planeta del tamaño de la Tierra o Marte al sistema solar exterior, quizás entre dos de los gigantes gaseosos, produce un modelo más preciso, al menos durante las primeras etapas de desarrollo.

Eventualmente, tal planeta habría sido empujado más lejos en el espacio, ya sea uniéndose a las enanas, o fue empujado hasta el espacio interestelar, donde viajaría solo. Concluyen que si tal planeta existe en los bordes exteriores del sistema solar, los nuevos telescopios en construcción podrían detectarlo y así confirmar su teoría.

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¿Cuál será el futuro del Sistema Solar? Hallan un sistema planetario que da pistas

miércoles, octubre 13th, 2021

La investigación halló un sistema formado por una enana blanca y un planeta de tipo joviano, que permite vislumbrar el posible futuro del Sistema Solar.

Madrid, 13 oct (EFE).- Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha hallado un sistema planetario que permite vislumbrar el futuro del Sistema Solar tras la muerte del Sol.

Se trata de un sistema formado por una estrella enana blanca y un planeta similar a Júpiter, informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un comunicado.

Dentro de unos cinco mil millones de años, el Sol agotará su combustible y comenzará a hundirse bajo su propio peso, proceso que calentará y dilatará las capas externas que engullirán las órbitas de Mercurio, Venus y puede que de la Tierra.

A esta etapa, la de gigante roja, le seguirá otra en la que la envoltura se expandirá libre formando una nebulosa planetaria y en cuyo centro aún brillará el núcleo desnudo de lo que fue el Sol, una estrella enana blanca, prosigue la nota del CSIC, el mayor centro público de investigación español.

Aunque algunos estudios afirman que los planetas podrían sobrevivir a la muerte del Sol, en concreto los similares a Júpiter, las evidencias observacionales son aún escasas.

Ahora, un grupo de científicos con participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) presenta en la revista Nature el hallazgo de un sistema formado por una enana blanca y un planeta de tipo joviano, que permite vislumbrar el posible futuro del Sistema Solar.

Las imágenes de alta resolución obtenidas desde el Observatorio Keck (EU) revelan que la enana blanca recién descubierta tiene un 60 por ciento de la masa del Sol y que su exoplaneta superviviente es un mundo gaseoso gigante con una masa un 40 por ciento mayor que la de Júpiter.

El planeta gira en torno a la estrella en una órbita amplia, a una distancia mínima de unas tres veces la que existe entre la Tierra y el Sol.

“Este hallazgo confirma que los planetas que orbitan a una distancia suficientemente grande pueden seguir existiendo después de la muerte de su estrella”, subraya Joshua Blackman, investigador de la Universidad de Tasmania (Australia) que encabeza el estudio.

Interpretación artística de un exoplaneta parecido a Júpiter recién descubierto que orbita una enana blanca o estrella muerta. Foto: W. M. Keck Observatory/Adam Makarenko

Dado que este sistema es un análogo a nuestro propio Sistema Solar, sugiere que Júpiter y Saturno podrían sobrevivir a la fase de gigante roja del Sol.

“Dado que el 97 por ciento de las estrellas de nuestra galaxia se convertirán en enanas blancas, este descubrimiento y los que le sigan nos permitirán vislumbrar el futuro de los exoplanetas”, indica por su parte Camilla Danielski, investigadora del IAA-CSIC.

El equipo de investigación tiene previsto incluir sus resultados en un estudio estadístico para averiguar cuántas otras enanas blancas cuentan con supervivientes planetarios intactos.

¿Cómo son las estructuras geológicas del sistema solar? Aquí las 5 más impresionantes

martes, agosto 31st, 2021

Si bien sabemos de una gran cantidad de las características geológicas de la Tierra, existe desconocimiento con respecto a las de otros planetas. ¿Cuáles son las estructuras geológicas más impresionantes del sistema solar? Un experto comparte los detalles.

Por David Rothery
Professor of Planetary Geosciences, The Open University

Madrid, 31 de agosto (The Conversation).- Cuando hablamos de características geológicas sorprendentes, a menudo nos limitamos a las de la Tierra. Pero, como geólogo, creo que eso es una locura: hay tantas estructuras en otros mundos que pueden emocionar e inspirar, y que pueden poner en perspectiva los procesos de nuestro propio planeta.

Aquí están, sin ningún orden en particular, las cinco estructuras geológicas del sistema solar (excluyendo la Tierra) que más me impresionan.

EL CAÑÓN MÁS GRANDE

He omitido el mayor volcán del sistema solar, el Olympus Mons de Marte, para poder incluir el cañón más espectacular de ese planeta, el Valles Marineris. Con tres mil km de longitud, cientos de kilómetros de ancho y hasta ocho kilómetros de profundidad, se ve mejor desde el espacio. Si tuviera la suerte de situarse en uno de los bordes, el borde opuesto estaría más allá del horizonte.

Probablemente se inició por fracturación cuando una región volcánica adyacente (llamada Tharsis) comenzó a abultarse hacia arriba, pero se ensanchó y se hundió en profundidad por una serie de inundaciones catastróficas que alcanzaron su clímax hace más de tres mil millones de años.

