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Proceso: Desde el sexenio de Fox, FCH “ideó el contrato ‘Etileno XXI’ para favorecer a Odebrecht”

sábado, agosto 8th, 2020

En el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se echaron los cimientos para el Complejo “Etileno XXI” ubicado en Cotzacoalcos, Veracruz, para suministrar etano, mediante los centros procesadores de gas de Ciudad Pemex, Nuevo Pemex, Cactus y del Complejo Petroquímico Cangrejera.

Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).– Desde 2003, cuando era Secretario de Energía de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México, “ideó el contrato ‘Etileno XXI’ para favorecer a Marcelo Odebrecht”, de acuerdo con información recabada por la revista Proceso.

“Con dicho contrato, Calderón sangró al Estado con miles de millones de pesos, permitió al Marcelo Odebrecht establecer una plataforma fraudulenta para mover millones de dólares a diversos países y le endosó a Enrique Peña Nieto la tarea de facilitarle al brasileño la ingeniería financiera un contrato de alcance transexenal”, señala la periodista Jesusa Cervantes en el texto El contrato de Etileno XXI, obra de Felipe Calderón.

Lo anterior, detalla la reportera, “se desprende de documentos en poder de la Fiscalía General de la República (FGR) y que forman parte del expediente abierto desde 2017 por la trama de sobornos de Odebrech”.

“En los papeles en poder de la FGR, entre éstos declaraciones de testigos, documentos internos de Pemex e incluso de Idesa –la empresa asociada con Braskem, filial de Odebrecht que tiene el contrato de Etileno XXI–, se establece que fueron directamente la presidencia de Felipe Calderón y Martin Werner, subsecretario de Hacienda del sexenio de Ernesto Zedillo, los que afinaron la fórmula del etano y modificaron el contrato para que la trasnacional brasileña tuviera ganancias de 30por ciento por un plazo de 20 años”, señala.

En junio de 2018, en días previos a la elección presidencia del 1 de julio de ese año, los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), así como el extitular de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, y el exsecretario de Hacienda y también excandidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade Kuribreña, fueron denunciados ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) por el posible desfalco a la petrolera mexicana por mil 935 millones de pesos en 2016.

Esta denuncia derivó del contrato “desventajoso” que Pemex hizo con Braskem (de Odebrecht) e Idesa (de la familia de Gerónimo Gutiérrez Fernández –entonces subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (Segob)– y que le permite al consorcio comprarle a la petrolera etano “barato” durante los próximos 20 años.

“Tiene que hacerse una investigación muy profunda para deslindar responsabilidades, ver quiénes han sido los beneficiados directos, pero también los indirectos por el conjunto de decisiones y las implicaciones del grupo político del periodo de Enrique Peña Nieto, y que estuvo construido desde el periodo de Felipe Calderón. Desde luego, lo que tiene que revisarse es desde su propia génesis si este contrato de suministro que era desventajoso para Pemex no es nulo desde su origen por la ilegalidad con la que se firmó”, dijo el integrante de la organización Ahora, Alfredo Figueroa Fernández, uno de los ciudadanos que presentó la denuncia hace dos años.

Sin embargo, después de presentada la denuncia, la Auditoría Superior de la Federación evidenció en la Cuenta Pública 2017 (publicada en febrero de 2019) más pérdidas para Pemex por mil 707 millones de pesos en 2017, porque el costo de producción y transporte de etano fueron mayores que los ingresos por su venta al complejo “Etileno XXI” de Braskem-Idesa.

Por lo que el daño a Pemex en 2016 y en 2017 asciende a 3 mil 642 millones de pesos.

Por el desfase en el inicio de operación del Complejo “Etileno XXI”, de enero de 2015 a febrero de 2016 Pemex pagó por los servicios no prestados de transporte de etano 668 millones 986 mil 400 pesos (431 millones de pesos en 2015 y 237 millones en 2016), debido a que aunque el etanoducto estaba listo, Braskem-Idesa no inició operaciones sino hasta marzo de 2016, nueve meses después del inicio de operación pactado contractualmente, expuso la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Cuenta Pública 2016.

Además Pemex reportó pérdidas de mil 935 millones de pesos por la venta de etano, ya que el costo de producción de las ventas durante 10 meses de 2016 fue de mil 736 millones de pesos, que sumados a los mil 387 millones de pesos del servicio de transportación pagados durante 12 meses, resultan en un costo de ventas de 3 mil 123 millones de pesos, un monto mayor al ingresado por las ventas por mil 188 millones de pesos.

En el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se echaron los cimientos para el Complejo “Etileno XXI” ubicado en Cotzacoalcos, Veracruz, para suministrar etano, mediante los centros procesadores de gas de Ciudad Pemex, Nuevo Pemex, Cactus y del Complejo Petroquímico Cangrejera.

La Auditoría Superior expone que el 19 de febrero de 2010, mediante un “proceso de subasta” entre 12 inversionistas privados, Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB), actualmente Pemex Transformación Industrial (PTRI), adjudicó un “Contrato de Suministro de Etano” por un periodo de 20 años con un volumen mínimo de 66.0 miles de barriles diarios (Mbd) a un grupo de dos inversionistas: el consorcio formado por la brasileña Braskem (con participación accionaria de Odebrecht) junto con la mexicana Idesa.

Braskem-Idesa invirtió 5 mil 200 millones de dólares para diseñar, financiar, construir, poseer y operar una planta de etileno y dos o tres plantas de polietileno con la infraestructura de servicios y de accesos.

Se pactó el inicio de operación a más tardar al 30 de junio de 2015, así como un año de pruebas previo a su operación (30 de junio de 2014). Pero, observó la ASF, no generó valor económico ni rentabilidad para Pemex en 2016 pues empezó a operar hasta marzo.

Ya en el Gobierno de Enrique Peña Nieto y la dirección de Emilio Lozoya Austin (preso en España), para suministrar el etano al complejo “Etileno XXI” de Braskem-Idesa, Pemex formalizó el 13 de diciembre de 2012 un contrato por adjudicación directa de “Servicios de Transporte de Etano” por ducto, el cual consideró la construcción de un etanoducto de 226 kilómetros, para la conexión entre los centros procesadores de gas de Ciudad Pemex, Nuevo Pemex, Cactus y el “Complejo Etileno XXI”, así como del Complejo Petroquímico Cangrejera al “Complejo Etileno XXI”.

El 18 de noviembre de 2015, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) otorgó a “Gasoductos del Sureste” el título de permiso de transporte de petroquímicos.

En julio de 2015 el Consejo de Administración de Pemex autorizó que el monto del contrato por los 20 años 6 meses de su vigencia por el transporte pasaría de 982 millones de dólares a mil 346 millones de dólares, con una tarifa anual de 65 millones 746 mil dólares por cambios de diámetros en los ductos, de válvulas, instalación de calentadores y por problemas sociales que ocasionaron cambios de ruta.

–Con información de Dulce Olvera. 

