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El “Mural Efímero”, obra de Cuevas que marcó la Generación de la Ruptura en México, será subastado

jueves, junio 11th, 2020

Este mural se convirtió en una obra emblemática de la denominada Generación de la Ruptura, en la que se encuadran artistas como el propio Cuevas y del recientemente fallecido Manuel Felguérez, contra la Escuela Mexicana de la Pintura.

México, 11 jun (EFE).- Dos fragmentos del “Mural Efímero” del artista mexicano José Luis Cuevas, obra emblemática de la ruptura de una generación de artistas con el muralismo mexicano, encabezarán la subasta de arte latinoamericano del próximo 18 de junio, informaron este jueves los organizadores.

Cuevas (1934-2017) plasmó esta obra efímera en 1967 en una pared de la Zona Rosa de la Ciudad de México en un acto de rebeldía, y rompimiento con el arte institucionalizado en el país, entonces marcado por la obra de los muralistas Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Clemente Orozco.

Este mural se convirtió en una obra emblemática de la denominada Generación de la Ruptura, en la que se encuadran artistas como el propio Cuevas y del recientemente fallecido Manuel Felguérez, contra la Escuela Mexicana de la Pintura.

Luego de su desmantelamiento, Cuevas obsequió dos de los cuatro fragmentos del mural al periodista mexicano Jacobo Zabludovsky y, a su muerte, pasaron a un coleccionista privado que decidió ponerlos en venta, dijo Constanza Infante, valuadora de Morton Subastas.

Los dos fragmentos del “Mural Efímero” de Cuevas, elaborados en masonita (paneles de madera comprimida), saldrán a subasta con un precio base de 1,3 millones de pesos (unos 59 mil 090 dólares), indicaron los organizadores.

En esta puja integrada por 207 lotes, se subastarán obras de Siqueiros, de Felguérez, de Rivera, del guatemalteco Carlos Mérida y del peruano Alfredo Alcalde, quien recientemente sufrió el robo de una veintena de sus pinturas en su casa de México.

De Siquieros (1896-1974) estará su obra “Benito Juárez”, un acrílico sobre madera, con una cotización inicial de 4,2 millones de pesos (unos 190 mil 909 dólares) aunque se considera que podría llegar a los 6 millones de pesos (unos 272 mil 727 dólares).

La subasta incluye varias obras del guatemalteco Carlos Mérida (1891-1984) como el llamado “Paisaje con 3 mujeres”, un grafito sobre papel con precio de salida de 100 mil pesos (unos 4 mil 545 dólares)

De Rivera (1887-1957) se subastará con un precio de salida base de 5,8 millones de pesos (unos 263 mil 636 dólares) su obra “Cabeza india”, autentificado por su nieto Juan Coronel Rivera y publicado en el catálogo de su obra de caballete del Consejo Nacional de Cultura y las Artes (Conaculta) de México.

El peruano Alcalde (1961) estará presente en la subasta con dos de sus óleos, “Mimo con Pinocho”, con un precio de salida de 500 mil pesos (unos 22.727 dólares), y “Eros y Tanatos”, por 800 mil pesos (unos 36 mil 363 dólares).

En el catálogo sobresale también un óleo del recién fallecido pintor mexicano Felguérez (1928-2020) con el título “Viaje en el tiempo”, valorada en 750 mil pesos (unos 34 mil 090 dólares) como precio de salida.

La subasta se celebrará a puerta cerrada con ofertas en ausencia debido a las medidas sanitarias tomadas por los organizadores para preservar la salud de sus empleados y clientes durante la pandemia de COVID-19 en México, que ha dejado más de 15 mil muertos y 129.000 contagios.

Hija de José Luis Cuevas denuncia que la biblioteca de su padre fue repartida en “mercados de pulgas”

martes, abril 2nd, 2019

María José Cuevas, hija de José Luis Cuevas, recuperó algunos de los libros de su padre, sin embargo, la colección terminó desarticulada. 

Ciudad de México, 2 de abril (SinEmbargo).– María José Cuevas, hija de José Luis Cuevas, denunció que la biblioteca de su padre fue vendida en mercados de pulgas.

“La maravillosa biblioteca de mi papá con la colección de libros más extraordinarios ya la podemos encontrar regada en los mercados de pulgas. La viuda ya la fue a vender x lotes, es tan ignorante que no tiene idea de por ejemplo quién es Ibargüengoitia. Me lleno de rabia”, escribió María José. El mensaje fue acompañado de la imagen de un libro que Ibargüengoitia dedicó a José Luis Cuevas.

María José se trasladó hasta un puesto en la Ciudad de México. Ahí comprobó que los libros eran de su padre, quien falleció en julio del 2017.

María José Cuevas, hija de José Luis Cuevas, denunció que la biblioteca de su padre fue vendida en mercados de pulgas. Foto: @mariajosecuevas.

“Él siempre tuvo la costumbre de ponerles un sello con su nombre como una forma de pertenencia y así ir formando esa extraordinaria biblioteca”, explicó María José. Los textos tenían el sello.

“La colección era tan extensa e importante que siempre fue pensada para ser donada a alguna biblioteca o acervo para poder ser consultada. Al desarticular la colección pierde por completo el valor cultural e histórico. Es lo que pasa cuando los legados cae en manos de ignorantes”, señaló Cuevas.

“El vendedor del puesto nos contó que la viuda vendió libros y antigüedades a un “coyote” y este a su vez se encarga de repartirlos. Para mis hermanas y para mí nos duele en el alma nuestra historia, pero nos indigna que con esto se pierde un importante legado que era para México”, detalló.

María José celebró que “esos libros no se están empolvando con la viuda, ahora están viajando cayendo en manos de personas que los sabrán apreciar. Que sepan que tienen un cachito de una historia extraordinaria y de muchos años de ir formando con amor una biblioteca”.

