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Pérez-Reverte anuncia publicación en otoño de novela Revolución, sobre México

domingo, junio 26th, 2022

El libro, de casi unas 500 páginas, llegará a las librerías previsiblemente en octubre, según ha precisado el escritor, que ha compartido también la portada de la novela y ha indicado que contará más sobre esta en las próximas semanas.

MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) – El escritor Arturo Pérez-Reverte ha anunciado que publicará en el próximo otoño su nueva novela, Revolución, en la que abordará la Revolución Mexicana.

Pérez-Reverte ha informado, a través de Twitter, de que ya ha entregado a la editorial Alfaguara esta nueva obra, de la que está corrigiendo las últimas pruebas.

El libro, de casi unas 500 páginas, llegará a las librerías previsiblemente en octubre, según ha precisado el escritor, que ha compartido también la portada de la novela y ha indicado que contará más sobre esta en las próximas semanas.

Revolución será la nueva novela del escritor y periodista tras El italiano (2021), una historia de amor y aventuras en la que viaja a los años 1942 y 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los buzos de combate italianos hundieron o dañaron catorce barcos aliados en Gibraltar y la bahía de Algeciras.

Sidi, último libro de Arturo Pérez-Reverte, muestra que la cultura medieval persiste en la actualidad

viernes, diciembre 13th, 2019

A lo largo de 369 páginas, el autor español narra la aventura de un guerrero que, tras el destierro, cabalga para buscarse la vida con un grupo de seguidores que lo respeta y sigue. Su carácter lo convertirá en una leyenda viviente.

Reverte se avocó a la literatura a mediados de los 90, tras dos décadas como periodista y corresponsal en conflictos armados, en las guerras del Golfo, Croacia y Bosnia, Chipre, el Líbano, las Islas Malvinas, El Salvador, Nicaragua, Libia, Sudán, y Angola.

Por Gisela Salomon

Miami, 13 de diciembre (AP).- Para el escritor español Arturo Pérez-Reverte, “el presente no se entiende sin el pasado”. Por eso en su más reciente libro, Sidi, recurre a un personaje como el El Cid en busca de mostrar que en la actualidad persisten secuelas de la cultura medieval.

“Cuando en mis novelas hablo de historia estoy utilizando mecanismos que permiten comprender mejor por qué somos ahora como somos”, dijo Pérez-Reverte en una entrevista reciente en Miami en el marco de la Feria del Libro. “La crueldad, la violencia, la compasión van juntas”, expresó sentado en un café del centro de la ciudad refiriéndose a algunas de esas características.

Es que el escritor vivió en carne propia la violencia del combate en las guerras y asegura que aprendió que una misma persona puede ser cruel y al mismo tiempo bondadosa.

“La guerra me enseñó a ver al ser humano con esa especie de ecuanimidad”, dijo al recordar sus años como corresponsal de guerra que lo llevaron desde Europa hacia América, el Medio Oriente, Asia y África.

Pérez-Reverte se avocó de lleno a la literatura a mediados de los 90, tras dos décadas como periodista y corresponsal en conflictos armados que incluyeron las guerras del Golfo, Croacia y Bosnia, Chipre, el Líbano, las Islas Malvinas, El Salvador, Nicaragua, Libia, Sudán, y Angola.

En esta foto del 22 de noviembre del 2019, es escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte en Miami mientras promueve su más reciente novela, “Sidi”. Foto: AP

Después de haber publicado Sabotaje (el último libro de la serie “Falcó”) en 2018, y Una historia de España en 2019, se adentró en un viaje por el siglo XI a través de Sidi. La novela, publicada primero en el mundo hispanoparlante en septiembre, aborda una historia de exilio y frontera, de lucha por sobrevivir en un territorio hostil.

A lo largo de sus 369 páginas, narra la aventura de un guerrero que, tras un obligado destierro, cabalga para buscarse la vida con un grupo de seguidores que lo respeta y lo sigue. Su carácter y sus hechos de armas lo convertirán en una leyenda viviente.

“La violencia, el mal, la crueldad, son cosas muy normales”, expresó el escritor de 68 años, con más de 20 millones de lectores alrededor del mundo. “Mis personajes están más cerca de lo real, de lo que el ser humano habitual suele estar”.

Aunque asegura que no se propone llevar ningún mensaje a los lectores, el también autor de “La reina del sur” admite que lo que intenta es que el público vea la Edad Media para comprender la actualidad.

“El presente no ha surgido de la nada”, aseveró tras explicar que si negamos el pasado “estamos renegando nuestra propia memoria, que nos hizo, para bien o para mal, lo que somos”.

Pérez-Reverte, quien comparte su vida entre la literatura, el mar y la navegación y desde hace casi tres décadas escribe una página de opinión en el suplemento XLSemanal, que se distribuye en 25 diarios españoles, dijo que a diferencia de escritores que asumen compromisos políticos, éticos o sociales, lo que a él le interesa es contar bien una historia. Punto.

“No quiero cambiar el mundo. Yo no escribo para emitir mensajes ni para hacer mejor la sociedad”, sostuvo.

Miembro de la Real Academia Española desde 2003 y autor de cerca de 40 libros, algunos de ellos llevados a la televisión y el cine, también dijo que no disfruta escribir, sino el proceso creativo.

“El acto mecánico de escribir me desagrada mucho. Lo que me gusta es imaginar. Documentar un libro es como enamorarse, es como pasar uno o dos años de tu vida leyendo, mirando, viajando”, expresó.

Como ejemplo, mencionó cuando fue a Sinaloa, México, y durante un año y medio estuvo con narcotraficantes para documentarse y escribir después “La reina del sur”, sintiéndose ya como un especialista en narcotráfico, trata de mujeres y violencia.

Aunque se define como una persona tranquila, la violencia es parte de sus libros. Y es tal vez la parte más realista, dice, la que vivió en carne propia cuando reportaba sobre guerras.

“Es biografía personal volcada”, aseguró Pérez-Reverte, cuya obra incluye libros como El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), El club Dumas (1993), Las aventuras del capitán Alatriste (1996-2011), La Reina del Sur (2002), Un día de cólera (2007), El francotirador paciente (2013), y Los perros duros no bailan (2018).

Y admitió que jamás lee sus obras después que son publicados: “Es que esa historia ya escrita ha terminado y ha cumplido su objetivo”.

Sebastian Rulli vuelve a la televisión con la serie El Dragón, escrita por Arturo Pérez-Reverte

domingo, septiembre 8th, 2019

La serie fue filmada en Japón, España, EU y México, y de acuerdo con la productora W Studios, que preside el venezolano Carlos Bardasano, es la más costosa que ha realizado la cadena, que está invirtiendo un gran esfuerzo en medios de comunicación para dar a conocerla, promoción que ha llegado hasta el metro de Nueva York.

Nueva York, 8 de septiembre (EFE).- Tras haber arrancado suspiros y robado el corazón de sus fans con sus múltiples personajes, el galán Sebastián Rulli regresa a la pantalla chica para protagonizar El dragón, primera serie escrita para televisión por el español Arturo Pérez-Reverte y que, según el actor, ha marcado su carrera.

La serie llega a la televisión luego del éxito de La reina del sur, novela de Pérez-Reverte sobre drogas, corrupción y amor, que fue adaptada para la televisión y que debido a su éxito tuvo una segunda parte.

Rulli, a quien el público ha visto como un arquitecto millonario, un herrero, profesor o guardaespaldas, entre otros papeles a los que ha dado vida, fue elegido en audiciones para meterse en la piel de Miguel Garza, protagonista junto a Renata Notni de la serie, que se comenzará a emitir en EU el 30 de septiembre, en lo que el actor asegura es el mayor reto de su carrera, que ha marcado un antes y un después.

“Es un parteaguas, una bendición”, con una historia “magistral” de Pérez-Reverte, dijo el actor en un restaurante de Manhattan en un encuentro con medios de comunicación para promocionar El dragón, a donde llegó sonriente, vistiendo vaqueros azules y camiseta de rayas.

La serie fue filmada en Japón, España, EU y México, y de acuerdo con la productora W Studios, que preside el venezolano Carlos Bardasano, es la más costosa que ha realizado la cadena, que está invirtiendo un gran esfuerzo en medios de comunicación para dar a conocerla, promoción que ha llegado hasta el metro de Nueva York.

La serie gira en torno a un niño de doce años cuyos padres, dueños en México de una compañía de transporte que usan para el tráfico de droga, son asesinados.

Su abuelo le envía a Japón para evitar que le ocurra lo mismo, y allí se convierte en un exitoso financiero hasta que tiene que regresar a su país para hacerse cargo del negocio familiar. El personaje sufre un choque cultural pero también moral ya que rechaza la violencia y quiere que las cosas cambien.

Rulli, que lamenta no haber podido conocer a Pérez-Reverte cuando grabaron en España, asegura que Miguel Garza “tiene una personalidad parecida a la mía en el sentido de que es muy estructurado. Soy muy cuadradito, muy disciplinado, en algunas cosas”.

“El personaje demandó mucho de mí, no solo por lo que implicaba en la pantalla sino fuera”, ya que tuvo que tomar clases de artes marciales, idioma y trabajar con expertos en el tema de Japón, o finanzas, entre otras áreas.

Pero a la vez, agrega, es “todo lo contrario a mi. Es una persona que no expone mucho su forma de ser, muy hermético, yo lo soy, pero no tanto, creo que soy un poco más sensible. Como actor, tengo el reto de poder transmitir exactamente lo que el personaje vivía, la frustración, la mala vida que tuvo que llevar”, señala.

“Me encanta la acción, la adrenalina y este personaje lo tiene todo”, afirma el argentino, que ha desarrollado su carrera en México.

Asegura estar en contra del empoderamiento y la apología del delito, por lo que al enfrentarse a Miguel Galrza “en un ambiente tan pesado y que todos sufrimos como sociedad (drogas), me paniqueó (sintió temor)”.

Pero, agrega, al conocerle más a profundidad, “quedé fascinado porque quiere cambiar al mundo, no solamente quiere hacer dinero, su objetivo es hacer bien, erradicar la violencia, la adicción, la muerte”, lo que crea controversia en la historia.

“Ha sido un trabajo arduo, exhaustivo, muy demandante, lo más complicado de realizar, pero lo más agradable en lo personal”, aseguró el actor.