Odebrecht despide al nieto de su fundador, Marcelo Odebrecht, por sugerencia de fiscales brasileños

sábado, diciembre 21st, 2019

La medida atiende las recomendaciones de supervisores independientes de fiscales federales brasileños y del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que fueron aprobadas por la junta directiva de la compañía en octubre con un plazo de un año para implementarlas, señaló la empresa.

Por DAVID BILLER y DIANE JEANTET

RÍO DE JANEIRO (AP) — La constructora brasileña Odebrecht indicó el viernes que “despidió” a su ex director general Marcelo Odebrecht, quien concedió entrevistas a la prensa este mes y presuntamente empezó a proporcionarle información al departamento de control interno de la compañía.

La medida atiende las recomendaciones de supervisores independientes de fiscales federales brasileños y del Departamento de Justicia de Estados Unidos, que fueron aprobadas por la junta directiva de la compañía en octubre con un plazo de un año para implementarlas, señaló la empresa.

Aunque el ex director general ya no desempeñaba ningún puesto formal en el manejo de la compañía, seguía recibiendo un salario.

Odebrecht fue una de las empresas más grandes implicadas y fuertemente afectadas por la investigación brasileña Lava Jato contra una red de corrupción, y Marcelo Odebrecht _nieto del fundador de la empresa_ fue uno de los ejecutivos de mayor rango en caer.

Se dio a conocer que la compañía había pagado sobornos en muchos países del continente americano a cambio de contratos de construcción gubernamentales, y el Departamento de Justicia acordó miles de millones de dólares en penalizaciones.

 

Marcelo Odebrecht fue sentenciado a casi dos décadas de cárcel, y luego firmó un acuerdo de culpabilidad junto con docenas de otros empleados de la compañía. Fue puesto en libertad hace dos años para que cumpliera una sentencia reducida, en un principio en arresto domiciliario hasta que en septiembre se le permitió salir de la casa para ir a trabajar.

El anuncio de su despido, confirmado por el secretario de prensa de Marcelo Odebrecht, se dio tras las primeras entrevistas que concede en años, en las que describió los mecanismos internos de la compañía y por qué la decisión de intentar obtener un acuerdo de clemencia demoró tanto. Presuntamente ha estado proporcionando correos electrónicos y documentos al departamento de control interno de la compañía.

“El despido de Marcelo Odebrecht es simplemente una demostración inequívoca de otro acto de abuso de poder de parte del actual presidente de Odebrecht”, se afirma en el comunicado proporcionado por su secretario de prensa, refiriéndose a Ruy Sampaio.

En el texto se dice que la medida es intimidatoria, encaminada a impedir que el departamento de control interno recabe datos.

La compañía no se refirió en su comunicado a las acusaciones esgrimidas por Marcelo Odebrecht. Los secretarios de prensa de la empresa no respondieron a las solicitudes de comentarios que les hizo The Associated Press.

Gigante de lodo. Odebrecht y su historia de corrupción en México

sábado, septiembre 22nd, 2018

Elecciones compradas, sobornos, lavado de dinero y un paraíso de impunidad en México. Este libro muestra la sincronía casi perfecta entre los sobornos -en total, más de 16 millones de dólares desde 2009- y la entrega de contratos multimillonarios a Odebrecht en México.

Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).- En la víspera de que Enrique Peña Nieto asumiera la Presidencia de la República, el departamento de sobornos de la trasnacional brasileña Odebrecht transfirió casi un millón de dólares a una cuenta ligada a uno de los hombres más cercanos al entonces mandatario electo. Y justo un día después de una cita entre Peña Nieto y Marcelo Odebrecht, presidente del emporio, se realizó una de las transferencias ilícitas.

¿Aquello fue una simple coincidencia o una acción concertada? Este libro muestra la sincronía casi perfecta entre los sobornos -en total, más de 16 millones de dólares desde 2009- y la entrega de contratos multimillonarios a Odebrecht en México.

Contra lo que muchos creen, el poder corruptor del consorcio brasileño no se restringió a Petróleos Mexicanos o al gobierno federal. Políticos de primer nivel de otros partidos también estuvieron en contacto con el brazo corruptor de esa trasnacional.

Gigante de lodo (Grijalbo), en suma, es el libro clave para entender a profundidad la mayor trama de corrupción en la historia del continente, que en México permanece prácticamente impune.

Raúl Olmos es periodista especializado en investigar redes de corrupción. Junto a periodistas de 11 países de América Latina y África integra Investiga Lava Jato, red que busca esclarecer el gigantesco caso de corrupción surgido en Brasil y que fue reconocida en junio de 2018 en Washington con el Prize for Investigative Reporting. Por su reporteo del caso Odebrecht en México obtuvo el primer lugar del Premio Alemán de Periodismo 2017.

Este libro muestra la sincronía casi perfecta entre los sobornos -en total, más de 16 millones de dólares desde 2009- y la entrega de contratos multimillonarios a Odebrecht en México. Foto: Especial

Fragmento de Gigante de lodo, de Raúl Olmos, con autorización de Grijalbo

LA BOMBA QUE DESACTIVÓ LA PGR

Una bomba llamada Lava Jato estalló en Brasil en marzo de 2014, y casi de inmediato la onda expansiva alcanzó a decenas de políticos del gigante sudamericano. El proceso penal emprendido por el juez Sergio Moro, en la provincia de Curitiba, desnudó un gigantesco esquema de lavado de dinero y corrupción en torno a la petrolera brasileña Petrobras, que involucraba a decenas de diputados y ministros. Muy pronto, las revelaciones explosivas se extendieron a gran parte de América Latina y llegaron hasta África. El detonador para este estruendo internacional fue la captura, en junio de 2015, de Marcelo Odebrecht, presidente de la constructora que lleva su apellido, quien había fincado su expansión en el continente en una compleja red de sobornos y financiamiento de campañas políticas. En México la sacudida no inmutaba a las autoridades. Odebrecht ya tenía en marcha obras asignadas por dedazo en 2014 en dos refinerías y en un gasoducto con valor superior a los 1 500 millones de dólares, y, a pesar del escándalo global, Petróleos Mexicanos, bajo el mando de Emilio Lozoya, se disponía a darle más dinero.

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En julio de 2015, el juez Sergio Moro envió al Ministerio Nacional de Justicia, con sede en Brasilia, una petición urgente de asistencia jurídica que debía ser turnada a la brevedad a las autoridades de México para avanzar en el proceso penal que se seguía contra José Dirceu, un personaje enorme en la política latinoamericana, que en aquel momento era uno de los principales acusados en la red de corrupción del caso Lava Jato. La solicitud de Moro no era un asunto menor. Requería de la Procuraduría General de la República (PGR) que llamara a declarar como testigos a los empresarios mexicanos Carlos Slim Helú y Ricardo Salinas Pliego, dos de los mayores magnates de América Latina, con intereses económicos en decenas de países, quienes habían mantenido tratos de negocios con Dirceu a través de una empresa que —según la investigación ministerial— había sido utilizada como la fachada para el cobro de sobornos.

