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RESEÑA | Las Cien alas de María Julia Hidalgo: obsesiones, sueños y recuerdos de la autora en un libro

sábado, octubre 3rd, 2020

Este libro multifacético compuesto por reseñas, crónicas, relatos y ensayos, es ante todo una declaración de amor por la vida, el periodismo, la literatura y el lenguaje en el que están presentes la mirada y la identidad de la autora.

Al mismo tiempo es testimonio fiel de una realidad con frecuencia absurda; una denuncia, un grito, un manifiesto y un cuestionamiento de la cotidianidad del mundo circundante; pero también es una invitación a la solidaridad y la empatía entre unos y otros.

Por Ernestina Yépiz

Ciudad de México, 3 de octubre (SinEmbargo).- Cien alas es un libro escrito con la pasión y la curiosidad —la mirada adolescente— que la autora despliega sobre todo lo que ve y la seduce. El contenido de las poco más de doscientas treinta páginas que conforman este volumen da cuenta de la sensibilidad e intuición de una escritora periodista que apuesta por volver invisible —abatir— la a veces delgada línea que suele separar literatura y periodismo. Ella transita y tiende puentes —vasos comunicantes— entre un territorio y otro.

Cien alas (editorial Intidrinero, 2020) es también un libro en que los diferentes textos que lo integran se abrazan los unos a los otros y pasan de una página a la siguiente como si danzaran sobre el papel. Después de todo, María Julia Hidalgo López —la autora— es una maestra en el arte del bailar y tal vez se deba a eso la armónica y magistral puntuación que nos ofrece en cada uno de los retratos —hablados, por supuesto—, las reseñas, las crónicas, los relatos y los ensayos aquí reunidos.

Cien alas es asimismo un libro variado y multifacético en el que están presentes las obsesiones, los sueños, la mirada, la memoria y la identidad de la autora; quien bajo ningún argumento está dispuesta a mantenerse al margen o indiferente a las exigencias de un mundo vulnerable en exceso y en constante transformación: tanto que parece escapársenos de las manos y toda escritura no es más que una forma de aprehenderlo, de no dejar que se escape. Al menos no por completo.

Cien alas es ante todo un libro que merece ser leído como una declaración de amor por la vida —la propia y la de los otros—; la amistad, el periodismo, la literatura, el lenguaje, las palabras; y al mismo tiempo como testimonio fiel de una realidad que con frecuencia —más de la que nos gustaría— nos resulta absurda y asfixiante en extremo.

Es decir, Cien alas es un testimonio, una denuncia, un grito, un manifiesto, un cuestionamiento y un poner en entredicho la cotidianidad del mundo circundante; pero al mismo tiempo es —claro está— una invitación a la solidaridad, la amistad y la empatía entre unos y otros. El libro, aunque es uno solo, está dividido en varios apartados: personajes, reseñas, crónicas, relatos y ensayos.

En las primeras cuarenta páginas, encontramos los retratos —trazados casi a lápiz: hechos de palabras— de diferentes personajes que forman parte del álbum familiar y emocional de quien los escribe. En lo personal disfruté mucho el que alude a la figura materna y a esos días en que todo parecía tan simple y la felicidad podía amasarse entre las manos o al menos rozarse con la punta de los dedos. Un acto de confesión, en donde la madre es ese dios que contra viento y marea nos protege y reconforta tan amorosamente que todo peso se evapora y el acto de vivir se vuelve más ligero y por lo tanto, absoluto.

Además de la figura materna, describe también a seres humanos que le resultan empáticos y entrañables; entre ellos están dos hombres que por largo tiempo la han acompañado en su quehacer periodístico y literario: Óscar Manuel Quezada y Felipe Garrido. Ambos, trazo a trazo, son delineados en estas páginas.

Pero no quiero dejar de mencionar que aquí encontramos también a Nelson Mandela, Carlos Monsiváis, Gabriel García Márquez, entre algunos otros. El bloque cierra con un retrato de nuestro siempre querido y entrañable Javier Valdez (periodista asesinado en una calle de Culiacán, Sinaloa, el 15 de mayo de 2017).

En las páginas siguientes, la autora nos ofrece una serie de reseñas, en las que nos damos cuenta que una pregunta es casi siempre un pretexto para iniciar una conversación con obras y autores por los que supongo ella siente especial predilección. La lista es larga por lo que citaré solo algunos títulos y nombres: Kafka y la muñeca viajera, de Jordi Sierra; Ciudades desiertas, de José Agustín; Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, de David Foster Wallace, en donde nos invita a embarcarnos en el mismo crucero en que el autor se embarcó para escribir su crónica.

Destaca también Rayuela, de Julio Cortázar; La historia interminable, de Michael Ende; Los enamoramientos, de Javier Marías; El desorden de tu nombre, de Juan José Millás; Nadie me verá llorar, de Cristina Rivera Garza, Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño; y claro no podían faltar Los diarios, de Anaïs Nin. Entre tantas otras obras y autores a los que nos llevan las Cien alas de María Julia Hidalgo.

Si continuamos avanzando en la lectura vamos a encontrar la sección de relatos, en los que casi todos tienen como escenario la seductora y generosa, pero también a veces cruel e insensible Ciudad de México, en la que pueden suscitarse las situaciones más absurdas y contradictoriamente cotidianas; son estas las que atraen precisamente la mirada de nuestra cronista: una boda sin novios, hijos que no quieren a la madre, madres que renuncian a los hijos, esposas que abandonan a sus maridos y viceversa; entre otras muchas temáticas que tienen que ver con los deseos y las pasiones de hombres y mujeres en constante búsqueda de sí mismos y jamás satisfechos.

Nos toparemos con un breve apartado conformado por cuatro crónicas de acontecimientos que han marcado la vida de la autora y de la ciudad en la que habita, que nos hacen recordar nuestra vulnerabilidad y condición de efímeras criaturas.

Ya en la parte de textos ensayísticos, que se distinguen por un tono no exento de cierto desasosiego e ironía, en los que lo cotidiano se nos muestra como absurdo y no tenemos más opción que estar de acuerdo con la autora, quien lo único que hace es quitar los velos —a veces invisibles— con los que se maquilla esa realidad que no siempre queremos o podemos ver; y que casi sin darnos cuenta, habitamos.

CRÓNICA | “Me gustaría que me retrataras sin zapatos ni camisa. Ponle: ‘Tiempos de coronavirus’”

martes, mayo 19th, 2020

Joaquín, un cubano sexagenario, aguarda sentado afuera del Metro Hidalgo, uno de los lugares a los que las medidas de sana distancia no llegaron. La pandemia le quitó su venta de libros y el cuarto de hotel en el que vivía. Ahora sólo tiene unos zapatos rellenos de periódico, y múltiples historias. 

Ciudad de México, 19 de mayo (SinEmbargo).– Hay lugares en la Ciudad de México a los que el confinamiento no llegó. Afuera del Metro Hidalgo, al menos una docena de jóvenes se reúnen para olvidar el dolor con una estopa bañada en thinner. Comen, duermen y viven en las mismas banquetas en las que ratas salen a buscar alimento. Se ríen, mientan madres, se lastiman y se quieren sin preocuparse por la sana distancia ni por los cubrebocas. Justo en ese lugar, unos metros apartado, Joaquín se sienta descalzo a contemplar lo que, según él, es otra de las tantas muertes por las que ha pasado la humanidad.

Joaquín nació en Cuba hace más de 60 años. Dice que lleva casi cuatro décadas viajando por el mundo. El último tramo lo ha pasado en México. Aquí se ha convertido en un personaje colorido del Centro Histórico de la capital. Equipado con una larga gabardina, el hombre se acerca a los que visitan Bellas Artes para ofrecerles historias y libros. De eso vive o vivía, pues el Gobierno levantó murallas en el primer cuadro para evitar que la COVID-19 se propagara. Le clausuraron la librería, dice Joaquín. Y luego lo corrieron del hotel en el que rentaba, añade.

“El Presidente cerró la librería (la explanada de la Alameda Central). Me vi en la necesidad de convertirme en un ser feliz. No puedo esperar nada de nada ni de nadie. Sólo puedo creer que mi existencia, como la de cualquier otro individuo, tiene una capacidad inaudita. He dado un salto de descenso en los bienes que me acompañaban… Vivía en un hotel y me botaron, lo cerraron. La librería cerró. Llevaba más de 12 años en el mismo lugar, en el mismo hotel sin ningún tipo de deuda. Pero al capitalista no le interesa la moral, sino lo económico. Llevo 39 años de destierro. Una intemperie más, no significa la muerte. Ya la he sorteado en otros lugares”, cuenta.

Tiempos de coronavirus. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

Los pies de Joaquín. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

Joaquín ahora vive en una pensión, un lugar al que le dicen “cancha”, en condiciones “dantescas”. Sin embargo, asegura que la pandemia le permitió descubrir cosas sobre la condición humana. “La contingencia ha venido a demostrarme que somos más universales de lo que creemos. No somos de ninguna parte, somos de todas. Somos consecuencia uno de otro. Pero como hemos vivido clasificados, creemos que somos distintos unos de otros. Eso trae consecuencias que… A mí me da pena la humanidad. Está derrotada. Todo es mentira. Todo. Ahora mismo la humanidad está muerta. No hay alternativas. No podemos ir a ver a Mengano o Sultano, es letra muerta”, dice.

“El Cubano”, como lo llama un hombre con el que a veces charla, habla de psicología, de filosofía y letras. Asegura que ha leído miles de libros, que tal vez hasta tiene un récord mundial. Y sí, al hablar cita a un autor, y luego a otro, y a otro. Y las citas lo llevan a historias y reflexiones propias. En un momento habla sobre Aristipo, alumno de Sócrates, y luego cuenta sobre los males que ha enfrentado la familia de unos niños que juegan con una cuerda a unos centímetros de él. Cita a Friedrich Nietzsche y luego asegura que hay colonias muertas, muy pobres, en la Ciudad de México. Va y viene entre recuerdos y libros.

“Dice el Gobierno mexicano: ‘quédate en casa’, pero el mexicano no tiene casa. Octavio Paz decía que el mexicano no podía aprender porque no tenía casa. Ahora que estamos en una guerra, cómo le vas a pedir al individuo que se meta en una cueva, si no le diste refugio cuando era libre”, reclama.

“Dijo Herodoto: ‘Nacer es ser viejo para morir’. El niño nace ahora mismo y ya es un anciano para la muerte. El hombre no muere, se mata a sí mismo’”, cita. Luego critica al Metrobús que pasa frente a él. Dice que es una máquina que arrastra gente, pero que en realidad nadie sabe a dónde los ha llevado durante tantos años.

La librería cerró. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

Joaquín cuenta que en Cuba vivía en la sierra. Dice que allá, en su país de origen, usaba un tren para trasladarse. “Un tren ruidoso”. Asegura que en uno de sus viajes de madrugada, se quedó varado junto a un campo en el que había cañaverales y naranjales. Comió mientras “se arreglaba un descarrilamiento”. Así descubrió, dice, lo obsoleto del transporte. Había encontrado lo que necesitaba. Y entonces emprendió un viaje. Llegó a México en 1982, luego se fue de indocumentado a Estados Unidos; conoció la Plaza Meave y Miami.

“Ahora yo practico la filosofía de las manos limpias: vendo mis libros. Soy un hombre que con el cuerpo puedo hacerlo todo. Esto es todo lo que yo tengo, toda mi riqueza: un cortaúñas, una rasuradora, los zapatos, La Jornada para sacarles la humedad”, describe. Luego señala las cosas que acaba de nombrar. Dice que lo queda es la tranquilidad. Su edad lo vuelve más vulnerable no sólo a la COVID-19, sino a varias enfermedades, pero ahí está, sentado en el suelo. Canta y luego cita a Pitágoras. Canta y luego critica a Juan Pablo II.