Por su parte, Carlos Bardasano, presidente de W Studios, indicó que Pérez-Reverte estuvo involucrado en todo el proceso de creación de la serie, idea que nació hace cuatro años de las conversaciones en Madrid del escritor con su amigo Patricio Wills, presidente de Televisa, y que en el pasado fue responsable de llevar las series de narcotráfico a Telemundo, entre ellas “La Reina del sur”.

“Fue muy emocionante leer algo inédito de Pérez-Reverte”, dijo al recordar el momento en que el famoso escritor entregó el guión de El dragón, un año después de haberla comenzado a escribir, en septiembre del 2016.

“Es una persona generosa, brillante. Se le hicieron varias recomendaciones (para hacer cambios en la historia) que aceptó” sin problemas, indicó.

Agregó que incluso el escritor también participó en la etapa final de la selección de los actores.

Sidi, nueva novela del escritor español Arturo Pérez–Reverte, estará disponible en septiembre

martes, junio 25th, 2019

Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en 1951 y fue reportero de guerra durante más de 20 años.

Madrid, 25 de junio (Europa Press).- El escritor Arturo Pérez-Reverte publicará el próximo 18 de septiembre su nueva novela Sidi, en el que retoma la figura del Cid Campeador para hablar de “un guerrero que, obligado al destierro, cabalga para buscarse la vida con una hueste que lo respeta y lo sigue”.

De esta manera, Pérez-Reverte regresa a la novela histórica tras publicar dos títulos de su serie Falcó. Sidi se sitúa en el siglo XI y cuenta “una historia de exilio y frontera, de lucha por sobrevivir en un territorio hostil, indeciso y de fuerzas encontradas”.

La editorial Alfaguara ha publicado parte de un extracto de esta nueva novela.

“El arte del mando era tratar con la naturaleza humana, y él había dedicado su vida a aprenderlo. Colgó la espada del arzón, palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor: sonidos metálicos, resollar de monturas, conversaciones en voz baja. Aquellos hombres olían a estiércol de caballo, cuero, aceite de armas, sudor y humo de leña”, reza una parte del texto del autor.

Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en 1951 y fue reportero de guerra durante más de 20 años. Miembro de la Real Academia Española (RAE), sus novelas cuenta con más de veinte millones de lectores en todo el mundo y han sido llevadas al cine y a la televisión.

“¿Decir ‘todes les niñes’?, me niego. No me da la gana. Es una estupidez”, declara Arturo Pérez-Reverte

lunes, abril 29th, 2019

Arturo Pérez-Reverte aplaudió lo que consideró “feminismo serio”, como el de su novela La reina del sur (2002), de la que aseveró que se usa como “cátedra del feminismo en algunos países”, y criticó que, en un mundo donde “la inteligencia está penalizada” en las escuelas, “los imbéciles están ganando”.

Buenos Aires, 29 de abril (EFE).- “¿Decir ‘todes les niñes‘?, me niego. No me da la gana. No porque sea académico, porque yo soy un escritor profesional (…) me niego a que me digan cómo tengo que escribir para no ser machista”,  aseguró el escritor español Arturo Pérez-Reverte en Buenos Aires.

“El mundo ha cambiado, la mujer tiene roles que antes no desempeñaba, y es evidente que la lengua debe adaptarse a ello, lo que pasa es que hay límites y el límite es la estupidez”, añadió el miembro de la Real Academia Española durante la presentación de su nueva obra en la Feria Internacional del Libro de la capital austral.

Bajo su punto de vista, el lenguaje inclusivo, uno de los temas con los que se ha creado polémica en el último año en el país sudamericano y que busca la igualdad a través de una lengua sin género, es una “estupidez” que le “entorpece” a la hora de ejercer su profesión como escritor.

Pérez-Reverte: “¿Decir ‘todes les niñes?’, me niego. No me da la gana”. Foto: EFE.

“Yo tengo que escribir con claridad, en un código que mis lectores comprendan y compartan, entonces, otra cosa es que el club de niñas analfabetas de Rosario (Santa Fe, centro) me diga cómo tengo que escribir mis novelas para no ser machista”, sentenció.

El autor español aplaudió lo que consideró “feminismo serio”, como el de su novela La reina del sur (2002), de la que aseveró que se usa como “cátedra del feminismo en algunos países”, y criticó que, en un mundo donde “la inteligencia está penalizada” en las escuelas, “los imbéciles están ganando”.

“Cualquier destello de élite, de inteligencia en general, es sistemáticamente machacado, y eso tiene sus consecuencias al final”, afirmó.

El autor presentó en la 45ª Feria del Libro de Buenos Aires su último título, Sabotaje, en el que cuenta lo que, aseguró, es la última de las aventuras del espía Arturo Falcó, el fin de una trilogía que completan Falcó (2016) y Eva (2017).

“Hay tres novelas de Falcó y hay más que quiero escribir. No sé si me queda una novela o tres, un año o diez, pero quiero continuar otras historias que tengo en la cabeza”, destacó.

Para Pérez-Reverte (Cartagena, España, 1951), Falcó, espía del régimen franquista que se introduce en el bando republicano, es un “patriota de sí mismo”, “todo aquello” que a él le “hubiera gustado ser” pero nunca fue, prueba de ello son los “affaires” que vive Falcó con actrices del Hollywood dorado, o incluso “venganzas personales” que practica el autor a través del personaje.

“Sabotaje”, ambientada en el París de los años 1930, está dedicada, según el autor, a su tío Lorenzo Pérez-Reverte, que fue voluntario en la Guerra Civil española como soldado de la República.

“Los héroes siempre son los mártires, en España, si son republicanos, mejor caen”, comentó.

Con alrededor de 30 novelas a sus espaldas y 21 años dedicados al periodismo de guerra, Pérez-Reverte brindó “batallitas”, anécdotas y con la complicidad de una sala repleta de seguidores, y reconoció que si su personaje principal es “un canalla”, es porque se ha “cansado” de escribir sobre “buenos”.

El escritor es uno de los platos fuertes de esta edición de la Feria del Libro, que cuenta con Barcelona como ciudad invitada de honor y por la que pasarán firmas de la altura de Rosa Montero, Sergio Ramírez, John Katzenbach y Alfredo Bryce Echenique.

La 45ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires comenzó este jueves, se desarrollará hasta el 13 de mayo, y como cada año cuenta con una ciudad internacional invitada al evento, el mayor de sus características en América Latina después de la feria que se celebra en Guadalajara (México).

Pérez-Reverte: “Si [AMLO] cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”

martes, marzo 26th, 2019

Andrés Manuel López Obrador envió una carta al rey de España, Felipe VI, y al Papa Francisco para que pidan perdón a los pueblos originarios de México por las matanzas y la imposición durante la Conquista.

La notica causó revuelo en redes sociales, e incluso el escritor español Arturo Pérez-Reverte pidió que AMLO se disculpe por su declaración.

Ciudad de México, 26 de marzo (RT/SinEmbargo).– El conocido autor español Arturo Pérez-Reverte ha reaccionado airadamente a la carta mandada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador al rey de España Felipe VI solicitando una disculpa hacia los pueblos originarios mexicanos: “Que se disculpe él, que tiene apellidos españoles y vive allí”, ha espetado.

El escritor ha calificado al mandatario mexicano de “individuo”, para después afirmar que si cree lo que dice “es un imbécil”, y si no se lo cree es “un sinvergüenza”.

Esta ha sido una de las muchas reacciones que ha desatado el conocimiento de la petición de López Obrador, quien este lunes hizo pública la existencia de dos cartas enviadas tanto al monarca español como al papa Francisco. La finalidad es que “se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a los Derechos Humanos”. Así, el Presidente mexicano recuerda que hubo matanzas e imposiciones: “la Conquista se hizo con la espada y con la cruz”.

López Obrador también sostuvo su propia determinación para pedir perdón como Presidente mexicano, para que el año 2021 “sea el año de la reconciliación histórica”.

Algunos políticos españoles también han reaccionado a esta iniciativa del político mexicano. Albert Rivera, líder de Ciudadanos, la ha calificado de “una ofensa intolerable al pueblo español”. Por su parte, el político de extrema derecha Santiago Abascal, cabeza de Vox, ha afirmado que López Obrador “está insultado a Méjico”.

DEBATE EN LAS REDES SOCIALES

La petición del Obrador y las posteriores respuestas, como la emitida por Pérez-Reverte, ha causado debate en las redes sociales entre aquellos que se muestran de acuerdo con la petición de López Obrador y que la creen sensata y los que coinciden más con el punto de vista sostenido por el escritor.

Entre los primeros se observa la necesidad de que esas disculpas se produzcan y alguno afirma que a España le falta “mucha humildad”.

Sin embargo, entre los segundos abundan los mexicanos que no se sienten representados por su dirigente en esta ocasión y quienes creen que ese tipo de disculpas por hechos de un pasado tan remoto no tienen sentido:

RECHAZO DEL GOBIERNO ESPAÑOL

Por su parte, el Gobierno español, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha hecho público un comunicado en el que “lamenta profundamente” que se haya hecho pública la misiva, cuyo contenido rechaza “con toda firmeza”.

El Ejecutivo hispano afirma que los sucesos de hace 500 años no pueden juzgarse “a la luz de consideraciones contemporáneas” a la vez que se compromete a “intensificar las relaciones de amistad y cooperación” existentes entre los dos países.

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El escritor español Arturo Pérez-Reverte “reforma” refranes alusivos a animales tras petición de PETA

viernes, diciembre 7th, 2018

La propuesta partió del propio periodista y escritor español, y miles de sus seguidores le han acompañado en el juego.

Ciudad de México, 7 de diciembre (RT/SinEmbargo).- Tras la propuesta de la organización animalista PETA de eliminar del lenguaje algunas frases o refranes que hacen alusión al maltrato animal, el escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte invitó a sus dos millones de seguidores a elaborar un hilo de sugerencias al respecto. Y ha sido todo un éxito.

De esta forma, más de 2 mil comentarios respondieron a su hilo, en el que el propio escritor ya daba más de una decena de ejemplos en los que “reformaba” alguno de los refranes más populares de la lengua española:

Sus seguidores no le han quedado mal en cuanto a ingenio y han dejado una buena muestra de obras del refranero popular “retocadas”:

Algunos también jugaron con la situación actual de España, de donde es originario Pérez-Reverte, haciendo menciones a casos de corrupción o a políticos concretos. Otros han optado por un lenguaje un poco más “enrevesado” y, en algunos casos, un poco alejado de la propuesta inicial de Pérez-Reverte, pero con un resultado también muy jocoso:

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“No escribiría La Reina del Sur ahora, cuando han muerto los narcos con códigos”: Pérez-Reverte

domingo, noviembre 25th, 2018

Sabotaje (Alfaguara) es la tercera parte del detective, un hombre que representa el éxito de Pérez Reverte, que ya ha creado la Reina del Sur y el Capitán Alatriste, en una obra que tiene su efecto y su sustancia y muchísimos lectores.