En su juventud, Dirceu vivió en México, a donde huyó de la dictadura militar en Brasil, que lo había encarcelado en el convulso 1968 por encabezar una revuelta estudiantil; en septiembre de 1969, tras 11 meses de encierro, grupos guerrilleros negociaron su libertad a cambio del entonces embajador de Estados Unidos, Charles Burke Elbrick, que había sido secuestrado. Ya libre, viajó a México, luego a Cuba, donde se transformó el rostro y asumió una falsa identidad. Su perfil de luchador social empezó a dar un giro cuando incursionó en la política. En enero de 2003, al asumir Lula la presidencia de Brasil, se integró como su jefe de gabinete. Era la mano derecha del carismático mandatario. Sin embargo, el poderoso ministro no logró concluir el periodo de gobierno, porque se vio involucrado en un escándalo de sobornos conocido como Mensalão, que consistía en el desvío de fondos públicos para comprar el voto de legisladores. Por aquel caso fue condenado en 2012 a casi ocho años de cárcel, aunque sólo estuvo preso 11 meses. Así que el proceso penal en su contra, derivado de la investigación Lava Jato, no era su primera gran acusación por corrupción y representaba, además, ir a la cárcel por tercera ocasión en su vida.

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La primera solicitud de colaboración, enviada en julio de 2015, fue desoída por las autoridades de México. En noviembre del mismo año Sergio Moro volvió a girar otro exhorto al Ministerio de Justicia en Brasilia para pedirle que interviniera ante su par mexicano. Faltaban nueve días para que acabara el año cuando Isalino Antonio Giacomet Júnior, coordinador del Departamento de Cooperación Jurídica Internacional, le escribió al juez con una mala noticia: la PGR había decidido no citar como testigos a Slim y a Salinas Pliego, hasta tener información amplia y detallada de su vínculo con Dirceu y los crímenes por los que se investigaba al exministro de Lula. Pasaron los meses y las peticiones de colaboración seguían llegando de Brasil y las negativas iban casi de inmediato de retorno. Los argumentos de la PGR siempre eran los mismos: no contaba con información suficiente para llamar a declarar a los empresarios de Grupo Carso y de Grupo Azteca.

El 6 de mayo de 2016, cuando Moro se preparaba para dictar sentencia, el director de Procedimientos Internacionales de la PGR, José Manuel Merino Madrid, envió una carta con sello de URGENTE a su homólogo brasileño, Antonio Giacomet, en la que condicionaba la comparecencia de Slim y de Salinas Pliego a una serie de requisitos: ampliar la narrativa de hechos en los que se detallara cómo se relacionaban o vinculaban con el acusado, la fecha en que sucedieron los posibles delitos en que incurrió Dirceu y de los que pudieron haber tenido conocimiento los testigos mexicanos y los elementos de prueba. “También deberán señalar la pertinencia, conducencia, relevancia y utilidad de dichas testimoniales, debiendo orientar su interrogatorio en ese sentido y con las mismas formalidades y limitaciones de una prueba testimonial o en su defecto los documentos que acrediten su participación.”

Raúl Olmos, por su reporteo del caso Odebrecht en México obtuvo el primer lugar del Premio Alemán de Periodismo 2017. Foto: Random House Mondadori

Cuando la carta llegó a Brasil, ya era demasiado tarde. Sergio Moro sentenció el 18 de mayo de 2016 a Dirceu a 23 años de cárcel, sin contar con los elementos que pudieran haber aportado los testigos mexicanos. El 26 de julio —más de un mes después de la condena— el coordinador de Cooperación Internacional de Brasil le escribió al juez para reportarle la negativa de la PGR para colaborar. “Informamos que el pedido de cooperación jurídica internacional no fue cumplido por las autoridades mexicanas, conforme se desprende de documentación adjunta”, escribió Giacomet, y recriminó: “A pesar de todos los esfuerzos de este departamento en sentido contrario, nuestra contraparte mexicana alega ausencia de pertinencia, relevancia y utilidad de las medidas rogadas”. Pese a que el proceso ya se había cerrado, se otorgó un nuevo plazo de 90 días al gobierno de México para obtener su colaboración. Cumplida esa prórroga, el expediente fue archivado. La cooperación en esta pesquisa —con uno de los personajes clave de la operación Lava Jato— jamás se concretó. Y de paso se cancelóla posibilidad de conocer los detalles de la conexión mexicana en el mayor caso de corrupción trasnacional.

DIRCEU Y SUS NEGOCIOS EN MÉXICO

¿Por qué requería la justicia brasileña a Slim y a Salinas Pliego? Básicamente porque ambos habían contratado los servicios del despacho de José Dirceu, llamado JD Assessoria e Consultoria Ltda., el cual —según la causa penal— había sido utilizado en Brasil para ocultar el pago de sobornos provenientes, principalmente, de empresas contratistas de Petrobras. La defensa de Dirceu quería que los empresarios mexicanos aportaran su testimonio de los servicios que habían recibido como clientes del citado despacho. De esa forma pretendían desacreditar las acusaciones del juez Moro. Pero, a la vez, el Ministerio Público tenía una batería de preguntas encaminadas a determinar si la red de corrupción de Lava Jato se había extendido a México o si había tenido el involucramiento de mexicanos.

En la solicitud de asistencia jurídica presentada al gobierno de México se pedía que también se llamara como testigo a Luis Niño de Rivera, presidente del Consejo de Administración de Banco Azteca, una institución financiera que regularmente opera en las instalaciones de Elektra, la cadena de tiendas destinada a familias de bajos recursos económicos, la cual expandió su mercado a Brasil durante el gobierno de Lula. El 18 de marzo de 2008, el propio presidente brasileño acudió a inaugurar, en compañía de Salinas Pliego, la primera tienda Elektra en el barrio de Agua Fría, en Recife, la capital del estado de Pernambuco, al noreste de la nación sudamericana, una zona con alta concentración de población y bajo acceso a mercancías a crédito.6 En esa misma región, en la ciudad de Olinda, abrió su segunda sucursal, bajo la razón social Ekt Lojas de Departamentos.

Cuando el Ministerio Público Federal de Brasil investigaba el involucramiento de Dirceu en el caso Lava Jato, se topó con una serie de depósitos por 1 701 000 reales que Elektra del Milenio, S. A. de C. V., había realizado al despacho del exministro de Lula, en sucursales en Nueva York de siete bancos y de uno más ubicado en México. El mayor monto había sido transferido a través del Wachovia Bank, por 637 000 reales, mientras que el banco de origen británico Standard Chartered movió otros 592 000 reales.7 “Los pagos destinados a JD Associados por medio de Elek­tra pueden estar vinculados al interés del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego de expandir su actuación comercial para el mer­cado brasileño”, con la influencia política de Dirceu, refería un expediente fechado el 15 de julio de 2015, elaborado por la delegación de la Procuraduría de la República en Paraná, estado donde surgió el operativo Lava Jato.

