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¿Cómo reconocer las alergias a los medicamentos y qué hacer si se presentan síntomas?

sábado, agosto 1st, 2020

Los síntomas más comunes de la alergia farmacológica son: urticaria, picor en los ojos, erupciones cutáneas, hinchazón en los labios, la lengua o la cara y sibilancias (es decir, la emisión de un sonido agudo y chillón al respirar). Si aparecen después de ingerir una medicación, lo recomendable es consultar con el médico lo antes posible, con el fin de realizar las pruebas que confirmen o descarten la existencia de una alergia.

Por Cristian Vázquez

Madrid, 01 de agosto (elDiario.es).- Con cierta frecuencia, los medicamentos producen reacciones adversas. Es decir, una sustancia administrada a una persona con el fin de beneficiarla termina, de alguna manera, perjudicándola. La mayoría de las veces esas reacciones adversas son los llamados efectos secundarios o colaterales de una medicación.

Estos efectos pueden ir desde los más leves, como somnolencia o alteraciones digestivas, hasta los más graves, como los vómitos o la pérdida del cabello en los pacientes sometidos a quimioterapia. Pero todos están dentro de lo que se considera normal. En ocasiones, en cambio, lo que sucede es que el paciente ha desarrollado una alergia contra ese medicamento. Resulta importante identificar cuándo esto sucede, para poder actuar del modo apropiado.

Esta alergia es “una respuesta anómala del organismo frente a un fármaco, consistente en una reacción inmunológica inesperada, impredecible e independiente de los efectos farmacológicos propios del medicamento en cuestión”. Así la define el Libro de las enfermedades alérgicas, elaborado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Fundación BBVA.

El mismo documento indica que es difícil determinar la prevalencia de esta clase de alergias, pues no existen suficientes estudios epidemiológicos. Sin embargo, se estima que constituyen entre el 6 y el 10 por ciento de todas las reacciones adversas a medicamentos, y que una de cada diez personas puede ser alérgica a por lo menos un fármaco. La alergia a medicamentos -añade el especialista Teófilo Lobera Labairu, autor del artículo en el citado libro- representa el 15 por ciento de las consultas en los servicios de alergología, solo superada en cantidad por el asma y la rinitis.

SÍNTOMAS PARA DETECTAR LA ALERGIA FARMACOLÓGICA

Los síntomas más comunes de la alergia farmacológica son: urticaria, picor en los ojos, erupciones cutáneas, hinchazón en los labios, la lengua o la cara y sibilancias (es decir, la emisión de un sonido agudo y chillón al respirar). Si aparecen después de ingerir una medicación, lo recomendable es consultar con el médico lo antes posible, con el fin de realizar las pruebas que confirmen o descarten la existencia de una alergia.

Sin embargo, como explica un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, en algunos casos los síntomas son más intensos y llegan a producir una anafilaxia, una reacción alérgica grave que puede incluir un picor muy intenso, cólicos abdominales, diarrea, palpitaciones, di.ficultades para respirar, mareos, vómitos, confusión y pérdida del conocimiento. Por fortuna, estos ataques no son muy frecuentes.

Por lo general, los medicamentos con mayor tendencia a producir alergia son los antibióticos más comunes -los llamados betalactámicos-, entre los cuales se encuentran la penicilina, la amoxicilina y las cefalosporinas. La mitad de los casos diagnosticados de alergia a fármacos, apunta el Libro de las enfermedades alérgicas, están dados por esos antibióticos. También numerosos antiinflamatorios, anticonvulsivos, la insulina y los medios de contraste (necesarios para ciertas radiografías y otros estudios) pueden ocasionar alergias.

La mayoría de las veces esas reacciones adversas son los llamados efectos secundarios o colaterales de una medicación. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro

UN PROBLEMA QUE SURGE A PARTIR DE LOS 40 AÑOS

Una pequeña curiosidad es que la alergia farmacológica suele detectarse en torno a los 40 años de edad, y no en la infancia o la adolescencia, como es común en otras alergias, como a los alimentos, la rinitis o el asma. La razón es muy sencilla: en promedio, a partir de las cuatro décadas de vida, las personas necesitamos tomar más medicación.