Imagen de Marineris, con una vista topográfica codificada por colores como si estuviera a cinco mil km por encima de la superficie (izquierda), y con imágenes de la cámara estéreo de alta resolución de la Mars Express de la ESA (derecha). Foto: Google Earth y NASA/USGS/ESA/DLR/FU Berlin (G. Neukum)

LAS MONTAÑAS PLEGADAS DE VENUS

Vamos a aprender mucho más sobre Venus en la década de 2030, cuando lleguen dos misiones de la NASA y una de la ESA, la Agencia Espacial Europea. Venus tiene casi el mismo tamaño, masa y densidad que la Tierra, por lo que los geólogos se preguntan por qué carece de una tectónica de placas similar a la terrestre y por qué tiene comparativamente poco vulcanismo activo. ¿Cómo extrae el planeta su calor?

Me tranquiliza que al menos algunos aspectos de la geología de Venus nos resulten familiares. Por ejemplo, el margen norte de las tierras altas denominadas Ovda Regio es sorprendentemente similar, aparte de la ausencia de ríos que atraviesan el patrón erosionado y plegado, a las “montañas plegadas” de la Tierra, como los Apalaches, que son el resultado de una colisión entre continentes.

Imagen de las montañas plegadas de Venus, que se asemejan a los Apalaches. Foto: NASA/JPL

LAS PERFORACIONES DE MERCURIO

Estoy haciendo un poco de trampa con mi siguiente ejemplo, porque es a la vez una de las mayores cuencas de impacto del sistema solar y un volcán explosivo dentro de ella. La cuenca Caloris de Mercurio, de mil 550 km de diámetro, se formó por el impacto de un gran asteroide hace unos 3 mil 500 millones de años, y poco después su suelo fue inundado por lavas.

Poco después, una serie de erupciones explosivas abrió agujeros de varios kilómetros de profundidad en las lavas solidificadas cerca del borde de la cuenca, donde la capa de lava era más fina. Estos agujeros rociaron partículas de ceniza volcánica a lo largo de decenas de kilómetros. Uno de estos depósitos, denominado Agwo Facula, rodea la fumarola explosiva que he elegido como ejemplo.

Las erupciones explosivas son impulsadas por la fuerza del gas en expansión, y son un hallazgo sorprendente en Mercurio. Se esperaba que su proximidad al Sol le privase de tales sustancias volátiles (el calor las habría hecho hervir).

A la derecha: la cuenca Caloris de Mercurio, con el suelo cubierto de lava anaranjada y sin brillo. Las manchas anaranjadas más brillantes son restos de erupciones explosivas. Abajo a la izquierda: primer plano del interior de la caja roja de un depósito volcánico explosivo. Arriba a la izquierda: detalles del interior del respiradero. Foto: NASA/JHUAPL/CIW

Los científicos sospechan que, de hecho, hubo varias erupciones explosivas, posiblemente espaciadas en una escala de tiempo prolongada. Esto significa que los materiales volátiles formadores de gas –cuya composición exacta seguirá siendo incierta hasta que la misión BepiColombo de la ESA comience a trabajar en 2026– estuvieron presentes repetidamente en los magmas de Mercurio.

¿EL ACANTILADO MÁS ALTO?

En las regiones terrestres ricas en suelo o vegetación, los acantilados ofrecen las mayores exposiciones de roca limpia. Aunque es peligroso acercarse a ellos, revelan una sección transversal ininterrumpida de roca y pueden ser estupendos para la búsqueda de fósiles.

Como a los geólogos les gustan tanto, les presento el escarpe Verona Rupes, de siete kilómetros de altura. Se trata de un rasgo de la pequeña luna de Urano, Miranda, que a menudo se describe como “el acantilado más alto del sistema solar”, incluso en una reciente página web de la NASA. En ella se llega a comentar que si uno fuera lo suficientemente descuidado como para darse una vuelta por la cima, tardaría 12 minutos en caer hasta el fondo.

Verona Rupes, de unos 50 km de largo y varios de alto, en realidad no es tan similar a un acantilado como parece a través de las imágenes del Voyager 2 durante su sobrevuelo de 1986. Foto: NASA/JPL

Esto no tiene sentido, porque Verona Rupes no es ni mucho menos vertical. Las únicas imágenes que tenemos de él son las del Voyager 2, captadas durante su paso por Urano en 1986. Es innegablemente impresionante, ya que es casi seguro que se trata de una falla geológica en la que un bloque de la corteza helada de Miranda (el “caparazón” más externo del planeta) se ha desplazado hacia abajo contra el bloque adyacente.

Sin embargo, la oblicuidad de la vista es engañosa, por lo que es imposible estar seguro de la inclinación de la cara –probablemente se inclina a menos de 45 grados–. Si uno tropieza en la cima, dudo que se deslice hasta el fondo. La superficie parece ser muy suave en la mejor imagen (de baja resolución) que tenemos, pero a la temperatura diurna de -170 °C de Miranda, el agua-hielo tiene una alta fricción y no es nada resbaladiza.

LA COSTA AHOGADA DE TITÁN

Para mi último ejemplo podría haber elegido prácticamente cualquier sitio de Plutón, pero en su lugar he optado por una costa inquietantemente parecida a la de la Tierra en la mayor luna de Saturno, Titán. Aquí, una gran depresión en el “lecho de hielo” de Titán alberga un mar de metano líquido llamado Ligeia Mare.

