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La COVID redujo ingresos de trabajadoras sexuales en CdMx, pero trajo más violencia

domingo, junio 26th, 2022

En la muestra poblacional a la que el Consejo recurrió para realizar la encuesta, un 54 por ciento eran mujeres transgénero, contra un 40 por ciento de mujeres cisgénero. Sólo el 5 por ciento correspondió a hombres cisgénero y el uno por ciento a hombres transgénero. Del 100 por ciento de las personas trabajadoras sexuales encuestadas, 2.8 por ciento de las participantes fueron personas adultas de 60 años y más, el 64.9 por ciento corresponde a personas adultas de entre 30 años a 59 años-, y el 32.3 por ciento de personas participantes fueron jóvenes de 18 a 29 años.

Ciudad de México, 26 de junio (SinEmbargo).– Luego de dos años de la pandemia de COVID-19, el 93 por ciento de las trabajadoras sexuales de la Ciudad de México tuvieron en una caída en sus ingresos a causa de que el confinamiento las hizo pasar menos tiempo en las calles para ejercer su trabajo, pese a que un 76.5 por ciento cuenta con personas dependientes económicas de ellas, mayoritariamente familia.

Según la “Segunda encuesta trabajo sexual, derechos y no discriminación“, llevada a cabo por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), un 45.2 por ciento (o cinco de cada 10 personas) dedicadas al trabajo sexual ganan entre mil y 3 mil pesos a la semana, es decir, que ganan entre uno y 3 salarios mínimos semanales; mientras que alrededor de 26.3 por ciento de la población gana entre 3 y 5 salarios mínimos en el mismo periodo. En contraste, un 15.6 por ciento de la población gana por debajo del salario mínimo semanales (de 0 a 500 pesos por semana).

El informe de resultados expuso que sólo el 3.7 por ciento de las trabajadoras sexuales encuestadas ganan más de 5 mil pesos semanales (5 veces el salario mínimo semanal). El Copred también diferenció entre las mujeres cisgénero y las mujeres transgénero, donde mientras de las primeras el 15.9 por ciento tiene un salario por debajo del mínimo semanal, el porcentaje de las mujeres trans ascendió a 16.7 por ciento.

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Entre quienes ganan de uno a tres salarios mínimos semanales, las mujeres cis se ubicaron en 40.2 por ciento y las mujeres trans 47.7 por ciento. El 19.5 por ciento de las mujeres cis ganan entre 3 y 5 veces el salario mínimo semanal, en comparación un 29.2 por ciento de las mujeres trans tienen ese mismo nivel de ganancias. Para quienes tienen un salario mayor a 5 veces el salario mínimo semanal, se contabilizó un 6.8 por ciento de las mujeres cis y un 1.7 por ciento de las mujeres trans.

Pese a que los porcentajes revelan un mayor número de mujeres transgénero que tienen ingresos por encima de mil pesos, la encuesta mostró que ellas trabajan más días que las mujeres cisgénero, pues en promedio el 55.7 por ciento de las mujeres trans trabajan de 5 a 7 días, contra un 40.2 por ciento de mujeres cis.

Los datos de la encuesta también permitieron ver que pese a que un 70.1 por ciento trabaja más de 20 horas semanales –28.6 por ciento de 20 a 30 horas, 16.6 por ciento de 30 a 40 horas, y 24.9 por ciento más de 40 horas–, son nuevamente las mujeres transgénero quienes tienen las jornadas laborales más largas, pues la media de trabajo de las mujeres cis se ubicó de 20 a 30 horas (con un 43.6 por ciento), pero en las mujeres trans la media se ubicó en más de 40 horas (con un 33.6 por ciento)

“Hubo poblaciones que sufrieron de manera mucho más grave las consecuencias de la Jornada de Sana Distancia, de la suspensión de actividades no esenciales y del confinamiento en los hogares de muchas personas. […] Esto tuvo impactos muy graves en las vidas de las personas que se dedican al trabajo sexual en calle, pues su labor requiere de contacto con el cliente y, además, se realiza en hoteles, moteles o vapores. Ante la emergencia sanitaria, las PERTS no pudieron salir a trabajar y aunque se lo hubieran propuesto, como muchas otras personas que viven al día y no pueden quedarse en casa, la clientela bajó considerablemente por el riesgo de contagio de la COVID-19”, suscribió la presidenta del Copred, Geraldina González de la Vega.

El 45.2 por ciento de la población trabajadora sexual gana de uno a tres de salarios mínimos semanales. Foto: Captura de pantalla, Encuesta Trabajo Sexual en CdMx.

También se resaltó que de las participantes en la encuesta, 9 de cada 10 personas señaló ejercer el trabajo sexual por motivos económicos, cinco de cada 10 personas afirmó ejercer el trabajo sexual por falta de oportunidades laborales. En este rubro se enfatizó que para mujeres trans, hombres cis y hombres trans prácticamente los motivos económicos y falta de oportunidades son los principales motivos para ejercer el trabajo sexual; mientras que para las mujeres cis el principal motivo para ejercer el trabajo sexual tiene que ver con la percepción de recursos económicos. El Copred agrego que sólo fueron mujeres cisgénero las que señalaron ejercer por ser obligadas, sin embargo, no pudo profundizarse en esta vertiente.

En general, las personas trabajadoras sexuales comentaron que al ver disminuido su empleo durante los primeros dos años de la pandemia, ofertaron servicios sexuales por medio de redes sociales y páginas de anuncios (36.4 por ciento), se autoemplearon por medio de la venta de productos por catálogo o en el comercio informal (25.9 por ciento), obtuvieron trabajo en el comercio formal (16.1 por ciento), o previamente ya contaban con otro empleo como estilista o la venta de productos por catálogo (5.5 por ciento). Sólo un 16.1 por ciento no realizó ninguna otra actividad laboral.

Foto: Captura de pantalla, Encuesta Trabajo Sexual en CdMx.

CRECE EL TRABAJO SEXUAL

El 56.7 por ciento de las personas trabajadoras sexuales remarcaron que aunque se registran menos ingresos, hay más personas que se han unido a este tipo de trabajo.

A principios de 2021, la Asociación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” publicó un comunicado en el que estimó que se había duplicado el número de trabajadoras sexuales independientes en la Ciudad de México, pues mientras que antes de la pandemia de coronavirus había unas 7 mil 700 trabajadoras sexuales, hasta febrero del año anterior el número ascendía a 15 mil 200 tan sólo en la capital mexicana, debido a las difíciles condiciones económicas derivadas de la crisis sanitaria.

El organismo detalló que de este aumento, 40 por ciento son mujeres que habían dejado el trabajo sexual, pero han tenido que regresar a las calles; otro 40 por ciento son mujeres que iniciaron a raíz de la crisis; y el 20 por ciento restante representa a las que no están en un punto específico, es decir, caminan en vía pública buscando clientes.

Arlen Palestina Pandal, representante legal de Brigada Callejera, señaló que estas mujeres están continuamente olvidadas, violentadas y estigmatizadas, además, tienen mayores posibilidades de contagio, no cuentan con apoyos del Gobierno ni con espacios para trabajar como los hoteles.

El 56.7 por ciento de las trabajadoras sexuales considera tener una percepción de aumento de personas que ejercen este trabajo. Foto: Captura de pantalla, Encuesta Trabajo Sexual en CdMx.

De hecho, en los resultados de la encuesta hecha por la Copred se mostró que el 52.5 por ciento de las personas trabajadoras sexuales no recibió ningún tipo de apoyo institucional, y un 41.5 por ciento obtuvo apoyo emergente COVID-19 para trabajadoras sexuales de la Secretaría de Gobierno de la CdMx (la tarjeta verde). En comparación, durante los primeros 2 años de la pandemia el 62.2 por ciento de las personas trabajadoras sexuales declararon tener apoyos de organizaciones de la sociedad civil (como despensas, ropa, alimentos, apoyo económico, cubrebocas, gel antibacterial, entre otras cosas).

VIOLENCIA CONTRA TRABAJADORAS SEXUALES

Pese a estas pocas oportunidades de empleo fuera del trabajo sexual, y a que un 67.3 por ciento de las personas encuestadas aseguraron que sí dejarían el trabajo sexual (80.4 por ciento mujeres cis y 67.2 por ciento mujeres trans), las razones principales por las que no lo han abandonado es porque en otros trabajos no se gana lo mismo, porque se les ofrece menor salario y no tienen la ventaja de las prestaciones, y porque además, debido a los horarios, pueden tener independencia de su tiempo y ejercer los trabajos de cuidado con sus hijos o personas adultas mayores.

Aún así, son más las respuestas que consideran que sí dejarían el trabajo sexual si pudieran conseguir un empleo con prestaciones, o en el que contaran con apoyos para sus hijos, y con atención a su salud. Algunos de los motivos recurrentes que señalaron para abandonar el trabajo sexual fueron la discriminación, la edad y la violencia.

Un 64.1 por ciento de las personas que ejercen el trabajo sexual han sufrido violencia o discriminación por su empleo, es decir 6 de cada 10. De este porcentaje, las mujeres trans perciben mayor discriminación o violencia que las mujeres cis (76.9 por ciento contra 48.2 por ciento). En la mayoría de los casos (69.2 por ciento) fue violentada o discriminada por clientes, seguido de los transeúntes (51.9 por ciento), compañeras de trabajo (45.5 por ciento) y vecinos (33.3 por ciento).

Foto: Captura de pantalla, Encuesta Trabajo Sexual en CdMx.

El Copred recalcó que hay más de un contexto, dinámicas y factores que ponen a las personas trabajadoras sexuales en riesgo de sufrir violencia, y enlistó las siguientes:

-Extorsión económica.

-Negación o privación de alimentos u otros artículos esenciales.

-Detenciones arbitrarias, sometida a registros corporales invasivos o ser arrestados por parte de la policía.

-Arresto o encarcelamiento, centros de detención y centros de rehabilitación de forma arbitraria y sin el correspondiente proceso.

-Amenaza de arresto.

-Negación o privación del acceso a los servicios de salud.

-Ser objeto de procedimientos de salud coercitivos, incluyendo pruebas obligatorias del VIH e ITS, la esterilización, entre otros.

-Degradación o humillación pública.

-Violencia en el lugar de trabajo. Puede incluir la violencia por parte de los clientes u otras personas compañeras de trabajo y en establecimientos donde se ejerce el trabajo sexual (por ejemplo, bares u hoteles).

-Violencia por parte de la pareja o miembros de la familia, ya que la estigmatización del trabajo sexual puede llevar a la pareja o a los miembros de la familia a pensar que es aceptable utilizar a violencia para “castigar”.

-Violencia en espacios públicos

-Violencia por parte de grupos de delincuentes, paramilitares, extremistas religiosos, entre otros.

-Violencia por parte de personal militar, policías de frontera, funcionarios de prisiones y, en mayor medida, por parte de la policía.

“La criminalización y las leyes penales contra el trabajo sexual a menudo sirven para encubrir diversos tipos de violencia. En específico, la violencia por parte de los representantes del Estado compromete el acceso de las personas trabajadoras sexuales a la justicia y a la protección policial, y se transmite la idea de que la violencia no es sólo aceptable, sino también socialmente deseable”. se lee en el informe.

El Copred insistió en que la vulnerabilidad de las personas trabajadoras sexuales a la violencia puede agravarse por un acceso incierto a los servicios o la falta de control sobre las condiciones de trabajo asociadas con el trabajo sexual. Al mismo tiempo, la violencia o el temor a sufrirla puede impedir a las personas trabajadoras sexuales el acceso a los servicios de reducción de daños, la prevención, el tratamiento y la atención relacionados con el VIH, a los servicios de salud y otros servicios sociales, así como a los servicios dirigidos a la prevención y respuesta a la violencia.

Foto: Captura de pantalla, Encuesta Trabajo Sexual en CdMx.

