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Vacuna de J&J contra el VIH falla en estudio intermedio; cierra proyecto en África

martes, agosto 31st, 2021

Las pruebas realizadas a dos mil 600 mujeres en el África subsahariana arrojaron apenas una protección del 25 por ciento, por lo que la compañía farmacéutica prevé finalizar los experimentos, aunque otros seguirán en Europa y América.

Nueva Jersey, 31 de agosto (AP).– Una posible vacuna contra el VIH que está desarrollando Johnson & Johnson no dio protección contra el virus en un estudio de etapa intermedia, dijo la empresa farmacéutica el martes.

J&J prevé poner fin a ese estudio, en el que participaron mujeres jóvenes del África subsahariana. Pero los investigadores continuarán un estudio de etapa tardía con una composición distinta de la vacuna en hombres y gente transgénero.

El estudio en el África subsahariana se realizó con unas dos mil 600 mujeres consideradas en alto riesgo de contraer el VIH, que causa el sida. Se escogió a las participantes al azar para inyectarles la vacuna o un placebo, y los investigadores hallaron que tenía apenas un 25 por ciento de eficacia en la prevención del HIV.

“El VIH es un virus singular y complejo que presenta desafíos sin precedentes para la creación de vacunas debido a su habilidad para atacar, trastornar y evadir el sistema inmunitario humano, dijo el jefe científico de J&J, doctor Paul Stoffel, en un comunicado.

J&J dijo que su otro estudio de la posible vacuna se realiza en Europa y América, donde circulan distintas cepas del virus.

Johnson & Johnson, con sede en New Brunswick, Nueva Jersey, también fabrica una de las tres vacunas aprobadas por el organismo regulador estadounidense para la prevención de la COVID-19. También está desarrollando vacunas contra la septicemia y el virus sincitial respiratorio.

México y AL son clave en la vacuna contra VIH: participan en el estudio Mosaico

viernes, agosto 13th, 2021

El estudio Mosaico pretende analizar los efectos de una posible vacuna en contra del VIH, y se administró a distintos voluntarios en países de América Latina, entre ellos México.

Por Nicolás de la Barrera

Ciudad de México, 13 de agosto (VICE).– Cuatro décadas pasaron. El 5 de junio de 1981, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) reportaron cinco casos de una inusual infección respiratoria entre hombres gay de Los Angeles. En poco tiempo, los informes se multiplicaron a un lado y otro de Estados Unidos: en todos los casos, los médicos observaban que el sistema inmune de sus pacientes se hallaba profundamente debilitado. Primero la sociedad estadounidense, y luego el mundo, conocían los primeros casos de sida.

A 40 años de aquellos días de incertidumbre y de indiferencia de quienes creían que la infección estaba limitada a hombres homosexuales, hoy hablar de sida, en buena medida, puede ser anacrónico: en países en los que la terapia con medicamentos antirretrovirales es accesible, el tratamiento permite que las personas que viven con VIH no estén condenadas a una muerte casi segura, sino que, en líneas generales, pueden llevar una vida similar a la de personas que no tienen el virus.

Sin embargo, desde el comienzo de la pandemia, dos preguntas mantienen su vigencia: ¿Cuándo habrá una cura? ¿Cuándo tendremos una vacuna efectiva para la prevención de la infección? Si bien el primero de los interrogantes ocupa a una gran cantidad de científicos, su respuesta se halla, en términos espaciales, más alejada de una línea de llegada, en una carrera que se ha extendido más de lo que cualquiera podía imaginar, por la complejidad misma del virus, que logra “esconderse” en reservorios del cuerpo humano, sin replicarse, cuando las personas siguen un tratamiento. La vacuna, en cambio, tiene progresos significativos y, por primera vez, América Latina presenta un papel protagónico en esta búsqueda.

En esta foto se muestra un equipo de pruebas de VIH en Charleston, Virginia. Foto: John Raby, AP.

EL ESTUDIO Y LAS VACUNAS

Desde la década del 80, más de cien vacunas candidatas se probaron para medir su eficacia y seguridad, sin resultados exitosos. La historia de la búsqueda de una vacuna es la de un camino espinoso y repleto de finales desalentadores. “Cada vez que íbamos a un evento internacional y se daba la conferencia clásica de vacunas era frustración tras frustración. Se hablaba siempre del futuro: dentro de tantos años vamos a tener… Te iban corriendo la fecha siempre para más adelante”, recuerda el argentino Sergio Lupo, doctor en medicina, especialista en clínica médica, y director del Instituto Centralizado de Asistencia e Investigación Clínica Integral (Caici), uno de los centros en donde se realiza el ensayo clínico.