Aquella no fue la única investigación que involucró al grupo empresarial mexicano. En Pernambuco, estado donde Elektra había emprendido su aventura en Brasil, el Ministerio Público Federal había iniciado una pesquisa sobre la posible conexión de Banco Azteca con hechos investigados en el caso Lava Jato. Según un oficio elaborado el 13 de octubre de 2015 por el procurador de la República en aquella provincia brasileña, João Paulo Holanda Albuquerque, las sospechas brotaron porque, a pesar de haber tenido ganancias millonarias, Elektra y Banco Azteca repentinamente habían cerrado sus operaciones en el país justo después de que estalló la operación policial Lava Jato. La contratación del despacho de Dirceu, cuando el grupo empresarial mexicano inició actividades en Brasil en 2008, acrecentó las suspicacias. Pero el señalamiento más fuerte del procurador Holanda Albuquerque era que Banco Azteca utilizaba las cuentas de los funcionarios y de los clientes supuestamente “para lavar dinero sucio”.

Debido a que la investigación del caso Lava Jato se realizaba en el estado de Paraná, a 3 000 kilómetros al sur de Brasil, el procurador en Pernambuco declinó seguir con el caso y lo turnó a su par en la ciudad de Curitiba.

Los indicios de más negocios de Dirceu en México brotaron también en agosto de 2015, cuando la Policía Federal de Brasil reportó al juez Moro que le había incautado al exministro diversos documentos, entre ellos un manuscrito, al frente del cual aparecía la leyenda “Situación nueva”, seguida del siguiente mensaje en clave: “1) Odebrecht es… con Daniel Hafe de México [Paulo Melo, Francisco Boni, Julian, Julio, Eduardo]; 2) El personal de Slim contactará [puede] para sólo confirmar que conoce a la agrupación proponente”.

En la parte trasera estaban anotados los siguientes nombres: “Paulo Melo, Franc. Boni, Thiago Franc, Julian Benatti”, y con mayúsculas “CLARO-NET-EMBRATEL”, que corresponden a tres empresas que en octubre de 2011 se asociaron en Brasil para lanzar un combo de televisión, internet y telefonía. Al final del manuscrito estaba anotado el nombre abreviado “C. SLIM”.

Claro —una de las empresas mencionadas— es una subsidiaria de América Móvil, la empresa de telefonía de Carlos Slim, y fue creada en 2003 en Brasil. Actualmente cuenta con 263 millones de clientes en al menos 15 países. Mientras que Paulo Melo y Francisco Boni, también mencionados en el manuscrito incautado por la policía, coinciden con los nombres de dos ejecutivos de Odebrecht; el primero, exdirector superintendente, investigado por haber participado en la compra de un inmueble para el instituto del expresidente Lula, y el segundo, director de negocios de la constructora brasileña. El mensaje en clave no logró ser descifrado, en parte porque el principal personaje mencionado nunca fue citado a aportar su testimonio.

PREGUNTAS SIN RESPUESTA

En Curitiba, el juez Sergio Moro fue el responsable de analizar las pruebas del enorme esquema criminal en torno de la empresa Petróleo Brasileiro, S. A., mejor conocida como Petrobras, en la que el inversionista mayoritario y controlador es el gobierno federal de la nación sudamericana. El operativo que llevó a desmantelar ese esquema de corrupción y lavado de dinero es conocido como Lava Jato, y debe su nombre a que los primeros indicios surgieron en una red de lavanderías, locales de lavado de autos y gasolineras que eran utilizadas por una banda criminal para blanquear capitales.13 Al jalar la hebra, el Ministerio Público de Brasil descubrió la conexión con Alberto Youssef, un experto en manejo de divisas, que servía de intermediario entre políticos y contratistas para la negociación y entrega de dinero negro, ya sea por transferencias encubiertas con empresas fachada o directamente trasladando él mismo los fajos de billetes en maletines u ocultos en su cuerpo para entregarlos a agentes de gobierno, no sólo en Brasil, sino también en otros países de América Latina en los que sus clientes tenían negocios oscuros. Con Odebrecht, por ejemplo, colaboró para el manejo de fondos a través de la casa de cambio Graco Assessoria e Consultoría Financiera, en la que era director Olivio Rodrigues Júnior, identificado en la red criminal con la clave “Gigolino”, quien llegó a manejar la red de sobornos de la empresa constructora a través de un complejo esquema de al menos 20 empresas fachada en paraísos fiscales de Europa y el Caribe. Los servicios de Youssef se extendían a más compañías que habían integrado un cártel alrededor de Petrobras, acordando porcentajes de obras y contratos a cambio de sobornos a funcionarios o donaciones para campañas electorales. La hebra que llevó a descubrir la cadena de corrupción política fue la compra que hizo Youssef de una camioneta Land Rover blindada, en mayo de 2013, para entregarla a Paulo Roberto Costa, exdirector de Petrobras, lo cual representaba un descarado soborno. Tanto Youssef como Costa se convirtieron en delatores ante la justicia brasileña y confesaron que más de 60 políticos —entre los que había un gobernador, diputados y senadores— habían recibido sobornos. Fue ahí donde vino la avalancha que derivó en el encarcelamiento de 160 personas tan sólo en Brasil. El alud alcanzó a una docena de países de América Latina, en donde hubo capturas de políticos de alto nivel, incluidos expresidentes…, con excepción de México, en donde la impunidad se impuso.

En las peticiones de asistencia jurídica que envió a México, en repetidas ocasiones entre julio de 2015 y mayo de 2016, el Ministerio de Justicia de Brasil expuso a la PGR los detalles del operativo Lava Jato, en particular del involucramiento del exministro José Dirceu a través de una empresa contratista llamada Engevix, que en México está asociada con la compañía Double V Holdings, la cual ha obtenido contratos por más de 2 580 millones de pesos en la Comisión Federal de Electricidad durante los gobiernos del panista Felipe Calderón Hinojosa y el priista Enrique Peña Nieto. Según el expediente compartido por las autoridades brasileñas, Engevix había firmado contratos con Petrobras mediante sobornos, y parte de esos pagos ilícitos se destinaron al Partido de los Trabajadores (PT), que llevó a la presidencia de Brasil a Lula y a Dilma Rousseff . El dinero sucio era recogido por João Vaccari Neto, tesorero del PT, y otra porción se destinaba a Dirceu, quien supuestamente le daba indicaciones a Renato de Souza Duque, directivo de Petrobras encargado de asignar los contratos . Según la investigación, el exministro de Lula habría recibido por lo menos 11 884 205 reales de Engevix .Para justificar esos ingresos recurrió a la simulación de servicios o sobrefacturación de los mismos a través de su despacho JD Assessoria e Consultoria, todo lo cual configura en la ley brasileña crímenes de corrupción, lavado de dinero y organización criminal .

