Posts Tagged ‘Mujeres trabajadoras’

10 mujeres en #LaResistencia. El virus no paralizó a barrenderas, enfermeras, parteras, activistas…

viernes, enero 8th, 2021

Este texto incluye 10 relatos de mujeres que enfrentaron, desde distintos lugares, la pandemia de la COVID-19. Lejos de poder resguardarse en casa, tuvieron que armar planes y estrategias para salir a la calle, ejercer su oficio y cuidarse para no enfermarse ellas y a los suyos. Son diez mujeres, que como a miles, el virus no logró parar.

–Por Daniela Barragán, Dulce Olvera y Romina Gándara

Ciudad de México, 8 de enero (SinEmbargo).- Mientras la pandemia por la COVID-19 enfermaba a más de un millón y se llevaba la vida de más de 100 mil mexicanos, las mujeres, trabajadoras de oficio y por ende de actividades esenciales, no soltaron el acostumbrado doble y hasta triple rol socialmente asignado. En medio de todo fueron trabajadoras, madres, cuidadoras y amas de casa.

En estos meses de pandemia e incertidumbre, en México las mujeres han seguido buscando a sus desaparecidos; las calles se barrieron y la basura se recogió; los niños y niñas de poblados marginados sin internet recibieron clases; el Metro continuó dando servicio a millones de usuarios; hubo periodistas en la calle contando historias; los enfermos recibieron cuidados; hubo comida en los hogares; trabajadoras sexuales se enfrentaron a los riesgos de siempre y además al coronavirus; mujeres dieron a luz con ayuda de parteras para no arriesgarse en un hospital. 

En su voz, 10 mujeres contaron a SinEmbargo cómo el coronavirus no las frenó; cómo vivieron el riesgo de contagiarse y contagiar a sus cercanos. Hablaron de cómo recorrieron hasta seis horas de camino para enseñar, cómo fue salir de casa a las dos de la mañana para ir a trabajar, cómo fue recorrer hospitales atendiendo o documentando con el miedo de morirse; cómo fue tener que salir a la calle mientras el Gobierno federal y local pedía quedarse en casa. Estas son 10 historias de mujeres en medio de la soledad, el miedo y la esperanza. Diez mujeres que representan a miles. Se presentan por orden alfabético de su primer nombre. 

***

ANDREA MURCIA, FOTOPERIODISTA 

Foto: Cortesía para SinEmbargo

 

Soy Andrea Murcia, tengo 28 años y soy fotoperiodista. Trabajar durante la pandemia ha sido difícil, sobre todo desde esta trinchera. Siempre sentíamos el peligro de manera ajena. Ahora somos parte y podemos contagiarnos en cualquier momento. Estar viendo en primera persona los hospitales y pensar que tú puedes estar en ese lugar o algún familiar. Ya no es algo que cubres y pasa […] A diario piensas que se puede contagiar alguien que quieres o tú y no sabes si te vas a morir o no.

Siendo fotoperiodista tu trabajo es arriesgarte. Como dijo un compañero ‘cubrir una pandemia es como cubrir una guerra’ porque no sabes en qué momento te van a atacar: Tienes que cubrir el Centro (de la Ciudad de México), el Metro, los hospitales. Todo eso lo hicimos desde el inicio sin saber cómo cuidarnos realmente.

HOSPITALES-COVID-CUARTOSCURO

Esta fotografía tomada por la fotoperiodista Andrea Murcia muestra el ingreso al hospital de un paciente con COVID en la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro.

El momento que más me causó impacto fue cuando estuve con los paramédicos. Me di cuenta de cómo viven aislados, de las personas que no les importa contagiarse con tal de estar con sus familias, las que deciden no llevarlos a los hospitales y que prefieren que mueran… Lo digo muy frío, pero hay gente que pensaba que sus familiares ya no regresaban del hospital o que sí les quitaban el líquido de sus rodillas.

El otro momento fue la cobertura de las movilizaciones feministas, con el hartazgo de justicia que las llevó a la calle a exigir justicia. Hay una frase muy machista que dijo el Presidente de que las mujeres íbamos a cuidar a los que se enfermaran. Aunque es machista, es cierto; las mujeres son las que se han sacrificado más, las que han lidiado con la maternidad estando en casa y además están las movilizaciones de mujeres que han decidido seguir marchando pese a la pandemia.

Las víctimas de desaparición forzada se pusieron hasta trajes con tal de ir a Palacio Nacional a protestar. La señora Lidia estuvo en plantón en plena pandemia y se tuvo que ir no porque le resolvieran, sino porque le dio COVID. Las mujeres son fundamentales y son las personas más invisibilizadas dentro.

ARACELY ROMERO, BARRENDERA 

TRABAJADORA-BARRENDERA-CDMX

Foto: Cortesía para SinEmbargo.

Soy Aracely Romero, tengo 42 años y soy encargada del grupo de barrenderas “Mujeres en Acción”. Se nos ha manejado que es un trabajo esencial para mantener limpia la Ciudad de México. El seguir con el barrido es un poquito complicado, o sea sales con el miedo a que te puedas contagiar. Pero es  un trabajo esencial, yo creo que igual que un médico lo es la separación de basura. Si no hubiera, imagínate ahorita, servicio de recolectores ni de barrido, o sea, la ciudad la verdad estaría en un caos también. 

Mucha gente ahorita no está llevando a cabo el plan de separación de basura como se debe. Hemos encontrado cubrebocas en el piso, jeringas. Diario tienes el temor de que lo tienes que levantar y te puedas infectar. 

