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Los narcotraficantes “no son monstruos”, sostiene investigadora mexicana

domingo, agosto 15th, 2021

Karina García entrevistó a una treintena de exnarcotraficantes internados en un centro de rehabilitación del norte de México entre 2014 y 2015.

Por Eduard Ribas i Admetlla

Ciudad de México, 15 ago (EFE).- Después de entrevistar a 33 exnarcotraficantes, la investigadora mexicana Karina García desmitificó la idea de los narcos rodeados de lujos e identificó un patrón común de pobreza, maltrato y exclusión que empuja a mucha gente a formar parte del crimen organizado.

“Si queremos entender cómo es posible que sean capaces de cometer estos actos de violencia, hay que entender de dónde vienen. No es que sean monstruos, crecieron en un contexto de muchísima violencia”, explica este domingo a Efe la autora de “Morir es un alivio” (Grupo Planeta).

Entre 2014 y 2015, Karina García entrevistó para su tesis doctoral de la Universidad de Bristol a una treintena de exnarcotraficantes internados en un centro de rehabilitación del norte de México, cuyas implacables historias recoge ahora en el libro.

POBREZA Y VIOLENCIA: EL CÓCTEL NARCO

La mayoría comparten infancias rotas por la pobreza, la violencia machista de sus padres y la delincuencia de las pandillas en sus barrios.

“Crecieron en un contexto de muchísima violencia, donde las familias, los vecinos y el Estado les fallaron. Crecieron sabiendo que estaban solos y la única manera de protegerse era la violencia”, explica García.

La búsqueda de dinero empujó a muchos al narcotráfico, pero no siempre era lo más importante, pues “varios comentaban que lo que querían era respeto”.

Les daba lo mismo meterse a narcotraficante, a policía o a soldado. Lo que deseaban era “que la gente sintiera el mismo pavor que ellos con sus papás”, detalla.

También se metieron al crimen organizado para tener mayor acceso a las drogas, pues creían que “su vida era desechable y preferían morir jóvenes pero disfrutar al máximo”.

Pero de igual manera que entraban por la droga se salieron por ella. Muchos se volvían adictos y acababan siendo perseguidos por su propio cártel, por lo que tuvieron que refugiarse en ese centro de rehabilitación, cuya ubicación no revela.

“Allí se encuentra no sólo un refugio físico sino espiritual. Se rehabilitan de sus adicciones, encuentran una familia, un apoyo, alguien que los trata con respeto”, comenta.

Karina García cree que “hay que desmitificar el mito del sicario rico, poderoso y glamuroso”, y a su vez quita importancia a la llamada narcocultura, formada por series, películas y canciones que ensalzan la vida de los narcos.

“Ellos (los entrevistados) escuchaban rock, hip-hop o incluso boleros. Tampoco tenían tele en sus casas. Su violencia no venía de la tele sino de su día a día”, ejemplifica.

LA GUERRA CONTRA EL NARCO, ¿UN FRACASO?

Durante varios meses, García estuvo entrevistando a esos exnarcos en conversaciones que podían alargarse hasta las cinco horas y en las que explicaban con todo tipo de escabrosos detalles las atrocidades que habían cometido.

Uno de ellos reveló que su cártel organizaba fiestas donde se mutilaba a personas en público en honor a la Santa Muerte.

“Fue difícil, hasta ahora estoy en terapia”, confiesa la investigadora.

Tras inmiscuirse de una forma tan humana en la vida de estos exnarcotraficantes, a Karina García no le preocupa que la acusen de justificarlos.

“Lo entiendo. Llevamos 15 años con esta violencia y la crueldad va aumentando. Entiendo que la gente está cansada. Claro que la violencia es cruel, pero si queremos combatirla tenemos que entender de dónde viene, cómo se origina”, expresa.

Por ello concluye convencida que la solución a la violencia y al narcotráfico pasa por medidas integrales de asistencia a la juventud y no por la guerra militar al narcotráfico, que considera politizada y fracasada.

“Esta guerra no tiene un sustento lógico ni farmacológico. La división entre drogas legales e ilegales es completamente arbitraria, sin evidencia científica”, sostiene.

Fue Estados Unidos el país que declaró la guerra a las drogas en 1971, la cual fue exportada a otros países de la región como México, donde se exacerbó a partir del mandato de Felipe Calderón (2006-2012) con un consecuente repunte de la violencia.

“Llevamos 50 años de guerra y el consumo de drogas no ha disminuido. La estrategia bélica no funciona pero en México y muchos países productores nos cuesta cientos de miles de vidas”, sentencia.