“Mientras no exista un reconocimiento del trabajo sexual como tal, asociado a un cambio cultural que promueva la eliminación de estigmas hacia las personas trabajadoras sexuales y genere conciencia en torno a que se trata de poblaciones en situación de vulnerabilidad y personas en igualdad de condiciones para acceder a todos sus derechos, las PERTS seguirán viviendo diferentes violencias y criminalización por parte de diversos sectores de la sociedad. Dignificarles, reconocerles y garantizar el ejercicio de sus derechos es una tarea y responsabilidad conjunta”, expuso la directora del Copred.

DATOS GENERALES SOBRE EL TRABAJO SEXUAL EN CDMX

En la capital del país, el trabajo sexual se ubicó en 12 de las 16 alcaldías; las demarcaciones en las que “no se localizaron zonas de trabajo sexual” son: Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Milpa Alta y Magdalena Contreras. De acuerdo con el informe de Copred, más del 50 por ciento del trabajo sexual se identificó en la Alcaldía Cuauhtémoc (37 por ciento) e Iztapalapa (29 por ciento).

En lo que va de la pandemia de coronavirus, el 64.5 por ciento de las personas trabajadoras sexuales han obtenido condones por medio de organizaciones de la sociedad civil, mientras que un 31.3 por ciento los adquirieron en farmacias y un 30 por ciento los consiguió de forma gratuita de la Clínica Condesa.

Sólo un 39.9 por ciento de las trabajadoras sexuales no pudieron obtener acceso a pruebas rápidas de detección de VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Del 69.1 por ciento que sí accedió a éstas, cuatro de cada 10 tuvieron acceso a estas pruebas rápidas de detección de VIH por medio de organizaciones de la sociedad civil, mientras que tres de cada 10 accedieron por medio de alguna institución de salud pública, ya sea Clínica Condesa o Centro de Salud.

Solo cuatro de cada 10 trabajadoras sexuales (41.5 por ciento) tiene la seguridad de que el trabajo sexual no es ilegal en la Ciudad de México. También 9 de cada 10 personas que ejercen este tipo de trabajo consideran necesario el reconocimiento del trabajo sexual como tal, ya que con ello podrían tener acceso a la salud, la ventaja de no ser violentadas/discriminadas por la policía.

Trabajadoras sexuales se manifiestan en la CdMx; exigen que se respete su labor

lunes, diciembre 6th, 2021

Unas 15 mil 200 trabajadoras sexuales han sido hostigadas y agredidas para dejar las calles “en donde tienen el derecho de trabajar”.

Ciudad de México, 6 diciembre (EFE).– Decenas de trabajadoras sexuales se manifestaron este lunes en el centro de la Ciudad de México para exigir que las autoridades las dejen trabajar y manifestarse por la discriminación de la que han sido víctimas durante la pandemia.

“Lo que pedimos es que se atiendan los casos de violencia contra las mujeres por parte de vendedores ambulantes que no están dejando trabajar a estas mujeres en la zona de La Merced -un barrio en el centro de la Ciudad de México-“, dijo a EFE Arlen Palestina, representante legal de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”.

La defensora reclamó que unas 15 mil 200 trabajadoras sexuales han sido hostigadas y agredidas para dejar las calles “en donde tienen el derecho de trabajar”.

Además de que en la Alcaldía Cuauhtémoc han sido discriminadas en los hoteles de la zona pues les niegan la renta de habitaciones, se las dan a un costo mayor, les niegan gel antibacterial y les venden los condones que reparte gratuitamente la Secretaría de Salud.

El 1 de mayo pasado, trabajadoras sexuales marcharon por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México exigiendo alto a las extorsiones y respeto para quienes ejercen este oficio.

El 1 de mayo pasado, trabajadoras sexuales marcharon por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México exigiendo alto a las extorsiones y respeto para quienes ejercen este oficio. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

Denunció además que las autoridades cerraron varios hoteles en la zona centro bajo el argumento de que encontraron casos de trata de personas, incluyendo menores de edad.

“Ellas están en contra de esas prácticas. Todas laboran de manera independiente y voluntaria”, aclaró.

PANDEMIA HA AGRAVADO SITUACIÓN

Palestina explicó que el problema de las trabajadoras sexuales se ha agudizado especialmente con la pandemia por COVID-19, pues a raíz de la crisis sanitaria se duplicó el número de mujeres que trabajan en la calle.

“El 100 por ciento del trabajo sexual está en las calles lo cual complica la situación”, puntualizó.

Trabajadoras sexuales del primer cuadro de la Ciudad de México marcharon el pasado 1 de mayo de la calle de Corregidora 115 hacia el Zócalo capitalino en conmemoración del Día Internacional del Trabajo, proclamado en 1889 que busca el reconocimiento del movimiento obrero alrededor del mundo.

Trabajadoras sexuales del primer cuadro de la Ciudad de México marcharon el pasado 1 de mayo de la calle de Corregidora 115 hacia el Zócalo capitalino en conmemoración del Día Internacional del Trabajo, proclamado en 1889 que busca el reconocimiento del movimiento obrero alrededor del mundo. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

Dijo que debido a la pandemia, el 40 por ciento de las mujeres que se había retirado del trabajo sexual tuvo que regresar y anunció que de no resolverse la situación seguirán realizando movilizaciones.

“Creemos que estas mujeres están viviendo fuertes actos de discriminación y de no reconocimiento a sus derechos. Vamos a seguir saliendo a las calles y pediremos que el Gobierno intervenga en el conflicto, porque todos tenemos derecho a trabajar en la calle y a coexistir”, concluyó.

FOTOS: Trabajadoras sexuales ponen ofrenda para honrar a sus compañeras en CdMx

sábado, octubre 30th, 2021

Con flores, veladoras, papel picado, un poco de fruta, latas de cerveza y con sus nombres en hojas sobre vasos de unicel, las trabajadoras sexuales honraron a sus compañeras que perdieron la vida.

Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo/EFE).- Trabajadoras sexuales de la Ciudad de México realizaron una ofrenda en honor a sus compañeras que perdieron la vida.

La ofrenda fue colocada frente al Metro Revolución con flores, veladoras, papel picado, un poco de fruta, latas de cerveza y con sus nombres en hojas sobre vasos de unicel.

“Memorias de nuestras hermanas”, se lee en un cartel colocado en dicho homenaje.

La ofrenda fue colocada frente al Metro Revolución con flores, veladoras, papel picado, un poco de fruta, latas de cerveza y con sus nombres en hojas sobre vasos de unicel. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

En México, un estudio del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) reveló que el 70 por ciento de las trabajadoras sexuales no tiene pareja, pero el 78 por ciento tiene hijos, por lo que se vuelve fundamental la búsqueda de mecanismos para apoyarlas.

Ofrenda en honor a las trabajadoras sexuales de la Ciudad de México. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

La ofrenda se colocó frente al Metro Revolución. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

“Memorias de nuestras hermanas”, se lee en un cartel colocado en dicho homenaje. Foto: Rogelio Morales, Cuartoscuro.

OnlyFans suspende plan para prohibir pornografía tras protestas de sus creadores

miércoles, agosto 25th, 2021

OnlyFans había dicho el jueves pasado que prohibiría el contenido explícito a partir del 1 de octubre, culpando a las políticas de los bancos y procesadores de pagos por el cambio.

Por Tali Arbel

NUEVA YORK, 25 de agosto (AP).- OnlyFans suspendió un plan para prohibir el contenido sexualmente explícito de su sitio tras las protestas de sus creadores y defensores de las trabajadoras sexuales.

El sitio de suscripción dijo en una declaración el miércoles que la prohibición “ya no era necesaria debido a las garantías de los socios bancarios de que OnlyFans puede apoyar todos los géneros de los creadores”, y se negó a responder preguntas.

OnlyFans había dicho el jueves pasado que prohibiría el contenido explícito a partir del 1 de octubre, culpando a las políticas de los bancos y procesadores de pagos por el cambio.

“Las nuevas reglas son necesarias para cumplir con los requisitos de estas instituciones financieras y son la única forma de ayudar a garantizar la sostenibilidad a largo plazo de OnlyFans”, dijo la compañía en un mensaje a sus usuarios la semana pasada.

El cambio abrupto molestó a los creadores del sitio, muchos de los cuales amenazaron con mudarse a otro sitio web. Muchas trabajadoras sexuales se unieron a OnlyFans durante la pandemia cuando los lugares en persona cerraron o se tornaron más peligrosos debido al COVID-19. El sitio ha sido tremendamente rentable para algunas personas, que pueden ganar miles de dólares por mes. OnlyFans dice que tiene 130 millones de usuarios y 2 millones de creadores que colectivamente han ganado 5 mil millones de dólares.

Los defensores habían criticado la prohibición planificada de OnlyFans, diciendo que les preocupaba que empujara a personas a un trabajo sexual callejero más peligroso. Dicen que eliminar un espacio virtual más seguro y recortar los ingresos de la gente las hace más vulnerables al riesgo de ser víctimas de la trata.

“No tener un medio online va a obstaculizar y afectar a mucha gente. En línea es mucho más seguro, especialmente para las personas trans y no conformes con su género”, dijo LaLa Zannell, gerente de la campaña de justicia trans de la ACLU que lidera los esfuerzos de la organización defensora de los derechos civiles para despenalizar el trabajo sexual.

El cambio abrupto molestó a los creadores del sitio, muchos de los cuales amenazaron con mudarse a otro sitio web. Foto: OnlyFans

La industria de la pornografía en línea está cambiando en medio de las preocupaciones sobre el tráfico sexual y la explotación de menores. Dos leyes de 2018, la ley para dejar de habilitar a los traficantes sexuales y la ley de lucha contra el tráfico sexual en línea, estaban destinadas a detener el tráfico sexual en línea y provocaron el cierre de algunos espacios. Pero muchas trabajadoras sexuales dicen que estos cambios también han vuelto más peligroso su trabajo.

Los funcionarios electos también habían expresado su preocupación por OnlyFans. A principios de agosto, un grupo de 100 legisladores de ambos partidos pidió al Departamento de Justicia que investigara a OnlyFans por considerar que el sitio era un “mercado importante” para videos sexuales con la participación de menores. La carta citaba como fuente al grupo antipornografía Centro Nacional sobre Explotación Sexual, que tiene sus orígenes en el grupo religioso Morality in Media, así como al Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados.

El director ejecutivo de OnlyFans, Tim Stokely, culpó a bancos como el Bank of New York Mellon por la prohibición planificada en una entrevista con el Financial Times el martes, diciendo que rechazan los negocios del sitio.

Las compañías productoras de contenido para adultos afrontan tarifas y requisitos más elevados de las empresas financieras que la mayoría de los comercios minoristas.

TRANSgrediendo, el refugio en NY para trans latinas y migrantes

sábado, junio 26th, 2021

El colectivo ayuda a conectar a la comunidad trans con los servicios legales y médicos. Además, trabaja para reflejar los derechos humanos de la comunidad migrante, levantar la voz ante el sistema y recalcarle que no pueden seguir siendo visibilizadas.

Por Jorge Fuentelsaz

Nueva York, 26 de junio (EFE).- TRANSgrediendo en una organización de latinas transgénero, trabajadoras sexuales y migrantes que desde el corazón del distrito multicultural neoyorquino de Queens lucha por reivindicar los derechos de este colectivo marginado y ofrece refugio a mujeres que, como ellas, sufren el rechazo de sus comunidades.

“El colectivo ayuda a conectar a la comunidad trans con servicios legales, médicos. Trabajamos por visibilizar los derechos humanos de la comunidad migrante y decirle al sistema que nuestras voces, que nuestras vidas son importantes, que los derechos de la población trans no se negocian, que no podemos seguir siendo invisibilizadas”, dice a Efe la directora de la ONG, la ecuatoriana Liaam Winslet.

El centro, que se mantiene gracias a donaciones privadas, cuenta en la actualidad con ocho personas a tiempo parcial, como Suleica Urquilla, de El Salvador, que atiende las llamadas, o la puertorriqueña Nayra Berrios, que hoy distribuye comida entre varias trans que han acudido al centro.

