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Victoria Murillo, originaria de Michoacán, logra recibir asilo político en EU y ser reconocida como mujer transgénero

viernes, agosto 17th, 2018

Después de un largo camino de rechazos llegó a EU, después de pasar por el cambio de sexo logró tener asilo político y papeles de residencia en EU.

Por Araceli Martinez Ortega

La inmigrante transgénero Victoria Murillo muestra el permiso migratorio tras recibir el asilo. Foto: Aurelia Ventura, La Opinión.

Ciudad de México, 17 de agosto (LaOpinión/SinEmbargo).- Victoria Murillo por primera vez en su vida se siente plena. El mes pasado consiguió el asilo político, pero a la vez durante el proceso, logró convertirse en una mujer transgénero.

“He alcanzado el sueño americano al dejar de ser indocumentada”, expresa jubilosa, radiante.

Al mismo tiempo, dice que se siente en su propia piel, porque la mujer que había dentro de ella, sale todos los días libremente a la calle sin temor alguno.

Victoria nació hace 31 años en un pueblo de Michoacán, México como Eduardo Marin.

Victoria Murillo muestra la foto de cuando era un niño. Foto: Aurelia Ventura, La Opinión.

“Mi madre deseaba una niña, pero le nació un hombrecito. Yo recuerdo que siempre fui muy femenina. ¡Camine como hombre! Solían decirme en mi casa”, relata.

RECHAZO FAMILIAR
A pesar de que ella se sentía mujer dentro del cuerpo de un hombre, dice que trataba de ser discreta y no llamar la atención sobre su verdadera identidad. “En mi familia pensaban que yo era metrosexual, como les llaman en México a los hombres que cuidan mucho su apariencia física”.

Pero su feminidad expresada en el cuerpo de un muchacho, le ocasionaba muchos problemas con su padre “Creo que en el fondo mi papá sabía lo que yo era, y empezamos a tener muchos pleitos. Hasta que un día me dijo, ‘o te vas tú o me voy yo de la casa’”, cuenta.

Victoria Murillo con su esposo Hugo. Foto: Aurelia Ventura, La Opinión.

Agobiada por la tensión que libraba con su progenitor, poco antes de cumplir los 18 años, decidió venir a Estados Unidos. Literalmente en 2006 saltó el muro en la frontera sur y guiada por un coyote llegó a Santa Ana, California.

DE ABOGADO EN ABOGADO
En el 2013 se casó con Hugo, un ciudadano de Estados Unidos.

“Fui a ver a un notario en la ciudad de El Monte para que me ayudara a someter una petición de ajuste migratorio en base a mi matrimonio. Después de cobrarme varios miles de dólares, me dijo que la pensara bien porque tenía que salir a Ciudad Juárez por un perdón y corría el riesgo de quedarme en México”, comenta.

Frustrada, abandonó al notario y consultó a otros abogados de migración a los que veía con frecuencia en la televisión opinando sobre diversos temas.

“Ninguno de ellos me pudo ayudar. Prácticamente me dijeron que esperara una reforma migratoria y “a ver si calificaba”. La verdad que estaba muy enfadada pero seguí buscando”, dice.

Así fue como dio con el abogado de migración Eric Price. Ya era el cuarto abogado que consultaba. La animaba saber que en su historial decía que había sido fiscal. “Yo dije, si él ya estuvo dentro del sistema, tal vez pueda hacer algo por mi”, observa.

Victoria Murillo nuestra los papeles del asilo político que obtuvo el año pasado. Foto: Aurelia Ventura, La Opinión.

“Después de escuchar mi historia, Price me dijo que yo calificaba para el asilo político por lo que viví en Michoacan al ser transgénero. Me fui a mi casa muy ilusionada. Aunque al llegar mi suegro me bajó de la nube en un segundo cuando me dijo que era muy difícil lograr el asilo”, dice.