Guadalajara, 25 de noviembre (SinEmbargo).- No quiere que se contamine el español, ama a los perros y hoy no escribiría La reina del sur. Todo se ha ensuciado, dice el escritor Arturo Pérez Reverte (1951), al punto que respeta a los gatos pero se parecen demasiado a los humanos, así que para él los perros que no sean como sus amos, aunque al final sí, son como sus dueños: asesinos o buena gente.

Así lo recordó en su novela Los perros duros no bailan (Alfaguara), en un tratado sobre la lealtad, que le parece la única cualidad del hombre por la que vale la pena confiar y luchar y que es la misma que Lorenzo Falcó destaca de su compañera, Malena Eizaguirre, una hembra de fiar, seria y valerosa.

Sabotaje (Alfaguara) es la tercera parte del detective, un hombre que representa el éxito de Pérez Reverte, que ya ha creado la Reina del Sur y el Capitán Alatriste, en una obra que tiene su efecto y su sustancia y muchísimos lectores.

“Podría dedicarme a leer y a navegar, sería un anciano feliz”, dice Arturo, cuando le preguntamos por qué escribir, “pero todavía tengo en mi imaginación algunas cosas que quiero contar, por otro lado, escribir me divierte”.

Esta es la novela que promueve, en la FIL Guadalajara, donde viene desde hace 25 años. Foto: Especial

–Me decía usted que Lorenzo Falcó era mucho más encantador en este ambiente

–Sí, claro, es un París relajado, él se siente más cómodo como yo lo estaría también, pero sigue siendo un pirata y un lobo peligroso. En cuanto a maneras París facilita las cosas pero él tiene intenciones malísimas.

–¿Qué pasa con el Guernica, de Pablo Picasso?

–Toda novela tiene un punto que la desencadena, en este caso para mí, Guernica me resulta fascinante y Picasso como artista un grande, aunque no tan buena persona. Me hubiera gustado hacer ese tipo de travesuras. Una novela es la manera de hacer las cosas que no puedes hacer en la vida, tanto para el escritor como para el lector,  amar a quien no puedes amar, matar a quien no pudiste matar, multiplicar la vida. Romper el Guernica era una osadía y de ahí arrancó la novela.

–Hay una mirada avanzada sobre la mujer incluso en el caso de decir que Picasso era una mala persona

–Era una muy mala persona, pero la izquierda lo ha iconizado, la izquierda tiene contradicciones y olvida que Picasso era machista, que maltrataba a las mujeres física y psicológicamente, pero no dicho por mí sino avalado por sus mujeres, por sus hijos, sus amigos. Era cruel, era dominante, agresivo con ellas, eso está aprobado históricamente. Esa parte se obvia, se oculta…De izquierda puedes ser una mala persona y de derecha ser una excelente persona, no tienen nada que ver las ideas. Quería en mi novela hacer una incursión por el lado realista de la vida de Picasso. Como Picasso era un ícono de la izquierda, todo lo negativo de él se niega. Picasso es un personaje secundario de mi novela.

–Hay dos mujeres muy potentes, Eva Neretva y Malena Eizaguirre, muy potentes en la historia

–Como todas las mujeres en mis novelas. Todos mis personajes son así, desde la Reina del Sur hasta El tango de la Guardia Vieja…son las mujeres que me interesan. Todos los tipos de mujeres, como todos los tipos de hombres, son respetables, pero narrativamente me interesan esos, mujeres duras, fuertes, las mujeres capaces de plantearse al hombre como enemigo, como desafío, como compañero, pero siempre en un plano de igualdad o superiores. La verdad es que en mis novelas las mujeres son superiores a los hombres, por eso cuando me discuten por el lenguaje inclusivo, las feministas me acusen de machista, siempre digo: un momento, una cosa es que defienda un lenguaje limpio, eficaz y no contaminado por razones políticas y sociológicas, no significa que no defienda a la mujer, no defienda lo natural, la mujer ocupa un lugar en la sociedad que se le ha negado hasta ahora y que está recuperando. De hecho hay una novela mía, La reina del sur, que se utiliza como texto de trabajo en cátedras feministas en la universidad.

“Me interesan las, mujeres duras, fuertes, las mujeres capaces de plantearse al hombre como enemigo, como desafío, como compañero”. Foto: efe

–Dice Falcó en un momento de su compañera que es fiel, rescata ese valor

–Yo tengo unos años y he vivido en lugares extremos muchas veces, la vida te va despojando de inocencias que tienes cuando eres niño, esas palabras que grabas con mayúsculas: Amor, Patria, Bandera, la vida te las va poniendo con minúsculas. La lealtad es una de las pocas palabras que conserva la mayúscula, todavía la conservas como código, como regla. La palabra lealtad, la palabra dignidad, la palabra valor, la palabra coraje, para mí siguen siendo muy importantes. Son las únicas virtudes que todavía en este momento, a mi edad, todavía me conmueven. Falcó, que al fin y al cabo es una criatura mía, participa de esa mirada en algunas cosas. En ese sentido, Falcó aprecia la lealtad en buena medida como la aprecia su autor.

–El español tiene muchísimos misterios, hoy acaba de sacar una columna hablando de las jergas, el lenguaje cambia

–El idioma castellano que es el que me interesa lo hablamos 550 millones de hablantes. Justamente lo que nos une es que usted y yo hablemos en castellano. Yo soy español, usted es argentina y hablamos en México. Esta es una patria indiscutible. Uno puede discutir la españalidad, la mexicanidad, la argentinidad, pero la hispanidad de la lengua nadie la discute. Es una herramienta muy eficaz, muy útil, imperfecta como todas, pero no puedo permitir que me la contaminen. No le reprocharía nunca a usted o a otra persona que hablen como quieran, pero a la hora de escribir no puedo concebir que me quieran contaminar la lengua por razones no lingüísticas, políticas o sociales, tal…la lengua debe evolucionar pero de acuerdo a una cosa que se llama limpieza, sentido común, belleza, panhispanismo. Como escritor defiendo mi herramienta de trabajo, yo no puedo escribir una novela que comience diciendo: “Todos y todas aquella mañana bajaron por la escalera…” Yo no puedo hacer eso. Defiendo con radicalidad las normas básicas de la lengua española, acepto lo inclusivo, siempre y cuando no vulnere el sentido común y lo razonable, pero fuera de ese terreno estoy a favor de cualquier tipo de evolución.

–A veces hemos perdido batallas como la coma antes de la y…

–Yo uso la coma antes de la y. ¿Sabe qué pasa? Fui educado con mucho rigor, por una familia que me enseñó a leer y a escribir y me obligaba a expresarme bien. Hay una cuestión que es para mí práctica. Yo soy académico. La academia ha quitado la tilde del solo, del este y de aquel. Yo sigo usando la tilde, porque si no me confundo. Lo necesito. A veces, cuando estoy construyendo una frase, una vulneración menor como la coma antes de la y, una vulneración de la norma, me la permito porque expresa mejor lo que quiero decir. En mi estructura de trabajo, la coma antes de la y la utilizo con frecuencia. No pretendo imponerla, pero yo en mis textos lo hago. Pero creo que esas son cuestiones menores, ¿no?

–Pensaba en Élmer Mendoza, que se encontró recientemente con usted en España, ¿ha podido ver el lenguaje de los narcos, el lenguaje de Sinaloa?

–Él me llevó por ahí, fue mi maestro, mi Virgilio en ese bosque proceloso de la noche, nos hicimos muy amigos y aprendí mucho de él. Hay una cosa que me fascina mucho de América, pero sobre todo de México, que tiene esa frontera con los Estados Unidos, donde se juntan unos factores muy interesantes. De una parte está la gente rural, con pocos estudios, la gente a menudo analfabeta, luego está el inglés, que es próximo y contamina mucho y después el español. Entonces en esa combinación salen unas construcciones verbales fascinantes. Un campesino analfabeto de Sinaloa crea un lenguaje mucho más potente que un académico español. Eso me fascinó. He dedicado mucho tiempo a mirarlo, a leerlo y justamente en La Reina del Sur, la construyo con ese lenguaje.

La Reina del Sur me parece que no podría vivir ahora…

–Yo esa novela no la escribiría ahora, no al menos así. Cuando yo fui a Sinaloa, todavía vivían los viejos narcos con sus antiguos códigos, las mujeres y los niños no, pero al desaparecer esa generación, al ser encarcelados o morir, aparece una nueva generación, la de los ratas, la de la gente de segundo nivel, subalternos, que ya no tienen esos códigos. Entonces, el narco se vuelve triste, cruel, inhumano, de una manera que no era antes. La simpatía que yo podría sentir hace 15 años por el campesino que cultiva y pasa sus fardos al otro lado ya no es la misma. Antes me emocionaba un narcocorrido, los de ahora me producen rechazo.

–Se escuchan menos los narcocorridos

–No, se siguen escuchando, si vas a Culiacán, de pronto pasa una camioneta con los narcocorridos a todo volumen…

–¿Le gustan los perros? Lo digo por la novela anterior, que me encantó

–No es que me gustan, los adoro, me parecen los seres más interesantes de la naturaleza. No hay perros malos, hay amos malos. Un perro es una lealtad en busca de una causa, como digo en esa novela, son los hombres los que los hacen malos, los hacen asesinos o los hacen crueles. También están los que los hacen maravillosos. Por eso a menudo el perro termina pareciéndose al amo, en lo bueno y en lo malo

–¿Los gatos?

–Los respeto, pero se parecen demasiado a los humanos como para que me gusten. El gato no me inspira la simpatía que me inspiran los perros. El gato es taimado, el perro es leal, el gato puede abandonarte, un día se fue, le apeteció y ya no está más con uno.

–¿Por qué escribir? Hay un momento en que los autores dejan de tener imaginación

–Yo la tengo todavía. Y sobre todo porque me divierte, escribir es una aventura, es leer, viajar a los lugares, el escribir me mantiene vivo, me permite ordenar recuerdos, calmar remordimientos, hacer cosas que no hice, escribir me mantiene una lucidez extrema, me mantiene despierto. Si dejara de escribir, envejecería, sería un anciano que navegaría y leería, feliz y sereno, pero me faltaría ese impulso, esa excitación que siento cada día cada vez que me siento frente al ordenador los folios que tengo en la cabeza.