TRANSgrediendo, cuyas paredes irradian color, como la bandera arcoiris que preside la recepción, fue fundado en 2015 por la activista trans de origen mexicano Lorena Borjas, que falleció en marzo del año pasado víctima de la COVID-19 y cuyo legado ha sido reconocido por personalidades y políticos como la Congresista Federal Alexandria Ocasio-Cortez o la asambleísta estatal Catalina Cruz.

Su presencia invade las oficinas de la ONG: un cuadro en el despacho de Winslet, un dibujo en la sala de reuniones, varios de sus reconocimientos en un pasillo, un vestido mexicano…

“Tenemos donaciones privadas de gente que ve el trabajo que hacemos, gente allegada a Lorena que ve que su legado no se ha ido. Estamos acá, estamos luchando, poniendo en práctica todas esas enseñanzas y conocimientos que ella nos dejó. A lo mejor no vamos a hacerlo como ella, pero lo hacemos lo mejor que podemos”, declara Winslet.

ROPA Y COMIDA GRATIS

Durante la pandemia, que golpeó con especial dureza los barrios de Jackson Heights y Corona, donde se ubica TRANSgrediendo, la asociación activó dos nuevos programas para ayudar a las mujeres trans que perdieron su trabajo.

Por un lado el “closet” (armario) donde se ofrece ropa gratuita a quien la necesita y con el que, según Winslet, ya han ayudado a 200 personas.

“Lo que hace este proyecto es proveer ropa gratuita en buen estado a la comunidad y a las compañeras que vienen de centros de detención (fronteriza) y es un espacio donde la gente dona y trae su ropa, donde clasificamos, donde las voluntarias ayudan a organizar y a mantenerlo bien bonito”, explica Winslet rodeada de las piezas que ofrecen en una de las salas.

Dos días a la semana, reparten también comida en colaboración con otras dos ONG. Los miércoles alimentos frescos, como verduras, frutas o huevos, y los sábados platos preparados.

Al principio de la pandemia se acercaban hasta las casas de las mujeres necesitadas, pero desde que la situación ha mejorado y las autoridades de Nueva York han levantado la mayoría de las restricciones sanitarias, ofrecen los productos en sus oficinas, situadas en el sótano de un edificio de la calle 83.

Ani, una peluquera que regentaba su propio negocio en Perú, migró a Nueva York hace apenas un mes, huyendo de su país después de sufrir un ataque. “Me asaltaron porque ellos son transfóbicos y ya no (podía más), ya no, se ha vuelto mi país muy fuerte”, dice.

Conoció a Lorena Borjas hace cinco años y no es la primera vez que viaja a Nueva York, pero esta vez ha venido para quedarse “para trabajar, para seguir para adelante”.

Con la mirada y la voz cansadas, cuenta que sigue buscando vivienda y empleo y con algo de esperanza explica que a lo mejor puede cortar aquí también el pelo, porque le acaban de ofrecer un trabajo.

ACTIVISMO

Winslet reconoce que las migrantes transgénero que huyen de sus países también se encuentran con numerosas barreras en Estados Unidos, como el idioma o la falta de seguro médico, lo que dificulta, entre otras muchas cosas, procurarse un tratamiento hormonal o, peor aún, obliga a muchas a buscarlo en el mercado negro, con los riesgos que esto conlleva.

“La discriminación y la exclusión, sobre todo por el hecho de ser latinas, es muy evidente; no solo en Nueva York, en el centro del país y en la costa oeste”, explica antes de hacer hincapié en que hay cuestiones de las que no se habla en Estados Unidos, como los “crímenes de odio”.

Pero la activista también habla del acoso policial que ella y muchas compañeras sufren, en especial las dedicadas al trabajo sexual, cuya legalización defienden con vehemencia desde TRANSgrediendo.

Según Winslet: “Son también esas cosas las que nos hacen levantarnos y activar esa furia trans y decirle a la gente: Nuestra vidas importan”.

“No queremos seguir siendo asesinadas, queremos justicia por las que están muertas, justicia por las que están encarceladas y que entiendan que las personas trans somos personas, sujetos de derecho, que no pueden seguir excluyéndonos y diciéndonos que por el hecho de transicionar o decidir sobre nuestras identidades tenemos que seguir soportando la violencia y el abuso al que se nos somete”, agrega.

Por eso, este domingo, como todos los años, la organización participará en la marcha que se organiza en la ciudad de Nueva York con motivo del Día del Orgullo, pero no lo hará en el evento oficial patrocinado con carrozas multicolores por las autoridades y las grandes corporaciones.

Marcharán en el desfile alternativo “Queer Liberation March”, que rechaza las subvenciones de las grandes empresas y la protección de la policía, y reivindica una lucha de base política y social por los plenos derechos de los LGTBI.

VIDEO: Trabajadoras sexuales de CdMx exigen frenar la extorsión de las autoridades y hoteleros

sábado, mayo 1st, 2021

En México, un estudio del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) reveló que el 70 por ciento de las trabajadoras sexuales no tiene pareja, pero el 78 por ciento tiene hijos, por lo que se vuelve fundamental la búsqueda de mecanismos para apoyarlas.

Ciudad de México, 1 may (EFE).- Unas 200 trabajadoras sexuales marcharon este sábado en Ciudad de México para exigir un alto a la violencia y a las extorsiones que padecen, así como demandar su derecho al trabajo.

En el marco del Día Internacional del Trabajo y con una movilización matutina que inició en el corredor de la zona de La Merced y que llegó hasta el Zócalo, las trabajadoras se manifestaron en pleno centro de la capital mexicana junto con otras organizaciones sociales.

“El objetivo de la marcha era exigir respeto y reconocimiento al trabajo sexual mediante el amparo que se ganó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que derogó un artículo de la Ley de Cultura Cívica y donde era una falta administrativa dedicarse a la prostitución”, dijo en entrevista con Efe Arlen Palestina, asesora jurídica de la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, colectivo que promueve la marcha desde hace varios años.

Destacó que una cosa es la trata de personas “y otra cosa el trabajo sexual” y bajo ese amparo el oficio de las chicas se puede ver como “una actividad que les otorga el derecho a organizarse, acceder mejores situaciones laborales y a evitar extorsiones de distintos actores como autoridades y hoteleros”.

Además, la abogada dijo que están dadas las condiciones para que a las trabajadoras sexuales se les reconozca ante la Secretaría (Ministerio) del Trabajo, “como trabajadoras no asalariadas”.

“No estamos a favor de que se regrese a un control sanitario que violenta los derechos humanos y la dignidad de las compañeras, no estamos a favor del pago de impuestos y también decimos no a las zonas de tolerancia”, apuntó.

En la marcha, las trabajadoras sexuales exigieron también un alto a la extorsión y la violencia que viven.

A inicios de febrero, según estimaciones de la propia Brigada Callejera, la pandemia por coronavirus duplicó el número de trabajadoras sexuales en la Ciudad de México.

La organización señaló que mientras antes de la pandemia había unas 7 mil 700 trabajadoras sexuales, actualmente se estima que el número ascendió a 15 mil 200 tan solo en la capital mexicana, debido a las difíciles condiciones económicas derivadas de la crisis sanitaria.

El organismo detalló que de este aumento, 40 por ciento son mujeres que habían dejado el trabajo sexual pero que tuvieron que regresar a las calles; otro 40 por ciento son mujeres que comenzaron a raíz de la crisis; y el 20 por ciento restante representa a las que no están en un punto específico, es decir, caminan en vía pública buscando clientes.

En México, un estudio del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) reveló que el 70 por ciento de las trabajadoras sexuales no tiene pareja, pero el 78 por ciento tiene hijos, por lo que se vuelve fundamental la búsqueda de mecanismos para apoyarlas.

CRÓNICA | Cubrirse el rostro pero descubrirse el cuerpo: el riesgo del trabajo sexual en pandemia

lunes, abril 19th, 2021

Las mujeres, hombres y trans que viven del comercio sexual en Ciudad Juárez enfrentan una de sus peores crisis económicas debido a que la pandemia redujo a sus clientes y sus ingresos, situación que los obligó a ceder en prácticas que elevan su vulnerabilidad y precariedad.

Por Karen Cano

Ciudad Juárez, 19 de abril (La Verdad).– Es de noche y “Alexa”, de 27 años, se encuentra parada en la banqueta de una calle en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde lleva horas a la espera de su primer cliente de la jornada, que “no cae”.

Comenta lo irónico que es estar más “tapada de la cara” que del cuerpo.

Se quita el tapabocas y es entonces cuando un hombre, que ya había pasado de largo, regresa y se acerca para preguntarle, desde el automóvil, el precio de sus servicios sexuales.

“Le digo: ‘¿por qué no me quisiste con cubrebocas?’ y me dice: ‘porque ya te lo quitaste y vi que si estás bonita’, cuenta la mujer trans, “y no es el único, nadie nos quiere con cubrebocas, los empezamos a usar porque nos lo pedía la Policía”.

Desde hace seis años, Alexa vive del comercio sexual, pero con la expansión de la pandemia sus clientes y ganancias se redujeron a menos de la mitad. Así como ella, son muchas personas, entre mujeres, hombres y trans, dedicadas a esta actividad en la ciudad que han sobrevivido con ingresos mínimos, en la primera línea de riesgo, por el contacto físico imposible de evitar en el trato al cliente.

No hay un número determinado de personas en la actividad; sin embargo, la activista Deborah Álvarez Fernández, del Colectivo Fanny, que trabaja por los derechos de quien ejerce el comercio sexual, considera que deben ser miles en esta frontera; mientras que la asociación civil Programa Compañeros, asegura que atendió a poco más de 800 durante este periodo pandémico, dándoles atención médica y kits de protección, así como haciendo pruebas rápidas.

Trabajadoras sexuales en el Centro Histórico de Juárez estiman que al menos en las calles del primer cuadro de la ciudad hay unas 200. Autoridades de Salud reportan que desconocen cuántas personas se dedican al trabajo sexual, ni siquiera en estos meses de pandemia dieron seguimiento a quienes se dedican a esta actividad.

“Supe, por ellas mismas, de unas ocho que murieron por la COVID-19, pero no sabemos casi nada”, comenta a su vez María Elena Ramos Rodríguez, del Programa Compañeros.

Al ejercer en la clandestinidad, las mujeres, hombres y trans no reciben ningún apoyo gubernamental derivado de la contingencia de salud, ni tampoco ninguna protección. Además, el sector fue seriamente afectado por el cierre de hoteles, bares y cantinas, así como por las restricciones de sana distancia que dejaron por unos meses las calles vacías.

Para las sexoservidoras, la vigilancia por parte de las autoridades, en el cumplimento de estas normas de seguridad y salud, se convirtió muy pronto en acoso. Foto: Rey R. Jauregui, La Verdad.

Todos estos factores han derivado en que tomen una serie de riesgos que aumentan su vulnerabilidad, ante posibles abusos no sólo de los clientes, sino también por parte incluso de elementos policiacos.

ENTRE EL ACOSO Y LA PRECARIEDAD

“Las compañeras dicen que el tapabocas nos pone feas, que no se te ve la cara. Pero todas lo empezamos a usar porque sino nos iba a llevar la Policía, nos decían que nos iban a dar quien sabe cuántos días de arresto, incluso una vez me pararon a mí y a una amiga cuando ya íbamos a nuestra casa”, relata Nancy, de 39 años.

La vigilancia por parte de las autoridades, en el cumplimento de estas normas de seguridad y salud, se convirtió muy pronto en acoso, explica.

“Esperaban a los clientes afuera, varias veces me tocó que los vi saliendo y ya estando afuera los regañaban por no estar en casa, y les quitaban el dinero que traían; y esos son clientes que ya no volvieron, nunca, aunque tuvieran muchos años viniendo, perdí varios así estos meses”, dice.

A diferencia de Alexa, quien trabaja en la calle, de noche y solamente los fines de semana, Nancy tiene como centro laboral los cuartos de un hotel en la zona centro, donde ejerce desde hace 16 años.

Manifiesta que el trabajo es distinto, según el horario o el lugar en el que se practique, aunque los riesgos son similares, al igual que la precariedad.