En 2016, Victoria entregó toda la documentación y las pruebas que le pidió el abogado. “A principios de julio recibí una llamada de la oficina del abogado para decirme que me habían aprobado el asilo. Sentí tanta emoción y llegué a pensar que estaba soñando. A la mañana siguiente cuando desperté, dije “no, esto solo fue un sueño, no es verdad”. Fui al teléfono a checar si había tenido una llamada del abogado un día antes. Confirmé que todo era verdad, cuando ese día recibí por correo la carta con la aprobación del asilo”, dice feliz.

¿CÓMO OBTUVO EL ASILO?

“Creo que las evidencias que presenté fueron determinantes. A un tío mío gay en México lo asesinaron en Michoacán, dándole a beber ácido. A mi mejor amigo gay de la escuela lo degollaron y lo tiraron en un baldío. En México es muy peligroso ser transgénero. Estoy segura que si me hubiera quedado allá, ya estaría muerta”, sostiene.

Victoria dice que lo que más desea ahora es obtener su residencia para poder visitar a sus padres en México a quienes no ve desde hace 13 años. “Siento que necesito ir a cerrar un capítulo que dejé pendiente con mi padre”, observa con los ojos llorosos.

DE HOMBRE A MUJER TRANSGÉNERO
Junto con el proceso migratorio, también vino una transformación de género.

Victoria dice que ella trató de sofocar a la mujer que llevaba dentro, con muchas horas de trabajo. “Una vez que estaba laborando en un restaurante, llegó a comer una mujer transgénero. Se me acercó y delante de mis compañeros me dijo, “tú a mi no me engañas, tú eres como yo, una mujer transgénero. ¡Búscame!” me dijo, “te voy ayudar”, cuenta.

Ese mismo día la buscó. “Conviví con esa persona dos semanas porque estaba de visita en Santa Ana. Pero ella fue fundamental para que yo dejara salir quien soy. Con su ayuda por primera vez me vestí como mujer y salí a la calle. Nunca la volví a ver”, relata.

Victoria dice que comenzó vistiéndose como mujer dos o tres veces a la semana hasta que un día ya no pudo dar marcha atrás.

A la par que inició su proceso de asilo Victoria Murillo comenzó su proceso para transformarse en mujer. Foto: Aurelia Ventura, La Opinion.

En 2014 inició su transformación física de hombre a mujer con tratamientos hormonales, cirugías cosméticas y procesos láser para eliminar el vello en la cara y otras áreas.

“Hasta la piel me cambió. Mucha gente ni se da cuenta que soy una mujer transgénero. En mi trabajo, mis compañeros no saben. Me ven como una mujer más”, cuenta.

“Me siento muy bendecida porque soy una mujer transgénero casada. Los padres de mi esposo me aceptan y me quieren mucho. Mi suegra es mi mejor amiga y aliada. Hugo, mi marido es hijo único. Vivimos con mis suegros y nuestras dos mascotas”, dice feliz.

El 5 de julio de 2020, Victoria podrá solicitar su green card (residencia permanente) y en cinco años más su ciudadanía. Ambos documentos podrán ser expedidos a nombre de Victoria Murillo, ya que legalmente ya hizo el cambio de nombre y género.

SOLICITAN ASILO PARA NO EXPONERLA
El abogado Price dice que se decidió por el asilo político porque era la única forma de evitar que Victoria tuviera que salir a México.

La parte más difícil fue la entrevista de asilo en abril de 2017, donde fue sometida a un interrogatorio de casi tres horas. “El momento más duro fue cuando me preguntaron por un arresto previo. Yo había sido detenida por manejar un carro que había sido de mi hermano, a quien habían deportado. Pero cuando revisaron el vehículo, encontraron los documentos falsos que yo usaba para trabajar. Milagrosamente la juez que vio mi caso en corte, desechó todos los cargos, y solo me dejó una falta por manejar sin licencia”, comenta Victoria.

