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Pérdida de cabello y disfunción sexual son síntomas de la COVID larga, revela estudio

miércoles, julio 27th, 2022

Algunos de los síntomas que no se conocían de la COVID larga, según encontraron investigadores, son la pérdida de cabello y la disfunción sexual.

Madrid, 27 de julio (Europa Press).– Las personas que padecen COVID desde hace mucho tiempo experimentan un conjunto de síntomas más amplio de lo que se pensaba, incluyendo la pérdida de cabello y la disfunción sexual, según ha descubierto una nueva investigación.

Un estudio publicado en la revista Nature Medicine ha descubierto que los pacientes con un registro de atención primaria de infección por SARS-CoV-2 declararon 62 síntomas con mucha más frecuencia 12 semanas después de la infección inicial que los que no habían contraído el virus.

Investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), junto con un equipo de médicos e investigadores de toda Inglaterra, analizaron las historias clínicas electrónicas anónimas de 2.4 millones de personas en el Reino Unido, con la financiación del Instituto Nacional de Investigación Sanitaria y Asistencial y de Investigación e Innovación del Reino Unido.

Según el estudio, 107 residentes presentaron infección por SARS-CoV-2 después de 7 días de la vacunación con la dosis de refuerzo, en comparación con los 185 del grupo de sólo dos dosis. Foto: Esteban Felix, AP

Los datos tomados entre enero de 2020 y abril de 2021 comprendían 486 mil 149 personas con infección previa, y 1.9 millones de personas sin indicios de infección por coronavirus tras el cotejo de otros diagnósticos clínicos.

Utilizando solo a los pacientes no hospitalizados, el equipo de investigadores pudo identificar tres categorías de síntomas distintos reportados por las personas con problemas de salud persistentes después de la infección.

Los patrones de síntomas tendían a agruparse en síntomas respiratorios, problemas de salud mental y cognitivos, y luego una gama más amplia de síntomas. Mientras que los síntomas más comunes incluyen anosmia (pérdida del sentido del olfato), dificultad para respirar, dolor en el pecho y fiebre; otros incluyen amnesia, apraxia (incapacidad para realizar movimientos u órdenes familiares), incontinencia intestinal, disfunción eréctil, alucinaciones o hinchazón de las extremidades.

El doctor Shamil Haroon, profesor clínico asociado de salud pública en la Universidad de Birmingham y autor principal del estudio, destaca que “esta investigación valida lo que los pacientes han estado diciendo a los clínicos y a los responsables políticos a lo largo de la pandemia, que los síntomas del COVID Largo son extremadamente amplios y no pueden ser totalmente explicados por otros factores como los factores de riesgo del estilo de vida o las condiciones de salud crónicas”.

“Los síntomas que identificamos deberían ayudar a los clínicos y a los elaboradores de directrices clínicas a mejorar la evaluación de los pacientes con efectos a largo plazo de COVID-19, y a considerar posteriormente cómo se puede gestionar mejor esta carga de síntomas”, sugiere.

Por su parte, Jennifer Camaradou, socia del paciente y coautora de la investigación, resalta que “este estudio es fundamental para crear y añadir más valor a la comprensión de la complejidad y la patología de la COVID larga. Pone de manifiesto el grado y la diversidad de expresión de los síntomas entre los distintos grupos. Los pacientes con enfermedades preexistentes también agradecerán el análisis adicional sobre los factores de riesgo”.

“Los pacientes con enfermedades preexistentes también agradecerán el análisis adicional sobre los factores de riesgo”, explicó la investigadora. Foto: Mark Schiefelbein, AP

Además de identificar un conjunto más amplio de síntomas, el equipo de investigación también descubrió grupos demográficos y comportamientos clave que exponen a las personas a un mayor riesgo de padecer COVID largo.

El estudio sugiere que las mujeres, las personas más jóvenes o las que pertenecen a un grupo étnico negro, mixto o de otro tipo tienen un mayor riesgo de padecer COVID Largo. Además, las personas de nivel socioeconómico bajo, los fumadores y las personas con sobrepeso u obesidad, así como la presencia de una amplia gama de condiciones de salud, se asociaron con la notificación de síntomas persistentes.

Anuradhaa Subramanian, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria Aplicada de la Universidad de Birmingham y autora principal del trabajo, explica que el análisis de los datos sobre los factores de riesgo es de especial interés porque nos ayuda a considerar qué podría estar causando o contribuyendo a la COVID Larga.

