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“Don Diego” quiso hacer de México un campo experimental de minería submarina: Cemda

miércoles, abril 13th, 2016

El trasfondo que hay en el megaproyecto de minería submarina “Don Diego”, radica “en una actividad que apenas está comenzando en el mundo, con lo que México se hubiera vuelto como un campo experimental sin tener todavía la infraestructura de supervisión y vigilancia para monitorear que el proyecto no tuviera afectaciones”, expuso el Centro Mexicano de Derecho Ambiental.

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Ciudad de México 13 de abril (SinEmbargo).- El Centro Mexicano de Derecho Ambiental, AC (Cemda) y el Centro para la Diversidad Biológica consideran correcta la decisión de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de negar la autorización en materia de impacto ambiental al proyecto de minería submarina “Don Diego”, que pretendía llevarse a cabo en el Golfo de Ulloa, Baja California Sur, debido a los posibles impactos ambientales que pudieran provocarse en la región, informaron las organizaciones en un comunicado.

“Es una decisión correcta de Semarnat porque no descartó el daño que se podía ocasionar a la pesca, a especies como la ballena y la tortuga caguama, lo conducente en términos legales era que no se autorizara y así fue. Con esto, quedan a salvo los derechos del promovente del proyecto, de volver a presentar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) y si a caso, acreditar que no haya un riesgo para las especies mencionadas y la pesca”, dijo en entrevista para SinEmbargo Agustín Bravo, director Regional de la Oficina Noroeste de Cemda.

El activista declaró que el trasfondo que hay en el megaproyecto de minería submarina, radica “en una actividad que apenas está comenzando en el mundo, con lo que México se hubiera vuelto como un campo experimental sin tener todavía la infraestructura de supervisión y vigilancia para monitorear que el proyecto no tuviera afectaciones”.

El año pasado, ante un inminente resolutivo negativo, el promovente del proyecto lo retiró del procedimiento de impacto ambiental, ante lo cual y unos días después, Odyssey Marine Explorations presentó una nueva MIA, ahora con el nombre de “Dragado de Arenas Fosfáticas Negras en el Yacimiento Don Diego”.

Expertos y otras organizaciones ambientales habían señalado los posibles riesgos e impactos para los ecosistemas marinos –particularmente para la población de tortugas marinas y las ballenas de la región–  y para la actividad pesquera en la zona. Cabe mencionar que el Golfo de Ulloa ha sido caracterizado como una Región Marina Prioritaria para la Conservación según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

El Golfo de Ulloa en la costa occidental de Baja California Sur es una de las zonas pesqueras de mayor rendimiento en el país, aproximadamente el 42 por ciento de la pesca que se lleva a cabo en la entidad, se concentra en esas aguas, por lo que tiene un peso muy importante para la economía, sobre todo en las localidades contiguas, destacó Bravo. En ese sentido, la propia Semarnat había considerado en su propuesta de Programa de Ordenamiento Ecológico Marino que no existe compatibilidad entre la minería y la pesca, debido a los atributos ambientales del golfo.

Dicho programa –aún sin decretar– funge como un instrumento de política ambiental que regula e induce las actividades en el medio marino. “Desde el año pasado ya había determinado que hay un conflicto entre las actividades económicas y ambientales en el Golfo de Ulloa contra proyectos de minería submarina y para efectos prácticos hace casi imposible que pueda haber proyectos de minería de esta escala”, explicó.

“Es urgente que la Semarnat decrete ya el programa para brindar mayor certeza a la actividad pesquera y a cualquier actividad que busque realizarse en el Golfo de Ulloa. Lo tendría que hacer ya la Semarnat porque está obligada por mandato legal a tener soluciones que no sean de corto plazo para el mantenimiento de las condiciones naturales”, exigió.

Bravo informó que la Semarnat tardó ocho meses en negar la autorización en materia de impacto ambiental para el proyecto, pero finalmente determinó que Odyssey Marine Explorations no reunía los requisitos de ley y que además podía ocasionar daños ambientales severos al ecosistema.

Con la decisión de la Semarnat se evitó que el proyecto de más de 90 mil hectáreas de minería en el mar pusiera en riesgo biodiversidad muy importante a nivel mundial que incluso se encuentra en riesgo de desaparecer, así como las actividades pesqueras.

El Golfo de Ulloa es hogar de ballenas y es la zona de mayor agregación de tortuga caguama del pacífico –especie en peligro de extinción– que ya se enfrenta a condiciones muy complicadas por su masiva pesca incidental, comentó Bravo.

