Archive for the ‘Zepeda en Sinembargo’ Category

Día cero de la Era AMLO

domingo, julio 1st, 2018

Andrés Manuel López Obrador obtendrá más de la mitad de los sufragios y en los siguientes días habrá una disputa en tribunales en torno a varios distritos que pueden ampliar o quitar la mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso. Foto: Cuartoscuro

El tema no es si el arroz ya se coció (la ventaja de López Obrador es abrumadora) sino qué pasará con los negritos del arroz cocido. O dicho de otra manera, cuál es el país que vendrá a partir del día cero cuando la mayor parte de los votantes mexicanos conviertan al tabasqueño en el próximo presidente. El líder de Morena se ha propuesto ni más ni menos que un cambio de régimen. Muchos ciudadanos, hartos de los excesos y corruptelas del sistema, están de acuerdo con él. Pero más allá de eso, sabemos muy poco de lo que nos depara el futuro.

Pero eso comenzará a suceder al termino de la jornada electoral. ¿Qué podemos esperar en el transcurso de esta? En mi opinión, el resultado será anticlimático: no habrá sorpresas mayores. Los votantes acudirán a las urnas en buen número, Andrés Manuel López Obrador obtendrá más de la mitad de los sufragios y en los siguientes días habrá una disputa en tribunales en torno a varios distritos que pueden ampliar o quitar la mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso.

Desde luego existirán incidentes a todo lo largo del primero de julio. Casillas no instaladas, carruseles detectados, urnas robadas, intimidaciones y algunas balaceras esporádicas. Pero me parece que serán hechos aislados y se quedarán muy cortos para afectar el resultado de unas elecciones en las que existe una ventaja tan abrumadora de parte del puntero a todo lo largo de la campaña.

El ánimo mismo de los contendientes lo revela. Por ejemplo, el video difundido en redes sociales en el que Ricardo Anaya comenta a su círculo inmediato que dentro del PAN habrá una cargada en su contra después de la elección, dando por descontado que le espera la derrota.

En el cuarto de guerra del PRI, en cambio, el grupo en torno a Meade y Aurelio Nuño mantiene la convicción del milagro que habrá de llegar en el último momento. Una esperanza que no se alimenta más que de su propia obsesión. A principios de año aseguraban que López Obrador llevaba dos sexenios en campaña y era más conocido que Meade, pero que tal aventaja se revertiría a mediados de la campaña. Cuando no sucedió, argumentaron que la brecha había comenzado a cerrarse y según sus cálculos alcanzarían al líder de Morena en los últimos días de junio. Como todos sabemos, eso solo sucedió en la cabeza del candidato priista. Hoy le faltan 15 millones de votos para superar su desventaja, algo que ningún mapache está en posibilidades de materializar por más milagroso que parezca.

Hay quien no descarta la posibilidad de que el régimen intente de plano un golpe de Estado: generar un conflicto electoral mayúsculo para declarar nulas las elecciones y que el Congreso, donde por los siguientes dos meses aún existe mayoría priista, designe a un gobierno provisional a partir del 1 de diciembre mientras se convoca a nuevas elecciones. Pero ni siquiera hay ánimo para llevar a cabo este descabellado plan. Todo indica que Enrique Peña Nieto ya no quiere más problemas ahora que sabe que no le espera cárcel ni juicio político. Como afirma el dicho, el ratón ya no quiere queso sino que lo saquen de la ratonera. Los gobernadores priistas y otros funcionarios de alto rango ya no están dispuestos a arriesgarse por alguien que, como Meade y Nuño, ni siquiera es de los suyos.

Se ha dicho que un triunfo de Andrés Manuel López Obrador desestabilizaría al país; pero hoy, día de la jornada electoral, la sensación es justamente la contraria: una derrota del líder de Morena, inesperada e inexplicable, es lo que verdaderamente podría desestabilizar a México. De la misma forma parece opinar el peso mexicano que se ha revalorado frente al dólar en los últimos días pese al triunfo inminente del candidato de oposición. En suma, me parece que los dados están echados. Lo confirmaremos en unas horas.

@jorgezepedap

¿Ingenuos o perversos?

domingo, diciembre 10th, 2017

Si de veras están convencidos de que López Obrador es un peligro para México, alguien que podría convertirse en un dictador populista de corte chavista, según sus profecías, abrir las llaves de la armería resulta una actitud contradictoria. Foto: Cuartoscuro.

Nadie sabe para quien trabaja. Y menos Enrique Peña Nieto, quien podría estar haciéndolo para Andrés Manuel López Obrador. ¿O cómo interpretar el hecho de que Los Pinos esté impulsado una ley, la de Seguridad Interior, que amplía las atribuciones del Presidente para invocar la participación del Ejército en la vida política y social del país. Se entendería que todo mandatario busque al inicio de su gestión dotarse de mayor poder, pero hacerlo a menos de un año de entregar el mando parece ingenuo o, por el contrario, absolutamente perverso. O son irresponsables con sus propia narrativa dar poder adicional a su archienemigo o bajo ninguna circunstancia están dispuestos a ceder Los Pinos al líder de Morena.

Si de veras están convencidos de que López Obrador es un peligro para México, alguien que podría convertirse en un dictador populista de corte chavista, según sus profecías, abrir las llaves de la armería resulta una actitud contradictoria. Por más que confíen en su maquinaria electoral, los priistas tienen que contemplar la posibilidad de que el tabasqueño sea el próximo Presidente de México, considerando que lidera todas las encuestas de intención de voto a menos de siete meses de los comicios.

En alguna ocasión conversé con Felipe Calderón cuando este llevaba poco más de dos años en Los Pinos. Le expresé mi extrañeza de que no hubiese aprovechado el tiempo para impulsar una batería de acciones que ayudaran a fortalecer las instituciones democráticas y permitieran desmontar el sistema autoritario que el PRI había instalado a lo largo de las décadas. Nunca he comulgado con la mayoría de las tesis del PAN, pero era consciente de que durante años la maquinaria del poder se había cebado en contra de Acción Nacional, y los había hecho víctima de despojos y fraudes en muchas elecciones regionales.

Bajo esa lógica uno habría esperado que lo primero que hiciera el PAN al llegar a Palacio Nacional hubiera sido fortalecer el papel de la vida pública en la sociedad civil  y blindar de manera irreversible el proceso de democratización del país. Por desgracia sucedió todo lo contrario. El propio PAN saboteó las instituciones incipientes y el impulso democrático que habían permitido que en 2000 el voto desplazará al PRI del poder de manera pacífica y ordenada. En lugar de profundizar tales tendencias, el PAN llegó a la presidencia y comenzó a actuar como si pensase instalarse los siguientes treinta años en Los Pinos.

En aquella ocasión Calderón me dijo que para impulsar la democracia primero tenía que fortalecer su papel como presidente y dotar de botones y palancas poderosos a su tablero de mando. Pero al hacerlo lo que logró fue debilitar las instituciones y preparar el terreno para el advenimiento del PRI con la misma vocación autoritaria que en su versión anterior. Entre otras cosas, convirtió a su propio partido en una extensión de la oficina presidencial, lo mismo que habían hecho durante años los mandatarios priistas.

El PAN nunca entendió que su paso por el poder podía ser pasajero y que en algún momento volvería a ser oposición. Tendría que haber aprovechado la ocasión para asegurar que el IFE (ahora INE), el Trife, la Secretaría de la Función Pública, los diversos comités de regulación y competencia, la Suprema Corte y todo un tejido de instituciones vinculadas a la rendición de cuentas y al equilibrio de poderes, se blindaran para impedir que la clase política pudiera neutralizarlos y someterlos, como ha sucedido.

Supongo que ahora Enrique Peña Nieto, como antes Felipe Calderón, opera como si su grupo político nunca fuera a dejar el poder; por su cabeza jamás pasa la posibilidad de que en algún momento volverán a ser oposición. Espanta que lo crea y espanta aún más lo que se verá obligado a hacer para conseguirlo.

@jorgezepedap

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Los motivos de Xóchitl

domingo, septiembre 17th, 2017

Quizá el verdadero dilema que Xóchitl se plantea en cuál de los dos membretes (Frente o Morena) es la mejor plataforma para volver a intentar la conquista. Foto: Artemio Guerra Baz, Cuartoscuro

Difícil dilema tiene Xóchitl Gálvez. ¿Convertirse en candidata del Frente (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) para disputar el gobierno de la Ciudad de México el próximo año? ¿Aceptar la invitación velada de Claudia Sheinbaum para incorporarse a una de las tres posiciones claves del gabinete que presidirá el gobierno de Morena en la capital?

Cualquiera pensaría que ser gobernador es mucho mejor que simplemente ser un funcionario encumbrado de la misma alcaldía. Sin duda. El problema es que lo primero (gobernador) es un objetivo harto difícil de conseguir porque primero tiene que vencer a la que ahora la está invitando. La mayor parte de los conocedores asegura que la victoria de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum actual delegada de Tlalpan, es poco menos que inevitable, a menos que sobrevenga un imponderable de proporciones épicas. Los amigos de Xóchitl están tratando de convencerla de que ella puede ser ese imponderable.