“La política es un arte para hacer esclavos a los hombres. Hay que ponernos a pensar a cuántos mexicanos han matado en los últimos años, ¿y a quién le interesa? A nadie. ¿Cuántos desaparecidos? ¿Cuántos muertos? Las mexicanas van a parir a un hospital y no las dejan entrar, esos son crímenes de lesa humanidad. Dicen: ‘Fulano de 90 años se salvó…’ Qué cojones, nadie se salva, nadie. Le rompieron la madre a Jesucristo, le rompieron la madre a Nerón, le rompieron la madre a César, a Obregón, a Juárez”, reclama.

“El hombre no muere, termina de morir. En plena pandemia yo estoy en el asunto de la estética. Quiero seguir vivo”, dice. Unos momentos antes de la entrevista, usaba una navaja (la rasuradora) para quitarse las patillas. Todavía alcanza a verse una pequeña herida que se causó a centímetros de la oreja. A eso se refiere con “estética”.

“La muerte al que primero alcanza es al que huye. No hay que ser temerarios, pero el hombre prudente es dueño de sus acciones. Piensa que cada día es el último día que para ti alumbra”, dice. Una ambulancia pasa con las sirenas encendidas. Él ni se inmuta. Es un día más en medio de la pandemia.

Cuando lees, tienes suficiente historia para relatar, asegura. Luego recomienda libros y autores. A esta altura de la vida, agrega, él podría vivir ciego porque ya no necesita ver nada más. Dice que tiene maestros por todo el mundo. Dice que en la calle no mueres, pues siempre hay gente buena que ayuda. Justo ese día, extraños que viajan en una camioneta le han llevado una bolsa con un jugo de mango y una torta envuelta en servilletas. Dice que tiene escasez monetaria, pero un espíritu sublime.

Antes de concluir la entrevista, Joaquín se levanta y pide una foto sin camisa y zapatos. Pide titularla: “Tiempos de coronavirus”. Luego vuelve a cantar. A unos metros los jóvenes vuelven a jalar la estopa hacia sus rostros.

Bryn y Pat celebraron 60 años de matrimonio hace 5 meses; los dos mueren de COVID-19 el mismo día

jueves, abril 16th, 2020

Pat, de 80 años, comenzó a sentirse mal el pasado 4 de abril y poco después Bryn, de 86 años, también empezó a mostrar síntomas similares.

Reino Unido, 16 de abril (RT).- Una pareja británica falleció esta semana por coronavirus, con 17 horas de diferencia, apenas unos meses después de celebrar 60 años de matrimonio.

Hace cinco meses, Bryn y Pat Howells celebraron su aniversario de bodas de diamante y recibieron incluso una tarjeta de felicitación de la reina Isabel II.

Pat, de 80 años, comenzó a sentirse mal el pasado 4 de abril y poco después Bryn, de 86 años, también empezó a mostrar síntomas similares.

La pareja fue ingresada el jueves pasado en un hospital de Llantrisant, en Gales (Reino Unido), donde dieron positivo por coronavirus. Los dos murieron en la misma sala el lunes de Pascua: Pat falleció a las 02:00 y Bryn, a las 19:00 horas.

https://twitter.com/ScallywagNYC/status/1250488209215111168

Los familiares apuntan que es un misterio cómo Pat y Bryn se contagiaron con COVID-19, ya que ambos habían estado aislándose durante cuatro semanas.

“Estamos tratando de consolarnos por el hecho de que murieran juntos, después de 60 años de matrimonio feliz”, relata su nieto Elliot, citado por Daily Mail.

La pareja tuvo cuatro hijos, 11 nietos y 12 bisnietos, y su casa siempre “tenía una puerta abierta” y estaba “llena de amor”, recuerda Elliot.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE RT. VER ORIGINAL AQUÍ. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

39 VOCES | “Más que esperanza al pensar que algún día esto terminará, temo el huracán que se aproxima”

jueves, abril 16th, 2020

SEGUNDA PARTE

La Fase 3 se acerca en México. El aislamiento continuará. Y para estar bien no es suficiente evitar al virus, dicen los expertos. Señala lo mismo la experiencia en Wuhan. 

Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).– “Nos estamos preparando para algún tipo de estrés postraumático colectivo. […] Todo el mundo en Wuhan padece algún tipo de trauma”, dijo Liu Xianlang (seudónimo), veterana psicóloga, a El País. El 10 de abril, la declaración fue compartida por Macarena Vidal Liy en el diario español. Ese mismo día, autoridades mexicanas señalaron que en los días de aislamiento no es suficiente cuidarnos del COVID-19, también es necesario fortalecer el cuerpo y la mente. ¿Cómo? Hay que hacer ejercicio, comer bien, dormir, sacar el alcohol y otras sustancias nocivas de la dieta. Yo agregaría una más: leer o escuchar al otro. Es precisamente lo que intenté al pedir que compañeras y compañeros compartieran qué era lo más complicado para ellas y ellos durante estos días atípicos. Y sí me ayudó.

Aquí la segunda parte de sus comentarios.

Una silla vacía. Foto: Especial.

DULCE:

Durante estas semanas en tiempos de coronavirus mi labor como reportera se ha limitado. Quisiera reportear en calle. Estoy a unos pasos del Hospital Juárez, por ejemplo. Pero vivo con mi mamá, vulnerable al doble por ser mayor de edad y tener diabetes. Mi perro no ha salido a correr al parque en días y me duele. Además, no he podido ver a mi novia en estos días, solo he escuchado su voz en llamadas o comentando series en la aplicación Rave. Más que esperanza al pensar que algún día esto terminará, temo el huracán que se aproxima: una crisis económica de magnitud inimaginable sumado a la crisis climática. Temo perder mi empleo. Ya he escuchado casos cercanos de cierre de negocios familiares y reducción de sueldos de amigos. Y viene lo peor.

SANDRA:

El 2018 fue un año complicado para mí, tuve un accidente que lesionó permanentemente mi columna. Para la salud de mi espalda debo hacer ejercicio todos los días y caminar mucho.

Desde hace tres semanas, el lugar a dónde voy a hacer mi rehabilitación está cerrado. Aunque me mandaron ejercicios para realizar en casa, no es lo mismo. Tampoco puedo salir a caminar a la calle, por precaución para no contraer el virus y por seguridad, ya que las calles están desiertas. Los días pasan y comienzan a sentirse como lastre en mi columna.

CRISANTO:

Pues mira, aquí en Tepepan, donde actualmente estoy viviendo, somos una comunidad de 12 personas y hay por lo menos cuatro adultos con diabetes, además de una embarazada y mi hijo, lo más complicado ha sido resguardarse para proteger precisamente a ellos, sólo salgo un rato por las mañanas a las oficinas de SinEmbargo para las transmisiones diarias que por cierto terminaron hoy (viernes 10 de abril), lo que viene será un poco tedioso porque voy a trabajar desde casa, el hacinamiento de aquí en adelante es lo que más me preocupa, pues no se cómo lo voy sobrellevar, yo que soy un pata de perro.

BIANKA:

¿Qué pasaría si mi papá se contagia?, ¿México llegará a tener una crisis como en los otros países si no entendemos?, ¿se podrá con tanto?, ¿tendré empleo después de esto?, ¿mi hermana lo tendrá?… La ansiedad es lo más difícil de estar en cuarentena. Estar rodeada de sólo pensamientos negativos e incertidumbre, y muchas veces no querer compartirlos para no preocupar a la familia. Llevártelos a la cama, soñar con ellos y despertar con una espantosa sensación que te acompaña larga parte del día. Desde el encierro todo eso se siente más.

No alcanza con cuidarse del coronavirus. Foto: Cuartoscuro.

MONTSE:

La pandemia. Lo complicado de la pandemia. ¿Complicado? Bueno lo difícil. Lo mas difícil es no cargar a mi sobrina. No poder escucharla en persona hacer ruiditos de bebé. Pero complicado debe ser no poder dejar de trabajar porque eso significa vivir a diario, pagar la renta, medicinas. Complicado me parece sentirme privilegiada frente a miles de millones de personas pobres o mujeres asesinadas o lastimadas en sus casas por sus familias. ¿Lo complicado de una cuarentena? Vivir en un mundo donde la desigualdad es la condición que marca todos los aspectos cotidianos.

Para mí, con privilegios, no es complicado, pero el mundo no es como yo.

JOSET:

Lo más complicado para mí durante la cuarentena ha sido permanecer en casa cuando mi mamá aún tiene que ir a trabajar; ella es trabajadora doméstica y no tiene la oportunidad de quedarse en casa y corre el riesgo de contagiarse.

ANA:

Vivir en el Estado de México es como estar en una burbuja donde la mayoría de los que se encuentran dentro cierran los ojos y oídos a la información que circula en los medios de comunicación y redes sociales. La vida transcurre normal, sin más restricción que el acceso al transporte público que sale hacia la Ciudad de México.

ANDREA:

Probablemente lo más complicado para mí ha sido perder contacto con mis amigos más cercanos, la imposibilidad de acordar un lugar y una fecha para comer juntos y platicar.

RIKARDO:

Lo más complicado ha sido enfrentar el aislamiento, quedarse en casa e intentar mantener una rutina lo más parecida posible a la que tenías antes de que el mundo cambiara. Evitar la contaminación informativa mediática que solo provoca alarma, paranoia y desinformación.

Mantener la calma en la incertidumbre que puede provocar la economía en Mexico ante la pandemia. Apoyar a quienes me rodean, enfrentar lo mejor posible la caída de oportunidades laborales o un ingreso salarial extra, como lo son mis conductores de Uber o mi trabajo principal en SinEmbargo.

IVETTE:

Para mí, permanecer en cuarentena ha sido complicado. Soy una persona que le gusta estar en movimiento y sentirse productiva. Dejar de ver a amigos y pareja en mis días de descanso es algo que sin duda me pesa, pero estoy agradecida que puedo estar en casa con mi familia. Otra cosa que vuelve pesada es no poder ir hacer ejercicio, practico natación y box y aunque trato de ejercitarme con rutinas en casa, no es lo mismo. Todo esto con la incertidumbre que me invade día a día de no saber cuándo podré volver a hacer todas esas cosas como estaba acostumbrada. La incertidumbre de no saber cuándo termina esto y cuántos podremos salir es lo que más pesa.

La Fase 3 se acerca. Foto: Cuartoscuro.

JÉSICA:

Para mí lo más complicado es lidiar con la mente porque yo me preocupo mucho por todo, entonces estar pensando en que me puedo contagiar o contagiar a mi abuelita (vivo con ella) es lo que más me pesa, así que realmente he estado en casa todo el tiempo y salgo solo al Soriana que está a unas calles de mi casa y solo cuando hace falta algo, pero también le resulta muy estresante estar todo el tiempo encerrada. También ver qué hay gente que no cree y sale y anda como si nada pasara me hace sentir frustrada porque uno se cuida y los que no lo hacen pueden ser el foco de infección para los demás.

OMAR:

El distanciamiento social con mi madre ha sido lo más complicado en esta contingencia, en circunstancias normales la veo cada ocho días para saludarla, disfrutar de sus deliciosos guisos y que conviva con su única nieta, mi hija Daniela de 2 años. Ahora, solo fui cuando le hacía falta surtir medicamentos para tratar su hipertensión y que no salga de casa. Es una mujer fuerte a sus 75 años y se mantiene activa, pero esta situación hace que se desespere al estar encerrada. Mantengo la comunicación vía videollamada pero no es lo mismo, ahora es cuando más se extraña un abrazo.

KAREN:

Durante las primeras semanas de aislamiento, ya comencé a aburrirme de hacer algunas actividades que me planteé al principio para sobrellevar el encierro. Desde terminar de ver mis series, leer los libros que ya tenía olvidados, compartir juegos de mesa con mis hermanas y familia, escuchar música. Levantarme uno de mis días de descanso para hacer un poco de ejercicio siguiendo una rutina en YouTube.

