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Colectivo demanda a Sheinbaum garantizar acceso equitativo y sustentable del agua

sábado, agosto 28th, 2021

La Zona Metropolitana del Valle de México atraviesa una crisis hídrica por la sequía, la sobreexplotación del acuífero, la contaminación y el mal manejo tanto de las aguas residuales como de la captación de lluvia, evalúa la organización Agua para Todxs, por lo que exige al Congreso local la aprobación de la Ley del Derecho Humano al Agua.

Ciudad de México, 28 de agosto (SinEmbargo).– Derivado del compromiso de campaña de la ahora Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo, la coordinadora Agua para Todxs pide al pleno del Congreso de la Ciudad de México abrogar la Ley del Derecho al Acceso del Agua y votar en el periodo extraordinario del lunes la iniciativa de Ley del Derecho Humano al Agua para garantizar un acceso equitativo y sustentable.

En junio de 2018, la entonces candidata a la Jefatura de Gobierno firmó la agenda del agua para la capital del país que contempla una Contraloría Ciudadana del Agua, una instancia autónoma con participación de especialistas, colonias y barrios para –con base en el capítulo III de la Ley propuesta– vigilar y desprivatizar el manejo de la cuenca y flujos subterráneos; así como garantizar agua a pueblos originarios y a la producción agrícola-chinampera.

El almacenamiento del Sistema Cutzamala, que abastece con sus tres presas a una parte del Valle de México, fue de 50.2 por ciento al 23 de agosto, informó la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Aunque ya llegó a la mitad tras las lluvias por el huracán “Grace”, el déficit continúa en 19.8 por ciento frente a la media histórica debido a la reciente sequía prolongada que ha derivado en reducciones al suministro desde marzo. La presa El Bosque se ubicó en 73.6 por ciento; Villa Victoria, en 39.4 por ciento y Valle de Bravo, en 43.2 por ciento.

En febrero de 2012 se reformó el artículo 4 constitucional que exige un marco legal para garantizar el acceso equitativo y controlar el acaparamiento del líquido y contaminación de grandes concesionarios, el cual incluye la Ley General de Aguas, en espera de ser votada en la concluyente LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, y esta Ley local congelada en la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México que también llega a su fin el martes 31 de agosto.

La Comisión de Gestión Integral del Agua del Congreso capitalino revisó y aprobó hace unos días el dictamen luego de foros de parlamento abierto realizados desde febrero de 2019 con la participación de dependencias públicas, organizaciones civiles, universidades, campesinos, integrantes de pueblos originarios y empresarios de las 16 alcaldías. Pero, aunque se estimaba pasar al Pleno la semana pasada, no fue así.

Un hombre almacena agua en cubetas al oriente de la CDMX. Foto: Cuartoscuro.

“La idea es que esta Ley sea un modelo para otras leyes estatales. Están armonizando el dictamen a través de algunas reservas; se pulió y se hizo más sólida”, dijo Pedro Moctezuma Barragán, académico de la Universidad Autónoma de México (UAM) impulsor de ambos proyectos de Ley federal y local sobre el derecho al agua.

“[En la CDMX] estamos en una situación de fragilidad extrema. Hay una situación de grave crisis que se ha dado por la sequía, la sobreexplotación del acuífero [se extrae el doble de lo que se recarga], la contaminación hídrica y el mal manejo de las aguas residuales y la captación de lluvia”, diagnosticó. “En esta época de pandemia, de cambio climático y de grave escasez, el problema del agua es un tema de urgente y obvia resolución. El agua no tiene color, es transparente”.

En marzo de 2018, la Contraloría Ciudadana Autónoma del Agua fue instalada tras ser diseñada por investigadores de la UAM. Está compuesta por un consejo asesor con 64 especialistas y comités locales en barrios y colonias por cada Alcaldía. Sólo falta el marco legal.

Entre sus planes de acción expone exigir a los usuarios industriales la entrega semestral de la lista de contaminantes utilizados para publicarlos en internet, y transparentar su punto de descargas para monitorear el cumplimiento de la norma vigente, así como clausurar los drenajes clandestinos que desembocan en zona canalera o chinampera.

La Diputada Guadalupe Aguilar Solache, presidenta de la Comisión de Gestión Integral del Agua del Congreso capitalino, destaca en la iniciativa que la Ciudad, donde habitan y transitan más de 22 millones de personas, se ubica en el tercer lugar de las entidades del país en condiciones de estrés hídrico.

El desabasto de agua, documenta, afecta a más de un millón de personas. Sólo en la Alcaldía Iztapalapa, la que representa, 400 mil habitantes reciben este recurso mediante tandeo o reparto en pipas.

SinEmbargo solicitó una entrevista con la Diputada para cuestionar por qué se frenó la votación de la iniciativa en el Pleno, pero no obtuvo respuesta.

La Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso de la Ciudad de México aprobó realizar un periodo extraordinario de sesiones el lunes, de manera presencial, para aprobar 19 dictámenes entre en los que, en un primero momento, no se incluyó el tema del derecho al acceso al agua de manera equitativa y sustentable.

Un chinampero en Xochimilco. Foto: Cuartoscuro.

MANEJO DE CUENCA

Entre las acciones de la Contraloría Ciudadana del Agua para la gestión del agua en la cuenca y flujos subterráneos se plantea suspender las enormes obras hidráulicas que absorben los recursos disponibles para infraestructura, no autorizar obras que vulneren la calidad del agua potable y apostar a la restauración de los ríos, presas, lagunas y humedales existentes.

“Se ahorrarían mil 800 millones de pesos al cancelar la perforación de seis pozos ultraprofundos adicionales y clausurar los cuatro actuales”, expone sobre la sobreexplotación la agenda de la Contraloría firmada por Claudia Sheinbaum como candidata.

Para prevenir inundaciones y contar con fuentes sustentables de agua en la Ciudad, se propone desazolvar, profundizar y sanear las barrancas, los ríos, las 17 presas (Mixcoac, Tacubaya, Tetelpan, Xochimilco, Tecamachalco…) y las ocho lagunas de regulación (Cuautepec, San Lorenzo, Ciénega…).

En el caso de la Alcaldía Tláhuac, al sur de la Ciudad, para evitar inundaciones y garantizar agua potable a 1.2 millones de personas se plantea profundizar el Lago Tláhuac-Xico, que en la última década ha disminuido su nivel por apertura de pozos y arrojo de basura.

ACCESO EQUITATIVO 

El Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) administra más de dos millones de cuentas de usuarios del servicio hidráulico de agua potable y drenaje. La cobertura se ha mantenido ante una población en constante crecimiento con un suministro que disminuyó de 32.8 metros cúbicos por segundo en 2005 a 29.9 m3/s en 2013.

Para garantizar un acceso equitativo para el uso doméstico por encima de cualquier otro la Contraloría Ciudadana exige reordenar la infraestructura hidráulica para garantizar la distribución equitativa, fijar tarifas según la capacidad económica por zona y eliminar los cortes por impago.

Una mujer acarrea agua en una cubeta en la Alcaldía Iztapalapa. Foto: Cuartoscuro.

La SACMEX calcula que el 42 por ciento del caudal suministrado se pierde en fugas y “huachicol” de agua. Para eliminar el volumen perdido, mayor al 40 por ciento destinado a uso doméstico, se propone la capacitación a ciudadanos y mujeres plomeras ante la antigüedad de las redes de distribución. También se expone la instalación de sistemas de aprovechamiento de aguas pluviales y baños secos.

AGUAS RESIDUALES PARA CULTIVOS

En la Ciudad de México el uso de aguas tratadas para usos industriales y riego de áreas verdes es restringido y no es uniforme todo el año, plantea la iniciativa de la Diputada Guadalupe Aguilar.  Además, la complejidad de la red de drenaje dificulta la captación de agua en sitios específicos.

Ante ello, para la Contraloría Ciudadana del Agua es necesario, además de aumentar la capacidad de las actuales plantas de tratamiento como la del Cerro de la Estrella, construir la planta de tratamiento Xico-Mixquic para aprovechar para uso agrícola-chinampera los 1.5 metros cúbicos por segundo de aguas residuales expulsadas de la Ciudad por bombeo.

La Contraloría propone al SACMEX construir otras 26 plantas tratadoras a mediana escala en suelo de conservación para uso agrícola y forestal. Asimismo, se debe capacitar a los productores sobre agroecología y desincentivar el uso de pesticidas y agroquímicos que contaminan el agua.

30 de 32 estados tendrán sed por 10 años. Y los legisladores, como si nada pasara

miércoles, agosto 18th, 2021

Frente a la crisis hídrica por la sequía prolongada, activistas han puesto un ultimátum al Congreso para que apruebe en periodo extraordinario la Ley General de Aguas, la cual plantea un acceso equitativo y participativo a este derecho y da dientes a la Conagua para controlar la sobreexplotación de grandes concesionarias.

Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo).– El Congreso tiene menos de 15 días para votar lo que ha omitido en nueve años. Ante la emergencia declarada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) por la sequía prolongada, que en un efecto boomerang también limitará la operación de la industria, la coordinadora Agua para Todxs insiste en la urgencia de que se apruebe la Ley General de Aguas en un periodo extraordinario de esta LXIV Legislatura, que termina el 31 de agosto.

La dependencia prevé que el estrés hídrico aumentará durante los próximos 10 años en 30 de las 32 entidades. Pedro Moctezuma Barragán, académico que impulsa el dictamen que recoge las iniciativas consensadas en cientos de foros realizados desde 2012, afirmó en entrevista que es “histórico” el acuerdo con el que se podrán implementar “limitaciones temporales” mediante reducciones de volúmenes a los concesionarios que se encuentren en cuencas o municipios en sequía de severa a excepcional conforme indique el Monitor de Sequía en México. Al ser por el calentamiento global, dijo, estas medidas se volverán permanentes.

Una forma de mitigarlo, expuso Moctezuma, es abrogar la Ley de Aguas Nacionales (1992) “pensada” para la sobreexplotación, acaparamiento, despojo y contaminación por parte del mercado privado y aprobar la Ley General de Aguas, una iniciativa ciudadana respaldada por 198 mil firmas que plantea un acceso equitativo y sustentable al agua, pero que lleva pendiente desde diciembre de 2012 pese a que la reforma al artículo 4 constitucional exigió al Congreso su aprobación en 360 días.

En abril, el 87 por ciento del territorio nacional estaba en algún grado de sequía. Imagen: Conagua.

La calificadora Moody’s planteó que la medida de emergencia “limitará la capacidad” de generación de las hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo que pone en riesgo el plan federal de modernizar 12 de estas plantas y complicará los esfuerzos por alcanzar el objetivo nacional de generar el 35 por ciento de la electricidad a partir de fuentes de energía limpia para 2024. Aunque las industrias de minería y de bebidas tienen planes de gestión, agregó, deberán aumentar el gasto de capital para mantener un acceso adecuado.

“Se está identificando esta falta de sustentabilidad por parte de las grandes empresas que no le apuestan a un cambio tecnológico, al ahorro de agua, descarga cero o a instalarse en sitios con disponibilidad”, comentó Moctezuma Barragán respecto al análisis de Moody’s.