¿Será? Los comicios del 2018 son inéditos porque por vez primera Morena y PRD se disputarán el gobierno de la Ciudad. En 2015 compitieron por posiciones en la Asamblea y en las delegaciones y Morena venció a pesar de que apenas estrenaba membrete en las urnas. Con todo PAN y PRD triunfaron en ocho de las 16 delegaciones. En teoría, unidos podrían representar un enorme desafío para Morena y su candidata. Sobre todo, afirman sus seguidores, si la campaña es encabezada por Xóchitl Gálvez. Por desgracia para ella, desde entonces el PRD no ha hecho sino desangrarse y Morena robustecerse. ¿Cuánto? Sólo los comicios podrán dimensionarlo.

Lo cierto es que la hidalguense es apreciada entre la opinión pública. Campechana, claridosa, mal hablada, inteligente y carismática. La menos panista entre los panistas, el miembro más popular del gabinete de Vicente Fox.

El problema es que en este caso, como en tantos otros, apostar por la grande y quedarse corto es lo mismo que nada. Es ahogarse a la vista de la playa. Ya le sucedió a Xóchitl en 2010 cuando compitió por la gubernatura de Hidalgo encabezando justamente al PAN y al PRD en contra del PRI. Tirios y troyanos reconocieron el enorme mérito de disputar y casi arrebatar este bastión de Osorio y del poderoso grupo de políticos tradicionales priistas. Pero el “casi” equivale a cero al día siguiente del cómputo electoral. Y esa experiencia no es algo que Gálvez olvidará fácilmente.

Para el PAN y el PRD una derrota honrosa sería un triunfo porque levantaría la recaudación de votos para la elección nacional y mejoraría la cosecha de posiciones en la Asamblea y en las Delegaciones. Desde hace meses se considera inevitable el triunfo de Morena, así que todo lo que puedan obtener es ganancia. Y para ello están dispuestos a exagerar las posibilidades de Xóchitl con tal de que acuda a la batalla. Para ella, en cambio, la derrota honrosa tiene muy poco glamour y aún menos dividendos políticos.

Por otro lado, tampoco está claro que el PRD haya resuelto que quiere hacer con esta candidatura. En el reparto que se ha hecho al interior del Frente, es obvio que al PAN le corresponde designar candidato a la presidencia y al partido amarillo le toca designar abanderado para el gobierno de la Ciudad. En estricto sentido Xóchitl es del PAN, no del PRD. El problema es que este último carece de un candidato atractivo y tampoco se puede permitir la humillación que representa un desplome abismal en las urnas. Eso jugaría a favor de la hidalguense.

Cabe la posibilidad, desde luego, que el PRD prefiera ofrecer la candidatura a alguien de los suyos, Alejandra Barrales por ejemplo, a pesar del costo, o a alguien que fue cercano como puede ser Ricardo Monreal, ahora sin partido. Así que, incluso si Xóchitl logra derrotarlos y conseguir la candidatura del Frente, se da por descartado que padecerá una buena dosis de convulsiones internas y sufrirá el fuego “aliado” de las tribus perredistas.

Haber sido secretaria de Estado y delegada de la Miguel Hidalgo no es poca cosa. Aceptar la invitación de Sheinbaum y convertirse en miembro de su gabinete no será un salto en su carrera. Quizá el verdadero dilema que Xóchitl se plantea en cuál de los dos membretes (Frente o Morena) es la mejor plataforma para volver a intentar la conquista de la gubernatura de Hidalgo en 2022, su verdadera meta. La pregunta que en verdad se está haciendo es si López Obrador llegará a Los Pinos y si eso le ofrecerá el espaldarazo que necesita para derrotar al PRI en la alcaldía de Pachuca en 2019 y luego en el gobierno del estado tres años más tarde.  Para su desgracia es una decisión que debe tomar ahora. El de Xóchitl no es dilema sencillo.

Deshojando la margarita en el PAN

domingo, julio 2nd, 2017

Al margen del género, Margarita Zavala deliberadamente ha proyectado una imagen que ahora la perjudica. Foto: Twitter @Mzavalagc

Los cosas no pintan bien para Margarita Zavala en sus aspiraciones por alcanzar la presidencia del país. Hace diez meses parecía una carta tan firme para lograr la candidatura del PAN, que podía darse el lujo de amenazar con lanzarse por la libre si el blanquiazul no accedía a darle su venia.  En las encuestas de opinión su nombre figuraba por encima de cualquier otro personaje del PAN y eran momentos en que Hillary Clinton parecía destinada a convertirse en la primera mandataria de Estados Unidos, justamente después de ser Primera Dama.

El triunfo de Donald Trump  fue el primer contratiempo que experimentó la esposa de Calderón. Si Hillary Clinton hubiese ganado muchos votante en México habrían favorecido la posibilidad de que una mujer ocupara Los Pinos. Podría considerarse una interpretación simplista, la noción de que ambas mujeres podrían entenderse mejor, pero en política la percepción lo es todo.

Y por otra parte, no solo Hillary no ganó, sino quien lo hizo fue Donald Trump, el rudo y matón del barrio. Lo cual significa, otra vez un tema de percepción, que muchos ciudadanos considerarán que el país necesita un líder capaz de enfrentar al empresario agresivo y exhibicionista. Esto es, un político experimentado, firme y sólido.

Desde luego no es un tema de género. Otra Margarita, Thatcher, justamente apodada la Dama de Hierro, habría sido capaz de enfrentar cualquier bullying (independientemente de que uno estuviese o no de acuerdo con sus políticas). Y por otro lado, Enrique Peña Nieto no por ser varón los mexicanos olvidan que trató a Trump con demasiada tibieza, incluso subordinación dirían algunos.

Al margen del género, Margarita Zavala deliberadamente ha proyectado una imagen que ahora la perjudica. Un personaje sensible, de modos suaves y amables, interesada en los derechos de la mujer y la infancia, en el desarrollo de la familia y en los derechos humanos. Una agenda loable por donde se le mire, pero un poco desfasada por los misiles que Trump ha lanzado sobre México y que ponen sobre la mesa otro tipo de batallas. La percepción es que en los próximos años necesitaremos más al guerrero que a la madre Teresa de Calcuta.

Tampoco la favoreció el hecho de que Josefina Vázquez Mota hiciera tan pobre papel en las elecciones recién terminadas en el Estado de México. No funcionó como candidata presidencial del PAN en 2012 y tampoco lo hizo en las estatales de 2017. En lo personal no creo que tenga que ver con el hecho de que haya sido mujer (Delfina Gómez estuvo a punto de ganar los comicios del Edomex), pero ciertamente introducirá dudas en muchos militantes del partido. Sobre todo porque ambas, Vázquez Mota y Zavala apelan de manera muy similar a los votantes al centrar sus narrativas en torno a la decencia de su política y de su trayectoria.

Y, por otro lado, Felipe Calderón le ha hecho un flaco favor con sus intervenciones públicas. Quiérase o no, no es que se trate de una mujer, sino de una que está casada con el que fue presidente con resultados negativos, según las encuestas de opinión. En otras palabras y para seguir con la comparación, nadie se preguntaba qué iba a hacer el marido de Margaret Thatcher metido en Downing Street; en cambio muchos tendrían razón para temer el regreso de Felipe Calderón a Los Pinos. Y el hecho de que el ex presidente no desaproveche la oportunidad para intervenir en política, en ocasiones con resultados polémicos, no hace sino acrecentar tales temores.

Hace unos meses Margarita Zavala podía darse el lujo de pretender ser una especie deVicente Fox tres sexenios más tarde: un candidato que tomó por asalto al partido gracias a su popularidad y a su amenaza de competir por fuera si no era designado abanderado oficial de su partido. Hoy por más que la ex primera dama presiona al partido para anticipar el proceso y asegurarse reglas que le favorezcan, el PAN parece más dispuesto a seguir deshojando la margarita, literalmente.

PRD, ¿palero o salvaguarda de la izquierda?

domingo, junio 11th, 2017

En su conferencia de prensa, Barrales dijo que con tal de sacar al PRI del poder su partido está dispuesto a ir en alianza con el PAN. Foto: Cuartoscuro

Una cosa dejan en claro las elecciones del Edomex el domingo pasado. Bueno, varias, pero una que atañe centralmente a la llamada izquierda: será difícil que alcance el poder en 2018 si se presenta dividida. Nadie tiene dudas de que tras doce años de gobierno panistas y un repudiado regreso del PRI (los niveles de desaprobación del Gobierno de Peña Nieto son históricos), ha llegado el momento de la izquierda. Casi hasta por razones pendulares, los votantes parecerían dispuestos a optar por lo que aún no han probado, a la luz de los problemas que vive el país.

Las elecciones del domingo lo confirman. El PRI sólo obtuvo un tercio de los votos en su propio terruño, mientras que Morena y el PRD alcanzaron sumados casi el 50 por ciento. En otras condiciones estas fuerzas hubieran arrasado en el bastión mismo del Presidente Peña Nieto y de la fracción que gobierna el país. Y sin embargo, como todos sabemos, el partido en el poder se llevará la gubernatura gracias tanto a sus alianzas (PRI por sí mismo solo obtuvo 29.8 por ciento), como a la fragmentación de sus rivales (Morena 31.8 por ciento, PRD 17.8).

