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Línea UAM | ¿Crisis emocional y crisis económica?

domingo, noviembre 22nd, 2015

El experto explica quiénes son los personajes más afectados cuando una familia o pareja enfrenta una crisis económica, y si las depresiones están ligadas con éstas

Foto: shutterstock

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Ciudad de México, 22 de noviembre (SinEmbargo/LíneaUAM).- ¿Realmente piensas que la crisis es la causante de una serie de padecimientos emocionales, tales como depresión, suicidio, incremento de adicciones y violencia entre otros aspectos? Es importante reconocer quiénes son las personas más susceptibles de ser afectadas por la crisis económica. También reflexionemos, si ésta nos alcanzó cuando la familia o la pareja, ya vivían con determinados niveles de estrés, angustia y depresión.

Tratemos de determinar si la crisis emocional se generó a partir del momento, en el que los ingresos familiares ya no alcanzaron para satisfacer determinadas necesidades. Es decir, los hijos se ven obligados a combinar trabajo y estudio, o bien, a cambiarse a una escuela con reducidas colegiaturas, o de plano dejaron los estudios para buscar trabajo. ¿La crisis de la economía produce desazón y desilusión por la falta de oportunidades? Sí. Sin embargo, no hay que olvidar que casi todos estamos obligados a vivir en circunstancias de crisis económica – financiera y que no todos definitivamente, nos sumergimos en estados de ansiedad y depresión por la falta de oportunidades.

Nuevamente nos tenemos que preguntar: ¿Quiénes son más susceptibles y frágiles en tales épocas de finanzas reducidas y escasas? En primer término los niños; son los pequeños infantes los que fundamentalmente padecen los problemas económicos que se dan en la familia.

A un nivel emocional, los niños no entienden necesariamente qué es lo que está pasando con la familia; observan y sienten el enojo y la impotencia de los padres, sin saber bien a bien qué sucede. Los niños frecuentemente pueden creer que son los culpables por lo que pasa en casa, llegan a sentirse mal al no entender que el dinero no alcanza. La pregunta es si hemos enseñado a nuestros hijos a que el dinero es la herramienta fundamental para andar por la vida, o si hay otros aspectos que dan sentido a nuestra existencia. Es probable que ante tales crisis, las calificaciones bajen, lo cual amerita hablar sobre lo que está sucediendo.

En segundo lugar, son los jóvenes adolescentes los que más se quejan de ver afectadas sus finanzas por los reducidos presupuestos de la familia; la apuesta es hablar con niños y jóvenes de manera tal que puedan comprender que ante la falta de dinero, toda la economía del hogar se verá trastornada y que por lo tanto, habrá etapas por las cuales la familia tiene que reducir al mínimo sus gastos.

Lo anterior tiene un efecto emocional muy complicado; por un lado tenemos padres molestos por la escasez monetaria, por el otro, hijos enojados porque no hay dinero. Alternativas: primero hablar y reconocer qué pasa. Segundo, buscar opciones concretas y realistas para lo que acontece con sentido grupal y familiar, no salidas que solamente funcionen a una parte de la familia o la pareja.

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Tercero, la crisis económica si bien contribuye a que se incrementen los problemas emocionales, no necesariamente genera depresión, suicidios, incremento de adicciones y violencia. Insistimos, el depresivo lo es con y sin crisis económica; quien tiene ideación suicida – está planeando su muerte – la lleva a cabo independientemente de si tiene o no dinero; el adicto buscará las formas de encontrar dinero para su consumo y la violencia en la familia, la pareja o en la calle, no necesariamente se incrementan porque la gente no tiene suficientes recursos económicos.

A continuación hacemos algunas propuestas que bajo determinadas condiciones, podrían tener sentido para ustedes, los lectores:

Si en la familia o la pareja, uno de los integrantes perdió el empleo, o está a punto de quedarse sin trabajo, sugerimos revisar no sólo las finanzas, sino pensar en la oportunidad que tal vez por primera ocasión, tiene la familia para participar y colaborar en equipo. Las iniciativas estrictamente individuales, presentan más riesgos que ventajas.

Si la crisis económica alcanza a la familia, en términos de no poder pagar una deuda, por ejemplo, será importante realizar una revisión a fondo de los gastos familiares; lo anterior requiere restablecer prioridades. La pregunta para todos es: ¿qué gastos tienen prioridad en la familia – pareja?