“No usaba gel antibacterial al principio, porque estaba muy caro, y pues usaba toallitas húmedas, la verdad es que las habitaciones no se prestan para mucho, y si en un rato un cliente me daba dinero, pues mejor me lo quedaba a gastar en gel”, dice Nancy.

Alexa refiere que sus clientes son muy insistentes con besarla en la boca y, de hecho, aun cuando por lo regular ella se niega, la escasez de clientes y su precariedad la hacen ceder a esto y a otras cosas.

Las sexoservidoras han tenido que luchar contra la falta de clientes por la pandemia de COVID-19. Foto: Rey R. Jauregui, La Verdad.

“Yo tenía mi meta de ganar dos mil pesos por noche”, relata, “con la pandemia tuve que conformarme con juntar 800, porque igual podía estarme más horas, pero no iba a conseguir más”.

Otra cosa que por lo general realizan, explica Nancy, es cobrar por adelantado; pues de lo contrario se corre el riesgo de que los clientes las violenten o les nieguen el pago.

“Hasta en eso tuvimos que cambiar, si te decían que después, después (el pago). En la pandemia uno me llevó muy lejos, y cuando era momento de pagarme me dijo que se dio cuenta que no traía dinero y ni siquiera quería regresarme al Centro”, relata. “Lloré, para que me quisiera regresar, como 3 horas, no quería, no traía dinero yo tampoco, al final me dijo que sí, pero que tenía que volverle sexo al regresar”.

Debido a sus condiciones de precaridad económica que arrastró la pandemia de la COVID-19, las personas cedieron a romper sus propias reglas de seguridad. Comenzaron a subirse a automóviles de sus clientes, pese al riesgo de que ser abandonadas en calles desconocidas o peligrosas, a ser golpeadas o asaltadas; también, les abrieron las puertas de sus casas.

“La de compañeras que nos ha tocado ver regresar a pie, al centro, sin dinero porque el cliente no les pagó”, dice Alexa.

La mujer trans cuenta que hace unos meses enfermó de COVID-19 y relata que está segura que fue una compañera trabajadora sexual quien la contagió.

“Se veía enferma, yo le dije que se fuera, pero no quiso, dijo que tenía que hacer unos pagos y necesitaba el dinero. Yo me sentí mal después de ese día y tuve COVID-19, me aislé, no volví a trabajar hasta que pasó el tiempo que dice la Secretaría de Salud que debes de estar aislada. Cuando regresé ella jamás volvió, y siempre estaba ahí”, relata.

“Yo tenía mi meta de ganar dos mil pesos por noche”, relata, “con la pandemia tuve que conformarme con juntar 800, porque igual podía estarme más horas, pero no iba a conseguir más”. Foto: Rey R. Jauregui, La Verdad.

Entre trabajadoras sexuales, cuenta, no se confían demasiado; es muy común que fuera del lugar donde se ofrecen no se hablen, a veces, dice, ni siquiera se saben el nombre real de la que está al lado. Tuvo la inquietud de ir a buscar a su compañera para saber si estaba bien, pues recordaba un par de veces haberse ofrecido a dejarla cerca de su casa en servicio Uber.

Pero no sabía exactamente qué casa era, ni tampoco estaba segura si vivía con alguien o si su familia sabía a qué se dedicaba.

“Espero que se haya conseguido un hombre muy rico y se haya casado y que por eso no haya vuelto”, dice y sonríe.

DOBLE VIDA INVISIBILIZADA

María Elena Ramos, directora del Programa Compañeros, comenta que, de noviembre del 2020 a marzo del 2021, han atendido a 831 personas trabajadoras sexuales, proporcionándoles pruebas VIH gratuitas, kits de protección para la COVID-19, algunas despensas y chequeos médicos.

Esta organización civil es básicamente la única que ha mantenido por 35 años contacto directo no sólo con trabajadoras sexuales en Ciudad Juárez, sino también con población con VIH o Sida, personas que viven en situación de calle y personas que cuentan con adicciones.

A través de esta se busca impedir la propagación del virus en mención, regalando condones, jeringas para los que utilizan drogas inyectables y haciendo pruebas rápidas para que conozcan su estado de salud.

No obstante, la cantidad de trabajadoras sexuales atendidas por Compañeros no es ni de cerca la cantidad total de personas que se dedican a ello en la ciudad, pues es una población difícil de contabilizar; no sólo por ser una práctica no regulada legalmente, sino también por la carga moral que conlleva ante la sociedad. La mayoría llevan una doble vida, o ni siquiera se asumen como tal.

“Esta situación se vuelve muy compleja a la hora de iniciar la protección de estas mujeres. Si estuvieron paradas todo el día fuera de un hotel y ninguno llega, cuando llegue uno lo que va a hacer es tratar de convencerlo, si el cliente no quiere usar condón, acceden, si se quiere quitar el cubrebocas, igual, porque necesitan el dinero”, explica.

Además, señala que entre ellas las condiciones son distintas. Pues hay desde las que pueden cobrar hasta cinco mil pesos por un servicio, hasta las que pueden cobrar 50 o 10 pesos por alguna práctica sexual en medio de la calle.

“También están las que no se asumen como trabajadoras sexuales porque lo hacen sólo esporádicamente, cuando requieren de un dinero extra. En la pandemia, al quedarse sin trabajo, algunas tuvieron que dedicarse de lleno a ello”, apunta.

Además, al no poder salir de casa, hubo quienes iniciaron a ofrecer servicios a través de Internet, o en clasificados de periódicos.

“Yo hice lo del Internet, pero no me gusta, es muy riesgoso. Además, siempre quieren ir a tu casa, y eso es peligroso, es raro el que te dice que te lleva al motel, siempre te preguntan si tienes donde. Cuando los he recibido en la casa siempre escondo el dinero”, cuenta Nancy.

Algunas organizaciones han intentado apoyar a las sexoservidoras durante estos tiempos de pandemia. Foto: Rey R. Jauregui, La Verdad.

Al no tener un registro de cuantas son, y siendo las modalidades tan diversas, es imposible determinar cuántas pudieron verse visto afectadas por el virus, o cuántas murieron al haber sido contagiadas trabajando, afirma María Elena.

CAMBIÓ EL TRABAJO, AUMENTÓ EL COMERCIO

La plaza del monumento de Benito Juárez es conocida por las personas que saben sobre el trabajo sexual como el punto de encuentro específicamente de hombres que ofrecen sus servicios.

Deborah Álvarez Fernández, activista por los derechos humanos de la comunidad LGBTT, de personas con VIH y de las trabajadoras sexuales, así como miembro del Colectivo Fanny, se jacta de conocer a todas las personas que se hacen visibles ofreciendo servicios en el Centro Histórico.

“Vivo en un sector donde trabajan personas trabajadoras sexuales, todas me conocen, donde me ven me gritan y saludan” dice. “Hace poco fui al monumento y se me acercaron unos muchachos a preguntarme qué estaba buscando, no me conocían ni yo tampoco, hay muchas caras nuevas, no nada más ahí, en todos lados, pero me llamó la atención ese día en especial”.

Ella también ejerció el trabajo sexual, aunque ahora se dedica de lleno a visibilizar los derechos de esta población, a la que se han sumado migrantes que están de manera temporal en Ciudad Juárez mientras cruzan a Estados Unidos.

SIN MIRAS A REGULACIÓN Y SEGURIDAD

María Elena Ramos recuerda qué de todas las administraciones municipales recientes, la única que ha tenido alguna intención de regular el servicio, fue la de Héctor Murguía Lardizábal.

“Tenía una idea de poner una zona de tolerancia, pero él tenía una visión recaudadora del tema”, explica. Debido a eso, la propuesta no prosperó.

En la actual administración municipal, ni siquiera se ha tocado el tema, posiblemente por la carga moral que el asunto representa, comenta.

“Son temas que confrontan mucho a las personas y no se permiten entender que con o sin el consentimiento de las autoridades y de la sociedad, pues se va a dar”, señala.

En medio de este vacío y a las condiciones que enfrentan, para Nancy y Alexa, la regulación de su actividad o la conformación de una red oficial de trabajadoras sexuales en activo es algo consideran nunca verán.

“Lo hemos estado queriendo hacer, pero las trabajadoras sexuales son, o somos, muy individualistas”, dice Alexa. Mientras que Nancy señala que las condiciones personales varían de una a otra, pues algunas prefieren no ser reconocidas oficialmente como tales, o poseen problemas de adicciones muy fuertes.

Todo ello dificulta la regulación de la actividad, y por ende, mantiene en la clandestinidad y en el riesgo latente a quienes la practican.

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La crisis generada por la COVID-19 regresa a las calles de la CdMx a trabajadoras sexuales retiradas

viernes, abril 9th, 2021

Elvira Madrid, de la Brigada Callejera de Apoyo a las Mujeres, dice que su grupo contabilizó 15 mil 200 trabajadoras sexuales en la Ciudad de México en agosto, casi el doble de las que había antes de la pandemia. Calcula que el 40 por ciento son trabajadoras sexuales que habían dejado el oficio y que se vieron obligadas a regresar por la pandemia, otro 40 por ciento acaban de iniciarse y un 20 por ciento son mujeres que ejercen ocasionalmente.

Por Rebeca Blackwell

CIUDAD DE MÉXICO, 9 de abril (AP) — Las penurias asociadas con la pandemia del coronavirus obligaron a muchas antiguas trabajadoras sexuales a reanudar esa actividad años después de haberla dejado, ahora con más peligros y manteniendo relaciones en automóviles o incluso en las aceras al no haber hoteles disponibles.

Claudia, quien como otras trabajadoras sexuales entrevistadas pidió ser identificada solo por su primer nombre, dejó de trabajar en la calle hace una década, tras casarse con un antiguo cliente. Pero cuando su esposo perdió su trabajo al comenzar la pandemia, la pareja se atrasó cuatro meses en el pago del alquiler de su departamento.

La única solución que se le ocurrió a Claudia fue volver a trabajar en las calles.

“Fue una entrada para comer, para pagar la renta. Fue lo que me obligó a regresar después de diez años”, explicó Claudia, quien ahora debe solo un mes de alquiler. “Es duro regresar y ver de nuevo tantas compañeras de mi época, volver a lo mismo”.

La trabajadora sexual Geraldine mira la gente pasar mientras espera conseguir algún cliente frente a una estación de un tren subterráneo en la Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Laura, una trabajadora sexual de 62 años, busca clientes en una calle de la Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Laura, una mujer transgénero de 62 años que empezó a trabajar en las calles de la Ciudad de México hace 40 años, libra una batalla diaria dormir bajo un techo. Si consigue algún cliente, tal vez saque lo suficiente para pagar un hotel barato esa noche. De lo contrario, duerme en la calle.

Laura dijo que muchos de sus clientes se quedaron sin trabajo y no pueden pagarle. En determinado momento tuvo que empeñar su teléfono, donde tenía los datos de algunos de sus clientes.

“A veces no tienes dinero para comer. Tal vez puedas comer una vez al día”, reveló Laura. Respecto al peligro de contraer el coronavirus, dice: “Me encomiendo mucho a Dios y me siento segura porque procuro ser limpia”, usando desinfectantes.

Las cosas son más duras para las trabajadoras sexuales de cierta edad como Laura porque hay miles de jóvenes que se han visto obligadas a ejercer el oficio por la pandemia, que forzó el cierre de restaurantes, tiendas y otras fuentes de empleo.

Elvira Madrid, quien dirige una organización llamada Brigada Callejera de Apoyo a las Mujeres, dice que su grupo contabilizó 15 mil 200 trabajadoras sexuales en la Ciudad de México en agosto, casi el doble de las que había antes de la pandemia.

“La sorpresa fue que aumentó el número de compañeras”, expresó Madrid. Hay trabajadoras “en cada esquina, es impresionante”.

Madrid calcula que el 40 por ciento son trabajadoras sexuales que habían dejado el oficio y que se vieron obligadas a regresar por la pandemia. Otro 40 por ciento son nuevas en la profesión y un 20 por ciento son mujeres que ejercen el oficio ocasionalmente.