La grandeza de José Luis Cuevas, dibujante grabador, escultor e ilustrador, de formación esencialmente autodidacta, se mide por su obra, por su intensidad rupturista, por su condición de pionero al rebelarse en su juventud al muralismo que ya nada tenía para decir, muertos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Pero también el artista, uno de los más importantes en la historia de las artes visuales en nuestro país, cobra una dimensión extraordinaria por su personalidad de dandy provocador y galante, dispuesto a comerse el mundo con sus imágenes feroces y sus acciones siempre un paso adelante que el resto.

-Con información de Mónica Maristain. 

REVISTA ARTES DE MÉXICO | Carta homenaje de José Luis Cuevas a Gabriel Figueroa

sábado, julio 8th, 2017

En el número 2 de las revista Artes de México, El arte de Gabriel Figueroa, José Luis Cuevas realiza un homenaje a la labor fotográfica de este artista mexicano, en quien encuentra una vía de confluencia para pensar la Ciudad de México. Reproducimos aquí el fragmento completo que nos ayuda entender una faceta más sobre las reflexiones estéticas que alimentaron el ingenio de Jose Luis Cuevas.

Por José Luis Cuevas

Ciudad de México, 8 de julio (SinEmbargo).- Magnífico que un número de Artes de México esté dedicado a Gabriel Figueroa, uno de los grandes artistas plásticos de México. Soy su amigo, nos conocimos hace ya algunos años y frecuenté con asiduidad su casa. Pocos saben una cosa: la influencia que Figueroa ejerció sobre mi labor de dibujante y grabador.

Quisiera referirme al Gabriel Figueroa de la Ciudad de México. Es quizá el que me resulta más entrañable, sin demeritar, por supuesto, al Figueroa bucólico, el de María Candelaria o el de los paisajes áridos como Río Escondido y Nazarín. Lo que pasa es que yo soy hombre de la ciudad y difícilmente viajo por el campo. Éste lo he recorrido en auto, sin detenerme en los pueblos y sin mirar el paisaje. En cambio, a la Ciudad de México la he caminado, observado y dibujado desde mi infancia. México capital, captado por Figueroa, influyó poderosamente en mis años de formación.

La ciudad, encuadrada por este gran fotógrafo, estuvo muy presente cuando yo la dibujaba. Recorría los barrios capitalinos y los observaba con el ojo de la cámara de Figueroa. Este fotógrafo nos ha dejado diferentes momentos de una ciudad que se ha ido deteriorando con el tiempo. Fragmentos ya desaparecidos surgen en Víctimas del pecado, como aquel puente de Nonoalco, donde yo dibujé niñas paralíticas y niños ventrudos. En Salón México la visión del D.F. ya nos resulta onírica, con sus amaneceres y sus anocheceres; así como la de Distinto amanecer, la obra maestra de Julio Bracho.

En Mientras México duerme, de Alejandro Galindo, la cámara de Figueroa recorre por primera vez una ciudad que ya resulta irreconocible. Los automóviles se deslizan por calles y avenidas que ya no existen y se detienen en casas que desde hace tiempo fueron derruidas. En Los olvidados, de Luis Buñuel, Gabriel Figueroa capta el terribilismo de los barrios bajos con la fuerza que imprimían en sus aguafuertes José Gutiérrez Solana. Estamos aquí en uno de los momentos cumbre del arte de Figueroa.

Por Buñuel en el megáfono y Figueroa en la cámara, confluyen dos corrientes del arte universal: la española y la mexicana. Está Goya presente, como lo está José de Ribera, El Españoleto; pero también lo están Posadas, Orozco y el arte popular mexicano.

Por todo lo que le debo a Gabriel Figueroa, como artista gráfico que soy, vayan estas líneas en su homenaje.

El arte de Gabriel Figueroa, Artes de México, número 2, está disponible en esta página. Una sección de Artes de México para SinEmbargo.

Familiares y amigos rinden homenaje en Bellas Artes “al artista total” José Luis Cuevas

martes, julio 4th, 2017

En presencia de la familia de Cuevas y decenas de personajes del mundo de la cultura,María Cristina García dijo que este homenaje representa la forma de decirle “hasta siempre” a Cuevas, un pintor, escultor y grabador famoso por su desafío a la escuela de los grandes muralistas de México.

Familiares montan una guardia junto a las cenizas del pintor mexicano José Luis Cuevas al Palacio de Bellas Artes. Foto: EFE

Por José Antonio Torres

México, 4 de julio (EFE).- La secretaria mexicana de Cultura, María Cristina García, definió hoy como “artista total” al pintor José Luis Cuevas durante el homenaje póstumo que el Gobierno de ese país le rindió al artista en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México.

“Con sus pinceles, lápices e instrumentos de artista total, abrió caminos para su generación y construyó puentes para la creación en México”, destacó García ante las cenizas del pintor mexicano, fallecido este lunes a la edad de 83 años.

En presencia de la familia de Cuevas y decenas de personajes del mundo de la cultura, García dijo que este homenaje representa la forma de decirle “hasta siempre” a Cuevas, un pintor, escultor y grabador famoso por su desafío a la escuela de los grandes muralistas de México.

“Te recibimos en este Palacio de Bellas Artes para decirte hasta siempre, porque esta casa, la casa de la excelencia artística, tiene capítulos inolvidables para la vida y obra de José Luis Cuevas”, aseguró.