“Ya sabemos que ciertos rasgos modificables, como el tabaquismo y la obesidad, aumentan el riesgo de padecer diversas enfermedades y afecciones, incluido el COVID Largo –apunta. Sin embargo, otros, como el sexo biológico y el origen étnico, también parecen ser importantes”.

“Las mujeres, por ejemplo, son más propensas a padecer enfermedades autoinmunes. Ver la mayor probabilidad de que las mujeres tengan COVID Largo en nuestro estudio aumenta nuestro interés por investigar si la autoinmunidad u otras causas pueden explicar el mayor riesgo en las mujeres –prosigue–. Estas observaciones ayudarán a estrechar aún más el foco de los factores a investigar que pueden estar causando estos síntomas persistentes después de una infección, y cómo podemos ayudar a los pacientes que los están experimentando”.

Los registros de pacientes de 2.3 millones de personas permitieron al equipo de investigación captar las infecciones posteriores al SARS-CoV-2 en un momento único de la pandemia mundial. El estudio se centra en la primera fase de la pandemia en el Reino Unido, entre enero de 2020 y abril de 2021, y ofreció al equipo la oportunidad de comparar números significativos de personas que tenían infecciones por coronavirus con un grupo de control de personas no infectadas.

El equipo interdisciplinario contó con la participación de epidemiólogos, clínicos, científicos de datos, estadísticos y pacientes para descifrar los registros sanitarios electrónicos con el fin de capturar con precisión los síntomas persistentes experimentados después de la infección.

El Dr. Shamil Haroon subraya que “los resultados son un testimonio de las oportunidades que brindan estos conjuntos de datos de salud pública, y del poder del trabajo colaborativo para proporcionar pruebas muy necesarias en torno a las experiencias de muchas personas que se han visto afectadas por síntomas persistentes después de la infección por el coronavirus”.

“Espero que nuestra investigación también valide aún más las voces de los pacientes y los grupos de implicación y proporcione un enfoque para apoyar las respuestas sanitarias a las enfermedades nuevas y emergentes”, concluye.

Una mujer inglesa se entera de que tuvo COVID luego de perder “grandes mechones” de cabello

miércoles, febrero 24th, 2021

Un estudio determinó que una cuarta parte de los pacientes con coronavirus sufren pérdida de cabello en los primeros seis meses después de haber contraído la enfermedad.

Ciudad de México, 24 de febrero (RT).- En el Reino Unido, una mujer se dio cuenta de que se había contagiado con la COVID-19 sólo después de que empezaron a caérsele “grandes mechones” de cabello, informa la prensa local.

Abby Read, de 45 años y residente en el condado inglés de Devon, cree que se contagió en marzo del 2020, pero no había desarrollado ningún síntoma. Sus dos hijas contrajeron la COVID-19 y presentaban los indicios característicos de dicha enfermedad.

“No había oído que [la caída del cabello] fuera un síntoma de la COVID-19, pero cuando investigué un poco en Internet, leí un informe que decía que el 22 por ciento de las mujeres que tienen coronavirus sufren pérdida de cabello”, relató Abby. El médico le recetó corticosteroides tópicos, un ungüento que se frota en el lugar donde se había producido la caída del cabello, y sólo seis meses después de iniciado el tratamiento le comenzó a crecer el pelo nuevamente.

“No había oído que [la caída del cabello] fuera un síntoma de la COVID-19, pero cuando investigué un poco en Internet, leí un informe que decía que el 22 por ciento de las mujeres que tienen coronavirus sufren pérdida de cabello”, relató Abby. Imagen ilustrativa. Foto: AP

¿PÉRDIDA DE CABELLO COMO SÍNTOMA DE LA COVID-19?

“Cambié mi dieta y eliminé todo el trigo y los lácteos. Me sentí muy aliviada cuando mi cabello comenzó a crecer de nuevo. Lo que ha vuelto a crecer es como el pelo de un bebé, porque es suave y esponjoso, y hasta ahora sólo mide aproximadamente una pulgada (2.5 centímetros) de largo”, agregó.

Un reciente estudio, publicado en la revista The Lancet, descubrió que 359 de mil 655 pacientes hospitalizados en la ciudad china de Wuhan con COVID-19 sufrieron pérdida de cabello en los primeros seis meses después de haber contraído la enfermedad, siendo las mujeres las más propensas.