“Muchas de las nuevas son meseras que nunca habían trabajado como trabajadoras sexuales”, señaló Madrid. “Y ustedes saben que cuando cierran los restaurantes, la gente tiene qué comer y hay que darles a sus hijos lo que necesitan. Y también hay madres solteras, la gran mayoría empleadas de tiendas comerciales, de ropa, de bar, de cosméticos” que perdieron sus trabajos.

“Lloraban porque decían ‘esto yo no lo quiero, pero tengo que llevar de comer a mis hijos’”, expresó Madrid. “Pero es el otro 20 por ciento el que nos impresionó más. Señoras, amas de casa que lo hacían por 50 pesos, para comprar comida. Muchas no se protegían (usando condones) porque no se consideraban trabajadoras sexuales”.

Madrid dice que conoce 50 trabajadoras sexuales que murieron por el COVID-19. Ella y su pareja de años, Jaime Montejo, también se contagiaron y él falleció en mayo del año pasado. Las trabajadoras sexuales que se reúnen frente a una estación del tren subterráneo creen que Montejo se contagió por ayudarla a ellas y en el Día de los Muertos erigieron un altar en su homenaje en la plaza donde muchas de ellas trabajan.

Angora, una trabajadora sexual que vive en la calle, trata de conseguir clientes en una calle de la Ciudad de México. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Trabajadoras sexuales levantan sus puños en una muestra de solidaridad después de contar sus experiencias personales durante una conferencia virtual para combatir el tráfico humano y a favor del reconocimiento de ese gremio. Foto: Rebecca Blackwell, AP.

Madrid calcula que las trabajadoras sexuales perdieron el 95 por ciento de sus ingresos por la pandemia.

Las condiciones laborales siempre fueron difíciles para este gremio en la Ciudad de México. La violencia de algunos clientes, las bandas que explotan a las prostitutas y la extorsión de policías corruptos empeoraron durante la pandemia.

Las restricciones impuestas por el virus forzaron el cierre de muchos hoteles y otros aumentaron los precios que cobran a las trabajadoras sexuales. A veces las trabajadoras ganan apenas tres o cuatro dólares por cliente.

Madrid dijo que cuando los hoteles cerraron o subieron sus precios, algunas personas empezaron a alquilar habitaciones o locales a las trabajadoras sexuales, quienes luego descubrieron que los dueños de estos lugares las estaban filmando con sus clientes y les exigían dinero para no publicar los videos en las redes sociales.

Las trabajadoras sexuales, no obstante, se ven obligadas a atender clientes donde sea, según Madrid.

“Cada quien se empezó a tener relaciones en los carros, en la calle”, relató. “Tenían que ingeniárselas. Ahora empezaron a buscar lugares más seguros para poder trabajar porque los hoteles los cerraron”.

La mayoría de los hoteles reabrieron, pero cobran más.

A pesar de la escasez de clientes, de que cobran menos y de los riesgos que corren, miles de mujeres no ven otra alternativa para sobrevivir en medio de la pandemia y se pasan horas bajo el sol o en rincones oscuros, a la espera de algún cliente. Muchas veces, sin embargo, regresan a sus casas, donde las esperan familias hambrientas, sin haber generado ingreso alguno.

El número de trabajadoras sexuales se ha duplicado en la CdMx por la pandemia: ONG

miércoles, febrero 10th, 2021

El número de trabajadoras sexuales independientes en la Ciudad de México ha aumentado debido a la pandemia, debido a las dificultades económicas derivadas por la crisis sanitaria, señaló la asociación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”.

México, 10 de febrero  (EFE).– La pandemia por coronavirus ha duplicado el número de trabajadoras sexuales independientes en la Ciudad de México, según estimaciones de la asociación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” publicadas este miércoles.

En un comunicado, la organización señaló que mientras antes de la pandemia había unas 7 mil 700 trabajadoras sexuales, actualmente se estima que el número ascendió a 15 mil 200 tan sólo en la capital mexicana, debido a las difíciles condiciones económicas derivadas de la crisis sanitaria.

El organismo detalló que de este aumento, 40 por ciento son mujeres que habían dejado el trabajo sexual, pero han tenido que regresar a las calles; otro 40 por ciento son mujeres que iniciaron a raíz de la crisis; y el 20 por ciento restante representa a las que no están en un punto específico, es decir, caminan en vía pública buscando clientes.

Arlen Palestina Pandal, representante legal de Brigada Callejera, señaló que estas mujeres están continuamente olvidadas, violentadas y estigmatizadas, además, tienen mayores posibilidades de contagio, no cuentan con apoyos del Gobierno ni con espacios para trabajar como los hoteles.

“Lo que nosotros urgimos es respeto al trabajo sexual y el reconocimiento al amparo ganado 112/2013, que permita en vía publica que las compañeras ejerzan su oficio con respeto y corresponsabilidad”, indicó.

Señaló que a partir de la pandemia por COVID-19, no se ha tenido una respuesta clara ni honesta del Gobierno mexicano para este grupo de trabajadoras.

Elena Reynaga, secretaria ejecutiva de la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex) señaló que este es un problema regional derivado de que ningún gobierno definió una política para las trabajadoras sexuales ante la COVID-19.

Recordó que esto ha empujado a las mujeres a trabajar aún más en la clandestinidad, además dijo que la pandemia “ha hecho más urgente” reconocer el trabajo sexual para evitar mecanismos de chantaje y explotación laboral.

Ante este panorama, la organización Tejiendo Pueblos, Amigos Remendando Oficios desde el año pasado puso en marcha una iniciativa para apoyar a esta población con entrega de despensas, comida, condones y cubrebocas.

Además, ha iniciado su campaña 2021 para apoyar a trabajadoras sexuales cisgénero y trans con una despensa que las ayude a sobrellevar la situación.

En México, un estudio del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) reveló que el 70 por ciento de las trabajadoras sexuales no tiene pareja, pero el 78 por ciento tiene hijos, por lo que se vuelve fundamental la búsqueda de mecanismos para apoyarlas.

¿Quién protege a trabajadoras sexuales? El COVID-19 las dejó en la calle y enfermas. Piden ayuda

viernes, abril 10th, 2020

Tan sólo en la Ciudad de México hay al menos 7 mil 500 trabajadoras sexuales, de las cuales, a menos el 20 por ciento tiene diabetes, y un 10 por ciento son adultas mayores. Estas poblaciones es donde se agudiza la crisis que enfrenta este sector.

Ciudad de México, 10 de abril (Sin embargo).-  Sin trabajo y sin casa, decenas de mujeres trabajadoras sexuales duermen en las calles luego de la contingencia por el COVID-19, reportó la organización Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, “Elisa Martínez”.

Elvira Madrid Romero, presidenta de la organización que por 30 años ha trabajado con este sector, recordó que a raíz de la contingencia por el coronavirus cerraron los hoteles donde se ejerce el trabajo sexual en la Ciudad de México, lo que ha dejado en la calle a decenas de trabajadoras sexuales.

“Solo dejaron unos poquitos en el Puente de Alvarado y ahorita estamos gestionando que abran otros lugares como en La Merced y Tlalpan, donde hay trabajo sexual, aunque sea uno o dos para que las compañeras puedan ejercer”, dijo la activista en entrevista con SinEmbargo.

En la Ciudad de México hay al menos 7 mil 500 trabajadoras sexuales, de las cuales, a menos el 20 por ciento tiene diabetes, y al menos un 10 por ciento son adultas mayores. Estos sectores es donde se agudiza más su situación y son quienes representan mayor condición de vulnerabilidad.

El cierre de los hoteles u hostales se hizo sin previo aviso desde la semana pasada, algunos ni siquiera respetaron las pertenencias de las mujeres, denunció la activista. Brigada Callejera estima que son al menos 150 mujeres las que se quedaron sin un lugar donde dormir.

“Desde el pasado viernes en la noche comenzaron a cerrar unos hoteles sin avisarles, solo les dijeron que tenían que sacar sus cosas a otras ni siquiera les dieron oportunidad de sacar sus cosas porque las mujeres se habían ido a trabajar y cuando llegaron ya estaba el hotel cerrado, eso es una falta de respeto”, resaltó.

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Tan sólo en la Ciudad de México hay al menos 7 mil 500 trabajadoras sexuales. Foto: Cuartoscuro.

Brigada Callejera realiza recorridos en diversos puntos donde laboran las trabajadoras sexuales para recabar y saber cuáles son sus necesidades. Identificaron que no solo han sido desalojadas de los hoteles donde trabajan, sino algunas también las sacaron de donde vivían porque no tenían para pagar la renta.

“Hay quienes tienen a sus hijos enfermos o ellas mismas tienen muchas complicaciones, muchas con diabetes”, expresó.

El Gobierno habilitó un albergue temporal ubicado al lado del deportivo Cuauhtémoc, sin embargo, ahí sólo se permite un máximo de 30 personas, y fue solo por dos días, explicó Madrid Romero.

Algunas de las trabajadoras sexuales que han sido desalojadas colocaron un campamento cerca del Metro Hidalgo, en donde cerca de 60 personas pernoctan hasta obtener una solución.

“Nosotros exigimos al Gobierno que pague un hotel, porque ellas no tienen para pagarlo. Un funcionario dijo que ya había conseguido que de 400 pesos bajarán el precio a 200 pero, pero eso no es posible porque ellas conseguían hoteles donde pagaban 50 o 100 pesos, pues no van a poder pagar uno de 200 y mucho menos sin trabajo que hay”, expresó Elvira Madrid.

VIVEN AL DÍA Y LOS ATAQUES CRECEN

Las trabajadoras sexuales son mujeres que, al igual que otros sectores del comercio informal, son personas que viven al día. Elvira Madrid  estima que el  bajó hasta un 95 por ciento.

“La semana pasada si ellas hacían cinco ratos al día o diez, las jóvenes, ahorita están haciendo uno al día o a veces se van sin nada. Las señoras adultas ya llevaban dos semanas sin poderse hacer un rato y las de mediana edad, uno cada tercer día. Entonces, la situación sí está muy crítica”, platicó.

La defensora puso énfasis en que son las trabajadoras de la tercera edad quienes más padecen la crisis.

“Hay señoras de 65 hasta 85 años de edad, y que solo dependen de sí mismas, sino también a veces los hijos o hijas tienen nietos que mantener porque se los dejaron y se quedaron con la custodia de su nieto”, abundó.

La sociedad civil ha emprendido campañas de apoyo y donación de despensas. Foto: Brigada Callejera.

La Brigada Callejera recopiló al menos unas 550 despensas para repartir entre las trabajadoras y gestionaron que el Gobierno de la Ciudad de México otorgara al menos unas 300 despensas. “Hablamos con la secretaria de gobierno de la Ciudad de México, Rosa Isela Martínez, y se pudo que pudieran lograr despensas, que son insuficientes, pero al menos es algo para empezar”.

En el caso de quienes tienen complicaciones médicas, la organización civil es quien les brinda apoyo con algunos medicamentos en algunos puntos de trabajo, pero no se dan abasto.

Por otro lado, la violencia y ataques a las trabajadoras ha crecido durante este periodo de aislamiento. Elvira Madrid explicó que al no tener un lugar donde trabajar, algunas les ofrecen que hagan sus “ratos” en autos o algunos otros lugares, pero esto ha provocado que algunas de ellas sean víctimas de violación, secuestro exprés y robo.

La organización tiene conocimiento de al menos 15 ataques, entre violaciones, robos y secuestro exprés, abundó Madrid.

TARJETAS Y PROMESAS INCUMPLIDAS

Elvira Madrid denunció que lograron que las autoridades capitalinas les otorgaran algunas becas de desempleo por medio de tarjetas, sin embargo, la entrega de los apoyos se ha atrasado y se han incumplido acuerdos.

“Ahorita solo quedaron de darles mil pesos, pero ese no fue el acuerdo, sino que fueran becas para seis meses del seguro de desempleo, pero por la emergencia se tenían que dar rápido esas tarjetas para que posteriormente les puedan dar esas ayudas”, comentó.

