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Mafalda, la niña argentina de 6 años que cumple más de medio siglo cuestionando el sistema

domingo, octubre 20th, 2019

La campaña pasó por los escritorios de varios medios argentinos, pero no convenció al tratarse de un anuncio encubierto. Pero el 29 de septiembre de 1964 y ya desvinculada de cualquier acuerdo comercial, Mafalda apareció por primera vez en la revista Primera Plana.

Pero antes de su final, la fama del personaje ya era internacional. El primer libro, que recogía 240 tiras de Mafalda por orden de aparición, se publicó en Argentina en 1966 gracias al editor Jorge Álvarez. La primera tirada, de 5 mil copias, se agotó en dos días y su éxito se empezó a dispersar por América Latina.

Por Carmen López

Madrid, 20 de octubre (ElDiario.es).- El primero en recibir una de sus contestaciones sardónicas fue el padre, cuando supuso que algún padre le superaría en bondad en todo el mundo. Una frase inocente que obtuvo como respuesta “¡lo suponía!” por parte de su hija. En esa tira cómica, que se publicó el 29 de septiembre de 1964 en la revista argentina Primera Plana, nacía oficialmente Mafalda.

Precisamente la familia fue el escenario en el que se gestó la idea primigenia del personaje y el que funciona de hilo conductor del último recopilatorio de viñetas que acaba de publicar la editorial Lumen: Mafalda. En esta familia no hay jefes, coincidiendo con su 55 aniversario. Una frase, la que da título al libro, que remata una viñeta con “somos una cooperativa”, toda una declaración de intenciones.

El dibujante Joaquín Salvador Lavado, conocido como Quino, recibió un encargo para una estrategia publicitaria en 1962. Tenía que idear una tira cómica del estilo de Charlie Brown pero protagonizada por una familia convencional -padre, madre, hijos- cuyos nombres empezasen por M. Así se establecía la relación con Mansfield, una marca de electrodomésticos de la empresa Siam Di Tella.

La campaña pasó por los escritorios de varios medios argentinos, pero no convenció al tratarse de un anuncio encubierto. Pero en 1964 y ya desvinculada de cualquier acuerdo comercial, Mafalda apareció en la mencionada revista argentina.

Viñetas de “Mafalda. En esta familia no hay jefes”. Foto: Editorial Lumen

UN UNIVERSO VIÑETADO 

El nombre de esta niña de seis años, de respuesta rápida y preguntas incómodas, proviene de personaje de la película Dar la cara de David Viñas (1962). Tiene un padre que trabaja en una oficina y es fanático de las plantas y una madre que se convirtió en ama de casa cuando dejó sus estudios para casarse.

Pertenecen a esa “clase media a la que apuntaba la agencia de publicidad que le pidió a Quino una historieta para vender electrodomésticos”, como comenta Isabella Cosse en Mafalda: historia social y política (2016) o “clase mediaestúpida” como la define la propia chiquilla en una viñeta.

Su mascota, a la que saca a pasear atada con una cuerdita, es una tortuga que se llama Burocracia. Le gustan los Beatles, posee una bola del mundo a la que cuida y que da pie a muchas de sus cavilaciones. Odia la sopa porque “es una alegoría de los gobiernos militares que nos teníamos que comer todos los días por estas latitudes”, según explicó su autor en una entrevista.

En 1965, las tiras de Mafalda se mudaron al periódico El Mundo, donde aparecía seis veces a la semana. A partir de ahí se fueron incorporando nuevos personajes que acercaban a la protagonista a otras realidades. Primero Felipe, perteneciente al mismo estrato social que Mafalda, tímido y fanático de los cómics de El Llanero solitario.

Tras él llegó Manolito, hijo de un: “gallego bruto en el que se encarnaban los estereotipos denigrantes y los temores sociales desatados por los contingentes de migrantes que en pocas décadas habían contribuido a modificar los contornos de una sociedad que mutaba aceleradamente”, según Cosse.