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¿Por qué ocurre la caída del cabello? Experto lo explica y ofrece un modo para prevenirla

martes, diciembre 15th, 2020

Entre las funciones de esta vitamina figura el mantenimiento de la salud de los eritrocitos, que permiten suministrar el oxígeno a los tejidos, incluidos los folículos pilotos.

Ciudad de México, 15 de diciembre (RT).- La pérdida de cabello es un problema que afecta a millones de personas en el mundo. Su razón es la escasez de vitamina B12 en el cuerpo, que es clave para el crecimiento del pelo, asegura Philip Kingsley, experto británico en cuidado del cabello.

Entre las funciones de esta vitamina figura el mantenimiento de la salud de los eritrocitos, que permiten suministrar el oxígeno a los tejidos, incluidos los folículos pilotos. Cuando le falta oxígeno al cuerpo, las prioridades del organismo serán transportarlo a los órganos vitales.

Por lo tanto, llega menos oxígeno a los folículos del cabello, que no son cruciales para mantener la vida. Kingsley afirma que “sin el oxígeno, los folículos pilosos dejan de funcionar como se debe, y el pelo puede caerse”.

A veces, la deficiencia de vitamina B12 ocurre cuando el cuerpo es incapaz de absorberla de la comida, por deficiencia de vitamina D en los alimentos, o por culpa de tomar ciertos fármacos que bloquean la absorción de la vitamina B12. En el grupo de riesgo pueden figurar los veganos, sostiene.

Para tener las cantidades suficientes de B12 se puede implementar el consumo de suplementos de esta vitamina, sugirió Kingsley.

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¿Cómo reconocer las alergias a los medicamentos y qué hacer si se presentan síntomas?

sábado, agosto 1st, 2020

Los síntomas más comunes de la alergia farmacológica son: urticaria, picor en los ojos, erupciones cutáneas, hinchazón en los labios, la lengua o la cara y sibilancias (es decir, la emisión de un sonido agudo y chillón al respirar). Si aparecen después de ingerir una medicación, lo recomendable es consultar con el médico lo antes posible, con el fin de realizar las pruebas que confirmen o descarten la existencia de una alergia.

Por Cristian Vázquez

Madrid, 01 de agosto (elDiario.es).- Con cierta frecuencia, los medicamentos producen reacciones adversas. Es decir, una sustancia administrada a una persona con el fin de beneficiarla termina, de alguna manera, perjudicándola. La mayoría de las veces esas reacciones adversas son los llamados efectos secundarios o colaterales de una medicación.

Estos efectos pueden ir desde los más leves, como somnolencia o alteraciones digestivas, hasta los más graves, como los vómitos o la pérdida del cabello en los pacientes sometidos a quimioterapia. Pero todos están dentro de lo que se considera normal. En ocasiones, en cambio, lo que sucede es que el paciente ha desarrollado una alergia contra ese medicamento. Resulta importante identificar cuándo esto sucede, para poder actuar del modo apropiado.

Esta alergia es “una respuesta anómala del organismo frente a un fármaco, consistente en una reacción inmunológica inesperada, impredecible e independiente de los efectos farmacológicos propios del medicamento en cuestión”. Así la define el Libro de las enfermedades alérgicas, elaborado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Fundación BBVA.

El mismo documento indica que es difícil determinar la prevalencia de esta clase de alergias, pues no existen suficientes estudios epidemiológicos. Sin embargo, se estima que constituyen entre el 6 y el 10 por ciento de todas las reacciones adversas a medicamentos, y que una de cada diez personas puede ser alérgica a por lo menos un fármaco. La alergia a medicamentos -añade el especialista Teófilo Lobera Labairu, autor del artículo en el citado libro- representa el 15 por ciento de las consultas en los servicios de alergología, solo superada en cantidad por el asma y la rinitis.

SÍNTOMAS PARA DETECTAR LA ALERGIA FARMACOLÓGICA

Los síntomas más comunes de la alergia farmacológica son: urticaria, picor en los ojos, erupciones cutáneas, hinchazón en los labios, la lengua o la cara y sibilancias (es decir, la emisión de un sonido agudo y chillón al respirar). Si aparecen después de ingerir una medicación, lo recomendable es consultar con el médico lo antes posible, con el fin de realizar las pruebas que confirmen o descarten la existencia de una alergia.