Recién en 2009, un estudio marcó un nuevo rumbo: un ensayo que involucró a más de 16 mil personas en Tailandia arrojó, después de tres años y medio de seguimiento, una protección de 31 por ciento entre quienes recibieron las cuatro dosis del esquema probado, un porcentaje insuficiente para que la inmunización sea aprobada.

Este estudio, sin embargo, sentó las bases para el intento que, ahora, en plena pandemia y en medio de una puja global por inmunizaciones contra el coronavirus, llevan adelante la farmacéutica Janssen (sí, la división de vacunas de la multinacional Johnson & Johnson, el mismo laboratorio de una de las vacunas contra el coronavirus), los Institutos Nacionales de Salud de EU y la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH (HVTN, por sus siglas en inglés).

En esta fotografía del 2 de julio de 2020, la enfermera Nomautanda Siduna, derecha, habla con una paciente VIH positivo en una clínica móvil en Ngodwana, Sudáfrica. Foto: Bram Janssen, AP

Argentina, Brasil, México y Perú son los países de nuestra región en los que, en distintos centros de salud, tiene lugar el ensayo clínico de fase III -última instancia de prueba de cualquier medicamento-, destinado a probar la efectividad de un esquema de dos vacunas para la prevención de la infección por el VIH. Estados Unidos, España y Polonia completan la lista de países que participan de la prueba.

Una primera aclaración: si bien, en líneas generales, puede hablarse de que está en prueba una vacuna, en rigor se trata de un esquema de dos, administradas en seis dosis -de manera similar a como sucede hoy en la vacunación contra el coronavirus, cuando se administran componentes que no son idénticos entre sí-.

Las vacunas candidatas que se están probando utilizan un vector viral modificado, el adenovirus 26, inocuo para la salud humana, al que se le agregan tres genes del VIH para que el cuerpo genere proteínas como las que induce el VIH. Así, se “entrena” al sistema inmune para que, en un futuro, reconozca y despliegue una respuesta inmune si la persona llegara a verse expuesta al virus.

Como refuerzo, las últimas dos dosis del esquema consisten en la combinación de dos proteínas que se hallan en la superficie del VIH: una se encuentra en el virus que es predominante en África, mientras que la otra resulta de una combinación de moléculas presentes en subtipos de VIH que circulan en otras partes del mundo. Se trata, en este sentido, de un régimen de vacunas con una ventaja importante: de funcionar, podría proteger a personas que se hallen en un lugar u otro del planeta. Es por este potencial de cubrir un máximo número de mutaciones que el estudio tiene el nombre que tiene: Mosaico.

La pregunta del millón es por el nivel de protección que ofrecerían. En fases previas, con un número menor de participantes, no solo quedó en claro que, salvo pequeñas molestias, estas vacunas candidatas no producen efectos adversos de importancia sino que también se alcanzó una efectividad de 60 por ciento en la prevención. Por eso, dentro de la historia de una inmunización contra el VIH, este no sería un ensayo clínico más.

“Estamos en un punto que sí se cree que es de inflexión. De acuerdo a los datos previos y a la enseñanza de todos estos años se cree que esta tecnología con la que se está aplicando la vacuna es única. Los resultados de la fase 2 son bastante prometedores, y se cree que puede tener mejores resultados”, dice Brenda Crabtree, sub investigadora del estudio Mosaico en México.

Electromicrografía de una célula Th9 infectada con VIH. Foto: NIAID

“Uno está acostumbrado, cuando hace investigación, a no entusiasmarse en los resultados, porque las pruebas hay que tenerlas. Pero la verdad que con los estudios previos, con la respuesta inmunológica que ya se vio tanto en animales como en seres humanos uno tiene algún derecho a tener esperanza”, expresa Lupo.

El estudio es aleatorizado, a doble ciego: mientras que un grupo de voluntarios recibe las sustancias activas de las vacunas, otros, un placebo. A su vez, para evitar sesgos, ni los investigadores ni las personas voluntarias saben el tipo de tratamiento adjudicado a cada individuo.