 

Arturo Pérez-Reverte: “En mis novelas intento recuperar la naturalidad del horror”

sábado, noviembre 3rd, 2018

Arturo Pérez-Reverte ha elegido París para presentar Sabotaje, la tercera novela de “espías” protagonizada por Lorenzo Falcó, un canalla que el autor dejará hibernando un tiempo para dedicarse a otros proyectos y en la que, al igual que las anteriores, intenta recuperar “la naturalidad del horror”.

Por Carmen Naranjo, para efe

Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).- “Falcó no desaparece, pero tras tres novelas dejo que siga su curso y más adelante, ya veremos”, indica Arturo Pérez-Reverte En París, donde ha ido a presentar Sabotaje. Ha dicho también que su protagonista no es un personaje literario, sino que es de verdad, como algunas personas que conoció cuando era reportero de guerra: “yo he estado allí, donde nacen los Falcó”.

Y es que Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) se propuso crear “un perfecto hijo de puta”, situarlo a finales de los años 30, con el trasfondo de la guerra civil y, además, lo introdujo en el bando fascista, aunque no ideológicamente, porque, recuerda, es un mercenario.

De Falcó y Eva, publicadas al igual que Sabotaje por la editorial Alfaguara, se llevan vendidos medio millón de ejemplares en España y Latinoamérica, tres novelas protagonizadas por un tipo duro y violento, un mercenario asesino y torturador, que desprecia a las mujeres, pero también simpático, seductor y elegante: “era una apuesta y funciona”, dice el autor.

Sabotaje transcurre en 1937, y en ella Lorenzo Falcó llega a París con la misión de intentar, de cualquier forma posible, que el “Guernica” que está pintando Pablo Picasso llegue a la Exposición Universal de la capital francesa donde la República pretende conseguir apoyo internacional.

“Picasso no pintó el Guernica por la República, lo pintó porque le pagaron”, dice Arturo Pérez Reverte. Foto: efe

Frente al edificio que albergó el estudio del pintor, en la Rue des Grands Agustins, el escritor explica cómo la novela le retrata en sus “zonas grises”: “Picasso no pintó el Guernica por la República, lo pintó porque le pagaron”, un cuadro que no fue muy apreciado al principio pero que luego se fue convirtiendo en un símbolo, aunque no sea la pintura sobre guerra “favorita” de Pérez-Reverte.

Un año en el que, aunque ya se adivinan en Europa los vientos de la nueva guerra que asolará el continente, la música y el arte siguen llenando un París donde se mezclan intelectuales, refugiados y activistas.

PERSONAJES REALES Y FICTICIOS

En la novela hay personajes reales con nombres y apellidos, como Pablo Picasso o Marlene Dietrich, pero hay otros reconocibles bajo una identidad ficticia.

Entre estos últimos se adivina a la mecenas estadounidense Peggy Guggenheim o a Hemingway, un escritor con cuya “fanfarronería” Pérez-Reverte tenía “cuentas pendientes” y que salda en cierta forma a través de la paliza que Falcó propina al periodista norteamericano de ficción que tanto se asemeja al autor de Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway.

“Ser novelista es formidable, mejor que ser historiador”, señala el académico Pérez-Reverte que, apostando por el rigor, destaca cómo la “manipulación interior que permite la novela no la permite la historia”.

También lo ha dejado recuperar en Sabotaje el París de los años 30 sin caer en tópicos porque, explica, la historia es “una gama de grises” con la que juega en sus novelas.

“Entre el París de 1937 y la Europa de 2018 hay algunos lazos: entonces había una falsa seguridad y no sabían lo que les venía encima; pensaban que estaban a salvo de la ‘ola parda’. Pero estaba ante ellos porque siempre está ahí, sea parda, verde, azul o amarilla”, insiste.

Y hoy también “nos negamos a ver las señales de alarma. El mundo vive en guerra permanente y Europa ha vivido un oasis de 50 años. Pero Europa se ha ido al diablo. El mundo está cambiando, nuestros valores y las luces se están apagando. Las señales están ahí y el zambombazo va a ser espectacular”, advierte Pérez-Reverte.

Tras los tres libros de Falcó, el primero de los cuales acaba de salir a la venta en francés, el escritor ya tiene entre manos el próximo proyecto: “tengo en la cabeza una novela histórica”, asegura Pérez-Reverte sin desvelar la época que reflejará, un proceso de preparación con el que más disfruta porque, confiesa, detesta la parte burocrática de escribir.

Arturo Pérez-Reverte construye en Sabotaje una trama magistral que envuelve al lector hasta la última página. Foto: Especial

Fragmento de Sabotaje, de Arturo Pérez Reverte, con autorización de Alfaguara

1. Las noches de Biarritz

Bajo la pérgola de la terraza se veían cinco manchas blancas y un punto rojo. Las manchas correspondían a la pechera y el cuello de una camisa, dos puños almidonados y un pañuelo que asomaba en el bolsillo superior de una chaqueta de smoking. El punto rojo era la brasa de un cigarrillo en los labios del hombre que permanecía inmóvil en la oscuridad.

Del interior llegaba sonido apagado de voces y música. Había una luna terciada, decreciente, que esmerilaba el mar negro y plateado frente a la playa, entre los destellos del faro situado a la derecha y la parte alta de la ciudad vieja, débilmente iluminada, a la izquierda.

Era una noche serena y cálida, sin apenas brisa. Casi a mediados de mayo.

Lorenzo Falcó apuró el cigarrillo antes de dejarlo caer y aplastarlo bajo la suela del zapato. Dirigió otro vistazo al mar y la playa en sombras y miró hacia la zona más oscura de ésta, donde en ese momento alguien encendía y apagaba tres veces una linterna. Tras confirmar la señal regresó al interior cruzando el salón desierto, decorado en cromo y laca carmín, donde entre apliques art déco los grandes espejos reflejaban el paso de su figura delgada, elegante y tranquila.

Había ambiente en la sala de juego, y Falcó dirigió una mirada a quienes se agrupaban en torno a las dieciocho mesas. En los últimos tiempos, la clientela del casino municipal había cambiado. De los agitados años de coches rápidos y frenesí de jazz, grandes de España, millonarios anglosajones, cocottes de lujo y aristócratas rusos en el exilio, Biarritz no retenía gran cosa. En Francia gobernaba el Frente Popular, los obreros tenían vacaciones pagadas, y quienes mordisqueaban un habano o alargaban el cuello rodeado de perlas, pendientes del chemin de fer o del trente et quarante, eran clase media acomodada que se codeaba con restos de otra época. Ya nadie hablaba de la temporada en Longchamp, el invierno en Saint-Moritz o la última locura de Schiaparelli, sino de la guerra de España, las amenazas de Hitler a Checoslovaquia, los patrones para confección casera de Marie Claire o la subida del precio de la carne.

Falcó localizó fácilmente al hombre a quien buscaba, pues éste no se había movido de la mesa de bacarrá: corpulento, con abundante pelo gris, vestía un smoking de muy buen corte. Continuaba junto a la misma mujer —su esposa—, y se inclinaba hacia ella para conversar en voz baja mientras jugueteaba con las fichas apiladas en el tapete verde. Parecía perder más que ganar, pero Falcó sabía que ese individuo podía permitírselo. En realidad podía permitirse casi todo, pues se llamaba Tasio Sologastúa y era uno de los hombres más ricos de Neguri, el barrio selecto y adinerado de Bilbao, corazón de la alta burguesía vasca.

Desvió la vista hacia la mesa contigua. Desde allí, de pie entre los curiosos, Malena Eizaguirre vigilaba de lejos al matrimonio. La mirada de Falcó se encontró con la suya, él hizo el gesto discreto de tocarse el reloj en la muñeca izquierda y ella asintió levemente. Con aire casual, Falcó fue a situarse a su lado. Cabello corto ondulado a la moda, ojos negros y grandes, Malena era atractiva sin excesos: algo regordeta, treinta años y facciones correctas, aunque su vestido de noche, un Madame Grès de chifón blanco drapeado, le daba un agradable aire clásico de remembranzas griegas.

—No se han movido de ahí —dijo ella.

—Ya veo… ¿La mujer ha perdido mucho?

—Lo habitual. Fichas de quince mil francos, una tras otra.

Compuso Falcó una mueca divertida. Edurne Lambarri de Sologastúa era muy aficionada al bacarrá, como a las joyas, a los abrigos de visón y a todo cuanto exigía gastar dinero. Igual que sus dos hijas, que a esas horas debían de estar bailando en el dancing del Miramar, como era su costumbre: Izaskun y Arancha, dos lindos y frívolos pimpollos vascongados. Miró de nuevo el reloj. Las once y veinte.

—No creo que tarden mucho en irse —concluyó.

—¿Está todo a punto?

—Telefoneé hace un rato y acabo de ver la señal —dirigió una lenta ojeada en torno—. ¿Has visto a los guardaespaldas?

Malena indicó con la barbilla a un fulano moreno, fuerte, con frente estrecha y nariz de púgil, enfundado en un smoking demasiado prieto en la cintura. Se mantenía algo retirado de la mesa de bacarrá, con la espalda apoyada en una columna, y miraba a Sologastúa con fidelidad de mastín.

—Sólo a ése. El otro debe de estar fuera, con el chófer.

—¿Dos coches, como siempre?

—Sí.

—Mejor. Cuantos más somos, más nos reímos.

La vio sonreír levemente, controlando bien los nervios.

—¿Siempre eres tan gamberro? ¿Todo lo tomas así?

—No siempre.

Malena acentuó la sonrisa. Tensa, pero decidida. La muerte de su padre y su hermano, asesinados por los rojos en la matanza del 25 de septiembre a bordo del barco-prisión Cabo Quilates, atracado en la ría de Bilbao, tenía algo que ver con esa firmeza. Procedente de una familia bien situada y de tradición carlista, durante la sublevación militar había trabajado con mucho valor para el bando rebelde, llevando mensajes ocultos del general Mola entre Pamplona y San Sebastián. Tras lo del padre y el hermano había pedido pasar a la acción directa. Ahora ella y Falcó trabajaban juntos desde hacía tiempo, montando la operación. Era una buena chica, pensó él. Hembra de fiar, seria y valerosa.

—Se levantan —dijo ella.

