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El cineasta Alejandro Cárdenas recomienda 10 libros sobre cine

sábado, febrero 20th, 2016
Alejandro Cárdenas en la librería, uno de sus sitios favoritos. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Alejandro Cárdenas en la librería, uno de sus sitios favoritos. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

El director del tremendo documental Oasis ha encontrado en los textos una motivación para seguir en la ruta del séptimo arte, al que entró por necesidad cuando entendió que sólo él podía contar en imágenes el drama de los travestis mayas enfermos de SIDA, anclados en un hogar de Yucatán

Ciudad de México, 20 de febrero (SinEmbargo).- Reconoce con modestia que entró a esto del cine por casualidad y en poco tiempo se ha convertido en una referencia para el género documental de denuncia en nuestro país.

Esta semana publicábamos una entrevista a Alejandro Cárdenas, periodista y documentalista, que prepara luego de su aclamado filme Oasis un trabajo en Mozambique, México y Finlandia sobre pescadores artesanales.

Aprovechamos el encuentro para pedirle que recomienda a nuestros lectores sus 10 libros favoritos sobre cine, textos que para él han representado la sustancia de su nuevo oficio, puesto que como también admite no ha estudiado en forma orgánica ni en el CUEC ni en el CCC.

[youtube b_5zUGe7E6k]

Aquí van:

libro_1 Mi-Primera-Película

El primer proyecto, el que usualmente toma más esfuerzo y sueños, contado por directores hoy consagrados. Especial atención merecen, creo, las palabras de Richard Linklater y González Iñárritu.

libro_2
Hacer-una-película

Su portada carmín en el librero de mi novia Iazua Larios era un imán constante, una forma de soñar despierto. Leerle fue como escuchar susurros del italiano más universal.

libro_3 Esculpir-en-el-tiempo

Reflexiones sobre arte, estética y poética. Poesía pura y dura.

libro_4 Conquista-de-lo-inútil

Aquí se lee lo que significa vivir por y para hacer cine.

libro_5 Cine-y-Revolución

La cámara contra la escopeta. La cámara como escopeta. Un pedazo de la historia nacional contado a 24 por segundo.

libro_6 Moteros-tranquilos,-toros-salvajes

Peter Biskind nos lleva más allá del sexo, drogas y rock de su primer libro. ¿O lo precede?, no lo recuerdo bien. Al final, uno puede leer ambos textos y sumergirse en un mundo de tan superficial, humano.

libro_7 Mi-último-suspiro

Testamento del más mexicano de los españoles.

libro_8 On-film-making

El autor pasó 25 años encapsulando la esencia del cine en 336 páginas.

libro_9 Cine-antropológico-mexicano

El México profundo reinventado a partir de su cine; el espejo en que nos vemos.

libro_10 Sinué,-El-egipcio

Aunque no habla de cine, esta ficción está narrada de tal manera que uno ‘ve’ lo que lee. Imagina los cuadros. Las líneas de los rostros. Los tonos de las voces.

ENTREVISTA | Alejandro Cárdenas y el cine como herramienta social

miércoles, febrero 17th, 2016
El cineasta de Coahuila, prepara su nueva película, una historia de pescadores artesanales. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

El cineasta de Coahuila, prepara su nueva película, una historia de pescadores artesanales. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

No tiene nada contra las superproducciones de Hollywood, pero lo suyo es el cine como un instrumento para retratar a los que menos tienen, a los que más sufren. Alejandro Cárdenas: el otro cine mexicano

Ciudad de México, 17 de febrero (SinEmbargo).-Alejandro Cárdenas se hizo cineasta por casualidad. Antes y ahora es un periodista interesado por contar historias de la realidad que lo circunda. Nació en Coahuila, pero todo su trabajo proviene de Yucatán, donde ha vivido.

Ahora reparte su tiempo entre Finlandia, Alemania y Barcelona, en compañía de su esposa, la actriz Iazua Larios, cuyo trabajo se ha enraizado en Europa, aunque ahora filma junto a la veterana actriz de telenovelas Patricia Reyes Spíndola una historia en Michoacán.

Cárdenas, director del documental Oasis, contó en su película la historia cuatro personajes que sufren varios estigmas, el de la pobreza, el sida, la homosexualidad en pueblos no muy tolerantes hacia lo diferente y la condición de ser indio en un país donde las culturas prehispánicas son reflejo de un pasado muy rico en los museos, pero no preocupación de un presente donde se atiendan las necesidades de los olvidados.

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La historia transcurre en el pueblo de mil 500 habitantes llamado Sitpach, en Yucatán, donde nació Gerardo Chan Chan, “el día en que el calendario maya le vaticinaba vida de pavo real. Su padre, en cambio, pensó que su hijo primogénito sería doctor, que hablaría perfecto español y que dejaría la vida del campo para vivir en la ciudad capital”, cuenta Cárdenas.

La historia de Chan Chan es también la del albergue Oasis que da nombre a la ópera prima del periodista Alejandro Cárdenas, nacido en Coahuila y quien ahora está en fase de producción y rodaje de un documental tri-nacional sobre pescadores artesanales, un oficio en extinción, de México, Mozambique y Finlandia.

Su paso por México, antes de irse a grabar a Yucatán y luego a Europa fue un buen pretexto para una charla sin desperdicio donde el cineasta refrenda su pasión por el cine social, de testimonio y análisis.