Las activistas y afectadas demandaron que el apoyo económico sea entregado a todas las trabajadoras, pero hasta el momento son más de 3 miltrabajadoras inscritas para el apoyo, de las cuales, sólo al 60 por ciento les entregaron sus tarjetas, pero sin fondos.

Brigada Callejera denunció que las autoridades prometieron entregar tarjetas entre el sábado y domingo, pero tampoco cumplieron el acuerdo.

“La funcionaria Ixchel Anguiano de la secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, volvió a incumplir su palabra. Ahora resulta que el martes se iban a entregar las tarjetas de ayudas económicas (que faltan), hasta que cierren el padrón de beneficiarias. Ahora dicen que van a entregar las tarjetas hasta el miércoles o jueves de esta semana, pero no sabemos”, informó Elvira Madrid.

En entrevista con SinEmbargo, la activista aclaró que justo este martes se entregaron algunas tarjetas, pero aún faltan muchas por otorgar.

PIDEN ABRIR UNOS HOTELES

“Si las autoridades no dan solución en cuanto a instalar algún albergue que tenga capacidad para quedarse todas las compañeras, de perdida que el Gobierno deje que algunos hoteles funcionen”, detalló Madrid Romero.

La activista reconoció que es la primera vez que el Gobierno de la Ciudad de México otorga apoyos a este sector, sin embargo, enfatizó que es insuficiente.

“Ellas nunca habían recibido ningún apoyo. Hay programas para viejitos, madres solteras, estudiantes, pero el sector que están con más vulnerabilidad, que son un montón y que proveen a sus hijos, son trabajadoras sexuales, nunca se había recibido, por ese lado una palomita, pero aun es insuficiente mil pesos, no alcanza, más porque ya subieron los alimentos”, destacó.

Entre las trabajadoras sexuales ya hay desesperación porque incluso con las ayudas que han recibido no les alcanza, ni para alimentos ni para medicinas que algunas necesitan.

“Ya están desesperadas y solo llevamos días, por eso es que exigimos que se abran más hoteles para que puedan trabajar. Los hoteles donde han trabajado, ellas les han dejado mucho dinero, de todo ese dinero agarren un hotel para que las que no tengan donde quedarse puedan hospedarse ahí para que no anden padeciendo y que las dejen trabajar”.

La Brigada Callejera comenzó una campaña para –además de donativos y despensas que ya recopilaban desde hace días atrás– también han solicitado donativos de cobijas, casas de campaña y artículos para las trabajadoras que acampan en las calles de la ciudad.

“Hacemos un llamado a la gente a que done víveres, dinero porque también tenemos que ayudar a las compañeras que las desalojan de sus viviendas, nosotros tenemos el medicamento básico, pero ahorita con todo lo que ellas están pasando, se está agudizando la salud de las compañeras”, explicó la defensora.

A la sociedad pidieron comprensión empatía y que dejen de estigmatizar a las mujeres de comercio sexual: “Que dejen de verlas como si ellas son las malas, que están porque les gusta, que ganan mucho dinero, infinidad de cosas, que todas son víctimas de trata, son víctimas de trata del sistema, porque no tienen, la manera de solventar sus gastos”.

“Asesinatos de trabajadoras sexuales son feminicidios”. Mujeres protestan en el Ángel de la Independencia

viernes, septiembre 6th, 2019

Las mujeres escribieron en el suelo: “Los asesinatos de trabajadoras sexuales también son feminicidios.

 Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).– “Muerte al Estado feminicida. Justicia”, escribieron esta tarde mujeres en las escalinatas del Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México, para exigir justicia por las trabajadoras sexuales asesinadas.

El grupo de seis mujeres integrantes del colectivo Resistencia Queer, vestidas de negro y rosa, dejaron esta tarde unos tacones de color rojo y derramaron pintura rosa en las escaleras.

“Basta de violencia a trabajadores sexuales”, se leía en una pancarta que portaron, mientras que en el suelo escribieron: “Los asesinatos de trabajadoras sexuales también son feminicidios”.

Las mujeres pidieron un minuto de silencio para recordar a las mujeres víctimas de feminicidio.

Sólo en 2018 se registraron más de 90 feminicidios de trabajadoras sexuales en el país. Foto: Twitter (@l4nd3t4).

La protesta tuvo lugar luego de que el pasado 16 de agosto  miles s de mujeres se congregaran en las inmediaciones de la Glorieta de los Insurgentes armadas con brillantina rosa y morada, sus pañuelos verdes y mantas para protestar en contra de los abusos sexuales cometidos por policías y para repudiar la violencia en su contra. Después marcharon al Ángel de la Independencia, donde escribieron mensajes de protesta.

Datos del colectivo organización Brigada Callejera en apoyo a la mujer señalan que sólo en 2018 se registraron más de 90 feminicidios de trabajadoras sexuales en el país.

 

De putas, el documental que aborda la masculinidad y cuestiona su hegemonía

lunes, junio 25th, 2018

La artista y activista Núria Güell presenta el documental De putas. Un ensayo sobre la masculinidad, donde se reunió con trabajadoras sexuales de las provincias españolas de León y Cataluña para explorar “la mente del putero” delante de una cámara.

El trabajo destaca el conocimiento de las trabajadoras sexuales, que en palabras de la autora, “subvierte totalmente la idea de un estado heterosexual”.

Por Mónica Zas Marcos
Ciudad de México, 25 de junio (ElDiario/SinEmbargo).-El arte de Núria Güell (Gerona, 1981) no está concebido para exhibirse en una sala de museo. Al menos, no de la forma convencional. La obra de Güell incluye historias tan impresionantes como un intento -fallido- de dejar de ser española, el acuerdo con un museo de Medellín para contratar a varias menores víctimas de trata de personas, o un concurso de cartas de amor en Cuba para casarse con el ganador y ayudarle a entrar legalmente a nuestro país.

Apátrida por voluntad propia, La feria de las flores y Ayuda humanitaria son tres de los muchos ejemplos con los que Núria Güell desafía las convenciones consensuadas. Y se preguntarán: ¿qué se ve en sus exposiciones? Peticiones oficiales de renuncia a la nacionalidad, pasaportes, registros de una boda civil, fotografías o conversaciones de Whatsapp interceptadas a los proxenetas de las adolescentes colombianas.

En definitiva, fragmentos desarraigados de un discurso artístico mucho más amplio, pero que paradójicamente son lo único que los galeristas le permiten colgar en una pared.

Consciente de esa limitación, Núria ha reconvertido su obra en una instalación de videoarte en Patria y Patriarcado, la muestra que se expondrá en la Musac de León hasta el 14 de octubre. “Voy a presentar solo los vídeos que documentan las acciones. Son cinco y una proyección en gran formato con la obra nueva, De putas. Un ensayo sobre la masculinidad, nos cuenta la artista por teléfono.

En esta última, Güell se reunió con trabajadoras sexuales de León y Catalunya para que diseccionasen la mente del putero delante de una cámara. “El conocimiento que tienen las prostitutas subvierte totalmente la idea de un estado heterosexual”, dice su creadora. De las nueve mujeres del documental, seis trabajan en un piso y tres en la carretera de su pueblo, todas ellas son autónomas y entienden la prostitución como una identidad política.

La artista decidió abordar el tema de la masculinidad el año pasado como catarsis de una situación social, judicial, económica y personal sin precedentes. “Le di vueltas y, hablando con amigos, llegué a la conclusión de que las prostitutas son quienes mejor podían hablar de las demandas de la masculinidad, porque se pasan el día rodeadas de hombres”, revela.

De esa forma, Güell las contactó a través de una página de prostitución y concertó entrevistas con las seis que trabajan en su apartamento. Algunas han estado con casi nueve mil hombres y cuentan con una muestra estadística mucho mayor de la que Núria hubiese obtenido jamás. “Sus testimonios ponen en crisis la idea de una masculinidad hegemónica, y eso no interesa ni a la Iglesia ni a los poderes políticos”, asegura, pues detrás de la puerta de esas mujeres, los roles se subvierten y la cama se convierte en el diván de una consulta psicológica.

“LA MASCULINIDAD ESTÁ EN RIESGO”
De putas. Un ensayo de la masculinidad está dividido en doce fragmentos que pronto darán lugar también a un libro. Conceptos como ego, putero, violencia, poder o puta ofrecen formas muy variadas de acercarse a la realidad de estas mujeres, pero sobre todo a la de los clientes que pagan por sus servicios.

“Ellas me decían que, cuanto más poder tiene el hombre (económico y social), más busca que la prostituta le humille y más vulnerable se muestra en la intimidad. En cambio, un currante explotado quiere dominar en el espacio sexual y ejercer sobre ellas el poder que no tiene en el entorno público”, explica Núria.

Los primeros son directivos de bancos, deportistas e incluso políticos que les piden “ser sodomizados con paraguas, pepinos, berenjenas o que les vistan con tacones y con ropa de mujer”. Los segundos, en cambio, “suelen ser los más violentos”.

Cuando hablan a cámara, las prostitutas -que en ningún momento muestran su cara ni se identifican con un nombre- se muestran poderosas y conocedoras de un secreto inimaginable para la mayoría de la sociedad. “Algunos duran diez minutos en el acto y el resto del tiempo quieren que les digas palabras bonitas, que les escuches y que les beses con ternura”, dice una de ellas. Pero, a la vez, “buscan un reconocimiento continuo en el sexo, sentirse como actores porno y que les digas que nunca te lo han hecho tan rico como ellos”.

“Están tranquilos porque saben que una puta no es como una amante y que nunca vas a ir a una televisión a contar sus chismes”, explica otra. “Se desinhiben y sacan una parte que solo saben ellos”, cuenta una tercera sobre las muchas peticiones de sadomaso que recibe. Núria Güell dice que descubrió que la mayoría de los clientes de sus entrevistadas son hombres casados, “por eso van a un piso y no a un burdel, donde corren el riesgo de ser descubiertos”.

Desconcertada por la cantidad de testimonios sobre la vulnerabilidad masculina que recibió de las prostitutas de piso, Núria probó con las de carretera por si le contaban algo distinto. “Pero no”, confiesa. Todas ellas insistían en separar su experiencia de la de los clubes nocturnos, mucho más violentos y alienados que otros escenarios.

“Para empezar, por la presencia del proxeneta, y porque muchas veces los hombres acuden a los prostíbulos en grupo y allí se da una competición de virilidad que puede llegar a ser violenta”, explica Güell.

Sin embargo, eso no exime al piso y a la carretera de las agresiones sexuales, golpes e incluso intentos de asesinato que muchas han padecido en propias carnes. “A mí me han roto los dientes”, confiesa una de las mujeres de la calzada. “También intentaron pasarme por encima con el coche más de una vez”. En su casa, una advierte que ella siempre tiene un spray antivioladores en un cajón, mientras que otra ha tenido que usar un palo de descargas eléctricas hasta tres veces.

Esto es porque, como explica la más elocuente de todas, “el trasfondo del hombre que viene y se comporta bien contigo, te paga el dinero y parece que te trata con respeto, nunca es bueno. Porque socialmente, interiormente, él piensa que eres una puta, que no vales nada. La sensación más humillante que puede tener una mujer es dedicarse a la prostitución y ver que los demás la juzgan y la cuestionan. Hasta el hombre más agradable y más amable te va a mirar por encima del hombro”.

LA ABOLICIÓN, FUERA DEL FOCO
La intención de De putas era poner el foco en las masculinidades, no abrir el melón de la abolición o la regulación de este oficio. Eso no significa que Núria Güell sea menos sensible a este debate, “sino que no quise centrarme ahí en esta ocasión”. A título personal, la artista se posiciona a favor de la regulación en el caso de mujeres como las que ha entrevistado en su proyecto.

“Las prostitutas me decían que preferían esto a estar explotadas ocho horas en un bar, aguantando a un jefe machista y ganando en todo el mes lo que cobran en un día en la prostitución. Si ellas reclaman sus derechos laborales, creo que se tendrían que apoyar”, argumenta Núria.

Aunque marca una línea respecto a su anterior proyecto, La feria de las flores, con las víctimas de explotación infantil, también reconoce que “tendría que erradicarse la relación de la prostitución con el sistema capitalista”. Y, por supuesto, “las mujeres que quieran salir deben tener una opción segura de hacerlo”.