Resaltó que el pintor fue “voz, imagen e idea de la ruptura”, adjetivo dado a una generación de artistas a partir de una carta “La cortina del nopal” que Cuevas publicó en abril de 1958 como un reto a la tradición de la Escuela Mexicana de Pintura, representada por los muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

“Cuevas perteneció a una generación de creadores, que al trazar su línea y sus imágenes en el retrato de los personajes, expresaron el alma del ser humano”, sostuvo la titular de Cultura.

Vista general del homenaje póstumo al pintor mexicano José Luis Cuevas al Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México (México). Foto: EFE/Mario Guzmán

El arquitecto y escultor mexicano Fernando González Gortázar calificó el homenaje en Bellas Artes, espacio donde hay obra del muralismo mexicano, de una especie de reconciliación de Cuevas con aquellos muralistas a los que desafió.

La presencia de Cuevas en Bellas artes “significa la continuidad de una cultura; digamos que los muertos se reconcilian con los muertos, que se reconocen como parte de ese río gigantesco y siempre cambiante que es la cultura mexicana”, manifestó.

González, Premio América de Arquitectura 2009, explicó que el homenaje a Cuevas es además ejemplo de que la generación de la ruptura, de la que fue “columna central”, debería nombrarse generación de la apertura porque no hubo ruptura alguna.

“Cuevas siempre se declaró deudor del muralista José Clemente Orozco. Hay en los dos el mismo genio, la misma potencia, la misma crítica implacable y rebeldía perpetua; lo que Orozco lograba con sus largos brochazos en los muros, Cuevas lo hacía con sus acerados trazos en el papel o la plancha”, abundó.

Alrededor de 300 personas se reunieron en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes para recibir la urna con las cenizas del pintor, la cual se colocó bajo una gigantesca fotografía del pintor fechada en 1991.

A los lados se situaron su viuda, Beatriz del Carmen Bazán, y sus hijas María José, Ximena y Cristina Cuevas, acompañadas de personajes como Silvia Lemus, viuda del escritor mexicano Carlos Fuentes, y el ex Senador mexicano Porfirio Muñoz Ledo.

Vista de la llegada de las cenizas del pintor mexicano José Luis Cuevas al Palacio de Bellas Artes. Foto: EFE/Mario Guzmán

La solemnidad del acto quedó marcada con una guardia a cargo de la viuda; la secretaria García; la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lidia Camacho, y el titular de Cultura de Ciudad de México, Eduardo Vázquez.

El momento más emotivo ocurrió cuando las hijas del pintor, que estuvieron alejadas de él los últimos años, flanquearon la urna en medio de los aplausos y expresiones de ánimo y un recuerdo para su madre, Bertha Cuevas (1937-2000).

Desde el surgimiento de la generación de la ruptura, Cuevas se mantuvo como un artista rebelde y famoso por atribuirse el bautizo de la Zona Rosa de Ciudad de México en la década de 1960, que en aquellos años ya presentaba incipientes muestras de vida nocturna.

En 1969, Cuevas pintó en la esquina de un barrio un memorable mural efímero considerado como un rechazo a la solemnidad, aunque el mismo apenas pudo ser observado un mes al ser destruido por un incendio.

A Cuevas se le reconoce por las grotescas y deformadas facciones de sus dibujos y sus cuadros, muchos de los cuales pueden verse en el museo que en su honor se abrió en la Ciudad de México en 1992.

Autoridades preparan homenaje a José Luis Cuevas en el Palacio de Bellas Artes

martes, julio 4th, 2017

“Aún tengo el trazo firme”, decía el año pasado José Luis Cuevas, el hombre que desarrolló una impresionante carrera artística como pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador, quien murió ayer a los 83 años. Este martes, partir de las 16:00 horas, se llevará a cabo un homenaje abierto al público en su honor en el Palacio de Bellas Artes.

Ciudad de México, 4 de julio (SinEmbargo/AP).- Este martes, a la 16:00 horas, se llevará a cabo un homenaje abierto al público en el Palacio de Bellas Artes al artista plástico mexicano José Luis Cuevas, quien falleció la tarde de ayer a los 83 años de edad.

Considerado el pilar de la Generación de la Ruptura, junto a artistas como Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Pedro Coronel y Fernando García Ponce; el también escritor nació el 26 de febrero de 1931 en la Ciudad de México.

Tras la muerte del pintor, el Presidente de la República Mexicana, Enrique Peña Nieto, dio su pésame a la familia del artista a través de su cuenta de Twitter: “Mi más sentido pésame a familiares, amigos y a la comunidad cultural por el fallecimiento de José Luis Cuevas” y en otros mensajes, reconoció a Cuevas como un “artista de México y el mundo” que será recordado “como sinónimo de libertad, creación y universalidad”.

María Cristina García, Secretaria de Cultura, también escribió en la red social: “Mi profundo pesar por el deceso de José Luis Cuevas, uno de nuestros máximos creadores plásticos del siglo XX. Mi pésame a sus deudos”.

Por su parte, el jefe capitalino, Miguel Ángel Mancera, escribió: “Lamento profundamente el fallecimiento del maestro José Luis Cuevas, pilar del arte mexicano, mis condolencias a familiares y amigos”

Entre los galardones que José Luis Cuevas recibió a lo largo de su vida se encuentra el Primer Premio Internacional de Dibujo, el Premio Internacional de Grabado, y el Premio Nacional de Bellas Artes.

También fu acreedor al doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa en 1984, y Francia le otorgó la orden de Caballero de las Artes y de las Letras.

“Aún tengo el trazo firme”, decía el año pasado, el hombre que desarrolló una impresionante carrera artística como pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador, labor por la que ha obtenido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales.

Fue un autodidacta. Y fue un artista de la ruptura porque creció proponiendo algo distinto al poderoso Movimiento Muralista Mexicano, que llegó a la cúspide y desde allí tomó control de las artes mexicanas durante años, o décadas. Cuevas fue también parte de la escuela del neofigurativismo.