El proyecto de dictamen documenta con cifras de Conagua que 3 mil 304 usuarios (consorcios agroindustriales, inmobiliarias, embotelladoras, mineras) acaparan 22.3 por ciento de toda el agua concesionada, principalmente en acuíferos sobreexplotados.

En julio el 36 por ciento del territorio nacional, sobre todo el noroeste, enfrenta algún nivel de sequía. Imagen: Conagua.

“Estas trasnacionales —como la cervecera Constellation Brands en Baja California, la embotelladora Bonafont en Puebla o la lechera Lala en la Comarca Lagunera— sólo ven ganancias de corto plazo como meta. El agua es un derecho humano, no una mercancía”, afirmó Moctezuma, Coordinador del Programa de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

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“Ya no debemos tomar por sentado que tendremos suelos fértiles, agua y condiciones para vivir al mismo tiempo que seguimos con esta dinámica de tala, sobreextracción del agua y cediéndole al fracking y minería nuestros acuíferos para que los contaminen”, aseguró.

El académico también cuestionó la lógica presupuestal enfocada en el mercado extractivista. “El fracking se financia con 10 mil millones de pesos mientras que las obras de agua potable y saneamiento para los municipios cuenta sólo con 2 mil 500 millones de pesos, es decir, se le da cuatro veces más a esta técnica”, comparó.

¿PRESIÓN PARA NO APROBARLA?

Pensando en los 44 millones de mexicanos que no tienen un acceso regular al agua y por los que sufren enfermedades por la contaminación hídrica, el colectivo Agua para Todxs ha impulsado desde diciembre de 2012 una iniciativa consensuada entre partidos y ciudadanos para una Ley General de Aguas, cuyo dictamen técnico —con 14 títulos y 359 artículos— se empezó a discutir en Comisiones Unidas de Recursos Hidráulicos y Medio Ambiente desde marzo de 2020 y está listo para votarse.

El Diputado Diego del Bosque Villareal, secretario de la Comisión de Medio Ambiente, reconoció que están en falta desde 2012 y estima que al menos en la Cámara de Diputados sea votado en el periodo extraordinario de sesiones que se prevé abrir en esta segunda quincena de agosto para discutir la ley reglamentaria para la revocación de mandato.

“Está difícil, nos faltan menos de 15 días para que se acabe la actual Legislatura. Queremos que mínimo salga aprobada en la Cámara de Diputados porque cambiará la composición de legisladores. Los senadores seguirán los mismos en su mayoría; ya les dejaríamos la responsabilidad de discutir y aprobar esta necesaria Ley”, dijo vía telefónica el legislador morenista, quien expuso que desde que se aprobó la Ley de Aguas Nacionales en 1992 se han entregado más de 500 mil concesiones de agua a empresas privadas, fundamentalmente a cerveceras, refresqueras y minas, de las cuales más de la mitad ya están sobreexplotadas.

Nivel bajo de la laguna Palmillas en Toluca, Estado de México. Foto: Cuartoscuro.

El académico Pedro Moctezuma sentenció que se puede resolver en 24 horas. “Necesitamos una Ley con dientes”, afirmó. “La Ley de Aguas Nacionales (1992) propicia que haya despachos de abogados coyotes demandando a la propia Conagua por concesiones que no deberían de existir por ser en zonas sin disponibilidad, demandando respuestas favorables en 60 días. Tenemos funcionarios que se dedican a la compra venta de agua en el mercado negro”.

Elena Burns Stuck, Subdirectora General de Administración del Agua, declaró en un foro legislativo que la Conagua está obligada a otorgar concesiones en cuencas y acuíferos sobreexplotados, por litigaciones de “una industria de abogados” que alega que no cumplen con el plazo de 60 días para darlas o, de lo contrario, se reciben sanciones como multas que se quitan del salario al funcionario público, inhabilitación o arresto.

“La omisión de la Cámara de Diputados –agregó Moctezuma– está generando que un dictamen consensuado a lo largo de mucho tiempo no se haya votado. Llevamos trabajando cien meses [de diciembre de 2012 a marzo 2021]. Ya está el producto para que haya una señal clara de la Cuarta Transformación –como el coordinador de la bancada de Morena Ignacio Mier que se rehusa a contestarles– respecto a que está resolviendo una necesidad básica de los mexicanos y mexicanas”.

Presa en Morelos casi vacía. Foto: Cuartoscuro.

El Diputado Diego del Bosque expuso que está todo listo para aprobarla, “si hay voluntad política” en la Cámara de Diputados. “Hemos batallado mucho para sustituir la actual Ley de Aguas Nacionales privatizadora y contaminadora. En 2018 se ganó una parte del poder otorgada por el electorado, pero sigue habiendo muchos poderes por los que nadie votó, pero están ahí y pesan. Hablamos de los poderes económicos. Sí han pesado las presiones de las grandes mineras, cerveceras y refresqueras”, aseguró quien es testigo de cómo la industria lechera se acabó el agua de los ejidos en la Comarca Lagunera.

El activista Pedro Moctezuma planteó que así como ha sido apoyada por el Partido del Trabajo (PT) y Morena, también hubo una “oposición rabiosa” a una Ley General de Aguas por parte del Consejo Consultivo del Agua, integrado por la industria cervecera y refresquera, del Partido Acción Nacional (PAN) con la Ley Mata-Flores y de la dirección de Blanca Juárez Cisneros en Conagua, pero ve un cambio con la gestión de Germán Martínez Santoyo.

“Es una persona que ha estado sensible al tema y suponemos que va a favorecer una Ley General de Aguas porque la Ley de Aguas Nacionales le ata las manos a Conagua, le obliga a tener una conducta de espaldas a la sed. Ha habido un cambio de actitud y se empieza a escuchar a la gente”, opinó.

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Conagua: Ejércitos de abogados y jueces se apoderan del agua

martes, junio 29th, 2021

La subdirectora general de Administración del Agua de la Conagua, Elena Burns, reveló que a través de litigaciones los obligan a dar concesiones en acuíferos sobreexplotados, por lo que pidió en el Senado promulgar la Ley General de Aguas congelada desde 2012.

Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– La Comisión Nacional del Agua (Conagua) está obligada a otorgar concesiones en cuencas y acuíferos sobreexplotados, por litigaciones de “una industria de abogados“, aseguró Elena Burns Stuck, Subdirectora General de Administración del Agua.

“En este momento, en todo el país y en oficinas centrales, por mayoreo se están otorgando concesiones en cuencas y acuíferos sobreexplotados bajo órdenes de tribunales que nos dan entre 24 y 72 horas para poder otorgar la concesión sin disponibilidad o, de lo contrario, se reciben sanciones como multas que se quitan del salario al funcionario público, inhabilitación o arresto”, reveló en el Senado de la República durante el foro “El Derecho Humano al Agua” dedicado a la tribu yaqui, víctima de un conflicto violento por el agua en el noroeste mexicano.

Burns llegó del activismo en Agua para Todos a la Conagua junto con otros funcionarios en octubre de 2020 para realizar una “limpia” en la institución ordenada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador luego del conflicto en una presa de Chihuahua. Lleva años, junto con académicos y ciudadanos, exigiendo una Ley General de Aguas que priorice el derecho al agua por encima de los intereses económicos a diferencia de la Ley Nacional de Aguas (1992).

Derrame de hidrocarburos en la laguna El Encanto en un ejido de Tabasco. Foto: Cuartoscuro.

En su ponencia explicó que la Conagua tiene 60 días para investigar, registrar y otorgar concesiones a quien las solicite, lo cual es “imposible” por falta de presupuesto, por lo que se tiene un rezago de 174 mil en proceso.

“En todo el país ha emergido una industria de abogados que obtienen concesiones para sus clientes reclamando a la Conagua por no haber cumplido con el plazo de 60 días. Los tribunales nos obligan sin importar si hay veda, si hay daños a terceros o si no hay disponibilidad”, expuso frente a senadores y diputados de la Comisión Permanente.

En 75 años, desde la Constitución de 1917 hasta la aprobación de la Ley de Aguas Nacionales durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, sólo se otorgaron 2 mil concesiones. Pero desde 1992 hasta la fecha, en sólo tres décadas, se han otorgado más de 518 mil concesiones, lo cual genera “mercados de agua” y obstaculiza garantizar el derecho al agua a poblados, dijo la funcionario.

Burns planteó que esta sobreconcesión y sobreexplotación se derivó de que el sistema de concesiones avalado por la Ley salinista se impuso a México como condición para la firma del TLCAN y se exigió al país tratar todas las tomas de agua bajo la figura de la concesión y que ésta tuviera que ser objeto de operaciones de compra-venta sin restricción.

“La Ley de Aguas Nacionales permitió el otorgamiento de concesiones en orden de solicitud sin visitas de campo para verificar; no da instrumentos para enfrentar el sobre concesionamiento”, expuso.

Esta actual Ley, agregó, también ha permitido una “vil manipulación” de los dictámenes de disponibilidad de tal manera que aunque los acuíferos en Cedros, Zacatecas; Cuauhtémoc, Chihuahua; Piedras Negras, Coahuila; y Silao, Guanajuato están sobreexplotados, se publica “mágicamente” en el Diario Oficial de la Federación que tienen 100 millones de metros cúbicos. Y si sale en este documento, deben otorgar la concesión.

Lodos tóxicos en un cerro del Estado de México. Foto: Cuartoscuro.

Respecto a las inmobiliarias, la subdirectora de Conagua abundó que en Querétaro, Jalisco, Morelos, Estado de México y Veracruz hay fraccionamientos donde controlar el agua es muy lucrativo. “Estas inmobiliarias obtienen derechos de agua y los registran como servicio bajo las condiciones que ellos determinan”, aseveró.

Otro de los puntos de la Ley de Aguas Nacionales que ata de manos a la Conagua es que, dijo Burns, los organismos operadores de las grandes ciudades mandan el agua a quien paga más, lo que provoca que a la industria nunca le falta, sólo paga si rebasa los límites de descargas de aguas residuales y, en contraste, en grandes zonas populares y de clase media se vive casi a diario el tandeo o la compra de la pipa y el garrafón.

“La contaminación sin pagar depende del volumen concesionado. Un pequeño concesionario rebasa fácilmente estos límites de la NOM-001 y tiene que pagar, pero una automotriz u otra gran industria tiene un volumen de agua tan enorme que puede estar contaminando con miles de toneladas al mes y no tener que pagar nada, porque queda dentro de los límites permisibles”, dimensionó.

“Estamos haciendo lo mejor que podemos porque [la Ley de Aguas Nacionales] es como un coche que no funciona, y no funciona porque no fue diseñado para eso, sino para crear mercados del agua y no cumplir con el derecho humano al agua”, sentenció. “Hacemos un gran encargo al Poder Legislativo de ayudarnos [con la Ley General de Aguas]”.

CONGELADA, LA LEY GENERAL DE AGUAS

Hace unos días el nuevo director de la Conagua, Germán Martínez Santoyo, expuso en una entrevista con La Jornada que antes de crear una Ley General de Aguas se debe revisar y cumplir con la Ley de Aguas Nacionales (1992).

Sin embargo, el Senador y presidente de la Comisión de Agricultura, José Narro Céspedes, dijo que esa Ley es la que ha servido “para el atraco” del agua contra pueblos originarios, por lo que es urgente descongelar la iniciativa ciudadana para una Ley que plantea el control al acaparamiento de las grandes concesiones y garantiza un acceso equitativo a este derecho.

