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#Presidenciables | Pragmática, Patricia Armendáriz va de un extremo ideológico a otro

27/03/2022 - 12:05 am

La Diputada Patricia Armendáriz ha levantado la mano para sumarse a la lista de candidatos presidenciales de Morena. La empresaria ingresó al sistema financiero mexicano de la mano del Secretario de Hacienda salinista Pedro Aspe, su mentor, y tuvo un papel activo, como ella ha señalado, en el rescate bancario, el cual siempre ha criticado el Presidente López Obrador. Ahora se suma a una larga lista de aspirantes rumbo a 2024.

Ciudad de México, 27 de marzo (SinEmbargo).– Corría el año de 1990. Patricia Armendáriz Guerra (Comitán, Chiapas, 1955) tenía 35 años y acababa de terminar su doctorado en Economía del Empleo en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Un día acompañó a sus compañeros de escuela a una reunión, en la que conoció “al mentor más importante de su vida”, después de su papá: a Pedro Aspe Armella, por entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

“En aquella reunión con sus pupilos, mis compañeros de Columbia, para ponerse de acuerdo sobre su regreso a México (Pedro Aspe) volteó hacía mí y me preguntó qué iba a hacer. ‘Voy al Banco Mundial’, le dije. ‘¿Por qué no a México?’. ‘Porque mi esposo es corredor de bolsa, colombiano, y trabaja en Estados Unidos’. Ni tardo ni perezoso, con el apoyo de mis otros compañeros, armó un esquema en el que mi marido tendría un puesto en la recién privatizada banca mexicana y yo sería su asesora, cuando en realidad éramos todos aprendices”, recuerda la propia Armendáriz en su libro Alpinista de sueños, publicado por Penguin Random House en octubre de 2021.

Desde entonces han pasado más de 30 años y Armendáriz Guerra ahora forma parte de la bancada de diputados de Morena, partido fundado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido uno de los principales críticos del Gobierno salinista. Desde su curul, la legisladora morenista ha anunciado sus intenciones por contender por la candidatura presidencial abanderada por la denominada Cuarta Transformación:

El proceso de la sucesión presidencial inició en Morena desde el año pasado, avalado por el mismo Presidente López Obrador, quien incluso ha llamado a la oposición a alistar desde ya a sus precandidatos rumbo a 2024. Dentro del partido guinda, los principales contendientes son la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo y el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón.

Según una encuesta de SIMO Consulting realizada para El País y publicada el fin de semana pasado, Ebrard Casaubón encabeza la intención de voto tanto en una lista virtual de aspirantes de todas las posiciones políticas con un 56 por ciento, como en las filas de morenistas, donde tiene un 34 por ciento de respaldo. En ambos casos le sigue muy de cerca Sheinbaum Pardo con un 54 y un 30 por ciento, respectivamente.

Ni en ésta ni en ninguna de las mediciones que se han publicado hasta ahora aparece la Diputada Patricia Armendáriz, quien en una entrevista con El País reconoció haber sido una “absoluta defensora del neoliberalismo”, y que a la distancia reconoce “lo costoso que fue privatizar los bancos y que seguimos igual o peor”.

Ahora, desde su trinchera en Morena, ha protagonizado algunas polémicas como cuando en octubre pasado ​​aseguró que, tras pedir evidencia sobre desabasto de medicamentos contra el cáncer, especialmente de niños, “no recibió nada”, lo que generó fuertes críticas en redes sociales. Posteriormente dijo que el fin de solicitar pruebas era para ayudar a difundir los casos y reclamar a las autoridades de salud. “Desafortunadamente algunas personas lo tomaron como si yo dijera ‘no creo que haya desabasto’ y de ninguna manera fue mi intención. Mi intención fue genuinamente querer ayudar con el problema”, declaró.

Armendáriz también ha defendido lo mismo al hijo del Presidente, por la polémica de la propiedad que rentó en EU a un ejecutivo de una firma petrolera que tiene contratos con el Gobierno federal, que la respuesta de López Obrador al Parlamento Europeo, luego de haberla calificado “como burdo escrito”, por el posicionamiento que fijó esta instancia sobre los asesinatos de periodistas en el país.

De hecho, fue un episodio de política exterior lo que le atrajo los reflectores en julio de 2020, en el primer viaje al exterior que realizó el Presidente López Obrador en su administración, una visita que hizo a Washington para reunirse con el Presidente Donald Trump en el marco de la puesta en marcha del T-MEC.

En ese entonces, Armendáriz documentó en tiempo real detalles de la reunión de empresarios en la Casa Blanca. Su nombre se volvió tendencia en las redes sociales por los comentarios a favor y las críticas que recibió.

