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Álvaro Delgado Gómez

05/07/2022 - 12:05 am

Alito: Preso o fugitivo

“Para que sea creíble el combate a la corrupción no basta con que la Gobernadora de Morena y el fiscal Renato Sales Heredia sigan difundiendo audios en los que Alito da cátedra de cometer delitos y eludir sanciones, sino si tienen elementos sólidos para que el Poder Judicial, donde anida también la corrupción, no lo deje libre e impune”.

Todos los que conocen al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, saben que es un político que suele maltratar y hasta humillar a sus colaboradores –agredió en 2018 al dirigente priista en Campeche, Ernesto Castillo, por la derrota ante Morena–, y esta prepotencia es la que lo ha hundido: los audios, que lo exhiben como un hampón, salieron de su círculo íntimo.

En el PRI se sabe que el propio “Alito” grabó las conversaciones en sus oficinas de Campeche y de la Ciudad de México porque, salvo excepciones, desde que era Gobernador disponía que nadie con teléfono u otro mecanismo de grabación ingresara a su despacho y sólo él tenía registro de lo hablado.

Justo por la frágil lealtad de los cercanos de Moreno Cárdenas es que, en las elecciones de 2021, Morena rompió al PRI en Campeche con una oferta que no resistió el Gobernador en funciones, Carlos Miguel Aysa González, y el candidato del PRI, Christian Castro Bello –sobrino de “Alito”–, se hundió al tercer lugar.

¡El PRI quedó por debajo del partido Movimiento Ciudadano!

Ahora este porro que inició su carrera política en el Frente Juvenil Revolucionario en 1999, cuando lidereó una turba que expulsó con violencia al rector de la Universidad Autónoma de Campeche (Uacam), José Alberto Abud Flores –que en febrero volvió al mismo cargo–, está por ir a la cárcel en medio de la difusión de audios que exhiben también sus contubernios con magnates y empresas de medios como Televisa.

La duda es si, además de otros audios escandalosos difundidos cada martes por la Gobernadora Layda Sansores, la Fiscalía de Campeche tiene pruebas sólidas contra “Alito” para tenerlo en la cárcel cinco años por lo menos –para evitar que salga bajo fianza–, porque de lo contrario sólo lo fortalecerán a él y a la coalición Va por México que lo defiende como víctima de una persecución política.

Para que sea creíble el combate a la corrupción no basta con que la Gobernadora de Morena y el fiscal Renato Sales Heredia sigan difundiendo audios en los que “Alito” da cátedra de cometer delitos y eludir sanciones, sino si tienen elementos sólidos para que el Poder Judicial, donde anida también la corrupción, no lo deje libre e impune.

Y ese es el problema: Ya se sabe que el INE de Lorenzo Córdova no irá contra sus patrocinadores –no lo hizo nunca con Enrique Peña Nieto–, pero falta que la Fiscalía de Campeche, además de una estrategia política, tenga pruebas sólidas de peculado, abuso de autoridad y uso indebido de atribuciones y facultades, los delitos por los que ya cateó dos veces la mansión de Moreno Cárdenas.

Obviamente la acometida contra Moreno Cárdenas no pudo haberse iniciado sin el aval del Presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien se le responsabilizará del desenlace de esta trama que claramente busca quebrar a la oposición priista.

Por lo pronto, Moreno Cárdenas ha tomado un avión a Estados Unidos y el mundo para denunciar en todos los organismos internacionales posibles la “persecución política” de la que es víctima por parte de la “dictadura” de López Obrador.

En una de esas “Alito” se encontrará en Nueva York con otro huido, el panista Ricardo Anaya, y juntos darán la lucha. Sería hasta poético.

Pero una vez más: Los de Morena sepultan bien a “Alito” o les apesta el pueblo.

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.
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