El despacho de asesoría que fue utilizado para ocultar sobornos en el caso Lava Jato es el mismo que en distintos momentos fue contratado por Slim y Salinas Pliego. De ahí el interés del juez Sergio Moro, del Ministerio de Justicia y de los defensores de Dirceu de llamar a los empresarios mexicanos a aportar su testimonio.

Los abogados de Dirceu alegaban que los supuestos sobornos en realidad eran cobros por servicios de prospección de negocios en el extranjero que el exministro de Lula ofrecía a través de su despacho a una cartera de 60 clientes en 20 sectores de la economía, como las industrias de bienes de consumo, telecomunicaciones, comercio exterior, logística, tecnología de la información y la construcción . Ante el juez Sergio Moro argumentaron que su labor como consultor justificaba los 120 viajes a 28 países que el político brasileño había realizado entre 2006 y 2012.

Para sustentar todo lo anterior, solicitaron que se citara a Slim y a Salinas Pliego, para quienes tenían preparadas al menos 15 preguntas, entre ellas las siguientes: “¿Qué los llevó a contratar los servicios de consultoría del exministro? ¿Qué servicios les prestó a ustedes o a sus empresas? ¿Cuál es el resultado de la consultoría prestada por JD Assessoria e Consultoria? ¿En alguna oportunidad, antes o durante el periodo de prestación de servicios, el señor Dirceu ofreció algún tipo de privilegio o ventaja indebido para el gobierno brasileño u otro gobierno en el cual él tendría relación? ¿Todos los pagos a JD Assessoria e Consultoria fueron hechos de manera lícita, por medio de depósitos bancarios, por la empresa? ¿Ustedes consideraron efectivamente prestado los servicios?”

Y había una pregunta clave, con la que los defensores pretendían demostrar que las acusaciones contra Dirceu eran infundadas. Los abogados les querían plantear a Slim y a Salinas Pliego lo siguiente: “En Brasil al señor José Dirceu se le acusa de práctica de crímenes de lavado de dinero porque supuestamente él firmaba contratos falsos que sólo simulaban la prestación de servicios fuera de Brasil, como forma de justificar el pago de coimas [sobornos] . ¿Usted sabe si son verdaderas estas acusaciones y los hechos por los cuales fue denunciado?”

El Ministerio Público Federal, a su vez, tenía listo un interrogatorio para los empresarios mexicanos, con el cual buscaba hallar una posible conexión en México con la empresa que le pagaba sobornos al exministro de Lula. Algunas preguntas que habían preparado los investigadores brasileños para Slim y Salinas Pliego eran: ¿En qué situación y en qué fecha usted conoció a José Dirceu de Oliveira, Gerson de Mello Almada, José Antunes Sobrinho y/o Cristiano Kok (estos tres últimos directivos de

Engevix)? ¿Cuánto tiempo duró su relación con ellos? ¿José Dirceu le prestaba servicios de consultoría? ¿Qué empresas representaba Dirceu? ¿Entre ellas estaba Engevix? Si es así, ¿Dirceu estaba acompañado de algún representante de esta empresa? ¿Él participó, de cualquier modo, para que se efectuaran las contrataciones de las empresas representadas? ¿Usted conoce la empresa Engevix? ¿Ella presta o prestó servicios en México? ¿En qué época?

Los interrogatorios fueron enviados al gobierno de México el 18 de noviembre de 2015, con una petición urgente del Ministerio de Justicia de responder a más tardar en tres meses, porque se trataba un proceso en curso, en el que los acusados ya estaban presos . Pasó el plazo fijado —y tres meses más— y las preguntas de acusadores y defensores quedaron archivadas, porque la PGR nunca accedió a citar a los testigos.

“No hay fecha prevista para el cumplimiento”, lamentó el juez Sergio Moro el 18 de mayo de 2016, día de la sentencia contra Dirceu . “Es inviable aguardar más”, anotó en el documento judicial en el que se condenó al exministro a 23 años de cárcel. Había pasado casi un año desde que había solicitado por primera vez el apoyo al gobierno de México. Así que decidió dejar por escrito la negativa a colaborar: “Agréguese que, hasta la fecha, pasaron casi dos meses de que venció el plazo, y los referidos pedidos de cooperación a México todavía no han retornado y parece improbable que se cumplan” . Y líneas más adelante el juez remarcó en el documento de la sentencia: “No tiene esta Corte cómo obligar a México a cumplir con las solicitudes de cooperación enviadas”.

LA MANO DE OSORIO CHONG

¿Quiénes eran los funcionarios de la PGR que desoyeron la petición de colaboración del juez Sergio Moro y del Ministerio de Justicia de Brasil?

En junio de 2017 le pregunté al entonces subprocurador de Asuntos Internacionales, Alberto Elías Beltrán, por qué el gobierno de México había desatendido las peticiones de asistencia jurídica de Brasil vinculadas con la investigación del caso Lava Jato. Extrañado, aseguró que ni siquiera conocía esas solicitudes de colaboración . La misma extrañeza mostró el subprocurador en Investigación de Delitos Federales, Felipe Muñoz, encargado de rastrear los sobornos de Odebrecht en México. Ambos funcionarios se integraron a sus cargos en la PGR en noviembre de 2016, y sus antecesores no les reportaron el intenso intercambio epistolar sostenido ese mismo año con las autoridades brasileñas sobre el gigantesco caso de corrupción que en ese momento ya había sacudido gran parte del continente. Era un asunto importantísimo que —sin embargo— había sido omitido o silenciado.

El anterior subprocurador de Asuntos Internacionales, que desdeñó la petición de colaboración de Brasil, había sido José Alberto Rodríguez Calderón, un incondicional de Miguel Ángel Osorio Chong, en ese entonces poderoso secretario de Gobernación cuyo propio casero —por cierto— había resultado beneficiado con los multimillonarios contratos asignados mediante sobornos por Pemex a Odebrecht en su estado natal, Hidalgo. Las casualidades despiertan suspicacias. ¿Había una intención de frenar deliberadamente la investigación de una posible conexión de Lava Jato en México?

Rodríguez Calderón fue nombrado subprocurador en marzo de 2015 por la entonces titular de la PGR, Arely Gómez, y a los cuatro meses —en julio— fue turnada a su despacho la primera petición de apoyo del juez Sergio Moro, la cual nunca fue atendida. El desdén continuó en los meses siguientes, cuando cada solicitud de colaboración fue desechada . Inexperto en temas de justicia internacional, su perfil era muy ajeno al de un diplomático dispuesto a colaborar con sus pares en el extranjero . Su ascenso en la política se había dado de la mano de dos paisanos: Miguel Ángel Osorio Chong, quien lo nombró procurador cuando fue gobernador de Hidalgo (2005-2011), y Jesús Murillo Karam, quien le cedió su curul cuando pidió licencia en la Cámara de Diputados en diciembre de 2012 para integrarse al gabinete de Peña Nieto . La Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales fue un simple escalón en la trayectoria del abogado hidalguense, pues al año siguiente de haber asumido el cargo Osorio Chong lo nombró director del Sistema Penitenciario Federal . Se fue cuando más se requería la colaboración entre países para enfrentar y resolver el magno caso de corrupción trasnacional . Tal vez para entonces ya había cumplido su verdadera encomienda: la de frenar o desviar —al menos momentáneamente— el primer gran obús que amenazaba con hacer estallar el caso Lava Jato en México .