Falcó miró hacia la mesa. Tasio Sologastúa y su mujer se habían puesto en pie, dirigiéndose a la caja para cambiar sus fichas. Llegaba el momento en que el matrimonio, tras la cena habitual en Le Petit Vatel y un rato en el casino, solía regresar a su villa de Garakoitz. Separando la espalda de la columna, relajado, el guardaespaldas se fue detrás. Falcó rozó con dos dedos, con suavidad, una mano de Malena.

—Vamos a lo nuestro —dijo.

Ella se colgó de su brazo y caminaron con naturalidad hacia el guardarropa.

—Son puntuales como clavos —comentó Malena, poniéndose un chal de lana burdeos sobre los hombros desnudos—. Cada noche a la misma hora.

Parecía satisfecha de que todo se desarrollara con la exactitud prevista. Cuando Falcó había regresado a Biarritz tras un breve paréntesis clandestino en Cataluña —una misión de urgencia ordenada por el Almirante—, ella llevaba un mes vigilando a los Sologastúa. El matrimonio había pasado la frontera con sus hijas el año anterior, cuando las tropas nacionales estaban a punto de tomar el paso fronterizo de Irún. Tasio Sologastúa, miembro destacado del PNV —partido nacionalista vasco, católico y conservador, aunque aliado por razones de oportunidad con la República—, era uno de los principales apoyos en el exterior del gobierno autónomo de Euzkadi. Desde aquel exilio dorado, donde un triste menú costaba tres veces más que uno con champaña en cualquier buen restaurante de la España franquista, su influencia se hacía sentir en los círculos nacionalistas del sudoeste francés; y sus cuentas bancarias situadas en Gran Bretaña y Suiza financiaban importantes embarques de armas con destino a puertos vascos. Según informes confirmados por Falcó gracias a sus viejos contactos de contrabandista —el pasado nunca se borraba del todo—, Sologastúa había equipado a los gudaris euskaldunes con 8 cañones, 17 morteros, 22 ametralladoras, 5.800 fusiles y medio millón de cartuchos, además de fletar dos pesqueros armados para la marina auxiliar vasca. Lo que no era, precisamente, coleccionar soldaditos de plomo. En todo caso, motivo de sobra para que los servicios de inteligencia franquistas tuvieran mucho interés en secuestrarlo o matarlo. Ése era el orden de prioridades de la misión encomendada a Lorenzo Falcó.

Se detuvieron bajo las luces de la gran marquesina de la entrada mientras el ayudante del portero les traía el coche. Desde allí vieron cómo uno de los automóviles de Sologastúa, un elegante Lincoln Zephyr, se acercaba desde el aparcamiento al tiempo que el otro, un Ford de apariencia más modesta, aguardaba en la explanada con los faros encendidos y el motor en marcha. El matrimonio se instaló en el asiento trasero del primero, y el guardaespaldas vestido de smoking, tras ayudar a cerrarles las puertas con el chófer, se encaminó hacia el Ford. Arrancaron uno tras otro haciendo crujir la gravilla bajo los neumáticos, el Lincoln abriendo la marcha, en el momento en que el mozo detenía frente a la entrada el Peugeot 301 de Falcó y Malena: una berlina espaciosa y potente, especialmente elegida para la operación. Con toda naturalidad, Malena se puso al volante mientras Falcó daba propinas al mozo y al portero, ocupaba el asiento contiguo al conductor y cerraba la puerta.

—¿Dispuesta para la acción? —preguntó.

Ella tenía una mano en el volante y metía ya la primera marcha. Con la claridad exterior de la marquesina, Falcó observó que se había quitado los zapatos y subido la falda del vestido largo hasta los muslos, para conducir más cómoda.

—Absolutamente dispuesta —respondió.

Falcó le miró un momento más las piernas antes de asentir, divertido.

—Pues vámonos de caza.

Arrancaron, y aún tuvo tiempo de ver a Malena sonreír, tensa, antes de que las luces del casino quedaran atrás. Seguían de lejos la luz piloto del Ford, que escoltaba al Lincoln iluminándolo en las esquinas con el resplandor de los faros. Subieron así por las calles desiertas y poco alumbradas hasta la Atalaya y la plaza Clemenceau, y descendieron luego hacia la carretera de la costa en dirección a Saint-Jean-de-Luz.

—Perfecto —comentó Falcó—. Como cada noche.

—Sí —el perfil de Malena se definía en la sombra cuando los faros del Peugeot incidían en algún muro próximo—. Los vascos no somos amigos de cambiar rutinas.

—Pues las rutinas matan.

—Sí —ella rió en voz baja—. Eso parece.

Su voz, comprobó Falcó, sonaba serena. Conducía con seguridad y pericia, mantenía la distancia suficiente para no perder la presa y procuraba no acercarse tanto como para ponerla sobre aviso. Habían dejado atrás el pueblo y corrían por la carretera recta bordeada de pinos, con el mar iluminado por la luna a la derecha.

—Estamos a dos kilómetros —anunció Malena.

Abrió Falcó la cajuela del salpicadero y sacó un pesado envoltorio. Al deshacerlo tocó el metal frío de la Browning FN de 9 mm y el tubo alargado del supresor de sonido Heissefeldt. A tientas, sobre las rodillas, extrajo el cargador de la pistola, comprobó que estaba lleno, volvió a introducirlo con un chasquido y metió una bala en la recámara, dejando el seguro puesto. Después enroscó el silenciador en la boca del cañón.

—Ahí está el desvío a la derecha, y luego el puente de Garakoitz —dijo la mujer.

Esta vez sí había tensión en su voz. Había levantado el pie del acelerador y ahora el Peugeot iba más despacio. Delante, a unos cien metros, las luces de los otros dos automóviles se habían detenido.

—Control de policía —comentó Falcó, con el arma en el regazo—. Párate despacio.

Se aproximaron lentamente a los coches hasta colocarse detrás. Las luces del primero alumbraban una barrera móvil, puesta sobre unos caballetes ante un puente de piedra, con la palabra Gendarmerie en un círculo blanco, azul y rojo. Había dos agentes uniformados de oscuro junto al Lincoln, uno alto y otro bajo, situados a los lados del coche. El más bajo se inclinaba hacia la ventanilla del conductor. Sobre el resplandor de los faros, las siluetas de los guardaespaldas se recortaban en los asientos delanteros del Ford estacionado detrás.

—No pares el motor —dijo Falcó.

Abrió la puerta. Después bajó empuñando la pistola, pero con el brazo caído a lo largo del cuerpo, para disimularla. Respiró tres veces hondo mientras quitaba el seguro con el pulgar. Cruzó sin prisa entre los dos coches hacia el otro arcén de la carretera, dirigiéndose al lado del conductor del Ford, pendiente de él y su compañero pero vigilando por el rabillo del ojo a los gendarmes. Al llegar junto a la ventanilla, la golpeó suavemente con los nudillos de la mano izquierda. Sonreía con la naturalidad de quien va a preguntar algo. El conductor bajó el cristal, y entonces Falcó le disparó en la cara.

La Browning no era un arma de mucho retroceso, pero saltó en su mano como una serpiente que acabara de morder. Por eso tuvo que bajarla otra vez para apuntar al segundo guardaespaldas, el de la nariz aplastada, que se revolvía desesperado —su compañero había caído contra su hombro—, buscando algo, seguramente un arma, bajo su chaqueta de smoking.

—¡No!… —le oyó suplicar—. ¡No!

En el resplandor de los faros, aún tuvo tiempo de ver sus ojos muy abiertos, mirando espantados el cilindro metálico del silenciador antes de que la pistola saltara de nuevo en la mano de Falcó, abriendo un desgarro del tamaño de una moneda en el cuello de la camisa del otro. Todavía se removió éste, intentando abrir la puerta. Acababa de lograrlo cuando Falcó apretó otra vez el gatillo, y el guardaespaldas quedó colgando del asiento con medio cuerpo fuera.

Cuando miró hacia el Lincoln, la situación había cambiado un poco. La puerta delantera izquierda estaba abierta, y el más bajo de los gendarmes arrastraba el cuerpo del chófer fuera del coche. El otro, con una linterna y una pistola en la mano, apuntaba hacia el asiento trasero, donde Tasio Sologastúa y su mujer, abrazados, contemplaban con horror la escena. Falcó fue hasta allí, abrió una de las puertas de atrás y le apoyó al marido la boca del silenciador en la cabeza.

—Salga del coche… Usted solo. Ella se queda.

La linterna del gendarme alto lo iluminaba todo muy bien: el rostro crispado del financiero vasco, la expresión aterrorizada de su mujer. De pronto ésta se puso a gritar. Un chillido agudo, poderoso. Vibrante. Sin dejar de apuntar al marido, inclinándose sobre éste, Falcó le pegó a ella un puñetazo con la mano izquierda, en la sien, que la arrojó sin sentido contra la ventanilla opuesta.

—Salga —le repitió a Sologastúa, con calma—. O la matamos a ella también.

Obedeció el financiero. Cuando Falcó lo apoyó contra el coche para revisarle los bolsillos por si llevaba un arma, lo sentía temblar. En ese momento, el automóvil conducido por Malena maniobraba para situarse en dirección contraria. A la luz de los faros del Peugeot, Falcó vio por un instante el cadáver del chófer, que se desangraba en la cuneta degollado de oreja a oreja.

—¿Qué está pasando? —acertó a preguntar al fin Sologastúa.

—Que es usted prisionero de los nacionales.

El otro tardó un momento en digerir eso. Cuando lo hizo, su indignación casi superó al miedo.

—Esto es un atropello —dijo—. Estamos en Francia.

—En Iparralde, sí —admitió Falcó—. Euzkadi norte.

—¿Qué quieren de mí?

—Que haga un pequeño viaje.

—¿Adónde?

—Ah… Sorpresa.

Lo agarró por el cuello de la chaqueta y, sin apartar el arma de su cabeza, lo empujó hacia el Peugeot. A su espalda, puestos al volante de los otros automóviles, los gendarmes los retiraban de la carretera, metiéndolos entre los pinos.

—¿Y mi esposa? —preguntó Sologastúa.

—No se preocupe por ella. Nadie le hará daño.

Aturdido, el otro se dejaba hacer. Pero al ver el maletero del Peugeot —Malena acababa de abrirlo— se detuvo bruscamente.

—Hijos de puta —dijo.

Falcó lo hizo avanzar de un violento empujón. Malena había sacado del maletero un rollo de esparadrapo ancho. Con él le ataron a Sologastúa las manos a la espalda e inmovilizaron sus piernas. Éste se debatía al principio, de modo que Falcó lo golpeó en el plexo solar, sin ensañamiento, haciéndolo caer de rodillas.