Viñetas de “Mafalda. En esta familia no hay jefes”. Foto: Editorial Lumen

Susanita, la tercera en unirse, encarna a la burguesía que toma el café por la tarde y contribuye a las obras sociales con lo que les sobra. Obsesionada con casarse y tener hijos, es el polo opuesto de Mafalda, quien sueña con hacer una carrera para “no ser una mediocre” (como las madres que la rodean).

La cabeza pensante de Miguelito, que vive con una progenitora obsesionada con el orden y la limpieza, fue la penúltima en aparecer. Libertad, hija de padres “progres” y casi tan contestataria como Mafalda, completó el grupo. Vive en un apartamento muy pequeño con su padre, que trabaja en algo que odia y su madre, traductora de francés. Su comida la paga Sartre, dice.

Además de amigos, Mafalda también tiene un hermanito. La familia crece (los agobios del padre al hacer las cuentas también) con un niño obsesionado con Brigitte Bardot, amante de la sopa y con un funcionamiento mental similar al de su hermana. Si bien no llega a plantearse preguntas sobre los grandes temas de la humanidad, sí cavila lo bastante como para desarmar a sus padres.

Viñetas de “Mafalda. En esta familia no hay jefes”. Foto: Editorial Lumen

La última tira de Mafalda se publicó el 25 de junio de 1973 en la revista Siete Días. En 1977, el propio Quino le explicó a Joaquín Soler Serrano en el programa de entrevistas A Fondo que había terminado con su personaje porque se estaba empezando a repetir. “Eso me pareció deshonesto, no quería que mi historieta fuera como esas que tienen ya 40 años y que uno las lee por costumbre y ya sabe cómo van a terminar. Eso no me gusta”.

Pero antes de su final, la fama del personaje ya era internacional. El primer libro, que recogía 240 tiras de Mafalda por orden de aparición, se publicó en Argentina en 1966 gracias al editor Jorge Álvarez. La primera tirada, de 5 mil copias, se agotó en dos días y su éxito se empezó a dispersar por América Latina.

Dio el salto a Europa en 1969 con Umberto Eco como Director de la colección que empezó con el volumen Mafalda la Contestataria. La visionaria Esther Tusquets la trajo a España un año después. Su editorial, Lumen, sigue publicando sus historietas a día de hoy. En las primeras tiradas tuvieron que incluir la advertencia “para adultos” en la cubierta a instancias de la censura franquista (que milagrosamente accedió a que saliese a la venta).

Mafalda también se ha adaptado a la pantalla. En 1972 se produjeron 52 cortos para la televisión argentina y diez años después se estrenó la película. En 2017, la cadena argentina Telefe recuperó su figura para sus informativos, dándole el título de columnista.

Viñetas de “Mafalda. En esta familia no hay jefes”. Foto: Editorial Lumen

UN ICONO PARA TODO EL MUNDO

Actualmente, Mafalda habla 20 idiomas y da vueltas por el planeta impresa en papel, pero también en camisetas, tazas, libretas y todo tipo de merchandising. Cuando empezaron a comercializarse, Quino no estaba cómodo: “Eso lo tuve que hacer en contra de mi voluntad. Pero me vi obligado porque empezaron a aparecer muñequitos y pósters piratas”, afirmó en A Fondo. Ni se imaginaba el volumen que llegaría a alcanzar todo ese material.

Varias estatuas de la niña se sientan ahora en diferentes partes del mundo. La más conocida es la de Buenos Aires (ahora también la acompañan Manolito y Susanita), obra de Pablo Irrgang, al igual que la réplica que descansa en Oviedo. Esta se inauguró cuando Quino visitó la ciudad para recoger el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2014. El escultor Marcelo Cuello es el autor de la que reposa en Laguna Larga, un pueblo de Córdoba (Argentina).