“Semarnat con tino decidió que no había información científica suficiente por parte del promovente que ponía en riesgo a las ballenas, a las tortugas y a la pesca. Semarnat privilegió las actividades económicas y ambientales ya existentes y ya exitosas para no sumar un impacto ambiental”, agregó.

La tortuga caguama es una de las especies en peligro de extinción que serían aún más vulneradas con el proyecto. Foto: Cuartoscuro

La tortuga caguama es una de las especies en peligro de extinción que serían aún más vulneradas con el proyecto. Foto: Cuartoscuro

No obstante, aún no se puede cantar victoria,  pues Odyssey valora qué hará, ya que tiene abierta la posibilidad de impugnar la negativa que otorgó la Semarnat y tiene también la opción de presentar la manifestación de impacto ambiental, reconoció.

Asimismo, señaló que gran parte del golfo es un refugio pesquero decretado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) junto con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) precisamente para proteger a estas especies “si bien ‘Don Diego’ tiene abierta la puerta para volver a presentar su proyecto a evaluación, se enfrentaría a un escenario muy complicado porque palabras más, palabras menos, a través de este decreto de zona de refugio, lo que está diciendo el estado mexicano es que no es un área idónea en la cual deban darse proyectos de este tipo”

“Hace un par de años, la Secretaría consideró declarar el Golfo de Ulloa como un área de refugio para la tortuga caguama, en términos de la Ley General de Vida Silvestre, a la postre por razones que sólo la Semarnat conoce, decidió no decretarla”, continuó.

De acuerdo con Bravo, un aliciente para que la Semarnat negara la autorización de manifestación de impacto ambiental, fue que el proyecto “generó una gran preocupación entre el sector pesquero y desde luego entre quienes nos dedicamos a buscar hacer una realidad de este ideal del desarrollo sustentable y tampoco hay que dejar del lado que el Golfo de Ulloa está en la mira del Gobierno de Estados Unidos, en el sentido de que la tortuga caguama es una especie trinacional, nace en Japón y migra de allí hasta México pasando por aguas jurisdiccionales de EU en Hawaii y allí tienen medidas sumamente severas para la protección de la especie, mientras que en nuestro país llegan a morir de 500 a 900 ejemplares por año debido a la pesca incidental”, acotó.

“Si la tortuga caguama enfrenta ya una problemática sumamente compleja y desfavorable por lo que pasa allí, sumarle el riego de mayores impactos ambientales causa alarma hacia dentro del Gobierno estadounidense, teniendo presente que hay mecanismos de colaboración entre los tres países para la conservación de la tortuga, en los cuales las acciones del Gobierno mexicano han dejado mucho que desear”, añadió.

Por último, Bravo aseguró que es necesario “el monitoreo y la vigilancia permanente por parte de la sociedad y las comunidades que pudieran resultar afectadas. Esta decisión de la Semarnat se enmarca también en la propuesta de Ordenamiento Ecológico, Marino que tiene ahora en evaluación”.

Un proyecto de mina de Odyssey y AHMSA amenaza en BCS a especies que México y EU defienden

viernes, noviembre 6th, 2015

A través de una carta, el Gobierno de BCS emite observaciones a la Semarnat que advierten que la mina podría desatar un “conflicto de índole internacional” con EU

Diversas asociaciones civiles de defensa del medio ambiente se han pronunciado contra el proyecto por la afectación a los ecosistemas marinos. Foto: Shutterstock

Diversas asociaciones civiles de defensa del medio ambiente se han pronunciado contra el proyecto por la afectación a los ecosistemas marinos. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).– Por medio de una carta dirigida a Alfonso Flores Ramírez, titular de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el Gobierno de Baja California Sur (BCS) realizó algunas observaciones técnicas del proyecto de minería submarina “Don Diego” con las que concluye que no es ambientalmente viable.

Dicho proyecto, promovido por la empresa estadounidense Odyssey Marine Explorations, a través de su filial Exploraciones Oceánicas y con participación de Minera del Norte S.A., subsidiaria de Altos Hornos de México (AHMSA), es el primero en su tipo a nivel mundial y pretende dragar 91 mil hectáreas de fondo marino para extraer 350 millones de toneladas de arena fosfática en el Golfo de Ulloa en aquel estado.

Actualmente, “Don Diego” se encuentra en una segunda evaluación de su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) por parte de la Semarnat, después de haber desistido en una ocasión y tras la acusación de organizaciones de que el proyecto representa un riesgo para los ecosistemas marinos y la actividad pesquera y turística de la región.

