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Elizabeth, como millones, paga la megalópolis mal pensada: 5 horas diarias, entre Texcoco y la CdMx

sábado, enero 13th, 2018

El fenómeno de las ciudades dormitorio se debe –al menos en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM)– al efecto de la política de viviendas de los años 90, cuando organismos como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores comenzaron a ofertar desarrollos residenciales en lugares alejados de la capital, por ejemplo, Chalco, Ojo de Agua, Ecatepec, etcétera, de acuerdo con Víctor Alvarado de El Poder del Consumidor.

Elizabeth es freelance de asistente de producción, así que su centro de trabajo no es siempre el mismo. Cuando tiene llamado a las 7 de la mañana en el Casco de Santo Tomás, en la Ciudad de México, su día comienza a las cuatro de la madrugada. Pasa hasta 2 horas y media entre transporte y transporte: Sale de casa y toma el camión que llega al metro San Lázaro, de allí se dirige al Metro Pino Suárez, luego transborda para llegar a Colegio Militar y de allí camina. La joven gasta alrededor de 120 pesos para ir a trabajar y regresar a su hogar.

TERCERA Y ÚLTIMA PARTE

Ciudad de México, 13 de enero (SinEmbargo).– Elizabeth Bermúdez vive en Texcoco, uno de los 125 municipios del Estado de México gobernado por el priista Alfredo del Mazo Maza. La joven pasa hasta cinco horas en el transporte público para trasladarse a la Ciudad de México, donde tiene su empleo.

La joven de 26 años estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad del Valle de México Plantel Texcoco y al concluir su formación académica se enfrentó a la falta de empleo o a los bajos salarios dentro del municipio que habita, así que decidió hacer lo que millones de empleados asalariados en el país: salir a buscar oportunidades en la capital, aunque implique exponerse a horas de tráfico e inseguridad.

Como Elizabeth, 8 millones de personas en el país salen cada día de sus municipios para trabajar, de acuerdo con una investigación del Banco de México. Estos trabajadores y miles de estudiantes sólo llegan a sus casas a descansar, son habitantes de las llamadas ciudades dormitorio que se caracterizan por ser distantes, dispersas y desconectadas, señaló Víctor Alvarado, coordinador de transporte de la organización El Poder del Consumidor (EPC), en entrevista para SinEmbargo.

Además, el ingeniero en transporte destacó que otras características de dichos asentamientos se centran en la carencia de servicios, equipamiento insuficiente o nulo y en la falta de espacios públicos de calidad.

Las ciudades dormitorio, dice Alvarado, son “monofuncionales”; es decir, sitios en los que “sólo se realiza una actividad y es básicamente llegar a descansar”. Y agrega: “La Ciudad de México es multifuncional porque vas a la escuela, al trabajo, a actividades de recreación, etcétera”.

El especialista explica que el fenómeno de las ciudades dormitorio se debe –al menos en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM)– al efecto de la política de viviendas de los años 90, cuando organismos como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) comenzaron a ofertar desarrollos residenciales en lugares alejados de la capital, por ejemplo, Chalco, Ojo de Agua, Ecatepec, etcétera.

“En esos desarrollos sólo existía vivienda y no había otros servicios como educación, trabajo y transporte, por lo que las personas, a la fecha, siguen haciendo su vida en la Ciudad de México. Esta política hizo que la ZMVM se expandiera y las viviendas fuera distantes, dispersas y desconectadas”, destacó.

Elizabeth es freelance de asistente de producción, así que su centro de trabajo no es siempre el mismo. Cuando tiene llamado a las 7 de la mañana en el Casco de Santo Tomás, su día comienza a las cuatro de la madrugada. Pasa hasta 2 horas y media entre transporte y transporte: Sale de casa y toma el camión que llega al Metro San Lázaro, de allí se dirige al Metro Pino Suárez, luego transborda para llegar a Colegio Militar y después camina.