Pese a los rumores de una posible reaparición de Mafalda que han circulado desde su desaparición, Quino solo la ha recuperado en ocasiones puntuales para campañas como la declaración de los derechos de la infancia de UNICEF y ha negado categóricamente que la vaya a rescatar para seguir con las historietas.

Viñetas de “Mafalda. En esta familia no hay jefes”. Foto: Editorial Lumen

A pesar de la clara posición progresista del personaje -y del autor en el resto de sus obras- a Mafalda se la ha utilizado en ocasiones para proclamar principios totalmente opuestos. Hijo de republicanos españoles exiliados en Argentina, el dibujante tuvo que hacer público su rechazo a la utilización de sus dibujos con fines políticos cuando en 1985 aparecieron en Madrid pegatinas de Mafalda y sus amigos con iconografía franquista.

Más reciente fue la polémica aparición del personaje en las manifestaciones por la despenalización del aborto en Argentina en 2018. Las pancartas de “No quiero ser Susanita” de las defensoras de la derogación de la ley surgieron a la par que la imagen de Mafalda ataviada con el pañuelo azul de los antiabortistas.

La declaración oficial del autor fue: “Se han difundido imágenes de Mafalda con el pañuelo azul que simboliza la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. No la he autorizado, no refleja mi posición y solicito sea removida. Siempre he acompañado las causas de derechos humanos en general, y la de los derechos humanos de las mujeres en particular, a quienes les deseo suerte en sus reivindicaciones”.

Viñetas de “Mafalda. En esta familia no hay jefes”. Foto: Editorial Lumen

Aunque ya tengan más de medio siglo, las viñetas de Mafalda siguen teniendo vigencia en la actualidad. Y aunque parezca algo positivo, también tiene una lectura más pesimista: los problemas sobre los que reflexionaba esa niña argentina siguen estando ahí, algunos más presentes si cabe. Mafalda sigue estando indignada.

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Los románticos pendejos: escenas de la vida y las facetas del amor en viñetas de un antropólogo

sábado, octubre 19th, 2019

Estas ilustraciones reflejan la vida cotidiana, el enamoramiento y la amistad, plasmadas con humor y un poquito de poesía. Muestran el lado más emocionante y tierno del amor, pero también su parte más desoladora y cruda, las obsesiones e ilusiones.

“El estereotipo que tenemos del amor romántico, lo construido a través de los medios, es utópico. Quiero mostrar que no siempre hay un final feliz”, explica el autor del libro cuyos personajes son variados: personas enamoradas, gente no correspondida y parejas que buscan otra oportunidad. Esta es la entrevista con Roberto Iván González.

Ciudad de México, 19 de octubre (SinEmbargo).- Las ilustraciones de Los Románticos pendejos reflejan la vida cotidiana, el enamoramiento y la amistad, plasmadas con humor y un poquito de poesía. Muestran el lado más emocionante y tierno del amor, pero también su parte más desoladora y cruda; las obsesiones e ilusiones.

“El estereotipo que tenemos del amor romántico, lo construido a través de programas y novelas, es utópico. […] Si bien el inicio suele ser muy romántico , también quiero mostrar que al último no hay un final feliz”, explica el autor del libro cuyos personajes son variados: personas enamoradas, amargados, gente no correspondida y parejas que buscan otra oportunidad.

Acerca del proyecto, el escritor explica que “todo inició como poemas que nadie quería leer” en Facebook, en el año 2006. “Luego le puse dibujitos a los post que tenían más éxito. Hice como 20, le pregunté a mis amigos cuáles les gustaban, subí algunas viñetas y como al mes ya tenía 10 mil seguidores. Ha crecido mucho la página, ahorita tengo unos 440 mil seguidores en redes sociales”, asegura el ilustrador.

Para Puntos y Comas, te presentamos la entrevista a Roberto Iván González, antropólogo social, escritor, ilustrador y conductor del programa de radio Lectores carnívoros.