Ante el probable escenario de no poder pagar la renta (miles de familias no cuentan con casa propia) esta es la oportunidad para, insistimos, trabajar, colaborar y buscar alternativas en equipo, en grupo.

La escuela y sus gastos. La crisis por la que atraviesa el país en su economía, ha llevado a cientos de padres de familia en pensar  en inscribir a los hijos en escuelas públicas, si es que estudiaban en el sector privado. La sugerencia es que de realizar lo anterior, se efectúe si es posible, con una determinada anticipación – planeación, de manera que las finanzas familiares se equilibren, sin olvidar que los hijos también padecerán emocionalmente el cambio de ambiente escolar. Sería muy conveniente hablar con los hijos y hacerles saber las razones por las cuales se generan tales cambios.

El próximo fin de año representa un fuerte gasto económico, que lleva a las familias a consumir lo que no pueden comprar. Establecer prioridades es básico. El desgaste emocional es brutal ante la prioridad que tiene el festejo contra las carencias materiales.

Revisemos si existen las condiciones para organizar. Es difícil planificar, si es que existen elementos de conflicto, desencuentro, distanciamiento afectivo, enojo acumulado, adicciones y depresión en la familia o la pareja. Con y sin crisis económica, la recesión afectiva puede estar presente.

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Línea UAM | ¿Y la lectura para qué. . .?

domingo, noviembre 15th, 2015

El experto Roberto Salazar explica algunas de las razones psicológicas por las que las personas pueden rehuir a la lectura, en donde la incapacidad de estar solo tiene que ver.

“A veces, me gusta pensar que es el libro quien controla sin discreción los modos en que lo real nos escribe”

Rosa Beltrán

Foto: shutterstock

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Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo/LíneaUAM).- Es un lugar ordinario recurrir a la amarga queja – ¿existirá una queja dulce? – para  referirse a la compleja resistencia de nuestros jóvenes, sobrinos, alumnos, hijos y demás acompañantes por el gusto por la lectura. Todo menos leer, mejor vernos en un centro comercial para mirar, platicar, chismear o meternos al cine, o bien prender la TV para sentirnos acompañados un ratito mientras vemos que hacer. Recuerdo a la hija de una ex secretaria que afirmaba con enojo cuando veía a su madre leer:

“Ay mamá, para que lees si sólo los burros leen. . . “

La afirmación en boca de una chica de 13 o 14 años me sorprendía por su audacia y particularmente por el dominante espíritu del dios Wilson (el dios de la hueva) el cual la tenía fuertemente abrazada. Recuerdo además las alumnas en cuyas casas está prohibida terminantemente la lectura, a menos que pasaran primero la escoba, el trapo y el recogedor, para después hacer la comida y luego encargarse de los hermanos, etc.  En una palabra, tales alumnas no podían leer en casa mientras la madre, por ejemplo, o una hermana mayor, o el padre, estuviera cerca de ellas, porque leer se considera y piensa que es un acto de verdadera pérdida de tiempo.

También escucho a los locutores radiofónicos que afirman que si el amable radioescucha no tiene otra cosa que hacer, pues mejor que “tome un libro”; esto ni más ni menos significa: si tú no tienes nada que hacer, hazte de un libro y con tu mejor voluntad y entusiasmo lee; a mi parecer resulta toda una tontería ¿o no?

Pareciera que la lucha por la lectura estuviera perdida, cuestión por la que un montón de colegas me daría hasta con la cubeta; sin embargo, el punto de partida es reconocer cuál es la razón o las razones por las que los chavos y no tan chavos no leen hoy en día, porque la gente no lee cuando vivimos en un mundo desbordado por la información. Unos le apuestan francamente a la pereza, otros a los altos precios de los libros (lo cual es cierto), unos más afirman que se aburren (como si los libros fueran los responsables) de su personal monotonía dándoles a los libros un valor, un significado para el cual no fue editado. Pobres libros, tan cerca de nosotros y tan lejos de los lectores que no los quieren.

El problema me lleva a formular una hipótesis con un fuerte componente emocional, por lo cual seguramente habrá críticas sabrosas y francas descalificaciones, no importa: no se lee entre otros factores, porque los sujetos de la lectura, esto es los posibles lectores, no saben ni han aprendido a estar solos. El problema de la lectura no es de voluntad o interés únicamente, o de hábito e insistencia necia y rotunda, por ejemplo por parte de nosotros los profesores.