Frente a la imposibilidad de llegar a un acuerdo, López Obrador optó por denostar al PRD y a su candidato para mostrar al elector el papel de palero favorable al PRI que ese partido estaba haciendo. Obviamente la estrategia falló. Lejos de disuadir a los ciudadanos, muchos de ellos se enteraron de quién era Juan Zepeda, el candidato del amarillo, y este aprovechó muy bien sus quince minutos de celebridad. La moraleja es evidente, por más que Morena intente descalificar al PRD y convoque a un voto útil, en la medida en que este partido presente un candidato carismático, obtendrá un porcentaje importante.

Cabe entonces preguntarse cómo se conducirán las dos fuerzas, de aquí a fin de año, cuando los partidos deban tomar decisiones fundamentales sobre alianzas y candidatos.

Alejandra Barrales fue la primera en definir los criterios, urgida como estaba de legitimar el papel de su partido en el triunfo del PRI. En pocas palabras dijo que lo que había sucedido era el resultado de la incapacidad de la izquierda para concertar una alianza, pero que tendrían que redoblar esfuerzos para alcanzar un frente común de cara a los comicios presidenciales del próximo año. Una invitación abierta a sentarse con Morena. Sin embargo, inmediatamente soltó una amenaza velada: de no conseguirse podían ir solos o incluso en alianza con el PAN, al que calificó como un digno partido de oposición. En plata pura: “si Morena no negocia, el próximo año volvemos a hacer el numerito”.

El problema es que “el numerito” (la expresión es mía, no de ella) equivale en la práctica a convertirse en aliado del PRI sin necesidad de decirlo. Eso significa que para el PRD ha llegado el momento de las decisiones existenciales. Los dirigentes pueden hacerse multimillonarios jugando a convertirse en el nuevo PVME, vendiendo caro su amor al PRI.

Pero también pueden optar por enfundarse en el papel de un partido socialdemócrata moderno, cuya agenda no necesariamente coincide con la de López Obrador y su Morena, pero enmarcado dentro de la izquierda. En el mejor de los casos, si Morena también ha aprendido la lección, podrían ambas fuerzas negociar el apoyo al candidato mejor colocado (que obviamente sería López Obrador dadas las tendencias), a cambio de que este incorpore banderas de la agenda socialdemócrata y posiciones puntuales en el futuro gabinete. Es decir, lo que hacen en otros países las fuerzas políticas que resultan afines, por encima de sus matices y diferencias.

En el peor de lo casos, si no se llega a ningún acuerdo, el PRD tendrá que decidir si opta por hacer ganar al PRI o a Morena. En su conferencia de prensa, Barrales dijo que con tal de sacar al PRI del poder su partido está dispuesto a ir en alianza con el PAN.

Y uno no puedo dejar de pensar que si querían sacar al PRI del poder en el Edomex no tenían que ir tan lejos, habría bastado con apoyar a Delfina Gómez, candidata de Morena. Con lo cual queda la sensación que mas que un asunto de convicciones se trata de uno de conveniencias y cotizaciones. El mismo dilema volverá a presentarse dentro de unos meses, aunque esta vez en la madre de todas las batallas.

 

@jorgezepedap
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Frank Underwood no es Peña Nieto, pero…

domingo, junio 4th, 2017

El tortuoso Presidente que encabeza la serie, Frank Underwood, maquina un escándalo informativo horas antes de unas elecciones que está a punto de perder. Hoy mismo, un capítulo más tarde, sabré si pudo revertir la tendencia. Foto: Especial

Hoy no podré escribir sobre lo que verdaderamente importa en términos políticos, las elecciones por la gubernatura en el Estado de México, debido a la veda electoral que se impone a los medios de comunicación. Y cuando digo que verdaderamente importa no hago sino reproducir el consenso abrumador que considera a estos comicios regionales como decisivos para las elecciones presidenciales del próximo año.

O quizá lo haga (aludir a esta jornada electoral) de la misma forma en que lo hizo el PRI, velada y sinuosamente, cuando se anunció la orden de aprehensión en contra de Roberto Borge, el infame ex Gobernador de Quintana Roo.

Perdón, el PRI no libera órdenes de aprehensión, por lo menos no lo hace directamente, pero el hecho de que proceda de un tribunal del Estado de México y suceda dos días antes de una jornada electoral clave para el futuro de este partido, no deja muchas dudas sobre la naturaleza política de la decisión y su muy probable procedencia.

Roberto Borge, junto con Javier Duarte de Veracruz, fueron los jóvenes gobernadores a los que Enrique Peña Nieto presumió como ejemplo de las nuevas generaciones priistas. Esa probablemente sea la frase más honesta y exacta que el Presidente llegue a pronunciar durante su mandato. Es cierto que al afirmarlo su pretensión era otra, pero los hechos le imprimieron un giro dolorosamente exacto: Borge y los dos Duarte (Javier y César, Veracruz y Chihuahua) han sido el epítome de lo que significó el arribo del nuevo PRI. Más cínicos, más frívolos y más atascados que los de la generación anterior.

Díganme si no. Estábamos acostumbrados a las obras públicas con presupuestos ordeñados, a la compra ventajosa de terrenos alrededor de carreteras y nuevos desarrollos públicos, a los negocios de proveeduría montados en la víspera de la toma de posesión. Lo que no habíamos visto, o al menos no en esa escala, fue la apropiación personal y familiar del patrimonio público sin mediaciones ni cortapisas.

Uno de los motivos de la acusación en contra de Borge es la venta de 24 inmuebles propiedad del gobierno local en Cancún y Cozumel a un precio que no supera el 6 por ciento de su valor comercial. En teoría tienen un valor de mercado de 5 mil millones de pesos, pero podría ser aún mayor tratándose de terrenos codiciados por capitales turísticos. Se afirma que diez de los inmuebles no eran susceptibles de venta por tratarse de reservas naturales; algunos correspondían a las escasas áreas verdes a las que tienen acceso los pobladores. La mayor parte de todos estos terrenos fueron adquiridos por familiares del Gobernador o por empleados de absoluta confianza de sus parientes.

En plata pura, algo así como si el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México comenzara a parcelar y vender pedazos del bosque de Chapultepec a precios irrisorios y todos ellos quedaran en manos de su madre (como es el caso de Borge) y de amigos íntimos. La Colina del Perro de López Portillo es cosa nimia comparado con esto; y el hermano del 10 por ciento, como le decían a Raúl Salinas por sus “servicios”, casi inspira ternura (es un decir).

Durante años se supo que las tropelías de los tres gobernadores citados excedían a todo cuanto se conocía. Y no obstante, la clase política los protegió hasta la ignominia. Fue necesario que en las tres entidades ganara la oposición para que las evidencias recabadas y el escándalo obligaran a Los Pinos a ceder, y permitiera que los tribunales hicieran su trabajo. E incluso eso, lo han hecho solo cuando se han visto contra la pared o cuando creen que pueden, al menos sacarle provecho político.

Como ahora que se libera la noticia justo dos días antes. Y ya está. Completé esta columna sin violar la veda. Sin hablar de lo que sucede en el Estado de México. ¿O no?

PD: Seguramente porque no viene al caso, dedicaré parte del fin de semana a ver la última temporada de House of Cards. Me quedé en el capítulo en que el tortuoso Presidente que encabeza la serie, Frank Underwood, maquina un escándalo informativo horas antes de unas elecciones que está a punto de perder. Hoy mismo, un capítulo más tarde, sabré si pudo revertir la tendencia.

 

@jorgezepedap

El Triángulo Rojo

domingo, mayo 7th, 2017

Los pobladores del Triángulo trastocan la región; la corrupción política está pudriendo a la nación. Foto: Cuartoscuro

Ya tiene entrada en Wikipedia y desde hace tres días forma parte de la conversación pública gracias a los encabezados de periódicos y noticieros. El crimen organizado ha conseguido, una vez más, ampliar nuestro glosario, ahora con la palabra huachicolero. Dícese de alguien que se dedica a “la actividad ilegal de robo de combustible (gasolina o diesel) en México. La palabra deriva de huachicol una bebida alcohólica adulterada, y también se utiliza para nombrar al combustible robado el cual puede estar igualmente adulterado. Generalmente el robo de combustible es realizado directamente en los oleoductos de Petróleos Mexicanos donde se extrae el combustible a través de perforaciones, a esto se le conoce comúnmente como ordeña de ductos”.

Pero me temo que lo de huachicolero es algo más que una nueva palabra. Lo que sucedió en Puebla, en donde cientos de pobladores se enfrentaron al ejército para defender una actividad claramente ilícita, representa una nueva escala en  el desdibujamiento de los poderes del Estado que venimos padeciendo.

Las autoridades estiman que el monto de la ordeña solo en esta región, conocida como el Triángulo Rojo, supera los dos millones de pesos diarios. Se afirma que la venta de combustible en las gasolineras ha caído a la mitad en Puebla, lo cual nos indica al menos de bulto, el enorme impacto de este fenómeno y su repercusión económica.  Al atacar al Ejército y bloquear la carretera, los vecinos están defendiendo su modo de subsistencia. El único problema es que se trata de una actividad criminal. Puedo entender que tiangueros, ejidatarios o transportistas (y para el caso cualquier comunidad de interés) defienda con machetes y garrotes lo que considera un patrimonio o un derecho. Salvo que en este caso se defiende el derecho de apropiarse de lo que no es suyo y pertenece a todos.