Usted puede ser tan pesimista, o en su defecto, 

tan existencialista como quiera. 

Sin embargo, también se ha enamorado. 

Como cualquier idiota.

Emil Cioran

***

–¿Enamorarse es adictivo?

–Sí, puede volverse adictivo. Pero más bien somos adictos a la persona. Es decir, podemos tener relaciones tóxicas a las que regresamos constantemente, pues esa persona nos da seguridad (o inseguridad). A veces somos adictos al maltrato.

–En tus viñetas hay distintos personajes y facetas del amor, ¿estas son tus propias vivencias o sólo reflejas las historias que te rodean?

–Muchas de las cosas que escribo son a partir de lo que observo en la calles, plazas, parques. Escucho lo que la gente me cuenta. Me gusta quitarme los audífonos y oír a la gente que va a mi lado. Claro, también hay algo de vivencias personales, va aunado.

–Y para los no enamorados o los “peleados” con el amor, ¿este libro es para ellos?

–De hecho es más para ellos. Si bien el inicio es más romántico , también quiero mostrar que al último no hay un final feliz.

–¿El amor romántico es tóxico? ¿La representación de esto en los medios ha dañado nuestra forma de relacionarnos?

–El estereotipo que tenemos del amor romántico creo que sí es dañino. Lo construido a través de programas y novelas; todo lo utópico que se ha hecho a partir del amor.

–Tu libro plasma dinámicas de pareja… ¿El amor individual también es un tipo de relación?

–¿Cómo se define qué somos nosotros, la identidad? A través de la perspectiva de terceros. Hay una teoría que dice que somos “multipersonales”; la teoría de la personalidad: dependiendo del contexto me comporto de forma distinta. La identidad es contextual y relacional. ¿Hay una relación conmigo mismo? Son muchas relaciones, somos, de alguna forma, muchas personas.

–Tienes una formación como antropólogo, ¿tus viñetas se relacionan con esta disciplina?

–La antropología te sirve para muchas cosas, es multidisciplinaria. Yo siempre quise ser escritor, de hecho antes de entrar a la carrera quería meterme a Letras, pero me di cuenta de que mucha gente que se inscribía terminaba por desistir. Yo creo que se meten tanto al mundo teórico, el cual es tan complejo, que ya no escriben. Luego me di cuenta de que hay muchos escritores que estudiaron antropología o escribieron acerca de esa área. Entonces sí, fue mi base para poder escribir.

–Primero compartiste tus poemas en internet, luego los ilustraste y ahora forman parte de este libro. ¿Cómo fue este proceso?

–Hace tres años inicié una página en Facebook, donde escribía poemas o lo que se me viniera a la mente. Comencé a recibir algunos likes, la gente me agregaba porque le gustaba lo que escribía. Luego pensé ponerle dibujitos a los post que tenían más éxito. Así se me ocurrió la idea de hacer una página en internet que se llamara “Los románticos pendejos”: hice como 20 dibujos, le pregunté a mis amigos cuáles les gustan más; subí cinco viñetas y como al mes ya tenía 10 mil seguidores. Ha crecido mucho la página, ahorita tengo unos 440 mil seguidores en redes sociales.

–Has escrito cuentos, poemas y haces viñetas. ¿Qué formato te gusta más o con cuál te sientes más cómodo?

–Los poemas los puedes llevar a todos lados, son dinámicos: ahorita puedo leer un verso, guardar el libro y luego leer otro verso. Los puedes adaptar en cualquier lado. Con los cuentos es más un proceso de sentarse a pensar, constancia, seguir leyendo; tener una idea y prepararte para llevarla a cabo. La viñeta es un lenguaje completamente distinto.

Entonces, el poema es metafórico, es un sentimiento que baja a través de la palabra; el cuento es mucho más objetivo y debes narrar una historia y la viñeta finalmente reduce todo el lenguaje a la mínima expresión.

