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Guerra antidrogas de EU trajo muerte, corrupción y cero resultados. México da viraje

viernes, abril 22nd, 2022

El Gobierno federal disolvió hace un año la Unidad de Investigaciones Sensibles de la DEA porque sus integrantes tenían nexos con el narcotráfico, confirmó el Presidente Andrés Manuel López Obrador. La relación de México con esta agencia se fortaleció durante el Gobierno de Felipe Calderón y se debilitó con la actual administración, sobre todo a partir del arresto del General Salvador Cienfuegos.

-Con información de Dulce Olvera

Ciudad de México, 22 de abril (SinEmbargo).– El expresidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) estableció una relación más estrecha que nunca con la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) que le permitió operar dentro de las instalaciones de las corporaciones de seguridad en México de manera inédita a pesar de que desde los noventa, en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000), creó un cuerpo de élite, la Unidad de Investigaciones Sensibles (SUI), frente a la cual estuvo entre 2008 y 2016 uno de los súper policías de Genaro García Luna: el comandante Iván Reyes Arzate, quien en octubre de 2021 confesó ante un Juez estadounidense haber colaborado con el narcotráfico mientras simulaba combatirlo junto a la DEA.

Ahora con Reyes Arzate condenado por narcotráfico por la justicia estadounidense, con el exsecretario de Seguridad Genaro García Luna en espera de juicio por la misma razón y, sobre todo, a partir de la detención del General Salvador Cienfuegos, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador desactivó desde hace un año una de las unidades de investigación sensibles —como confirmó el Presidente a partir de lo publicado por Reuters y Milenio—, uno de los principales brazos de la DEA para sus operaciones en territorio mexicano, pero cuya presencia en el país no significó una disminución en la violencia ni en el trasiego de drogas. Por el contrario —como quedó evidenciado con García Luna y Reyes Arzate— dio pauta a la corrupción de funcionarios mexicanos.

Aun así, el Gobierno mexicano ha dicho que la cooperación con el Gobierno de Estados Unidos en esta materia sigue, así como la presencia de agentes de la DEA en el país.

“A Estados Unidos le importa la cuestión de las drogas, a México le interesa el problema de la violencia, que no necesariamente está toda vinculada al narcotráfico. Estados Unidos se encuentra ahora preocupado por esta desaparición de esta unidad de inteligencia especial a la que ellos han contribuido a entrenar. Pero al final qué es lo que tenemos: Estados Unidos tiene más drogas que nunca y México tiene más violencia que nunca con esta cooperación, entonces hace sentido lo que México está planteando. No está funcionando esta colaboración, estas unidades no están funcionando. En Washington dice que será malo para México porque llegarán más drogas y habrá más violencia, ¿más de la que tenemos ahorita? Con las unidades teníamos y se extendió de manera exponencial”, cuestionó Guadalupe Correa-Cabrera, profesora asociada en la Universidad de George Mason.

La DEA fue creada en julio de 1973 bajo la presidencia de Richard Nixon (1969-1974). Es la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que se dedica a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas en ese país, pero su trabajo se extiende a más de 60 países. En México, ha estado presente desde su creación y su actuación ha cambiado dependiendo del Presidente en turno. Los expertos en narcotráfico coinciden en que fue en el sexenio de Felipe Calderón cuando “se metieron hasta la cocina”, una situación que cambió con la llegada de López Obrador a la Presidencia.

El caso de la SUI es especial. Fue esta Unidad —fundada en 1997— la que operó de manera ininterrumpida en los mandatos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Una de las principales operaciones que se le atribuye fue haber participado en la primera captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en 2016.

Joaquín “El Chapo” Guzmán durante su detención por parte de elementos de la Marina, el 08 de enero de 2016, en Los Mochis, Sinaloa. Foto: Especial, Cuartoscuro

Pero así como se destacó su papel en las operaciones contra el crimen organizado en México, también tuvo un actuar polémico, como destacó en entrevista Carlos Pérez Ricart, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y parte de la Comisión de la Verdad de México:

“Las unidades de investigación de inteligencia, las SIU en inglés, existen en México desde 1997 y han sido presas de escándalo desde que se crearon. Varios de los jefes que las han dirigido han muerto, han sido asesinados o están en la cárcel en los EU. Es falso que sean unidades de investigación impermeables a la corrupción, todo lo contrario”.

García Luna era uno de los hombres más cercanos al Presidente Felipe Calderón. Foto: Guillermo Perea, Cuartoscuro.

Ayer el Presidente López Obrador confirmó durante su conferencia de prensa matutina que hace un año disolvió esta unidad porque se comprobó que sus integrantes estaban relacionados con el crimen organizado.

“Ya tiene tiempo que se tomó la decisión de deshacer este grupo, sigue habiendo cooperación, pero ese grupo que supuestamente era de muy alto nivel, estratégico, estaba infiltrado y sus jefes están siendo investigados y hay presos de ese grupo. Nosotros decidimos que se suspendiera eso… Es algo que respetuosamente recomendamos al Gobierno de EU porque tiene que haber orden y confianza”, declaró.

Tanto Guadalupe Correa como Pérez Ricart coincidieron que un momento clave en el debilitamiento de la relación del actual Gobierno mexicano y la DEA fue la detención en octubre de 2020 por parte de esta agencia del General Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional, a quien acusaron de estar vinculado con el crimen organizado, lo cual dio pauta a finales de este año a la aprobación de una nueva Ley de Seguridad Nacional que puso límites a la operación de agentes extranjeros, obligándolos a compartir su información con las autoridades mexicanas, a prohibirles arrestar a personas, a contar con una autorización para llevar armas. Además la Ley establece que no tienen inmunidad judicial y amenaza con la expulsión de las agencias si quebrantan la normativa.

El exsecretario de Defensa mexicano, Salvador Cienfuegos. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro.

“A partir del arresto de Cienfuegos despertó una gran crítica al papel de la DEA en México. Siempre había habido críticas, pero a partir de lo de Cienfuegos se empezó a dar un debate a nivel nacional y aquí sí, de manera formal, México cambió su relación con la DEA”, comentó la analista en seguridad, Guadalupe Correa.

Y añadió el académico Pérez Ricart: “El cierre se da en un contexto en que la relación México-DEA estaba muy lastimada, acababa de pasar la detención del General Cienfuegos, se había establecido la Ley de Seguridad Nacional tras la cual se obligaba a los agentes de la DEA de los EU a comunicarse con autoridades mexicanas cada vez que tenían alguna acción particular en México. Era una relación menos potente que la que se tenía en el régimen de Enrique Peña Nieto y mucho menos de Felipe Calderón, cuando la DEA prácticamente hacía y deshacía en México”.

UN ACTUAR POLÉMICO

Durante la sesión del miércoles pasado en el Senado sobre el papel de la Guardia Nacional en los niveles de inseguridad, la Senadora morenista Martha Lucía Mícher dijo que hay “razones justificadas” para que el Gobierno mexicano decidiera desaparecer a la Unidad de Investigaciones Sensibles que “tenía un doble juego” al estar encabezada de 2008 a 2016 por Iván Reyes Arzate, un policía que tenía vínculos con el narco a mientras capacitaba cuerpos policiales.

“¿Cómo vamos a seguir con estos tratos teniendo al enemigo dentro? Era un doble juego. El señor capacitando y al mismo tiempo cometiendo acciones en contra del país. No vamos a permitir cómplices ni personas que cometen delitos capacitando a quienes tendrían que evitar los delitos”, señaló.