No, el problema de no leer tiene que ver con el hecho de vivir en una sociedad habituada a realizar buena parte de sus actividades relacionadas o no con el ocio, únicamente en compañía o en grupo; si no se hace en grupo familiar o de cuates y amigos, entonces no actuamos porque no nos sentimos acompañados. Al no sentirnos acompañados, claro está que se presenta una imagen de abandono y de no valoración hacia nuestra persona y luego entonces mejor busco “refugio” en la compañía de alguien; no importa si esa persona nos apoya, escucha o de plano no nos pela. Tal vez tendríamos que aprender a disfrutarnos en soledad sin sentir la imperiosa necesidad de tener a alguien a la mano.

La presencia cotidiana y machacona de la familia o bien, la indiferencia concreta por lo que se hace, al final de una y varias formas afecta, entre otras cosas el uso de los libros. En mi personal experiencia y con base en mi hipótesis, la lectura está relacionada con una profunda dependencia afectiva con la que hemos crecido y que en determinados momentos prácticamente nos impide llevar a cabo determinadas actividades.

La lectura sencillamente es una actividad de solitarios y no me refiero a aquellos individuos que se aíslan de todo el mundo porque están sumergidos en profundas depresiones, sino a la práctica de una actividad que requiere para su ejercicio de un interesante aprendizaje para saber estar solo y por lo tanto, otorgarnos el permiso de efectuar aquello que deseamos. La nueva pregunta vuelve a aparecer. ¿Realmente realizamos lo que nosotros en lo más íntimo y personal deseamos?, ¿O por el contrario seguimos las consignas de los otros para desarrollar a, b, c actividades y por lo tanto básicamente cumplimos las expectativas de los otros?

Mucho se ha hablado de la experiencia de la lectura, de cómo nos muestra el mundo, incrementa nuestro vocabulario, nos invita a viajar y particularmente a tener uno o más sentidos sobre los cuales pensar. Cuando pregunto a alumnos y pacientes de lo que hablan con sus familias y parejas, observo que no saben de qué hablar. Esto representa no sólo la posibilidad real de no saber de qué hablar, sino el hecho concreto de no tener de que hablar; el centro del asunto es hablar para pensar. ¿Pensar para qué? ¿Pensarme a mí mismo? ¿Pensar a los demás, como a mi familia, a mi pareja?

Tal vez el asunto parezca de lo más trivial; sin embargo en nuestros días, pensar y pensarse en este planeta en el que nos ha tocado vivir, desde mi perspectiva resulta una de las tareas más importantes con base en la lectura. ¿Debemos leer? La respuesta es afirmativa, con base no únicamente en confrontar nuestra capacidad para saber estar solos con nuestros libros; sin ellos somos pocos y el polvo en los libros y en nosotros será mucho más cada día.

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Línea UAM | La legalización de la mariguana en México a debate

sábado, octubre 31st, 2015
Foto: Shutterstock

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En esta entrega se describe la importancia de analizar el contexto del país, la población a la que llegaría y las consecuencias que traería despenalizar la mariguana

Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).- Me pregunto si los que están de acuerdo con la legalización de la mariguana, han reflexionado en las implicaciones que tiene su consumo, tanto en términos de salud pública, como en sus alcances sociales. No es lo mismo legalizarla en algunos estados de EU y otros países, que legalizarla en México, en donde la corrupción campea y controla importantes sectores de la vida pública y privada del país.

Los que favorecen tal iniciativa, piensan que controlar la producción de mariguana y su respectiva distribución y colocación en sitios determinados, ayudará a los consumidores. Aquí examinaremos algunos aspectos de un tema rigurosamente polémico.

Los efectos de la mariguana son variables de acuerdo a cuánto se consume y en qué contexto emocional se utiliza. Aspecto que veo que no se toma en cuenta en la iniciativa de legalización de la mota. Es decir, la salud mental del consumidor resulta factor esencial para reconocer la dimensión de los efectos de la yerba. En una palabra, es fundamental reconocer qué se consume, cuándo se consume, con qué frecuencia, para qué se consume y cuáles son los resultados y efectos de lo que se consumió. El contexto es fundamental para reconocer el tema.

El usuario de la mariguana presenta una exaltación de las emociones, agudiza los sentidos con sensaciones de relajación; el sentido del tiempo se relativiza, se disminuyen y pierden los reflejos y la capacidad de concentración y la memoria se desvanece. La persona que consume, particularmente bajo estados depresivos, corre mayores riesgos.