Ups. Creo que acabo de definir a la clase política (¿o no es eso la reivindicación de Hank González, el padre del grupo Atlacomulco, cuando enunció su célebre “un político pobre es un pobre político”?). Nos hemos acostumbrado tanto a la impunidad de las casas blancas y las riquezas inexplicables, a que un gobernador sea millonario y a que un diputado porte en ropa y reloj un valor superior a su sueldo mensual que olvidamos que estamos frente a una actividad que violenta al Estado de derecho; más o menos como el caso de los huachicoleros.

¿Una exageración de mi parte? Después de todo estos vecinos, seguramente instigados e infiltrados por miembros del crimen organizado, la emprendieron a balazos contra los soldados que llegaron a desmantelar sus ordeñas. Pero la comparación no es del todo desproporcionada: más de la mitad de las agresiones contra la prensa (desapariciones y asesinatos incluidos) proceden de políticos y funcionarios. Como los huachicoleros, ellos también se defienden de aquellos periodistas que al difundirlo ponen en riesgo “su derecho” a robar el patrimonio público.

El Presidente Enrique Peña Nieto ha prometido que el crimen de los soldados no quedará impune (murieron cuatro en el primer enfrentamiento). La ordeña de combustibles en esta región será desmantelada, afirmó al país el mandatario mexicano. Bien. La mera existencia de este Triángulo Rojo en el corazón del país es un síntoma inadmisible de la posibilidad de derivar a un Estado fallido.

Pero no puedo dejar de preguntarme ¿no es aún más dañina la corrupción sistemática que infligen al país gobernadores, presidentes municipales, funcionarios federales, partidos y legisladores? Aquellos ordeñan con popote, estos con turbina. Los pobladores del Triángulo trastocan la región; la corrupción política está pudriendo a la nación.

@jorgezepedap

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La importancia del maestro

domingo, abril 30th, 2017

Me temo que sin Miguel Ángel Bastenier será más difícil la dura tarea de reinventarnos sin correr el riesgo de traicionar el oficio. Foto: El País

Con él no había medias tintas; lo querías o lo detestabas. Miguel Ángel Bastenier, el gran periodista español fallecido esta semana, era alguien que destapa pasiones encontradas. Al menos de tipo profesional. Quizá porque él trataba al mundo de la misma manera. Las cosas nunca lo dejaban indiferente; podía ser devastador, incluso cruel, contra una idea con la que difería, al grado de que en ocasiones y sin proponérselo terminaba por ofender al que la sostenía. Pero también podía enarbolar una tesis con la intensidad, la generosidad y la perseverancia que nunca había visto antes ni he visto después.

Lo mejor de Bastenier es que esta bipolaridad rabiosa que solía mantener con respecto a las ideas (la historia, el periodismo, la política, España o Inglaterra la pérfida Albión, como él decía) no la reservaba a la personas. Difícilmente le escuchabas decir algo desagradable sobre alguien. Y no porque fuera la Madre Teresa de Calcuta, sino porque en su fuero interno dividía a los seres humanos en dos categorías: los que amaba o admiraba, y el resto de la humanidad, que lo dejaba indiferente. No se ocupaba de los necios o los imbéciles, fuesen políticos, colegas o intelectuales. Simplemente prefería no perder el tiempo con lo que no lo merecía.

En cambio con aquellos que estimaba se comportaba con una generosidad ilimitada. Fue profesor del Master de periodismo del diario El País prácticamente desde su fundación hace 31 años y la mayoría lo recordará por sus polémicas y provocadoras enseñanzas. Pero no son pocos los que le deben mucho más que eso. Por alguna razón, Bastenier tomaba como un reto personal buscar trabajo para los alumnos que él consideraba importantes para la profesión.

Una virtud que podía convertirse en un incordio para los colegas que lo queríamos. Durante los 25 años que lo conocí, no pasó un año sin que me pidiera recibir tres o cuatro recién egresados para ayudar a colocarlos en alguno de los medios periodísticos en los que he participado. Algunas veces lo hice; en otras simplemente me desentendí hasta que me di cuenta que su prodigiosa memoria llevaba un registro puntual de mi desempeño en cada una de las candidaturas que me había propuesto.

Alguna vez publiqué, para una reseña de su libro El Blanco Móvil. Curso de Periodismo (Ediciones El País, 2001), que todo lo que yo sabía de periodismo se lo debía a él. Una frase que él me repetía, a medio camino entre el halago y las ganas de molestarme, cuando había público presente.

En realidad no era así, pero nunca quise aclarárselo. La mayor parte de lo que aprendí de periodismo fue dándome frentazos con la realidad, como es el caso para casi todos los miembros de este gremio. Ciertamente fue muy pedagógica una estancia larga en la redacción de El País cuando Bastenier fungía como subdirector. Pero en asuntos periodísticos la teoría es tan útil como las instrucciones para andar en bicicleta: solo la dominas tras múltiples caídas y muchos titubeos.

Debí haberle aclarado hace mucho tiempo que yo no aprendí de él cómo hacer periodismo. Pero ciertamente adopté de él algo mucho más importante: la pasión por el oficio. Miguel Ángel concebía nuestra profesión como un apostolado, y vivió y murió incendiado por esa fe. Consideraba que la prensa es el espacio que permite indagar y exhibir las infamias del mundo; y que esas infamias son tantas y de tal calado, que para una comunidad no hay nada más importante que construir los medios y los periodistas capaces de llevar a buen puerto tan sagrada misión. En lo personal hizo de esta cruzada un refugio para seguir creyendo que el futuro era posible: mientras existieran buenos periodistas, había esperanzas.

No soy de los que creen que el periodismo está en proceso de extinción. Nunca como ahora la sociedad ha necesitado del curador que haga inteligible la sobreabundancia de información y seudo información que hoy nos inunda, aunque tengamos que hacerlo de una manera diferente en los tiempos que corren. Pero me temo que sin Miguel Ángel Bastenier será más difícil la dura tarea de reinventarnos sin correr el riesgo de traicionar el oficio.

Delfina contra el delfín de Peña Nieto

domingo, febrero 26th, 2017

Una derrota en el Edomex le resulta absolutamente inconcebible al PRI. Significaría que el repudio popular al Presidente Peña Nieto y por extensión a ellos, superó a la poderosa maquinaria del Estado. Fotos: Cuartoscuro

Enrique Peña Nieto tiene mucho que perder en el Estado de México y López Obrador mucho que ganar. Se dice que las elecciones de gobernador que se avecinan en el estado mas populoso del país son un laboratorio de los comicios presidenciales que tendrán lugar un año más tarde. La afirmación solo es cierta en parte, y en la parte que más perjudica al Presidente.

El PRI debe ganar en estas elecciones locales simplemente para mantenerse en la pelea. Incluso si su pariente y delfín Alfredo del Mazo vence a la abandera de Morena, Delfina Gómez, la percepción en el resto del país será que Delfina no es lo mismo que López Obrador y que el control del aparato de estado que el grupo Atlacomulco ejerce desde Toluca no podía arrojar otro resultado.

Es decir, el PRI mantiene sus esperanzas, pero las posibilidades del líder de Morena no disminuyen un ápice para las elecciones federales. En cambio lo contrario sería devastador. Si Delfina Gómez por Morena o Josefina Vázquez Mota por el PAN  derrotan a la corriente que domina al PRI en su propio bastión, las posibilidades de este partido para retener el poder federal están sentenciadas.

¿Existe alguna posibilidad de que el PRI pierda en el Estado de México?  Las encuestas ubican a Del Mazo por encima de la candidata de Morena, algunas con diferencia de tres puntos porcentuales en la intención de votos, otras con más de doce. Pero en la evolución de todas ellas se advierte que la brecha entre ambos tiende a disminuir. En el caso de Josefina Vázquez Mota los sondeos son menos concluyentes porque todos ellos fueron levantados cuando la ex candidata presidencial aún deshojaba la margarita.

Pero se trate de una batalla entre dos o entre tres, lo que está claro es que el PRI hará literalmente lo indecible para ganar. Y a juzgar por los escándalos de Monex y otras irregularidades en el financiamiento para movilizar el voto en el 2012 (cuando no estaban en control del gobierno federal), lo indecible incluirá el repertorio por todos conocidos.

El Estado de México no se caracteriza precisamente por contar con una prensa crítica, un Congreso autónomo, un poder judicial independiente u organismos electorales locales capaces de desafiar al ejecutivo. Es decir, las autoridades podrán hacer y deshacer con un margen de maniobra que no tendrán en la elección nacional un año más tarde.

De allí que una derrota les resulta absolutamente inconcebible. Significaría que el repudio popular al Presidente Peña Nieto y por extensión al PRI, superó a la poderosa maquinaria del Estado.