Su obra no estuvo exenta de polémica. Sus performances fueron considerados atrevidos en una generación de cambio. Pero Cuevas no sólo propuso: rompió tabúes y le hizo honor a las artes mexicanas, siempre en movimiento, siempre provocando. Su escultura, sus grabados, las esculturas reacomodaron al hombre para llevarlo a verse a sí mismo en la degradación.

Pablo Picasso llegó a comprar dos de sus dibujos y Diego Rivera fue uno de sus enemigos.

En 1957 publicó una serie de artículos que criticaban al muralismo mexicano, corriente que hasta ese entonces era el máximo orgullo en el arte del país y cuyos máximos exponentes eran Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Al ser parte de la Generación de la Ruptura, buscó nuevas formas de expresión artística y propugnó en contra de los artistas que hacían concesiones para vender su arte y la “Escuela Mexicana de Pintura”, ideas que plasmó en su manifiesto “Cortina de Nopal”.

“Creo firmemente que no puede progresarse si no hay inconformidad, si no se hastía uno de lo hecho y vuelve a empezar otro camino”, dice en el panfleto.

En 1960, The New York Times lo calificó como uno de los grandes dibujantes del mundo, comparándolo con Picasso.

Cuevas fue quien acuñó en 1967 el nombre de Zona Rosa para la sección en el centro de la ciudad donde se reunían los intelectuales y artistas de la época. En ella dibujó un “Mural efímero” en la parte alta de un edificio en la esquina de las calles de Londres y Génova en el que se mofaba de los ideales comunistas del muralismo. La obra luego fue destruida. Años más tarde, en 1995, realizó otro mural en la Zona Rosa, esta vez con talavera poblana.

Al final llegó a reconciliarse con los muralistas. De Orozco decía que era el pintor al que más admiró, de Siqueiros fue un gran amigo al pasar de los años y de Rivera reconoció que tenía algunas obras buenas.

Se le acusó de ser uno de los instigadores del movimiento estudiantil de 1968, que fue brutalmente reprimido por el gobierno mexicano. El clima político lo llevó a “autoexiliarse”, según la biografía de su sitio, para ir vivir a Francia en 1976. Regresó dos años después pero su casa fue ametrallada, por lo que volvió a Francia.

Ese mismo año la OEA le dedicó un homenaje continental y para 1979 regresó a México con una exposición titulada “José Luis Cuevas. El regreso de otro hijo pródigo”, en el Museo de Arte Moderno.

Cuevas se mantuvo fiel a su nacionalidad a través de su retrato de la dura realidad en México con un estilo cargado de imágenes precolombinas. Sus obras del aislamiento humano y el sufrimiento lo relacionan con el expresionismo.

Su obra está incluida en las colecciones del Museo de Arte Moderno en Nueva York y el Museo Hirshhorn de Washington.

¿Cuál será mi último dibujo antes del silencio total?, se preguntaba José Luis Cuevas

martes, julio 4th, 2017

“Una risa, / Como un aullido / Desde el fondo del tiempo  / Desde el fondo del niño  / Cada día / José Luis dibuja nuestra herida” escribió Octavio Paz. Este lunes de lluvia, al inicio de julio, se iba el gran artista mexicano.

Ciudad de México, 4 de julio (SinEmbargo).- “El artista crea sus propios mitos y el más importante de estos es el mito de sí mismo”, dijo alguna vez José Luis Cuevas, el hombre que acaba de morir a los 86 años, que rompió con el muralismo mexicano, a pesar de lo cual ha dicho en numerosas ocasiones que fue al mirar murales de Diego Rivera que se dedicó a pintar.

¿83 u 86?, su edad siempre fue objeto de discusión, hasta que el hermano mayor, el médico Alberto Cuevas, aseguró que la fecha exacta del nacimiento del artista fue el 26 de febrero 1931 y no de 1934, como afirmaba el propio José Luis.

“A todos nos cambia la edad. Hacía tiempo que no lo veía, supe que andaba mal del brazo, que se quejaba de la columna, creo que en los últimos años vivió una gran nostalgia, por todo lo que se fue”, dice la amiga entrañable y colega, Martha Chapa.

Los hijos de ella, las hijas de él, su esposa –fallecida en el 2000 de leucemia- pasaron navidades durante 20 años, poca gente lo conocía tanto como la pintora.

“Mmm…Cuevas me traicionó horrible. Mmm…él está muy mal ahora. Creo que tiene mucho miedo a la muerte, no quiere morir solo, depender de semejante mujer…creo que tiene Síndrome de Estocolmo. Un hombre de tanto talento, a lo que ha llegado. Aunque el músculo esté atrofiado, qué dibujante era Cuevas”, dijo hace no muy poco el pintor Arturo Rivera.

¿Miedo a la muerte? ¿Cómo será el día en que yo me muera? Esos pensamientos inundaban sus ojos verdes, su mirar en el horizonte. Esa vida que para vivirla larga fumó durante muchos años sin dejar que el tabaco entrara a sus pulmones. “Soy un maestro en el arte de tirar el humo para afuera”, dijo hace unos años provocando la hilaridad de los asistentes a una conferencia de prensa llevada a cabo en el museo que lleva su nombre.

Amaba a Fiodor Dostoievski y fue un escultor tardío. Foto: Pedro Valtierra / Cuartoscuro

LA GRANDEZA DE JOSÉ LUIS CUEVAS

La grandeza de José Luis Cuevas, dibujante grabador, escultor e ilustrador, de formación esencialmente autodidacta, se mide por su obra, por su intensidad rupturista, por su condición de pionero al rebelarse en su juventud al muralismo que ya nada tenía para decir, muertos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Pero también el artista, uno de los más importantes en la historia de las artes visuales en nuestro país, cobra una dimensión extraordinaria por su personalidad de dandy provocador y galante, dispuesto a comerse el mundo con sus imágenes feroces y sus acciones siempre un paso adelante que el resto.