La oficial de migración le dijo que solo iba a revisar que no tuviera delitos graves, y la decisión la aplazó por más de un año.

El 5 de julio, el abogado Price recibió la noticia de la aprobación del asilo político para Victoria.

RESPUESTAS DEL ABOGADO
¿Fue un caso difícil o complejo el caso de Victoria?

Fue difícil porque Victoria tenía más de un año en el país cuando sometimos su petición y una detención en la frontera. Para asilo político, sin importar del país que vengas incluyendo México, la recomendación es hacerlo antes de un año de llegar a Estados Unidos si realmente tienes motivos reales para no regresar a tu lugar de origen. Para este tipo de casos complicados, es vital tener la representación de un abogado que comprenda las leyes migratorias, de lo contrario sería desastroso.

Victoria Murillo está feliz de haber logrado el asilo político y convertirse en una mujer transgénero. Foto: Aurelia Ventura, La Opinión.

En el caso de Victoria se consideraron factores actuales de extremo riesgo de su vida en México y que había nuevos motivos que la ataban en Estados Unidos como su esposo ciudadano, para solicitar el asilo después del primer año que llegó al país.

¿No era más fácil solicitarle la green card a través de su matrimonio?

Buscamos que Victoria no saliera del país para recibir su status legal. Debido a una detención en la frontera, temía salir y no poder regresar. La forma más segura era a través del asilo, que fue más complicado, pero mucho más seguro para ella.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE LAOPINIÓN. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción. 

Mujeres transgénero, un grupo social excluido y orillado a una vida precaria: Ecosur

domingo, febrero 19th, 2017

Víctimas de violencia institucional, por muchas veces carecer de servicios de salud, educación y trabajo; además de la constante discriminación de una sociedad “heteronormada”, pone a estas mujeres en situación vulnerable, de acuerdo con el maestro David Gutiérrez, de El Colegio de la Frontera Sur.

Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo/AgenciaConacyt).– David Ismael Gutiérrez Gamboa, egresado de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), en su tesis de maestría titulada “Violencia hacia mujeres transgénero trabajadoras sexuales en el estado de Chiapas”, destaca que las mujeres transgénero son un grupo expuesto a diversas expresiones de violencia por transgredir la heteronormatividad a través de características, comportamientos y prácticas sexuales no correspondientes a su sexo biológico, pues en la sociedad las prácticas sexuales que se consideran correctas son las heterosexuales.

En un comunicado del Ecosur, explica que las mujeres transgénero —hombres que se identifican con el género femenino— en algún momento de su vida sienten cierto rechazo a las normatividades sexuales al no identificarse con las características y comportamientos atribuidos a su sexo biológico, así inician el proceso de construcción de identidad de género.

El egresado de Ecosur destaca que “la naturalización de la violencia es algo muy cotidiano, pues debido a que  todas las personas han interiorizado las normas sexuales y de género,  cuando ven algo diferente a lo establecido tienden a violentarla, tal es el caso de las mujeres transgénero, quienes son víctimas de violencia estructural, directa e institucional, situación que las condiciona a una vida precaria”.

El autor retoma el concepto de vida precaria propuesto por Butler (2006), para señalar la exclusión social que viven las mujeres transgénero. Afirma que todas las personas son vulnerables a cualquier daño físico, pero que algunas están en una situación de vulnerabilidad maximizada debido al abandono del Estado, tal es el caso de este grupo poblacional.

En su tesis, define la violencia institucional como aquella que provoca daños en la satisfacción básica de las necesidades, como son la salud, educación y trabajo. Es decir, aquella que se da dentro de las instituciones públicas y afecta los derechos de las personas. Mientras que la violencia directa es aquella que se da en las relaciones cara a cara, en la que puede llegar a existir violencia psicológica o sexual.