Los valles esculpidos por los ríos de metano que desembocan en el mar se han inundado, evidentemente, al subir el nivel del mar. Este litoral de complejas hendiduras recuerda mucho a la península de Musandam, en Omán, en el lado sur del estrecho de Ormuz. Allí, la corteza local se ha deformado hacia abajo debido a la colisión en curso entre las tierras árabes y las asiáticas.

Izquierda: parte de Ligeia Mare de Titán, mostrando una costa con valles ahogados por un mar de metano líquido. A la derecha: la península de Musandam, en Arabia, donde los valles costeros están igualmente ahogados, pero por un mar de agua salada. Foto: NASA/JPL-Caltech/ASI/Cornell and Expedition 63, International Space Station (ISS)

¿Ha ocurrido algo similar en Titán? Todavía no lo sabemos, pero la forma en que la geomorfología costera cambia alrededor de Ligeia Mare sugiere que sus valles ahogados son algo más que un resultado directo del aumento del nivel del líquido.

Roca y agua líquida en la Tierra, agua-hielo frígida y metano líquido en Titán: la diferencia es mínima. Sus interacciones mutuas son las mismas; la geología se repite en mundos diferentes.

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Estudio afirma que patrones magnéticos de los meteoritos revelan su origen

sábado, agosto 14th, 2021

Un análisis microscópico de la orientación de sus partículas reveló que el meteorito se había formado en el cinturón de Kuiper, hace unos tres millones de años tras formarse los primeros minerales en el sistema solar.

Japón, 14 de agosto (RT).- Un equipo de científicos japoneses sometió una muestra del meteorito “Tagish Lake”, recuperado en Canadá tras la caída producida en enero del 2000, a una novedosa técnica de análisis de las líneas magnéticas. Su enfoque, llamado “holografía electrónica paleomagnética”, ha permitido restablecer tanto su origen como sus viajes a través del sistema solar.

A escala nanométrica, la distribución de las líneas magnéticas en el momento cuando se están formando las rocas deja en ellas unas pistas inequívocas de la distancia al Sol u otros focos del campo magnético, las dimensiones del propio cuerpo y su orientación en el espacio. Con el tiempo, este patrón puede cambiar, especialmente si se altera su órbita o el tamaño, y son precisamente los cambios que experimentó “Tagish Lake”, según se explica en el blog de la Universidad de Hokkaido.

A partir del análisis microscópico de la orientación de sus partículas y por medio del modelado computarizado, el equipo calculó que el meteorito se había formado en el cinturón de Kuiper, y no en el cinturón principal de asteroides, como se solía creer. Los investigadores presumen establecer incluso el tiempo bastante exacto, aunque relativo de esa formación primaria: unos tres millones de años después de que se formaran los primeros minerales en el sistema solar.

Esta datación supone que el asteroide ya existía hace cuatro mil 500 millones de años, cuando los planetas, incluido el nuestro, sólo se estaban formando. Creció en el cinturón de Kuiper hasta un tamaño de aproximadamente 160 kilómetros de ancho y, cuando tenía ese volumen, se desplazó hacia el cinturón de asteroides, probablemente debido a una influencia de Júpiter (también en estado de formación), pero en el camino sucedió una perturbación grave.

De cuatro a cinco millones de años después de la solidificación de sus minerales, el meteorito “Tagish” recibió el impacto de otro cuerpo, que viajaba a aproximadamente cinco kilómetros por segundo y medía cerca de 10 kilómetros de diámetro. Fragmentos de magnetita hallados dentro de este meteorito de tipo condrita carbonáceo se formaron precisamente tras dicha colisión, cuando el cuerpo principal se calentó hasta 250 °C debido a los procesos internos radiogénicos y el calor del impacto, detallan los científicos japoneses.

Después de eso, lo que quedaba de ese asteroide estuvo todo el tiempo a la deriva y terminó impactando contra la Tierra. El mismo análisis, recogido en su versión más completa en The Astrophysical Journal Letters el pasado 11 de agosto, ha permitido deducir que para el momento de su roce con la atmósfera terrestre el meteorito medía cuatro metros de ancho: una migaja en comparación con lo que había sido.

Los científicos pretenden procesar con el mismo método muestras de otros meteoritos para poder sacar conclusiones más generales sobre el origen de los planetas y esta región del espacio que nos rodea. “Los meteoritos primitivos son cápsulas de tiempo de los materiales primordiales formados al comienzo de nuestro sistema solar”, afirmó el primer autor del estudio, Yuki Kimura, profesor asociado de la Universidad de Hokkaido. “Para comprender la historia física y química del sistema solar, es fundamental analizar varios tipos de meteoritos con diferentes orígenes”.

Después del “Lake Tagish“, el equipo de Kimura está aplicando su técnica a varias muestras del asteroide Ryugu, que recolectó y envió a nuestro planeta la sonda espacial Hayabusa 2 el pasado diciembre.

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VIDEO: ¿Cuánto tarda en caer un objeto en otros cuerpos celestes del sistema solar?

lunes, julio 19th, 2021

La animación fue publicada por James O’Donoghue, astrónomo de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial.