Las elecciones en el Edomex son también un laboratorio al menos en otros dos sentidos. Por un lado, en el peso específico de una mujer en la boleta electoral en estos momentos. Alfredo del Mazo se enfrenta a dos candidatas; en qué medida eso le favorece o le perjudica en la intención de voto popular lo sabremos pronto. La cuestión no es menor, porque en algunos ámbitos se piensa que Margarita Zavala podría ser la única capaz de impedir que López Obrador llegue a Palacio Nacional. Según esta tesis, si el candidato del PRI a la presidencia se desinfla en el camino (algo bastante probable a la luz de los actuales precandidatos), el propio Peña Nieto estaría interesado en apoyar a la esposa de Calderón. En tal caso, la pregunta que se hacen en ese circulo es la siguiente: ¿elegirían los mexicanos a una mujer como Presidente?

El otro tema es el papel del PRD. Aunque el partido tradicional de la izquierda ha sido devastado por la emergencia de Morena, su membrete aún pesa en la boleta electoral. O por lo menos esa es la hipótesis (y la esperanza para el PRI). Se asume que todo voto que capte el partido amarillo es un voto que se resta a la organización de López Obrador. Incluso con un modesto 4 o 5 por ciento del cómputo final, el PRD terminaría siendo decisivo en comicios que podrían definirse por diferencia mínima. Y no olvidemos que en zonas populosas como Netzahualcóyotl y otras poblaciones conurbadas ese partido mantiene estructuras territoriales importantes. Para ganar el PRI debe pulverizar el voto de la oposición. En ese sentido, el PRD puede ser el nuevo Partido Verde, lo haga de manera deliberada o no.

En suma, las elecciones del Edomex serán reveladoras de temas decisivos de cara a la elección federal: el papel del PRD y el peso de una candidata mujer. Ofrecerá indicios de hasta donde está dispuesto a llegar el PRI para asegurar un triunfo electoral y, sobre todo, cuál es el impacto en las urnas de la impopularidad de Peña Nieto.

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Encuentros del tercer tipo

domingo, febrero 19th, 2017

Donald Trump y Peña Nieto tienen algo más en común que un copete distintivo.

Este no es un buen momento para hacer un primer contacto con los extraterrestres; podrían decirnos “llévenos con su líder” y no sabríamos qué hacer. “Nuestro líder está ocupado con su twitter en este momento. ¿Qué tal si los llevamos con Oprah? Les caerá muy bien”. Palabras más palabras menos, lo anterior es un chiste del comediante Jimmy Kimmels. Pero como tantas otras veces, el humor es más revelador que un ensayo: nuestros líderes son impresentables.

En el hipotético caso que los alienígenas llegaran a México el aprieto no sería menor. “Ahorita no puede, está jugando golf”, en el caso de que el arribo fuera en fin de semana. “Está ocupado, Videgaray lo llamó a una reunión”, si fuera entre lunes y viernes.

Donald Trump y Peña Nieto tienen algo más en común que un copete distintivo. Los dos descubrieron pronto que los aplausos de campaña no se convierten en apoyo de la gestión presidencial. Los dos se sienten incomprendidos por el resto del mundo y achacan a la prensa la construcción de un ambiente que les es adverso.

Después de dos semanas negras, Trump decidió salir de Washington y convertirse otra vez en candidato. Esto de gobernar le está saliendo muy mal. Los jueces no se avienen a sus designios, la prensa desenmascara sus mentiras y exageraciones, la clase política rechaza a sus candidatos al gabinete, y para colmo las tiendas se deshacen de las marcas de su hija Ivanka. Y, a juzgar por su twitter, esto último es lo que más le dolió (lo cual confirma, como decía Kimmels, que es un jefe de Estado impresentable).

Así que para consolarse, sus asistentes lo llevaron este viernes a la fábrica de aviones Boeing en Carolina del Sur, un estado donde ganó por 15 puntos de diferencia, y le organizaron una reunión con los trabajadores. Allí el Presidente pudo ser otra vez el candidato Trump, olvidarse de la aburrida agenda de la gobernabilidad o la política exterior, que no entiende ni le interesa, y solazarse en la docena de frases e invectivas que le funcionó tan bien en su campaña “Make America great again”. En un mitin preparado por la Casa Blanca durante días, centenares de obreros vitorearon las trilladas consignas de traer de regreso los empleos a Estados Unidos. Las crónicas dan cuenta de un Trump exultante y feliz.

Lo cual me recuerda las fotos que la prensa oficialista nos regala cada semana de un sonriente y energético Peña Nieto, captado en medio de cientos de personas enfebrecidas que buscan estrechar su mano. No sé de dónde sacan Los Pinos tantos buenos actores, considerando que estamos en un país en el que apenas diez por ciento de la población le aprueba (bueno sí sé, el hambre, pero explicarlo excede los límites de este texto).

Desde hace un par de años los colaboradores del Presidente mexicano, como ahora comienzan a hacerlo también los del estadounidense, hacen milagros logísticos para llevar al mandatario ante públicos afines y domesticados a darse un baño de pueblo. Y no obstante, de vez en vez no pueden evitar la niña que lo encara por la corrupción o la viuda que le reclama al marido muerto.

Otro rasgo que tienen en común ambos mandatarios es asumir que el mensajero tiene la culpa del mensaje. No es que lo estén haciendo mal; es que la prensa solo informa de lo que no funciona. La Casa Blanca y Los Pinos creen que la “mala vibra” en contra de ellos es resultado de la difamación y la distorsión propalada por los medios. Trump está convencido de que es un tipo genial, y Peña Nieto de que su gobierno no es corrupto o, si lo es, nomás tantito. Lo demás es exageración de los reporteros.

Lo dicho: impresentable, sobre todo a los visitantes de otra galaxia. Si en Estados Unidos sugieren a Oprah, habría que pensar a quién podríamos recurrir en el caso de que un extraterrestre pida conocer a nuestro líder. ¿Alguna sugerencia?

La Casa Blanca chamaquea a Videgaray

domingo, febrero 12th, 2017

Cuando llegó a Relaciones Exteriores, Videgaray dijo que no sabía del tema, pero venía a aprender. Supongo que alguien cercano a la oficina oval lo escuchó y decidió aprovechar la novatez. Foto: Cuartoscuro

Alguien está chamaqueando a Luis Videgaray en el peor de los lugares posibles: la Casa Blanca. En semanas consecutivas dos escándalos periodísticos surgidos en Washington han hecho víctima al poderoso Canciller, responsable de conducir las delicadas relaciones de México con el gobierno de Donald Trump.

Primero fue la revelación dada a conocer en México por la corresponsal de Carmen Aristegui en Washington, Dolia Estévez, de que Trump había amenazado con enviar tropas a nuestro país para combatir a los narcotraficantes, durante una llamada telefónica a Peña Nieto. La agencia norteamericana de noticias AP amplió la filtración, señalando que había tenido acceso a un extracto de la conversación entre los dos mandatarios. Trump habría dicho a Peña Nieto que estaba dispuesto a enviar a tropas para detener a los “bad men allá abajo” si los militares mexicanos no hacían más para controlarlos.

La noticia levantó una polvareda entre los mexicanos, que no olvidan las incursiones militares estadounidenses en propio territorio y observan el denuedo que ha puesto Trump en cumplir las amenazas  en contra nuestra. El asunto no era menor: poco menos que una declaración de intención de guerra. Relaciones Exteriores y Los Pinos desmintieron la filtración y aseguraron que nunca hubo tales palabras, aunque revelaron que no existe grabación alguna de la conversación, al menos del lado mexicano. Poco después CNN y otros medios citaron fuentes de la Casa Blanca en las que también se rechazaba la versión de una amenaza militar por parte de Trump.

Por donde se le mire el tema es delicado. Si existió o no la intimidación, nunca lo sabremos. Pudo tener lugar tal como Estévez y la AP afirman y ahora las partes prefieren negarlo por ser un asunto embarazoso; o pudo ser una invención filtrada desde el principio. A ciencia cierta solo lo saben Peña Nieto, Trump y los que estuvieron al lado del estadounidense.

Lo que sí sabemos es que la noticia o seudo noticia de la amenaza salió de una fuente tan cercana a la oficina oval, que la principal agencia de noticias en Washington la dio por buena. Y esa filtración, sea cierta o no, no es casual.

La segunda provocación francamente buscó descomponerle el día y algo más a Luis Videgaray.  El jueves pasado la cadena CBS, citando supuestas fuentes oficiales mexicanas en Washington, aseguró que el 25 de enero, durante una visita a la Casa Blanca, y al encontrarse con Jared Kushner, yerno y asesor de Trump, Videgaray había revisado un discurso que daría el Presidente estadounidense y pidió algunos cambios en referencia a México. “Quedó horrorizado” y argumentó que no era bueno para las relación entre los dos países.

“Kushner y Videgaray cambiaron lo que pudieron, dando una luz más positiva sobre el futuro de la relación. Luego los dos se dirigieron a la oficina oval para que Kushner pudiera informar a Trump sobre los cambios. Trump, airadamente, levantó las manos, preguntándose por qué debería leer la nueva versión. Con Videgaray de pie, Trump fue finalmente convencido de hacer los cambios”, reportó la CBS.

Al día siguiente de circular esta versión, Luis Videgaray soltó su ahora famoso tuit: “nunca pensé que llegaría el día en que yo usaría esta frase, pero hoy aplica: FAKE NEWS”.