Importante describir que la mariguana, no genera estados depresivos per se; es la depresión, el factor que puede condicionar determinados efectos críticos en el consumidor.  Se cree ordinariamente que la mariguana puede “aliviar” el dolor emocional y “cura” lo que molesta, desagrada. Esto es parte de la supuesta inocuidad de la mota, especialmente cuando se afirma que los consumidores presentan menos problemas que los que consumen por ejemplo, alcohol.

La mariguana desinhibe, origina euforia, ansiedad, agitación, altera el juicio, produce alucinaciones y produce una significativa pérdida de sentido de la realidad. No podemos estar de acuerdo, en que los sujetos tengan una importante pérdida de la realidad, en un contexto social, grupal y familiar dominado por la violencia que cotidianamente vivimos. No creo que la legalización de la yerba contribuya a reducir tales montos de violencia.

Por el contrario observo entonces, importantes riesgos en la salud física y emocional de los consumidores. Pocos son los promotores de la legalización de la mariguana, a los que les he escuchado puntualizar en tan complejas dinámicas.

La mariguana ha cumplido una función trascendental en los conflictos bélicos; en diferentes momentos históricos ha sido objeto de comercialización y consumo. Por ejemplo, en la Revolución Mexicana y épocas posteriores, el uso de la mariguana entre la población se generalizó por diversas vías, sustentadas en una estructura de corrupción vigente hasta hoy en día.

Vivimos en una sociedad controlada por diferentes grupos del crimen organizado, desorganizado y desorganizante de la vida social y grupal. La violencia se produce desde complejos procesos de psicosis y pérdida de la realidad; las personas resisten el dolor de matar y ver morir. La mota juega un papel importante en tal sentido.

Me preocupa que uno de los efectos del consumo habitual, origina una compleja pasividad; convierte a la persona en un sujeto definitivamente sin motivaciones. Insisto que la mariguana no produce depresión; es el sujeto deprimido quien más directamente puede recurrir a su consumo; el individuo bajo estados depresivos es más susceptible de convertirla en un producto de uso cotidiano. ¿Arriesgado? Sí, definitivamente.

Vivimos en una sociedad en la que cuesta un gran esfuerzo, lograr sentidos de realización personal, familiar y grupal; la tentativa de legalizar el consumo de mariguana, más que representar una alternativa de apertura para determinados grupos y sujetos, contribuye a que continuemos comportándonos como una sociedad pasiva, ansiosa y sin motivaciones.

La pregunta no es para los usuarios de la mota (a los cuales esto no les interesa) sino para sus fantasiosos promotores: se legaliza ¿y luego qué sigue en términos de salud mental? Particularmente ante la inexistencia de políticas públicas de prevención y atención a la salud mental.

A propósito de la discutida legalización de la mariguana, el jueves 29 de octubre, escuché en la radio a mi colega Carmen Fernández Cáceres, Directora de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) describiendo cómo el Delegado de la Benito Juárez, ha mandado desalojar de sus oficinas a los especialistas del CIJ de la citada Delegación, dejando sin tratamiento a cientos de pacientes y sin atención a estudiantes de diversas escuelas que desde hoy, no cuentan con el apoyo de las autoridades. Como lo señaló Carmen Fernández: ¿estamos discutiendo la legalización de la mota, cuando las autoridades no contextualizan la importancia que significa dejar sin atención a cientos de pacientes de uno de los Centros de Integración Juvenil en la ciudad de la desesperanza?

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Línea UAM | Intercambio de pornografía infantil: México en 3er lugar

domingo, octubre 25th, 2015

México lidera junto a Estados Unidos y España el intercambio de pornografía infantil en todo el mundo. ¿Qué provoca que una sociedad como la nuestra caiga en esas prácticas?

 Foto: Shutterstock.

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Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).- “Estados Unidos, España y México, por este orden, son los países que encabezaron en 2010 el intercambio de archivos susceptibles de contener pornografía infantil, según el informe sociológico presentado por la Fundación Alia2, dedicada a analizar y denunciar este fenómeno en internet. Los países con más archivos detectados y sospechosos de contener pornografía infantil fueron en 2010 los tres citados. Estados Unidos y México representaron el 79.5 por ciento del total de archivos encontrados durante los nueve meses que duró el estudio”, de acuerdo con reportes de prensa.