ADELANTO | La caída de Tenochtitlán como jamás se había contado, por el artista visual José Luis Pescador

sábado, septiembre 28th, 2019

Una poderosa narrativa visual y una profunda investigación iconográfica se conjugan para recrear en todo su esplendor la gloria del imperio mexica y los horrores de la guerra que llevó a su perdición.

Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).- Año yei-calli. Ciudad de Tenochtitlan. Con sus ejércitos diezmados por la guerra y las plagas, los mexicas han decidido resguardarse tras los muros de la ciudad mientras se preparan para la batalla final contra los españoles y las huestes tlaxcaltecas. Está en juego el destino del imperio, la nación más poderosa que jamás se haya asentado en tierras mesoamericanas.

Durante esta tensa pausa, Atoctli, un joven escriba, prepara los registros de la cruenta lucha contra los invasores, al tiempo que rememora las glorias pasadas de la ciudad, su historia beligerante y los presagios que anunciaron estos tiempos funestos.

A continuación, SinEmbargo comparte, en exclusiva para sus lectores, el primer capítulo del libro La caída de Tenochtitlán, de la mano del artista visual, autor de cómic y arqueólogo aficionado José Luis Pescador. Por cortesía otorgada bajo el permiso de Grijalbo.

***

 

Cover Art: el arte de vender un cómic por su portada

domingo, septiembre 25th, 2016

La solitaria labor de crear un álbum de cómic, que en raras ocasiones rebasa el espacio íntimo que comparten guionista y dibujante, se ve sistemáticamente alterada cuando creadores, editores y vendedores se aplican para configurar la página que determinará el recorrido comercial del álbum: la portada.

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Bruselas, 25 sep (EFE).- “La portada tiene un sentido comercial. Es la parte visible del álbum y tiene que ser lo más atractiva posible”, explica Valérie Constant, encargada de la exposición “Cover Art” (Arte de la Portada), que puede visitarse hasta el próximo 28 de mayo en el Museo del Cómic de Bruselas.

La cual muestra, un recorrido visual por más de siete décadas de historietas -que van desde “Los Pitufos”, del belga Peyo, a “El árabe del Futuro”, del franco-sirio Riad Sattouf-, analiza con distintos protagonistas del sector algunos de los aspectos claves que debe contener esa primera página.

Se trata, a grandes rasgos, de seducir a un individuo que entra a una librería inundada con cientos de volúmenes compitiendo por encontrar comprador.

La portada, o al menos una carátula provisional, suele estar lista meses antes de que se termine el álbum, para pasear un aperitivo del libro por ferias editoriales. Y debido a su marcado carácter comercial, se tiene en cuenta la opinión de “gente a la que normalmente no se oye en la cadena del libro”.

“En una reunión comercial en la que el director editorial presenta el catálogo de la temporada, los comerciales que venden los libros en las librerías pueden decir: ‘esta portada no funciona para nada, no se va a ver en una mesa con todas las otras, es demasiado oscura…”, resume Constant.

Las normas que guían la creación de una tapa, en el apartado más reglado del libérrimo universo de las viñetas, son inequívocas y beben de la publicidad, con el objetivo de crear “una portada maravillosa que sea sorprendente, intrigante y bella, sobre todo”, agrega la comisaria.

Se recomienda manejar con tino el espacio cromático, generando y omitiendo los silencios, y jugar con las líneas direccionales pues, como ocurre cuando se observa un lienzo, el ojo tiende a dirigirse primero al punto donde convergen las líneas.

“En una buena portada, el dibujo discurre de izquierda a derecha. Es como leemos y la intención es clara: animarnos a abrir el libro”, comenta el autor belga Ferry Van Vosselen, padre de la serie “Ian Kalédine”.

La tercera “regla de oro” es “recurrir a un título corto y conciso”, norma que cada vez goza de más flexibilidad, pero que todavía sigue siendo el canon. Basta con fijarse en el álbum “HERE” (AQUÍ), con el que Richard McGuire se alzó con el premio al Mejor Álbum de la última edición del Festival Internacional del Cómic de Angulema (Francia).