LA CONEXIÓN MÉXICO

Youssef negoció proyecto mexicano

La mañana del 13 de noviembre de 2013, un misterioso inversionista mexicano contactó en Brasil al principal intermediario de contratistas y políticos del cártel Lava Jato: Alberto Youssef. Ambos se habían reunido para analizar un proyecto de inversión que implicaba un posible fraude en un procedimiento de licita-ción relacionado con México.

El encuentro pudo conocerse gracias a las intercepciones que realizó la Policía Federal de Brasil de dos teléfonos que utilizaba Youssef. Así pudo captar las conversaciones que mediante mensajes de texto sostuvo con el inversionista mexicano, del que no se proporcionó su identidad.

De acuerdo con el intercambio de mensajes, Youssef lo recibió el miércoles 13 de noviembre . Ese día, a las 8:53 de la mañana, un colaborador le escribió para avisarle que estaba pendiente de la llegada de su invitado, para recibirlo y atenderlo.

“Yo estoy aquí abajo del edificio, aguardando al mexicano”, le avisó . “¡Mira si puedes entregarle copia de las órdenes de servicio! Sería muy oportuno.”

“Ok . Estoy aguardando”, respondió Youssef.

Casi de inmediato, su colaborador le volvió a escribir: “Bueno, él está a 10 minutos, voy a esperar aquí para subir junto con él” . Luego, en forma despectiva, se refirió así al invitado mexicano: “¡Estos cucarachos son muy desconfiados de los latinos! Se sienten Yankees”.

Quince minutos después los tres se encontraron en un lugar que la policía no logró identificar.

A los seis días, la tarde del 19 de noviembre, el supuesto colaborador de Youssef retomó la conversación vía SMS: “Amigo, ¿confirmas que habrá una nueva licitación? ¿Ésta es la información que está llegando a México?” Como no hubo respuesta, al día siguiente le volvió a escribir apenas amaneció para hablar del proyecto de inversión que planeaban concretar en nuestro país, para el que incluso ya tenían listas proyecciones financieras: “Voy a compartir una memoria de cálculo de lo que se envió bruto y neto; aclara si va a haber o no licitación . ¡Cómo hablamos y no podemos participar!”, expresó preocupado.

En respuesta, del teléfono atribuido a Youssef salió un escueto mensaje el 20 de noviembre a las 6:53 de la mañana: “Ok, ya estoy viendo esto”.

Al día siguiente ambos personajes volvieron a cruzar mensajes y dieron claves de que la licitación de la que hablaban podría involucrar una empresa con presencia en distintos países .“¿Qué hay en cuanto a la nueva licitación?”, insistió el colaborador de Youssef . “Por favor libere órdenes de servicio al presidente mundial [de una compañía no identificada, ligada con el caso] . ¡Va a estar en Brasil este lunes! ¡Importante tener la fábrica operando!”

Ya casi anochecía cuando del teléfono de Youssef salió el siguiente mensaje: “Sí, estoy cuidando de eso, pero hasta ahora aquel asunto no sucedió [al parecer en referencia a la licitación]”

Odebrecht declara que “con certeza” apoyó a Keiko, García, Toledo y Humala

sábado, diciembre 30th, 2017

“Nuestra intención era la de apoyar. A muchos candidatos de oposición, incluso sabiendo que no iban a ser elegidos, los apoyábamos de alguna manera. Porque la oposición también puede crear problemas”, dijo Marcelo Odebrecht

En la imagen, el ex Presidente de Odebrecht Marcelo Odebrecht. Foto: EFE.

Lima, 30 diciembre (EFE).- El empresario brasileño Marcelo Odebrecht declaró en noviembre pasado a un equipo de fiscales de Perú que “con certeza” su empresa apoyó a políticos peruanos como Keiko Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala.

“Con certeza apoyamos a todos. A Toledo, Alan García, Humala, a Keiko”, afirmó Odebrecht en el encuentro celebrado el 9 de noviembre en la ciudad brasileña de Curitiba, según reveló hoy el portal de investigación periodística IDL-Reporteros, que publicó por primera vez el audio y la transcripción de la declaración.

“Nuestra intención era la de apoyar. A muchos candidatos de oposición, incluso sabiendo que no iban a ser elegidos, los apoyábamos de alguna manera. Porque la oposición también puede crear problemas. Una manera de crear una red es apoyar”, precisó.

Según la transcripción, Odebrecht dijo que considera que el actual Presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, “fue contratado como consultor económico de algunas consultorías y de presentaciones, después de ser ministro y antes de ser candidato”.

Afirmó que él personalmente asistió “a dos conferencias” que dio Kuczynski a dirigentes de su empresa y ahí escuchó sus charlas y “que había dado esa consultoría económica”.

“Imagino que la conferencia no fue dada gratis y que la consultoría tampoco fue hecha gratis. Yo supe de la consultoría y supe de la conferencia. Nadie me dijo: contraté por tanto. Por eso hay que tener cuidado”, remarcó.

Kuczynski afrontó la semana pasada un pedido de destitución de su cargo presentado por un sector de la oposición en el Congreso tras revelarse que una empresa suya había dado consultorías a la constructora Odebrecht entre 2004 y 2007, un período en el cual fue ministro del gobierno de Toledo (2001-2006).

Durante el debate del pedido de destitución, que finalmente fue rechazado gracias a la abstención de un grupo de congresistas fujimoristas, Kuczynski defendió su honestidad y afirmó que iba a colaborar con las investigaciones del Congreso y la Fiscalía.

Al referirse a la líder opositora Fujimori, Odebrecht sostuvo que le dijo a su entonces representante en Perú, Jorge Barata, “que apoye más a Keiko para hacer el mismo proceso de Venezuela”.

“Y puse lo de Venezuela (como ejemplo), porque nosotros hacíamos eso en Venezuela. La manera de evitar a la oposición, era justamente atender sus necesidades en campaña. Entonces fue ese tipo de conversación”, acotó.

Keiko rechazó en los últimos meses haber recibido una financiación de Odebrecht después de que se revelara que existía una anotación del empresario que decía “Aumentar Keiko 500”.

Odebrecht también sostuvo en su declaración que nunca llegó a encontrarse con la entonces candidata y aunque dijo que Barata tiene la información sobre si se entregó la financiación considera que “es casi seguro” que hubo una “contribución a su campaña y al partido”, y que su anotación se refería “con seguridad” a 500 mil dólares.