—Si es cuestión de dinero, puedo… —empezó a decir el financiero cuando recobró el aliento.

Malena interrumpió su frase con dos vueltas de esparadrapo que le taparon la boca. Entre Falcó y ella lo alzaron en vilo, metiéndolo en el maletero. Entonces Malena fue hasta el asiento delantero y regresó con un frasco de cloroformo y un trozo grande de algodón, empapó éste mientras contenía la respiración, vuelta a un lado la cara, y se lo aplicó al prisionero en la nariz. Medio minuto después, Sologastúa dejó de moverse. Cuando Falcó ocultó el cuerpo con mantas, una maleta pequeña y una cesta de pícnic, y cerró el maletero, Malena ya estaba de nuevo al volante. Entonces Falcó se volvió hacia los gendarmes, que habían retirado los cadáveres de la cuneta y ocultado la barrera de control.

—¿Qué hay de doña Millonetis? —preguntó en español.

En la penumbra, a la luz de la luna terciada, Falcó vio que los gendarmes se despojaban de las prendas de uniforme, arrojándolas entre los arbustos.

—Sigue inconsciente —dijo el más bajo.

Asintió Falcó, satisfecho.

—Al despertar, si no sabe conducir le espera un buen paseo.

Sonó la risa del otro.

—Tendrá que andar de todas formas, porque hemos inutilizado el motor y pinchado los neumáticos de los coches… ¿Te parece bien?

—Colosal.

—Para cuando llegue a su casa o a un teléfono, ya estaréis en Irún.

Falcó sacó la pitillera y el Parker Beacon de plata y prendió un cigarrillo.

—Ha sido un buen trabajo —comentó, exhalando el humo.

El otro se mostró de acuerdo.

—Esa chica tuya se ha portado bien —dijo.

—Sí.

—Pero que muy bien.

Con ayuda del encendedor, Falcó miró la hora en el reloj de pulsera. Se hacía tarde.

—Hay que ir largándose —comentó—. ¿Necesitáis algo?

—No. Todo está en orden.

—Pues buen viaje.

—Lo mismo digo, encanto.

Antes de apagar la llama y encaminarse al Peugeot, Falcó tuvo tiempo de ver los ojos de batracio y la sonrisa cruel de Paquito Araña.

Había doce kilómetros hasta la frontera. Pasado Saint- Jean-de-Luz, la carretera discurría sinuosa entre pinares y acantilados, bajo los que el mar negro y plata brillaba como azabache. Falcó y Malena Eizaguirre no habían hablado desde el puente. Encendió él un Players y se lo puso a la mujer en la boca. Después prendió otro para él.

—¿Quieres que conduzca yo un rato?

—No. Estoy bien.

La claridad de los faros reverberaba en el perfil de Malena. Ella tenía el cigarrillo en los labios y las dos manos en el volante.

—Nunca había visto matar a nadie —dijo.

Se quedaron callados un momento. Falcó fumaba y miraba la carretera iluminada por los faros. La luz hacía desfilar, por la derecha, las franjas de pintura roja y blanca de las vallas y mojones que bordeaban los acantilados.

—Jamás imaginé que pudiera ocurrir de ese modo —añadió ella.

La miró con curiosidad.

—¿Ese modo?

—Con tanta normalidad, quiero decir. Siempre pensé que iba acompañado de pasiones o arrebatos. Lo de antes fue un acto casi burocrático.

Redujo la marcha con desenvoltura ante una curva cerrada. Chirriaron los neumáticos, y Falcó pensó que Sologastúa debía de estar moviéndose mucho en el maletero. Más le valía seguir dormido.

—Te vi tan tranquilo, tan… ¿Siempre lo haces así?

—No siempre.

—No creo que a mi padre y a Íñigo, mi hermano, los mataran de esa manera. Imagino más bien chusma enfurecida. Hordas comunistas. Ya sabes.

—Pudo ser —asintió Falcó—. Hay muchas maneras de matar.

—Viéndote, cualquiera diría que las conoces todas.

A eso siguió otro silencio. Vuelto hacia la mujer, Falcó continuaba mirándola, interesado.

—¿Lo habrías hecho tú, en caso necesario?… ¿Apretar el gatillo?

—Imagino que sí —movió los hombros bajo el chal—. Después de todo, soy requeté… Una carlista.

Se quedaron callados de nuevo.

—Esa República de locos y asesinos era un caos y un disparate —añadió al fin la mujer—. Los marxistas preparaban su revolución, y nosotros nos adelantamos con la nuestra… ¿Dónde te pilló el dieciocho de julio?

—No recuerdo. Por ahí.

Ahora fue Malena quien se giró a mirarlo, intentando evaluar su seriedad o sarcasmo. Después volvió a estar pendiente de la carretera. Redujo ante otra curva y otra vez chirriaron los neumáticos. Por suerte eran nuevos, pensó Falcó sujetándose con una mano a la correa del techo. Unos Michelin instalados para la ocasión.

—Soy un soldado de esta guerra —comentó ella tras un momento—. Como tú mismo… Como esos dos camaradas vestidos de gendarmes.

Sonrió Falcó para sí. Llamar camarada a Paquito Araña era conocer poco al personaje. Como llamárselo a él. El sicario había llegado al sudoeste de Francia una semana antes, para la fase final de la operación, oliendo a pomada para el pelo y agua de rosas. Sin hacer más preguntas que las operativas y dispuesto a cumplir órdenes.

—Quizás algún día me toque a mí —dijo Malena tras un momento, pensativa.

—¿ …

Un libro corrige a Pérez-Reverte y su versión “neutral” de la guerra civil para jóvenes

sábado, junio 24th, 2017

¿Qué fue la guerra civil? Nuestra historia contada a los jóvenes es una réplica a la obra publicada por Arturo Pérez-Reverte que dibuja una guerra entre “hermanos”. Carlos Fernández y Silvia Casado copian el mismo formato de novela gráfica para rebatir las verdades que “silencia” el novelista con un relato de “víctimas y verdugos”

Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).- Arturo Pérez-Reverte vende en La guerra civil contada a los jóvenes una versión, según él, “objetiva” de la historia reciente de España. La guerra española, como un enfrentamiento entre “hermanos”. Pero este relato equidistante chirría, según la historiadora Silvia Casado Arenas y el filósofo Carlos Fernández Liria, que han replicado al escritor con su propio libro también en formato cómic: ¿Qué fue la guerra civil? Nuestra historia explicada a los jóvenes. Porque sí hubo “víctimas y verdugos”.

Los autores de la obra replicante explican que Reverte, con su “visión neutral”, ahonda en la idea del “todos fueron iguales”, “silencia muchas verdades” y peca de falsa “equidistancia”.

Y como “es importante no perder la batalla cultural de la memoria histórica”, Silvia Casado y Carlos Fernández han editado un libro “idéntico en su forma editorial” al de Reverte pero más completo y crudo en el contenido. ¿Qué fue la guerra civil? (Akal, 2017) tiene la “clara intención”, sostienen, de reivindicar con otra memoria colectiva y corregir el “peligroso” escenario dibujado por La guerra civil contada a los jóvenes (Alfaguara, 2015).

‘¿Qué fue la guerra civil?’ versus ‘La guerra civil contada a los jóvenes’. Foto: eldiario.es

Reverte dice que escribe “sin clichés partidarios ni etiquetas fáciles” sobre la “espantosa” guerra que enfrentó “al hermano contra el hermano”, según introduce en el prólogo del libro. Con él, asegura querer “evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca”.

Sin embargo, los autores de la réplica señalan que en realidad está “descontextualizando históricamente las causas políticas”, como si la guerra civil fuera “un fenómeno natural inevitable”, apunta Casado. “Ser equidistante cuando se trata de víctimas y de verdugos, consiste en identificar a las primeras y señalar a los segundos”, remata Fernández.

Cómo narrar los acontecimientos es la diferencia radical entre ambos libros. Las causas del golpe de Estado, los actores que lo ejecutan, la represión y el ejercicio del terror… o la llegada de la democracia, una “decisión personal” del rey Juan Carlos, según Arturo Pérez-Reverte. Con formato calcado de novela gráfica, la obra del novelista está ilustrada por Fernando Vicente y la réplica, por David Ouro.

Este medio ha intentado, sin éxito, obtener declaraciones de Pérez-Reverte sobre la polémica en torno a su libro y la obra que le responde. Analizamos las diferencias entre ambos libros en cinco claves.

ACTORES Y CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO

 

Pérez-Reverte describe en su libro un escenario reinado por desórdenes públicos e inestabilidad política, un caldo del que salen soluciones “extremistas” basadas en modelos enfrentados: “la Italia fascista o la Alemania nazi” y “la Rusia comunista”. España, abocada a una “confrontación inevitable”, vive una sublevación “para instaurar una dictadura militar”, pero “las cosas se complicaron por la resistencia”.

Portadas del libro ‘La guerra civil contada a los jóvenes’, de Pérez-Reverte y la réplica, ‘¿Qué fue la guerra civil?’ Foto: eldiario.es

 

Carlos Fernández y Silvia Casado difieren en el enfoque. El “problema de fondo” era el “poder electoral” ganado por las “clases populares más pobres”. Una situación que las “élites” afrontan apoyando “a grupos sociales violentos” de corte nazi y fascista con el objetivo de finiquitar la democracia. Señalan que Franco, además, tuvo “grandes patrocinadores”, Hitler y Mussolini, y mecenas como Juan March.

LA “ESPANTOSA” GUERRA CIVIL

Cuenta Reverte que la “tragedia española” fue un campo de “experimentación” para los regímenes enfrentados luego en la Segunda Guerra Mundial. Nazis y fascistas “tomaron partido por las tropas rebeldes”. El escritor subraya la intervención soviética “confiando en que una victoria republicana acabaría convirtiendo a España en un país comunista”.

Según la réplica editorial, el “relativo fracaso” del golpe de Estado dio paso a la guerra civil. Alemania e Italia acuden “rápidamente” a asistir a los golpistas, coinciden, pero la República acusó la no intervención de los gobiernos occidentales democráticos y la tardía ayuda de la URSS. Aún con la participación de las Brigadas Internacionales, “los dos bandos no estuvieron en pie de igualdad en ningún momento”.