Fake o no fake, llaman la atención dos cosas. Primero, el elaborado detalle de la filtración. Que Trump levantó las manos, que se resistió a la argumentación, que Videgaray estaba de pie. Para que la CBS se comprara esa versión tuvo que haber salido de alguien muy cercano a los que estuvieron presentes (insisto, sea inventada o no). Y esos solo pueden ser colaboradores del Canciller o personal de alto nivel de la Casa Blanca.

Y segundo, cierta o no, el hecho es que Trump no ha suavizado su discurso sobre México, con lo cual si la filtración procede del entorno de Videgaray, le hicieron un flaco favor a su jefe en su intención de hacerlo ver como una influencia decisiva en el entorno del nuevo Presidente.

Y de la misma forma, cierta o no, si la filtración procede en realidad de la Casa Blanca, como sucedió con la presunta amenaza presidencial de enviar tropas, estaríamos frente una evidencia más de que alguien en Washington está chamaqueando a nuestro Canciller. Cuando llegó a Relaciones Exteriores, Videgaray dijo que no sabía del tema, pero venía a aprender. Supongo que alguien cercano a la oficina oval lo escuchó y decidió aprovechar la novatez.

 

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Trump, el inesperado aliado de AMLO

domingo, enero 29th, 2017

¿Habrá López Obrador aprendido la lección y evitará esta vez pegarse un tiro al pie? Foto: Sitio Oficial AMLO

Ese vendaval llamado Donald Trump ha terminado por sacudir la sucesión presidencial en México. Las amenazas del nuevo inquilino de la Casa Blanca, y la cada vez más factible posibilidad de que se conviertan en realidad, no solo trastoca las perspectivas económicas; también modifica el proceso electoral de 2018.

En la parcela del PRI el efecto Trump es evidente. Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación y principal aspirante a la precandidatura por parte del tricolor, está desaparecido. Los reflectores se concentran en temas económicos y migratorios en relación con Estados Unidos. Es decir en Luis Videgaray, el flamante canciller y, para efectos prácticos una especie de vicepresidente del país. Con el pretexto de que la prioridad número uno es la negociación con la nueva Casa Blanca, el ex ministro de Hacienda mete mano en todo el gabinete y no sólo el económico.

Es sintomático que en la decisión de extraditar a el Chapo, por ejemplo, un asunto de seguridad que pasaba por la secretaría de Gobernación, Osorio Chong ni las manos metió. Videgaray definió los tiempos y las circunstancias para entregar al capo, tan codiciado por la justicia estadounidense.

Esto no significa que Videgaray desplace a Osorio en la candidatura priista. Incluso si las negociaciones con Washington llegan a buen puerto (algo totalmente impredecible con un personaje tan volátil como Trump), Videgaray es impresentable como candidato: su carisma es nulo y aún perviven los efectos del escándalo de su casa en Malinalco. Por más todopoderoso que sea el canciller, el PRI no va a suicidarse en las urnas.

No, Videgaray no va a estar en la boleta electoral, pero su opinión será decisiva para definir quien sí va a estar. Y no es un secreto la animadversión que le inspira el Secretario de Gobernación. Frente al protagonismo del todopoderoso ministro, Osorio Chong se ha recluido en sus oficinas de la calle Bucareli. Si Videgaray no sufre un descalabro mayúsculo de aquí a diciembre, las posibilidades del ex gobernador de Hidalgo son reducidas.

En el otro extremo, la hostilidad de la Casa Blanca ha catapultado a Andrés Manuel López Obrador. La agresión de Trump y la indignación resultante insufla el discurso nacionalista que ha sostenido durante años el Peje. Esa narrativa, que muchos consideraban trasnochada en tiempos de globalización y apertura petrolera, de repente se convierte en estrategia de sobrevivencia. Incluso Carlos Slim apelaba este viernes a la necesidad de fortalecer el mercado interno y la sustitución de importaciones, un tema recurrente del líder de Morena.

Y desde luego, López Obrador buscará alargar su momentum hasta el 2018, si le es posible. Por lo pronto anunció una gira por ciudades de Estados Unidos para fortalecer y articular la unión de los mexicanos de aquél lado del muro. No sé si Washington pueda o quiera impedirlo, pero en cualquier sentido el tabasqueño ya ganó. Y si hace su gira, los beneficios políticos están a la vista: cobertura mediática continua, captación del voto entre migrantes y sus familiares en México, mostrarse ante los mexicanos como un político con capacidad de respuesta y liderazgo para enfrentar “al agresor”.

El tsumani Trump también afectó las posibilidades del PAN. Para mal. Margarita Zavala, la ex primera dama, y Ricardo Anaya, presidente del partido, principales aspirantes a la candidatura del blanquiazul, gozan de una relativa buena imagen en la opinión pública. Pero la batalla a la que convoca Trump convierten en obsoletas tales virtudes. Se considera a Margarita como una buena persona, pero la imagen maternal y femenina que proyecta, una agenda concentrada en temas de familia, educación, infancia y mujer, no son las más propicias para la contienda electoral que se avecina. Lo mismo puede decirse de Ricardo Anaya, un joven político muy talentoso pero, justamente, demasiado joven para concebirlo como el un rival de peso que el país requiere ante el terrible empresario neoyorquino. Y en política las percepciones son realidades.

La opinión pública buscará de cara al 2018 a un personaje identificado con la defensa de los intereses nacionales, con experiencia y oficio; pero casi todos lo que poseen esos atributos están contaminados por temas de corrupción o por su pertenencia al viejo régimen. “Menos yo”, afirma López Obrador. Lejos del “cállate chachalaca”, ahora asegura que está con Peña Nieto en su confrontación con Trump; designa a un empresario, Alfonso Romo, como coordinador de su plan de gobierno para 2018; y cierra sus tuits invitando a la fraternidad. “No soy un peligro para México” es el subtexto de todas estas acciones. Más aún, tratará de convencernos de que no sólo no es un peligro sino la mejor opción para enfrentar con dignidad y responsabilidad a un vecino hostil y pendenciero.

¿Habrá López Obrador aprendido la lección y evitará esta vez pegarse un tiro al pie?

Año 1 Era de Trump

domingo, enero 15th, 2017

Disfrutemos la última semana de vida antes de la Era Trump. El próximo viernes 20 de enero toma posesión de la Casa Blanca el empresario neoyorkino y comienza para el mundo un período tan incierto como peligroso. Donald Trump es, ese sí, un peligro para el planeta. No solamente por su rechazo a las políticas de protección al ambiente, lo cual puede conducir a un retroceso histórico en materia de combate al cambio climático. Ni tampoco porque su boicot a los organismos internacionales dinamita un entramado que ha posibilitado la estabilidad mundial, por encima de los intereses nacionales muchas veces mutuamente contradictorios.

No, el mayor riesgo que corremos con Donald Trump es que se trata de un individuo que ha hecho del bullying una carrera empresarial y política exitosa (para él, aunque nefasta para sus rivales). Un análisis del diario New York Times revela que a lo largo de su campaña insultó por Twitter a 289 personas, países, instituciones o cosas. Eso, solamente por redes sociales. Frente al micrófono la lista sería aun más abultada.

El problema de fondo es que a partir del viernes no sólo tendrá las teclas de su celular para atacar a los que considera sus enemigos; ahora tendrá también a su disposición las teclas del tablero nuclear y será el comandante en jefe de la mayor potencia militar y económica del planeta. En pocas palabras, un barril de pólvora en manos de un matón dispuesto a salirse con la suya a cualquier costo.

La previsión de riesgo para el mundo no es hipotética. En los últimos días Trump ha lanzado duras advertencias en contra de Corea del Norte y de China y no precisamente en el terreno económico o comercial, sino en el  militar. Al régimen de Kim Jong-Un, el dictador que nunca superó emocionalmente la adolescencia, le advirtió que Estados Unidos no toleraría una prueba nuclear más de parte de su gobierno. La amenaza de Trump es poco menos que oro molido para Kim Jong, quien vive para provocar al Occidente y no encuentra el momento de arrancar un conflicto de vastas proporciones. Por otra parte, no está claro de qué manera podría Estados Unidos impedir que los coreanos hagan lo que les venga en gana, salvo mediante el uso de la fuerza. Algo que ya intentaron infructuosamente en los años cincuentas. En resumen, si la paz mundial depende del desenlace de un conflicto entre Trump y Kim Jong, francamente estamos en peligro.

La dirigencia de China es mucho más responsable y prudente que la coreana, pero también más poderosa y ya dejó en claro que no cederá un ápice ante las amenazas de Trump. Esta semana Beijing afirmó en un editorial que “Las relaciones entre Estados Unidos y China van por un mal camino que podría conducir a la guerra”. Esto en respuesta a la propuesta del equipo de transición del nuevo presidente de bloquear el acceso de los chinos a las islas artificiales que construye en aguas en disputa. Otra vez, una amenaza estadounidense que sólo puede cumplirse por la fuerza. “Si el equipo diplomático de Trump forja las futuras relaciones chino estadounidenses como está haciendo ahora, más vale que ambas partes se preparen para un enfrentamiento militar”, respondió la potencia roja.