Mosaico apunta a probar la prevención de la adquisición del VIH en personas que no vivan con el virus, pero de poblaciones claves: hombres que tienen sexo con hombres y personas transgénero. Estos “targets” específicos tienen su razón de ser: Crabtree explica que deben priorizarse personas voluntarias de determinadas poblaciones para que el estudio ofrezca resultados reales: por un lado, “tienes que evitar que se infecten de VIH, pero por otro lado tienes que escoger a gente que esté en riesgo, porque si no escoges a gente que esté exponiéndose, ¿cómo vas demostrar que se pudo prevenir?”.

Forma parte del protocolo del estudio ofrecerles a las personas voluntarias el acceso a métodos de prevención, como preservativos o la profilaxis pre exposición (PrEP). A su vez, el criterio de inclusión de personas candidatas al estudio tiene en cuenta antecedentes previos de infecciones de transmisión sexual, el uso de drogas o alcohol durante el sexo o el número de parejas sexuales que declaran tener quienes se inscriben en el ensayo.

“En Mexico, como la epidemia está concentrada principalmente en hombres que tienen sexo con hombres, pues es a ellos a quienes se involucra”, precisa Crabtree. Y agrega: “Tienen que ser participantes que tengan interés por aportar a la ciencia, y no tienen que tener una expectativa de nada porque no sabemos si va a funcionar. Ensayos de vacunas fallidos ha habido”, recuerda Crabtree, infectóloga e investigadora titular en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

LA EXPERIENCIA DE SER VOLUNTARIO

En Argentina, Mario, de 44 años, quien prefiere mantener su apellido bajo reserva, hace 200 kilómetros de ida y otros 200 kilómetros de vuelta para participar del estudio en el Caici, de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Hasta ahora ya recibió dos “pinchazos”, pero no le preocupa conocer qué le tocó.

Pruebas de VIH. Foto: Cuartoscuro.

“Yo no sé si tengo placebo o no -dice Mario-, realmente hoy día no me interesa”, dice él, docente de secundario. Otra cosa es la que privilegia: “Estar participando en este estudio es algo realmente único, histórico”.

Para Mario, su enrolamiento en el ensayo clínico es una continuación de aquellas actividades que, en la adolescencia, realizaba en grupos de prevención de adicciones y del VIH. “Es como una contribución que siento que estoy dando de mi parte”, dice.

En su caso, asegura, siempre fue “provacunas”: tiene todas las del calendario de salud argentino. Pero ahora, el tema de ser parte de un estudio de eficacia de una vacuna lo atrapó: “Me siento muy orgulloso y me gusta, cada vez me informo más”.  ¿Ansiedad por saber si recibió los principios activos de las vacunas? En su caso, nada de eso:  “Al principio, uno quiere saber si le toco el placebo o no, pero después con el tiempo esto se va diluyendo y ya no te va importando tanto. El mero hecho de ser participante ya es suficiente y el futuro dirá.

“El voluntario pasa a ser miembro de un equipo que trabaja para que esto tenga éxito, yo lo veo así -considera Lupo-. Los veo como compañeros de trabajo en realidad”.

Desde México, Gustavo Escobar, de 48 años, uno de los cientos enrolados a Mosaico en su país, se ilusiona: “Al estar en etapa tres, las probabilidades de que esta candidata llegue a ser vacuna son altas y eso a mí me pone muy feliz, justamente por el hecho de que me han tocado vivir tantas historias de la mano de personas que viven con VIH”.

Terapeuta de mindfulness, decidió hacer pública su participación en el estudio con un hilo en Twitter.

El motivo por el que comunicó su decisión de ser parte de la prueba experimental de la vacuna es claro: “Decir ‘estoy participando en esto’, en una cuenta que tiene más o menos cierta visibilidad también le ayuda a otras personas a decir ‘ah, hay nuevos estudios, hay una esperanza a futuro’”.

Tenía dudas en un comienzo, reconoce Gustavo, pero no acerca de su compromiso, sino sobre si podía quedar seleccionado. “Cuando me dijeron que podía quedar fui el más feliz”, asegura. Emoción y orgullo son otras palabras que repite al hablar de su participación en Mosaico.

“Hace 16 años, uno de mis mejores amigos murió de sida, en los tiempos en los que la gente se suponía que ya no moría del sida. Pero él abandonó su tratamiento en los últimos meses por cuestiones emocionales. Estuve con él en sus últimos días, y entonces dije: ‘la gente no tendría por qué estar pasando por esto’”. En tiempos de chats, cuando los DM aún ni se vislumbraban en el horizonte, personas allegadas comenzaron a charlar y a despejar dudas con él sobre VIH y sida, a partir de la experiencia que le había tocado vivir con su amigo.