Ciudad de México, 19 de julio (RT).- James O’Donoghue, astrónomo de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA, por sus siglas en inglés), publicó el pasado domingo en su canal en YouTube una animación que compara el funcionamiento de la fuerza de la gravedad en los diferentes cuerpos celestes de nuestro sistema solar.

La animación muestra una bola que cae desde mil metros de altura a la superficie de los planetas, el Sol y la Luna con una velocidad que asume que no hay resistencia del aire. “Esto debería dar una idea de la tracción que tendría hacia cada objeto”, explicó el científico.

“Puede ser sorprendente ver que los planetas grandes tienen una atracción comparable a la de los más pequeños, […] por ejemplo, ¡Urano empuja la bola hacia abajo más lentamente que en la Tierra! ¿Por qué? Porque la baja densidad media de Urano aleja la superficie de la mayor parte de la masa”, puntualizó O’Donoghue.

“De manera similar, Marte tiene casi el doble de masa que Mercurio, pero se puede ver que la gravedad de la superficie en realidad es igual, […] esto indica que Mercurio es mucho más denso que Marte.

Anteriormente, el astrónomo creó otra animación sobre la velocidad de rotación y las inclinaciones axiales de los planetas.

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Juno falló. Y qué bueno: ahora sabemos más de Júpiter (FOTOS)

martes, junio 15th, 2021

Esta misión ha revelado que Júpiter, el quinto planeta del Sistema Solar, tiene relámpagos más arriba de lo que se creía posible y vientos que se extienden tan profundamente en el interior que podrían empujar los campos magnéticos del planeta.

Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).– Kenneth Chang cuenta en The New York Times que la sonda Juno de la NASA empezó una larga misión “que no sería posible si no hubiera experimentado problemas de propulsión cuando llegó por primera vez al planeta gigante”. El motor de Juno no encendió. Eso mejoró su exploración de Júpiter.

“Para ser algo que debía realizarse y descartarse hace tres años, la nave espacial Juno de la NASA tiene una apretada agenda durante su exploración de Júpiter y sus grandes lunas. La nave entró en órbita alrededor de Júpiter el 4 de julio de 2016 y ha sobrevivido al bombardeo de la intensa radiación en el mayor de los planetas del sistema solar. Ahora está por terminar su misión principal, pero la NASA le concedió una prórroga de cuatro años y 42 órbitas más”, dice el periodista del Times.

En los próximos años, los científicos podrán observar más de cerca las ocho tormentas de la parte superior de Júpiter.

La inmensa gravedad de Júpiter está tirando de la órbita de Juno, de modo que las aproximaciones más cercanas de la nave —lo que los científicos llaman perijoves— ya no se producen sobre el ecuador, sino que están migrando hacia el norte. Al final de la misión ampliada, el perijove de la órbita se producirá a una latitud equivalente a la de San Petersburgo, Rusia, en la Tierra.

La misión espacial que inició en 2016 estaría cerca de concluir su misión, sin embargo, la NASA concedió cuatro años más de observación. Foto: NASA.

Si bien la mayoría de las misiones espaciales se enfocan en Marte, las investigaciones que se han hecho sobre el planeta gigante han permitido conocer un poco más de lo que aguarda. Foto: NASA.

La semana pasada pasó por Ganímedes, la mayor luna de Júpiter. El planeta es una gran bola de hidrógeno, pero ha resultado ser una bola bastante complicada.

Los descubrimientos de la misión incluyen relámpagos más arriba de lo que se creía posible, anillos de tormentas estables en los polos norte y sur, y vientos que se extienden tan profundamente en el interior que podrían empujar los campos magnéticos del planeta.

Se espera que en los próximos años, los científicos podrán observar más de cerca las ocho tormentas de la parte superior de Júpiter. Foto: NASA.

Fotografía de Júpiter de 1979. Foto: NASA.

La trayectoria altamente elíptica de Juno, inclinada en un ángulo de casi 90 grados con respecto a las órbitas de las lunas de Júpiter, pasa por encima de los polos norte y sur del planeta. En cada órbita, Juno se lanza en picado, y alcanza una velocidad máxima de 209 mil kilómetros por hora en cuanto pasa a unos pocos miles de kilómetros de las nubes de Júpiter.

Llegó el momento. Un robot pone un pie hoy en Marte si todo sale bien. ¿Y los humanos cuándo?

jueves, febrero 18th, 2021

Los hallazgos que se han hecho ponen a Marte como el principal objetivo astrobiológico en la actualidad. Todavía más si contamos con las dos misiones que llegaron al planeta rojo y la que aún falta por arribar, todas a lo largo de este febrero de 2021. Cada una de ellas constituye un hito para las agencias espaciales y los países que las envían.

Por Juan Ángel Vaquerizo Gallego
Coordinador de la Unidad de Cultura Científica, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC)

Estados Unidos, 17 de febrero (The Conversation).– Ha llegado el momento. Después de siete meses y medio de viaje, el planeta rojo aparece inmenso a través de la escotilla de la nave. Los tripulantes lo ven tan cercano que sienten que pueden tocarlo con sus manos.

Ese es el objetivo. A una velocidad de más de 20 mil km/h, la nave debe iniciar una serie de maniobras de frenado que permitirán su aterrizaje en Marte. Son los siete minutos de terror que desde la Tierra se vivirán en diferido. Sin embargo, los tripulantes los vivirán, por vez primera en la historia, en directo.