Pescadores en el Lago de Pátzcuaro. Foto: Cuartoscuro.

“Sí es necesario cambiar la Ley. No podemos seguir con una Ley que se construyó en el marco del sistema neoliberal que se dedicó al atraco y robo de este importante derecho”, dijo durante el foro que el legislador y líder campesino organizó.

“Hay dos principales propuestas de Ley en la Cámara de Diputados y en la de Senadores: la presentada por Agua para Todos y 420 investigadores promueve el acceso equitativo al agua, fin a la contaminación y destrucción de cuencas y acuíferos, fin a la impunidad hídrico ambiental y fin a la violencia contra defensores del agua, y atender con prontitud el cambio climático”, planteó. “La otra propuesta [del Diputado Mario Mata] tiene una visión privatizadora de seguir explotando las cuencas y acuíferos y que sigue considerando que este derecho es una mercancía por vender al mejor postor”.

Este es el debate, planteó en el foro: seguir por el camino privatizador del despojo iniciado en el salinismo o avanzar hacia el derecho para todos los mexicanos.

ANÁLISIS | Planes hídricos de Fox, FCH y Peña se limitaron a tubos y presas: no acabaron inundaciones

martes, diciembre 15th, 2020

El nuevo Plan Hídrico anunciado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador no debe ser más de lo mismo, siendo muy sana la decisión de que las presas del Alto Grijalva den prioridad a la protección civil por encima de la producción eléctrica. El Plan debe orientarse por la gestión integral de cuenca y la participación ciudadana. Es esencial oír la voz de las comunidades para el diagnóstico, planeación y ejecución de acciones que permitan la prevención y mitigación de riesgos por fenómenos hidrometeorológicos.

Por Pedro Moctezuma Barragán*

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).– Territorio de saqueo colonial, el sureste de México hace 500 años sufre la enfermedad del extractivismo. Tuvo un respiro de cuatro décadas en Tabasco, a partir de la posrevolución, y hasta hace cincuenta años, con un tipo de desarrollo agrícola elogiado por Lázaro Cárdenas como “laboratorio de la Revolución Mexicana”, el cual incluía procesos productivos que mantuvieron cierto equilibrio con los sistemas hídricos. En los setenta a Tabasco se le impuso una política de ganadería extensiva y de explotación petrolera arreciada por el boom López Portillista, en un contexto de crecimiento urbano industrial caótico y de corrupción extendida. Mientras que después de siglos de abandono, a Chiapas se le asignó, en esa misma época, el papel de proveedora de energía eléctrica para el país. En ambos estados se destruyeron los ecosistemas y se rompieron equilibrios sociales como lo demostró el levantamiento zapatista en la Selva Lacandona.

En contraste al paradigma extractivo, el paradigma de gestión de ciclos vitales presente en nuestras comunidades originarias de las cuencas de los ríos Grijalva y Usumascinta evitó lo peor, gracias a formas de gestión basadas en la resiliencia natural y comunitaria. Su cosmovisión regida por la dualidad U’K’ux Ulew (corazón de la tierra) y U K’ux Kaj (corazón del cielo) está enraizada en lo profundo de sus prácticas. Por milenios los mayas lidiaron con la faceta de éste último como Unrakan (el Huracán) tanto en su acepción más destructiva, cuando barrió a la segunda creación de humanos, como la más creativa en la tercera, cuando formó a la humanidad amasando agua y maíz.

Ignorante de una cosmovisión macrohistórica, el capitalismo neoliberal movido por la fiebre de ganancias extraordinarias en ciclos cada vez más cortos ha intentado dar la última vuelta de tuerca al extractivismo, profundizando e intensificando el desarrollismo neocolonial que sustrae materias primas e invade humedales, cuerpos de agua y barrancas, manipulando los flujos naturales mediante grandes complejos hidráulicos y sepultando cauces y lechos con el gris cemento urbano.

Las grandes inundaciones durante los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto los hicieron reaccionar con tres planes hídricos sin visión de conjunto, entre 2003 y 2015. Foto: Cuartoscuro.

Sintomáticamente, la “civilización” al aumentar la presión sobre la naturaleza, manó los gases de efecto invernadero provocando el cambio climático que genera huracanes cada vez más intensos en el océano Atlántico con efectos devastadores sobre los pobladores de Chiapas y Tabasco, que han sufrido meteoros tan graves como el huracán “Stan” en 2005, y el huracán “Eta” hace días.

Las grandes inundaciones durante los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto los hicieron reaccionar con tres planes hídricos sin visión de conjunto, entre 2003 y 2015. Aunque el segundo recibió el nombre de Plan Hídrico Integral de Tabasco, estos no han sido integrales dado que carecen de una visión de cuenca, no diagnostican el origen de las inundaciones, se limitaron a recetas ingenieriles amantes de tubos y presas. Lo más importante es que no tienen sujeto, por ser elaborados verticalmente desde el centro por autoridades y expertos externos sin conocer a fondo los problemas ni abrir el diálogo y los canales de participación a habitantes con cúmulos de experiencias y destrezas. Estos planes dieron preferencia a los residentes urbanos para mitigar daños a la ciudad de Villahermosa, mientras que condenaban a la inundación a la población en su entorno y a las planicies. Por último, los llamados planes hídricos integrales han estado divorciados de los ordenamientos territoriales que divergieron de los mismos en un territorio dominado por la especulación urbana.

En un contexto crítico para la salud humana, la diversidad biocultural y nuestros ecosistemas, la planeación debe derivarse de una legislación centrada en la participación ciudadana incluyente, el respeto a la sustentabilidad y una vocación de equidad. Afortunadamente es la esencia de la reforma al artículo 4º de la Constitución, retomada por la iniciativa ciudadana de Ley General de Aguas (ICLGA). Esta propone pensar desde la raíz la formación de Consejos de Aguas y Cuencas que puedan cambiar el paradigma extractivista, por otro, de gestión de ciclos naturales. Una atribución clave de los Consejos Regiones de Agua y Cuencas propuestos por ésta Iniciativa es la elaboración de Planes Rectores vinculantes.

La ICLGA sienta las bases para que, de ser aprobada una Ley General de Aguas (LGA), se coadministre el agua en el territorio, se defienda el derecho humano al agua y saneamiento, se aprueben solo obras hidráulicas fundamentadas en planes consensados, se cuente con mecanismos para el respeto de los sistemas comunitarios autónomos de agua como sujetos de derecho y se de sitio a la participación ciudadana. Asimismo legisla para respetar y reconocer los derechos de los pueblos indígenas sobre las aguas en sus territorios y su representación junto con ejidos y comunidades en instancias de planeación y toma de decisiones sobre el agua en el territorio, partiendo de asambleas y formas de planeación transformativa comunitaria enraizada en sus cosmovisiones. La Iniciativa Ciudadana plantea la Declaratoria de Cuenca en Extremo Estrés Hídrico como instrumento de defensa de las cuencas que sufren inundaciones, saturación urbana, y otros perjuicios. Además promueve una nueva etapa de leyes estatales del agua, alineadas a la LGA.

Una Ley General de Aguas integral haría posible incorporar la ciencia y la tecnología a la gestión de las cuencas Grijalva-Usumacinta, con énfasis en la reducción a la vulnerabilidad al riesgo de desastre; impulsaría las labores y las obras de infraestructura producto de la convivialidad y el diálogo entre saberes; promovería el monitoreo y la alerta temprana; así como la restauración hidrológica forestal de causes, el manejo de aguas de tormenta en áreas con pendientes pronunciadas, además de la reforestación y la conservación de suelos con estrategias de retención y filtración en cuenca alta y media.

El nuevo Plan Hídrico anunciado por Andrés Manuel López Obrador no debe ser más de lo mismo, siendo muy sana la decisión de que las presas del Alto Grijalva den prioridad a la protección civil por encima de la producción eléctrica. Foto: Cuartoscuro.

El nuevo Plan Hídrico anunciado por Andrés Manuel López Obrador no debe ser más de lo mismo, siendo muy sana la decisión de que las presas del Alto Grijalva den prioridad a la protección civil por encima de la producción eléctrica, el Plan debe ir más allá y orientarse por la gestión integral de cuenca y la participación ciudadana. Es esencial oír la voz de las comunidades para el diagnóstico, planeación y ejecución de acciones que permitan la prevención y mitigación de riesgos por fenómenos hidrometeorológicos. Dentro de los actores en ésta gesta están las universidades y centros de investigación del sureste del país con décadas de experiencias acumuladas. Está además el Movimiento Indígena del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y el Territorio (ZODEVITE) que se ha movilizado con logros e iniciativas. Ambos colaboran a construir sujetos para el cuidado de la naturaleza.

Al mismo tiempo que la naturaleza se manifiesta con vientos huracanados, las comunidades muestran capacidad de resiliencia y de acciones desde abajo, valiéndose de sus propias fuerzas. Fermín Ledezma nos narra como en la cuenca alta del norte de Chiapas el saber local, la cooperación, el tequio y las redes familiares hicieron renacer la vida comunitaria colectiva, y están permitiendo reconstruir viviendas, reparar redes dañadas, restablecer el servicio de agua, reconstruir caminos con la solidaridad en especie venida casi de inmediato de comunidades vecinas y desde otros centro de población zoque. Las comunidades afectadas circulaban en Facebook y en Whatsapp mapas interactivos con fotografías georeferenciadas y videos grabados con teléfonos celulares elaborados por el Centro de Lengua y Cultura Zoque, junto con música y poesía propias.

En la cuenca baja de Tabasco, varias comunidades se organizaron animadas por el incansable José Jiménez para enfrentar los estragos de la inundación asesorados por GeoComunes y Agua Para Todxs, para georeferenciar los azolves de ríos y drenes provocados por rellenos industriales que impedían el flujo de las aguas o para identificar muros de contención dañados, en un mapeo que abarca los municipios Centro, Cunduacán, Jalpa de Méndez y Nacajuca, principalmente chontales. Involucrado a organizaciones civiles y autoridades municipales exigen que su mapeo sea tomado en cuenta para priorizar soluciones.

La cohesión comunitaria, la vinculación entre múltiples participantes y la planeación transformativa pueden germinar políticas público-comunitarias que mitiguen inundaciones y deslaves y le den nuevo rostro y corazón a las cuencas.

*Universidad Autónoma Metropolitana y Agua para Todxs

Empresas riegan el agua del país como quieren. La Conagua exige nueva Ley que cerrará la llave

sábado, noviembre 28th, 2020

Tras el conflicto en Chihuahua por el Tratado de Aguas con Estados Unidos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó una limpia en la Conagua por estar “tomada” por intereses panistas, y se renovaron seis subdirecciones, entre ellas, la de Administración del Agua presidida ahora por Elena Burns, exintegrante de Agua para Todos. En entrevista, plantea la necesidad de una Ley General de Aguas que no ate de manos a la autoridad frente a los grandes concesionarios que “se burlan” de las inspecciones y sanciones.