El gasto hasta ese punto supera los 60 pesos: los camiones que sale de Texcoco cobran entre 48 y 56 pesos y el metro 5 más. De regreso, la joven invierte aproximadamente la misma cantidad, o sea, cada día gasta en promedio 120 pesos sólo en transporte.

“El transporte en el Estado de México, a diferencia de la ciudad, es muy caro y muy inseguro”, critica la mujer.

Además de caro e ineficiente, el transporte es inseguro. Elizabeth asegura que cada día que sale tiene miedo y es que ya la han asaltado y ha sabido de infinidad de casos similares.

“Yo venía del trabajo, eran como las 10 de la noche. Estaba dormitando cuando me despertó el sonido de un disparo dentro del camión, estaba muy asustada, la gente lloraba, algunas personas fueron golpeadas porque se resistían a entregar sus objetos de valor. Eso es algo a lo que te enfrentas todos los días”, cuenta.

Y afirma que para quienes se ven orillados a trasladarse a la ciudad para trabajar o estudiar, “es el pan de cada día”. Incluso deben tomar algunas medidas extraordinarias: “Hasta guardas un dinerito para tener cómo regresarte en caso de que te asalten”.

“El servicio [de transporte] es caro y de mala calidad. Es inseguro y con el tema de los feminicidios, como mujer te sientes doblemente vulnerable. Siempre es estar pensando en que ojalá no te vaya a tocar que te asalten en el camión”, comenta.

EDOMEX, SIN EMPLEO NI OPORTUNIDADES

La comunicóloga de profesión recrimina que en Texcoco, como en otros puntos de la periferia de la capital, no haya oportunidades de empleo o sean mal pagados.

“Te dan aquí un trabajo, pero en la ciudad la paga es mucho mejor y eso te obliga a salir de aquí y a decir: ‘no hay bronca, me arriesgo y me levanto súper temprano, me va a ir mejor si me voy a trabajar a la ciudad’ […] Pienso que por la cercanía que hay entre el Estado de México y la capital, aquí nos tienen muy olvidados en el tema de trabajo. Para nosotros es mejor ir a la Ciudad de México a que nos den empleo”, dice.

Por lo anterior, de acuerdo con el ingeniero Alvarado, la calidad de vida de las personas que habitan las ciudades dormitorio se ve mermada por lo siguiente:

1. Viajes Metropolitanos de más de 4 horas para ir y regresar.
2. Destinar hasta el 40 por ciento del salario en pasajes para cubrir los gastos de traslado.
3. Hacer uso de un transporte público sin planeación que los expone a la inseguridad (asaltos y conducción precaria).
4. Tránsito excesivo diariamente que genera estrés, ya sea que el viaje se haga en automóvil particular o en transporte público.
5. No hay certidumbre de los tiempos de viaje.
6. Pérdidas económicas por lo tiempos de viaje anuales hasta de 33 mil millones de pesos para la Zona Metropolitana del Valle de México.
7. Falta de convivencia familiar.

Duermo mucho en el transporte para descansar: Óscar. Ciudades dormitorio roban calidad de vida

domingo, enero 7th, 2018

Óscar, como 8 millones de trabajadores asalariados en el país, habita en una ciudad dormitorio; es decir, cuenta con un trabajo en un municipio diferente de donde radica, eso representa el 19.6 por ciento del total de empleados asalariados de México.

El doctor Francisco Covarrubias Gaitán, arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en Desarrollo Urbano y Vivienda en el Development Planning Unit de la Universidad de Londres, explica en una investigación que las ciudades dormitorio son aquellas que “tienden a extenderse en áreas segregadas, sin infraestructura o equipamiento para satisfacer las necesidades básicas de la población como el empleo o el acceso a bienes y servicios que condicionan el futuro desarrollo de las ciudades porque orientan procesos no planeados y generan costos mayores para la ciudad y la sociedad”.

SEGUNDA PARTE

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).- Óscar Goytia trabaja en la Ciudad de México y cada día sale de la cama alrededor de las 6 de la mañana para lograr llegar a las 10 en punto a su empleo. Cansancio, falta de sueño, estrés y un bolsillo afectado, son sólo algunas de las situaciones a las que se enfrenta por vivir a 3 horas de su centro de trabajo.