¿Qué está sucediendo en una sociedad como la mexicana, para que ocupe un importante lugar en el uso de archivos con contenidos de pornografía infantil? Es la pobreza, aunque no únicamente, la que afecta directamente a las familias y a los hijos menores de edad, la que en una gran parte está originando la pornografía infantil.

Una sociedad con carencias de todo tipo, tanto materiales, como psicológicas, desquicia principalmente al grupo más desprotegido: los niños y niñas que sin herramientas emocionales, sin familia o con familias ajenas a sus necesidades, sin escuelas, con trabajos forzosos en los cuales son explotados, con problemas de adicciones, etc. se ven expuestos al mercado de la prostitución y la pornografía infantil.

“En el caso americano el país con mayor intercambio de pornografía infantil fue EU, seguido de México y a mayor distancia, y en este orden Colombia, Uruguay, Argentina, Brasil, Venezuela y Perú. EU y México representaron también, según el informe, casi el 80 por ciento del contenido de archivos de pornografía infantil en todo el continente americano”.

Existe una gran diferencia en el uso de material pornográfico consentido entre adultos, cuyos participantes y usuarios son mayores de edad y aquella industria que emplea menores de edad que participan de manera impuesta en actos sexuales con mayores de edad.

La pornografía infantil significa sexualidad con y entre menores que no es consentida; es decir, explotación de infantes cuyas familias no tienen recursos para su defensa. Trata de menores que tiene que ver con pobreza con familias que han sido despojadas de los infantes o que bien los han vendido. La existencia de un sistema de mercado que emplea la pederastia como recurso central: los niños son víctimas de una profunda patología que termina con sus vidas. Las familias ven interrumpida abruptamente sus dinámicas de vida cuando pierden a los hijos e hijas, separados en la mayor de las ocasiones, por la vía de la violencia. Si México ocupa el tercer lugar en el intercambio de pornografía infantil, significa que vivimos como una sociedad profundamente trastornada cuyas severas patologías no son ni reconocidas y atendidas por las políticas públicas de educación y salud.

La red de pederastas ha tenido un significativo incremento, lo cual remite a la existencia de amplios grupos de población adulta masculina, de diferentes niveles socioeconómicos, en la búsqueda de niños y niñas. En una palabra, los infantes en nuestro país están indefensos y son objeto de todo tipo de crímenes. La pornografía infantil no sólo es violenta per se, sino que forma parte de las mafias y del crimen organizado – desorganizado, relacionado con estructuras de corrupción oficiales y autorizadas.

Los menores sobrevivientes de tales crímenes, tienen toda la probabilidad de convertirse en adultos extremadamente enfermos y trastornados. La violenta vida privada familiar y grupal en la actualidad, es sustento de la violencia pública que vivimos.

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Línea UAM | El 40% de los presos en México son jóvenes

domingo, octubre 18th, 2015

Las cifras apuntan que 30% de las personas en la cárcel habían estado ya en un centro para menores infractores, ¿qué factores intervienen en la reincidencia de los jóvenes mexicanos en delinquir?

Foto: shutterstock

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Ciudad de México, 18 de octubre (SinEmbargo).- Los jóvenes que no trabajan ni estudian, con una alta probabilidad tienen como destino final la cárcel; cometer algún tipo de delito en tales condiciones es algo que hay que tener presente. Cuando las oportunidades y alternativas en nuestra pobre y carenciada sociedad, son mínimas o inexistentes, es factible que los jóvenes sean susceptibles de integrarse a estructuras de corrupción y delitos.

Especialmente preocupa que los llamados programas de “reeducación” y “reincorporación a la sociedad” que existen en los centros de readaptación, en general no tienen éxito porque no preparan ni tampoco crean alternativas funcionales para las expectativas e intereses de los jóvenes, en un sistema económico que no genera oportunidades de vida social sana, lo que significa un importante deterioro en los niveles de salud mental de los jóvenes.

Con base en una investigación realizada por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) se argumenta “que uno de cada tres sentenciados en cárceles había ya estado preso o internado en una institución para menores infractores. Cuarente por ciento de la población interna tiene entre 18 y 30 años”.

El ingreso de los jóvenes en las cárceles, significa no sólo encierro en su sentido más literal, sino tener que vivir la realidad de someterse a un universo de corrupción, chantaje y violencia.