Este hecho nos enfrenta con fármacos con los cuales no habíamos estado previamente en contacto, y en consecuencia aumenta las probabilidades de que las alergias se produzcan. Se debe tener en cuenta que el primer contacto con un medicamento nunca produce una reacción alérgica. Esto se debe a que la alergia es, por definición, la reacción del sistema inmunológico ante un agente externo, en este caso el fármaco.

Y para que el sistema inmunológico reaccione, primero tiene que haberse “preparado” para ello, a partir de un contacto inicial que haya provocado la sensibilización del organismo. No obstante, la alergia a los fármacos tampoco aparece siempre en el segundo contacto, sino que puede hacerlo mucho después.

De hecho, un alto grado de exposición a un mismo medicamento es uno de los factores que pueden generar, en algún momento, la alergia a esa sustancia. Más allá de tratar de evitar esa alta exposición (algo que puede ser deseable, pues España es uno de los países desarrollados que más abusa de los antibióticos, pero que en muchos casos resulta muy difícil o impracticable) no existen formas de prevenir una posible alergia a los fármacos.

TRATAMIENTO DE LAS ALERGIAS FARMACOLÓGICAS

¿Qué hacer, entonces, cuando se detecta una de estas alergias? La solución más sencilla es, desde luego, dejar de tomar esa medicación. El médico ha de proponer fármacos que puedan sustituir al que ha desencadenado la alergia. Pero Lobera Labairu apunta que en los casos en que “no exista un tratamiento alternativo válido, y prescindir del medicamento al que el paciente es alérgico puede poner en peligro su vida, está indicada la desensibilización al fármaco causal”.

Con cierta frecuencia, los medicamentos producen reacciones adversas. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro

La desensibilización es un tratamiento que consiste en dar al paciente dosis crecientes del medicamento al que es alérgico. Se comienza con unas cantidades muy pequeñas y se aumenta de manera progresiva, procurando inhibir su capacidad de respuesta alérgica, hasta alcanzar la dosis terapéutica necesaria.

Es una solución temporal, pues pasado un tiempo breve la alergia vuelve a “activarse”, pero permite la administración de las medicinas que el paciente precisa. Es un procedimiento de riesgo, que debe contar con el estricto control de un alergólogo. Por lo demás, también conviene estar atentos a un hecho del que alerta la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC.

Esto es que muchos medicamentos generan reacciones alérgicas, sobre todo en niños, pero no porque estos sean alérgicos al fármaco, sino que lo son a algún alimento incluido como excipiente (para dar forma, sabor o consistencia al producto). Cacahuetes, huevo, proteínas lácteas y otros alimentos pueden formar parte de la medicación. Por ello, resulta fundamental plantear estas dudas al médico que la indique y leer los prospectos con mucha atención.

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El alcohol podría ayudar a dormir mejor a las personas que sufren insomnio: ¿mito o realidad?

domingo, marzo 24th, 2019

¿Beber alcohol es una buena idea para conciliar el sueño? Desmentimos esta creencia errónea y te contamos los efectos devastadores de esta sustancia sobre tu cerebro, ritmos circadianos y órganos.

Ciudad de México, 24 de marzo (TICbeat/SinEmbargo).– Son muchas las personas que ante el insomnio deciden servirse una copa de vino o sacar una cerveza de la nevera para invocar a la somnolencia y que contar ovejas se convierta en un ejercicio más placentero. No obstante, la ciencia ha recalcado en muchas ocasiones el carácter contraproducente del consumo y destacado el vínculo entre el alcohol y las interrupciones del sueño.

Las razones por las que el alcohol es malo son varias: el alcohol te deprime debido a sus efectos sedantes y somníferos -que a su vez motivan su consumo- y su carácter como sustancia inmunodepresora.

Aunque alcanzas al beberlo un nivel rápido de somnolencia -algo que se produce por la producción de la adenosina-, provoca interrupciones del sueño una vez su efecto desaparece, afectando de forma negativa a la fase REM del sueño, responsable de aumentar la memoria, la concentración y el aprendizaje. De este modo, al día siguiente puedes sufrir fatiga, deterioro de la concentración, falta de productividad o ansiedad.