Como cuando Pablo Picasso compró obras de él cuando éste expuso en la Galería Edouar Loeb de París, Francia. Como ahora, que ante la sorpresa de su muerte –uno siempre cree que estos maestros vivirán por siempre- se levanta la muestra en el Centro Cultural Tijuana, Homenaje en sus 86 años, integrada por 160 obras.

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O como cuando en febrero y él cumplía 80 años, se reinauguraba la Sala Erótica que había permanecido cerrada durante cinco años y que ahora se erige en la planta baja del museo, en un espacio más grande y más abierto.

EL AUTODIDACTISMO DE CUEVAS

Cuevas se formó casi de manera autodidacta y en su juventud fue parte del efervescente mundo cultural mexicano, rodeándose de figuras como Luis Buñuel, Carlos Fuentes, Leonora Carrington, Julio Cortázar, Juan Soriano, Gabriel García Márquez y Alberto Gironella.

El premio Nobel mexicano de Literatura Octavio Paz lo describió en Los privilegios de la vista. Arte de México como un “artista carnívoro, cuya atracción principal reside en su gracia flexible, sus movimientos sinuosos, la ferocidad elegante de su dibujo, la fantasía grotesca de sus figuras y los resultados con frecuencia mortíferos de sus trazos”.

Soy el maestro de tirar el humo para afuera, decía. Foto: Isaac Esquivel / Cuartoscuro

Cuevas es uno de los creadores mexicanos vivos más falsificados, pero también más vendidos en el mercado internacional, además del miembro más visible de la llamada “Generación de la ruptura”, que creó un arte más abstracto y cosmopolita en contraste con la Escuela Mexicana de Pintura.

También se le conoce por sus controvertidas frases, en las que se describe como gran amante y como de creador insuperable.

En diversas ocasiones el llamado “enfant terrible” del arte mexicano ha dicho ser mejor que el muralista mexicano Diego Rivera y que su segunda esposa, Beatriz del Carmen Bazán, de 54 años, es “mucho más bonita que Frida Kahlo”.

LOS CONFLICTOS CON SUS HIJAS, DRAMA DEL FINAL

Poco antes de volver a emitir esa declaración, a mediados de 2013, los conflictos familiares del autor de “La giganta” pasaron del ámbito privado al público.

En abril de 2013, las hijas del primer matrimonio del artista, Ximena, María José y Mariana, afirmaron que su padre era víctima de maltrato por parte de su actual esposa. Incluso solicitaron legalmente los derechos para cuidarlo y tomar decisiones médicas sobre la salud del artista, hospitalizado días antes.

Durante semanas los dimes y diretes entre su descendencia, su mujer, abogados y amigos saltaron a los medios. Aunque José Luis Cuevas negó públicamente que fuera maltratado, la situación reveló las resquebrajadas relaciones con sus más próximos.

Este ha sido uno de los capítulos oscuros de la vida pública reciente del pintor, quien con sólo diez años ingresó a estudiar artes plásticas en la escuela donde Frida Kahlo se formó.

Su prolífica obra se introduce en los negros senderos de la locura, el erotismo, la prostitución, la deformidad, la angustia o lo abstracto.

Con Cuevas nada era seguro, excepto su talento y su narcisismo. Él mismo declaró a finales de los años 90 que a diario se hacía fotografiar para registrar el paso del tiempo.

Pintaba prostitutas y dementes, personajes caros para él.

“Cuando yo era entonces un adolescente, empecé a recorrer los barrios bajos de México, y me volví­ una especie de cronista de estos submundos. Efectivamente yo iba a los hospitales y dibujaba en los hospitales. También dibujé cadáveres en los anfiteatros de medicina. Después también visitaría a los burdeles, los prostíbulos, o bien dibujaría a las callejeras, a las mujeres que ejercían la prostitución en las calles de México, en los barrios bajos. Después también empecé a ir a dibujar al manicomio, al de la ciudad de México. Y ahí iba yo a dibujar, pasaba horas y horas dibujando, observando los retardos mentales y en fin, era como si yo me estuviera preparando para un mayor conocimiento de los aspectos terribles de la existencia humana, la enfermedad, la locura, la prostitución, en fin”, declaró a una revista de arte en Nueva York.

Leía muchísimo a Fiodor Dostoievski y creía que había vivido mucho.

“Nunca pensé llegar a una edad tan avanzada. Cuando era adolescente me imaginaba que no llegaría a los 30 años. Pero he llegado a los 85 y me angustia la idea de cumplirlos. Pero también llego a más de 70 de estar activo y trabajando sin parar: el pulso lo tengo firme y mi línea de dibujante sigue siendo perfecta”, decía el 26 de febrero de 2016.

Al frente del museo que desde hace 25 años lleva su nombre, situado en un sitio privilegiado del Centro Histórico de la Ciudad de México, Cuevas ha mostrado permanentemente su obra y la de importantes artistas contemporáneos.

“Creo que el Museo José Luis Cuevas es, sin duda alguna, el más bello de la Ciudad de México. Desde que lo inauguramos, constantemente se han hecho exposiciones de artistas de diferentes países, aunque con preferencia a los mexicanos. Y desde sus inicios mis obras se han presentado de forma permanente y nuevas cada año”, declaró.

“Para el futuro inmediato no soy muy optimista porque, ya lo dije, más que proyectos de vida lo que quiero es que hasta el último momento de mi existencia no haya perdido mi vocación por el arte. Como dicen los actores que quisieran morir en el escenario, yo diría que lo que deseo es trabajar hasta el último momento de mi vida”, señalaba.