Muchos quisiéramos ahorita no trabajar, estar en casa encerrados, pero tenemos que hacerlo. Si ellos (las personas) tienen la oportunidad de mantenerse en su trabajo desde su domicilio, deberían de seguir con eso si se les da la oportunidad de que se puedan cuidar y no se arriesguen ni arriesguen a su familia. Uno arriesga a su familia. Ellos que están adentro que nos ayuden a los que estamos afuera separando su basura adecuadamente para que no caigamos en ese contagio.

Tengo mujeres en el grupo que son madres solteras. Imagínate que tengas que arriesgar tu vida. No es lo mismo cuando están mamá y papá. Cuando llega a faltar uno, está la mamá. Pero en este caso las chicas tienen que trabajar afuera, arriesgarse, con el miedo de contagiarse para llevarse un sueldo a su casa. Y ahí llegar a hacer otras labores. Es un trabajo doble para nosotras y es muy esencial el trabajo de una mujer. Siento que es mayor la responsabilidad de la mujer que la del hombre. 

ELVIRA MADRID, ACTIVISTA  

Foto: Cortesía para SinEmbargo

Soy Elvira Madrid Romero, presidenta de Brigada Callejera Apoyo de la Mujer “Eliza Martínez”, tengo 53 años y desde hace 30 años estoy en la lucha con las compañeras sexuales, cisgénero y transgénero. Esta es la segunda pandemia que me toca, la primera fue del VIH, pero creo que esta pandemia de COVID-19 nos ha rebasado en todos los sentidos, no estábamos preparadas con todo lo que se venía.  

A mediados de abril empezaron a enfermarse las primeras compañeras. Mi compañero Jaime y yo fuimos los que estuvimos en primera línea dando apoyo a las compañeras y nos enfermamos de COVID-19. Desgraciadamente no todos la pudieron librar. Él murió. Creo que se está recrudeciendo la pobreza y quienes estamos poniendo los muertos somos los de abajo porque tenemos una salud de muerte donde no hay la atención ni lo necesario para atender a las personas y tampoco hay suficientes espacios en la atención.   

Lo que ha significado es más dolor y más fuerza para seguir, porque cuando caí enferma estuve mes y medio en cama. Perdí ese tiempo, pero las compañeras me siguieron apoyando. Cuando me levanté, ellas me contaron cómo está la situación, porque yo traía mucho dolor por la pérdida de mi compañero, no solo mi pareja en todo el sentido de la palabra, sino mi compañero de lucha y de todas las compañeras que había visto morir. Eso me hizo no quedarme cruzada de brazos o llorando, sino ver qué más se podía hacer para que las compañeras no siguieran padeciendo más y no fueran ellas las que siguieran muriendo.  

Te puedo decir que nosotras hemos entregado más de 9 mil 950 despensas, algo que nadie ha hecho, hemos repartido medicamento no solo para COVID-19, también para secuelas. La pandemia me ha enseñado a tener mucha más fuerza a pesar de todo el dolor que veo a diario y me ha enseñado el no quedarse con los brazos cruzados.

HANNAH BORBOLETA, PARTERA

Foto: Cortesía para SinEmbargo

Mi nombre es Hannah Borboleta, tengo 33 años y soy partera. Mi trabajo está lleno de muchas incertidumbres porque soy partera y acompaño los procesos de salud sexual y reproductiva de las mujeres donde ya hay incertidumbre, entonces, creo que la pandemia ha exacerbado la incertidumbre en la sociedad entera, pero es algo que nosotras las parteras y las mujeres ya estábamos trabajando.  

Para mí ha sido echar mano de lo que ya hago y de lo que sé para atravesar la pandemia, tanto yo personalmente, como mi equipo de trabajo para las mujeres que atiendo. Los principales obstáculos han sido y siguen siendo la falta de apoyo a la partería y salud a las mujeres en general, que no es nada nuevo ni vino con la pandemia. Sin embargo, hemos visto que, cuando hay crisis agudas, la salud de las mujeres experimenta un rezago más fuerte del que ya tiene. 

 Una de las situaciones complicadas es el estrés, que es continuo y crónico en las mujeres, mucho estrés por muertes en la familia, y por otro lado poder contar con un plan B confiable. 

Creo que es importante informarnos todo lo que podamos, no dejarnos vencer por el miedo y pensar mucho en qué es lo mejor que podemos hacer en esta situación. Creo que todo mundo hace lo mejor que podemos y creo que es importante no juzgarnos mutuamente, porque todo mundo estamos sobreviviendo a esta crisis como podemos y con las herramientas que tengamos. 

JEFA FABIANA ZEPEDA, ENFERMERA

Foto: Twitter @jefafabiana

Tengo 49 años y soy enfermera. Trabajar en pandemia, no parar, le vino a dar relevancia al trabajo que hace el personal de enfermería. Las enfermeras hemos existido siempre, pero no teníamos la visibilidad que hoy tenemos y justamente es porque hoy somos necesarias. Hemos entendido que personal de enfermería podemos contribuir de manera fundamental al sistema de salud. Siempre lo hemos hecho, sin embargo no habían volteado a vernos. 

Yo me enfermé de COVID-19. Estuve en el hospital, no la pasé en mi casa. Estuve con secuelas después, como tres meses con una tos importante que me impedía hablar de corrido, pero nunca me impidió trabajar. Retomé mi trabajo con más ganas porque entendí desde otra perspectiva que no había vivido, es decir, como paciente. A uno se le remueven vivencias y entonces realizas acciones para solventar esas vivencias del paciente. Una de ellas es estar solito. En mi casa estuve sola porque mi esposo y mis hijos se fueron a vivir a otro lado para permitirme estar en casa y moverme como más pudiera. El estar en esos momentos solita uno se siente sin la capacidad de poder salir, de platicar con alguien… es muy fuerte.