“Me empezaban a preguntar chicos jóvenes que habían adquirido el virus recientemente.  Entre más personas llegaban, empecé a sentir un poquito más de responsabilidad al hablar del tema”, explica. Hoy, ya con redes sociales, y en particular Twitter, Gustavo, lo que hace es, lisa y llanamente, comunicar: sobre problemas de desabasto de medicamentos antirretrovirales en México, acerca del estigma, propio o de ajenos, que aún existe en personas que viven con VIH, sobre chemsex y sobre otros temas vinculados al VIH.

“A veces uno cree que todo el mundo sabe de lo que se está hablando y la verdad es que a pesar de tantísima información que existe, sigue siendo un tema del que muchas personas desconocen mucho”, afirma.

PENSANDO EN EL FUTURO

Si bien el entusiasmo sobra, el camino actual es largo: aunque podría haber reportes preliminares, las conclusiones de Mosaico llegarán no antes de 2023 o 2024 (antes de estos años tal vez podamos conocer los resultados de Imbokodo, un estudio de características similares, pero que se lleva adelante en África, que también prueba vacunas preventivas para el VIH, pero en mujeres: en el continente africano, la epidemia se concentra en ellas).

Si los resultados de Mosaico fueran buenos, esto no implicará que de inmediato llegue una vacuna a los hospitales y clínicas del mundo. Por diferentes motivos: costos, burocracia, inequidades y desigualdades se alzan como posibles obstáculos.

Cualquier vacuna, “a menos que haya una emergencia sanitaria como la que vemos con covid, en realidad duran de diez a 15 años en aplicarse, entonces ojo”, advierte la investigadora mexicana.

“Si el resultado es favorable, estas son cosas que pueden ser costosas y el reto será el acceso. Pasará lo mismo que con los antirretrovirales en su momento. Ya sabemos que son efectivos, pero la implementación es el siguiente reto. ¿De qué sirve tener vacunas efectivas, antirretrovirales efectivos, si la implementación es deficiente? Entonces ese es el siguiente tema que hay que discutir. Se va a necesitar mucho liderazgo, y nosotros los científicos  sabemos que la unión con la sociedad civil siempre es la clave para que esto sea un derecho”, plantea Crabtree.

Medicamentos para el VIH. Foto: Cuartoscuro

A su vez, para los próximos años, nuevas opciones surgen para prevenir la infección por VIH. Desde anillos vaginales hasta implantes subdérmicos para prevenir la adquisición del virus gracias a la acción de antirretrovirales, inyecciones de larga duración e incluso la infusión de anticuerpos específicos contra el virus son parte del futuro en la prevención del VIH, que lejos está de limitarse al desarrollo de las vacunas.

“Es claro que no va a ser lo único que vamos a aplicar. Así como ahora con las vacunas la gente tiene que seguir usando cubrebocas, lo mismo pasará con el VIH. Va a ser un conjunto de cosas: PrEP, uso de preservativo, testeo frecuente, vacuna… Para cada población será diferente el abordaje, cada quien tendrá que ver qué es lo que le funciona en la prevención”.

“Si esta es la vacuna, bienvenida sea, será la primera de una serie de otras, como pasa siempre en medicina. Como cuando tuvimos el AZT, la primera droga que, con todas las dudas que generaba, fue la que abrió la puerta para que hoy tengamos tratamientos antirretrovirales seguros y que podamos decir que una persona que toma el tratamiento no tiene progreso de enfermedad”, dice Lupo.

“Éxito va a haber porque el éxito no es solamente que digamos ‘tenemos la vacuna con 60 o 70 por ciento de efectividad’. No sabemos eso, pero que vamos a tener un gran conocimiento con este estudio no tengo ninguna duda”, añade.

Optimista por naturaleza, Crabtree dice: “Soy la persona más escéptica pero lo único que me tranquiliza en la vida es saber que la ciencia es realmente lo que nos va a liberar. Tiene un impacto en el bienestar de un país o de una población o del mundo impresionante. Es lo único que nos va a hacer seguir en este planeta, así que yo sí soy optimista”.