Al final, el sistema heteropatriarcal diseña unas etiquetas para cada uno de nosotros y deshacerse de ellas no es tarea fácil, aún menos para las prostitutas. Pero tampoco para los hombres, quienes Núria Güell espera que se sientan interpelados e identifiquen esa relación entre poder y masculinidad que a veces resulta tan dañina.
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En México se usa la Ley contra la trata para cazar personas dedicadas al sexoservicio, acusan ONGs

jueves, abril 26th, 2018

Los activistas enfatizaron que es necesario una reforma a la Ley General de Trata de Personas para que se deje de confundir el trabajo sexual consensuado con la trata. También se pronunciaron para que las autoridades utilicen el Protocolo de Parlemo, para identificar a las víctimas reales de trata.

Las sexoservidoras no somos criminales, exclamó Merida, “vivimos en un mundo hipócrita: mientras la trata hace de las suyas, las autoridades afectan a las que estamos en esto por necesidad. La trata debe de ser castigada más no el trabajo sexual”.

Ciudad de México, 26 de abril (SinEmbargo).- Integrantes de la organización internacional Alianza Global contra la Trata de Mujeres (GAATW, por sus siglas en ingles), el colectivo Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” y sexoservidoras, denunciaron que las autoridades usan la Ley contra la trata de personas como premisa criminalizar el trabajo sexual consentido y cometer injusticias contra los que laboran en la industria sexual por su propia voluntad.

Chas Ávalrez, representante de GAATW; Francisco Lagunes, antropólogo presidente de Casa de los Amigos; Elvira Madrid Romero, presidenta de Brigada Callejera, y Patricia Merida, sexoservidora de la Merced, presentaron hoy el “Informe México 2018”, correspondiente a la investigación internacional de la GAATW sobre el trabajo sexual y trata de personas.

El estudio documenta el impacto negativo que ha tenido el marco de lucha contra la trata de personas en la vida de quienes ejercen el trabajo sexual y las condiciones de esa industria.

El proyecto fue realizado en seis países con la participación de “Empower Foundation” de Tailadia, “New Zealand Prostitutes Collective” (NZPC) de Nueva Zelanda, “The Veshya Anyay Mukti Parishad” (VAMP) de la India, “Stella” de Canadá, “SWEAT / Sisonke” de Sudáfrica, “Hetaira” de España y “Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez ” de México.

La Brigada Callejera insiste en que hay diferencia crucial entre el consentimiento de las transacciones sexuales de adultos y la trata de personas. Foto: Sugery Gándara

Los resultados de la investigación arrojaron que en la Ley General contra la Trata de Personas, así como en leyes similares promulgadas en México, se combina la trata de personas y el trabajo sexual, lo que ha provocado el uso de estas leyes para criminalizar y perseguir a trabajadores sexuales.

“Es una ley con muchas ambigüedades que no identifica realmente quien es víctima de trata o un trabajador sexual. Se hacen leyes para criminalizar el trabajo sexual y no para combatir la trata”, explicó en rueda de prensa Elvira Madrid.

Chas Álvarez de GAATW sostuvo que es preocupante que se genere esta confusión y no se identifiquen directamente a las víctimas de trata porque invisibiliza la trata en otros sectores laborales y sobre todo porque no visibiliza los abusos que sufren las personas que están dentro de la industria del sector sexual.

“Poner tanto el foco en la trata sexual genera indirectamente que pasen por alto otras cosas que están sufriendo y enfrentando, además afecta a ambas víctimas porque las politices no son adecuadas para ninguno de los dos casos”, agregó.

“Al igual que en otros países, la presión para mostrar persecuciones y condenas derivadas del Informe Anual sobre la trata de personas de los Estados Unidos y un sistema legal ineficaz y corrupto, ha dado lugar a una serie de irregularidades, acusaciones falsas y condenas erróneas por trata de personas, principalmente contra las trabajadoras sexuales y los migrantes”, revela el estudio.

Otro de los aspectos que destaca, es el uso de pruebas objetables o irregulares en las acusaciones de trata imputadas a sexoservidores o personas inocentes, tal es el caso de que las policías y fiscalías ha tomado los condones de los sexoservidores como evidencia de presunto delito de trata.

“Cuando llegan los operativos a hoteles, a bares y departamentos, donde se ocupan las compañeras, y si [los agentes] ven o encuentran condones automáticamente dicen que ahí se ejerce prostitución y que todas son víctimas de trata”, detalló Elvira Madrid.

La Brigada Callejera afirmó que en los estados de Guadalajara, Chiapas, Puebla, Tlaxcala y Ciudad de México han utilizado condones como prueba para fincar cargos de trata de personas.

El antropólogo Francisco Lagunes, realizador del estudio en México, explicó que debido a la ambigüedad en la Ley no se pueden dar prestaciones a los sexoservidores porque se considera que cualquier persona que recibe dinero o algún beneficio de al menos tres trabajadores sexuales se puede deliberar como delito de trata de personas, aunque no haya medios comitivos.

Ejemplificó: “antes algunos hoteles daban de comer a sexoservidores para que no se fueran de esos inmuebles a la hora de tener clientes, era una especie de prestación que daban como una estrategia comercial; pero como las beneficiadas son trabajadores sexuales lo toman como trata. Los hoteles dejaron de hacer esto por miedo, porque los policías dicen que si les dan de comer ahí es porque hay trata. Ahora resulta hasta unos tacos pueden ser considerados evidencia de trata”.

“…si tres sexoservidores están rentado un departamento, el arrendador ya podría ser considerado como trata porque recibe un beneficio monetario. Si quieres contratar un contador o alguien que cuide al puerta o para limpiar, a esa personas la pueden acusar de trata, aunque no controle a los chicas, aunque sea su empleado, se puede presentar como trata solo porque recibe un beneficio de ellos. La ley está hecha para confundir el trabajo sexual con trata”.

Chas Álvarez comentó que esta criminalización no ocurre en México sino en varios países donde los sexoservidores no pueden acceder a derechos laborales por estas políticas restrictivas.

“Otro efecto de la prohibición indebida de los contratos sexuales, incluida en la ley contra la trata de personas, es que constituye un obstáculo para que las trabajadoras sexuales garanticen su derecho a establecer relaciones laborales formales con los empleadores, contraviniendo el espíritu del Convenio 102 de la OIT”, especifica el informe.

La Brigada Callejera insiste en que hay diferencia crucial entre el consentimiento de las transacciones sexuales de adultos y la trata de personas.

“Las medidas prohibicionistas, con su intención de erradicar la industria del sexo, tienen el efecto de reducir las opciones de las trabajadoras sexuales para obtener un ingreso. En un entorno prohibicionista, los cárteles podrían representar la única oportunidad de las trabajadoras sexuales para ganarse la vida, exponiéndolos así a las peores condiciones posibles de explotación, abuso y peli gro para sus vidas e integridad, incluso sometiéndoles a la trata de personas”, agrega el informe,

ESTIGMATIZACIÓN

“Ser trabajadora sexual no es fácil. Nos enfrentamos al desprecio, la discriminación, el rechazo de la gente que pasa por la calle y nos lanza huevos, nos gritan: ‘sucias’, `putas’, ‘abre las piernas’”. Nosotras trabajamos en esto por necesidad pero vivimos en un mundo muy hipócrita” señala Patricia Mérida, trabajadora sexual de la Merced.

“Merida”, como le llaman sus amigas, señaló que es injusto y patriarcal que las autoridades consideren como una falta administrativa y penalicen a las trabajadores sexuales por vender su cuerpo. Consideró que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, incluso si ellas deciden lucrar con el “¿O sea que el gobierno va a decidir por mi cuerpo, van a controlar nuestro cuerpo, nuestros gastos?” agregó.

No hay un padrón exacto sobre las trabajadoras sexuales en México debido al estigma, el estado oculto y a la semi criminalización de su trabajo; sin embargo, la Brigada Callejera estima que en el país hay alrededor de 800 trabajadores sexuales, indicaron los activistas de la Brigada Callejera. Alrededor de 600 mil trabajadoras sexuales adultos y cerca de 200 mil menores de 18 años de edad.

Del total, al menos una cuarta parte son extorsionadas y sufren de alguno tipo de abuso laboral, expresaron en rueda de prensa.

La mayoría de las trabajadoras sexuales son nacidas como mujeres, un número menor son hombres y mujeres transgénero.

Las que son migrantes de Colombia, Venezuela, Argentina y Cuba trabajan principalmente en burdeles, agencias de acompañantes y cabarets donde el table dance es uno de sus atractivos.

“Además, durante más de una década, las mujeres de Europa del Este han venido cada vez más a México para trabajar en los niveles más altos de la industria. Según Brigada, algunas de estas trabajadoras extranjeras fueron traídos a México por redes del crimen organizado, pero muchas de ellas llegaron de manera independiente. La mayoría son indocumentadas y, por lo tanto, vulnerables al abuso”, detalla el informe.

En relación a la prevalencia del VIH, establece que entre las trabajadoras sexuales es del 0.67 por ciento al 0. 23 por ciento de la población general.

Los activistas enfatizaron que es necesario una reforma a la Ley General de Trata de Personas para que se deje de confundir el trabajo sexual consensuado con la trata. También se  pronunciaron para que las autoridades utilicen el Protocolo de Parlemo, para identificar a las víctimas reales de trata.

Las sexoservidores no somos criminales, insistió Merida, “vivimos en un mundo hipócrita: mientras la trata hace de las suyas, las autoridades afectan a las que estamos en esto por necesidad. La trata debe de ser castiga más no el trabajo sexual”.

La Alianza Global contra la Trata de Mujeres (GAATW) es una alianza de más de 80 organizaciones no gubernamentales organizaciones de todas las regiones del mundo que promueven y defienden el los derechos humanos de todos los migrantes y sus familias.

“No somos víctimas de trata”: trabajadoras sexuales del “hotel” clausurado en Puebla

viernes, marzo 31st, 2017

En entrevista con PÁGINA NEGRA, trabajadoras sexuales pidieron que respeten los espacios donde no ocurre la trata de personas y que cuentan con permisos como hoteles o casas de huéspedes ya que pueden trabajar ahí con seguridad sin temor a que sean extorsionadas por policías y comerciantes ambulantes.

Las entrevistadas negaron que fueran víctimas de trata. Foto: Periódico Central.

Por Edmundo Velázquez

Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo/PeriódicoCentral).- Trabajadoras sexuales que utilizan una casona en el Centro Histórico para ofrecer sexoservicio exigieron al Ayuntamiento de Puebla que dejen de cerrar este tipo de “hoteles” puesto que para ellas representa un lugar seguro y pidieron Alcalde Luis Banck Serrato que las regularice.

PÁGINA NEGRA visitó el inmueble de la 18 poniente número 508, en donde se congregan poco más de 30 trabajadoras sexuales. Este periódico digital habló con las mujeres quienes insistieron que es importante la existencia de estos lugares puesto que les genera seguridad dado que “hay alguien que las cuida” y señalaron que si las sacan sufren extorsión en la calle.

El lugar, que tiene más de 30 cuartos diminutos, está dentro de una vecindad. Los clientes entran a una habitación tras pagar en una caseta, en donde pueden comprar condones y papel higiénico. Si alguno de los clientes quiere otro servicio, debe regresar a la caseta a pagar antes de obtenerlo. Pese a su funcionamiento, las mujeres negaron que sea un burdel.

El hotel fue clausurado por autoridades de Normatividad Comercial el 7 de marzo del 2017. El lugar tiene la fachada de baños públicos pero al interior hay un “hotel” que alberga pequeñas habitaciones que las mujeres rentan.

Cuando se llevó a cabo el operativo, Normatividad Comercial y elementos de la Secretaría de Seguridad Pública informaron que fueron rescatadas 50 víctimas de trata de personas; aunque ellas dijeron que se prostituían por voluntad. Sin embargo especialistas explican que estas personas sufren de violencia y, sin darse cuenta se ven obligadas de cierta forma a vender sus cuerpos, por lo que es un problema de trata.