Además de la enfermedad, varios momentos han marcado mi vida estos meses, tanto en lo personal como en lo profesional. El alejarme de mis hijos, mi esposo y mis papás ha sido lo más fuerte. En lo profesional, lo más fuerte fue cuando empecé a escuchar sobre las muertes. Cuando empecé a conocer las cifras del personal de salud que estaba falleciendo. Los contagios no me impactaron tanto como las muertes […] A eso no se acostumbra uno, no deja de doler. Es una experiencia dolorosa saber de compañeros que ya no están, que dejaron a sus familias y también un legado importante al Instituto (Instituto Mexicano del Seguro Social): sus conocimientos y sus vidas.

El papel de las mujeres en la pandemia es fundamental. Nosotras hemos tenido un papel importante en la sociedad, pero en esta pandemia somos mucho de la solución.

MIRNA MEDINA, RASTREADORA 

Foto: SinEmbargo.mx

Soy Mirna Nereida Medina Quiñonez, tengo 50 años y soy fundadora del colectivo Las Rastreadoras del Fuerte, que nos dedicamos a buscar a personas desaparecidas en la zona norte de Sinaloa. Somos alrededor de 200 o 300 mujeres que con una pala y machete salimos todos los miércoles y domingos a buscar a nuestros tesoros desaparecidos.

 Nosotras seguimos buscando durante la pandemia, pero ya salimos en grupos pequeños y nos cuidamos. ¿Sabes que la mayoría del grupo fuerte y constante de las rastreadoras se contagió de COVID-19 y la mayoría estuvo grave?, pero su contagio no fue a raíz de las búsquedas, fue de diferentes maneras y estuvieron enfermitas, entonces sí había otros pequeños grupos que salíamos y buscábamos. Encontramos más de 40 cuerpos en la pandemia. 

Muchas de las mujeres que dejaron de salir a buscar se enfermaron no por la pandemia, se enfermaron de tristeza, de impotencia de no salir y buscar a sus tesoros. Para nosotras las Rastreadoras del Fuerte salir a buscar es nuestra mejor terapia. Lo más complicado ha sido ver a mis compañeras en la cama, con el oxígeno y aferradas a querer vivir para encontrar a sus tesoros. Eso para mí fue muy desesperante y lo más triste es que aún y con la pandemia sigan las desapariciones, que aún y con la crisis los grupos delincuenciales se lleven a nuestros tesoros. 

Creo que en esta pandemia la mujer hizo un papel muy importante. Mis respetos y un aplauso a todas las mujeres que supimos y hemos llevado esta crisis tan fuerte. Las mujeres somos las que movemos la familia. Yo quiero mandar un mensaje a las personas que si realmente no tienen necesidad de salir, no lo hagan, que se protejan y que protejan a otros que están cerca de nosotros.

SARAHÍ DÍAZ, MAESTRA DE PRIMARIA DE GUERRERO

Foto: Cortesía para SinnEmbargo

Mi nombre es Sarahí Díaz Méndez. Tengo la edad de 29 años y me dedico a la docencia de segundo grado. Ha sido complicado para mí como persona, porque es exponerse tú como ser humano y de igual manera exponer a tu familia, porque uno tiene que trasladarse de un lado al otro con ese temor de contagiarse de la enfermedad. 

Ir y venir. He pasado a veces lluvia, caminos feos. Ha sido algo complicado sobre todo mi trabajo con los alumnos. Yo me traslado en pasajera, transporte público cada 15 días. Es un viaje de seis horas de camino; a veces hasta más dependiendo las condiciones del camino. Me quedo tres días en la comunidad de Yerba Santa, municipio de Acatepec, para resolver alguna duda y calificar trabajos. Los alumnos no cuentan con internet, no conocen ni una computadora, un celular o una televisión. No tienen acceso a eso y ha obstaculizado que yo pueda trabajar con ellos.

Tengo un trabajo, una profesión, igual soy ama de casa. Ha sido a lo mejor un papel que no se reconoce, pero ha sido más duro porque trabajo más ahora por los hijos, la tarea y los quehaceres. Tratarse de acoplarse a un nuevo ritmo de vida para poder sacar adelante el trabajo de una, aunque muchas veces no es reconocido. 

A los que tienen la posibilidad de estar en casa y aislarse, les digo que lo hagan. En mi persona mi trabajo me lo impide. Es un riesgo que está latente todo el tiempo de contagiarme yo o contagiar a las personas, incluso a mis alumnos. Es una preocupación que todo el tiempo está presente. Que se cuiden y eviten reunirse, hacer fiestas, estar en espacios aglomerados. 

SAYURI HERRERA, FISCAL  

Foto: Cortesía para SinEmbargo

Mi nombre es Sayuri Herrera Román, tengo 39 años y soy titular de la Fiscalía de Investigación del Delito de Feminicidio en la Ciudad de México. Seguir trabajando en la pandemia ha significado un riesgo en la salud, no solo para mí sino para todas las mujeres y las personas que trabajan en la Fiscalía, porque nuestro trabajo es esencial, es un trabajo que no puede terminarse ni suspenderse; es un trabajo de 24 horas diarias. Las medidas que tomamos son también cuidado para las víctimas, las personas que vienen a la Fiscalía.  