En el mientras tanto, el compromiso por eliminar el estigma y la discriminación y ampliar el acceso a los métodos de prevención y tratamiento con los que ya se cuentan deberá ser un compromiso colectivo para terminar con una pandemia que en América Latina viene creciendo: según la Organización Panamericana de la Salud y ONUSIDA, en 2019 hubo 120 mil nuevas infecciones.

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Cuba registra resultados preliminares “satisfactorios” en el desarrollo de un antiviral contra COVID-19

sábado, abril 25th, 2020

La producción exitosa del antirretroviral en Cuba ahorraría dinero y tiempo a la isla, bajo las restricciones del embargo de Estados Unidos, que entorpece la adquisición de bienes en el extranjero, incluidas las medicinas y los equipos médicos que tengan más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses.

La Habana, 25 abril (EFE).- Cuba desarrolla con resultados preliminares “satisfactorios” una versión propia del antiviral Kaletra, con el objetivo de eliminar su importación y garantizar un suministro estable del fármaco, creado para tratar el VIH-Sida y usado ahora en pacientes de COVID-19.

El prototipo cubano del retroviral, una combinación de lopinavir y ritonavir, está aún “en etapa de desarrollo”, aunque ya las primeras pruebas arrojan “resultados preliminares satisfactorios”, dijo a la Agencia Cubana de Noticias uno de los líderes de la investigación, realizada por los laboratorios estatales MedSol.

“Ya se elaboraron tres lotes piloto, se realizó el análisis físico químico y luego se hará la comparación con el producto líder”, explicó el jefe del grupo de investigación y desarrollo de la empresa Novatec, perteneciente a MedSol, Adalberto Izquierdo.

La producción exitosa del antirretroviral en Cuba ahorraría dinero y tiempo a la isla, bajo las restricciones del embargo de Estados Unidos, que entorpece la adquisición de bienes en el extranjero, incluidas las medicinas y los equipos médicos que tengan más de un 10 por ciento de componentes estadounidenses.

Según los especialistas cubanos, su versión del medicamento podría “hasta exportarse” a largo plazo.

Sin embargo, para producirlo Cuba primero tiene que sortear varios obstáculos, entre ellos la ausencia de “la máquina de calentamiento que fusiona los dos principios activos” del antiviral. “El país hoy no cuenta con ese equipo”, aseguró Izquierdo.

La solución precisa “adaptaciones en la tecnología cubana” que permitan a la prestigiosa industria biofarmacéutica isleña producir un medicamento con las “mismas especificaciones de calidad que el producto líder”, fabricado por la estadounidense AbbVie Inc.

Kaletra es el nombre comercial del antiviral compuesto por una combinación de lopinavir y ritonavir, usados con éxito en el tratamiento del VIH-Sida. Entre sus efectos adversos están las molestias digestivas y las diarreas.

Aunque todavía no se ha probado científicamente que algún fármaco de los existentes cure o evite el contagio de la COVID-19, Kaletra es uno de los más utilizados para tratar la enfermedad.

Cuba también lo incluye en su protocolo contra el nuevo coronavirus, que ya acumula mil 337 positivos y 51 muertes desde el comienzo de la epidemia en el país.

El antiviral cubano Interferón Alfa 2B fue uno de los medicamentos usados por China en el comienzo de la pandemia, lo que motivó al menos a unas 15 naciones de América Latina, Europa, África y Asia a pedir información o suministro del fármaco.

Sin ofrecer cifras concretas, el grupo estatal de medicamentos BioCubaFarma aseguró que tenían suficientes existencias del antirretroviral para cubrir la demanda dentro y fuera del país.

A pesar del desabastecimiento crónico que sufre Cuba, atribuido en parte al embargo de EU y que afecta también a su industria farmacéutica, los directivos de BioCubaFarma insistieron en que están garantizados los 22 medicamentos que se considera podrían ayudar a tratar el coronavirus de una u otra forma.

Organizaciones denuncian falta de medicinas para pacientes con VIH en instituciones públicas de México

lunes, enero 13th, 2020

Pese a que diversas instituciones han garantizado la entrega de dichos medicamentos “no es un realidad” y sentenciaron que la falta de entrega oportuna de medicamentos antirretrovirales es “altamente perjudicial debido a que al suspender la medicación se duplica el riesgo de progresión de la infección causada por el VIH”.

