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“En algunos territorios hay gran desigualdad y hay un aumento de ella. No afecta solo a los pobres o muy pobres sino a la clase media que regresa”, comentó Fabrizio Barca, ex Ministro del Gobierno de Italia y ex presidente del Comité para la Política Territorial de la OCDE en un foro sobre desigualdad.

 Ciudad de México, 9 de julio (SinEmbargo).- En el mundo, la desigualdad social se está reflejando en enojo y resentimientos que afectan no solo a los pobres o muy pobres, sino también a la clase media; la gente ya vive bajo la premisa de que las cosas ya no se pueden cambiar, cuando de primera instancia son los gobiernos los que deben admitir que se optó por políticas erróneas.

Es fue la premisa con la que inició su participación Fabrizio Barca, ex Ministro del gobierno de Italia y ex presidente del Comité para la Política Territorial de la OCDE, en el Foro Desigualdad y Diversidad, organizado por el colectivo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

“En algunos territorios hay gran desigualdad y hay un aumento de ella. En Europa, la desigualdad entre las naciones había bajado hacia principios de los años 80 pero ahora está creciendo. Son ciudades que van hacia atrás. Este crecimiento de desigualdades crea enojo y resentimientos. No afecta solo a los pobres o muy pobres sino a la clase media que regresa”, comentó el doctor.

Según la experiencia en Italia, un joven que accede al mercado laboral gana el 20 por ciento menos que hace 20 años.
El sentimiento de impotencia y desconfianza hacia la élite, agregó, determina la idea de una “dinámica autoritaria” por la concentración de la riqueza que ha sido a nivel mundial.

Para el doctor, hay dos elementos desde los que se debe analizar la desigualdad creciente, que son la tecnología y el territorio. La tecnología de la información contiene una potencialidad extraordinaria para difundir el conocimiento a toda la población y para establecer una conexión con personas que viven en sitios distantes, pero se generó una concentración del conocimiento que está representada en el hecho de que entre los primeros 10 ricos del mundo 7 son de empresas digitales con impactantes ganancias.

“Hay gente que no puede acceder a los avances de Amazon o de Google, financiamos institutos de investigación pública y esos resultados son públicos pero sólo pocos pueden acceder a ese conocimiento”, explicó.

Sobre el territorio dijo que se cometieron tres errores y se operó de forma ciega: “Hicieron reformas en la educación y salud de una forma rígida, no adaptable a las diferentes exigencias del territorio. Las exigencias vienen del centro de las ciudades y pusieron las reglas con base en eso y no son aptas a los territorios”.

Mencionó como errores cometidos la desconfianza al gobierno provocado porque se dio el desarrollo de los territorios a las empresas privadas cuando su estrategia a largo plazo debía ser colectiva y democrática; también las divisiones sociales.

Mencionó que además de la necesidad de redistribuir, también se debía “pre distribuir”, esto es aumentar la justicia social, darle a todos la oportunidad de vivir la vida que tienen ellos la oportunidad de vivir: “No queremos todos ser iguales, pero debe ser autodeterminación, no obstáculos”.

Finalmente, consideró que el factor delicado es el tiempo, porque el combate requiere debates y análisis.

“La experiencia dice que si hay un fuerte proceso de participación se compra tiempo porque las personas no esperan una decisión que se tome rápido. Las personas, cuando participan, entienden que es difícil y hacen propias las dificultades de la administración y así se ocupan unos 3 o 5 años”, dijo.