En ese mismo sentido se expresó ayer el Presidente López Obrador: “Se demostró que ese grupo estaba infiltrado por la delincuencia, que inclusive uno de sus jefes está siendo juzgado en Estados Unidos”, comentó en referencia a Reyes Arzate a la par que cuestionó que algunos agentes de la DEA llevan a cabo acciones de las que no tienen conocimiento las autoridades del Gobierno de EU de mayor nivel, situaciones, dijo, “que tienen que ver con la procuración de justicia, y eso es muy delicado, porque tienen informantes que se quedan en los grupos de la delincuencia”.

Iván Reyes Arzate, quien lideró la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Federal entre 2008 y 2016.

Iván Reyes Arzate, quien lideró la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Federal entre 2008 y 2016. Foto: Especial

Reyes Arzate, conocido como “La Reina”, fue uno de los hombres más cercanos a Genaro García Luna cuando éste era Secretario de Seguridad Pública con Felipe Calderón Hinojosa. En octubre pasado se declaró culpable en Estados Unidos de haber colaborado con el crimen organizado al que decía combatir junto a la DEA. En particular, confesó haber recibido sobornos del grupo llamado El Seguimiento 39, asociado con el Cártel de Sinaloa, a cambio de información.

No es el único caso. Los fiscales han dicho que algunas pruebas en el caso de García Luna, uno de los principales colaboradores de la DEA, son las mismas que en el de Reyes Arzate. Ocurre lo mismo con pruebas que fueron mostradas en el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa, según ha reportado Associated Press.

“Hay dos diferentes niveles de policías en México. Los que son aceptados y adiestrados por la DEA y los que no. En algunos casos recibieron un suplemento salarial, son los preferidos, crean muchas envidias en el seno de las corporaciones. Y una vez que son infiltradas, hacen un daño terrible, un daño tremendo. No recuerdo el número exacto de directores de la SIU que están presos o que han muerto, pero son bastantes y varios de ellos allegados a Genaro García Luna”, indicó Pérez Ricart.

Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, acudió a la ceremonia de reconocimientos al valor y al mérito de la Policía Federal en el Centro de Mando, en 2010.

Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, acudió a la ceremonia de reconocimientos al valor y al mérito de la Policía Federal en el Centro de Mando, en 2010. Foto: Iván Stephens, Cuartoscuro

AMLO LIMITA COOPERACIÓN

Guadalupe Correa-Cabrera, autora del libro Los Zetas Inc. (Planeta, 2018), indicó que la DEA pasó de cooperar “de forma cercanísima con Genaro García Luna, ahora arrestado y esperando juicio en una cárcel de máxima seguridad en los Estados Unidos”, a afrontar con López Obrador un distanciamiento en la colaboración en temas de seguridad a partir de la crítica que hace de los gobiernos anteriores “de colaborar de manera tan cercana con agencias como la DEA”.

“Estaban sin compartir información y cooperando de forma muy cercana con autoridades que ellos mismos consideraban corruptas, es el caso de Genaro García Luna y del General Cienfuegos, quien fue considerado no culpable en México, pero se tiene la investigación donde la DEA participó”, dijo la profesora asociada en la Universidad de George Mason.

Correa planteó que la DEA ha participado de forma muy directa en operaciones, algunas de ellas conocidas, otras de ellas infiltradas y no conocidas por el Gobierno mexicano. Luego, indicó, vino el Entendimiento Bicentenario, anunciado en diciembre de 2021, “donde ya no hay una cooperación tan directa y enfocada en el arresto de los narcotraficantes, en el desmantelamiento de las redes de narcotráfico, sino en atacar este problema de una forma más integral, vinculándonos a políticas de salud pública, de atacar las causas de raíz, promover el desarrollo, eliminando la pobreza”.

El profesor investigador del CIDE explicó a su vez que al cerrar la Unidad de Investigaciones Sensibles se le quitó sólo una herramienta a la DEA, de varias que tiene para operar en México.

EU y México dijeron adiós a la Iniciativa Mérida en diciembre de 2021 y dieron la bienvenida al Entendimiento Bicentenario. Foto: SRE

“La DEA no solamente opera a través de esta organización en la policía, también tiene unidades parecidas adiestradas por ellos en la Marina, en el Ejército. Son grupos que responden directamente a la DEA históricamente. Se le quita una herramienta, pero no quiere decir que se vea afectada toda la cooperación entre México y Estados Unidos, es una parte muy menor de todo, y no necesariamente va afectar a los intereses de México. Las metas de la DEA son muchas veces el fracaso de México, cuando a la DEA le va bien, a México no necesariamente le va bien, cuando algo le va mal a la DEA, no necesariamente a México le va mal. Los intereses puntuales de la DEA son distintos de los intereses de seguridad de México”. dijo.

Y puntualizó que el Entendimiento Bicentenario es una buena idea, ya que hay un marco regulatorio de seguridad en el conjunto de la relación bilateral entre México y EU. “No es tan distinta a Iniciativa Mérida, es un nuevo marco conceptual que acentúa el tema de las armas, compartir inteligencia, con un enfoque de política de drogas más preventivo que reactivo. Pero apenas acaba de iniciar”, precisó.

La académica Guadalupe Correa denuncia a cabilderos porque la quieren demandar

lunes, diciembre 6th, 2021

La académica Guadalupe Correa Cabrera denunció que fue amenazada por un consultor, quien acusó a ésta de calificarlo de “cabildero”, por lo que le dio 48 horas para retractarse de su opinión o de lo contrario la demandaría legalmente. 

Ciudad de México, 6 de diciembre (SinEmbargo).- Guadalupe Correa Cabrera, profesora asociada en la Universidad de George Mason en Virginia, Estados Unidos, denunció que fue amenazada con recibir una demanda legal por señalar los cabilderos trasnacionales en México relacionados con el sector energético.

En entrevista con periodista Julio Astillero, Correa Cabrera expresó que nunca le había sucedido un “ataque tan fuerte, tan frontal y tan irracional”, por un tema que, aseguró, “ni siquiera tiene que ver con una difamación”, como de la que se le está acusando.

La académica relató que durante una platica con algunos de sus colegas, quienes tocaron el tema del cabildeo de algunos grupos, se mencionó la intención de éstos llevar a cabo una contrareforma, y criticar la reforma al sector eléctrico que promueve el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por ello, Correa Cabrera explicó que el cabildeo es una práctica de ciertos grupos de interés “para apoyar a ciertas empresas o ciertos grupos” para defender sus intereses en el momento en que se va a aprobar alguna legislación.

Detalló que luego de hacer un comentario sobre este cabildeo que se realiza en México en favor del sector privado, y que a su vez va en contra de los intereses nacionales, y de la población, fue blanco de amenazas por parte de un hombre identificado como Gonzalo Monrroy.

Señaló que Monrroy, quien se ostenta como consultor y esta relacionado con empresas relacionadas con los hidrocarburos, la acusó de difamación, por lo que le dio 48 horas para que Correa se retracte de sus dichos o de lo contrario la demandaría legalmente.

“Te doy 48 horas para que demuestres que soy lobbyista o para que te disculpes públicamente. O tendré que demandarte por difamación. Haganle llegar esto, porque me bloqueo (sic)”, indicó el consultor en un tuit.

La académica destacó que a estas amenazas se sumó el supuesto ciberacoso que Monrroy provocó, ya que a través de redes sociales ha recibido insultos y amenazas de seguidores y simpatizantes del consultor, quien consideró que lo calificaron de “cabildero”, pese a que en la conversación no fue ese el tema, sostuvo Correa.

Genaro habla de García Luna: “Me gusta la adrenalina. Aprendí de coerción, secuestros” (ADELANTO)

domingo, enero 31st, 2021

En el siglo XXI, el reto más importante para México ha sido la inseguridad y, en este tema, uno de los principales protagonistas ha sido Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública de 2006 a 2012, arrestado y juzgado en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico.