Ha sido una temporada muy compleja en la que hemos trabajado para consolidar a la Fiscalía en una situación adversa donde tenemos que prescindir de varias personas, sobre todo quienes están en condiciones de vulnerabilidad. El trabajo sigue siendo el mismo, pero se limitan los recursos, en este caso humano, para poder afrontar la situación. El Tribunal Superior de Justicia ha suspendido labores, por lo menos en tres ocasiones, y eso implica que se retrasen los procedimientos que venimos trabajando para el acceso de justicia para las víctimas.   

De las cosas complicadas por la pandemia ha sido recibir a las madres y a veces están muy dolidas, y creo que lo más duro es no poder abrazarlas. Somos una roca nosotras (las mujeres), me refiero a que, con una fuerza importante, las madres y estudiantes siguieron. Es un movimiento el de las mujeres que no ha sido detenido por la pandemia, es un movimiento que continuó, no se detuvo nunca y eso habla de la necesidad y de la urgencia de nuestra labor. No podían detenerse ellas como tampoco podemos detenernos nosotras aquí.  

Creo que la pandemia ha implicado un trauma social de dimensiones que todavía no logramos advertir aún. 

VERÓNICA MENDOZA GARCÍA, COCINERA Y EMPRESARIA 

Foto: Cortesía para SinEmbargo

Yo soy Verónica, tengo un restaurante en la Ciudad de México y tengo 56 años. Trabajar en la pandemia sí ha significado un mayor esfuerzo. Se trata de vencer el miedo porque los compromisos son muchos. En el restaurante tengo cerca de 10 personas trabajando y son ellos y nuestras familias las que dependen del negocio, así que decidimos seguir adelante.

Fue un reto modificar la forma de ir a hacer compras, dar servicio al cliente, cómo reabrir con todas las medidas de salubridad, pero tuvimos que aplicarnos en ese aspecto para que el cliente lograra confiar en el negocio. Al inicio de la pandemia, nosotros no teníamos servicio a domicilio entonces tuvimos que recurrir a las aplicaciones, aprender a empacar la comida. Fueron varios problemas, pero a la fecha ya agarramos experiencia. Los miedos fueron de cómo pagar la renta, a los empleados, cómo cuidarlos. En medio de seguir estaba el temor de contagiarnos y lo seguimos teniendo. 

Yo soy muy observadora y pienso que las mujeres, antes y ahora con la pandemia, tienen un papel muy importante en la vida diaria. Somos las que llevamos una casa, las que estamos al pendiente de los hijos, somos muy responsables, muy sensibles. No nos sentaríamos a ver un problema y dejarlo ahí; nosotros resolvemos, sabemos resolver.

Las mujeres no nos echamos para atrás. Nunca. Yo observo cuando voy de compras, cuando voy en el Metro veo que la mayoría de las personas que van con bolsas, cargando cosas para venta, son mujeres que día a día van luchando por llevar un peso a su casa.

La mujer no se deja vencer tan fácilmente. En la pandemia menos. Hemos tenido que vencer medios, incertidumbre. Hemos vivido los terremotos, vemos el desastre que dejan, se levantan los escombros, pero pasan. Ahora el miedo lo tenemos latente, sí da miedo estar entre tanta gente, pero finalmente tengo que seguir hasta que la vida me lo permita.

YADHIRA FERREIRA, TAQUILLERA DE METRO

TAQUILLERA-METRO

Foto: Cortesía para SinEmbargo.

Mi nombre es Yadhira Ferreira Martín del Campo y soy taquillera del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Los trabajadores del transporte estamos muy conscientes que el Metro es la red que mueve a toda la Ciudad de México y definitivamente no puede parar bajo ninguna circunstancia. Tenemos la camiseta puesta siempre y seguimos trabajando. 

Ha sido complicado porque mucho personal se fue a resguardo, por ejemplo los que tienen hijos menores de 12 años y los que tienen enfermedades crónicas como son diabetes, hipertensión o cáncer. Bajó considerablemente la plantilla. Eso ha implicado mayores cargas de trabajo y los movimientos de horario, por lo que nuestros derechos laborales se han ido mermando a raíz de esta pandemia.

Yo estaba en un tercer turno y asignada a la Línea 4. Pero de un día para otro fue un vuelco total y nos dijeron que por necesidades del servicio teníamos que cambiarnos de turno y espacio todos los días. Los horarios del Metro son muy complicados. Tenemos que llegar a la hora que abre el servicio [5 de la mañana]. Nos transportan en auto particular o en Metrobús, y pasa por nosotros a las 2:30 de la mañana. Ya teníamos un esquema de vida y ahora tienes que salir de tu casa a las 2 de la mañana para llegar a un primer turno. Eso es lo que más nos ha pegado y nos tenemos que acoplar.

La mayoría de las mujeres tenemos un doble rol en el trabajo, llegan a los hogares al trabajo no remunerado de ver a niños, adultos mayores o enfermos. Esta pandemia sí nos vino a mover todos los ámbitos personales, entonces solo nosotros podremos contrarrestar esto. Si no tenemos el debido cuidado, vamos a seguir en esta situación. He visto casos cercanos por COVID, incluso compañeros y compañeras que tuvieron la necesidad de trabajar, pero ya no están con nosotros. 

Una de cada 10 trabajadoras amamantan a sus hijos en México: analistas; condiciones laborales las frenan, dicen

viernes, julio 31st, 2020

La OMS recomienda la alimentación de leche materna de modo exclusivo durante los seis primeros meses de vida y posteriormente se puede acompañar con otros alimentos hasta los dos años de edad.