Ciudad de México, 28 de noviembre (SinEmbargo).– Elena Burns Stuck, exintegrante de la coordinadora Agua para Todos, llegó en octubre a la Subdirección General  de Administración del Agua de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) con el mandato presidencial de priorizar el uso doméstico de este derecho humano por encima del industrial. Sin embargo, la actual Ley de Aguas Nacionales (1992) “ata de manos” a la dependencia federal por lo que “sería un alivio” que el Congreso discuta y apruebe la Ley General de Aguas trabajada por ciudadanos y legisladores con casi 200 mil firmantes para que, tras casi tres décadas de acaparamiento y contaminación, tengan “un control estricto” sobre las grandes concesiones, aseguró.

“Ahora sí lo veo como autoridad. La Ley de Aguas Nacionales nos ata las manos para poder promover, hacer cumplir y proteger el derecho humano al agua. La tragedia que vimos desde afuera, desde adentro es la misma y es poco lo que se puede hacer como autoridad bajo este marco legal que favorece al mercado del agua”, dijo Burns Stuck en una charla telefónica con SinEmbargo.

A finales de septiembre, en el marco del conflicto en Chihuahua por el Tratado de Aguas con Estados Unidos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó una limpia en Conagua por estar “tomada” por intereses panistas, por lo que se renovaron seis subdirecciones.

“Llegamos con un mandato que fue muy claro: el agua es para el pueblo y no para los intereses creados. Lo que falta es una Ley congruente con este mandato, porque en la Ley de Aguas Nacionales no hay ninguna consecuencia. Es muy difícil clausurar a las grandes concesionarias. Se burlan de nosotros justo los que violan la normatividad. Esas empresas no pagan derechos, no respetan la calidad del agua de las descargas y no pasa nada. Aunque se hagan inspecciones y sanciones, se burlan. Necesitamos una Ley que sea para proteger este bien de la Nación tan esencial”, afirmó la especialista, quien fue también Coordinadora de Planeación del Centro para la Sustentabilidad CENTLI de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La coordinación donde estuvo Burns antes de llegar a la Conagua, conformado por académicos, especialistas y pueblos, alertó esta semana que el pasado 18 de noviembre –en la sesión de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara Baja– el Diputado Feliciano Flores Anguiano ( Morena) puso a votación, fuera de la orden del día y en coordinación con el Diputado Mario Mata (PAN), su propuesta de presentar un proyecto de dictamen para aprobar una Ley General de Aguas que pueda coexistir con la Ley de Aguas Nacionales, lo que limita el derecho humano al agua y saneamiento al no entenderse en un sentido integra, esto es: de forma suficiente, salubre, aceptable y asequible.

El desborde del Río Usumacinta en los ejidos El Cuyo, Tres Letras y Paso San Román, en Tabasco, afectó seriamente los cultivos. Foto: Cuartoscuro.

“Para cobijar a los grandes intereses, esta Ley Mata-Flores intenta tirar por la borda los avances hacia la Ley General de Aguas concensada, que respetan la Constitución y los estándares internacionales”, reiteró sobre lo que se pretendía votar este 25 de noviembre y se pospuso para el 2 de diciembre. “Están por anunciar un ‘Dictamen’ precipitado, de naturaleza muy limitada ‘bendecido’ por el Jefe del Ejecutivo [según dice el presidente de la comisión], que solo hace referencia a las iniciativas presentadas sin dictaminar su contenido, y redactado con ignorancia de la técnica legislativa y faltas de ortografía (Herario en lugar de Erario) y, lo más importante, excluyendo a la Comisión de Medio Ambiente que debe codictaminar en Comisiones Unidas”.

Para Elena Burns, subdirectora de la Conagua, lo que necesitan como autoridad de dicha Ley es poder tener un control estricto sobre las concesiones, las cuales, consideró, deben darse a corto plazo y ser renovables bajo las condiciones determinadas en cada cuenca y acuífero. “La Ley de Aguas Nacionales favorece a los grandes solicitantes de volúmenes y hay cientos de abogados en este país que viven de litigar para obtener concesiones en cuencas vedadas o sin disponibilidad”, insistió.

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–Después de que ustedes en Agua para Todos estuvieron por siete años trabajando una iniciativa para una Ley General de Aguas, ¿cuál es su observación entorno a la Ley Mata-Flores?

–Las cuatro iniciativas siguen. La ciudadana, la de Morena, del PT y de la propia Comisión deben ser dictaminadas. Fue sorpresivo que el presidente de la Comisión [Feliciano Flores] se haya aliado con el Diputado Mata, del PAN de Chihuahua, quien tuvo un papel central en los conflictos en ese estado, y de repente promueven sacar la tarea de la manera más burda y superficial dejando intacta la Ley de Aguas Nacionales que ha causado tanto daño en el país y planteando una Ley General de Aguas demasiado limitada y anticonstitucional. El derecho humano al agua es muy amplio, como se ve en la observación 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales. Fue un intento con mucha conveniencia porque [Feliciano Flores] ya quiere salir de campaña y quiere decir que logró el derecho al agua. Ahora sí lo veo como autoridad. La Ley de Aguas Nacionales nos ata las manos para poder promover, hacer cumplir y proteger el derecho humano al agua. No podemos con esa Ley. Estamos haciendo todo lo posible dentro de este marco, pero no nos permite.

Vecinos de San Jerónimo Chicahualco en Metepec, Edomex, bloquearon una vialidad contra el despojo del predio de un pozo de agua. Foto: Cuartoscuro.

–¿Qué rol les toca desde la Conagua entorno a la Ley de Aguas?

–Hay una separación de poderes. Los legisladores hacen las leyes y en dado momento, y sería bueno que pudiera pasar, es que se permita que la autoridad que estaría implementando la Ley pudiera revisar el texto para omitir opiniones. Eso es algo que se espera poder hacer pronto en cuanto esté un dictamen sobre las cuatro iniciativas presentadas.

–¿Y ya al momento de aplicar la Ley como autoridad?

–Depende de la naturaleza de la Ley que se apruebe. Desde el área donde estoy, que es Administración del Agua, sería un alivio porque es muy angustiante estar viendo el comercio de los derechos al agua sin poder hacer nada. En Baja California, si la cervecera Constellation Brands ya consiguió su agua a través de un trato comercial entre particulares, no hay nada que Conagua ya pueda hacer. Es muy difícil con esta Ley. Cada viernes pido que me den la lista de todas las transmisiones –para volúmenes mayores a 500 mil metros cúbicos al año– de agua que se han solicitado y que no ha habido manera de frenar bajo la Ley actual. Uno está viendo cómo los poderosos están obteniendo agua de los ejidos, de las comunidades y en cuencas deficitarias. El comercio del agua está fuertísimo, y ya sabemos que esto está asociado a contratos multimillonarios. Los distritos de riego que controlan el 35 por ciento de las aguas nacionales concesionadas son quienes controlan en gran parte la compra y venta de aguas nacionales, en vez de que sea con un proceso coordinado por la Conagua, donde se participe para ver cómo vamos a enfrentar el acaparamiento, explotación, contaminación. Ver cuáles son las prioridades en los usos del agua en la región. En vez de eso, es el mercado el que decide.

Además la Ley de Aguas Nacionales favorece a los grandes solicitantes de volúmenes y hay cientos de abogados en este país que viven de litigar para obtener concesiones en cuencas vedadas o sin disponibilidad. Demandan y ganan los casos para obtener el número de concesiones que quieren a pesar de que no hay disponibilidad y eso daña a las comunidades. Ellos ponen pozos profundos y las comunidades tienen pozos más superficiales y se quedan sin agua. La tragedia que vimos desde afuera, desde adentro es la misma y es poco lo que se puede hacer como autoridad bajo este marco legal que favorece al mercado del agua.

Riego de cultivo de flores de nochebuena al sur de la CDMX. Foto: Cuartoscuro.

–Lo repitió muchísimo desde Agua para Todos, pero ahora que está en Conagua, ¿qué necesitan de una Ley de Aguas para garantizar el acceso equitativo al agua?

–En primer lugar, no permitir la compra-venta de concesión; el agua es un bien nacional y la Nación debe recuperar la rectoría sobre este vital líquido. También en primer lugar, reconocer los derechos de los pueblos indígenas sobre las aguas en su territorio. Además los consejos de cuenca tienen que ser incluyentes y sus planes deben ser vinculantes. Así podríamos empezar a trazar el camino hacia la sustentabilidad. Debemos tener un control estricto sobre las concesiones. Las grandes concesiones tienen que darse a corto plazo y ser renovables bajo las condiciones determinadas en cada cuenca y acuífero. Ahorita tenemos el problema de que las concesiones son a largo plazo [hasta de 30 años]. Los grandes poderes económicos tienen todos los abogados del mundo y tienen la Ley de Aguas de su lado, entonces demandan a la Conagua y ganan. Las medidas que intentamos para disminuir la sobrexplotación los tribunales las tumban. Necesitamos tener salas especializadas en agua con magistrados capacitados para que comprendan la crisis y, junto con una Ley de nuestro lado, ya podríamos empezar a encaminarnos hacia el acceso equitativo y sustentable que la Constitución exige.

–Continuando sobre la falta de herramientas de Conagua, la Auditoría Superior de la Federación observó en la Cuenta Pública 2019 que tiene una “limitada” capacidad de vigilancia y monitoreo a las concesionarias. ¿Qué necesitan para tener más capacidad?

–Ahora sí lo veo desde dentro. La Ley de Aguas Nacionales es muy específica en cuanto a la atención que se tiene que dar a cada particular que solicita una concesión. Cada trámite que se hace en la Conagua, se tiene la obligación de notificar personalmente a su domicilio de la persona que solicitó el trámite. En este momento tenemos 44 mil trámites resueltos en positivo o negativo. Y estos bufetes de abogados dicen que si es negativa la otorgación de la concesión, no se reciba al notificador y demandan a la Conagua. Todo el presupuesto está chupado ahí  porque pierdes o pierdes. Bajo toda la corrupción se ha permitido una acumulación de trámites de 150 mil solicitudes de nuevas concesiones, prórrogas, transmisiones (compra-venta), permisos de descarga… El 90 por ciento de estas solicitudes son pequeños agricultores y comunidades, pero en este papeleo se esconden las mineras, las embotelladoras, las inmobiliarias. En el pasado, actualmente no me consta, se sabía que el precio de acelerar una solicitud era de 40 o 50 mil pesos.

Ahorita hay un proceso de automatización de esto. Estamos rediseñando con teléfono y Conagua en línea, lo que nos permitirá crear un carril de procesos agilizados para los pequeños solicitantes para poder dar más atención a las solicitudes por parte de los grandes y ver si tendrá un impacto sobre derechos humanos para poder aplicar condiciones particulares en permisos de descargas y empezar a controlar más. Hay todo un rediseño que se está trabajando desde oficinas centrales y a nivel nacional para enfrentar y abatir este rezago. Así se podrá pasar el personal y presupuesto a revisión e infracciones. Desde ahora, estamos formando grupos especializados mixtos de ciudadanía con Gobierno para enfrentar la privatización ilícita, la contaminación y, en dinámicas donde se requieren actos de autoridad, se refuerce con participación ciudadana y tecnología. También estamos trabajando para hacer público y de fácil acceso y manejo todos los datos de Conagua sobre la gestión, disponibilidad, calidad, solicitudes y visitas de inspección de agua en el sistema de información de la página de la Conagua, para que la gente sepa qué está pasando en su localidad y apoye en la vigilancia a los concesionarios.

