SinEmbargo MX

¿El petróleo ha dejado de desplomarse?, al menos eso esperan algunos analistas luego de que la interrupción en la producción de crudo provocada por los grandes incendios en Canadá y los ataques a instalaciones petroleras en Nigeria apuntalaron a un paulatino aumento de los precios, permitiendo superar la barrera de los 50 dólares el barril. En México, las finanzas públicas dependen una tercera parte de las ventas del petróleo al extranjero. Cada año el Gobierno determina un precio del barril para obtener recursos y dinamizar la economía. Este año en el Presupuesto de Ingresos de la Federación se fijó un precio promedio de 50 dólares por barril, por lo que el ligero repunte del oro negro a nivel internacional alcanza a la mezcla mexicana, pero no a los niveles esperados como para sanear las finanzas públicas, coincidieron expertos consultados por SinEmbargo.

Ciudad de México, 29 de mayo (SinEmbargo).– La interrupción en la producción de crudo provocada por los grandes incendios en Canadá y los ataques a instalaciones petroleras en Nigeria han apuntalado a un paulatino aumento de los precios del petróleo permitiendo superar la semana pasada la barrera de los 50 dólares el barril. ¿Se terminó el desplome del crudo?, algunos analistas optimistas afirman que esta recuperación es buena señal, mientras que otros creen que sin un acuerdo político entre los actores seguirá la volatilidad y la incertidumbre.

Los inversionistas en todo el mundo entraron en pánico cuando el pasado 11 de febrero los precios del también llamado oro negro se desplomaron a un mínimo no visto en 13 años alcanzando los 26.05 dólares por barril. Ahora se encuentra en 49 dólares, tomando como referencia el Texas y el Brent.

“Es difícil de predecir los precios del petróleo, hay muchos factores que considerar, cualquiera que vaticine un alza si no hay un acuerdo político entre los actores está equivocado. Si hay un acuerdo para detener la producción entonces los precios van a subir, en la medida en que eso no suceda y se lo deja a la suerte del mercado entonces tendremos volatilidad e incertidumbre”, dijo a SinEmbargo la Doctora Miriam Grunstein Dickter, académica del Centro Rice University.

El prolongado periodo con el barril de petróleo en precios mínimos ha pasado factura a la industria, que se ha visto obligada a paralizar inversiones y recortar miles de puestos de trabajo.

De acuerdo con especialistas, ese era precisamente el objetivo no declarado de Arabia Saudí y sus socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), conformada por 12 países, cuando comenzaron una guerra destinada a proteger su cuota de mercado frente a otros productores, en particular la nueva industria del esquisto.

“Ya estamos viendo los efectos de la falta de inversiones en la producción global. En países como Brasil y China las extracciones están decayendo. En muchas regiones de Estados Unidos, la producción subyacente está cayendo o bien su crecimiento se está ralentizando”, señaló a la agencia de noticias Efe Richard Mallinson, analista de la firma Energy Aspects.

El experto señaló que cuando se solventen las interrupciones puntuales del suministro puede producirse una “corrección de los precios”, si bien sostiene que “la tendencia principal apunta hacia mayores incrementos a medida que la brecha entre la producción y la demanda se estreche”.

Uno de los temores del mercado es que un incremento sostenido de los precios reactive la industria e incremente de nuevo el nivel total de bombeo, lo que lastraría una vez más los precios a la baja.

La producción global ha caído en torno a cuatro millones de barriles diarios como consecuencia del fuego en la región canadiense de Alberta y los sabotajes en Nigeria, además de la inestabilidad en Libia y los cortes en Venezuela.

Esa rebaja desahoga momentáneamente el exceso de oferta que ha asfixiado al mercado desde hace más de año y medio y contribuye a un reequilibrio que tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ya vislumbran a medio plazo.

Para Alex Kemp, profesor de Economía del Petróleo en la Universidad de Aberdeen, la cuota de 50 dólares el barril es todavía demasiado baja para reactivar por completo la producción.

“Si existiera la certidumbre de que el precio se va a mantener en los 50 dólares podrían volver a considerarse algunos proyectos, pero realmente para la mayoría de ellos sería necesario llegar a los 60 dólares para ser rentables”, afirmó en entrevista para Efe.

Kemp subrayó que existen diferencias regionales en ese sentido. Mientras que en Oriente Medio la extracción es más barata y las industrias son rentables con un barril a precios más moderados, bombear crudo en el mar del Norte requiere infraestructuras más costosas.

Es poco probable que las petroleras replanteen su estrategia a corto plazo, además, porque “nadie sabe lo que van a durar” los actuales recortes de suministro ni cuál será la reacción del mercado cuando se recupere la normalidad.