Mexicanas enfrentan violencia y precariedad laboral; apenas pueden mantenerse: Frente a la Pobreza

martes, marzo 2nd, 2021

Afecta a la mayoría de las mujeres en México y las deja vulnerables ante las agresiones cotidianas, aseguró Frente a la Pobreza.

El ingreso insuficiente evita el acceso a la libertad, al ejercicio de los derechos humanos y al bienestar de las mujeres, expresó María Ayala, responsable del área de Investigación de la organización.

Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).- La exclusión y la precariedad en el trabajo son la constante para la mayoría de las mujeres en México. El ingreso laboral del 74 por ciento de las mujeres que trabajan es insuficiente para adquirir dos canastas básicas por lo que no pueden sostener a una familia, alertó la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

En el marco del Día de la Mujer Trabajadora, que se conmemora el 8 de marzo, el grupo emitió un documento que dio una radiografía de datos del panorama laboral de las mujeres. La característica: precariedad.

En el país sólo 6 mujeres de cada 100 ganan más de 13 mil 200 pesos. En tanto que tres de cada cuatro tienen ingresos menores a seis mil 591 pesos mensuales, el equivalente a dos canastas básicas. “No les alcanza para mantener a una familia de dos personas, ellas y una más”, detalló Frente a la Pobreza.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que mide la pobreza en Mexico y evalúa los programas y políticas sociales del Gobierno Federal, mide la pobreza con dos elementos: la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (el valor de la canasta alimentaria por persona ​al mes) y la Línea de Pobreza por Ingresos (el valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes​).

Miles de mujeres son obligadas a prostituirse en México. Foto: Cuartoscuro.

Hasta enero de 2021 el precio de la canasta básica individual ascendió a mil 679.69 para las poblaciones urbanas y a mil 201.87 en comunidades rurales.

“El patriarcado ha condenado a las mujeres a las tareas del hogar, excluyéndolas del derecho a la salud y del derecho al trabajo”, aseguró el grupo.

El ingreso de las mexicanas no sólo es menor entre ellas, sino que también la atraviesa el género. De acuerdo con estimaciones de Frente a la Pobreza, antes del inicio de la la pandemia por la COVID-19 el ingreso promedio de los varones en México era superior en 646 pesos al de las mujeres. Después del impacto de la crisis de salud la diferencia aumentó hasta mil 072 pesos.

Para ilustrar la discrepancia en el ingreso, cada mujer tendría que trabajar meses de 36 días para igualar al ingreso laboral de los hombres o de 39 días para tener un ingreso laboral suficiente para poder adquirir lo equivalente a dos canastas básicas.

“La pandemia ha agudizado la situación de precariedad laboral para las mujeres. Hoy trabajan sin seguridad social el 60 por ciento de las mujeres; no tienen contrato estable el 49 por ciento; el 30 carece de prestaciones; el 93 no tienen defensa sindical, y un 15 por ciento de ellas trabajan a tiempo parcial”, aseguró el grupo.

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Además del acoso, el abuso y la violencia la falta de un ingreso propio o la precariedad de este afecta a la mayoría de las mujeres en México. Además las deja vulnerables ante las agresiones cotidianas, aseguró Frente a la Pobreza.

El ingreso insuficiente evita el acceso a la libertad, al ejercicio de los derechos humanos y al bienestar de las mujeres, expresó María Ayala, responsable del área de Investigación de la organización. Agregó que además de la disparidad sólo cuatro de cada 10 mexicanas tienen participación en el mercado laboral. De hecho, la tasa de desempleo en mujeres alcanza el 41 por ciento de la población económicamente activa, como consecuencia de la pandemia de la COVID-19.

Otro tema es la brecha de género que alcanzó un promedio de 10 puntos. Esta desigualdad afectó principalmente a las mujeres jóvenes.

Una élite ve el futuro del TLCAN y es la que llevó, hace 25 años, a un México aún más desigual, alertan

sábado, febrero 11th, 2017

La cúpula empresarial en México instaló el “cuarto de junto” o “Cuarto de Inteligencia” para analizar las estrategias a seguir en el destino del TLCAN, ante las amenazas del Presidente Donald Trump de romper ese tratado, o modificarlo en favor de la nueva política comercial de Estados Unidos. Sin embargo, alertan grupos civiles y representantes de sectores productivos, los hombres de negocios líderes no han hecho sino repetir el “esquema autoritario” con el que hace 25 años dio su apoyo al Gobierno de Carlos Salinas de Gortari para concretar el Tratado de Libre Comercio con EU, dejando afuera a la sociedad civil, a los sindicatos y a los empresarios medianos y pequeños.