–Entonces, queda la duda. Los exfuncionarios que salieron en septiembre de Conagua eran negligentes como se señaló o era esta falta de herramientas.

–Hay una reorganización interna ahorita y rigurosa. Puede ser por inercia, por intereses. Yo no estoy en la cabeza de nadie. Lo que sé es que llegamos con un mandato que fue muy claro: el agua es para el pueblo y no para los intereses creados. El hecho de que seis personas con trayectoria no comprometida pudimos entrar con este mandato sí hace una diferencia. Lo que falta es una Ley congruente con este mandato, porque la Ley de Aguas Nacionales es para los intereses creados acosta del pueblo. En esa Ley no hay ninguna consecuencia, es muy difícil clausurar. Se burlan de nosotros los que violan la normatividad. No pagan derechos, no respetan la calidad del agua de las descargas y no pasa nada. Aunque se hagan inspecciones y sanciones, se burlan. Necesitamos una Ley que sea para proteger este bien de la nación tan esencial y que ponga límites en serio a los que han abusado y gozado de ser los privilegiados de la Ley. Nadie está contra el desarrollo económico, pero se puede tener un desarrollo que no destruya el acceso a agua de calidad. Se puede compatibilizar.

–Usted dice que tienen un mandato de que el agua sea más para el pueblo y para ello necesitan una Ley General de Aguas congruente, pero hay que agregarle la crisis climática. ¿Qué papel jugará la Conagua en esta crisis?

–Buena pregunta… Estamos en medio de elaborar los programas hídricos regionales que serán sumamente importantes en dos sentidos. Uno, para poder gestionar el agua de una manera que no agrave la crisis climática. Estamos en medio de un círculo vicioso donde muchas obras hidráulicas son gran consumidoras de hidrocarburos y energías no renovables, y para poder generar energéticos tenemos tecnologías muy disruptoras. Se busca manejar el agua con una mínima emisión de gases de efecto invernadero. Y, segundo, y lo estamos viendo en Tabasco y Chiapas, tenemos que pensar en cómo cuidar el territorio para que se puedan manejar los extremos de inundaciones y sequías que ya estamos empezando a sufrir y que se van ir agravando. Esto requiere una atención al ciclo del agua en el territorio con mucha participación y programas robustos.

Conagua asegura que las 80 mil concesiones que caducarán irán a uso doméstico y no a industrias

viernes, octubre 25th, 2019

Eugenio Barrios Ordóñez, subdirector General de Administración del Agua, expuso las sanciones a la industria cuando sobrepasa los límites permitidos de contaminación, la inclusión de las consultas a los pueblos originarios sobre el uso de su agua, y la necesidad de evolucionar a un sistema de concesiones “justo que no vulnere a la sociedad en aras de un fin privado”.

Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– Como parte del Decreto presidencial publicado el 1 de julio sobre asignaciones de aguas nacionales, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) identificó alrededor de casi 80 mil concesiones de entre 10 y 30 años que caducarán, por lo que esos volúmenes se van a destinar para uso doméstico, aseguró Eugenio Barrios Ordóñez, subdirector General de Administración del Agua.

“El compromiso de esta Administración ha sido revisar todo el proceso de concesiones. Estamos trabajando en ello. Ya hay acciones importantes que se han tomado. El 1 de julio se publicó un Decreto presidencial que protege el agua para consumo humano, en especial para las comunidades marginadas y grupos originarios. Como parte de este Decreto nosotros estamos en un proceso de caducidad de concesiones”, dijo en entrevista.

En junio de 2018, aún en el sexenio de Enrique Peña Nieto, se publicaron decretos sobre reservas de agua. Barrios explicó que se liberaron volúmenes que pueden ser concesionados para otros usos además del doméstico y el ambiental, por lo que el compromiso de esta Administración “fue detener el otorgamiento de concesiones para otros usos hasta que no se sacaran reglamentos específicos”.

El artículo primero del Decreto, expedido por la Presidencia de la República con vigencia al 30 de noviembre de 2021, expone que “se establecen facilidades administrativas” para el otorgamiento de nuevas concesiones a los usuarios que cuenten con títulos para uso doméstico o público urbano cuya vigencia hubiere expirado desde el 1 de enero de 2019, así como para los títulos vigentes cuya prórroga no se solicitó en los plazos señalados en la Ley de Aguas Nacionales.

Además se dará trámite a nuevas solicitudes de concesión para uso doméstico y público urbano “con atención especial a los pueblos indígenas, comunidades afromexicanas, así como a las personas y localidades en situación de alta y muy alta marginación”.

Esta semana SinEmbargo publicó que colectivos en defensa del agua documentan que la Conagua ha otorgado más de 500 mil concesiones de 1992 a mayo de 2019 que han sido, aseguran, en violación de vedas, de límites de disponibilidad, de derechos de núcleos agrarios y de pueblos indígenas y de terceros, y sin ningún sistema efectivo de control sobre la contaminación. Para uso industrial y agroindustrial, de las más de 5 mil dadas en el periodo de casi 30 años, un 30.87 por ciento ha ido para empresas como GEO, ARA, Bachoco, Sukarne, Danone, Femsa, Heineken, Lala, Cemex, Apasco, entre otras.

El Subdirector General de Administración del Agua Eugenio Barrios aseguró que las industrias tienen la obligación de reportar cada trimestre sus resultados de los análisis de laboratorio de la calidad de agua que están descargando.

“Con eso se le presenta al usuario lo que tiene que pagar en término de derechos, porque las aguas residuales se pagan vía Ley Federal de Derechos. Y así se identifica cuánto están contaminando y cuánto tienen que pagar. En caso extraordinario, se realiza una visita para identificar qué es lo que está sucediendo”, expuso.

Respecto al derecho de los pueblos originarios a una consulta libre, previa, informada, culturalmente adecuada y de buena fe entorno al agua en su territorio, Barrios reconoció que hace unos años no se consideraba, pero “se va a convertir en un aspecto rutinario” en los procedimientos de administración del agua.

Sobre las iniciativas que se debaten entorno a una reforma a la Ley General de Aguas para 2020, dijo que “lo importante es cuidar que ninguna concesión de agua vulnere a la sociedad en aras de un fin privado”, ya que “el agua es un bien común propiedad de la nación”.

“Que evolucionemos a un sistema de concesiones justo, que no vulnere a la población en general, que no vulnere el derecho humano al agua, que no vulnere el derecho a un ambiente sano, y bajo esos principios el otorgamiento de concesiones deberá ajustarse en una serie de condiciones que implican el tiempo, y las transferencias”, aseveró.

Eugenio Barrios Ordoñez, subdirector General de Administración del Agua en la Comisión Nacional del Agua. Foto: Crisanto Rodríguez, SinEmbargo.

SANCIONES POR CONTAMINAR AGUA

–¿En qué consiste Conagua en Línea que acaban de lanzar este año?

–Conagua en Línea es un sistema digital electrónico para el trámite de todos los permisos y trámites administrativos que otorga la Comisión Nacional del Agua. Es un sistema muy importante, porque nos permite darle trazabilidad a todas las etapas del proceso de emisión de una concesión o de un permiso. Por el otro lado, nos otorga total transparencia en términos de que el usurario puede ver en qué parte del trámite va su solicitud. También nos permite ingresar sin intermediarios, y esto nos ahorra un problema muy importante que es la gente que vive de tramitar y que se convirtió en una industria muy lucrativa, y que se ha convertido en un problema grave para todos los usuarios.

Otra gran ventaja que mencionaría es que Conagua en Línea ofrece la oportunidad al usuario de identificar en tiempo real la disponibilidad del agua en la cuenca en la que está, entonces como usuario entro, si necesito agua en equis cuenca, veré si hay disponibilidad o no. Además, a nosotros internamente nos permite establecer las reglas para otorgar las concesiones, nos permite tener muy bien implementadas las políticas de prioridad en términos de asignación de agua.

Un hombre vende garrafones de agua en Tláhuac, Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro.

–En cuanto a los mecanismos de control, ¿cómo la Conagua sanciona en el caso de las concesiones que se dan a empresas y que contaminen el agua?

–Nosotros tenemos un programa de inspecciones anual que lo enfocamos principalmente a las demandas ciudadanas. Es ahí donde nosotros realizando las visitas de inspección se revisa que cumplan con lo establecido en su concesión, en la Ley de Aguas Nacionales, por ejemplo, presencia de medidores, que cumplan con su permiso de descarga de aguas residuales, y con base en eso se les sanciona o no si están cumpliendo. En el caso particular de las industrias, tienen la obligación de reportar cada trimestre sus resultados de los análisis de laboratorio de la calidad de agua que están descargando. Eso se hace por un tercero, un laboratorio, y los resultados se mandan directamente a Conagua. Entonces nosotros internamente con eso se le presenta al usuario lo que tiene que pagar en término de derechos, porque las aguas residuales se pagan vía Ley Federal de Derechos. Y así se identifica cuánto están contaminando y cuánto tienen que pagar. En caso extraordinario, realizar una visita para identificar qué es lo que está sucediendo.

–¿En qué consisten estas sanciones?

–Hay todo un tabulador de sanciones. Una cosa es la sanción por infringir la Ley de Aguas Nacionales, por ejemplo, no tener medidor o por un evento de descarga que causa un daño ambiental, y en eso la Profepa también participa en el proceso. Y en términos de la Ley Federal de Derechos lo que se paga es por cuánto se excede de los límites de contaminantes que están en la norma.

CONSULTAS A PUEBLOS ORIGINARIOS

–Sobre los pueblos originarios, ¿la Conagua es una de las entidades que tiene que responsabilizarse al momento de dar las concesiones considerando sus derechos? Me refiero a la consulta libre, previa e informada.

–Sí. Esta Administración está siendo particularmente cuidadosa en atender todas las demandas y derechos de los pueblos originarios. Es algo que viene de unos años para acá, no es exclusivo del agua. El asunto de las consultas es algo nuevo en el país que se está empezando a ejercer y regular. El caso más reciente, que habla del compromiso de esta administración, es el proceso en los valles centrales de Oaxaca, en donde después de más de 10 años de un proceso de diálogo y de consulta con las comunidades se llegó a un acuerdo final en donde nosotros vamos a concesionar aguas directamente a los grupos originarios. Estamos llevando consultas en varios lados. Con los yaquis estamos también empezando un proceso de consulta. Es algo que se va a convertir en un aspecto rutinario, y por supuesto mantener prioridad en la asignación y protección de esos recursos.

–¿Y antes se hacía?

–Pues no. Yo soy reciente en la Conagua. Antes había habido algunas aproximaciones, por ejemplo, los yaquis tienen su título de concesión de agua desde hace muchísimos años y así algunos otros grupos. Es un proceso reciente de los últimos años para acá que hay que incorporar totalmente a los procedimientos de administración del agua y es lo que estamos trabajando.

LOS DECRETOS DE EPN

–Otra de las grandes dudas es sobre los decretos que se otorgaron en junio de 2018. ¿En qué consisten? ¿Esta administración las va a continuar, a pesar de que el Presidente hizo una promesa de que se podrían cancelar?