La paradoja, la violencia que instala al joven o la joven en la cárcel, es la que encuentran como forma de supervivencia en los centros penitenciarios. La justicia penal para menores, con los programas existentes no tiene éxito; no conocemos jóvenes que después de ser “reeducados” en las prisiones, encuentren nuevos sentidos de vida.

Más bien la cárcel deja huellas indelebles en lo emocional: traumas, obsesiones y complejas patologías difíciles de curar. Es cierto, la realidad con la falta de opciones, envía a los jóvenes a la delincuencia y de las cárceles egresan con “más herramientas” para seguir delinquiendo. Básicamente la cárcel reproduce de manera cruel los vicios de un sistema penitenciario construido para adultos, ignorando las necesidades de las y los jóvenes.

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La reincidencia en los jóvenes delincuentes es frecuente, antes de cumplir la mayoría de edad, 30 por ciento de los menores infractores que ingresan al sistema de justicia juvenil, vuelve a cometer un segundo delito.

Los principales fallos por las cuales los jóvenes infractores llegan hasta los “famosos” ministerios públicos son: robo, faltas administrativas, atentados contra la vida, integridad y seguridad de las personas, delitos contra la salud, lo cual está asociado al crimen establecido, organizado, en circunstancias de venta de droga así como delitos de carácter sexual.

Aquel que pasó por el encierro institucional enfrenta el estigma social, grupal y familiar de haber sido el reo, el ex prisionero. En la cárcel se inicia o se continúan los problemas de adicciones, así como el contagio de Infecciones de Transmisión Sexual. El problema fundamental es que hoy por hoy, tanto el presente como el futuro para diferentes grupos de jóvenes, sólo se puede vivir desde la cárcel.

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Línea UAM | Pedófilos, ¿cómo identificarlos y alejarlos?

domingo, octubre 11th, 2015

Este grupo de personas usa una serie de símbolos para identificarse entre ellos y ante la sociedad, que sirve a su vez para que autoridades y padres de familia los puedan ubicar y denunciar.

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Ciudad de México, 11 de octubre (SinEmbargo).- Existe y conocemos una inquietante información sobre los anuncios, símbolos y códigos que continúan utilizando los pedófilos, con la finalidad no sólo de lograr llamar la atención, identificarse entre ellos sino lo más grave, continuar violentando a los menores de edad.

Parte del problema, es que los pedófilos pueden mostrarse y de hecho aparecen como individuos socialmente funcionales: trabajan, están casados, tienen familia, hijos, pagan impuestos y se presentan como ciudadanos ordinarios y comunes; nadie puede imaginar que presentan severas patologías que los llevan a relacionarse sexualmente con niñas y niños. Manifiestan una orientación sexual dirigida hacia los infantes. Asumen que su conducta sexual es apropiada, sin reconocer culpa o vergüenza alguna; planifican sus acciones y atribuyen tal comportamiento como el efecto de que ellos fueron seducidos por los menores.

Llaman la atención los símbolos que emplean los pedófilos para identificarse. El FBI (Oficina Federal de Investigación de EU) desarrolló un informe desde enero del año 2008 sobre la pedofilia.  Se muestran una serie de símbolos – iconografía que emplean los pedófilos para ser identificarse. Dichos símbolos usualmente se componen de un par de elementos similares, uno dentro del otro. El que tiene el mayor tamaño se refiere a un adulto, mientras que el de menor tamaño identifica al niño.

La diferencia de tamaño en tales símbolos, muestra y significa la preferencia por niños de mayor o menor de edad. Los hombres por ejemplo, son triángulos o corazones de mujeres. En los distintivos, se pueden observar elementos como monedas, medallas, joyas, anillos, colgantes, entre otros objetos.

Parte del informe del FBI. Imagen: Wikileaks.org

Parte del informe del FBI. Imagen: Wikileaks.org

Esto también nos preocupa en el sentido de que todo o casi todo el mundo utiliza algún tipo de objeto como el que emplean los pedófilos; nos podemos dar cuenta que los artículos que ellos utilizan, son tan comunes y corrientes que fácilmente pueden pasar inadvertidos.