Al inicio era divertido, ahora siento que debo buscar algo nuevo porque ya no me hace sentir bien. Igual hace unas semanas me conformaba con acompañar a mi mamá al súper cada semana para llevar la comida. Apenas el martes fuimos a un Walmart y la tuve que esperar afuera. Ya sólo puede entrar una persona y forzosamente con carrito para guardar la sana distancia. Pasan en grupos de 20. Se entra por un lado y se sale por otro.

Respecto al trabajo, es extraño no tener contacto, de vista, con otras personas que no sean tu familia. Después de varios días, es raro. También es complicado ver que tu equipo esté trabajando.

Respecto a las relaciones personales, solía ver a mi mejor amiga un sábado al mes casi todo el día. Ahora nos escribimos por WhatsApp y nos mandamos audios de un par de minutos. Hablamos de cómo es vivir así.

Con mi novio, ahora además de los chats, recurrimos mucho a las videollamadas. O nos marcamos por la tarde. Ya si retamos un poco al virus, nos ponemos de acuerdo y uno se traslada a casa del otro y de ahí no salimos, casi una vez a la semana. El único contacto con la calle es el traslado. Extrañamos el cine y sus múltiples golosinas, solíamos ir una vez cada 15 días. Uf… Y ni se diga la comida del exterior. Para reponerlo, en ocasiones hacemos pedidos a través de apps.

Aunque no salga, hice caso al consejo que escuché a una psicóloga: no dejo de hacer cosas de rutina, como bañarme, arreglarme, lavar o ayudar a mamá a cocinar. También cada integrante de mi familia procura tener un tiempo de soledad, su propio espacio.

Otra cosa muy importante que olvidaba es que la cuarentena afecta directamente a la economía de mi familia. Mi mamá es trabajadora del hogar en tres casas. En ninguna tiene contrato, así que en dos de ellas, la dejaron sin trabajo temporalmente. Hasta que todo vuelva a la normalidad podrá regresar. Y en la tercera le redujeron el sueldo porque la familia con la que labora ya no percibe lo mismo.

CONTINUARÁ…

El cierre de los cines por el COVID-19 deja un vacío que ni las plataformas de streaming han podido llenar

martes, abril 14th, 2020

Casi un mes de confinamiento ha llevado a algunos a añorar más que nunca los pisos pegajosos de los cines. Sí, la gente mandando mensajes de texto unos asientos adelante eran un fastidio, y las películas no siempre eran extraordinarias, pero las listas en redes sociales de “qué voy a hacer cuando esto acabe” incluyen innumerables antojos de pantalla grande y palomitas.

 Por Jake Coyle

NUEVA YORK, 14 de abril (AP).- Jennifer Page bromea diciendo que apenas han pasado cuatro meses y ya es la peor década de su vida. Mesera en un centro turístico cercano, está sin trabajo por la pandemia. Luego que alguien dio positivo en el asilo de su madre, Page la mudó con ella a una habitación junto al comedor. Hace dos semanas falleció su padre. El día después del funeral ella y su familia salieron a caminar, y su hija de 5 años, Roxa, le pidió algo que muchos niños han anhelado en el último siglo.

“Me dijo, ‘mamá, cuando esto se acabe, ¿podemos ir al cine?’”, dijo Page, de 36 años, de Buffalo. “Ella repasó todo el proceso de ir al cine. Dijo ‘podemos comprar palomitas de maíz y cada uno tener su propia bebida y comprar dulces’”.

La pandemia del coronavirus está obligando al mundo a atravesar penurias sin algunos alivios confiables del pasado, el cine entre ellos. Por más de un siglo los cines han sido un refugio, un escape comunal, un lugar para soñar con los ojos abiertos comiendo palomitas y transportarnos lejos de todo lo demás.

Un mundo sin cines, como en el que estamos habitando temporalmente, ha sido ampliamente presagiado. Ha sido pronosticado con todo avance tecnológico importante en los medios, especialmente desde la llegada del streaming. Los cines, tan inconvenientemente ubicados fuera de casa, son un dinosaurio, han dicho analistas, un dinosaurio que va de salida.

Ahora tenemos una probada de lo que sería la vida sin cines. La mayoría lo ve como una oportunidad para que los servicios de streaming apresuren su anticipado dominio. Pero también ha generado un aprecio renovado por los placeres de ir al cine y ha clarificado su papel único en la vida social. El aislamiento sólo ha iluminado el poder de sentarse juntos en la oscuridad.

“Es una de esas cosas que no puedes apreciar realmente hasta que te la quitan”, dijo John Bell, presidente del Tampa Theatre, un palacio del cine de la década de 1920. “Esto definitivamente ha acelerado el vistazo al panorama de un futuro distópico. Pero yo creo innatamente que los humanos son criaturas sociales y que, al final de cuentas, querrán reunirse otra vez. El streaming es genial, es conveniente. Pero no es lo mismo”.

Casi un mes de confinamiento ha llevado a algunos a añorar más que nunca los pisos pegajosos de los cines. Sí, la gente mandando mensajes de texto unos asientos adelante eran un fastidio, y las películas no siempre eran extraordinarias, pero las listas en redes sociales de “qué voy a hacer cuando esto acabe” incluyen innumerables antojos de pantalla grande y palomitas.

Estar encerrado en casa ha hecho que para algunos la diferencia entre el cine y el streaming sea más aguda. Ni “Tiger King” ni los bocadillos de “películas en capítulos” de Quibi compensan esta pérdida de una noche en el cine. En San José, California, Gary Walker, un estudiante de cine de 22 años, se ha entretenido viendo documentales en Netflix y series en Disney Plus. Pero no ha sido suficiente.

“Me muero de ganas de regresar”, dijo Walker. “Soy una persona a la que le gusta mucho la experiencia social de ir al cine, no sentarme en casa a ver una película solo. También me gusta hacer eso, pero es realmente diferente ir al cine con otras personas”.

Los cines de Estados Unidos y muchos otros países han cerrado sus puertas indefinidamente por la pandemia. Los pocos que siguen abiertos son autocines, que han tenido una resurgencia repentina tras una caída de décadas. Las cadenas han dado licencia o despedido a sus empleados, muchos de los cuales son trabajadores de medio tiempo o por horas.

Es casi un hecho que la contingencia hará que algunos cines terminen cerrando permanentemente. Los analistas dicen que AMC Entertainment, que preside la cadena de cines más grande de Estados Unidos, está a punto de declararse en bancarrota. Para atravesar la tormenta, los propietarios de cines, al igual que muchos otros negocios, han pedido ayuda federal a través de un paquete de estímulos por el coronavirus.

Lo más pronto que esperan reabrir es junio, y todos los grandes estrenos se han postergado hasta mediados de julio.

Una presentación de Pascua producida por Harvest Baptist Church de Harrison, Pennsylvania, en su función inaugural en Riverside Drive In Theatre en Vandergrift, Pennsylvania, el viernes 10 de abril de 2020. Los autocinemas han tenido un resurgimiento en la pandemia de coronavirus. Foto: Gene J. Puskar, AP.

“La capacidad, cuando termine esto, de salir y disfrutar algo entretenido y asequible con tu familia y amigos será de gran importancia para el tejido cultural y psicológico del país”, dijo John Fithian, presidente de la Organización Nacional de Propietarios de Cine. “Queremos hacer eso”, señaló. “Pero también necesitamos ser viables”.

La asistencia al cine ha ido amainando las últimas dos décadas, un declive enmascarado por los elevados precios de los boletos. El año pasado, la taquilla doméstica recaudó 11 mil 400 millones de dólares. Ese ingreso es una de las principales razones por las que se cancelaron la mayoría de los próximos estrenos de grandes producciones: todavía puede hacerse mucho dinero en el cine.

Nadie espera que cuando los cines reabran la gente acudirá en masa a sus salas. Es probable que sigan en pie protocolos de distanciamiento, al menos al principio. Y mientras no haya una vacuna para el COVID-19, algunos tendrán dudas de ir a eventos multitudinarios en lugares cerrados. El mes pasado, la empresa analítica EDO encuestó a cinéfilos y encontró que el 70 por ciento dijo que posiblemente vuelva al cine. Un 45 por ciento dijo que esperaría unas semanas y 11 por ciento que esperaría meses.

En esta foto del 25 de marzo del 2020, un cine cerrado en Los Ángeles por la pandemia del coronavirus. Con los cines cerrados, los amigos han encontrado la manera de ver películas juntos en su aislamiento gracias a aplicaciones. Foto: Chris Pizzello, AP/ Archivo.

Los cines cerraron por la pandemia de la Gripe Española de 1918, pero de manera menos coordinada. El sistema de los estudios siguió en la década de 1920, un periodo que el historiador de Hollywood William Mann resume en “Tinseltown: Murder, Morphine, and Madness at the Dawn of Hollywood”. Mann considera que esta pandemia de igual manera alterará el negocio del cine.

“Si de esto surge una apreciación renovada por regresar al glamour quizás en las películas, los cines encontrarán su camino”, dijo Mann. “Las cadenas de cines podrían salir de esto con toda una nueva manera de decir ‘miren todo lo que podemos ofrecer, podemos hacer esta experiencia muy especial’”.

Mientras la pandemia continúa, un ecosistema más grande de streaming está creciendo también. Los índices de audiencia se han disparado. Las “fiestas” para ver series o películas juntos pero a distancia, un derivado digital de la experiencia comunal de ir al cine, también van en aumento. Algunos cines han adoptado el streaming como aliado y han creado funciones online.

Pero ninguna de esas opciones _ todas con su respectivo botón de pausa _ nos da eso que tanto necesitamos ahora: un escape.

CRÓNICA | Treinta y nueve voces en aislamiento, y la fugaz anécdota de un sábado con el cerrajero

martes, abril 14th, 2020

Juan Pedro y yo tuvimos que romper la sana distancia ese sábado. No fue a propósito, pero para cuando nos dimos cuenta, ambos habíamos tocado la misma llave petrificada una y otra, y otra, y otra vez. 

Ciudad de México, 14 de abril (SinEmbargo).– “Cerrajero 24 horas”, decía el anuncio. No especificaba si también aplicaba durante la Fase 2 de la contingencia por el COVID-19, pero aun así marcamos. “300 pesos por abrirnos la puerta”, señaló el receptor. Pues va, ni modo. Para ese momento Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, ya hablaba frente a periodistas. Era sábado y, ante todo pronóstico, había mañanera. Para colmo, Porfirio Muñoz Ledo había amenazado con publicar una carta en El Universal y la teníamos que checar. Dos posibles notas principales en sábado por la mañana, y Juan Pedro y yo estábamos en la calle. La llave nos falló. Pinche llave.

Juan y yo dejamos de respetar la sana distancia. Y es que ambos tratamos de destrabar la chapa, pero no hubo respuesta. La llave de metal se quedó petrificada en la cerradura. Y ahí estábamos, picándonos los ojos con la duda de que el cerrajero fuera a llegar. Había dicho que 20 minutos, pero ya iban 21. Desde sus casas, Mariana y Salvador tomaron las notas mientras nosotros esperábamos. Muñoz Ledo a AMLO: “Estamos obligados a reconstruir un mundo cuyo destino es incierto”, titulamos una. De la otra no me acuerdo. Al final ninguna fue principal.

Ya tenía varios días planeando un texto que incluyera un chingo de voces, y esa mañana, mientras aguardábamos en la puerta de la redacción, decidí que lo iba a intentar. Al final, incluyendo la que cuenta la triste anécdota de la llave, se reunieron 39 voces. ¡39! A cada una se le preguntó lo mismo: ¿qué es lo más complicado para ti durante la pandemia? Para no tener un texto kilométrico, van primero 13, y luego otras 13, y luego otras 13. Aquí comienzan.

Por cierto, llegó el cerrajero y sí nos abrió.