–Los decretos tienen la gran ventaja de que su objetivo es proteger agua para el ambiente y agua para la gente. Fueron desarrollados a partir de un proceso en el que participaron organizaciones de la sociedad civil y de la academia desde hace muchos años. Es un proceso que tuvo casi 15 años de trabajo para irlas desarrollando, no fue una ocurrencia de la Administración anterior. En estos decretos se cuidó mucho proteger esa agua que se viene concesionando. En realidad sí hay un proceso de otorgar concesiones que por ley no puedes detener salvo que tengas instrumentos como las reservas de agua, reglamentos o vedas. Entonces la gran aportación de estos decretos es haber creado esas reservas. Ahora, se liberaron volúmenes que es lo que ha causado mucha confusión.

Se liberaron volúmenes que pueden ser concesionados para otros usos, entonces el compromiso de esta administración fue detener el otorgamiento de concesiones para otros usos hasta que no se sacaran reglamentos específicos. De ese volumen que queda es en realidad poco volumen: en promedio el 30 por ciento es el que se puede concesionar y el 70 por ciento queda protegido. Es un gran logro en términos de protección. Esta Administración emitió unos lineamientos el 1 de julio de este año para decir que de lo que queda vamos a definir un reglamento para ver cómo lo vamos a otorgar.

Lo importante es que es prioridad de esta Administración proteger el agua para la gente, para los grupos indígenas, grupos originarios, luego proteger el agua para el ambiente y ya una vez que esté protegido eso, entonces entrar a un proceso de concesiones donde quede perfectamente reglamentado cómo se van a dar esas concesiones. Lo importante de otorgar las concesiones es que estemos seguros que una concesión no vulnera a ninguna persona, su derecho humano al agua ni tampoco al ambiente.

LEY GENERAL DE AGUAS 2020

–Están surgiendo debates entorno a una reforma a la Ley General de Aguas para el próximo año. Mi pregunta es qué puntos son urgentes para reformar y si está de acuerdo con algunos colectivos en cuanto a poner foco en la legalidad de la transferencia de concesiones de un civil a una empresa y en cuanto al tiempo de concesiones dependiendo de si cumple la ley.

–El proceso de desarrollar una nueva ley es muy importante. Es un pendiente que tenemos como país desde 2013. En particular es muy importante porque es una Ley General de Aguas que va incluir a todos los niveles de Gobierno. La Ley de Aguas Nacionales incluye solo las aguas que son responsabilidad de la federación, pero el agua que está en los municipios, por ejemplo, los servicios de agua potable, no está en esa Ley. Entonces, la Ley General de Aguas va a cubrir todos los aspectos del agua en el país, de ahí su relevancia, y en particular el derecho humano al agua. Entonces es de gran trascendencia las pláticas, las discusiones y los procesos que se están teniendo en todo el país prácticamente.

En el ámbito de la administración federal de las aguas, que es lo que corresponde a Conagua, uno de los aspectos más sensibles es el sistema de concesiones. Ahí lo que es muy importante es que nosotros como país capitalicemos todas las enseñanzas que hemos tenido en casi 30 años de operar un sistema de concesiones. Hay muy buenas experiencias, hay malas experiencias. Entonces lo que es importante es que aprendamos, las identifiquemos y entonces evolucionemos a un sistema de concesiones justo, que no vulnere a la población en general, que no vulnere el derecho humano al agua, que no vulnere el derecho a un ambiente sano, y bajo esos principios el otorgamiento de concesiones deberá ajustarse en una serie de condiciones que implican el tiempo, y las transferencias. Pero lo importante es tener claro esos principios, ya los detalles varían mucho. Por ejemplo, una empresa requiere cierto tiempo y certeza jurídica para garantizar las inversiones que requiere hacer.

Entonces es muy difícil darle a una empresa una concesión por un año porque entonces sus inversiones que pueden ser de miles de millones de pesos no se ven protegidas. Necesitamos como sociedad entender hasta dónde se puede dar esa concesión, con qué rendición de cuentas una empresa debe obtener y cumplir con su concesión y cómo ciudadanos le damos seguimiento y vigilancia a ese proceso. Ahí es donde entrarán los detalles de la Ley y de sus reglamentos y es donde debemos de cuidar todos esos aspectos. Lo importante es cuidar que ninguna concesión de agua vulnere a la sociedad. Ese es el gran principio. El agua es un bien común, es propiedad de la nación y debemos de cuidar que no vulnere a la sociedad en aras de un fin privado.

Luchadores por el agua de todo el país participaron en un encuentro de la organización Agua para Todxs, con el propósito de ir formulando la reforma a la Ley General del Aguas. Foto: Cuartoscuro.

–Si gusta agregar algo…

–Reiterar que el compromiso de esta Administración ha sido revisar todo el proceso de concesiones. Estamos trabajando en ello. Ya hay acciones importantes que se han tomado. El 1 de julio se publicó un Decreto presidencial que protege el agua para consumo humano, en especial para las comunidades marginadas y grupos originarios. Como parte de este Decreto nosotros estamos en un proceso de caducidad de concesiones. Aquellas concesiones que ya terminaron su periodo, en muchos casos fue de 10 años o 30 años, que ya caducaron, tenemos identificadas alrededor de casi 80 mil concesiones que se van a caducar y esos volúmenes se van a proteger y destinar a uso doméstico. Es una acción que va en el sentido del compromiso con el agua para el derecho humano y para ir ajustando las concesiones.

66.6% del territorio sufre sequía. Conagua dio 31% del agua a Femsa, Nestlé, Bachoco, Heineken, Pepsi…

lunes, octubre 21st, 2019

Colectivos en defensa del agua documentan que la Conagua ha otorgado más de 500 mil concesiones de 1992 a mayo de 2019 que han sido, aseguran, en violación de vedas, de límites de disponibilidad, de derechos de núcleos agrarios y de pueblos indígenas y de terceros, y sin ningún sistema efectivo de control sobre la contaminación.

Para uso industrial y agroindustrial, de las más de 5 mil dadas en el periodo referido, un 30.87 por ciento ha ido para empresas como GEO, ARA, Bachoco, Sukarne, Danone, Femsa, Heineken, Lala, Cemex, Apasco, entre otras, de acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua.

Ciudad de México, 21 de octubre (SinEmbargo).– De los 5 mil 769 títulos de concesiones que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha dado para uso industrial y agroindustrial de 1992 a mayo de 2019, el 30.87 por ciento (1,781) ha sido para las empresas Geo, Ara, ICA, Homex (sector inmobiliario), Bacocho, Sukarne (granjas), Danone, Nestlé (embotelladoras), FEMSA, Pepsi, AGA (refresqueras), AB InBev, Heineken (cerveceras), Lala, Nestlé (lecheras), Cemex, Apasco, Cruz Azul, Moctezuma (cementeras), y Pfizer, Bayer (farmacéuticas), de acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA).

“Las autoridades de la Conagua, desde la dirección general, subdirecciones, gerentes, subgerentes y personal subordinado negarán que se estén privatizando las aguas nacionales del país. Dirán que se están concesionando y que la rectoría del Gobierno está presente a través de la Ley de Aguas Nacionales (1992), pero no dicen que esos títulos de concesión son por 10 años, 25 años y hasta 50 años, y muchos de ellos prorrogados. Los demás, que son la mayoría de la población del país, se quedan sin el suficiente abastecimiento de agua potable; se vuelve escasa, se tandea, recorren kilómetros para acarrearla o está contaminada por las empresas nacionales y extranjeras”, dijo Ángel Martínez de la Coordinadora de Trabajadores en Defensa del Carácter Público del Agua.

Don Pedro se levanta desde temprano para acarrear agua de un pozo cercano a su casa. En San Lorenzo, Edomex, escasea el agua y las pipas casi no acuden; por ello aprovechan las lluvias para reservar en tambos agua. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro.

La Conagua reportó hace unas semanas que el 66.6 por ciento del territorio mexicano está afectado por algún grado de sequía, principalmente en seis municipios de Oaxaca y Veracruz al registrar los niveles más altos, ya que entre el 1 de enero y el 15 de septiembre de 2019 hubo un 19.3 por ciento menos de lluvia que lo habitual durante el mismo periodo. Además, los niveles de las 206 principales presas de México son 16 por ciento menores que el almacenamiento promedio para estas fechas.

De 1992 al 31 de mayo de 2019, van 554 mil 091 títulos de concesiones a aguas superficiales y subterráneas para uso agrícola, doméstico, servicios, industrial, público-urbano, generación de energía eléctrica, comercio, conservación ecológica y otros, considerando permisos de descarga, permisos en zonas federales y permisos de extracción de materiales, documenta la Coordinadora de Trabajadores en Defensa del Carácter Público del Agua con datos del REPDA de la Conagua.

Elena Burns de Agua para Todos afirmó que esas más de 500 mil concesiones a aguas superficiales y subterráneas han sido “en violación de vedas, de límites de disponibilidad, derechos humanos, derechos de núcleos agrarios, derechos de pueblos indígenas y de terceros, y sin ningún sistema efectivo de control sobre la contaminación”.

La especialista explicó que la Ley de Aguas Nacionales (1992) sirvió para poner las aguas nacionales “bajo el control de ‘mercados del agua’ como condición para la firma del Tratado de Libre Comercio (TLCAN, 1994)”.

Los costos por la contaminación del agua en México ascienden a 57 millones de pesos. Foto: Cuartoscuro.

“Por lo tanto, hoy en día, el agua en México es de quien tuvo los contactos más cercanos con la Conagua y de quien tiene el pozo más profundo y la bomba más potente”, sentenció Burns.

Ángel Martínez, de la Coordinadora de Trabajadores en Defensa del Carácter Público del Agua, dijo que en los artículos 21 y 24 de la Ley de Aguas Nacionales la Conagua no consideran el impacto socioambiental que ocurrirá con las concesiones otorgadas ni tampoco el de realizar consultas en las poblaciones afectadas.

“La Ley de Aguas Nacionales es tan elástica con respecto a la contaminación que es irrisorio”, afirmó Martínez. “Lo que pagan de derechos es mínimo y pese a la gran producción que sacan no le rinden cuentas a la Conagua”.

El colectivo Agua para Todos alertó en una conferencia de la semana pasada que la plataforma Conagua en Línea “deja vulnerables” a los pueblos porque permite que cualquier empresa obtenga concesiones a sus ríos, manantiales o a las aguas subterráneas de las cuales dependen, “sin su conocimiento o consentimiento”, de lo cual responsabilizaron a Eugenio Barrios Ordóñez, subdirector general de administración del agua y a Víctor Alcocer Yamanaka, Subdirector General Técnico.

INICIATIVAS PARA LEY DE AGUAS 2020

La coordinadora nacional Agua para Todos impulsa una iniciativa ciudadana de Ley General de Aguas (reformada en 2012) que presentará ante el Congreso con el 150 por ciento de las firmas requeridas.

Plantea un esquema para lograr el acceso equitativo y sustentable mediante concesiones a corto plazo (actualmente hasta 50 años o más), fuertemente condicionadas, y si el concesionado no cumple esa legislación, perdería el acceso al recurso natural, con el fin de combatir “la mercantilización, el acaparamiento, la especulación, la sobreexplotación y la contaminación impune de las aguas nacionales”.