Por Cristina Sánchez Reyes

México, 31 jul (EFE).- Solo una de cada 10 mujeres trabajadoras amamantan a sus hijos en México, una práctica que si bien ha logrado incrementarse en el país sigue teniendo niveles muy bajos.

“Cada vez mejora el tema en México pero aún falta mucho”, dijo este viernes a Efe Ana Paola Ruiz Magaña, socia fundadora y directora operativa del Proyecto de Apoyo a la Lactancia Materna (Palma).

En la semana mundial de la lactancia materna que se celebra entre el 1 y el 7 de agosto, la especialista en derechos humanos explicó que pese a la importancia que tiene la lactancia materna, en Latinoamérica los tabúes, la cultura y las condiciones laborales siguen siendo un freno para que esta práctica se incremente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la alimentación de leche materna de modo exclusivo durante los seis primeros meses de vida y posteriormente se puede acompañar con otros alimentos hasta los dos años de edad.

Mientras que en México, según cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2018, entre los 0 y seis meses solo 28.6 por ciento de los niños es amamantado.

En tanto, la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres, asegura que 31 por ciento de los menores de 6 meses son alimentados solo con leche materna, mientras que la mitad de los recién nacidos no son lactados en la primera hora tras el parto.

PROMOVER SALAS DE LACTANCIA

El proyecto Palma nació hace cinco años, luego de que Ana Paola tuviera a su hijo y decidiera volver al trabajo, lo que complicó que pudiera continuar con la lactancia materna.

“No tenía apoyo, ni sala de lactancia, ni horarios ni confianza para continuar con ello”, afirmó.

Este panorama, que viven muchas mujeres trabajadoras, llevó a crear la consultoría en la que colaboran también la pediatra y consultora en lactancia Mariana Colmenares, así como la arquitecta Maica Chaparro.

Pese a que en 2014, gracias a las reformas a la Ley Federal del Trabajo y otras normativas, se hizo obligatorio contar con salas de lactancia, capacitaciones respecto al tema y horarios para que esta actividad pueda llevarse a cabo en entornos laborales, Ruiz Magaña externó que muchas empresas desconocen el tema.

“Hay poca sensibilidad y poco conocimiento. La lactancia no tiene solo beneficios para la mamá y el bebé, sino también para las empresas, ya que promoverla ayuda a una mayor retención del talento humano y a un mejor desempeño de las mujeres en su área laboral”, manifestó.

LIBERTAD DE ELEGIR

Una de las principales razones que ha influido en que la lactancia materna no se extienda a los dos años es la inclusión de la mujer al mercado laboral, pues esto ha implicado el abandono temprano de la práctica.

Es por ello que uno de los principales objetivos que persigue esta consultoría es que las mujeres puedan decidir si quieren practicar o no la lactancia materna.

“Las mujeres no deberían elegir entre ser mamá y continuar con su vida laboral”, argumentó.

Es por ello que Palma trabaja con diversas empresas para construir lugares de trabajo que cuenten con espacios que se sean más equitativos, seguros y limpios para que las mujeres logren continuar con esta práctica.

Hasta ahora han logrado trabajar con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el programa de inclusión social Prospera y algunas empresas de la iniciativa privada.

“Queremos que todas las empresas se empapen del tema, por eso trabajamos con empresas de todo tipo. Queremos que el tema sea de todos”, aseguró.

Finalmente, recordó que este año “Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable” es el lema de esta semana, por lo que es importante exaltar los beneficios de esta práctica.

“La lactancia es algo sustentable, es un recurso renovable, que no contamina, eso es algo que debemos valorar, además de los múltiples beneficios que tiene la práctica”, enfatizó.

En México, sólo el 36 por ciento de los investigadores son mujeres: UNAM

domingo, marzo 11th, 2018

El porcentaje mundial es de menos del 30 por ciento, mientras que en Latinoamérica y el Caribe llega al 45 y en países asiáticos y árabes la situación es peor, informó Miriam Peña, secretaria académica del Instituto de Astronomía.

Ciudad de México, 11 de marzo (SinEmbargo).– “La humanidad no está aprovechando la capacidad intelectual de las mujeres en el desarrollo científico, y es importante que eso se promueva. Se necesita que tanto hombres como mujeres participen en ese desarrollo porque hay problemas por resolver, como la pobreza o el cambio climático”, dijo Miriam Peña, secretaria académica del Instituto de Astronomía.

Al dictar la conferencia de apertura de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, que se celebró el 11 de febrero a iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, la científica señaló que esos porcentajes son muy bajos, dado que el sector femenino representa la mitad de la población, informó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en un comunicado.

En México, explicó, hay 27 mil 800 integrantes del Sistema Nacional de Investigadores de todas las disciplinas, lo cual representa sólo el 0.2 por ciento de la población. De ese total, sólo el 36.6 por ciento son mujeres. Aunque hay un avance, dado que en 1990 ellas representaban 21 por ciento, aún falta mucho.

La astrónoma reconoció que la participación femenina en el ámbito científico ha existido desde la antigüedad, pero siempre en números muy pequeños. “Hemos estado rezagadas en ese sentido”, afirmó en el auditorio Paris Pishmish del IA.

Las mujeres, en general, no son apoyadas para realizar una carrera científica aunque demuestren que tienen capacidad. Cuando lo logran, se desarrollan más lentamente por factores como el embarazo y la maternidad, y obtienen poco reconocimiento. “Ocurre que a igualdad de méritos para un trabajo, se selecciona al varón. Y en igual puesto, ellas obtienen un salario menor”.

