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La OMS publica junto con Unicef un informe que desmenuza las técnicas que utiliza la industria para influir en las decisiones de los padres relativas a la alimentación de los recién nacidos y bebés.
La lactancia materna juega un papel crucial frente a la pandemia del coronavirus pues es una de las principales defensas contra cualquier agente patógeno como los virus.
No hay un sólo tipo de leche materna, sino tantos como binomios madre e hijo. La leche materna cambia de una madre a otra, de un hijo a otro o incluso a lo largo del día, con un objetivo funcional.
Con esta leche materna cultivada, Leila Strickland, doctora en biología celular y experta en procesos celulares fundamentales, y Michelle Egger, científica de alimentos experta en fermentación, formulación y procesamiento de lácteos, quieren ofrecer a las familias una nueva opción para alimentar a los bebés, según señalan.
El estudio muestra que la separación debida a la COVID-19 fue vivida por ocho de cada diez mujeres (78 por ciento) con angustia y que seis de cada diez (58 por ciento) dijeron sentirse muy angustiadas y estresadas. Esta separación tuvo una duración media de entre seis y siete días.
El investigador Jaime García Mena lleva a cabo un estudio enfocado en la población mexicana sobre la relación entre la lactancia materna y la transmisión de la COVID-19.
De acuerdo con la investigadora, hasta el momento en la leche materna no se han encontrado residuos de SARS-CoV-2, como es el caso de las gotas de saliva expulsadas al estornudar, hablar, toser o estornudar, por lo que la recomendación es que la madre mantenga el uso de cubrebocas en todo momento, no hable y haga uso del estornudo de etiqueta.
La OMS recomienda la alimentación de leche materna de modo exclusivo durante los seis primeros meses de vida y posteriormente se puede acompañar con otros alimentos hasta los dos años de edad.
La pandemia ha rebajado los programas para fomentar la lactancia, por el distanciamiento social y el traslado de profesionales al tratamiento de la COVID-19, lo que «ha abierto un espacio para que los productos sustitutivos» aprovechen la crisis para crecer.
De los niños y adolescentes de 5 a 19 años en México, el 35 por ciento presenta sobrepeso y obesidad, lo que los vuelve vulnerables frente al COVID-19.
Este domingo, desde la entrada del MAM el aspecto y la actitud luce distinta. Hay un símbolo en las puertas de vidrio que indica que sí se puede amamantar allí. También una campaña armada luego del acto discriminatorio. En las imágenes se lee: “aMAMantar, un derecho de las mujeres en espacios públicos”.
La grabación que se ha vuelto viral en redes sociales muestra a enfermeras, médicos, personal de una clínica del IMSS y una botarga que aparenta ser un seno, ejecutando una coreografía que adapta la letra del popular éxito «Despasito», de Luis Fonsi, en la explanada de una unidad médica.
La fundación Changing Markets publicó el estudio «Sacando el Jugo», un análisis de los productos lácteos para bebés, conocidos como fórmulas, comercializados por compañías trasnacionales como Nestlé, mismos que a menudo son comparados, por sus supuestos beneficios, con la leche materna.
Sin embargo, el estudio «deja al descubierto la falta de base científica bajo los productos de que los fabricantes venden en los diferentes mercados. Los fabricantes lanzan constantemente nuevas leches de fórmula al mercado con varias reivindicaciones distintas».
«Estados Unidos apoya fuertemente la lactancia materna pero nosotros no creemos que a las mujeres se les debe de negar el acceso a leche de fórmula. Muchas mujeres necesitan esta alternativa debido a malnutrición y pobreza», dijo el Presidente.
Los legisladores aprobaron modificar la Ley de Cultura Cívica que contempla sanciones para quien «condicione, insulte o intimide a una mujer por alimentar a una niña o a un niño a través de la lactancia, en vías y espacios públicos», esto con el fin de prevenir la estigmatización de las mujeres por dicha práctica saludable.
Julieta Ponce Sánchez, especialista en temas de lactancia materna, alertó que las fórmulas lácteas poseen azúcar que provoca picos de glucosa en el metabolismo de niños y niñas que hace que el páncreas trabaje más, esto obliga a que se produzca más insulina y finalmente puede provocar obesidad y sobrepeso. Pese a ello, dijo, el Gobierno federal deja que Nestlé se promocione en salas de lactancia en hospitales públicos.