1992. Los presidentes firman. México inició un periodo de muchas exportaciones y muchas más importaciones, pero la pobreza creció y en el país se acentuó la desigualdad. Foto: Archivo

Ciudad de México, 11 de enero (SinEmbargo).­– Ante la revisión al Tratado de Libre Comercio de América (TLCAN) advertida por Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, la cúpula empresarial mexicana instaló el “cuarto de junto” para acompañar al Gobierno federal en la “consulta” de las renegociaciones.

“A través del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales se han puesto en funcionamiento el Cuarto de Junto, mecanismo de consulta del Gobierno con el sector privado, y el Cuarto de Inteligencia, que se encuentra analizando los posibles escenarios, propuestas y estrategias para apoyar la negociación bilateral encabezada por el Gobierno”, reportó el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) el 26 de enero pasado.

“Estas instancias están conformadas por representantes de las principales organizaciones empresariales, así como por reconocidos especialistas con experiencia y capacidad probada en negociaciones internacionales”, agrega el boletín del CCE, que agrupa a diferentes cámaras y confederaciones.

Este “cuarto de junto” del CCE repite el esquema de las negociaciones realizadas en 1992, antes de la firma del TLCAN entre México Estados Unidos y Canadá, cuando el Gobierno federal mexicano contó también con la asesoría de la cúpula económica, entonces a través de la Coordinadora de Organizaciones Empresariales de Comercio Exterior (COECE).

Esquema que, de acuerdo con diversos sectores, redujo el acceso al contenido de las negociaciones del acuerdo comercial más importante de la historia hasta ese momento sólo a la cúpula política y empresarial, excluyendo al resto de la población y sociedad civil mexicana.

“Es exactamente el mismo tema que hace 25 años: está claramente diseñado para excluir a otras voces en el proceso”, dice Benjamín Cokelet, director del Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder), que revisa el comportamiento de las empresas. “Me parece que es una versión exprés (de consulta), para incluir la voz de las empresas y excluir las voces de los demás”, agrega.

La renegociación del TLCAN firmado en diciembre de 1992 entre los tres países fue una de las primeras medidas firmadas por el nuevo Presidente estadounidense Donald Trump, que desde su campaña electoral lo llamó el peor acuerdo comercial de la historia.

El jueves, el Canciller mexicano y anterior Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, sostuvo el primer encuentro con su símil norteamericano, Rex Tillerson –antes director ejecutivo de la petrolera Exxon Mobil Corporation–, en la sede del Departamento de Estado norteamericano.

De acuerdo con el boletín de dicha agencia gubernamental estadounidense, ambos funcionarios dijeron que buscaban trabajar conjuntamente en la relación esencial entre los dos países, pero sin mencionar el comercio.

“Tuvieron una conversación constructiva sobre una variedad de temas en la colaboración México–Estados Unidos, incluyendo aplicación de las leyes migratorias y seguridad. Acordaron que el Secretario visitaría la Ciudad de México”, agregó el texto.

Al salir del encuentro, de acuerdo con reportes de prensa, Videgaray Caso mencionó la visita de Tillerson y, sobre la revisión al TLCAN, dijo que el Gobierno mexicano había iniciado una “consulta” de 90 días y que, al concluir, iniciarían las negociaciones.

“Es importante que el Gobierno mexicano conozca y considere la opinión del Senado, del sector privado y de distintos grupos interesados sobre el Tratado de Libre Comercio”, dijo Videgaray, de acuerdo con El País.

La consulta de 90 días fue anunciada desde el 1 de febrero por el Gobierno federal, que delegó la responsabilidad en la Secretaría de Economía.

“El Gobierno de la República iniciará un proceso formal de consultas con el sector privado y otros actores relevantes por un periodo de 90 días, mismo que continuará de manera permanente una vez que inicie la negociación, para fijar los parámetros que guiarán la revisión y profundización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, informó la SE en un comunicado.

Dos días después, el titular de la SE se reunió con el CCE, que aglutina al Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones internacionales (CCENI) y que, ese día, reportó estar apoyando en la agenda comercial con otros países.

“Durante la reunión, la SE y el Consejo Consultivo coincidieron en la importancia de trabajar de la mano, no sólo en lo relativo a la negociación del TLCAN, sino también en la agenda comercial que México conduce actualmente con otras regiones (Europa, Asia y América Latina)”, indicó el CCE en un comunicado.