En la entrevista, Laura, Alexa y Estrella rechazaron que en el lugar hubieran menores de edad o víctimas de trata. Explicaron que la noche del 7 de marzo fueron enviadas a la agencia del Ministerio Público y liberadas después de que pagaron una multa de 7 mil pesos cada una.

Además, el administrador del lugar tuvo que pagar 56 mil pesos de sanción para recuperar el inmueble que no ha sido reabierto por temor a volver a ser clausurado.

“De entrada éramos como 25 o 30. No éramos 50, como dijeron las autoridades. Nos mandaron al juzgado calificador o al MP. Yo fui a parar a Rancho Colorado y no hubo tal rescate como se manejó. No nos rescataron ni nos mandaron con un sicólogo. Nos habrían rescatado si estuviéramos aquí en contra de nuestra voluntad”, comentó Estrella, una de las tres mujeres que aceptaron hablar sobre el operativo y que actualmente no puede “laborar” porque la casona sigue cerrada.

ASÍ OPERAN OTRAS 10 CASAS EN PUEBLA 

Como señalaron las jóvenes, en el Centro Histórico de Puebla existen al menos 10 inmuebles del mismo tipo que funcionan como hoteles en donde ellas se mantienen y reciben a los clientes.

“Yo creo que la prostitución no va a dejar de existir. Y si nos sacan a todas a la calle estaremos a merced de policías, de ambulantes, de gente que nos quiere extorsionar. Preferimos pagar a los administradores de los hoteles”, dijo Alexa.

Estrella fue otra de las mujeres que fueron detenidas el 7 de marzo. Según vecinos, el lugar fue reabierto para seguir con los servicios sexuales. Sin embargo, en un recorrido realizado por este portal digital se constató que sigue sin funcionar.

Cuenta con 20 cuartos en dos pisos, dos zonas de baños y un área común donde se arreglan las mujeres. El hotel comparte el inmueble con una vecindad pero el lado izquierdo de la casona se encuentra en ruinas.

“NO HAY TRATA”, ASEGURAN

De acuerdo a las tres mujeres dedicadas al trabajo sexual, no son víctimas de trata ni en el sitio se prostituyen menores de edad.

Alexa, de 28 años de edad, llevaba ocho meses trabajando en la casona de la 18 Poniente cuando fue detenida por el operativo municipal. Ella asegura que no es víctima de trata y que llegó a ese lugar “por recomendación de una amiga”.

Trabajaba en la calle y una amiga me recomendó este lugar. Me dijo que podíamos venir juntas (…) Me aportan los preservativos para realizar las actividades que aquí se realizan. (…) Cuando yo entre aquí me pidieron mi credencial (…) No platicamos mucho las chicas pero no he visto algo parecido a la trata de personas. Claro que no he sido explotada. Es el modo en el que logro tener ingresos. Me ha beneficiado económicamente”, comentó Alexa.

Incluso, las entrevistadas aseguraron que la casona funciona con un permiso de hotel o casa de huéspedes ya que las personas que administran la casa solamente les rentan los cuartos en 30 pesos por cada encuentro sexual que sostienen.

“El servicio normal, penetración vaginal, es de 150. Es solamente una vez y de la cintura hacia abajo. Ya si quieren algo más o más tiempo se cobra más”, comentó Laura.

Las trabajadoras sexuales detallaron que cada uno de los encuentros puede ser de aproximadamente 15 minutos y cada cliente paga alrededor de 150 pesos. Ellas insisten que no son obligadas a practicar la prostitución y que temen que se les arrebaten sus lugares de trabajo.

El administrador del lugar tiene miedo a que vuelva a abrir y lo vuelvan a clausurar. Él no es tratante de personas. Ni nos tienen aquí obligadas. Nosotras estamos aquí, estamos porque queremos. ¿Qué delito comete quien nos renta el cuarto? ¿Qué delito comete el que nos vende papel de baño?”, comentó Laura.

*REPRODUCIDO EN SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DEL AUTOR Y DE PERIÓDICO CENTRAL DE PUEBLA

Mujeres transgénero, un grupo social excluido y orillado a una vida precaria: Ecosur

domingo, febrero 19th, 2017

Víctimas de violencia institucional, por muchas veces carecer de servicios de salud, educación y trabajo; además de la constante discriminación de una sociedad “heteronormada”, pone a estas mujeres en situación vulnerable, de acuerdo con el maestro David Gutiérrez, de El Colegio de la Frontera Sur.

Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– David Ismael Gutiérrez Gamboa, egresado de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), en su tesis de maestría titulada “Violencia hacia mujeres transgénero trabajadoras sexuales en el estado de Chiapas”, destaca que las mujeres transgénero son un grupo expuesto a diversas expresiones de violencia por transgredir la heteronormatividad a través de características, comportamientos y prácticas sexuales no correspondientes a su sexo biológico, pues en la sociedad las prácticas sexuales que se consideran correctas son las heterosexuales.

En un comunicado del Ecosur, explica que las mujeres transgénero —hombres que se identifican con el género femenino— en algún momento de su vida sienten cierto rechazo a las normatividades sexuales al no identificarse con las características y comportamientos atribuidos a su sexo biológico, así inician el proceso de construcción de identidad de género.

El egresado de Ecosur destaca que “la naturalización de la violencia es algo muy cotidiano, pues debido a que  todas las personas han interiorizado las normas sexuales y de género,  cuando ven algo diferente a lo establecido tienden a violentarla, tal es el caso de las mujeres transgénero, quienes son víctimas de violencia estructural, directa e institucional, situación que las condiciona a una vida precaria”.

El autor retoma el concepto de vida precaria propuesto por Butler (2006), para señalar la exclusión social que viven las mujeres transgénero. Afirma que todas las personas son vulnerables a cualquier daño físico, pero que algunas están en una situación de vulnerabilidad maximizada debido al abandono del Estado, tal es el caso de este grupo poblacional.

En su tesis, define la violencia institucional como aquella que provoca daños en la satisfacción básica de las necesidades, como son la salud, educación y trabajo. Es decir, aquella que se da dentro de las instituciones públicas y afecta los derechos de las personas. Mientras que la violencia directa es aquella que se da en las relaciones cara a cara, en la que puede llegar a existir violencia psicológica o sexual.

ÁMBITOS FAMILIAR, ESCOLAR Y LABORAL 

 

Las primeras experiencias de violencia directa que sufren las mujeres transgénero ocurren generalmente dentro del ámbito familiar. En un segundo momento son víctimas de violencia institucional dentro de la escuela, no solamente al ser discriminadas por parte de sus compañeros sino también por parte de los directivos al no garantizarles un espacio libre de estigmas y discriminación.

Esta situación ha sido una de las principales causas por las que las mujeres transgénero han desertado de la escuela, hecho que les ha impedido posteriormente el acceso a determinados empleos. Asimismo, quienes logran tener empleos formales son discriminadas e inclusive rechazadas, por la no concordancia entre sus documentos oficiales y su apariencia física.

“En Chiapas no existe la posibilidad para que ellas puedan modificar su identidad. Esta situación ha orillado a muchas de ellas a ciertas actividades feminizadas, relegadas al campo de lo privado, como es la estética, el trabajo doméstico y en el último de los casos el trabajo  sexual, situación que maximiza la violencia que viven las mujeres transgénero”, afirma Gutiérrez Gamboa.

TRABAJO SEXUAL

Explica que en Chiapas solo existe la regularización del trabajo sexual para  mujeres biológicas, quienes ejercen dicha actividad dentro de las zonas de tolerancia -espacios a las afueras de las zonas urbanas-, mientras que las mujeres transgénero –al no tener esta regularización- lo hacen poniendo anuncios en páginas de internet, WhatsApp y espacios callejeros, así como en la modalidad del fichaje, que consiste en acudir a bares donde no está permitido el trabajo sexual, en un primer momento, ofrecen a los clientes sus servicios de compañía y posteriormente brindan el servicio sexual en hoteles, moteles, cuartos rentados, coches o en el último de los casos en espacios callejeros.

Menciona, que esta situación las expone a la violencia directa por compañeras de trabajo, clientes y personas transfóbicas, pero también a la violencia institucional al negarles los servicios básicos de salud y seguridad por su identidad de género, la cual asociada con los estigmas que recaen en el trabajo sexual maximiza la vulnerabilidad de este grupo.

“Creemos que la reafirmación de la identidad como mujer trangénero es un elemento que particulariza e inclusive maximiza la violencia hacia este grupo. Ellas se encuentran en una dicotomía, pues al estar en contacto con el otro, constantemente tratan de reafirmar su identidad como mujer transgénero, pero al momento de estar expuestas a la violencia tienen que recurrir a los rasgos masculinos para protegerse, como  el uso de la violencia. Por esta razón, para ellas es  importante transformar el cuerpo, pues además de permitirles concordar su identidad de género con su apariencia física, en gran medida dicho proceso las hace pasar desapercibidas y talvez vivir menos episodios de violencia”, asevera.

PROPUESTAS

David Ismael Gutiérrez Gamboa señala que si bien el sistema sexo-género es una estructura bastante sólida difícil de romper, no es imposible fracturarla, ya que se pueden generar cambios a través de un proceso constante e individual en el que cada persona reflexione y evite seguir reproduciendo esta lógica excluyente, y en la medida de lo posible hacer reflexionar a personas cercanas.

Asimismo sugiere realizar acciones institucionales para evitar la discriminación en espacios educativos, además de cambios en las normatividades escolares de tal manera que no se continúe reproduciendo esta lógica binaria hombre-mujer, entre ellas: impartir asignaturas de género desde edades tempranas, cursos constantes al personal administrativo y académico, acciones legales para facilitar y economizar la modificación de nombres, financiamiento y/o asesoría para transformar el cuerpo —ya sea a través de hormonas o por reasignación sexual—, y una regularización en el trabajo sexual con base en las particularidades de las mujeres transgénero.

Por último, menciona que son necesarios cursos de género e inclusive imponer sanciones dentro de las instituciones de salud y de seguridad pública para aquellos que no cumplen con sus obligaciones y violenten a las personas por su identidad de género.

Sexoservidoras exigen justicia para sus compañeras con marcha por el día de muertos (FOTOS)

sábado, octubre 29th, 2016

Con motivo del día de muertos, trabajadoras sexuales de La Merced, exigieron que pare la violencia de género con un desfile por la calles de esa zona.

 

Ciudad de México, 29 de octubre (SinEmbargo).- Un grupo trabajadoras sexuales realizaron una marcha por calles del barrio de La Merced en protesta por los asesinatos de algunas de sus compañeras, y aprovechando los festejos del día de muertos.

Máscaras de catrina, maquillaje, disfraces, velas y ganas de exigir justicia por sus compañeras asesinadas, fueron los protagonistas de la peregrinación que llevaron a cabo la noche de ayer, en algunas calles del centro histórico.

El barrio de La Merced, ubicado en la delegación Cuauhtémoc, es el lugar donde laboran diariamente y que sirvió como para llevar a cabo dicha protesta, la cual, tuvo como objetivo levantar la voz en contra de la trata de personas y exigir que se detenga la violencia de género.

Cabe recordar que un sin fin de mujeres, entre ellas trabajadoras sexuales y transexuales, se han visto severamente afectadas por asesinatos sin justicia en los últimos meses. Según encuestas, México se ubica en el segundo puesto de los países con más asesinatos a transexuales en el mundo.

A inicios de mes, integrantes de la comunidad transexual y sexoservidoras llevaron a cabo una marcha, en la que incluso contaron con cuerpo de una de sus compañeras, Paola Ledezma, que fue asesinada en Avenida Insurgentes. En aquella ocasión pidieron justicia, así como seguridad para ellas y esclarecimiento en los homicidios.

Días después la activista transexual, Alessa Flores, otra prostituta también fue asesinada en la misma delegación.

De acuerdo con las autoridades, la causa de muerte fue estrangulamiento, hecho que se dio a conocer por redes sociales, mismo que convocó a más protestas por parte de las compañeras de la víctima.