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Ahora, el Gobierno de BCS a través de Rodrigo Guerrero Rivas, Secretario de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Recursos Naturales de la entidad, advierte que el desarrollo minero no es viable ambientalmente y que podría exacerbar un conflicto de índole internacional, informó el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

A través de la carta –hecha pública por el Cemda– la instancia local emite opiniones técnicas que hacen referencia a que en la MIA de “Don Diego” se puede detectar conflictos ambientales con el sector minero y conflicto internacional por mortalidad de tortuga marina amarilla, así como metodologías, estudios y estadísticas insuficientes para establecer el grado de afectación a especies locales, dispersión de sedimentos, resiliencia y ecotoxicidad y manejo de combustibles.

La zona en que Exploraciones Oceánicas pretende echar a andar su proyecto, está considerada como Región Marina Prioritaria para la Conservación según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y también como zona de abundancia de tortugas marinas y tránsito de ballenas azules, grises y jorobadas, además de ser hábitat de lobos marinos y de una variedad de especies de algas, poliquetos, moluscos e invertebrados.

El proyecto minero se ubica en una zona ecológicamente vulnerable. Foto: Dondiego.mx

El proyecto minero se ubica en una zona ecológicamente vulnerable. Foto: Dondiego.mx

En un primer análisis del desarrollo minero, la institución estatal utiliza como referencia el Programa de Ordenamiento Ecológico Marino y Regional Pacífico Norte, mediante el que detectaron dos conflictos ambientales con el sector minero:

El primero es de conservación pues, señalan, el desarrollo provocaría afectaciones a ecosistemas bentónicos, succión o daño físico de organismos por la draga (aparato utilizado para succión de productos marinos), daño o muerte de organismos, bioacumulación de metales pesados y elementos radiactivos, así como incremento de mortalidad de mamíferos y tortugas marinas.

El segundo conflicto con el sector minería es con la pesca costera puesto que existiría “exclusión de zonas de pesca y afectación a pesquerías comerciales por alteración del hábitat de especies objetivo”.

Adicionalmente, la misiva señala que el proyecto minero se ubica dentro de Unidades de Gestión Ambiental (UGA) en las que, entre otras cosas, se establece que no se “permitirán actividades mineras cuando éstas puedan afectar poblaciones y hábitat de especies en riesgo y prioritarias de conservación o causen efectos de acumulación de metales pesados que pongan en riesgo la salud pública por consumo de productos pesqueros”.

En contraste con la afirmación que se lee en la página oficial de “Don Diego” y afirma que utiliza la experiencia de los mejores consultores y científicos del medio ambiente en el mundo y que se realizaron numerosos y extensos estudios, el Gobierno de BCS indica que ciertas metodologías, estudios y estadísticas son insuficientes para establecer el grado de afectación por las actividades que el proyecto pretende realizar durante 50 años.

Tal es el caso de la evaluación de resiliencia y ecotoxicidad, mediante la que Don Diego sostiene que “no existen evidencias de contaminación que afecten a la fauna marina”, pero que realizó sin hacer mención a investigaciones oceanográficas locales-regionales, sino con datos marinos que incluyen a especies costeras del Reino Unido.

Además de no haber evaluado el impacto de su actividad con especies locales, los promoventes del proyecto, señala la carta, realizaron un estudio que “no permite determinar de manera clara los impactos ambientales producidos por el ruido en otras especies marinas (incluyéndose a las tortugas marinas)”.

EL CONFLICTO INTERNACIONAL

De acuerdo con el Cemda, la superficie que el proyecto pretende dragar del fondo marino equivale al 60 por ciento de la superficie del Distrito Federal y, en volumen, a la cantidad necesaria para llenar 264 veces el estadio Azteca. Foto: Dondiego.mx

De acuerdo con el Cemda, la superficie que el proyecto pretende dragar del fondo marino equivale al 60 por ciento de la superficie del Distrito Federal y, en volumen, a la cantidad necesaria para llenar 264 veces el estadio Azteca. Foto: Dondiego.mx

Además de concluir con que el proyecto “Don Diego” no es ambientalmente viable, el Gobierno de BCS hizo mención de que su desarrollo podría “exacerbar de una manera muy significativa” la intención del Gobierno de Estados Unidos de implementar un embargo pesquero “que tendría graves impactos socioeconómicos no sólo en el estado de BCS, sino también en el resto del país”.

El embargo al que se hace referencia es una posibilidad que surgió luego de que, en agosto pasado la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) extendiera a México una certificación negativa por no adoptar un programa regulatorio comparable al de aquel país para afrontar la pesca incidental de la tortuga amarilla –una especie en extinción– en el Golfo de Ulloa, donde se pretende echar a andar el proyecto.