“¿Cuál será mi último dibujo? Es algo que me pregunto con frecuencia… Cuando llegue el final quiero ser mi última obra y hacerla sin poner fecha, porque será la última por lo que viene después, que es el silencio”, afirmaba.

¿Cómo será el último dibujo que yo haga? Foto: Iván Stephens / Cuartoscuro

LA TARDE SE HIZO NEGRA

Hoy, las noticias dieron su ultimátum y todo se ennegreció.

“En el nombre del padre.

(A la manera de Lacan).

Mi más profundo pésame para las hermanas Ximena, Mariana y María José Cuevas por su pérdida inmensa.

Ha sido durísimo para ellas.

Y no creo que hoy vaya a mejorar.

¿Quién tiene el derecho de decirle a una hija que ya no es la hija de su padre?

¿Quién tiene derecho a intentar arrebatarle a una hija su historia, sus memorias, sus herencias tangibles e intangibles?

Los momentos más cotidianos: tomar la mano de su padre.

Amarlo y saberse amada por él.

Conversar.

Saber que recibe los cuidados que necesita.

Que está seguro.

Que está bien.

Acompañarlo.

Qué niveles de narcisismo y perversión se necesitan, para arrancar a un hombre de su dignidad y de su historia.

¿Cómo podría lograrse semejante cosa?

¿Cómo?

Las hermanas Cuevas son las hijas de su padre.

Y su viuda, una miserable depredadora”, escribió la socióloga Maria Teresa Priego-Broca, poniendo en público el drama privado de un personaje tan público.

“Tan feliz que estaba hace unos momentos, pero la vida es así. Ha muerto el gran maestro José Luis Cuevas, uno de los artistas más lúcido, generoso, memorioso, ingenioso, lujurioso y visionario del México contemporáneo. Nacimos un 26 de febrero y varias veces me invitó a celebrar juntos. Los entrevisté en diversas ocasiones y estuve en su taller muchas otras hablando de “chiquitas”. Lamentablemente dejé de verlo a partir de su segundo matrimonio (sé que muchos otros amigos también se retiraron por la misma razón). Desde hace días tenía la inquietud de buscarlo, no lo hice. Fuerte abrazo maestro, gracias por todo”, escribió en Facebook el escritor Carlos Martínez Rentería.

“La historia va así: no habían localizado al pintor José Luis Cuevas para notificarle del premio porque andaba recorriendo una exposición en lo que fue el Centro de Estudios del Tercer Mundo, en San Jerónimo. Llegué al lugar a cubrir el evento para Radio UNAM y que me topo con José Luis Cuevas y que saco mi “pequeña” grabadora de cassettes y que le pido su opinión. Lo primero que me dijo fue: “eres tú quien me da esta grata noticia, así que de ahora en lo adelante serás mi mascota de la buena suerte”. Y así fue durante muchos años, siempre que nos veíamos me decía: “ven para acá mascotita”, me abrazaba cariñosamente y conversábamos de los temas del día; nunca se negó a ser entrevistado por esta, entonces, joven reportera. Y pensándolo bien, a mí si me gusta ser mascota de la buena suerte y que me asocien con cariño a un buen recuerdo”, recuerda Patricia Vega.

Muchos se sintieron hoy así.

José Luis Cuevas muere en la CdMx; visionario, brillante, fue un loco, gigante en la Ruptura

lunes, julio 3rd, 2017

Fue un autodidacta. Y fue un artista de la ruptura porque creció proponiendo algo distinto al poderoso Movimiento Muralista Mexicano, que llegó a la cúspide y desde allí tomó control de las artes mexicanas durante años, o décadas. Polémico, estuvo siempre cerca del poder, aunque fuera su detractor. Temas como la corrupción, la podredumbre política o la prostitución estuvieron presentes en su obra: los mejores años de la Zona Rosa –que podría deberle su nombre a él– fueron cuando Cuevas utilizó ese barrio como un gran estudio: el más grande del mundo, si le hubiera puesto techo.

Ciudad de México, 3 de julio (SinEmbargo).- El pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador mexicano José Luis Cuevas ha fallecido. El artista plástico, considerado el pilar de la Generación de la Ruptura, tenía 83 años de edad.

José Luis nació el 26 de febrero de 1931 en la capital de México. Formó parte de la Generación de la Ruptura con el muralista mexicano. Entre los galardones de Cuevas se encuentra el Primer Premio Internacional de Dibujo, el Premio Internacional de Grabado, y el Premio Nacional de Bellas Artes.

Recibió un doctorado honoris causa por parte de la Universidad Autónoma de Sinaloa en 1984, y Francia le otorgó la orden de Caballero de las Artes y de las Letras.

“Aún tengo el trazo firme”, decía el año pasado, el hombre que ha desarrollado una impresionante carrera artística como pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador, labor por la que ha obtenido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales.

Fue un autodidacta. Y fue un artista de la ruptura porque creció proponiendo algo distinto al poderoso Movimiento Muralista Mexicano, que llegó a la cúspide y desde allí tomó control de las artes mexicanas durante años, o décadas. Cuevas fue también parte de la escuela del neofigurativismo.

Su obra no estuvo exenta de polémica. Sus performances fueron considerados atrevidos en una generación de cambio. Pero Cuevas no sólo propuso: rompió tabúes y le hizo honor a las artes mexicanas, siempre en movimiento, siempre provocando. Su escultura, sus grabados, las esculturas reacomodaron al hombre para llevarlo a verse a sí mismo en la degradación.