Los costos por la contaminación del agua en México ascienden a 57 millones de pesos, lo que equivale a un 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el estudio “Tratamiento de aguas residuales” de la Oficina de Información Científica del Congreso de la Unión.

Por su parte, CESPEDES del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) –con aliados como Bachoco, Grupo Modelo, Cemex y Femsa mencionados como beneficiados de concesiones de agua– impulsa otra iniciativa para reformar la Ley General de Aguas. Esta propone concesiones a largo plazo, número de concesiones ilimitadas y reemplazar vedas por “reservas” para aumentar la disponibilidad de oferta de agua.

“Alguien puede solicitar una concesión, pero como las transferencias no están prohibidas sino fomentadas por la Ley, después la compra una empresa. Ojalá que simplemente un particular llegara, le dan su concesión y tuviera acceso al agua. No es así. Hay una captura política de la mayor parte de las empresas poderosas que lo mismo tienen inversiones en energía, minería, e infraestructura urbana (grandes desarrolladoras inmobiliarios)”, afirmó Miguel Ángel Montoya, consultor legislativo que partició en la redacción de la reforma al artículo 4 constitucional sobre la Ley General de Aguas en 2012.

El PRI tiene lista una nueva Ley que privatiza a perpetuidad el agua; alertan sobre los riesgos

domingo, febrero 4th, 2018

Aunque se abrió una plataforma para que académicos, expertos, comunidades y sociedad civil participaran en la elaboración de la Ley General de Aguas, el priista mexiquense, José Ignacio Pichardo Lechuga, presentó un borrador que es prácticamente la misma Ley que se echó abajo en 2015: la llamada Ley Korenfeld.

Hasta el momento el documento es solo un borrador, pero las prisas en el Congreso y la disposición por aprobar esa legislación pueden hacer que en dos semanas se convierta en una realidad.

Académicos y expertos la describen como una política que genera un negocio redondo para un grupo muy selecto (como Carlos Hank o Armando Hinojosa Cantú), gracias a una “privatización extrema”.

Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).- En 2015 apareció la Ley Korenfeld, redactada entonces por el polémico titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld Federman, quien renunció el 9 de abril de 2015, luego del escándalo que provocó el uso de un helicóptero oficial para fines personales. Esa fue la Ley General de Aguas que presentó la administración federal de Enrique Peña Nieto y que, desde entonces, fue congelada.

En cuanto se hizo público, el contenido de la legislación generó protestas de ciudadanos, sociedad civil y académicos quienes argumentaron que violaba los derechos humanos, era privatizadora y no garantizaba la accesibilidad del líquido particularmente para la gente de escasos recursos.

En 2018, en el último año de este Gobierno federal reaparece, pero ahora bajo el pseudónimo de Ley Pichardo, que el borrador fue presentado por José Ignacio Pichardo Lechuga, Diputado federal del PRI por el Estado de México, la entidad de donde es originario el Presidente Peña Nieto.

La similitud que guarda el nuevo documento con el anterior es notable, salvo algunas diferencias que la hacen aún más riesgosa, de acuerdo con académicos y especialistas consultados por SinEmbargo.

Uno de esos riesgos es el propio Congreso y el ejemplo más cercano es la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, coinciden los expertos. El temor es que el borrador se convierta rápidamente en una iniciativa que puede ser aprobada gracias a la mayoría que tiene el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a pesar del malestar que genere en la población, explican.

Así sucedió con la Ley de Seguridad Interior, y así puede pasar con la Ley General de Aguas, alerta.

Alfredo del Mazo Maza, actual Gobernador del Estado de México, y José Ignacio Pichardo Lechuga, Diputado federal del PRI por Edomex. Foto: Saúl López, Cuartoscuro

José Ignacio Pichardo, priista mexiquense, es hijo de José Ignacio Pichardo Pagaza, quien fue Gobernador del Estado de México del 11 de septiembre de 1989 al 15 de septiembre de 1993, además de titular de la Secretaría de Energía en el sexenio del Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

José Ignacio junior preside la Comisión de Agua Potable y Saneamiento, que está integrada por 10 priistas, seis panistas, tres perredistas, tres legisladores del Partido Verde, uno de Nueva alianza, uno de Movimiento Ciudadano y uno de Morena.

El documento –que consta de seis capítulos– puede convertirse en por lo menos dos semanas en una iniciativa que pueda ser llevada a Pleno, se turne a dictamen y pueda ser aprobada, incluso en fast track.

Reformar el sistema de aguas del país es la “joya de la corona” de la Reforma Energética de Peña Nieto, y en específico para actividades como la explotación de hidrocarburos con la técnica del fracking, que demanda una gran cantidad del vital líquido para realizarse, advierten los analistas.

COPY PASTE DE LA LEY KORENFELD

La Ley guarda problemas desde su “elaboración”. Miguel Ángel Montoya, consultor en Gestión Integral del Agua, expone que hubo un proceso de simulación cuando se dijo que cualquier organismo podía hacer observaciones al documento, que habría interacción con la ciudadanía y que las observaciones hechas se tomarían en cuenta.

“Pero es falso. Antes de que se presentara como borrador, hubo una primera etapa en la cual fueron convocados de manera “plural” diversas organizaciones empresariales, grupos de interés, varias industrias, organizaciones civiles y académicos. Ninguno de los puntos de vista fue tomado en cuenta. Fue un proceso de simulación. La Ley Korenfeld es la base de este borrador completo y hay coincidencias en los artículos más graves. Pero si se compara con la iniciativa Agua para Todos, que es la iniciativa ciudadana, no hay ninguna”, comenta.

El documento es público y en teoría está abierto a la discusión en línea. De acuerdo con Montoya sí convocaron, sí hubo participación pero no de manera proporcional. Por ejemplo, las inquietudes de la Cámara Nacional de la Industria Minera sí están plasmadas en el borrador. Lo mismo ocurrió con las refresqueras y la industria del acero.

Del otro lado, estuvo la Alianza Mexicana Contra el Fracking, el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua, el Instituto de Geografía de la UNAM y del Instituto de Investigaciones Jurídicas, pero Montoya califica eso como “una pasarela sin sentido”, porque en el borrador no hay ninguna de sus propuestas.

“La simulación ha sido para presentar un documento que es muy parecido a la Ley Korenfeld. Cambiaron algunas formas para que no fuera un copy paste vulgar, pero el sentido es el mismo y la finalidad también”, sostuvo.

Aniza Mexia Moreno, colaboradora del Programa de Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana, observa en este proceso una división muy marcada entre lo que la ciudadanía quiere y lo que se está discutiendo, pero prevé que sí se va a presentar oposición por algunos diputados que presentarán una ley ciudadana.

En un comunicado de prensa, la Universidad Iberoamericana, enfatizó en la característica del Gobierno federal de aprobar reformas estructurales que han generado descontento.

Ambos consideraron que es una realidad que el actual sistema de aguas necesita reformarse, ya que ha traído sobrexplotación, contaminación y concentración.

Para Montoya, la causa por la que el gobierno insiste en esta ley, cobra sentido con la Reforma Energética. Así se convierte en el “eslabón que faltaba”.

“Detrás hay un proceso intrincado de simulación. Es producto del trabajo de dos años de la Comisión de Agua Potable que preside el Diputado Pichardo del PRI y miembro del Grupo Atlacomulco. En efecto: sí han escuchado, sí han convocado a actores, pero en realidad lo que hicieron fue un borrador que no es más que la Ley Korenfeld revolcada cual gato. Es el mismo producto y la misma intención”, agregó.

LO SOBRESALIENTE DE LA LEY

Miguel Ángel Montoya compartió los puntos más importantes del borrador.

Explicó de manera detallada durante la entrevista la ley actual y como cambia… o no. De acuerdo con su lectura, la crisis de este modelo radica en el esquema de concesiones.

En la actualidad se pueden dar concesiones de hasta 30 años con derecho a prórroga y los particulares no son afectados en sus volúmenes en los años en que tienen esa concesión, a pesar de que en ocasiones no haya disponibilidad de agua.

Se permite transferir una concesión de un particular a otro, simplemente con un contrato que avale Conagua. No importa que no haya disponibilidad de agua o que el uso sea distinto. De manera muy laxa se puede cambiar el uso por el cual se otorgó la concesión y se puede transferir.

Está el caso de contaminación de río Sonora por Grupo México, lo que perjudicó a miles de habitantes y productores de cárnicos y lácteos. A pesar de que contaminó, nunca se le quitó su título de concesión a la minera Cananea. Eso es un reflejo de cómo opera el sistema concesionario.

“Eso debió haber sido transformado en una nueva Ley, en una nueva propuesta, pero resulta que no solo lo dejaron así, lo cual es gravísimo. Qué sentido tiene una reforma si no transformas lo que hay. Lejos de no modificarlo, lo hicieron más laxo. Ahora cualquier concesionaria que tiene todas estas garantías y estas facilidades para cambiar de título, para transferirlo, para que no sea cancelado bajo condiciones de escasa disponibilidad o de contaminación. Nadie tendrá la molestia de refrendar su título de concesión, de hacer el trámite burocrático”, comentó.

Las concesiones sólo se entregarán a perpetuidad, cuando lo ideal, advirtió el consultor, sería hacer las concesiones cada tres o cuatro años, bajo disponibilidad e incentivar el rehusó y el tratamiento del agua, y si una industria lo está haciendo que sí se le renueve el permiso.

Se conserva el mismo modelo y ahora las empresas se ahorran los trámites. Eso generará una enorme concentración y además, es un modelo.

También invectiva el modelo de trasvase, el cual tiene una enorme gravedad. En el mundo son cuestionados porque generan impacto ambiental tanto en la cuenca importadora como en la cuenca exportadora.

Ahora no sólo se concesionará la infraestructura, pues el esquema que promueve la Ley Pichardo –y que ya contemplaba la Ley Korenfeld– es ya no sólo construir y operar la infraestructura, sino toda el agua que tiene ese trasvase será de los particulares, se les concesionará a perpetuidad.

Esto implica que prácticamente todas las aguas superficiales, los ríos del país, van a ser privatizados. “Eso es privatización extrema”, denunció.

Aunque es un tema polémico, el fracking, es el menor de los problemas en este modelo; trae contaminación de acuíferos y deja a esa agua inservible para el riego y el consumo humano, lo que abre la puerta a empresas como Abengoa y como Grupo Higa para que venden el agua a los organismos operadores o a los usuarios de riego.

“Los efectos son graves porque desde luego se incrementan tarifas, se hacen cortes discrecionales, los subsidios beneficiarán a los privados. Con la Ley Pichardo estamos ante un proceso de privatización en extremo, donde un puñado de empresas, los cuates del Presidente, los más cercanos, serán los beneficiados”, concluyó Montoya.

El destino nos alcanzó: 70% del agua en humedales, ríos y lagos de México está contaminada

lunes, octubre 24th, 2016

El proyecto impulsado por universidades, sindicatos, ejidos y organizaciones civiles (Greenpeace, en especial), implica reunir 120 mil firmas para que el Congreso apruebe una ley que reconozca el acceso al agua como un derecho humano de todos los mexicanos. La idea es que la nueva ley también resuelva de una vez por todas el grave problema de la contaminación de las fuentes de agua en el país, 70 por ciento de las cuales presentan diferentes grados de polución, y determine una nueva autoridad para la gestión de los recursos hídricos, entre otras medidas. Se requieren aún 30 mil firmas para que el Congreso tome en cuenta la iniciativa.