México, 13 de enero (EFE).- Organizaciones de la sociedad civil manifestaron denunciaron este lunes que hay falta de tratamiento antirretroviral para pacientes con VIH/Sida en instituciones públicas de todo México.

En un comunicado, 37 organizaciones criticaron que las autoridades de salud en México hayan intentado justificar el desabastecimiento, pues cualquiera que sea el origen de esta problemática ha puesto en peligro la salud y la vida de las personas con VIH y con sida al dejar de recibir sus medicamentos de manera continua e ininterrumpida.

El posicionamiento está dirigido a la Secretaría de Salud, al nuevo Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Instituto de Seguridad y a Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y de Petróleos Mexicanos.

Señalaron que, a pesar de que diversas instituciones han garantizado la entrega de dichos medicamentos, “esta no es un realidad”.

Indicaron que han podido documentar el desabastecimiento, por lo cual han presentado diversas quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Explicaron que la falta de entrega oportuna de medicamentos antirretrovirales es “altamente perjudicial debido a que al suspender la medicación se duplica el riesgo de progresión de la infección causada por el VIH”.

Dijeron además que esto aumenta la posibilidad de que el virus sufra mutación, se produzca un VIH resistente a los medicamentos, que pueda haber falla virológica y se desarrolle el sida”.

Todo ello “provocando detrimento a la salud y poniendo en riesgo la vida de las personas con VIH o con sida.

Además, dijeron, los cambios de esquemas de antirretrovirales deben obedecer a fallas terapéuticas o alguna mejora para los pacientes, derivados de la optimización del tratamiento y “no a la disponibilidad de lo comprado o distribuido por el Gobierno federal”.

Señalaron que, debido al desabastecimiento, se han generado diversos cambios en los esquemas de antirretrovirales, pero aunque estos resulten ser benéficos clínicamente, “deben ir acompañados de información científica”.

Aseguraron que la Red Mexicana “es respetuosa de los procedimientos administrativos en la adquisición de bienes y servicios” y que están en contra de la “corrupción en cualquier área”.

Sin embargo, aseveraron, “ello no justifica -en ningún caso- la suspensión o incumplimiento de las obligaciones federales hacia las personas con VIH o con Sida”.

Reiteraron que la no compra o distribución en tiempo y forma de medicamentos antirretrovirales “implica una violación de los derechos humanos”.

La crisis por el desabastecimiento de medicamentos se ha agudizado en los últimos meses debido a los recortes presupuestarios y a los cambios en la forma de comprar las medicinas impuestos por el Gobierno de López Obrador, quien asumió el poder el pasado 1 de diciembre.

Sin embargo, entes como el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han asegurado que en sus hospitales el abasto de medicamentos sigue siendo suficiente.

El Fondo de Seguro Popular para medicinas de cáncer y VIH opera con opacidad y sin reglas, acusan

domingo, abril 7th, 2019

El Fondo de Gastos Catastróficos del Seguro Popular, que costea enfermedades como el cáncer infantil y el VIH- Sida, opera con protocolos desactualizados que impiden que se garantice el tratamiento para todos los enfermos. Especialistas entrevistados por SinEmbargo aseveran que este fondo es necesario, pues las familias podrían desembolsar entre 50 mil y 150 mil pesos.

Ciudad de México, 7 de abril (SinEmbargo).- El Seguro Popular fue incapaz de establecer los parámetros necesarios para evaluar el incremento de enfermedades como el VIH-SIDA y el cáncer infantil, lo que imposibilitó el acceso oportuno a servicios médico- quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios de los pacientes, así lo documentó la Auditoría Superior de Federación en su análisis de la Cuenta Pública del 2017.

El organismo federal determinó que la que la cobertura del Sistema de Protección Social en Salud -en el que incluye el Fondo de Gastos Catastróficos (FDGC), destinada la atención de enfermedades de alta complejidad diagnóstica y tratamiento como las mencionadas- no cuenta con los elementos de análisis necesarios desde su creación, hace 14 años. En el mismo destaca la falta de estimación del crecimiento de 61 enfermedad cubiertas por el FPGC del Seguro Popular.

La evaluación adquiere relevancia para dichas enfermedades, debido a que el FPGC cubre los gastos de problemas graves de salud pública como el cáncer en menores de 18 años, padecimientos metabólicos, trastornos quirúrgicos y congénitos, hepatitis C y enfermedades infectocontagiosas como el VIH-Sida.