La invitación para sumarse a la denominada Cuarta Transformación, según contó ella misma a El País, se dio tan pronto inició el Gobierno de López Obrador, quien le ha ofrecido ser Senadora, integrarse al Gabinete y hasta una de las nominadas a subgobernadora del Banco de México. Al final, la ruta la llevó a San Lázaro.

“Le dije que yo ya no encontraba satisfacción en el mundo hacendario. Ya no es un reto. Me preguntó qué sería un reto. ‘Cambiar el sistema de salud’. ‘¿Por qué no hablas con Morena?’. Me inscribí, creí que me iban a decir que no. El seno de Morena es acogedor, de mucho cariño, de mucha mística”, contó al periódico español en diciembre pasado.

Lo cierto es que ella ha trazado una trayectoria importante en el mundo hacendario, la cual no ha estado exenta de polémica. Luego de ser asesora de Pedro Aspe representó a la Secretaría de Hacienda en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el capítulo financiero. Posteriormente, en abril de 1992, llegó a la Comisión Nacional Bancaria (CNB) —que en abril de 1995 se fusionaría con la Comisión Nacional de Valores para crear la actual Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV)—, como vicepresidenta de Supervisión Bancaria, donde diseñó el sistema de supervisión por riesgos, y donde le tocó la intervención de bancos en México durante la crisis de los años 90.

“En ese momento ningún banco tenía capital y vine a aplicarles la regla de que debían tener capital en efectivo”, contó a El Economista en abril de 2019 sobre aquel entonces, a la par que compartió otro episodio difícil que le tocó vivir a finales de esa década, en 1999, ​​cuando el entonces Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) le llamó: “Me dijo ‘te van a acusar del Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), porque tú fuiste quien intervino bancos, la que cerraste bancos, vete de México’”.

“En ese momento, se perfilaba el cambio de Gobierno al panismo y los zedillistas no eran bienvenidos. Yo sólo hice mi chamba, que era recomponer el sistema bancario”, expresó Armendariz que tuvo que dejar el país, al cual regresó en octubre de 2001 como directora de Banorte.

Sobre los cuestionamientos vertidos por la oposición por el rescate bancario, es decir del Partido de la Revolución Democrática, del cual formaba Andrés Manuel López Obrador, uno de los principales críticos de que se haya dado este rescate, y de Acción Nacional (PAN), Armendáriz publicó en 2011 su versión:

“Se olvida o se ignora que sólo sobrevivieron cuatro bancos, y lo lograron porque la estrategia que siguieron antes de la crisis los diferenció de aquéllos que se dejaron llevar por la euforia o prácticas fraudulentas”, escribió en el capítulo “Privatización, crisis y rescate bancarios” del tomo 1 del libro Privatización bancaria, crisis y rescate del sistema financiero. La historia contada por sus protagonistas, editado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Patricia Armendáriz levantó la mano para contender por la Presidencia rumbo a 2024. Foto: Patricia Armendáriz

Sobre aquella misma época recuerda: “mi última responsabilidad como miembro de la Comisión (Nacional Bancaria y de Valores) fue dedicarme de lleno durante seis meses, a la auditoría del rescate bancario que, por comisión de la Cámara de Diputados, llevó Michael Mackey. Esto en medio de las arengas que buscaban ver sangre por parte de los partidos de oposición y la Auditoría Superior de la Federación”.

Relata cómo Mackey le dijo al Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y a su equipo económico que había encontrado irregularidades en el actuar del Gobierno. “Leí los resultados de la auditoría que iba a presentar y le dije ‘tú sales mañana con esto, con tu prestigio internacional, y yo salgo con pruebas de que eres un pésimo auditor, porque se te entregaron todas las pruebas, y no las estás utilizando. Estás siendo flojo y acomodaticio, simplemente concluyendo lo que la oposición en el Congreso quiere escuchar’”.

Y agrega: “Al salir de esa reunión, Mackey dijo que reconsideraría. Su equipo de auditores se encerró en un hotel con todos nosotros, los actores del rescate bancario y, banco por banco, se les dieron explicaciones sobre lo que alegaban. Así fue que concluyó que el Gobierno mexicano había actuado de la mejor manera posible dadas las circunstancias. Esto, por supuesto, no les gustó a los perredistas ni a los panistas, pero lo cierto es que se actuó como se pudo y como se debió actuar”.

Tres décadas después de esos acontecimientos, ahora Armendáriz ha levantado la mano para contender por la presidencia del país a través de la candidatura de Morena, un partido cuyo fundador, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha cuestionado una y otra vez este rescate bancario.

Apenas el 18 de marzo, el mandatario federal reiteró que Ernesto Zedillo “fue el que convirtió la deuda privada de unos cuantos en deuda pública con el Fobaproa, una deuda de tres billones de pesos. La deuda de los banqueros y de algunos empresarios la convirtió en deuda de todo el pueblo de México”.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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