Óscar, como 8 millones de trabajadores asalariados en el país, habita en una ciudad dormitorio, es decir, cuenta con un trabajo en un municipio diferente de donde radica, eso representa el 19.6 por ciento del total de empleados asalariados de México.

El doctor Francisco Covarrubias Gaitán, arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en Desarrollo Urbano y Vivienda en el Development Planning Unit de la Universidad de Londres, explica en una investigación que las ciudades dormitorio son aquellas que “tienden a extenderse en áreas segregadas, sin infraestructura o equipamiento para satisfacer las necesidades básicas de la población como el empleo o el acceso a bienes y servicios que condicionan el futuro desarrollo de las ciudades porque orientan procesos no planeados y generan costos mayores para la ciudad y la sociedad”.

Óscar, joven reportero, cuenta que pasa casi el mismo tiempo en el transporte público que en su casa: 6 horas. Duerme en el Tren Suburbano, lee en el Metro, desayuna en el camión.

“Duermo mucho en el transporte. Allí completo el sueño. Tengo que tratar de alcanzar lugar para dormirme un ratito”, cuenta.

Su calidad de vida se ve perjudicada, sostiene. Se enferma frecuentemente porque no duerme lo suficiente ni se apega a horarios para comer, no tiene tiempo para convivir con su familia y amigos, mucho menos para hacer alguna actividad deportiva o simplemente para ver una serie o película.

Su día transcurre dentro del vagón del Tren Suburbano, en los pasillos del Metro y en los asientos de un camión observando el abundante tránsito: Tres horas para llegar al trabajo y tres más para volver a casa.

“[La situación] merma mi calidad de vida: no tengo tiempo de hacer nada. Todo el tiempo estoy cansado, estresado, me enfermo muy seguido porque no duermo bien ni como bien. La calidad de vida baja muchísimo”, sostiene.

VIVIR EN Y PARA EL TRANSPORTE

Óscar cumple con un horario de 10 de la mañana a 7 de la noche. Todos los días sale de casa cerca de las 7 de la mañana y está de vuelta a las 10 de la noche. A su hogar únicamente llega a dormir.

Su día comienza a las 6 de la mañana. Se baña, se viste, desayuna y comienza la travesía. Camina 20 minutos para llegar al Tren Suburbano, después arriba al Metro Buenavista, de allí se va a Guerrero y luego a Ciudad Universitaria, en donde toma un camión que lo lleva a las instalaciones ubicadas en Periférico Sur, cerca del parque de diversiones Six Flags.

No sólo su salud y su calidad de vida se ven afectadas, su bolsillo también sufre las consecuencias de que en los empleos se concentren principalmente en la capital: Invierte 35 pesos en el viaje redondo del Tren Suburbano, otros 10 en el Metro y 12 más en el camión. El gasto mensual sólo de transporte asciende a más de mil pesos al mes.

La policía del Edomex detiene al conductor de un tráiler robado, tras una persecución en Cuautitlan Izcalli. Ese municipio es uno de los más peligrosos en la entidad mexiquense. Foto: Cuartoscuro

Por si fuera poco, la inseguridad acecha. La oscuridad de la noche y de la madrugada sin suficiente alumbrado público es el escenario ideal para los delincuentes. En alguna ocasión, al llegar al Suburbano de Cuautitlán tras su jornada laboral, fue sorprendido por un par de asaltantes, quienes a punta de pistola, lo obligaron a entregar su celular y su cartera.

“Me pasó a mí, pero he escuchado que otras personas les ha pasado algo similar: Dos personas bajan de un automóvil Tsuru y asaltan afuera de la estación del Tren”, recuerda.

Ha considerado abandonar su casa en Cuautitlán para buscar un departamento cerca de su lugar de trabajo, pero el salario, afirma, no es suficiente para llevar a cabo el plan.

“Realmente es forzosamente buscar un rommie o irte con tu pareja porque no hay otra manera de que alcance para pagar un departamento que esté bien comunicado”, manifiesta.