En los últimos días, organizaciones de la sociedad civil, activistas y familiares de pacientes con cáncer infantil y Sida se han manifestado por la escasez e incertidumbre de los servicios y fármacos ofrecidos por el Seguro Popular. El alto costo que tienen que pagar por los medicamentos en caso de insolvencia resulta insostenible, debido a que implican un pago entre los 50 mil pesos mensuales y los 150 mil semanales.

Las denuncias coinciden en la falta de parámetros para evaluar el funcionamiento del Fondo de Gastos Catastróficos del Seguro Popular, del que depende el dispendio de los servicios.

En distintas ocasiones portadores del VIH y familiares de padres con niños con cáncer se han manifestado para denunciar la falta de medicamentos para el tratamiento de la enfermedad. El medicamento por general llega, pero tarde y cuando ya fueron interrumpidos los tratamientos. Foto: Saúl López, Cuartoscuro.

En entrevista para SinEmbargo, José Carlos Gutiérrez, director general de la Asociación Mexicana de Ayuda Niños con Cáncer (AMANC), sostuvo que el fondo opera de manera deficiente. A pesar de que con el mismo surgió la visibilización y seguimiento de los casos de esta enfermedad, los problemas en su operatividad continúan sin ofrecer garantías.

“El hecho de que exista el fondo ha permitido dar un seguimiento puntual a las enfermedades crónico degenerativas, en particular el cáncer infantil. Ahora hay recurso y un presupuesto para la cobertura completa del cáncer infantil. Peor sería que no existiera un fondo. Sin embargo, para que funcione requiere que se actualicen los protocolos de atención y que el Consejo Nacional de Seguridad sesione con frecuencia para determinar en qué se ocupara el presupuesto. (…) La primera controversia es que los protocolos que son pagados por el fondo no están actualizados y no lo están porque eso implicaría sesionar sobre medicamentos, lo que aumentaría el gasto que el Estado mexicano deberá cumplir”, añadió.

La actualización de los protocolos mencionados por el especialista lo son todo para que funcione el fondo. El pago de los servicios de cada uno de los casos depende de que se incluyan las necesidades de los diagnósticos en ellos. Es decir, si el instrumento no incluye los medicamentos y diagnósticos más actualizados, los pacientes corren el riesgo de quedarse sin él.

El riesgo directo lo corren los enfermos que frecuentemente no cuentan con el medicamento, así como sus familias que padecen el impacto económico y psicológico de la escasez.

Gutiérrez sostiene que la falta de voluntad política y la continua optimización de los recursos provoca que los servicios no se ofrezcan de manera íntegra. El descontrol comienza con la falta de registro de los casos, que se alimenta de la falta de infraestructura y de personal en los hospitales.

“Como AMANC partimos de la necesidad de contar con un registro nacional de cáncer en adolescencia y la infancia, un registro complejo. El Fondo de Gastos Catastróficos sólo se aplica a los hospitales de la Secretaría de Salud, sin embargo, ya sabemos que los hospitales del IMSS, del ISSSTE, Pemex y los dependientes de las Fuerzas Armadas también tienen este tipo de problema. Hace falta información nacional para dimensionar la carga económica y la atención psicosocial del paciente”, agregó.

El FONDO DE GASTOS CATASTRÓFICOS

El 15 de mayo del 2003, durante el sexenio de Vicente Fox, fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación (DOF) una serie de reformas a la Ley General de Salud que dieron lugar a la creación del Sistema de Protección Social en Salud (SPSS), del cual forma parte el Seguro Popular. Esta disposición entró en vigor en el 2014 y para el 2015 ya incluía al Fondo de Gastos Catastróficos en el pago de tratamiento de leucemia infantil.

En la presentación de motivos para la creación del FDGC se insistió en que 3 millones de personas incurrían en gastos catastróficos. Entendiéndose por gasto catastrófico todas las erogaciones realizadas en caso de que una familias destine 30 por ciento o más de su ingreso disponible o capacidad de pago al financiamiento en atención de su salud.

Un estudio realizado por la OCDE señaló que la falta de inversión por parte del Gobierno mexicano en materia de salud provoca que los ciudadanos gasten hasta un 41 por ciento de sus ingresos en atender enfermedades de alto costo entre ellas, el cáncer.