REPRESIÓN, “CAOS” Y TERROR

Los dos libros coinciden en el “sangriento” inicio de la guerra. España queda cubierta de luto, con paradigmas como Paracuellos del Jarama o las miles de fosas comunes del franquismo. La guerra civil contada a los jóvenes de Reverte subraya las “terribles represalias” rebeldes, como la masacre de Badajoz o el bombardeo nazi de Gernika, y también las “innumerables atrocidades” en zona republicana, caso de las “matanzas” de religiosos.

‘La guerra civil contada a los jóvenes’, de Arturo Pérez-Reverte. Foto: eldiario.es

 

La diferencia está en un dato crucial: la represión golpista era un plan organizado y en zona gubernamental fue fruto de “grupos incontrolados”, como incide la respuesta al cómic del escritor murciano. Los golpistas dejan en cunetas al menos el triple de desaparecidos forzados. La República logró dominar el “caos” mientras los militares fascistas “impusieron el terror” asesinando “a miles de civiles”, como también explica Francisco Espinosa en La Columna de la Muerte. Llamaban al “exterminio”, dicen Casado y Fernández, que transcriben como muestra fragmentos de discursos y declaraciones de Mola, Franco, Yagüe y Queipo.

UNA “FERREA” DICTADURA

 

La guerra no acabó con la victoria franquista. España vivió una represión “despiadada y sistemática” y el exilio era la única salida para los derrotados y “expuestos a las represalias de los vencedores”, cuenta el escritor. Era una “férrea dictadura” dispuesta a aplastar “cualquier resto de libertad y democracia”. Pero el régimen, dice más tarde, “se fue suavizando” sin perder nunca su “carácter autoritario”.

La guerra duró “40 años más”, toda la dictadura, insisten la historiadora y el filósofo. Y el combate, dicen, continuó también para los vencidos: muchos siguieron luchando contra el fascismo en la Segunda Guerra Mundial o luego en la lucha antifranquista que perseguía recobrar las libertades perdidas. La “persecución y castigo” de la dictadura de Franco dejó cifras como los 50.000 ejecutados tras la guerra civil, el centenar de campos de concentración con “medio millón” de presos esclavos o los 30.000 niños robados.

‘¿Qué fue la guerra civil? Nuestra historia explicada a los jóvenes’, de Silvia Casado y Carlos Fernández. Foto: eldiario.es

 

LA DEMOCRACIA DEL REY JUAN CARLOS

“España se convirtió en una monarquía parlamentaria por decisión personal del rey Juan Carlos”. La frase de Arturo Pérez-Reverte es tajante. Franco designó a su “sucesor” y éste “liquidó el régimen franquista”, legalizó los partidos políticos y reconcilió la nación. “Devolvió a España la democracia”. De un plumazo, según el novelista.

Disienten de esta versión los autores del libro que corrige a Reverte. “Franco había dejado las cosas bien atadas a través de la monarquía”, escriben. El príncipe Juan Carlos de Borbón “juró los principios del Movimiento franquista” y el futuro rey “expresó su fidelidad al Caudillo, comprometiéndose a continuar su obra”.

El “régimen de terror” y el “adoctrinamiento ideológico” del franquismo tiende sus tentáculos marcando “profundamente a varias generaciones de españoles”, refieren Silvia Casado y Carlos Fernández. La “versión revisionista de la guerra civil” es un claro ejemplo en manos de historiadores “neutrales” que crean “una falsa simetría” dibujando “dos bandos”, fascista y comunista, que fueron “supuestamente todos culpables”. Es la equidistancia que “silencia verdades”.

Pérez-Reverte, Posadas y periodistas latinoamericanos son galardonados con los Premios Rey de España

martes, enero 24th, 2017

En esta XXXIV edición de los galardones se presentaron 196 trabajos procedentes de veintiún países para optar a las seis categorías de los premios

Arturo Pérez-Reverte, Carmen Posadas y Carlos Loret de Mola. Foro: Especial

Arturo Pérez-Reverte, Carmen Posadas y Carlos Loret de Mola. Foro: Especial

Madrid, 24 enero (EFE).- El periodista y escritor Arturo Pérez-Reverte, la escritora Carmen Posadas, elpais.com y periodistas de Brasil, Colombia, Cuba, México y España fueron galardonados hoy con los Premios Rey de España de Periodismo.

En esta XXXIV edición de los galardones, convocados anualmente por la Agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional, Pérez-Reverte logró el Premio Don Quijote de Periodismo por un artículo sobre el impacto de la llegada masiva de inmigrantes y refugiados a Europa, publicado en la revista española XL Semanal el 13 de septiembre de 2015.

El jurado concedió el Premio Iberoamericano de Periodismo a Carmen Posadas por el artículo “Soñar en español”, publicado el 8 de agosto de 2016 y en el que la autora hispano-uruguaya hace una defensa de la lengua castellana en un momento de gran crecimiento del número de hispanohablantes en el mundo.

El Premio de Periodismo Digital fue concedido a Gregorio Rodríguez Ramos, en representación del equipo de especiales del diario EL PAÍS de España, por el trabajo “40 años del 20 N: La transformación de un país”, publicado en elpais.com en noviembre de 2015.

El Premio de Periodismo Ambiental y Desarrollo Sostenible fue para la colombiana Patricia Gómez y su equipo por el trabajo “Plomo: veneno invisible”, emitido por RCN Televisión el 15 de agosto de 2016.

El brasileño Vinicius Jorge Carneiro Sassine consiguió el Premio de Prensa por el trabajo “Recusas da FAB impedem transplantes de 153 órgãos”, del especial “Saúde em segundo Plano”, publicado en el diario O Globo el 5 de junio de 2016.

El galardón de Fotografía fue para el cubano Yander Zamora por la fotografía “Llegada del Air Force One”, publicada en diferentes diarios de tirada internacional, en marzo de 2016.

El Premio de Televisión se concedió al mexicano Carlos Loret de Mola por el espacio “Éxodo”, de 50 minutos de duración, emitido en el programa “Despierta”, de Televisa, el 25 de agosto de 2016.

El premio en la categoría de Radio fue para Jordi Basté, director de El Mon a RAC1, el programa en catalán con mayor audiencia en Cataluña, por “Atentados en París”, emitido por RAC1 el 13 de noviembre de 2015.

Cada uno de los galardones, patrocinados por el grupo internacional de construcción y concesiones OHL, está dotado con 6 mil euros y una escultura en bronce del artista Joaquín Vaquero Turcios.

El de Periodismo Ambiental está promovido por la Fundación Aquae, mientras que el Premio Don Quijote de Periodismo recibe 9 mil euros y una escultura conmemorativa, y está patrocinado por la empresa pública española Tragsa.

Los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España tienen por objeto reconocer la labor de los profesionales del periodismo de lengua española y portuguesa de los países que forman la comunidad iberoamérica y de las naciones con las que España mantiene vínculos históricos.

En esta XXXIV edición de los galardones se presentaron 196 trabajos procedentes de veintiún países para optar a las seis categorías de los premios.

Los galardones se entregarán previsiblemente en la próxima primavera española en un acto presidido por los reyes de España.

Duelo a garrotazos en la Academia: Arturo Pérez-Reverte vs. Francisco Rico

sábado, octubre 22nd, 2016

Luego de que el académico y escritor Arturo Pérez-Reverte publicara un artículo en el que arremetía contra la cobardía de algunos de sus compañeros en la Real Academia (RAE), un duelo dialéctico entre académicos se desató en las páginas de El País, y es que Francisco Rico contestó en defensa de la RAE, situación que ocasionó un intercambio de palabras, que más que diálogo fue pique.

Pérez-Reverte publicó un artículo en el que arremetió en contra sus compañeros de la RAE por no hacer oír lo suficiente en público "su autoridad". Foto: Archivo EFE.

Pérez-Reverte publicó un artículo en el que arremetió en contra sus compañeros de la RAE por no hacer oír lo suficiente en público “su autoridad”. Foto: Archivo EFE.

Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo/ElDiario.es).- Dos académicos de la lengua enzarzados en un duelo dialéctico en las páginas de un periódico. El enfrentamiento entre el escritor Arturo Pérez-Reverte y Francisco Rico se desató hace unas semanas y, como si fuera una novela por entregas, tenemos un nuevo capítulo.

El episodio 1 lo escribió Pérez-Reverte con un artículo publicado en Zenda. En él, arremetía contra sus compañeros de la Real Academia de la Lengua por no hacer oír lo suficiente en público “su autoridad” y dejarse amedrentar “por el matonismo ultrafeminista radical, que exige sumisión a sus delirios lingüísticos”. Denunciaba en su columna, la falta de coraje para meterse en “política” y asuntos de actualidad, asegurando que en la RAE hay “algún tonto del ciruelo y alguna talibancita tonta de la pepitilla”.

Concluía reconociendo que a veces le dan ganas de abandonar la Academia, pero que si no lo hace es por seguir señalando a “estúpidos que creen que por meter la cabeza en un agujero no se les queda el culo al aire”.

Capítulo 2. Desde el sillón de la ‘P’, Francisco Rico contesta en el diario El País al que fuera su amigo en un artículo titulado Los académicos y las académicas. Rico defendía la neutralidad de la RAE en los temas políticos y se metía con el “alatristemente célebre productor de best sellers” por utilizar el desdoblamiento de género que critica en el artículo contra sus compañeros de academia.

“Podía haber hablado de académicos tontos y talibanes, pero le parece preferible discriminar soezmente: ‘tonto del ciruelo’ y ‘talibancita tonta de la pepitilla'”, escribe.

Francisco Rico contestó a Pérez-Reverte, lo que suscitó un intercambio de palabras, que como floretes buscan el tocado o "touché". Foto: Especial.

Francisco Rico contestó a Pérez-Reverte, lo que suscitó un intercambio de palabras, que como floretes buscan el tocado o “touché”. Foto: Especial.

Capítulo 3. Como era de esperar, Pérez-Reverte no se ha quedado callado y contraataca desde las páginas del mismo diario con un artículo titulado Paco Rico, autor del Quijote. En este lance, el escritor saca toda la artillería a la que nos tiene acostumbrados.

Reverte se reconoce “sorprendido” por el texto y recuerda que el que ahora le llama “alatristemente escritor de best seller” apareció con “expreso agrado por su parte” en la novela Hombres buenos y que en el mismo periódico había elogiado sus libros.

Continúa el ataque cuerpo a cuerpo tirando de retranca para afearle que utilizara mal una cita en latín “pudienda muliebris en vez de pudendum muliebre o pudenda muliebria (extremos ambos inexplicables en alguien de la enorme, casi desaforada, talla intelectual del profesor)”.