Óscar estudió en el Centro de Estudios Universitarios PART, donde se graduó de Periodismo y Arte de Radio y Televisión y señala que las opciones para ejercer la profesión en el Estado de México son pocas o son muy mal pagadas.

“Es muy difícil encontrar algo más o menos aceptable. Casi todas las ofertas de trabajo están en el centro al sur de la Ciudad de México”, recrimina.

Ante este panorama, el joven comunicador pide a las autoridades de la capital mexicana y del Estado de México aumentar la vigilancia a las afueras de las instalaciones del Metro y Suburbano, incrementar la presencia de policías en las calles e expandir los servicios de alumbrado público.

Por otro lado, hizo un llamado al Gobierno a generar empleos fuera de la ciudad, en la periferia, ya que, considera, “gran parte de la población únicamente llega a la capital para trabajar y regresa a su casa sólo para dormir”.

En entrevista para SinEmbargo, Víctor Alvarado, coordinador de transporte de la organización El Poder del Consumidor (EPC), emitió una serie de recomendaciones para las autoridades en el tema de la política de desarrollo:

1. Debe ser con un enfoque metropolitano y de ciudades conectadas.
2. Llevar opciones de empleos y educación a las zonas periféricas.
3. Dejar a un lado la centralidad de los desarrollos y fuentes de empleos.
4. Que la política de vivienda sea conforme al lugar donde las personas laboran, es decir, permitir el cambio de residencia, en apego a la cercanía del centro de trabajo.

Isabel va a diario, con miedo, del Edomex a la CdMx; vive, como 8 millones, en ciudades dormitorio

sábado, enero 6th, 2018

Isabel Barragán, de 25 años, utiliza su casa únicamente para dormir. Todos los días sale de su hogar, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, alrededor de las 6:30 de la mañana para trasladarse a su centro de trabajo ubicado en la Ciudad de México. Todos los días también se enfrenta a un transporte público caro, ineficiente e inseguro. En tres ocasiones, la joven ha sido víctima de robo con violencia a bordo del transporte público.

Apenas a finales de noviembre pasado, uno de los delincuentes le propinó una golpiza porque intentó sacar los objetos de su bolsa para entregarlas, pero el hombre –acompañado de otros dos– buscaba el botín completo. Ella terminó en el hospital con varios moretones y una costilla rota. Ellos se fueron impunes.

Esta es la PRIMERA entrega de una serie de TRES que plasma las historias de estos mexicanos que, en su lugar de origen, no tienen opciones de desarrollo.

Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).– Isabel Barragán Hernández tiene 25 años y desde que nació reside en Atizapán de Zaragoza, uno de los 125 municipios que conforman el Estado de México gobernado por el priista Alfredo del Mazo Maza. Desde hace siete meses salió en busca de una mejor oportunidad de empleo y aunque la encontró, ahora pasa hasta seis horas diarias en el transporte público para llegar a la Ciudad de México.

Utiliza su casa únicamente para dormir. De vez en cuando logra llegar a las 9 de la noche y aprovecha para salir a correr al menos unos minutos, pero no ocurre con frecuencia.

“Prácticamente llego a la casa sólo a dormir”, dijo.

Su día comienza antes de las 6 de la mañana. Se levanta, se baña, se viste, toma un café y sale a caminar rumbo a la furgoneta que la llevará al corporativo de la Ciudad de México en el que trabaja, donde debe estar puntualmente a las 9 de la mañana. Ya en la combi del transporte público aprovecha para dormir un poco más y para maquillarse.

Su horario de empleo indica que  su salida es a las 6 de la tarde, pero justo a esa hora el tráfico es excesivo, así que prefiere esperar una hora más y abandonar el corporativo a las 7 de la noche. Pasadas las 9 de la noche, la muchacha está de regreso en casa.

“Hay más oportunidades de trabajo en la ciudad. Allí es donde están los grandes corporativos y las grandes empresas”, comentó.