Ciudad de México, 24 de octubre (SinEmbargo).- Si es cierto que el agua es vida, México está en problemas. Hasta un 70 por ciento de los cuerpos de agua en el país, entre los que se incluyen ríos, lagos y humedales están contaminados en diferentes grados, de acuerdo con información de la Comisión Nacional de Aguas.

La contaminación del agua, ocasionada especialmente por el vertido de químicos y aguas residuales a esos cuerpos de agua, ha reducido de manera importante la disponibilidad y acceso a ese líquido esencial en el país.

Cada mexicano podía disponer de 11 mil 500 metros cúbicos de agua en 1955. En 2011, hace cinco años, la disponibilidad per cápita en México era ya de apenas 4 mil 263 metros cúbicos. Es decir, en 56 años cada mexicano perdió 7 mil 237 metros cúbicos del vital líquido disponible.

Con esta crisis de telón de fondo, la Iniciativa Ciudadana de Ley General de Aguas (ICLGA), proyecto impulsado desde 2012 por comunidades, ejidos, sindicatos, sistemas comunitarios, universidades y organizaciones civiles busca garantizar el derecho humano al agua y terminar con la contaminación de ríos y lagos, obligando al Congreso a legislar en la materia y que genere una ley que asegure esos objetivos.

“Es una ley que busca terminar con la contaminación y poner nuevas autoridades a cargo de la distribución y los permisos de descarga de agua y que no sea necesariamente la Comisión Nacional del Agua (Conagua), porque la Conagua ya ha demostrado desde su fundación que no ha hecho bien la tarea, ha hecho más bien el trabajo muy mal. Tan es así que nuestras aguas están contaminadas”, dijo Miguel Ángel Soto, vocero de Greenpeace México, en entrevista para SinEmbargo.

Por eso hizo un llamado a la sociedad a sumarse para lograr “el buen manejo del vital líquido en el país a través de la participación ciudadana en la toma de decisiones en la materia”, ya que dicho movimiento busca reunir al menos 120 mil firmas físicas de ciudadanos mexicanos, con el fin de “obligar” a los representantes a tomarla en cuenta y a discutirla en el Congreso, sin embargo, hasta el momento se han recabado sólo 90 mil.

“Es importante hacer el llamado a que las personas de la sociedad civil, los tomadores de decisiones, las celebridades, todos se involucren en el desarrollo de esta Iniciativa Ciudadana de la Ley General de Aguas y en el apoyo específico de la colecta de firmas, necesitamos 30 mil. Ayúdenos, nos conviene a todos”, urgió.

Las firmas deben presentarse físicamente, por esa razón los interesados en participar deben llenar un formulario muy simple que pueden encontrar en la siguiente liga. Una vez dentro podrán descargar el formato requerido, el cual debe ser enviado con las firmas a Greenpeace antes del 18 de noviembre. Hay domicilios receptores en la Ciudad de México, Puebla, Guadalajara y Querétaro.

La ICLGA –de acuerdo con Greenpeace– tiene, además, otros objetivos, entre los que destacan garantizar el acceso equitativo y sustentable al agua e impedir el autoritarismo en su reparto, ya que establece que este es un bien de la nación, proveniente de la naturaleza y que las decisiones sobre ella tendrán que ser tomadas por los pueblos y la ciudadanía en sus respectivos territorios.

“Nuestra legislación es muy generosa con la industria”, acusó el activista.

La Conagua ya ha demostrado desde su fundación que no ha hecho bien la tarea, ha hecho más bien el trabajo muy mal y tan es así que nuestras aguas están contaminadas: Greenpeace. Foto: Cuartoscuro.

La Conagua ya ha demostrado desde su fundación que no ha hecho bien la tarea, ha hecho más bien el trabajo muy mal y tan es así que nuestras aguas están contaminadas: Greenpeace. Foto: Cuartoscuro.

Asimismo, la ONG destacó que la iniciativa no permitiría mercantilizar el recurso, ni privatizar o lucrar con su gestión, ya que se centra en la elaboración comunitaria y gubernamental de planes de ejecución obligatoria, vigilada por una contraloría ciudadana y en terminar con la contaminación de los cuerpos de agua.

Además informó que la ICLGA abarca varios ejes, entre ellos, el acceso a información y transparencia; instancias e instrumentos de planeación y gestión del territorio hídrico/cuencas y flujos subterráneos, reconocimiento y apoyo prioritario a sistemas comunitarios; desprivatización y democratización de sistemas municipales y metropolitanos; gestión de aguas pluviales, residuales urbanas y de acuíferos trasnacionales; así como instancias e instrumentos de contraloría, defensoría y procuración de justicia en torno al agua.

Otros ejes incluyen los principios y criterios para la exigibilidad del derecho humano al agua y su saneamiento; la economía del derecho humano al vital líquido; y el fin de la contaminación, este último, señala Greenpeace, “es fundamental desde el punto de vista ambiental pero también legal y de justicia social ya que parte de los siguientes principios y criterios: Principio Precautorio de Cero Descargas de Aguas Residuales, Principio de Transparencia y Principio de Cero Impunidad”.

Soto explicó que con el Principio Cero Descargas de Aguas Residuales buscan que exista una promoción de la participación de observatorios ciudadanos y la responsabilidad de las instituciones encargadas de la vigilancia de las normas ambientales y de salud para que se implemente la meta progresiva de cero descargas de aguas residuales.

“Hay incertidumbre por lo daños que pueda causar el uso de aguas con sustancias químicas que puedan estar en las aguas residuales, cuyo efecto pueda dañar irremediablemente los ecosistemas y genere problemas de salud crónico- degenerativos, por eso queremos que allí se aplique este principio, estamos peleando porque las sustancias que se descarguen ya no generen más afectaciones”, puntualizó.

Mientras, el Principio de Transparencia, declaró, se refiere a que toda la información relativa a la emisión y transferencia de contaminantes en cuerpos de agua deba ser obligatoriamente pública, con el fin de que toda la sociedad pueda conocer el lugar, el nombre, la cantidad y el tipo de sustancia procesada y descargada por pequeñas, medianas y grandes industrias.

El Principio de Cero Impunidad, dijo, tiene que ver con que los daños ocasionados a los cuerpos de agua y los ecosistemas ya no puedan ser solamente compensados mediante el pago de multas y fianzas, sino que existan “verdaderas responsabilidades penales” para quienes realicen dichos actos, ya que “para las industrias resulta mucho más fácil pagar una multa que realmente resarcir por completo el daño que provocaron”, aseguró.

Además, el ambientalista expresó su preocupación debido a que si se publica el borrador de Ley en materia que circula en la Cámara de Diputados o “simplemente se le cambian algunas comas a la Ley Korenfield” las empresas saldrían favorecidas y los ciudadanos serían afectados. En su página oficial, Agua para Todos hizo un comparativo entre la iniciativa y dicho documento, basado en siete principales ejes: derecho humano al agua; ¿de dónde vendría el agua?, toma de decisiones; participación y contrapesos; ¿cómo se corregiría el severo sobreconcesionamiento?; ¿cómo se prevendría la contaminación?, así como la economía del vital líquido.

En el caso del derecho humano al agua, la Ley General señala que la responsabilidad gubernamental se limitaría a 50 litros por habitante al día a cambio de un pago. Mientras, la iniciativa propone cantidad, calidad y asequibilidad, así como derecho a la información y a la participación; a la salud, a la alimentación y a un medio ambiente sano. Además contempla el derecho de los pueblos originarios a manejar sus fuentes y a la consulta, así como el derecho a la integridad física y al patrimonio.

¿De dónde vendría el agua? Con la Ley General, de acuerdo con Agua para Todos, el vital líquido se obtendría de grandes obras hidráulicas, trasvases, desalinizadores; acuíferos sobrexplotados y ultraprofundos e incluso de ríos contaminados. En contraste, con la iniciativa ciudadana se busca que exista una gestión integral de cuencas, con el aprovechamiento máximo de aguas pluviales y tratadas.

En cuanto a la toma de decisiones, con la Ley General, la Conagua determinaría obras, contrataciones, volúmenes a confeccionar, concesionarios a beneficiar, inspecciones y sanciones sin revisión pública ni contrapesos. En cambio, de aprobarse la iniciativa, las autoridades de los tres niveles de Gobierno serían ejecutores de planes consensuados por cuenca y municipio, en busca de metas nacionales.

En el tema de participación y contrapesos, la Ley General sólo tomaría en cuenta la voz de concesionarios en Consejos de Cuenca y no serían vinculantes. Además, las obras de investigación requerirían el permiso de la Conagua y esta podría utilizar la fuerza pública para lograr sus determinaciones. Si la iniciativa ciudadana logra consolidarse, existiría participación desde los comités de Microcuenca, hasta Consejo Nacional de Cuencas y en los Consejos de Administración de Agua y Saneamiento, así como en en la Contraloría Social del Agua. Además, toda gran obra requeriría de un dictamen de costo- beneficio y una consulta previa, libre e informada a nivel local y de cuenca.

¿Cómo se corregiría el severo sobreconcesionamiento? Con la Ley general, señalan, se mantendría el esquema actual, o sea, de concesiones sujetas a compra- venta excesivas otorgadas a “intereses”, así como vedas violadas. Asimismo, se abrirían acuíferos costeros y zonas geotérmicas a explotación y el uso minero no requeriría de concesión. En cambio, la iniciativa ciudadana contempla que los consejos de Cuenca en zonas sobreexplotadas reduzcan volúmenes concesionados anualmente hasta lograr el equilibrio y optar por dar prioridad al uso personal. Además, la renovación de concesiones requeriría cumplimiento con normatividad y condicionantes.

¿Cómo se prevendría la contaminación? Agua para Todos señala que la Ley General daría seguimiento al esquema actual, o sea, que sólo 19 contaminantes estarían sujetos a normatividad, ya que, agrega, sólo se inspecciona al 1 por ciento de los concesionarios al año, con aviso previo de 24 horas y únicamente el 3 por ciento derivan en multas. Aunado a ello, denuncian que no existe control de contaminación por agroquímicos.

Mientras tanto, la iniciativa ciudadana prohibiría el uso de aguas nacionales para minería tóxica, el fracking u otra actividad que ponga en riesgo el derecho humano al agua. No se permitirían las descargas industriales a sistemas municipales y buscarían eliminar por completo las descargas industriales en los próximos 15 años. Además, de fijar un punto de descarga de acceso público.

En el tema de la economía de agua, acusan, la Ley General busca establecer tarifas para usuarios finales que cubran el costo de inversiones y de futuros proyectos de expansión para obras y sistemas concesionados, sin mecanismos obligatorios para garantizar costo- beneficio. Por su parte, la ICLGA pretende que las políticas fiscales y presupuestales garanticen la aplicación del máximo de recursos disponibles para el cumplimiento del derecho humano al agua. Que exista un dictamen costo- beneficio y un fondo nacional para sistema autosugestionado.