Primero, la entrada en la atmósfera marciana y el frenado producido por la fricción con el escudo térmico hasta velocidades supersónicas. Después, el despliegue de los grandes paracaídas. Estos frenarán todavía más la nave hasta que, finalmente, el encendido de retrocohetes permitirá el aterrizaje suave en la superficie marciana.

En ese instante, una vez apagados los motores y con el polvo todavía depositándose alrededor de la nave, se habrá producido el hito histórico de la llegada del ser humano a otro mundo. La humanidad estará en Marte.

Este breve relato, que parece de ciencia ficción, está próximo a hacerse realidad. Los miembros de la primera tripulación que viajará a otro planeta ya han nacido. Los preparativos para la exploración humana de Marte ya han comenzado. De hecho, se prevé que los seres humanos pongan pie en su superficie en un par de décadas.

¿PARA QUÉ?

¿Por qué ir a Marte es tan importante? ¿Qué sentido tiene la exploración humana del planeta rojo?

La respuesta es clara. En la actualidad se considera que Marte es el más habitable de los planetas a nuestro alcance. Esto lo convierte en el mejor escenario para confirmar la existencia de vida fuera de la Tierra. En pocas palabras, en Marte podría hallarse la respuesta al enigma de la vida.

Su exploración, primero a través del telescopio y después por medio de naves en órbita y robots en la superficie, ha mostrado un planeta fascinante. A pesar de tener la mitad del tamaño de la Tierra, este hermano menor de nuestro planeta cuenta con accidentes geográficos colosales, los mayores del Sistema Solar.

Tiene el volcán más grande, Olimpus Mons, con una altitud de 23 kilómetros. También el mayor sistema de cañones, Valles Marineris, con una profundidad máxima de siete kilómetros y una longitud que recorre un cuarto del ecuador marciano. Además, cuenta con la mayor cuenca de impacto conocida, Vastitas Borealis, que ocupa el 40 por ciento de su superficie.

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Es precisamente esta cuenca, que ocupa las zonas más septentrionales del planeta, la que establece una clara diferencia entre ambos hemisferios. Por un lado, las denominadas tierras bajas del norte; por otro, las tierras altas del sur.

Es lo que se conoce como dicotomía marciana, una distinción claramente visible entre el hemisferio norte, deprimido respecto al nivel cero marciano (o datum) y prácticamente sin cráteres; y el hemisferio sur, más elevado y plagado de cráteres.

Aún se desconoce el motivo por el que Marte es un planeta con dos caras. Ahora bien, la ausencia de cráteres en las tierras bajas podría deberse a la presencia en el pasado de un gran océano que protegió la superficie de los impactos.

La presencia de agua líquida en el Marte primitivo se deduce también de los cauces secos observados in situ o desde órbita. También la confirmación de la existencia de lagos que rellenaron cráteres, como el caso del cráter Gale, lugar de estudio del rover Curiosity de NASA.

Hasta la fecha, este ha sido, sin duda, el hallazgo más importante de la exploración robótica marciana. Confirma que Marte y la Tierra fueron bastante parecidos, contando ambos con abundante agua líquida en su superficie. La aparición de la vida en la Tierra en ese entonces nos lleva a plantear la posibilidad de que también pudiera haberse iniciado en Marte.

METANO EN LA ATMÓSFERA DEL PLANETA ROJO

Otro de los grandes hallazgos en Marte, aunque todavía debe ser confirmado, ha sido la detección de metano en su atmósfera.

El polo norte aparece a la izquierda y se aprecian las zonas de Terra Sabaea y Arabia Terra. A la derecha se ve el polo sur marciano Foto: ESA.

En la terrestre, prácticamente la totalidad del metano es de origen biológico. Procede de organismos metanógenos, aunque también de procesos geológicos, como la serpentinización.

La presencia de metano en Marte, por tanto, se podría interpretar como resultado de la existencia de vida, pasada o presente.

Actualmente, el estudio del origen del metano marciano es uno de los grandes retos de la astrobiología. Por el momento, la detección se ha producido sólo en la superficie. Concretamente con los instrumentos a bordo del rover Curiosity. Aun así, no se ha detectado en la alta atmósfera, lo que es extraño.

Lo esperable sería que el metano detectado al nivel del suelo se acumulara en la atmósfera. Que fuera captado por los sensibles instrumentos a bordo de las naves en órbita antes de que la radiación solar lo destruyera por fotodegradación en un proceso que tarda varios siglos.

Debe de haber un mecanismo, aún por descubrir, que destruye rápidamente el metano en la superficie y no le permite acumularse en la atmósfera en la cantidad suficiente como para ser detectado desde la órbita.

El hallazgo más reciente relativo a Marte ha sido la confirmación de que todavía mantiene cierta actividad sísmica. Los más de 480 terremotos detectados hasta el momento por el sismógrafo a bordo de la plataforma InSight son la prueba inequívoca de que el planeta rojo aún conserva un corazón palpitante. También se ha constatado que el campo magnético global del planeta es mayor de lo esperado. Esto refuerza la idea de esa mayor actividad.