La tortuga amarilla o caguama (caretta caretta) es una especie catalogada En Peligro de Extinción y considerada como Especie Prioritaria para la Conservación en México, por el Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER), pero diversas asociaciones civiles han denunciado que “Don Diego” es una amenaza latente.

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Recientemente, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) pidió al Comité Científico de la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de Tortugas Marinas (CIT) hacer un análisis de dicho proyecto y a instar al Gobierno Mexicano a proteger a la especie.

Ante el riesgo, indica un comunicado del Cemda, Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, dijo que “ahora, con un embargo en puerta por parte del gobierno estadounidense, lo menos que Semarnat debería hacer es aprobar el proyecto”.

Finalmente, la misiva dirigida al funcionario de la Semarnat, insta a considerar la aplicación del Principio Precautorio para evaluar el proyecto minero y con ello apegarse a la legislación en materia internacional y nacional pues, de lo contrario podría incurrirse en “la creación de un riesgo con efectos todavía desconocidos y por lo tanto imprevisibles”.

Entre los acuerdos internacionales que, mencionan, hay que cumplir, se encuentran la Declaración de Río de Janeiro y el Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Una empresa de EU intenta extraer arena fosfática en golfo de BCS, alertan activistas

miércoles, julio 8th, 2015
El proyecto minero se ubica en una zona ecológicamente vulnerable, en el Golfo de Ulloa. Foto: Dondiego.mx

El proyecto minero se ubica en una zona ecológicamente vulnerable, en el Golfo de Ulloa. Foto: Dondiego.mx

Ciudad de México, 8 de julio (SinEmbargo).– Después de haber desistido en una ocasión, la empresa estadounidense “Odyssey Marine Explorations” ha presentado una segunda manifestación de impacto ambiental (MIA) ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para extraer arena fosfática en el Golfo de Ulloa en Baja California Sur; acción que ha puesto “en posible riesgo a los ecosistemas marinos de la región y a la actividad pesquera en la zona”, informó en comunicado el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) en conjunto con otras organizaciones ambientales.

La empresa estadounidense, a través de su filial “Exploraciones Oceánicas” pretende dragar 91 mil hectáreas de fondo marino para extraer 350 millones de toneladas de arena fosfática en una zona caracterizada como Región Marina Prioritaria para la Conservación según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio); y puntualizada también como zona de abundancia de tortugas marinas y tránsito de ballenas azules, grises y jorobadas; los dos primeros, animales en peligro de extinción.

“Debe ponderarse el permiso de impacto ambiental al proyecto hasta asegurar plenamente que el mismo no generará daños ambientales graves e irreversibles”, expresa un comunicado publicado por CEMDA, que ya ha solicitado a la Semarnat que abra el proyecto a consulta pública y que organice una reunión pública de información junto con el promovente, “a fin de transparentar el procedimiento de evaluación de impacto ambiental y de que la sociedad en su conjunto esté debidamente informada de los impactos potenciales de este proyecto minero”.

En conjunto con organizaciones como Ocean Futures Society, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), la de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos y su Hábitat (AICMMARH), entre otras, el CEMDA advierte que, “de autorizarse el proyecto, el gobierno de México sería el primero en el mundo en aprobar uno de estas características, con posibles violaciones a tratados internacionales que está obligado a cumplir sobre la protección de entornos marinos y especies vulnerables”.

“Exploraciones Oceánicas” presentó su MIA en esta segunda ocasión con el nombre de “Dragado de Arenas Fosfáticas Negras en el Yacimiento Don Diego”, antes llamado “Don Diego”, para no generar antecedentes legales. Esta vez, la filial estadounidense lo hizo con la participación de Minera del Norte S.A., subsidiaria de Altos Hornos de México, siderúrgica que abarca desde la extracción de minerales de fierro y carbón hasta la manufactura de aceros.

CONTRA EL PROYECTO

La tortuga caguama es una de las especies en peligro de extinción que serían aún más vulneradas con el proyecto. Foto: Cuartoscuro

La tortuga caguama es una de las especies en peligro de extinción que serían aún más vulneradas con el proyecto. Foto: Cuartoscuro

Anteriormente, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) apeló por el rechazo del proyecto en la primera ocasión en que fue presentado argumentando que éste carecía de “información técnica suficiente para garantizar que el proyecto no dañaría gravemente la Bahía, ecosistema marino del que dependen comunidades costeras y especies de fauna como las ballenas Azul, Jorobada y la Tortuga Caguama”.