A partir de la Segunda Guerra Mundial todos los conflictos bélicos se han desarrollado bajo la premisa de que cualquier cosa es válida, menos las armas nucleares. Estados Unidos utilizó hasta napalm en Vietnam, pero nunca consideró seriamente el uso de misiles atómicos. Una norma que se mantuvo gracias a que los rivales no poseían la bomba y a que la Casa Blanca estuvo ocupada por políticos con oficio, más allá de sus virtudes y defectos. Esos dos factores ya cambiaron.

A los mexicanos nos puede resultar demasiado lejano el riesgo de una conflagración internacional, considerando el peligro inminente que corremos con un presidente estadounidense hostil a México, obsesionado con castigarnos. De hecho para efecto prácticos la Era Trump comenzó para nuestro país desde hace varias semanas. No sólo por el deterioro del peso ante la incertidumbre, sino por el cambio de actitud de algunas trasnacionales respecto a las inversiones destinadas al territorio nacional.

Cuando me entero de la última ocurrencia absurda de Trump y confirmo su ignorancia e irresponsabilidad, tengo la impresión de que en cualquier momento voy a despertar asumiendo que todo no fue más que una terrible pesadilla. Hay algo irreal en el hecho de que este personaje de reality show se convierta en el hombre más poderoso del mundo.

Me temo que a partir del próximo viernes constataremos que la pesadilla no es la que estamos soñando sino la que estamos viviendo. Disfrutemos, como podamos, los últimos momento antes del día cero de la Era Trump.

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¿Qué habrían hecho en mi lugar?

domingo, enero 8th, 2017
Estaban tan encantados con su regreso al poder que se entregaron sin reservas al juego de espejos palaciegos y auto referenciales. Quedaron tan convencidos de sus propias campañas de publicidad, que nunca se tomaron la molestia de ver cuál era la situación real y el estado de ánimo del pueblo que los tocó gobernar. Foto: Cuartoscuro

Quedaron tan convencidos de sus propias campañas de publicidad, que nunca se tomaron la molestia de ver cuál era la situación real y el estado de ánimo del pueblo que los tocó gobernar. Foto: Cuartoscuro

Circula en redes sociales un meme que lo dice todo: un doctor con tapabocas, presuntamente en el quirófano y a punto de intervenir a un paciente, advierte “yo no soy cirujano, no sé nada de esto, se lo digo de corazón”. Es decir, más o menos las mismas palabras que utilizó Luis Videgaray al asumir el mando de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Encuentro algo de república bananera el hecho de que se designe como Canciller a un hombre por el simple mérito de tener amigos comunes con el yerno de Donald Trump.

Después de la actitud hostil y grosera que mostró el entonces candidato republicano tras su visita a México, a pesar de que Peña Nieto le dio un trato presidencial tan favorecedor para su campaña, no estoy seguro de que repetir la dosis de hacerle al Moctezuma y ponerle alfombra roja a este nuevo Hernán Cortés sea la mejor estrategia para resistir a lo que se nos viene encima.

La tragedia reside en el hecho de que México enfrentará la mayor amenaza de su historia reciente (la ofensiva de Trump) en los dos últimos años de un gobierno sin liderazgo, que hace rato agotó su capacidad para ofrecer respuestas viables a los problemas del país.

La frase de Peña Nieto para explicar el aumento en el precio de las gasolinas, “¿qué hubieran hecho ustedes?” es como la del cirujano: absolutamente reveladora. Es lo que argumenta alguien que se encuentra contra la pared en un último intento para justificarse, cuando todas las demás razones se han agotado.

¿Qué habríamos hecho nosotros? Para empezar no habríamos convertido los primeros cuatro años de gobierno en un ejercicio de frivolidad, corrupción y valemadrismo. Estaban tan encantados con su regreso al poder que se entregaron sin reservas al juego de espejos palaciegos y auto referenciales. Quedaron tan convencidos de sus propias campañas de publicidad, que nunca se tomaron la molestia de ver cuál era la situación real y el estado de ánimo del pueblo que los tocó gobernar.

Con su pregunta, Peña Nieto pretende que nos pongamos en sus zapatos. Una exigencia ilegitima porque él nunca se puso en los zapatos de tantos millones que viven bajo el apremio, la inseguridad y la injusticia. Millones que observaron durante cuatro años la manera en que gobernadores, legisladores, partidos políticos y funcionarios saqueaban a una escala nunca antes vista los recursos públicos.

René Delgado lo expresa con claridad impecable en su columna de este sábado en el diario Reforma: “¿Cuál es la diferencia entre los saqueadores de tiendas departamentales y los saqueadores de arcas nacionales? ¿Cuál es la diferencia entre los primeros y los gobernadores en fuga o en busca de amparo, fuero o fianza? ¿Cuál es la diferencia entre los primeros y los que piden moche por llevar servicios u obra pública a las comunidades?… ¿Con qué cara esa clase dirigente puede manifestar comprensión por el malhumor social y repudio de hechos delictivos, cuando de buen humor tolera que muchos de sus integrantes sin antifaz se llenen los bolsillos de dinero público?

Me temo que comienzan a acumularse las variables para que se genere en México una “tormenta perfecta” en los próximos años: primero, la amenaza externa brutal e impredecible que representa un gobierno estadounidense hostil y agresivo; segundo, el detonante que eso puedo provocar en los problemas acuciantes que ya arrastramos en materia económica y social; tercero, el grado de exasperación y rabia que se advierte muchos mexicanos ante el agravamiento de la situación; y cuarto, la incapacidad de los dirigentes para responder a la crisis que enfrentamos.

El desabasto de gasolina de hace una semana y sobre todo los saqueos de estos últimos días evocan escenas apocalípticas de tragedias tipo huracán Katrina en Nueva Orleáns y, más vagamente, imágenes de programas de televisión de zombis o similares. Lo que tienen en común esos escenarios, aún cuando procedan de la ficción, es que se caracterizan por una ausencia, momentánea o permanente, del imperio de la ley y el ejercicio de gobierno.

No, no creo que el gobierno de Peña Nieto vaya a desmoronarse ante nuestros ojos. Simplemente creo que la magnitud de los problemas y la pobreza de sus capacidades lo han desbordado. Y en tales circunstancias, para bien y para mal, la gente suele dar un paso al frente e intenta resolver su sobrevivencia. Sea un empresario agobiado por la situación, sea un vecino de una colonia marginal sin agua potable; sea un joven de 17 sin oportunidades de empleo. Nos esperan 20 meses más de lo mismo, pero en crescendo. Buena suerte a todos.

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Cienfuegos no irá a la fiesta de Rubí

domingo, diciembre 11th, 2016

 

Somos víctimas de un impasse que, para ponerlo en términos de redes sociales, recuerda la fiesta de los quince años de Rubí. Los políticos invitaron a los militares a participar en la fiesta indiscriminadamente. Foto: Cuartoscuro

Somos víctimas de un impasse que, para ponerlo en términos de redes sociales, recuerda la fiesta de los quince años de Rubí. Los políticos invitaron a los militares a participar en la fiesta indiscriminadamente.
Foto: Cuartoscuro

No es la primera vez que lo dicen, pero nunca lo habían afirmado con tal contundencia. Los militares se rehúsan a seguir haciendo el papel de policías. “No estudiamos para perseguir delincuentes” dijo hace unos días Salvador Cienfuegos, titular de la Sedena, al referirse a diez años a la guerra cruenta y frustrada en contra del crimen organizado.

Un día después, el Presidente Peña Nieto le dio la razón, le agradeció el esfuerzo en nombre de todos los mexicanos y lo abrazó y palmeó efusivamente ante un auditorio emocionado. Pero al final, en plata pura, le hizo saber que seguirán haciendo lo mismo hasta nuevo aviso. Y el nuevo aviso consistiría en aterrizar las reformas del sistema de justicia y la refundación y profesionalización de las instituciones policiacas para que sean capaces de enfrentar la crisis de inseguridad pública. O sea, uno de estos sexenios.

Los cual conduce a un callejón sin salida. Y es que en el fondo las fuerzas armadas tienen razón porque en efecto, no son detectives sino ejército de ocupación, lo cual significa que llevan diez años yendo de un lado a otro del territorio sofocando fuegos que reinician tan pronto acuden a atender otra emergencia. Y en el proceso de librar esta guerra salvaje y brutal, no sólo sufren bajas sino algo quizá peor para su orgullo: los soldados y oficiales van cometiendo violaciones por las cuales son exhibidos ante tribunales nacionales e internacionales.

Los militares han declarado su molestia, pero no está claro que van a hacer con ella. El General Cienfuegos dijo algo que leído entre líneas tendría que preocuparnos. “Nuestros soldados ya la están pensando si le entran a seguir enfrentando a estos grupos con el riesgo de ser procesados por delitos que tengan que ver con derechos humanos o a lo mejor les conviene más que los procesemos por no obedecer”. Es decir, podrían preferir enfrentar tribunales militares (por desacato) que tribunales civiles (por delitos de carácter penal).