Miriam Peña, secretaria académica del Instituto de Astronomía de la UNAM. Foto: DGCS

En México sucede lo mismo; tampoco son estimuladas para seguir una carrera, y mucho menos si es científica en física o matemáticas. Aún persiste la idea de que no tienen capacidad intelectual y de que su rol social es criar a los hijos y hacer labores domésticas.

Aunque parezca que hombres y mujeres reciben la misma educación, no es así, consideró la universitaria. Desde el nacimiento se hace una diferenciación: las bebés son suaves, tiernas y visten de rosa; los bebés son traviesos, entretenidos y visten de azul. Más adelante, las niñas deben ser coquetas y femeninas, y los niños, fuertes, aguerridos, inteligentes, aventureros y ganadores. En los juguetes también hay distinciones: los de ellas son para cuidar bebés o cocinar, y los de ellos para correr, jugar a los superhéroes y pensar.

Aún más: se espera que el desarrollo de las mujeres sea en el plano social, que sean bonitas, arregladas y educadas para conseguir un buen marido, y cuando una dice que quiere ser científica sus padres le preguntarán por qué y dirán: “¿No las has visto? Son feas, desarregladas, no tienen impacto social, tampoco ganan mucho”. Se trata de una visión popular que se promueve hasta en series de televisión.

No nos dejemos impresionar, sentenció la secretaria académica del IA. “Las jóvenes deben seguir una carrera científica si es su interés, porque son capaces. No hay prueba de que tengamos menos capacidad intelectual, podemos y debemos desarrollar una carrera en el área”.

Deben seguir el ejemplo de otras mujeres “fantásticas y atrevidas”, que han demostrado su capacidad en el medio científico, como Aglaonike de Tesalia, que en la Grecia antigua predijo eclipses; Hipatia, matemática griega, quien fue cabeza de la escuela neoplatónica en la Biblioteca de Alejandría e inventora de un astrolabio y un destilador de agua.

Trótula de Salerno, que en la Edad Media ocupó una cátedra de medicina en la escuela de la especialidad; Caroline Herschel, asistente de su hermano William, quien descubrió ocho cometas y presentó un trabajo en la Royal Society en 1798, y la primera en recibir un pago por su trabajo científico; y la más conocida de todas, Marie Curie, primera mujer en ganar un Premio Nobel, en 1903, cuando lo obtuvo en el área de Física, y que en 1911 obtuvo el de Química por sus trabajos en radioactividad.

Por último, Miriam Peña mencionó que esos galardones han sido otorgados a 844 hombres, 48 mujeres y 27 organizaciones. De ellas, 16 obtuvieron el Nobel de la Paz, 14 el de Literatura; 12 el de Fisiología y Medicina; cuatro el de Química; dos el de Física y una el de Economía. En las ciencias duras, muy pocas han sido reconocidas.

Ana, madre de 21 años de Neza, se empleó como vagonera del Metro en la CdMx por falta de trabajo

jueves, marzo 8th, 2018

La formalidad laboral en México está masculinizada al grado de que seis de cada diez empleos formales están ocupados por hombres. En cambio, el trabajo informal es la manera en la que las mujeres mexicanas se ganan el pan de cada día, desprotegidas por el Estado y vulnerables a todo tipo de abusos y violencias por un ingreso precario.

Ana tiene 21 años, vive en Nezahualcóyotl, Estado de México, y se levanta a las 4 de la mañana, para comenzar a trabajar a las 6 am, es vendedora ambulante del Metro, trabaja con su bebé en brazos y cuenta que desde que estaba embarazada se empleó como vagonera, porque en ningún otro trabajo la aceptaron por su embarazo.

Por Laura Quintero

Ciudad de México, 8 de marzo (EconomíaHoy/SinEmbargo).– El trabajo formal, el que otorga prestaciones como servicio médico, ahorro para el retiro o Infonavit, es un territorio casi desconocido para las mujeres. La formalidad laboral en México está masculinizada al grado de que seis de cada diez empleos formales están ocupados por hombres. Esta masculinización también provoca que el trabajo formal funcione bajo un esquema que hace virtualmente imposible para las mujeres atender su vida personal y familiar adecuadamente.

En cambio, el trabajo informal es la manera en la que las mujeres mexicanas se ganan el pan de cada día, desprotegidas por el Estado y vulnerables a todo tipo de abusos y violencias por un ingreso precario.

Ana tiene 21 años, vive en Nezahualcóyotl, Estado de México, y se levanta a las 4 de la mañana, para comenzar a trabajar a las 6 am, es vendedora ambulante del Metro, trabaja con su bebé en brazos y cuenta que desde que estaba embarazada se empleó como vagonera, porque en ningún otro trabajo la aceptaron por su embarazo. A pesar de que consiguió el empleo no cuenta con ningún tipo de seguridad social.

“Tengo una amiga que trabaja aquí (en el metro), y como nadie me quería dar trabajo, ella me dijo no importaba que estuviera embarazada, que de vagonera sí me iban a aceptar. Ya hasta nació mi bebé y aquí sigo trabajando, cuando no puedo dejarlo con mi mamá lo traigo a trabajar conmigo”, comentó.

Tania Espinosa Sánchez, coordinadora para América Latina de Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO) explicó que en el sector informal hay grupos ocupacionales que están mayormente ocupados por mujeres debido a la “flexibilidad” de la ocupación, es el caso del comercio en vía pública; tianguistas, ambulantes, recicladoras informales, que se insertan en estos espacios porque la mayoría de las veces recae en las mujeres el cuidado de los hijos, de los padres, incluso hermanos, y estos trabajos les permiten generar cierto ingreso para su familia y les da la “flexibilidad” que no les otorga en el empleo formal.