En su último informe mensual, la AIE constató que el mercado se encamina hacia un mayor equilibrio, si bien sostuvo que espera que el aumento del precio sea limitado, entre otros motivos por los elevados niveles de las reservas mundiales.

Algunos analistas, como Mallinson, sostienen en cambio que el avance del precio puede continuar en la segunda mitad de 2016 y apuntan a que la producción de la OPEP estará “por debajo de lo que la AIE sugiere”.

Arturo Carranza, Güereca, especialista en energía del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), explicó a SinEmbargo que nadie puede garantizar cuál será el comportamiento del petróleo, pero es poco probable de que se presente otra caída en los precios. Sin eso ocurriera, dijo, podría estar ocasionada por una reducción en el ritmo de crecimiento en China, que es el principal consumidor de energía en el mundo, o por eventualidades de la Unión Europea o en Estados Unidos.

¿Y LA MEZCLA MEXICANA?

En México, las finanzas públicas dependen una tercera parte de las ventas del petróleo al extranjero. Cada año el Gobierno determina un precio del barril para obtener cierta cantidad de recursos y así complementar los que necesita el país para gastar y dinamizar la economía.

Para este año, en el Presupuesto de Ingresos de la Federación se fijó un precio promedio del petróleo de 50 dólares por barril, de los cuales se contrató una cobertura por 49 dólares por barril. Los ingresos que representan el dólar adicional se obtuvieron de ahorros de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El ligero repunte de los precios del petróleo a nivel internacional alcanzan a la mezcla mexicana, pero no a los niveles esperados. El pasado viernes finalizó en 40.20 dólares por barril, 9.13 dólares menos que el crudo de Texas y 9.12 dólares por debajo del Brent de Londres.

“Para que el aumento al petróleo se vea reflejado en las finanzas públicas se necesita que el precio del crudo esté por arriba de los 50 dólares, si está por debajo de esa barrera no tendrá un efecto positivo”, mencionó Arturo Carranza.

Sin embargo, señaló que si el oro negro muestra signos de recuperación para el próximo año serán buenas noticias para México y para Petróleos Mexicanos (Pemex).

Opinión que contrasta con la de la académica Miriam Grunstein, quien dijo que el futuro de la Empresa Productiva del Estado es complicado.

“En Pemex siguen sin resolverse el problema de su sindicato, de su financiamiento, las instalaciones y en las refinerías”, detalló.

De acuerdo con el Diagnóstico de la Industria de Petrolíferos en México publicado por la Secretaría de Energía (Sener), las importaciones de gasolina alcanzaron en 2015 una participación de 53.8 por ciento de la demanda total nacional, debido al aumento en el consumo y la baja capacidad de producción en las refinerías que operan en México, las cuales trabajan al 66 por ciento de su capacidad.

El año pasado la importación de gasolinas aumentó 15.29 por ciento con respecto a 2014: se importaron 426.6 mil barriles de petróleo diarios, el 53.8 por ciento del consumo nacional de gasolina.

Durante 2015 las exportaciones de gasolinas cayeron 5 por ciento debido “al estancamiento en la capacidad de refinación en territorio nacional”, precisó la Sener.

Al cierre del mismo año las exportaciones promediaron 62.9 millones de barriles diarios.

Mientras que la utilización de las refinerías que operan en México alcanzó sólo el 66 por ciento en promedio de su capacidad instalada durante 2015, un porcentaje menor en 10 por ciento de lo que registró en 2010, cuando la utilización era del 77 por ciento.

El Sistema Nacional de Refinación (SNR) está conformado por seis refinerías, la más antigua data de 1914 y las más nuevas comenzaron a operar en 1979, de acuerdo con el documento de la dependencia.

En 2015, la refinería General Lázaro Cárdenas de Minatitlán, Veracruz, es la que registró una menor utilización, con sólo el 53 por ciento de su capacidad instalada, siendo que cinco años atrás era la que tenía el porcentaje más alto, con un 86 por ciento.

La que registró una mayor utilización durante el año pasado fue la de Tula, en Hidalgo, que operó al 75 por ciento de su capacidad instalada. No obstante, esta cifra es 10 por ciento menor a lo que registraba en 2010.

Como resultado de lo anterior, la producción nacional de petrolíferos y combustibles como gasolina, diésel, combustóleo o gasolina ha decrecido un 9.2 por ciento. Al cierre de 2015, México produjo 1,092 millones de barriles diarios (mbd) de petrolíferos, 110.7 mbd menos que en 2010.