La anterior es una revelación valiente y claridosa de lo que está pensando la infantería que se encuentra en la primera línea de fuego. Pero el secretario de la Defensa podría estar refiriéndose también a los oficiales y, en última instancia, a la institución. En otras palabras, ante la pasividad de los políticos y la sensación de sentirse utilizados, los militares podrían estar pensando redefinir los alcances de su involucramiento en la lucha contra el narcotráfico.

Con ello no quiero decir que en un momento dado regresarán a los cuarteles por decisión unilateral. Pero da la sensación de que el contundente mensaje de Cienfuegos a la clase política no sólo es para conminarla a hacer algo que conduzca a sanear a las policías para que hagan su tarea. Me parece que la mención al posible desacato de algunos soldados, es también una especie de advertencia de que las fuerzas armadas comienzan a pensar en pintar su raya en lo que concierne a su grado de involucramiento en tareas policiacas.

La molestia que expresa Cienfuegos está bastante extendida entre las fuerzas armadas, pero no necesariamente todos los militares coinciden con la misma solución (regresar a los cuarteles). O por lo menos hay matices. Otras corrientes buscan una salida hacia delante, no hacia atrás. Su argumento consistiría más o menos en lo siguiente: “Si vamos a combatir al crimen organizado, lo hacemos, pero amplíen las atribuciones legales para actuar con mayor libertad y más amplias facultades en las tareas de vigilancia, investigación y procesamiento de crímenes y delincuentes”.

Obvia decir que esta última es una línea delicada y preocupante. Puede tener sentido desde la perspectiva en la que estamos atrapados. En efecto, no hay manera de prescindir del ejército en este momento; en Tamaulipas, por ejemplo, las fuerzas policiacas están desmanteladas por la infiltración del narco.  Pero ampliar los márgenes legales del ejército para intervenir sobre la población civil puede destapar una caja de pandora de consecuencias insospechables. Y en lo inmediato una amenaza puntual para los pobladores donde los militares son, literalmente, un ejército de ocupación.

Somos víctimas de un impasse que, para ponerlo en términos de redes sociales, recuerda la fiesta de los quince años de Rubí. Los políticos invitaron a los militares a participar en la fiesta indiscriminadamente. Ahora, bajo la presión de la opinión pública, los hacen responsables de violaciones a los derechos humanos. “Si queremos que estén pero sólo los que se porten bien”. Cienfuegos prefiere declinar y no ir a la fiesta. Pero otros militares parecen decir: “vamos con mucho gusto pero mándame la invitación por escrito y derecho de baile con la quinceañera”.

 

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75 millones de pesos para lucimiento en un país a oscuras

miércoles, diciembre 7th, 2016
Los excesos de los diputados en las prebendas que se auto imponen, son humillantes, nos refieren con una clase política adinerada, que no vive en la justa medianía, y que no reacciona ni acciona para el beneficio de la mayoría sino para salvaguardar los intereses de unos cuantos políticos, unos muchos empresarios y unos enormes intereses económicos. Foto: Cuartoscuro

Los excesos de los diputados en las prebendas que se auto imponen, son humillantes, nos refieren con una clase política adinerada, que no vive en la justa medianía, y que no reacciona ni acciona para el beneficio de la mayoría sino para salvaguardar los intereses de unos cuantos políticos, unos muchos empresarios y unos enormes intereses económicos. Foto: Cuartoscuro

Los políticos y funcionarios mexicanos son un grupo selecto, una élite en el mosaico de clases sociales de este País. Su privilegio económico, su fuero constitucional, su mayorazgo en materia de reglamentación, y su posición preponderante en el manejo y la distribución de los recursos, los hacen súper poderosos y además adinerados.

El sistema político y de administración pública mexicano da para eso y más. Entre los privilegios de vivir dentro del presupuesto están los planes de seguridad social para quienes trabajan en cualquiera de los tres poderes. Las prestaciones millonarias que no tienen la clase trabajadora en este País, y las amenidades de la vida diaria como son carros (normalmente último modelo y además blindados), chóferes, asistentes, pago de comidas y bebidas, así como servicio de asistencia personal.

La vida de un funcionario público, por más bajo nivel que tenga, está varios niveles arriba de la vida de un trabajador asalariado, que debe hacerse cargo de la vida propia y los suyos con cada vez menores, y sin que presupuesto alguno le cubra sus necesidades para el desempeño de su labor. Ha de pagar su transporte, su sistema de comunicación, sus alimentos, sus traslados, su educación y desarrollo.

En los días recientes el abuso del erario está una vez más en el circo mediático alrededor de una clase política tan desprestigiada como cínica. Aquella que pertenece a la Cámara de Diputados Federal. En efecto, quienes planearon el presupuesto de egresos del Poder Legislativo, destinaron 75 millones de pesos para uso y disfrute de cada uno de los 500 diputados federales y personas que les acompañan.

00150 mil pesos al final del año a manera de un “bono navideño”, pero que ellos han tenido a bien llamar y para disfrazar la cínica dádiva, como “apoyo al trabajo legislativo”. Ciertamente no es parte de su aguinaldo, por ese concepto a cada diputado le llegará un cheque de arriba de los 70 mil pesos, aun cuando la Ley marca como mínimo de 15 días para pago de aguinaldo, lo que en el caso de los diputados sería algo así como 36 mil 500, pero no, para que quedarse en la medianía cuando pueden servirse a lo grande.

Este fin de año, los diputados federales recibirán cada uno de ellos algo así como 480 mil pesos. A los 150 mil por concepto de “bono” o “apoyo al trabajo legislativo”, se sumará su sueldo de 73 mil 817 pesos, 45 mil 796 pesos por asistencia legislativa, 18 mil 772 para atención ciudadana, el promedio de 50 mil pesos que reciben al mes para viajes, hospedaje y viáticos, su aguinaldo de 73 mil pesos, y el resto será el aguinaldo para los empleados que tienen en los módulos de atención ciudadana.

Sólo de los 150 mil pesos de “bono navideño”, serán 75 millones de pesos. Y como ese recurso no tienen porqué comprobar el destino que le den, serán 75 millones de pesos para el lucimiento personal. Algunos legisladores dicen que lo utilizarán para posadas y dádivas a la gente en cobijas, despensas, y regalos diversos. Otros han declarado que lo donarán a instituciones de sus respectivas ciudades. Unos más como en el caso de la líder de la bancada del PRD, Alejandra Barrales, insisten en conminar a los suyos a donarlo a organizaciones de la sociedad civil, y muy pocos, de hecho sólo uno, el diputado Manuel Clouthier, dice que no lo aceptará. Acción que dice un Diputado por Baja California que no tienen caso emprender, porque los 150 mil que no tomen se irán a la revolvedora y, literal “se lo chingarán en cualquier cosa”, por lo tanto, es mejor tomarlo y gastarlo “en causas justas”.

Los gastos que genera cada uno de los diputados (no escribiremos en esta ocasión de los funcionarios de los tres poderes del Estado Mexicano) son ominosos para un País que suma más de 55 millones de pobres según el  Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval), y en el cual después de mucho negociar se ha aprobado un salario mínimo que apenitas supera los 80 pesos al día.

La repartición en la Cámara de Diputados es, aparte de injusta, humillante en un País como México, donde existe pobreza alimentaria, un desempleo de 4.5 por ciento de su población, donde quienes tienen un trabajo lo es con salarios de hambre.

Los excesos de los diputados en las prebendas que se auto imponen, son humillantes, nos refieren con una clase política adinerada, que no vive en la justa medianía, y que no reacciona ni acciona para el beneficio de la mayoría sino para salvaguardar los intereses de unos cuantos políticos, unos muchos empresarios y unos enormes intereses económicos.

No se trata de aceptar, donar, rechazar el “bono navideños”, se trata de eliminarlo del presupuesto de la Cámara de Diputados, y canalizarlo a obras de desarrollo social, o etiquetarlo en programas sociales que aporten al desarrollo económico, social, educativo o cultural de los mexicanos todos y no solamente de 500 y sus amigos.

Y de paso analizar si son necesarios 7 mil 339 millones 166 mil 195 pesos al año a ese Poder Legislativo que más gasta en servicios personales, para mantener con onerosos sueldos y jugosos bonos, a los diputados, a sus trabajadores y a los de éstos.

Podrán decir los diputados que la “ayuda” que dan a grupos sociales y organismos no llegaría de otra manera, pero podrían enmendar el presupuesto de egresos para etiquetar presupuestos a estos grupos y verificar con transparencia y rendición de cuentas el adecuado uso y destino de los mismos.

Es tiempo de combatir la opacidad y la corrupción, la compra de voluntades con dádivas oficiales, y la ayudantía social que no genera desarrollo y solo provoca un bienestar momentáneo. La Cámara de Diputados puede empezar a hacerlo, si solo fuese un Poder autónomo y comprometido con su sociedad. Pero no, no lo es. Quieren más dinero para el lucimiento personal, y responden en términos legislativos a los deseos del Presidente de la República, de sus dirigentes nacionales de Partido y de otros intereses económicos.

Ojalá los electores consideren y no olviden el despilfarro de los legisladores federales, y cuantifiquen las diferencias económicas de la clase trabajadora y el abusivo privilegio del que gozan quienes pertenecen a la clase gobernante de un México que así lo van dejando a oscuras.