“Cerrajero 24 horas”, decía el anuncio. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.

JUAN PEDRO:

Las ausencias son dolorosas. Y aunque las derivadas de este aislamiento son momentáneas, taladran cada uno de mis ánimos. La incertidumbre de no saber en qué momento podremos, nuevamente, saludarnos, platicar, abrazarnos y disfrutar de la compañía de las personas que queremos y que nos hacen felices, es mucha. Quizá por ello, cada noche sus voces y rostros llegan a mi memoria: en sueños veo a mis papás, a mis abuelos, a mis hermanos, a mis amigas y amigos, a mi perro. Los extraño y cada día me queda más claro que las ausencias duelen.

MONTSE:

Lo más complicado en estos días de pandemia ha sido cumplir el trato que tengo con familia para no vernos hasta que esto termine, así, si alguna o alguno de nosotros se enferma al menos alguien va a estar sano para cuidar de los demás. No nos hemos visto. Ya pasaron tres semanas y cada día me preocupan más. Mi mamá y mi papá tienen 60 años y acompañan a mi tío al hospital para que tome sus quimioterapias, hace poco le detectaron cáncer en el estómago. Él tiene que viajar de Guerrero a la Ciudad de México en autobús y esperar en un hospital del IMSS lleno de pacientes que, como él, no pueden interrumpir su tratamiento porque eso les costaría la vida. Hablamos mucho, pero es difícil controlar las ganas de llorar si los pienso.

PERLA:

En las tres semanas que llevo de confinamiento en casa, lo más complicado es convivir con mi familia las 24 horas del día, luego de que por muchos años, debido al trabajo y a la escuela, solo los veía en mis días de descanso. Y sí, es complicado porque tienen un carácter fuerte, sumado a la desesperación que tenemos por no poder hacer prácticamente nada, únicamente los quehaceres del hogar, trabajo, ver películas y hacer la comida. Algo preocupante para mí y para millones de personas que se encuentran en la misma situación, es que mi padre tiene que salir a trabajar, porque no les autorizaron dejar de laborar, ni en vacaciones, como todos los años “un apoyo a la dependencia, a cambio de un dinerito extra”. No sabemos si puede traer el virus a casa, y es que mi mamá y yo somos vulnerables porque padecemos de asma. Algo que me pone triste (y es que como dicen: “no extrañamos cosas materiales, sino a personas o momentos”), es no pasar tiempo con mi demás familia, pero especialmente con mi abuela; solo le dejo su despensa y dinero en la puerta de su casa y me voy, extraño estar con ella y abrazarle.

ALFONSO:

Sin duda, lo más complicado de estar encerrado estos días es el no poder estar en mi casa. ¿A qué me refiero? En 2017 el departamento donde vivía resultó afectado por el sismo del 19-S y hace unos meses regresé a vivir con mis papás pero a la casa de mis abuelos, lugar donde reside mi familia desde hace más de dos años. Entonces es difícil no poder tener un espacio sólo para mí, pues ellos tuvieron que adecuarse para darme cabida, por ende no cuento con un lugar que sea exclusivo para mí o en donde pueda quedarme “sin hacer nada”.

Las ausencias son dolorosas. Foto: Cuartoscuro.

NADIA:

Violeta, mi roomie, dice que este encierro es como vivir en domingo perpetuamente. No sé qué tiene ese día en particular, pero siempre me ha parecido triste. Después de una larga semana, el séptimo día te pone reflexiva, melancólica. Y esto pasa cuando tienes tiempo, ¿cierto? Cuando el ruido del ajetreo cotidiano se detiene un momento entonces escuchas, de repente, tu propia voz. Llevo en casa poco más de tres semanas y eso, para empezar, es un privilegio (cuando me desespero, recuerdo que es un privilegio). No he leído todos mis libros comenzados ni he tachado esa lista de películas pendientes ni estoy aprendiendo una nueva receta o un idioma. Estoy, finalmente, volteando hacia adentro: ¿Qué buscas realmente? ¿Cuáles son tus necesidades? ¿Quién eres ahora mismo? Antes, si se ponía muy densa esa espiral de preguntas, salía (a una fiesta, al cine, al mall, a ver a mis amigos) y al hacerlo, postergaba también las elucubraciones. Ahora, en casa, debo arreglar el desastre de mis pensamientos. Ahora todos los días son domingo.

ERÉNDIRA:

Considero que al ser una persona hiperactiva, acostumbrada a estar de “aquí para allá”, lo más difícil durante la cuarentena es quedarse quieto y en casa. Además, la lucha constante por no entrar en pánico con las noticias que salen día a día sobre el coronavirus resulta agobiante. Y, por supuesto, creo que mi familia, al igual que muchas otras, trabaja en tratar de no pelear por pequeñeces y mejorar la convivencia, puesto que no estamos acostumbrados a estar juntos 24/7.

ALEJANDRO:

La humanidad suele derrotarse a sí misma. Las guerras son eso: la derrota contra uno mismo, como lo son la desigualdad o la pobreza. El hombre siendo lobo con el hombre; los fuertes sobre los débiles. Y no hay novedad. Sólo la certeza de que todos perdemos.

Pero el último virus invisible nos recuerda que, como el pasado, estamos a merced de fantasmas. Para no estar vivo (es un debate que sigue en la academia), el coronavirus es bastante astuto. Es el virus cobarde que ataca a los débiles: a los viejos, a los que comen de más, a los que tienen enfermedades crónicas, a los que fuman. Virus cobarde e inasible. Al menos la pobreza –que tiene su grado de cobardía e infamia– es medible: sabemos cuántos morirán este mes y el año entrante. Pero de este virus no sabemos nada; los modelos matemáticos no sirven de nada si un grupo de adolescentes decide organizar una fiesta clandestina en el Estado de México o en Venezuela. Frente a este virus no hay armas. Nos vemos las manos y están vacías. Y quizás la impotencia –el no saber contra qué estamos– es lo que genera más angustia.

NATALIA:

Se nos ha complicado a mi familia y a mí de manera económica, ya que una de mis perritas enfermó y tuvo una cirugía de emergencia hace unos días, ahora tenemos que comprarle sus medicinas para que termine de sanar y, además, ver las compras de la despensa, siempre compramos lo esencial. Por otro lado es muy difícil y cansado, mentalmente hablando, estar encerrada en casa, sobre todo porque me la pasaba afuera casi todo el tiempo con mi hermana, con mis primos, con mis amigos o con mi novio.Fue un cambio de un día para el otro del cual aún no me acostumbro.

El coronavirus gana terreno en México. Foto: Cuartoscuro.

VALERIA:

Lo más difícil ha sido alejarme de mis abuelos y mis tíos. “Somos una familia muégano”, siempre lo dice mi mamá. Extraño poder salir a ver a mi abuelita o que mis tíos y mi abuelito vengan a la casa. Casi nunca salgo. No soy de fiestas ni nada, pero ver a mi familia me reconforta muchísimo.

También, por sencillo que parezca, extraño salir a comprar la despensa con mis papás. Siento que es algo muy nuestro ir al mercado de los lunes. Hay una señora de la tercera edad que vende verdura y tortillas ahí. Siempre le compramos aunque sea una cosa. Ya es muy viejita y va sola. Me preocupa cómo lo estará pasando ella.

JORGE:

Lo peor de la cuarentena es estar encerrado entre cuatro paredes prácticamente todo el tiempo, pero, por mencionar un ejemplo, es básicamente lo mismo que ir a tu centro de trabajo, pues, más allá del transporte público, (que también es estar encerrado, pero más incómodo por las decenas de personas con las que viajas) también es encerrarte entre cuarto paredes por hasta 10 o más horas laborales.

Pero estar en cuarentena hace que se extrañe poder caminar por las calles de la ciudad aunque casi siempre sean un caos, disfrutar del aire libre aunque esté contaminado, valorar la compañía y los saludos, besos y abrazos de tus compañeros y amigos.

Es tener dudas sobre si las cifras oficiales que ofrece el gobierno todos los días a las 19:00 horas son las reales, o si en cualquier momento el precario sistema de salud en México va a colapsar. Es convivir con la incertidumbre de no saber si ya te contagiaste de coronavirus, o si es que tú o alguno de tus familiares van a poder resistir si es que llega el desafortunado momento en que te confirmen que eres positivo de COVID-19.

Pero lo peor, es no poder tener la certeza de cuándo va a terminar la cuarentena…

AMANDA:

Lo más complicado de la pandemia es saber que algunos en mi familia continúan trabajando, sin embargo, sabemos que es importante que lo sigan haciendo. Sé que están tomando las medidas de higiene y prevención y eso me hace sentir hasta cierto punto tranquila, de hecho hemos platicado sobre qué hacer en caso de que alguna de nosotras se llegará a contagiar.

Respecto a la diversión, por así llamarlo, sé que será pasajero y podré regresar al cine, a la plaza, reunirme con mis hermanas y hasta comer en la calle, pero no me ocasiona problema estar aquí, al contrario: me siento afortunada porque tengo amigos que no han tenido la misma suerte, ya que si deciden no ir sus trabajos, corren peligro de ser despedidos.

YAEL:

Lo más complicado de esta cuarentena para mí es el encierro y no poder interactuar con mis amigos, algunas personas estamos acostumbradas a salir mucho y ser muy afectivos, pero en estos momentos eso no se puede, pues debemos mantener distancia. El confinamiento es un acto de solidaridad entre todos, tomemos conciencia y esperemos que termine pronto.

CONTINUARÁ…

Del Caribe al Mar de Cortés, las playas de México se vacían: la pandemia de coronavirus arrasa

viernes, abril 3rd, 2020

El turismo en México desaparece, la capital del país luce desolada y hasta la ocupación hotelera descendió más del 50 por ciento. Expertos del sector apenas ven el inicio de la crisis, “todavía nos viene lo peor”, dicen y no sólo para su ramo.

México, 3 de abril (EFE).- Desde el Caribe mexicano, pasando por Acapulco y hasta el norteño Mar de Cortés, playas y hoteles lucen vacíos por la pandemia de COVID-19, una crisis que está arrasando el sector turístico y provocando millones de desempleos.

La desolación es evidente en el centro histórico de Ciudad de México, donde la ocupación hotelera ha disminuido un 54.6 por ciento en la última semana, según la Secretaría federal de Turismo (Sectur), aunque algunos negocios se resisten a cerrar.

“Mientras esté abierto el correo tengo que trabajar para comer porque vivo al día, aquí nadie me ayuda. O sea, necesito un sustento”, cuenta Luis Manrique, un hombre que mantiene su venta de postales pese a la caída del 60 por ciento del flujo de personas que reporta el Gobierno local.

Lo que ocurre en la capital se replica en el país, que se estima registrará una contracción del 3 por ciento del PIB turístico este año, una pérdida de 2 mil 400 millones de dólares en un “escenario conservador”, explica a Efe Luis Ariza, presidente de la Unión de Secretarios de Turismo de México (Asetur).

Además de apelar a la solidaridad de los empresarios del ramo para que ayuden a sus empleados, Asetur espera que el Gobierno federal anuncie medidas, indica Ariza, quien también es secretario de Turismo del norteño estado de Baja California Sur, donde están Los Cabos.

“De alguna manera están siendo solidarios (los empresarios). Aquí el tema es ver cuánto, hasta cuándo, pueden resistir y en cada uno de los estados, los gobernadores y los secretarios están haciendo lo propio también. Estamos conscientes de que ahorita lo más importante es cuidar la salud”, manifiesta.

Combo de fotografías tomadas desde un drone que muestra una vista general de la zona hotelera y de playas en el balneario de Acapulc,o en el estado de Guerrero. Foto: EFE, David Guzmán.

AFECTACIÓN INMEDIATA

El Gobierno de México declaró esta semana la “emergencia sanitaria” por el coronavirus, que ha causado mil 510 contagios y 50 muertes, lo que implica suspender actividades no esenciales de todos los sectores.