Por otro lado, al beber líquido antes de meterte en cama, es probable que tengas que levantarte al baño en mitad de la noche, algo más que probable debido al carácter diurético del alcohol. Además, el alcohol incide sobre la regulación de temperatura, pudiendo generar sudores nocturnos.

 

Los despertares nocturnos propiciados por el alcohol también acontecen por los cambios más bruscos entre las fases del sueño, además de una mayor relajación de los músculos de la garganta, que empeoran la respiración, incrementan los ronquidos y agravan la apnea del sueño.

Además de al sueño y al cerebro, el consumo nocturno -y diurno de alcohol- daña el corazón, puede producir a largo plazo pancreatitis, cirrosis y hepatitis alcohólica, dolencias de estómago como la gastritis y úlceras pépticas, alteraciones del sistema inmunológico, mal funcionamiento del sistema nervioso, degeneración ósea y muscular, impotencia sexual y mayor riesgo de abortos espontáneos en las mujeres.

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Las 15 razones por las que podrías estar experimentando cansancio todo el tiempo

domingo, enero 6th, 2019

Si te sientes cansado de forma habitual y no puntual, te explicamos las causas principales que pueden subyacer detrás de ese problema de fatiga crónica, que pueden ser de carácter físico o psicológico.

Por Andrea Núñez-Torrón Stock

Ciudad de México, 6 de enero (TICbeat/SinEmbargo).– El trabajo, los problemas personales, un acontecimiento puntual o una mala noche de sueño pueden propiciar que te encuentres con somnolencia, fatiga y sensación de cansancio. Sin embargo, cuando te sientes cansado todo el tiempo y durante un período prolongado de tiempo, existen determinadas causas físicas, psicológicas o de comportamiento detrás del agotamiento.

Aunque estar permanentemente cansado puede parecer un subproducto normal de una vida ocupada y el ritmo agitado de la vida moderna, el agotamiento perpetuo puede constituir un síntoma del síndrome de fatiga crónica u otras afecciones subyacentes. Es fundamental identificar las razones por las que sientes esta sensación constante de cansancio, por lo que a continuación enumeramos las más comunes.

15 RAZONES DEL CANSANCIO Y LA FATIGA CRÓNICAS

Anemia: Está causada por una deficiencia de hierro y reduce el flujo de oxígeno al cuerpo, provocando sensación de mareo, frío y dolores de cabeza. Según datos de la OMS la sufren 1620 millones de personas en todo el mundo, lo que corresponde al 24.8 por ciento de la población. La máxima prevalencia se da en los niños en edad preescolar y la mínima en los varones, aunque el grupo de población con más personas afectadas es el de las mujeres no embarazadas.

Enfermedad celíaca: Si padeces celiaquía, una afección causada por el daño al revestimiento del intestino delgado que procede de una reacción a la ingestión de gluten, el cansancio es uno de los síntomas extraintestinales de la enfermedad, al que se unen otros como el dolor muscular o de las articulaciones, dolor de cabeza y depresión.

Síndrome de fatiga crónica: Este síndrome afecta a millones de personas, siendo también conocido como «enfermedad sistémica por intolerancia al esfuerzo» o «encefalomielitis miálgica». Sus causas son desconocidas, aunque existen muchas teorías, que van de las infecciones virales al estrés psicológico. Independientemente de la causa, la consulta con un profesional médico es esencial.

Diabetes: Si tienes niveles altos de azúcar en la sangre, tu cuerpo es menos eficiente en la entrega de nutrientes y oxígeno a los tejidos musculares y los sistemas de órganos. Sin los recursos que necesitan, pueden provocar que te sientas más lento y fatigado.

Las causas principales que pueden subyacer de manera física o psicológica.Foto: María José Martinez, Cuartoscuro

Obesidad: Si padeces de sobrepeso, hay una serie de razones por las que puede experimentar un exceso de cansancio. Además, el riesgo de sufrir síndrome metabólico y las afecciones correspondientes, como la diabetes, es mayor.