Kuczynski y Fujimori fueron interrogados este jueves, por separado y en estricto privado, por fiscales que investigan el caso Odebrecht, el primero en el Palacio de Gobierno y la segunda en las oficinas del Ministerio Público en el centro histórico de Lima.

Sobre el exgobernante Alan García (2006-2011), Odebrecht aseguró en su declaración fiscal que en las reuniones que tenían este “siempre decía que Barata también lo apoyaba y agradecía”.

“Daba a atender que lo estábamos apoyando, y con seguridad había un apoyo a la campaña. No sé si directamente a su campaña, a la campaña de los congresistas o a su partido”, remarcó.

El empresario agregó que “las ilicitudes, dónde hubo y si hubo, quien va a poder decir eso es Jorge (Barata)” y negó ser amigo de García, aunque agregó que mantenían “una relación de confianza” porque el exmandatario tenía “una estrecha relación” con su familia.

“Alan García conoció a mi abuelo en el primer mandato (1985-1990), luego a mi padre y después conmigo”, dijo.

Alan García afirma que él no participó en ningún acto de corrupción y exige que se responsabilice directamente a funcionarios de su Gobierno que sí recibieron sobornos para la concesión de las obras del Metro de Lima.

En Perú, el caso Odebrecht sigue el rastro de los millonarios sobornos que la compañía admitió ante la Justicia estadounidense haber pagado a funcionarios a cambio de adjudicarse grandes obras entre 2005 y 2014, período que abarca los mandatos presidenciales de Toledo, García y Humala, el único que actualmente está encarcelado mientras se le investiga por estas denuncias.

Marcelo Odebrecht, condenado a 31 años por corrupción, abandona cárcel y va a prisión domiciliaria

martes, diciembre 19th, 2017

Marcelo Odebrecht, el que fuera el principal dirigente de la mayor constructora de Brasil y de una multinacional con negocios en decenas de países salió de las celdas de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba este martes.

Odebrecht ha sido condenado hasta ahora en dos de siete procesos a penas sumadas de 31 años y 6 meses de prisión por los delitos de corrupción, lavado de dinero y asociación para delinquir.

En la imagen, el ex presidente de Odebrecht Marcelo Odebrecht. Foto: EFE.

Sao Paulo, 19 de diciembre (EFE).- El ex presidente de Odebrecht Marcelo Odebrecht, condenado a 31 años de prisión en el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, abandonó hoy la cárcel en que estuvo recluido dos años y medio tras beneficiarse de una medida que le permite seguir purgando la pena en su casa.

El que fuera el principal dirigente de la mayor constructora de Brasil y de una multinacional con negocios en decenas de países salió de las celdas de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba a las 09:52 hora local de este martes, confirmaron a Efe fuentes del organismo.

Escoltado por agentes de la Policía Federal, el magnate fue conducido inicialmente a un foro judicial en Curitiba para una sesión con un juez federal en el que fue informado de las condiciones en que tendrá que cumplir el régimen de arresto domiciliario en su mansión en Sao Paulo, a donde está previsto que viaje este mismo martes en un avión particular.

En el mismo despacho los funcionarios judiciales le pondrán a Odebrecht una tobillera electrónica para que la Justicia pueda fiscalizar sus movimientos y vigilar que no salga de su residencia.

El dispositivo controlará los pasos del expoderoso ejecutivo por los próximos siete años y medio según un acuerdo que obtuvo con la Fiscalía a cambio de ayudar en diferentes investigaciones sobre las corruptelas cometidas por la constructora.

El acuerdo de colaboración con la Justicia también obligó al heredero de uno de los mayores conglomerados empresariales de Brasil a pagar una multa de 73.3 millones de reales (unos 22.2 millones de dólares).

Además de ser una de las principales implicadas en el gigantesco escándalo de corrupción por los desvíos en la petrolera estatal Petrobras, Odebrecht es investigada por los sobornos que pagó a dirigentes públicos en decenas de países para adjudicarse contratos.

El acuerdo judicial prevé que el ejecutivo permanezca recluido en su mansión por los dos próximos dos años y medio, al final de los cuales tendrá derecho a pasar al régimen de prisión semiabierta, con lo que podrá salir de día para trabajar pero tendrá que dormir todas las noches en casa.

Al final de este período, tendrá que cumplir otros dos años y medio de prisión en régimen abierto, para un total de 10 años.

Odebrecht ha sido condenado hasta ahora en dos de siete procesos a penas sumadas de 31 años y 6 meses de prisión por los delitos de corrupción, lavado de dinero y asociación para delinquir.

Las penas fueron reducidas a 10 años tras el acuerdo que la Fiscalía firmó con 76 ejecutivos y exejecutivos de Odebrecht para que revelaran todas las corruptelas cometidas por la empresa en Brasil y otros países.

Solo en Brasil, la divulgación de los testimonios de los ex directivos hizo que la Corte Suprema autorizara la apertura de 76 investigaciones contra casi cien políticos aforados citados en las delaciones, entre ellos varios ministros del Gobierno del Presidente Michel Temer.

En el régimen de casa por cárcel el empresario sólo podrá recibir visitas de familiares, abogados y otras 15 personas incluidas en una lista que sus abogados entregaron hoy al juez de ejecución penal.

Igualmente tendrá derecho a abandonar su casa en dos oportunidades, con fechas aún por determinar pero que al parecer fueron solicitadas para permitirle acudir a la graduación de sus hijas como universitarias.

De acuerdo con la Fiscalía, en caso de que no cumpla las reglas del régimen de prisión domiciliaria o se descubra que omitió informaciones en su confesión, el empresario tendrá que volver a cumplir su pena en régimen cerrado.

Agárrense, políticos mexicanos: Marcelo Odebrecht declara sobre corrupción en México

martes, mayo 16th, 2017

Esta semana podrían salir a la luz nuevos datos sobre el caso de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht y Pemex. El ex director de esa compañía, Marcelo Odebrecht, quien involucró en denuncias previas a Emilio Lozoya, ex titular de Pemex, declaró esta semana en Brasil sobre los presuntos aportes irregulares a la campaña electoral del ex Presidente Ollanta Humala y el jueves lo hará sobre el caso de México, así lo informó el diario Estado de Sao Paulo.

Los sobornos que la constructora brasileña dio a funcionarios de América Latina para conseguir contratos ha derivado en grandes investigaciones en países como Brasil, Argentina, Perú y Ecuador, no así en el caso de México. A pesar de que Pemex abrió una investigación interna y aseguró que había puesto una denuncia en contra de quien resultara responsable, la Procuraduría General de la República (PGR) reservó hasta por un periodo de cinco años todos los informes, reportes y órdenes de investigación.

Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).– Marcelo Odebrecht, ex presidente de la constructora brasileña Odebrecht, declaró esta semana sobre las redes corruptas de la compañía en México y Perú, según información del diario Estado de Sao Paulo.