Guadalupe Correa-Cabrera y Tony Payan presentan Las cinco vidas de Genaro García Luna, libro que contiene material inédito, recopilado en conversaciones entre los autores y el protagonista, quien les explica interpretaciones sobre episodios clave en la historia reciente de la seguridad en México.

Ciudad de México, 31 de enero (SinEmbargo).– Este libro contiene material inédito, recopilado a través de una serie de conversaciones entre los autores y Genaro García Luna. Las cinco vidas de Genaro García Luna, de Guadalupe Correa-Cabrera y Tony Payan, habla de uno de los hombres más polémicos de las últimas décadas en México.

 

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Prólogo

Sergio Aguayo
Profesor de El Colegio de México

Desde 2013 coordino el Seminario sobre Violencia sobre Violencia y Paz de El Colegio de México. Tenemos un foro público sobre esos temas, organizamos cursos públicos y auspiciamos investigaciones sobre las múltiples y complejas interacciones entre crimen organizado, instituciones gubernamentales, sociedad y comunidad internacional.

Los profesores Guadalupe Correa-Cabrera y Tony Payan forman parte del Seminario. En alguna ocasión conversamos sobre un libro que estaban haciendo sobre el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Me enteré que, como parte de su investigación, conversaron durante tres días con Genaro García Luna, el poderoso secretario de Seguridad Pública del sexenio de Felipe Calderón que actualmente —septiembre de 2020— está esperando juicio en Nueva York. Los alenté a sistematizar esas pláticas y de ahí salió el texto que ahora presenta el Seminario como uno de sus documentos de trabajo.

El contenido de esta obra hace aportes originales a dos áreas prioritarias en la historia de la violencia criminal en México:

1. Las relaciones del Cartel de Sinaloa con la elite política mexicana. De confirmarse la versión de que García Luna y sus asociados estaban al servicio de ese grupo criminal, será necesario reescribir las interpretaciones sobre la estrategia seguida por el gobierno de Calderón contra los carteles mexicanos. Por ejemplo, ¿hasta qué punto pesó García Luna en la decisión federal de 2010 de dar prioridad al ataque a los Zetas? Después de todo, había una guerra declarada entre el Cartel de Sinaloa y los Zetas.

2. Un segundo aspecto tiene que ver con Estados Unidos. Las instituciones de seguridad de Estados Unidos le tenían una enorme confianza a García Luna y le concedieron la autorización para radicar en Estados Unidos. ¿En qué momento y por qué dieron un viraje de 180 grados y decidieron detenerlo y juzgarlo? Este hecho conduce al enorme peso que han desempeñado la sociedad y el gobierno de Estados Unidos en la creación de las condiciones que han hecho posible el auge de los grupos criminales.

De realizarse el juicio a García Luna (es posible que llegue a un acuerdo con los fiscales) probablemente conoceremos una buena cantidad de información sobre las relaciones entre los carteles y el crimen organizado y el peso de Estados Unidos en la violencia criminal mexicana.

El Seminario considera que esta obra de CorreaCabrera y Payán contiene información que nos acerca a la enigmática personalidad y carrera de Genaro García Luna. Por ello, la publicamos como documento de trabajo.

Las cinco vidas de Genaro García Luna

Guadalupe Correa-Cabrera | Tony Payan

Conocimos a Genaro García Luna el 19 de noviembre de 2017 en la Ciudad de Houston, Texas. El que fuera Secretario de Seguridad Pública durante la administración de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa daría una conferencia al día siguiente en el entonces llamado Centro México (hoy Centro para Estados Unidos y México) del Instituto Baker en la Universidad de Rice. En dicha conferencia se abordaría el tema de la seguridad en México y, además, Genaro presentaría su denominado Índice GLAC para medir la seguridad desde una perspectiva multidimensional, considerando el bienestar y muchos otros factores relevantes.

En ese tiempo, García Luna radicaba en Miami y fungía como director ejecutivo de GLAC, Security Consulting, Technology and Risk Management (clac Consulting), compañía consultora especializada en temas de seguridad, tecnología y manejo de riesgos que él había fundado. Tuvimos la oportunidad de charlar con él durante largas horas. En ese momento nos encontrábamos escribiendo un libro sobre la estrategia de seguridad —también llamada “guerra contra las drogas”— del expresidente Calderón, que consistía en una serie de entrevistas a actores clave que encabezaron las acciones de gobierno en ese sexenio, o que las analizaron bajo diversas perspectivas y desde distintos espacios de opinión o ámbitos de acción.

Genaro regresó a Houston en diciembre de 2018 para dar otra charla sobre el futuro de la seguridad en México al comienzo de la administración de Andrés Manuel López Obrador y a discutir los principales resultados de su último libro, titulado Seguridad con bienestar: un nuevo modelo integral de seguridad. Este libro había sido presentado anteriormente —en abril del mismo año— en la Ciudad de México, en el marco de una entrevista realizada en el canal de televisión de paga El Financiero-Bloomberg, la cual se transmitió en vivo y fue comentada por uno de los autores.

En ese tiempo, Genaro viajaba frecuentemente de Estados Unidos a México y visitaba importantes centros de educación superior, para participar en la discusión de agendas públicas, como el Instituto Tecnológico Autónomo de México, itam, y el Wilson Center. Nuestro contacto con Genaro surgió de una visita que hizo al Wilson Center, donde le dio a uno de nosotros su tarjeta de presentación. Genaro era entonces un hombre que parecía tener bastante influencia, tanto en su país como en los Estados Unidos. El exsecretario de Seguridad Pública mantenía relaciones significativas con políticos, empresarios y personajes clave de los círculos de poder, del mundo corporativo y de importantes agencias de seguridad mexicanas y, por su puesto, estadounidenses.

Genaro había obtenido la residencia (Green Card) en Estados Unidos e incluso había podido completar una maestría en Administración de Negocios (MBA, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Miami. Tras retirarse de la administración pública, no buscó un puesto en la política mexicana; se convirtió en empresario y fundó su consultoría. Lo conocimos en esa época. Fue abierto y nos compartió su visión acerca del país, la clase política mexicana, su filias y fobias y, muy en particular, sobre el estado de la seguridad en México. Tomamos muchas notas que pensamos nunca llegaríamos a procesar. Sin embargo, creemos que es ahora un buen momento para hacerlo por diversas cuestiones que ya le tocará interpretar al lector.

Hoy que García Luna se encuentra preso en Nueva York, y esperando su juicio o quizás intentado negociar un acuerdo con la fiscalía (plea deal), nos parece importante reproducir algunas ideas expresadas por este personaje en las diversas interacciones que tuvimos con él, dada la enorme importancia de su caso en lo que se refiere a las relaciones de poder en México, la delincuencia organizada, la política de seguridad, la procuración de justicia, así como la cooperación antinarcóticos y el futuro de la relación bilateral con Estados Unidos.

La sistematización de estas conversaciones y reflexiones sobre las mismas, nos ayudarán posiblemente a comprender mejor el contexto en el cual se desarrolla el juicio en Nueva York, pero principalmente a adentrarnos un poco en la mente de quien fuera uno de los hombres más poderosos e influyentes en México durante un periodo crucial que marca la historia de nuestro país. Hablamos, en particular, del inicio de la denominada “guerra contra las drogas”, que implica la militarización de la seguridad pública y una estrategia no convencional de lucha contra la delincuencia organizada.