Tales descubrimientos están ayudando a dilucidar el proceso que sufrió Marte en el pasado. Aquel que hizo que pasara de ser un planeta con una atmósfera presumiblemente más densa que la actual, unas temperaturas más templadas y abundante agua líquida en su superficie, a ser el planeta frío, seco y árido que es en la actualidad.

GRAN DESEMBARCO ROBÓTICO DE 2021 

Todos estos hallazgos hacen de Marte el principal objetivo astrobiológico en la actualidad. Todavía más si contamos con las dos misiones que llegaron al planeta rojo  y la que aún falta por arribar, todas a lo largo de este febrero de 2021. Cada una de ellas constituye un hito para las agencias espaciales y los países que las envían.

La misión Emirates Mars Mission (EMM), también conocida como Hope (Esperanza, en inglés), es la primera misión interplanetaria de una nación árabe. Se trata de un orbitador cuyo principal objetivo será el estudio de la atmósfera marciana.

La misión Tianwen-1 (búsqueda de la verdad celestial, en chino) es la primera misión china. Consta de un orbitador y un rover, denominado HX-1. El primero realizará estudios del campo magnético y gravitatorio. El segundo, analizará rocas y suelo y registrará valores ambientales.

La misión estadounidense Mars 2020 consiste en un rover, el quinto que envía la NASA a Marte. Bautizado como Perseverance, es prácticamente un gemelo del rover Curiosity. Su aterrizaje está previsto para este 18 de febrero y tendrá lugar en el cráter Jezero.

La zona de aterrizaje es un antiguo delta fluvial. Se trata de un lugar ideal para buscar evidencias de vida pasada en Marte, el objetivo principal de la misión. Además, se recolectarán por vez primera muestras de suelo que quedarán selladas y serán traídas a la Tierra en una misión futura.

También se probarán diferentes tecnologías para preparar la futura exploración humana del planeta rojo. Es el caso de la obtención de oxígeno a partir del dióxido de carbono atmosférico. También la prueba de un ingenio volador, un pequeño helicóptero bautizado como Ingenuity.

 No cabe duda de que Marte, aunque guarda celosamente sus secretos, ha proporcionado respuestas a algunos de los grandes enigmas de la ciencia. De hecho, ha provocado un profundo impacto en la cultura e impulsando de modo decisivo el avance de la ciencia en los últimos siglos. Las próximas décadas serán cruciales para su exploración.

Observado, imaginado y explorado, se acerca, finalmente, el momento en el que sea visitado por la humanidad en busca de vida.

Con el polvo ya depositado y el rumor apagado de los motores, habrá llegado el momento de poner el pie en Marte. Tras hollar su superficie, nos convertiremos en una especie planetaria. Habremos dado el paso definitivo para desentrañar el enigma de la vida.

Seguro que el planeta rojo no nos defraudará.

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TRAPPIST-1, estrella a 40 años luz, alberga a un grupo de planetas similares al tamaño de la Tierra

domingo, enero 24th, 2021

El sistema estelar fue descubierto en 2016 y alberga a siete exoplanetas rocosos que tienen densidades notablemente similares.

Ciudad de México, 24 de enero (RT).- Ubicada a unos 40 años luz de distancia, la estrella enana roja TRAPPIST-1 es el hogar del grupo más grande de planetas similares al tamaño de la Tierra jamás encontrado hasta ahora en un solo sistema solar.

Los científicos han revelado nuevos e intrigantes detalles sobre ellos, según se detalla en un estudio publicado este viernes en la revista Planetary Science Journal.

El sistema estelar, que fue descubierto en 2016, alberga a siete exoplanetas rocosos con densidades notablemente similares. La información recopilada por los investigadores sobre su composición podría indicar que estos son mundos con altos niveles de óxido o incluso con mucha más agua de la existente en la Tierra.

Cálculos anteriores habían demostrado que estos planetas tienen aproximadamente el mismo tamaño y masa de la Tierra sugiriendo que deben ser rocosos y estar compuestos por materiales como hierro, oxígeno, magnesio y silicio, a diferencia de planetas gaseosos como Júpiter y Saturno. El nuevo estudio ofrece las mediciones de densidad más precisas hasta la fecha para cualquier grupo de exoplanetas.

El hecho de que los planetas de TRAPPIST-1 sean similares en densidad indica que pueden tener una composición parecida de materiales, explican los astrónomos. Las mediciones muestran que los planetas son aproximadamente ocho por ciento menos densos que la Tierra y Venus.

ALTOS NIVELES DE OXÍGENO

Los autores del estudio creen que sus densidades ligeramente más bajas que las de nuestro planeta podrían ser el resultado de diferentes escenarios. Uno es que los planetas tengan una composición similar a la de la Tierra, pero con un porcentaje menor de hierro, alrededor del 21 por ciento contra el 32 por ciento. Otra posibilidad es que el hierro en los planetas esté infundido con altos niveles de oxígeno, formando óxido de hierro.

“Esta es una de las caracterizaciones más precisas de un conjunto de exoplanetas rocosos, que nos dio mediciones de alta confianza de sus diámetros, densidades y masas. Esta es la información que necesitábamos para formular hipótesis sobre su composición y comprender cómo se diferencian de los planetas rocosos de nuestro sistema solar”, señaló Eric Agol, astrofísico de la Universidad de Washington y autor principal del nuevo estudio.