Este medio solicitó información tanto a la SE como al CCE sobre el avance del proceso de consulta, pero hasta el momento no ha habido respuesta.

“No nos han consultado, y sólo se anunció la participación de la Iniciativa Privada, que es la repetición del esquema autoritario que llevó a cabo al ex Presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) con las cúpulas en la negociación del TLCAN, cuando sólo se tomaron en cuenta los interesas de las cúpulas económicas”, coincide Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), que aglutina a unos 65 mil pequeños productores de granos básicos.

El pasado 7 de febrero, la ANEC entregó un oficio a la SE solicitando su inclusión formal en el proceso de consulta y advirtiendo que, a diferencia de hace 25 años, en el país hay ahora instrumentos para garantizar procesos más democráticos en la toma de decisiones, transparencia y rendición de cuentas.

“Además de que, repetir estos procesos sería violatorio de los artículos 5, 11 y 12 de la Ley sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en Materia Económica, que habla sobre la Información del Ejecutivo al Senado sobre negociaciones formales, la participación de las organizaciones empresariales y ciudadanas”, agregó la ANEC en un comunicado.

De acuerdo con datos de esta organización y otros diagnósticos, el campo mexicano fue uno de los principales perdedores por el TLCAN debido a que, con la modificación Constitucional que permitió el mercado de tierras antes comunales, el Estado mexicano abandonó las actividades productivas y económicas en las zonas rurales.

El resultado, ha explicado Suárez, es la pérdida de dos millones de empleos agropecuarios y la migración de seis millones de personas a las ciudades o a Estados Unidos, además de la expansión de cultivos ilegales y la presencia del crimen organizado.

Por tanto, dice en entrevista, repetir el error de hace 25 años y dejar fuera de nuevo a los pequeños productores del campo continuará con el proceso de sacrificio de la población rural en beneficio de una élite.

“No obstante la sociedad mexicana ha impulsado la inclusión y la transición, 25 años después, este Gobierno federal reproduce los mismos esquemas autoritarios elitistas y excluyentes de Carlos Salinas de Gortari con el TLCAN, y por eso las consecuencias: el sacrificio de un sector para enriquecer a una élite”, insiste Suárez.

EXCLUSION Y COPTACION

Poder y otras organizaciones aglutinadas en el Grupo Focal de Sociedad Civil sobre Empresas y Derechos Humanos también buscarán formar parte de las “consultas” de la SE que, hasta el momento, dice Cokelet, carecen de la divulgación necesaria para que participe la mayor parte de la población.

“Porque ellos le llaman consulta, pero ni siquiera pasa por lo llamamos una consulta, que sea libre, informada, de buena fe, con tiempo, acorde a las diferentes culturas de los participantes, y ni siquiera están siendo pensadas para eso”, afirmó el también sindicalista.

En entrevista, Cokelet explica que, en 1992, la estrategia de los empresarios y del Gobierno federal fue dejar fuera a los pequeños productores del campo y fracturar a otros sectores de la sociedad civil que también reclamaban información del pacto comercial, como los sindicatos independientes y los ambientalistas.

Así, dice Cokelet, se formaron los Acuerdos de Cooperación Laboral y Ambiental de América del Norte,  cuyas funciones, sin embargo, quedaron fuera del texto del acuerdo comercial, por lo que, años después, se dieron cuenta de que carecían de “dientes” para ejercer una verdadera protección de los derechos tanto laborales como ambientales.

La estrategia de cooptación, agrega, se repitió en los tres países participantes. “Desde los tres gobiernos, con los grandes empresarios, básicamente hicieron un mapeo de la sociedad civil, dividieron y conquistaron”, dice el activista.

“Ofrecieron a los sindicatos y ambientalistas algo para que el campo no tuviera nada, y en la sociedad civil de los tres países hubo división como parte de la estrategia política, y eso dio con que el TCLAN, como tal, no incluye temas de derechos humanos, sino acuerdos en los temas ambientales y laborales que están en acuerdos paralelos, sin dientes para llevar casos a las cortes”, explica.

Alberto Arroyo Picard, cofundador de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio (RMALC), observa también la similitud entre la secrecía del proceso actual y la de los años previos a la aprobación del TLCAN, cuando organizaciones de la sociedad civil debieron obtener una filtración del penúltimo texto del acuerdo para poder conocer el contenido.