Nuestras conversaciones con Genaro García Luna, no sugieren afinidad o cercanía con el personaje y mucho menos su defensa, o una exaltación de sus ideas o trayectoria. El objetivo de este texto es analizar un periodo de la historia de la gestión de la seguridad pública en México a través de la visión de uno de sus protagonistas. El texto se divide en cinco partes, que coinciden con lo que llamamos las “cinco vidas de Genaro García Luna”, y que representan cinco periodos básicos de la vida profesional de un servidor público que se convirtió en empresario. Este personaje comenzó su carrera meteórica desde muy joven y en algún momento aspiró a dejar un legado en las áreas de seguridad pública, reforma policial y procuración de justicia en México. Irónicamente, terminó en manos de la justicia en Estados Unidos, país al que sirvió como uno de sus más fieles soldados.

La primera vida de García Luna transcurre en el que fuera el Centro de Investigación y Seguridad Nacional o Cisen (ahora el Centro Nacional de Inteligencia); ahí empezó su carrera desde abajo, como analista. La siguiente etapa de su vida profesional se desarrolla en la Agencia Federal de Investigación (afi), que él mismo fundó tras desmantelar la Policía Judicial en el sexenio de Vicente Fox. La carrera de este personaje en la administración pública federal llegó a su más alto nivel durante la administración de Felipe Calderón, quien lo nombró Secretario de Seguridad Pública. Genaro sobrevive todo el sexenio y al terminar se muda a la ciudad de Miami, donde estudia su mba y funda su consultoría. La quinta vida del protagonista de esta serie de historias comienza cuando es arrestado en la ciudad de Dallas, Texas, por presuntos vínculos con el Cartel de Sinaloa. A continuación, narramos las cinco vidas de Genero García Luna.

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Un ingeniero en el Cisen

Genaro García Luna comenzó su vida profesional a los 25 años de edad como un ciudadano sin privilegios que aspiraba a formar parte de los cuerpos de inteligencia del Estado mexicano. Ingresó al Cisen sin ninguna influencia o recomendación, presentó los exámenes correspondientes y se sometió a las pruebas de control de confianza necesarias. En 1993 se inició como analista, después de haber cursado la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Entró a trabajar en la Dirección de Protección bajo el mando del entonces capitán de navío (hoy almirante) Wilfrido Robledo. Pronto ascendió a subdirector de contrainteligencia y luego se desempeñó como subdirector en el área de antiterrorismo.

Cuando le preguntamos a Genaro sobre los inicios de su carrera profesional, haciendo alusión a su desempeño como policía, nos contestó lo siguiente:

—Yo no me identifico como policía; soy técnico. Soy gente de inteligencia; yo me formé en el área de inteligencia. Soy ingeniero de carrera: ingeniero mecánico y luego de sistemas por la UAM [empecé en el Poli, pero a mí me tocó lo del temblor del 85 y entonces terminé en la UAM]. También acabo de completar un posgrado en Economía y Negocios, una maestría en Administración de Negocios en la Universidad de Miami. Me metí por mi obsesión de siempre por los números. Me estrené en el Cisen que había fundado Jorge Carrillo Olea durante el gobierno de Salinas. Empiezo ahí en 1994. Jorge Tello fue nuestro jefe cuando entré al Cisen; yo fui a aprender. Nos enfocamos entonces en el tema de los zapatistas.

—¿Nos podrías platicar un poco sobre el zapatismo y cómo influyó este episodio en tu carrera?

—Chiapas fue una gran escuela. Recuerden cómo el zapatismo le declara la guerra al Estado mexicano. Había gente de muchos bandos que participaba en la guerrilla. Se requería de recursos y organización para mantener al movimiento y financiarlo. Debíamos investigar a estos actores que alimentaban la subversión. Ahí reconocí la importante capacidad de los servicios de inteligencia en las labores de seguridad pública. Aprendí también en ese tiempo a hacer gestión política para atender a la comunidad; unos de los objetivos de esa tarea era el de la despresurización política. Así se trabajó con Marcos.

—¿Y por qué el Cisen?

—El desarrollo de los servicios de inteligencia mexicanos se da a finales de los ochenta y el Cisen se crea en 1989, ya terminando la Guerra Fría. Se tenía la experiencia de este periodo, cuando hubo una guerra a muerte entre los representantes de dos modelos económicos. El Cisen surge con Salinas, cuando el temor mayor de los Estados era ser infiltrados. [En este contexto,] la condición para que fueras parte del cuerpo de inteligencia de un país es que no hubieras formado parte de un cuerpo de policía; tampoco se quería tener gente que aspirara a ser policía. Todo esto era para evitar ser infiltrado.

Se buscaba gente totalmente limpia. Y entonces, como en las películas, las agencias de inteligencia van a las universidades a buscar jóvenes para reclutarlos. Eso me tocó a mí. Empezaban apenas las computadoras; no había tanta tecnología. ¿Se acuerdan del satélite “Solidaridad”? Yo tuve la fortuna de prepararme como técnico y llegué a destacar. Entonces me reclutaron. Dentro de mi cuadro éramos como doce reclutados que fuimos formados desde la carrera de analista. Algunos ya murieron y con otros llegué a trabajar después. Mis amigos no eran policías, eran agentes de inteligencia; y algunos lo siguen siendo. Tengo amigos como José Rodríguez [exdirector del Servicio Nacional Clandestino de la CIA (NCS, por sus siglas en inglés)], con el que ahora colaboro en GLAC… un gran tipo. Él fue en un tiempo pieza fundamental de los servicios de inteligencia gringos.

—¿Y cómo consideras tu desempeño en el Cisen?

—Yo ingresé como analista al Cisen; empecé desde abajo y ésa fue una ventaja. Entre Tello y yo, ahí está la diferencia. Yo sí empecé de cero en la carrera de inteligencia. Me eduqué pasando por todos los niveles. Tello no, Tello entró como jefe. Yo soy parte del primer cuadro formado. Me mandaron a Estados Unidos, Inglaterra, Israel, Alemania, España. Aprendí el modelo anfibio. Nos adiestraron en labores de espionaje; en eso los rusos y los israelitas son expertos. Mi carrera fue como pasar de mecánico a ingeniero: sabes cómo está el motor y luego aprendes a armar el motor. Esa es una gran diferencia. Tello, por ejemplo, llegó como asesor de Carillo Olea. Yo empecé como obrero; ellos llegaron como gerentes de la fábrica. Les recomiendo ver una película: The Recruit (2003). Es un peliculón. Así me reclutaron. Así me eligieron.

Genaro comenzó a destacar en el Cisen por su uso de la teoría de redes para darle seguimiento al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (o EZLN). Como profesional de inteligencia formó parte de lo que se denominó el grupo antiterrorista del Cisen. Su principal tarea entonces eran las actividades de inteligencia estratégica sobre el EZLN y otros posibles grupos guerrilleros que aparecieron en esa época, como lo fue después, en 1996, el Ejército Popular Revolucionario (EPR). El presidente era Ernesto Zedillo, quien les encomendó a Jorge Tello Peón y a Alejandro Alegre Rabiela (directores generales del Cisen en ese periodo) que llevaran a cabo toda esa labor de inteligencia y —en opinión de algunos expertos con los que platicamos— lo hicieron muy bien. Dicen algunos que los conocieron que fueron gente capaz y honesta:

A ellos nadie los puede acusar de haberse robado un quinto, de haber vendido información a nadie, de nada de eso. A ellos nunca les van a encontrar nada de que se juntaron con “El Chapo”, una casota, o algo así. A Genaro le pasó otra cosa y se corrompió; quizás porque era muy humilde; nunca lo sabremos. Eso fue hasta el periodo de Fox, en su vida número dos, cuando se le encargó la creación de la AFI.