Los efectos del primer mes de pandemia ya se perciben, indica Héctor Flores, director del Grupo Empresarial Estrategia (Gemes), consultora del sector turístico.

La ocupación hotelera de los principales destinos promedia un 10 por ciento, las aerolíneas han paralizado hasta el 40 por ciento de sus aeronaves, la oferta de asientos nacionales e internacionales ha decrecido el 50 por ciento y más de 300 hoteles de cadena han cerrado, asegura el experto.

“Hay un impacto muy decisivo, pero esta crisis realmente está empezando. Todavía nos viene lo peor. No solo para el turismo, sino desde el punto de vista de la crisis de salud pública”, opina.

La industria turística de Norteamérica podría perder 570 mil millones de dólares por la pandemia y 7 millones de empleos, de los que 2 millones serían mexicanos, cita Flores con base en datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).

Por ello, el director de Gemes espera que el Gobierno mexicano ofrezca medidas contracíclicas y de protección en el plan económico que anunciará el presidente Andrés Manuel López Obrador este domingo.

Combo de fotografías tomadas desde un drone el miércoles, que muestra una vista general de la playa vacia (arriba) y una de zona hotelera (abajo), en Playa del Carmen en el estado de Quintana Roo (México). Foto: EFE, Lourdes Cruz.

EL CARIBE MEXICANO

Los destinos turísticos de Quintana Roo, estado al que pertenece Cancún, la principal playa de México, dejaron de recibir más de mil 595 millones de dólares por la cancelación de vuelos y de reservas tan solo en las últimas dos semanas.

Según el gobernador Carlos Joaquín González dejaron de llegar 1.7 millones de turistas al estado, que registra la segunda tasa de casos de COVID-19 más alta de todo el país, 2.96 por cada 100 mil habitantes, solo por debajo de 3.28 de Ciudad de México.

Los pocos que se han atrevido a viajar a la Riviera Maya lo han hecho porque creen que es un mejor lugar para pasar la cuarentena, que durará hasta el 30 de abril, por ahora, como Francisco Espinoza, un empresario textil de la ciudad de Guadalajara.

“Esperamos encontrar un poquito más de actividad, está completamente vacío, creo que está como al 10 por ciento de lo que normalmente está. Hay comercios abiertos pero casi no se ve consumo de la gente y fuera del centro también está igual”, relata a Efe desde la Quinta Avenida de Playa del Carmen.

Otro golpe lo recibirá el sector de cruceros, pues Cozumel es uno de los principales destinos de todo el mundo.

“En la asociación creemos que sólo un 20 por ciento de las empresas del sector sobrevivirá esta crisis”, señala Iván Ferrat Mancera, presidente de Asociados Náuticos de Quintana Roo.

CRÓNICA | “El corazón de tu mami dejó de latir”, dijo la doctora. El recuerdo volvió en días de pandemia

martes, marzo 24th, 2020

En medio de la pandemia mundial, hoy recordé que en un hospital la perdí. 

Ciudad de México, 24 de marzo (SinEmbargo).– “El corazón de tu mami dejó de latir”, me dijo la doctora. “Vas a poder entrar a verla, sólo colócate una bata, guantes y cubrebocas”, agregó. Obedecí y caminé hacia el espejo. Me lavé las manos y luego fui hacia la cama en la que mamá había estado los últimos días. Recuerdo que toqué su mano. Recuerdo que estaba fría. El color de su rostro había cambiado. Era noviembre de 2013. Desde entonces evito los hospitales. Si no me equivoco, en los últimos siete años fui unas tres o cuatro veces. Y es que ahí, en los nosocomios, regresa esa herida.

***

“Dada la contingencia de COVID-19 y por su seguridad, se difieren las citas de consulta temporalmente a partir del 20 de marzo de 2020. Únicamente se atenderá a los siguientes pacientes: urgencias, post-operados, oncológicos, nefrópatas, hematológicos”, dice un letrero en el Hospital General de México. Frente al mensaje hay unas cien personas esperando. Cada una está a centímetros de distancia. Cada una ignora las indicaciones de Susana Distancia, la heroína de moda.

Un hombre que se autonombra capellán sermonea a los presentes. Dice que no hemos hecho caso al manual de la vida. Habla sobre Dios y la fe. El sol, pintado de Apocalipsis, le pega en la cara. Él salta y nos recrimina los tiempos de guerras y terremotos. Pero dice que no es el fin del mundo. Un joven se acerca una estopa con thinner mientras lo escucha. Ese mismo joven prepara la garganta y escupe al suelo. Lo hace tres veces. Parece que tiene una enfermedad respiratoria. ¿Y cómo no? Está tirado en el suelo frío. Está tirado mientras el “capellán” lo regaña.

Hoy volví al hospital y recordé otras 100 cosas por las que lo evito.

La gente espera afuera del Metro Hospital General. Foto: Cuartoscuro.

***

Mónica Vargas Sepúlveda, mi mamá, se puso muy mal esa tarde. Llevaba días diciendo que estaba enferma del estómago, pero ese 12 de noviembre su voz cambió. No articulaba las palabras. Recuerdo que al departamento llegaron los compas del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM). La subieron a una camilla y la sacaron. Nos fuimos sobre el carril del Trolebús en el Eje Central, en sentido contrario, hacia el Hospital Adolfo López Mateos. Mamá no estaba enferma del estómago. Sus riñones llevaban días fallando. Ella también evitaba los hospitales. No sé exactamente la razón, pero tal vez era porque a finales de los noventas inició un tratamiento por una trombosis que sufrió. O tal vez era porque ahí se acordaba de Carlos, su hermano que enfermó de cáncer y murió cuando eran niños.

Creo que la última vez que escuché la voz de mamá fue cuando le dijo a una enfermera que a mí me podía entregar su ropa y pertenencias. Fue ese mismo 12 de noviembre. En la noche aceptó que la durmieran para tratarla. No volvió a despertar. Murió 12 días después, el 24 de noviembre. Al final sufrió un choque séptico, decía el acta de defunción.

***

Cruzando la calle hay una coladera vomitada. Y más allá, un hombre que usa la tierra y un escalón como almohada. Y más acá, a metros de la entrada al Hospital General, un charco verdoso que rodea las casetas telefónicas. Entre los que aguardan en la sala de espera hay adultos mayores. Unos traen cubrebocas, otros no. Hay gente que tose con la boca cerrada y hay gente que tose a los cuatro vientos. Eso sí, los segundos no se salvan de que los demás volteen a verlos feo.

Frente al puesto de periódicos en Doctor Balmis, un médico se acomoda la bata y prende un cigarro. A metros de él, una doctora hace lo mismo. Tal vez no saben que el tabaquismo mata a millones cada año. No, sí saben. ¿Cómo no van a saber?

***

Ese día, el 24 de noviembre, me tocó la guardia de la mañana. Me paré como pude, ni me bañé. Tomé el camión junto al Metro Ermita y llegué al Hospital Adolfo López Mateos, en el 1321 de Avenida Universidad. Me senté en una butaca y al rato me dio hambre. Si no me equivoco, me desayuné unos chocoroles con un chocolate caliente. Azúcar y azúcar. Tal vez yo no sabía que la diabetes mata a cientos de miles al año. No, sí sabía. ¿Cómo no voy a saber?

Si tampoco me equivoco, a las 11:00 horas era cuando se podía subir a ver a los familiares en el área de terapia intensiva. Fue eso lo que me alertó.

Todavía no eran las 11, pero ya faltaba poquito cuando desde el altavoz mandaron llamar a los familiares de Vargas Sepúlveda. “¿Para qué llaman si falta poco para la hora de visita?”, me pregunté. De inmediato lo supe: mamá había muerto. La doctora iba a confirmármelo en unos minutos.

***

Estuve un rato en el Hospital General. Traté de guardar distancia, pero a veces es imposible. Tuve contacto, por ejemplo, con el compa que me vendió una pluma para escribir en un folder los detalles que incluiría en el texto. Tuve contacto, en otro ejemplo, con el don que me vendió un refresco.

Luego volví a casa caminando. En el trayecto vi que las farmacias anuncian que los tapabocas y los productos para desinfectar se acabaron. También vi a empleados de negocios parados en las puertas, esperando a que alguien salga de su confinamiento y les compre. También vi un velatorio que promete sus servicios las 24 horas.

En las calles hay murmullos. La magna está en 16.99 y la premium en 19.99. Se habla de casos confirmados. Se habla del cierre de cines, bares, teatros, gimnasios y demás lugares concurridos. Es lunes, pero parece domingo. Van cuatro muertos, dos en la Ciudad de México. Todo transcurre en cámara lenta. Al Hospital fui a recordar. También a imprimir detalles. Van 367 infectados en todo el país.

***

Mónica fue maratonista. Entre los papeles que me heredó se encuentra un certificado de cuando concluyó, en 1998, los 42 kilómetros y 195 metros del Maratón de la Ciudad de México. Los domingos se iba al Bosque de Chapultepec para entrenar.

Mónica fue maestra de inglés en secundarias de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y en la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Aprendió el idioma desde niña y lo enseñó durante toda su vida.

Mónica era hija de Guadalupe Sepúlveda y Noé Vargas. Su mamá murió en 2011 y creo que eso desencadenó que se deteriorara su cuerpo. Alguna vez dijo que vivía con depresión desde que había perdido a la abuela Lupita. Ambas descansan en las criptas de la Catedral Metropolitana, en el Centro Histórico de la capital…

Hoy recordé todo eso porque visité un hospital. Y fue en un hospital donde la perdí.

 

Mónica Vargas. Foto: Especial.

CRÓNICA | El último viaje de José José fue en un avión de la Fuerza Aérea y en féretro bañado de oro

miércoles, octubre 9th, 2019

La oficina consular en Florida se encargó la semana pasada de hacer los arreglos de viaje y mediar entre las dos partes de la familia para que el cantante fallecido en Florida a los 71 años el pasado 28 de septiembre pudiera recibir un tributo de sus compatriotas.

Por Antoni Belchi

A bordo de un 737 de la Fuerza Aérea de México, 9 octubre (EFE).- Dos de los hijos del fallecido cantante José José le acompañaron en silencio en su último vuelo a Ciudad de México, donde este miércoles recibió un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, donde son despedidos los más grandes de la cultura mexicana.

Ambos hermanos estuvieron aislados de los otros pasajeros del avión en el que se trasladó el féretro bañado en oro que guarda parte de las cenizas del “Príncipe de la canción“.

Al contrario que en los últimos días, durante los cuales han sido constantes sus apariciones en la prensa, generalmente para cuestionar a su hermana menor, hija del tercer matrimonio del artista, José Joel y Marysol Sosa Noreña, se mantuvieron en silencio durante el vuelo del Boeing 737 enviado por el Gobierno de México.

José José “el Príncipe de la canción” durante una presentación. Foto: Cuartoscuro

El avión partió de Miami a las 6 de la mañana (10:00 GMT) y arribó a su destino tres horas y veinte minutos después.

“La gente, lo único que quiere es tener a su ídolo en México y poder despedirse de él”, algo que, por fin, se va a cumplir, comentó a Efe el diputado federal y presidente de la Comisión de Cultura de México, Sergio Mayer, uno de los pasajeros del vuelo.

La portavoz del Consulado General mexicano en el sur de la Florida, Jéssica Pérez, confirmó a Efe que “las cenizas fueron divididas” entre México y Miami.

La otra parte de las cenizas quedó en Florida junto a la viuda del cantante, la cubana Sara Salazar, y la hija de ambos, Sarita Sosa Salazar, que está radicada en Homestead (al sur de Miami) y cuidó de José José el último año y medio de su vida.

Las desavenencias entre ambas ramas de la familia han marcado y empañado el duelo por la muerte de José José, que era considerado uno de los astros de la canción romántica en español con éxitos como “El triste” y “Gavilán o paloma”.