Conviene también prestar atención a la tipografía, trabajo del que ocasionalmente se adueña el autor, como en el caso del español Álvaro Ortiz (“Fjorden”), pero que generalmente se encarga a un maquetador o un diseñador gráfico, como ocurre con la mayoría de las obras que su compatriota Alfonso Zapico publica en Atisberri, como “Café Budapest” o “Dublinés”.

“Mis portadas son bastante clásicas, nada experimentales, porque no invento la pólvora con mi narrativa en las páginas interiores y tampoco lo hago en la cubierta”, desliza Zapico, quien subraya que “la cosa cambia cuando los libros se traducen”.

“La edición alemana de ‘Dublinés’, por ejemplo, era una gran imagen panorámica de un burdel, con James Joyce en un prostíbulo, que dibujé para la ocasión y se desplegaba a lo largo de portada y contraportada más el lomo”, añade el autor español, que describe al mundo editorial francés, el mayor de Europa, como profesionales “muy celosos y estrictos con las portadas”.

En caso de duda, coinciden la mayoría de los expertos consultados por los organizadores de la muestra, hay un truco infalible y que pasa por intentar emular al gran maestro de las portadas: el belga Hergé, creador de “Tintin”.

“Fue también publicista y conocía muy bien los códigos de la publicidad, los entendía y los aplicaba cuando hacía una portada. Era un maestro”, resume con rotundidad la comisaria de una exposición que se despliega por la planta noble del edifico “art nouveau” del arquitecto Victor Horta que funciona ahora como epicentro del cómic en Bruselas.

Historieta yugoslava nos recuerda que todos somos descendientes de inmigrantes

lunes, septiembre 19th, 2016

Dikan, una de las historietas más conocidas de la ahora extinta Yugoslavia, ha encontrado una nueva vida en forma de libro, gracias a dos editores serbios.

"Finalmente, nosotros, los primeros eslavos, hemos poblado también Internet. Les deseamos una cálida bienvenida y una estancia agradable". Imagen del sitio web Dikan.rs.

“Finalmente, nosotros, los primeros eslavos, hemos poblado también Internet. Les deseamos una cálida bienvenida y una estancia agradable”. Imagen del sitio web Dikan.rs.

Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo/GlobalVoices).- En los 70 y 80 se leyó mucho a Dikan y se siguieron las aventuras del personaje llamado Dikan y su tío Vukoje alrededor de los Balcanes en tiempos remotos. Su autor, Lazo Sredanović, basó las historietas en una idea del editor de la revista Politikin Zabavnik y del guionista Nikola Lekić, quien concibió a Dikan como la versión yugoslava del personaje de historietas Astérix el Galo, combinando un humor universal y una sátira sutil en un contexto histórico.

Leído hoy en día, en un momento en el que algunos gobiernos europeos han sido menos que acogedores con el número récord de refugiados que buscan asilo en el continente, Dikan ofrece un oportuno recordatorio de que todos descendemos de algún modo de inmigrantes.

El primer libro agoto sus ventas rápidamente, y el segundo tuvo tal éxito que el editor se plantea volver a editarlo junto con dos libros más con las otras historietas de Dikan (cuatro volúmenes en total). También han publicado en redes sociales fragmentos divertidos de las historietas, como por ejemplo el diseño de un dispositivo de tiempos de los Sármatas para medir la tozudez y la obstinación (literalmente).

“Metro-tozudez" (¡Engrasar bien antes!) Un hombre (A) se sube a una plataforma (B) cuyo peso está regulado por la palanca (C). El martillo (D) se regula según la altura de E y posteriormente golpea la cabeza de A. El rebote del martillo es directamente proporcional a la dureza de la cabeza, por lo que la flecha (F) marca el grado de tozudez». Dibujo de Lazo Sredanović.