Sin embargo, como explica un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, en algunos casos los síntomas son más intensos y llegan a producir una anafilaxia, una reacción alérgica grave que puede incluir un picor muy intenso, cólicos abdominales, diarrea, palpitaciones, di.ficultades para respirar, mareos, vómitos, confusión y pérdida del conocimiento. Por fortuna, estos ataques no son muy frecuentes.

Por lo general, los medicamentos con mayor tendencia a producir alergia son los antibióticos más comunes -los llamados betalactámicos-, entre los cuales se encuentran la penicilina, la amoxicilina y las cefalosporinas. La mitad de los casos diagnosticados de alergia a fármacos, apunta el Libro de las enfermedades alérgicas, están dados por esos antibióticos. También numerosos antiinflamatorios, anticonvulsivos, la insulina y los medios de contraste (necesarios para ciertas radiografías y otros estudios) pueden ocasionar alergias.

La mayoría de las veces esas reacciones adversas son los llamados efectos secundarios o colaterales de una medicación. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro

UN PROBLEMA QUE SURGE A PARTIR DE LOS 40 AÑOS

Una pequeña curiosidad es que la alergia farmacológica suele detectarse en torno a los 40 años de edad, y no en la infancia o la adolescencia, como es común en otras alergias, como a los alimentos, la rinitis o el asma. La razón es muy sencilla: en promedio, a partir de las cuatro décadas de vida, las personas necesitamos tomar más medicación.

Este hecho nos enfrenta con fármacos con los cuales no habíamos estado previamente en contacto, y en consecuencia aumenta las probabilidades de que las alergias se produzcan. Se debe tener en cuenta que el primer contacto con un medicamento nunca produce una reacción alérgica. Esto se debe a que la alergia es, por definición, la reacción del sistema inmunológico ante un agente externo, en este caso el fármaco.

Y para que el sistema inmunológico reaccione, primero tiene que haberse “preparado” para ello, a partir de un contacto inicial que haya provocado la sensibilización del organismo. No obstante, la alergia a los fármacos tampoco aparece siempre en el segundo contacto, sino que puede hacerlo mucho después.

De hecho, un alto grado de exposición a un mismo medicamento es uno de los factores que pueden generar, en algún momento, la alergia a esa sustancia. Más allá de tratar de evitar esa alta exposición (algo que puede ser deseable, pues España es uno de los países desarrollados que más abusa de los antibióticos, pero que en muchos casos resulta muy difícil o impracticable) no existen formas de prevenir una posible alergia a los fármacos.

TRATAMIENTO DE LAS ALERGIAS FARMACOLÓGICAS

¿Qué hacer, entonces, cuando se detecta una de estas alergias? La solución más sencilla es, desde luego, dejar de tomar esa medicación. El médico ha de proponer fármacos que puedan sustituir al que ha desencadenado la alergia. Pero Lobera Labairu apunta que en los casos en que “no exista un tratamiento alternativo válido, y prescindir del medicamento al que el paciente es alérgico puede poner en peligro su vida, está indicada la desensibilización al fármaco causal”.

Con cierta frecuencia, los medicamentos producen reacciones adversas. Foto: Mario Jasso, Cuartoscuro

La desensibilización es un tratamiento que consiste en dar al paciente dosis crecientes del medicamento al que es alérgico. Se comienza con unas cantidades muy pequeñas y se aumenta de manera progresiva, procurando inhibir su capacidad de respuesta alérgica, hasta alcanzar la dosis terapéutica necesaria.

Es una solución temporal, pues pasado un tiempo breve la alergia vuelve a “activarse”, pero permite la administración de las medicinas que el paciente precisa. Es un procedimiento de riesgo, que debe contar con el estricto control de un alergólogo. Por lo demás, también conviene estar atentos a un hecho del que alerta la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC.

Esto es que muchos medicamentos generan reacciones alérgicas, sobre todo en niños, pero no porque estos sean alérgicos al fármaco, sino que lo son a algún alimento incluido como excipiente (para dar forma, sabor o consistencia al producto). Cacahuetes, huevo, proteínas lácteas y otros alimentos pueden formar parte de la medicación. Por ello, resulta fundamental plantear estas dudas al médico que la indique y leer los prospectos con mucha atención.

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