Sin embargo, las mujeres que trabajan en la economía informal no tienen acceso a seguridad social y por lo tanto, no cuentan con servicios como guarderías, seguro para sus hijos, pero sí la posibilidad de trabajar aún con ellos, “aunque lo cierto es que no tienen acceso a nada, más que a los ingresos que perciben”, comentó.

Además, detalló que las mujeres que se desempeñan en el espacio público enfrentan problemáticas específicas por el hecho de ser mujeres, tales como el hostigamiento y acoso sexual, que en muchos casos se dan por parte de la autoridad.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cierre del 2017 la Población Económicamente Activa (PEA) sumó un total de 52.9 millones de personas, de los cuales, 32.7 millones son hombres y 20.2 millones son mujeres, del total de los ocupados 30.2 millones trabajan en la informalidad, lo que representa un 57 por ciento de la población ocupada.

Las mujeres ocupadas en el sector informal en México son 1.3 por ciento más que los hombres, y si bien la cifra puede parecer muy pequeña, no lo es si se compara con la participación que tienen los hombres en el sector formal que es de más 64 por ciento, frente al menos del 36 por ciento que tienen las mujeres, además si se toma en cuenta a toda la población ocupada hay 12.5 millones de hombres trabajadores más que mujeres.

EL TRABAJO DEL HOGAR, DESVALORIZADO

Uno de los sectores ocupacionales de la informalidad donde se concentra una parte muy importante de las mujeres trabajadoras en el trabajo doméstico, donde el 95 por ciento de quienes integran el sector son mujeres y con un total de 4.5 millones de trabajadoras, representan el 10 por ciento de la PEA femenina.

“No se toma en cuenta la importancia económica y social que tiene el trabajo domestico, que es lo que hace que muchas personas salgan todos los días a trabajar”, dijo Chris Mendoza, investigadora del Instituto de liderazgo Simone de Beauvoir.

La especialista comentó que una de las contradicciones de este sector ocupacional es que muchas de las trabajadoras del hogar son contratadas para cuidar niños y como no cuentan con seguridad social ni si quiera tienen quien les cuide a los propios.

“La mayoría de la gente que trabaja en México trabaja en la economía informal, El Estado debería reconocer al trabajo informal como trabajo, ya que estos trabajadores contribuyen al Producto Interno Bruto (PIB) del país, y a partir de un verdadero reconocimiento generar políticas públicas que dignifique la labor de los trabajadores informales a través de derechos laborales”, indicó Espinosa Sánchez.

La especialista explicó que por cómo está constituida la legislación todo parte de relaciones obrero patronales, pero no necesariamente eso representa la realidad, ya que la mayoría de los trabajadores no se encuentran bajo este esquema, y si bien el Estado tiene que continuar y trabajar para que más empleos se formalicen, no debe haber discriminación, también tienen derechos y deben ser reconocidos. Si se desempeñan en el sector informal es porque el Estado no genera las condiciones económicas necesarias para que ellos se encuentren dentro de una relación obrero patronal tradicional.

De acuerdo con la recomendación 204 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) los trabajadores y trabajadoras de la economía informal deben contar con derechos laborales y sociales que permitan hacer que la transición de la economía informal a la formal sea más adecuada y que no afecte a los trabajadores de la informalidad que son un importante motor económico.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ECONOMÍAHOY. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

La mayor desigualdad laboral de AL está en México: hay 94 hombres directivos por cada seis mujeres

miércoles, enero 17th, 2018

El promedio de participación femenina en puestos directivos a nivel mundial es del 18 por ciento. América Latina es la región más rezagada en esta materia, y México se ubica al final por debajo de Chile y Colombia.

De acuerdo con datos del Inegi, por cada seis mujeres dentro de los consejos de administración de una empresa hay 94 hombres.

La Asociación de Mujeres Consejeras (WCD, por sus siglas en inglés), considera que en México se vive una desigualdad de género muy importante que se ve reflejada en la participación de las mujeres dentro de puestos directivos.

Por Laura Quintero

Ciudad de México, 17 de enero (EconomíaHoy/SinEmbargo).- En México se vive una desigualdad de género muy importante, ésta se ve reflejada en la participación de las mujeres dentro de puestos directivos, así como en la conformación de los consejos de administración de las empresas, por lo que el primer paso para resolver esta problemática es hacerla visible, coincidieron Karen Munch y Magdalena Carral, co-presidentas de la Asociación de Mujeres Consejeras (WCD, por sus siglas en inglés), capítulo México.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la población de mujeres representa más de la mitad de la población total (51.4 por ciento) con respecto a la población de hombres (48.6 por ciento), lo que implica una relación de 94.4 hombres por cada 100 mujeres. Sin embargo, en el porcentaje de mujeres que forman parte de los consejos de administración hay una amplia brecha, pues mientras que el 6.1 por ciento son mujeres, el 93.9 por ciento son de hombres.

El promedio de participación femenina en consejos a nivel mundial, es del 18 por ciento. América Latina es la región más rezagada en esta materia, y México se ubica al final por debajo de Chile y Colombia.

Sobre la situación de desigualdad que existe en México Karen Munch indico: “va ser difícil que no mejoremos la situación porque estamos muy rezagados, 6 por ciento de los directores en consejos son mujeres, estamos a la cola en América Latina, lo podemos mejorar”, afirmó.

“Es necesario visibilizar la problemática para que poco a poco haya más conciencia. Además la diversidad es muy importante en cualquier tipo de estructura, hay diferentes ángulos para abordar este rezago y vamos a encontrar la forma de lograrlo”, advirtió Carral.