Alejandro Alegre, Director General de Emisión del Banco de México en la actualidad, fue director del Cisen en 1999 y 2000 (hasta que entró Vicente Fox). En 1999, después de registrarse un cambio en el sistema de inteligencia mexicano, Jorge Tello asume el cargo de subsecretario de Gobernación y convence al presidente de crear una policía federal, la Policía Federal Preventiva (PFP). Ésta se forma a partir de una fusión entre la Policía Federal de Caminos y la Policía Fiscal y se le integra personal de las fuerzas armadas. El almirante Wilfrido Robledo fue el primer director de la PFP en la Secretaría de Gobernación, y se valió de dos brazos de apoyo para crear la institución: i) las fuerzas armadas y ii) el grupo que se llevó del Cisen, entre quienes estaba Genaro García Luna. Sobre su experiencia en la pfp, Genaro nos contó lo siguiente:

Cuando estaba en el Cisen, yo me hacía cargo de la parte de seguridad pública en lo que nacía la PFP. Estuve ahí desde 1993-1994 hasta 1998, cuando entré a la policía federal. Aprendí de tácticas de coerción, también sobre terrorismo, y me empapé de la doctrina. Yo hablaba con todos y aprendí de todos; aprendí muy bien. Me especialicé en robo de camiones de carga, en armas de fuego y secuestros. Fui el mejor investigador en lo relacionado a robo de camiones y secuestro. Yo hablaba con todos, con profesores, técnicos, con todo tipo de fuentes. Me gustaba la adrenalina; siempre me ha gustado… correr, aventarme del paracaídas, del bungee… También aprendí mucho sobre la relación con Estados Unidos; y cómo en tiempos del telegrama Zimmermann, México debió negociar, pues hay que reconocer la importancia estratégica que mantiene nuestro país y sopesar lo que nos ofrecen nuestros socios y vecinos.

En la PFP, Genaro crea el sistema de inteligencia. La primera misión de la recién creada agencia fue todo un éxito, a nivel táctico y operacional (de acuerdo, por supuesto, con los criterios utilizados en ese ambiente).

Se trata de la ocupación de Ciudad Universitaria en febrero de 2000, después de una huelga general de aproximadamente nueve meses. La penetración al Consejo General de Huelga (CGH) se logró gracias a una operación de inteligencia de la PFP. Las acciones para recuperar Ciudad Universitaria se llevaron a cabo un domingo muy temprano —cuando había menos gente en el Auditorio Justo Sierra, hoy Ernesto “Che” Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. El éxito del operativo radicó en que fue esencialmente pacífico, sin rastros de violencia. “Al ‘Mosh’ (Alejandro Echavarría Zarco), uno de los principales líderes del movimiento, lo agarraron durmiendo”, según nos contaron.

En la operación participaron miembros de las fuerzas armadas y la recién formada policía federal. Cabe destacar que la última fase del operativo en la UNAM fue una operación militar. Los que estuvieron a cargo de ésta se autodenominaron “verdes disfrazados de gris”. En otras palabras, hablamos de gente del ejército con uniforme de la pfp; eran nuevos y nadie conocía a sus elementos.

La PFP nació entonces y se dio a conocer con ese operativo. Se formó antes del cambio de gobierno, todavía durante el sexenio de Ernesto Zedillo. Entonces Genaro se hizo muy famoso en ese medio, por ser él quien lo dirigió desde la PFP, que fue básicamente una maniobra de inteligencia. Así fue como se ganó un lugar dentro de los servicios de inteligencia del Estado y así es como finaliza la primera etapa de la vida profesional de este personaje y viene el cambio de gobierno. Gana Vicente Fox las elecciones y se convierte, después de poco más de setenta años, en el primer presidente de un partido que no es el PRI. Sobre el tema de inteligencia y después de su paso por el Cisen, Genaro reflexiona:

—En mi paso por los servicios de inteligencia aprendí que es necesario leer bien el pasado y saber leer el presente, para pronosticar lo que va a pasar en el futuro. El desarrollo de las labores de inteligencia requiere de un proceso en cuatro pasos: planeación, captación o compilación, análisis y explotación. Todos los pasos son igualmente importantes. Hay que planear bien y meter buenos insumos (buenos datos en el proceso de captación). Pero esto no basta; hay que procesar bien esos datos y saber emplear bien el análisis. El secreto está en la instrumentación de estos conceptos. El último paso, la explotación, se trata de transformar los conceptos en políticas públicas.

Genaro dejaría entonces los servicios de inteligencia para incorporarse a la policía. Al respecto, le preguntamos:

—¿Cómo pasaste de ser un agente de inteligencia a ser policía? Mucha gente decía que eras el top cop del país.

Nos respondió lo siguiente:

—Miren, ya les dije. Yo no me defino como policía. Antes si me decían policía, lo hubiera visto como una ofensa. Yo me eduqué en inteligencia; en esa área me preparé, sobre eso estudié. Yo le decía a mi mamá que yo no iba a ser dos cosas; yo le decía que no quería ser ni basurero, ni policía. Yo quería hacer análisis estratégico y ¿por qué no?, académico también. No me interesa exaltar el morbo social. Ahora también me dedico a mis libros. Y ya escribí o coordiné varios. Desafortunadamente, la gente no valora mucho los libros; escribir libros no es lucrativo, pero es una tarea muy importante. Puedo pensar en dos conceptos: inteligencia y conocimiento. ¿Cuál es la diferencia entre inteligencia y conocimiento? Los libros son el conocimiento, pero el conocimiento tiene que ser instrumentable. Si tú no lo llevas a la práctica, a través de la inteligencia, se queda en conocimiento. Y lo que yo quería hacer en mi vida era llevarlo a la práctica. Así pues, decidí llevar la inteligencia (en forma de conceptos) a la policía.

Breve crónica de un viaje a Nigeria

miércoles, enero 2nd, 2019

Nigeria ha caído en la “trampa de los recursos naturales”. Foto: Especial.

Por Alfonso Correa Coss y Guadalupe Correa-Cabrera

Al comienzo de 2019, recordamos un viaje a Nigeria en octubre del año pasado. Este fue quizás uno de los viajes más interesante de nuestras vidas y queremos compartir una parte de la experiencia, así como algunas de las lecciones aprendidas en una tierra lejana que es hogar de una de las sociedades probablemente más disfuncionales del globo terráqueo. Nigeria muestra los extremos del subdesarrollo, la desigualdad, la corrupción, la violencia, la inseguridad y las malas políticas públicas. Con toda dimensión guardada—y conscientes de las grandes diferencias en términos de historia, cultura, demografía y geografía—aprender sobre los procesos políticos y socioeconómicos de este complejo país del occidente de África nos puede brindar lecciones valiosas que podrían considerarse en otras partes del mundo.

En Nigeria, un país densamente poblado—con cerca de 200 millones de habitantes—y con una desigualdad apabullante que permite niveles de corrupción sin precedentes, se aprecia una infraestructura insuficiente en todas las áreas y en todos los niveles. Aquí, la escasez de agua potable y de los servicios más básicos para la mayoría de la población, los muy elevados niveles de inseguridad y violencia, así como la pobreza extrema y la miseria en importantes regiones del país, contrastan con los grandes negocios nacionales y transnacionales al servicio y operados para beneficio de una pequeña minoría que goza de todos los privilegios de un país rico en recursos naturales. Dichas contradicciones se resumen en la existencia de ciudades amuralladas que dividen a los ricos de los pobres, donde sólo los ricos cuentan con infraestructura funcional, servicios públicos de calidad, seguridad (pública y privada) y un nivel de vida excepcional.