Asimismo, los especialistas consideran que el hallazgo ofrece información sobre la amplia variedad de sistemas planetarios que podrían llenar el Universo.

“El cielo nocturno está lleno de planetas, y solo en los últimos 30 años hemos podido comenzar a desentrañar sus misterios, también para determinar la habitabilidad de estos planetas”, comentó la coautora Caroline Dorn, de la Universidad de Zúrich.

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El Sistema Solar se habría formado en 2 etapas; 4 planetas nacieron medio millón de años antes: estudio

jueves, enero 21st, 2021

De acuerdo con el estudio, los cuatro planetas internos del Sistema Solar se habrían formado hace 4 mil 500 millones de años, mucho antes que el resto.

Ginebra, 21 ene (EFE).- Los planetas rocosos del interior del Sistema Solar (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) se formaron medio millón de años antes que el resto, según un estudio llevado a cabo por científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) y otras instituciones europeas.

La investigación, en la que también colaboran estudiosos alemanes y británicos, afirma que los primeros elementos de esos cuatro planetas internos se formaron hace 4 mil 500 millones de años, cuando el Sistema Solar no era más que un disco de gas y de polvo.

De acuerdo con el estudio, ese disco de gas contenía un isótopo radiactivo, el aluminum-26, que calentó los planetas desde su interior para formar de esta manera el agua, la lava y el vapor.

Medio millón de años después, gracias a que este isótopo había desaparecido, se formaron los gigantes de gas y hielo del Sistema Solar externo: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

“Su formación comenzó más tarde, pero fue mucho más rápida que la de los planetas internos”, afirmó el investigador de la Universidad de Oxford al frente del estudio Tim Lichtenberg, quien explicó que los últimos planetas crecieron hasta su tamaño actual a raíz de colisiones y acumulaciones de polvo.

Según la EPFZ, el planeta Tierra recibió más tarde agua adicional del Sistema Solar externo, gracias a la fuerza gravitatoria de Júpiter.

Pequeña estrella ultrafría lanza una de las superllamaradas más poderosas jamás vistas

sábado, enero 9th, 2021

Hasta hace dos años, el objeto no atrajo mucha atención de los astrónomos. Eso cambió cuando, en 2018, un observatorio registró un estallido de radiación inusualmente poderoso que emanaba de la estrella.

Ciudad de México, 9 de enero (RT).- Las enanas ultrafrías son pequeños objetos estelares con bajas temperaturas efectivas en la superficie. Incluyen aproximadamente el 15 por ciento de las estrellas en la vecindad cósmica inmediata del sistema solar.

Aunque estos cuerpos celestes no suelen ser muy activos, de vez en cuando sus campos magnéticos se rompen y se reconectan de maneras que los llevan a estallar, con tremendas explosiones de radiación y plasma.

Hasta hace poco más de dos años, la estrella SDSSJ013333 no atrajo mucha atención de los astrónomos. Ubicada a unos 490 años luz del Sol, esa enana ultrafría ordinaria solo podía verse con un poderoso telescopio.

El interés cambió cuando, en 2018, astrónomos chinos notaron que de la estrella emanaba un estallido de radiación inusualmente poderoso. El portal Science Alert informó sobre los resultados de sus observaciones.

A fines de 2018, un observatorio ubicado cerca de Pekín registró una súper llamarada, cuya fuente no se identificó de inmediato. Después de alcanzar su punto máximo en poco menos de un minuto, todo el evento, una llamarada solar denominada GWAC 181229A, duró unas pocas horas. Pero dado su origen, valdría la pena considerarlo para los libros de récords, según los investigadores.

Resultó que provenía de una estrella discreta, la denominada SDSSJ013333. El objeto era tan oscuro y distante que los astrónomos tuvieron dificultades para precisar exactamente qué tan lejos estaba. No es una estrella de la que esperas que explote algo tan brillante, señaló el medio.

Por lo general, una llamarada típica, medida en una unidad de energía llamada ergio, puede producir alrededor de 10 ^ 30 ergios. Las superllamaradas pueden alcanzar hasta 10 ^ 36 ergios. Los astrónomos estimaron que SDSSJ013333 liberó un poco más de 10 ^ 34 ergios de energía, lo que representa posiblemente una de las llamaradas más potentes jamás registradas para una estrella de su clase.

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Un desconocido objeto espacial pasa muy cerca de la Tierra; científicos discuten su origen

martes, diciembre 1st, 2020

La extraña “miniluna” se desplaza a solo 0.6 kilómetros por segundo, una velocidad muy inferior a la de la gran mayoría de los asteroides, que normalmente alcanzan entre 11 y 72 kilómetros por segundo.

Ciudad de México, 1 de diciembre (RT).- Un objeto de origen desconocido pasó extremadamente cerca de la Tierra la noche del 1 de diciembre antes de regresar al sistema solar, pero los científicos aún siguen discutiendo su origen.

Se sabe que mide entre 5 y 10 metros de diámetro y que pasó a una distancia de menos de 50 mil kilómetros de nuestro planeta. En comparación, la distancia hasta la Luna es de 384 mil 400 kilómetros. También se espera que regrese dentro de pocos meses, en febrero o marzo del año que viene.