Pero la caja de los truenos se abre cuando el escritor se retrotrae para contar el origen del pique entre ambos: el bolsillo. Pérez-Reverte explica que hace dos años puso en marcha la adaptación para uso escolar de El Quijote cediendo los derechos a la RAE y que tuvo la intención de contar con un texto cervantino de Paco Rico. Sin embargo, según Pérez-Reverte, Rico se negó a colaborar porque no iba a cobrar derechos por ello por lo que el creador de Alatriste decidió “mandarlo a paseo”.

“Desde que el Quijotillo académico vio la luz, Paco Rico se embarcó ante terceros, cada vez que tuvo ocasión, en una ácida campaña de desprestigio de la obrita y de quienes la alumbraron. Cosa comprensible, por otra parte, habida cuenta de que el profesor, que asiste a muy pocos plenos de la Academia y sólo atiende en ella a lo que le conviene al bolsillo”, afirma.

Para concluir este episodio de tan vibrante folletín, Pérez-Reverte amenaza con más: “Quizá en otro artículo, más adelante, si es que el profesor Rico me anima a ello, pueda extenderme con espantables y jamás imaginados detalles sobre el asunto”.

Todo apunta a que continuará…

Rico pone punto y final

Francisco Rico ha emitido una breve nota a El País respecto a la columna de ayer de Arturo Pérez Reverte. En ella, Rico acusa al escritor de poner una “cortina de humo” al verdadero problema y salir al paso de su “insulto soez” -talibancita tonta de la pepitilla- contra una académica no nombrada. “Y por ende, a todas las académicas de la Española. Punto final”.

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Una novela de espías en la Guerra Civil, lo nuevo del español Arturo Pérez-Reverte

sábado, septiembre 17th, 2016

Falcó se llama la historia que Alfaguara dará a conocer en España y Latinoamérica el próximo 19 de octubre. Se trata, según la editorial, de una trama de “violencia y suspense”.

Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- Fiel a su costumbre de un lanzamiento al año, por lo menos, el escritor español Arturo Pérez-Reverte inundará las tiendas de libros de España, Latinoamérica y los Estados Unidos con su libro Falcó, una historia de suspenso y violencia que dará a conocer Alfaguara el próximo 19 de octubre.

Con el título Falcó, la novela del autor de El capitán Alatriste se sitúa en el otoño de 1936, en los inicios de la Guerra Civil, donde el espía sin escrúpulos que protagoniza la historia recibe de encargo una misión que podría cambiar el rumbo histórico de España.

El autor de Territorio comanche, La tabla de Flandes, La Reina del Sur y El club Dumas, entre otros –muchos de los cuales han sido llevados al cine- promete un nuevo libro adictivo y apasionante, fiel a lo que de su obra ha dicho The New York Times Book Review: “Arturo Pérez-Reverte sabe cómo retener al lector a cada vuelta de página”.

Falcó, un espía sin escrúpulos. Foto: Especial

Falcó, un espía sin escrúpulos. Foto: Especial

UN AUTOR PROLÍFICO Y POLÉMICO

Nacido en 1951 en Cartagena, Arturo Pérez-Reverte es el prototipo del autor profesional, leído, vendido y con mucha presencia en los medios masivos de comunicación en lengua española.

Miembro de la Academia de la Lengua, se considera un escritor con 25 % de talento y un 75 % de trabajo.

“No soy un artista al que le viene la musa todas las mañanas, le da un beso en la boca, lo lleva a la mesa de la mano y en el camino le echa un polvo. A mí la musa me dice: Oye, chaval, que es la hora, ¡levántate!, y luego se va. Entonces yo bajo, me doy una ducha, me pongo a trabajar durante diez o doce horas al día. Y de vez en cuando la musa baja, me da un beso en la boca, me espabila y a lo mejor me sale una frase o una idea que esté bien. Para ganarme cada beso en la boca de mi musa, invierto muchas horas de trabajo y de documentación, de pelearme conmigo mismo, pues de eso se trata escribir”, dijo en una entrevista que le hiciéramos hace años.

Periodista de profesión, aunque un periodista renegado, al contrario de Gabriel García Márquez, quien considera que este es el mejor oficio del mundo, Arturo Pérez-Reverte está convencido de que se trata de “la profesión más vil que conozco. Es como ser policía o prostituta. Y luego está la de publicista, que también es muy vil”, ha declarado.

“Aunque yo la pasé bien en el periodismo, fui muy feliz con esa profesión a la que le debo mi biografía, le debo 21 años de vida intensa y sobre todo le debo un punto de vista lúcido sobre el ser humano. Pero el periodismo corrompe destruye la moral y la fe de las personas. Yo tuve la suerte que me salí cuando me quedaban todavía dos o tres fes y me salí antes de que el periodismo me quitara toda la fe”, remató.

No hay duda de que estamos hablando de un autor tan polémico como vendido, un hecho que no le juega a favor entre sus colegas.

“Hay escritores que venden mucho y no son menores. Umberto Eco vende mucho y no diría que es un escritor menor. No lo sé. ¿Graham Greene? ¿John Le Carré es un escritor menor?”, se preguntó el autor también de La carta esférica, quien define a su flamante Falcó como “un tipo amoral por completo, guapo, elegante, al que le gustan las mujeres, simpático que sabe moverse tanto por los ambientes lujosos como por los trenes europeos, los grandes hoteles, balnearios, los lugares de los años 30 y 40 de las grandes ciudades, pero también por los sitios sórdidos de zonas de Estambul, Los Balcanes, África, la España de la Guerra Civil, la Europa de la Guerra Mundial”,según dijo a la agencia efe.

“La idea estaba en mi cabeza desde hace mucho y es una novela que está en mi territorio, lo que ocurre es que esta vez me meto en un lugar en el que no había estado nunca”, dice

“Además es que nunca se había hecho -continúa- y es que los años 30 y 40 en Europa fueron muy interesantes porque había de todo, los fascismos, los comunismos, los socialismos, anarquismo, conspiración; los totalitarismos que surgían, lo de España, la Guerra Mundial. Es un territorio que siempre me ha interesado mucho y en el que hice una pequeña incursión con Tango de la Guardia Vieja, pero me quedé con ganas de más”, agrega.

Falcó, según su autor, “es un personaje cien por cien español, un espía, un traficante, según las circunstancias; un jerezano. un chico de buena familia, golfo, muy golfo; pero, sobre todo, un patriota de sí mismo. Quiero decir que es un hombre que trabaja para sí mismo, aunque lo haga para los otros”.

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Pérez-Reverte dice que entre “El Chapo” y Kate del Castillo existe “mutua fascinación”

viernes, enero 15th, 2016

“Kate se impregnó de la psicología de Teresa Mendoza y además se mostraba orgullosa de que fuera así”: Arturo Pérez-Reverte, autor de la novela  La Reina del Sur.

Arturo Pérez-Reverte, autor de la novela  La Reina del Sur. Foto: Facebook

Arturo Pérez-Reverte, autor de la novela La Reina del Sur. Foto: Facebook

Ciudad de México, 15 de enero (SinEmbargo).- El autor de la novela La Reina del Sur, Arturo Pérez-Reverte, dijo que entre Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y la actriz Kate del Castillo existe una “mutua fascinación”.

En entrevista para el diario español El País, el miembro de la Real Academia española (RAE) dijo que cree que entre el capo y la actriz, quien realizara el personaje de Teresa Mendoza en la serie producto de su novela, no existe una historia de amor sino una “mutua fascinación”.

“Una doble fascinación: la de la actriz que encarna a una narca, por su personaje, y la del narco, que ve a una actriz encarnar a un personaje que le deja seducido por lo perfecto de su interpretación. Creo que El Chapo se enamora no de Kate sino de Teresa”, dijo el autor en la entrevista.

Pérez-Reverte tras la serie de notas que han salido a raíz de la entrevista realizada por el actor Sean Penn, donde Kate fungió como  intermediaria, le resultó una sorpresa, al conocer bien a la actriz y el ambiente en el que se estuvo moviendo “El Chapo”, sostuvo que ver que la teleserie esté de fondo le causa gracia.

Al preguntarle sobre la prolongación del papel de Kate trasmutando a Teresa, Pérez-Reverte dijo que ella “es muy dueña de tener afectos y simpatías” y que el personaje “no la convirtió en una narca, pero le hizo comprender un montón de cosas y acercarse a este tipo de personajes”.

Cuando habló de Joaquín Guzmán dijo que “ si El Chapo podría ser vagamente simpático hace veinte años ahora no es simpático en absoluto. Es otro Chapo, es otro narco”.

Perez-Reverte reaccionó ante los mensajes intercambiados por ambos puestos a luz este martes, se dio cuenta de que “ella está deslumbrada porque un narco de verdad está tratando con ella; y el narco de verdad está fascinado”.

Respecto a la partición de actor hollywoodense Sean Penn lo describió con “ cierto narcisismo en el afán de Penn por contar como llegó hasta El Chapo”, dijo que toda la simpatía que puede sentir hacía Kate con la historia desaparece cuenco piensa en el actor.

Pérez-Reverte causa polémica en redes por tuits sobre los atentados en París

domingo, noviembre 15th, 2015

Con su estilo directo, libre, sin pelos en la lengua, el periodista y escritor, Arturo Pérez-Reverte, causa polémica en redes por tuits sobre los atentados en parís.

Arturo Pérez-Reverte. Foto: EFE

Arturo Pérez-Reverte. Foto: EFE

Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo/The Huffington Post).-El periodista, escritor y académico Arturo Pérez-Reverte ha opinado en su cuenta de Twitter sobre los atentados de París… y ha causado polémica.

Con su estilo directo, libre, sin pelos en la lengua, empezó lanzando una pregunta con la que llamaba a la reflexión: “¿Y si los centenares de la discoteca se hubieran abalanzado contra los del Kalashnikov…?”.

De seguido, más tuits sobre valores, fanatismos, generalizaciones, buenismos… El escritor defiende que la cultura occidental no tiene apenas quien la defienda frente a quienes sí están dispuestos a morir y matar por un ideal como son los yihadistas. Básicamente, que vive en “Disneylandia”. Que no se entera, o no se quiere enterar.

Sus ideas a la red han logrado miles de retuits y centenares de respuestas, unas indignadas y otras agradecidas.

¿A ti qué te parece lo que dice el padre del Capitán Alatriste?

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