Nigeria se destaca efectivamente por sus altísimos niveles de corrupción e inseguridad; además, el país es cuna de la organización terrorista Boko Haram. De acuerdo con los indicadores de desarrollo humano, Nigeria es uno de los países en el mundo con la peor calidad de vida. Esto puede claramente apreciarse al transitar por las carreteras de esta nación y por las calles de sus principales ciudades. Es paradójico apreciar el deterioro de la infraestructura básica y la miseria en la que viven tantas personas tomando en consideración que estamos hablando de la mayor economía del continente africano. Nigeria es también el primer país productor de petróleo de África y uno de los principales exportadores de crudo y sus derivados en el mundo. No obstante, los problemas de suministro de energía son una constante en todo el país—incluso en Lagos, la ciudad más grande de África y capital económica de Nigeria.

Después de algunos días viajando en el interior del país por carretera para cruzar la frontera rumbo a Cotonou, capital de la República de Benín, nos fue posible conocer el campo y platicar con algunos pobladores, funcionarios públicos y académicos en el marco de la conferencia Regiones Fronterizas en Transición [Borders Regions in Transition, BRIT] 2018. Aprendimos mucho y recopilamos una serie de testimonios interesantísimos que nos ayudaron a comprender mejor el mundo. Meses después de haber realizado este interesante viaje, nos gustaría compartir unas muy breves reflexiones que pensamos explican la problemática actual en el occidente del continente africano, particularmente en Nigeria.

En primer lugar, es visible la forma en que la enorme desigualdad en la región va acompañada de elevadísimos niveles de corrupción. Las élites políticas y económicas trabajan mano a mano para conservar el control del Estado y sus instituciones. Este contubernio se crea para defender el status quo y por lo tanto mantener exorbitantes privilegios para un pequeño grupo de individuos. Estos niveles de corrupción extraordinarios detienen el desarrollo de la economía nigeriana y dan como resultado una sociedad extremadamente disfuncional. Esta dinámica se reproduce a sí misma y parece no tener fin pues se encuentra anclada en la desigualdad que se alimenta de una población pobre que se multiplica rápidamente por sus altas tasas de fecundidad.

Por otro lado, Nigeria ha caído en la “trampa de los recursos naturales”. La economía petrolera más grande del continente africano no es siquiera capaz de brindar a sus propios ciudadanos la energía necesaria para cubrir sus necesidades básicas en este rubro, y mucho menos para promover un desarrollo eficiente y armónico de su sociedad. Las carencias en este campo son muy visibles. Esta realidad se explica por niveles de corrupción extraordinarios, pero parece tener también su fundamento en el papel protagónico de las compañías petroleras y de energía transnacionales, quienes deciden las prioridades del sector en un país al que no le tienen ni solidaridad ni arraigo.

Por consiguiente, es importante repensar los modelos de desarrollo económico extractivistas basados en el liderazgo del sector transnacional. La diversificación tardía de la economía nigeriana, después de centrarse preponderantemente en la industria petrolera encabezada por compañías transnacionales, parece no haber dado resultados satisfactorios. Como mencionamos anteriormente, la calidad de vida en Nigeria es sumamente baja y la infraestructura básica se encuentra en condiciones deplorables. Esto aplica también al sector de la energía. Nosotros fuimos testigos del deterioro y presenciamos apagones diarios (y varias veces al día).

Asimismo, a fin de desarrollar la industria petrolera, se desarticuló fuertemente la industria agropecuaria [que hasta ahora se ha venido reconstruyendo, pero muy lentamente y con políticas aparentemente inadecuadas]. En nuestro viaje pudimos apreciar grandes extensiones de tierra que una vez parecen haber sido productivas, pero que resultaron abandonadas para dar lugar a un modelo extractivista basado en el petróleo y dirigido hacia las grandes ciudades.

Cabe destacar que las políticas de desarrollo de las últimas décadas no sólo han fallado en lo fundamental, pues no se han trasladado en mejoras en infraestructura o servicios básicos, ni en mejores niveles de vida para la población en general. El descubrimiento de enormes yacimientos de petróleo en Nigeria parecía una bendición en un inicio, pero resultó ser una trampa que afianzó la corrupción, el subdesarrollo y el compadrazgo entre élites mafiosas nacionales y transnacionales que lo extraen todo y dejan muy poco en el país.

Finalmente, es preciso hacer énfasis en un tema que nos parece fundamental, que han mencionado muchos, pero que muy pocos han analizado con la seriedad y la centralidad necesarias. Hablamos del crecimiento demográfico y la falta de control poblacional que limita el desarrollo y ocasiona graves conflictos sociales. La sociedad nigeriana es extremadamente compleja en todos los sentidos y crece a un ritmo muy acelerado. Lo anterior se traduce en infinidad de conflictos sociales y en altos niveles de violencia e inseguridad. A esto se le añade el fanatismo religioso que—aunado a otros factores de carácter geoestratégico y de identidad cultural—ha desembocado incluso en el fenómeno del terrorismo.

Es importante destacar que la organización yihadista/extremista/terrorista Boko Haram tiene presencia en una región pobre y muy sobrepoblada en el noreste de Nigeria. Al mismo tiempo, las regiones más violentas y que registran mayores niveles de violencia e inseguridad son también las más pobladas del país. Esto pasa en Nigeria y en muchas otras partes del mundo subdesarrollado, incluyendo, por ejemplo, a México y a Brasil. El fanatismo religioso y la miseria llevan a algunas sociedades a tener muchos hijos y esto impide el desarrollo y refuerza las desigualdades, las contradicciones y la disfunción social. Y este proceso es como una gran bola de nieve que sólo podría detenerse con un adecuado control de la natalidad. Para discutir lo anterior se requiere de un análisis muy extenso fuera del alcance de este texto. Sin embargo, nos parece que vale la pena abrir el debate en esta dirección.

Sin ser especialistas en las dinámicas políticas, económica y sociales de esta región, nuestro breve trayecto por parte del occidente de África nos llevó a concluir que la desigualdad, la corrupción, la inseguridad y la pobreza en el mundo subdesarrollado se explican principalmente por el exceso de población. Valdría la pena hacer un análisis más detallado del subdesarrollo vinculado a la demografía en la era actual. Muchos han escrito sobre el tema en el pasado, y las causas del subdesarrollo son múltiples; algunas aplican exclusivamente a sociedades específicas. No obstante lo anterior, creemos en la centralidad del problema demográfico en el mundo menos desarrollado. Las lecciones aprendidas en una sociedad aparentemente tan lejana (geográfica y culturalmente) nos podrían ayudar a entender lo que sucede en nuestro continente. Pensemos, por ejemplo, en el tema del petróleo en Venezuela y México—o en el tema demográfico aplicado a las sociedades del Triángulo Norte Centroamericano en tiempos de maras y caravanas.

Los Zetas Inc.: El grupo criminal pasa del narco a una “compañía” pujante en el sector energético

jueves, septiembre 27th, 2018

Uno de los cárteles más sanguinarios del país, Los Zetas, ha conseguido una posición dominante no sólo por ese poder brutal que ejerce, sino por las prácticas de negocios que lo acercan más al comportamiento de una empresa. Esa es la impactante conclusión a la que llega la especialistas Guadalupe Correa-Cabrera.

Correa-Cabrera es profesora asociada de la Escuela Schar de Política y Gobierno en la Universidad de George Mason (antes profesora asociada de Asuntos Públicos y Estudios de Seguridad en la Universidad de Texas del Valle del Río Grande).

Ciudad de México, 27 de septiembre (SinEmbargo).– En un reportaje profusamente documentado y que se convirtió en el libro Los Zetas Inc. –publicado por Planeta, en su colección Temas de hoy–, la académica e investigadora Guadalupe Correa-Cabrera revela cómo el cártel de Los Zetas, inicialmente formado por ex militares que servían como sicarios, organizó de forma corporativa cada una de sus prácticas comerciales, que incluyen el contrabando, los secuestros y la piratería de música y películas.