José José “el Príncipe de la canción” durante una presentación. Foto: Cuartoscuro

La oficina consular en Florida se encargó la semana pasada de hacer los arreglos de viaje y mediar entre las dos partes de la familia para que el cantante fallecido en Florida a los 71 años el pasado 28 de septiembre pudiera recibir un tributo de sus compatriotas.

A bordo del 737 perteneciente al Escuadrón 502 de la Fuerza Aérea Méxicana, Mayer se mostró satisfecho por la intervención gubernamental y porque, finalmente, parte de los restos mortales de José José iban a permanecer en la tierra que lo vio nacer.

“Realmente todo el mundo hizo su trabajo, vine a hacer a algún tipo de negociación y de plática para lograr consensos”, explicó a Efe al tiempo que recalcaba “el gran trabajo que hizo el Gobierno federal a través de la Cancillería” para que los hermanos llegaran a un entendimiento.

En el cortejo fúnebre aéreo, además de sus dos hijos mayores, también iba Laura Núñez, que fue la publicista de José José, algunos representantes del Gobierno mexicano y una quincena de periodistas.

José José falleció el 28 de septiembre. Foto: Cuartoscuro

Los hijos del artista no dieron declaraciones a la prensa durante el viaje.

Al enterarse del fallecimiento de su padre, los dos hermanos mayores viajaron al sur de la Florida para encontrarse con su hermana pequeña, Sarita Sosa, con la que habían perdido el contacto desde hacía un año y medio.

Tras visitar dos funerarias, un hospital y una comisaría, José Joel y Marysol denunciaron “la desaparición” del cuerpo de “El Príncipe de la canción” y airearon que la pequeña del clan no les contestaba al teléfono.

Finalmente, y gracias a la mediación de la oficina diplomática en Miami, los tres hermanos pudieron alcanzar un acuerdo: cremar el cuerpo del cantante y dividir las cenizas entre las dos familias.

Otra de las pasajeras del vuelo, la reconocida periodista mexicana Mara Castañeda, comentó que la polémica familiar “se ha visto con mucha tristeza y dolor”, especialmente, porque los mexicanos tienen “costumbres y tradiciones con respecto a la muerte” muy arraigadas.

José José “el Príncipe de la canción” durante una presentación. Foto: Cuartoscuro

“Celebramos, de alguna manera, la muerte y nos hubiese gustado que hubiese estado el cuerpo de José José, pero es una decisión familiar que nadie puede refutar, así que con lo que tenemos le haremos una gran fiesta”, comentó.

Según las leyes de Florida, es solo la viuda o el viudo de la persona fallecida los que pueden decidir sobre sus restos mortales.

José José fue embalsamado en una funeraria de Miami para un funeral privado y un homenaje público, ambos de cuerpo presente, celebrados en Miami la semana pasada.

Según informaciones de prensa, el deseo de Marysol y José Joel era que el homenaje que tendrá lugar en el Palacio de Bellas Artes fuera de cuerpo presente.

El féretro con las cenizas de José José estuvieron expuestos en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana a lo largo de todo el día de hoy y después está previsto la celebración de una misa en la Basílica de la Virgen de Guadalupe.

Al final del día, las cenizas de “El Príncipe de la Canción” estarán en la Colonia Clavería, el barrio donde se crío el cantante y donde hay una estatua en su memoria, para que algunos de sus fanáticos interpreten una serenata en su honor.

Tras estos homenajes, los restos de José José serán traslados al Panteón Francés para ser sepultados al lado de su madre.

CRÓNICA | En su vuelta al cine, Toy Story 4 arranca risas a los niños, y lágrimas y suspiros a los grandes

sábado, junio 22nd, 2019

No son sólo los pequeños los entusiasmados por ver Toy Story 4, generaciones que crecieron con la saga y que al igual que Andy dejaron a sus juguetes atrás –los leales compañeros de diversión– asisten a la función con el único objetivo de dejarse llevar por la nostalgia y suspirar profundamente.

Ciudad de México, 22 junio (SinEmbargo).- Este viernes se estrenó la cuarta entrega de la saga de Toy Story, después de nueve años de la última cinta, de la cual, pensamos sería el eminente final de este grupo de juguetes.

Tras una larga espera, un estreno rodeado de polémicas y la interrogante: ¿realmente necesitábamos de Toy Story 4? Este fin de semana las carteleras de cine lucen repletas de las funciones de la película de Pixar.

Bebés, niños, grandes y más grandes se dieron cita en Forum Buenavista para apartar su lugar en una de las tantas salas que destinó Cinépolis para su gran estreno del que hasta Chucky tuvo miedo, pues el muñeco diabólico tenía su premier este 21 de junio, pero al ver la avalancha que se le venía encima en taquilla decidió postergarlo, y con todo y sus amenazas cambió su fecha hasta julio.

En familia, con los amigos, con el novio o solos, los fans de saga llenaron la sala. La película inicia con salto para recordar a Andy, ese niño que todos hemos sido de alguna forma. Foto: SinEmbargo

La salas de la plaza de poco en poco se fueron llenando de gente. Algunos optaron por sacar el disfraz de su personaje favorito, otros desempolvaron la playera de la saga que ya tenían desde hace años, unos más hasta se coordinaron con su acompañante y otros optaron por sólo comprar el vaso de promoción.

No son sólo los pequeños los están entusiasmados por ver Toy Story 4, generaciones que crecieron con la saga y que al igual que Andy dejaron a sus juguetes –los leales compañeros de diversión– atrás, asisten a la función con el único objetivo lanzar un largo suspiro a la nostalgia.

Algunos de los fans más acérrimos de la saga cuentan a SinEmbargo que, además de preparar con anticipación los boletos de las primeras funciones, se echaron un maratón con las cintas desde un día antes.

En familia, con los amigos, con el novio o solos, los fans de saga llenaron la sala. La película inicia con salto para recordar a Andy, ese niño que todos hemos sido de alguna forma. Los minutos transcurren y entre palomitas y refresco se escuchan risas, carcajadas inocentes y otras más maduras a lo largo de la proyección.

El verano ya está aquí, y todos parecen saberlo porque se relajan con la película. Sin embargo, en momentos, a uno se le tensa la garganta con algunas de las escenas.

No son solo los pequeños los están entusiasmados por ver Toy Story 4, generaciones que crecieron con la saga y que al igual que Andy dejaron a sus juguetes –los leales compañeros de diversión– atrás, asisten a la función con el único objetivo de echarse un suspiro a la nostalgia. Foto: SinEmbargo

Tal vez no necesitábamos de Toy Story 4, pero tenerla es para los que son más grandes un abrazo a nuestra infancia y para los más chicos, un momento agradable de diversión y melancolía con la familia.

Cuando la cinta termine, no huyan a limpiarse los ojos, quédense hasta los créditos. Hay escenas que vienen después que seguro los echaran a volcarse en más carcajadas.

Margarita se tituló de Maestría para luchar por las mujeres; un asalto en Veracruz cegó su vida

viernes, junio 14th, 2019

“Era de formación, psicóloga. Entró a la maestría y se inclinó por estudiar Género. Se acabada de titular en diciembre y nos dejó un excelente trabajo sobre la violencia en el noviazgo en la adolescencia en Teocelo”, narra Johany, amiga de Margarita.

Xalapa, Ver, 14 de junio (Plumas Libres).-Maggie, la estudiante de la Universidad Veracruzana (UV) tenía seis meses de haberse titulado y estaba a punto de formar una asociación civil para atender a víctimas de la violencia de género. Pero dos balazos le quitaron la vida durante el asalto en la tienda de abarrotes de sus papás.

En la fotografía en blanco y negro, Maggie se observa sonriente mientras sostiene y acaricia un gato. Con esa imagen sus amigos salieron a protestar para exigir justicia.

La tarde de este viernes 14 de junio (2019), una ligera lluvia caía al mismo tiempo que sus amistades pedían avances en las investigaciones de su asesinato.

Marcharon por las calles de la ciudad de Xalapa. Se plantaron en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada, frente al Palacio de Gobierno de Veracruz. En esa plazoleta, sus pisadas estaban sobre la frase “Gracias Señor Gobernador”, misma que una organización campesina, escribiera días antes.

Margarita Alarcón Méndez tenía 27 años de edad. Fue asesinada a balazos durante un asalto el día 11 de junio de este 2019.

 

Ella trabajaba en una tienda de abarrotes en el municipio de Huatusco. Unos asaltantes entraron al local y enseguida le arrebataron 2 mil pesos de la venta y le dispararon a la cabeza. Ese ataque le cegó la vida.

Johany Bonilla, su amiga, su compañera de la generación 2015-2017 de la maestría de Ciencias Sociales de la Universidad Veracruzana (UV) lloró y clamó justicia.

“Era de formación, psicóloga. Entró a la maestría y se inclinó por estudiar Género. Se acabada de titular en diciembre y nos dejó un excelente trabajo sobre la violencia en el noviazgo en la adolescencia en Teocelo”, narra Johany.

Maggie estaba a punto de formar una asociación civil para la erradicación de la violencia de género. “Llegaron a su casa y la mataron. Ella en las mañanas daba clases y en las tardes ayudaba a sus papás en una tienda de abarrotes”.

La joven también era maestra en el Centro Escolar Veracruz. El negocio donde ocurrió el crimen estaba ubicado en las calles 12 y avenida 8 de Huatusco.

Tres días después, las voces de sus amigos y catedráticos se hicieron escuchar en el “corazón” de la capital veracruzana.

“Exigimos justicia por el asesinato de nuestra compañera y amiga Margarita Alarcón. La asesinaron unos cobardes. Nos hermanamos con Margarita cuando juntos emprendimos nuestros estudios. Fueron dos años donde logramos identificar que Margarita era una mjer comprometida y entusiasta tanto como en su profesión y sus ideales”.

Margarita se distinguía por su sonrisa, su vida, sus sueños y aspiraciones en busca de un mundo igualitario para mujeres y varones, por desgracia, sus sueños fueron bárbaramente truncados, gritaba otro de sus compañeros cuando exigían justicia.

El asesinato de Maggie como el de muchos otros, es el reflejo de descomposición social en el que nos encontramos. La condena se debe escuchar fuerte y clara en el repudio ante esta atrocidad, fue parte de la consigna que se vociferó frente al Palacio del primer Gobierno morenista que encabeza, Cuitláhuac García Jiménez.

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Placeres “hipster” y un negocio millonario, la apuesta de Coachella

viernes, abril 20th, 2018

Con el segundo fin de semana del festival musical a punto de comenzar, aquí un recuento de lo que se pudo ver en el primer fin en Indio, California.

David Villafranca

Indio (EU), 20 de abril (EFE).- La gastronomía, el arte y todo tipo de placeres “hipster” y experiencias VIP encuentran un marco ideal en el Festival de Coachella, un evento musical con unas cifras de negocio descomunales en el que los conciertos son el ingrediente principal, pero no el único.

Beyoncé, The Weeknd y Eminem encabezan la edición de este año, que se celebra en dos fines de semana consecutivos (del 13 al 15 y del 20 al 22 de abril) en Indio, California, y que aspira a superar las cuentas del festival de 2017 cuando Lady Gaga, Radiohead y Kendrick Lamar fueron los máximos reclamos del cartel.

Según Billboard, Coachella logró unos ingresos de 114.6 millones de dólares en 2017, lo que situó a este festival en el segundo puesto histórico de los eventos musicales más lucrativos, solo por detrás del Desert Trip que en 2016 reunió un cartel de leyenda: Bob Dylan, The Rolling Stones, Neil Young, Paul McCartney, The Who y Roger Waters (Pink Floyd).

Detrás de Desert Trip y de Coachella está la misma promotora musical, la poderosa Goldenvoice.