Así mismo, expusieron diversas razones por las que el proyecto no debía ser aprobado, entre ellas, que el proyecto implicaría “un proceso minero que alteraría en gran medida el entorno marino: grandes barcos dragarían el lecho marino y extraerían arena en busca de fosfato, pero al hacerlo podrían también extraer organismos vivos” y que la actividad minera también implicaría una alteración al ecosistema marino “con sedimentos que, tras ser procesados, serán devueltos al océano exponiendo elementos tóxicos como el Uranio”.

Por si el daño al medio natural no fuera suficiente, el proyecto –continúa AIDA– también pone en riesgo actividades de pesca y turismo de las que depende el sustento de comunidades costeras de la zona.

SOBRE LA EMPRESA

Odyssey Marine Explorations se define como líder en innovación de exploración del océano profundo. “Odyssey explora los océanos del mundo para localizar tesoros y recursos valiosos, aunque nuestros descubrimientos van más allá del oro y la plata […] también estamos explorando el fondo marino en busca de recursos […] como el cobre y la fosforita, necesarios para la construcción de la infraestructura y alimentación del mundo”, asegura en su página oficial.

Su filial “Exploraciones Oceánicas”, presentó anteriormente el proyecto minero “Don Diego” en Baja California Sur asegurando estar “respaldado por las mejores consultoras ambientales e investigaciones científicas del mundo”. Y aunque admite que “el principal efecto directo [del dragado que realizaría para sus procesos de extracción] es la alteración de la topografía del fondo marino y la remoción de organismos que viven dentro de los sedimentos marinos y las arenas ubicadas en la trayectoria de la cabeza de succión. No obstante –continúa– cabe resaltar que una serie de videos submarinos tomados sobre el fondo marino a lo largo del yacimiento de las arenas fosfáticas han determinado que estas zonas se caracterizan por una importante ausencia de vida submarina”.

Esta última aseveración contrasta con la valoración de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad que cataloga al Golfo de Ulloa como Región Marina Prioritaria para la Conservación.

Gráfico del proceso de dragado llevado a cabo por un buque. Foto: Dondiego.mx

Gráfico del proceso de dragado llevado a cabo por un buque. Foto: Dondiego.mx

Contrastando también con la aseveración de la AIDA de que algunos de los sedimentos devueltos al océano serían tóxicos; la presentación del proyecto presume de ausencias contaminantes: “análisis muestran que no hay evidencia de toxicidad ni en los sedimentos dragados ni en los regresados al fondo marino del sitio ‘Don Diego'”, apuntan.

Por otro lado, en referencia a la afectación a las especies marinas que pudiera ser provocada por el ruido de buques de dragado, la presentación del proyecto señala que “los niveles de sonido son demasiado bajos para causar daño alguno a la vida marina y se asimilan en intensidad a los sonidos generados por las naves de avistamiento de ballenas o a las naves mercantes que frecuentan la costa pacífica de México”. Sin embargo, al hacer sus comentarios sobre la MIA del proyecto minero AIDA señaló que “el ruido de la operación minera alterarán el hábitat de especies vulnerables de ballena y tortuga”.

Con relación a la tortuga Caguama (especie en peligro de extinción), Haydée Rodríguez, abogada especializada en derecho ambiental, señala que “la tortuga caguama [es un] animal que depende de su oído para comunicarse, moverse y defenderse de depredadores. Este ruido podría incluso llevar a la muerte a los ejemplares más jóvenes”.

En lo que concierne a la ballena gris, el científico Jorge Urbán ya ha señalado para Excélsior que “el ruido que generaría el dragado en el fondo marino […] modificaría la migración milenaria de la ballena gris, que viaja 10 mil kilómetros desde el Océano Ártico, en los mares de Bering y Chukchi, entre Alaska y Siberia, hasta la península de Baja California, para aparearse y dar a luz a sus crías. el ruido submarino por la actividad minera se sobrepondría a la comunicación acústica que hay entre las ballenas, principalmente en el complejo lagunar de Bahía Magdalena, el punto más cercano al proyecto Don Diego, donde cada año nacen una gran cantidad de ballenatos”.

Finalmente, la página del proyecto, asegura además que explotar el  yacimiento de arenas fosfáticas ubicado  en el Golfo de Ulloa permitiría a México dejar de “depender de la importación de fosfatos extranjeros y podría convertirse eventualmente en un exportador del mismo, consolidando así la seguridad alimentaria” para el país. Y apunta: “Este (la seguridad alimentaria) es un punto estratégico de la ‘Cruzada nacional contra el hambre’ impulsada por el Presidente Enrique Peña Nieto”.