Infección del tracto urinario: Una infección del tracto urinario como la cistitis puede causar fatiga, dolor e irritabilidad, además de provocar la falta de sueño. Suele tratarse con antibióticos y los síntomas desaparecen a los pocos días.

Enfermedad del corazón: Cuando tu salud cardiovascular se vea comprometida, la respiración es más agitada y el esfuerzo físico más difícil, propiciando el agotamiento.

Fiebre glandular: También conocida como mononucleosis infecciosa, es una enfermedad común en adolescentes y en adultos jóvenes, cuya recuperación tarda unas pocas semanas. Si alguna vez la sufres, uno de los principales efectos secundarios es la fatiga crónica, que a menudo puede durar hasta seis meses después del diagnóstico original, incluso después del tratamiento. Por ello, es importante acudir al médico.

 

Embarazo: Llevar peso extra y experimentar los cambios hormonales y físicos del embarazo puede ser agotador. Sin embargo, no debes preocuparte, ya que se trata de un síntoma normal en un embarazo sano, sencillamente tu cuerpo te está demandando más reposo. La mayoría de las mujeres presenta este síntoma en el primero y en el tercer trimestre del embarazo.

Hipotiroidismo: El cansancio en el paciente hipotiroideo se trata la manifestación mas llamativa de la alteración del sistema muscular, constituyendo e síntoma principal que nos pone en alerta sobre la afección. Las estadísticas nos revelan que más del 90 por ciento de las personas hipotiroideas se sienten cansadas, muy cansadas o extremadamente agotadas.

Apnea del sueño: La apnea del sueño se trata de un problema de salud en el que la persona pasa de un sueño profundo a un sueño liviano cuando hay una pausa en la respiración o cuando la respiración se vuelve superficial. El sueño es interrumpido y de mala calidad, además de poco reparados, lo que repercute en la fatiga matutina o el cansancio a lo largo del día.

Ansiedad: Si tienes un alto nivel de hormonas del estrés en el cuerpo, como cortisol o adrenalina, es más difícil para tu cuerpo relajarse y repararse a sí mismo, lo que genera dificultades para dormir y equilibrar los niveles de energía. La ansiedad y los trastornos nerviosos son algunas de las principales causas de sentirse cansado todo el tiempo. Puedes conocer todos sus primeros síntomas en este artículo.

Depresión: Aunque se caracteriza por diferentes síntomas, el cansancio, el agotamiento o la fatiga, tantos físicos como mentales, son constantes en la depresión, manifestados en la sensación permanente de apatía y un cansancio mental que impide realizar las tareas diarias con normalidad. Aunque desees dormir todo el día, el insomnio a menudo puede manifestarse como un síntoma secundario.

Estilo de vida descuidado: Las opciones en su estilo de vida también pueden ser la causa de su agotamiento, ya que una dieta pobre, el consumo excesivo de alcohol o drogas, la inestabilidad de horarios o la falta de rutina pueden propiciar períodos de cansancio prolongados o puntuales.

Abuso de alcohol: Si regularmente consumes alcohol, tu cuerpo necesitará más tiempo para eliminar las toxinas y recuperarse del abuso ocasionado al hígado. Como resultado, este problema puede causar sentimientos de agotamiento y una falta de enfoque cognitivo. Si ya lo has comprobado en alguna ocasión, las resacas son terribles para los niveles de energía.

Dieta pobre: Si no comes adecuadamente, tu organismo carecerá de los recursos que necesita para funcionar correctamente, lo que puede conducir a deficiencias de nutrientes o una falta básica de energía para las tareas normales. Repasa cuáles son los alimentos que te hacen sentir más enérgico y animado.

Malos hábitos de sueño: Si siempre estás cansado, puede que tu higiene del sueño sea un desastre. Para evitar el cansancio prolongado a lo largo del día, te recomendamos establecer un horario de sueño, evitar la tecnología antes de dormir y usar tu dormitorio únicamente para dormir, optando por un ambiente ordenado, limpio, silencioso, seco y sin interrupciones. También existen ciertos dispositivos que te ayudarán a dormir mejor.

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