“Metro-tozudez : (¡Engrasar bien antes!) Un hombre (A) se sube a una plataforma (B) cuyo peso está regulado por la palanca (C). El martillo (D) se regula según la altura de E y posteriormente golpea la cabeza de A. El rebote del martillo es directamente proporcional a la dureza de la cabeza, por lo que la flecha (F) marca el grado de tozudez”. Dibujo de Lazo Sredanović.

Las historietas de Dikan en concreto se burlan de una de las muchas poblaciones que migraron por Europa a partir aproximadamente del siglo V: los primeros eslavos, cuya cultura y genes han sido fundamentales a la hora de conformar los actuales pueblos eslavos, los cuales constituyen a su vez la mayor parte de los habitantes actuales de Europa Central y Oriental.

El término autóctono para describir a los antiguos pobladores es “Eslavos viejos” en el sentido de “antiguos”, y la historieta emplea el término “Eslavos nuevos” para referirse a sus lectores actuales. En las primeras historietas, Dikan y su tío exploran los Balcanes previos al establecimiento de los eslavos.

Tras la disolución de Yugoslavia en los años 90, algunos historiados nacionalistas y revisionistas procedentes de países ex-yugoslavos rechazaron el concepto del Período de las grandes migraciones, e intentaron demostrar que su pueblo siempre había estado en sus tierras ancestrales, y que todos los otros eran “recién llegados”. El supuesto subyacente de demostrar la pertenencia ancestral de un territorio confiere un estatus de privilegio hoy en día que también ha servido de base para la movilización nacionalista en países balcánicos no eslavos, como por ejemplo Grecia, Albania, Kosovo y Rumanía.

Posteriormente, las historietas de Dikan fueron más allá de su contexto original, de modo similar a la película de Mel Brooks La loca historia del mundo, incluyendo la Edad de Piedra y el futuro lejano, presentando una versión satírica de ciencia ficción de Yugoslavia como potencia mundial.

El sitio web oficial de Dikan ofrece información básica sobre el esfuerzo de reeditarlo también de manera cómica. Presenta “testimonios” de algunos de los personajes de las historietas, incluyendo algunos históricos, como el emperador bizantino Justiniano, un conquistador y legislador nacido en los Balcanes:

“Todo el mundo me dice: Justiniano, qué emperador eres… Sin embargo, ¿qué preguntaste? ¿Mi opinión sobre Dikan? Oh, esos primeros eslavos son una molestia. Algo entre inmigrantes ilegales y solicitantes de asilo político. Uno no puede evadirlos. Por lo que evitaré esta pregunta”.

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Emperador Justiniano, como un personaje en las historietas de Dikan. Imagen del sitio web Dikan.rs.

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Cómic de Superman se subasta en casi 1 millón de dólares

viernes, agosto 5th, 2016

La persona que presentó la oferta ganadora no desea ser identificada, dijo el portavoz Eric Bradley

Foto: Heritage Auctions

El hombre ganador de la subasta prefirió mantener su nombre en el anonimato. Foto: Heritage Auctions

EU, 5 de agosto (AP).- Un cómic poco común de 1938 en el que debuta el personaje de Superman se subastó por casi un millón de dólares.

El primer número de la historieta Action Comics, con un precio en portada de 10 centavos, se subastó el jueves por 956 mil dólares, informó Heritage Auctions, con sede en Dallas, en un comunicado. Se sabe que existen alrededor de 100 ejemplares de dicha edición.

Certified Guaranty Co. certificó el ejemplar con una calificación de 5.5 puntos de 10 posibles. Se esperaba un precio de venta de alrededor de 750 mil dólares.

El ejemplar proviene de la colección de un aficionado a las historietas en la costa este que lo adquirió en la década de 1990 por 26 mil dólares, informó Heritage. La persona que presentó la oferta ganadora no desea ser identificada, dijo el portavoz Eric Bradley.