Además refirió que en México es necesario transparentar la información para saber verdaderamente cuántas mujeres hay en los consejos, “hay que revisar cómo es que se están midiendo porque muchas de estas mujeres son familiares, es la hija del dueño de la empresa, son patrimoniales o familiares, tenemos que empujar a que las consejeras sean independientes para darle mayor riqueza”.

“Hay un mito urbano de que no hay mujeres calificadas, estamos aquí para decir que sí y nuestra meta es demostrar que sí hay y que vale la pena que estemos en los consejos”, afirmó Karen Munch.

Magdalena Carral explicó que hay una correlación positiva entre las ganancias que tiene una empresa, así como en el comportamiento de sus acciones si tienen consejos diversos, nos convienen a todos, pero es necesario saber cómo desarrollar una red de apoyo y de contactos para lograr crecer.

Karen Munch y Magdalena Carral son las responsables de esta iniciativa en México e indicaron que es muy importante que los empresarios y la sociedad sepan que existe un grupo de mujeres que son consejeras y están listas para subir a más consejos.

La Asociación de Mujeres Consejeras es la organización internacional más grande de mujeres de consejos de administración, com 15 años de trabajo cuenta con consejeras en 8 mil 500 consejos de empresas públicas y privadas.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE EconomíaHoy. Ver ORIGINAL AQUÍ. Prohibida su reproducción

Hombres o mujeres, ¿quiénes trabajan más en México?

domingo, agosto 27th, 2017

Los mexicanos destinan más tiempo a las labores domésticas que al trabajo remunerado. El Inegi estima que a la semana, las personas de 12 años o mayores dedican casi seis mil millones de horas a ambas actividades en el país; de éstas, solamente el 42 por ciento se emplea en un trabajo remunerado, mientras que 55.4 por ciento se utiliza para tareas del hogar o alguna actividad por la que no van a recibir dinero. ¿Cuáles son las diferencias entre hombres y mujeres en estos usos del tiempo?

Por Tomás Dávalos

Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– Edgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dijo que la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) tiene como uno de sus objetivos medir y valorar el trabajo doméstico no remunerado, ya que históricamente se ha realizado una medición de la actividad económica y laboral remunerada a través de instrumentos como la Encuesta Nacional sobre Ocupación y Empleo (ENOE), pero esta no refleja la totalidad del trabajo que realiza cada individuo.

Al respecto, Vielma Orozco detalló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt cómo se realiza el levantamiento de la ENUT: “Se hacen preguntas con la finalidad de medir la carga global de trabajo, es decir, tiempo destinado al empleo, concretamente lo que se llama trabajo remunerado. También se hacen preguntas sobre las tareas domésticas, de hecho se hace una medición sobre 103 actividades, por ejemplo, si cocina, si lava, si plancha, todo ese tipo de cosas. Y otro tema fundamental es el cuidado de niños y de personas adultos mayores o algún enfermo que esté en casa”.

TIEMPOS PROMEDIO

Estas preguntas arrojaron como resultado que el promedio de horas destinadas a actividades remuneradas a nivel nacional es de 44 horas a la semana: el hombre trabaja 48 horas y la mujer 38 horas. Con referencia al tiempo dedicado de manera semanal al trabajo no remunerado, el promedio es de 35 horas, la media de las mujeres es de 50 horas, mientras que en los varones es de 17.6 horas.

“Ahora, hay que verlo con mucho cuidado, porque el varón tiene más horas trabajadas remuneradas, por lo tanto, ya le resta menos tiempo para actividad no remunerada, en cambio en el caso de la mujer, al tener menos proporción de mujeres en el mercado laboral, evidentemente tienen una actividad mayor en el contexto laboral no remunerado. Aun así hemos visto que en población donde hay equidad, de que ambos están trabajando de manera remunerada, de todos modos la mujer dedica a actividades domésticas el doble de horas que el varón”, afirmó.

En general, las mujeres dedican 20 horas más que los hombres en trabajo considerado como no remunerado, actividades como cocinar y lavar; 16 horas más para el cuidado de integrantes del hogar; y 3.2 horas más en apoyo a otro hogar.

La ENUT es una encuesta de tipo probabilístico que se realizó en cerca de 17 mil viviendas, en ellas se entrevistó a todos sus integrantes de 12 años o más de edad. Los microdatos que se desprenden de la misma permiten medir las diferencias entre el comportamiento de este fenómeno en áreas urbanas y rurales. El primer levantamiento de este ejercicio se realizó en 1996, su metodología cambió para 2009, su última aplicación fue en 2014 y se espera realizar la próxima en 2019.

El director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi recordó los orígenes de la ENUT: “Se realizó porque a nivel mundial se está haciendo un esfuerzo por visibilizar cómo combatir todas las formas de discriminación contra la mujer, ese es el contexto, y es una postura adoptada por las Naciones Unidas y ratificada por México desde 1991. Hay un sector, las mujeres, que también están realizando una actividad, la diferencia es que aunque es un trabajo, no está siendo remunerado, y entonces lo que estas encuestas hacen es visibilizar este tipo de situación”.

Por lo anterior, se está impulsando que este proyecto llegue a ser considerado información de interés nacional, es decir, que sea de uso obligatorio de las unidades del Estado tomar esta medición para hacer políticas públicas, para ello, en el Inegi están trabajando para consolidar la Encuesta Nacional sobre Usos del Tiempo en términos de comparabilidad, metodología científicamente sustentada y otros elementos que permitan consolidarla.