El transporte público en el Estado de México es caro, ineficiente y, en particular, inseguro para los millones de personas que a diario lo utilizan en la Zona Metropolitana del Valle de México. Foto: Especial

Así es el día a día de Isabel Barragán, quien estudió Sicología en la Universidad Insurgentes plantel Tlalnepantla y habita una de las ciudades dormitorio. En Atizapán. los salarios son aún más bajos que en la capital hoy gobernada por Miguel Ángel Mancera Espinosa.

Salir de allí implica gastar en un transporte público caro, ineficiente e inseguro, además de pasar muchas horas en los traslados.

Las ciudades dormitorio son aquellos puntos en los que se han realizado desarrollos residenciales alejados de la ciudad, donde las personas únicamente llegan a dormir porque se ven en la necesidad de salir muy temprano de casa para hacer largos trayectos a los centros de trabajo o escuela.

Una investigación del Banco de México (Banxico) revela que en 2015, cerca de 8 millones de trabajadores asalariados en el país tenían un trabajo en un municipio diferente de donde habitaban; es decir, el 19.6 por ciento del total de trabajadores asalariados de México.

VIAJAR, TODOS LOS DÍAS, CON MIEDO

Isabel es  analista de reclutamiento y selección de personal todos los días se traslada en transporte público al corporativo en el que trabaja. Pasa hasta seis horas al día en una combi: tres hacia el trabajo y tres más de vuelta a casa.

Sale de casa alrededor de las 6:30 de la mañana, camina cuatro cuadras para llegar a la avenida principal y allí se sube a una combi que va al Metro Observatorio –ya en la CdMx–, baja en la Fuente de Petróleos o en Lomas de Chapultepec y camina otras cuadras hacia el corporativo. Todos los días invierte al menos 32 pesos en el transporte público y todos los días tiene miedo.

En tres ocasiones, la joven ha sido víctima de robo con violencia a bordo del transporte público. Apenas a finales de noviembre pasado, uno de los delincuentes le propinó una golpiza porque Barragán intentó sacar los objetos de su bolsa para entregarlas, pero el hombre, acompañado de otros dos, buscaba el botín completo. Ella terminó en el hospital con varios moretones y una costilla rota. Ellos se fueron impunes.

“Me tuvieron que llevar a Lomas Verdes porque traía una costilla rota. Me pegó en la cara y en una de esas me dio muy fuerte en el abdomen y me rompió la costilla”, cuenta.

El recuento de lo perdido ha quedado en celulares, carteras y documentos personales.

El Estado de México encabeza las listas de robos, homicidios y feminicidios. Hasta noviembre pasado, la organización Mujeres en Cadena del Estado de México contabilizó 134 feminicidios. Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) de 2016 arrojaron que sólo durante el primer semestre de ese año ocurrieron 16 mil 922 robos con violencia.

“Nunca sabes lo que te vaya a pasar. Desde un choque hasta un asalto, son cosas a las que te enfrentas en el día a día. Mis papás se preocupan mucho, pero les digo que así como yo, miles de personas estamos expuestas todos los días. Es un miedo de todos los días porque ya escuchaste que asaltaron,que chocaron, que se subieron a una combi a atracar y mataron a alguien, además que las desapariciones y feminicidios están a la orden del día. Para que en mi familia estén más tranquilos me reporto cada cierto tiempo y si tomo Uber constantemente mando capturas de pantalla para que sepan cómo voy”, sostuvo.

Actualmente, Isabel cuenta con una oferta de trabajo en un proyecto en Santa Fe y planea tomarlo, pero deberá abandonar su casa y buscar un nuevo lugar dónde vivir.

Si, en cambio, decidiera asumir el proyecto y continuar en Atizapán de Zaragoza, llegaría a pasar hasta 8 horas diarias en el transporte público, es decir, una jornada laboral completa.

“Las autoridades deben vigilar las rutas de acceso que se manejan porque se hace mucho tráfico y no hay suficiente seguridad. [Horas en el transporte] es tiempo que no estás con tu familia ni con tus amigos. Es tiempo valioso perdido en el tráfico”, concluyó.