Marcelo Odebrecht, condenado a 19 años de cárcel por corrupción, declaró ayer sobre el caso peruano y el próximo jueves lo hará respecto a México.

En México, Odebrecht declaró haber pagado 10.5 millones de dólares entre 2010 y 2014, durante los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Además, mencionó en denuncias previas el nombre del ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin.

La compañía Odebrecht y su filial Braskem tienen proyectos en el sector energético en México y ambas compañías están envueltas en escándalos de corrupción destapados en el marco de la operación “Lava Jato” (Lavado de autos), que empezó hace más de tres años con una investigación sobre una red fraudulenta en la petrolera estatal brasileña Petrobras.

Los sobornos que la constructora carioca Odebrecht dio a funcionarios de América Latina para conseguir contratos ha derivado en grandes investigaciones en países como Brasil, Argentina, Perú y Ecuador, no así en el caso de México.

A pesar de que Pemex abrió una investigación interna y aseguró que había puesto una denuncia en contra de quien resultara responsable, la Procuraduría General de la República (PGR) reservó hasta por un periodo de cinco años todos los informes, reportes y órdenes de investigación.

En abril pasado, la PGR respondió a una solicitud de información pública que presentó un particular, quien negó cualquier documento relacionado que acredite el pago de sobornos a funcionarios mexicanos.

La dependencia justificó el blindaje de la información amparada en lo establecido en los artículos 99 y 104 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y en el artículo 34 de los lineamientos generales en materia de clasificación y desclasificación de información.

En un intento por informar sobre los nexos de Odebrecht con Pemex, la Empresa Productiva del Estado publicó el 5 de abril los contactos con la empresa brasileña, sin embargo, los datos clave estaban con tachaduras.

El 12 de abril, la revista brasileña Veja reveló que Emilio Lozoya habría solicitado 5 millones de dólares a la empresa Odebrecht, según documentos judiciales.

“El denunciante Hilberto Mascarenhas, Director del Sector de Finanzas Estructuradas de Odebrecht, narró al fiscal haber recibido la solicitud [de soborno] del millonario Emilio Lozoya, ex presidente de la gigante Pemex”, señaló el medio en la nota publicada en su portal web.

Mascarenhas dijo a las autoridades que la solicitud de soborno se habría producido durante una reunión con Luis Weyll, director general de Odebrecht Infraestructura en México, autorizada por Luiz Mameri, presidente de Odebrecht Infraestructura para América Latina.

Veja no detalló si se realizó la transacción o no.

El medio también señaló que los pagos indebidos revelados por el ex directivo de la empresa brasileña en Venezuela fueron de 35 millones tan sólo para participar en la construcción del metro de Caracas.

El ex funcionario de Pemex negó la acusación del medio.

A través de un comunicado señaló que “nunca recibió dinero ilegal de Odebrecht” y que cualquier información relativa a los supuestos pagos irregulares son calumnias:

“Me reservo a la acción legal en contra de los que me calumnian sin ninguna base legal”, añadió en su respuesta al medio brasileño.

Ex presidente de Odebrecht declara haber pagado 4 millones de dólares a Lula

martes, abril 11th, 2017

Según las informaciones, Odebrecht aseguro haber entregado el dinero a Lula, Presidente de Brasil entre 2003 y 2010, en pagos realizados entre 2012 y 2013.

El ex mandatario Luiz Inácio Lula Da Silva. Foto: EFE.

Río de Janeiro, 10 abril (EFE).- El empresario brasileño Marcelo Odebrecht, ex Presidente de la constructora Odebrecht, declaró ante la Justicia haber pagado 13 millones de reales (unos 4.15 millones de dólares) en efectivo al ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva entre 2012 y 2013, informaron hoy medios locales.

Marcelo Odebrecht, preso desde junio de 2015, declaró este lunes ante el juez federal Sérgio Moro, responsable de las investigaciones del gigantesco caso de corrupción en Petrobras, que Lula es en realidad el beneficiario de los pagos descubiertos en las libretas de contabilidad de la empresa bajo el nombre de “amigo”.

Se trata de la primera declaración del ejecutivo ante la Justicia tras haber llegado a un acuerdo para delatar la trama de corruptelas alrededor de la petrolera estatal Petrobras a cambio de tener una rebaja en la condena.

Aunque su testimonio está bajo sigilo, fue filtrada a los medios de comunicación.

Según las informaciones, Odebrecht aseguro haber entregado el dinero a Lula, Presidente de Brasil entre 2003 y 2010, en pagos realizados entre 2012 y 2013.

El empresario también explicó que hizo varios pagos al Instituto Lula, que dirige el expresidente, para la compra de un terreno en el que debía construirse un edificio en el que la entidad tendría su sede.

Además, también habría entregado 50 millones de reales (cerca de 16 millones de dólares) para la campaña electoral en 2010 de Dilma Rousseff, ahijada política de Lula y sucesora suya en el cargo (2011-mayo de 2016), mediante el entonces ministro de Hacienda, Guido Mantega.

Odebrecht declaró que otros nombres que aparecían en la libreta de contabilidad del grupo, como “post-italiano” e “italiano”, eran Guido Mantega y Antonio Palocci respectivamente.

Palocci, quien fue ministro con Lula y Rousseff, era el principal interlocutor del Gobierno con el grupo Odebrecht, según el empresario, y fue sustituido en la función por Mantega.

Odebrecht declaró hoy en un proceso contra Palocci, acusado de usar su influencia en el Gobierno para favorecer los intereses de la constructora Odebrecht, la mayor de Brasil, y de la que habría cobrado 128 millones de reales (40 millones de dólares).

Tras conocer las acusaciones, el Instituto Lula emitió un comunicado en el que rechazó las acusaciones y dijo que el exmandatario no comentaría ninguna declaración bajo sigilo en la Justicia “filtrada selectivamente y de forma ilegal”.

Odebrecht fue condenado a 19 años de prisión en uno de los procesos vinculados a la gran red de corrupción en Petrobras, en la que la constructora que dirigía es una de las más salpicadas por los desvíos.

Según investigaciones policiales divulgadas hoy por la prensa, el grupo Odebrecht, causó daños por valor de 5.684 millones de reales (unos 1.810 millones de dólares) en 11 contratos inflados firmados con Petrobras entre 2003 y 2014.

La mayor constructora de Brasil participó de un “cartel” con otras 15 importantes constructoras del país para hacerse con las licitaciones de manera fraudulenta de Petrobras, según ha descubierto la investigación.

Las autoridades comprobaron que ese exclusivo grupo obtenía contratos amañados con Petrobras, inflaban los valores y repartían las diferencias entre directores de la petrolera estatal y partidos políticos que amparaban la práctica y legislaban a favor de estas empresas.

El caso Petrobras investiga el mayor caso de corrupción de la historia de Brasil desde hace tres años y por la que han sido detenidos decenas de empresarios y políticos debido a su participación en la red de corrupción destapada en el seno de la petrolera estatal.