ÁMBITOS FAMILIAR, ESCOLAR Y LABORAL 

 

Las primeras experiencias de violencia directa que sufren las mujeres transgénero ocurren generalmente dentro del ámbito familiar. En un segundo momento son víctimas de violencia institucional dentro de la escuela, no solamente al ser discriminadas por parte de sus compañeros sino también por parte de los directivos al no garantizarles un espacio libre de estigmas y discriminación.

Esta situación ha sido una de las principales causas por las que las mujeres transgénero han desertado de la escuela, hecho que les ha impedido posteriormente el acceso a determinados empleos. Asimismo, quienes logran tener empleos formales son discriminadas e inclusive rechazadas, por la no concordancia entre sus documentos oficiales y su apariencia física.

“En Chiapas no existe la posibilidad para que ellas puedan modificar su identidad. Esta situación ha orillado a muchas de ellas a ciertas actividades feminizadas, relegadas al campo de lo privado, como es la estética, el trabajo doméstico y en el último de los casos el trabajo  sexual, situación que maximiza la violencia que viven las mujeres transgénero”, afirma Gutiérrez Gamboa.

TRABAJO SEXUAL

Explica que en Chiapas solo existe la regularización del trabajo sexual para  mujeres biológicas, quienes ejercen dicha actividad dentro de las zonas de tolerancia -espacios a las afueras de las zonas urbanas-, mientras que las mujeres transgénero –al no tener esta regularización- lo hacen poniendo anuncios en páginas de internet, WhatsApp y espacios callejeros, así como en la modalidad del fichaje, que consiste en acudir a bares donde no está permitido el trabajo sexual, en un primer momento, ofrecen a los clientes sus servicios de compañía y posteriormente brindan el servicio sexual en hoteles, moteles, cuartos rentados, coches o en el último de los casos en espacios callejeros.

Menciona, que esta situación las expone a la violencia directa por compañeras de trabajo, clientes y personas transfóbicas, pero también a la violencia institucional al negarles los servicios básicos de salud y seguridad por su identidad de género, la cual asociada con los estigmas que recaen en el trabajo sexual maximiza la vulnerabilidad de este grupo.

“Creemos que la reafirmación de la identidad como mujer trangénero es un elemento que particulariza e inclusive maximiza la violencia hacia este grupo. Ellas se encuentran en una dicotomía, pues al estar en contacto con el otro, constantemente tratan de reafirmar su identidad como mujer transgénero, pero al momento de estar expuestas a la violencia tienen que recurrir a los rasgos masculinos para protegerse, como  el uso de la violencia. Por esta razón, para ellas es  importante transformar el cuerpo, pues además de permitirles concordar su identidad de género con su apariencia física, en gran medida dicho proceso las hace pasar desapercibidas y talvez vivir menos episodios de violencia”, asevera.

PROPUESTAS

David Ismael Gutiérrez Gamboa señala que si bien el sistema sexo-género es una estructura bastante sólida difícil de romper, no es imposible fracturarla, ya que se pueden generar cambios a través de un proceso constante e individual en el que cada persona reflexione y evite seguir reproduciendo esta lógica excluyente, y en la medida de lo posible hacer reflexionar a personas cercanas.

Asimismo sugiere realizar acciones institucionales para evitar la discriminación en espacios educativos, además de cambios en las normatividades escolares de tal manera que no se continúe reproduciendo esta lógica binaria hombre-mujer, entre ellas: impartir asignaturas de género desde edades tempranas, cursos constantes al personal administrativo y académico, acciones legales para facilitar y economizar la modificación de nombres, financiamiento y/o asesoría para transformar el cuerpo —ya sea a través de hormonas o por reasignación sexual—, y una regularización en el trabajo sexual con base en las particularidades de las mujeres transgénero.

Por último, menciona que son necesarios cursos de género e inclusive imponer sanciones dentro de las instituciones de salud y de seguridad pública para aquellos que no cumplen con sus obligaciones y violenten a las personas por su identidad de género.