El fondo se creó como una alternativa a este gasto que empobrece a los mexicanos y se pensó como un fideicomiso financiado por la Comisión Nacional de Protección Social de la Salud (CNPSS), que desde el 2013 designa el 8.0 por ciento (10 millones 847 mil 265 pesos) de los recursos de cuota social y aportación solidaria.

Desde su creación ha incluido a 60 enfermedades distintas. Empezó atendiendo los casos de leucemia infantil, pero actualmente incluye a todos los cánceres en menores de 18 años de edad , dos clases de cáncer cervicouterino y trastornos como el Síndrome de Turner, entre otros.

El pasado 28 de marzo padres de familia con hijos internos en el Hospital Infantil  “Federico Gómez” se manifestaron para denunciar la falta de medicamento para sus hijos. Los costos que pueden elevarse hasta los 150 mil pesos semanales no son costeables para las familias, muchas de ellas de bajos recursos.  Foto: Karen Castillo, SinEmbargo.

Yareli Escudero, directora general de Pacientes en Acción, explicó que para poder garantizar la suma de enfermedades al catálogo de atención es necesario que se elaboren los protocolos en los que se detallan los costos de operación de cada una de las enfermedades por paciente. La especialista confirma la necesidad de estas mediciones para garantizar la atención. De no contarse con ellos, el Estado no puede pagar lo necesario a los hospitales asociados.

El problema, señaló, se extiende como un inconveniente de presupuesto. Se deja de destinar dinero para costear las enfermedades costosas.

“El Seguro Popular paga al Seguro Popular lo correspondiente por cada uno de los casos inscritos. En general no hay dinero para costear este tipo de programas y fondos. El tema es que no todos los pacientes tienen acceso, aquellos que lo logran no dan evaluaciones positivas, sin embargo, en padecimientos como el Síndrome de Turner hemos visto interrumpido los tratamientos. De 10 pacientes que se atendieron en el programa piloto por esta enfermedad, podría asegurar que solo dos son beneficiarios. No hay estadísticas de esto, como de todo, ellos dicen que ofrecen buenos resultados, sin embargo, es para un número mínimo de personas”, agregó.

De acuerdo con el informe de resultados del Seguro Popular más reciente, el de año 2017, a la fecha se tienen acreditados mil 107 servicios, cuya distribución para los gastos es de la siguiente forma: 198 establecimientos acreditados en Neonatos con Insuficiencia Respiratoria y Prematurez (UCIN); 167 para cáncer en la infancia y adolescencia (CIAd); 125 VIH/SIDA (VIH/S); 100 a trastornos quirúrgicos congénitos y adquiridos (TQCA); 76 en Infarto Agudo al Miocardio (IAM); 70 a cáncer de mama (CaMa); 68 a cáncer cervicouterino (CaCu); 51 para trasplante de córnea (T cor); 38 para hemofilia (Hemo); 37 para cáncer de testículo (C Test); 33 para cáncer de próstata (CaPro); 33 en linfoma No Hodgkin (LNoH); 28 para enfermedades lisosomales (Liso); 21 en cáncer de colon y recto (CaCR); 17 en cáncer de ovario (CaOv); 17 para trasplante de médula ósea en menores de 18 años (TMO18).

Los especialistas explicaron que las cifras podrían contener errores debido la falta de insumos obliga al desplazamiento de los pacientes a hospitales con mejores condiciones, como lo son los nosocomios nacionales de la Ciudad de México. Esto representa que muchos de los casos atendidos no se registran, lo que genera la escasez de medicamentos y servicios.

EL CONTEXTO POLÍTICO

Desde diciembre del 2018 cuando el Jefe del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador anunció el cambio de esquema del Seguro Popular, la incertidumbre sobre la atención y los medicamentos ha permanecido en los pacientes.

Yareli Escudero urgió a atender los problemas relacionados con el Fondo y con el Seguro Popular. Reconoció que la medida se plantea como un cambio positivo para la distribución, sin embargo, el letargo es por ahora padecido por los enfermos.

“La falta de medicamentos que se vive actualmente responde en parte al poco presupuesto que tiene el fondo, pero también a lo que se está viviendo el país en el contexto político-económico. El Presidente traía el tema de que el Seguro Popular va a desaparecer, aunque nosotros creemos que sólo va a cambiar de estructura. Sin embargo, los cambios administrativos y de servidores públicos tienen una consecuencia negativa en los programas sociales que benefician a los ciudadanos, en este caso a los pacientes”.