Mención aparte merece la incursión de Los Zetas en el comercio ilegal de petróleo crudo, gas natural y gasolina, no sólo por medio del robo o saqueo, sino también con el uso de empresas fachada que se aprovechan de los cambios constitucionales realizados en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto a la legislación del sector energético mexicano.

Además, la autora –quien es profesora asociada profesora asociada de la Escuela Schar de Política y Gobierno en la Universidad de George Mason, en Virginia, Estados Unidos– afirma que la estrategia gubernamental de enfrentar al narco por medio de las armas contribuyó a que la situación en el país se asemeje a la de una guerra civil que arroja beneficios económicos para algunos. Entre esos beneficiados están las compañías productoras de armamento, el sistema bancario internacional y las compañías internacionales de petróleo y gas.

Esta investigación puntual desvela las claves para entender una estructura con la cual esta facción del crimen organizado ha pasado a convertirse, prácticamente, en un nuevo tipo de corporativo transnacional.

La investigadora compara al cártel de Los Zetas con tres grandes empresas transnacionales, para tratar de entender su funcionamiento: la primera es Exxon Mobil, un corporativo del sector energético con múltiples subsidiarias; la segunda es Halliburton, una compañía de inversiones que también domina en el terreno de los hidrocarburos, y la tercera es Blackwater, dedicada a ofrecer servicios de seguridad.

Esto lleva a una pregunta central: ¿Quién se beneficia de la violencia que impulsan cárteles como el de Los Zetas? Lupita Correa afirma que son los favorecidos son varios actores: los corporativos del sector energético, las compañías financieras transnacionales, las firmas que ofrecen seguridad privada, los bancos y el complejo militar e industrial de seguridad de la frontera en Estados Unidos.

Con la autorización de la autora y de Editorial Planeta México presentamos en exclusiva para a los lectores de SinEmbargo un adelanto de Los Zetas Inc.

Un libro necesario para comprender cómo funciona el Cártel de Los Zetas y su incorporación en negocios como el comercio de hidrocarburos y con ramificaciones que llevan a grandes corporativos del sector. Foto: Planeta 

CAPÍTULO 1. LOS ORÍGENES DE LOS ZETAS

Este capítulo explica cómo iniciaron Los Zetas —como el brazo armado del Cártel del Golfo (CdG)— y describe la formación de la Compañía. También examina la batalla por el control de Tamaulipas entre esta sociedad criminal y La Federación, una alianza formada por el Cártel de Sinaloa y otras agrupaciones criminales. Adicionalmente, el capítulo ilustra la excepcionalidad de Los Zetas, las victorias iniciales en contra de la Federación y su independencia final del Cártel del Golfo.

La resultante autonomía de Los Zetas implicó la creación de una organización criminal transnacional (OCT) sumamente exitosa y extremadamente violenta que ha transformado el rostro del crimen organizado en México y otras partes del hemisferio.

EL CÁRTEL DEL GOLFO TAMAULIPAS-TEXAS: UNA FRONTERA ESTRATÉGICA

Con una larga línea divisoria con Texas y una línea costera extensa, el estado mexicano de Tamaulipas tiene una de las fronteras más dinámicas en Latinoamérica. Tan sólo la aduana de Nuevo Laredo maneja aproximadamente 40 por ciento del comercio entre México y Estados Unidos, y los tres principales puertos marítimos de Tamaulipas alojan a más de la mitad de los barcos cuyo destino es el mercado europeo.

Dada su ubicación, el estado se encuentra en una posición natural para desempeñar un papel clave en el tráfico de drogas y el tráfico ilegal de personas hacia el norte, a Estados Unidos, y en el tráfico de armas hacia el sur, a México y Centroamérica. Sus principales ciudades fronterizas (Nuevo Laredo, Miguel Alemán, Reynosa, Río Bravo y Matamoros) son los puntos más cercanos de entrada para los traficantes que importan cargamentos ilícitos a través de los puertos marítimos en los estados de Quintana Roo y Yucatán y a lo largo del Golfo de México, así como a través de los importantes puertos que se encuentran en el Pacífico.

Con una ubicación tan estratégica, en Tamaulipas las actividades de tráfico ilegal inevitablemente se desarrollaron y proliferaron junto con actividades comerciales legales. Esto no sólo generó violentas disputas por la tierra sino que también rejuveneció “antiguas y violentas confrontaciones políticas por el control de todo [lo] transportado a través de este territorio”.

A medida que el comercio a lo largo de la frontera creció, especialmente el comercio ilegal, el crimen organizado se enquistó en el estado. De acuerdo con el consultor de seguridad y exfuncionario de inteligencia Eduardo Guerrero, “la forma y el tamaño de la frontera [de Tamaulipas] alentó las actividades de tráfico ilegal, y, así, apareció ahí inicialmente una organización poderosa y cohesionada con un fuerte liderazgo, la génesis del Cártel del Golfo”.

Este grupo criminal “no sólo fue un pionero en el tráfico de drogas a gran escala, sino que también fue un vanguardista en el desarrollo de un brazo armado con disciplina militar y una elevada potencia de fuego”.

LOS ORÍGENES DEL CÁRTEL DEL GOLFO

La agricultura y la manufactura (maquila) han sido durante mucho tiempo las principales fuentes de desarrollo legítimo en Tamaulipas . Sin embargo, durante el último siglo, el tráfico de drogas comenzó a ser un factor clave en la economía del estado, y el Cártel del Golfo fue un actor importante. Esta organización criminal surgió en la ciudad de Matamoros y, con el tiempo, dominó las actividades ilegales claves y el crimen organizado en Tamaulipas durante varias décadas.

Sus orígenes pueden rastrearse hasta la década de 1930, cuando juan N . (Nepomuceno) Guerra comenzó a traficar whisky hacia Estados Unidos durante la Prohibición. A partir del whisky, Guerra extendió sus operaciones para incluir muchos otros productos, entre ellos alcohol, cigarros, ropa, autos, maquinaria y artículos electrónicos. En las décadas que siguieron agregó a su portafolios las apuestas, la prostitución y el robo de autos. En general, Guerra no era considerado un capo de la droga (narcotraficante), sino más bien un contrabandista.

Su organización, que posteriormente se convertiría en el CdG, comenzó a crecer y con el tiempo se convirtió en una “empresa criminal rentable”. En este proceso, Guerra comenzó a construir una compleja red de relaciones con políticos y funcionarios en todos los niveles de gobierno y en ambos lados de la frontera.

Detrás de la historia contemporánea de Tamaulipas, de acuerdo con el profesor Israel Covarrubias, se encuentra una compleja “historia de élites políticas y empresariales que alentaron los negocios criminales durante décadas”, haciendo de este estado una especie de “cápsula del tiempo”, en la cual la ausencia de democracia y transferencia del poder promovió la monopolización de los recursos económicos.

Bajo semejantes condiciones, un “sistema de violencia feudal fue impulsado no sólo por miembros del crimen organizado, sino por funcionarios públicos actuales y anteriores a niveles muy elevados”. Guerra inició la moda de mezclarse con las élites y estableció una enorme red de contactos políticos en el noreste de México. Mantuvo una amistad cercana con influyentes líderes sindicales de la región y con exgobernadores de Tamaulipas, incluyendo a Praxedis Balboa (19631969), Enrique Cárdenas (1975-1981) y Emilio Martínez Manatou (1981-1987). Esta red incluía no sólo a figuras políticas locales, sino también a líderes influyentes a nivel nacional como el dirigente sindical Joaquín Hernández Galicia (alias La Quina) y Raúl Salinas Lozano, exsecretario de Industria y Comercio y padre del expresidente Carlos Salinas de Gortari.