Las entradas para esta nueva edición de Coachella, cuyo precio para el abono sencillo con acceso a los tres días era de 429 dólares, se agotaron prácticamente en cuanto se pusieron a la venta el pasado enero.

Este jueves, un día antes del comienzo de los conciertos, los pases para los tres días superaban los 900 dólares en el portal de reventa de tickets StubHub.

Sándwiches de pollo frito de Fuku. Foto: Facebook (Coachella)

Pero Coachella no es un festival solo para jóvenes alternativos dispuestos a acampar bajo el duro sol del desierto: su hedonismo californiano remite más al lujo y el “glamour” de Malibú o Beverly Hills que al movimiento hippie surgido en San Francisco.

El abono VIP para el Coachella costaba 999 dólares, con acceso a zonas reservadas en el recinto del Empire Polo Club, y a partir de ahí la exclusividad de la experiencia de los asistentes depende de los ceros de su cuenta bancaria que estén dispuestos a sacrificar.

Si uno se quiere alojar en la lujosa y cercana zona de Lake Eldorado tiene que pagar al menos 2 mil 458 dólares por un “tipi” para dos personas o 3 mil 316 por una tienda para cuatro huéspedes.

Y aunque la gastronomía en todo el recinto es un atractivo en sí mismo, con puestos como Trejo’s Tacos (del actor Danny Trejo) o Afters Ice Cream con helados veganos, la apacible área ajardinada de Rose Gardens ofrece cenas “gourmet” a 225 dólares el cubierto.

El transporte también puede ser motivo de distinción: el parking VIP se contrata al margen de las entradas por 150 dólares y hay compañías que ofertan desplazamiento en helicóptero desde Los Ángeles.

Pese a que decenas de miles de personas entran cada día al festival, el ambiente en Coachella es relativamente relajado, más allá de los atascos habituales en la entrada, con muchos de sus asistentes tumbados en el césped bajo las palmeras.

Entre concierto y concierto el público puede beber cerveza artesanal en una terraza alejada de los grandes escenarios, comprar música en una tienda en la que solo venden vinilos, o personalizar sus camisetas y pañuelos en un establecimiento donde con una máquina de coser permite colocar tu nombre en cualquier prenda.

El arte también tiene su cuota de protagonismo y en el primer día de Coachella triunfaron en Instagram, más allá de la famosa noria del festival, las enormes instalaciones y esculturas con forma de supernova o torre multicolor firmadas por artistas y colectivos como Edoardo Tresoldi, Randy Polumbo, Simón Vega, Newsubstante o R&R Studios.

Pizzanista!

Pizza de macarrones de Pizzanista!. Foto: Facebook (Coachella)

Tampoco las grandes compañías son ajenas a las posibilidades que encierra un evento de la magnitud de Coachella y en esta edición están presentes, con diferentes atracciones o propuestas, empresas como Google, HP, American Express, Sephora o Marriott.

Cuatro fans llegados desde Tijuana, México, hablaron con Efe sobre qué tiene de especial Coachella: desde Sonia, que se estrenaba en el festival, a Maritza, que vino por decimoquinta vez.

Esta veterana del Coachella destacó que lo singular de esta celebración es “el ambiente y la vibra” que permiten “desconectar del mundo” y que hacen que sea un festival “muy padre”.

“Llegué para vivir la experiencia Coachella: la música, la comida, ver a la gente, cómo se visten, el arte…”, consideró Sonia, mientras que Carlos fue más allá: “Venir a Coachella, independientemente de quién toque, es la experiencia de estar en el desierto, el calorcito, el airecito que pega: te transporta y se convierte en un lugar mágico”. EFE

Arsenalna, la estación de metro más profunda del mundo, está en Ucrania (VIDEO)

martes, noviembre 28th, 2017

La profundidad de muchas estaciones del metro de Kiev se debe a que fueron ideadas para utilizarse como refugio en caso de ataque con bombas o catástrofe nuclear, con el detalle añadido de que la temperatura permanece constante durante todo el año y es un buen lugar para escapar del frío invierno ucraniano.

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Por Khrystyna Kinson

Kiev/Ciudad de México, 28 de noviembre (EFE).- La estación de metro Arsenalna, construida a 105,5 metros bajo tierra y situada en pleno centro de la capital ucraniana, es desde su inauguración en noviembre de 1960 la más profunda del mundo, casi un viaje al centro de la Tierra.

Llegar a esta parada del suburbano de Kiev, construida durante la época soviética, supone un recorrido de más de cinco minutos desde la superficie hasta los andenes, un dato muchas veces desconocido para la mayoría de los turistas que visitan la ciudad y no apto para aquellos que sufren de vértigo.

No en vano los dos tramos de escaleras mecánicas que parecen nunca acabar están flanqueados por decenas de carteles luminosos con publicidad de todo tipo; el trayecto se hace tan largo que incluso se puede ver a los pasajeros leyendo un libro o sentados en los peldaños para hacerlo más llevadero.

“No sabía que era tan profunda. Cuando entré por primera vez tuve la sensación de que estaba bajando al centro de la Tierra”, bromea el italiano Antonio Iafano, quien se muestra además “sorprendido” por la singularidad y funcionalidad del metro de Kiev, teniendo en cuenta que apenas se ha renovado desde su fundación hace 57 años.

“Puede que no sea el más moderno en Europa del Este, pero lo mantienen bastante limpio y funciona realmente bien”, añade Iafano.

La estación Arsenalna, que forma parte de la línea que conecta las dos orillas del río Dniéper que atraviesa la ciudad, debe su nombre a la emblemática fábrica homónima, situada a pocos metros en el exterior, que durante la Segunda Guerra Mundial se encargaba de producir armas para el Ejército Rojo de la Unión Soviética.

La estación de metro Arsenalna, a 105,5 metros bajo tierra. Foto: Especial

Pese a su sobria decoración, con bancos de madera, paredes de mármol de color crema, techos de bóveda de yeso blanco, pilares grises y algunos detalles de bronce, esta parada del subterráneo se está convirtiendo en un atractivo turístico para visitantes y curiosos.

Es además una de las más transitadas, por la que pasan más de 26 mil 100 viajeros cada día, ya que se encuentra cerca de lugares de gran importancia histórica y cultural como la plaza del Maidán, el Monasterio de las Cuevas de Kiev (“Pecherska Lavra”), el Monumento a la Madre Patria y el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial.

La profundidad de muchas estaciones del metro de Kiev se debe a que fueron ideadas para utilizarse como refugio en caso de ataque con bombas o catástrofe nuclear, con el detalle añadido de que la temperatura permanece constante durante todo el año y es un buen lugar para escapar del frío invierno ucraniano.

Muchos túneles que llevan a las estaciones de metro están equipados con sólidas puertas de metal, búnkers construidos durante la época de la Guerra Fría y lugares especiales destinados a proteger y acomodar a personas en casos excepcionales.

De hecho, en Kiev existen largos centros comerciales bajo tierra, con decenas de tiendas en las que se pueden encontrar alimentos, ropa y todo lo necesario.

Asimismo, llama la atención el diseño de las estaciones más antiguas, en las que se pueden ver mosaicos y otros detalles que representan el legado cultural de la Rus de Kiev, el Estado eslavo antiguo que unió a pueblos como el bielorruso, el ruso y el ucraniano.

Junto a Arsenalna, destacan también por su gran profundidad varias estaciones del suburbano ruso, como Admiralteyskaya en San Petersburgo (102 metros bajo tierra) y la de Park Pobedy en Moscú (84 metros), así como la estación de Puhung, situada en Pyongyang, Corea del Norte (100 metros).

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Frida Kahlo: 110 años de una artista marcada por el dolor y su propio mito

miércoles, julio 5th, 2017

De pequeña, Kahlo contrajo poliomielitis y a los 18 años su vida dio un vuelco cuando el autobús en el que viajaba chocó con un tranvía. En el incidente se fracturó la espina dorsal y varios huesos, lo que le hizo permanecer en cama durante meses; por puro aburrimiento, según decía, comenzó a pintar, con lo que dejó de lado su idea de estudiar medicina.

Por Isabel Reviejo

México, 5 de julio (EFE).- “Nada es negro, realmente nada”, escribió Frida Kahlo en su diario. Y es que el equilibrio entre el dolor y la esperanza es una de las claves para analizar la imagen de la artista, fuente de un interés inagotable que bebe, en parte, del mito creado alrededor de ella.

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació el 6 de julio de 1907 en la Casa Azul del barrio de Coyoacán, el mismo lugar que la vio morir en 1954, cuando dejó atrás dos centenares de obras, un romance tan pasional como tormentoso con Diego Rivera y la huella de un carácter rebelde que rompió con los convencionalismos.

Para la académica Eli Bartra, el reconocimiento tanto nacional como internacional que se hace de Kahlo tiene una parte “legítima”, pero también otra que responde a la “mercadotecnia” y que deja en segundo plano el valor de su producción artística.

La profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana, autora de Frida Kahlo. Mujer, ideología, arte, destaca a Efe que el mito surgido alrededor de la artista nació fundamentalmente en EU y Europa, donde “la voltean a ver y la encuentran sumamente exótica, impactante y crítica, aunque no es lo crítico lo que les interesa”.

Kahlo tuvo un gran impacto, pero no fue así con, por ejemplo, María Izquierdo (1902-1955), aunque su obra “podría ser tan exótica como la de Frida; su vida, tan triste o más”.

Sin embargo, Izquierdo “no se proyecta a esa dimensión”, reflexiona Bartra, quien valora que si el nombre de la artista de Coyoacán ha pasado a ser icónico es por una “conjunción de elementos”.

La obra de quien escribiera en una de sus pinturas la memorable frase “Viva la vida” está marcada por la presencia del dolor. De pequeña, Kahlo contrajo poliomielitis y a los 18 años su vida dio un vuelco cuando el autobús en el que viajaba chocó con un tranvía.

En el incidente se fracturó la espina dorsal y varios huesos, lo que le hizo permanecer en cama durante meses; por puro aburrimiento, según decía, comenzó a pintar, con lo que dejó de lado su idea de estudiar medicina.

El dolor físico lo inmortalizó en óleos como “La columna rota”, un autorretrato en el que su torso se abre en dos para mostrar una columna griega que se quiebra en su interior.

Frida Kahlo y Diego Rivera. Foto: Twiter @FridaKahlo.

Mientras que el sufrimiento psicológico también brota en sus creaciones, como se ve en “Henry Ford Hospital”, pintura en la que plasma uno de los abortos que tuvo en la ciudad de Detroit (EU); no poder tener hijos fue una de sus grandes frustraciones.

Bartra denuncia que en ocasiones se ha explotado de mala manera el dolor de la artista, y hay quienes se han “regodeado” en él.

Fuera de México llamó la atención la historia de “la ‘pobre mujer’ del tercer mundo que, a pesar de todo, es la gran artista; es simple sensacionalismo”, refiere la profesora sobre la que considera que es la parte más “nefasta” alrededor de Kahlo.

La mercadotecnia, gracias a la cual tanto las obras como la imagen de Kahlo pueden encontrarse en objetos como puzzles, libretas, cojines o muñecas, “se ha apoderado de su figura, su vida, su obra, con afán lucrativo, pura y simplemente”, concluye Bartra.

Por su parte, Josefina García, directora de colecciones y servicios educativos del Museo Dolores Olmedo -que cuenta con una de las colecciones más importantes de Kahlo-, dice a Efe que la suma de la dimensión artística y comercial constituyen la “riqueza” de su figura.

Una persona puede acercarse a la pintora a través de los productos comerciales e igualmente acabará “fascinada” por quien fue Kahlo como artista y persona: “Eso es lo que le da el valor más allá de la mercadotecnia” y lo que hace que la artista sea exitosa, considera.