“Siempre se ha presionado para que abran la información del TLCAN y lo más que se ha logrado es que, ante la presión, se abrieron sesiones de información y tuvimos algunas sesiones con la Secretaría de Economía, con Herminio Blanco, en las que la verdad es que te contaban mentiras descaradamente”, dice el también académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“Cuando logramos filtrar el texto, porque a de la secrecía se logró filtrar el penúltimo texto, en la siguiente reunión fue terrible, les decíamos: ‘la propuesta que nos dijiste no es la que están haciendo’. Y ahí se acabaron las reuniones”, agrega.

LA CONSTRUCCION DE UNA ELITE

La instalación de un “cuarto de junto” por parte de la élite empresarial junto al Gobierno mexicano en las negociaciones previas al TLCAN en 1992 no sólo dejó fuera al resto de los sectores que se verían impactados por el acuerdo, como los campesinos o los obreros.

De acuerdo con diversas fuentes, fue en ese periodo de profundas reformas económicas, como las privatizaciones y la liberación comercial, cuando también se sentaron las bases legales para que estas medidas beneficiaran sólo a la élite política y económica que las impulsaba.

Un ejemplo, ha dicho Suárez, es la negociación del capítulo agropecuario del TLCAN, en cuya discusión participó como representante mexicano de este sector el priísta Eduardo Robinson Bours Castelo, propietario de la agroempresa Bachoco y, en 1992, presidente de Consejo Nacional Agropecuario.

El resultado, explicó Suárez en entrevista anterior, fue que México obtuvo para el sector avícola beneficios como la libre importación del sorgo necesario para la alimentación de las aves de Bachoco y, al mismo tiempo, una protección de 10 años al huevo y a la carne de pollo que vendía desde entonces la misma empresa de Robinson Bours, luego Gobernador de Sonora.

“Ellos [los empresarios] se constituyeron en el ‘cuarto de al lado’ de los negociadores gubernamentales, y alimentaban las propuestas que querían que se negociaran y, como hablamos de trasnacionales, a ellos les interesaba, en primer lugar, asegurar una libre importación sin aranceles de sus materias primas”, dijo Suárez a SinEmbargo en diciembre pasado.

“Tenían una capacidad de expresar sus intereses mayor, en contraposición los productores de sorgo, que no teníamos la misma capacidad de negociación”, agregó, entrevistado con motivo del entonces reciente anuncio de la revisión del TLCAN.

Veintidós años después de esas negociaciones, de acuerdo con la ANEC, Bachoco es uno de los 20 corporativos que controlan el mercado agroalimentario mexicano, lo mismo que las firmas Maseca, Monsanto, Cargill, Nestlé, Walmart, Coca Cola y otros “monopolios privados” en poder de todos los cultivos y eslabones de la cadena, desde la producción hasta la comercialización, procesamiento y distribución de los comestibles.

Otro negociador del capítulo agropecuario por parte del Gobierno federal, recuerda Suárez, fue Luis Téllez Kuénzler, ahora consejero del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilidad y el Desarrollo y, en el sexenio de Salinas, Subsecretario de Agricultura y participante en la Reforma al Artículo 27 Constitucional que permitió el mercado de tierras antes comunales.

Al término del sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León –en el que fue Secretario de Energía–, Téllez se convirtió en presidente del Consejo de Administración de Desc [hoy Grupo Kuo], que aglutina negocios de químicos y alimentos, entre ellos alianzas con Nutrimentos Agropecuarios Cargill, filial de la firma norteamericana Cargill.

Y ésta, de acuerdo con la ANEC, gracias al TLCAN se quedó con el mercado de la desaparecida Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) y, ahora, domina el mercado de granos en el país.

“Desaparecieron los monopolios estatales, pero se generaron los monopolios privados, y hoy el sistema agroalimentario mexicano está controlado por no más de 20 corporaciones agroalimentarias trasnacionales”, mencionó Suárez.

CAPTURA DEL ESTADO

Fue en ese periodo de instalación del “cuarto de junto” en el salinismo, agrega Cokelet, cuando también inició en el país el uso de la “puerta giratoria”, o tránsito de servidores públicos al sector privado, cargados con información privilegiada y acceso al poder político y cuyos intereses empresariales terminaron por “capturar” las decisiones del Estado mexicano.

Desde 2013, Cokelet publicó una investigación en la que encontró que menos de 40 integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) que impulsó la negociación del TLCAN se quedaron, 20 años después, con una tercera parte de la riqueza de todo México.

“En colaboración con políticos y encargados de las regulaciones, el capitalismo de amigos ha socavado el crecimiento económico equitativo en un país donde las instituciones democráticas aún están en formación”, plantea Cokelet en su investigación.