–Estrenaste finalmente tu documental Oasis en la Cineteca…

–Sí, fue mi manera de agradecerle a un documental que se estrenó en 2013 y que tuvo una primera etapa esencialmente europea, teniendo en cuenta que mis productores son nórdicos. Aunque claro que para mí era muy importante mostrar la película al público mexicano, porque la historia transcurre en México y hay que contar estos hechos que permanecen escondidos muchas veces debajo de la mesa. Primero lo mostramos en Mérida, donde estuvieron presentes dos de los protagonistas. Estuvo en Morelia, en Distrital, en el festival de Cine de Género. Oasis ha sido mi escuela de cineasta, todavía falta llevarlo a las pequeñas comunidades de Oaxaca y Yucatán, donde la discriminación hacia el travestismo causa estragos. La apuesta de la película es reivindicar lo último de la escala social latinoamericana: el indigenismo, la pobreza, el travestismo y el SIDA. Y aun así tratar de hacer un documental sensible y no sentimentaloide, donde no se victimizara a nadie.

Respeto mucho a los documentalistas que cuentan del abuelo traumado o de la tía con esquizofrenia, pero no es lo mío. Foto: Francisco Cañedo, Sinembargo

Respeto mucho a los documentalistas que cuentan del abuelo traumado o de la tía con esquizofrenia, pero no es lo mío. Foto: Francisco Cañedo, Sinembargo

–¿Vieron la película los protagonistas?

–Sí y una de ellas se quejó porque dice que la saqué muy gorda, que ella no estaba así en la realidad. Fuera de ello, les gustó, la disfrutaron.

–¿Andas en México acompañando a tu esposa?

–Es mi segundo matrimonio y aprovechando que estamos en fechas de San Valentín te comento que integro una relación muy madura y que consiste en aceptar que somos una pareja donde los dos estamos involucrados en proyectos de arte y que ambos estamos empeñados en cumplir nuestros sueños. Es una rueda de la fortuna o una montaña rusa. A veces hay buenos proyectos para mí, otros para ella y a veces no hay nada para ninguno de los dos. Tenemos un hijo precioso llamado Jonás. Vengo de una sociedad muy conservadora. Cuando les comento a mis amigos que este mes me toca cuidar a mi hijo, me miran con cara extraña, ‘¿cuándo lo perdimos?’, se preguntan. No lo veo así, pasar mucho tiempo con un bebé es un reto. En Croacia, Iazua filmaba para una producción alemana, salía muy temprano y llegaba muy de noche. Nos alojaron en un hotel muy grandote donde me sentía como Jack Nicholson en El resplandor. Al final del día terminaba agotado. Cuidar un bebé es algo muy arduo, la chamba más enriquecedora, pero agotadora, todos mis respetos para las madres que lo hacen a diario. Ahora nos vamos a Michoacán, donde ella tiene un rol protagónico. Luego de eso nos vamos a filmar mi próximo proyecto a Yucatán.

–¿De qué se trata?

–Es una historia de pescadores que transcurre en tres países. Elegí Sisal, en Yucatán, un puerto con mucha historia. Quiero enfrascarme en una historia con mucha imágenes y pocos diálogos. La segunda parte de la película transcurrirá en Tofo Mozambique, donde la tierra es de color carmín, donde ya no se pesca, casi, porque vienen las grandes embarcaciones chinas y se llevan toda, literalmente toda, la riqueza pesquera que tiene la región. No puedo dejar de lado el tema social, porque tengo muy claro que si estoy en el cine es para contar historias que tienen que ver con lo social. Respeto mucho a los documentalistas que cuentan del abuelo traumado o de la tía con esquizofrenia, pero no es lo mío. En un país como México hay que hablar de temas sociales y políticos, no podemos darnos el lujo de dejar de tomar la cámara como un arma guerrillera.

–¿Y el tercer lugar cuál es?

–Laponia, en Finlandia. Cuando está todo nevado y todo es blanco, blanco, llegan los pescadores con un taladro, hacen un hoyo en la tierra y sacan unos pescaditos deliciosos, que están en vía de extinción porque a las grandes cadenas de comida industrial se les ocurrió criarlos artificialmente. Y eso contaremos, de cómo se les está terminando la chamba a los pescadores artesanales. La historia yucateca tiene que ver con un quiebre generacional. Un padre viejito ya que sigue pescando como siempre y le quiere enseñar a su hijo, pero él está metido en crear un sitio turístico.

–¿Quién produce?

–Elsa Reyes para Zensky Cine. Estamos en una primera etapa. Elsa es una persona con la que hice una muy buena sociedad. Me agarra de las patas cuando yo vuelo mucho y me hace aterrizar. A veces me agarra la pregunta, ¿no estaré en un proyecto demasiado ambicioso?, con tres países implicados…pero luego me doy cuenta de que esto es el cine, contar historias que son distintas pero no distantes.

–¿Todo este triunfo en el cine internacional de Alejandro González Iñárritu tiene repercusión en ese cine guerrillero que haces?

–Me encanta que a González Iñárritu le vaya tan bien. Admiro mucho su trabajo. Me encanta la sociedad que hace con Emmanuel Lubezki. Me hubiera gustado que no se peleara con Guillermo Arriaga, pero sus razones tendrán. Me rechocan estos cangrejos mexicanos que intentan agarrarlo por las patas y denostar su trabajo, casi pareciera por el simple hecho de ser mexicano. Él abre puertas que nadie ha abierto, hace el cine que quiere donde casi nadie puede hacer lo que quiere. Y esperaría que todo el éxito de nuestros mexicanos en el exterior ayude a la industria a voltear la mirada hacia nuestro país y nuestro cine en general.