Cuevas y Fernando Benítez. Foto: Cuartoscuro

Polémico, estuvo siempre cerca del poder, aunque fuera su detractor. Temas como la corrupción, la podredumbre política o la prostitución estuvieron presentes en su obra: los mejores años de la Zona Rosa –que podría deberle su nombre a él– fueron cuando Cuevas utilizó ese barrio como un gran estudio: el más grande del mundo, si le hubiera puesto techo.

A los 10 años llegó a la Escuela de la Esmeralda; luego estuvo en la México City College (Universidad de las Américas Puebla), en donde se casó con el grabado: allí conoció a Lola Cueto. Brincó pronto a la serigrafía, luego a la escultura, y muy joven, y cuando aún vivían varios de las figuras del Movimiento Muralista Mexicano, él estaba haciendo performance. No todos lo veían bien. No se conocía tanto lo que él estaba proponiendo con cuerpos, figuras, volúmenes y espacios.

Los Cuevas se han vendido en todo el mundo. Es obra cotizada. Tiene su propio museo pero su trabajo en conjunto ha estado en las mejores galerías de París a Nueva York.

Cuevas con su mujer, Bertha. Foto: Cuartoscuro

En su faceta política, Cuevas tuvo un rol importante en el contexto internacional. Protestó contra la guerra de Vietnam organizando happenings en los años 70 o inaugurándose en la los carteles políticos.

Su obra tiene un dejo de angustia, de desolación. Los cuerpos apretados, los trazos cerrados, las mujeres y los hombres deformados en obras que son, en realidad, espejos para verse y ver el mundo.

Siempre fue un “enfant terrible”, un “niño terrible” y altanero. No por nada se le considera un gigante de la ruptura. Esa idea queda de él.

Cuevas con Fernando del Paso. Foto: Cuartoscuro

LA ESCENA POLÍCA Y ARTISTICA MUESTRA SUS CONDOLENCIAS

Tras la muerte del pintor, María Cristina García, Secretaria de Cultura, dio a través de su cuenta de Twitter su pésame ala familia por el deceso de Cuevas. “Mi profundo pesar por el deceso de José Luis Cuevas, uno de nuestros máximos creadores plásticos del siglo XX. Mi pésame a sus deudos”, escribió.

El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, también se manifestó en Twitter:

Y reconoció a Cuevas como un “artista de México y el mundo” que será recordado “como sinónimo de libertad, creación y universalidad”.

Entre la escena política, el jefe capitalino, Miguel Ángel Mancera, también ofreció sus condolencia a los familiares y amigos del pintor.

José Antonio Meade, Secretario de Hacienda y Crédito Público, tuiteó que la muerte de José Luis Cuevas “representa una gran pérdida para las artes plásticas”.

En tanto el ex Presidente de México, Felipe Calderón escribió que “En su memoria habrá que seguir derrumbando las nuevas cortinas de nopal”.

El escritor y filosofo Óscar de la Borbolla también externó sus condolencias por la muerte de unos de sus amigos.

En cuanto a las instituciones que ofrecieron sus condolencias se sumaron el Palacio de Bellas Artes, la Secretaría de Cultura y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

José Luis Cuevas regresa a París, a 40 años de su retrospectiva

martes, junio 7th, 2016
Mariana Cuevas, la hija del artista, inauguró la muestra el pasado 1 de junio. Foto: Secretaría de Cultura

Mariana Cuevas, la hija del artista, inauguró la muestra el pasado 1 de junio. Foto: Secretaría de Cultura

Se inaugura en la capital francesa una exposición con 51 dibujos y litografías del artista mexicano, pertenecientes a la colección privada de su hija, Mariana Cuevas.

Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).- En febrero pasado, cuando cumplió 85 años de vida, un hecho que resultó oportuno para que uno de los artistas más importantes de México, José Luis Cuevas, (1931), diera a conocer sus ganas de seguir dibujando.

“Aún tengo el trazo firme”, decía este hombre que ha desarrollado una impresionante carrera artística como pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador, labor por la que ha obtenido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales.

“Nunca pensé llegar a una edad tan avanzada. Cuando era adolescente me imaginaba que no llegaría a los 30 años. Pero he llegado a los 85 y me angustia la idea de cumplirlos. Pero también llego a más de 70 de estar activo y trabajando sin parar: el pulso lo tengo firme y mi línea de dibujante sigue siendo perfecta”, decía el 26 de febrero.

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Al frente del museo que desde hace 25 años lleva su nombre, situado en un sitio privilegiado del Centro Histórico de la Ciudad de México, Cuevas ha mostrado permanentemente su obra y la de importantes artistas contemporáneos.

“Creo que el Museo José Luis Cuevas es, sin duda alguna, el más bello de la Ciudad de México. Desde que lo inauguramos, constantemente se han hecho exposiciones de artistas de diferentes países, aunque con preferencia a los mexicanos. Y desde sus inicios mis obras se han presentado de forma permanente y nuevas cada año”, declaró.

“Para el futuro inmediato no soy muy optimista porque, ya lo dije, más que proyectos de vida lo que quiero es que hasta el último momento de mi existencia no haya perdido mi vocación por el arte. Como dicen los actores que quisieran morir en el escenario, yo diría que lo que deseo es trabajar hasta el último momento de mi vida”, señalaba.

“¿Cuál será mi último dibujo? Es algo que me pregunto con frecuencia… Cuando llegue el final quiero ser mi última obra y hacerla sin poner fecha, porque será la última por lo que viene después, que es el silencio”, afirmaba.

"Sade", de José Luis Cuevas. Foto: Instituto Cultural de México en Francia

“Sade”, de José Luis Cuevas. Foto: Instituto Cultural de México en Francia

UNA MUESTRA EN PARÍS

Es una de sus hijas, Mariana Cuevas, la responsable de que el legendario artista mexicano regrese a París luego de 40 años de su retrospectiva, al poner a disposición su colección personal y posibilitar la exhibición inaugurada el pasado 1 de junio en el Instituto Cultural Mexicano en Francia.