En el texto, titulado “Consejo Mexicano de Hombres de Negocios: política, élites y toma de decisiones en México”, Cokelet identifica el periodo previo a las negociaciones del TLCAN como el  momento en el que se consolida esta “captura” del Estado.

“A cambio del acceso a la Presidencia, el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios cumplió parte del trato promoviendo la imagen de Salinas en el extranjero, financiando la participación del sector privado en el apoyo de las negociaciones al Tratado de Libre Comercio y, por lo demás, legitimando su Presidencia”, dice la investigación.

“Al final, las políticas de Carlos Salinas agrandaron la inequidad, profundizando la concentración de riqueza en manos de los integrantes del CMHN y otras élites de negocios y, al final, sentando las bases para la crisis del peso en 1995”, agrega.

El poder del “cuarto de junto” de las negociaciones previas a la firma del TLCAN fue también reseñado en el artículo “La COECE: un caso de cooperación entre los sectores público y privado en México”, publicado en 1997 por la revista del Banco Mexicano de Comercio exterior.

El texto narra que estas negociaciones previas a la firma del TLCAN fue un nuevo momento en la relación de los empresarios con el Estado mexicano, enfrentados en sexenios anteriores pero reconciliados a partir del salinismo.

“Las negociaciones del Tratado ofrecieron un espacio privilegiado para la definición de una nueva forma de relación y colaboración entre el Estado y los empresarios, en donde éstos desempeñaron un papel destacado en la formulación de la estrategia económica”, dice el texto.

“Esto puede plantear problemas importantes en sus relaciones con el sector obrero, los campesinos y los movimientos populares, muchos de los cuales han sido sustento del PRI. Algunos sectores consideran que el Estado ha establecido alianzas estratégicas privilegiadas con los grandes empresarios y que los pequeños no se han beneficiado con la nueva política económica”, agrega.

Por eso, insiste la ANEC, 25 años después de las negociaciones iniciales, se debe evitar el error de negociar sólo con las cúpulas económicas.

“Es injusto y antidemocrático y sería un grave error volver a excluir a los pequeños y medianos productores de granos de básicos en las consultas, toda vez que representan más de cuatro millones de productores y son responsables de más del 60 por ciento de la producción  nacional de dichos alimentos, a pesar de los impactos negativos de dicho tratado y del abandono gubernamental de los últimos 25 años”, planteó la ANEC en su posicionamiento.

La verdadera sombra del olimpismo es el dólar, no el doping, dice el experto Benjamín Ruiz Loyola

domingo, julio 31st, 2016

Mientras ya está en Río de Janeiro el diezmado equipo olímpico ruso, sometido al juicio de lo que se ha dado en llamar “doping de Estado”, el deporte de alto rendimiento enfrenta en Brasil una débil contienda con la ausencia de atletas de primer nivel como la saltadora de garrocha Yelena Isinbayeva.

Ciudad de México, 31 de julio (SinEmbargo).- El jueves pasado partió el diezmado equipo olímpico ruso, rumbo a Río de Janeiro, donde tendrá lugar la II edición de los Juegos Olímpicos, entre el 5 y el 21 de agosto próximos.

Sometidos al escrutinio internacional de lo que se ha dado en llamar “doping de Estado”, los 270 atletas volaron junto a sus técnicos y asistentes a Brasil para participar en la cita olímpica, rodeados por la sombra del dopaje que ha puesto en jaque no sólo la competencia, sino también de los criterios con el Comité Olímpico Internacional analiza y combate este flagelo que no es patrimonio exclusivo de Rusia.

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Precisamente, “la doble campana” de las “seudo-medallas” que serán otorgadas a los “seudo-atletas”, ha denunciado la saltadora de garrocha Yelena Isinbayeva, la gran ausente junto con el tenista Roger Federer (por lesión) y el futbolista Lionel Messi, de esta importante contienda deportiva.

Isinbayeva, una de las mejores atletas rusas de los últimos tiempos, perdió el recurso que presentó ante la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) y definitivamente no podrá competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

La doble campeona olímpica y triple oro mundial de salto con garrocha había pedido a la IAAF un permiso especial para competir como atleta neutral en Río, después de que el ente rector del olimpismo hubiera excluido de los Juegos a todo el equipo ruso por los continuos escándalos de doping.

Isinbayeva, de 34 años, nunca dio positivo por doping.

En los Juegos de Río sólo podrá competir una atleta rusa, Daria Klishina, saltadora de longitud, quien consiguió la autorización de la IAAF, debido a que entrena desde hace años en Estados Unidos.