De acuerdo con García, Kahlo acapara tanta admiración entre los visitantes de los museos porque entre estos y ella se llega a forjar un vínculo, gracias al componente autobiográfico de sus pinturas.

“La gente cuando acude a ver sus exposiciones se da cuenta de que se puede sentir identificado con la artista”, y encuentran “otro ser humano” que ha tenido, como cualquier persona, “experiencias difíciles en la vida”, argumenta.

Encrucijadas | Taxqueña y Miramontes

viernes, diciembre 2nd, 2016

Si una vida se puede describir a través de las marcas de los productos que se usan durante ella, también un cruce de vías públicas puede hablar de sí según sus escaparates y empresas sobre su suelo.

Por Ricardo Benítez Garrido

Nota preliminar

El lunes pasado vi una fotografía, tomada en 1952, donde se evidencia que el cruce de las avenidas Taxqueña y Miramontes, al sur de la Ciudad de México, distaba muchísimo de ser el atestado y bullicioso sitio que actualmente es. Ese mismo día, tras leer el texto “Ser”, en el que Luis Britto García, escritor venezolano, narra una vida entera a partir de los productos que en ella se consumen, decidí describir el aspecto que hoy luce la susodicha encrucijada a través de la amplia gama de empresas, instituciones, mercancías, etc., que ahí se hallan o anuncian. Para recopilar esta información partí del punto donde ambas calzadas se encuentran y me detuve aproximadamente cincuenta metros más adelante en cada dirección. El acomodo final fue dejado al azar. He aquí el resultado.

Taxqueña y Miramontes

Nescafé. Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández. Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Notaría 198. Coca–Cola. Expedia. Zorro. Urrea. Compuinglés. Clínica Dental Sonría. Multifon. Ornelas. Movistar. Guess. Nacional Monte de Piedad. Librería Argonautas. Helen School. Kínder Acuático Americano. Laboratorio Médico del Chopo. Raiders de Oakland. Resistol. Migo. Scotiabank. American Express. Optimus. Quinzaños. Papelería Lety. Grupo Constelación. Abrasivos Sesa. Desenfriol D. Farmacia Benavides. Superlotto Millonario. Sista. Diego Trejo. Le’Delice. Seat. Phillips. Metro Taxqueña. Instituto Fleming. Derma. Pronósticos. Centro Educativo ECA. Visa. Paysafecard. Gran Forum. Fox+ Premium. CDMX. Nido. Bachoco. Estrella de Oro. Pullman de Morelos. Corona. Dragones Cárdenas. Farmacias Similares. Sky. Marco Beteta. Telmex. Grupo Niche. Fitness. Papalote Museo del Niño. Ladatel. Osiris. Mordisko. Stérimar. Edificamex. Tortanic’s. El Globo. General Electric. Escuela Superior de Intérpretes-Traductores e Idiomas. Esto. El Universal. Kotex. Asociación de Taxistas Regulares del D. F. Advil. Appleton Estate. Los Bybys. IUSA. Kabulaz. Fundación Teletón. RedNatura. Credifiel. Robin Revilla y Los Papis. Indio. Gas Natural. Jafra. Los Askis. Oxxo. Mohamed. Vitamédica. Histiacil. Mastel. Productos Conesa. Boing. El Sol de México. Excelo. Centro Universitario Conversa. Megacable. Iave. Salón Tropicaliente. Tequila Maestro Dobel Diamante. Lic. Flores. Licenciada Paulina Venegas. Bonafont. El Rey de la Cumbia Sonidera Alberto Pedraza. Celta. Chispazo. XX Ámbar. Farmacia Iris. Arely. Sol. Totalplay. La Razón. Costalitas. MasterCard. Comisión Federal de Electricidad. Grupo G. Caribe Cooler. Baktun. Sotano’s. Kipling. Lotería Nacional. Perfume con Aroma de Mujer. Envía. Los Yaguaru de Ángel Venegas. Concord. León Dorado. GanaGol. Panoto-S. Infonavit. Infinitum. Nortech Medical. Mayaska. Sin Apuro. Vicky Form. Supermultiplicador. Tris. B&D. La Misma Vaca. E-pura. Ómnibus de Mexico. Alerta Amber. Fundación Best. Vitacilina. Dame 5. Motorola. Mitel. Zahori Tropical. Sound Entertainment. Alfa 91.3. Grupo Jalado de Oscar Bakano. Consorcio Visual Empresarial. Pemex. Diario Monitor. Nestlé. Unión de Vendedores de Revistas y Publicaciones Atrasadas de la República Méxicana A. C. Stanley. Estética Unisex Sol. Nerium. Logitel. Johnson & Johnson. Banorte. Antiflu-Des. Jehovah Witnesses. Apoquel. Boost. Huggies. Langlish Point. Kellogg’s. Centro de Aprendizaje y Desarrollo Integral Engels. Lava Tap. DIF. Belleza Inesperada. Maxcom. Royer. VeTV. Melate. Parking Tip. Izzi. Pepsi. Ska Core Killers. Pela Pop. No Moral. Dogo. Polyform. Fundación Edith Mera Sicardo. Unefón. Centro Dental. Floratil. Volkswagen. Yale. Distribuidora Grammi. Next. Antiguo Colegio de San Ildefonso. Lock. La República. Dentista de Niños. Progol. Reforma. Foy Tools. Gatorade. Teledata. Fester. Nan Optipro. Rotoplas. Gynomunal. Kurado. Instituto Nacional Electoral. Delegación Coyoacán. MediAccess. Contimex. Elías (gato extraviado). Dental Pro. Buzón Expresso. Lavandería Estrella. Liverpool. Nextel. Verónica Gil e Inevitables. Centro de Terapia y Rehabilitación Física. Salón París. Terminal Central del Sur. Austromex. Axtel. El Financiero. Zaz Pollos y Más. Barritas Marinela. Sae Corporativo. +Kota. Clínica de Belleza Permanente. Aeroméxico. La Internacional Sonora Dinamita. Maskatesta. Comex. xGarufas. Axa. Cinépolis. Inmobiliaria Vinte. Truper. Abogados Zavala, Pérez-Gala y Asociados. Tania. El Rincón Poblano. Sears. Dish. Vick VapoRub. Mixea Tu Loko. Puppi Spa. Holanda. Paynet. Telcel. Montepío Luz Saviñón. Fontástiko. Casa de Moneda de México. General de Salud. Old Navy.

Así se vive en Chichila, un poblado mexicano donde sus habitantes viven sin Internet

martes, septiembre 20th, 2016

Bernarda dice que no necesita nada en qué entretenerse porque sus nueve hijos y la casa le quitan todo el tiempo: lavar la ropa, cocinar, hacer tortillas a mano y de vez en cuando ayudar a su marido en el campo.

Por Gardenia Mendoza
Ciudad de México, 20 de septiembre (SinEmbargo/LaOpinión).- En cuanto Ángel Morales llega a la intersección de las dos carreteras cercanas a Chichila, su pueblo, levanta el teléfono. Acomoda hacia atrás el machete que lleva en la cintura y, al pararse de puntitas, las botas plásticas que lleva al campo se le bajan desde la altura de las rodillas a la mitad de las pantorrillas.

Pero nada. No hay señal de internet a pesar de que estira ambas manos hacia arriba, buscando uno de sus puntos casi mágicos para un cibernauta como él.

“Esto sí que friega a uno”, dice molesto aunque su expresión es más bien de resignación.

Chichila es un municipio de Guerrero, el segundo estado peor conectado del país con 58 por ciento de sus habitantes sin disponibilidad de la tecnología de la información y sólo por detrás de Chiapas, según la encuesta 2016 del Instituto Nacional de Estadística e Informática.

El INEGI encontró mucho más. Por ejemplo que sólo 62.4 millones de mexicanos de los 120 millones de mexicanos se declaran usuarios de Internet y que la mayoría tiene menos de 35 años, un alto nivel de estudios y vive en la ciudad.

Ángel no encaja casi en nada de ese perfil: tiene 42 años, es campesino con estudios de primaria y tiene su hogar en el lugar de origen de sus ancestros, un poblado de apenas 200 habitantes dispersos en casas construidas a lo largo de un río; sin embargo, quiere estar en línea.

“Me gustaría poder hablar sin tanto trabajo con mi hermano que vive en Estados Unidos, mandarle fotos de los maizales o buscar ahí las medicinas para mis plantas y es muy difícil conectarse aquí”.

Ángel Morales López busca señal de internet mientras su padre espera que lo acompañe a pastorear los chivos. Gardenia Mendoza. Foto: La Opinión

Ángel Morales López busca señal de internet mientras su padre espera que lo acompañe a pastorear los chivos. Foto: La Opinión

Sidronio Morales, su padre, lo mira de lejos y mueve la cabeza. A sus 74 años no duda que puede haber algo bueno “por ahí”, en la web, pero le fastidia que su hijo “friegue y friegue” porque no hay señal, porque tiene que ir lejos para hacer “quién sabe qué”.

El quién sabe qué es caminar por la carretera que está a media hora del pueblo en busca de unos minutos de conexión a internet; seguir loma arriba hasta llegar al llano donde hay mejor recepción aunque ésta de todos modos es lenta: ente cinco y 10 minutos para ingresar a cualquier página.

Por eso a veces Ángel prefiere quedarse en casa al volver del trabajo, ver alguno de los dos canales de televisión pública(el 11 o el 28) y los fines de semana salir a cazar conejos con los amigos del pueblo.

Sidronio Morales señala el camino que tiene que tomar su hijo en busca de señal de internet. Foto: La Opinión

Sidronio Morales señala el camino que tiene que tomar su hijo en busca de señal de internet. Foto: La Opinión

“Con buena suerte hemos cazado venados”, dice con un ligero brillo en los ojos mientras se seca el sudor de una larga jornada y se prepara para pastorear los chivos y ayudar a su padre quien en este momento lleva una resortera en la mano con la que lanza piedras a los animales ariscos.

“También podemos ir a pescar”, cuenta mientras señala hacia el río donde el sol baña una casita de tres cuartos y un patio de tierra rodeada de flamboyanes y guanábanas y tres niñas retoza en la tierra con unos juguetes de plástico: juegos de té, toritos, muñecas con cabellos desgreñados…

– ¿Cuál es su juego favorito?- pregunto, pero las chicas no responden: salen corriendo para esconderse.

Bernarda Granados, la madre, aparece detrás un hueco que tiene como puerta una cortina improvisada, mitad cobija mitad lona, que en otros tiempos sirvió de pasquín para alguna campaña política. “Cuando el PAN gobierna, se nota”, reza en letras azules.

“Aquí nunca ha habido esas cosas de internet, pero ni falta hace: ya vio cómo juegan mis hijas”, cuenta ella.

Bernarda dice que tampoco necesita nada en qué entretenerse porque sus nueve hijos y la casa le quitan todo el tiempo: lavar la ropa, cocinar, hacer tortillas a mano y de vez en cuando ayudar a su marido en el campo.

El esposo irrumpe en el patio con una sonrisa de oreja a oreja. Viene de cazar los tejones que hace días no dejan en paz su frijol de temporal: ahora es época de lluvias, es abundante y los animales hacen su agosto.

¿Que si necesito conexión a internet? Ni me gusta el celular, dice apenas antes de cambiar de tema: si le va bien este año con los jitomates se comprará una camioneta nueva y motocicletas a los hijos que faltan. El año pasado compró dos que usan los chicos para ir a El Platanar, el pueblo más cercano a usar internet. “A ellos sí les gusta, pero a mí no, ¿para qué?”

COBERTURA DE INTERNET EN MÉXICO

57.4 por ciento de los mexicanos (62.4 millones) se declara usuario de internet.
70.5 por ciento de los cibernautas tienen menos de 35 años.
77.7 millones de personas usan celular. De ellas, dos de cada tres cuentan con un celular inteligente.
88 por ciento usa internet para buscar información y comunicarse.
Fuente: INEGI.

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