Esta “miniluna” ha sido objeto de especulación desde que fue descubierta el 17 de septiembre por los astrónomos que operan el telescopio de inspección Pan-STARRS1 de la NASA. Al principio asumieron que era un asteroide, e incluso lo bautizaron como 2020 SO, utilizando la designación habitual para dar nombre a esos cuerpos celestes.

No obstante, la extraña “miniluna” se desplaza a solo 0.6 kilómetros por segundo, una velocidad muy inferior a la de la gran mayoría de los asteroides, que normalmente alcanzan entre 11 y 72 kilómetros por segundo.

Esa es una de las razones por las que varios científicos creen que no se trata de un asteroide, como por ejemplo los del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, que consideran que el objeto es el cohete propulsor Atlas-Centaur, lanzado hacia la Luna con la misión Surveyor 2 a mediados de los años 60 del siglo pasado.

Poco después de su despegue el 20 de septiembre de 1966, el Surveyor 2 se separó de su propulsor como estaba previsto, pero el control de la nave espacial se perdió un día después cuando uno de sus propulsores no se encendió, lo que hizo que girara.

La nave espacial se estrelló contra la Luna el 23 de septiembre de 1966. Mientras tanto, el cohete Atlas-Centaur de la etapa superior pasó junto a la Luna y desapareció en una órbita desconocida alrededor del Sol.

Los científicos tenían programado practicar una espectroscopía al objeto este 1 de diciembre para observar de qué materiales está hecho y entender si efectivamente es una etapa de cohete o un asteroide.

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Previo a la muerte del Sol, el Sistema Solar desaparecerá como lo conocemos, revelan simulaciones

lunes, noviembre 30th, 2020

Astrónomos de EU han realizado simulaciones numéricas que exploran lo que sucedería con los planetas exteriores después de que el Sol consuma los planetas interiores.

Ciudad de México, 30 de noviembre (RT).- Astrónomos y físicos han estado tratando de descifrar el destino final del Sistema Solar durante cientos de años. Un día, nuestro Sol morirá, expulsando una gran proporción de su masa antes de que su núcleo se encoja y se convierta en una enana blanca, y gradualmente goteará calor hasta que billones de años después no sea más que un trozo de roca fría, oscura y muerta.

Pero el resto del Sistema Solar habrá desaparecido para entonces. Según las nuevas simulaciones de un grupo de científicos estadounidenses, los planetas restantes tardarán sólo 100 mil millones de años, que es menos de lo que se pensaba antes, en atravesar la galaxia, dejando atrás al Sol moribundo.

“Comprender la estabilidad dinámica a largo plazo del Sistema Solar constituye una de las búsquedas más antiguas de la astrofísica, que se remonta al propio Newton, quien especuló que las interacciones mutuas entre planetas eventualmente conducirían a un sistema inestable”, escribieron los autores del estudio, publicado en The Astronomical Journal.

Además, no es sólo la dinámica de los objetos inmutables lo que debe tenerse en cuenta, según los astrónomos. El Sol evolucionará dramáticamente a medida que envejece fuera de la secuencia principal, aumentando hasta un tamaño que envuelva las órbitas de Mercurio, Venus y la Tierra y perdiendo casi la mitad de su masa durante los próximos 7 mil millones de años.

Los planetas exteriores sobrevivirán a esta evolución, pero no escaparán “ilesos”: dado que la atracción gravitacional de la masa del Sol es lo que gobierna las órbitas de los planetas, la pérdida de peso de nuestro Sol hará que los planetas exteriores se alejen aún más, debilitando su conección con nuestro Sistema Solar.

¿QUÉ PASA DESPUÉS?

Los astrónomos Jon Zink de la Universidad de California, Konstantin Batygin de Caltech y Fred Adams de la Universidad de Míchigan interpretan en su nuevo artículo un escenario utilizando una serie de simulaciones numéricas.

Dichas simulaciones exploran lo que sucedería con nuestros planetas exteriores después de que el Sol consuma los planetas interiores, pierda la mitad de su masa y comience su nueva vida como una enana blanca. El equipo muestra cómo los planetas gigantes migrarán hacia afuera en respuesta a la pérdida de masa del Sol, formando una configuración estable en la que Júpiter orbitará cinco veces por cada dos órbitas de Saturno.

Pero nuestro Sistema Solar no existe de forma aislada: hay otras estrellas en la galaxia, y una pasa cerca de nosotros aproximadamente cada 20 millones de años. Zink y sus colaboradores incluyen los efectos de estas otras estrellas en sus simulaciones.

Demuestran que dentro de unos 30 mil millones de años, los sobrevuelos estelares habrán perturbado los planetas exteriores lo suficiente como para que la configuración estable se vuelva caótica, lanzando rápidamente a la mayoría de los planetas gigantes fuera del Sistema Solar.

De esta manera, dentro de 100 mil millones de años, incluso este último planeta restante también será desestabilizado por sobrevuelos estelares y expulsado del Sistema Solar. Después de su desalojo, los planetas gigantes deambularán independientemente por la galaxia, uniéndose a la población de planetas que flotan libremente sin estrellas anfitrionas.

Dichas simulaciones exploran lo que sucedería con nuestros planetas exteriores después de que el Sol consuma los planetas interiores, pierda la mitad de su masa y comience su nueva vida como una enana blanca. Foto: NASA/JPL

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