Yelena Isinbayeva, una de las grandes ausencias en los Juegos Olímpicos de Río. Foto: Facebook

Yelena Isinbayeva, una de las grandes ausencias en los Juegos Olímpicos de Río. Foto: Facebook

UNA CURIOSA POLÍTICA DE EXCLUSIÓN

A último momento, el  Comité Olímpico Internacional (COI) resolvió no excluir totalmente a Rusia de los Juegos Olímpicos y dejó en manos de las federaciones internacionales de cada deporte la decisión.

Así, la Unión Ciclista internacional (UCI) autorizó aa once ciclistas rusos a participar en los Juegos Olímpicos, mientras que otros tres integrantes del equipo no podrán tomar parte de las competencias de Río de Janeiro por tener antecedentes de doping.

Esta medida de la UCI, aplicada a un deporte cuya sospecha de dopaje trasciende las fronteras nacionales (baste ver el caso del estadounidense Lance Armstrong, sólo la punta de un oscuro iceberg, como sabemos), resulta más política que ejemplificadora. Toma a Rusia como chivo expiatorio de un problema –el del doping- que mancha la trayectoria de casi todos los ciclistas de alto rendimiento contemporáneos.

En una medida similar, la Federación Internacional de lucha libre (UWW) hoy a 16 de los 17 integrantes del equipo ruso a participar de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y sólo el luchador Viktor Lebedev no podrá tomar parte del certamen, por haber dado positivo en un control durante el campeonato mundial juvenil de 2006.

El lugar de Lebedev, en la categoría hasta 57 kilogramos, será ocupado por un luchador bielorruso, de acuerdo a lo que informó la UWW.

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EL DOPAJE DE ESTADO

Mientras las autoridades deportivas de Rusia niegan que en ese país haya tenido lugar un dopaje de Estado, el universo olímpico recuerdas siniestros casos en la historia, como los ya conocidos de la Alemania Oriental y Bulgaria, sin que podamos realmente asegurar que las trampas de la química fueron usadas durante la Guerra Fría sólo por los países ubicados detrás de la Cortina de Hierro.

Es decir, no hay por un lado un deporte impoluto, libre del dopaje y por el otro una actividad deportiva sostenida sólo por el uso de sustancias ilegales. El asunto es mucho más complejo que eso y los dirigentes internacionales, atados a compromisos políticos más que deportivos, no parecen ser los más adecuados para resolver el problema del doping en el alto rendimiento.

De unos 390 deportistas que deberían viajar a Río, el castigo afecta a 112. De los 68 atletas, sólo la saltadora de longitud Daria Klishina, que entrena en Estados Unidos, podrá competir, unas cifras que ponen en duda la verdadera legitimidad de los Juegos Olímpicos, en lo que el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha considerado “una campaña dirigida contra nuestros deportistas”.

“Nos han convertido en una Corea del Norte. Nos atacan de todas partes y no podemos hacer nada”, dijo el entrenador de la atleta Yelena Isinbayeva, Yevgeni Trofimov, mientras que el patinador sobre hielo Sergey Lisin apeló a los sentimientos de agravio para redoblar esfuerzos en los Juegos, donde pidió que cada medalla ganada venga acompañada del apéndice: “Ganó en Río pese a que era ruso”.

La jugadora de balonmano Anna Sen, en tanto, prometió “pelear por los deportistas que fueron excluidos”.

¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE DOPING?

El doping en el siglo XXI no parece ser un flagelo de otros tiempos. Por el contrario, el dopaje genético, imposible de detectar por ahora, es la gran amenaza que se cierne en la mayoría de atletas de todo el mundo, como asegura en entrevista con SinEmbargo el experto Benjamín Ruiz Loyola, profesor titular de la carrera de Química Orgánica en la UNAM, químico de profesión y diplomado en la especialidad de periodismo científico.

–¿De qué drogas hablamos en el doping deportivo del siglo XXI?

–Hablamos de las de siempre más otras alternativas. Las de siempre tienen que ver con aumentar el rendimiento con las hormonas de crecimiento, los esteroides. Ya que se han conocido muchas de estas sustancias químicas, que se detectan y se castiga a quienes las utilizan, lo que hacen los laboratorios es reproducir nuevas hormonas hasta que éstas comienzan a ser detectadas y así… También hablamos de la posibilidad del dopaje genético y creo que eso es lo que va a ser más difícil de poder manejar.

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–¿El doping siempre va delante de los controles oficiales?