EL CAPO DEL GOLFO

La organización de Guerra creció considerablemente y se volvió extremadamente influyente en los mercados ilícitos de Tamaulipas y el Golfo de México. Sin embargo, a mediados de los años 1980 —cuando la frontera de Tamaulipas se convirtió en un corredor estratégico de tráfico de drogas que, finalmente, facilitaría la llegada de los narcóticos a la Costa Este de Estados Unidos— la expansión del grupo se aceleró espectacularmente.

“Debido a los éxitos de interdicción por parte de Estados Unidos en el Caribe durante [finales de la década de 1980] y la década de 1990, México [se convirtió] en la más importante estación de paso para la cocaína y heroína producidas en los Andes, y [siguió siendo] un importante productor de marihuana y metanfetaminas”.

Al mismo tiempo, la naturaleza y permeabilidad de la frontera entre México y Estados Unidos permitió “un fácil tránsito hacia Estados Unidos”, y la tajada de México en lo relacionado con el comercio de las drogas creció ininterrumpidamente. Este crecimiento considerable del tráfico de drogas a lo largo de la frontera norte de México se hizo especialmente visible en la parte este de la frontera entre México y Estados Unidos, en la frontera Tamaulipas-Texas, un área que parecía estar abandonada u olvidada por las autoridades.

Muy pocos analistas, creadores de políticas públicas y autoridades de seguridad pública prestaban atención a lo que estaba ocurriendo ahí, particularmente las actividades y flujos de comercio ilícitos. Durante esta época, los traficantes de drogas colombianos comenzaron a establecer importantes alianzas con sus contrapartes mexicanas como respuesta a una creciente demanda de sustancias ilícita . En este nuevo contexto, Juan García Ábrego, el sobrino y sucesor de Juan N . Guerra, negoció con los hermanos Rodríguez-Orijuela, del Cártel de Cali, y acordaron transportar drogas desde la frontera sur de México hasta Texas a cambio de la mitad de cada cargamento .

Como afirma el escritor Damon Tabor: “Fue un acuerdo más riesgoso, pero inmensamente más rentable, y, al final, dio nacimiento a una de las primeras organizaciones importantes de narcóticos de México: el Cártel del Golfo”.

Estas nuevas operaciones requerirían una coordinación logística a una mayor escala, la adquisición de aviones y otros equipos sofisticados, la construcción de pistas de aterrizaje, bodegas clandestinas y acuerdos para sobornar a las autoridades de seguridad pública a lo largo de la frontera sur, en el noreste de México y a lo largo de la región del Golfo de México.

Conocido por algunos como “El Capo del Golfo”, Juan García Ábrego hizo prosperar el negocio de su tío introduciendo el tráfico de drogas a gran escala . El negocio de las drogas se volvió particularmente rentable hacia finales de la década de 1980 y en la de 1990, un periodo durante el cual el Cártel del Golfo estaba introduciendo cocaína, marihuana, metanfetaminas y heroína a ciudades estadounidenses importantes.

Se estima que hacia el final de ese periodo el ingreso anual del CdG por llevar a cabo esta actividad fue de aproximadamente de 20.000 millones de dólares: irónicamente, la misma suma de dinero que Estados Unidos prestó a México para superar la crisis financiera de 1995.

Para mediados de la década de 1990, la organización había crecido considerablemente y había consolidado su posición en la región de Tamaulipas, gracias a las relaciones políticas que Juan N . Guerra comenzó a forjar y García Ábrego extendió y fortaleció.

El CdG creó gradualmente una compleja red de corrupción que involucraba al crimen organizado y autoridades gubernamentales de Tamaulipas. Esta red de corrupción incluía a funcionarios gubernamentales de todos los niveles del gobierno estatal y local. Incluso se forjaron vínculos cercanos entre el CdG y el gobierno federal, incluyendo la rama ejecutiva, de hecho, el crecimiento exponencial del Cártel del Golfo no fue únicamente resultado de la visión o las capacidades de liderazgo de García Ábrego.

La complicidad de políticos claves y la participación de la policía de todos los niveles en las operaciones de tráfico de drogas fueron cruciales y permitieron que el capo de la droga del CdG controlara aproximadamente 30% de la cocaína que cruzaba hacia Estados Unidos por tierra a mediados de la década de 1990.

Juan García Abrego fue detenido por las autoridades mexicanas el 14 de enero de 1996, en su rancho de Villa Juárez, Nuevo León. Al día siguiente fue extraditado a Estados Unidos, donde tenía pendientes más 100 cargos en su contra. La imagen del 15 de enero de 1996 cuando fue entregado a agentes del FBI. Foto: PGR

Algunos calcularon que quienes estuvieron involucrados en el negocio del tráfico de drogas durante esa época gastaron aproximadamente 500 millones de dólares al año en sobornos asignados a todos los niveles del gobierno mexicano. El CdG, en alianza con el gobierno de Tamaulipas, también logró obtener casi el control total de los medios de comunicación para forzar la cooperación entre los disidentes.

En resumen, las autoridades locales y otras figuras sociales y políticas claves colaboraron muy de cerca con este grupo dedicado al tráfico de drogas. Con sus prácticas intimidantes, la organización se convirtió en un actor criminal predominante que disfrutaba de lazos estrechos con funcionarios corruptos a todos los niveles de gobierno, periodistas, empresarios, migrantes y pandillas, así como con otros grupos vinculados con el crimen organizado en Estados Unidos.

En los años venideros, el Cártel del Golfo “dejaría de ser una organización criminal regional que actuaba como una subsidiaria de los cárteles de la droga colombianos para convertirse en un actor clave en el negocio transnacional del tráfico de drogas”.

LA COMPAÑÍA: HISTORIA, ALIADOS Y ENEMIGOS

Osiel Cárdenas y Los Zetas: los orígenes de la Compañía

En 1996, García Ábrego fue capturado y deportado a Estados Unidos. Su sucesor indirecto fue Osiel Cárdenas (alias el Mata-Amigos), un hombre que transformaría el panorama del crimen organizado en México.

El liderazgo y la estrategia de Cárdenas ayudaron a fortalecer el monopolio local del Cártel del Golfo sobre las actividades ilegales, al tiempo que continuaron diversificando sus fuentes de ingreso . El estilo del liderazgo de Cárdenas, sin embargo, fue distinto al de su predecesor, en parte debido a que no tenía los mismos mecanismos de control que García Ábrego, el cual favorecía el extenso uso de las redes de protección gubernamental combinado con una violencia quirúrgica de bajo perfil. Cárdenas, que alguna vez fue mecánico en Matamoros, consolidó su poder en la organización a través del uso generalizado de la violencia y, en particular, a través de la introducción de los Zetas a finales de la década de 1990 como los ejecutores armados del Cártel del Golfo.

Osiel Cárdenas fue capturado en marzo de 2003. El 19 de enero de 2007 fue extraditado a Estados Unidos. En la imagen, el capo es escoltado por elementos de la Policía Federal al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde se realizó su entrega a las autoridades estadounidenses. Foto: PGR/Cuartoscuro

Los miembros de este grupo de sicarios estaban “altamente entrenados y eran totalmente eficientes”. El grupo se creó para apoderarse del territorio y eliminar a los rivales, y supuestamente tomó su nombre de la señal utilizada durante las llamadas telefónicas militares del primer comandante.

Según la mayoría de los reportes, el grupo inicialmente estaba compuesto por Arturo Guzmán decena (alias el Z-1) y treinta miembros del Ejército mexicano, muchos de los cuales venían de fuera de Tamaulipas . Se trataba de desertores que pertenecían a las fuerzas de élite.

Estaban entrenados en el uso de equipo militar altamente especializado, así como en las operaciones de contrainsurgencia. De acuerdo con algunos informes, recibieron entrenamiento de gobiernos extranjeros en Estados Unidos, Israel y otros países.