Las obras reflejan partes de la vida íntima de la familia del creador perteneciente a la generación de la Ruptura. Se trata de 51 piezas entre litografías y dibujos que remiten a la infancia de Mariana Cuevas, así como a sus años de adolescencia, su vida de familia, junto a sus padres y sus hermanas Ximena y María José.

Las litografías que se mostrarán hasta el 12 de agosto pertenecen a la colección que originalmente era más amplia y que integraron Bertha Riestra de Cuevas (madre de Mariana Cuevas y anterior esposa del artista), y su padre José Luis, quienes a lo largo de 30 años de trabajo reunieron obras gráficas como parte de un legado artístico para sus hijas.

La labor se detuvo en el 2000, cuando falleció Bertha Cuevas, luego de lo cual la colección fue dividida en tres partes con la intención de dejar cada una de ellas a Mariana, Ximena y María José.

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Las obras de esa herencia se muestran al público por primera vez en 40 años, en una exposición que abre con un dibujo original de 1962 que representa a Mariana Cuevas a la edad de seis años y luego transcurre de forma cronológica a través de 51 piezas.

Cada obra recuerda a un lugar visitado por el artista mexicano: de San Francisco a Los Ángeles, pasando por España y finalmente París. Sus cuadros aluden Dostoievski, Kafka, Quevedo y Góngora. Y entre los franceses: Victor Hugo, el Marqués de Sade, Balzac y los simbolistas, Rimbaud, Verlaine y Baudelaire, en quien se inspiró para hacer su serie “Las flores del mal”, en los ’50.

A mediados de los setenta, José Luis Cuevas ya era un artista consagrado y reconocido en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, y es entonces cuando emprende un viaje a Francia, junto con toda su familia.

A 40 años después de la gran retrospectiva que le consagró el Museo de Arte Moderno de París en 1976, el Instituto Cultural de México presenta estas obras maestras, del autor del manifiesto “La cortina de Nopal”, por medio del cual se rebeló frente al nacionalismo pictórico y la llamada entonces “Escuela Mexicana de Pintura”.

La exposición parisina se desenvuelve a lo largo de cuatro secciones que ilustran las diferentes etapas de la evolución artística del artista. En ocasiones erótica y melancólica, se pueden apreciar varias obras de principios de los ‘60, como su serie de litografías Recollections of Childhood que ilustra Cuevas on Cuevas, su primera autobiografía.

El artista fotografiado el año pasado. Foto: Cuartoscuro

El artista fotografiado el año pasado. Foto: Cuartoscuro

O la serie Cuevas Charenton, inspirada en la obra del Marques de Sade, que se acompaña de las litografías de la serie Homenaje a Quevedo realizada en Los Ángeles, California, en 1969, año en que Carlos Fuentes publicó su libro El mundo de José Luis Cuevas.

“La lucha de las figuras de Cuevas por negar o adquirir una apariencia nunca es ajena a una necesidad de saber del otro a fin de reconocer una separación, a fin de aspirar a una identidad, revelación amorosa que es, al mismo tiempo, acceso al otro y conciencia de sí”, dijo el célebre autor de La muerte de Artemio Cruz y La región más transparente, entre otros.

De 1976 a 1978 -tiempo en que el artista se instaló en los suburbios de París con su esposa Bertha, y sus tres hijas, José Luis Cuevas se encontró con destacados personajes del mundo de la cultura como el poeta surrealista Philippe Soupault, el escritor y crítico de arte Jean Cassou, el fotógrafo cubano Jesse Fernández y el escritor Carlos Fuentes, entonces Embajador de México en Francia.

“Hacer una exposición con la obra inédita de mi padre surge a raíz de una plática que tuve con Estefanía Fuentes, la actual agregada cultural del Instituto Cultural de México, en donde coincidimos que hacía tiempo que la obra de mi padre no era expuesta y que sería un gran momento mostrar mi colección personal a más de 40 años de su primera retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de París.”, dice Mariana Cuevas.

“Para mí, esta exposición representó un reto muy personal, porque si bien muestra las diferentes etapas de la obra de mi padre, también es una lectura de mi vida íntima”, expresó Mariana.

Mariana Cuevas, la hija del artista, en la inauguración de la muestra. Foto: Secretaría de Cultura

Mariana Cuevas, la hija del artista, en la inauguración de la muestra. Foto: Secretaría de Cultura

La hija del artista, quien actualmente reside en París, señaló que para la curaduría de este proyecto “se escogieron 51 obras de las 155 que poseo y en las que traté de elegir las más significativas. Aquellas que de alguna manera también reflejaran mi propia vida, mi vida en familia con mi padre y mis hermanas y que al mismo tiempo hicieran un homenaje al paso de mi padre por París y la influencia que tuvo esta ciudad en su obra plástica de los ‘70”, dijo.

La grandeza de José Luis Cuevas, dibujante grabador, escultor e ilustrador, de formación esencialmente autodidacta, se mide por su obra, por su intensidad rupturista, por su condición de pionero al rebelarse en su juventud al muralismo que ya nada tenía para decir, muertos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Pero también el artista, uno de los más importantes en la historia de las artes visuales en nuestro país, cobra una dimensión extraordinaria por su personalidad de dandy provocador y galante, dispuesto a comerse el mundo con sus imágenes feroces y sus acciones siempre un paso adelante que el resto.

Esa personalidad rimbombante, ese trazo certero, llegan ahora a París, donde brillará hasta agosto con una obra íntima y familiar, de enorme valor histórico y artístico.