–Sí, lamentablemente es una realidad a la que se ha llegado por el hecho de que los verdaderos deportistas compiten no sólo por una corona de laureles sino por miles millones de dólares. Ese es el mayor atractivo de la competencia de alto rendimiento hoy.

–Lo curioso es que países que no tienen posibilidades de ganar medallas, como muchos latinoamericanos, también recurren al dopaje…

–Porque aunque no sea una situación de carácter mundial, el tener los primeros lugares en su propio país, les da por lo menos prestigio.

–¿El problema del dopaje pone en duda las marcas quebradas en las últimas décadas?

–No, no diría eso, porque cuando se ha demostrado que los competidores habían recurrido a sustancias prohibidas, se los ha despojado de las marcas y de las medallas. Como ha pasado con el campeón de ciclismo Lance Armstrong, que tuvo que admitir que había recurrido al dopaje.

–Aunque no fue ni será el único en el ciclismo

–Lo que pasa que ese fue un caso que él negó durante mucho tiempo y por eso se volvió paradigmático. Al final tuvo que admitir el doping.

–¿Diría usted que el doping es la gran sombra del deporte moderno?

–No, creo que la gran sombra del deporte es el dólar. El dopaje es un reto para los propios atletas, pues debe haber ética para no consumir sustancias no autorizadas. Lo que ocurre en realidad es que el deporte se ha comercializado mucho y la figura de los deportistas destacados se ha vuelto verde no de laureles sino de billetes. El dinero condiciona no sólo el deporte olímpico, como vimos al destaparse la cloaca de la FIFA. Todo se reduce a la falta de ética profesional. El dopaje es un elemento más de esa carencia de moral. En la marcha, por ejemplo, los jueces suelen sancionar cosas que sólo ellos vieron y eso también es un grave problema para el deporte de alto rendimiento.

–Unos Juegos Olímpicos sin la presencia de los atletas rusos parecen unos Juegos disminuidos, ¿verdad?

–Bueno, yo esperaría que se revisara la sanción a algunos atletas como la pertiguista Yelena Isinbayeva (no ocurrió, como sabemos), porque efectivamente su ausencia restará de una primera figura a la competencia de salto con garrocha. No quiero decir que ella es la que iba a ganar el oro sí o sí, pero sin duda hablamos de una atleta estelar que al no participar dejará incompleta la prueba de su especialidad. Lo mismo podemos decir con otros atletas rusos, quienes tienen razón en decir que no se han drogado, pero es muy difícil creer que no sabían que había en Rusia un dopaje de Estado. Al no haberlo denunciado, se convierten en cómplices aunque sea por omisión.

–Es dudoso ese concepto de “doping de Estado”, porque convierte a Rusia en el único país que ejerce presión estatal sobre sus deportistas, cuando sabemos que no es así

–Nuevamente tenemos que hablar de la falta de ética. El deporte debería estar fuera de la política y con estas sanciones a Rusia vemos que no es así. Recordemos de todos modos que Bulgaria fue durante mucho tiempo la reina en el levantamiento de pesas y muchos de sus competidores habían consumido esteroides. Luego está todo lo que se supo de Alemania Oriental, lo que quiero decir es que este concepto de “doping de Estado” no es nuevo en el deporte olímpico. Lo que es nuevo es castigar el dopaje de Estado. Me parece que lo que habría que hacer es una investigación mucho más amplia y castigar no solamente a un país a unos meses antes de los Juegos Olímpicos. Es absurdo que ahora se estén cuestionando resultados de China 2008 y Londres 2012. ¿Por qué recién ahora, a poco tiempo de Río 2016?

–¿Cómo cree que será la participación mexicana en Río?

–Lamentablemente el deporte en México no ha sido debidamente impulsado y lo que hay son grandes fallas. Las federaciones no actúan con la debida ética profesional. Una cuestión de carácter político muestra a los dirigentes hacer como que apoyan a nuestros deportistas, pero la realidad es que eso no sucede. Si nos fijamos, la mayoría de las medallas que ha ganado México ha sido ganada por deportistas individuales, como en la marcha, el taekwondo, por ejemplo. Son casos individuales, con la excepción del equipo de futbol, un garbanzo de a libra. El deporte en México es fruto de un esfuerzo individual y no de un trabajo organizado que colabore con un proyecto colectivo. Mientras el deporte sea un factor político, no vamos a avanzar. Los políticos aparecen para colgarse las medallas, diciendo que ellos impulsaron esos logros, pero sólo son palabras al viento.

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