Los triángulos, por ejemplo, representan a los hombres a los cuales les gustan los niños, se dice que el triángulo más pequeño significa el gusto por infantes de menor edad; mientras que el corazón remite a hombres o mujeres que tienen preferencia por las niñas. La mariposa por su parte, representa el gusto por niños y niñas. Se dice que tales evidencias de la iconografía pedófila se incautó por los trabajos de seguimiento que realizó el FBI durante las investigaciones que realizaron en diferentes sitios.

Es evidente que la iconografía y la representación que utilizan los pedófilos, puede ser tan sutil, como burda en la idea y propósito no únicamente de identificarse como un grupo patológico – enfermo que busca emparejarse entre ellos mismos, sino como la representación de que efectivamente están dispuestos a mostrarse al mundo en busca de lo que consideran sus “derechos y reivindicaciones”, además de presentarse como un grupo o grupos que están por todas partes y que de ninguna manera están dispuestos a dejarse intimidar por las autoridades. Lo cual es verdaderamente grave.

Recordemos que con los pedófilos no existen límites; son grupos e individuos que no reconocen cuán enfermos están; ellos se consideran como sujetos que no presentan ninguna patología, lo cual es imposible de entender por ellos. Toda relación de alcance sexual entre no iguales; un menor de edad y un adulto, debe ser motivo de  investigación por parte de autoridades y grupos civiles dedicados a perseguirlos y denunciarlos. Cero tolerancia con ellos.

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Línea UAM | El suicidio: su relación con la migración y economía

domingo, octubre 4th, 2015

La Línea UAM de apoyo psicológico ofrece un servicio de orientación sobre los problemas emocionales más comunes entre los mexicanos. Ahora, SinEmbargo es un vínculo más entre sus expertos y nuestros lectores. No dude en consultar esta sección.

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Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).- Llaman la atención los problemas asociados con el suicidio y cómo se presenta de una manera constante como un dato duro y concreto de una realidad compleja que vivimos en el día a día. El suicidio se relaciona particularmente con momentos de recesión económica y los procesos migratorios, tanto internos como externos, hecho que en los últimos años se ha incrementado violentamente en México.

Migrar tiene que ver no sólo con la búsqueda de mejorar los niveles de ingreso y de bienestar económico, sino con la específica forma en la cual se desarticulan los grupos familiares, los padres e hijos, así como las parejas, las cuales ven como sus horizontes de calidad de vida, expectativas y salud mental se alteran radicalmente. La migración desorganiza la vida emocional de la familia.

Observamos estados que presentan concretamente una migración tan alta que muestran un relevante número de casos de suicidio como Tabasco, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas y Baja California Sur. Estados del sureste mexicano en su mayoría, que son sitios de recreación turística que tradicionalmente tienen mano de obra que procede de otros lugares del país o de otros países. Migración que representa contrastes y carencias.

Si el suicidio es la tercera causa de muerte entre personas de edades que van de los 15 a los 29 años, tenemos frente a nosotros un complicado escenario de jóvenes que no solamente se encuentran en el grupo de potenciales suicidas, sino especialmente de una población que carece de oportunidades de realización en la vida.

Vivimos en un sistema económico y social que produce enormes montos de frustración y particularmente desvaloriza a las personas; los jóvenes, las mujeres y los infantes son los principalmente afectados.

Las mujeres y hombres, de diferentes edades y condiciones socioeconómicas, que se suicidan a nivel global es impresionante; la Organización Mundial de la Salud, remite al dato de casi un millón de suicidas anualmente.

Una significativa mayoría de los casos de suicidio, tienen un fuerte núcleo depresivo, en el cual el individuo empieza a manifestar una importante serie de síntomas que tienen que ver con una pérdida considerable de autoestima que paulatinamente, en ciertos casos va menguando y en otros, dicha autoestima se derrumba para que el sujeto termine sus días matándose.

Podemos entonces advertir el riesgo de tener grupos de población que viven en estados depresivos y que los hacen más proclives a intentar el suicidio.

Efectivamente la migración, el desempleo, la crisis económica, el no lograr las expectativas marcadas, tanto personales como desde el grupo familiar, y la carencia de redes sociales de apoyo, escucha y atención especializada, son factores que inciden en las personas que intenta suicidarse.

Entre 1970 y 2007 en México la tasa de suicidio creció en 275 por ciento, de acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría; a nivel nacional por cada 100 mil habitantes se presentan cuatro casos de suicidio.

En 2007 al menos seis millones de personas pensaron en suicidarse en México, y ese mismo año hubo 3 mil 620 suicidios consumados en el país.

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